E.F Benson (England, 1867-1940) THE BATH-CHAIR -- [La silla de ruedas] Edición bilingüe, inglés-español, de Miguel Garci-Gomez -- --
[Ocultar títulos]
Edmund Faraday, at the age of fifty, had every reason to be satisfied with life: he had got all he really wanted, and plenty of it. Health was among the chief causes of his content, and he often reflected that the medical profession would have a very thin time of it, if everyone was as fortunate as he. His appreciation of his good fortune was apt at times to be a little trying: he ate freely, he absorbed large (but in no way excessive) quantities of mixed alcoholic liquors, pleasantly alluding to his immunity from any disagreeable effects, and he let it be widely known that he had a cold bath in the morning, spent ten minutes before an open window doing jerks and flexings, and had a fine appetite for breakfast. Not quite so popular was his faint contempt for those who had to be careful of themselves. It was not expressed in contemptuous terms, indeed he was jovially sympathetic with men perhaps ten years younger than himself who found it more prudent to be abstemious. "Such a bore for you, old man," he would comment, "but I expect you′re wise."
A los cincuenta años de edad, Edmund Faraday tenía todas las razones para estar satisfecho de la vida: poseía todo lo que realmente deseaba, y además en abundancia. La salud era una de las principales causas de su satisfacción, y a menudo pensaba que la profesión médica tendría muy poca cosa que hacer si todo el mundo fuese como él. Su apreciación de su buena suerte le permitía en ocasiones tentarla: comía sin mesura y consumía grandes (aunque nunca excesivas) cantidades de alcohol proveniente de diversos tipos de licor, aludiendo agradablemente a su inmunidad ante cualquier efecto desagradable. También hacía saber a todo el mundo que cada mañana tomaba un baño de agua fría, que pasaba diez minutos frente a una ventana haciendo ejercicios y flexiones, y que se tomaba el desayuno con gran apetito. No resultaba tan popular, sin embargo, su escaso respeto por aquellos que tenían que cuidarse. Y no es que lo expresase en términos despreciativos, sino más bien al contrario: mostraba una jovial simpatía por todos aquellos hombres, quizá diez años más jóvenes que él, que elegían ser prudentes con el alcohol. —Eso que se pierde, abuelo —comentaba—, pero ya espabilará.
In addition to these physical advantages, he was master of a very considerable income, derived from shares in a very sound company of general stores, which he himself had founded, and of which he was chairman: this and his accumulated savings enabled him to live precisely as he pleased. He had a house near Ascot, where he spent most week-ends from Friday to Monday, playing golf all day, and another in Massington Square, conveniently close to his business. He might reasonably look forward to a robust and prosperous traverse of that table-land of life which with healthy men continues till well after they have passed their seventieth year. In London he was accustomed to have a couple of hours′ bridge at his club before he went back to his bachelor home where his sister kept house for him, and from morning to night his life was spent in enjoying or providing for his own pleasures.
Además de estas ventajas físicas, era dueño de unos considerables ingresos derivados de sus acciones en una compañía muy segura dedicada a los grandes almacenes, que él mismo había fundado y de la que era presidente: aquello y sus ahorros acumulados le permitían vivir como le apeteciese. Tenía una casa cerca de Ascot en la que pasaba casi todos los fines de semana, desde el viernes hasta el lunes, jugando constantemente al golf, y otra en Massington Square, convenientemente cercana a su negocio. Podía esperar una razonable y próspera travesía en aquel último tramo de la vida que en los hombres acomodados suele continuar hasta bastante después de haber cumplido los setenta. En Londres estaba acostumbrado a jugar todos los días al bridge durante un par de horas en su club, antes de regresar a su hogar de soltero, del que se encargaba su hermana, y desde la mañana hasta la noche su vida se centraba en disfrutar o procurarse placeres.
Alice Faraday was, in her own department, one of the clues of his prosperous existence, for it was she who ran his domestic affairs for him. He saw little of her, for he always breakfasted by himself, and encountered her in the morning only for a moment when he came downstairs to set out for his office, and told her whether there would be some of his friends to dinner, or whether he would be out; she would then interview the cook and telephone to the tradesmen, and make her tour of the house to see that all was tidy and speckless. At the end of the day again it was but seldom that they spent a domestic evening together: either he dined out leaving her alone, or three friends or perhaps seven were his guests and made up a table or two tables of bridge. On these occasions Alice was never of the party. She was no card player, she was rather deaf, she was silent and by no means decorative, and she was best represented by the admirable meal she had provided for him and his friends. At the house at Ascot she performed a similar role, finding her way there by train on Friday morning, so as to have the house ready for him when he motored down later in the day.
Alice Faraday era, dentro de su propio campo, una de las claves de su próspera existencia, ya que era la que se encargaba de los asuntos domésticos. El la veía poco, ya que siempre desayunaba solo y durante la mañana únicamente coincidían unos instantes, cuando él descendía las escaleras para dirigirse hacia su oficina y le decía si vendrían algunos amigos a cenar o si por el contrario era él quien cenaría en otro lugar; entonces ella hablaba con el cocinero, telefoneaba a los proveedores, y recorría la casa para asegurarse de que todo estaba ordenado e impoluto. Al final del día era también rara la ocasión en la que recibían juntos la noche, ya que o bien él cenaba fuera dejándola sola, o bien invitaba a tres o quizá a siete amigos, entre los que formaban una o dos mesas de bridge. En aquellas ocasiones, Alice nunca participaba. No le gustaba jugar a las cartas, estaba bastante sorda, mantenía un silencio nada decorativo y sentía que ya había quedado representada por la admirable comida que les había proporcionado tanto a él como a sus amigos. En la residencia de Ascot desempeñaba un papel parecido, acudiendo allí en tren los viernes por la mañana para que la casa estuviera preparada cuando llegara él montado en su coche algo más tarde.
Sometimes he wondered whether he would not be more comfortable if he married and gave Alice a modest home of her own with an income to correspond, for, though he saw her but seldom, her presence was slightly repugnant to him. But marriage was something of a risk, especially for a man of his age who had kept out of it so long, and he might find himself with a wife who had a will of her own, and who did not understand, as Alice certainly did, that the whole reason of her existence was to make him comfortable. Again he wondered whether perfectly-trained servants like his would not run the house as efficiently as his sister, in which case she would be better away; he would, indefinably, be more at his ease if she were not under his roof. But then his cook might leave, or his housemaid do her work badly, and there would be bills to go through, and wages to be paid, and catering to be thought of. Alice did all that, and his only concern was to draw her a monthly cheque, with a grumble at the total. As for his occasional evenings with her, though it was a bore to dine with this rather deaf, this uncouth and bony creature, such evenings were rare, and when dinner was over, he retired to his own den, and spent a tolerable hour or two over a book or a crossword puzzle. What she did with herself he had no idea, nor did he care, provided she did not intrude on him. Probably she read those gruesome books about the subconscious mind and occult powers which interested her. For him the conscious mind was sufficient, and she had little place in it. A secret unsavoury woman: it was odd that he, so spick and span and robust, should be of the same blood as she.
A veces Faraday se preguntaba si no se sentiría más a gusto casándose y proporcionándole a Alice una casa modesta que fuera de su propiedad y una renta equivalente, ya que, aunque raras veces la veía, su presencia le repugnaba ligeramente. Pero el matrimonio era algo arriesgado, especialmente para un hombre de su edad, que se había librado durante tanto tiempo, y además podría topar con una esposa que tuviera voluntad propia, y que no entendiera, del modo que lo hacía Alice, que la única razón de su existencia debería ser hacerle sentir cómodo. De nuevo se preguntó si unos criados tan perfectamente adiestrados como los suyos no podrían llevar la casa de una manera tan eficiente como lo hacía su hermana, en cuyo caso ella estaría mejor en otro lugar; él desde luego se sentiría más a gusto si no viviera bajo el mismo techo. Pero podría pasar que su cocinero se despidiera, o que la chica que limpiaba la casa hiciera mal su trabajo, y además había facturas de las que encargarse, e impuestos que pagar, y había que pensar en el abastecimiento. Alice se encargaba de todo aquello, y lo único que él tenía que hacer era extenderle un cheque mensual, refunfuñando al ver el total. Y respecto a sus ocasionales cenas con ella, aunque era aburridísimo sentarse frente a aquella criatura medio sorda, grosera y huesuda, aquellas noches eran las menos, y en cuanto acababa de cenar se retiraba a su estudio y pasaba una o dos horas tolerables entretenido con un libro o un crucigrama. A qué se dedicaba ella, no tenía ni idea, y tampoco es que le importara mientras ella no le importunase. Probablemente leería aquellos espantosos libros sobre el subconsciente y las ciencias ocultas que tanto le gustaban. Para él, con el consciente ya le bastaba, y ella tenía poco espacio reservado en el suyo. Qué mujer tan desagradable y enigmática: qué extraño que él, tan pulcro y robusto, llevara su misma sangre.
This regime, the most comfortable that he could devise for himself, had been practically forced on Alice. Up till her father′s death she had kept house for him, and in his old age he had fallen on evil days. He had gambled away in stupid speculation on the Stock Exchange a very decent capital, and for the last five years of his life he had been entirely dependent on his son, who housed them both in a dingy little flat just around the corner from Massington Square. Then the old man had had a stroke and was partially paralysed, and Edmund, always contemptuous of the sick and the inefficient, had grudged every penny of the few hundred pounds which he annually allowed him. At the same time he admired the powers of management and economy that his sister manifested in contriving to make her father comfortable on his meagre pittance. For instance, she even got him a second-hand bath-chair, shabby and shiny with much usage, and on warm days she used to have him wheeled up and down the garden in Massington Square, or sit there reading to him. Certainly she had a good idea of how to use money, and so, on her father′s death, since she had to be provided for somehow, he offered her a hundred pounds a year, with board and lodging, to come and keep house for him. If she did not accept this munificence she would have to look out for herself, and as she was otherwise penniless, it was not in her power to refuse. She brought the bath-chair with her, and it was stored away in a big shed in the garden behind her brother′s house. It might come into use again some day.
Aquel régimen, sin duda el más cómodo que había podido idear para sí mismo, había sido prácticamente impuesto sobre Alice. Ella había cuidado de la casa de su padre hasta la muerte de éste, quien al ir envejeciendo había caído en las malas costumbres. Había perdido un capital considerable especulando estúpidamente en el mercado de valores, y durante sus últimos cinco años había pasado a depender completamente de su hijo, que los había alojado a ambos en un pequeño y sórdido piso a la vuelta de la esquina de Massington Square. Entonces el viejo sufrió un ataque y quedó parcialmente paralizado, y Edmund, siempre despreciativo de los enfermos y los incapaces, le había tacañeado hasta el último penique del par de cientos de libras que le pasaba anualmente. Al mismo tiempo, admiraba la habilidad para la gestión y la economía exhibidos por su hermana, que conseguía ofrecerle a su padre una existencia cómoda pese a su magra miseria. Por ejemplo, incluso había conseguido comprarle una silla de ruedas de segunda mano, destartalada y desgastada por el uso, con la que los días soleados le paseaba por los jardines de Massington Square, o sencillamente se sentaba a su lado para leerle. Ciertamente, sabía cómo aprovechar el dinero, de modo que, al morir su padre, y ya que era su deber ocuparse de ella, Edmund le ofreció cien libras al año, alojamiento y manutención, a cambio de que llevara la casa por él. Si no aceptaba aquella oferta, debería arreglárselas sola, y dado que no poseía un penique, no estuvo en su mano oponerse. Habían traído consigo la silla de ruedas, y la había guardado en un gran trastero que había en el jardín trasero de la casa de su hermano. Quizá podría ser de algún uso en otra ocasión.
Edmund Faraday was an exceedingly shrewd man, but he never guessed that there was any psychical reason, beyond the material necessity, why Alice so eagerly accepted his offer. Briefly, this reason was that his sister regarded him with a hatred that prospered and burned bright in his presence. She hugged it to her, she cherished and fed it, and for that she must be with him: otherwise it might die down and grow cold. To hear him come in of an evening thrilled her with the sense of his nearness, to sit with him in silence at their rare solitary meals, to watch him, to serve him was a feast to her. She had no definite personal desire to injure him, even if that had been possible, but she must be near him, waiting for some inconjecturable doom, which, long though it might tarry, would surely overtake him, provided only that she kept the dynamo of her hatred ceaselessly at work. All vivid emotion, she knew, was a force in the world, and sooner or later it worked out its fulfilment. In her solitary hours, when her housekeeping work was accomplished, she directed her mind on him like a searchlight, she studied books of magic and occult lore that revealed or hinted at the powers which concentration can give. Witches and sorcerers, in the old days, ignorant of the underlying cause, made spells and incantations, they fashioned images of wax to represent their victims, and bound and stabbed them with needles in order to induce physical illness and torturing pains, but all this was child′s play, dealing with symbols: the driving force behind them, which was much better left alone to do its will in its own way without interference, was hate. And it was no use being impatient: it was patience that did its perfect work. Perhaps when the doom began to shape itself, a little assistance might be given: fears might be encouraged, despair might be helped to grow, but nothing more than that. Just the unwearied waiting, the still intense desire, the black unquenchable flame....
Edmund Faraday era un hombre astuto, pero nunca sospechó que existiese alguna razón, aparte de la necesidad material, por la que Alice hubiera aceptado su oferta de tan buen grado. Brevemente, esta razón era que su hermana le profesaba un odio que se incrementaba y brillaba furioso ante su presencia. Ella lo abrazaba, lo atesoraba y lo alimentaba, pero para hacer todo aquello necesitaba estar cerca de él: de otra manera, podría enfriarse y morir. Oírle llegar alguna tarde la emocionaba al sentir su cercanía; sentarse con él en silencio durante sus escasas y solitarias cenas, observarle, servirle... representaba un festín para ella. No tenía ningún deseo personal de dañarle, incluso aunque eso hubiera sido posible, pero sentía que debía estar cerca, esperando a que cayera sobre él alguna desgracia inconjeturable, la cual, aunque pudiera demorarse todo lo que quisiera, acabaría por llegar con toda seguridad, al menos mientras ella mantuviera la dinamo de su odio constantemente encendida. Toda emoción intensa, ella lo sabía, representaba una fuerza en el mundo, y antes o después acabaría por realizarse con creces. Durante sus horas solitarias, cuando las tareas del hogar estaban completadas, ella centraba su mente en él, como un proyector, y estudiaba libros de magia y ciencias ocultas que le revelaban o le hacían intuir los poderes otorgados por la concentración. Las brujas y los magos, en los tiempos antiguos, ignorantes de la causa subyacente, pronunciaban hechizos y encantamientos o construían muñecos de cera que representasen a sus víctimas, y los ataban y los pinchaban con agujas con el propósito de producir malestar físico y agudos dolores. Pero todo aquel trabajo con símbolos era un juego de niños: la verdadera fuerza que se escondía detrás, aquella que más convendría dejar libre para realizar su voluntad sin interferencias, era el odio. Y no merecía la pena ser impaciente: era la paciencia la que realizaba un trabajo perfecto. Quizá, cuando su maldición empezara a tomar forma, se le podría ayudar de alguna manera: los miedos podían ser potenciados, se podía aumentar la desesperanza... pero nada más. Tan sólo la espera fatigosa, el deseo intenso, la insaciable y negra llama...
Often she felt that her father′s spirit was in touch with her, for he, too, had loathed his son and when he lay paralysed, without power of speech, she used to make up stories about Edmund for his amusement, how he would lose all his money, how he would be detected in some gross dishonesty in his business, how his vaunted health would fail him, and how cancer or some crippling ailment would grip him; and then the old man′s eyes would brighten with merriment, and he cackled wordlessly in his beard and twitched with pleasure. Since her father′s death, Alice had no sense that he had gone from her, his spirit was near her, and its malevolence was undiminished. She made him partner of her thoughts: sometimes Edmund was late returning from his work, and as the minutes slipped by and still he did not come, it was as if she still made stories for her father, and told him that the telephone bell would soon ring, and she would find that she was being rung up from some hospital where Edmund had been carried after a street accident. But then she would check her thoughts; she must not allow herself to get too definite or even to suggest anything to the force that was brewing and working round him. And though at present all seemed well with him, and the passing months seemed but to endow him with new prosperities, she never doubted that fulfilment would fail, if she was patient and did her part in keeping the dynamo of hate at work.
A menudo sentía que el espíritu de su padre se mantenía en contacto con ella, ya que también él había aborrecido a su hijo, y mientras yacía paralizado, sin poder hablar, ella inventaba historias sobre Edmund para entretenerle: cómo perdería todo su dinero, cómo se descubriría un gran fraude en su negocio, cómo le traicionaría su tan cacareada salud, y cómo le atenazaría el cáncer o alguna enfermedad degenerativa; entonces, los ojos del viejo brillaban con alegría, gorjeaba sin poder decir nada y se retorcía de placer. Desde la muerte de su padre, Alice aún no había sentido que éste la abandonara; su espíritu estaba cerca de ella y su malevolencia no había disminuido. Ella, por su parte, le hacía el compañero de sus pensamientos: a veces, Edmund llegaba tarde del trabajo, y mientras los minutos se deslizaban sin que él hubiera aparecido aún, ella se sentía como si todavía estuviera inventando historias para su padre, y le contaba que el teléfono sonaría de un momento a otro, y que la llamada provendría de algún hospital al que Edmund habría sido conducido tras sufrir un accidente de tráfico. Pero entonces recordaba que debía mantener a raya sus pensamientos; no debía permitirse definir excesivamente sus ideas ni sugerir nada a la fuerza que se estaba preparando para actuar sobre él. Y aunque en aquellos momentos todo parecía marchar a la perfección, y los siguientes meses incluso le proporcionaron nuevos beneficios, Alice nunca dudó que llegaría el día de la retribución, siempre y cuando ella fuese paciente y mantuviera aquella dinamo del odio en marcha.
Edmund Faraday had only lately moved into the house he now occupied. Previously he had lived in another in the same square, a dozen doors off, but he had always wanted this house: it was more spacious, and it had behind it a considerable plot of garden, lawn and flower-beds, with a high brick wall surrounding it. But the other house was still unlet, and the house agent′s board on it was an eyesore to him: there was money unrealized while it stood empty. But to-night, as he approached it, walking briskly back from his office, he saw that there was a man standing on the balcony outside the drawing-room windows: evidently then there was someone seeing over it. As he drew nearer, the man turned, took a few steps towards the long open window and passed inside. Faraday noticed that he limped heavily, leaning on a stick and swaying his body forward as he advanced his left leg, as if the joint was locked. But that was no concern of his, and he was pleased to think that somebody had come to inspect his vacant property. Next morning on his way to business he looked in at the agent′s, in whose hands was the disposal of the house, and asked who had been enquiring about it. The agent knew nothing of it: he had not given the keys to anyone.
Edmund Faraday se había trasladado hacía relativamente poco a la casa que ahora ocupaba. Previamente había vivido en otra de la misma plaza, una docena de puertas más allá, pero siempre había deseado ésta: era más espaciosa, y contaba en la parte trasera con una considerable parcela de tierra rodeada por una alta pared de ladrillo y ocupada por un jardín de césped y lechos de flores. Sin embargo, aún no había conseguido alquilar la otra casa, y el cartel que el agente inmobiliario había colocado frente a ella era sencillamente horroroso, pero lo peor era que mientras estuviera libre habría dinero por ganar. No obstante, aquella noche, mientras se acercaba a ella, caminando vigorosamente al regresar de su oficina, vio que había un hombre asomado al balcón de la sala de estar: evidentemente, había alguien visitándola. Cuando se estaba acercando, el hombre dio media vuelta, dio un par de pasos hacia la puerta y entró en la casa. Faraday pudo darse cuenta de que cojeaba pesadamente, apoyándose en un bastón y arrojando el cuerpo hacia adelante cada vez que avanzaba la pierna izquierda, como si la articulación no siguiera su juego. Pero aquel no era problema suyo, y se sentía satisfecho con pensar que alguien había acudido a visitar su vacía propiedad. A la mañana siguiente, de camino a la oficina, pasó a ver al agente en cuyas manos había dejado la casa, y le preguntó quién se había interesado por ella. El agente no sabía nada al respecto: no le había cedido las llaves a nadie.
"But I saw a man standing on the balcony last night," said Faraday. "He must have got hold of the keys."
—Pero anoche vi a un hombre en el balcón —dijo Faraday—. Tuvo que hacerse con las llaves de alguna manera.
But the keys were in their proper place, and the agent promised to send round at once to make sure that the house was duly locked up. Faraday took the trouble to call again on his way home, only to learn that all was in order, front door locked, and back door and area gate locked, nor was there any sign that the house had been burglariously entered.
Sin embargo, las llaves estaban en su lugar habitual, y el agente prometió enviar a alguien de inmediato para asegurarse de que la vivienda estuviera apropiadamente cerrada. Faraday se tomó la molestia de pasar de nuevo cuando regresaba a su casa para enterarse de que todo estaba en orden, que tanto la puerta principal como la trasera estaban cerradas y que no había ni rastro de que hubieran entrado ladrones.
Somehow this trumpery incident stuck in Faraday′s mind, and more than once that week it was oddly recalled to him. One morning he saw in the street a little ahead of him a man who limped and leaned on his stick, and instantly he bethought himself of that visitor to the empty house for his build and his movement were the same, and he quickened his step to have a look at him. But the pavement was crowded, and before he could catch him up the man had stepped into the roadway, and dodged through the thick traffic, and Edmund lost sight of him. Once again, as he was coming up the Square to his own house, he was sure that he saw him walking in the opposite direction, down the other side of the Square, and now he turned back in order to come round the end of the garden and meet him face to face. But by the time he had got to the opposite pavement there was no sign of him. He looked up and down the street beyond; surely that limping crippled walk would have been visible a long way off. A big man, broad-shouldered and burly in make: it should have been easy to pick him out. Faraday felt certain he was not a householder in the Square, or surely he must have noticed him before. And what had he been doing in his locked house: and why, suddenly, should he himself now catch sight of him almost every day? Quite e felt that this obtrusive and yet elusive stranger had got something to do with him.
De alguna manera, aquel extraño incidente se grabó en la mente de Faraday, y algo más de una semana más tarde tuvo motivos para recordarlo. Una mañana vio en la calle, un poco por delante de él, a un hombre que cojeaba y se doblaba sobre su bastón, reconociendo de inmediato al visitante de la casa vacía, ya que su constitución y su modo de moverse eran los mismos, por lo que aceleró sus pasos con el objetivo de intentar echarle un vistazo. Pero la acera estaba repleta de gente, y antes de que pudiera alcanzarle el hombre había saltado a la calzada y había sorteado el abundante tráfico, de modo que Edmund le perdió de vista. En otra ocasión, mientras recorría la plaza hacia su casa, le vio caminando por el otro lado y en dirección opuesta, así que retrocedió para intentar interceptarle en el otro extremo del jardín. Pero para cuando llegó a la otra acera, ya no había ni rastro de él. Recorrió con la mirada la calle de arriba abajo; seguramente aquel modo de andar debería de ser visible desde una gran distancia. Se trataba de un hombre grande, de anchos hombros y fornido: debería haber sido fácil distinguirle. Faraday estaba seguro de que no se trataba de un vecino de la plaza, ya que de otro modo le habría visto con anterioridad. ¿Qué habría estado haciendo en su casa cerrada? ¿Y por qué, de repente, le veía casi cada día? De una manera bastante irracional, sintió que aquel entrometido y sin embargo elusivo extraño tenía algo que ver con él.
He was going down to Ascot to-morrow, and to-night was one of those rare occasions when he dined alone with his sister. He had little appetite, he found fault with the food, and presently the usual silence descended. Suddenly she gave her little bleating laugh. "Oh, I forgot to tell you," she said. "There was a man who called to-day—didn′t give any name—who wished to see you about the letting of the other house. I said it was in the agent′s hands: I gave him the address. Was that right, Edmund?"
Al día siguiente iba a desplazarse hasta Ascot, y aquella noche fue una de esas escasas ocasiones en las que cenó con su hermana. Apenas tenía apetito, y estaba culpando mentalmente a la comida cuando el habitual silencio se rompió. De repente, su hermana le obsequió con una de aquellas risas suyas que parecía un balido y dijo: —Se me había olvidado decírtelo. Hoy ha venido un hombre que deseaba hablar contigo sobre el alquiler de la otra casa. No dio ningún nombre y le he dicho que eso era cosa del agente inmobiliario, así que le he dado la dirección. ¿He hecho bien, Edmund?
"What was he like?" he rapped out.
—¿Cómo era? —dijo él violentamente.
"I never saw his face clearly at all. He was standing in the hall with his back to the window, when I came down. But a big man, like you in build, but crippled. Very lame, leaning heavily on his stick."
—No he llegado a ver su cara con claridad. Cuando yo he bajado al recibidor ya se había colocado de pie frente a la ventana. Pero era corpulento, más o menos como tú, aunque tullido. Cojeaba mucho y se apoyaba en un bastón.
"What time was this?"
—¿A qué hora ha sido?
"A few minutes only before you came in."
—Un par de minutos antes de que llegaras.
"And then?"
—¿Y entonces?
"Well, when I told him to apply to the agent, he turned and went out, and, as I say, I never saw his face. It was odd somehow. I watched him from the window, and he walked round the top of the Square and down the other side. A few minutes afterwards I heard you come in."
—Bueno, cuando le he dicho que se dirigiera al agente inmobiliario se ha dado la vuelta y se ha marchado y, como te decía, no he llegado a ver su cara. En todo caso tenía algo raro. Le he observado desde la ventana y le he visto rodear la plaza para marcharse por la otra acera. Un par de minutos después te he oído entrar.
She watched him as she spoke, and saw trouble in his face.
Ella le observó mientras hablaba, y vio que la preocupación teñía su cara.
"I can′t make out who the fellow is," he said. "From your description he seems like a man I saw a week ago, standing on the balcony of the other house. Yet when I enquired at the agent′s, no one had asked for the keys, and the house was locked up all right. I′ve seen him several times since, but never close. Why didn′t you ask his name, or get his address?"
—No logro averiguar quién es ese tipo —dijo él—. Por tu descripción parece un hombre al que vi en el balcón de la otra casa hace una semana. Sin embargo, cuando fui a preguntarle al agente, resultó que nadie le había solicitado las llaves, y la casa estaba completamente cerrada. Le he visto varias veces desde entonces, aunque nunca de cerca. ¿Por qué no le has preguntado su nombre o su dirección?
"I declare I never thought of it," she said.
—Sinceramente no se me ha ocurrido —respondió ella.
"Don′t forget, if he calls again. Now if you′ve finished you can be off. You′ll go down to Ascot to-morrow morning, and let us have something fit to eat. Three men coming down for the week-end."
—Si vuelve a aparecer, no te olvides de hacerlo. Y ahora, si has terminado, puedes retirarte. Mañana por la mañana irás a Ascot y prepararás una buena comida. Vendrán tres amigos míos a pasar el fin de semana.
Faraday went out to his morning round of golf on Saturday in high good spirits: he had won largely at bridge the night before, and he felt brisk and clear-eyed. The morning was very hot, the sun blazed, but a bastion of black cloud coppery at the edges was pushing up the sky from the east, threatening a downpour, and it was annoying to have to wait at one of the short holes while the couple in front delved among the bunkers that guarded the green. Eventually they holed out, and Faraday waiting for them to quit saw that there was watching them a big man, leaning on a stick, and limping heavily as he moved. "That′s he," he thought to himself, "so now I′ll get a look at him." But when he arrived at the green the stranger had gone, and there was no sign of him anywhere. However, he knew the couple who were in front, and he could ask them when he got to the clubhouse who their friend was. Presently the rain began, short in duration but violent, and his partner went to change his clothes when they got in. Faraday scorned any such precaution: he never caught cold, and never yet in his life had he had a twinge of rheumatism, and while he waited for his less robust partner he made enquiries of the couple who had been playing in front of him as to who their lame companion was. But they knew nothing of him: neither of them had seen him.
Faraday acudió a su ronda de golf del sábado por la mañana de excelente humor: había ganado sobradamente al bridge la noche anterior y se sentía vigoroso y agudo. La mañana era muy calurosa y el sol resplandecía con fuerza, pero un pequeño grupo de oscuras nubes se aproximaba por el este, amenazando con un chaparrón. Además, resultaba desesperante tener que esperar en uno de los hoyos cortos a que la pareja que iba delante de él dejara de enredarse en las trampas de arena que sembraban el green. Finalmente consiguieron superarlas, y Faraday, mientras esperaba a que cambiaran de hoyo, vio que un hombre fornido, que se apoyaba en un bastón y cojeaba pesadamente, les estaba observando. —Está aquí —dijo para sí—. Ahora podré verle bien. Pero cuando llegó al green el hombre ya se había marchado, y no pudo encontrar ni rastro de él en ninguna parte. En todo caso, conocía a la pareja que iba delante de él, y podría preguntarles quién era su amigo cuando se encontraran en el club. En aquel momento empezó a llover, durante poco tiempo pero con gran intensidad, por lo que su compañero fue a cambiarse en cuanto entraron en el local. Faraday se burló de aquella precaución: él nunca había cogido un mínimo resfriado, y tampoco había sufrido en su vida la menor punzada de reumatismo, de modo que mientras esperaba a su no tan robusto compañero aprovechó para preguntar sobre quién era aquel tullido a la pareja que había estado jugando por delante de él. Pero ninguno de ellos le conocía: de hecho, ninguno de los dos le había visto siquiera.
Somehow this took the edge off his sense of well-being, for indeed it was a queer thing. But Sunday dawned, bright and sparkling, and waking early he jumped out of bed with the intention of a walk in the garden before his bath. But instantly he had to clutch at a chair to save himself a fall. His left leg had given way under his weight, and a stabbing pain shot through his hip-joint. Very annoying: perhaps he should have changed his wet clothes yesterday. He dressed with difficulty, and limped downstairs. Alice was there arranging fresh flowers for the table.
De alguna manera aquello estropeó su sensación de bienestar, ya que se trataba de un asunto de lo más extraño. Pero el domingo amaneció despejado y brillante, por lo que nada más despertarse saltó de la cama con la intención de ir a dar un paseo por el jardín antes de tomar su baño. Inmediatamente tuvo que agarrarse a una silla para no caer al suelo. Su pierna izquierda había cedido bajo su peso y un dolor punzante le sacudió la cadera. Qué fastidio: quizá debiera haberse quitado aquellas ropas húmedas la tarde anterior. Se vistió con dificultad y descendió las escaleras cojeando. Alice estaba allí, colocando flores frescas sobre la mesa.
"Why, Edmund, what′s the matter?" she asked.
—Vaya, Edmund, ¿qué te pasa? —preguntó.
"Touch of rheumatism," he said. "Moving about will put it right."
—Un leve ataque de reumatismo —dijo—. Ya se me pasará en cuanto me mueva un poco.
But moving about was not so easy: golf was out of the question, and he sat all day in the garden, cursing this unwonted affliction, and all day the thought of the lame man, in build like himself, scratched about underground in his brain, like a burrowing mole.
Pero moverse no resultaba tan fácil: el golf quedaba más allá de toda consideración, y tuvo que quedarse sentado todo el día en el jardín, maldiciendo aquella desacostumbrada aflicción, y durante todo el día la imagen de aquel hombre tullido, cuya complexión era la misma que la suya, se le enterró en el cerebro como un topo.
Arrived back in London Faraday saw a reliable doctor, who, learning of his cold baths and his undisciplined use of the pleasures of the cellar and the table, put him on a regime which was a bitter humiliation to him, for he had joined the contemptible army of the careful. "Moderation, my dear sir," said his adviser. "No more cold baths or port for you, and a curb on your admirable appetite. A little more quiet exercise, too, during the week, and a good deal less on your week-ends. Do your work and play your games and see your friends. But moderation, and we′ll soon have you all right."
De regreso a Londres, Faraday visitó a un médico fiable, el cual, tras enterarse de sus baños de agua fría y su indisciplinado uso de los placeres de la mesa y la bodega, le puso a régimen, lo que para él era una de las humillaciones más amargas, ya que acababa de alistarse en el despreciable ejército de los cuidadosos. —Moderación, mi querido señor —dijo el doctor aconsejándole—. Se acabaron para usted los baños de agua fría y el oporto, y ponga límite a su insaciable apetito. Sería también recomendable que empezara a hacer un poco de ejercicio en los días de diario y reducir el de los fines de semana. Siga trabajando, jugando sus partidas y viendo a sus amigos. Pero sobre todo, moderación, y pronto volveremos a tenerle en plena forma.
It was in accordance with this distasteful advice that Faraday took to walking home if he had been dining out in the neighbourhood, or, if at home, took a couple of turns round the Square before going to bed. Contrary to use, he was without guests several nights this week, and on the last of them, before going down into the country again, he limped out about eleven o′clock feeling ill at ease and strangely apprehensive of the future. Though the violence of his attack had abated, walking was painful and difficult, and his halting steps, he felt sure, must arrest a contemptuous compassion in all who knew what a brisk, strong mover he had been. The night was cloudy and sweltering hot, there was a tenseness and an oppression in the air that matched his mood. All pleasure had been sucked out of life for him by this indisposition, and he felt with some inward and quaking certainty that it was but the shadow of some more dire visitant who was drawing near. All this week, too, there had been something strange about Alice. She seemed to be expecting something, and that expectation filled her with a secret glee. She watched him, she took note, she was alert....
De acuerdo a aquellos desagradables consejos, Faraday tomó la costumbre de regresar caminando hasta casa cada vez que acudía a cenar cerca del vecindario, y de dar un par de vueltas a la plaza antes de irse a la cama si lo hacía en casa. Aquella semana, contrariamente a la costumbre, las noches pasaron sin invitados, y la última de ellas, antes de regresar al campo, salió cojeando a eso de las once sintiéndose inquieto y mostrando una extraña aprensión hacia el futuro. Aunque la violencia del ataque había remitido, caminar seguía siendo doloroso y difícil, y sus titubeantes pasos, estaba convencido, no podían sino despertar una despreciable compasión en todos aquellos que le conocían y sabían el hombre dinámico y ágil que había sido. La noche aparecía cubierta de nubes y sofocantemente calurosa, y en el ambiente se respiraban una tensión y una opresión que iban a la par con su humor. Todos los placeres de su vida le habían sido arrebatados por aquella indisposición, y en su interior sentía con terrible seguridad que aquello no era sino la sombra de un visitante mucho más espantoso que se estaba acercando. Durante toda aquella semana, además, Alice se había comportado de una manera extraña. Parecía esperar algo, y aquella espera la llenaba de un regocijo secreto. Le vigilaba, tomaba notas, estaba alerta...
He had made the complete circuit of the Square, and now was on his second round, after which he would turn in. A hundred yards of pavement lay between him and his own house, and it and the roadway were absolutely empty. Then, as he neared his own door, he saw that a figure was advancing in his direction; like him it limped and leaned on a stick. But though a week ago he had wanted to meet this man face to face, something in his mind had shifted, and now the prospect of the encounter filled him with some quaking terror. A meeting, however, was not to be avoided, unless he turned back again, and the thought of being followed by him was even more intolerable than the encounter. Then, while he was still a dozen yards off, he saw that the other had paused opposite his door, as if waiting for him.
Había completado su primera ronda a la plaza y se encontraba ahora realizando la segunda, tras la cual se retiraría. Unos cien metros le separaban de su casa, y tanto la acera como la calzada aparecían completamente desiertas. Entonces, a medida que se acercaba a su puerta, vio que una figura avanzaba en su dirección; como él, cojeaba y se apoyaba en un bastón. Pero aunque hacía una semana había querido encontrarse con aquel hombre cara a cara, algo en su mente había cambiado, y ahora la perspectiva de encontrárselo le llenaba de un tembloroso terror. No había manera, en todo caso, de evitar aquel encuentro, a no ser que volviera a retroceder, y pensar que aquel hombre le estaba siguiendo le parecía algo más intolerable aún que enfrentarse a él. Entonces, mientras se encontraba a unos doce metros, vio que el otro se había detenido justo frente a su puerta, como si le estuviese esperando.
Faraday held his latchkey in his hand ready to let himself in. He would not look at the fellow at all, but pass him with averted head. When he was now within a foot or two of him, the other put out his hand with a detaining gesture, and involuntarily Faraday turned. The man was standing close to the street lamp, and his face was in vivid light. And that face was Faraday′s own: it was as if he beheld his own image in a looking-glass.... With a gulping breath he let himself into his house, and banged the door. There was Alice standing close within, waiting for him surely.
Faraday agarró sus llaves, preparado para entrar. No pensaba mirar al tipo en absoluto, sino pasar a su lado con la cabeza inclinada. Cuando apenas se encontraba a medio metro de él, el otro extendió la mano como haciendo un gesto que reclamara su detención, e involuntariamente Faraday se volvió. El hombre se encontraba junto a una lámpara, y su cara aparecía completamente iluminada. Y aquella cara era la cara de Faraday: era como si se estuviera enfrentando a su propia imagen en un espejo... Respirando dificultosamente, entró en su casa y cerró de un portazo. Allí estaba Alice, a su lado, esperándole, con toda seguridad.
"Edmund," she said—and just as surely her voice trembled with some secret suppressed glee—"I went to post a letter just now, and that man who called about the other house was loitering outside. So odd."
—Edmund —dijo, y junto a esa misma seguridad percibió en su voz un temblor que delataba alegría—, acabo de salir para echar una carta al correo y me he encontrado con el hombre que vino el otro día a preguntar por la casa. Qué curioso.
He wiped the cold dews from his forehead.
Él se limpió los goterones de sudor frío que le invadían la frente.
"Did you get a look at him?" he asked. "What was he like?"
—¿Le has visto bien? —preguntó—. ¿Cómo era?
She gave her bleating laugh, and her eyes were merry.
Ella dejó escapar su risa bovina, y sus ojos brillaron alegres.
"A most extraordinary thing!" she said. "He was so like you that I actually spoke to him before I saw my mistake. His walk, his build, his face: everything. Most extraordinary! Well, I′ll go up to bed now. It′s late for me, but I thought you would like to know that he was about, in case you wanted to speak to him. I wonder who he is, and what he wants. Sleep well!"
—¡Es algo de lo más extraordinario! —dijo—. Se te parece tanto que llegué a hablarle antes de darme cuenta de que no eras tú. Su modo de andar, su complexión, su rostro: todo. ¡Extraordinario! Bueno, me voy a la cama. Ya es tarde, pero pensé que querrías saber que estaba por aquí, por si acaso querías charlar con él. Me pregunto quién será y qué querrá. ¡Felices sueños!
In spite of her good wishes, Faraday slept far from well. According to his usual custom, he had thrown the windows wide before he got into bed, and he was just dozing off, when he heard from outside an uneven tread and the tap of a stick on the pavement, his own tread he would have thought, and the tap of his own stick. Up and down it went, in a short patrol, in front of his house. Sometimes it ceased for a while, but no sooner did sleep hover near him than it began again. Should he look out, he asked himself, and see if there was anyone there? He recoiled from that, for the thought of looking again on himself, his own face and figure, brought the sweat to his forehead. At last, unable to bear this haunted vigil any longer, he went to the window. From end to end, as far as he could see, the Square was empty, but for a policeman moving noiselessly on his rounds, and flashing his light into areas.
A pesar de aquellos buenos deseos, Faraday no durmió bien en absoluto. Siguiendo su costumbre, había abierto completamente las ventanas antes de acostarse, y estaba quedándose dormido cuando oyó en el exterior unos pasos irregulares y el sonido de un bastón golpeando contra el suelo; su propio paso, podría haber pensado, y el sonido de su propio bastón. Se paseaba frente a su casa, de un lado a otro, patrullando su reducido perímetro. A veces cesaba durante un rato, pero tan pronto como el sueño empezaba a rondarle empezaba de nuevo. ¿Debería mirar, se preguntaba, y ver si había alguien ahí? Desechó la idea, ya que la perspectiva de volver a mirarse a sí mismo, a su propia cara y a su propio cuerpo, le inundaba la frente de sudor. Finalmente, incapaz de seguir soportando aquella vigilia, se asomó a la ventana. Desde un extremo al otro, hasta donde le alcanzaba la vista, la plaza estaba vacía salvo por la presencia de un policía que realizaba su ronda en silencio, iluminándose con su linterna.
Dr. Inglis visited him next morning. Since seeing him last, he had examined the X-ray photograph of the troublesome joint, and he could give him good news about that. There was no sign of arthritis; a muscular rheumatism, which no doubt would yield to treatment and care, was all that ailed him. So off went Faraday to his work, and the doctor remained to have a talk to Alice, for, jovially and encouragingly, he had told him that he suspected he was not a very obedient patient, and must tell his sister that his instructions as to food and tabloids must be obeyed.
El doctor Inglis le visitó al día siguiente. Desde su última cita, había examinado las radiografías de la articulación dañada, y podía ofrecerle nuevos detalles. No había rastros de artritis; un reumatismo muscular, el cual sin duda desaparecería con el apropiado tratamiento, era todo el achaque. De modo que Faraday se dirigió a su oficina, mientras que el doctor se quedó para hablar con Alice, ya que, según le había confesado jovialmente el primero, sospechaba que no iba a ser un paciente demasiado obediente, y que debería decirle a su hermana cuáles eran sus instrucciones respecto a la comida y los medicamentos.
"Physically there′s nothing much wrong with him, Miss Faraday," he said, "but I want to consult you. I found him very nervous and I am sure he was wanting to tell me something, but couldn′t manage it. He ought to have thrown off his rheumatism days ago, but there′s something on his mind, sapping his vitality. Have you any idea—strict confidence, of course—what it is?"
—Físicamente no tiene ningún problema demasiado grave, señorita Faraday —dijo—, pero hay algo que quiero consultarle. Le he encontrado muy nervioso y estoy seguro de que quería contarme algo, pero no se ha decidido a hacerlo. Debería haber superado este reumatismo hace días, pero tiene algo en la mente que está minando su vitalidad. ¿Tiene usted idea, en completa confidencialidad, por supuesto, de qué podría tratarse?
She gave her little bleat of laughter.
Ella lanzó un pequeño balido, riendo.
"Wrong of me to laugh, I know, Dr. Inglis," she said, "but it′s such a relief to be told there′s nothing really amiss with dear Edmund. Yes: he has something on his mind—dear me, it′s so ridiculous that I can hardly speak of it."
—Ya sé que no está bien que me ría, doctor Inglis —dijo—, pero es que me alivia tanto saber que no le pasa nada malo a mi querido Edmund... Sí, hay algo que le preocupa... ¡Caramba, es algo tan ridículo que apenas puedo hablar de ello!
"But I want to know."
—Pero quiero saberlo.
"Well, it′s a lame man, whom he has seen several times. I′ve seen him, too, and the odd thing is he is exactly like Edmund. Last night he met him just outside the house, and he came in, well, really looking like death."
—Bueno, se trata de un tullido al que ha visto en varias ocasiones. Yo también le he visto, y lo más extraño es que es exactamente igual a Edmund. Anoche se lo encontró frente a la casa y entró... bueno, con un aspecto horrible.
"And when did he see him first? After this lameness came upon him, I′ll be bound."
—¿Y cuándo le vio por primera vez? Apuesto a que fue después de que le asaltara esta cojera.
"No: before. We both saw him before. It was as if—such nonsense it sounds!—it was as if this sort of double of himself showed what was going to happen to him."
—No. Fue antes. Ambos le vimos antes. Era como si... ¡va a sonar tan tonto!... como si esta especie de doble suyo le hubiera mostrado lo que iba a sucederle.
There was glee and gusto in her voice. And how slovenly and uncouth she was with that lock of grey hair loose across her forehead, and her uncared-for hands. Dr. Inglis felt a distaste for her: he wondered if she was quite right in the head.
Había regocijo y placer en su voz. Y qué desaliñada y grosera resultaba su apariencia con aquel mechón de pelo gris revuelto sobre su frente y sus manos descuidadas. El doctor Inglis sintió disgusto: se preguntó si estaría del todo bien de la cabeza.
She clasped one knee in her long bony fingers.
Ella se agarró una rodilla con aquellos dedos largos y huesudos.
"That′s what troubles him—oh, I understand him so well," she said. "Edmund′s terrified of this man. He doesn′t know what he is. Not who he is, but whathe is."
—De modo que eso es lo que le turba. Oh, le conozco perfectamente —dijo—. A Edmund le aterroriza ese hombre. No sabe lo que es. No quién es, sino qué es.
"But what is there to be afraid about?" asked the doctor. "This lame fellow, so like him, is no disordered fancy of his own brain, since you′ve seen him too. He′s an ordinary living human being."
—¿Pero qué es lo que hay que temer? —preguntó el doctor—. El tullido no es producto de su alterada imaginación, ya que también usted le ha visto. Es un ser humano normal y corriente.
She laughed again, she clapped her hands like a pleased child. "Why, of course, that must be so!" she said. "So there′s nothing for him to be afraid of. That′s splendid! I must tell Edmund that. What a relief! Now about the rules you′ve laid down for him, his food and all that. I will be very strict with him. I will see that he does what you tell him. I will be quite relentless."
Ella se rió de nuevo y palmeó como una niña complacida. —¡Oh, por supuesto, así debe ser! —dijo—. De modo que no hay nada que temer. ¡Espléndido! Tengo que decírselo a Edmund. ¡Qué alivio! Y en cuanto a las reglas que usted le ha impuesto, sobre la comida y toda eso, seré muy estricta con él. Comprobaré que hace exactamente lo que le ha dicho. Seré implacable.
For a week or two Faraday saw no more of this unwelcome visitor, but he did not forget him, and somewhere deep down in his brain there remained that little cold focus of fear. Then came an evening when he had been dining out with friends: the food and the wine were excellent, they chaffed him about his abstemiousness, and loosening his restrictions he made a jolly evening of it, like one of the old days. He seemed to himself to have escaped out of the shadow that had lain on him, and he walked home in high good humour, limping and leaning on his stick, but far more brisk than was his wont. He must be up betimes in the morning, for the annual general meeting of his company was soon coming on, and to-morrow he must finish writing his speech to the shareholders. He would be giving them a pleasant half-hour; twelve per cent free of tax and a five per cent bonus was what he had to tell them about Faraday′s Stores.
Durante una semana o dos, Faraday no volvió a ver a aquel visitante no bienvenido, pero no le olvidó, y en algún lugar de su cerebro, bien enterrada, permanecía aquella sensación de miedo. Entonces llegó una noche en la que había estado fuera cenando con unos amigos: la comida y el vino eran excelentes, y los otros se habían burlado de él por su condición de abstemio, de modo que relajó un poco sus restricciones y disfrutó de una noche alegre, como en los viejos tiempos. Le parecía haber escapado de la sombra que se había cernido sobre él, y regresó caminando a casa de buen humor, cojeando y apoyándose en su bastón, pero con bastante más energía que en los días anteriores. Debía levantarse por la mañana temprano, ya que se aproximaba la asamblea general de su compañía y al día siguiente tenía que acabar de escribir su discurso para los accionistas. Les ofrecería una agradable media hora; los almacenes Faraday habían conseguido un doce por ciento libre de impuestos y un cinco por ciento en el incremento de beneficios.
He had taken a short cut through the dingy little thoroughfare where his father had lived during his last stricken years, and his thoughts flitted back, with the sense of a burden gone, to the last time he had seen him alive, sitting in his bath-chair in the garden of the Square, with Alice reading to him. Edmund had stepped into the garden to have a word with him, but his father only looked at him malevolently from his sunken eyes, mumbling and muttering in his beard. He was like an old monkey, Edmund thought, toothless and angry and feeble, and then suddenly he had struck out at him with the hand that still had free movement. Edmund had given him the rough side of his tongue for that; told him he must behave more prettily unless he wanted his allowance cut down. A nice way to behave to a son who gave him every penny he had!
Tomó un atajo a través de la oscura callejuela en la que había residido su padre durante sus últimos años de enfermedad, y sus pensamientos retrocedieron, con el sentimiento de una carga liberada, a la última vez que le había visto vivo, sentado en su silla de ruedas en el jardín de la plaza, mientras Alice le leía. Edmund se había acercado hasta el jardín para charlar con él, pero su padre sólo le había mirado con malevolencia desde sus hundidos ojos, farfullando y murmullando desde su barba. Era como un mono viejo, pensó Edmund, desdentado, furioso y débil, y entonces, súbitamente, le había golpeado con la mano que aún podía mover. Edmund le había respondido ofreciéndole el lado más agresivo de su labia; le había dicho que más le valía comportarse mejor si no quería que le retirase su pensión. ¡Vaya una manera más agradable de comportarse con un hijo que le había dado hasta el último penique que tenía!
Thus pleasantly musing he came out of this mean alley, and crossed into the Square. There were people about to-night, motors were moving this way and that, and a taxi was standing at the house next his, obstructing any further view of the road. Passing it, he saw that directly under the lamp-post opposite his own door there was drawn up an empty bath-chair. Just behind it, as if waiting to push it, when its occupant was ready, there was standing an old man with a straggling white beard. Peering at him Edmund saw his sunken eyes and his mumbling mouth, and instantly came recognition. His latchkey slipped from his hand, and without waiting to pick it up, he stumbled up the steps, and, in an access of uncontrollable panic, was plying bell and knocker and beating with his hands on the panel of his door. He heard a step within, and there was Alice, and he pushed by her, collapsing on to a chair in the hall. Before she closed the door and came to him, she smiled and kissed her hand to someone outside.
De este modo, meditando agradablemente, salió de aquel desagradable callejón y se aproximó a la plaza. Aquella noche había bastante gente, los coches recorrían una y otra dirección y un taxi se había detenido en la casa que había al lado de la suya, privándole de cualquier otra visión de la calle. Al sobrepasarlo vio que justo debajo de la lámpara, frente a su propia puerta, había una silla de ruedas vacía. Detrás de ella, como si fuera a empujarla cuando su ocupante estuviera preparado, se alzaba un viejo de barba blanca y desordenada. Observándole, Edmund pudo ver sus ojos hundidos y su boca balbuceante, y entonces lo reconoció. Las llaves se le escaparon de la mano, pero sin detenerse para recogerlas se abalanzó sobre las escaleras y, en un acceso de pánico incontrolable, empezó a llamar al timbre y al aldabón de la puerta además de golpearla con sus propias manos. Oyó pasos en el interior, y allí estaba Alice. La empujó y se derrumbó sobre una silla del recibidor. Antes de que ella cerrase la puerta y se le acercara, sonrió y besó la mano de alguien que esperaba en el exterior.
It was with difficulty that they got him up to his bedroom, for though just now he had been so brisk, all power seemed to have left him, his thigh-bones would scarce stir in their sockets, and he went up the stairs crab-wise or corkscrew-wise sidling and twisting as he mounted each step. At his direction, Alice closed and bolted his windows and drew the curtains across them; not a word did he say about what he had seen, but indeed there was no need for that.
Con dificultad consiguieron subirle hasta su habitación, ya que aunque hasta entonces se hubiera mostrado activo, todas las fuerzas parecían haberle abandonado, los huesos le bailaban en sus articulaciones, y ascendió las escaleras balanceándose y retorciéndose cada vez que subía un escalón. Siguiendo sus directrices, Alice cerró con cerrojo las ventanas y echó las cortinas; él no dijo ni una sola palabra sobre lo que había visto, pero no hacía falta que lo hiciera.
Then leaving him she went to her own room, alert and eager, for who knew what might happen before day? How wise she had been to leave the working out of this in other hands: she had but concentrated and thought, and, behold, her thoughts and the force that lay behind them were taking shape of their own in the material world. Fear, too, that great engine of destruction, had Edmund in its grip, he was caught in its invisible machinery, and was being drawn in among the relentless wheels. And still she must not interfere: she must go on hating him and wishing him ill. That had been a wonderful moment when he battered at the door in a frenzy of terror, and when, opening it, she saw outside the shabby old bath-chair and her father standing behind it. She scarcely slept that night, but lay happy and nourished and tense, wondering if at any moment now the force might gather itself up for some stroke that would end all. But the short summer night brightened into day, and she went about her domestic duties again, so that everything should be comfortable for Edmund.
Después de dejarle, ella se retiró a su propia habitación, alerta y ansiosa, ya que ¿quién podía saber lo que podría pasar antes de que llegara el día? Qué inteligente había sido dejando el trabajo en otras manos: no había tenido más que concentrarse y pensar, y ahora podía contemplar cómo sus pensamientos y la fuerza que había permanecido oculta detrás de ellos empezaban a tomar forma en el mundo material. El terror, ese gran mecanismo destructivo, tenía atenazado a Edmund, el cual había quedado atrapado entre su maquinaria y estaba siendo arrastrado hacia sus implacables tornos. Y aun así, ella no debía interferir: debía seguir odiándole y deseándole males. Qué momento tan maravilloso había resultado aquel en el que había aporreado la puerta, frenético de terror, y cuando al abrirla había visto la destartalada silla de ruedas y a su padre detrás de ella. Apenas pudo dormir aquella noche, pero yació feliz y preguntándose, reconfortada y tensa, si la fuerza podría volver a reunirse en cualquier momento para otorgar el golpe que acabara de una vez por todas con todo. Pero la breve y cálida noche de verano pronto se convirtió en día, y ella retomó las tareas de la casa, de modo que todo resultara lo más cómodo posible para Edmund.
Presently his servant came down with his master′s orders to ring up Dr. Inglis. After the doctor had seen him, he again asked to speak to Alice. This repetition of his interview was lovely to her mind: it was like the re-entry of some musical motif in a symphony, and now it was decorated and amplified, for he took a much graver view of his patient. This sudden stiffening of his joints could not be accounted for by any physical cause, and there accompanied it a marked loss of power, which no bodily lesion explained. Certainly he had had some great shock, but of that he would not speak. Again the doctor asked her whether she knew anything of it, but all she could tell him was that he came in last night in a frightful state of terror and collapse. Then there was another thing. He was worrying himself over the speech he had to make at this general meeting. It was highly important that he should get some rest and sleep, and while that speech was on his mind, he evidently could not. He was therefore getting up, and would come down to his sitting-room where he had the necessary papers. With the help of his servant he could manage to get there, and when his job was done, he could rest quietly there, and Dr. Inglis would come back during the afternoon to see him again: probably a week or two in a nursing home would be advisable. He told Alice to look in on him occasionally, and if anything alarmed her she must send for him. Soon he went upstairs again to help Edmund to come down, and there were the sounds of heavy treads, and the creaking of banisters, as if some dead weight was being moved. That brought back to Alice the memory of her father′s funeral and the carrying of the coffin down the narrow stairs of the little house which his son′s bounty had provided for him.
En aquel momento bajó su criado, con orden de telefonear al doctor Inglis. Después de que el doctor le viera, solicitó volver a hablar con Alice. Esta repetición de su entrevista le resultó tan encantadora... Era como la repetición de un fraseo musical en una sinfonía, amplificado e interpretado por más instrumentos, ya que el punto de vista que sobre su paciente le ofreció fue mucho más pesimista. Aquella repentina rigidez de las articulaciones no podía ser explicada mediante causas físicas, y además había llegado acompañada de una acentuada pérdida de energías que no podía ser explicada con ninguna lesión corporal. Ciertamente había recibido un shock tremendo, mas no quería hablar de ello. De nuevo el doctor le preguntó si sabía algo al respecto, pero todo lo que ella le pudo decir fue que había llegado la noche anterior en un estado de terror absoluto y de colapso completo. Además, había otra cosa. Estaba muy preocupado por el discurso que debía dar en su asamblea general. Era importantísimo que descansara y durmiera, y mientras aquel discurso ocupara su mente, evidentemente no podría conseguirlo. Estaba determinado a levantarse para descender a su estudio, donde tenía los papeles necesarios. Con la ayuda de su criado, podría llegar hasta allí, y cuando su trabajo estuviese acabado, podría descansar tranquilamente. El doctor Inglis regresaría por la tarde para volver a examinarle: también sería recomendable que pasara una o dos semanas en una casa de reposo. Le dijo a Alice que le vigilara intermitentemente, y que si algo la alarmaba enviara a alguien a avisarle. Enseguida volvió al piso de arriba para ayudar a Edmund a bajar, y entonces se oyeron los ruidos de unas pesadas pisadas, y los crujidos del pasamanos, como si un peso muerto se estuviese deslizando sobre él. Aquello le trajo a Alice a la memoria el recuerdo del funeral de su padre, y del momento en el que habían descendido su ataúd por las estrechas escaleras de la pequeña casa que la generosidad de su hijo les había proporcionado.
She went with her brother and the doctor into his sitting-room and established him at the table. The room looked out on to the high-walled garden at the back of the house, and a long French window, opening to the ground, communicated with it. A plane-tree in full summer foliage stood just outside, and on this sultry overcast morning the room was dim with the dusky green light that filters through a screen of leaves. His table was strewn with his papers, and he sat in a chair with its back to the window. In that curious and sombre light his face looked strangely colourless, and the movements of his hands among his papers seemed to falter and stumble.
Acompañó a su hermano y al doctor hasta el estudio y le acomodaron junto a la mesa. La habitación daba al jardín que había en la parte trasera de la casa, y una enorme ventana francesa, que se abría directamente sobre el suelo, se comunicaba con él. Destacaba en su interior un platanero con el follaje veraniego en todo su esplendor; aquella mañana bochornosa la habitación estaba oscurecida por la luz verdosa y crepuscular que se filtraba a través de sus hojas. La mesa estaba repleta de folios desparramados, y Faraday se sentó en una silla dándole la espalda a la ventana. Bajo aquella curiosa y sombría luz su rostro parecía extrañamente incoloro, mientras que los movimientos de sus manos parecían vacilar y tropezar entre los papeles.
Alice came back an hour later and there he sat still busy and without a word for her, and she turned on the electric light, for it had grown darker, and she closed the open window, for now rain fell heavily. As she fastened the bolts, she saw that the figure of her father was standing just outside, not a yard away. He smiled and nodded to her, he put his finger to his lips, as if enjoining silence; then he made a little gesture of dismissal to her, and she left the room, just looking back as she shut the door. Her brother was still busy with his work, and the figure outside had come close up to the window. She longed to stop, she longed to see with her own eyes what was coming, but it was best to obey that gesture and go. The hall outside was very dark, and she stood there a moment, listening intently. Then from the door which she had just shut there came, unmistakably, the click of a turned key, and again there was silence but for the drumming of the rain, and the splash of overflowing gutters. Something was imminent: would the silence be broken by some protest of mortal agony, or would the gutters continue to gurgle till all was over?
Alice regresó una hora más tarde mientras él seguía allí sentado, tan ocupado que ni siquiera le dirigió la palabra, y ella encendió la luz eléctrica porque el día se había oscurecido aún más; y después cerró la ventana del jardín porque había empezado a llover intensamente. Mientras echaba los cerrojos, vio que la figura de su padre se erguía allí afuera, apenas a un metro de distancia. Él sonrió y asintió, y puso un dedo frente a sus labios, como si solicitara silencio; después le hizo un leve gesto indicándole que se retirara, y ella abandonó la habitación, dirigiendo una mirada hacia atrás al cerrar la puerta. Su hermano seguía afanándose con su trabajo, y la figura del exterior se había acercado aún más a la ventana. Alice deseaba quedarse, deseaba ver con sus propios ojos lo que iba a suceder, pero era mejor obedecer aquel gesto y marcharse. El recibidor estaba muy oscuro, y ella permaneció allí unos instantes, escuchando atentamente. Entonces, de la puerta que acababa de cerrar, le llegó el inconfundible chasquido de una llave al ser echada, y de nuevo todo quedó en silencio salvo por el tamborileo de la lluvia y el chapoteo de los canalones rebosantes. Iba a suceder algo: ¿serían los estertores de una mortal agonía los que rompiesen el silencio, o continuarían los canalones borboteando hasta que todo hubiese acabado?
And then the silence within was shattered. There came the sound of Edmund′s voice rising higher and more hoarse in some incoherent babble of entreaty, and suddenly, as it rose to a scream, it ceased as if a tap had been turned off. Inside there, something fell with a thump that shook the solid floor, and up the stairs from below came Edmund′s servant.
Entonces, el silencio se quebró en mil pedazos. La voz de Edmund se elevó progresivamente, enronqueciéndose en un balbuceo suplicante, hasta convertirse en un alarido que cesó tan repentinamente como si se hubiese tratado de un interruptor que se apaga. En el interior de la habitación algo se desplomó golpeándose contra el suelo. Desde el piso superior bajó el criado de Edmund.
"What was that, miss?" he said in a scared whisper, and he turned the handle of the door. "Why, the master′s locked himself in."
—¿Qué ha sido eso, señorita? —dijo en un susurro asustado, girando la manecilla de la puerta—. Vaya, el señor se ha encerrado.
"Yes, he′s busy," said Alice, "perhaps he doesn′t want to be disturbed. But I heard his voice, too, and then the sound of something falling. Tap at the door and see if he answers."
—Sí, está ocupado —dijo Alice—, quizá no quiere que le molesten. Pero yo también lo he oído, y después he oído algo que caía. Llama a la puerta y mira a ver si responde.
The man tapped and paused, and tapped again. Then from inside came the click of a turned key, and they entered.
El hombre llamó, esperó un momento y volvió a llamar. Entonces, desde el interior, llegó el sonido de una llave deslizándose en la cerradura, y entraron.
The room was empty. The light still burned on his table but the chair where she had left him five minutes before was pushed back, and the window she had bolted was wide. Alice looked out into the garden, and that was as empty as the room. But the door of the shed where her father′s bath-chair was kept stood open, and she ran out into the rain and looked in. Edmund was lying in it with head lolling over the side.
La habitación estaba vacía. La luz aún permanecía encendida sobre la mesa, pero la silla en la que había dejado a Edmund hacía cinco minutos yacía volcada, y la ventana que había cerrado estaba abierta de par en par. Alice observó el jardín, que aparecía tan vacío como la habitación. Pero la puerta del trastero en el que estaba guardada la silla de ruedas de su padre estaba abierta, y ella corrió bajo la lluvia para mirar en el interior. Edmund estaba sentado sobre la silla, y su cabeza colgaba inerte sobre el borde.