"How Fear Departed from the Long Gallery -- Cómo desapareció el miedo der la galería alargada"
E.F Benson (England, 1867-1940) How Fear Departed from the Long Gallery [Cómo desapareció el miedo der la galería alargada] Edición bilingüe, inglés-español, de Miguel Garci-Gomez -- --
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Church-Peveril is a house so beset and frequented by spectres, both visible and audible, that none of the family which it shelters under its acre and a half of green copper roofs takes psychical phenomena with any seriousness. For to the Peverils the appearance of a ghost is a matter of hardly greater significance than is the appearance of the post to those who live in more ordinary houses. It arrives, that is to say, practically every day, it knocks (or makes other noises), it is observed coming up the drive (or in other places). I myself, when staying there, have seen the present Mrs. Peveril, who is rather short-sighted, peer into the dusk, while we were taking our coffee on the terrace after dinner, and say to her daughter:
Church-Peveril es una casa tan acosada y frecuentada por espectros, tanto visibles como audibles, que ningún miembro de la familia que vive bajo su acre y medio de tejados de color verde cobrizo se toma mínimamente en serio los fenómenos psíquicos. Para los Peveril la aparición de un fantasma es un hecho que apenas tiene mayor significado que la del correo para aquellos que viven en casas más ordinarias. Es decir, llega prácticamente todos los días, llama (o provoca algún otro ruido), se le ve subir por la calzada (o por cualquier otro lugar). Yo mismo, encontrándome allí, he visto a la actual señora Peveril, que es bastante corta de vista, escudriñar en la oscuridad mientras tomábamos el café en la terraza, después de la cena, y decirle a su hija:
"My dear, was not that the Blue Lady who has just gone into the shrubbery. I hope she won′t frighten Flo. Whistle for Flo, dear."
Querida, ¿no es la Dama Azul la que acaba de meterse entre los arbustos? Espero que no asuste a Fio. Silba a Fio para que venga, querida.
(Flo, it may be remarked, is the youngest and most precious of many dachshunds.)
(Debe saberse que Fio es el más joven y hermoso de los numerosos perros tejoneras que allí viven.)
Blanche Peveril gave a cursory whistle, and crunched the sugar left unmelted at the bottom of her coffee-cup between her very white teeth.
Blanche Peveril lanzó un silbido rápido y masticó entre sus blanquísimos dientes el azúcar que no se había disuelto y se encontraba en el fondo de su taza de café.
"Oh, darling, Flo isn′t so silly as to mind," she said. "Poor blue Aunt Barbara is such a bore!"
—Bueno, querida, Fio no es tan tonta corno para preocuparnos —dijo—. ¡La pobre tía Bárbara azul es tan aburrida!
"Whenever I meet her she always looks as if she wanted to speak to me, but when I say, ′What is it, Aunt Barbara?′ she never utters, but only points somewhere towards the house, which is so vague. I believe there was something she wanted to confess about two hundred years ago, but she has forgotten what it is."
Siempre que me la encuentro parece como si quisiera hablarme, pero cuando le pregunto: «¿Qué sucede, tía Bárbara?», no responde nunca, sólo señala hacia algún lugar de la casa, en un movimiento vago. Creo que quiere confesar algo que sucedió hace unos doscientos años, pero que ha olvidado de qué se trata.
Here Flo gave two or three short pleased barks, and came out of the shrubbery wagging her tail, and capering round what appeared to me to be a perfectly empty space on the lawn.
En ese momento Fio dio dos o tres ladridos breves y complacidos, salió de entre los arbustos moviendo la cola y empezó a corretear alrededor de lo que a mí me parecía un trozo de prado absolutamente vacío.
"There! Flo has made friends with her," said Mrs. Peveril. "I wonder why she -- in that very stupid shade of blue."
—¡Mira! Fio ha hecho amistad con ella —comentó la señora Peveril—. Me preguntó por qué se vestirá con ese estúpido tono azul.
From this it may be gathered that even with regard to psychical phenomena there is some truth in the proverb that speaks of familiarity. But the Peverils do not exactly treat their ghosts with contempt, since most of that delightful family never despised anybody except such people as avowedly did not care for hunting or shooting, or golf or skating. And as all of their ghosts are of their family, it seems reasonable to suppose that they all, even the poor Blue Lady, excelled at one time in field-sports. So far, then, they harbour no such unkindness or contempt, but only pity. Of one Peveril, indeed, who broke his neck in vainly attempting to ride up the main staircase on a thoroughbred mare after some monstrous and violent deed in the back-garden, they are very fond, and Blanche comes downstairs in the morning with an eye unusually bright when she can announce that Master Anthony was "very loud" last night. He (apart from the fact of his having been so foul a ruffian) was a tremendous fellow across country, and they like these indications of the continuance of his superb vitality. In fact, it is supposed to be a compliment, when you go to stay at Church-Peveril, to be assigned a bedroom which is frequented by defunct members of the family. It means that you are worthy to look on the august and villainous dead, and you will find yourself shown into some vaulted or tapestried chamber, without benefit of electric light, and are told that great-great-grandmamma Bridget occasionally has vague business by the fireplace, but it is better not to talk to her, and that you will hear Master Anthony "awfully well" if he attempts the front staircase any time before morning. There you are left for your night′s repose, and, having quakingly undressed, begin reluctantly to put out your candles. It is draughty in these great chambers, and the solemn tapestry swings and bellows and subsides, and the firelight dances on the forms of huntsmen and warriors and stern pursuits. Then you climb into your bed, a bed so huge that you feel as if the desert of Sahara was spread for you, and pray, like the mariners who sailed with St. Paul, for day. And, all the time, you are aware that Freddy and Harry and Blanche and possibly even Mrs. Peveril are quite capable of dressing up and making disquieting tappings outside your door, so that when you open it some inconjecturable horror fronts you. For myself, I stick steadily to the assertion that I have an obscure valvular disease of the heart, and so sleep undisturbed in the new wing of the house where Aunt Barbara, and great-great-grandmamma Bridget and Master Anthony never penetrate. I forget the details of great-great-grandmamma Bridget, but she certainly cut the throat of some distant relation before she disembowelled herself with the axe that had been used at Agincourt. Before that she had led a very sultry life, crammed with amazing incident.
De lo anterior puede deducirse que incluso con respecto a los fenómenos psíquicos hay cierta verdad en el proverbio que habla de la familiaridad. Pero no es exacto que los Peveril traten a sus fantasmas con desprecio, pues la mayor parte de los miembros de esa deliciosa familia jamás ha despreciado a nadie salvo a aquellas personas que reconocen no interesarse por la caza, el tiro, el golf o el patinaje. Y dado que todos sus fantasmas pertenecen a la familia, parece razonable suponer que todos ellos, incluso la pobre Dama Azul, destacaron alguna vez en los deportes de campo. Por tanto, y hasta ahora, no han albergado sentimientos de desprecio o falta de amabilidad, sino sólo de piedad. Por ejemplo, le tienen mucho cariño a un Peveril que se rompió el cuello en un vano intento de subir la escalera principal montado en una yegua de pura sangre después de algún acto monstruoso y violento que se había producido en el jardín de atrás, y Blanche baja las escaleras por la mañana con una mirada inusualmente brillante cuando puede anunciar que el amo Anthony «armó mucho alboroto» anoche. Dejando a un lado el hecho de que el amo Anthony hubiera sido un rufián tan vil, también fue un tipo tremendo en el campo, y a los Peveril les gustan estos signos de la continuidad de su soberbia vitalidad. De hecho, cuando uno permanecía en Church-Peveril se suponía que era un cumplido que se le asignara un dormitorio frecuentado por miembros difuntos de la familia. Eso significa que a uno le consideran digno de ver al augusto y villanesco difunto, y que se encontrará en alguna cámara abovedada o cubierta de tapices, sin el beneficio de la luz eléctrica, y le contarán que la tatarabuela Bridget se dedica ocasionalmente a ciertos e imprecisos asuntos junto a la chimenea, pero que es mejor no hablarle, y que uno oirá «tremendamente bien» al amo Anthony si éste utiliza la escalera principal en algún momento anterior al amanecer. Después te abandonan para el reposo nocturno y, tras haberte desvestido entre temblores, empiezas a apagar, desganadamente, las velas. En esas grandes estancias hay corrientes, por lo que los solemnes tapices se mueven, rugen y amainan, y las llamas de la chimenea bailan adoptando las formas de cazadores, guerreros, y recuerdan severas persecuciones. Entonces te metes en la cama, una cama tan enorme que sientes como si se extendiera ante ti el desierto del Sahara, y, lo mismo que los marineros que zarparon con San Pablo, rezas para que llegue el día. En todo momento te das cuenta de que Freddy, Harry, Blanche y posiblemente hasta la señora Peveril son totalmente capaces de disfrazarse y provocar inquietantes ruidos fuera de tu puerta, para que cuando la abras te encuentres frente a un horror que ni siquiera puedes sospechar. Por mi parte, me aferré a la afirmación de que tengo una desconocida enfermedad en las válvulas cardíacas, y así pude dormir sin ser molestado en el ala nueva de la casa, en la que nunca penetran tía Bárbara, la tatarabuela Bridget o el amo Anthony. He olvidado los detalles de la tatarabuela Bridget, pero parece ser que le cortó la garganta a un pariente distante antes de haber sido destripada ella misma con el hacha que se utilizó en Agincourt. Antes de eso había llevado una vida muy apasionada y repleta de incidentes sorprendentes.
But there is one ghost at Church-Peveril at which the family never laugh, in which they feel no friendly and amused interest, and of which they only speak just as much as is necessary for the safety of their guests. More properly it should be described as two ghosts, for the "haunt" in question is that of two very young children, who were twins. These, not without reason, the family take very seriously indeed. The story of them, as told me by Mrs. Peveril, is as follows:
Pero hay en Church-Peveril un fantasma del que la familia nunca se ríe, y por el que no sienten ningún interés amigable o divertido, y del que sólo hablan lo necesario para la seguridad de sus invitados. Sería más adecuado describirlo como dos fantasmas, pues la «aparición» en cuestión es la de dos niños muy jóvenes, gemelos. Sin razón alguna, la familia se los toma muy en serio. La historia de éstos, tal como me la contó la señora Peveril, es la siguiente:
In the year 1602, the same being the last of Queen Elizabeth′s reign, a certain Dick Peveril was greatly in favour at Court. He was brother to Master Joseph Peveril, then owner of the family house and lands, who two years previously, at the respectable age of seventy-four, became father of twin boys, first-born of his progeny. It is known that the royal and ancient virgin had said to handsome Dick, who was nearly forty years his brother′s junior, "′Tis pity that you are not master of Church-Peveril," and these words probably suggested to him a sinister design. Be that as it may, handsome Dick, who very adequately sustained the family reputation for wickedness, set off to ride down to Yorkshire, and found that, very conveniently, his brother Joseph had just been seized with an apoplexy, which appeared to be the result of a continued spell of hot weather combined with the necessity of quenching his thirst with an augmented amount of sack, and had actually died while handsome Dick, with God knows what thoughts in his mind, was journeying northwards. Thus it came about that he arrived at Church-Peveril just in time for his brother′s funeral. It was with great propriety that he attended the obsequies, and returned to spend a sympathetic day or two of mourning with his widowed sister-in-law, who was but a faint-hearted dame, little fit to be mated with such hawks as these. On the second night of his stay, he did that which the Peverils regret to this day. He entered the room where the twins slept with their nurse, and quietly strangled the latter as she slept. Then he took the twins and put them into the fire which warms the long gallery. The weather, which up to the day of Joseph′s death had been so hot, had changed suddenly to bitter cold, and the fire was heaped high with burning logs and was exultant with flame. In the core of this conflagration he struck out a cremation-chamber, and into that he threw the two children, stamping them down with his riding-boots. They could just walk, but they could not walk out of that ardent place. It is said that he laughed as he added more logs. Thus he became master of Church-Peveril.
En el año de 1602, el que fue el último de la Reina Isabel, recibía en la Corte grandes favores un tal Dick Peveril. Era hermano del amo Joseph Peveril, propietario de las tierras y la casa familiar, quien dos años antes, a la respetable edad de setenta y cuatro años, fue padre de dos muchachos gemelos, primogénitos de su progenie. Se sabe que la regia y anciana virgen le había dicho al bello Dick, casi cuarenta años más joven que su hermano Joseph, «es una pena que no seas el amo de Church-Peveril», y fueron probablemente esas palabras las que le sugirieron un plan siniestro. Pero sea como sea, el guapo Dick, que mantenía adecuadamente la reputación familiar de perversidad, cabalgó hasta Yorkshire y descubrió el conveniente hecho de que a su hermano Joseph le acababa de dar una apoplejía, la cual parecía consecuencia de una racha continuada de tiempo caluroso combinada con la necesidad de apagar la sed con una dosis cada vez mayor de Jerez, y llegó a morir mientras el guapo Dick, que Dios sabrá qué pensamientos tenía en su mente, se dirigía hacia el norte. Llegó así a Church-Peveril a tiempo para el funeral de su hermano. Asistió con gran decoro a las exequias y regresó para pasar uno o dos días de luto con su cuñada viuda, dama de corazón débil poco apta para acoplarse a halcones como aquél. En la segunda noche de su estancia, hizo lo que los Peveril han lamentado hasta hoy. Entró en el dormitorio en el que dormían los gemelos con su ama y estranguló tranquilamente a ésta mientras dormía. Cogió después a los gemelos y los arrojó al fuego que calienta la galería alargada. El tiempo, que hasta el día mismo de la muerte de Joseph había sido tan caluroso, se había vuelto de pronto muy frío, por lo que en la chimenea se amontonaban los leños ardientes y estaba llena de llamas. En medio de esta conflagración abrió una cámara de cremación y arrojó en ella a los dos niños, pateándolos con sus botas de montar. Éstos, que apenas sabían andar, no pudieron salir de aquel lugar ardiente. Se cuenta que él se reía mientras echaba más leños. Se convirtió así en amo de Church-Peveril.
The crime was never brought home to him, but he lived no longer than a year in the enjoyment of his blood-stained inheritance. When he lay a-dying he made his confession to the priest who attended him, but his spirit struggled forth from its fleshly coil before Absolution could be given him. On that very night there began in Church-Peveril the haunting which to this day is but seldom spoken of by the family, and then only in low tones and with serious mien. For only an hour or two after handsome Dick′s death, one of the servants passing the door of the long gallery heard from within peals of the loud laughter so jovial and yet so sinister which he had thought would never be heard in the house again. In a moment of that cold courage which is so nearly akin to mortal terror he opened the door and entered, expecting to see he knew not what manifestation of him who lay dead in the room below. Instead he saw two little white-robed figures toddling towards him hand in hand across the moon-lit floor.
El crimen no le sirvió de mucho, pues no vivió más de un año disfrutando de su herencia teñida de sangre. Cuando yacía como moribundo se confesó al sacerdote que le atendía, pero su espíritu salió de su envoltura carnal antes de que pudieran darle la absolución. Aquella misma noche comenzó en Church-Peveril la aparición de la que hasta hoy raramente habla la familia, y en caso de hacerlo sólo en voz baja y con semblante serio. Una hora o dos después de la muerte del guapo Dick uno de los criados, al pasar por la puerta de la larga galería, escuchó dentro risotadas tan joviales y al mismo tiempo tan siniestras como las que no creía que iba a volver a escuchar en la casa. En uno de esos momentos de valor frío tan cercanos al terror mortal, abrió la puerta y entró, esperando ver alguna manifestación del que yacía muerto en la habitación inferior. Pero lo que vio fue a dos pequeñas figuras vestidas de blanco que avanzaban hacia él con poca seguridad cogidas de la mano sobre el suelo iluminado por la luna.
The watchers in the room below ran upstairs startled by the crash of his fallen body, and found him lying in the grip of some dread convulsion. Just before morning he regained consciousness and told his tale. Then pointing with trembling and ash-grey finger towards the door, he screamed aloud, and so fell back dead.
Los que se encontraban en la habitación de abajo subieron rápidamente sobresaltados por el ruido que produjo el cuerpo del criado al caer, y le encontraron atacado por una convulsión terrible. Poco antes de amanecer recuperó la conciencia y contó su historia. Luego, señalando la puerta con un dedo tembloroso y ceniciento, lanzó un grito y cayó muerto hacia atrás.
During the next fifty years this strange and terrible legend of the twin-babies became fixed and consolidated. Their appearance, luckily for those who inhabit the house, was exceedingly rare, and during these years they seem to have been seen four or five times only. On each occasion they appeared at night, between sunset and sunrise, always in the same long gallery, and always as two toddling children scarcely able to walk. And on each occasion the luckless individual who saw them died either speedily or terribly, or with both speed and terror, after the accursed vision had appeared to him. Sometimes he might live for a few months: he was lucky if he died, as did the servant who first saw them, in a few hours. Vastly more awful was the fate of a certain Mrs. Canning, who had the ill-luck to see them in the middle of the next century, or to be quite accurate, in the year 1760. By this time the hours and the place of their appearance were well known, and, as up till a year ago, visitors were warned not to go between sunset and sunrise into the long gallery.
En los cincuenta años siguientes se fijó y consolidó esta leyenda extraña y terrible de los gemelos. Por fortuna para los habitantes de la casa, su aparición era muy rara, y durante aquellos años parece ser que sólo fueron vistos en cuatro o cinco ocasiones. Siempre se presentaban por la noche, entre el crepúsculo y el amanecer, siempre en la misma galería alargada, y siempre como dos niños que avanzan sin seguridad, apenas sabiendo andar. Y en todas las ocasiones el desafortunado individuo que les vio murió de manera rápida o terrible, o rápida y terrible al mismo tiempo, después de que se le hubiera presentado la visión maldita. A veces conseguía vivir algunos meses: pero tenía suerte si moría, tal como le sucedió al criado que les vio la primera vez, en pocas horas. Mucho más terrible fue el destino de una tal señora Canning, que tuvo la mala fortuna de verles en mitad del siguiente siglo, o para ser más precisos en el año de 1760. Para entonces las horas y el lugar de la aparición eran bien conocidos, y hasta hace un año se advertía a los visitantes que no entraran en la galería alargada entre el crepúsculo y el amanecer.
But Mrs. Canning, a brilliantly clever and beautiful woman, admirer also and friend of the notorious sceptic M. Voltaire, wilfully went and sat night after night, in spite of all protestations, in the haunted place. For four evenings she saw nothing, but on the fifth she had her will, for the door in the middle of the gallery opened, and there came toddling towards her the ill-omened innocent little pair. It seemed that even then she was not frightened, but she thought it good, poor wretch, to mock at them, telling them it was time for them to get back into the fire. They gave no word in answer, but turned away from her crying and sobbing. Immediately after they disappeared from her vision and she rustled downstairs to where the family and guests in the house were waiting for her, with the triumphant announcement that she has seen them both, and must needs write to M. Voltaire, saying that she had spoken to spirits made manifest. It would make him laugh. But when some months later the whole news reached him he did not laugh at all.
Pero la señora Canning, mujer hermosa y de gran inteligencia, además de admiradora y amiga del notorio escéptico señor Voltaire, acudía a propósito al lugar de la aparición y se sentaba allí noche tras noche a pesar de las protestas de todos los demás. Durante cuatro noches no vio nada, pero en la quinta se cumplió su deseo, pues se abrió la puerta situada en mitad de la galería y caminó con paso inseguro hacia ella la pareja de pequeños inocentes de mal augurio. Parece ser que ni siquiera entonces se asustó, pues a la pobre infeliz le pareció adecuado burlarse de ellos y decirles que era hora de que regresaran al fuego. Estos no le respondieron, sino que se dieron la vuelta y se alejaron de ella llorando y sollozando. Inmediatamente después de que desaparecieran de su vista, descendió con movimientos ligeros hasta donde le aguardaban los familiares y huéspedes de la casa, y anunció con aire triunfal que había visto a ambos y tenía necesidad de escribir al señor Voltaire para contarle que había hablado con los espíritus manifestados. Eso le haría reír. Pero cuando meses más tarde le llegaron todas las noticias, no pudo reír en absoluto.
Mrs. Canning was one of the great beauties of her day, and in the year 1760 she was at the height and zenith of her blossoming. The chief beauty, if it is possible to single out one point where all was so exquisite, lay in the dazzling colour and incomparable brilliance of her complexion. She was now just thirty years of age, but, in spite of the excesses of her life, retained the snow and roses of girlhood, and she courted the bright light of day which other women shunned, for it but showed to great advantage the splendour of her skin. In consequence she was very considerably dismayed one morning, about a fortnight after her strange experience in the long gallery, to observe on her left cheek, an inch or two below her turquoise-coloured eyes, a little greyish patch of skin, about as big as a threepenny piece. It was in vain that she applied her accustomed washes and unguents: vain, too, were the arts of her fardeuse and of her medical adviser. For a week she kept herself secluded, martyring herself with solitude and unaccustomed physics, and for result at the end of the week she had no amelioration to comfort herself with: instead this woeful grey patch had doubled itself in size. Thereafter the nameless disease, whatever it was, developed in new and terrible ways. From the centre of the discoloured place there sprouted forth little lichen-like tendrils of greenish-grey, and another patch appeared on her lower lip. This, too, soon vegetated, and one morning, on opening her eyes to the horror of a new day, she found that her vision was strangely blurred. She sprang to her looking-glass, and what she saw caused her to shriek aloud with horror. From under her upper eye-lid a fresh growth had sprung up, mushroom-like, in the night, and its filaments extended downwards, screening the pupil of her eye. Soon after, her tongue and throat were attacked: the air passages became obstructed, and death by suffocation was merciful after such suffering.
La señora Canning era una de las bellezas de su época, y en el año de 1760 estaba en la cumbre y el cénit de su florecimiento. Su principal atractivo, si es posible destacar un punto donde todo era tan exquisito, radicaba en el color deslumbrante y el brillo incomparable de su tez. Tenía entonces treinta años, pero a pesar de los excesos de su vida conservaba la nieve y las rosas de su juventud, y cortejaba la luz brillante del día que otras mujeres evitaban, pues con ella se mostraba con gran ventaja el esplendor de su piel. Por eso se sintió considerablemente abrumada una mañana, unos quince días después de la extraña experiencia de la galería, al observar en la mejilla izquierda, tres o cuatro centímetros por debajo de sus ojos color turquesa, una manchita grisácea en el cutis, del tamaño de una moneda de tres peniques. En vano se aplicó sus habituales enjuagues y ungüentos: vanas fueron también las artes de su fárdense y de su consejero médico. Se mantuvo apartada durante una semana martirizándose con la soledad y médicos desconocidos, y como consecuencia al final de esa semana no había mejorado para consolarse: lo que sucedió en cambio fue que el tamaño de aquella lamentable mancha gris se había doblado. Después de eso, la desconocida enfermedad, fuera la que fuese, se desarrolló de maneras nuevas y terribles. Desde el centro de la mancha brotaron pequeños zarcillos parecidos a líquenes de color gris verdoso, y apareció otra mancha sobre su labio inferior. También ésta tuvo un crecimiento vegetal y una mañana, al abrir los ojos al horror de un nuevo día, descubrió que su vista se había vuelto extrañamente borrosa. De un salto se acercó a su espejo y lo que vio le hizo gritar horrorizada. Pues del párpado superior había brotado por la noche un nuevo crecimiento, semejante a un champiñón, y sus filamentos se extendían hacia abajo cubriendo la pupila del ojo. Poco después fueron atacadas la lengua y la garganta: se obstruyeron los conductos del aire y, tras tantos sufrimientos, la muerte por sofocación resultó piadosa.
More terrible yet was the case of a certain Colonel Blantyre who fired at the children with his revolver. What he went through is not to be recorded here.
Más aterrador fue todavía el caso de un tal coronel Blantyre, que disparó a los niños con su revolver. Pero lo que sucedió no lo registraremos aquí.
It is this haunting, then, that the Peverils take quite seriously, and every guest on his arrival in the house is told that the long gallery must not be entered after nightfall on any pretext whatever. By day, however, it is a delightful room and intrinsically merits description, apart from the fact that the due understanding of its geography is necessary for the account that here follows. It is full eighty feet in length, and is lit by a row of six tall windows looking over the gardens at the back of the house. A door communicates with the landing at the top of the main staircase, and about half-way down the gallery in the wall facing the windows is another door communicating with the back staircase and servants′ quarters, and thus the gallery forms a constant place of passage for them in going to the rooms on the first landing. It was through this door that the baby-figures came when they appeared to Mrs. Canning, and on several other occasions they have been known to make their entry here, for the room out of which handsome Dick took them lies just beyond at the top of the back stairs. Further on again in the gallery is the fireplace into which he thrust them, and at the far end a large bow-window looks straight down the avenue. Above this fireplace there hangs with grim significance a portrait of handsome Dick, in the insolent beauty of early manhood, attributed to Holbein, and a dozen other portraits of great merit face the windows. During the day this is the most frequented sitting-room in the house, for its other visitors never appear there then, nor does it then ever resound with the harsh jovial laugh of handsome Dick, which sometimes, after dark has fallen, is heard by passers-by on the landing outside. But Blanche does not grow bright-eyed when she hears it: she shuts her ears and hastens to put a greater distance between her and the sound of that atrocious mirth.
Era por tanto esa aparición la que los Peveril se tomaban muy en serio, y a todo invitado que llegara a la casa se le advertía que no entrara bajo ningún pretexto en la galería alargada desde la caída de la noche. Sin embargo durante el día es una habitación deliciosa que merece ser descrita por sí misma, aparte del hecho de que para lo que voy a relatar ahora se necesita una clara comprensión de su geografía. Tiene sus buenos veinticinco metros de longitud, y está iluminada por una fila de seis ventanas altas que dan a los jardines traseros. Una puerta comunica con el rellano superior de la escalera principal, y a mitad de la galería, en la pared que da a las ventanas, hay otra puerta que comunica con la escalera posterior y los alojamientos del servicio, de manera que la galería es un lugar de paso constante para ellos cuando acuden a las habitaciones del primer rellano. Por esa puerta entraron los pequeños niños cuando se le aparecieron a la señora Canning, y se sabe que también en otras ocasiones entraron por ella, pues la habitación de la que les sacó el guapo Dick está exactamente más allá de la parte superior de la escalera posterior. También está en la galería la chimenea a la que los arrojó, y en el extremo hay un gran mirador que da directamente a la avenida. Encima de la chimenea está colgado, con un significado tenebroso, un retrato del guapo Dick con la belleza insolente de su juventud, atribuido a Holbein, y hay frente a las ventanas otra docena de retratos de gran mérito. Durante el día es la sala de estar más frecuentada de la casa, pues sus otros visitantes nunca se presentan allí en esos momentos, ni resuena jamás la risa jovial y dura del guapo Dick, que a veces es escuchada, cuando ha anochecido, por los que pasan por el rellano exterior. Pero a Blanche no se le pone la mirada brillante cuando la oye: se tapa los oídos y se apresura a alejarse lo más posible del sonido de esa alegría atroz.
But during the day the long gallery is frequented by many occupants, and much laughter in no wise sinister or saturnine resounds there. When summer lies hot over the land, those occupants lounge in the deep window seats, and when winter spreads his icy fingers and blows shrilly between his frozen palms, congregate round the fireplace at the far end, and perch, in companies of cheerful chatterers, upon sofa and chair, and chair-back and floor. Often have I sat there on long August evenings up till dressing-time, but never have I been there when anyone has seemed disposed to linger over-late without hearing the warning: "It is close on sunset: shall we go?" Later on in the shorter autumn days they often have tea laid there, and sometimes it has happened that, even while merriment was most uproarious, Mrs. Peveril has suddenly looked out of the window and said, "My dears, it is getting so late: let us finish our nonsense downstairs in the hall." And then for a moment a curious hush always falls on loquacious family and guests alike, and as if some bad news had just been known, we all make our silent way out of the place.
Durante el día, numerosos ocupantes frecuentan la galería alargada, y resuenan allí muchas risas que en modo alguno son siniestras o saturnianas. Cuando el verano es caluroso, los ocupantes reposan en los asientos de las ventanas, y cuando el invierno extiende sus dedos helados y sopla con estridencia entre sus palmas congeladas, se congregan alrededor de la chimenea del extremo y, en compañía de alegres conversadores, se sientan en el sofá, las sillas, los sillones y el suelo. A menudo he estado sentado allí en las largas tardes de agosto hasta la hora de la cena, pero nunca, al oír que alguien pareciera dispuesto a quedarse hasta más tarde, he dejado de oír la advertencia: «Se cierra al anochecer: ¿nos vamos?» Posteriormente, en los días más cortos del otoño suelen tomar allí el té, y ha sucedido a veces que incluso cuando la alegría era mayor la señora Peveril miraba de pronto por la ventana y decía: —Queridos, se está haciendo demasiado tarde: prosigamos nuestras absurdas historias abajo, en el salón. Y entonces, por un momento, un curioso silencio cae siempre sobre los locuaces invitados y familiares, y como si acabáramos de enterarnos de alguna mala noticia todos salimos en silencio del lugar.
But the spirits of the Peverils (of the living ones, that is to say) are the most mercurial imaginable, and the blight which the thought of handsome Dick and his doings casts over them passes away again with amazing rapidity.
Hay que decir, sin embargo, que el espíritu de los Peveril (me refiero claro está al de los vivos) es de lo más mercuriano que pueda imaginarse, por lo que el infortunio que cae sobre ellos al pensar en el guapo Dick y sus hechos desaparece de nuevo con sorprendente rapidez.
A typical party, large, young, and peculiarly cheerful, was staying at Church-Peveril shortly after Christmas last year, and as usual on December 31, Mrs. Peveril was giving her annual New Year′s Eve ball. The house was quite full, and she had commandeered as well the greater part of the Peveril Arms to provide sleeping-quarters for the overflow from the house. For some days past a black and windless frost had stopped all hunting, but it is an ill windlessness that blows no good (if so mixed a metaphor may be forgiven), and the lake below the house had for the last day or two been covered with an adequate and admirable sheet of ice. Everyone in the house had been occupied all the morning of that day in performing swift and violent manoeuvres on the elusive surface, and as soon as lunch was over we all, with one exception, hurried out again. This one exception was Madge Dalrymple, who had had the misfortune to fall rather badly earlier in the day, but hoped, by resting her injured knee, instead of joining the skaters again, to be able to dance that evening. The hope, it is true, was the most sanguine sort, for she could but hobble ignobly back to the house, but with the breezy optimism which characterises the Peverils (she is Blanche′s first cousin), she remarked that it would be but tepid enjoyment that she could, in her present state, derive from further skating, and thus she sacrificed little, but might gain much.
Poco después de las Navidades del último año se encontraba en Church-Peveril un grupo típico, amplio, juvenil y particularmente alegre, y como de costumbre, el treinta y uno de diciembre la señora Peveril celebraba su baile anual de Nochevieja. La casa estaba atestada y habían acudido la mayor parte de las familias Peveril para que proporcionaran dormitorio a aquellos invitados que no lo tenían. Durante los días anteriores, una helada negra y sin viento había impedido toda actividad de caza, pero mala es la falta de viento que golpea sin producir bien (si se me permite mezclar así las metáforas), y el lago que había bajo la casa se había cubierto durante los últimos dos días con una capa de hielo adecuada y admirable. Todos los que habitaban la casa ocuparon la mañana entera de aquel día realizando veloces y violentas maniobras sobre la esquiva superficie, y en cuanto terminamos el almuerzo todos, con una sola excepción, volvimos a salir precipitadamente. La excepción fue Madge Dalrymple, quien había tenido la mala fortuna de sufrir una caída bastante seria a primera hora, aunque esperaba que si dejaba reposar su rodilla herida, en lugar de unirse de nuevo a los patinadores, podría bailar aquella noche. Es cierto que aquella esperanza era de lo más optimista, pues sólo pudo regresar a la casa cojeando de manera innoble, pero con esa alegría jovial que caracteriza a los Peveril (es prima hermana de Blanche), comentó que en su estado presente sólo podría obtener un placer tibio con el patinaje, y por ello estaba dispuesta a sacrificar un poco para poder luego ganar mucho.
Accordingly, after a rapid cup of coffee which was served in the long gallery, we left Madge comfortably reclined on the big sofa at right-angles to the fireplace, with an attractive book to beguile the tedium till tea. Being of the family, she knew all about handsome Dick and the babies, and the fate of Mrs. Canning and Colonel Blantyre, but as we went out I heard Blanche say to her, "Don′t run it too fine, dear," and Madge had replied, "No; I′ll go away well before sunset." And so we left her alone in the long gallery.
En consecuencia, tras una rápida taza de café que fue servida en la galería alargada, dejamos a Madge cómodamente reclinada en el sofá grande situado en ángulo recto con la chimenea, con un libro atractivo que le permitiera entretener el tedio hasta la hora del té. Como era de la familia, lo sabía todo sobre el guapo Dick y los niños, y conocía el destino de la señora Canning y el coronel Blantyre, pero cuando nos íbamos oí que Blanche le decía: —No te quedes hasta el último minuto, querida. —No —le contestó Madge—. Saldré bastante antes del crepúsculo. Y así nos fuimos, dejándola a solas en la galería.
Madge read her attractive book for some minutes, but failing to get absorbed in it, put it down and limped across to the window. Though it was still but little after two, it was but a dim and uncertain light that entered, for the crystalline brightness of the morning had given place to a veiled obscurity produced by flocks of thick clouds which were coming sluggishly up from the north-east. Already the whole sky was overcast with them, and occasionally a few snow-flakes fluttered waveringly down past the long windows. From the darkness and bitter cold of the afternoon, it seemed to her that there was like to be a heavy snowfall before long, and these outward signs were echoed inwardly in her by that muffled drowsiness of the brain, which to those who are sensitive to the pressures and lightness of weather portends storm. Madge was peculiarly the prey of such external influences: to her a brisk morning gave an ineffable brightness and briskness of spirit, and correspondingly the approach of heavy weather produced a somnolence in sensation that both drowsed and depressed her.
Madge pasó algunos minutos leyendo su atractivo libro, pero como no conseguía sumergirse en él, lo dejó y se acercó cojeando a la ventana. Aunque apenas eran poco más de las dos, entraba por ella una luz sombría e incierta, ya que el brillo cristalino de la mañana había dado paso a una oscuridad velada que producían las espesas nubes que se acercaban perezosamente desde el nordeste. El cielo entero estaba ya cubierto por ellas, y ocasionalmente algunos copos de nieve se agitaban ondulantes frente a las largas ventanas. Por la oscuridad y el frío de la tarde, le pareció que iba a caer una fuerte nevada en breve, y aquellos signos exteriores tenían un paralelismo interior en esa somnolencia apagada del cerebro que provoca la tormenta en los seres sensibles a las presiones y veleidades del clima. Madge era presa peculiar de esas influencias externas: una mañana alegre producía un brillo y una energía inefables en su espíritu, y en consecuencia la proximidad del mal tiempo le producía una sensación somnolienta que al mismo tiempo la deprimía y adormecía.
It was in such mood as this that she limped back again to the sofa beside the log-fire. The whole house was comfortably heated by water-pipes, and though the fire of logs and peat, an adorable mixture, had been allowed to burn low, the room was very warm. Idly she watched the dwindling flames, not opening her book again, but lying on the sofa with face towards the fireplace, intending drowsily and not immediately to go to her own room and spend the hours, until the return of the skaters made gaiety in the house again, in writing one or two neglected letters. Still drowsily she began thinking over what she had to communicate: one letter several days overdue should go to her mother, who was immensely interested in the psychical affairs of the family. She would tell her how Master Anthony had been prodigiously active on the staircase a night or two ago, and how the Blue Lady, regardless of the severity of the weather, had been seen by Mrs. Peveril that morning, strolling about. It was rather interesting: the Blue Lady had gone down the laurel walk and had been seen by her to enter the stables, where, at the moment, Freddy Peveril was inspecting the frost-bound hunters. Identically then, a sudden panic had spread through the stables, and the horses had whinnied and kicked, and shied, and sweated. Of the fatal twins nothing had been seen for many years past, but, as her mother knew, the Peverils never used the long gallery after dark.
En ese estado de ánimo regresó cojeando al sofá situado junto a la chimenea. Toda la casa estaba cómodamente calentada por calefacción de agua, y aunque el fuego de leños y turba, que formaban una combinación adorable, ardía muy bajo, la habitación se encontraba caliente. Contempló ociosamente las llamas menguantes y no volvió a abrir el libro, sino que se quedó tumbada en el sofá de cara a la chimenea, intentando escribir adormecida una o dos cartas en cuya escritura iba retrasada en lugar de irse inmediatamente a su habitación a pasar el tiempo hasta que el regreso de los patinadores volviera a traer la alegría a la casa. Adormecida, empezó a pensar en lo que debía comunicar: una carta a su madre, muy interesada por los asuntos psíquicos de la familia. Le contaría que el amo Anthony había estado prodigiosamente activo en la escalera una o dos noches antes, y que la Dama Azul, con independencia de la severidad del clima, había sido vista paseando aquella misma mañana por la señora Peveril. Resultaba bastante interesante que la Dama Azul hubiera bajado por el paseo de los laureles y se la hubiera visto entrar en los establos, en los que en aquel momento Freddy Peveril estaba inspeccionando los caballos de caza. En ese instante se extendió por los establos un pánico repentino y los caballos empezaron a relinchar, cocear, espantarse y sudar. De los gemelos fatales no se había visto nada en muchos años, pero tal como su madre sabía, los Peveril no utilizaban nunca la galería larga después de la caída del sol.
Then for a moment she sat up, remembering that she was in the long gallery now. But it was still but a little after half-past two, and if she went to her room in half an hour, she would have ample time to write this and another letter before tea. Till then she would read her book. But she found she had left it on the window-sill, and it seemed scarcely worth while to get it. She felt exceedingly drowsy.
En ese momento se irguió, al recordar que se encontraba en la galería. Pero apenas sí pasaba un poco de las dos y media, y si se iba a su habitación en media hora tendría tiempo suficiente para escribir esa carta y la otra antes del té. Hasta entonces leería el libro. Se dio cuenta entonces de que lo había dejado en el alféizar de la ventana y no le pareció oportuno ir a recogerlo. Se sentía muy adormilada.
The sofa where she lay had been lately recovered, in a greyish green shade of velvet, somewhat the colour of lichen. It was of very thick soft texture, and she luxuriously stretched her arms out, one on each side of her body, and pressed her fingers into the nap. How horrible that story of Mrs. Canning was: the growth on her face was of the colour of lichen. And then without further transition or blurring of thought Madge fell asleep.
El sofá había sido tapizado recientemente en un terciopelo de tono verde grisáceo, parecido al color del liquen. Era de una textura suave y gruesa, y estiró perezosamente los brazos, uno a cada lado del cuerpo, apretando la lanilla con los dedos. Qué horrible había sido la historia de la señora Canning: lo que le creció en el rostro tenía el color del liquen. Y entonces, sin más transición o desdibujamiento del pensamiento, Madge se quedó dormida.
She dreamed. She dreamed that she awoke and found herself exactly where she had gone to sleep, and in exactly the same attitude. The flames from the logs had burned up again, and leaped on the walls, fitfully illuminating the picture of handsome Dick above the fireplace. In her dream she knew exactly what she had done to-day, and for what reason she was lying here now instead of being out with the rest of the skaters. She remembered also (still dreaming), that she was going to write a letter or two before tea, and prepared to get up in order to go to her room. As she half-rose she caught sight of her own arms lying out on each side of her on the grey velvet sofa.
Soñó. Soñó que despertaba y se encontraba exactamente donde se había dormido, y exactamente en la misma actitud. Las llamas de los leños habían vuelto a avivarse y saltaban sobre las paredes, iluminando adecuadamente el cuadro del guapo Dick colgado sobre la chimenea. En el sueño sabía exactamente lo que había hecho aquel día, y por qué razón se encontraba recostada allí en lugar de estar fuera con los demás patinadores. Recordaba también (todavía en sueños) que iba a escribir una o dos cartas antes del té, y se dispuso a levantarse para regresar a su habitación. Cuando lo había hecho a medias, vio sus brazos recostados a ambos lados sobre el sofá de terciopelo gris.
But she could not see where her hands ended, and where the grey velvet began: her fingers seemed to have melted into the stuff. She could see her wrists quite clearly, and a blue vein on the backs of her hands, and here and there a knuckle. Then, in her dream, she remembered the last thought which had been in her mind before she fell asleep, namely the growth of the lichen-coloured vegetation on the face and the eyes and the throat of Mrs. Canning. At that thought the strangling terror of real nightmare began: she knew that she was being transformed into this grey stuff, and she was absolutely unable to move. Soon the grey would spread up her arms, and over her feet; when they came in from skating they would find here nothing but a huge misshapen cushion of lichen-coloured velvet, and that would be she. The horror grew more acute, and then by a violent effort she shook herself free of the clutches of this very evil dream, and she awoke.
Pero no podía ver dónde estaban sus manos y dónde empezaba el terciopelo: parecía que los dedos se le hubieran fusionado con la lana. Veía con toda claridad las muñecas, una vena azul en el dorso de las manos y algún nudillo aquí y allá. Luego, en el sueño, recordaba el último pensamiento que había cruzado por su mente antes de dormirse, el crecimiento de una vegetación de color liquen en el rostro, ojos y garganta de la señora Canning. Con ese pensamiento comenzó el terror paralizante de la pesadilla real: sabía que se estaba transformando en ese material gris, pero era absolutamente incapaz de moverse. Muy pronto, el gris se extendería por sus brazos y pies; cuando llegaran de patinar no encontrarían más que un enorme cojín informe de terciopelo color liquen, y sería ella. El horror se hizo más agudo, y entonces, con un esfuerzo violento, se liberó de las garras de ese sueño maligno y despertó.
For a minute or two she lay there, conscious only of the tremendous relief at finding herself awake. She felt again with her fingers the pleasant touch of the velvet, and drew them backwards and forwards, assuring herself that she was not, as her dream had suggested, melting into greyness and softness. But she was still, in spite of the violence of her awakening, very sleepy, and lay there till, looking down, she was aware that she could not see her hands at all. It was very nearly dark.
Permaneció allí tumbada uno o dos minutos, consciente sólo del alivio tremendo que le producía estar despierta. Volvió a tocar con los dedos el agradable terciopelo, y los movió hacia atrás y adelante para asegurarse de que no estaba fusionada con el material gris y suave, tal como había sugerido el sueño. Pero se mantuvo quieta, a pesar de la violencia del despertar, muy somnolienta, y se quedó allí, mirando hacia abajo, hasta darse cuenta de que no podía ver sus manos. Había oscurecido mucho.
At that moment a sudden flicker of flame came from the dying fire, and a flare of burning gas from the peat flooded the room. The portrait of handsome Dick looked evilly down on her, and her hands were visible again. And then a panic worse than the panic of her dreams seized her.
En ese momento, un parpadeo repentino de la llama brotó del fuego moribundo y una llamarada de gas ardiente desprendida de la turba inundó la habitación. El retrato del guapo Dick la miraba con malignidad, y volvió a ver sus manos. Se apoderó de ella entonces un pánico peor que el de su sueño.
Daylight had altogether faded, and she knew that she was alone in the dark in the terrible gallery.
La luz del día había desaparecido totalmente y sabía que estaba a solas en la oscuridad de la terrible galería.
This panic was of the nature of nightmare, for she felt unable to move for terror. But it was worse than nightmare because she knew she was awake. And then the full cause of this frozen fear dawned on her; she knew with the certainty of absolute conviction that she was about to see the twin-babies.
Aquel pánico tenía la naturaleza de la pesadilla, pero se sentía incapaz de moverse por causa del terror. Era peor que una pesadilla porque sabía que estaba despierta. Y entonces comprendió plenamente qué era lo que causaba aquel miedo paralizante; supo con absoluta certeza y convicción que iba a ver a los gemelos.
She felt a sudden moisture break out on her face, and within her mouth her tongue and throat went suddenly dry, and she felt her tongue grate along the inner surface of her teeth. All power of movement had slipped from her limbs, leaving them dead and inert, and she stared with wide eyes into the blackness. The spurt of flame from the peat had burned itself out again, and darkness encompassed her.
Sintió que de pronto le brotaba una humedad en el rostro al mismo tiempo que dentro de la boca la lengua y la garganta se le quedaban secas, y sintió que la lengua le raspaba en la superficie interior de los dientes. Había desaparecido de sus miembros toda capacidad de movimiento, y estaban muertos e inertes mientras contemplaba con los ojos bien abiertos la negrura. La bola de fuego que había salido de la turba había vuelto a desaparecer y la oscuridad la envolvía.
Then on the wall opposite her, facing the windows, there grew a faint light of dusky crimson.
Entonces, en la pared opuesta, frente a las ventanas, apareció una luz débil de color carmesí oscuro.
For a moment she thought it but heralded the approach of the awful vision, then hope revived in her heart, and she remembered that thick clouds had overcast the sky before she went to sleep, and guessed that this light came from the sun not yet quite sunk and set. This sudden revival of hope gave her the necessary stimulus, and she sprang off the sofa where she lay. She looked out of the window and saw the dull glow on the horizon. But before she could take a step forward it was obscured again. A tiny sparkle of light came from the hearth which did no more than illuminate the tiles of the fireplace, and snow falling heavily tapped at the window panes. There was neither light nor sound except these.
Pensó por un momento que anunciaba la proximidad de la visión terrible, pero la esperanza se reanimó en su corazón y recordó que espesas nubes habían cubierto el cielo antes de quedarse dormida, y conjeturó que aquella luz procedía del sol, que todavía no se había puesto del todo. Esa repentina recuperación de la esperanza le dio el estímulo necesario para levantarse de un salto del sofá en el que estaba reclinada. Miró por la ventana hacia el exterior y vio una luz apagada en el horizonte. Pero antes de que pudiera dar un paso, había regresado la oscuridad. De la chimenea salía una débil chispa de luz que apenas iluminaba los ladrillos con la que estaba hecha, y la nieve, que caía pesadamente, golpeaba los cristales de las ventanas. No había más luz ni sonido que aquéllos.
But the courage that had come to her, giving her the power of movement, had not quite deserted her, and she began feeling her way down the gallery. And then she found that she was lost. She stumbled against a chair, and, recovering herself, stumbled against another. Then a table barred her way, and, turning swiftly aside, she found herself up against the back of a sofa.
No la había abandonado del todo, sin embargo, el valor que le había dado la capacidad de movimiento, por lo que empezó a abrirse paso por la galería. Descubrió entonces que estaba perdida. Tropezó con una silla, y nada más recuperarse tropezó con otra. Después era una mesa la que le impedía el paso, y girando rápidamente hacia un lado se encontró atrapada por el respaldo de un sofá.
Once more she turned and saw the dim gleam of the firelight on the side opposite to that on which she expected it. In her blind gropings she must have reversed her direction. But which way was she to go now. She seemed blocked in by furniture. And all the time insistent and imminent was the fact that the two innocent terrible ghosts were about to appear to her.
De nuevo giró y vio la débil luz de la chimenea en el lado contrario al que ella esperaba. Al avanzar a tientas y a ciegas debía haber cambiado de dirección. ¿Pero qué dirección podía tomar? Parecía bloqueada por los muebles, y en todo momento resultaba insistente e inminente el hecho de que dos fantasmas terribles e inocentes se le iban a aparecer.
Then she began to pray. "Lighten our darkness, O Lord," she said to herself. But she could not remember how the prayer continued, and she had sore need of it. There was something about the perils of the night. All this time she felt about her with groping, fluttering hands. The fire-glimmer which should have been on her left was on her right again; therefore she must turn herself round again. "Lighten our darkness," she whispered, and then aloud she repeated, "Lighten our darkness."
Comenzó entonces a rezar. «Oh Señor, ilumina nuestra oscuridad», dijo para sí misma. Pero no se acordaba de cómo proseguía la oración, que tan desesperadamente necesitaba. Era algo acerca de los peligros de la noche. Incesantemente tanteaba los alrededores con manos nerviosas. El brillo del fuego que debía haber estado a su izquierda se encontraba de nuevo a la derecha; por tanto debía girar otra vez. «Ilumina nuestra oscuridad», susurraba, para después repetir en voz alta: «Ilumina nuestra oscuridad».
She stumbled up against a screen, and could not remember the existence of any such screen.
Chocó con una pantalla cuya existencia no recordaba.
Hastily she felt beside it with blind hands, and touched something soft and velvety. Was it the sofa on which she had lain? If so, where was the head of it. It had a head and a back and feet--it was like a person, all covered with grey lichen. Then she lost her head completely. All that remained to her was to pray; she was lost, lost in this awful place, where no one came in the dark except the babies that cried. And she heard her voice rising from whisper to speech, and speech to scream. She shrieked out the holy words, she yelled them as if blaspheming as she groped among tables and chairs and the pleasant things of ordinary life which had become so terrible.
Precipitadamente tanteó a su lado a ciegas y tocó algo suave y aterciopelado. ¿Se trataba del sofá sobre el que había estado reclinada? En ese caso se encontraba en la cabecera. Tenía cabeza, espalda y pies... era como una persona recubierta de liquen verde. Perdió totalmente la cabeza. Lo único que podía hacer era rezar; estaba perdida, perdida en un lugar horrible en el que nadie salía en la oscuridad salvo los niños que lloraban. Y escuchó su voz, que crecía desde el susurro al habla, y del habla al grito. Gritó las palabras sagradas, las chilló como si blasfemara mientras se movía a tientas entre mesas, sillas y objetos agradables de la vida ordinaria, pero que se habían vuelto terribles.
Then came a sudden and an awful answer to her screamed prayer. Once more a pocket of inflammable gas in the peat on the hearth was reached by the smouldering embers, and the room started into light. She saw the evil eyes of handsome Dick, she saw the little ghostly snow-flakes falling thickly outside. And she saw where she was, just opposite the door through which the terrible twins made their entrance. Then the flame went out again, and left her in blackness once more. But she had gained something, for she had her geography now. The centre of the room was bare of furniture, and one swift dart would take her to the door of the landing above the main staircase and into safety. In that gleam she had been able to see the handle of the door, bright-brassed, luminous like a star. She would go straight for it; it was but a matter of a few seconds now.
Se produjo entonces una respuesta repentina y terrible a la oración vociferada. Una vez más, una bolsa de gas inflamable de la turba de la chimenea se levantó entre las ascuas que ardían lentamente e iluminó la estancia. Vio los ojos malignos del guapo Dick y vio los pequeños y fantasmales copos de nieve cayendo con fuerza en el exterior. Y vio dónde estaba: exactamente delante de la puerta por la que entraban los terribles gemelos. La llama volvió a desaparecer y la dejó una vez más en la negrura. Pero había ganado algo, pues ahora conocía su posición. La parte central de la estancia carecía de muebles, y un movimiento rápido la llevaría hasta la puerta del rellano situado encima de la escalera principal, y por tanto a la seguridad. Con aquel brillo había sido capaz de ver el asa de la puerta, de bronce brillante, luminosa como una estrella. Iría directamente hacia ella, era cuestión sólo de unos segundos.
She took a long breath, partly of relief, partly to satisfy the demands of her galloping heart.
Tomó una inspiración profunda en parte como alivio y en parte para satisfacer las demandas de su corazón palpitante.
But the breath was only half-taken when she was stricken once more into the immobility of nightmare.
Pero sólo había respirado a medias cuando la sobrecogió de nuevo la inmovilidad de la pesadilla.
There came a little whisper, it was no more than that, from the door opposite which she stood, and through which the twin-babies entered. It was not quite dark outside it, for she could see that the door was opening. And there stood in the opening two little white figures, side by side. They came towards her slowly, shufflingly. She could not see face or form at all distinctly, but the two little white figures were advancing. She knew them to be the ghosts of terror, innocent of the awful doom they were bound to bring, even as she was innocent. With the inconceivable rapidity of thought, she made up her mind what to do. She had not hurt them or laughed at them, and they, they were but babies when the wicked and bloody deed had sent them to their burning death. Surely the spirits of these children would not be inaccessible to the cry of one who was of the same blood as they, who had committed no fault that merited the doom they brought. If she entreated them they might have mercy, they might forebear to bring the curse on her, they might allow her to pass out of the place without blight, without the sentence of death, or the shadow of things worse than death upon her.
Escuchó entonces un pequeño susurro, nada más que eso, desde la puerta frente a la que se encontraba, y por la que entraron los gemelos. En el exterior no había oscurecido totalmente, pues pudo ver que la puerta se abría. Y allí, en ella, estaban una al lado de la otra las dos pequeñas figuras blancas. Avanzaron hacia ella lentamente, arrastrando los pies. No podía ver con claridad rostro o forma algunos, pero las dos pequeñas figuras blancas avanzaban. Sabía que eran los fantasmas del terror, inocentes del destino terrible que iban a producir, aunque también ella fuera inocente. Con una inconcebible rapidez de pensamiento decidió qué iba a hacer. No les haría daño ni se reiría de ellos, y ellos... ellos sólo eran unos bebés cuando aquel acto perverso y sangriento les había enviado a su ardiente muerte. Seguramente los espíritus de aquellos niños no serían inaccesibles al llanto de aquella que era de su misma sangre y que no había cometido falta alguna que la hiciera merecedora del destino que ellos traían. Si les suplicaba podrían tener piedad, podrían evitar transmitirle la maldición, podrían permitirle que saliera de aquel lugar sin infortunio, sin la sentencia de muerte, o la sombra de cosas peores que la muerte.
It was but for the space of a moment that she hesitated, then she sank down on to her knees, and stretched out her hands towards them.
Sólo vaciló durante un momento, y luego cayó de rodillas y extendió las manos hacia ellos.
"Oh, my dears," she said, "I only fell asleep. I have done no more wrong than that--"
—Queridos míos —dijo—. Sólo me quedé dormida. No he cometido ningún otro mal que ése...
She paused a moment, and her tender girl′s heart thought no more of herself, but only of them, those little innocent spirits on whom so awful a doom was laid, that they should bring death where other children bring laughter, and doom for delight. But all those who had seen them before had dreaded and feared them, or had mocked at them.
Se detuvo un momento y su tierno corazón juvenil no pensó ya en sí misma, sino en ellos, en aquellos pequeños e inocentes espíritus sobre los que había caído tan terrible destino, que transmitían la muerte mientras otros niños transmitían la risa y un destino placentero. Pero todos aquellos que les habían visto antes les habían temido o se habían burlado de ellos.
Then, as the enlightenment of pity dawned on her, her fear fell from her like the wrinkled sheath that holds the sweet folded buds of Spring.
Y entonces, cuando la luz de la piedad apareció en ella, su miedo desapareció como la hoja arrugada que recubre los dulces y plegados capullos de la primavera.
"Dears, I am so sorry for you," she said. "It is not your fault that you must bring me what you must bring, but I am not afraid any longer. I am only sorry for you. God bless you, you poor darlings."
—Queridos, siento tanta pena por vosotros. No es culpa vuestra que me hayáis traído adonde estoy, pero ya no os tengo miedo. Sólo siento pena por vosotros. Que Dios os bendiga, pobres niños.
She raised her head and looked at them. Though it was so dark, she could now see their faces, though all was dim and wavering, like the light of pale flames shaken by a draught. But the faces were not miserable or fierce--they smiled at her with shy little baby smiles. And as she looked they grew faint, fading slowly away like wreaths of vapour in frosty air.
Levantó la cabeza y les miró. Aunque estaba muy oscuro pudo verles el rostro, bajo la oscuridad vacilante de las llamas pálidas sacudidas por una corriente. Los rostros no eran desgraciados ni crueles: le sonreían con su sonrisa tímida de niños pequeños. Y mientras ella les miraba fueron desapareciendo lentamente como espirales de vapor en un aire helado.
Madge did not at once move when they had vanished, for instead of fear there was wrapped round her a wonderful sense of peace, so happy and serene that she would not willingly stir, and so perhaps disturb it. But before long she got up, and feeling her way, but without any sense of nightmare pressing her on, or frenzy of fear to spur her, she went out of the long gallery, to find Blanche just coming upstairs whistling and swinging her skates.
Madge no se movió nada más desaparecer los niños, pues en lugar del miedo que la había envuelto sentía ahora una maravillosa sensación de paz, tan feliz y serena que no deseaba moverse, lo que podría turbarla. Pero al poco se levantó, y abriéndose camino a tientas, aunque sin la sensación de pesadilla presionando en ella, y sin espolearla el frenesí del miedo, salió de la galería y se encontró a Blanche que subía las escaleras silbando y balanceando los patines que llevaba en una mano.
"How′s the leg, dear," she asked. "You′re not limping any more."
—¿Cómo tienes la pierna, querida? Veo que ya no cojeas.
Till that moment Madge had not thought of it.
Hasta ese momento Madge no había pensado en ello.
"I think it must be all right," she said; "I had forgotten it, anyhow. Blanche, dear, you won′t be frightened for me, will you, but--but I have seen the twins."
—Creo que la debo tener bien —contestó—. Pero en cualquier caso me había olvidado de ella. Blanche, querida, no te asustes de lo que voy a decirte, ¿me lo prometes?... He visto a los gemelos.
For a moment Blanche′s face whitened with terror.
El rostro de Blanche palideció un momento por el terror.
"What?" she said in a whisper.
—¿Cómo? —preguntó en un susurro.
"Yes, I saw them just now. But they were kind, they smiled at me, and I was so sorry for them. And somehow I am sure I have nothing to fear."
—Sí, los acabo de ver ahora. Pero eran amables, me sonrieron; y yo sentí pena por ellos. No sé por qué, pero estoy segura de que no tengo nada que temer.
It seems that Madge was right, for nothing has come to touch her. Something, her attitude to them, we must suppose, her pity, her sympathy, touched and dissolved and annihilated the curse.
Parece ser que Madge tenía razón, pues no le ha sucedido nada desagradable. Algo, podemos suponer que su actitud hacia ellos, su piedad y simpatía, conmovió, disolvió y aniquiló la maldición.
Indeed, I was at Church-Peveril only last week, arriving there after dark. Just as I passed the gallery door, Blanche came out.
La última semana llegué a Church-Peveril después de oscurecer. Cuando pasé por la puerta de la galería, Blanche salió por ella.
"Ah, there you are," she said: "I′ve just been seeing the twins. They looked too sweet and stopped nearly ten minutes. Let us have tea at once."
—Ah, es usted —me dijo—. Acabo de ver a los gemelos. Parecen tan dulces, se quedaron casi diez minutos. Vamos a tomar el té enseguida.