DRAMATIS PERSONAE
_MAX ESTRELLA, SU MUJER MADAME COLLET Y SU HIJA CLAUDINITA.
DON LATINO DE HISPALIS.
ZARATUSTRA.
DON GAY. UN ELON.
LA CHICA DE LA PORTERA.
PICA LAGARTOS.
UN COIME DE TABERNA.
ENRIQUETA LA PISA BIEN.
EL REY DE PORTUGAL.
UN BORRACHO.
DORIO DE GADEX, RAFAEL DE LOS VELEZ, LUCIO VERO, MINGUEZ, GALVEZ,
CLARINITO Y PEREZ. JOVENES MODERNISTAS.
PITITO, CAPITAN DE LOS EQUITES MUNICIPALES.
UN SERENO.
LA VOZ DE UN VECINO.
DOS GUARDIAS DEL ORDEN.
SERAFIN EL BONITO.
UN CELADOR.
UN PRESO.
EL PORTERO DE UNA REDACCION.
DON FILIBERTO, REDACTOR EN JEFE.
EL MINISTRO DE LA GOBERNACION.
DIEGUITO, SECRETARIO DE SU EXCELENCIA.
UN UJIER.
UNA VIEJA PINTADA Y LA LUNARES.
UN JOVEN DESCONOCIDO.
LA MADRE DEL NIÑO MUERTO.
EL EMPEÑISTA.
EL GUARDIA.
LA PORTERA.
UN ALBAÑIL.
UNA VIEJA.
LA TRAPERA.
EL RETIRADO, TODOS DEL BARRIO.
OTRA PORTERA.
UNA VECINA.
BASILIO SOULINAKE.
UN COCHERO DE LA FUNERARIA.
DOS SEPULTUREROS.
RUBEN DARIO.
EL MARQUES DE BRADOMIN.
EL POLLO DEL PAY-PAY.
LA PERIODISTA.
TURBAS, GUARDIAS, PERROS, GATOS, UN LORO.
La acción en un Madrid absurdo, brillante y hambriento
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ESCENA PRIMERA
Hora crepuscular. Un guardillón con ventano angosto, lleno de sol. Retratos, grabados, autógrafos repartidos por las Paredes, sujetos con hinches de dibujante. Conversación lánguida de un hombre ciego una mujer pelirrubia, triste y fatigada. El hombre ciego es un hiperbólico andaluz, poeta de odas - Y madrigales, MAXIMO ESTRELLA. A la pelirrubia, por ser francesa, le dicen en la vecindad MADAMA COLLET.
_MAX .- Vuelve a leerme la carta del Buey Apis. _MADAMA COLLET .- Ten paciencia, Max.
_MAX .- Pudo esperar a que me enterrasen.
_MADAMA COLLET.- Le toca ir delante.
_MAX .- ¡Collet, mal vamos a vemos sin esas cuatro crónicas! ¿:Dónde gano yo veinte duros, Collet?
_MADAMA COLLET.- Otra puerta se abrirá.
_MAX .- La de la muerte. Podemos suicidarnos colectivamente.
_MADAMA COLLET .- A mí la muerte no me asusta. ¡Pero tenemos una hija, Max!
_MAX .- si Claudinita estuviese conforme con mi proyecto de suicidio colectivo?
_MADAMA COLLET .- ¡Es muy joven!
_MAX .- También se matan los jóvenes. Collet.
_MADAMA COLLET.- No por cansancio de la vida. Los jóvenes se matan por romanticismo.
_MAX .- Entonces, se matan por amar demasiado la vida. Es una lástima la obcecación de Claudinita. Con cuatro perras de carbón, podíamos hacer el viaje eterno.
_MADAMA COLLET.- No desesperes. Otra puerta se abrirá.
_MAX .- ¿:En qué redacción me admiten ciego?
_MADAMA COLLET.- Escribes una novela.
_MAX .- Y no hallo editor.
_MADAMA COLLET.- ¡Oh! No te pongas a gatas, Max. Todos reconocen tu talento.
_MAX .- ¡Estoy olvidado! Léeme la carta del Buey Apis.
_MADAMA COLLET.- No tomes ese caso por ejemplo.
_MAX .- Lee.
_MADAMA COLLET .- Es un infierno de letra.
_MAX .- Lee despacio.
MADAMA COLLET, el gesto abatido y resignado, deletrea en voz baja la carta. Se oye fuera una escoba retozona. Suena la campanilla de la escalera.
_MADAMA COLLET.- Claudinita, deja quieta la escoba y mira quién ha llamado.
_LA VOZ DE CLAUDINITA.- Siempre será Don Latino.
_MADAMA COLLET.- ¡Válgame Dios!
_LA VOZ DE CLAUDINITA.- ¿:Le doy con la puerta en las narices?
_MADAMA COLLET.- A tu padre le distrae.
_LA VOZ DE CLAUDINITA.- ¡Ya se siente el olor del aguardiente!
MAXIMO ESTRELLA se incorpora con un gesto animoso, esparcida sobre el pecho la hermosa barba con mechones de canas. Su cabeza rizada y ciega, de un gran carácter clásico arcaico, recuerda los Hermes.
_MAX .- ¡Espera, Collet! ¡He recobrado la vista! ¡Veo! ¡Oh, cómo veo! ¡Magníficamente! ¡Está hermosa la Moncloa! ¡El único rincón francés en este páramo madrileño! ¡Hay que volver a París, Collet! ¡Hay que volver allá, Collet! ¡Hay que renovar aquellos tiempos!
_MADAMA COLLET.- Estás alucinado, Max.
_MAX .- ¡Veo, y veo magníficamente!
_MADAMA COLLET.- ¿:Pero qué ves?
_MAX .- ¡El mundo!
_MADAMA COLLET ¡A mí me ves!
_MAX .- ¡Las cosas que toco, para qué necesito verlas!
_MADAMA COLLET.- Siéntate. Voy a cerrar la ventana. Procura adormecerte.
_MAX .- ¡No puedo!
_MADAMA COLLET.- ¡Pobre cabeza!
_MAX .- ¡Estoy muerto! Otra vez de noche.
Se reclina en el respaldo del sillón. La mujer cierra la ventana y la guardilla queda en una penumbra rayada de sol poniente. El ciego se adormece y la mujer, sombra triste, se sienta en una silleta, haciendo pliegues a la carta del Buey Apis. Una mano cautelosa empuja la puerta, que se abre con largo chirrido. Entra un vejete asmático, quepis, anteojos, un perrillo y una cartera con revistas ilustradas. Es DON LATINO DE HISPALIS. Detrás, despeinada, en chancletas, la falda pingona, aparece una mozuela: CLAUDINITA.
_DON LATINO.- ¿:Cómo están los ánimos del genio?
_CLAUDINITA.- Esperando los cuartos de unos libros que se halle vivales para vender.
_DON LATINO.- ¿:Niña, no conoces otro vocabulario más escogido para referirte al compañero fraternal de tu padre, de ese hombre de que me llama hermano? ¡Qué lenguaje, Claudinita!
_MADAMA COLLET.- ¿:Trae usted el dinero, Don Latino?
_DON LATINO.- Madama Collet, la desconozco, porque siempre ha sido usted una inteligencia razonadora. Max había dispuesto noblemente de ese dinero.
_MADAMA COLLET.- ¿:Es verdad, Max? ¿:Es posible?
_DON LATINO.- ¡No le saque usted de los brazos de Morfeo!
_CLAUDINITA.- ¿:Papá, tú qué dices?
_MAX .- ¡Idos todos al diablo!
_MADAMA COLLET.- ¡Oh, querido, con tus generosidades nos has dejado sin cena!
_MAX .- Latino, eres un cínico.
_CLAUDINITA.- Don Latino, si usted no apoquina, le araño.
_DON LATINO.- Córtate las uñas, Claudinita.
_CLAUDINITA.-Le arranco los ojos.
_DON LATINO.- Claudinita!
_CLAUDINITA.- ¡Golfo!
_DON LATINO.- Max, interpón tu autoridad.
_MAX .- ¿:Qué sacaste por los libros, Latino?
_DON LATINO.- ¡Tres pesetas, Max! ¡Tres cochinas pesetas! ¡Una indignidad! ¡Un robo!
_CLAUDINITA.- ¡No haberlos dejado!
_DON LATINO.- Claudinita, en ese respecto te concedo toda la razón. han cogido de pipi. Pero aún se puede deshacer el trato.
_MADAMA COLLET.- ¡Oh, sería bien!
_DON LATINO.- Max, si te presentas ahora conmigo en la tienda de ese granuja y le armas un escándalo, le sacas hasta dos duros. Tú tienes otro empaque.
_MAX .- Habría que devolver el dinero recibido.
_DON LATINO.- Basta con hacer el ademán. Se juega de boquilla, Maestra
_MAX .- ¿:Tú crees...?
_DON LATINO.- ¡Naturalmente!
_MADAMA COLLET.- Max, no debes salir.
_MAX .- El aire me refrescará. Aquí hace un calor de horno.
_DON LATINO.- Pues en la calle corre fresco.
_MADAMA COLLET.- ¡Vas a tomarte un disgusto sin conseguir nada, Max!
_CLAUDINITA.- ¡Papá, no salgas!
_MADAMA COLLET.- Max, yo buscaré alguna cosa que empeñar.
_MAX .- No quiero tolerar ese robo. ¿:A quién le has llevado los libros, Latino?
_DON LATINO.- A Zaratustra.
_MAX .- ¡Claudina, mi palo y mi sombrero!
_CLAUDINITA.- ¿:Se los doy, mamá?
_MADAMA COLLET.- ¡Dáselos!
_DON LATINO.- Madama Collet, verá usted qué faena.
_CLAUDINITA.- ¡Golfo!
_DON LATINO.- ¡Todo en tu boca es canción, Claudinita!
MAXIMO ESTRELLA sale apoyado en el hombro de DON LATINO. MADAMA COLLET suspira apocada, - y la hija, toda nervios, comienza a quitarse las horquillas del pelo. CLAUDINITA.- ¿:Sabes cómo acaba todo esto? ¡En la taberna de Pica Lagartos!
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ESCENA SEGUNDA
La cueva de ZARATUSTRA en el Pretil de los Consejos. Primeros de libros hacen escombro y cubren las paredes. Empapelan los cuatro vidrios de una puerta cuatro cromos espeluznantes de un novelón por entregas. En la cueva hacen tertulia el gato, el loro, el can y el librero. ZARATUSTRA. abichado y giboso -la cara de tocino rancio Y la bufanda de verde serpiente - promueve, con su caracterización de fantoche, una aguda y dolorosa disonancia muy emotiva y muy moderna. Encogido en el roto pelote de una silla enana, con los pies entrapados y cepones en la tarima del brasero, guarda la tienda. Un ratón saca el hocico intrigante por un agujero.
_ZARATUSTRA.- ¡No pienses que no te veo, ladrón!
_EL GATO.- ¡Fu! ¡Fu! ¡Fu!
_EL CAN.- ¡Guau!
_EL LORO.- ¡Viva España!
Están en la puerta MAX ESTRELLA y DON LATINO DE HISPALIS. El poeta saca el brazo por entre los pliegues de su capa y lo alza majestuoso, en un ritmo con su clásica cabeza ciega.
_MAX .- ¡Mal Polonia recibe a un extranjero!
_ZARATUSTRA.- ¿:Qué se ofrece?
_MAX .- Saludarte y decirte que tus tratos no me convienen.
_ZARATUSTRA.- Yo nada he tratado con usted.
_MAX .- Cierto. Pero has tratado con mi intendente, Don Latino de Hispalis.
_ZARATUSTRA.- ¿:Y ese sujeto de qué se queja? ¿:Era mala la moneda?
DON LATINO interviene con ese matiz del perro cobarde, que da su ladrido entre las piernas del dueño.
_DON LATINO.- El maestro no está conforme con la tasa y deshace el trato.
_ZARATUSTRA.- El trato no puede deshacerse. Un momento antes que hubieran llegado... Pero ahora es imposible: Todo el atadijo conforme estaba, acabo de venderlo ganando dos perras. Salir el comprador, y entrar ustedes.
El librero, al tiempo que habla, recoge el atadijo que aún está encima del mostrador y penetra en la lóbrega trastienda, cambiando una seña con DON LATINO. Reaparece.
_DON LATINO.- Hemos perdido el viaje, Este zorro sabe más que nosotros. Maestro.
_MAX .- Zaratustra, eres un bandido.
_ZARATUSTRA.- Esas, Don Max, no son apreciaciones convenientes.
_MAX .- Voy a romperte la cabeza.
_ZARATUSTRA.- Don Max, respete usted sus laureles.
_MAX .- ¡Majadero!
Ha entrado en la cueva un hombre alto, flaco, tostado del sol. Viste un traje de antiguo voluntario cubano, calza alpargates abiertos de caminante y se cubre con una gorra inglesa. Es el extraño DON PEREGRINO GAY, que ha escrito la crónica de su vida andariega en un rancio y animado castellano, trastocándose el nombre en DON GAY PEREGRINO.-Sin pasar de la puerta, saluda jovial y circunspecto.
_DON GAY.- ¡Salutem plurimam!
_ZARATUSTRA.- ¿:Cómo le ha ido por esos mundos, Don Gay?
_DON GAY.- Tan guapamente.
_DON LATINO.- ¿:Por dónde has andado?
_DON GAY.- De Londres vengo.
_MAX .- ¿:Y viene usted de tan lejos a que lo desuelle Zaratustra?
_DON GAY.- Zaratustra es un buen amigo.
_ZARATUSTRA.- ¿:Ha podido usted hacer el trabajo que deseaba?
_DON GAY.- Cumplidamente. Ilustres amigos, en dos meses me he copiado en la Biblioteca Real, el único ejemplar existente del Palmerin de Constantinopla.
_MAX .- ¿:Pero, ciertamente, viene usted de Londres?
_DON GAY.- Allí estuve dos meses.
_DON LATINO.- ¿:Cómo queda la familia Real?
_DON GAY.- No los he visto en el muelle. ¿:Maestro, usted conoce la Babilonia Londinense?
_MAX .- Sí, Don Gay.
ZARATUSTRA entra y sale en la trastienda, con una vela encendida. La palmatoria pringosa tiembla en la mano del fantoche. Camina sin ruido, con andar entrapado. La mano, calzada con mitón negro, pasea la luz por los estantes de libros. Media cara en reflejo y media en sombra. Parece que la nariz se le dobla sobre una oreja. El ¡oro ha puesto el pico bajo el ala. Un retén de polizontes pasa con un hombre maniatado. Sale alborotando el barrio un chico pelón montado en una caña, con una bandera.
_EL PELON.- ¡Vi-va-Es-pa-ña!
_El CAN.- ¡Guau! ¡Guau!
_ZARATUSTRA.- ¡Está buena España!
Ante el mostrador, los tres visitantes, reunidos Como tres pájaros en una rama, ilusionados -y tristes, divierten sus penas en un coloquio de motivos literarios. Divagan ajenos al tropel de polizontes, al viva del pelón, al gañido del perro y al comentario apesadumbrado del fantoche que los explota. Eran intelectuales sin dos pesetas.
_DON GAY.- Es preciso reconocerlo. No hay país comparable a Inglaterra. Allí el sentimiento religioso tiene tal decoro, tal dignidad que indudablemente las más honorables familias son las más religiosas. Si España alcanzase un más alto concepto religioso, se salvaba.
_MAX .- ¡Recémosle un Réquiem! Aquí los puritanos de conducta son los demagogos de la extrema izquierda. Acaso nuevos cristianos, pero todavía sin saberlo.
_DON GAY.-Señores míos, en Inglaterra me he convertido al dogma iconoclasta, al cristianismo de oraciones y cánticos, limpio de imágenes milagreras. ¡Y ver la idolatría de este pueblo!
_MAX .- España, en su concepción religiosa, es una tribu del Centro de Africa.
_DON GAY.- Maestro, tenemos que rehacer el concepto religioso en el arquetipo del Hombre-Dios. Hacer la Revolución Cristiana. con todas las exageraciones del Evangelio.
_DON LATINO.- Son más que las del compañero Lenin.
_ZARATUSTRA.- Sin religión no puede haber buena fe en el comercio.
_DON GAY.- Maestro, hay que fundar la Iglesia Española Independiente.
_MAX .- Y la Sede Vaticana, El Escorial.
_DON GAY.- ¡Magnífica Sede!
_MAX .- Berroqueña.
_DON LATINO.-Ustedes acabarán profesando en la Gran Secta Teosófica. Haciéndose iniciados de la sublime doctrina.
_MAX .- Hay que resucitar a Cristo.
_DON GAY.-He caminado por todos los caminos del mundo y he aprendido que los pueblos más grandes no se constituyeron sin una Iglesia Nacional. La creación política es ineficaz si falta una conciencia religiosa con su ética superior a las leyes que escriben los hombres.
_MAX .- Ilustre Don Gay, de acuerdo. La miseria del pueblo español, la gran miseria moral, está en su chabacana sensibilidad ante los enigmas de la vida y de la muerte. La Vida es un magro puchero: La Muerte, una carantoña ensabanada que enseña los dientes: El Infierno, un calderón de aceite albando donde los pecadores se achicharran como boquerones: El Cielo, una kermés sin obscenidades a donde, con permiso del párroco, pueden asistir las Hijas de María. Este pueblo miserable transforma todos los grandes conceptos en un cuento de beatas costureras. Su religión es una chochez de viejas que disecan al gato cuando se les muere.
_ZARATUSTRA.- Don Gay, y qué nos cuenta usted de esos marimachos que llaman sufragistas.
_DON GAY.- Que no todas son marimachos. ¿:Ilustres amigos, saben ustedes cuánto me costaba la vida en Londres? Tres peniques, una equivalencia de cuatro perras. Y estaba muy bien, mejor que aquí en una casa de tres pesetas.
_DON LATINO.- Max, vámonos a morir a Inglaterra. Apúnteme usted las señas de ese Gran Hotel, Don Gay.
_DON GAY.- Snt James Squart. ¿:No caen ustedes? El Asilo de Reina Elisabeth. Muy decente. Ya digo, mejor que aquí una casa de tres pesetas. Por la mañana té con leche, pan untado de mantequilla. El azúcar algo escaso. Después, en la comida, un potaje de carne. Alguna vez arenques. Queso, té... Yo solía pedir un boc de cerveza, y me costaba diez céntimos. Todo muy limpio. Jabón y agua caliente para lavatorios, sin tasa.
_ZARATUSTRA.- Es verdad que se lavan mucho los ingleses. Lo tengo advertido. Por aquí entran algunos, y se les ve muy refregados. Gente de otros países, que no siente el frío, como nosotros los naturales de España
_DON LATINO.- Lo dicho. Me traslado a Inglaterra. ¿:Don Gay, cómo no te has quedado tú en ese Paraíso?
_DON GAY.- Porque soy reumático y me hace falta el sol de España.
_ZARATUSTRA.- Nuestro sol es la envidia de los extranjeros.
_MAX .- ¿:Qué sería de este corral nublado? ¿:Qué seríamos los españoles? Acaso más tristes y menos coléricos... Quizá un poco más tontos... Aunque no lo creo.
Asoma la chica de una portera, trenza en perico, caídas calcetas, cara de hambre.
_LA CHICA .- ¿:Ha salido esta semana entrega del Hijo de la Difunta?
_ZARATUSTRA.- Se está repartiendo.
_LA CHICA.- ¿:Sabe usted si al fin se casa Alfredo?
_DON GAY.- ¿:Tú qué deseas, pimpollo?
_LA CHICA.- A mí, plin. Es Doña Loreta la del coronel quien lo pregunta.
_ZARATUSTRA.- Niña, dile a esa señora que es un secreto lo que hacen los personajes de las novelas. Sobre todo en punto de muertes y casamientos.
_MAX .- Zaratustra, ándate con cuidado, que te lo van a preguntar de Real Orden.
_ZARATUSTRA.-Estaría bueno que se divulgase el misterio. Pues no habría novela.
Escapa LA CHICA salvando los charcos con sus patas de caña. EL PEREGRINO ILUSIONADO en un rincón conferencia con ZARATUSTRA. MAXIMO ESTRELLA y DON LATINO se orientan a la Taberna de PICA LAGARTOS, que tiene su clásico laurel en la calle de la Montera.
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ESCENA TERCERA
La Taberna de PICA LAGARTOS: Luz de acetileno: Mostrador de cinc: Zaguán oscuro con mesas y banquillos: Jugadores de mus: Borrosos diálogos. MAXIMO ESTRELLA y DON LATINO DE HISPALIS, sombras en las sombras de un rincón, se regalan con sendos quinces de morapio.
_EL CHICO DE LA TABERNA.- Don Max, ha venido buscándole la Marquesa del Tango. UN BORRACHO.- ¡Miau!
_MAX .- No conozco a esa dama.
_EL CHICO DE LA TABERNA.- Enriqueta la Pisa Bien.
_DON LATINO.- ¿:Y desde cuándo titula esa golfa?
_EL CHICO DE LA TABERNA.- Desque heredó del finado difunto de su papá, que entodavía vive.
_DON LATINO.- ¡Mala sombra!
_MAX .- ¿:Ha dicho si volvería?
_EL CHICO DE LA TABERNA.- Entró, miró, preguntó y se fue rebotada, torciendo la gaita. ¡Ya la tiene usted en la puerta!
Enriqueta LA PISA BIEN, una mozuela golfa, revenida de un ojo, periodista y florista, levantaba el cortinillo de verde sarga, sobre su endrina cabeza, adornada de peines gitanos.
_LA PISA BIEN.- ¡La vara de nardos! ¡La vara de nardos! Don Max, traigo para usted un memorial de mi mamá: Está enferma y necesita la luz del décimo que le ha fiado.
_MAX .- Le devuelves el décimo y le dices que se vaya al infierno.
_LA PISA BIEN.-De su parte, caballero. ¿:Manda usted algo más?
El ciego saca una vieja cartera, y tanteando los papeles con aire vago, extrae el décimo de la lotería y lo arroja sobre la mesa: Queda abierto entre los vasos de vino, mostrando el número bajo el parpadeo azul del acetileno, LA PISA BIEN se apresura a echarle la zarpa.
_DON LATINO.- ¡Ese número sale premiado!
_LA PISA BIEN.- Don Max desprecia el dinero.
_EL CHICO DE LA TABERNA.- No le deje usted irse, Don Max.
_MAX .- Niño, yo hago lo que me da la gana. Pídele para mí la petaca al amo.
_EL CHICO DE LA TABERNA.- Don Max, es un capicúa de sietes y cincos.
_LA PISA BIEN.- ¡Que tiene premio, no falla! Pero es menester apoquinar tres melopeas, y este caballero está afónico. Caballero, me retiro saludándole. Si quiere usted un nardo, se lo regalo.
_MAX .- Estáte ahí.
_LA PISA BIEN.- Me espera un cabrito viudo.
_IVIAX.- Que se aguante. Niño, ve a colgarme la capa.
_LA PISA BIEN.- Por esa pañosa no dan ni los buenos días. Pídale usted las tres beatas a Pica Lagartos.
_EL CHICO DE LA TABERNA.- Si usted le da coba, las tiene en la mano. Dice que es usted segundo Castelar.
_MAX .- Dobla la capa y ahueca.
_EL CHICO DE LA TABERNA.- ¿:Qué pido?
_MAX .- Toma lo que quieran darte.
_LA PISA BIEN.-¡Si no la reciben!
_DON LATINO.-Calla, mala sombra.
_MAX .- Niño, huye veloz.
_EL CHICO DE LA TABERNA Como la corza herida, Don Max.
_MAX .- Eres un clásico.
_LA PISA BIEN.- Si no te admiten la prenda, dices que es de un poeta.
_DON LATINO.- El primer poeta de España.
_EL BORRACHO.- ¡Cráneo previlegiado!
_MAX .- Yo nunca tuve talento. ¡He vivido siempre de un modo absurdo!
_DON LATINO.-No has tenido el talento de saber vivir.
_MAX .- Mañana me muero y mi mujer y su hija se quedan haciendo cruces en la boca.
Tosió cavernoso, con las barbas estremecidas, y en los ojos ciegos un vidriado triste, de alcohol y de fiebre.
_DON LATINO .-No has debido quedarte sin capa.
_LA PISA BIEN.- Y ese trasto ya no parece. Siquiera, convide usted, Don Max.
_MAX .- Tome usted lo que guste, Marquesa.
_LA PISA BIEN.- Una copa de Rute.
_DON LATINO.- Es la bebida elegante.
_LA PISA BIEN.- ¡Ay! Don Latino, por algo es una la morganática del Rey de Portugal. Don Max, no puedo detenerme, que mi esposo me hace señas desde la acera.
_MAX .- Invítale a pasar.
Un golfo largo y astroso, que vende periódicos, ríe asomado a la puerta y, como perro que se espulga, se sacude con jaleo de hombros, la cara en una gran risa de viruelas. Es EL REY DE PORTUGAL, que hace las bellaquerías con Enriqueta LA PISA BIEN, Marquesa del Tango.
_LA PISA BIEN.- ¡Pasa, Manolo!
_EL REY DE PORTUGAL.- Sal tú fuera.
_LA PISA BIEN.- ¿:Es qué temes perder la corona? ¡Entra de incógnito, so pelma!
_EL REY DE PORTUGAL.- Enriqueta, a ver si te despeino.
_LA PISA BIEN.- ¡Filfa!
_EL REY DE PORTUGAL.- ¡Consideren ustedes que me llama Rey de Portugal para significar que no valgo un chavo! Argumentos de esta golfa desde que fue a Lisboa y se ha enterado de] valor de la moneda. Yo, para servir a ustedes, soy Gorito y no está medio bien que mi morganática me señale por el alias.
_LA PISA BIEN.- ¡Calla, chalado!
_EL REY DE PORTUGAI.- ¿:Te caminas?
_LA PISA BIEN.- Aguarda que me beba una copa de Rute. Don Max me la paga.
_EL REY DE PORTUGAL.- ¿:Y qué tienes que ver con ese poeta?
_LA PISA BIEN.- Colaboramos.
_EL REY DE PORTUGAL.- Pues despacha.
_LA PISA BIEN.- En cuanto me la mida Pica Lagartos.
_PICA LAGARTOS.- ¿:Qué has dicho tú, so golfa?
_LA PISA BIEN.- ¡Perdona, rico!
_PICA LAGARTOS.- Venancio me llamo.
_LA PISA BIEN.- ¡Tienes un nombre de novela! Anda, mídeme una copa de Rute, y dale a mi esposo un vaso de agua, que está muy acalorado.
_MAX .- Venancio, no vuelvas a compararme con Castelar. ¡Castelar era un idiota! Dame otro quince.
_DON LATINO.- Me adhiero a lo del quince y a lo de Castelar.
_PICA LAGARTOS.- Son ustedes unos doctrinarios. Castelar representa una gloria nacional de España. Ustedes acaso no sepan que mi padre lo sacaba diputado.
_LA PISA BIEN.- ¡Hay que ver!
_PICA LAGARTOS.- Mi padre era el barbero de Don Manuel Carno. ¡Una gloria nacional de Huesca!
_EL BORRACHO.- ¡Cráneo previlegiado!
_PICA LAGARTOS.- Cállate la boca, Zacarías.
_EL BORRACHO.- ¿:Acaso falto?
_PICA LAGARTOS.- ¡Pudieras!
_EL BORRACHO.- Tiene mucha educación servidorcito.
_LA PISA BIEN.- ¡Como que ha salido usted del Colegio de los Escolapios! ¡Se educó usted con mi papá!
_EL BORRACHO.- ¿:Quién es tu papá?
_LA PISA BIEN.- Un diputado.
_EL BORRACHO.- Yo he recibido educación en el extranjero.
_LA PISA BIEN.- ¿:Viaja usted de incógnito? ¿:Por un casual, será usted Don Jaime?
_EL BORRACHO.- ¡Me has sacado por la fotografía!
_LA PISA BIEN.- ¡Naturaca! ¿:Y va usted sin una flor en la solapa?
_EL BORRACHO.- Ven tú a ponérmela.
_LA PISA BIEN.- Se la pongo a usted y le obsequio con ella.
_EL REY DE PORTUGAL.- ¡Hay que ser caballero, Zacarías! ¡Y hay que mirarse mucho, soleche, antes de meter mano! La Enriqueta es cosa mía.
_LA PISA BIEN.- ¡Calla, bocón!
_EL REY DE PORTUGAL.- ¡Soleche, no seas tú provocativa!
_LA PISA BIEN.-No introduzcas tú la pata, pelmazo.
EL CHICO DE LA TABERNA entra con azorado sofoco, atado a la frente un pañuelo con roeles de sangre. Una ráfaga de emoción mueve caras y actitudes, todas las figuras, en su diversidad, pautan una misma norma.
_EL CHICO DE LA TABERNA.- ¡Hay carreras por ]as calles!
_EL REY DE PORTUGAL.- ¡Viva la huelga de proletarios! .- EL BORRACHO .-¡Chócala! Anoche lo hemos decidido por votación en la Casa del Pueblo.
_LA PISA BIEN.- Crispín, te alcanzó un cate!
_EL CHICO DE LA TABERNA.- ¡Un marica de la Acción Ciudadana!
_PICA LAGARTOS.- Niño, sé bien hablado! El propio republicanismo reconoce que la propiedad es sagrada. La Acción Ciudadana está integrada por patronos de todas circunstancias y por los miembros varones de sus familias. ¡Hay que saber lo que se dice!
Grupos vocingleros corren por el centro de la calle, con banderas enarboladas. Entran en la taberna obreros golfantes - blusa, bufanda y alpargata - y mujeronas encendidas, de arañada greña.
_EL REY DE PORTUGAL.-¡Enriqueta, me hierve la sangre! Si tú no sientes la política. puedes quedarte.
_LA PISA BIEN.- So pelma, yo te sigo a todas partes. ¡Enfermera Honoraria el de la Cruz Colorada!
_PICA LAGARTOS.- ¡Chico, baja el cierre! Se invita a salir al que quiera jaleo.
La florista y el coime salen empujándose, revueltos con otros parroquianos. Corren por la calle tropeles de obreros. Resuena el golpe de muchos cierres metálicos.
_EL BORRACHO.- ¡Vivan los héroes del Dos de Mayo!
_DON LATINO.- ¡Niño, qué dinero te han dado?
_EL CHICO DE LA TABERNA.- ¡Nueve pesetas!
_MAX .- Cóbrate, Venancio. ¡Y tú, trae el décimo, Marquesa!
_DON LATINO.- ¡Voló esa pájara!
_MAX .- ¡Se lleva el sueño de mi fortuna! ¿:Dónde daríamos con esa golfa?
_PICA LAGARTOS.- Esa ya no se aparta del tumulto.
_EL CHICO DE LA TABERNA.- Recala en la Modernista.
_MAX .- Latino, préstame tus ojos para buscar a la Marquesa del Tango.
_DON LATINO.-Max, dame la mano.
_EL BORRACHO.- ¡Cráneo previlegiado!
_UNA VOZ.-¡Mueran los maricas de la Acción Ciudadana! ¡Abajo los ladrones!
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ESCENA CUARTA
Noche. MAXIMO ESTRELLA y DON LATINO DE HISPALIS tambalean asidos del brazo, por una calle enarenada y solitaria. Faroles rotos, cerradas todas, ventanas y puertas. En la llama de los faroles un igual temblor verde y macilento. La luna sobre el alero de las casas, partiendo la calle por medio. De tarde en tarde, el asfalto sonoro. Un trote épico. Soldados Romanos. Sombras de Guardias. Se extingue el eco de la patrulla. La Buñolería Modernista entreabre su puerta y una banda de luz parte la acera. MAX .- y DON LATINO, borrachos lunáticos, filósofos peripatéticos, bajo la línea luminosa de los faroles, caminan y tambalean.
_MAX .- ¿:Dónde estamos?
_DON LATINO.- Esta calle no tiene letrero.
_MAX .- Yo voy pisando vidrios rotos.
_DON LATINO.- No ha hecho mala cachiza el honrado pueblo.
_MAX .- ¿:Qué rumbo consagramos?
_DON LATINO.- Déjate guiar.
_MAX .- Condúceme a casa.
_DON LATINO.-Tenemos abierta La Buñolería Modernista.
_MAX .- De rodar y beber estoy muerto.
_DON LATINO.-Un café de recuelo te integra.
_MAX .- Hace frío, Latino.
_DON LATINO.-¡Corre un cierto gris ... !
_MAX .- Préstame tu macferlán.
_DON LATINO.-¡Te ha dado el delirio poético!
_MAX .- ¡Me quedé sin capa, sin dinero y sin lotería!
_DON LATINO.-Aquí hacemos la captura de la niña Pisa Bien.
La niña PISA BIEN, despintada, pingona, marchita, se materializa bajo un farol con su pregón de golfa madrileña.
_LA PISA BIEN.-¡5775! ¡El número de la suerte! ¡Mañana sale! ¡Lo vendo! ¡Lo vendo! ¡5775!
_DON LATINO.-¡Acudes al reclamo!
_LA PISA BIEN.- Y le convido a usted a un café de recuelo.
_DON LATINO.- Gracias, preciosidad.
_LA PISA BIEN.- Y a Don Max, a lo que guste. ¡Ya nos ajuntamos los tres tristes trogloditas! Don Max, yo por usted hago la jarra, y muy honrada.
_MAX .- Dame el décimo y vete al Infierno.
_LA PISA BIEN.- Don Max, por adelantado decláreme usted en secreto si cameló las tres beatas y si las lleva en el portamonedas.
_MAX .- ¡Pareces hermana de Romanones!
_LA PISA BIEN.- ¡Quién tuviera los miles de ese pirante!
_DON LATINO.- Con sólo la renta de un día, yo me contentaba!
_MAX .- La Revolución es aquí tan fatal como en Rusia.
_DON LATINO.-¡Nos moriremos sin verla!
_MAX .- Pues viviremos muy poco.
_LA PISA BIEN.- ¿:Ustedes bajaron hasta la Cibeles? Allí ha sido la faena entre los manifestantes y los Polis Honorarios. A alguno le hemos dado mulé.
_DON LATINO.- Todos los amarillos debían ser arrastrados.
_LA PISA BIEN.- ¡Conforme! Y aquel momento que usted no tenga ocupaciones urgentes, nos ponemos a ello, Don Latino.
_MAX .- Dame ese capicúa, Enriqueta.
_LA PISA BIEN.- Venga el parné y tenga usted su suerte.
_MAX .- La propina, cuando cobre el premio.
_LA PISA BIEN.- ¡No mira eso la Enriqueta!
La Buñolería entreabre su puerta y del antro apestoso de aceite van saliendo deshilados, uno a uno, en fila india, los Epígonos del Parnaso Modernista: RAFAEL DE LOS VELEZ. DORIO DE GADEX, Lucio VERO, MINGUEZ, GALVEZ, CLARINITO y PEREZ.-Unos son largos, tristes y flacos, otros vivaces, chaparros y carillenos. DORIO DE GADEX, jovial como un trasgo, irónico como un ateniense, ceceoso como un cañí, mima su saludo versallesco y grotesco.
_ORIO DE GADEX.- ¡Padre y Maestro Mágico, salud!
_MAX .- ¡Salud, Don Dorio!
_DORIO DE GADEX.-¡Maestro, usted no ha temido el rebuzno libertario del honrado pueblo!
_MAX .- ¡El épico rugido del mar! ¡Yo me siento pueblo!
_ORIO DE GADEX.- ¡Yo, no!
_MAX .- ¡Porque eres un botarate!
_ORIO DE GADEX.- ¡Maestro, pongámonos el traje de luces de la cortesía! ¡Maestro, usted tampoco se siente pueblo! Usted es un poeta, y los poetas somos aristocracia. Como dice lbsen, las multitudes y las montañas se unen siempre por la base.
_MAX .- ¡No me aburras con lbsen!
_PEREZ.- ¿:Se ha hecho usted crítico de teatros, Don Max?
_ORIO DE GADEX.- ¡Calla, Pérez!
_DON LATINO.- Aquí sólo hablan los genios.
_MAX .- Yo me siento pueblo. Yo había nacido para ser tribuno de la plebe y me acanallé perpetrando traducciones y haciendo versos. ¡Eso sí, mejores que los hacéis los modernistas!
_ORIO DE GADEX.- Maestro, preséntese usted a un sillón de la Academia.
_MAX .- No lo digas en burla, idiota. ¡Me sobran méritos! Pero esa prensa miserable me boicotea. Odian mi rebeldía y odian mi talento. Para medrar hay que ser agradador de todos los Segismundos. ¡El Buey Apis me despide como a un criado! ¡La Academia me ignora! ¡Y soy el primer poeta de España l. ¡El primero! ¡El primero! ¡Y ayuno! ¡Y no me humillo pidiendo limosna! ¡Y no me parte un rayo! ¡Yo soy el verdadero inmortal, y no esos cabrones del cotarro académico! ¡Muera Maura!
_Los MODERNISTAS.- ¡Muera! ¡Muera! ¡Muera!
_CLARINITO.- Maestro, nosotros los jóvenes impondremos la candidatura de usted para un sillón de la Academia.
_ORIO DE GADEX.- Precisamente ahora está vacante el sillón de Don Benito el Garbancero.
_MAX .- Nombrarán al Sargento Basallo.
_DORIO DE GADEX.-¿:Maestro, usted conoce los Nuevos Gozos del Enano de la Venta? ¡Un Jefe de Obra! Ayer de madrugada los cantarnos en la Puerta del Sol. ¡El éxito de la temporada!
_CLARINITO.- ¡Con decir que salió el retén de Gobernación!
_LA PISA BIEN.- ¡Ni Rafael el Gallo!
_DON LATINO.- Deben ustedes ofrecerle una audición al Maestro.
_ORIO DE GADEX.- Don Latino, ni una palabra más.
_PEREZ.- Usted cantará con nosotros, Don Latino.
_DON LATINO.- Yo doy una nota más baja que el cerdo.
_ORIO DE GADEX.- Usted es un clásico.
_DON LATINO.- ¿:Y qué hace un clásico en el tropel de ruiseñores modernistas? ¡Niños, a ello!
_DORIO DE GADEX, feo, burlesco y chepudo, abre los brazos, que son como alones sin plumas en el claro lunero.
_DORIO DE GADEX El Enano de la Venta.
_CORO DE MODERNISTAS.-¡Cuenta! ¡Cuenta! ¡Cuenta!
_ORIO DE GADEX.- Con bravatas de valiente.
_CORO DE MODERNISTAS ¡Miente! ¡Miente! ¡Miente!
_DORIO DE GADEX .- Quiere gobernar la Harca.
_CORO DE MODERNISTAS.- ¡Charca! ¡Charca! ¡Charca!
_ORIO DE GADEX.- Y es un Tartufo Malsín.
_CORO DE MODERNISTAS.-¡Sin! ¡Sin! ¡Sin!
_ORIO DE GADEX.- Sin un adarme de seso.
_CORO DE MODERNISTAS.- ¡ ¡Eso! ¡Eso!
_ORIO DE GADEX.- Pues tiene hueca la bola.
_CORO DE MODERNISTAS.- ¡Chola! ¡Chola! ¡Chola!
_ORIO DE GADEX.- Pues tiene la chola hueca.
_CORO DE MODERNISTAS.-¡Eureka! ¡Eureka! ¡Eureka!
Gran interrupción. Un trote épico, y la patrulla de Soldados Romanos desemboca por una calle traviesa. Traen la luna sobre los cascos y en los charrascos. Suena un toque de atención y se cierra con golpe pronto la puerta de la Buñoleria. PITITO, capitán de los équites municipales, se levanta sobre los estribos.
_EL CAPITAN PITITO.- ¡Mentira parece que sean ustedes intelectuales y que promuevan estos escándalos! ¿:Qué dejan ustedes para los analfabetos?
_MAX .- ¡Eureka! ¡Eureka! ¡Eureka! ¡Pico de Oro! En griego, para mayor claridad, Crisóstomo. ¡Señor Centurión, usted hablará el griego en sus cuatro dialectos!
_EL CAPITAN PITITO.- ¡Por borrachín, a la Delega!
_MAX .- Y más chulo que un ocho. ¡Señor Centurión, yo también chanclo el sermo vulgaris!
_EL CAPITAN PITITO.- ¡Serenocio ... ! ¡Serenocio...!
_EL SERENO.- ¡Vaaa ... !
_EL CAPITAN PITITO.- ¡Encárguese usted de este curda!
Llega EL SERENO meciendo a compás el farol y el chuzo. Jadeos y vahos de aguardiente. EL CAPITAN PITITO revuelve el caballo: Vuelan chispas de las herraduras. Resuena el trote sonoro de la patrulla que se aleja.
_EL CAPITAN PITITO.- ¡Me responde usted de ese hombre, Sereno!
_EL SERENO.-¿:Habrá que darle amoníaco?
_EL CAPITAN PITITO.- Habrá que darle para el pelo.
_EL SERENO.- ¡Está bien!
_DON LATINO.- Max, convídale a una copa. Hay que domesticar a este troglodita asturiano.
_MAX .- Estoy apré.
_DON LATINO.- ¿:No te queda nada?
_MAX .- ¡Ni una perra!
_EL SERENO.- Camine usted.
_MAX .- Soy ciego.
_EL SERENO.- ¿:Quiere usted que un servidor le vuelva la vista?
_MAX .- ¿:Eres Santa Lucía?
_EL SERENO.- ¡Soy autoridad!
_MAX .- No es lo mismo.
_EL SERENO.- Pudiera serlo. Camine usted.
_MAX .- Ya he dicho que soy ciego.
_EL SERENO.- Usted es un anárquico y estos sujetos de las melenas: ¡Viento! ¡Viento! ¡Viento! ¡Mucho viento!
_DON LATINO.- ¡Una galema!
_EL SERENO.- ¡Atrás!
_VOCES DE LOS MODERNISTAS.- ¡Acompañamos al Maestro! ¡Acompañamos al Maestro!
_UN VECINO.- ¡Pepeee! ¡Pepeee!
_EL SERENO.- ¡Vaaa! Retírense ustedes sin manifestación.
Golpea con el chuzo en la puerta de la Buñolería. Asoma el buñolero, un hombre gordo con delantal blanco: Se informa, se retira musitando y a poco salen adormilados, ciñéndose el correaje dos Guardias Municipales.
_UN GUARDIA.- ¿:Qué hay?
_EL SERENO.- Este punto para la Delega.
_EL OTRO GUARDIA.- Nosotros vamos al relevo. Lo entregaremos en Gobernación.
_EL SERENO.- Donde la duerma.
_EL VECINO.- ¡Pepeee! ¡Pepeee! EL SERENO.-¡Otro curda! -¡ Vaaa! - Sus lo entrego.
_LOS Dos GUARDIAS.- Ustedes, caballeros, retírense.
_ORIO DE GADEX.- Acompañamos al Maestro.
_UN GUARDIA.- ¡Ni que se llamase este curda Don Mariano de Cavia! ¡Ese sí que es cabeza! ¡Y cuanto más curda, mejor lo saca!
_EL OTRO GUARDIA.-¡Por veces también se pone pelma!
_DON LATINO.- ¡Y faltón!
_UN GUARDIA.- ¿:Usted, por lo que habla, le conoce?
_DON LATINO.- Y le tuteo.
_EL OTRO GUARDIA.- ¿:Son ustedes periodistas?
_DORIO DE GADEX.-¡Lagarto! ¡Lagarto!
_LA PISA BIEN.- Son banqueros.
_UN GUARDIA.- Si quieren acompañar a su amigo, no se oponen las leyes y hasta lo permiten, pero deberán guardar moderación ustedes. Yo respeto mucho el talento.
_EL OTRO GUARDIA.- Caminemos.
_MAX .- Latino, dame la mano. ¡Señores guardias, ustedes me perdonarán que sea ciego!
_UN GUARDIA.- Sobra tanta política.
_DON LATINO.- ¿:Qué ruta consagramos?
_UN GUARDIA.- Al Ministerio de la Gobernación.
_EL OTRO GUARDIA.- ¡Vivo! ¡Vivo!
_MAX .- ¡Muera Maura! ¡Muera el Gran Fariseo!
_CORO DE MODERNISTAS.- ¡Muera! ¡Muera! ¡Muera!
_MAX .- Muera el judío y toda su execrable parentela.
_UN GUARDIA.- ¡Basta de voces! ¡Cuidado con el poeta curda! ¡Se la está ganando, me caso en Sevilla!
_EL OTRO GUARDIA.- A este habrá que darle para el pelo. Lo cual que sería lástima, porque debe ser hombre de mérito.
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ESCENA QUINTA
Zaguán en el Ministerio de la Gobernación. Estantería con legajos. Bancos al filo de la pared. Mesa con carpetas de badana mugrienta. Aire de cueva y olorfrío de tabaco rancio. Guardias soñolientos. Policías de la Secreta, hongos, garrotes, cuellos de celuloide, grandes sortijas, lunares rizosos y flamencos.-Hay un viejo chabacano - bisoñé y manguitos de percalina - que escribe y un pollo chulapón de peinado reluciente, con brisas de perfumería, que se pasea y dicta humeando un veguero. DON SERAFIN, le dicen sus obligados, y la voz de la calle SERAFIN EL BONITO.-Leve tumulto. Dando voces, la cabeza desnuda, humorista y lunático, irrumpe MAX ESTRELLA.-DON LATINO le guía por la manga, implorante y suspirante. Detrás asoman los cascos de los Guardias. Y en el corredor se agrupan, bajo la luz de una candileja, pipas, chalinas y melenas del modernismo.
_MAX .- ¡Traigo detenida una pareja de guindillas! Estaban emborrachándose en una tasca y los hice salir a darme escolta.
_SERAFIN EL BONITO.- Corrección, señor mío.
_MAX .- No falto a ella, señor Delegado.
_SERAFIN EL BONITO.- Inspector.
_MAX .- Todo es uno y lo mismo.
_SERAFIN EL BONITO.- ,-Cómo se llama usted?
_MAX .- Mi nombre es Máximo Estrella. Mi seudónimo Mala Estrella. Tengo el honor de no ser Académico.
_SERAFIN EL BONITO.- Está usted propasándose. ¿:Guardias, por qué viene detenido?
_UN GUARDIA.- Por escándalo en la vía pública y gritos internacionales. ¡Está algo briago!
_SERAFIN EL BONITO.- ¿:Su profesión?
_MAX .- Cesante.
_SERAFIN EL BONITO.- ¿:En qué oficina ha servido usted?
_MAX .- En ninguna.
_SERAFIN EL BONITO.- ¿:No ha dicho usted que cesante
_MAX .- Cesante de hombre libre y pájaro cantor. ¿:No me veo vejado, vilipendiado, encarcelado, cacheado e interrogado?
_SERAFIN EL BONITO.- ¿:Dónde vive usted?
_MAX .- Bastardillos. Esquina a San Cosme. Palacio.
_UN GUINDILLA.- Diga usted casa de vecinos. Mi señora, cuando aún no lo era, habitó un sotabanco de esa susodicha finca.
_MAX .- Donde yo vivo, siempre es un palacio.
_EL GUINDILLA.- No lo sabía.
_MAX .- Porque tú, gusano burocrático, no sabes nada. ¡Ni soñar!
_SERAFIN EL BONITO.- ¡Queda usted detenido!
_MAX .- ¡Bueno! ¿:Latino, hay algún banco donde pueda echarme a dormir?
_SERAFIN EL BONITO.- Aquí no se viene a dormir.
_MAX .- ¡Pues yo tengo sueño!
_SERAFIN EL BONITO.-¡Está usted desacatando mi autoridad! ¿:Sabe usted quién soy yo?
_MAX .- ¡Serafín el Bonito!
_SERAFIN EL BONITO.-¡Como usted repita esa gracia, de una bofetada, le doblo!
_MAX .- ¡Ya se guardará usted del intento! ¡Soy el primer poeta de España! ¡Tengo influencia en todos los periódicos! ¡Conozco al Ministro! ¡Hemos sido compañeros!
_SERAFIN EL BONITO.-El Señor Ministro no es un golfo.
_MAX .- Usted desconoce la Historia Moderna.
_SERAFIN EL BONITO.-¡En mi presencia no se ofende a Don Paco! Eso no lo tolero. ¡Sepa usted que Don Paco es mi padre!
_MAX .- No lo creo. Permítame usted que se lo pregunte por teléfono.
_SERAFIN EL BONITO.-Se lo va usted a preguntar desde el calabozo.
_DON LATINO.- ¡Señor Inspector, tenga usted alguna consideración! ¡Se trata de una gloria nacional! ¡El Víctor Hugo de España!
_SERAMN EL BONITO.- Cállese usted.
_DON LATINO.- Perdone usted mi entrometimiento.
_SERMN EL BONITO.- ¡Si usted quiere acompañarle, también hay para usted alojamiento!
_DON LATINO.- ¡Gracias, Señor Inspector!
_SERAFIN EL BONITO.- Guardias, conduzcan ustedes ese curda al Número 2.
_UN GUARDIA.- ¡Camine usted!
_MAX .- No quiero.
_SERAFIN EL BONITO.-Llévenle ustedes a rastras.
_OTRO GUARDIA.-¡So golfo!
_MAX .- ¡Que me asesinan! ¡Que me asesinan!
_UNA VOZ MODERNISTA.-¡Bárbaros!
_DON LATINO.- ¡Que es una gloria nacional!
_SERAFIN EL BONITO.- Aquí no se protesta. Retírense ustedes.
_OTRA VOZ MODERNISTA.- ¡Viva la Inquisición!
_SERAFIN EL BONITO.- ¡Silencio, o todos quedan detenidos!
_MAX .- i Que me asesinan! ¡Queme asesinan!
_Los GUARDIAS.-¡Borracho! ¡Golfo!
_EL GRUPO MODERNISTA.- ¡Hay que visitar las Redacciones!
Sale en tropel el grupo. -Chalinas flotantes, pipas apagadas, románticas greñas. Se oyen estallar las bofetadas y las voces tras la puerta del calabozo.
_SERAFIN EL BONITO.-¡Creerán esos niños modernistas que aquí se reparten caramelos!
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ESCENA SEXTA
El calabozo. Sótano mal alumbrado por una candileja. En la sombra, se mueve el bulto de un hombre.-Blusa, tapabocas y alpargatas -. Pasea hablando solo. Repentinamente se abre la puerta. MAX ESTRELLA, empujado y trompicando, rueda al fondo del calabozo. Se cierra de golpe la puerta.
_MAX .- ¡Canallas! ¡Asalariados! ¡Cobardes!
_VOZ FUERA.-¡Aún vas a llevar mancuerda!
_MAX .- Esbirro!
Sale de la tiniebla el bulto del hombre morador del calabozo. Bajo la luz se le ve esposado, con la cara llena de sangre.
_EL PRESO.-¡Buenas noches!
_MAX .- ¿:,No estoy solo?
_EL PRESO.-Así parece.
_MAX .- ¿:Quién eres, compañero?
_EL PRESO.-Un paria.
_MAX .- ¿:Catalán?
_EL PRESO.- De todas partes.
_MAX .- ¡Paria!... Solamente los obreros catalanes aguijan su rebeldía con ese denigrante epíteto. Paria, en bocas como la tuya, es una espuela. Pronto llegará vuestra hora.
_EL PRESO.- Tiene usted luces que no todos tienen. Barcelona alimenta una hoguera de odio, soy obrero barcelonés y a orgullo lo tengo.
_MAX .- ¿:Eres anarquista?
_EL PRESO.- Soy lo que me han hecho las Leyes.
_MAX .- Pertenecemos a la misma Iglesia.
_EL PRESO.- Usted lleva chalina.
_MAX .- ¡El dogal de la más horrible servidumbre! Me lo arrancaré, para que hablemos.
_EL PRESO.- Usted no es proletario.
_MAX .- Yo soy el dolor de un mal sueño.
_EL PRESO.- Parece usted hombre de luces. Su hablar es como de otros tiempos.
_MAX .- Yo soy un poeta ciego.
_EL PRESO.- ¡No es pequeña desgracia...! En España el trabajo y la inteligencia siempre se han visto menospreciados. Aquí todo lo manda el dinero.
_MAX .- Hay que establecer la guillotina eléctrica en la Puerta del Sol.
_EL PRESO.- No basta. El ideal revolucionario tiene que ser la destrucción de la riqueza, como en Rusia. No es suficiente la degollación de todos los ricos: Siempre aparecerá un heredero, y aun cuando se suprima la herencia, no podrá evitarse que los despojados conspiren para recobrarla. Hay que hacer imposible el orden anterior, y eso sólo se consigue destruyendo la riqueza. Barcelona industrial tiene que hundirse para renacer de sus escombros con otro concepto de la propiedad y del trabajo. En Europa, el patrono de más negra entraña es el catalán, y no digo del mundo porque existen las Colonias Españolas de América. ¡Barcelona solamente se salva pereciendo!
_MAX .- ¡Barcelona es cara a mi corazón!
_EL PRESO.- ¡Yo también la recuerdo!
_MAX .- Yo le debo los únicos goces en la lobreguez de mi ceguera. Todos los días un patrono muerto, algunas veces, dos... Eso consuela.
_EL PRESO.- No cuenta usted los obreros que caen.
_MAX .- Los obreros se reproducen populosamente, de un modo comparable a las moscas. En cambio los patronos, como los elefantes, como todas las bestias poderosas y prehistóricas, procrean lentamente. Saulo, hay que difundir por el mundo la religión nueva.
_EL PRESO.- Mi nombre es Mateo.
_MAX .- Yo te bautizo Saulo. Soy poeta y tengo el derecho al alfabeto. Escucha para cuando seas libre, Saulo: Una buena cacería puede encarecer la piel de patrono catalán por encima del marfil de Calcuta.
_EL PRESO.- En ello laboramos.
_MAX .- Y en último consuelo, aun cabe pensar que exterminando al proletario, también se extermina al patrón.
_EL PRESO.-Acabando con la ciudad, acabaremos con el judaísmo barcelonés.
_MAX .- No me opongo. Barcelona semita sea destruida, como Cartago y Jerusalén. ¡Alea ¡acta est! Dame la mano.
_EL PRESO.- Estoy esposado.
_MAX .- ¿:Eres joven? No puedo verte.
_El, PRESO.-Soy joven: Treinta años.
_MAX .- ¿:De qué te acusan?
_EL PRESO.-Es cuento largo. Soy tachado de rebelde... No quise dejar el telar por ir a la guerra y levanté un motín en la fábrica. Me denunció el patrón, cumplí condena, recorrí el mundo buscando trabajo, y ahora voy por tránsitos, reclamado de no sé qué jueces. Conozco la suerte que me espera: Cuatro tiros por intento de fuga. Bueno. Si no es más que eso.
_MAX .- ¿:Pues qué temes?
_EL PRESO.- Que se diviertan dándome tormento.
_MAX .- ¡Bárbaros!
_EL PRESO.-Hay que conocerlos.
_MAX .- Canallas. ¡Y esos son los que protestan de la leyenda negra!
_EL PRESO.-Por siete pesetas, al cruzar un lugar solitario, me sacarán la vida los que tienen a su cargo la defensa del pueblo. ¡Y a esto llaman justicia los ricos canallas!
_MAX .- Los ricos y los pobres, la barbarie ibérica es unánime.
_EL PRESO.- ¡Todos!
_MAX .- ¡Todos! ¿:Mateo, dónde está la bomba que destripe el terrón maldito de España?
_EL PRESO.- ¡Señor poeta, que tanto adivina, no ha visto usted una mano levantada?
Se abre la puerta del calabozo y EL LLAVERO, con jactancia de rufo, ordena al preso maniatado que le acompañe.
_EL LLAVERO.- ¡Tú, catalán, disponte!
_EL PRESO.- Estoy dispuesto.
_EL LLAVERO.- Pues andando. Gachó, vas a salir en viaje de recreo.
El esposado, con resignada entereza, se acerca al ciego y le toca el hombro con la barba: Se despide hablando a media voz.
_EL PRESO.- Llegó la mía... Creo que no volveremos a vemos...
_MAX .- ¡Es horrible!
_EL PRESO.- Van a matarme... ¿:Qué dirá mañana esa Prensa canalla?
_MAX .- Lo que le manden.
_EL PRESO.- ¿:Está usted llorando?
_MAX .- De impotencia y de rabia. Abracémonos, hermano.
Se abrazan. El carcelero y el esposado salen. Vuelve a cerrarse la puerta. MAX .- ESTRELLA tantea buscando la pared, Y se sienta con las piernas cruzadas, en una actitud religiosa, de meditación asiática. Exprime un gran dolor taciturno el bulto del poeta ciego. Llega de fuera tumulto de voces y galopar de caballos.
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ESCENA SEPTIMA
La Redacción de El Popular: Sala baja con piso de baldosas: En el centro, una mesa larga y negra, rodeada de sillas vacías, que marcan los puestos, ante roídas carpetas y rimeros de cuartillas que destacan su blancura en el círculo luminoso N, verdoso de una lámpara con enagüillas. Al extremo fuma y escribe un hombre calvo, el eterno redactor del perfil triste, el gabán con flecos, los dedos de gancho Y las uñas entintadas. El hombre lógico y, mítico enciende el cigarro apagado. Se abre la mampara Y el grillo de un timbre rasga el silencio. Asonia EL CONSERJE, vejete renegado, bigotudo, tripón, parejo de aquellos bizarros coroneles que en las procesiones se caen del caballo. Un enorme parecido que extravaga.
_EL CONSERJE.- Ahí está Don Latino de Hispalis, con otros capitalistas de su cuerda. Vienen preguntando por el Señor Director. Les he dicho que solamente estaba usted en la casa. ¿:Los recibe usted, Don Filiberto?
_DON FILIBERTO.- Que pasen.
Sigue escribiendo. EL CONSERJE sale y queda batiente la verde mampara que proyecta un recuerdo de garitos N, naipes. Entra el cotarro modernista, greñas, pipas, gabanes repelados y alguna capa. El periodista calvo levanta los anteojos a la frente, requiere el cigarro y se da importancia.
_DON FILIBERTO.- ¡Caballeros y hombres buenos, adelante! ¿:Ustedes me dirán lo que desean de mí y del Journal?
_DON LATINO.- ¡Venimos a protestar contra un indigno atropello de la Policía! Max Estrella, el gran poeta, aun cuando muchos se nieguen a reconocerlo, acaba de ser detenido y maltratado brutalmente en un sótano del Ministerio de la Desgobernación.
_ORIO DE GADEX.- En España sigue reinando Carlos 11.
_DON FILIBERTO.- ¡Válgame un santo de palo! ¿:Nuestro gran poeta estaría curda?
_DON LATINO.- Una copa de más no justifica esa violación de los derechos individuales.
_DON FILIBERTO.- Max Estrella también es amigo nuestro. ¡Válgame un santo de palo! El Señor Director, cuando a esta hora falta, ya no viene... Ustedes conocen cómo se hace un periódico. ¡El Director es siempre un tirano ... ! Yo, sin consultarle, no me decido a recoger en nuestras columnas la protesta de ustedes. Desconozco la política del periódico con la Dirección de Seguridad... Y el relato de ustedes, francamente, me parece un poco exagerado.
_ORIO DE GADEX.- ¡Es pálido, Don Filiberto!
_CLARINITO.- ¡Una cobardía!
_PEREZ.- ¡Una vergüenza!
_DON LATINO.- ¡Una canallada!
_ORIO DE GADEX.- ¡En España reina siempre Felipe II!
_DON LATINO.- ¡Dorio, hijo mío, no nos anonades!
_DON FILIBERTO.- ¡Juventud! ¡Noble apasionamiento! ¡Divino tesoro, como dijo el vate de Nicaragua! ¡Juventud, divino tesoro! Yo también leo, y algunas veces admiro a los genios del modernismo. El Director bromea que estoy contagiado. ¿:Alguno de ustedes ha leído el cuento que publiqué en Los Orbes?
_CLARINITO.- ¡Yo, Don Filiberto! Leído y admirado.
_DON FILIBERTO.- ¿:Y usted, amigo Dorio?
_ORIO DE GADEX.- Yo nunca leo a mis contemporáneos, Don Filiberto.
_DON FILIBERTO.- ¡Amigo Dorio, no quiero replicarle que también ignora a los clásicos!
_ORIO DE GADEX.- A usted y a mí nos rezuma el ingenio, Don Filiberto. En el cuello del gabán llevamos las señales.
_DON FILIBERTO.- Con esa alusión a la estética de mi indumentaria, se me ha revelado usted como un joven esteta.
_ORIO DE GADEX.- ¡Es usted corrosivo, Don Filiberto!
_DON FILIBERTO.- ¡Usted me ha buscado la lengua!
_ORIO DE GADEX.- ¡A eso no llego!
_CLARINITO.- Dorio, no hagas chistes de primero de latín.
_DON FILIBERTO.- Amigo Dorio, tengo alguna costumbre de estas cañas y lanzas del ingenio. Son las justas del periodismo. No me refiero al periodismo de ahora. Con Silvela he discreteado en un banquete, cuando me premiaron en los Juegos Florales de Málaga la Bella. Narciso Díaz aún recordaba poco hace aquel torneo en una crónica de El Heraldo. Una crónica deliciosa, como todas las suyas, y reconocía que no había yo llevado la peor parte. Citaba mi definición del periodismo. ¿:Ustedes la. conocen? Se la diré, sin embargo. El periodista es el plumífero parlamentario. El Congreso es una gran redacción, y cada redacción un pequeño Congreso. El periodismo es travesura, lo mismo que la política. Son el mismo círculo en diferentes espacios. Teosóficamente podría explicárselo a ustedes, si estuviesen ustedes iniciados en la noble Doctrina del Karma.
_ORIO DE GADEX.- Nosotros no estamos iniciados, pero quien chancla algo es Don Latino.
_DON LATINO.- ¡Más que algo, niño, más que algo! Ustedes no conocen la cabalatrina de mi seudónimo: Soy Latino por las aguas del bautismo: Soy Latino por mi nacimiento en la bética Hispalis, y Latino por dar mis murgas en el Barrio Latino de París. Latino, en lectura cabalística, se resuelve en una de las palabras mágicas: Onital. Usted, Don Filiberto, también toca algo en el magismo y la cábala.
_DON FILIBERTO.- No confundamos. Eso es muy serio, Don Latino. ¡Yo soy teósofo!
_DON LATINO.- ¡Yo no sé lo que soy!
_DON FILIBERTO.- Lo creo.
_ORIO DE GADEX.- Un golfo madrileño.
_DON LATINO.- Dorio, no malgastes el ingenio, que todo se acaba. Entre amigos basta con sacar la petaca, se queda mejor. ¡Vaya dame un pito!
_ORIO DE GADEX.- No fumo.
_DON FILIBERTO.- ¡Otro vicio tendrá usted!
_ORIO DE GADEX.- Estupro criadas.
_DON FILIBERTO.- ¿:Es agradable?
_ORIO DE GADEX.- Tiene sus encantos, Don Filiberto.
_DON FILIBERTO.- ¿:Será usted padre innúmero?
_ORIO DE GADEX.- Las hago abortar.
_DON FILIBERTO.- ¡También infanticida!
_PEREZ.- Un cajón de sastre.
_ORIO DE GADEX.- ¡Pérez, no metas la pata! Don Filiberto, un servidor es neomaltusiano.
_DON FILIBERTO.- ¿:Lo pone usted en las tarjetas?
_ORIO DE GADEX.- Y tengo un anuncio luminoso en casa.
_DON LATINO.- Y así, revertiéndonos la olla vacía, los españoles nos consolamos del hambre y de los malos gobernantes.
_ORIO DE GADEX.- Y de los malos cómicos, y de las malas comedias, y del servicio de tranvías y del adoquinado.
_PEREZ.- ¡Eres un iconoclasta!
_ORIO DE GADEX.- Pérez, escucha respetuosamente y calla.
_DON FILIBERTO.- En España podrá faltar el pan, pero el ingenio y el buen humor no se acaban.
_ORIO DE GADEX.- ¿:Sabe usted quién es nuestro primer humorista, Don Filiberto?
_DON FILIBERTO.- Ustedes los iconoclastas dirán, quizá, que Don Miguel de
_Unamuno.
_ORIO DE GADEX.- ¡No, señor! El primer humorista es Don Alfonso XIII.
_DON FILIBERTO.- Tiene la viveza madrileña y borbónica.
_ORIO DE GADEX.- El primer humorista, Don Filiberto. ¡El primero! Don Alfonso ha batido el récord haciendo presidente de] Consejo a García Prieto.
_DON FILIBERTO.- Aquí, joven amigo, no se pueden proferir esas blasfemias. Nuestro periódico sale inspirado por Don Manuel García Prieto. Reconozco que no es un hombre brillante, que no es un orador, pero es un político serio. En fin, volvamos al caso de nuestro amigo Mala Estrella. Yo podría telefonear a la Secretaría Particular del Ministro: Está en ella un muchacho que hizo aquí tribunales. Voy a pedir comunicación. ¡Válgame un santo de palo! Mala Estrella es uno de los maestros y merece alguna consideración. ¿:Qué dejan esos caballeros para los chulos y los guapos? ¡La gentuza de navaja! ¿:Mala Estrella se hallaría como de costumbre...?
_DON LATINO.- Iluminado.
_DON FILIBERTO.- ¡Es deplorable!
_DON LATINO.- Hoy no pasaba de lo justo. Yo le acompañaba. ¡Cuente usted! ¡Amigos desde París! ¿:Usted conoce París? Yo fui a París con la Reina Doña Isabel. Escribí entonces en defensa de la Señora. Traduje algunos libros para la Casa Garmer. Fui redactor financiero de La Lira Hispano-Americana: ¡Una gran revista! Y siempre mi seudónimo Latino de Hispalis.
Suena el timbre del teléfono. DON FILIBERTO, el periodista calvo y catarroso, el hombre lógico y mítico de todas las redacciones, pide comunicación con el Ministerio de Gobernación, Secretaría Particular. Hay un silencio. Luego murmullos, leves risas, algún chiste en voz baja. DORIO DE GADEX se sienta en el sillón del Director, pone sobre la mesa sus botas rotas y lanza un suspiro.
_ORIO DE GADEX.- Voy a escribir el artículo de fondo, glosando el discurso de nuestro jefe: « ¡Todas las fuerzas vivas del país están muertas!», exclamaba aun ayer en un magnífico arranque oratorio nuestro amigo el ilustre Marqués de Alhucemas. Y la Cámara, completamente subyugada, aplaudía la profundidad del concepto, no más profundo que aquel otro: «Ya se van alejando los escollos.» Todos los cuales se resumen en el supremo apóstrofe: «Santiago y abre España, a la libertad y al progreso.»
_DON FILIBERTO suelta la trompetilla del teléfono y viene al centro de la sala, cubriéndose la calva con las manos amarillas y entintadas: ¡Manos de esqueleto memorialista en el día bíblico del Juicio Final!
_DON FILIBERTO.- ¡Esa broma es intolerable! ¡Baje usted los pies! ¡Dónde se ha visto igual grosería!
_ORIO DE GADEX.- En el Senado Yanqui.
_DON FILIBERTO.- ¡Me ha llenado usted la carpeta de tierra!
_ORIO DE GADEX.- Es mi lección de filosofía. ¡Polvo eres y en polvo te convertirás!
_DON FILIBERTO.- ¡Ni siquiera sabe usted decirlo en latín! ¡Son ustedes unos niños procaces!
_CLARINITO.- Don Filiberto, nosotros no hemos faltado.
_DON FILIBERTO.- Ustedes han celebrado la gracia, y la risa en este caso es otra procacidad. ¡La risa de lo que está muy por encima de ustedes! Para ustedes no hay nada respetable: i Maura es un charlatán!
_ORIO DE GADEX.- ¡El Rey del Camelo!
_DON FILIBERTO.- ¡Benlliure un santi boni barati!
_ORIO DE GADEX.- Dicho en valenciano.
_DON FILIBERTO.- Cavestany, el gran poeta, un coplero.
_ORIO DE GADEX.- Profesor de guitarra por cifra.
_DON FILIBERTO.- ¡Qué de extraño tiene que mi ilustre jefe les parezca un mamarracho!
_ORIO DE GADEX.- Un yerno más.
_DON FILIBERTO.- Para ustedes en nuestra tierra no hay nada grande, nada digno de admiración. ¡Les compadezco! ¡Son ustedes bien desgraciados! ¡Ustedes no sienten la Patria!
_ORIO DE GADEX.- Es un lujo que no podemos permitirnos tengamos automóvil, Don Filiberto.
_DON FILIBERTO.- Espere usted que ¡Ni siquiera pueden ustedes hablar en serio! Hay alguno de ustedes, de los que ustedes llaman maestros, que se atreve a gritar viva la bagatela. ¡Y eso no en el café, no en la tertulia de amigos, sino en la tribuna de la Docta Casa! ¡Y eso no puede ser, caballeros! Ustedes no creen en nada: Son iconoclastas y son cínicos. Afortunadamente hay una juventud que no son ustedes, una juventud estudiosa, una juventud preocupada, una juventud llena de civismo.
_DON LATINO.- Protesto, si se refiere usted a los niños de la Acción Ciudadana. Siquiera estos modernistas, llamémosles golfos distinguidos, no han llegado a ser policías honorarios. A cada cual lo suyo. ¿:Y parece ser que esta tarde mataron a uno de esos pollos de gabardina? ¿:Usted tendrá noticias?
_DON FILIBERTO.- Era un pollo relativo. Sesenta años.
_DON LATINO.- Bueno, pues que lo entierren. ¡Que haya un cadáver más, sólo importa a la funeraria!
Rompe a sonar el timbre del teléfono. DON FILIBERTO toma la trompetilla y comienza una pantomima de cabeceos, apartes y gritos. Mientras escucha con el cuello torcido y la trompetilla en la oreja, esparce la mirada por la sala, vigilando a los jóvenes modernistas. Al Colgar la trompetilla tiene una expresión candorosa de conciencia honrada. Reaparece el teósofo, en su sonrisa plácida, en el marfil de sus sienes, en toda la ancha redondez de su calva.
_DON FILIBERTO.- Ya está transmitida la orden de poner en libertad a nuestro amigo Estrella, Aconséjenle ustedes que no beba. Tiene talento. Puede hacer mucho más de lo que hace. Y ahora váyanse y déjenme trabajar. Tengo que hacerme solo todo el periódico.
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ESCENA OCTAVA
Secretaría Particular de Su Excelencia. Olor de brevas habanas, malos cuadros, lujo aparente y provinciano. La estancia tiene un recuerdo partido por medio, de oficina y sala de círculo con timba. De repente el grillo del teléfono se orina en el gran regazo burocrático. Y DIEGUITO GARCíA -Don Diego del Corral, en la Revista de Tribunales y Estrados - pega tres brincos y se planta la trompetilla en la oreja.
_DIEGUITO.- ¿:Con quién hablo?
...........
Ya he transmitido la orden para que se le ponga en libertad.
...........
¡De nada! ¡De nada!
..............
¡Un alcohólico!
.............
_Sí ... Conozco su obra.
........... ¡Una desgracia!
..............
_No podrá ser. ¡Aquí estamos sin un cuarto!
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_Se lo diré. Tomo nota.
...............
¡De nada! ¡De nada!
_MAX ESTRELLA aparece en la puerta, pálido, arañado, la corbata torcida, la expresión altanera - Y alocada. Detrás, abotonándose los calzones, aparece EL UJIER.- .
_EL UJIER.- Deténgase usted, caballero.
_MAX.- No me ponga usted la mano encima.
_EL UJIER.- Salga usted sin hacer desacato.
_MAX.- Anúncieme usted al MINISTRO.- .
_EL UJIER.- No está visible.
_MAX.- ¡Ah! Es usted un gran lógico. Pero estará audible.
_EL UJIER.-Retírese, caballero. Estas no son horas de audiencia.
_MAX.- Anúncieme usted.
_EL UJIER.- Es la orden... Y no vale ponerse pelmazo, caballero.
_DIEGUITO.- Fernández, deje usted a ese caballero que pase.
_MAX.- ¡Al fin doy con un indígena civilizado!
_DIEGUITO.- Amigo Mala Estrella, usted perdonará que sólo un momento me ponga a sus órdenes. Me habló por usted la Redacción de El Popular. Allí le quieren a usted. A usted le quieren y le admiran en todas partes. Usted me deja mandado aquí y donde sea. No me olvide... ¡Quién sabe ... ! Yo tengo la nostalgia del periodismo... Pienso hacer algo ... Hace tiempo acaricio la idea de una hoja volandera, un periódico ligero, festivo, espuma de champaña, fuego de virutas. Cuento con usted. Adiós, Maestro. ¡Deploro que la ocasión de conocemos haya venido de suceso tan desagradable!
_MAX.- De eso vengo a protestar. ¡Tienen ustedes una policía reclutada entre la canalla más canalla!
_DIEGUITO.- Hay de todo, Maestro.
_MAX.- No discutamos. Quiero que el MINISTRO me oiga y al mismo tiempo darle las gracias por mi libertad.
_DIEGUITO.- El Señor MINISTRO.- no sabe nada.
_MAX.- Lo sabrá por mí.
_DIEGUITO.- El Señor MINISTRO.- ahora trabaja. Sin embargo, voy a entrar.
_MAX.- Y yo con usted.
_DIEGUITO.- i Imposible!
_MAX.- ¡Daré un escándalo!
_DIEGUITO.- ¡Está usted loco!
_MAX.- Loco de verme desconocido y negado. El MINISTRO.- es amigo mío, arrúgo de los tiempos heroicos. ¡Quiero oírle decir que no me conoce! ¡Paco! ¡Paco!
_DIEGUITO.- Le anunciaré a usted.
_MAX.- Yo me basto. ¡Paco! ¡Paco! ¡Soy un espectro del pasado!
Su Excelencia abre la puerta de su despacho y asoma en mangas de camisa, la bragueta desabrochada, el chaleco suelto y los quevedos pendientes de un cordón, como dos ojos absurdos batiéndole sobre la panza.
_EL MINISTRO.- ¿:Qué escándalo es este, DIEGUITO.- ?
_DIEGUITO.- Señor MINISTRO.- , no he podido evitarlo.
_EL MINISTRO.- ¿:Y ese hombre quién es?
_MAX.- ¡Un amigo de los tiempos heroicos! ¡No me reconoces, Paco! ¡Tanto me ha cambiado la vida! ¡No me reconoces! ¡Soy Máximo Estrella!
_EL MINISTRO.- ¡Claro! ¡Claro! ¡Claro! ¿:Pero estás ciego?
_MAX.- Como Homero y como Belisario.
_EL MINISTRO.- Una ceguera accidental, supongo...
_MAX.- Definitiva e irrevocable. Es el regalo de Venus.
_EL MINISTRO.- Válgate Dios. ¿:Y cómo no te has acordado de venir"a verme antes de ahora? Apenas leo tu firma en los periódicos.
_MAX.- ¡Vivo olvidado! Tú has sido un vidente dejando las letras por hacemos felices gobernado. Paco, las letras no dan para comer. ¡Las letras son colorín, pingajo y hambre!
_EL MINISTRO.- Las letras, ciertamente, no tienen la consideración que debieran, pero son ya un valor que se cotiza. Amigo MAX, yo voy a continuar trabajando. A este pollo le dejas una nota de lo que deseas... Llegas ya un poco tarde.
_MAX.- Llego en mi hora. No vengo a pedir nada. Vengo a exigir una satisfacción y un castigo. Soy ciego, me llaman poeta. vivo de hacer versos y vivo miserable. Estás pensando que soy un borracho. ¡Afortunadamente! Si no fuese un borracho ya me hubiera pegado un tiro. ¡Paco, tus sicarios no tienen derecho a escupirme y abofetearme, y vengo a pedir un castigo para esa turba de miserables y un desagravio a la Diosa Minerva!
_EL MINISTRO.- Amigo MAX.- , yo no estoy enterado de nada. ¿:Qué ha pasado,
_DIEGUITO.- ?
_DIEGUITO.- Como hay un poco de tumulto callejero, y no se consienten grupos y estaba algo excitado el Maestro...
_MAX.- He sido injustamente detenido, inquisitorialmente torturado. En las muñecas tengo las señales.
_EL MINISTRO.- ¿:Qué parte han dado los guardias, Dieguito ?
_DIEGUITO.- En puridad, lo que acabo de resumir al Señor MINISTRO.- .
_MAX.- ¡Pues es mentira! He sido detenido por la arbitrariedad de un legionario, a quien pregunté, ingenuo, si sabía los cuatro dialectos griegos.
_EL MINISTRO.- Real y verdaderamente la pregunta es arbitraria. ¡Suponerle a un guardia tan altas Humanidades!
_MAX.- Era un teniente.
_EL MINISTRO.- Como si fuese un Capitán General. ¡No estás sin ninguna culpa! ¡Eres siempre el mismo calvatrueno! ¡Para ti no pasan los años! ¡Ay, cómo envidio tu eterno buen humor!
_MAX.- ¡Para mí, siempre es de noche! Hace un año que estoy ciego. Dicto y mi mujer escribe, pero no es posible.
_EL MINISTRO.- ¿:Tu mujer es francesa?
_MAX.- Una santa del Cielo, que escribe el español con una ortografía del Infierno.
_Tengo que dictarle letra por letra. Las ideas se me desvanecen. ¡Un tormento! Si hubiera pan en mi casa, maldito si me apenaba la ceguera. El ciego se entera mejor de las cosas del mundo, los ojos son unos ilusionados embusteros. ¡Adiós, Paco! Conste que no he venido a pedirte ningún favor. MAX.- Estrella no es el pobrete molesto.
_EL MINISTRO.- Espera, no te vayas, Máximo. Ya que has venido, hablemos. Tú resucitas toda una época de mi vida, acaso la mejor. ¡Qué lejana! Estudiábamos juntos.
_Vivíais en la calle del Recuerdo. Tenías una hermana. De tu hermana anduve yo enamorado. ¡Por ella hice versos!
_MAX.-
¡Calle del Recuerdo, Ventana de Helena, La niña morena Que asomada vi! ¡Calle del Recuerdo Rondalla de tuna, Y escala de luna Que en ella prendí!
_EL MINISTRO.- ¡Qué memoria la tuya! ¡Me dejas maravillado! ¿:Qué fue de tu hermana?
_MAX.- Entró en un convento.
_EL MINISTRO.- ,Y tu hermano Alex?
_MAX.- ¡Murió!
_EL MINISTRO.- ¿:Y los otros? ¡Erais muchos!
_MAX.- ¡Creo que todos han muerto!
_EL MINISTRO.- ¡No has cambiado ... ! Max, yo no quiero herir tu delicadeza, pero en tanto dure aquí, puedo darte un sueldo.
_MAX.- ¡Gracias!
_EL MINISTRO.- ¿:Aceptas?
_MAX.- ¡Qué remedio!
_EL MINISTRO.- Tome usted nota, DIEGUITO.- . ¿:Dónde vives, MAX.- ?
_MAX.- Dispóngase usted a escribir largo, joven maestro: -Bastardillos, veintitrés, duplicado, Escalera interior, Guardilla B- Nota. Si en este laberinto hiciese falta un hilo para guiarse, no se le pida a la portera, porque muerde.
_EL MINISTRO.- ¡Cómo te envidio el humor!
_MAX.- El mundo es mío, todo me sonríe, soy un hombre sin penas.
_EL MINISTRO.- ¡Te envidio!
_MAX.- ¡Paco, no seas majadero!
_EL MINISTRO.- Max , todos los meses te llevarán el haber a tu casa. ¡Ahora, adiós! ¡Dame un abrazo!
_MAX.- Toma un dedo y no te enternezcas.
_EL MINISTRO.- ¡Adiós, Genio y Desorden!
_MAX.- Conste que he venido a pedir un desagravio para mi dignidad y un castigo para unos canallas. Conste que no alcanzo ninguna de las dos cosas y que me das dinero y que lo acepto porque soy un canalla. No me estaba permitido irme del mundo sin haber tocado alguna vez el fondo de los Reptiles. ¡Me he ganado los brazos de Su Excelencia!
_MAXIMO ESTRELLA, con los brazos abiertos en cruz, la cabeza erguida, los ojos parados, trágicos en su ciega quietud, avanza como un fantasma. Su Excelencia, tripudo, repintado, mantecoso, responde con un arranque de cómico viejo, en el buen melodrama francés. Se abrazan los dos. Su Excelencia, al separarse, tiene una lágrima detenida en los párpados. Estrecha la mano del bohemio y deja en ella algunos billetes.
_EL MINISTRO.- ¡Adiós! ¡Adiós! Créeme que no olvidaré este momento.
_MAX.- ¡Adiós, Paco! ¡Gracias en nombre de dos pobres mujeres!
Su Excelencia toca un timbre. EL UJIER acude soñoliento. MAXIMO ESTRELLA,
tanteando con el palo, va derecho hacia el fondo de la estancia, donde hay un balcón.
_EL MINISTRO.- Fernández, acompañe usted a ese caballero y déjele en un coche.
_MAX.- Seguramente que me espera en la puerta mi perro.
_EL UJIER.- Quien le espera a usted es un sujeto de edad, en la antesala.
_MAX.- Don Latino de Hispalis: Mi perro.
_EL UJIER. toma de la manga al bohemio: Con aire torpón le saca del despacho y guipa al soslayo el gesto de Su Excelencia. Aquel gesto manido de actor de carácter en la gran escena del reconocimiento.
_EL MINISTRO.- ¡Querido Dieguito , ahí tiene usted un hombre a quien le ha faltado el resorte de la voluntad! Lo tuvo todo, figura, palabra, gracejo. Su charla cambiaba de colores como las llamas de un ponche.
_DIEGUITO.- ¡Qué imagen soberbia!
_EL MINISTRO.- ¡Sin duda, era el que más valía entre los de mi tiempo!
_DIEGUITO.- Pues véalo usted ahora en medio del arroyo, oliendo a aguardiente y saludando en francés a las proxenetas.
_EL MINISTRO.- ¡Veinte años! ¡Una vida! ¡E inopinadamente, reaparece ese espectro de la bohemia! Yo me salvé del desastre renunciando al goce de hacer versos.
_DIEGUITO.- , usted de esto no sabe nada, porque usted no ha nacido poeta.
_DIEGUITO.- ¡Lagarto! ¡Lagarto!
_EL MINISTRO.- ¡Ay, Dieguito , usted no alcanzará nunca lo que son ilusión y bohemia!
_Usted ha nacido institucionista, usted no es un renegado del mundo del ensueño. ¡Yo, sí!
_DIEGUITO.- ¿:Lo lamenta usted, Don Francisco?
_EL MINISTRO.- Creo que lo lamento.
_DIEGUITO.- ¿:El Excelentísimo Señor MINISTRO.- de la Gobernación, se cambiaría por el poeta Mala Estrella?
_EL MINISTRO.- ¡Ya se ha puesto la toga y los vuelillos el Señor Licenciado Don Diego del Corral! Suspenda un momento el interrogatorio su señoría y vaya pensando cómo se justifican las pesetas que hemos de darle a Máximo Estrella.
_DIEGUITO.- Las tomaremos de los fondos de Policía.
_EL MINISTRO.- ¡Eironeia! Su Excelencia se hunde en una poltrona, ante la chimenea que aventa sobre la alfombra una claridad trémula. Enciende un cigarro con sortija y pide La Gaceta. Cabálgase los lentes, le pasa la vista, se hace un gorro y se duerme.
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ESCENA NOVENA
Un Café que prolongan empañados espejos. Mesas de mármol. Divanes rojos. El mostrador en el fondo, y detrás un vejete rubiales, destacado el busto sobre la diversa botillería. El Café tiene piano y violín. Las sombras y la música flotan en el vaho de humo y en el lívido temblor de los arcos voltaicos. Los espejos multiplicadores están llenos de un interés folletinesco, en su fondo, con una geometría absurda, extravaga el Café. El compás canalla de la música, las luces en el fondo de los espejos, el vaho de humo penetrado del temblor de los arcos voltaicos cifran su diversidad en una sola expresión. Entran extraños y son de repente transfigurados en aquel triple ritmo, MALA ESTRELLA y DON LATINO .
_MAX.- ¿:Qué tierra pisamos?
_DON LATINO.- El Café Colón.
_MAX.- Mira si está Rubén. Suele ponerse enfrente de los músicos.
_DON LATINO.- Allá está como un cerdo triste.
_MAX.- Vamos a su lado, Latino. Muerto yo, el cetro de la poesía pasa a ese negro.
_DON LATINO.- No me encargues de ser tu testamentario.
_MAX.- ¡Es un gran poeta!
_DON LATINO.- Yo no lo entiendo.
_MAX.- ¡Merecías ser el barbero de Maura!
Por entre sillas y mármoles llegan al rincón donde está sentado y silencioso RUBEN DARIO. Ante aquella aparición, el poeta siente la amargura de la vida y, con gesto egoísta de niño enfadado, cierra los ojos y bebe un sorbo de su copa de ajenjo. Finalmente, su máscara de ídolo se anima con una sonrisa cargada de humedad. El ciego se detiene ante la mesa y levanta su brazo, con magno ademán de estatua cesárea.
_MAX.- ¡Salud, hermano, si menor en años, mayor en prez!
_RUBEN.- ¡Admirable! ¡Cuánto tiempo sin vernos, Max ! ¿:Qué haces?
_MAX .- ¡Nada!
_RUBEN.-¡Admirable! ¿:Nunca vienes por aquí?
_MAX.- El café es un lujo muy caro, y me dedico a la taberna mientras llega la muerte.
_RUBEN.- Max , amemos la vida y, mientras podamos, olvidemos a la Dama de Luto.
_MAX.- ¿:Por qué?
_RUBEN.- ¡No hablemos de Ella!
_MAX.- Tú la temes y yo la cortejo! ¡Rubén, te llevaré el mensaje que te plazca darme para la otra ribera de la Estigia! Vengo aquí para estrecharte por última vez la mano, guiado por el ilustre camello Don Latino de Hispalis. ¡Un hombre que desprecia tu poesía, como si fuese Académico!
_DON LATINO.- ¡Querido MAX.- , no te pongas estupendo!
_RUBEN.- ¿:El señor es Don Latino de Hispalis?
_DON LATINO.- ¡Si nos conocemos de antiguo, Maestro! ¡Han pasado muchos años!
_Hemos hecho juntos periodismo en La Lira Hispano-Americana.
_RUBEN.-Tengo poca memoria, Don Latino.
_DON LATINO.- Yo era el redactor financiero. En París nos tuteábamos. Rubén.
_RUBEN.- Lo había olvidado.
_MAX.- ¡Si no has estado nunca en París!
_DON LATINO.- Querido MAX.- , vuelvo a decirte que no te pongas estupendo.
_Siéntate e invítanos a cenar. ¡Rubén, hoy este gran poeta, nuestro amigo, se llama
_Estrella Resplandeciente!
_RUBEN.-¡Admirable! i MAX.- , es preciso huir de la bohemia!
_DON LATINO.- ¡Está opulento! ¡Guarda dos pápiros de piel de contribuyente!
_MAX.- ¡Esta tarde tuve que empeñar la capa y esta noche te convido a cenar! ¡A cenar con el rubio Champaña, Rubén!
_RUBEN.- ¡Admirable! Como Martín de Tours, partes conmigo la capa, transmudada en cena. ¡Admirable!
_DON LATINO.- ¡Mozo, la carta! Me parece un poco exagerado pedir vinos franceses. ¡Hay que pensar en el mañana, caballeros!
_MAX.- ¡No pensemos!
_DON LATINO.- Compartiría tu opinión, si con el café, la copa y el puro nos tomásemos un veneno.
_MAX.- ¡Miserable burgués!
_DON LATINO.- Querido MAX, hagamos un trato. Yo me bebo modestamente una chica de cerveza y tú me apoquinas en pasta lo que me había de costar la bebecua.
_RUBEN.- No te apartes de los buenos ejemplos, Don Latino.
_DON LATINO.- Servidor no es un poeta. Yo me gano la vida con más trabajo que haciendo versos.
_RUBEN.-Yo también estudio las matemáticas celestes.
_DON LATINO.- ¡Perdón entonces! Pues sí, señor, aun cuando me veo reducido al extremo de vender entregas, soy un adepto de la Gnosis y la Magia.
_RUBEN.-¡Yo lo mismo!
_DON LATINO.- Recuerdo que alguna cosa alcanzabas.
_RUBEN.-Yo he sentido que los Elementales son Conciencias.
_DON LATINO.- ¡Indudable? ¡Indudable! ¡Indudable! ¡Conciencias, Voluntades y
_Potestades!
_RUBEN.-Mar y Tierra, Fuego y Viento, divinos monstruos. ¡Posiblemente Divinos porque son Eternidades!
_MAX.- Eterna la Nada.
_DON LATINO.- Y el fruto de la Nada: Los cuatro Elementales, simbolizados en los cuatro Evangelistas. La Creación, que es pluralidad, solamente comienza en el Cuatrivio. Pero de la Trina Unidad, se desprende el Número. ¡Por eso el Número es Sagrado!
_MAX.- ¡Calla, Pitágoras! Todo eso lo has aprendido en tus intimidades con la vieja
_Blavatsky.
_DON LATINO.- ¡Max , esas bromas no son tolerables! ¡Eres un espíritu profundamente irreligioso y volteriano! Madama Blavatsky ha sido una mujer extraordinaria y no debes profanar con burlas el culto de su memoria. Pudieras verte castigado por alguna camarrupa de su karma. ¡Y no sería el primer caso!
_RUBEN.- ¡Se obran prodigios! Afortunadamente no los vemos ni los entendemos. Sin esta ignorancia, la vida sería un enorme sobrecogimiento.
_MAX.- ¿:Tú eres creyente, Rubén?
_RUBEN.- ¡Yo creo!
_MAX.- ¿:En Dios?
_RUBEN.-¡Y en el Cristo!
_MAX.- ¿:Y en las llamas del Infierno?
_RUBEN.-¡Y más todavía en las músicas del Cielo!
_MAX.- ¡Eres un farsante, Rubén!
_RUBEN.- ¡Seré ingenuo!
_MAX.- ¿:No estás posando?
_RUBEN.-¡No!
_MAX.- Para mí, no hay nada tras la última mueca. Si hay algo, vendré a decírtelo.
_RUBEN.-¡Calla, MAX.- , no quebrantemos los humanos sellos!
_MAX.- Rubén, acuérdate de esta cena. Y ahora mezclemos el vino con las rosas de tus versos. Te escuchamos.
_RUBEN se recoge estremecido, el gesto de ídolo, evocador de terrores y misterios.
_MAX. ESTRELLA, un poco enfático, le alarga la mano. Llena los vasos DON
_LATINO. RUBEN sale de su meditación con la tristeza vasta y enorme esculpida en los ídolos aztecas.
_RUBEN.- Veré si recuerdo una peregrinación a Compostela... Son mis últimos versos.
_MAX.- ¿:Se han publicado? Si se han publicado, me los habrán leído, pero en tu boca serán nuevos.
_RUBEN.- Posiblemente no me acordaré.
Un joven que escribe en la mesa vecina, y al parecer traduce, pues tiene ante los ojos un libro abierto y cuartillas en rimero, se inclina tímidamente hacia RUBEN DARIO.
_EL JOVEN.- Maestro, donde usted no recuerde, yo podría apuntarle.
_RUBEN.- ¡Admirable!
_MAX.- ¿:Dónde se han publicado?
_EL JOVEN.- Yo los he leído manuscritos. Iban a ser publicados en una revista que murió antes de nacer.
_MAX.- ¿:Sería una revista de Paco Villaespesa?
_EL JOVEN.- Yo he sido su secretario.
_DON LATINO.- Un gran puesto.
_MAX.- Tú no tienes nada que envidiar, Latino.
_EL JOVEN.- ¿:Se acuerda usted, Maestro?
RUBEN asiente con un gesto sacerdotal y, tras de humedecer los labios en la copa, recita lento y cadencioso, como en sopor, y destaca su esfuerzo por distinguir de eses y cedas.
_RUBEN.- ¡¡¡La ruta tocaba a su fin. Y en el rincón de un quicio oscuro, Nos repartimos un pan duro Con el Marqués de Bradomín!!!
_EL JOVEN.- Es el final, Maestro.
_RUBEN.- Es la ocasión para beber por nuestro estelar amigo.
_MAX.- ¡Ha desaparecido del mundo!
_RUBEN.- Se prepara a la muerte en su aldea y su carta de despedida fue la ocasión de estos versos. ¡Bebamos a la salud de un exquisito pecador!
_MAX.- ¡Bebamos!
Levanta su copa y, gustando el aroma del ajenjo, suspira y evoca el cielo lejano de París. Piano y violín atacan un aire de opereta, y la parroquia del Café lleva el compás con las cucharillas en los vasos. Después de beber, los tres desterrados confunden sus voces hablando en francés. Recuerdan y proyectan las luces de la fiesta divina y mortal. ¡París! ¡Cabaretes! ¡Ilusión! Y en el ritmo de las frases, desfila con su pata coja Papá Verlaine.
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ESCENA DECIMA
Paseo con jardines. El cielo raso ' y remoto. La luna lunera. Patrullas de Caballería. Silencioso y luminoso, rueda un auto. En la sombra clandestina de los ramajes, merodean mozuelas pingonas y viejas pintadas como caretas. Repartidos por las sillas del paseo, Yacen algunos bultos durmientes. MAX ESTRELLA y DON LATINO caminan bajo las sombras del paseo. El perfume primaveral de las lilas embalsama la humedad de la noche.
_UNA VIEJA PINTADA.-¡Morenos! ¡Chis ... ! ¡Morenos! ¿:Queréis venir un ratito?
_DON LATINO.- Cuando te pongas los dientes.
_LA VIEJA PINTADA.-¡No me dejáis siquiera un pitillo!
_DON LATINO.- Te daré La Corres para que te ilustres, publica una carta de Maura.
_LA VIEJA PINTADA.-Que le den morcilla.
_DON LATINO.- Se la prohíbe el rito judaico.
_LA VIEJA PINTADA.-¡Mira el camelista! Esperaros, que llamo a una amiguita ¡Lunares! ¡Lunares!
Surge LA LUNARES.- , una mozuela pingona, medias blanca delantal, toquilla y alpargatas. Con risa desvergonzada s detiene en la sombra del jardinillo.
_LA LUNARES.- ¡Ay, qué pollos más elegantes! Vosotros me sacáis est noche de la calle.
_LA VIEJA PINTADA.-Nos ponen piso.
_LA LUNARES.- Dejadme una perra y me completáis una peseta para 1 cama.
_LA VIEJA PINTADA.-¡Roñas, siquiera un pitillo!
_MAX.- Toma un habano.
_LA VIEJA PINTADA.-¡Guasibilis!
_LA LUNARES.- Apáñalo, panoli.
_LA VIEJA PINTADA.-¡Sí que lo apaño! ¡Y es de sortija!
_LA LUNARES.- Ya me permitirás alguna chupada.
_LA VIEJA PINTADA.- Este me lo guardo.
_LA LUNARES.- Para el Rey de Portugal.
_LA VIEJA PINTADA.-¡Infeliz! ¡Para el de la Higiene!
_LA LUNARES.- ¿:Y vosotros, astrónomos, no hacéis una calaverada?
Las dos prójimas han evolucionado sutiles y clandestinas, bajo las sombras del paseo:
_LA VIEJA PINTADA está a la vera de DON LATINO DE HISPALIS, LA LUNARES, a la vera de MALA ESTRELLA.
_LA LUNARES.- ¡Mira qué limpios llevo los bajos!
_MAX.- Soy ciego.
_LA LUNARES.- ¡Algo verás!
_MAX.- Nada!
_LA LUNARES.- Tócame. Estoy muy dura.
_MAX.- ¡Un mármol!
La mozuela, con una risa procaz, toma la mano del poeta y, la hace tantear sobre sus hombros y la oprime sobre los senos. La vieja sórdida, bajo la máscara de albayalde, descubre las encías sin dientes y tienta capciosa a DON LATINO. .
_LA VIEJA PINTADA.- Hermoso, vente conmigo, que ya tu compañero se entiende con
_LA LUNARES.- . No te receles. ¡Ven! Si se acerca algún guindilla, lo apartamos con el puro habanero.
Se lo lleva sonriendo, blanca y Fantasmal. Cuchicheos. Se pierden entre los árboles del jardín. Parodia grotesca del Jardín de Armida. MALA ESTRELLA y la otra prójima quedan aislados sobre la orilla del paseo.
_LA LUNARES.- Pálparne el pecho. No tengas reparo... ¡Tú eres un poeta!
_MAX.- ¿:En qué lo has conocido?
_LA LUNARES.- En la peluca de Nazareno. ¿:Me engaño?
_MAX.- No te engañas.
_LA LUNARES.- Si cuadrase que yo te pusiese al tanto de mi vida, sacabas una historia de las primeras. Responde: ¿:Cómo me encuentras?
_MAX.- ¡Una ninfa!
_LA LUNARES.- ¡Tienes el hablar muy dilustrado! Tu acompañante ya se concertó con la Cotillona. Ven. Entrégame la mano. Vamos a situamos en un lugar más oscuro. Verás como te cachondeo.
_MAX.- Llévame a un banco para esperar a ese cerdo hispalense.
_LA LUNARES.- No chanelo.
_MAX.- Hispalis es Sevilla.
_LA LUNARES.- Lo será en cañí. Yo soy chamberilera.
_MAX.- ¿:Cuántos años tienes?
_LA LUNARES.- Pues no sé los que tengo.
_MAX.- ¿:Y es siempre aquí tu parada nocturna?
_LA LUNARES.- Las más de las veces.
_MAX.- ¡Te ganas honradamente la vida!
_LA LUNARES.- Tú no sabes con cuántos trabajos. Yo miro mucho lo que hago. La
_Cotillona me habló para llevarme a una casa. ¡Una casa de mucho postín! No quise ir...
_Acostarme no me acuesto... Yo guardo el pan de higos para el gachó que me sepa camelar. ¿:Por qué no lo pretendes?
_MAX.- Me falta tiempo.
_LA LUNARES.- Inténtalo para ver lo que sacas. Te advierto que me estás gustando.
_MAX.- Te advierto que soy un poeta sin dinero.
_LA LUNARES.- ¿:Serías tú, por un casual, el que sacó las copias de Joselito?
_MAX.- ¡Ese soy!
_LA LUNARES.- ¿:De verdad?
_MAX.- De verdad.
_LA LUNARES.- Dilas.
_MAX.- No las recuerdo.
_LA LUNARES.- Porque no las sacaste de tu sombrerera. ¡Sin mentira, cuáles son las tuyas?
_MAX.- Las del Espartero.
_LA LUNARES.- ¿:Y las recuerdas?
_MAX.- Y las canto como un flamenco.
_LA LUNARES.- ¡Que no eres capaz!
_MAX.- ¡Tuviera yo una guitarra!
_LA LUNARES.- ¿:La entiendes?
_MAX.- Para algo soy ciego.
_LA LUNARES.- ¡Me estás gustando!
_MAX.- No tengo dinero.
_LA LUNARES.- Con pagar la cama concluyes. Si quedas contento y quieres convidarme a un café con churros, tampoco me niego.
MAXIMO ESTRELLA, con tacto de ciego, le pasa la mano por el óvalo del rostro, la garganta y los hombros. La pindonga ríe con dejo sensual de cosquillas. Quítase del moño un peinecillo gitano y, con él peinando los tufos, redobla la risa y se desmadeja.
_LA LUNARES.- ¿:Quieres saber cómo soy? ¡Soy muy negra y muy fea!
_MAX.- No lo pareces! Debes tener quince años.
_LA LUNARES.- Esos mismos tendré. Ya pasa de tres que me visita el nuncio. No lo pienses más y vamos. Aquí cerca hay una casa muy decente.
_MAX.- ¿:Y cumplirás tu palabra?
_LA LUNARES.- ¿:Cuála? ¿:Dejar que te comas el pan de higos? ¡No me pareces bastante flamenco! ¡Qué mano tienes! No me palpes más la cara. Pálpame el cuerpo.
_MAX.- ¿:Eres pelinegra?
_LA LUNARES.- ¡Lo soy!
_MAX.- Hueles a nardos.
_LA LUNARES.- Porque los he vendido.
_MAX.- ¿:Cómo tienes los ojos?
_LA LUNARES.- ¿:No lo adivinas?
_MAX.- ¿:Verdes?
_LA LUNARES.- Como la Pastora Imperio. Toda yo parezco una gitana.
De la oscuridad surge la brasa de un cigarro y la tos asmática de DON LATINO.. Remotamente, sobre el asfalto sonoro, se acompasa el trote de una patrulla de Caballería. Los focos de un auto. El farol de un sereno. El quicio de una verja. Una sombra clandestina. El rostro de albayalde de otra vieja peripatética. Diferentes sombras.
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ESCENA UNDECIMA
Una calle del Madrid austriaco. Las tapias de un convento. Un casón de nobles. Las luces de una taberna. Un grupo consternado de vecinas, en la acera. Una mujer, despechugada y ronca, tiene en los brazos a su niño muerto, la sien traspasada por el agujero de una bala. MAX ESTRELLA y DON LATINO hacen un alto.
_MAX.- También aquí se pisan cristales rotos.
_DON LATINO.- ¡La zurra ha sido buena!
_MAX.- ¡Canallas ... ! ¡Todos ... ! ¡Y los primeros nosotros, los poetas!
_DON LATINO.- ¡Se vive de milagro!
_LA MADRE DEL NIÑO.- ¡Maricas, cobardes! ¡El fuego del Infierno os abrase las negras entrañas! ¡Maricas, cobardes!
_MAX.- ,Qué sucede, Latino? ¿:Quién llora? ¿:Quién grita con tal rabia?
_DON LATINO.- Una verdulera, que tiene a su chico muerto en los brazos.
_MAX.- ¡Me ha estremecido esa voz trágica!
_LA MADRE DEL NIÑO.-¡Sicarios! ¡Asesinos de criaturas!
_EL EMPEÑISTA.- Está con algún trastorno y no mide palabras.
_EL GUARDIA.- La autoridad también se hace el cargo.
_EL TABERNERO.- Son desgracias inevitables para el restablecimiento del orden.
_EL EMPEÑISTA.- Las turbas anárquicas me han destrozado el escaparate.
_LA PORTERA.- ¿:Cómo no anduvo usted más vivo en echar los cierres?
_EL EMPEÑISTA.- Me tomó el tumulto fuera de casa. Supongo que se acordará el pago de daños a la propiedad privada.
_EL TABERNERO.- El pueblo que roba en los establecimientos públicos, donde se le abastece, es un pueblo sin ideales patrios.
_LA MADRE DEL NIÑO.- ¡Verdugos del hijo de mis entrañas!
_UN ALBAÑIL.- El pueblo tiene hambre.
_EL EMPEÑíSTA.- Y mucha soberbia.
_LA MADRE DEL NIÑO.- ¡Maricas, cobardes!
_UNA VIEJA.- ¡Ten prudencia, Romualda!
_LA MADRE DEL NIÑO.- ¡Que me maten como a este rosal de Mayo!
_LA TRAPERA.- ¡Un inocente sin culpa! ¡Hay que considerarlo!
_EL TABERNERO.- Siempre saldréis diciendo que no hubo los toques de Ordenanza.
_EL RETIRADO.- Yo los he oído.
_LA MADRE DEL NIÑO.- ¡ Mentira!
_EL RETIRADO.- Mi palabra es sagrada.
_EL EMPEÑISTA.- El dolor te enloquece, Romualda.
_LA MADRE DEL NIÑO.- ¡Asesinos! ¡Veros es ver al verdugo!
_EL RETIRADO.- El Principio de Autoridad es inexorable.
_EL ALBAÑIL.- Con los pobres. Se ha matado, por defender al comercio, que nos chupa la sangre.
_EL TABERNERO.- Y que paga sus contribuciones, no hay que olvidarlo.
_EL EMPEÑISTA.- El comercio honrado no chupa la sangre de nadie.
_LA PORTERA.- ¡Nos quejamos de vicio!
_EL ALBAÑIL.- La vida del proletario no representa nada para el Gobierno.
_MAX.- Latino, sácame de este círculo infernal.
Llega un tableteo de fusilada. El grupo se mueve en confusa y medrosa alerta. Descuella el grito ronco de la mujer, que al ruido de las descargas, aprieta a su niño muerto en los brazos.
_LA MADRE DEL NIÑO.- ¡Negros fusiles, matadme también con vuestros plomos!
_MAX.- Esa voz me traspasa.
_LA MADRE DEL NIÑO.-¡Que tan fría, boca de nardo!
_MAX.- ¡Jamás oí voz con esa cólera trágica'
_DON LATINO.- Hay mucho de teatro.
_MAX.- ¡Imbécil!
El farol, el chuzo, la caperuza del SERENO, bajan con un trote de madreñas por la acera.
_EL EMPEÑISTA.- ¿:Qué ha sido, sereno?
_EL SERENO.- Un preso que ha intentado fugarse.
_MAX.- Latino, Ya no Puedo gritar... ¡Me muero de rabia!... Estoy mascando ortigas.
_Ese muerto sabía su fin... No le asustaba, pero temía el tormento... La Leyenda Negra en estos días menguados es la Historia de España. Nuestra vida es un círculo dantesco. Rabia y vergüenza. Me muero de hambre, satisfecho de no haber llevado una triste velilla en la trágica mojiganga. ¿:Has oído los comentarios de esa gente, viejo canalla? Tú eres como ellos. Peor que ellos, porque no tienes una peseta y propagas la mala literatura por entregas. Latino, viL corredor de aventuras insulsas, llévame al Viaducto Te invito a regenerarte con un vuelo.
_DON LATINO.- ¡Max , no te pongas estupendo!
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ESCENA DUODECIMA
Rinconada en costanilla y una iglesia barroca por fondo. Sobre las campanas negras, la luna clara. DON LATINO y MAX ESTRELLA filosofan sentados en el quicio de una puerta lo largo de su coloquio, se torna lívido el cielo. En el alero de la iglesia pían algunos pájaros. Remotos albores de amanecida. Ya se han ido los serenos, pero aún están las puertas cerradas. Despiertan las porteras.
_MAX.- ¿:Debe estar amaneciendo?
_DON LATINO.- Así es.
_MAX.- ¡Y qué frío!
_DON LATINO.- Vamos a dar unos pasos.
_MAX.- Ayúdame, que no puedo levantarme. ¡Estoy aterido!
_DON LATINO.- ¡Mira que haber empeñiado la capa!
_MAX.- Préstarne tu carrik, Latino.
_DON LATINO.- ¡MAX.- , eres fantástico!
_MAX.- Ayúdarne a ponerme en pie.
_DON LATINO.- ¡Arriba, carcunda!
_MAX.- í No me tengo!
_DON LATINO.- ¡Qué tuno eres!
_MAX.- ¡Idiota!
_DON LATINO.- ¡La verdad es que tienes una fisonomía algo rara!
_MAX.- ¡Don Latino de Hispalis, grotesco personaje, te inmortalizaré en una novela!
_DON LATINO.- Una tragedia, MAX.- .
_MAX.- La tragedia nuestra no es tragedia.
_DON LATINO.- ¡Pues algo será!
_MAX.- El Esperpento.
_DON LATINO.- No tuerzas la boca, Max .
_MAX.- ¡Me estoy helando!
_DON LATINO.- Levántate. Vamos a caminar.
_MAX.- No puedo.
_DON LATINO.- Deja esa farsa. Vamos a caminar.
_MAX.- Echame el aliento. ¿:Adónde te has ido, Latino?
_DON LATINO.- Estoy a tu lado.
_MAX.- Como te has convertido en buey, no podía reconocerte. Echarne el aliento, ilustre buey del pesebre belenita. ¡Muge, Latino! Tú eres el cabestro, y si muges vendrá el Buey Apís. Le torearemos.
_DON LATINO.- Me estás asustando. Debías dejar esa broma.
_MAX.- Los ultraístas son unos farsantes. El esperpentismo lo ha inventado Goya. Los héroes clásicos han ido a pasearse en el callejón del Gato.
_DON LATINO.- ¡Estás completamente curda!
_MAX.- Los héroes clásicos reflejados en los espejos cóncavos dan el Esperpento. El sentido trágico de la vida española sólo puede darse con una estética sistemáticamente deformada.
_DON LATINO.- ¡Miau! ¡Te estás contagiando!
_MAX.- España es una deformación grotesca de la civilización europea.
_DON LATINO.- ¡Pudiera! Yo me inhibo.
_MAX.- Las imágenes más bellas en un espejo cóncavo son absurdas.
_DON LATINO.- Conforme. Pero a mí me divierte mirarme en los espejos de la calle del
_Gato.
_MAX.- Y a mí. La deformación deja de serlo cuando está sujeta a una matemática perfecta. Mi estética actual es transformar con matemática de espejo cóncavo las normas clásicas.
_DON LATINO.- ¿:Y dónde está el espejo?
_MAX.- En el fondo del vaso.
_DON LATINO.- ¡Eres genial! ¡Me quito el cráneo!
_MAX.- Latino, deformemos la expresión en el mismo espejo que nos deforma las caras y toda la vida miserable de España.
_DON LATINO.- Nos mudaremos al callejón del Gato.
_MAX.- Vamos a ver qué palacio está desalquilado. Arrímame a la pared. ¡Sacúdeme!
_DON LATINO.- No tuerzas la boca.
_MAX.- Es nervioso. ¡Ni me entero!
_DON LATINO.- ¡Te traes una guasa!
_MAX.- Préstame tu carrik.
_DON LATINO.- ¡Mira cómo me he quedado de un aire!
_MAX.- No me siento las manos y me duelen las uñas. ¡Estoy muy malo!
_DON LATINO.- Quieres conmoverme para luego tomarme la coleta.
_MAX.- Idiota, llévame a la puerta de mi casa y déjame morir en paz.
_DON LATINO.- La verdad sea dicha, no madrugan en nuestro barrio.
_MAX.- Llama.
DON LATINO DE HISPALIS, volviéndose de espalda, comienza a cocear en la puerta. El eco de los golpes tolondrea por el ámbito lívido de la costanilla y, como en respuesta a una provocación, el reloj de la iglesia da cinco campanadas bajo el gallo de la veleta.
_MAX.- ¡Latino!
_DON LATINO.- ¿:Qué antojas? ¡Deja la mueca!
_MAX.- ¡Si Collet estuviese despierta ... ! Ponme en pie para darle una voz.
_DON LATINO.- No llega tu voz a ese quinto cielo.
_MAX.- ¡Collet! ¡Me estoy aburriendo!
_DON LATINO.- No olvides al compañero.
_MAX.- Latino, me parece que recobro la vista. ¿:Pero cómo hemos venido a este entierro? ¡Esa apoteosis es de París! ¡Estamos en el entierro de Víctor Hugo! ¿:Oye,
_Latino, pero cómo vamos nosotros presidiendo?
_DON LATINO.- No te alucines, Max.- ,
_MAX.- Es incomprensible cómo veo.
_DON LATINO.- Ya sabes que has tenido esa misma ilusión otras veces.
_MAX.- ¿:A quién enterramos, Latino?
_DON LATINO.- Es un secreto que debemos ignorar.
_MAX.- ¡Cómo brilla el sol en las carrozas!
_DON LATINO.- Max , si todo cuanto dices no fuese una broma, tendría una significación teosófica... En un entierro presidido por mí, yo debo ser el muerto... Pero por esas coronas, me inclino a pensar que el muerto eres tú.
_MAX.- Voy a complacerte. Para quitarte el miedo del augurio. me acuesto a la espera. ¡Yo soy el muerto! ¿:Qué dirá mañana esa canalla de los periódicos, se preguntaba el paria catalán?
_MAXIMO ESTRELLA se tiende en el umbral de su puerta. Cruza la costanilla un perro golfo que corre en zigzag. En el centro, encoge la pata y se orina: El ojo legañoso, como un poeta, levantado al azul de la última estrella.
_MAX.- Latino, entona el canción.
_DON LATINO.- Si continúas con esa broma macabra, te abandono.
_MAX.- Yo soy el que se va para siempre.
_DON LATINO.- Incorpórate, Max . Vamos a caminar.
_MAX.- Estoy muerto.
_DON LATINO.- ¡Que me estás asustando' MAX.- , vamos a caminar. Incorpórate. ¡No tuerzas la boca, condenado! ¡MAX.- ! ¡MAX.- ! ¡Condenado, responde!
_MAX.- Los muertos no hablan.
_DON LATINO.- Definitivamente, te dejo.
_MAX.- ¡Buenas noches!
_DON LATINO DE HISPALIS se sopla los dedos arrecidos y camina unos pasos encorvándose bajo su carrik pingón, orlado de cascarrias. Con una tos gruñona retorna al lado de MAX ESTRELLA: Procura incorporarle hablándole a la oreja.
_DON LATINO.- Max , estás completamente borracho y sería un crimen dejarte la cartera encima, para que te la roben. MAX.- , me llevo tu cartera y te la devolveré mañana.
Finalmente se eleva tras de la puerta la voz achulada de una vecina. Resuenan pasos dentro del zaguán. DON LATINO.- se cuela por un callejón.
_LA VOZ DE LA VECINA.- Señá Flora! i Señá Flora! Se le han apegado a usted la mantas de la cama.
_LA VOZ DE LA PORTERA.- ¿:Quién es? Esperarse que encuentre la caja de mixtos.
_LA VECINA.- Señá Flora!
_LA PORTERA.- Ahora salgo. ¿:Quién es?
_LA VECINA.- ¡Está usted mannota! ¿:Quién será? ¡La Cuca, que se camina al lavadero!
_LA PORTERA.- ¡Ay, qué centellas de mixtos! ¿:Son horas?
_LA VECINA.- ¡Son horas y pasan de serlo!
Se oye el paso cansino de una mujer en chanclas. Sigue el murmullo de las voces. Rechina la cerradura, Y aparecen en el hueco de la puerta dos mujeres: La una canosa, viva y agalgada, con un saco de ropa cargado sobre la cadera. La otra jamona, refajo colorado, pañuelo pingón sobre los hombros, greñas y chancletas. El cuerpo del bohemio resbala y queda acostado sobre el umbral, al abrirse la puerta.
_LA VECINA.- ¡Santísimo Cristo, un hombre muerto!
_LA PORTERA.- Es Don MAX.- el poeta, que la ha pescado.
_LA VECINA.- ¡Está del color de la cera!
_LA PORTERA.- Cuca, por tu alma, quédate a la mira un instante, mientras subo el aviso a Madama Collet.
_LA PORTERA sube la escalera chancleando: Se la oye renegar. LA CUCA, Viéndose sola, con aire medroso, toca las manos del bohemio y luego se inclina a mirarle los ojos entreabiertos bajo la frente lívida.
_LA VECINA.- ¡Santísimo Señor! ¡Esto no lo dimana la bebida! ¡La muerte talmente representa! ¡Señá Hora! ¡Señá Flora! ¡Que no puedo demorarme! í Ya se me voló un cuarto de día! ¡Que se queda esto a la vindicta pública, señá Flora! ¡Propia la muerte!
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ESCENA DECIMATERCIA
Velorio en un sotabanco. MADAMA COLLET y CLAUDINITA, desgreñadas y macilentas, lloran al muerto, ya tendido en la angostura de la caja, amortajado con una sábana, entre cuatro velas. Astillando una tabla, el brillo de un clavo aguza su punta sobre la sien inerme. La caja, embetunada de luto por fuera, y por dentro de tablas de pino sin labrar ni pintar, tiene una sórdida esterilla que amarillea. Está posada sobre las baldosas, de esquina a esquina, y las dos mujeres, que lloran en los ángulos, tienen en las manos cruzadas el reflejo de las velas. DORIO DE GADEX, CLARINITO y PEREZ, arrimados a la pared, son tres fúnebres fantoches en hilera. Repentinamente, entrometiéndose en el duelo, cloquea un rajado repique, la campanilla de la escalera.
_ORIO DE GADEX.- A las cuatro viene la funeraria.
_CLARINITO.- No puede ser esa hora.
_
_ORIO DE GADEX.- ¿:Usted no tendrá reloj, Madama Collet?
_MADAMA COLLET.- ¡Que no me lo lleven todavía! ¡Que no me lo lleven!
_PEREZ.- No puede ser la funeraria.
_
_ORIO DE GADEX.- ¡Ninguno tiene reloj! ¡No hay duda que somos unos potentados!
CLAUDINITA, con andar cansado, trompicando, ha salido para abrir la puerta. Se oye rumor de voces y la tos de DON LATINO DE HISPALIS. La tos clásica del tabaco y del aguardiente.
_DON LATINO.- ¡Ha muerto el Genio! ¡No llores, hija mía! í Ha muerto y no ha muerto ... ! ¡El Genio es inmortal ... ! ¡Consuélate, Claudinita, porque eres la hija del primer poeta español! ¡Que te sirva de consuelo saber que eres la hija de Víctor Hugo! ¡Una huérfana ilustre! ¡Déjame que te abrace!
_CLAUDINITA.- ,Usted está borracho!
_DON LATINO.- Lo parezco. Sin duda lo parezco. ¡Es el dolor!
_CLAUDINITA.- ¡Si tumba el vaho de aguardiente!
_DON LATINO.- ¡Es el dolor! ¡Un efecto del dolor, estudiado científicamente por los alemanes!
DON LATINO tambaléase en la puerta, con el cartapacio de las revistas en bandolera y el perrillo sin rabo N, sin orejas, entre las cañotas. Trae los espejuelos alzados sobre la ' frente y se limpia los ojos chispones con un pañuelo mugriento.
_CLAUDINITA.- Viene a dos velas.
_ORIO DE GADEX.- Para el funeral. í Siempre correcto!
_DON LATINO.- Max , hermano mío, si menor en años...
_ORIO DE GADEX.- Mayor en prez. Nos adivinamos.
_DON LATINO.- ¡Justamente! Tú lo has dicho, bellaco.
_ORIO DE GADEX.- Antes lo había dicho el Maestro.
_DON LATINO.- ¡Madama Collet, es usted una viuda ilustre, y en medio de su intenso dolor debe usted sentirse orgullosa de haber sido la compañera del primer poeta español! ¡Murió pobre, como debe morir el Genio! i MAX, ya no tienes una palabra para tu perro fiel! MAX, hermano mío, si menor en años, mayor en...
_ORIO DE GADEX.- ¡Prez!
_DON LATINO.- Ya podías haberme dejado terminar, majadero. ¡Jóvenes modernistas, ha muerto el Maestro, y os llamáis todos de tú en el Parnaso Hispano-Americano! ¡Yo tenía apostado con este cadáver frío sobre cuál de los dos emprendería primero el viaje, y me ha vencido en esto como en todo! ¡Cuántas veces cruzamos la misma apuesta! ¿:Te acuerdas, hermano? ¡Te has muerto de hambre, corno yo voy a morir, como moriremos todos los españoles dignos! ¡Te habían cerrado todas las puertas, y te has vengado muriéndote de hambre! ¡Bien hecho! ¡Que caiga esa vergüenza sobre los cabrones de la Academia! ¡En España es un delito el talento!
DON LATINO se dobla y besa la frente del muerto. El perrillo, a los pies de la caja, entre el reflejo inquietante de las velas, agita el muñón del rabo. MADAMA COLLET levanta la cabeza con un gesto doloroso dirigido a los tres fantoches en hilera.
_MADAMA COLLET.- ¡Por Dios, llévenselo ustedes al pasillo!
_ORIO DE GADEX.- Habrá que darle amoniaco. ¡La trae de alivio!
_CLAUDINITA.- ¡Pues que la duerma! ¡Le tengo una hincha!
_DON LATINO.- ¡Claudinita! ¡Flor temprana!
_CLAUDINITA.- ¡Si papá no sale ayer tarde, está vivo!
_DON LATINO.- ¡Claudinita, me acusas injustamente! ¡Estás ofuscada por el dolor!
_CLAUDINITA.- ¡Golfo! ¡Siempre estorbando!
_DON LATINO.- ¡Yo sé que tú me quieres!
_ORIO DE GADEX.- Vamos a darnos unas vueltas en el corredor, Don Latino.
_DON LATINO.- ¡Vamos! ¡Esta escena es demasiado dolorosa!
_ORIO DE GADEX.- Pues no la prolonguemos.
_DORIO DE GADEX empuja al encurdado vejete y le va llevando hacia la puerta. El perrillo salta por encima de la caja .v los sigue, dejando en el salto torcida una vela. En la fila de fantoches pegados a la pared queda un hueco lleno de sugestiones.
_DON LATINO.- Te convido a unas tintas. ¿:Qué dices?
_ORIO DE GADEX.- Ya sabe usted que soy un hombre complaciente, Don Latino.
Desaparecen en la rojiza penumbra del corredor, largo y triste, con el gato al pie del botijo y el reflejo almagreño de los baldosines. CLAUDINITA los ve salir encendidos de ira los ojos. Después se hinca a llorar con una crisis nerviosa y muerde el pañuelo que estruja entre las manos.
_CLAUDINITA.- ¡Me crispa! ¡No puedo verlo! ¡Ese hombre es el asesino de papá!
_MADAMA COLLET.- ¡Por Dios, hija, no digas demencias!
_CLAUDINITA.- El único asesino. ¡Le aborrezco!
_MADAMA COLLET.- Era fatal que llegase este momento, y sabes que lo esperábamos... Le mató la tristeza de verse ciego... No podía trabajar y descansa.
_CLARINITO.- Verá usted cómo ahora todos reconocen su talento.
_PEREZ.- Ya no proyecta sombra.
_MADAMA COLLET.- Sin el aplauso de ustedes, los jóvenes que luchan pasando mil miserias, hubiera estado solo estos últimos tiempos.
_CLAUDINITA.- ¡Más solo que estaba!
_PEREZ.- El Maestro era un rebelde como nosotros.
_MADAMA COLLET.- ¡Max , pobre amigo, tú solo te mataste! ¡Tú, solamente, sin acordar de estas pobres mujeres! ¡Y toda la vida has trabajado para matarte!
_CLAUDINITA.- ¡Papá era muy bueno!
_MADAMA COLLET.- ¡Sólo fue malo para sí!
Aparece en la puerta un hombre alto, abotonado, escueto, grandes barbas rojas de judío anarquista y ojos envidiosos, bajo el testuz de bisonte obstinado. Es un fripón periodista alemán, fichado en los registros policiacos como anarquista ruso y conocido por el fálso nombre de BASILIO SOULINAKE.
_BASILIO SOULINAKE.- ¡Paz a todos!
_MADAMA COLLET.- ¡Perdone usted, Basilio! ¡No tenemos siquiera una silla que ofrecerle!
_BASILIO SOULINAKE.-¡Oh! No se preocupe usted de mi persona. De ninguna manera. No lo consiento, Madama Collet. Y me dispense usted a mí si llego con algún retraso, como la guardia valona, que dicen ustedes siempre los españoles. En la taberna donde comemos algunos emigrados eslavos, acabo de tener la referencia de que había muerto mi amigo Máximo Estrella. Me ha dado el periódico el chico de Pica Lagartos. ¿:La muerte vino de improviso?
_MADAMA COLLET.- ¡Un colapso! No se cuidaba.
_BASILIO SOULINAKE.- ,Quién certificó la defunción? En España son muy buenos los médicos, y como los mejores de otros países. Sin embargo, una autoridad completamente mundial les falta a los españoles. No es como sucede en Alemania. Yo tengo estudiado durante diez años medicina, y no soy doctor. Mi primera impresión al entrar aquí ha sido la de hallarme en presencia de un hombre dormido, nunca de un muerto. Y en esa primera impresión me empecino, como dicen los españoles. Madama
_Collet, tiene usted una gran responsabilidad. ¡Mi amigo MAX.- Estrella no está muerto! Presenta todos los caracteres de un interesante caso de catalepsia.
_MADAMA COLLET y CLAUDINITA se abrazan con un gran grito, repentinamente aguzados los ojos, manos crispadas, revolantes sobre la frente las sortijillas del pelo.
_SEÑA FLORA, la portera, llega acezando: La pregonan el resuello NI sus chancletas.
_LA PORTERA.- ¡Ahí está la carroza! ¿:Son ustedes suficientes para bajar el cuerpo del finado difunto? Si no lo son, subirá mi esposo.
_CLARINITO.- Gracias, nosotros nos bastamos.
_BASILIO SOULINAKE.- Señora portera, usted debe comunicarle al conductor del coche fúnebre, que se aplaza el sepelio. Y que se vaya con viento fresco. ¿:No es así como dicen ustedes los españoles?
_MADAMA COLLET.- ¡Que espere ... ! Puede usted equivocarse, Basilio.
_LA PORTERA.- ¡Hay bombines y javiques en la calle, y si no me engaño, un coche de galones! ¡Cuidado lo que es el mundo, parece el entierro de un concejal! ¡No me pensaba yo que tanto representaba el finado! ¿:Madama Collet, qué razón le doy al gachó de la carroza? ¡Porque ese tío no se espera! Dice que tiene otro viaje en la calle de Carlos Rubio.
_MADAMA COLLET.- ¡ Válgame Dios! ¡Yo estoy incierta!
_LA PORTERA.- ¡Cuatro Caminos! ¡Hay que ver, más de una legua y no le queda tarde!
_CLAUDINITA.- ¡Que se vaya! ¡Que no vuelva!
_MADAMA COLLET.- Si no puede esperar... Sin duda...
_LA PORTERA.- Le cuesta a usted el doble, total por tener el fiambre unas horas más en casa. ¡Deje usted que se lo lleven, Madama Collet!
_MADAMA COLLET.- ¡Y si no estuviese muerto!
_LA PORTERA.- ¿:Que no está muerto? Ustedes sin salir de este aire no perciben la corrupción que tiene.
_BASILIO SOULINAKE.- ¿:Podría usted decirme, señora portera, si tiene usted hecho estudios universitarios acerca de medicina? Si usted los tiene, yo me callo y no hablo más. Pero si usted no los tiene, me permitirá de no darle beligerancia, cuando yo soy a decir que no está muerto, sino cataléptico.
_LA PORTERA.- ¡Que no está muerto! ¡Muerto y corrupto!
_BASILIO SOULINAKE.- Usted, sin estudios universitarios, no puede tener conmigo controversia. La democracia no excluye las categorías técnicas, ya usted lo sabe, señora portera.
_LA PORTERA.- ¡Un rato largo! ¿:Con que no está muerto? ¡Habría usted de estar como él! Madama Collet, ¿:tiene usted un espejo? Se lo aplicamos a la boca y verán ustedes cómo no lo alienta.
_BASILIO SOULINAKE.- ¡Esa es una comprobación anticientífica! Como dicen siempre ustedes todos los españoles: Un me alegro mucho de verte bueno. ¿:No es así como dicen?
_LA PORTERA.- Usted ha venido aquí a dar un mitin y a soliviantar con alicantinas a estas pobres mujeres, que harto tienen con sus penas y sus deudas.
_BASILIO SOULINAKE.- Puede usted seguir hablando, señora portera. Ya ve usted que yo no la interrumpo.
Aparece en el marco de la puerta el cochero de la carroza fúnebre: Narices de borracho, chistaron viejo con escarapela, casaca de un luto raído, peluca de estopa y canillejas negras.
_EL COCHERO.- ¡Que son las cuatro y tengo otro parroquiano en la calle de Carlos Rubio!
_BASILIO SOULINAKE.- Madama Collet, yo me hago responsable, porque he visto y estudiado casos de catalepsia en los hospitales de Alemania. ¡Su esposo de usted, mi amigo y compañero MAX.- Estrella, no está muerto!
_LA PORTERA.- ¿:Quiere usted no armar escándalo, caballero? Madama Collet, ¿:dónde tiene usted un espejo?
_BASILIO SOULINAKE.- ¡Es una prueba anticientífica!
_EL COCHERO.- Póngale usted un mixto encendido en el dedo pulgar de la mano. Si se consume hasta el final, está tan fiambre como mi abuelo. ¡Y perdonen ustedes si he faltado!
EL COCHERO fúnebre arrima la fusta a la pared y rasca una cerilla. Acucándose ante el ataúd, desenlaza las manos del muerto y vuelve una por la palma amarillenta. En la yema del pulgar le pone la cerilla luciente, que sigue ardiendo y agonizando. CLAUDINITA, con un grito estridente, tuerce los ojos y comienza a batir la cabeza contra el suelo.
_CLAUDINITA.- ¡Mi padre! ¡Mi padre! ¡Mi padre querido!
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ESCENA DECIMACUARTA
Un patio en el cementerio del Este. La tarde fría. El viento adusto. La luz de la tarde sobre los muros de lápidas tiene una aridez agresiva. Dos SEPULTUREROS apisonan la tierra de una fosa. Un momento suspenden la tarea: Sacan lumbre del yesquero y las colillas de tras la oreja, Fuman sentados al pie del hoyo.
_UN SEPULTURERO.- Ese sujeto era un hombre de pluma.
_OTRO SEPULTURERO.- ¡Pobre entierro ha tenido!
_UN SEPULTURERO.- Los papeles lo ponen por hombre de mérito.
_OTRO SEPULTURERO.- En España el mérito no se premia. Se premia el robar y el ser sinvergüenza. En España se premia todo lo malo.
_UN SEPULTURERO.- ¡No hay que poner las cosas tan negras!
_OTRO SEPULTURERO.- ¡Ahí tienes al Pollo del Arete!
_UN SEPULTURERO.- ¿:Y ese qué ha sacado?
_OTRO SEPULTURERO.- Pasarlo como un rey siendo un malasangre. Míralo, disfrutando a la viuda de un concejal.
_UN SEPULTURERO.- Di un ladrón del Ayuntamiento.
_OTRO SEPULTURERO.- Ponlo por dicho. ¿:Te parece que una mujer de posición se chifle así por un tal sujeto?
_UN SEPULTURERO.- Cegueras. Es propio del sexo.
_OTRO SEPULTURERO.- ¡Ahí tienes el mérito que triunfa! ¡Y para todo la misma ley!
_UN SEPULTURERO.- ¿:Tú conoces a la sujeta? ¿:Es buena mujer?
_OTRO SEPULTURERO.- Una mujer en carnes. ¡Al andar, unas nalgas que le tiemblan! ¡Buena!
_UN SEPULTURERO.- ¡Releche con la suerte de ese gatera!
Por una calle de lápidas y cruces, vienen paseando y dialogando dos sombras rezagadas, dos amigos en el cortejo fúnebre de MAXIMO ESTRELLA. Hablan en voz baja y caminan lentos, parecen almas imbuidas del respeto religioso de la muerte. El uno, viejo caballero con la barba toda de nieve y capa española sobre los hombros, es el céltico MARQUES DE BRADOMIN. El otro es el indico y profundo RUBEN DARIO.
_RUBEN.- ¡Es pavorosamente significativo, que al cabo de tantos años nos hayamos encontrado en un cementerio!
_EL MARQUES.- En el Campo Santo. Bajo ese nombre adquiere una significación distinta nuestro encuentro, querido Rubén.
_RUBEN.- Es verdad. Ni cementerio, ni necrópolis. Son nombres de una frialdad triste y horrible, como estudiar Gramática. ¿:Marqués, qué emoción tiene para usted necrópolis?
_EL MARQUES.- La de una pedantería académica.
_RUBEN.- Necrópolis para mí es como el fin de todo, dice lo irreparable y lo horrible, el perecer sin esperanza en el cuarto de un Hotel. ¿:Y Campo Santo? Campo Santo tiene una lámpara.
_EL MARQUES.- Tiene una cúpula dorada. ¡Bajo ella resuena religiosamente el terrible clarín extraordinario, querido Rubén!
_RUBEN.- Marqués, la muerte muchas veces sería amable si no existiese el terror de lo incierto. ¡Yo hubiera sido feliz hace tres mil años en Atenas!
_EL MARQUES.- Yo no cambio mí bautismo de cristiano por la sonrisa de un cínico griego. Yo espero ser eterno por mis pecados.
_RUBEN.- ¡Admirable!
_EL MARQUES.- En Grecia quizá fuese la vida más serena que la vida nuestra...
_RUBEN.- Solamente aquellos hombres han sabido divinizarla!
_EL MARQUES.- Nosotros divinizamos la muerte. No es más que un instante la vida, la única verdad es la muerte... Y de las muertes, yo prefiero la muerte cristiana.
_RUBEN.- ¡Admirable filosofía de hidalgo español! ¡Admirable! ¡Marqués, no hablemos más de Ella!
Callan y caminan en silencio. LOS SEPULTUREROS, acabada de apisonar la tierra, uno tras otro beben a chorro de un mismo botijo. Sobre el muro de lápidas blancas, las dos. figuras acentúan su contorno negro. RUBEN DARIO y EL MARQUES DE BRADOWN se detienen ante la mancha oscura de la tierra removida.
_RUBEN- ¿:Marqués, cómo ha llegado usted a ser amigo de Máximo Estrella?
_EL MARQUES.- MAX.- era hijo de un capitán carlista que murió a mi lado en la guerra. ¿:El contaba otra cosa?
_RUBEN.- Contaba que ustedes se habían batido juntos en una revolución, allá en
_México.
_EL MARQUES.- ¡Qué fantasía! MAX.- nació treinta años después de mi viaje a
_México. ¿:Sabe usted la edad que yo tengo? Me falta muy poco para llevar un siglo a cuestas. Pronto acabaré, querido poeta.
_RUBEN.- ¡Usted es eterno, Marqués!
_EL MARQUES.- ¡Eso me terno, pero paciencia!
Las sombras negras de Los SEPULTUREROS -al hombro las azadas lucientes - se acercan por la calle de tumbas. Se acercan.
_EL MARQUES.- ¿:Serán filósofos, como los de Ofelia?
_RUBEN.- ¿:Ha conocido usted alguna Ofelia, Marqués?
_EL MARQUES.- En la edad de] pavo todas las niñas son Ofelias. Era muy pava aquella criatura, querido Rubén. ¡Y el Príncipe, corno todos los príncipes, un babieca!
_RUBEN.- ¿:No ama usted al divino William?
_EL MARQUES.- En el tiempo de mis veleidades literarias, lo elegí por maestro. ¡Es admirable! Con un filósofo tímido y una niña boba en fuerza de inocencia ha realizado el prodigio de crear la más bella tragedia. Querido Rubén, Hamlet y Ofelia, en nuestra dramática española, serían dos tipos regocijados. ¡Un tímido y una niña boba, lo que hubieran hecho los gloriosos hemanos Quintero!
_RUBEN.- Todos tenemos algo de Hamletos.
_EL MARQUES.- Usted, que aún galantea. Yo, con mi carga de años, estoy más próximo a ser la calavera de Yorik.
_UN SEPULTURERO.- Caballeros, si ustedes buscan la salida, vengan con nosotros. Se va a cerrar.
_EL MARQUES.- ¿:Rubén, qué le parece a usted quedarnos dentro?
_RUBEN.- ¡Horrible!
_EL MARQUES.- Pues entonces sigamos a estos dos.
_RUBEN.- ¿:Marqués, quiere usted que mañana volvamos para poner una cruz sobre la sepultura de nuestro amigo
_EL MARQUES.- ¡Mañana! Mañana habremos los dos olvidado ese cristiano propósito.
_RUBEN.- ¡Acaso!
En silencio y retardándose, siguen por el camino de Los SEPULTUREROS que, al revolver los ángulos de las calles de tumbas, se detienen a esperarlos.
_EL MARQUES.- Los años no me permiten caminar más de prisa.
_UN SEPULTURERO.- No se excuse usted, caballero.
_EL MARQUES.- Pocos me faltan para el siglo.
_OTRO SEPULTURERO.- ¡Ya habrá usted visto entierros!
_EL MARQUES.- Si no Sois muy antiguos en el Oficio, probablemente más que vosotros. ¿:Y se Muere mucha gente esta temporada?
_UN SEPULTURERO.- No falta faena. Niños y viejos.
_OTRO SEPULTURERO.- La caída de la hoja siempre trae lo suyo.
_EL MARQUES.- ¿:A vosotros os pagan por entierro?
_UN SEPULTURERO.- Nos pagan un jornal de tres pesetas, caiga lo que caiga. Hoy, a como está la vida, ni para mal comer. Alguna otra cosa se saca. Total, miseria.
_OTRO SEPULTURERO.- En todo va la suerte. Eso lo primero.
_UN SEPULTURERO.- Hay familias que al perder un miembro, por cuidarle de la sepultura, pagan uno o dos o medio. Hay quien ofrece y no paga. Las más de las familias pagan los primeros meses. Y lo que es el año, de ciento, una. ¡Dura poco la pena!
_EL MARQUES.- ¿:No habéis conocido ninguna viuda inconsolable?
_UN SEPULTURERO.- ¡Ninguna! Pero pudiera haberla.
_EL MARQUES.- ¿:Ni siquiera habéis oído hablar de Artemisa y Mausoleo?
_UN SEPULTURERO.- Por mi parte, ni la menor cosa.
_OTRO SEPULTURERO.- Vienen a ser tantas las parentelas que concurren a estos lugares, que no es fácil conocerlas a todas.
Caminan muy despacio. RUBEN, meditabundo, escribe alguna palabra en el sobre de una carta. Llegan a la puerta, rechina la verja negra. EL MARQUES, benevolente, saca de la capa su mano de marfil y reparte entre los enterradores algún dinero.
_EL MARQUES.- No sabéis mitología, pero sois dos filósofos estoicos. Que sigáis viendo muchos entierros.
_UN SEPULTURERO.- Lo que usted ordene. ¡Muy agradecido!
_OTRO SEPULTURERO.- Igualmente. Para servir a usted, caballero.
Quitándose las gorras, saludan y se alejan. EL MARQUES DE BRADOMIN, con una sonrisa, se arrebuja en la capa. RUBEN DARIO conserva siempre en la mano el sobre de la carta donde ha escrito escasos renglones. Y dejando el socaire de unas bardas, se acerca a la puerta del cementerio el coche del viejo MARQUES.
_EL MARQUES.- ¿:Son versos, Rubén? ¿:Quiere usted leérmelos?
_RUBEN.- Cuando los haya depurado. Todavía son un monstruo.
_EL MARQUES.- Querido Rubén, los versos debieran publicarse con todo su proceso, desde lo que usted llama monstruo hasta la manera definitiva. Tendrían entonces un valor como las pruebas de aguafuerte. ¿:Pero usted no quiere leérmelos?
_RUBEN.- Mañana, Marqués.
_EL MARQUES.- Ante mis años, y a la puerta de un cementerio, no se debe pronunciar la palabra mañana. En fin, montemos en el coche, que aún hemos de visitar a un bandolero. Quiero que usted me ayude a venderle a un editor el manuscrito de mis
_Memorias. Necesito dinero. Estoy completamente arruinado, desde que tuve la mala idea de recogerme a mi Pazo de Bradomín. No me han arruinado las mujeres, con haberlas amado tanto, y me arruina la agricultura!
_RUBEN.- Admirable!
_EL MARQUES.- Mis Memorias se publicarán después de mi muerte. Voy a venderlas como si vendiese el esqueleto. Ayudémonos.
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ESCENA ULTIMA
La Taberna de PICA LAGARTOS.-Lobreguez con Un temblor de acetileno. DON LATINO DE HISPALIS, ante el mostrador, insiste y tartajea convidando al POLLO DEL PAYPAY. Entre traspiés y traspiés, da la pelma.
_DON LATINO.- ¡Beba usted, amigo! ¡Usted no sabe la pena que rebosa mi corazón! ¡Beba usted! ¡Yo bebo sin dejar cortinas!
_EL POLLO.- Porque usted no es castizo.
_DON LATINO.- ¡Hoy hemos enterrado al primer poeta de España! ¡Cuatro amigos en el cementerio! ¡Acabóse! ¡Ni una cabrona representación de la Docta Casa! ¿:Qué te parece, Venancio?
_PICA LAGARTOS.- Lo que usted guste, Don Latí.
_DON LATINO.- ¡El Genio brilla con luz propia! ¿:Que no, Pollo?
_EL POLLO.- Que sí, Don Latino.
_DON LATINO.- ¡Yo he tomado sobre mis hombros publicar sus escritos! ¡La honrosa tarea! ¡Soy su fideicomisario! Nos lega una novela social que está a la altura de Los Miserables. ¡Soy su fideicomisario! Y el producto íntegro de todas las obras, para la familia. ¡Y no me importa arruinarme publicándolas! ¡Son deberes de la amistad! ¡Semejante al nocturno peregrino, mi esperanza inmortal no mira al suelo! Señores, ni una representación de la Docta Casa! ¡Eso sí, los cuatro amigos, cuatro personalidades!
_El MINISTRO.- de la Gobernación, Bradomín, Rubén y este ciudadano. ¿:Que no, Pollo?
_EL POLLO.- Por mí, ya puede usted contar que estuvo la Infanta.
_PICA LAGARTOS.-Me parece mucho decir que se halló la política representada en el entierro de Don MAX.- . Y si usted lo divulga, hasta podrá tener para usted malas resultas.
_DON LATINO.- ¡Yo no miento! ¡Estuvo en el cementerio el MINISTRO.- de la
_Gobernación! ¡Nos hemos saludado!
_EL CHICO DE LA TABERNA.- ¡Sería Fantomas!
_DON LATINO.- Calla tú, mamarracho. ¡Don Antonio Maura estuvo a dar el pésame en la casa de] Gallo!
_EL POLLO.- José Gómez, Gallito, era un astro y murió en la plaza, toreando muy requetebién, porque ha sido el rey de la tauromaquia.
_PICA LAGARTOS.- ¿:Y Terremoto, u séase Juan Belmonte?
_EL POLLO .- ¡Un intelectual!
_DON LATINO.- .- Niño, otra ronda. ¡Hoy es el día más triste de mi vida! ¡Perdí un amigo fraternal y un maestro! Por eso bebo, Venancio.
_PICA LAGARTOS.- ¡Que ya sube una barbaridad la cuenta, Don Latí! Tantéese usted, a ver el dinero que tiene. ¡No sea caso!
_DON LATINO.- Tengo dinero para comprarte a ti, con tu tabernáculo.
Saca de las profundidades del carrik un manojo de billetes y lo arroja sobre el mostrador, bajo la mirada torcida del chulo y el gesto atónito de Venancio. EL CHICO DE LA TABERNA se agacha por alcanzar entre las zancas barrosas del curda un billete revolante. La niña PISA BIEN, amurriada en un rincón de la tasca, se retira el pañuelo de la frente. espabilándose fisga hacia el mostrador.
_EL CHICO DE LA TABERNA.- ¿:Ha heredado usted, Don Latí?
_DON LATINO.- Me debían unas pocas pesetas, y me las han pagado.
_PICA LAGARTOS.- No son unas pocas.
_LA PISA BIEN.- ¡Diez mil del ala!
_DON LATINO.- ¿:Te deben algo?
_LA PISA BIEN.- ¡Naturaca! Usted ha cobrado un décimo que yo he vendido.
_DON LATINO.- No es verdad.
_LA PISA BIEN.- El 5775.
_EL CHICO DE LA TABERNA.- Ese mismo número llevaba Don MAX.- !
_LA PISA BIEN.- A fin de cuentas no lo quiso, y se lo llevó Don Latí. Y el tío roña aún no ha sido para darme la propi.
_DON LATINO.- ¡Se me había olvidado!
_LA PISA BIEN.- Mala memoria que usted se gasta.
_DON LATINO.- Te la daré.
_LA PISA BIEN.- Usted verá lo que hace.
_DON LATINO.- Confía en mi generosidad ¡limitada.
EL CHICO DE LA TABERNA se desliza tras el patrón, y a hurto, con una seña disimulada, le tira del mandil. PICA LAGARTOS echa la llave al cajón Y se junta con el chaval en la oscuridad donde están amontonadas las corambres. Hablan expresivos y secretos, pero atentos al mostrador con el ojo y la oreja. LA PISA BIEN le guiña a DON LATINO.
_LA PISA BIEN.- ¡Don Latí, me dotará usted con esas diez mil del ala!
_DON LATINO.- Ten pondré piso.
_LA PISA BIEN.- ¡Olé los hombres!
_DON LATINO.- Crispín, hijo mío, una copa de anisete a esta madama.
_EL CHICO DE LA TABERNA.- ¡Va, Don Latí!
_DON LATINO.- ¿:Te estás confesando?
_LA PISA BIEN.- ¡Don Latí, está usted la mar de simpático! ¡Es usted un flamenco! ¡Amos, deje de pellizcarme!
_EL POLLO.- Don Latino, pupila, que le hacen guiños a esos capitales.
_EL POLLO DEL PAY-PAY se acerca ondulante. A intento, deja ver que está empalmado, tose ' y se rasca ladeando la gorra. ENRIQUETA tercia el mantón y ocultamente abre una navajilla.
_EL POLLO.- Aquí todos estamos con la pupila dilatada y tenemos opción a darle un vistazo a ese kilo de billetaje.
_LA PISA BIEN.- Don Latí se va a la calle de ganchete con mangue.
_EL POLLO.- ¡Fantasía!
_PICA LAGARTOS.- Tú, pelmazo, guarda la herramienta y no busques camorra.
_EL POLLO.- ,Don Latí, usted ha dado un golpe en el Banco!
_DON LATINO.- Naturalmente.
_LA PISA BIEN.- ¡Que te frían un huevo, Nicanor! A Don Latí le ha caído la lotería en un décimo del 5775. ¡Yo se lo he vendido!
_PICA LAGARTOS.- El muchacho y un servidor lo hemos presenciado. ¿:Es verdad, muchacho?
_EL CHICO DE LA TABERNA.- ¡Así es!
_EL POLLO.- Miau!
PACONA, una vieja que hace celestinazgo y vende periódicos, entra en la taberna con su hatillo de papel impreso y deja sobre el mostrador un número de El Heraldo. Sale conio entró,fisgona - y callada. Solamente en la puerta, mirando ti las estrellas, vuelve a gritar su pregón.
LA PERIODISTA.- ¡Heraldo de Madrid! ¡Corres! ¡Heraldo. ¡Muerte misteriosa de dos señoras en la calle de Bastardillos! ¡Corres! ¡Heraldo!
DON LATINO rompe el grupo , se acerca al mostrador. huraño - y enigmático. En el círculo luminoso ¿:le la lámpara, con el periódico abierto a dos manos, tartamudea la lectura de los títulos con que adereza el reportero el suceso de la calle de Bastardillos. Y le miran los otros con burlona, como a un viejo chiflado.
_LECTURA DE DON LATINO.- El tufo de un brasero. Dos señoras asfixiadas. Lo que dice una vecina. Doña Vicenta no sabe nada. ¿:Crinen o suicidio? ¡Misterio!
_EL CHICO DE LA TABERNA.- Mire usted si el papel trae los nombres de las gachís.
_Don Latí.
_DON LATINO.- Voy a verlo.
_EL POLLO.- ¡No se cargue usted la cabezota, tío fila!
_LA PISA BIEN.- Don Latí, vámonos.
_EL CHICO DE LA TABERNA.- ¡Aventuro que esas dos sujetas son la esposa y la hija de Don Máximo!
_DON LATINO.- ¡Absurdo! ¿:Porqué habían de matarse?
_PICA LAGARTOS.- ¡Pasaban muchas fatigas!
_DON LATINO.- Estaban acostumbradas. Solamente tendría una explicación. ,El dolor por la pérdida de aquel astro!
_PICA LAGARTOS.- Ahora usted hubiera podido socorrerlas.
_DON LATINO.- ¡Naturalmente! ¡Y con el corazón que yo tengo, Venancio!
_PICA LAGARTOS.- ¡El mundo es una controversia!
_DON LATINO.- ¡Un esperpento!
_EL BORRACHO ¡Cráneo previlegiado!
FIN |