La acción en Sevilla, por los años
de 1545, últimos del emperador Carlos V. Los cuatro primeros actos
pasan en una sola noche. Los tres restantes, cinco años después y en
otra noche.
Parte I
Acto I
Libertinaje y escándalo
DON
JUAN, DON LUIS, DON DIEGO, DON GONZALO, BUTTARELLI, CIUTTI, CENTELLAS,
AVELLANEDA, GASTÓN, MIGUEL. Caballeros, curiosos, enmascarados,
rondas.
Hostería de Cristófano BUTTARELLI. Puerta en el
fondo que da a la calle; mesas, jarros y demás utensilios propios de
semejante lugar.
Escena I
DON JUAN, con antifaz, sentado a una mesa
escribiendo, CIUTTI y BUTTARELLI, a un lado esperando. Al
levantarse el telón, se ven pasar por la puerta del
fondo máscaras, estudiantes y pueblo con hachones,
músicas, etc.
DON JUAN
¡Cuál gritan esos malditos!
¡Pero mal rayo me parta
si en concluyendo la carta
no pagan caros sus gritos!
(Sigue escribiendo.)
BUTTARELLI
(A CIUTTI.)
Buen Carnaval.
CIUTTI
(A BUTTARELLI.)
Buen agosto
5
para rellenar la arquilla.
BUTTARELLI
¡Quiá! Corre ahora por Sevilla
poco gusto y mucho mosto.
Ni caen aquí buenos peces,
que son casas mal miradas
10
por gentes acomodadas,
y atropelladas a veces.
CIUTTI
Pero hoy...
BUTTARELLI
Hoy no entra en la
cuenta,
Ciutti; se ha hecho buen trabajo.
CIUTTI
¡Chist! habla un poco más bajo,
15
que mi señor se impacienta
pronto.
BUTTARELLI
¿:A su servicio estás?
CIUTTI
Ya ha un año.
BUTTARELLI
¿:Y qué tal te sale?
CIUTTI
No hay prior que se me iguale;
tengo cuanto quiero, y más.
20
Tiempo libre, bolsa llena,
buenas mozas y buen vino.
BUTTARELLI
Cuerpo de tal, ¡qué destino!
CIUTTI
(Señalando a DON JUAN.)
Y todo ello a costa ajena.
BUTTARELLI
Rico, ¿:eh?
CIUTTI
Varea la plata.
25
BUTTARELLI
¿:Franco?
CIUTTI
Como un estudiante.
BUTTARELLI
¿:Y noble?
CIUTTI
Como un infante.
BUTTARELLI
¿:Y bravo?
CIUTTI
Como un pirata.
BUTTARELLI
¿:Español?
CIUTTI
Creo que sí.
BUTTARELLI
¿:Su nombre?
CIUTTI
Lo ignoro en suma.
30
BUTTARELLI
¡Bribón! ¿:Y dónde
va?
CIUTTI
Aquí.
BUTTARELLI
Largo plumea.
CIUTTI
Es gran pluma.
BUTTARELLI
¿:Y a quién mil diablos escribe
tan cuidadoso y prolijo?
CIUTTI
A su padre.
BUTTARELLI
¡Vaya un hijo!
35
CIUTTI
Para el tiempo en que se vive,
es un hombre extraordinario.
Pero calla.
DON JUAN
(Cerrando la carta.)
Firmo y plego.
¡Ciutti!
CIUTTI
Señor.
DON JUAN
Este pliego
irá, dentro del Horario
40
en que reza doña Inés,
a sus manos a parar.
CIUTTI
¿:Hay respuesta que aguardar?
DON JUAN
Del diablo con guardapiés
que la asiste, de su dueña,
45
que mis intenciones sabe,
recogerás una llave,
una hora y una seña;
y más ligero que el viento,
aquí otra vez.
CIUTTI
Bien está.
50
(Vase.)
Escena II
DON JUAN y BUTTARELLI.
DON JUAN
BUTTARELLI
DON JUAN
BUTTARELLI
DON JUAN
Sí, es mejor:
55
y dime: don Luis Mejía
¿:ha venido hoy?
BUTTARELLI
Excelencia,
no está en Sevilla.
DON JUAN
¿:Su ausencia
dura en verdad todavía?
60
BUTTARELLI
Tal creo.
DON JUAN
¿:Y noticia alguna
no tienes de él?
BUTTARELLI
¡Ah! Una historia
me viene ahora a la memoria
que os podrá dar...
DON JUAN
¿:Oportuna
luz sobre el
caso?
BUTTARELLI
Tal vez.
65
DON JUAN
Habla, pues.
BUTTARELLI
(Hablando consigo mismo.)
No, no me engaño;
esta noche cumple el año,
lo había olvidado.
DON JUAN
¡Pardiez!
¿:Acabarás con tu cuento?
BUTTARELLI
Perdonad, señor; estaba
70
recordando el
hecho.
DON JUAN
Acaba,
¡vive Dios! que me impaciento.
BUTTARELLI
Pues es el caso, señor,
que el caballero Mejía,
por quien preguntáis, dio un día
75
en la ocurrencia peor
que ocurrírsele podía.
DON JUAN
Suprime lo al hecho extraño;
que apostaron me es notorio
a quién haría en un año,
80
con más fortuna, más daño,
Luis Mejía y Juan Tenorio.
BUTTARELLI
¿:La historia
sabéis?
DON JUAN
Entera;
por eso te he preguntado
por Mejía.
BUTTARELLI
¡Oh! me pluguiera
85
que la apuesta se cumpliera,
que pagan bien y al contado.
DON JUAN
¿:Y no tienes confianza
en que don Luis a esta cita
acuda?
BUTTARELLI
¡Quiá! ni esperanza;
90
el fin del plazo se avanza,
y estoy cierto que maldita
la memoria que ninguno
guarda de ello.
DON JUAN
Basta ya.
Toma.
BUTTARELLI
Excelencia, ¿:y de
alguno
95
de ellos sabéis
vos?
DON JUAN
Quizá.
BUTTARELLI
¿:Vendrán, pues?
DON JUAN
Al menos uno;
mas por si acaso los dos
dirigen aquí sus huellas
el uno del otro en pos,
100
tus dos mejores botellas
prevenles.
BUTTARELLI
Mas...
DON JUAN
¡Chito...!. Adiós.
Escena III
BUTTARELLI.
BUTTARELLI
¡Santa Madona! De vuelta
Mejía y Tenorio están
sin duda... y recogerán
105
los dos la palabra suelta.
¡Oh! sí; ese hombre tiene traza
de saberlo a fondo.
(Ruido adentro.)
Pero
¿:qué es esto?
(Se asoma a la puerta.)
¡Anda! el forastero
está riñendo en la plaza.
110
¡Válgame Dios! ¡Qué bullicio!
¡Cómo se le arremolina
chusma... y cómo la acoquina
él solo! ¡Uf! ¡Qué estropicio!
¡Cuál corren delante de él!
115
No hay duda, están en Castilla
los dos, y anda ya Sevilla
toda revuelta. ¡Miguel!
Escena IV
BUTTARELLI y MIGUEL.
MIGUEL
BUTTARELLI
120
MIGUEL
BUTTARELLI
125
MIGUEL
(Vase.)
Escena V
BUTTARELLI y DON GONZALO.
DON GONZALO
Aquí es.
¿:Patrón?
BUTTARELLI
¿:Qué se
ofrece?
DON GONZALO
Quiero
hablar con el hostelero.
BUTTARELLI
Con él habláis; decid, pues.
130
DON GONZALO
¿:Sois vos?
BUTTARELLI
Sí, mas despachad,
que estoy de
priesa.
DON GONZALO
En tal caso,
ved si es cabal y de paso
esa dobla, y contestad.
BUTTARELLI
¡Oh, excelencia!
DON GONZALO
¿:Conocéis
135
a don Juan Tenorio?
BUTTARELLI
Sí.
DON GONZALO
¿:Y es cierto que tiene aquí
hoy una cita?
BUTTARELLI
¡Oh! ¿:seréis
vos el otro?
DON GONZALO
¿:Quién?
BUTTARELLI
Don Luis.
DON GONZALO
No; pero estar me interesa
140
en su entrevista.
BUTTARELLI
Esta mesa
les preparo; si os servís
en esotra colocaros,
podréis presenciar la cena
que les daré... ¡Oh! será escena
145
que espero que ha de admiraros.
DON GONZALO
Lo creo.
BUTTARELLI
Son, sin disputa,
los dos mozos más gentiles
de España.
DON GONZALO
Sí, y los más viles
también.
BUTTARELLI
¡Bah! Se les imputa
150
cuanto malo se hace hoy día;
mas la malicia lo inventa,
pues nadie paga su cuenta
como Tenorio y Mejía.
DON GONZALO
¡Ya!
BUTTARELLI
Es afán de murmurar,
155
porque conmigo, señor,
ninguno lo hace mejor,
y bien lo puedo jurar.
DON GONZALO
No es necesario
más...
BUTTARELLI
¿:Qué?
DON GONZALO
Quisiera yo ocultamente
160
verlos, y sin que la gente
me reconociera.
BUTTARELLI
A fe
que eso es muy fácil, señor.
Las fiestas de Carnaval,
al hombre más principal
165
permiten sin deshonor
de su linaje, servirse
de un antifaz, y bajo él,
¿:quién sabe, hasta descubrirse,
de qué carne es el pastel?
170
DON GONZALO
Mejor fuera en aposento
contiguo...
BUTTARELLI
Ninguno cae
aquí.
DON GONZALO
Pues entonces trae
el antifaz.
BUTTARELLI
Al momento.
Escena VI
DON GONZALO.
DON GONZALO
No cabe en mi corazón
175
que tal hombre pueda haber,
y no quiero cometer
con él una sinrazón.
Yo mismo indagar prefiero
la verdad... mas, a ser cierta
180
la apuesta, primero muerta
que esposa suya la quiero.
No hay en la tierra interés
que si la daña me cuadre;
primero seré buen padre,
185
buen caballero después.
Enlace es de gran ventaja,
mas no quiero que Tenorio
del velo del desposorio
la recorte una mortaja.
190
Escena VII
DON GONZALO y BUTTARELLI, que trae un
antifaz.
BUTTARELLI
Ya está aquí.
DON GONZALO
Gracias, patrón;
¿:Tardarán mucho en llegar?
BUTTARELLI
Si vienen, no han de tardar;
cerca de las ocho son.
DON GONZALO
¿:Esa es la hora señalada?
195
BUTTARELLI
Cierra el plazo, y es asunto
de perder quien no esté a punto
de la primer campanada.
DON GONZALO
Quiera Dios que sea una chanza,
y no lo que se murmura.
200
BUTTARELLI
No tengo aún por muy segura
de que cumplan, la esperanza;
pero si tanto os importa
lo que ello sea saber,
pues la hora está al caer,
205
la dilación es ya corta.
DON GONZALO
Cúbrome, pues, y me siento.
(Se sienta a una mesa a la derecha, y se pone el
antifaz.)
BUTTARELLI
(Aparte.)
Curioso el viejo me tiene
del misterio con que viene...
y no me quedo contento
210
hasta saber quién es él.
(Limpia y trajina, mirándole de reojo.)
DON GONZALO
(Aparte.)
¡Que un hombre como yo tenga
que esperar aquí, y se avenga
con semejante papel!
En fin, me importa el sosiego
215
de mi casa, y la ventura
de una hija sencilla y pura,
y no es para echarlo a juego.
Escena VIII
DON GONZALO, BUTTARELLI y DON DIEGO, a la
puerta del fondo.
DON DIEGO
La seña está terminante,
aquí es; bien me han informado;
220
llego pues.
BUTTARELLI
¿:Otro embozado?
DON DIEGO
¿:Ah de esta casa?
BUTTARELLI
Adelante.
DON DIEGO
¿:La Hostería del Laurel?
BUTTARELLI
En ella estáis, caballero.
DON DIEGO
¿:Está en casa el hostelero?
225
BUTTARELLI
Estáis hablando con él.
DON DIEGO
¿:Sois vos
Buttarelli?
BUTTARELLI
Yo.
DON DIEGO
¿:Es verdad que hoy tiene aquí
Tenorio una cita?
BUTTARELLI
Sí.
DON DIEGO
¿:Y ha acudido a
ella?
BUTTARELLI
No.
230
DON DIEGO
¿:Pero acudirá?
BUTTARELLI
No sé.
DON DIEGO
¿:Le esperáis vos?
BUTTARELLI
Por si acaso
venir le place.
DON DIEGO
En tal caso,
yo también le esperaré.
(Se sienta al lado opuesto a DON GONZALO.)
BUTTARELLI
¿:Que os sirva vianda alguna
235
queréis mientras?
DON DIEGO
No; tomad.
BUTTARELLI
¿:Excelencia?
DON DIEGO
Y excusad
conversación importuna.
BUTTARELLI
Perdonad.
DON DIEGO
Vais perdonado;
dejadme, pues.
BUTTARELLI
(Aparte.)
¡Jesucristo!
240
En toda mi vida he visto
hombre más mal humorado.
DON DIEGO
(Aparte.)
¡Que un hombre de mi linaje
descienda a tan ruin mansión!
Pero no hay humillación
245
a que un padre no se baje
por un hijo. Quiero ver
por mis ojos la verdad,
y el monstruo de liviandad
a quien pude dar el ser.
250
(BUTTARELLI, que anda arreglando sus trastos,
contempla desde el fondo a DON GONZALO y a DON DIEGO,
que permanecerán embozados y en silencio.)
BUTTARELLI
¡Vaya un par de hombres de piedra!
Para éstos sobra mi abasto;
mas, ¡pardiez!, pagan el gasto
que no hacen, y así se medra.
Escena IX
DON GONZALO, DON DIEGO, BUTTARELLI, el
Capitán CENTELLAS, AVELLANEDA y dos caballeros.
AVELLANEDA
Vinieron, y os aseguro
255
que se efectuará la apuesta.
CENTELLAS
Entremos, pues. ¿:Buttarelli?
BUTTARELLI
Señor capitán Centellas,
¿:vos por aquí?
CENTELLAS
Sí, Cristófano.
¿:Cuándo aquí sin mi presencia
260
tuvieron lugar las orgias
que han hecho raya en la época?
BUTTARELLI
Como ha tanto tiempo ya
que no os he
visto...
CENTELLAS
Las guerras
del Emperador a Túnez
265
me llevaron; mas mi hacienda
me vuelve a traer a Sevilla;
y, según lo que me cuentan,
llego lo más a propósito
para renovar añejas
270
amistades. Conque apróntanos
luego unas cuantas botellas,
y en tanto que humedecemos
la garganta, verdadera
relación haznos de un lance
275
sobre el cual hay controversia.
BUTTARELLI
Todo se andará; mas antes
dejadme ir a la bodega.
VARIOS
Sí,
sí.
Escena X
Dichos, menos BUTTARELLI.
CENTELLAS
Sentarse, señores,
y que siga Avellaneda
280
con la historia de don Luis.
AVELLANEDA
No hay ya más que decir de ella,
sino que creo imposible
que la de Tenorio sea
más endiablada, y que apuesto
285
por don Luis.
CENTELLAS
Acaso pierdas.
Don Juan Tenorio, se sabe
que es la más mala cabeza
del orbe, y no hubo hombre alguno
que aventajarle pudiera
290
con sólo su inclinación;
conque, ¿:qué hará si se empeña?
AVELLANEDA
Pues yo sé bien que Mejía
las ha hecho tales, que a ciegas
se puede apostar por él.
295
CENTELLAS
Pues el capitán Centellas
pone por don Juan Tenorio
cuanto tiene.
AVELLANEDA
Pues se acepta
por don Luis, que es muy mi amigo.
CENTELLAS
Pues todo en contra se arriesga;
300
porque no hay como Tenorio
otro hombre sobre la tierra,
y es proverbial su fortuna
y extremadas sus empresas.
Escena XI
Dichos y BUTTARELLI, con botellas.
BUTTARELLI
Aquí hay Falerno, Borgoña,
305
Sorrento.
CENTELLAS
De lo que quieras
sirve, Cristófano, y dinos:
¿:Qué hay de cierto en una apuesta,
por don Juan Tenorio ha un año
y don Luis Mejía hecha?
310
BUTTARELLI
Señor capitán, no sé
tan a fondo la materia,
que os pueda sacar de dudas;
pero os diré lo que sepa.
VARIOS
Habla, habla.
BUTTARELLI
Yo, la verdad,
315
aunque fue en mi casa mesma
la cuestión entre ambos, como
pusieron tan larga fecha
a su plazo, creí siempre
que nunca a efecto viniera.
320
Así es que ni aun me acordaba
de tal cosa a la hora de esta.
Mas esta tarde, sería
al anochecer apenas,
entrose aquí un caballero
325
pidiéndome que le diera
recado con que escribir
una carta, y a sus letras
atento no más, me dio
tiempo a que charla metiera
330
con un paje que traía
paisano mío, de Génova.
No saqué nada del paje,
que es por Dios muy brava pesca;
mas cuando su amo acababa
335
la carta, le envió con ella
a quien iba dirigida;
el caballero en mi lengua
me habló, y me pidió noticias
de don Luis; dijo que entera
340
sabía de ambos la historia,
y tenía la certeza
de que al menos uno de ellos
acudiría a la apuesta.
Yo quise saber más de él;
345
mas púsome dos monedas
de oro en la mano, diciéndome
[así, como a la deshecha]:
«Y por si acaso los dos
al tiempo aplazado llegan,
350
ten prevenidas para ambos
tus dos mejores botellas».
Largose sin decir más,
y yo, atento a sus monedas,
les puse en el mismo sitio
355
donde apostaron, la mesa.
Y vedla allí con dos sillas,
dos copas y dos botellas.
AVELLANEDA
Pues señor, no hay que dudar;
era don Luis.
CENTELLAS
Don Juan era.
360
AVELLANEDA
¿:Tú no le viste la cara?
BUTTARELLI
Si la traía cubierta
con un antifaz.
CENTELLAS
Pero, hombre,
¿:tú a los dos no los recuerdas?
¿:O no sabes distinguir
365
a las gentes por sus señas
lo mismo que por sus caras?
BUTTARELLI
Pues confieso mi torpeza;
no lo supe conocer,
y lo procuré de veras.
370
Pero silencio.
AVELLANEDA
¿:Qué pasa?
BUTTARELLI
A dar el reloj comienza
los cuartos para las ocho.
(Dan.)
CENTELLAS
Ved, ved la gente que se entra.
AVELLANEDA
Como que está de este lance
375
curiosa Sevilla entera.
(Se oyen dar las ocho; varias personas entran
y se reparten en silencio por la escena; al dar la
última campanada, DON JUAN, con antifaz, se llega a la
mesa que ha preparado BUTTARELLI en el centro del
escenario, y se dispone a ocupar una de las dos sillas
que están delante de ella. Inmediatamente después de él,
entra DON LUIS, también con antifaz, y se dirige a la
otra. Todos los miran.)
Escena XII
DON DIEGO, DON GONZALO, DON JUAN, DON LUIS,
BUTTARELLI, CENTELLAS, AVELLANEDA, caballeros, curiosos y
enmascarados.
AVELLANEDA
(A CENTELLAS por DON JUAN.)
Verás aquél, si ellos vienen,
qué buen chasco que se lleva.
CENTELLAS
(A AVELLANEDA por DON LUIS.)
Pues allí va otro a ocupar
la otra silla; ¡uf! aquí es ella.
380
DON JUAN
(A DON LUIS.)
Esa silla está comprada,
hidalgo.
DON LUIS
(A DON JUAN.)
Lo mismo digo,
hidalgo; para un amigo
tengo yo esotra pagada.
DON JUAN
Que ésta es mía haré notorio.
385
DON LUIS
Y yo también que ésta es mía.
DON JUAN
Luego sois don Luis Mejía.
DON LUIS
Seréis, pues, don Juan Tenorio.
DON JUAN
Puede ser.
DON LUIS
Vos lo decís.
DON JUAN
¿:No os fiáis?
DON LUIS
No.
DON JUAN
Yo tampoco.
390
DON LUIS
Pues no hagamos más el coco.
DON JUAN
Yo soy don Juan.
(Quitándose la máscara.)
DON LUIS
(Haciendo lo mismo.)
Yo don Luis.
(Se sientan. El Capitán CENTELLAS,
AVELLANEDA, BUTTARELLI y algunos otros se van a ellos y les
saludan, abrazan y dan la mano, y hacen otras semejantes
muestras de cariño y amistad. DON JUAN y DON LUIS las
aceptan cortésmente.)
CENTELLAS
¡Don Juan!
AVELLANEDA
¡Don
Luis!
DON JUAN
¡Caballeros!
DON LUIS
¡Oh, amigos! ¿:Qué dicha es ésta?
AVELLANEDA
Sabíamos vuestra apuesta
395
y hemos acudido a veros.
DON LUIS
Don Juan y yo tal bondad
en mucho os agradecemos.
DON JUAN
El tiempo no malgastemos,
Don Luis.
(A los otros.)
Sillas arrimad.
400
(A los que están lejos.)
Caballeros, yo supongo
que a ustedes también aquí
les trae la apuesta, y por mí,
a antojo tal no me opongo.
DON LUIS
Ni yo; que aunque nada más
405
Fue el empeño entre los dos,
no ha de decirse, por Dios,
que me avergonzó jamás.
DON JUAN
Ni a mí, que el orbe es testigo
de que hipócrita no soy,
410
pues por doquiera que voy
va el escándalo conmigo.
DON LUIS
¡Eh! ¿:Y esos dos no se llegan
a escuchar? Vos.
(Por DON DIEGO y DON GONZALO.)
DON DIEGO
Yo estoy bien.
DON LUIS
¿:Y vos?
DON GONZALO
De aquí oigo también.
415
DON LUIS
Razón tendrán si se niegan.
(Se sientan todos alrededor de la mesa en que
están DON LUIS Mejía y DON JUAN Tenorio.)
DON JUAN
¿:Estamos listos?
DON LUIS
Estamos.
DON JUAN
Como quien somos cumplimos.
DON LUIS
Veamos, pues, lo que hicimos.
DON JUAN
Bebamos antes.
DON LUIS
Bebamos.
420
(Lo hacen.)
DON JUAN
La apuesta fue...
DON LUIS
Porque un día
dije que en España entera
no habría nadie que hiciera
lo que hiciera Luis Mejía.
DON JUAN
Y siendo contradictorio
425
al vuestro mi parecer,
yo os dije: «Nadie ha de hacer
lo que hará don Juan Tenorio».
¿:No es así?
DON LUIS
Sin duda alguna;
y vinimos a apostar
430
quién de ambos sabría obrar
peor, con mejor fortuna,
en el término de un año;
juntándonos aquí hoy
a probarlo.
DON JUAN
Y aquí estoy.
435
DON LUIS
Y yo.
CENTELLAS
¡Empeño bien extraño,
por vida mía!
DON JUAN
Hablad, pues.
DON LUIS
No, vos debéis empezar.
DON JUAN
Como gustéis, igual es,
que nunca me hago esperar.
440
Pues señor, yo desde aquí,
buscando mayor espacio
para mis hazañas, dí
sobre Italia, porque allí
tiene el placer un palacio.
445
De la guerra y del amor
antigua y clásica tierra,
y en ella el Emperador,
con ella y con Francia en guerra,
díjeme: «¿:Dónde mejor?
450
Donde hay soldados, hay juego,
hay pendencias y amoríos».
Dí, pues, sobre Italia luego,
buscando a sangre y a fuego
amores y desafíos.
455
En Roma, a mi apuesta fiel,
fijé entre hostil y amatorio
en mi puerta este cartel:
«Aquí está don Juan Tenorio
para quien quiera algo de él».
460
De aquellos días la historia
a relataros renuncio;
remítome a la memoria
que dejé allí, y de mi gloria
podéis juzgar por mi anuncio.
465
Las romanas caprichosas,
las costumbres licenciosas,
yo gallardo y calavera,
quién a cuento redujera
mis empresas amorosas.
470
Salí de Roma por fin
como os podéis figurar,
con un disfraz harto ruin,
y a lomos de un mal rocín,
pues me querían ahorcar.
475
Fui al ejército de España;
mas todos paisanos míos,
soldados y en tierra extraña,
dejé pronto su compaña
tras cinco o seis desafíos.
480
Nápoles, rico vergel
de amor, de placer emporio,
vio en mi segundo cartel:
«Aquí está don Juan Tenorio,
y no hay hombre para él.
485
Desde la princesa altiva
a la que pesca en ruin barca,
no hay hembra a quien no suscriba,
y cualquiera empresa abarca
si en oro o valor estriba.
490
Búsquenle los reñidores;
cérquenle los jugadores;
quien se precie, que le ataje;
a ver si hay quien le aventaje
en juego, en lid o en amores».
495
Esto escribí; y en medio año
que mi presencia gozó
Nápoles, no hay lance extraño,
no hubo escándalo ni engaño
en que no me hallara yo.
500
Por dondequiera que fui,
la razón atropellé,
la virtud escarnecí,
a la justicia burlé
y a las mujeres vendí.
505
Yo a las cabañas bajé,
yo a los palacios subí,
yo los claustros escalé,
y en todas partes dejé
memoria amarga de mí.
510
Ni reconocí sagrado,
ni hubo razón ni lugar
por mi audacia respetado;
ni en distinguir me he parado
al clérigo del seglar.
515
A quien quise provoqué,
con quien quiso me batí,
y nunca consideré
que pudo matarme a mí
aquel a quien yo maté.
520
A esto don Juan se arrojó,
y escrito en este papel
está cuanto consiguió,
y lo que él aquí escribió,
mantenido está por él.
525
DON LUIS
Leed, pues.
DON JUAN
No; oigamos antes
vuestros bizarros extremos,
y si traéis terminantes
vuestras notas comprobantes,
lo escrito cotejaremos.
530
DON LUIS
Decís bien; cosa es que está,
Don Juan, muy puesta en razón;
aunque, a mi ver, poco irá
de una a otra relación.
DON JUAN
Empezad, pues.
DON LUIS
Allá va.
535
Buscando yo, como vos,
a mi aliento empresas grandes,
dije: «¿:Dó iré, ¡vive Dios!
de amor y lides en pos
que vaya mejor que a Flandes?
540
Allí, puesto que empeñadas
guerras hay, a mis deseos
habrá al par centuplicadas
ocasiones extremadas
de riñas y galanteos».
545
Y en Flandes conmigo dí,
mas con tan negra fortuna,
que al mes de encontrarme allí
todo mi caudal perdí,
dobla a dobla, una por una.
550
En tan total carestía
mirándome de dineros,
de mí todo el mundo huía,
mas yo busqué compañía
y me uní a unos bandoleros.
555
Lo hicimos bien, ¡voto a tal!,
y fuimos tan adelante,
con suerte tan colosal,
que entramos a saco en Gante
el palacio episcopal.
560
¡Qué noche! Por el decoro
de la Pascua, el buen obispo
bajó a presidir el coro,
y aún de alegría me crispo
al recordar su tesoro.
565
Todo cayó en poder nuestro;
mas mi capitán, avaro,
puso mi parte en secuestro;
reñimos, yo fui más diestro,
y le crucé sin reparo.
570
Jurome al punto la gente
capitán, por más valiente;
jureles yo amistad franca;
pero a la noche siguiente
huí y les dejé sin blanca.
575
Yo me acordé del refrán
de que quien roba al ladrón
ha cien años de perdón,
y me arrojé a tal desmán
mirando a mi salvación.
580
Pasé a Alemania opulento,
mas un Provincial jerónimo,
hombre de mucho talento,
me conoció, y al momento
me delató en un anónimo.
585
Compré a fuerza de dinero
la libertad y el papel;
y topando en un sendero
al fraile, le envié certero
una bala envuelta en él.
590
Salté a Francia, ¡buen país!,
y como en Nápoles vos,
puse un cartel en París
diciendo: «Aquí hay un don Luis
que vale lo menos dos.
595
Parará aquí algunos meses,
y no trae más intereses
ni se aviene a más empresas,
que a adorar a las francesas
y a reñir con los franceses».
600
Esto escribí; y en medio año
que mi presencia gozó
París, no hubo lance extraño,
ni hubo escándalo ni daño
donde no me hallara yo.
605
Mas como don Juan, mi historia
también a alargar renuncio;
que basta para mi gloria
la magnífica memoria
que allí dejé con mi anuncio.
610
Y cual vos, por donde fui
la razón atropellé,
la virtud escarnecí,
a la justicia burlé,
y a las mujeres vendí.
615
Mi hacienda llevo perdida
tres veces; mas se me antoja
reponerla, y me convida
mi boda comprometida
con doña Ana de Pantoja.
620
Mujer muy rica me dan,
y mañana hay que cumplir
los tratos que hechos están;
lo que os advierto, don Juan,
por si queréis asistir.
625
A esto don Luis se arrojó,
y escrito en este papel
está lo que consiguió;
y lo que él aquí escribió
mantenido está por él.
630
DON JUAN
La historia es tan semejante
que está en el fiel la balanza;
mas vamos a lo importante,
que es el guarismo a que alcanza
el papel; conque adelante.
635
DON LUIS
Razón tenéis en verdad.
Aquí está el mío; mirad,
por una línea apartados
traigo los nombres sentados
para mayor claridad.
640
DON JUAN
Del mismo modo arregladas
mis cuentas traigo en el mío;
en dos líneas separadas
los muertos en desafío
y las mujeres burladas.
645
Contad.
DON LUIS
Contad.
DON JUAN
Veintitrés.
DON LUIS
Son los muertos. A ver vos.
¡Por la cruz de San Andrés!
Aquí sumo treinta y dos.
DON JUAN
Son los muertos.
DON LUIS
Matar es.
650
DON JUAN
Nueve os llevo.
DON LUIS
Me vencéis.
Pasemos a las conquistas.
DON JUAN
Sumo aquí cincuenta y seis.
DON LUIS
Y yo sumo en vuestras listas
setenta y dos.
DON JUAN
Pues perdéis.
655
DON LUIS
¡Es increíble, don Juan!
DON JUAN
Si lo dudáis, apuntados
los testigos ahí están,
que si fueren preguntados
os lo testificarán.
660
DON LUIS
¡Oh! Y vuestra lista es cabal.
DON JUAN
Desde una princesa real
a la hija de un pescador,
¡oh! ha recorrido mi amor
toda la escala social.
665
¿:Tenéis algo que tachar?
DON LUIS
Sólo una os falta en justicia.
DON JUAN
¿:Me la podéis señalar?
DON LUIS
Sí, por cierto; una novicia
que esté para profesar.
670
DON JUAN
¡Bah! pues yo os complaceré
doblemente, porque os digo
que a la novicia uniré
la dama de algún amigo
que para casarse esté.
675
DON LUIS
¡Pardiez, que sois atrevido!
DON JUAN
Yo os lo apuesto si queréis.
DON LUIS
Digo que acepto el partido.
¿:Para darlo por perdido,
queréis veinte
días?
DON JUAN
Seis.
680
DON LUIS
¡Por Dios, que sois hombre extraño!
¿:Cuántos días empleáis
en cada mujer que amáis?
DON JUAN
Partid los días del año
entre las que ahí encontráis.
685
Uno para enamorarlas,
otro para conseguirlas,
otro para abandonarlas,
dos para sustituirlas,
y una hora para olvidarlas.
690
Pero la verdad a hablaros,
pedir más no se me antoja,
porque, pues vais a casaros,
mañana pienso quitaros
a doña Ana de Pantoja.
695
DON LUIS
Don Juan, ¿:qué es lo que decís?
DON JUAN
Don Luis, lo que oído habéis.
DON LUIS
Ved, don Juan, lo que emprendéis.
DON JUAN
Lo que he de lograr, don Luis.
DON LUIS
¡Gastón!
GASTÓN
Señor.
DON LUIS
Ven acá.
700
(Habla DON LUIS en secreto con GASTÓN, y éste
se va precipitadamente.)
DON JUAN
¡Ciutti!
CIUTTI
Señor.
DON JUAN
Ven aquí.
(DON JUAN habla también con CIUTTI, que hace
lo mismo.)
DON LUIS
¿:Estáis en lo
dicho?
DON JUAN
Sí.
DON LUIS
Pues va la vida.
DON JUAN
Pues va.
(DON GONZALO, levantándose de la mesa en que
ha permanecido inmóvil durante la escena anterior, se
afronta con DON JUAN y DON LUIS.)
DON GONZALO
¡Insensatos! Vive Dios,
que a no temblarme las manos,
705
a palos, como a villanos,
os diera muerte a los dos.
DON JUAN y DON LUIS
Veamos.
DON GONZALO
Excusado es,
que he vivido lo bastante
para no estar arrogante
710
donde no puedo.
DON JUAN
Idos, pues.
DON GONZALO
Antes, don Juan, de salir
de donde oírme podáis,
es necesario que oigáis
lo que os tengo que decir.
715
Vuestro buen padre don Diego,
porque pleitos acomoda,
os apalabró una boda
que iba a celebrarse luego;
pero por mí mismo yo,
720
lo que erais queriendo ver,
vine aquí al anochecer,
y el veros me avergonzó.
DON JUAN
¡Por Satanás, viejo insano,
que no sé cómo he tenido
725
calma para haberte oído
sin asentarte la mano!
¡Pero di pronto quién eres,
porque me siento capaz
de arrancarte el antifaz
730
con el alma que tuvieres!
DON GONZALO
¡Don Juan!
DON JUAN
¡Pronto!
DON GONZALO
Mira, pues.
DON JUAN
¡Don Gonzalo!
DON GONZALO
El mismo soy.
Y adiós, don Juan; más desde hoy
no penséis en doña Inés.
735
Porque antes que consentir
en que se case con vos,
el sepulcro, ¡juro a Dios!,
por mi mano la he de abrir.
DON JUAN
Me hacéis reír, don Gonzalo;
740
pues venirme a provocar,
es como ir a amenazar
a un león con un mal palo.
Y pues hay tiempo, advertir
os quiero a mi vez a vos
745
que, o me la dais, o por Dios
que a quitárosla he de ir.
DON GONZALO
¡Miserable!
DON JUAN
Dicho está;
sólo una mujer como ésta
me falta para mi apuesta;
750
ved, pues, que apostada va.
(DON DIEGO, levantándose de la mesa en que ha
permanecido encubierto mientras la escena anterior,
baja al centro de la escena, encarándose con DON
JUAN.)
DON DIEGO
No puedo más escucharte,
vil don Juan, porque recelo
que hay algún rayo en el cielo
preparado a aniquilarte.
755
¡Ah...! No pudiendo creer
lo que de ti me decían,
confiando en que mentían,
te vine esta noche a ver.
Pero te juro, malvado,
760
que me pesa haber venido
para salir convencido
de lo que es para ignorado.
Sigue, pues, con ciego afán
en tu torpe frenesí,
765
mas nunca vuelvas a mí;
no te conozco, don Juan.
DON JUAN
¿:Quién nunca a ti se volvió,
ni quién osa hablarme así,
ni qué se me importa a mí
770
que me conozcas o no?
DON DIEGO
Adiós, pues; mas no te olvides
de que hay un Dios justiciero.
DON JUAN
Ten.
(Deteniéndole.)
DON DIEGO
¿:Qué
quieres?
DON JUAN
Verte quiero.
DON DIEGO
Nunca; en vano me lo pides.
775
DON JUAN
¿:Nunca?
DON DIEGO
No.
DON JUAN
Cuando me cuadre.
DON DIEGO
¿:Cómo?
DON JUAN
Así.
(Le arranca el antifaz.)
TODOS
¡Don
Juan!
DON DIEGO
¡Villano!
¡Me has puesto en la faz la mano!
DON JUAN
¡Válgame Cristo, mi padre!
DON DIEGO
Mientes; no lo fui jamás.
780
DON JUAN
¡Reportaos, con Belcebú!
DON DIEGO
No; los hijos como tú
son hijos de Satanás.
Comendador, nulo sea
lo hablado.
DON GONZALO
Ya lo es por mí;
785
vamos.
DON DIEGO
Sí; vamos de aquí,
donde tal monstruo no vea.
Don Juan, en brazos del vicio
desolado te abandono;
me matas... mas te perdono
790
de Dios en el santo juicio.
(Vanse poco a poco DON DIEGO y DON
GONZALO.)
DON JUAN
Largo el plazo me ponéis;
mas ved que os quiero advertir
que yo no os he ido a pedir
jamás que me perdonéis.
795
Conque no paséis afán
de aquí adelante por mí,
que como vivió hasta aquí,
vivirá siempre don Juan.
Escena XIII
DON JUAN, DON LUIS, CENTELLAS, AVELLANEDA,
BUTTARELLI, curiosos y máscaras.
DON JUAN
¡Eh! Ya salimos del paso;
800
y no hay que extrañar la homilía;
son pláticas de familia
de las que nunca hice caso.
Conque lo dicho, don Luis,
van doña Ana y doña Inés
805
en puesta.
DON LUIS
Y el precio es
la vida.
DON JUAN
Vos lo decís;
vamos.
DON LUIS
Vamos.
(Al salir, se presenta una ronda que les
detiene.)
Escena XIV
Dichos y una ronda de Alguaciles.
ALGUACIL
¡Alto allá!
¿:Don Juan Tenorio?
DON JUAN
Yo soy.
ALGUACIL
Sed preso.
DON JUAN
¡Soñando estoy!
810
¿:Por qué?
ALGUACIL
Después lo verá.
DON LUIS
(Acercándose a DON JUAN y riéndose.)
Tenorio, no lo extrañéis,
pues mirando a lo apostado,
mi paje os ha delatado
para que vos no ganéis.
815
DON JUAN
¡Hola! Pues no os suponía
con tal despejo, ¡pardiez!
DON LUIS
Id, pues; que por esta vez,
don Juan, la partida es mía.
DON JUAN
Vamos, pues.
(Al salir, les detiene otra ronda que entra
en la escena.)
Escena XV
Dichos y una ronda.
ALGUACIL
(Que entra.)
Ténganse allá.
820
¿:Don Luis Mejía?
DON LUIS
Yo soy.
ALGUACIL
Sed preso.
DON LUIS
¡Soñando estoy!
¡Yo preso!
DON JUAN
(Soltando la carcajada.)
¡Ja, ja, ja, ja!
Mejía, no lo extrañéis,
pues mirando a lo apostado,
825
mi paje es ha delatado
para que no me estorbéis.
DON LUIS
Satisfecho quedaré
aunque ambos
muramos.
DON JUAN
Vamos:
conque, señores, quedamos
830
en que la apuesta está en pie.
(Las rondas se llevan a DON JUAN y a DON
LUIS; muchos los siguen. El Capitán CENTELLAS, AVELLANEDA y
sus amigos quedan en la escena mirándose unos a
otros.)
Escena XVI
El Capitán CENTELLAS, AVELLANEDA y
curiosos.
AVELLANEDA
¡Parece un juego ilusorio!
CENTELLLAS
¡Sin verlo no lo creería!
AVELLANEDA
Pues yo apuesto por Mejía.
CENTELLAS
Y yo pongo por Tenorio.
Acto II
Destreza
DON JUAN Tenorio, DON LUIS
Mejía, DOÑA ANA de Pantoja, CIUTTI, PASCUAL, LUCÍA y
BRÍGIDA. Tres embozados del servicio de DON
JUAN. Exterior de la casa de DOÑA
ANA, vista por una esquina. Las dos paredes que forman
el ángulo se prolongan igualmente por ambos lados,
dejando ver en la de la derecha una reja, y en la de la
izquierda una reja y una puerta.
Escena I
DON LUIS, PASCUAL.
PASCUAL
¡Quién creyera lance tal!
¡Jesús, qué escándalo! ¡Presos!
DON LUIS
¡Qué veo! ¿:Es
Pascual?
PASCUAL
Los sesos
15
me
estrellaría.
DON LUIS
¿:Pascual?
PASCUAL
¿:Quién me llama tan apriesa?
DON LUIS
Yo. Don Luis.
PASCUAL
¡Válame Dios!
DON LUIS
¿:Qué te
asombra?
PASCUAL
Que seáis vos.
DON LUIS
Mi suerte, Pascual, es esa.
20
Que a no ser yo quien me soy
y a no dar contigo ahora,
el honor de mi señora
doña Ana moría hoy.
PASCUAL
¿:Qué es lo que
decís?
DON LUIS
¿:Conoces
25
a don Juan
Tenorio?
PASCUAL
Sí.
¿:Quién no le conoce aquí?
Mas, según públicas voces,
estabais presos los dos.
¡Vamos, lo que el vulgo miente!
30
DON LUIS
Ahora acertadamente
habló el vulgo; y juro a Dios
que a no ser porque mi primo,
el tesorero real,
quiso fiarme, Pascual,
35
pierdo cuanto más estimo.
PASCUAL
¿:Pues cómo?
DON LUIS
¿:En servirme
estás?
PASCUAL
Hasta morir.
DON LUIS
Pues escucha.
Don Juan y yo en una lucha
arriesgada por demás
40
empeñados nos hallamos;
pero a querer tú ayudarme,
más que la vida salvarme
puedes.
PASCUAL
¿:Qué hay que hacer?
Sepamos.
DON LUIS
En una insigne locura
45
dimos tiempo ha; en apostar
cuál de ambos sabría obrar
peor, con mejor ventura.
Ambos nos hemos portado
bizarramente a cual más;
50
pero él es un Satanás,
y por fin me ha aventajado.
Púsele no sé qué pero,
Dijímonos no sé qué
sobre ello, y el hecho fue
55
que él, mofándose altanero,
me dijo: «Y si esto no os llena,
pues que os casáis con doña Ana,
os apuesto a que mañana
os la quito
yo».
PASCUAL
¡Esa es buena!
60
¿:Tal se ha atrevido a decir?
DON LUIS
No es lo malo que lo diga,
Pascual, sino que consiga
lo que
intenta.
PASCUAL
¿:Conseguir?
En tanto que yo esté aquí,
65
descuidad, don
Luis.
DON LUIS
Te juro
que si el lance no aseguro,
no sé qué va a ser de mí.
PASCUAL
Por la Virgen del Pilar,
¿:le teméis?
DON LUIS
No; ¡Dios
testigo!
70
Mas lleva ese hombre consigo
algún diablo familiar.
PASCUAL
Dadlo por asegurado.
DON LUIS
¡Oh! Tal es el afán mío
que ni en mí propio me fío
75
con un hombre tan osado.
PASCUAL
Yo os juro, por San Ginés,
que con toda su osadía,
le ha de hacer, por vida mía,
mal tercio un aragonés;
80
nos
veremos.
DON LUIS
¡Ay, Pascual,
que en qué te metes no sabes!
PASCUAL
En apreturas más graves
me he visto, y no salí mal.
DON LUIS
Estriba en lo perentorio
85
del plazo, y en ser quien es.
PASCUAL
Más que un buen aragonés,
no ha de valer un Tenorio.
Todos esos lenguaraces,
espadachines de oficio,
90
no son más que frontispicio
y de poca alma capaces.
Para infamar a mujeres
tienen lengua, y tienen manos
para osar a los ancianos
95
o apalear a mercaderes.
Mas cuando una buena espada
por un buen brazo esgrimida
con la muerte les convida,
todo su valor es nada.
100
Y sus empresas y bullas
se reducen todas ellas
a hablar mal de las doncellas
y a huir ante las patrullas.
DON LUIS
¡Pascual!
PASCUAL
No lo hablo por
vos,
105
que aunque sois un calavera,
tenéis la alma bien entera
y reñís bien, ¡voto a bríos!
DON LUIS
Pues si es en mí tan notorio
el valor, mira, Pascual,
110
que el valor es proverbial
en la raza de Tenorio.
Y porque conozco bien
de su valor el extremo,
de sus ardides me temo
115
que en tierra con mi honra den.
PASCUAL
Pues suelto estáis ya, don Luis,
y pues que tanto os acucia
el mal de celos, su astucia
con la astucia prevenís.
120
¿:Qué teméis de
él?
DON LUIS
No lo sé;
mas esta noche sospecho
que ha de procurar el hecho
consumar.
PASCUAL
Soñáis.
DON LUIS
¿:Por qué?
PASCUAL
¿:No está
preso?
DON LUIS
Sí que está;
125
mas también lo estaba yo,
y un hidalgo me fió
PASCUAL
Mas, ¿:quién a él le fiará?
DON LUIS
En fin, sólo un medio encuentro
de
satisfacerme.
PASCUAL
¿:Cuál?
130
DON LUIS
Que de esta casa, Pascual,
quede yo esta noche dentro.
PASCUAL
Mirad que así de doña Ana
tenéis el honor vendido.
DON LUIS
¡Qué mil rayos! ¿:Su marido
135
no voy a ser yo mañana?
PASCUAL
Mas, señor, ¿:no os digo yo
que os fío con la existencia?
DON LUIS
Sí; salir de una pendencia,
mas de un ardid diestro, no.
140
Y en fin, o paso en la casa
la noche, o tomo la calle
aunque la justicia me halle.
PASCUAL
Señor don Luis, eso pasa
de terquedad, y es capricho
145
que dejar os aconsejo,
y os irá
bien.
DON LUIS
No lo dejo,
Pascual.
PASCUAL
¡Don
Luis!
DON LUIS
Está dicho.
PASCUAL
¡Vive Dios! ¿:Hay tal afán?
DON LUIS
Tú dirás lo que quisieres,
150
mas yo fío en las mujeres
mucho menos que en don Juan.
Y pues lance es extremado
por dos locos emprendido,
bien será un loco atrevido
155
para un loco desalmado.
PASCUAL
Mirad bien lo que decís,
porque yo sirvo a doña Ana
desde que nació, y mañana
seréis su esposo, don Luis.
160
DON LUIS
Pascual, esa hora llegada
y ese derecho adquirido,
yo sabré ser su marido
y la haré ser bien casada.
Mas en
tanto...
PASCUAL
No habléis más.
165
Yo os conozco desde niños,
y sé lo que son cariños,
¡por vida de Barrabás!
Oíd: mi cuarto es sobrado
para los dos; dentro de él
170
quedad; mas palabra fiel
dadme de estaros callado.
DON LUIS
Te la doy.
PASCUAL
Y hasta mañana,
juntos con doble cautela
nos quedaremos en vela.
175
DON LUIS
Y se salvará doña Ana.
PASCUAL
Sea.
DON LUIS
Pues
vamos.
PASCUAL
Teneos.
¿:Qué vais a
hacer?
DON LUIS
A
entrar.
PASCUAL
¿:Ya?
DON LUIS
¿:Quién sabe lo que él hará?
PASCUAL
Vuestros celosos deseos
180
reprimid, que ser no puede
mientras que no se recoja
mi amo don Gil de Pantoja
y todo en silencio quede.
DON LUIS
¡Voto a...!
PASCUAL
¡Eh! Dad una
vez
185
breves treguas al amor.
DON LUIS
¿:Y a qué hora ese buen señor
suele
acostarse?
PASCUAL
A las diez;
y en esa calleja estrecha
hay una reja; llamad
190
a las diez, y descuidad
mientras en
mí.
DON LUIS
Es cosa hecha.
PASCUAL
Don Luis, hasta luego, pues.
DON LUIS
Adiós, Pascual, hasta luego.
Escena III
DON LUIS, solo.
DON LUIS
Jamás tal desasosiego
195
tuve. Paréceme que es
esta noche hora menguada
para mí... y no sé qué vago
presentimiento, qué estrago
teme mi alma acongojada.
200
Por Dios que nunca pensé
que a doña Ana amara así,
ni por ninguna sentí
lo que por ella... ¡Oh! Y a fe
que de don Juan me amedrenta,
205
no el valor, mas la ventura.
Parece que le asegura
Satanás en cuanto intenta.
No, no; es un hombre infernal,
y téngome para mí
210
que si me aparto de aquí
me burla, pese a Pascual.
Y, aunque me tenga por necio,
quiero entrar; que con don Juan
las precauciones no están
215
para vistas con desprecio.
(Llama a la ventana.)
Escena IV
DON LUIS y DOÑA ANA.
DOÑA ANA
¿:Quién va?
DON LUIS
¿:No es
Pascual?
DOÑA ANA
¡Don Luis!
DON LUIS
¡Doña Ana!
DOÑA ANA
¿:Por la ventana
llamas ahora?
DON LUIS
¡Ay, doña Ana,
cuán a buen tiempo salís!
220
DOÑA ANA
¿:Pues qué hay,
Mejía?
DON LUIS
Un empeño
por tu beldad con un hombre
que temo.
DOÑA ANA
¿:Y qué hay que te
asombre
en él, cuando eres tú el dueño
de mi
corazón?
DON LUIS
Doña Ana,
225
no lo puedes comprender
de ese hombre sin conocer
nombre y
suerte.
DOÑA ANA
Será vana
su buena suerte conmigo;
ya ves, sólo horas nos faltan
230
para la boda, y te asaltan
vanos
temores.
DON LUIS
Testigo
me es Dios que nada por mí
me da pavor mientras tenga
espada, y ese hombre venga
235
cara a cara contra ti.
Mas como el león audaz,
y cauteloso y prudente
como la astuta serpiente...
DOÑA ANA
¡Bah! Duerme, don Luis, en paz,
240
que su audacia y su prudencia
nada lograrán de mí,
que tengo cifrada en ti
la gloria de mi existencia.
DON LUIS
Pues bien, Ana, de ese amor
245
que me aseguras en nombre,
para no temer a ese hombre,
voy a pedirte un favor.
DOÑA ANA
Di; mas bajo, por si escucha
tal vez
alguno.
DON LUIS
Oye, pues.
250
Escena V
DOÑA ANA y DON LUIS, a la reja derecha;
DON JUAN y CIUTTI, en la calle
izquierda.
CIUTTI
Señor, por mi vida que es
vuestra suerte buena y mucha.
DON JUAN
Ciutti, nadie como yo;
ya viste cuán fácilmente
el buen Alcaide prudente
255
se avino, y suelta me dio.
Mas no hay ya en ello que hablar;
¿:mis encargos has cumplido?
CIUTTI
Todos los he concluido
mejor que pude esperar.
260
DON JUAN
¿:La
beata...?
CIUTTI
Esta es la
llave
de la puerta del jardín,
que habrá que escalar al fin;
pues como usarced ya sabe,
las tapias de este convento
265
no tienen entrada alguna.
DON JUAN
¿:Y te dio
carta?
CIUTTI
Ninguna;
me dijo que aquí al momento
iba a salir de camino;
que al convento se volvía,
270
y que con vos hablaría.
DON JUAN
Mejor es.
CIUTTI
Lo mismo opino.
DON JUAN
¿:Y los
caballos?
CIUTTI
Con silla
y freno los tengo ya.
DON JUAN
¿:Y la gente?
CIUTTI
Cerca está.
275
DON JUAN
Bien, Ciutti; mientras Sevilla
tranquila en sueño reposa
creyéndome encarcelado,
otros dos nombres añado
a mi lista numerosa.
280
¡Ja, ja!
CIUTTI
Señor.
DON JUAN
¿:Qué?
CIUTTI
Callad.
DON JUAN
¿:Qué hay,
Ciutti?
CIUTTI
Al doblar la
esquina
en esa reja vecina
he visto un
hombre.
DON JUAN
Es verdad;
pues ahora sí que es mejor
285
el lance; ¿:y si es
ése...?
CIUTTI
¿:Quién?
DON JUAN
Don Luis.
CIUTTI
Imposible.
DON JUAN
¡Toma!
¿:No estoy yo
aquí?
CIUTTI
Diferencia
va de él a
vos.
DON JUAN
Evidencia
lo creo, Ciutti; allí asoma
290
tras de la reja una dama.
CIUTTI
Una criada tal vez.
DON JUAN
Preciso es verlo, pardiez,
no perdamos lance y fama.
Mira, Ciutti; a fuer de ronda,
295
tú con varios de los míos,
por esa calle escurríos
dando vuelta a la redonda
a la casa.
CIUTTI
Y en tal caso
cerrará ella.
DON JUAN
Pues con eso,
300
ella ignorante y él preso,
nos dejará franco el paso.
CIUTTI
Decís bien.
DON JUAN
Corre, y
atájale,
que en ello el vencer consiste.
CIUTTI
¿:Mas si el truhán se resiste?
305
DON JUAN
Entonces de un tajo rájale.
Escena VI
DON JUAN, DOÑA ANA y DON LUIS.
DON LUIS
¿:Me das, pues, tu asentimiento?
DOÑA ANA
Consiento.
DON LUIS
¿:Complácesme de ese modo?
DOÑA ANA
En todo.
310
DON LUIS
Pues te velaré hasta el día.
DOÑA ANA
Sí, Mejía.
DON LUIS
Páguete el cielo, Ana mía,
satisfacción tan entera.
DOÑA ANA
Porque me juzgues sincera,
315
DON LUIS
Volveré, pues, otra vez.
DOÑA ANA
Sí, a las diez.
DON LUIS
¿:Me aguardarás,
Ana?
DOÑA ANA
Sí.
DON LUIS
Aquí.
320
DOÑA ANA
Y tú estarás puntual, ¿:eh?
DON LUIS
Estaré.
DOÑA ANA
La llave, pues, te daré.
DON LUIS
Y dentro yo de tu casa,
venga
Tenorio.
DOÑA ANA
Alguien pasa.
325
DON LUIS
Escena VII
DON JUAN y DON LUIS.
DON LUIS
Mas se acercan. ¿:Quién va allá?
DON JUAN
Quien va.
DON LUIS
De quien va así, ¿:qué se infiere?
DON JUAN
Que quiere...
330
DON LUIS
¿:Ver si la lengua le arranco?
DON JUAN
El paso franco.
DON LUIS
Guardado
está.
DON JUAN
¿:Y yo soy
manco?
DON LUIS
Pidiéraislo en cortesía.
DON JUAN
¿:Y a quién?
DON LUIS
A don Luis
Mejía.
335
DON JUAN
DON LUIS
¿:Conocéisme?
DON JUAN
Sí.
DON LUIS
¿:Y yo a vos?
DON JUAN
Los dos.
DON LUIS
¿:Y en qué estriba el estorballe?
DON JUAN
En la calle.
340
DON LUIS
¿:De ella los dos por ser amos?
DON JUAN
Estamos.
DON LUIS
Dos hay no más que podamos
necesitarla a la vez.
DON JUAN
Lo sé.
DON LUIS
¡Sois don
Juan!
DON JUAN
¡Pardiez!
345
DON LUIS
¿:No os
prendieron?
DON JUAN
Como a vos.
DON LUIS
¡Vive Dios!
¿:Y huisteis?
DON JUAN
Os imité.
¿:Y qué?
350
DON LUIS
Que
perderéis.
DON JUAN
No sabemos.
DON LUIS
Lo veremos.
DON JUAN
La dama entrambos tenemos
sitiada; y estáis cogido.
DON LUIS
Tiempo hay.
DON JUAN
Para vos
perdido.
355
DON LUIS
(DON LUIS desenvaina su espada; mas
CIUTTI, que ha bajado con los suyos
cautelosamente hasta colocarse detrás de
él, lo sujeta.)
DON JUAN
Señor don Luis, vedlo, pues.
DON LUIS
Traición es.
DON JUAN
La boca...
(A los suyos que le tapan a DON LUIS.)
DON LUIS
¡Oh!
DON JUAN
Sujeto atrás,
más.
360
(Le sujetan los brazos.)
La empresa es, señor Mejía,
como mía.
(A los suyos.)
Encerrádmele hasta el día.
(A DON LUIS.)
La apuesta está ya en mi mano.
Adiós, don Luis; si os la gano,
365
traición es, mas como mía.
Escena VIII
DON JUAN, solo.
DON JUAN
Buen lance, ¡viven los cielos!
¡Estos son los que dan fama!
Mientras le soplo la dama,
él se arrancará los pelos
370
encerrado en mi bodega.
¿:Y ella...? Cuando crea hallarse
con él... ¡ja! ¡ja!... ¡Oh! y
quejarse
no puede; limpio se juega.
A la cárcel le llevé,
375
y salió; llevome a mí,
y salí; hallarnos aquí
era fuerza... ya se ve,
su parte en la grave apuesta
defendía cada cual.
380
Mas con la suerte está mal
Mejía, y también pierde ésta.
Sin embargo, y por si acaso,
no es demás asegurarse
de Lucía, a desgraciarse
385
no vaya por poco el paso.
Mas por allí un bulto negro
se aproxima... y, a mi ver,
es el bulto una mujer.
¿:Otra aventura? Me alegro.
390
Escena IX
DON JUAN y BRÍGIDA.
BRÍGIDA
¿:Caballero?
DON JUAN
¿:Quién va allá?
BRÍGIDA
¿:Sois don
Juan?
DON JUAN
¡Por vida
de...!
¡Si es la beata! Y a fe
que la había olvidado ya.
Llegaos; don Juan soy yo.
395
BRÍGIDA
¿:Estáis solo?
DON JUAN
Con el diablo.
BRÍGIDA
¡Jesucristo!
DON JUAN
Por vos lo
hablo.
BRÍGIDA
¿:Soy yo el
diablo?
DON JUAN
Creoló.
BRÍGIDA
¡Vaya! ¡Qué cosas tenéis!
Vos sí que sois un diablillo...
400
DON JUAN
Que te llenará el bolsillo
si le sirves.
BRÍGIDA
Lo veréis.
DON JUAN
Descarga, pues, ese pecho.
¿:Qué hiciste?
BRÍGIDA
Cuanto me ha
dicho
vuestro paje... ¡Y qué mal bicho
405
es ese
Ciutti!
DON JUAN
¿:Qué ha hecho?
BRÍGIDA
¡Gran
bribón!
DON JUAN
¿:No os ha
entregado
un bolsillo y un papel?
BRÍGIDA
Leyendo estará ahora en él
doña Inés.
DON JUAN
¿:La has
preparado?
410
BRÍGIDA
¡Vaya! Y os la he convencido
con tal maña y de manera,
que irá como una cordera
tras vos.
DON JUAN
¿:Tan fácil te ha
sido?
BRÍGIDA
¡Bah! Pobre garza enjaulada,
415
dentro la jaula nacida,
¿:qué sabe ella si hay más vida
ni más aire en que volar?
Si no vio nunca sus plumas
del sol a los resplandores,
420
¿:qué sabe de los colores
de que se puede ufanar?
No cuenta la pobrecilla
diez y siete primaveras,
y aún virgen a las primeras
425
impresiones del amor,
nunca concibió la dicha
fuera de su pobre estancia,
tratada desde la infancia
con cauteloso rigor.
430
Y tantos años monótonos
de soledad y convento
tenían su pensamiento
ceñido a punto tan ruin,
a tan reducido espacio
435
y a círculo tan mezquino,
que era el claustro su destino
y el altar era su fin.
«Aquí está Dios», la dijeron;
y ella dijo: «Aquí le adoro».
440
«Aquí está el claustro y el coro».
Y pensó: «No hay más allá».
Y sin otras ilusiones
que sus sueños infantiles,
pasó diez y siete abriles
445
sin conocerlo quizá.
DON JUAN
¿:Y está
hermosa?
BRÍGIDA
¡Oh! como un
ángel.
DON JUAN
Y la has
dicho...
BRÍGIDA
Figuraos
si habré metido mal caos
en su cabeza, don Juan.
450
La hablé del amor, del mundo,
de la corte y los placeres,
de cuánto con las mujeres
erais pródigo y galán.
La dije que erais el hombre
455
por su padre destinado
para suyo; os he pintado
muerto por ella de amor,
desesperado por ella,
y por ella perseguido,
460
y por ella decidido
a perder vida y honor.
En fin, mis dulces palabras
al posarse en sus oídos,
sus deseos mal dormidos
465
arrastraron de sí en pos;
y allá dentro de su pecho
han inflamado una llama
de fuerza tal, que ya os ama
y no piensa más que en vos.
470
DON JUAN
Tan incentiva pintura
los sentidos me enajena,
y el alma ardiente me llena
de su insensata pasión.
Empezó por una apuesta,
475
siguió por un devaneo,
engendró luego un deseo,
y hoy me quema el corazón.
Poco es el centro de un claustro;
¡al mismo infierno bajara,
480
y a estocadas la arrancara
de los brazos de Satán!
¡Oh, hermosa flor cuyo cáliz
al rocío aún no se ha abierto!
A trasplantarte va al huerto
485
de sus amores don Juan.
¡Brígida!
BRÍGIDA
Os estoy
oyendo,
y me hacéis perder el tino;
yo os creía un libertino
sin alma y sin corazón.
490
DON JUAN
¿:Eso extrañas? ¿:No está claro
que en un objeto tan noble
hay que interesarse doble
que en otros?
BRÍGIDA
Tenéis razón.
DON JUAN
Conque ¿:a qué hora se recogen
495
las madres?
BRÍGIDA
Ya recogidas
estarán. ¿:Vos prevenidas
todas las cosas tenéis?
DON JUAN
Todas.
BRÍGIDA
Pues luego que
doblen
a las ánimas, con tiento
500
saltando al huerto, al convento
fácilmente entrar podéis
con la llave que os he enviado;
de un claustro obscuro y estrecho
es, seguid bien derecho,
505
y daréis con poco afán
en nuestra
celda.
DON JUAN
Y si acierto
a robar tan gran tesoro,
te he de hacer pesar en oro.
BRÍGIDA
Por mí no queda, don Juan.
510
DON JUAN
Ve y
aguárdame.
BRÍGIDA
Voy, pues,
a entrar por la portería,
y a cegar a sor María
la tornera. Hasta después.
(Vase BRÍGIDA, y un poco antes de
concluir esta escena, sale CIUTTI, que se para en
el fondo esperando.)
Escena X
DON JUAN y CIUTTI.
DON JUAN
¡Pues señor, soberbio envite!
515
Muchas hice hasta esta hora,
mas, por Dios, que la de ahora
será tal que me acredite.
Mas ya veo que me espera
Ciutti. ¡Lebrel!
(Llamándole.)
CIUTTI
Aquí estoy.
520
DON JUAN
¿:Y don Luis?
CIUTTI
Libre por hoy
estáis de él.
DON JUAN
Ahora quisiera
ver a
Lucía.
CIUTTI
Llegar
podéis aquí.
(A la reja derecha.)
Yo la llamo,
y al salir a mi reclamo
525
la podéis vos abordar.
DON JUAN
Llama,
pues.
CIUTTI
La seña mía
sabe bien para que dude
en acudir.
DON JUAN
Pues si acude,
lo demás es cuenta mía.
530
(CIUTTI llama a la reja con una seña
que parezca convenida. LUCÍA se asoma a ella,
y al ver a DON JUAN se detiene un
momento.)
Escena XI
DON JUAN, LUCÍA y CIUTTI.
LUCÍA
¿:Qué queréis, buen caballero?
DON JUAN
Quiero.
LUCÍA
¿:Qué queréis? Vamos a ver.
DON JUAN
Ver.
LUCÍA
¿:Ver? ¿:Qué veréis a esta hora?
535
DON JUAN
A tu señora.
LUCÍA
Idos, hidalgo, en mal hora:
¿:quién pensáis que vive aquí?
DON JUAN
Doña Ana Pantoja, y
.
540
LUCÍA
¿:Sabéis que casa doña Ana?
DON JUAN
Sí, mañana.
LUCÍA
¿:Y ha de ser tan infiel ya?
DON JUAN
Sí será.
LUCÍA
¿:Pues no es de don Luis Mejía?
545
DON JUAN
¡Ca! otro día.
Hoy no es mañana, Lucía;
yo he de estar hoy con doña Ana,
y si se casa mañana,
550
LUCÍA
¡Ah! ¿:En recibiros está?
DON JUAN
Podrá.
LUCÍA
¿:Qué haré si os he de servir?
DON JUAN
Abrir.
LUCÍA
¡Bah! ¿:Y quién abre este castillo?
555
DON JUAN
Ese bolsillo.
LUCÍA
¡Oro!
DON JUAN
Pronto te dio el
brillo.
LUCÍA
¿:Cuánto?
DON JUAN
De cien doblas
pasa.
LUCÍA
¡Jesús!
DON JUAN
Cuenta, y di: ¿:esta
casa
?
560
LUCÍA
¡Oh! Si es quien me dora el
pico...
DON JUAN
Muy rico.
(Interrumpiéndola.)
LUCÍA
¿:Sí? ¿:Qué nombre usa el galán?
DON JUAN
Don Juan.
LUCÍA
¿:Sin apellido notorio?
565
DON JUAN
Tenorio.
LUCÍA
¡Ánimas del purgatorio!
¿:Vos don
Juan?
DON JUAN
¿:Qué te
amedrenta,
si a tus ojos se presenta
?
570
LUCÍA
Rechina la cerradura.
DON JUAN
Se asegura.
LUCÍA
¿:Y a mí quién? ¡Por Belcebú!
DON JUAN
Tú.
LUCÍA
¿:Y qué me abrirá el camino?
575
DON JUAN
Buen tino.
LUCÍA
¡Bah! Id en brazos del destino...
DON JUAN
Dobla el oro.
LUCÍA
Me acomodo.
DON JUAN
Pues mira cómo de todo
.
580
LUCÍA
¡Dadme algún tiempo, pardiez!
DON JUAN
A las diez.
LUCÍA
¿:Dónde os busco, o vos a mí?
DON JUAN
Aquí.
LUCÍA
¿:Conque estaréis puntual, eh?
585
DON JUAN
Estaré.
LUCÍA
Pues yo una llave os traeré.
DON JUAN
Y yo otra igual cantidad.
LUCÍA
No me
faltéis.
DON JUAN
No en verdad;
590
Adiós, pues, y en mí te fía.
LUCÍA
Y en mí el garboso galán.
DON JUAN
Adiós, pues, franca Lucía.
LUCÍA
Adiós, pues, rico don Juan.
(LUCÍA cierra la ventana. CIUTTI se
acerca a DON JUAN a una seña de éste.)
Escena XII
DON JUAN y CIUTTI.
DON JUAN
(Riéndose.)
Con oro nada hay que falle;
595
Ciutti, ya sabes mi intento:
a las nueve, en el convento;
a las diez, en esta calle.
Acto III
Profanación
DON
JUAN, DOÑA INÉS, DON GONZALO, BRÍGIDA, la ABADESA, la
TORNERA.
Celda de DOÑA INÉS.
Puerta en el fondo y a la izquierda.
Escena I
DOÑA INÉS y la ABADESA.
ABADESA
¿:Conque me habéis entendido?
DOÑA INÉS
Sí, señora.
ABADESA
Está muy bien;
la voluntad decisiva
de vuestro padre, tal es.
Sois joven, cándida y buena;
5
vivido en el claustro habéis
casi desde que nacisteis;
y para quedar en él
atada con santos votos
para siempre, ni aún tenéis,
10
como otras, pruebas difíciles
ni penitencias que hacer.
Dichosa mil veces vos;
dichosa, sí, doña Inés,
que no conociendo el mundo,
15
no le debéis de temer.
Dichosa vos, que del claustro
al pisar en el dintel,
no os volveréis a mirar
lo que tras vos dejaréis;
20
y los mundanos recuerdos
del bullicio y del placer,
no os turbarán, tentadores,
del ara santa a los pies;
pues ignorando lo que hay
25
tras esa santa pared,
lo que tras ella se queda,
jamás apeteceréis.
Mansa paloma, enseñada
en las palmas a comer
30
del dueño que la ha criado
en doméstico vergel,
no habiendo salido nunca
de la protectora red,
no ansiaréis nunca las alas
35
por el espacio tender.
Lirio gentil, cuyo tallo
mecieron sólo tal vez
las embalsamadas brisas
del más florecido mes,
40
aquí a los besos del aura
vuestro cáliz abriréis,
y aquí vendrán vuestras hojas
tranquilamente a caer.
Y en el pedazo de tierra
45
que abarca nuestra estrechez
y en el pedazo de cielo
que por las rejas se ve,
vos no veréis más que un lecho
do en dulce sueño yacer,
50
y un velo azul suspendido
a las puertas del Edén...
¡Ay! En verdad que os envidio,
venturosa doña Inés,
con vuestra inocente vida,
55
la virtud del no saber.
Mas, ¿:por qué estáis cabizbaja?
¿:Por qué no me respondéis
como otras veces, alegre,
cuando en lo mismo os hablé?
60
¿:Suspiráis...? ¡Oh!, ya comprendo;
de vuelta aquí hasta no ver
a vuestra aya, estáis inquieta,
pero nada receléis.
A casa de vuestro padre
65
fue casi al anochecer,
y abajo en la portería
estará; yo os la enviaré,
que estoy de vela esta noche.
Conque, vamos, doña Inés,
70
recogeos, que ya es hora;
Mal ejemplo no me deis
a las novicias, que ha tiempo
que duermen ya; hasta después.
DOÑA INÉS
Id con Dios, madre abadesa.
75
ABADESA
Adiós,
hija.
Escena II
DOÑA INÉS, sola.
DOÑA INÉS
[Ya se fue.]
No sé qué tengo, ¡ay de mí!,
que en tumultuoso tropel
mil encontradas ideas
me combaten a la vez.
80
Otras noches complacida
sus palabras escuché,
y de esos cuadros tranquilos
que sabe pintar tan bien,
de esos placeres domésticos
85
la dichosa sencillez
y la calma venturosa,
me hicieron apetecer
la soledad de los claustros
y su santa rigidez.
90
Mas hoy la oí distraída,
y en sus pláticas hallé,
si no enojosos discursos,
a lo menos aridez.
Y no sé por qué al decirme
95
que podría acontecer
que se acelerase el día
de mi profesión, temblé,
y sentí del corazón
acelerarse el vaivén,
100
y teñírseme el semblante
de amarilla palidez.
¡Ay de mí...! Pero mi dueña,
¿:dónde estará...? Esa mujer,
con sus pláticas, al cabo,
105
me entretiene alguna vez.
Y hoy la echo menos... Acaso
porque la voy a perder,
que en profesando, es preciso
renunciar a cuanto amé.
110
Mas pasos siento en el claustro;
¡oh! reconozco muy bien
sus pisadas... Ya está aquí.
Escena III
DOÑA INÉS y BRÍGIDA.
BRÍGIDA
Buenas noches, doña Inés.
DOÑA INÉS
¿:Cómo habéis tardado tanto?
115
BRÍGIDA
Voy a cerrar esta puerta.
DOÑA INÉS
Hay orden de que esté abierta.
BRÍGIDA
Eso es muy bueno y muy santo
para las otras novicias
que han de consagrarse a Dios:
120
no, doña Inés, para vos.
DOÑA INÉS
Brígida, no ves que vicias
las reglas del monasterio,
que no
permiten...
BRÍGIDA
¡Bah! ¡bah!
Más seguro así se está,
125
y así se habla sin misterio
ni estorbos: ¿:habéis mirado
el libro que os he traído?
DOÑA INÉS
¡Ay!, se me había olvidado.
BRÍGIDA
¡Pues me hace gracia el olvido!
130
DOÑA INÉS
¡Como la madre abadesa
se entró aquí inmediatamente!
BRÍGIDA
¡Vieja más impertinente!
DOÑA INÉS
¿:Pues tanto el libro interesa?
BRÍGIDA
Vaya si interesa, mucho.
135
¡Pues quedó con poco afán
el infeliz!
DOÑA INÉS
¿:Quién?
BRÍGIDA
Don Juan.
DOÑA INÉS
¡Válgame el cielo! ¡Qué escucho!
¿:Es don Juan quien me le envía?
BRÍGIDA
Por supuesto.
DOÑA INÉS
¡Oh! Yo no debo
140
tomarle.
BRÍGIDA
¡Pobre mancebo!
Desairarle así, sería
matarle.
DOÑA INÉS
¿:Qué estás
diciendo?
BRÍGIDA
Si ese Horario no tomáis,
tal pesadumbre le dais,
145
que va a enfermar, lo estoy viendo.
DOÑA INÉS
¡Ah! No, no; de esa manera
le tomaré.
BRÍGIDA
Bien haréis.
DOÑA INÉS
¡Y qué bonito
es!
BRÍGIDA
Ya veis:
quien quiere agradar, se esmera.
150
DOÑA INÉS
Con sus manecillas de oro.
¡Y cuidado, que está prieto!
A ver, a ver si completo
contiene el rezo del coro.
(Le abre y cae una carta de entre sus hojas.)
Mas ¿:qué
cayó?
BRÍGIDA
Un papelito.
155
DOÑA INÉS
¡Una carta!
BRÍGIDA
Claro está;
en esa carta os vendrá
ofreciendo el regalito.
DOÑA INÉS
¡Qué! ¿:Será suyo el papel?
BRÍGIDA
¡Vaya, que sois inocente!
160
Pues que os feria, es consiguiente
que la carta será de él.
DOÑA INÉS
¡Ay, Jesús!
BRÍGIDA
¿:Qué es lo que os
da?
DOÑA INÉS
Nada, Brígida, no es nada.
BRÍGIDA
No, no; si estáis inmutada.
165
(Aparte.)
Ya presa en la red está.
¿:Se os
pasa?
DOÑA INÉS
Sí.
BRÍGIDA
Eso habrá sido
cualquier mareíllo vano.
DOÑA INÉS
¡Ay! Se me abrasa la mano
con que el papel he cogido.
170
BRÍGIDA
Doña Inés, válgame Dios,
jamás os he visto así;
estáis
trémula.
DOÑA INÉS
¡Ay de mí!
BRÍGIDA
¿:Qué es lo que pasa por vos?
DOÑA INÉS
No sé... El campo de mi mente
175
siento que cruzan perdidas
mil sombras desconocidas,
que me inquietan vagamente;
y ha tiempo al alma me dan
con su agitación tortura.
180
BRÍGIDA
¿:Tiene alguna, por ventura,
el semblante de don Juan?
DOÑA INÉS
No sé; desde que le vi,
Brígida mía, y su nombre
me dijiste, tengo a ese hombre
185
siempre delante de mí.
Por doquiera me distraigo
con su agradable recuerdo,
y si un instante le pierdo,
en su recuerdo recaigo.
190
No sé qué fascinación
en mis sentidos ejerce,
que siempre hacia él se me tuerce
la mente y el corazón;
y aquí, y en el oratorio,
195
y en todas partes advierto
que el pensamiento divierto
con la imagen de Tenorio.
BRÍGIDA
¡Válgame Dios! Doña Inés,
según lo vais explicando,
200
tentaciones me van dando
de creer que eso amor es.
DOÑA INÉS
¿:Amor has
dicho?
BRÍGIDA
Sí, amor.
DOÑA INÉS
No, de ninguna manera.
BRÍGIDA
Pues por amor lo entendiera
205
el menos entendedor;
mas vamos la carta a ver:
¿:En qué os paráis? ¿:Un suspiro?
DOÑA INÉS
¡Ay! Que cuanto más la miro
menos me atrevo a leer.
210
(Lee.)
«Doña Inés del alma mía».
Virgen santa, ¡qué principio!
BRÍGIDA
Vendrá en verso, y será un ripio
que traerá la poesía.
Vamos, seguid adelante.
215
DOÑA INÉS
(Lee.)
«Luz de donde el sol la toma,
hermosísima paloma
privada de libertad,
si os dignáis por estas letras
pasar vuestros lindos ojos,
220
no los tornéis con enojos
sin concluir, acabad».
BRÍGIDA
¡Qué humildad y qué finura!
¿:Dónde hay mayor rendimiento?
DOÑA INÉS
Brígida, no sé qué siento.
225
BRÍGIDA
Seguid, seguid la lectura.
DOÑA INÉS
(Lee.)
«Nuestros padres de consuno
nuestras bodas acordaron,
porque los cielos juntaron
los destinos de los dos.
230
Y halagado desde entonces
con tan risueña esperanza,
mi alma, doña Inés, no alcanza
otro porvenir que vos.
De amor con ella en mi pecho
235
brotó una chispa ligera,
que han convertido en hoguera
tiempo y afición tenaz.
Y esta llama, que en mí mismo
se alimenta, inextinguible,
240
cada día más terrible
va creciendo y más voraz».
BRÍGIDA
Es claro; esperar le hicieron
en vuestro amor algún día,
y hondas raíces tenía
245
cuando a arrancársele fueron.
Seguid.
DOÑA INÉS
(Lee.)
«En vano a
apagarla
concurren tiempo y ausencia,
que doblando su violencia,
no hoguera ya, volcán es;
250
y yo, que en medio del cráter
desamparado batallo,
suspendido en él me hallo
entre mi tumba y mi Inés».
BRÍGIDA
¿:Lo veis, Inés? Si ese Horario
255
le despreciáis, al instante
le preparan el sudario.
DOÑA INÉS
Yo
desfallezco.
BRÍGIDA
Adelante.
DOÑA INÉS
(Lee.)
«Inés, alma de mi alma,
perpetuo imán de mi vida,
260
perla sin concha escondida
entre las algas del mar;
garza que nunca del nido
tender osastes el vuelo
al diáfano azul del cielo
265
para aprender a cruzar,
si es que a través de esos muros
el mundo apenada miras,
y por el mundo suspiras,
de libertad con afán,
270
acuérdate que al pie mismo
de esos muros que te guardan,
para salvarte te aguardan
los brazos de tu don Juan».
(Representa.)
¿:Qué es lo que me pasa, ¡cielo!,
275
que me estoy viendo morir?
BRÍGIDA
(Aparte.)
Ya tragó todo el anzuelo.
Vamos, que está al concluir.
DOÑA INÉS
(Lee.)
«Acuérdate de quien llora
al pie de tu celosía,
280
y allí le sorprende el día
y le halla la noche allí;
acuérdate de quien vive
sólo por ti, ¡vida mía!,
y que a tus pies volaría
285
si le llamaras a ti».
BRÍGIDA
¿:Lo veis?
Vendría.
DOÑA INÉS
¡Vendría!
BRÍGIDA
A postrarse a vuestros pies.
DOÑA INÉS
¿:Puede?
BRÍGIDA
¡Oh,
sí!
DOÑA INÉS
¡Virgen María!
BRÍGIDA
Pero acabad, doña Inés.
290
DOÑA INÉS
(Lee.)
«Adiós, oh luz de mis ojos;
adiós, Inés de mi alma;
medita, por Dios, en calma
las palabras que aquí van;
y si odias esa clausura
295
que ser tu sepulcro debe,
manda, que a todo se atreve
por tu hermosura don Juan».
(Representa DOÑA INÉS.)
¡Ay! ¿:Qué filtro envenenado
me dan en este papel,
300
que el corazón desgarrado
me estoy sintiendo con él?
¿:Qué sentimientos dormidos
son los que revela en mí;
qué impulsos jamás sentidos,
305
qué luz, que hasta hoy nunca vi?
¿:Qué es lo que engendra en mi alma
tan nuevo y profundo afán?
¿:Quién roba la dulce calma
de mi
corazón?
BRÍGIDA
Don Juan.
310
DOÑA INÉS
¡Don Juan dices...! ¿:Conque ese
hombre
me ha de seguir por doquier?
¿:Sólo he de escuchar su nombre,
sólo su sombra he de ver?
¡Ah! Bien dice: juntó el cielo
315
los destinos de los dos,
y en mi alma engendró este anhelo
fatal.
BRÍGIDA
¡Silencio, por
Dios!
(Se oyen dar las ánimas.)
DOÑA INÉS
¿:Qué?
BRÍGIDA
Silencio.
DOÑA INÉS
Me estremezco.
BRÍGIDA
¿:Oís, doña Inés, tocar?
320
DOÑA INÉS
Sí; lo mismo que otras veces,
las ánimas oigo dar.
BRÍGIDA
Pues no habléis de
él.
DOÑA INÉS
¡Cielo santo!
¿:De quién?
BRÍGIDA
¿:De quién ha de
ser?
De ese don Juan que amáis tanto,
325
porque puede aparecer.
DOÑA INÉS
¡Me amedrentas! ¿:Puede ese hombre
llegar hasta
aquí?
BRÍGIDA
Quizá,
porque el eco de su nombre
tal vez llega adonde está.
330
DOÑA INÉS
¡Cielos! ¿:Y
podrá...?
BRÍGIDA
¡Quién sabe!
DOÑA INÉS
¿:Es un espíritu, pues?
BRÍGIDA
No; mas si tiene una llave...
DOÑA INÉS
¡Dios!
BRÍGIDA
Silencio, doña
Inés;
¿:no oís
pasos?
DOÑA INÉS
¡Ay! Ahora
335
nada oigo.
BRÍGIDA
Las nueve dan,
suben... se acercan... señora...
Ya está
aquí.
DOÑA INÉS
¿:Quién?
BRÍGIDA
Él.
DOÑA INÉS
¡Don Juan!
Escena IV
DOÑA INÉS, DON JUAN y BRÍGIDA.
DOÑA INÉS
¿:Qué es esto? ¿:Sueño... deliro?
DON JUAN
¡Inés de mi corazón!
340
DOÑA INÉS
¿:Es realidad lo que miro,
o es una fascinación...?
Tenedme, apenas respiro...
Sombra... ¡huye por compasión!
¡Ay de
mí...!
(Desmáyase DOÑA INÉS, y DON JUAN la
sostiene. La carta de DON JUAN queda en el
suelo abandonada por DOÑA INÉS al
desmayarse.)
BRÍGIDA
La ha fascinado
345
vuestra repentina entrada,
y el pavor la ha trastornado.
DON JUAN
Mejor, así nos ha ahorrado
la mitad de la jornada.
¡Ea! No desperdiciemos
350
el tiempo aquí en contemplarla,
si perdernos no queremos.
En los brazos a tomarla
voy, y cuanto antes, ganemos
ese claustro solitario.
355
BRÍGIDA
¡Oh! ¿:Vais a sacarla así?
DON JUAN
¿:Necia, piensas que rompí
la clausura temerario,
para dejármela aquí?
Mi gente abajo me espera;
360
sígueme.
BRÍGIDA
¡Sin alma
estoy!
¡Ay! Este hombre es una fiera;
nada le ataja ni altera...
Sí, sí; a su sombra me voy.
Escena V
La ABADESA, sola.
ABADESA
Jurara que había oído
365
por estos claustros andar;
hoy a doña Inés velar
algo más la he permitido,
y me temo... mas no están
aquí. ¿:Qué pudo ocurrir
370
a las dos para salir
de la celda? ¿:Dónde irán?
¡Hola! Yo las ataré
corto para que no vuelvan
a enredar y me revuelvan
375
a las novicias... sí a fe.
Mas siento por allá fuera
pasos. ¿:Quién
es?
Escena VI
La ABADESA y la TORNERA.
TORNERA
Yo, señora.
ABADESA
¡Vos en el claustro a esta hora!
¿:Qué es esto, hermana Tornera?
380
TORNERA
Madre Abadesa, os buscaba.
ABADESA
¿:Qué hay?
Decid.
TORNERA
Un noble
anciano
quiere
hablaros.
ABADESA
Es en vano.
TORNERA
Dice que es de Calatrava
caballero; que sus fueros
385
le autorizan a este paso,
y que la urgencia del caso
le obliga al instante a veros.
ABADESA
¿:Dijo su
nombre?
TORNERA
El señor
don Gonzalo
Ulloa.
ABADESA
¿:Qué
390
puede querer...? Ábrale,
hermana, es Comendador
de la Orden, y derecho
tiene en el claustro de entrada.
Escena VII
La ABADESA y DON GONZALO, después.
ABADESA
¿:A una hora tan avanzada
395
venir así...? No sospecho
qué pueda ser... mas me place,
pues no hallando a su hija aquí,
la reprenderá, y así
mirará otra vez lo que hace.
400
Escena VIII
La ABADESA, DON GONZALO y la TORNERA, a
la puerta.
DON GONZALO
Perdonad, madre Abadesa,
que en hora tal os moleste;
mas para mí, asunto es éste
que honra y vida me interesa.
ABADESA
¡Jesús!
DON GONZALO
Oíd.
ABADESA
Hablad, pues.
405
DON GONZALO
Yo guardé hasta hoy un tesoro
de más quilates que el oro,
y ese tesoro es mi Inés.
ABADESA
A
propósito...
DON GONZALO
Escuchad.
Se me acaba de decir
410
que han visto a su dueña ir
ha poco por la ciudad
hablando con el criado
de un don Juan, de tal renombre,
que no hay en la tierra otro hombre
415
tan audaz y tan malvado.
En tiempo atrás se pensó
con él a mi hija casar,
y hoy, que se la fui a negar,
robármela me juró.
420
Que por el torpe doncel
ganada la dueña está,
no puedo dudarlo ya;
debo, pues, guardarme de él;
y un día, una hora quizás
425
de imprevisión le bastara
para que mi honor manchara
ese hijo de Satanás.
He aquí mi inquietud cuál es;
por la dueña, en conclusión,
430
vengo; vos la profesión
abreviad de doña Inés.
ABADESA
Sois padre, y es vuestro afán
muy justo, Comendador;
mas ved que ofende a mi honor.
435
DON GONZALO
No sabéis quién es don Juan.
ABADESA
Aunque le pintáis tan malo,
yo os puedo decir de mí,
que mientra Inés esté aquí,
segura está, don Gonzalo.
440
DON GONZALO
Lo creo; mas las razones
abreviemos: entregadme
esa dueña, y perdonadme
mis mundanas opiniones.
Si vos de vuestra virtud
445
me respondéis, yo me fundo
en que conozco del mundo
la insensata juventud.
ABADESA
Se hará como lo exigís.
Hermana Tornera, id pues
450
a buscar a doña Inés
y a su dueña.
(Vase la TORNERA.)
DON GONZALO
¿:Qué decís,
señora? O traición me ha hecho
mi memoria, o yo sé bien
que esta es hora de que estén
455
ambas a dos en su lecho.
ABADESA
Ha un punto sentí a las dos
salir de aquí, no sé a qué.
DON GONZALO
¡Ay! Por qué tiemblo no sé.
Mas, ¡qué veo, Santo Dios!
460
Un papel... me lo decía
a voces mi mismo afán.
(Leyendo.)
«Doña Inés del alma mía...»
Y la firma de don Juan.
Ved... ved... esa prueba escrita.
465
Leed ahí... ¡Oh! Mientras que vos
por ella rogáis a Dios,
viene el diablo y os la quita.
Escena IX
La ABADESA, DON GONZALO y la
TORNERA.
TORNERA
Señora...
ABADESA
¿:Qué?
TORNERA
Vengo muerta.
DON GONZALO
Concluid.
TORNERA
No acierto a
hablar...
470
He visto a un hombre saltar
por las tapias de la huerta.
DON GONZALO
¿:Veis? Corramos; ¡ay de mí!
ABADESA
¿:Dónde vais, Comendador?
DON GONZALO
¡Imbécil! Tras de mi honor,
475
que os roban a vos de aquí.
Acto II
Destreza
DON JUAN Tenorio, DON LUIS
Mejía, DOÑA ANA de Pantoja, CIUTTI, PASCUAL,
LUCÍA y BRÍGIDA. Tres embozados
del servicio de DON JUAN. Exterior de la casa de DOÑA ANA, vista por una
esquina. Las dos paredes que forman el ángulo se
prolongan igualmente por ambos lados,
dejando ver en la de la derecha una reja, y
en la de la izquierda una reja y una puerta.
Escena I
DON LUIS Mejía, embozado.
DON LUIS
Ya estoy frente de la casa
de doña Ana, y es preciso
que esta noche tenga aviso
de lo que en Sevilla pasa.
No dí con persona alguna
5
por dicha mía... ¡Oh, qué
afán!
Por ahora, señor don Juan,
cada cual con su fortuna.
Si honor y vida se juega,
mi destreza y mi valor
10
por mi vida y por mi honor
jugarán... mas alguien llega.
Escena II
DON LUIS, PASCUAL.
PASCUAL
¡Quién creyera lance tal!
¡Jesús, qué escándalo!
¡Presos!
DON LUIS
¡Qué veo! ¿:Es
Pascual?
PASCUAL
Los
sesos
15
me
estrellaría.
DON LUIS
¿:Pascual?
PASCUAL
¿:Quién me llama tan apriesa?
DON LUIS
Yo. Don
Luis.
PASCUAL
¡Válame
Dios!
DON LUIS
¿:Qué te
asombra?
PASCUAL
Que seáis
vos.
DON LUIS
Mi suerte, Pascual, es esa.
20
Que a no ser yo quien me soy
y a no dar contigo ahora,
el honor de mi señora
doña Ana moría hoy.
PASCUAL
¿:Qué es lo que
decís?
DON LUIS
¿:Conoces
25
a don Juan
Tenorio?
PASCUAL
Sí.
¿:Quién no le conoce aquí?
Mas, según públicas voces,
estabais presos los dos.
¡Vamos, lo que el vulgo
miente!
30
DON LUIS
Ahora acertadamente
habló el vulgo; y juro a Dios
que a no ser porque mi
primo,
el tesorero real,
quiso fiarme, Pascual,
35
pierdo cuanto más estimo.
PASCUAL
¿:Pues
cómo?
DON LUIS
¿:En servirme
estás?
PASCUAL
Hasta
morir.
DON LUIS
Pues
escucha.
Don Juan y yo en una lucha
arriesgada por demás
40
empeñados nos hallamos;
pero a querer tú ayudarme,
más que la vida salvarme
puedes.
PASCUAL
¿:Qué hay que
hacer? Sepamos.
DON LUIS
En una insigne locura
45
dimos tiempo ha; en apostar
cuál de ambos sabría obrar
peor, con mejor ventura.
Ambos nos hemos portado
bizarramente a cual más;
50
pero él es un Satanás,
y por fin me ha aventajado.
Púsele no sé qué pero,
Dijímonos no sé qué
sobre ello, y el hecho fue
55
que él, mofándose altanero,
me dijo: «Y si esto no os
llena,
pues que os casáis con doña
Ana,
os apuesto a que mañana
os la quito
yo».
PASCUAL
¡Esa es
buena!
60
¿:Tal se ha atrevido a decir?
DON LUIS
No es lo malo que lo diga,
Pascual, sino que consiga
lo que
intenta.
PASCUAL
¿:Conseguir?
En tanto que yo esté aquí,
65
descuidad, don
Luis.
DON LUIS
Te juro
que si el lance no aseguro,
no sé qué va a ser de mí.
PASCUAL
Por la Virgen del Pilar,
¿:le
teméis?
DON LUIS
No; ¡Dios
testigo!
70
Mas lleva ese hombre consigo
algún diablo familiar.
PASCUAL
Dadlo por asegurado.
DON LUIS
¡Oh! Tal es el afán mío
que ni en mí propio me fío
75
con un hombre tan osado.
PASCUAL
Yo os juro, por San Ginés,
que con toda su osadía,
le ha de hacer, por vida mía,
mal tercio un aragonés;
80
nos
veremos.
DON LUIS
¡Ay,
Pascual,
que en qué te metes no sabes!
PASCUAL
En apreturas más graves
me he visto, y no salí mal.
DON LUIS
Estriba en lo perentorio
85
del plazo, y en ser quien es.
PASCUAL
Más que un buen aragonés,
no ha de valer un Tenorio.
Todos esos lenguaraces,
espadachines de oficio,
90
no son más que frontispicio
y de poca alma capaces.
Para infamar a mujeres
tienen lengua, y tienen manos
para osar a los ancianos
95
o apalear a mercaderes.
Mas cuando una buena espada
por un buen brazo esgrimida
con la muerte les convida,
todo su valor es nada.
100
Y sus empresas y bullas
se reducen todas ellas
a hablar mal de las doncellas
y a huir ante las patrullas.
DON LUIS
¡Pascual!
PASCUAL
No lo hablo por
vos,
105
que aunque sois un calavera,
tenéis la alma bien entera
y reñís bien, ¡voto a bríos!
DON LUIS
Pues si es en mí tan notorio
el valor, mira, Pascual,
110
que el valor es proverbial
en la raza de Tenorio.
Y porque conozco bien
de su valor el extremo,
de sus ardides me temo
115
que en tierra con mi honra
den.
PASCUAL
Pues suelto estáis ya, don
Luis,
y pues que tanto os acucia
el mal de celos, su astucia
con la astucia prevenís.
120
¿:Qué teméis de
él?
DON LUIS
No lo
sé;
mas esta noche sospecho
que ha de procurar el hecho
consumar.
PASCUAL
Soñáis.
DON LUIS
¿:Por qué?
PASCUAL
¿:No está
preso?
DON LUIS
Sí que
está;
125
mas también lo estaba yo,
y un hidalgo me fió
PASCUAL
Mas, ¿:quién a él le fiará?
DON LUIS
En fin, sólo un medio
encuentro
de
satisfacerme.
PASCUAL
¿:Cuál?
130
DON LUIS
Que de esta casa, Pascual,
quede yo esta noche dentro.
PASCUAL
Mirad que así de doña Ana
tenéis el honor vendido.
DON LUIS
¡Qué mil rayos! ¿:Su marido
135
no voy a ser yo mañana?
PASCUAL
Mas, señor, ¿:no os digo yo
que os fío con la existencia?
DON LUIS
Sí; salir de una pendencia,
mas de un ardid diestro, no.
140
Y en fin, o paso en la casa
la noche, o tomo la calle
aunque la justicia me halle.
PASCUAL
Señor don Luis, eso pasa
de terquedad, y es capricho
145
que dejar os aconsejo,
y os irá
bien.
DON LUIS
No lo
dejo,
Pascual.
PASCUAL
¡Don
Luis!
DON LUIS
Está
dicho.
PASCUAL
¡Vive Dios! ¿:Hay tal afán?
DON LUIS
Tú dirás lo que quisieres,
150
mas yo fío en las mujeres
mucho menos que en don Juan.
Y pues lance es extremado
por dos locos emprendido,
bien será un loco atrevido
155
para un loco desalmado.
PASCUAL
Mirad bien lo que decís,
porque yo sirvo a doña Ana
desde que nació, y mañana
seréis su esposo, don Luis.
160
DON LUIS
Pascual, esa hora llegada
y ese derecho adquirido,
yo sabré ser su marido
y la haré ser bien casada.
Mas en
tanto...
PASCUAL
No habléis
más.
165
Yo os conozco desde niños,
y sé lo que son cariños,
¡por vida de Barrabás!
Oíd: mi cuarto es sobrado
para los dos; dentro de él
170
quedad; mas palabra fiel
dadme de estaros callado.
DON LUIS
Te la
doy.
PASCUAL
Y hasta
mañana,
juntos con doble cautela
nos quedaremos en vela.
175
DON LUIS
Y se salvará doña Ana.
PASCUAL
Sea.
DON LUIS
Pues
vamos.
PASCUAL
Teneos.
¿:Qué vais a
hacer?
DON LUIS
A
entrar.
PASCUAL
¿:Ya?
DON LUIS
¿:Quién sabe lo que él hará?
PASCUAL
Vuestros celosos deseos
180
reprimid, que ser no puede
mientras que no se recoja
mi amo don Gil de Pantoja
y todo en silencio quede.
DON LUIS
¡Voto
a...!
PASCUAL
¡Eh! Dad una
vez
185
breves treguas al amor.
DON LUIS
¿:Y a qué hora ese buen señor
suele
acostarse?
PASCUAL
A las
diez;
y en esa calleja estrecha
hay una reja; llamad
190
a las diez, y descuidad
mientras en
mí.
DON LUIS
Es cosa
hecha.
PASCUAL
Don Luis, hasta luego, pues.
DON LUIS
Adiós, Pascual, hasta luego.
Escena
III
DON LUIS, solo.
DON LUIS
Jamás tal desasosiego
195
tuve. Paréceme que es
esta noche hora menguada
para mí... y no sé qué vago
presentimiento, qué estrago
teme mi alma acongojada.
200
Por Dios que nunca pensé
que a doña Ana amara así,
ni por ninguna sentí
lo que por ella... ¡Oh! Y a fe
que de don Juan me
amedrenta,
205
no el valor, mas la ventura.
Parece que le asegura
Satanás en cuanto intenta.
No, no; es un hombre
infernal,
y téngome para mí
210
que si me aparto de aquí
me burla, pese a Pascual.
Y, aunque me tenga por
necio,
quiero entrar; que con don
Juan
las precauciones no están
215
para vistas con desprecio.
(Llama a la ventana.)
Escena IV
DON LUIS y DOÑA ANA.
DOÑA ANA
¿:Quién
va?
DON LUIS
¿:No es
Pascual?
DOÑA ANA
¡Don
Luis!
DON LUIS
¡Doña
Ana!
DOÑA ANA
¿:Por la
ventana
llamas
ahora?
DON LUIS
¡Ay, doña
Ana,
cuán a buen tiempo salís!
220
DOÑA ANA
¿:Pues qué hay,
Mejía?
DON LUIS
Un
empeño
por tu beldad con un hombre
que
temo.
DOÑA ANA
¿:Y qué hay que te
asombre
en él, cuando eres tú el dueño
de mi
corazón?
DON LUIS
Doña Ana,
225
no lo puedes comprender
de ese hombre sin conocer
nombre y
suerte.
DOÑA ANA
Será vana
su buena suerte conmigo;
ya ves, sólo horas nos faltan
230
para la boda, y te asaltan
vanos
temores.
DON LUIS
Testigo
me es Dios que nada por mí
me da pavor mientras tenga
espada, y ese hombre venga
235
cara a cara contra ti.
Mas como el león audaz,
y cauteloso y prudente
como la astuta serpiente...
DOÑA ANA
¡Bah! Duerme, don Luis, en
paz,
240
que su audacia y su
prudencia
nada lograrán de mí,
que tengo cifrada en ti
la gloria de mi existencia.
DON LUIS
Pues bien, Ana, de ese amor
245
que me aseguras en nombre,
para no temer a ese hombre,
voy a pedirte un favor.
DOÑA ANA
Di; mas bajo, por si escucha
tal vez
alguno.
DON LUIS
Oye,
pues.
250
Escena V
DOÑA ANA y DON LUIS, a la reja
derecha; DON JUAN y CIUTTI, en la
calle izquierda.
CIUTTI
Señor, por mi vida que es
vuestra suerte buena y mucha.
DON JUAN
Ciutti, nadie como yo;
ya viste cuán fácilmente
el buen Alcaide prudente
255
se avino, y suelta me dio.
Mas no hay ya en ello que
hablar;
¿:mis encargos has cumplido?
CIUTTI
Todos los he concluido
mejor que pude esperar.
260
DON JUAN
¿:La
beata...?
CIUTTI
Esta es la
llave
de la puerta del jardín,
que habrá que escalar al fin;
pues como usarced ya sabe,
las tapias de este convento
265
no tienen entrada alguna.
DON JUAN
¿:Y te dio
carta?
CIUTTI
Ninguna;
me dijo que aquí al momento
iba a salir de camino;
que al convento se volvía,
270
y que con vos hablaría.
DON JUAN
Mejor
es.
CIUTTI
Lo mismo
opino.
DON JUAN
¿:Y los
caballos?
CIUTTI
Con silla
y freno los tengo ya.
DON JUAN
¿:Y la
gente?
CIUTTI
Cerca
está.
275
DON JUAN
Bien, Ciutti; mientras Sevilla
tranquila en sueño reposa
creyéndome encarcelado,
otros dos nombres añado
a mi lista numerosa.
280
¡Ja,
ja!
CIUTTI
Señor.
DON JUAN
¿:Qué?
CIUTTI
Callad.
DON JUAN
¿:Qué hay,
Ciutti?
CIUTTI
Al doblar la
esquina
en esa reja vecina
he visto un
hombre.
DON JUAN
Es
verdad;
pues ahora sí que es mejor
285
el lance; ¿:y si es
ése...?
CIUTTI
¿:Quién?
DON JUAN
Don
Luis.
CIUTTI
Imposible.
DON JUAN
¡Toma!
¿:No estoy yo
aquí?
CIUTTI
Diferencia
va de él a
vos.
DON JUAN
Evidencia
lo creo, Ciutti; allí asoma
290
tras de la reja una dama.
CIUTTI
Una criada tal vez.
DON JUAN
Preciso es verlo, pardiez,
no perdamos lance y fama.
Mira, Ciutti; a fuer de
ronda,
295
tú con varios de los míos,
por esa calle escurríos
dando vuelta a la redonda
a la
casa.
CIUTTI
Y en tal
caso
cerrará
ella.
DON JUAN
Pues con
eso,
300
ella ignorante y él preso,
nos dejará franco el paso.
CIUTTI
Decís
bien.
DON JUAN
Corre, y
atájale,
que en ello el vencer
consiste.
CIUTTI
¿:Mas si el truhán se resiste?
305
DON JUAN
Entonces de un tajo rájale.
Escena VI
DON JUAN, DOÑA ANA y DON
LUIS.
DON LUIS
¿:Me das, pues, tu
asentimiento?
DOÑA ANA
Consiento.
DON LUIS
¿:Complácesme de ese modo?
DOÑA ANA
En todo.
310
DON LUIS
Pues te velaré hasta el día.
DOÑA ANA
Sí, Mejía.
DON LUIS
Páguete el cielo, Ana mía,
satisfacción tan entera.
DOÑA ANA
Porque me juzgues sincera,
315
DON LUIS
Volveré, pues, otra vez.
DOÑA ANA
Sí, a las diez.
DON LUIS
¿:Me aguardarás,
Ana?
DOÑA ANA
Sí.
DON LUIS
Aquí.
320
DOÑA ANA
Y tú estarás puntual, ¿:eh?
DON LUIS
Estaré.
DOÑA ANA
La llave, pues, te daré.
DON LUIS
Y dentro yo de tu casa,
venga
Tenorio.
DOÑA ANA
Alguien
pasa.
325
DON LUIS
Escena
VII
DON JUAN y DON LUIS.
DON LUIS
Mas se acercan. ¿:Quién va
allá?
DON JUAN
Quien va.
DON LUIS
De quien va así, ¿:qué se
infiere?
DON JUAN
Que quiere...
330
DON LUIS
¿:Ver si la lengua le arranco?
DON JUAN
El paso franco.
DON LUIS
Guardado
está.
DON JUAN
¿:Y yo soy
manco?
DON LUIS
Pidiéraislo en cortesía.
DON JUAN
¿:Y a
quién?
DON LUIS
A don Luis
Mejía.
335
DON JUAN
DON LUIS
¿:Conocéisme?
DON JUAN
Sí.
DON LUIS
¿:Y yo a
vos?
DON JUAN
Los dos.
DON LUIS
¿:Y en qué estriba el
estorballe?
DON JUAN
En la calle.
340
DON LUIS
¿:De ella los dos por ser amos?
DON JUAN
Estamos.
DON LUIS
Dos hay no más que podamos
necesitarla a la vez.
DON JUAN
Lo sé.
DON LUIS
¡Sois don
Juan!
DON JUAN
¡Pardiez!
345
DON LUIS
¿:No os
prendieron?
DON JUAN
Como a
vos.
DON LUIS
¡Vive Dios!
¿:Y
huisteis?
DON JUAN
Os imité.
¿:Y qué?
350
DON LUIS
Que
perderéis.
DON JUAN
No
sabemos.
DON LUIS
Lo veremos.
DON JUAN
La dama entrambos tenemos
sitiada; y estáis cogido.
DON LUIS
Tiempo
hay.
DON JUAN
Para vos
perdido.
355
DON LUIS
(DON LUIS desenvaina su espada;
mas CIUTTI, que ha bajado con los
suyos cautelosamente hasta
colocarse detrás de él, lo sujeta.)
DON JUAN
Señor don Luis, vedlo, pues.
DON LUIS
Traición es.
DON JUAN
La boca...
(A los suyos que le tapan a DON LUIS.)
DON LUIS
¡Oh!
DON JUAN
Sujeto
atrás,
más.
360
(Le sujetan los brazos.)
La empresa es, señor Mejía,
como mía.
(A los suyos.)
Encerrádmele hasta el día.
(A DON LUIS.)
La apuesta está ya en mi mano.
Adiós, don Luis; si os la
gano,
365
traición es, mas como mía.
Escena
VIII
DON JUAN, solo.
DON JUAN
Buen lance, ¡viven los
cielos!
¡Estos son los que dan fama!
Mientras le soplo la dama,
él se arrancará los pelos
370
encerrado en mi bodega.
¿:Y ella...? Cuando crea
hallarse
con él... ¡ja! ¡ja!... ¡Oh! y
quejarse
no puede; limpio se juega.
A la cárcel le llevé,
375
y salió; llevome a mí,
y salí; hallarnos aquí
era fuerza... ya se ve,
su parte en la grave apuesta
defendía cada cual.
380
Mas con la suerte está mal
Mejía, y también pierde ésta.
Sin embargo, y por si acaso,
no es demás asegurarse
de Lucía, a desgraciarse
385
no vaya por poco el paso.
Mas por allí un bulto negro
se aproxima... y, a mi ver,
es el bulto una mujer.
¿:Otra aventura? Me alegro.
390
Escena IX
DON JUAN y BRÍGIDA.
BRÍGIDA
¿:Caballero?
DON JUAN
¿:Quién va
allá?
BRÍGIDA
¿:Sois don
Juan?
DON JUAN
¡Por vida
de...!
¡Si es la beata! Y a fe
que la había olvidado ya.
Llegaos; don Juan soy yo.
395
BRÍGIDA
¿:Estáis
solo?
DON JUAN
Con el
diablo.
BRÍGIDA
¡Jesucristo!
DON JUAN
Por vos lo
hablo.
BRÍGIDA
¿:Soy yo el
diablo?
DON JUAN
Creoló.
BRÍGIDA
¡Vaya! ¡Qué cosas tenéis!
Vos sí que sois un
diablillo...
400
DON JUAN
Que te llenará el bolsillo
si le
sirves.
BRÍGIDA
Lo
veréis.
DON JUAN
Descarga, pues, ese pecho.
¿:Qué
hiciste?
BRÍGIDA
Cuanto me ha
dicho
vuestro paje... ¡Y qué mal
bicho
405
es ese
Ciutti!
DON JUAN
¿:Qué ha
hecho?
BRÍGIDA
¡Gran
bribón!
DON JUAN
¿:No os ha
entregado
un bolsillo y un papel?
BRÍGIDA
Leyendo estará ahora en él
doña
Inés.
DON JUAN
¿:La has
preparado?
410
BRÍGIDA
¡Vaya! Y os la he convencido
con tal maña y de manera,
que irá como una cordera
tras
vos.
DON JUAN
¿:Tan fácil te ha
sido?
BRÍGIDA
¡Bah! Pobre garza enjaulada,
415
dentro la jaula nacida,
¿:qué sabe ella si hay más vida
ni más aire en que volar?
Si no vio nunca sus plumas
del sol a los resplandores,
420
¿:qué sabe de los colores
de que se puede ufanar?
No cuenta la pobrecilla
diez y siete primaveras,
y aún virgen a las primeras
425
impresiones del amor,
nunca concibió la dicha
fuera de su pobre estancia,
tratada desde la infancia
con cauteloso rigor.
430
Y tantos años monótonos
de soledad y convento
tenían su pensamiento
ceñido a punto tan ruin,
a tan reducido espacio
435
y a círculo tan mezquino,
que era el claustro su destino
y el altar era su fin.
«Aquí está Dios», la dijeron;
y ella dijo: «Aquí le adoro».
440
«Aquí está el claustro y el
coro».
Y pensó: «No hay más allá».
Y sin otras ilusiones
que sus sueños infantiles,
pasó diez y siete abriles
445
sin conocerlo quizá.
DON JUAN
¿:Y está
hermosa?
BRÍGIDA
¡Oh! como un
ángel.
DON JUAN
Y la has
dicho...
BRÍGIDA
Figuraos
si habré metido mal caos
en su cabeza, don Juan.
450
La hablé del amor, del mundo,
de la corte y los placeres,
de cuánto con las mujeres
erais pródigo y galán.
La dije que erais el hombre
455
por su padre destinado
para suyo; os he pintado
muerto por ella de amor,
desesperado por ella,
y por ella perseguido,
460
y por ella decidido
a perder vida y honor.
En fin, mis dulces palabras
al posarse en sus oídos,
sus deseos mal dormidos
465
arrastraron de sí en pos;
y allá dentro de su pecho
han inflamado una llama
de fuerza tal, que ya os ama
y no piensa más que en vos.
470
DON JUAN
Tan incentiva pintura
los sentidos me enajena,
y el alma ardiente me llena
de su insensata pasión.
Empezó por una apuesta,
475
siguió por un devaneo,
engendró luego un deseo,
y hoy me quema el corazón.
Poco es el centro de un
claustro;
¡al mismo infierno bajara,
480
y a estocadas la arrancara
de los brazos de Satán!
¡Oh, hermosa flor cuyo cáliz
al rocío aún no se ha abierto!
A trasplantarte va al huerto
485
de sus amores don Juan.
¡Brígida!
BRÍGIDA
Os estoy
oyendo,
y me hacéis perder el tino;
yo os creía un libertino
sin alma y sin corazón.
490
DON JUAN
¿:Eso extrañas? ¿:No está claro
que en un objeto tan noble
hay que interesarse doble
que en
otros?
BRÍGIDA
Tenéis
razón.
DON JUAN
Conque ¿:a qué hora se
recogen
495
las
madres?
BRÍGIDA
Ya
recogidas
estarán. ¿:Vos prevenidas
todas las cosas tenéis?
DON JUAN
Todas.
BRÍGIDA
Pues luego que
doblen
a las ánimas, con tiento
500
saltando al huerto, al
convento
fácilmente entrar podéis
con la llave que os he
enviado;
de un claustro obscuro y
estrecho
es, seguid bien derecho,
505
y daréis con poco afán
en nuestra
celda.
DON JUAN
Y si
acierto
a robar tan gran tesoro,
te he de hacer pesar en oro.
BRÍGIDA
Por mí no queda, don Juan.
510
DON JUAN
Ve y
aguárdame.
BRÍGIDA
Voy,
pues,
a entrar por la portería,
y a cegar a sor María
la tornera. Hasta después.
(Vase BRÍGIDA, y un poco antes de
concluir esta escena, sale
CIUTTI, que se para en el fondo
esperando.)
Escena X
DON JUAN y CIUTTI.
DON JUAN
¡Pues señor, soberbio
envite!
515
Muchas hice hasta esta hora,
mas, por Dios, que la de ahora
será tal que me acredite.
Mas ya veo que me espera
Ciutti. ¡Lebrel!
(Llamándole.)
CIUTTI
Aquí
estoy.
520
DON JUAN
¿:Y don
Luis?
CIUTTI
Libre por
hoy
estáis de
él.
DON JUAN
Ahora
quisiera
ver a
Lucía.
CIUTTI
Llegar
podéis aquí.
(A la reja derecha.)
Yo la
llamo,
y al salir a mi reclamo
525
la podéis vos abordar.
DON JUAN
Llama,
pues.
CIUTTI
La seña
mía
sabe bien para que dude
en
acudir.
DON JUAN
Pues si
acude,
lo demás es cuenta mía.
530
(CIUTTI llama a la reja con una
seña que parezca convenida. LUCÍA
se asoma a ella, y al ver a DON
JUAN se detiene un momento.)
Escena XI
DON JUAN, LUCÍA y CIUTTI.
LUCÍA
¿:Qué queréis, buen
caballero?
DON JUAN
Quiero.
LUCÍA
¿:Qué queréis? Vamos a ver.
DON JUAN
Ver.
LUCÍA
¿:Ver? ¿:Qué veréis a esta hora?
535
DON JUAN
A tu señora.
LUCÍA
Idos, hidalgo, en mal hora:
¿:quién pensáis que vive aquí?
DON JUAN
Doña Ana Pantoja, y
.
540
LUCÍA
¿:Sabéis que casa doña Ana?
DON JUAN
Sí, mañana.
LUCÍA
¿:Y ha de ser tan infiel ya?
DON JUAN
Sí será.
LUCÍA
¿:Pues no es de don Luis Mejía?
545
DON JUAN
¡Ca! otro día.
Hoy no es mañana, Lucía;
yo he de estar hoy con doña
Ana,
y si se casa mañana,
550
LUCÍA
¡Ah! ¿:En recibiros está?
DON JUAN
Podrá.
LUCÍA
¿:Qué haré si os he de servir?
DON JUAN
Abrir.
LUCÍA
¡Bah! ¿:Y quién abre este
castillo?
555
DON JUAN
Ese bolsillo.
LUCÍA
¡Oro!
DON JUAN
Pronto te dio el
brillo.
LUCÍA
¿:Cuánto?
DON JUAN
De cien doblas
pasa.
LUCÍA
¡Jesús!
DON JUAN
Cuenta, y di:
¿:esta casa
?
560
LUCÍA
¡Oh! Si es quien me dora el
pico...
DON JUAN
Muy rico.
(Interrumpiéndola.)
LUCÍA
¿:Sí? ¿:Qué nombre usa el galán?
DON JUAN
Don Juan.
LUCÍA
¿:Sin apellido notorio?
565
DON JUAN
Tenorio.
LUCÍA
¡Ánimas del purgatorio!
¿:Vos don
Juan?
DON JUAN
¿:Qué te
amedrenta,
si a tus ojos se presenta
?
570
LUCÍA
Rechina la cerradura.
DON JUAN
Se asegura.
LUCÍA
¿:Y a mí quién? ¡Por Belcebú!
DON JUAN
Tú.
LUCÍA
¿:Y qué me abrirá el camino?
575
DON JUAN
Buen tino.
LUCÍA
¡Bah! Id en brazos del
destino...
DON JUAN
Dobla el
oro.
LUCÍA
Me
acomodo.
DON JUAN
Pues mira cómo de todo
.
580
LUCÍA
¡Dadme algún tiempo,
pardiez!
DON JUAN
A las diez.
LUCÍA
¿:Dónde os busco, o vos a mí?
DON JUAN
Aquí.
LUCÍA
¿:Conque estaréis puntual, eh?
585
DON JUAN
Estaré.
LUCÍA
Pues yo una llave os traeré.
DON JUAN
Y yo otra igual cantidad.
LUCÍA
No me
faltéis.
DON JUAN
No en
verdad;
590
Adiós, pues, y en mí te fía.
LUCÍA
Y en mí el garboso galán.
DON JUAN
Adiós, pues, franca Lucía.
LUCÍA
Adiós, pues, rico don Juan.
(LUCÍA cierra la ventana. CIUTTI
se acerca a DON JUAN a una seña
de éste.)
Escena
XII
DON JUAN y CIUTTI.
DON JUAN
(Riéndose.)
Con oro nada hay que falle;
595
Ciutti, ya sabes mi intento:
a las nueve, en el convento;
a las diez, en esta calle.
Acto III
Profanación
DON JUAN, DOÑA INÉS, DON GONZALO, BRÍGIDA,
la ABADESA, la TORNERA.
Celda de DOÑA INÉS. Puerta en el
fondo y a la izquierda.
Escena I
DOÑA INÉS y la ABADESA.
ABADESA
¿:Conque me habéis entendido?
DOÑA INÉS
Sí,
señora.
ABADESA
Está muy
bien;
la voluntad decisiva
de vuestro padre, tal es.
Sois joven, cándida y buena;
5
vivido en el claustro habéis
casi desde que nacisteis;
y para quedar en él
atada con santos votos
para siempre, ni aún tenéis,
10
como otras, pruebas difíciles
ni penitencias que hacer.
Dichosa mil veces vos;
dichosa, sí, doña Inés,
que no conociendo el mundo,
15
no le debéis de temer.
Dichosa vos, que del claustro
al pisar en el dintel,
no os volveréis a mirar
lo que tras vos dejaréis;
20
y los mundanos recuerdos
del bullicio y del placer,
no os turbarán, tentadores,
del ara santa a los pies;
pues ignorando lo que hay
25
tras esa santa pared,
lo que tras ella se queda,
jamás apeteceréis.
Mansa paloma, enseñada
en las palmas a comer
30
del dueño que la ha criado
en doméstico vergel,
no habiendo salido nunca
de la protectora red,
no ansiaréis nunca las alas
35
por el espacio tender.
Lirio gentil, cuyo tallo
mecieron sólo tal vez
las embalsamadas brisas
del más florecido mes,
40
aquí a los besos del aura
vuestro cáliz abriréis,
y aquí vendrán vuestras hojas
tranquilamente a caer.
Y en el pedazo de tierra
45
que abarca nuestra estrechez
y en el pedazo de cielo
que por las rejas se ve,
vos no veréis más que un lecho
do en dulce sueño yacer,
50
y un velo azul suspendido
a las puertas del Edén...
¡Ay! En verdad que os envidio,
venturosa doña Inés,
con vuestra inocente vida,
55
la virtud del no saber.
Mas, ¿:por qué estáis
cabizbaja?
¿:Por qué no me respondéis
como otras veces, alegre,
cuando en lo mismo os hablé?
60
¿:Suspiráis...? ¡Oh!, ya
comprendo;
de vuelta aquí hasta no ver
a vuestra aya, estáis
inquieta,
pero nada receléis.
A casa de vuestro padre
65
fue casi al anochecer,
y abajo en la portería
estará; yo os la enviaré,
que estoy de vela esta noche.
Conque, vamos, doña Inés,
70
recogeos, que ya es hora;
Mal ejemplo no me deis
a las novicias, que ha tiempo
que duermen ya; hasta después.
DOÑA INÉS
Id con Dios, madre abadesa.
75
ABADESA
Adiós,
hija.
Escena II
DOÑA INÉS, sola.
DOÑA INÉS
[Ya se
fue.]
No sé qué tengo, ¡ay de mí!,
que en tumultuoso tropel
mil encontradas ideas
me combaten a la vez.
80
Otras noches complacida
sus palabras escuché,
y de esos cuadros tranquilos
que sabe pintar tan bien,
de esos placeres domésticos
85
la dichosa sencillez
y la calma venturosa,
me hicieron apetecer
la soledad de los claustros
y su santa rigidez.
90
Mas hoy la oí distraída,
y en sus pláticas hallé,
si no enojosos discursos,
a lo menos aridez.
Y no sé por qué al decirme
95
que podría acontecer
que se acelerase el día
de mi profesión, temblé,
y sentí del corazón
acelerarse el vaivén,
100
y teñírseme el semblante
de amarilla palidez.
¡Ay de mí...! Pero mi dueña,
¿:dónde estará...? Esa mujer,
con sus pláticas, al cabo,
105
me entretiene alguna vez.
Y hoy la echo menos... Acaso
porque la voy a perder,
que en profesando, es preciso
renunciar a cuanto amé.
110
Mas pasos siento en el
claustro;
¡oh! reconozco muy bien
sus pisadas... Ya está aquí.
Escena
III
DOÑA INÉS y BRÍGIDA.
BRÍGIDA
Buenas noches, doña Inés.
DOÑA INÉS
¿:Cómo habéis tardado tanto?
115
BRÍGIDA
Voy a cerrar esta puerta.
DOÑA INÉS
Hay orden de que esté abierta.
BRÍGIDA
Eso es muy bueno y muy santo
para las otras novicias
que han de consagrarse a Dios:
120
no, doña Inés, para vos.
DOÑA INÉS
Brígida, no ves que vicias
las reglas del monasterio,
que no
permiten...
BRÍGIDA
¡Bah!
¡bah!
Más seguro así se está,
125
y así se habla sin misterio
ni estorbos: ¿:habéis mirado
el libro que os he traído?
DOÑA INÉS
¡Ay!, se me había olvidado.
BRÍGIDA
¡Pues me hace gracia el
olvido!
130
DOÑA INÉS
¡Como la madre abadesa
se entró aquí inmediatamente!
BRÍGIDA
¡Vieja más impertinente!
DOÑA INÉS
¿:Pues tanto el libro interesa?
BRÍGIDA
Vaya si interesa, mucho.
135
¡Pues quedó con poco afán
el
infeliz!
DOÑA INÉS
¿:Quién?
BRÍGIDA
Don
Juan.
DOÑA INÉS
¡Válgame el cielo! ¡Qué
escucho!
¿:Es don Juan quien me le
envía?
BRÍGIDA
Por
supuesto.
DOÑA INÉS
¡Oh! Yo no
debo
140
tomarle.
BRÍGIDA
¡Pobre
mancebo!
Desairarle así, sería
matarle.
DOÑA INÉS
¿:Qué estás
diciendo?
BRÍGIDA
Si ese Horario no tomáis,
tal pesadumbre le dais,
145
que va a enfermar, lo estoy
viendo.
DOÑA INÉS
¡Ah! No, no; de esa manera
le
tomaré.
BRÍGIDA
Bien
haréis.
DOÑA INÉS
¡Y qué bonito
es!
BRÍGIDA
Ya veis:
quien quiere agradar, se
esmera.
150
DOÑA INÉS
Con sus manecillas de oro.
¡Y cuidado, que está prieto!
A ver, a ver si completo
contiene el rezo del coro.
(Le abre y cae una carta de entre sus
hojas.)
Mas ¿:qué
cayó?
BRÍGIDA
Un
papelito.
155
DOÑA INÉS
¡Una
carta!
BRÍGIDA
Claro
está;
en esa carta os vendrá
ofreciendo el regalito.
DOÑA INÉS
¡Qué! ¿:Será suyo el papel?
BRÍGIDA
¡Vaya, que sois inocente!
160
Pues que os feria, es
consiguiente
que la carta será de él.
DOÑA INÉS
¡Ay,
Jesús!
BRÍGIDA
¿:Qué es lo que os
da?
DOÑA INÉS
Nada, Brígida, no es nada.
BRÍGIDA
No, no; si estáis inmutada.
165
(Aparte.)
Ya presa en la red está.
¿:Se os
pasa?
DOÑA INÉS
Sí.
BRÍGIDA
Eso habrá
sido
cualquier mareíllo vano.
DOÑA INÉS
¡Ay! Se me abrasa la mano
con que el papel he cogido.
170
BRÍGIDA
Doña Inés, válgame Dios,
jamás os he visto así;
estáis
trémula.
DOÑA INÉS
¡Ay de
mí!
BRÍGIDA
¿:Qué es lo que pasa por vos?
DOÑA INÉS
No sé... El campo de mi
mente
175
siento que cruzan perdidas
mil sombras desconocidas,
que me inquietan vagamente;
y ha tiempo al alma me dan
con su agitación tortura.
180
BRÍGIDA
¿:Tiene alguna, por ventura,
el semblante de don Juan?
DOÑA INÉS
No sé; desde que le vi,
Brígida mía, y su nombre
me dijiste, tengo a ese hombre
185
siempre delante de mí.
Por doquiera me distraigo
con su agradable recuerdo,
y si un instante le pierdo,
en su recuerdo recaigo.
190
No sé qué fascinación
en mis sentidos ejerce,
que siempre hacia él se me
tuerce
la mente y el corazón;
y aquí, y en el oratorio,
195
y en todas partes advierto
que el pensamiento divierto
con la imagen de Tenorio.
BRÍGIDA
¡Válgame Dios! Doña Inés,
según lo vais explicando,
200
tentaciones me van dando
de creer que eso amor es.
DOÑA INÉS
¿:Amor has
dicho?
BRÍGIDA
Sí, amor.
DOÑA INÉS
No, de ninguna manera.
BRÍGIDA
Pues por amor lo entendiera
205
el menos entendedor;
mas vamos la carta a ver:
¿:En qué os paráis? ¿:Un
suspiro?
DOÑA INÉS
¡Ay! Que cuanto más la miro
menos me atrevo a leer.
210
(Lee.)
«Doña Inés del alma mía».
Virgen santa, ¡qué principio!
BRÍGIDA
Vendrá en verso, y será un
ripio
que traerá la poesía.
Vamos, seguid adelante.
215
DOÑA INÉS
(Lee.)
«Luz de donde el sol la toma,
hermosísima paloma
privada de libertad,
si os dignáis por estas letras
pasar vuestros lindos ojos,
220
no los tornéis con enojos
sin concluir, acabad».
BRÍGIDA
¡Qué humildad y qué finura!
¿:Dónde hay mayor rendimiento?
DOÑA INÉS
Brígida, no sé qué siento.
225
BRÍGIDA
Seguid, seguid la lectura.
DOÑA INÉS
(Lee.)
«Nuestros padres de consuno
nuestras bodas acordaron,
porque los cielos juntaron
los destinos de los dos.
230
Y halagado desde entonces
con tan risueña esperanza,
mi alma, doña Inés, no alcanza
otro porvenir que vos.
De amor con ella en mi pecho
235
brotó una chispa ligera,
que han convertido en hoguera
tiempo y afición tenaz.
Y esta llama, que en mí mismo
se alimenta, inextinguible,
240
cada día más terrible
va creciendo y más voraz».
BRÍGIDA
Es claro; esperar le
hicieron
en vuestro amor algún día,
y hondas raíces tenía
245
cuando a arrancársele fueron.
Seguid.
DOÑA INÉS
(Lee.)
«En vano a
apagarla
concurren tiempo y ausencia,
que doblando su violencia,
no hoguera ya, volcán es;
250
y yo, que en medio del cráter
desamparado batallo,
suspendido en él me hallo
entre mi tumba y mi Inés».
BRÍGIDA
¿:Lo veis, Inés? Si ese
Horario
255
le despreciáis, al instante
le preparan el sudario.
DOÑA INÉS
Yo
desfallezco.
BRÍGIDA
Adelante.
DOÑA INÉS
(Lee.)
«Inés, alma de mi alma,
perpetuo imán de mi vida,
260
perla sin concha escondida
entre las algas del mar;
garza que nunca del nido
tender osastes el vuelo
al diáfano azul del cielo
265
para aprender a cruzar,
si es que a través de esos
muros
el mundo apenada miras,
y por el mundo suspiras,
de libertad con afán,
270
acuérdate que al pie mismo
de esos muros que te guardan,
para salvarte te aguardan
los brazos de tu don Juan».
(Representa.)
¿:Qué es lo que me pasa,
¡cielo!,
275
que me estoy viendo morir?
BRÍGIDA
(Aparte.)
Ya tragó todo el anzuelo.
Vamos, que está al concluir.
DOÑA INÉS
(Lee.)
«Acuérdate de quien llora
al pie de tu celosía,
280
y allí le sorprende el día
y le halla la noche allí;
acuérdate de quien vive
sólo por ti, ¡vida mía!,
y que a tus pies volaría
285
si le llamaras a ti».
BRÍGIDA
¿:Lo veis?
Vendría.
DOÑA INÉS
¡Vendría!
BRÍGIDA
A postrarse a vuestros pies.
DOÑA INÉS
¿:Puede?
BRÍGIDA
¡Oh,
sí!
DOÑA INÉS
¡Virgen
María!
BRÍGIDA
Pero acabad, doña Inés.
290
DOÑA INÉS
(Lee.)
«Adiós, oh luz de mis ojos;
adiós, Inés de mi alma;
medita, por Dios, en calma
las palabras que aquí van;
y si odias esa clausura
295
que ser tu sepulcro debe,
manda, que a todo se atreve
por tu hermosura don Juan».
(Representa DOÑA INÉS.)
¡Ay! ¿:Qué filtro envenenado
me dan en este papel,
300
que el corazón desgarrado
me estoy sintiendo con él?
¿:Qué sentimientos dormidos
son los que revela en mí;
qué impulsos jamás sentidos,
305
qué luz, que hasta hoy nunca
vi?
¿:Qué es lo que engendra en mi
alma
tan nuevo y profundo afán?
¿:Quién roba la dulce calma
de mi
corazón?
BRÍGIDA
Don Juan.
310
DOÑA INÉS
¡Don Juan dices...! ¿:Conque ese
hombre
me ha de seguir por doquier?
¿:Sólo he de escuchar su
nombre,
sólo su sombra he de ver?
¡Ah! Bien dice: juntó el
cielo
315
los destinos de los dos,
y en mi alma engendró este
anhelo
fatal.
BRÍGIDA
¡Silencio, por
Dios!
(Se oyen dar las ánimas.)
DOÑA INÉS
¿:Qué?
BRÍGIDA
Silencio.
DOÑA INÉS
Me
estremezco.
BRÍGIDA
¿:Oís, doña Inés, tocar?
320
DOÑA INÉS
Sí; lo mismo que otras veces,
las ánimas oigo dar.
BRÍGIDA
Pues no habléis de
él.
DOÑA INÉS
¡Cielo
santo!
¿:De
quién?
BRÍGIDA
¿:De quién ha de
ser?
De ese don Juan que amáis
tanto,
325
porque puede aparecer.
DOÑA INÉS
¡Me amedrentas! ¿:Puede ese
hombre
llegar hasta
aquí?
BRÍGIDA
Quizá,
porque el eco de su nombre
tal vez llega adonde está.
330
DOÑA INÉS
¡Cielos! ¿:Y
podrá...?
BRÍGIDA
¡Quién
sabe!
DOÑA INÉS
¿:Es un espíritu, pues?
BRÍGIDA
No; mas si tiene una llave...
DOÑA INÉS
¡Dios!
BRÍGIDA
Silencio, doña
Inés;
¿:no oís
pasos?
DOÑA INÉS
¡Ay!
Ahora
335
nada
oigo.
BRÍGIDA
Las nueve
dan,
suben... se acercan...
señora...
Ya está
aquí.
DOÑA INÉS
¿:Quién?
BRÍGIDA
Él.
DOÑA INÉS
¡Don
Juan!
Escena IV
DOÑA INÉS, DON JUAN y
BRÍGIDA.
DOÑA INÉS
¿:Qué es esto? ¿:Sueño...
deliro?
DON JUAN
¡Inés de mi corazón!
340
DOÑA INÉS
¿:Es realidad lo que miro,
o es una fascinación...?
Tenedme, apenas respiro...
Sombra... ¡huye por compasión!
¡Ay de
mí...!
(Desmáyase DOÑA INÉS, y DON JUAN
la sostiene. La carta de DON
JUAN queda en el suelo
abandonada por DOÑA INÉS al desmayarse.)
BRÍGIDA
La ha
fascinado
345
vuestra repentina entrada,
y el pavor la ha trastornado.
DON JUAN
Mejor, así nos ha ahorrado
la mitad de la jornada.
¡Ea! No desperdiciemos
350
el tiempo aquí en
contemplarla,
si perdernos no queremos.
En los brazos a tomarla
voy, y cuanto antes, ganemos
ese claustro solitario.
355
BRÍGIDA
¡Oh! ¿:Vais a sacarla así?
DON JUAN
¿:Necia, piensas que rompí
la clausura temerario,
para dejármela aquí?
Mi gente abajo me espera;
360
sígueme.
BRÍGIDA
¡Sin alma
estoy!
¡Ay! Este hombre es una fiera;
nada le ataja ni altera...
Sí, sí; a su sombra me voy.
Escena V
La ABADESA, sola.
ABADESA
Jurara que había oído
365
por estos claustros andar;
hoy a doña Inés velar
algo más la he permitido,
y me temo... mas no están
aquí. ¿:Qué pudo ocurrir
370
a las dos para salir
de la celda? ¿:Dónde irán?
¡Hola! Yo las ataré
corto para que no vuelvan
a enredar y me revuelvan
375
a las novicias... sí a fe.
Mas siento por allá fuera
pasos. ¿:Quién
es?
Escena VI
La ABADESA y la TORNERA.
TORNERA
Yo,
señora.
ABADESA
¡Vos en el claustro a esta
hora!
¿:Qué es esto, hermana Tornera?
380
TORNERA
Madre Abadesa, os buscaba.
ABADESA
¿:Qué hay?
Decid.
TORNERA
Un noble
anciano
quiere
hablaros.
ABADESA
Es en
vano.
TORNERA
Dice que es de Calatrava
caballero; que sus fueros
385
le autorizan a este paso,
y que la urgencia del caso
le obliga al instante a veros.
ABADESA
¿:Dijo su
nombre?
TORNERA
El señor
don Gonzalo
Ulloa.
ABADESA
¿:Qué
390
puede querer...? Ábrale,
hermana, es Comendador
de la Orden, y derecho
tiene en el claustro de
entrada.
Escena
VII
La ABADESA y DON GONZALO,
después.
ABADESA
¿:A una hora tan avanzada
395
venir así...? No sospecho
qué pueda ser... mas me
place,
pues no hallando a su hija
aquí,
la reprenderá, y así
mirará otra vez lo que hace.
400
Escena
VIII
La ABADESA, DON GONZALO y la
TORNERA, a la puerta.
DON GONZALO
Perdonad, madre Abadesa,
que en hora tal os moleste;
mas para mí, asunto es éste
que honra y vida me interesa.
ABADESA
¡Jesús!
DON GONZALO
Oíd.
ABADESA
Hablad,
pues.
405
DON GONZALO
Yo guardé hasta hoy un tesoro
de más quilates que el oro,
y ese tesoro es mi Inés.
ABADESA
A
propósito...
DON GONZALO
Escuchad.
Se me acaba de decir
410
que han visto a su dueña ir
ha poco por la ciudad
hablando con el criado
de un don Juan, de tal
renombre,
que no hay en la tierra otro
hombre
415
tan audaz y tan malvado.
En tiempo atrás se pensó
con él a mi hija casar,
y hoy, que se la fui a negar,
robármela me juró.
420
Que por el torpe doncel
ganada la dueña está,
no puedo dudarlo ya;
debo, pues, guardarme de él;
y un día, una hora quizás
425
de imprevisión le bastara
para que mi honor manchara
ese hijo de Satanás.
He aquí mi inquietud cuál
es;
por la dueña, en conclusión,
430
vengo; vos la profesión
abreviad de doña Inés.
ABADESA
Sois padre, y es vuestro
afán
muy justo, Comendador;
mas ved que ofende a mi honor.
435
DON GONZALO
No sabéis quién es don Juan.
ABADESA
Aunque le pintáis tan malo,
yo os puedo decir de mí,
que mientra Inés esté aquí,
segura está, don Gonzalo.
440
DON GONZALO
Lo creo; mas las razones
abreviemos: entregadme
esa dueña, y perdonadme
mis mundanas opiniones.
Si vos de vuestra virtud
445
me respondéis, yo me fundo
en que conozco del mundo
la insensata juventud.
ABADESA
Se hará como lo exigís.
Hermana Tornera, id pues
450
a buscar a doña Inés
y a su
dueña.
(Vase la TORNERA.)
DON GONZALO
¿:Qué
decís,
señora? O traición me ha
hecho
mi memoria, o yo sé bien
que esta es hora de que estén
455
ambas a dos en su lecho.
ABADESA
Ha un punto sentí a las dos
salir de aquí, no sé a qué.
DON GONZALO
¡Ay! Por qué tiemblo no sé.
Mas, ¡qué veo, Santo Dios!
460
Un papel... me lo decía
a voces mi mismo afán.
(Leyendo.)
«Doña Inés del alma mía...»
Y la firma de don Juan.
Ved... ved... esa prueba
escrita.
465
Leed ahí... ¡Oh! Mientras que
vos
por ella rogáis a Dios,
viene el diablo y os la quita.
Escena IX
La ABADESA, DON GONZALO y la
TORNERA.
TORNERA
Señora...
ABADESA
¿:Qué?
TORNERA
Vengo
muerta.
DON GONZALO
Concluid.
TORNERA
No acierto a
hablar...
470
He visto a un hombre saltar
por las tapias de la huerta.
DON GONZALO
¿:Veis? Corramos; ¡ay de mí!
ABADESA
¿:Dónde vais, Comendador?
DON GONZALO
que os roban a vos de aquí.
475
Acto IV
El diablo a las puertas del
cielo
DON JUAN,
DOÑA INÉS, DON GONZALO, DON
LUIS, CIUTTI, BRÍGIDA, ALGUACIL 1.º y
ALGUACIL 2.º
Quinta de DON JUAN
Tenorio, cerca de Sevilla y
sobre el Guadalquivir. Balcón en el
fondo. Dos puertas a cada lado.
Escena
I
BRÍGIDA y CIUTTI.
BRÍGIDA
¡Qué noche, válgame
Dios!
A poderlo calcular,
no me meto yo a servir
a tan fogoso galán.
¡Ay, Ciutti! Molida estoy;
5
no me puedo menear.
CIUTTI
Pues, ¿:qué os
duele?
BRÍGIDA
Todo el
cuerpo,
y toda el alma además.
CIUTTI
¡Ya! No estáis
acostumbrada
al caballo, es natural.
10
BRÍGIDA
Mil veces pensé caer;
¡Uf! ¡Qué mareo! ¡Qué
afán!
Veía yo unos tras otros
ante mis ojos pasar
los árboles como en alas
15
llevados de un huracán,
tan apriesa y
produciéndome
ilusión tan infernal,
que perdiera los sentidos
si tardamos en parar.
20
CIUTTI
Pues de estas cosas
veréis,
si en esta casa os
quedáis,
lo menos seis por semana.
BRÍGIDA
¡Jesús!
CIUTTI
Y esa niña,
¿:está
reposando todavía?
25
BRÍGIDA
¿:Y a qué se ha de
despertar?
CIUTTI
Sí; es mejor que abra los
ojos
en los brazos de don Juan.
BRÍGIDA
Preciso es que tu amo
tenga
algún diablo familiar.
30
CIUTTI
Yo creo que sea él mismo
un diablo en carne mortal,
porque a lo que él,
solamente
se arrojara Satanás.
BRÍGIDA
¡Oh! ¡El lance ha sido
extremado!
35
CIUTTI
Pero al fin logrado está.
BRÍGIDA
¡Salir así de un convento
en medio de una ciudad
como
Sevilla!
CIUTTI
Es
empresa
tan sólo para hombre tal;
40
mas, ¡qué diablos!, si a su
lado
la fortuna siempre va,
y encadenado a sus pies
duerme sumiso el azar.
BRÍGIDA
Sí; decís
bien.
CIUTTI
No he visto
hombre
45
de corazón más audaz;
no halla riesgo que le
espante,
ni encuentra dificultad
que al empeñarse en
vencer,
le haga un punto vacilar.
50
A todo osado se arroja,
de todo se ve capaz;
ni mira dónde se mete,
ni lo pregunta jamás.
«Allí hay un lance», le
dicen;
55
y él dice: «Allá va don
Juan».
Mas ya tarda, ¡vive Dios!
BRÍGIDA
Las doce en la catedral
han dado ha
tiempo.
CIUTTI
Y de
vuelta
debía a las doce estar.
60
BRÍGIDA
Pero, ¿:por qué no se vino
con
nosotros?
CIUTTI
Tiene
allá
en la ciudad todavía
cuatro cosas que arreglar.
BRÍGIDA
¿:Para el
viaje?
CIUTTI
Por
supuesto;
65
aunque muy fácil será
que esta noche a los
infiernos
le hagan a él mismo
viajar.
BRÍGIDA
¡Jesús, qué
ideas!
CIUTTI
¡Pues
digo!
¿:Son obras de caridad
70
en las que nos empleamos,
para mejor esperar?
Aunque seguros estamos
como vuelva por acá.
BRÍGIDA
¿:De veras,
Ciutti?
CIUTTI
Venid
75
a este balcón, y mirad.
¿:Qué
veis?
BRÍGIDA
Veo un
bergantín
que anclado en el río
está.
CIUTTI
Pues su patrón sólo
aguarda
las órdenes de don Juan,
80
y salvos en todo caso
a Italia nos llevará.
BRÍGIDA
¿:Cierto?
CIUTTI
Y nada
receléis
por nuestra seguridad,
que es el barco más velero
85
que boga sobre la mar.
BRÍGIDA
¡Chist! Ya siento a doña
Inés.
CIUTTI
Pues yo me voy, que don
Juan
encargó que sola vos
debíais con ella hablar.
90
BRÍGIDA
Y encargó bien, que yo
entiendo
de
esto.
CIUTTI
Adiós,
pues.
BRÍGIDA
Vete en
paz.
Escena
II
DOÑA INÉS y BRÍGIDA.
DOÑA INÉS
¡Dios mío, cuánto he
soñado!
¡Loca estoy! ¿:Qué hora
será?
Pero ¿:qué es esto? ¡Ay de
mí!
95
No recuerdo que jamás
haya visto este aposento.
¿:Quién me trajo
aquí?
BRÍGIDA
Don
Juan.
DOÑA INÉS
Siempre don Juan...
¿:Aquí tú también estás,
100
Brígida?
BRÍGIDA
Sí, doña
Inés.
DOÑA INÉS
Pero dime en caridad,
¿:dónde estamos? Este
cuarto
¿:es del
convento?
BRÍGIDA
No
tal;
aquello era un cuchitril
105
en donde no había más
que
miseria.
DOÑA INÉS
Pero, en
fin,
¿:en dónde
estamos?
BRÍGIDA
Mirad,
mirad por este balcón,
y alcanzaréis lo que va
110
desde un convento de
monjas
a una quinta de don Juan.
DOÑA INÉS
¿:Es de don Juan esta
quinta?
BRÍGIDA
Y creo que vuestra ya.
DOÑA INÉS
Pero no comprendo,
Brígida,
115
lo que
dices.
BRÍGIDA
Escuchad.
Estabais en el convento
leyendo con mucho afán
una carta de don Juan,
cuando estalló en un
momento
120
un incendio formidable.
DOÑA INÉS
¡Jesús!
BRÍGIDA
Espantoso,
inmenso;
el humo era ya tan denso,
que el aire se hizo
palpable.
DOÑA INÉS
Pues no
recuerdo...
BRÍGIDA
Las
dos,
125
con la carta entretenidas,
olvidamos nuestras vidas,
yo oyendo, y leyendo vos.
Y estaba en verdad tan
tierna,
que entrambas a su
lectura,
130
achacamos la tortura
que sentíamos interna.
Apenas ya respirar
podíamos, y las llamas
prendían en nuestras
camas;
135
nos íbamos a asfixiar,
cuando don Juan, que os
adora,
y que rondaba el convento,
al ver crecer con el
viento
la llama devastadora,
140
con inaudito valor,
viendo que ibais a
abrasaros,
se metió para salvaros
por donde pudo mejor.
Vos, al verle así
asaltar
145
la celda tan de improviso,
os desmayasteis...
preciso;
la cosa era de esperar.
Y él, cuando os vio caer
así,
en sus brazos os tomó
150
y echó a huir, yo le
seguí,
y del fuego nos sacó.
¿:Dónde íbamos a esta
hora?
Vos seguíais desmayada;
yo estaba ya casi ahogada.
155
Dijo, pues: «Hasta la
aurora
en mi casa las tendré».
Y henos, doña Inés, aquí.
DOÑA INÉS
¿:Conque ésta es su
casa?
BRÍGIDA
Sí.
DOÑA INÉS
Pues nada recuerdo a fe.
160
Pero... ¡en su casa...! ¡Oh!
Al punto
salgamos de ella... yo
tengo
la de mi
padre.
BRÍGIDA
Convengo
con vos; pero es el
asunto...
DOÑA INÉS
¿:Qué?
BRÍGIDA
Que no podemos
ir.
165
DOÑA INÉS
Oír tal me maravilla.
BRÍGIDA
Nos aparta de Sevilla...
DOÑA INÉS
¿:Quién?
BRÍGIDA
Vedlo, el
Guadalquivir.
DOÑA INÉS
¿:No estamos en la
ciudad?
BRÍGIDA
A una legua nos hallamos
170
de sus
murallas.
DOÑA INÉS
¡Oh!
¡Estamos
perdidas!
BRÍGIDA
¡No sé en
verdad
por
qué!
DOÑA INÉS
Me estás
confundiendo,
Brígida... y no sé qué
redes
son las que entre estas
paredes
175
temo que me estás
tendiendo.
Nunca el claustro
abandoné,
ni sé del mundo exterior
los usos, mas tengo honor;
noble soy, Brígida, y sé
180
que la casa de don Juan
no es buen sitio para mí;
me lo está diciendo aquí
no sé qué escondido afán.
Ven,
huyamos.
BRÍGIDA
Doña
Inés,
185
la existencia os ha
salvado.
DOÑA INÉS
Sí, pero me ha envenenado
el
corazón.
BRÍGIDA
¿:Le amáis,
pues?
DOÑA INÉS
No sé... mas, por
compasión,
huyamos pronto de ese
hombre,
190
tras de cuyo solo nombre
se me escapa el corazón.
¡Ah! Tú me diste un
papel
de manos de ese hombre
escrito,
y algún encanto maldito
195
me diste encerrado en él.
Una sola vez le vi
por entre unas celosías,
y que estaba, me decías,
en aquel sitio por mí.
200
Tú, Brígida, a todas
horas
me venías de él a hablar,
haciéndome recordar
sus gracias fascinadoras.
Tú me dijiste que estaba
205
para mío destinado
por mi padre, y me has
jurado
en su nombre que me amaba.
¿:Que le amo dices...? Pues
bien;
si esto es amar, sí, le
amo;
210
pero yo sé que me infamo
con esa pasión también.
Y si el débil corazón
se me va tras de don Juan,
tirándome de él están
215
mi honor y mi obligación.
Vamos, pues, vamos de
aquí
primero que ese hombre
venga;
pues fuerza acaso no tenga
si le veo junto a mí.
220
Vamos,
Brígida.
BRÍGIDA
Esperad.
¿:No
oís?
DOÑA INÉS
¿:Qué?
BRÍGIDA
Ruido de
remos.
DOÑA INÉS
Sí, dices bien; volveremos
en un bote a la ciudad.
BRÍGIDA
Mirad, mirad, doña Inés.
225
DOÑA INÉS
Acaba... por Dios,
partamos.
BRÍGIDA
Ya, imposible que
salgamos.
DOÑA INÉS
¿:Por qué
razón?
BRÍGIDA
Porque él
es
quien en ese
barquichuelo
se adelanta por el río.
230
DOÑA INÉS
¡Ay! ¡Dadme fuerzas, Dios
mío!
BRÍGIDA
Ya llegó; ya está en el
suelo.
Sus gentes nos volverán
a casa; mas antes de
irnos,
es preciso despedirnos
235
a lo menos de don Juan.
DOÑA INÉS
Sea, y vamos al
instante.
No quiero volverle a ver.
BRÍGIDA
(Aparte.)
Los ojos te hará volver
al encontrarle delante.
240
Vamos.
DOÑA INÉS
Vamos.
CIUTTI
(Dentro.)
Aquí
están.
DON JUAN
(Dentro.)
Alumbra.
BRÍGIDA
¡Nos
busca!
DOÑA INÉS
Él
es.
Escena
III
Dichas y DON JUAN.
DON JUAN
¿:Adónde vais, doña Inés?
DOÑA INÉS
Dejadme salir, don Juan.
DON JUAN
¿:Que os deje
salir?
BRÍGIDA
Señor,
245
sabiendo ya el accidente
del fuego, estará
impaciente
por su hija el Comendador.
DON JUAN
¡El fuego! ¡Ah! No os dé
cuidado
por don Gonzalo, que ya
250
dormir tranquilo le hará
el mensaje que le he
enviado.
DOÑA INÉS
¿:Le habéis
dicho...?
DON JUAN
Que os
hallabais
bajo mi amparo segura,
y el aura del campo pura
255
libre por fin respirabais.
(Vase BRÍGIDA.)
Cálmate, pues, vida mía;
reposa aquí, y un momento
olvida de tu convento
la triste cárcel sombría.
260
¡Ah! ¿:No es cierto, ángel de
amor,
que en esta apartada
orilla
más pura la luna brilla
y se respira mejor?
Esta aura que vaga llena
265
de los sencillos olores
de las campesinas flores
que brota esa orilla
amena;
esa agua limpia y serena
que atraviesa sin temor
270
la barca del pescador
que espera cantando el
día,
¿:no es cierto, paloma mía,
que están respirando amor?
Esa armonía que el
viento
275
recoge entre esos millares
de floridos olivares,
que agita con manso
aliento,
ese dulcísimo acento
con que trina el ruiseñor
280
de sus copas morador
llamando al cercano día,
¿:no es verdad, gacela mía,
que están respirando amor?
Y estas palabras que
están
285
filtrando insensiblemente
tu corazón, ya pendiente
de los labios de don Juan,
y cuyas ideas van
inflamando en su interior
290
un fuego germinador
no encendido todavía,
¿:no es verdad, estrella
mía,
que están respirando amor?
Y esas dos líquidas
perlas
295
que se desprenden
tranquilas
de tus radiantes pupilas
convidándome a beberlas,
evaporarse a no verlas
de sí mismas al calor,
300
y ese encendido color
que en tu semblante no
había,
¿:no es verdad, hermosa
mía,
que están respirando amor?
¡Oh! sí, bellísima Inés,
305
espejo y luz de mis ojos;
escucharme sin enojos
como lo haces, amor es;
mira aquí a tus plantas,
pues,
todo el altivo rigor
310
de este corazón traidor
que rendirse no creía,
adorando, vida mía,
la esclavitud de tu amor.
DOÑA INÉS
Callad, por Dios, ¡oh don
Juan!,
315
que no podré resistir
mucho tiempo sin morir
tan nunca sentido afán.
¡Ah! Callad, por
compasión,
que oyéndoos me parece
320
que mi cerebro enloquece
y se arde mi corazón.
¡Ah! Me habéis dado a
beber
un filtro infernal sin
duda,
que a rendiros os ayuda
325
la virtud de la mujer.
Tal vez poseéis, don
Juan,
un misterioso amuleto,
que a vos me atrae en
secreto
como irresistible imán.
330
Tal vez Satán puso en
vos
su vista fascinadora,
su palabra seductora
y el amor que negó a Dios.
¿:Y qué he de hacer, ¡ay de
mí!,
335
sino caer en vuestros
brazos,
si el corazón en pedazos
me vais robando de aquí?
No, don Juan; en poder
mío
resistirte no está ya;
340
yo voy a ti, como va
sorbido al mar ese río.
Tu presencia me enajena,
tus palabras me alucinan,
y tus ojos me fascinan,
345
y tu aliento me envenena.
¡Don Juan! ¡Don Juan! Yo lo
imploro
de tu hidalga compasión:
o arráncame el corazón,
o ámame, porque te adoro.
350
DON JUAN
¡Alma mía! Esa palabra
cambia de modo mi ser,
que alcanzo que puede
hacer
hasta que el Edén se me
abra.
No es, doña Inés,
Satanás
355
quien pone este amor en
mí;
es Dios, que quiere por ti
ganarme para Él quizás.
No; el amor que hoy se
atesora
en mi corazón mortal,
360
no es un amor terrenal
como el que sentí hasta
ahora;
no es esa chispa fugaz
que cualquier ráfaga
apaga;
es incendio que se traga
365
cuanto ve, inmenso, voraz.
Desecha, pues, tu
inquietud,
bellísima doña Inés,
porque me siento a tus
pies
capaz aún de la virtud.
370
Sí; iré mi orgullo a
postrar
ante el buen Comendador,
y, o habrá de darme tu
amor,
o me tendrá que matar.
DOÑA INÉS
¡Don Juan de mi corazón!
375
DON JUAN
¡Silencio! ¿:Habéis
escuchado?
DOÑA INÉS
¿:Qué?
DON JUAN
Sí; una barca ha
atracado
debajo de ese balcón.
Un hombre embozado de
ella
salta... Brígida, al
momento
380
(Entra BRÍGIDA.)
pasad a esotro aposento;
y perdonad, Inés bella,
si solo me importa
estar.
DOÑA INÉS
¿:Tardarás?
DON JUAN
Poco ha de
ser.
DOÑA INÉS
A mi padre hemos de ver.
385
DON JUAN
Sí; en cuanto empiece a
clarear.
Adiós.
Escena
IV
DON JUAN y CIUTTI.
CIUTTI
FIN DE LA PRIMERA
PARTE
Señor.
DON JUAN
¿:Qué
sucede,
Ciutti?
CIUTTI
Ahí está un
embozado
en veros muy empeñado.
DON JUAN
¿:Quién
es?
CIUTTI
Dice que no
puede
390
descubrirse más que a
vos,
y que es cosa de tal
priesa,
que en ella se os interesa
la vida a entrambos a dos.
DON JUAN
¿:Y en él no has
reconocido
395
marca ni señal alguna
que nos
oriente?
CIUTTI
Ninguna;
mas a veros decidido
viene.
DON JUAN
¿:Trae
gente?
CIUTTI
No
más
que los remeros del bote.
400
DON JUAN
Que
entre.
Escena
V
DON JUAN. Luego CIUTTI y
DON LUIS,
embozado.
DON JUAN
¡Jugamos a
escote
la vida...! Mas, si es
quizás
un traidor que hasta mi
quinta
me viene siguiendo el
paso...
hálleme, pues, por si
acaso,
405
con las armas en la cinta.
( Se ciñe la espada y
suspende al cinto un par
de pistolas, que habrá
colocado sobre la mesa a su salida en la escena
tercera. Al momento
sale CIUTTI conduciendo a DON
LUIS, que, embozado hasta los ojos,
espera a que se
queden solos. DON JUAN hace a CIUTTI una seña
para que se retire. Lo
hace.)
Escena
VI
DON JUAN y DON LUIS.
DON JUAN
(Aparte.)
Buen talante. Bien
venido,
caballero.
DON LUIS
Bien
hallado,
señor
mío.
DON JUAN
Sin
cuidado
hablad.
DON LUIS
Jamás lo he
tenido.
410
DON JUAN
Decid, pues: ¿:a qué
venís
a esta hora y con tal
afán?
DON LUIS
Vengo a mataros, don Juan.
DON JUAN
¿:Según eso, sois don Luis?
DON LUIS
No os engañó el corazón,
415
y el tiempo no
malgastemos,
don Juan; los dos no
cabemos
ya en la
tierra.
DON JUAN
En
conclusión,
señor Mejía, es decir
que, porque os gané la
apuesta,
420
¿:queréis que acabe la
fiesta
con salirnos a batir?
DON LUIS
Estáis puesto en la
razón;
la vida apostado habemos,
y es fuerza que nos
paguemos.
425
DON JUAN
Soy de la misma opinión.
Mas ved que os debo
advertir
que sois vos quien la ha
perdido.
DON LUIS
Pues por eso os la he
traído;
mas no creo que morir
430
deba nunca un caballero
que lleva en el cinto
espada,
como una res destinada
por su dueño al matadero.
DON JUAN
Ni yo creo que resquicio
435
habréis jamás encontrado
por donde me hayáis tomado
por un cortador de oficio.
DON LUIS
De ningún modo, y ya
veis
que, pues os vengo a
buscar,
440
mucho en vos debo fiar.
DON JUAN
No más de lo que podéis.
Y por mostraros mejor
mi generosa hidalguía,
decid si aún puedo, Mejía,
445
satisfacer vuestro honor.
Leal la apuesta os gané
mas si tanto os ha escocido,
mirad si halláis conocido
remedio, y le aplicaré.
450
DON LUIS
No hay más que el que os he
propuesto,
don Juan. Me habéis
maniatado,
y habéis la casa asaltado
usurpándome mi puesto;
y pues el mío tomasteis
455
para triunfar de doña Ana,
no sois vos, don Juan, quien
gana,
porque por otro jugasteis.
DON JUAN
Ardides del juego son.
DON LUIS
Pues no os los quiero
pasar,
460
y por ellos a jugar
vamos ahora el corazón.
DON JUAN
¿:Le arriesgáis, pues, en
revancha
de doña Ana de Pantoja?
DON LUIS
Sí; y lo que tardo me
enoja
465
en lavar tan fea mancha.
Don Juan, yo la amaba,
sí;
mas con lo que habéis
osado,
imposible la hais dejado
para vos y para mí.
470
DON JUAN
¿:Por qué la apostasteis,
pues?
DON LUIS
Porque no pude pensar
que la pudierais lograr.
Y... vamos, por San
Andrés,
a reñir, que me
impaciento.
475
DON JUAN
Bajemos a la ribera.
DON LUIS
Aquí
mismo.
DON JUAN
Necio
fuera;
¿:no veis que en este
aposento
prendieran al vencedor?
Vos traéis una barquilla.
480
DON LUIS
Sí.
DON JUAN
Pues que lleve a
Sevilla
al que
quede.
DON LUIS
Eso es
mejor;
Salgamos,
pues.
DON JUAN
Esperad.
DON LUIS
¿:Qué
sucede?
DON JUAN
Ruido
siento.
DON LUIS
Pues no perdamos momento.
485
Escena
VII
DON JUAN, DON LUIS y
CIUTTI.
CIUTTI
Señor, la vida salvad.
DON JUAN
¿:Qué hay,
pues?
CIUTTI
El
Comendador,
que llega con gente
armada.
DON JUAN
Déjale franca la entrada,
pero a él
solo.
CIUTTI
Mas,
señor...
490
DON JUAN
Obedéceme.
(Vase CIUTTI.)
Escena
VIII
DON JUAN y DON LUIS.
DON JUAN
Don
Luis,
pues de mí os habéis fiado
cuanto dejáis demostrado
cuando, a mi casa venís,
no dudaré en suplicaros,
495
pues mi valor conocéis,
que un instante me
aguardéis.
DON LUIS
Yo nunca puse reparos
en valor que es tan
notorio;
mas no me fío de vos.
500
DON JUAN
Ved que las partes son dos
de la apuesta con Tenorio,
y que ganadas están.
DON LUIS
¡Lograsteis a un
tiempo...!
DON JUAN
Sí;
la del convento está aquí;
505
y pues viene de don Juan
a reclamarla quien
puede,
cuando me podéis matar,
no debo asunto dejar
tras mí que pendiente
quede.
510
DON LUIS
Pero mirad que meter
quien puede el lance
impedir
entre los dos, puede
ser...
DON JUAN
¿:Qué?
DON LUIS
Excusaros de
reñir.
DON JUAN
¡Miserable...! De don
Juan
515
podéis dudar sólo vos;
mas aquí entrad, vive
Dios,
y no tengáis tanto afán
por vengaros, que este
asunto
arreglado con ese hombre,
520
don Luis, yo os juro a mi
nombre
que nos batimos al punto.
DON LUIS
Pero...
DON JUAN
¡Con una
legión
de diablos! Entrad aquí,
que harta nobleza es en mí
525
aún daros satisfacción.
Desde ahí ved y
escuchad;
franca tenéis esa puerta;
si veis mi conducta
incierta,
como os acomode obrad.
530
DON LUIS
Me avengo, si muy reacio
no
andáis.
DON JUAN
Calculadlo
vos
a placer; mas, ¡vive
Dios!,
¡que para todo hay
espacio!
(Entra DON LUIS en el cuarto que DON
JUAN le
señala.)
Ya suben.
(DON JUAN escucha.)
DON GONZALO
(Dentro.)
¿:Dónde
está?
DON JUAN
Él
es.
535
Escena
IX
DON JUAN y DON GONZALO.
DON GONZALO
¿:Adónde está ese traidor?
DON JUAN
Aquí está, Comendador.
DON GONZALO
¿:De
rodillas?
DON JUAN
Y a tus
pies.
DON GONZALO
Vil eres hasta en tus
crímenes.
DON JUAN
Anciano, la lengua ten,
540
y escúchame un solo
instante.
DON GONZALO
¿:Qué puede en tu lengua
haber
que borre lo que tu mano
escribió en este papel?
¡Ir a sorprender, infame,
545
la cándida sencillez
de quien no pudo el veneno
de esas letras precaver!
¡Derramar en su alma
virgen
traidoramente la hiel
550
en que rebosa la tuya
seca de virtud y fe!
¡Proponerse así enlodar
de mis timbres la alta
prez,
como si fuera un harapo
555
que desecha un mercader!
¿:Ese es el valor, Tenorio,
de que blasonas? ¿:Esa es
la proverbial osadía
que te da a el vulgo a
temer?
560
¿:Con viejos y con
doncellas
las muestras...? ¿:Y para
qué?
¡Vive Dios! Para venir
sus plantas así a lamer,
mostrándote a un tiempo
ajeno
565
de valor y de honradez.
DON JUAN
¡Comendador!
DON GONZALO
¡Miserable!
Tú has robado a mi hija
Inés
de su convento, y yo vengo
por tu vida o por mi bien.
570
DON JUAN
Jamás delante de un hombre
mi alta cerviz incliné,
ni he suplicado jamás,
ni a mi padre, ni a mi
rey.
Y pues conservo a tus
plantas
575
la postura en que me ves,
considera, don Gonzalo,
que razón debo tener.
DON GONZALO
Lo que tienes es pavor
de mi
justicia.
DON JUAN
¡Pardiez!
580
Óyeme, Comendador,
o tenerme no sabré,
y seré quien siempre he
sido
no queriéndolo ahora ser.
DON GONZALO
¡Vive
Dios!
DON JUAN
Comendador,
585
yo idolatro a doña Inés,
persuadido de que el cielo
me la quiso conceder
para enderezar mis pasos
por el sendero del bien.
590
No amé la hermosura en
ella
ni sus gracias adoré;
lo que adoro es la virtud,
don Gonzalo, en doña Inés.
Lo que justicias ni
obispos
595
no pudieron de mí hacer
con cárceles y sermones,
lo pudo su candidez.
Su amor me torna en otro
hombre
regenerando mi ser,
600
y ella puede hacer un
ángel
de quien un demonio fue.
Escucha, pues, don
Gonzalo,
lo que te puede ofrecer
el audaz don Juan Tenorio
605
de rodillas a tus pies.
Yo seré esclavo de tu
hija,
en tu casa viviré,
tú gobernarás mi hacienda
diciéndome
610
El tiempo que señalares,
en reclusión estaré;
cuantas pruebas exigieres
de mi audacia o mi
altivez,
del modo que me ordenares
615
con sumisión te daré.
Y cuando estime tu juicio
que la pueda merecer,
yo la daré un buen esposo
y ella me dará el Edén.
620
DON GONZALO
Basta, don Juan; no sé
cómo
me he podido contener
oyendo tan torpes pruebas
de tu infame avilantez.
Don Juan, tú eres un
cobarde
625
cuando en la ocasión te
ves,
y no hay bajeza a que no
oses
como te saque con bien.
DON JUAN
¡Don
Gonzalo!
DON GONZALO
Y me
avergüenzo
de mirarte así a mis pies,
630
lo que apostabas por
fuerza
suplicando por merced.
DON JUAN
Todo así se satisface,
don Gonzalo, de una vez.
DON GONZALO
¡Nunca! ¡Nunca! ¿:Tú su
esposo?
635
Primero la mataré.
Ea, entregádmela al punto,
o, sin poderme valer,
en esa postura vil
el pecho te cruzaré.
640
DON JUAN
Míralo bien, don Gonzalo,
que vas a hacerme perder
con ella hasta la
esperanza
de mi salvación tal vez.
DON GONZALO
¿:Y qué tengo yo, don Juan,
645
con tu salvación que ver?
DON JUAN
¡Comendador, que me
pierdes!
DON GONZALO
¡Mi
hija!
DON JUAN
Considera
bien
que por cuantos medios
pude
te quise satisfacer;
650
y que con armas al cinto
tus denuestos toleré,
proponiéndote la paz
de rodillas a tus pies.
Escena
X
Dichos y DON LUIS, soltando
una carcajada de
burla.
DON LUIS
Muy bien, don
Juan.
DON JUAN
¡Vive
Dios!
655
DON GONZALO
¿:Quién es ese
hombre?
DON LUIS
Un
testigo
de su miedo, y un amigo,
Comendador, para vos.
DON JUAN
¡Don
Luis!
DON LUIS
Ya he visto
bastante,
don Juan, para conocer
660
cuál uso puedes hacer
de tu valor arrogante;
y quien hiere por detrás
y se humilla en la
ocasión,
es tan vil como el ladrón
665
que roba y
huye.
DON JUAN
¿:Esto
más?
DON LUIS
Y pues la ira soberana
de Dios junta, como ves,
al padre de doña Inés
y al vengador de doña Ana,
670
mira el fin que aquí te
espera
cuando a igual tiempo te
alcanza
aquí dentro su venganza
y la justicia allá fuera.
DON GONZALO
¡Oh! Ahora comprendo... ¿:Sois
vos
675
el
que...?
DON LUIS
Soy don Luis
Mejía,
a quien a tiempo os envía
por vuestra venganza Dios.
DON JUAN
¡Basta, pues, de tal
suplicio!
Si con hacienda y honor
680
ni os muestro ni doy valor
a mi franco sacrificio,
y la leal solicitud
con que ofrezco cuanto
puedo
tomáis, vive Dios, por
miedo
685
y os mofáis de mi virtud,
os acepto el que me dais
plazo breve y perentorio
para mostrarme el Tenorio
de cuyo valor dudáis.
690
DON LUIS
Sea, y cae a nuestros
pies
digno al menos de esa fama
que por tan bravo te
aclama.
DON JUAN
Y venza el infierno, pues.
¡Ulloa, pues mi alma así
695
vuelves a hundir en el
vicio,
cuando Dios me llame a
juicio
tú responderás por mí!
(Le da un pistoletazo.)
DON GONZALO
(Cayendo.)
¡Asesino!
DON JUAN
¡Y tú,
insensato,
que me llamas vil ladrón,
700
di en prueba de tu razón
que cara a cara te mato!
(Riñen, y le da una
estocada.)
DON LUIS
(Cayendo.)
¡Jesús!
DON JUAN
Tarde tu fe
ciega
acude al cielo, Mejía,
y no fue por culpa mía.
705
Pero la justicia llega,
y a fe que ha de ver quién
soy.
CIUTTI
(Dentro.)
¡Don
Juan!
DON JUAN
(Asomándose al balcón.)
¿:Quién
es?
CIUTTI
(Dentro.)
Por
aquí;
Salvaos.
DON JUAN
¿:Hay
paso?
CIUTTI
Sí:
arrojaos.
DON JUAN
Allá
voy.
710
Llamé al cielo, y no me
oyó,
y pues sus puertas me
cierra,
de mis pasos en la tierra
responda el cielo, y no
yo.
(Se arroja por el balcón, y
se le oye caer en
el agua del río; al mismo
tiempo que el ruido de los remos muestra la
rapidez del barco
en que parte, se oyen golpes en
las puertas de la habitación; poco
después entra la
justicia, soldados, etc.)
Escena
XI
Alguaciles, soldados. Luego
DOÑA INÉS y
BRÍGIDA.
ALGUACIL 1.º
El tiro ha sonado aquí.
715
ALGUACIL 2.º
Aún hay
humo.
ALGUACIL 1.º
¡Santo
Dios!
Aquí hay un
cadáver.
ALGUACIL 2.º
Dos.
ALGUACIL 1.º
¿:Y el
matador?
ALGUACIL 2.º
Por
allí.
(Abren el cuarto en que
están DOÑA INÉS y
BRÍGIDA, y las sacan a la
escena; DOÑA INÉS reconoce el cadáver de su
padre).