Tirso de Molina
Ventura te dé Dios, hijo



Personas que hablan en ella:
  • OTON, caballero
  • ROSELA, dama
  • CESARO, letrado
  • HONORATO, viejo
  • GILOTE, villano
  • CRISELIO, caballero
  • CLEMENCIA, dama
  • ALBERTO, soldado
  • FULBIO, gramático
  • AGUDO, criado
  • OCTAVIA, dama
  • GRIMALDO, viejo
  • LISENO, caballero
  • RAMON, alcaide
  • CLAVELA, dama
  • El DUQUE de Mantua
  • ENRIQUE, el conde de Plasencia
  • Un PAJE


JORNADA PRIMERA

Sale OTON, de estudiante, con el Arte de Antonio de Nebrija en la mano

OTON:      ¿ Qué os hice yo, estrellas pías,
   que tanto me perseguís ?
   ¿ Qué confusión infundís
   en estas potencias mías ?
   En un año que ha que intento, 5
   por dar a mis padres gusto,
   estudiar, y el Arte ajusto
   a mi torpe entendimiento;
   por más que, a costa del sueño,
   niego a la cama el tributo 10
   y decorando sin fruto
   soy más incapaz que un leño,
   la primer conjugación
   aún no he podido aprender,
   ni el primer tiempo saber, 15
   tarea de mi lición.
   ¿ Por qué consientes, Apolo,
   si las ciencias te dan nombre,
   gastar tanto tiempo a un hombre
   sin saber un tiempo sólo ? 20
   Pues no bastan desengaños,
   ni el hallar por experiencia
   que el principio de la ciencia
   apetece tiernos años,
   más que mi madura edad, 25
   para que a mi padre ablande
   y que estudie no me mande
   con tanta incapacidad,
   cielos, más memoria os pido,
   porque soy siquiera amante, 30
   que el amor y él estudiante
   se infaman con el olvido.
   Amo a Rosela divina;
   pensar en ella es mi gloria,
   y si es para mi memoria 35
   su imagen anacardina,
   séalo, estudios, también,
   para que en mí os autoricen,
   que nunca se contradicen
   saber bien y querer bien. 40
   Ya es hora de dar lición;
   presto el preceptor vendrá;
   mas, ¿ qué le aprovechará
   si en mí sus preceptos son
   lo que en el yunque el martillo ? 45
   Ahora bien, decorar quiero
   aqueste tiempo primero.
   ¡ Oh, quién pudiera infundillo
   todo sin salir de aquí !
   ¡ Animo, ingenio de plomo ! 50
   Purga parece que tomo.
   El verbo es de sum, es, fui
   el que me hace trasnochar

Comienza a decorar paseándose, y mirando de cuando en cuando el Arte

   y, me ocupa el tiempo todo.
   Vaya, indicativo modo, 55
   es el modo de mostrar.
   Tempore presenti dice;

Lee

   luego, "en el tiempo presente,"
   como aquesto se me asiente
   al preceptor satisfice. 60
   Dice luego, sum, yo soy,
   es, tu eres.    Adelante.
   Est, aquél es. ¡ Qué estudiante !
   Aquesto basta por hoy.
   Como el singular decore, 65
   mañana sabré el plural
   ¡ Que deprenda yo tan mal,
   y que tan bién me enamore !
   Cierro el Arte, y decorar
   quiero. ¡ Qué mal me acomodo ! 70
   Vaya.    Indicativo modo,   

Paseándose

   es el modo de mostrar.
   Tempore presenti, el tiempo
   presente. Sum... ¡ Ea, pues,

Titubeando

   sum, significa...aquél es. 75
   Sin provecho gasto el tiempo.
   Si no abro el libro es en vano.
   ¡ Que una cosa tan común
   me cueste a mí tanto ! Sum...
   ¡ Ah, memoria dé villano ! 80

Lee

   Sum, yo soy, me enseña aquí.
   Lo que por el libro aprendo
   lo olvido luego en leyendo.
   ¡ Cielo ! ¿ en qué estrella nací ?
   ¡ Ah, gramática maldita ! 85

Arroja el Arte

   mal haya quien te inventó !
   Si no soy para ti yo,
   ¿ quién a que estudie me incita ?
   Vete con la maldición
   Arte de embelecos lleno; 90
   de mi memoria veneno,
   de mi ingenio confusión;
   que ni te quiero aprender,
   ni contigo es bien me asombre.
   Si es natural en todo hombre 95
   el deseo de saber,
   y hace en mí tan poco fruto
   la doctrina que me das,
   no me llamen hombre más,
   sino roble, estatua, bruto. 100
   ¿ Hay tal desesperación ?
   El preceptor sale.    ¡ Ah, cielo !

Sale FULBIO, maestro

FULBIO:      Otón: ¿ el Arte en el suelo ?
   Bien se sabrá la lición.
OTON:      Arrójale la torpeza 105
   que ez mi vil memoria ves;
   quizá entrará por los pies,
   pues no entra por la cabeza.
   Por Dios, que es hombre terrible
   mi padre, pues en mi afrenta, 110
   gramático hacerme intenta,
   siendo en mí tan imposible.
   Si a un verbo no hay dar alcance,
   ¿ cuándo llegaré a su fin;
   ni cómo sabrá latín 115
   quien no sabe bien romance ?
   Aunque tengo padres, soy
   de edad varonil, que encierra
   más valor para la guerra
   que para el arte en que estoy; 120
   y si es bien que en esto notes,
   no son mis años capaces
   de facultad que a rapaces
   muestran palmetas y azotes.
FULBIO:      Señor Otón, vuestro padre 125
   tiene, por ser principal,
   más nobleza que caudal;
   y porque el estado os cuadre
   a vuestro valor debido,
   que estudiéis a cargo toma; 130
   porque sus deudos que en Roma
   por las letras han valido
   hasta alcanzar el capelo,
   prometen haceros hombre.
   Estudiad, y no os asombre 135
   la incapacidad que al cielo
   queréis, ocioso, imputar.
   Sabio vuestro padre os vea,
   que no hay cosa que no sea
   difícil al comenzar. 140
   De la honra es breve atajo
   el estudio que el cuerdo ama,
   porque al templo de la fama
   se entra por el del trabajo.
   No cobra valor ni medra 145
   la ociosidad regalada,
   que una gota continuada
   rompe la más dura piedra.
   Uno y otro estudio venza
   la memoria hasta que abrace 150
   lo que os enseño, pues hace
   la mitad el que comienza.
   Alzad el Arte del suelo,
   y estimadle en más, Otón.
   Ea, decid la lición 155
   que ayer os enseñé.
OTON:                                ¡ Ah, cielo !
FULBIO:      De ese verbo sustantivo
   el primer tiempo me dad.
   No os confundáis; comenzad.
OTON:      Comienzo.    Nominativo, 160
   sum...
FULBIO:                      ¡ Donoso majadero !
   ¿ Nombre hacéis a sum, es, fui ?
   ¿ No es verbo ?
OTON:                          Dómine, sí.
FULBIO:      Pues decí el tiempo primero.
OTON:      ¿ No fue en ese tiempo Adán ? 165
FULBIO:      ¡ A propósito fray Jarro !
   ¡ Por cierto, ingenio bizarro
   por discípulo me dan !
   ¿ No os enseñé, impertinente,
   los tiempos del verbo ? Estaba... 170
OTON:      Ya... ya..., no se me acordaba.
FULBIO:      Pues decí el tiempo presente.
OTON:      El presente es bien bellaco,
   si el cielo no lo socorre.
   Moneda de vellón corre 175
   y reinan Venus y Baco,
   labra casas la lisonja;
   es pescadora de caña
   la verdad, la lealtad daña;
   la ambición se metió monja. 180
   Es ciencia la presunción,
   ingenio la oscuridad;
   el mentir sagacidad,
   y grandeza el ser ladrón.
   Vividor el que consiente; 185
   buhonera la hermosura;
   vende báculos la usura
   y éste es el tiempo presente.
   Y pues en él la ignorancia
   vence a la sabiduría, 190
   y en mí la dicha podría
   ser de mayor importancia
   que el latín que aprendo mal,
   con vuestro Arte os avenid,

Arrójale

   y a mi padre le decid 195
   que no fuerce el natural
   de su hijo con violencia,
   que es hacer al cielo agravio,
   y si me quiere hacer sabio
   que me dé la suficiencia. 200

Vase OTON

FULBIO:      El hombre ha dicho muy bien,
   y me libra de un trabajo
   que a tomarle yo a destajo
   perdiera el seso también.
   ¡ Jesús, qué gran matalote ! 205
   Más ha de un mes que le di
   de lición a sum, es, fui,
   que la abarca y el capote
   del rústico más común
   le aprendiera en media hora, 210
   y sáleme el poste agora
   con nominativo, sum.
   ¡ Qué de Otones que me miran,
   discretos en la opinión,
   que para el Antonio son 215
   tamquam asinus ad lyram.

Vase FULBIO.    Salen ROSELA, dama, y AGUDO

ROSELA:      De modo contenta estoy,
   que pues no hago acciones locas,
   no muestro que hermana soy
   de Césaro. Albricias pocas 220
   por tales nuevas te doy.
   ¿ Que mi hermano tanta estima
   por sus letras ha alcanzado ?
AGUDO:      Toda Italia le sublima
   por el más noble letrado 225
   que lee cátedra de prima.
   No tiene jurisperito
   Europa sabio como él;
   su nombre en Bolonia escrito
   por las calles, el laurel 230
   le ofrece.
ROSELA:                    Gozo infinito
   con esas nuevas me das.
   ¡ Qué alegre estará Honorato,
   mi padre !
AGUDO:                    No quieras más,
   que él solo al de Monferrato, 235
   cuya guerra ya sabrás
   que con el de Mántua tiene,
   ha sido causa total
   de las paces que previene.
ROSELA:      Cuéntame eso.
AGUDO:                      Gloria igual 240
   a ganar su valor viene.
   Dos años ha, como sabes,
   que sobre la posesión
   de algunas ciudades graves,
   que en esta comarca son 245
   de Italia y Milán las llaves
   el duque de Mántua viejo,
   y el marqués de Monferrato,
   los dos de la guerra espejo,
   con militar aparato 250
   perturban paz y consejo;
   y remitiendo a la guerra
   pareceres de letrados,
   que el más sabio tal vez yerra,
   de Italia los potentados 255
   han convocado a su tierra.
   Peleaban cada día,
   y combatiendo murallas
   la dicha y la valentía,
   en asaltos y en batallas 260
   se abrasaba Lombardía.
   Y sin poder componellos
   los que la paz intentaban,
   la Ocasión andaba entre ellos,
   de quien, ciegos, procuraban 265
   sin verla, asir los cabellos.
   Cansados de guerras, pues,
   entró el papa de por medio,
   llamando al duque y marqués;
   y, para poner remedio 270
   en tan prolijo interés,
   mandó que buscar hiciesen
   al más ilustre letrado
   que las leyes conociesen,
   en cuyo estudio y cuidado 275
   sus pleitos comprometiesen.
   Dio la diligencia prisa,
   y volando a las ciudades
   de Italia la fama, avisa
   a las universidades 280
   de Perusa, Fermo y Pisa.
   Vienen letrados de Roma,
   los suyos Bolonia apresta;
   mas, Césaro, que los doma,
   como el sol se manifiesta 285
   cuando entre estrellas asoma.
   Rindiéronse a su opinión
   cuantos ser jueces quisieran,
   y no fue grande blasón,
   pues también lo mismo hicieran 290
   Bártulo, Baldo y Jasán.
   Juez árbitro le nombraron
   el duque y marqués al fin,
   y después que le informaron,
   de dar a sus guerras fin 295
   y pasar los dos juraron
   por su sabio parecer,
   en la justicia resuelto,
   que no admite corromper.
   Y después de haber revuelto 300
   todo el derecho, a vencer
   vino el duque; pero dió
   Césaro tales razones
   y tan eficaz habló,
   que a pesar de discusiones 305
   a los dos apaciguó,
   con que la hermosa Clemencia,
   hija del duque, se case
   con el conde de Placencia,
   hijo del marqués, y pase 310
   la guerra a bodas y herencia.
   Vinieron los dos en esto,
   y a Césaro aficionados,
   en el gobierno le ha puesto
   el duque de sus estados; 315
   y el marqués, que ve compuesto
   tan a su satisfacción
   pleito tan largo y reñido,
   en muestras de su afición
   de joyas le ha enriquecido, 320
   y una villa en posesión
   y mayorazgo le ha dado,
   premio de su mucha ciencia;
   y para vos ha alcanzado,
   siendo dama de Clemencia, 325
   esperanzas de un condado,
   con el esposo que os dé.
   Ved lo que el estudio alcanza.
ROSELA:      Pues de estado mejoré,
   voluntad, a la mudanza 330
   estatuas levantaré.
   Villano padre dió el ser
   al mío, que mejoró
   con el trato mercader.
   Bieldos en varas trocó 335
   y el sembrar por el vender.
   Admití la voluntad
   que mostró tenerme Otón,
   ilustre en esta ciudad,
   creyendo de su afición 340
   interesar calidad
   a mi sangre con su amor,
   que aunque pobre, es caballero;
   pues dándome él su valor
   y yo en trueco mi dinero, 345
   lucieran los dos mejor.
   Pero, pues, la diligencia
   de mi hermano le sublima
   a tan noble preeminencia
   y, en fe de su mucha estima, 350
   he de privar con Clemencia,
   Otón mude de cuidado,
   que ya los cielos serenos
   de mi amor se han anublado;
   porque no pienso ser menos 355
   que esposa de un titulado.
AGUDO:      A eso y más puede animarte
   Césaro, del mundo espejo.

Vase AGUDO.    Sale OTON

OTON:      Rosela, por adorarte
   odiosos estudios dejo; 360
   que al natural cansa el Arte.
   ¿ Qué gramática mejor,
   qué más noble facultad,
   qué ciencia de más valor
   que la que halla en tu beldad 365
   mi correspondido amor ?
   Estudie nominativos
   quien como yo no se asombre,
   y aplíqueles adjetivos,
   como declinen tu nombre 370
   mis deseos siempre vivos.
   Conjuguen a sum, es, fui,
   sin mí los demás desde hoy,
   pues sólo de él aprendí,
   mi bien, con el sum, que soy 375
   tuyo y no vivo sin ti.
   Si se enojare mi padre
   porque en su gusto no vengo
   va le cuadre o no le cuadre,
   a tu amor por padre tengo 380
   y a tu hermosura por madre.
   Abre el amoroso labio,
   hónreme tu sí dichoso,
   no hagas a mi fe agravio,
   que más quiero ser tu esposo 385
   que, no siéndolo, ser sabio.
ROSELA:      (¡ Qué donoso impertinente !)      Aparte
   Otón, pobreza y valor
   no son dote competente,
   ni anda ya desnudo Amor 390
   en la opinión de la gente.
   Si ya que eres ignorante,
   tuvieras hacienda, Otón,
   estimárate constante;
   que el tener es disareción 395
   y el oro se ha vuelto amante.
   El cielo a mi hermano ha dado
   tantas letras, que le ven
   por ellas entronizado,
   y siendo sabio, no es bien 400
   darle a un necio por cuñado.
   De tu ignorancia me pesa.
   Césaro me ha prometido,
   por lo que en esto interesa,
   que no ha de ser mi marido 405
   quien no me llame condesa.
OTON:      Respondes como mujer,
   pues en la hacienda reparas;
   hija al fin de mercader
   que mide su amor a varas 410
   en la tienda del tener.
   ¿ Al interés amor llamas ?
   Amor no es más que valor
   de la voluntad que infamas.
ROSELA:      Pues tú ¿ qué sabes de amor 415
   si aún no has llegado a amo, amas ?
   Anda, vete a sum, es, fui.
OTON:      Sí haré, que soy caballero,
   y seré siempre el que fui,
   el ser villano y grosero 420
   de un terrón al que hay en ti.
   Yo, soy yo.
ROSELA:                        ¿ Dasme lición ?
OTON:      Y tú, eres tú.
ROSELA:                        A conjugar
   te vas enseñando, Otón;
   mas tu amor no ha de llegar 425
   conmigo a conjugación,
   ni a ser amante tampoco,
   que más adelante pasa.
OTON:      A no estimarte tan poco,
   villana...
ROSELA:                    ¿ No hay quien de casa 430
   a palos me eche este loco ?

Sale AGUDO

AGUDO:      Albricias, señora mía;
   tu padie y hermano están
   en casa, y a Mántua van.
   Por ellos el duque envía 435
   y por ti, porque madama
   Clemencia te hace favor.

A OTON

ROSELA:      ¿ Es justo estimar tu amor
   cuando un príncipe me llama ?
   Bien pudiera castigar 440
   tu ignorante desacato
   si a Césaro y a Honorato
   cuenta de él quisiera dar;
   mas en fe de tu desprecio
   bástete, Otón, por agravio 445
   que él venga a ganar por sabio
   lo que tú pierdes por necio.
   Y pues de ti no hago caso,
   por lo que te falta de hombre,
   declina casos de un nombre, 450
   mientras en Mántua me caso,
   que musa, musae, te excusa,
   pues mientras te corresponde,
   me casarán con un conde
   y a ti, ignorante, con musa. 455
OTON:      ¡ Que esto sufro ! ¡ Que esto escucho !
   ¡ Que esto causa el no saber !

Salen de camino, como letrado galán CESARO, y HONORATO, viejo

HONORATO:      ¡ Hija !
CESARO:      ¡ Hermana !
ROSELA:                        Si el placer
   da la muerte cuando es mucho, 460
   no sé, hermano, cómo vivo.
   Si honró el laurel tu cabello,
   honre mis brazos tu cuello,
   en que el alma te apercibo.
   Ya sé cuán sabio te nombra 465
   la fama que te engrandece;
   que el duque te favorece;
   y a mí, que estoy a tu sombra.
   Ya sé que él con el marqués,
   por bastar a apaciguallos, 470
   te hacen señor de vasallos
   y conde te harán después.
   Ya sé que entro en la privanza
   de madama, y que por mí
   vienes, levantando ansí 475
   hasta el cielo mi esperanza;
   que a mi padre da valor
   la vara, que en ti mejora,
   si de medir hasta agora,
   ya en ti de gobernador. 480
   Sé que a tu sangre enriqueces,
   y aunque honrarte tanto escucho;
   sé, en fin, si te han dado mucho,
   que infinito más mereces.
CESARO:      Yo sé, Rosela querida, 485
   lo que basta a ennoblecer
   mi linaje, sangre y ser.
   Prevén luego tu partida,
   que te esperan dos carrozas.
ROSELA:      ¿ Dos ? 490
HONORATO:      ¿ Pues eso te ha espantado ?
   Yo espero verte en estado,
   si un año a tu hermano gozas,
   que te llame su mujer
   un Colona o un Gonzaga. 495
ROSELA:      ¡ Ay, padre !    El cielo lo haga.
OTON:      (Saber y ensoberbecer                Aparte
   todo es uno. La ambición
   de éstos me ha causado risa.)
CESARO:      Yo, hermana, vengo de prisa. 500
ROSELA:      Vamos.
CESARO:                  ¡ Oh, señor Otón !
   ¿ Aquí está vuesa merced ?
OTON:      Con el contento y el gusto
   que en esta ocasión es justo.
CESARO:      Todo es hacerme merced. 505
   Ya estará bravo latino.
   ¿ Cómo va de construír ?
   Versos sabrá ya medir;
   no envidiará a Calepino.
ROSELA:      ¡ Y cómo ! No hay quien le iguale. 510
   Es en sum, es, fui la prima;
   que tanto lo que es estima,
   que del sum, es, fui, no sale.
CESARO:      Hace bien, que es caballero.
   Estudie, haga lo que manda 515
   su padre; que el tiempo ablanda
   el ingenio más grosero.
   Sus treinta años poco más
   debe tener; muchacho es;
   tiempo le queda después 520
   para aprender lo demás.
   ¿ Azótale el precepior ?
OTON:      Por la lición honra fuera;
   mas si el verdugo los diera
   en cas de algún labrador, 525
   fuera afrenta conocida.
CESARO:      ¿ Tan presto se ha de picar ?
OTON:      Muchos suelen azotar
   porque dan mala medida.
   Como mercader no fui 530
   no temo azotes por esto.
CESARO:      Yo no me corrí tan presto,
   aunque lo diga por mí.
HONORATO:      ¡ Vive Dios ! Hidalgo pobre...
CESARO:      Basta, padre, que la ciencia 535
   es madre de la prudencia.
   Humos con su sangre cobre,
   y advertid que entran acá
   sus padres. Estudie, hermano,
   que yo le daré la mano. 540
OTON:      ¡ Qué de callos que tendrá !

Salen GRIMALDO, viejo, y OCTAVIA su esposa

GRIMALDO:      ¡ Que el Arte arrojó en el suelo !
   ¿ Hay atrevimiento igual ?
OCTAVIA:      Ir contra su natural
   es contradecir al cielo. 545
   Si el estudio a Otón repuna,
   no le pidáis al acero
   ni al plomo que sea ligero.
GRIMALDO:      No es para cosa ninguna.
   ¡ Vive Dios ! Que ha de guardar 550
   los ganados en la aldea.
OCTAVIA:      No hará tal, que aunque no sea
   capaz Otón de estudiar,
   es vuestro hijo, y yo su madre,
   y es bien que ande en traje noble. 555
GRIMALDO:      ¿ Hijo mío un bruto, un roble ?
   ¿ Yo de un mentecato padre ?
OCTAVIA:      ¿ Qué sabéis vos la ventura
   que Dios le tiene guardada ?
GRIMALDO:      Quien ni por pluma ni espada, 560
   Octavia, medrar procura,
   ¿ qué puerta abierta hallará
   para conseguir valor ?
OCTAVIA:      El nuevo gobernador
   es el que presente está. 565
   Vuestro enojo refrenad.
GRIMALDO:      Antes me corro de ver
   que un hijo de un mercader
   de tan baja calidad,
   que ayer eran unos bueyes, 570
   con una pajiza casa
   todo su caudal, hoy pasa
   desde el azada a las leyes.
   ¡ Que por su estudio presuma
   ganar honrosos blasones 575
   destripando ayer terrones,
   y hoy laureando su pluma,
   y que este bárbaro ultraje
   mi sangre con su rudeza,
   y cuando en Césaro empieza, 580
   acabe en él su linaje !
   Quién se pudiera volver
   sin ser visto, por no darle
   el parabién.
OCTAVIA:                      Llega a hablarle
   que le habremos menester. 585
GRIMALDO:      Pues es ya gobernador
   de nuestro duque, es forzoso.

Llega a CESARO

   Gocéis, Césaro dichoso,
   con otro cargo mayor
   el fruto bien merecido 590
   que premian en vos los cielos
   de vuestro estudio y desvelos,
   pues tan bien se os ha lucido.
CESARO:      ¡ Oh ! Grimaldo, ¡ oh, Octavia aquí !
   Si me hubierais menester 595
   gustaré haceros placer.
GRIMALDO:      (¿ Placer ? ¡ Que nos hable ansí      Aparte
   el nieto de un tosco arado !)
HONORATO:      Césaro es gobernador
   de nuestro duque y señor, 600
   y un título le ha mandado.
   Por la buena vecindad
   que con vos tenido habemos,
   ved si hay en qué, que os haremos
   cualquiera comodidad. 605

Vase HONORATO

ROSELA:      Y yo, si el duque me casa
   con un conde, cual codicio,
   recibiré en mi servicio
   a Otón, y honraré en mi casa.

Vase ROSELA

CESARO:      Y yo lo mismo os prometo. 610
   Mas, pues tan ignorante es,
   hacedle que sea cortés,
   ya que no podéis discreto;
   no le enseñe yo si alcanza
   a dar de sí testimonio, 615
   en vez del Arte de Antonio,
   el de la buena crianza.

Vase CESARO

GRIMALDO:      ¡ Que esto haya yo consentido
   y caballero me llame !
   ¡ Que de esta suerte un infame, 620
   cielos, me haya respondido !
   ¡ Un viejo sin calidad !
OCTAVIA:      ¡ Ah, Fortuna, toda extremos !
GRIMALDO:      "Ved si hay en qué, que os haremos
   cualquiera comodidad." 625
   ¡ Por cuatro letras que sabe !
OCTAVIA:      "Si me hubieráis menester
   gustaré haceros placer."
   ¡ Arrogante, necio y grave !
GRIMALDO:      ¡ Un rústico... ! ¡ Que esto pasa 630
   y no pierda yo el jÜicio !
   "Recibiré en mi servicio
   a Otón y honraré en mi casa,"
   y por última venganza,
   infame, para afrentarte 635
   me dicen que en vez del Arte
   te enseñe buena crianza.
   La del campo es la mejor.
   Un labrador estudiante
   te infama, torpe, ignorante. 640
   Desde hoy serás labrador,
   que si a ser noble comienza,
   quiero, pues que te envileces,
   que por donde acaba empieces.
   Quizá ansí tendrás vergÜenza. 645
   ¡ Hola !
OCTAVIA:                    Grimaldo; señor,
   sosegad y no hagáis caso
   de quien caerá al mismo paso
   que sube a buscar valor.
   Si se os ha descomedido 650
   el villano entronizado,
   él, como tal, os ha hablado,
   vos, como noble, sufrido.
   ¿ Qué culpa vuestro hijo tiene
   de lo que el otro os enoja ? 655
   ¿ Da la Fortuna que escoja
   ingenio a quien por él viene ?
   Dios no le quiere estudiante,
   ni será justo que vos
   queráis hacer más que Dios. 660
GRIMALDO:      Quitáosme, Octavia, delante,
   que os haré...
QCTAVIA:                        ¿ No soy su madre ?
   ¿ No es razón que a mi hijo acuda ?
GRIMALDO:      Sí sois, pero estoy en duda
   si le habéis dado otro padre. 665
   Desde hoy tiene de guardar
   los bueyes.

Sale GILOTE, villano

GILOTE:                             ¡ Válgamos Dios !
   ¡ Qué vagar tienen los dos !
   ¿ Hanmos hoy de despachar ?
   Mándenmos dar pan y queso, 670
   y a cuenta de mi soldada
   seis reales, que está preñada
   mi Torilda y pierde el seso
   de achaque... ¿ De qué, dirá ?
   De dar al cura.
GRIMALDO:                          Gilote, 675
   quítate aquese capote
   y el sayo.
GILOTE:                    ¡ Mas arre allá !
GRIMALDO:      Quita presto.
GILOTE:                          Mas ¿ qué quiere,
   que en meter leña me canse ?
GRIMALDO:      Desnuda.
GILOTE:                  Desnudaránse, 680
   que no son bestias; espere.
GRIMALDO:      Quítate aquesa sotana,

Desnúdase

   tú, y todo, idiota.
OTON:                              ¡ Señor !
GRIMALDO:      Desde hoy has de ser pastor
   con vida tosca y villana. 685
   Quita y calla o--¡ vive Dios !--

Desnúdase OTON

GILOTE:      Otro danzante tenemos.
   Mas, ¿ si quiere que juguemos
   a los batanes los dos ?
OCTAVIA:      No he de sufrir tal agravio, 690
   aunque muriendo os resista.
   Cada cual su traje vista,
   tosco el tosco, sabio el sabio.
OTON:      Señor, si el cielo permite
   mostrárseme siempre extraño 695
GRIMALDO:      En el estudio de un año,
   cuando el trabajo compite
   con el más contrario clima,
   no resiste la ignorancia,
   porque en la perseverancia 700
   la honra ha puesto su estima.
   Vístete ese tosco sayo.
GILOTE:      ¿ Compréle yo para él ?
   Tres varas tién de buriel.

Vístese OTON de pastor

GRIMALDO:      Aun un tordo, un papagayo, 705
   una urraca, un cuervo,
   en fin, estudia lo que no entiende,
   y si le enseñan, aprende
   a hablar romance o latín;
   con que afrentándote están, 710
   pues saben lo que tú no.
GILOTE:      Es verdad; también habló
   la borrica de Balán.
   Mas de eso ¿ qué culpa tién
   mi capote ? ¡ Aquí de Dios ! 715
GRIMADO:      Esa ropa es para vos.
GILOTE:      ¿ Gil de escolar ? ¡ Oh, qué bien !
OTON:      (¡ Que esto mi padre pérmita !      Aparte
   Su respeto me acobarda.)
OCTAVIA:      La dicha que Dios te guarda, 720
   tu obediencia solicita.
   No en las letras solamente
   consiste, Otón, ni se alcanza
   nuestra bienaventuranza.
   Ser dichoso el hombre intente. 725
   Poco te importa ser sabio,
   si no fueres venturoso;
   rinde el necio al ingenioso,
   y aunque conoce su agravio,
   el cobarde se asegura 730
   con dicha, y vence al valiente;
   no hay desdichado prudente;
   siempre es necia la ventura.
   Ya el saber mucho es odioso;
   la ignorancia subió el precio 735
   tanto, que importa ser necio
   para ser uno dichoso.
   Déte Dios, hijo, ventura;
   que ella traerá lo demás.
GRIMALDO:      Si esas liciones le das, 740
   ¿ más que aprenderlas procura ?
   Vente conmigo al aldea,
   daréte en ella el estado
   que tu estudio ha granjeado,
   que no osaré que me vea 745
   Padua, afrentado por ti
   de la boca de un villano.
OTON:      (¿ Posible es, tiempo tirano,        Aparte
   que me has de afrentar ansí ?)
   Hijo tuyo soy, señor; 750
   haz de mí cuanto quisieres.
GRIMALDO:      ¿ Mi hijo ? ¡ Mientes ! Tú eres
   hjo de algún vil pastor.
OTON:      Madre, adiós.
GRIMALDO:                          ¿ Tú, de mi casta ?
   Ven.
OTON:                  Obedecerte elijo. 755
OCTAVIA:      Ventura te dé Dios, hijo,
   que el saber poco te basta.

Vanse y queda GILOTE

GILOTE:      Heme aquí a mí ensotanado.
   ¿ Qué ha de decir si me ve
   Torilda ?    Sí, que burlé 760
   antojos de su preñado.
   Mas no, que si hue ell el antojo
   morder del pescuezo al cura,
   porque viva la criatura
   y a él no le crezca el ojo, 765
   herme cura es agudeza;
   muérdame a mí, en conclusión;
   que más vale un mordiscón
   que estorbos en la cabeza.

Vase GILOTE.    Salen CRISELIO y LISENO, cortesanos

LISENO:      Sosiégate, señor.
CRISELIO:                              Morir, Liseno, 770
   es mejor que vivir desesperado,
   Si celos, como sabes, son veneno,
   ¿ cómo podré vivir atosigado ?
   Dos años ha que sirvo, mil que peno
   de madama Clemencia enamorado, 775
   y al cabo de esperanzas y desvelos,
   por pagar amor mal, me paga en celos.
   Del duque soy de Mántua noble primo,
   acrecentar creí su parentesco
   con el de yerno. ¡ Ay, Dios ! ¿ Cómo reprimo 780
   el fuego riguroso que padezco ?
   Servíle en estas guerras, y al arrimo
   del amor que tiránico obedezco,
   cuando a Clemencia imaginé por mía,
   en lugar de Raquel me dan a Lía. 785
   ¿ Yo, Liseno, a Clavela ? ¿ Yo su esposo ?
   ¿ Qué importa que del duque sea sobrina ?
   ¿ qué importa que su dote caudaloso
   incline al interés, si a amor no inclina ?
   Estoy loco, estoy muerto, estoy celoso. 790
   Quien con celos Y amor no desatina,
   ni siente agravios, ni de veras ama.
   ¿ Enrique con Clemencia, y yo sin dama ?
   Deja, Liseno, que mi honrada furia
   me dé la muerte aquí.
LISENO:                              ¡ Señor !
CRISELIO:                                      ¿ Clemencia 795
   del conde, y yo, villano de Liguria,
   quien la lleva cobarde a su presencia ?
   ¿ Yo autor infame de mi propia injuria ?
   ¿ Yo vil ejecutor de mi sentencia ?
   ¿ Yo amante suyo a intitular me atrevo ? 800
   ¿ Yo, que la adoro, yo a casar la llevo ?
   Esta es traición que contra mí ejecuto.
   Perdone el duque, si por hacer paces,
   al conde da de mi trabajo el fruto.
LISENO:      No des voces, señor, mira lo que haces. 805
CRISELIO:      Amor venza mi industria, porque astuto
   a mi esperanza amante satisfaces.
   Yo estorbaré que el conde de Placencia
   a Mántua herede, y case con Clemencia.
LISENO:      Ya cualquiera remedio vendrá tarde 810
   pues a este castillo la has traído,
   y a Padua ha de llegar aquesta tarde,
   donde el duque y marqués han concurrido.
CRISELIO:      Siempre falta ocasión al que es cobarde,
   y sobra tiempo y dala al atrevido. 815
   Yo haré que en no casarse se resuelva,
   aunque la guerra a sus principios vuelva.
LISENO:      Al conde de Placencia está aguardando,
   que hasta aquí ha de salir a recibilla,
   y si tan presto llega, no sé cuando 820
   podrás a no casarse persuadilla.
CRISELIO:      En un hora se vió Troya abrasando.
   Sólo un tiro murallas aportilla.
LISENO:      Madama sale.
CRISELIO:                      Amor, volando obra,
   que a quien valor no falta, el tiempo sobra. 825

Salen CLEMENCIA y CLAVELA, de camino, y RAMóN, alcaide

RAMON:      De que el duque sea servido
   de honrar esta fortaleza,
   señora, con vuestra alteza
   notable suerte he tenido.
   Presto el conde de Placencia, 830
   llegando aquí gozará
   la ventura que le da
   tal esposa y tal herencia.
   Dichoso pleito, por Dios,
   más que la guerra crÜel, 835
   pues sentenciado contra él
   el fruto goza con vos.
CLAVELA:      Lo que no pudo la guerra,
   las paces han concluido.
CLEMENCIA:      Sin verle me dan marido. 840
   No sé si mi padre yerra,
   pero sé que su hija soy
   y que es fuerza obedecerle.
CLAVELA:      Hoy, prima, tienes de verle.
CLEMENCIA:      Y también me casan hoy. 845
   ¿ Cuándo has visto tú, Clavela,
   boda y vistas en un día ?
CRISELIO:      (Favoreced, dicha mía,            Aparte
   mi mentirosa cautela,
   que pues no ama al desposado, 850
   bien mis engaños saldrán.)
CLEMENCIA:      Aun más término le dan
   de vida a un ajusticiado.
CLAVELA:      Tu padre tiene buen gusto.
CLEMENCIA:      Ello es hecho; no hay que hablar. 855
   ¡ Oh, Criselio !
CRISELIO:                        Descansar
   del camino será justo
   que madrugó vuestra alteza.
RAMON:      Contra el calor que hoy abrasa
   no hay defensa en esta casa 860
   mejor que esta baja pieza.
   Sale a ese fresco jardín,
   y él luego a un bosque que abraza
   deleitosa pesca y caza.
CLEMENCIA:      Pasatiempo vuestro, en fin. 865
RAMON:      Y deseoso de honrarse
   con vuestra hermosa presencia.
CLEMENCIA:      Pase del sol la inclemencia
   y deje comunicarse,
   que por él nos partiremos. 870
RAMON:      En fe de eso están sus puertas
   con vos seguras y abiertas;
   que castillo en que tenemos
   por huéspeda a vuestra alteza
   cerrarse fuera traición. 875
CLEMENCIA:      Noble y cortés sois, Ramón.
RAMON:      Para vos no hay fortaleza.
   Dormid, señora, segura.

Vase RAMON

CRISELIO:      Un poco tengo que hablarte.
CLEMENCIA:      Después.
CRISELIO:                  Ha de ser aparte. 880
CLAVELA:      (¿ Mas qué pedirla procura            Aparte
   que sus bodas regocije
   con las mías, que me adora ?)
CLEMENCIA:      ¿ Vaste, prima ?
CLAVELA:                          Adiós, señora.

Vase CLAVELA

CRISELIO:      No quiero con preámbulos decirte 885
   lo que la prisa impide ponderarte,
   pues basta mi lealtad a persuadirte
   y el tener yo en tu sangre tanta parte.
   Sólo quiero que en premio de servirte,
   si mi amor es indigno de obligarte, 890
   hagas de él estimándole más cuenta,
   que quien viene de paz a hacerte afrenta.
   Entre el duque y marqués de Monferrato,
   después de dar en tu favor sentencia
   fingido se hizo el amoroso trato 895
   de darte por esposa al de Placencia;
   mas él al cielo y a su dicha ingrato,
   contra la fe y debida reverencia
   al papa, qué en las paces se interpuso,
   a vengarse a tu costa se dispuso. 900
   Hoy, que viene por ti, se determina,
   forzándote,a afrentar tu sangre y casa,
   que tanto puede el odio cuando inclina
   la enemistad si a descendientes pasa.
   No a ser tu esposo viene, ni imagina 905
   tenerte amor, cuando en furor se abrasa,
   sino hacer con las paces, fementido,
   lo que con tantas guerras no ha podido.
   Incítale su padre, que, imprudente,
   antepone a la honra la venganza; 910
   y en esta fortaleza ha puesto gente,
   porque su alcaide la traición alcanza;
   y dándole favor como pariente,
   de medrar por infiel tiene esperanza.
   Por eso cortesano te recibe, 915
   regalos te hace y fiestas te apercibe.
   De buen original sé todo esto.
   Fabio, mi hermano, que al de Monferrato
   sirvió de capitán, por haber puesto
   amistad en los dos el largo trato, 920
   viendo tu honor en riesgo manifiesto,
   me escribió este suceso con recato
   y temor que el marqués noticia tenga,
   porque con tiempo tu favor prevenga.
   Mira lo que has de hacer.
CLEMENCIA:                                      Criselio amigo, 925
   deudo eres mío, por tu cuenta corre
   la honra que a perder vendrás conmigo
   cuando esa infamia mi nobleza borre.
   De que verdad me dices es testigo
   el corazón y el alma, que socorre 930
   con avisos del daño que previene,
   pues no sin causa tan forzada viene.
   Sin conocer al conde le aborrezco
   que así con su traición mi desdén cuadra.
   Mi honra mira.
CRISELIO:                        Defenderla ofrezco. 935
   Enciérrate, señora, en esa cuadra,
   que en la espesura de este monte fresco
   para este daño prevení una escuadra
   de amigos y soldados, que procura
   servirte, con quien puedes huír segura. 940
   Si mientras vuelvo llega el falso conde,
   hazte fuerte y da voces, que al instante
   seré contigo y con mi gente en donde
   hazañas viles de un traidor quebrante.
   La puerta del jardín que corresponde 945
   al bosque y está abierta, es importante.
CLEMENCIA:      ¿ Avisaré a Clavela ?
CRISELIO:                              No, señora;
   que estriba todo en el secreto agora.
CLEMENCIA:      ¡ Oh, conde fementido !
CRISELIO:                                  (Amor, ayuda;      Aparte
   que si a Clemencia venturoso llevo 950
   y aseguro el amor que he puesto en duda,
   a ser del duque sucesor me atrevo.
   Mi gente está emboscada, porque acuda
   al amoroso robo. Ulises nuevo
   me llaman mis engaños y prudencia; 955
   segundo Páris soy.) Adiós, Clemencia.

Vase CRISELIO

CLEMENCIA:      De la poca voluntad,
   conde traidor, que te tengo
   a sacar en limpio vengo
   que es cierta tu deslealtad. 960
   Heredas la enemistad
   que entre tu sangre y la mía
   ha asombrado a Lombardía,
   y la costumbre y bajeza,
   que en ti es ya naturaleza, 965
   viles pensamientos cría.
   Aunque en parte estoy contenta
   de tu intención alevosa,
   pues me impide el ser tu esposa
   y mi libertad aumenta. 970
VOZ:      El conde viene; dad cuenta          Dentro
   a madama.
CLEMENCIA:                  ¡ Ay, Dios ! ¿ qué es esto ?
   Mi peligro es manifiesto
   y afrenta, pues llegó ya
   el traidor, que no podrá 975
   Criselio volver tan presto.
   La puerta cerré con llave;
   mas, ¿ de qué servirá--¡ ay, cielo !--
   si da con ella en el suelo
   quien dar con las honras sabe ? 980
   El ánimo, honor, acabe
   lo que Criselio concierta.
   Al bosque sale la puerta
   de éste, y ¿ quién duda
   que por darme el cielo ayuda 985
   quiso que estuviese abierta ?
   Por ella dice que aguarde
   su ya espacioso favor.
   Buscarle será mejor
   que llorar si viene tarde. 990
   Alas da el temor cobarde.
   Si las llevo, ¿ qué dilato
   mi partida ? Conde ingrato,
   contra el Marqués que te apoya
   será imitación de Troya 995
   tu Placencia y Monferrato.

Vase CLEMENCIA.    Sale OTON con un gabán de campo

OTON:      Umbrosas arboledas,
   avarientas al sol, al aire francas,
   pues le impedís que vuestros troncos dore;
   fuentes que jamás quedas, 1000
   rubias arenas entre guijas blancas
   criáis donde Narciso se enamore,
   a que os habite y llore
   me envía el desprecio,
   si río rehusáis que os acompañe un necio. 1005
   Ya que letras no entienda
   en que la gente funda sus caudales,
   sublima ingenios y establece grados,
   en vosotros aprenda
   mi dicha, pues sois libros naturales, 1010
   por el abril curioso encuadernados.
   Darán a mis cuidados
   por fin de mis congojas
   las aves, plumas; vuestros ramos, hojas.
   Si de Rosela amante 1015
   un tiempo la adoré, y en su hermosura
   fundada la ambición tocó a mudanza,
   miraréla arrogante
   en vuestras hojas, flores y frescura,
   y luego en el invierno mi venganza, 1020
   que contra la esperanza
   de la hermosura ingrata
   trueca el oro de abril enero en plata.
   Dad alivio a mi queja,
   montes alegres, soledad segura, 1025
   ansí jamás os desampare Flora.
   Mi madre me aconseja
   que busque mi ignorancia a la ventura,
   pero ni se quién es ni adonde mora.
   Pedidme de ella agora, 1030
   que es tormento doblado
   el ser a un tiempo noble y desdichado.

Sale CLEMENCIA, en zapatillo, huyendo

CLEMENCIA:      Pastor, vaquero, serrano,
   si se halla alguna nobleza
   en tu llana rustiqueza, 1035
   que tal vez en el villano
   se hospeda la cortesía
   mejor que en la sangre clara,
   socorre agora y ampara
   a quien de ti su horior fía. 1040
   Escóndeme de un traidor
   que mi deshonra pretende
   y con la venganza ofende
   las prendas de su valor.
   Mira que se acerca aquí 1045
   quien sólo injuriarme espera.
OTON:      Si la ventura viviera
   como la nobleza en mí,
   no me diérades el nombre
   con que me habéis injuriado; 1050
   pero soy tan desdichado
   que aun no merezco ser hombre.
   ¿ Qué temor os acompaña ?
   ¿ El que os agravia quién es ?
CLEMENCIA:      Yo te lo diré después. 1055
   Si tienes casa o cabaña,
   en ella esconder procura
   a quien un traidor asalta,
   que podrá ser, si te falta
   como dices, la ventura, 1060
   que por mí seas dichoso.
OTON:      No me obliga el interés.
   Noble soy y soy cortés,
   aunque a las letras odioso.
   Una granja está aquí cerca 1065
   de un padre, que por castigo
   de que el estudio no sigo,
   que ni se hereda ni merca,
   en este traje me ha puesto.
   Tiene condición terrible, 1070
   y si os ve, será posible
   que os maltrate, descompuesto,
   sospechando si allá os llevo
   lo que en los años prolijos
   culpan en los mozos hijos. 1075
   Mas, venid, que yo me atrevo,
   vistiéndoos de labradora,
   de manera disfrazaros,
   que cuando intente agraviaros
   quien la ley de noble ignora, 1080
   pague al valor que me esfuerza
   la traición con que os asalta;
   que a quien el ingenio falta
   le suele sobrar la fuerza.
   Venid, que harta dicha ha sido 1085
   la que ya me favorece,
   pues defenderos merece.
   La que contigo he tenido
   te ofrece, pues generoso
   quieres defender mi agravio, 1090
   hacerte, ya que no sabio,
   por la menos venturoso.


JORNADA SEGUNDA

Salen GRIMALDO y OCTAVIA

GRIMALDO:      Yo le haré que tenga seso,
   pues no le puedo hacer sabio.
   ¿ Tras ignorante, travieso ? 1095
OCTAVIA:      ¡ Grimaldo !
GRIMALDO:                    ¡ Con buen resabio
   ha salido ! Estará preso,
   --¡ vive Dios !--hasta que olvide
   las pasiones que ha trocado
   por las letras que despide. 1100
   ¡ Bueno ! ¿ Otón enamorado
   cuando en el campo reside ?
   ¿ Mujercillas en mi quinta ?
OCTAVIA:      Esta es una labradora,
   no cual vuestro enojo pinta. 1105
GRIMALDO:      Echadla, Octavia, en mal hora,
   o la que traigo en la cinta
   dándola de espaldarazos
   mi cólera amansará.
   ¿ Qué mucho si en tales lazos 1110
   gasta el tiempo cuando da
   al amor torpes abrazos,
   que ni lo que estudia sepa
   ni haga cosa de valor ?
   No hallo yo pecho en quien quepa 1115
   el estudio y el amor,
   que de la virtud discrepa.
   La torpeza no conserva
   letras con que el sabio viva
   de los vicios contrahierba, 1120
   que si Venus es lasciva,
   por eso es virgen Minerva.
   ¡ Bien en la quinta se emplea !
   Con tan buenos cartapacios
   estudiando en el aldea, 1125
   olvidará los palacios
   que el ocioso amor pasea.
   No me repliquéis, Octavia;
   preso ha de estar; despedid
   esa mujer si sois sabia. 1130
OCTAVIA:      Desenojáos y advertid
   si Otón con ella os agravia,
   y castigadle después
   que lo hayáis averiguado.
GRIMALDO:      ¡ Que siempre en las madres es 1135
   el amor desatinado !
OCTAVIA:      Como no hay otro interés
   que premie lo que nos cuesta
   un hijo, sino el amor,
   más sus fuerzas manifiesta. 1140
GRIMALDO:      ¿ Queréis indicio mayor
   de la afición deshonesta
   que Otón tiene a esa mujer ?
   Pues advertid el cuidado
   con que vive desde ayer 1145
   que en casa se ha acomodado,
   que yo he procurado ver
   si a solas se hablan, y han sido
   tantas las muestras y tales
   de amor, que me han persuadido 1150
   a que en lazos desiguales
   se han de casar, si no impido
   este desatino luego.
OCTAVIA:      ¿ Vos lo visteis ?
GRIMALDO:                          Yo, que sé
   las propiedades del fuego, 1155
   que aunque de lejos se ve,
   da luz y es para sí ciego.
   Por eso en el fuego ha puesto
   Amor su esfera; y ansí
   despedidla, Octavia, presto, 1160
   y dejadme hacer á mí,
   que yo me entiendo.
OCTAVIA:                          ¿ Qué es esto ?

Salen el CONDE Enrique, el DUQUE, viejo, CRISELIO, CLAVELA, ROSELA, CESARO y RAMON, todos de camino

DUQUE:      Si con alguna traición
   no provocáis mi paciencia,
   mirad, conde de Placencia, 1165
   que usáis mal de la ocasión
   que el cielo da a nuestras paces.
   ¿ Qué es de Clemencia, que en ella
   mi vida estriba ?
CONDE:                            A perdella
   los sentimientos que haces, 1170
   gran senor, no son tan grandes
   como los que quien ignora
   esta desdicha y la adora
   ha de padecer. No mandes
   impedirme de esa suerte 1175
   la ventura que intereso;
   que habrá de costarme el seso,
   si no me cuesta la muerte
   la pérdida lastimosa
   de su adorada belleza. 1180
CRISELIO:      Conde, en vuestra fortaleza
   estuvo Clemencia hermosa.
   Para la amorosa entrega
   de estas paces la llevé
   y en la cuadra la dejé, 1185
   que su depósito niega.
   Hallar la puerta cerrada
   y abierto el falso jardín
   del bosque, si no es a fin
   de alguna traición pensada, 1190
   no sé lo que conjeture.
DUQUE:      El alcaide es deudo vuestro;
   y como en ardides diestro,
   no me espanto que procure
   en mi agravio la venganza 1195
   que posponéis al amor.
RAMON:      Yo nunca he sido traidor.
CONDE:      Ni mi burlada esperanza
   se persuadirá jamás
   a que de industria no haces, 1200
   para deshacer las paces,
   que eternas fueran de hoy más,
   Duque, aquese estratagema;
   que estarás arrepentido,
   que siendo yo su marido 1205
   peligros de amor no tema;
   y para que no la goce
   la habrás mandado esconder.
DUQUE:      Nunca se atrevió a ofender
   mi valor quien le conoce. 1210
   Y cuando yo no quisiera
   que la paz llegara a efeto,
   no me puso en tanto aprieto,
   Conde, vuestra guerra fiera
   que me obligue a compromisos 1215
   ni a usar de tales engaños.
CONDE:      Truecan los maduros años
   faltas de esfuerzo en avisos;
   e intentaréis deshacer
   lo concertado con eso; 1220
   pero esté el alcaide preso,
   duque, y en vuestro poder
   mientras se sabe quién es
   el que ocasiona la ausencia
   y pérdida de Clemencia. 1225
   Veremos si mi interés
   o el vuestro queda culpado.
DUQUE:      Soy contento.
RAMON:                        ¡ Gran señor !
CRISELIO:      (¿ Qué es esto, confuso Amor ?            Aparte
   ¿ Cómo os me habéis malogrado ? 1230
   Mientras por mi gente fui
   y con engaños tracé
   la ganancia que intenté,
   mi dama y dicha perdí.
   Pero un consuelo me queda, 1235
   y es que no la gozará
   el conde, ni Amor querrá
   que mal mi industria suceda.)
CESARO:      (Mi dicha se desbarata            Aparte
   si Clemencia no parece; 1240
   que el duque que favorece
   mis letras y honrarme trata,
   ni de mi se ha de acordar,
   ni el marqués de mí hará caso.)
ROSELA:      (Con mi desdicha me caso            Aparte 1245
   si no me vengo a casar
   con el conde imaginado.)
CLAVELA:      (Si mi prima falta, cielos,
   aunque sosieguen los celos
   que ella y Criselio me han dado, 1250
   como el duque no sosiegue
   ¿ qué gusto podré tener ?)
GRIMALDO:      ¿ Qué causa ha podido haber
   para que a mi quinta llegue
   ansí el duque alborotado, 1255
   con el conde de Placencia ?
OCTAVIA:      Si no parece Clemencia,
   bastante ocasión le han dado.

Sale CLEMENCIA en traje de pastora

CLEMENCIA:      Pues los cielos te han traído,
   padre invicto, duque justo, 1260
   a esta quinta, asilo sacro
   donde mi honor aseguro,
   no te espante mi disfraz,
   ni con amoroso yugo
   enlazar cuellos pretendas 1265
   que se aborrecen por uso.
   Antiguas enemistades,
   desde tus padres augustos,
   al marqués de Monferrato
   dan tiranos atributos; 1270
   que los odios que se heredan,
   cual muestran ejemplos muchos,
   han menester Alejandros
   que desenlacen sus ñudos.
   La autoridad sacrosanta 1275
   del Papa, que se interpuso
   entre el rigor de la guerra,
   envainar aceros pudo.
   ¿ Qué no pudiera el valor
   de los enemigos tuyos, 1280
   pues tantas veces temblaron
   sólo de verlos desnudos ?
   Pero, prudente y piadoso,
   armas a libros redujo,
   asaltos a tribunales, 1285
   guerras a pleitos confusos;
   criminales competencias
   a civiles estatutos,
   y el derecho de la espada
   a las leyes de Licurgo. 1290
   Salió por ti la sentencia,
   y lo que por tantos lustros
   la guerra no pudo hacer,
   una sentencia lo pudo
   que estableciendo amistades 1295
   pretendió juntar en uno
   nuestros estados y casas.
   ¡ Necio arbitrio, aunque seguro !
   Concertadas ya mis bodas
   y reducidos al culto 1300
   del amoroso Himeneo,
   a celebrarlas me trujo
   Criselio, a una fortaleza
   donde el engaño dispuso
   que saliese a recibirme 1305
   el conde Enrique, perjuro.
   Dejáronme en una cuadra
   en que, obediente a tu gusto
   y rebelde el mío, que Amor,
   en fe que en los ojos puso 1310
   la entrada que hace en el alma,
   si no ve no da tributo
   porque es más sordo que ciego,
   estaba haciendo discursos,
   ya en pro, ya en contra, 1315
   hasta tanto que venció
   el cansancio, y pudo
   rendirme a pesar del miedo
   en brazos del sueño mudo.
   Soñando estaba verdades 1320
   que agora en mi daño apuro,
   y entonces adivinaba
   el alma, profeta oculto,
   cuando entrando por la puerta
   de un jardín, que si da fruto 1325
   debe de ser en traiciones,
   el Conde, Paris segundo,
   y llevándome en los brazos,
   con un lienzo dando un ñudo
   a la boca que intentaba 1330
   obligar al favor justo,
   ayudándole traidores,
   sobre las ancas me puso
   de un caballo que sin alas
   voló hasta el bosque confuso. 1335
   Púsome, en fin, en el suelo,
   y díjome, "Ansi procuro
   vengar antiguos agravios
   mientras que tu honor injurio.
   No letrados con sobornos 1340
   piense tu padre caduco
   que quieten enemistados
   sentenciando en favor suvo.
   A la fuerza de tu honor
   violentamente reduzgo 1345
   el tálamo que esperabas,
   vuelto en afrenta su yugo.
   Con deshonrarte me vengo
   para que publíque el mundo
   con tu afrenta mi venganza, 1350
   que es la que ha tanto que busco."
   Di voces, pidiendo al cielo
   rayos, que siendo verdugos
   contra tiranas ofensas,
   mi honor dejasen seguro. 1355
   Oyólas un labrador,
   en cuerpo y traje robusto,
   puesto que noble en los hechos,
   a quien mi vida atribuyo,
   que con un tosco bastón, 1360
   despojo de un roble duro,
   contra el bárbaro atrevido
   sirvió a mis quejas de escudo,
   y sin temer los traidores,
   cobardes, puesto que muchos, 1365
   testigo de sus hazañas,
   hizo los montes incultos.
   Huyó el tirano afrentado,
   siendo testigo su insulto,
   que no hay valiente traidor; 1370
   pues tantos temblaron de uno,
   y el vencedor cortesano
   hasta esta quinta me trujo,
   sagrado de mis ofensas,
   restauración de mis gustos, 1375
   y asegurando recelos
   de Grimaldo, padre suyo,
   me revistió de labradora,
   lenguas enfrenando al vulgo.
   De este modo, gran señor, 1380
   desde ayer ocasión busco
   para darte larga cuenta
   de mis agravios y tuyos.
   Si el torpe disimulado
   negarlos intenta astuto, 1385
   su enemistad y mis quejas
   serán testigos seguros.
   Escarmienta desde hoy más,
   y de enemigos perjuros
   no te fíes otra vez 1390
   cuando aborrecen por uso;
   que ni al río has de pedir
   que retroceda su curso,
   al sol que engendre tinieblas,
   ni que discurran los brutos. 1395
   La enemistad heredada,
   si a mil ejemplos acudo,
   es otra naturaleza.
   Con el presente te arguyo.
   Armas, valor y honra tienes; 1400
   vuelva el acero desnudo
   a dar filos a tu agravio,
   a asaltar traidores muros,
   que primero que me obligues
   a su aborrecido yugo, 1405
   dándome muerte violenta
   cubriré a Mántua de luto.
DUQUE:      Bárbaro conde, ¿ qué disculpa tienes,
   que a descargarte de este insulto baste ?
   ¿ Armado a celebrar tus bodas vienes ? 1410
   Culpado estás, pues contra mí te armaste;
   que pues defensa a tu traición previenes,
   la enemistad y bandos que heredaste
   intentas proseguir, porque no ignoras
   que en fiestas, armas son siempre traidoras. 1415
   ¿ Lo que con tantas guerras no has podido,
   intentas con traiciones, y blasonas
   de ilustre, de cortés y bien nacido ?
   A tus armas añade esas coronas.
   Con el papa y con Dios tengo cumplido. 1420
   Tú mismo, contrario traidor, pregonas
   la guerra en que ha de ser mortal retrato
   de Roma por Nerón tu Monferrato.
   ¡ Viven los cielos y mi injuria vive,
   que no ha de quedar piedra sobre piedra 1425
   en ella, si obediente te recibe,
   y amparando traidores crece y medra !
   Habitarála cuando la derribe,
   en vez de gente, solitaria hiedra,
   que siempre verde en fe de tu castigo, 1430
   de mi justa venganza sea testigo.
   Vete a tu padre, como tú, engañoso,
   y podrásle decir cuando le avises
   de tu intento burlado y cauteloso,
   que deje engaños para el griego Ulises, 1435
   y que si sale al campo belicoso,
   las hierbas teñiré que huyendo pises
   con más copia de sangre que dió Italia
   a los trágicos campos de Farsalia.
CONDE:      A no saber que con tan vil engano 1440
   de darme a tu Clemencia arrepentido,
   tus embustes reduces en mi daño,
   con aquesa mentira prevenido,
   fácil pudiera darte el desengaño;
   y de mi amor honesto persuadido, 1445
   mostrar quién causa aquese trato doble,
   quién su sangre envilece y quién es noble.
   Mas el amor con que es razón estime
   a madama Clemencia, cuya mano
   pensé gozar, mi cólera reprime, 1450
   que siempre Amor es cuerdo y cortesano.
   Injurie mi valor, quejas intime
   de que inocente estoy, llámeme en vano
   corsario de su honor, que en su decoro
   no podré decir más de que la adoro; 1455
   y que pues niegas, duque, al juramento
   la obligación y paces ya quebradas,
   no descortés, pero injuriado intento
   hacer que a mi valor te persÜadas,
   los tafetanes lisonjeando al viento, 1460
   brillando al sol las hojas aceradas,
   dando voces las cajas, mi justicia
   publicarán mi amor y tu malicia.

Vase el CONDE

DUQUE:      ¿ Adónde está el labrador
   de nuestra honra defensa ? 1465
CLEMENCIA:      Ese nombre le hace ofensa,
   que es caballero, señor.
   El dueño de aquesta quinta,
   noble, aunque pobre, es su padre;
   y su generosa madre 1470
   Octavia, que en Otón pinta
   como en imagen el ser
   de su heredada nobleza.
GRIMALDO:      Dénos los pies vuestra alteza.
DUQUE:      ¡ Oh, Grimaldo ! el conocer 1475
   quien érades me impidió
   del conde el villano agravio.
   Ya sé que sois noble y sabio;
   pero, ¿ qué cosa os movió
   a vestir en tosco traje 1480
   a Otón, si es vuestro heredero ?
GRIMALDO:      Tiene el ingenio grosero
   siendo ilustre su linaje.
   Quisiera que se aplicara
   a las letras, y valiera 1485
   por ellas; mas de manera
   la Fortuna le fue avara,
   que en un año no ha podido
   sus principios alcanzar,
   y quísele castigar, 1490
   de su ignorancia ofendido,
   con tenerle retirado
   aquí donde oculto asista
   y el traje grosero vista
   con su ingenio conformado, 1495
   que quien no sabe ser hombre
   no es bien que con hombres viva.
DUQUE:      No en sola la ciencia estriba,
   Grimaldo, el glorioso nombre
   que ilustra un hidalgo pecho, 1500
   que si todos sabios fueran
   poco las armas valieran
   que tantos reyes han hecho.
   Providencia es celestial
   que conserva el universo 1505
   el dar natural diverso
   y distinto a cada cual.
   Por eso son las estrellas
   tantas, porque a los mortales
   den distintos naturales, 1510
   naciendo en los climas de ellas.
   Y pues no está en la elección
   del hombre la facultad
   que pretende, a Olón dejad
   que siga su inclinación. 1515
   ¿ Dónde está ?
GRIMALDO:                          Téngole preso
   por lo que si yo no fuera
   crÜel, premio mereciera.
DUQUE:      Imprudente andáis en eso.
   Id por él, que he de premiarle, 1520
   pues en fin le soy deudor
   cuando menos del honor.

Vase GRIMALDO

CESARO:      Ya yo comienzo a envidiarle.
ROSELA:      Y yo, hermano, a arrepentirme
   de haberle menospreciado. 1525
CRISELIO:      (Los sucesos que he escuchado        Aparte
   han venido a persuadirme
   que el engaño que fingí
   con Clemencia fue verdad.
   ¿ Si en fe de la enemistad 1530
   del conde, mientras salí
   por mi gente, al bosque entró
   el conde y robó a madama ?
   Pero, pues, ella le infama
   y Otón ayuda le dió, 1535
   ¿ qué hay que dudar ? Suerte mía,
   mi dicha profetizasteis;
   ayer mintiendo acertasteis.
   Sosegad, sospecha fría,
   que, pues ya se desbarata 1540
   la amistad y el casamiento
   del conde, a mi honesto intento
   no será Clemencia ingrata.)
CLEMENCIA:      (Lo que Enrique intentó hacer    Aparte
   dije anticipádamente. 1545
   Industria ha sido prudente;
   aborrezco, y soy mujer.
   Destrúyase Lombardía,
   y no destruya mi honor
   quien se casa sin amor/) 1550
OCTAVIA:      (Será Otón desde este día,              Aparte
   aunque incapaz de saber,
   por modo extraño dichoso;
   que para ser venturoso
   poca ciencia es menester.) 1555

Salen GRIMALDO y OTON, con gabán

GRIMALDO:      Este es, gran señor, mi hijo.
DUQUE:      Otón, mucho os soy a cargo,
   De vuestro aumento me encargo.
   Por capitán os elijo
   de esta guerra, que mi honor 1560
   por vos tan bien defendido
   contra el conde fementido
   espera en vuestro valor;
   pues si solo y desarmado
   le hacéis huír y temer, 1565
   mejor le sabréis vencer
   de mi gente acompañado.
OTON:      Aunque no tengo experiencia
   en el marcial ejercicio,
   el ser en vuestro servicio 1570
   y de madama Clemencia
   suplirá cualquier defeto
   que haya, gran señor, en mí.
   Pero ¿ yo cuándo vencí
   al Conde ?
DUQUE:                    Querréis, discreto, 1575
   disimular el afrenta
   de quien vencido se ve
   por vos. Todo el caso sé,
   y el prernio queda a mi cuenta.
CLEMENCIA:      Lo que en mi ayuda habéis hecho 1580
   no es encubrirlo razón.

Aparte a OTON

   El disimularlo, Otón,
   os ha de ser de provecho.
   Yo vuestra dicha procuro;
   daos por entendido ya. 1585
DUQUE:      La guerra otra vez está
   declarada, y yo seguro,
   pues vais de mi parte vos,
   y el conde es vuestro vencido.
OTON:      ¿ Qué es esto, cielo ?
DUQUE:                              Cumplido 1590
   tengo con el papa y Dios.
   Pues Enrique desbarata
   las paces que romper quiero
   y haciéndole mi heredero
   afrentar mi sangre trata, 1595
   nadie culpe mi venganza
   si castigo a un desleal.
   Otra vez sois general,
   Criselio.
CRISELIO:                    La confianza,
   gran señor, que de mí hacéis 1600
   castigará al conde ingrato
   destruyendo a Monferrato.
DUQUE:      Con vos quiero que llevéis,
   primo, por acompañado
   a Césaro, que es espejo 1605
   de Italia, y con el consejo
   de tan famoso letrado,
   vuestro esfuerzo y su prudencia
   juntas harán extremada,
   en vos, primo, con la espada, 1610
   y en Césaro con la ciencia.
CESARO:      Yo procuraré, señor,
   sacándote verdadero
   trocar libros por acero,
   reconociendo el favor 1615
   de que la lealtad escojas
   que en mi amor tus ojos ven.
DUQUE:      Libro es la guerra también;
   las espadas son sus hojas.
   Pues sois en las unas sabio, 1620
   sed en las otras valiente.
   Tinta es la sangre caliente,
   con ella escribid mi agravio,
   y pues por mí sentenciasteis
   y mi justicia entendéis, 1625
   id y mostrad que sabéis
   defender lo que estudiasteis;
   que si volvéis con victoria,
   por letrado y capitán
   Marte y Minerva os darán 1630
   laurel de eterna memoria.
CESARO:                      Beso tus pies.
DUQUE:                            Vuestra hermana
   queda a cargo de Clemencia.
   Si del conde de Placencia
   la soberbia humilláis vana,
   un título la dará 1635
   mano de esposo.
ROSELA:                        En la vuestra,
   gran señor, mi dicha muestra
   que toda mi dicha está.
DUQUE:      A Otón, Criselio, os encargo;
   ya sabéis lo que le debo. 1640
CRISELIO:      Seguro voy, pues le llevo
   en mi ayuda y con tal cargo.
DUQUE:      Grimaldo, el término es mío
   de toda aquesta comarca.
   Cuanto en dos leguas abarca 1645
   esta sierra, valle y río,
   os doy, para que juntéis
   a vuestra quinta esta hacienda.
GRIMALDO:      Jamás tus canas ofenda
   el tiempo.
DUQUE:                    Esto le debéis 1650
   a Otón, y más lo que intento
   hacer por su intercesión
   con vosotros.
CESARO:                          (A este Otón        Aparte
   temo ya.)
ROSELA:                    (Que medre siento.)        Aparte
DUQUE:      Vamos a Mántua, de donde 1655
   salgáis armados los tres
   para postrar a mis pies
   la ingrata cerviz del conde.
CLEMENCIA:      Yo quedo alegre y vengada.
CLAVELA:      Yo celosa y no segura. 1660
OCTAVIA:      Hijo, sigue la ventura
   que Dios te tiene guardada.

Vanse; quédase OTON y sale GILOTE

GILOTE:      Diz que vais por capitán
   del duco, Otón.
OTON:                          ¡ Oh, Gilote !
   es verdad.
GILOTE:                    Si mi capote, 1665
   el que os di cuando en gañán,
   de escolar os hizo ser
   vueso padre, no hace al caso,
   pues que vistiéndoos de raso
   ya no le habréis menester, 1670
   volvédmele, que no me hallo,
   si he de hablar verdad, sin él.
   Tres varas tién de buriel;
   abrígame, y he de honrallo
   con mi buena compañía, 1675
   o si no pagadmelé.
OTON:      Vente conmigo y te haré
   hombre.
GILOTE:                ¡ Bueno ! ¿ Eso sería
   hombre ? ¿ Pues soy yo mujer ?
OTON:      No es hombre quien de su tierra 1680
   no sale. Prueba en la guerra
   tu esfuerzo.
GILOTE:                      ¿ Y qué me heis de her ?
OTON:      Irás conmigo y si fueres
   valiente, cabo serás
   de escuadra.
GILOTE:                      ¿ Cabo y no más ? 1685
OTON:      Conforme lo que valieres.
   Hasta alcanzar la jineta
   te ayudaré.
GILOTE:                      El cargo alabo.
   Llevadme por vueso cabo,
   seré cabo de agujeta. 1690
   ¿ Y qué hemos de her allá ?
OTON:      Matar á los enemigos.
GILOTE:      Y si hay proceso y testigos
   el alcalde me ahorcará.
OTON:      Anda, necio.
GILOTE:                        Vo a mudar 1695
   el traje. Pardiós, que es vicio
   ser médico en el oficio,
   Otón.    Vamos a matar.

Vase GILOTE.    Sale GRIMALDO

GRIMALDO:      Agora tengo de ver
   para lo que eres, Otón. 1700
   Las armas ventura son,
   si méritos el saber;
   pues para aquestas no has sido,
   en las otras te aventaja.
   Gente humilde, pobre y baja 1705
   por las armas ha subido
   hasta la suprema altura
   que en el imperio se encierra.
   Verás siguiendo la guerra
   que todo en ella es ventura. 1710
   La ventura de una escala
   cuelga sin riesgo la vida.
   Tal vez viniendo perdida
   pasará por ti una bala
   matándote el compañero 1715
   y, dejándote seguro,
   caerá al foso desde el muro
   todo un escuadrón entero,
   y la ventura podrá,
   a pesar del enemigo, 1720
   conservarte por testigo
   de la ayuda que te da.
   ¿ Quién a una posta perdida,
   blanco de tanto cañón,
   sino la ventura, Otón, 1725
   hace que vuelva con vida ?

Sale OCTAVIA

   El que sin dicha se emplea,
   ni el coselete grabado,
   ni el puesto más retirado,
   ni la militar trinchea 1730
   darán defensa segura,
   si una bala se abalanza
   que a todas partes alcanza.
   [Todo te da la ventura.]
   Pues ésta te favorece, 1735
   usa de ella con valor.
   El duque te hace favor;
   en palacio sólo crece,
   del modo que en la milicia,
   la ventura.    En él verás 1740
   quedarse el mérito atrás
   y arrinconar la justicia.
   Sólo medra el venturoso.
   No por esto te aconsejo
   que del valor, que es espejo 1745
   para el noble y valeroso,
   apartes tu juventud;
   que si en él la dicha manda,
   mucho más puede cuando anda
   al lado de la virtud. 1750
   Dios una y otra te dé
   para que no degeneres
   en la ocasión de quien eres.
OCTAVIA:      Hijo, llega y te daré
   los brazos.
OTON:                          Adiós, señora; 1755
   padre, adiós. Vuestros consejos
   serán desde hoy mis espejos
   en que me mire cada hora.

GILOTE sale de soldado gracioso

GILOTE:      ¿ Vengo bueno ?
GRIMALDO:                          ¿ Va Gilote
   contigo ?
OTON:                      Quiérole bien. 1760
GILOTE:      Vo con Otón, que no tién
   con que pagarme el capote.
   Soldado soy ya de casta;
   encomiéndoos mi cortijo.
OCTAVIA:      Ventura te dé Dios, hijo, 1765
   que el saber poco te basta.

Vanse todos.    Salen marchando CRISELIO y CESARO

CRISELIO:      Decidme otra vez la traza
   de ese estratagema nuevo;
   que aunque mi elección la abraza,
   es extraño y no me atrevo 1770
   a ejecutarle.
CESARO:                          Esta plaza,
   con las paces descuidada,
   mientras que la guerra ignora,
   segunda vez publicada,
   no se ha de guardar agora 1775
   con la prevención pasada.
   Lo más de la guerra estriba
   en ardides e invenciones,
   que aunque el esfuerzo derriba
   murallas y torreones, 1780
   la industria el valor aviva.
   Por eso es tan estimada
   la soldadesca de Flandes;
   porque en su región helada
   consigue victorias grandes 1785
   el ingenio, y no la espada.
   Allí sus gentes inquietas
   con ardides cada vez
   ganan victorias discretas,
   y como en el ajedrez, 1790
   se suelen vencer a tretas.
   Como vuestra valentía
   a mi ingenio se sujete,
   fácil, Criselio, sería
   la victoria que os promete 1795
   la traza y industria mía.
CRISELIO:      Guiarme el duque ha mandado
   por vos en esta ocasión,
   y yo estoy determinado
   de ver si las letras son 1800
   hazañas en el soldado.
   Decid lo que hemos de hacer.
CESARO:      Que se embosque nuestra gente,
   Críselio, al anochecer
   en ese pinar, que enfrente 1805
   de Monferrato ha de ser
   su perdición. Cortarán
   de leña seis u ocho carros,
   que a la ciudad llevarán
   cuatro soldados bizarros 1810
   a sombra de un capitán,
   y en villanos transformados,
   dándoles franca la puerta
   de este engaño descuidados,
   pondrán en viéndola abierta 1815
   dos de ellos atravesados,
   y harán luego una señal
   a la cual acudiremos
   con dicha y esfuerzo igual,
   y sin sangre ganaremos 1820
   la fuerza más principal;
   con que en llevando en prisión
   al marqués y al conde, puede
   mostrar, ganando opinión,
   que a las fuerzas siempre excede 1825
   el ingenio y la ocasión.
CRISELIO:      Alto, yo os he de seguir
   como el duque me ha ordenado.
   Si no hay más que prevenir,
   ya el sol su curso ha acabado; 1830
   al bosque podemos ir.
   Veamos si vuestra ciencia
   tiene en las armas valor.
CESARO:      Mostrarálo la experiencia.
CRISELIO:      (Dadme preso al conde, Amor,        Aparte 1835
   y gozaréis a Clemencia.)

Vanse todos.    Salen el CONDE Enrique y soldados

CONDE:      Llegar Tántalo al árbol avariento
   y huír la fruta cuando el labio toca;
   el líquido cristal besar la boca,
   y burlarle dejándole sediento; 1840
   a la mesa asentarse el rey hambriento,
   y cuando apenas el manjar provoca
   al apetito, ver que el Arpía loca
   alza los platos y convida al viento.
   Lo mismo por mí pasa. No sintiera 1845
   Tántalo el hambre tanto, a no incitarle
   del árbol la presencia apetecible.
   Vi a Clemencia y perdíla. ¡ Ay,
   suerte fiera !    Que ver tan cerca el bien, y no gozarle
   es hacer el tormento más terrible. 1850

Sale    ALBERTO, soldado

ALBERTO:      Buena ocasión en las manos
   te ha ofrecido la ventura;
   hoy te da la noche escura
   a tus contrarios tiranos.
   En ese pinar están 1855
   emboscados y seguros,
   que de tu ciudad los muros
   esta noche asaltarán.
   Con ellos fui por espía;
   una salida no más 1860
   tienen; vencerlos podrás
   antes que al sol mire el día.
   Pega fuego al monte espeso,
   y entretanto que le abraso
   tus soldados pon al paso 1865
   que aseguren el suceso.
   Saldrán sus ardides vanos,
   y del fuego vengador
   huyendo, el mismo temor
   hoy te los pondrá en las manos. 1870
CONDE:      ¡ Válgame el cielo ! ¿ Eso es cierto ?
ALBERTO:      Tu victoria sea testigo
   de que la verdad te digo.
CONDE:      Si salgo con ella, Alberto,
   una jineta te aguarda. 1875
   Abrásese el monte luego.
   Un amante todo es fuego;
   no es mucho que el monte se arda
   a imitación de mi pecho.
   ¡ Oh, quién pudiera abrasar 1880
   tu ciudad, duque, y vengar
   los agravios que me has hecho !

Vanse todos.    Salen OTON, bizarro, y GILOTE

OTON:      Pesárame haber llegado
   tarde.
GILOTE:      ¡ Buena flema tienes ! 1885
   ¿ A qué fiesta o boda vienes ?
   ¿ Qué mesa te ha convidado ?
OTON:      ¿ Hay mesa de más valor
   que la que la fama envía ?
GILOTE:      La mesa de una hostería 1890
   es más barata y mejor.
   Allí a pasto bebo y como;
   que aquí en esta mortal venta
   dan pólvora por pimienta
   y albondigillas de plomo. 1895
   ¡ Miren qué conejo o polla !
   ¡ Fuego de Dios en cocina
   donde es una culebrina
   la más sazonada olla;
   alemaniscos manteles 1900
   los lienzos de una muralla,
   que intentan desmantelalla
   pajes de tiros crÜeles;
   sangre el vino que promete
   a quien su brindis admite, 1905
   y el postre de su convite
   confitura de un mosquete !
   ¿ Qué pecados te han traído
   a la muerte convidado ?
   De tu madre regalado, 1910
   en tu quinta entretenido,
   levantándote a las once,
   y aguardándote al hogar
   el lomo para almozar,
   no en asadores de bronce, 1915
   como los que usa la guerra;
   la torreznada con huevos
   o los pichones, que nuevos
   apenas pisan la tierra.
   Criado entre miel y natas 1920
   sin haber visto desnuda
   una espada, ¿ quién te muda
   que ansí malograrte tratas ?
OTON:      El esfuerzo suplirá
   lo que falta a la experiencia; 1925
   pues no soy para la ciencia,
   la guerra me ensalzará.
GILOTE:      ¿ Qué guerra--¡ pese a mi suegra !--
   si en la aldea los disantos
   nunca esgrimiste entre tantos, 1930
   una vez la espada negra ?
   No lo echemos a perder;
   demos vuelta a casa, Otón.
OTON:      Calla, necio.

Salen el CONDE y ALBERTO, desnudas las espadas

CONDE:                        La razón
   de mi amor vino a vencer. 1935
   Lo que el fuego perdonó
   ha consumido la espada.
ALBERTO:      Victoria ha sido extremada.
CONDE:      ¿ Criselio está preso ?
ALBERTO:                                No.
CONDE:      Dejaríase abrasar. 1940
   por no verse en mi poder.

OTON y GILOTE hablan aparte

OTON:      ¿ Cómo es esto ?
GILOTE:                        Esto es temer,
   y eso debe ser temblar.
OTON:      Retírate aquí, sabremos
   quién son éstos y qué ha sido 1945
   de Criselio.
ALBERTO:                      Yo he venido
   a darte cuenta.
OTON:                            Escuchemos.
CONDE:      Deja que el campo despoje
   lo que el fuego no ha desecho,
   pues es debido derecho 1950
   de la guerra; y mientras coge
   el premio de su victoria
   mi gente, repara, Alberto,
   en que Clemencia me ha muerto
   porque viva su memoria. 1955
   Con esta postrera injuria
   cerrado habrá la venganza
   las puertas a la esperanza.
   Ya no habrá aplacar la furia
   del duque, que por no darme 1960
   el galardón prometido,
   si en las paces fementido,
   traiciones vino a imputarme;
   ¿ con agravios verdaderos,
   quién vencerá su rigor ? 1965
   ¡ Ay, desatinado Amor,
   imposible es socorreros !
OTON:      Oye. El conde de Placencia
   es éste, y he colegido
   que Criselio está vencido 1970
   y él adorando a Clemencia.
   ¡ Vive Dios, que he de probar
   dónde llega mi ventura !
GILOTE:      ¿ Qué intentas ?
OTON:                          La noche escura
   preso al conde me ha de dar. 1975
GILOTE:      ¿ Estás loco ?
OTON:                          Solos dos
   son cual nosotros.    ¿ Qué espero ?
GILOTE:      Yo, Otón, no soy más que cero
   que nada valgo. Por Dios,
   que no des triste viudez 1980
   a mi Torilda.
OTON:                          Importuno,
   si eres cero y yo soy uno,
   contigo valgo por diez.

Al CONDE

   Enrique, daos á prisión.
CONDE:      ¿ Qué es esto ?
GILOTE:                        (¡ Ay, Torilda mía !        Aparte 1985
   No hay Gil desde aqueste día;
   tocas de viuda te pon.)
CONDE:      ¿ Quién eres tú que arrogante
   a tal locura te atreves ?
OTON:      Después que mi esfuerzo pruebes 1990
   sabrás quién tienes delante.
CONDE:      Eres Criselio ?
OTON:                              No tengo
   la experiencia militar
   que le ha venido a ilustrar;
   pero con más dicha vengo. 1995
   Date a prisión, o prevente
   si no temes mi valor.
ALBERTO:      Dale la muerte, señor,
   mientras que llamo tu gente;
   que pues habla confiado, 2000
   no viene solo.

Vase ALBERTO

GILOTE:                        ¡ Buen modo
   de huír ! Tras él me acomodo.
CONDE:      Si del duque eres soldado,
   déjale y mi campo sigue,
   que yo capitán te haré. 2005
OTON:      A la lealtad que heredé
   no hay interés que la obligue,
   que en mi vida fui traidor.
   Date.

(Pelean, y pierde el CONDE la espada

CONDE:      La espada he perdido 2010
   y en un brazo me has herido;
   mostrado has bien tu valor.
   Esto basta; no me lleves
   al duque, y pide el rescate
   que gustares.
OTON:                        Disparate 2015
   es que con el oro pruebes
   mi lealtad. Allá has de ir preso,
   o quedar sin vida aquí.
GILOTE:      Valiente revés le di;
   cortéle el brazo hasta el hÜeso. 2020
CONDE:      ¿ Eres noble ?
OTON:                            Y caballero.
CONDE:      ¡ Cielos ! ¡ Después de la gloria
   de tan felice victoria,
   tal azar ! Tu prisionero
   soy; haz, soldado famoso, 2025
   de mí lo que más gustares.
OTON:      Todo es encuentros y azares
   la guerra.    Sufre, animoso.
   Ata a la herida este lienzo
   y esta banda aplica al brazo; 2030
   que cortés rendirte trazo,
   ya que en las armas te venzo.
   Y en ese caballo mío
   sube; que en él de éste iré.
GILOTE:      Heme aquí ginete a pie. 2035
   Lleve el diablo el desafío.
CONDE:      Tu noble y hidalgo trato,
   aunque enemigo, me obliga
   a que envidioso te siga.
   ¡ Que a vista de Monferrato 2040
   me haya preso un hombre solo !
OTON:      Tu gente temo que venga
   y corro en que me detenga
   peligro si sale Apolo.
   Vamos.
CONDE:                    ¡ Ingrata Clemencia ! 2045
   Cuando me quite la vida
   tu padre, por bien perdida
   la juzgaré en tu presencia.
OTON:      Si con él soy de provecho,
   no tengas de eso temor. 2050
GILOTE:      ¿ Qué dices de mi valor ?
   ¡ Bravamente lo hemos hecho !
OTON:      ¿ Tú ?
GILOTE:                  Yo, pues.
OTON:                            ¿ Detrás de mí,
   cobarde, no te ponías ?
GILOTE:      Siendo cero ansí tenías 2055
   todo el valor que te di;
   si no, júzgalo tú mismo.
   ¿ Cuando el cero va detrás
   no vale el número más ?
OTON:      Valiente eres.
GILOTE:                        En guarismo. 2060
OTON:      Gran lebrón eres, Gilote.
CONDE:      ¿ Victorioso y prisionero,
   cielos ?
GILOTE:                Llámame tu cero
   que a fe que ha habido cerote.

Vanse todos.    Salen el DUQUE, CLEMENCIA, ROSELA y CLAVELA

DUQUE:      No temo infeliz suceso 2065
   de esta guerra, pues me ampara
   la justicia cierta y clara
   del agravio que confieso.
   Buen general señalé;
   vencedor Criselio ha sido 2070
   mil veces del fementido
   marqués, y si aseguré
   su valor con la prudencia
   de Césaro, cuerdo y sabio,
   ¿ quién duda que de mi agravio, 2075
   juntando al valor su ciencia,
   he de quedar satisfecho ?
GLEMENCIA:      Y más cuando te asegura,
   señor, de Otón la ventura.
CLAVELA:      Ya el conde estará deshecho. 2080
DUQUE:      Esta es la hora que vienen
   triunfando a Mántua los tres,
   y, presos conde y marqués,
   por mí a Monferrato tienen.
ROSELA:      De mi hermano no hay dudar 2085
   siendo César, que presuma
   juntar la lanza a la pluma
   y vencer como estudiar.
DUQUE:      Si él con la victoria sale
   con Criselio os casaré. 2090
CLAVELA:      (¡ Ay, cielo !)                        Aparte
DUQUE:                      Y conde le haré
   de Regio, para que iguale
   el estado a su valor.
ROSELA:      Eres Gonzaga; no puedes
   hacer menores mercedes. 2095
CLAVELA:      (Si le pierdo vencedor,              Aparte
   haced que vuelva vencido;
   no le deis ayuda, cielos.
   Salidle al encuentro, celos,
   pues yo de seso he salido.) 2100

Salen marchando destempladas las cajas, CESARO y CRISELIO, de luto. CRISELIO se pone de rodillas

CRISELIO:      Esta es, la primera vez,
   invicto duque de Mántua,
   que, vencido, tus pies beso,
   que Enrique pisa tus armas.
   No atribuyan a descuidos, 2105
   desorden, culpables faltas
   o impericia militar
   tu daño y nuestras desgracias,
   sino a la ciega Fortuna,
   que en las guerras y privanzas 2110
   por parecer más hermosa
   quiere mostrarse más varia.
   Dísteme por companero
   a Césaro, con quien mandas
   que estratagemas consulte, 2115
   pida ardidos, siga trazas.
   No digo yo, aunque pudiera,
   la diferencia y distancia
   que hay del arnés a la joya,
   de la borla a la celada, 2120
   cuán mal que se compadecen
   hojas de libros y espadas,
   ejércitos con esquelas
   y cátedras con murallas;
   pero diga la experiencia 2125
   lo que hay de obras a palabras,
   de las plumas a la pluma,
   de argumentos a batallas,
   que si ejemplos testifican,
   el presente, duque, basta, 2130
   pues por seguir a las letras
   vuelven vencidas las armas.
CESARO:      No eches la culpa al ingenio,
   Criselio, cuyas ventajas
   a tu pesar reconocen 2135
   las fuerzas más celebradas.
   Cátedras lee la milicia
   que universidades pagan,
   y s especulación reducen
   experiencias practicadas. 2140
   Mi parecer fue ingenioso,
   y si a ejecución llegara,
   Monferrato y su marqués
   fueran proverbio en Italia.
   Di tú que no bastan ciencias, 2145
   que peine el consejo canas,
   que asalte el esfuerzo muros,
   que arroje el enojo balas
   si no asiste la ventura;
   porque la vez que esta falta, 2150
   ni Pompeyo entre legiones,
   ni Marco Antonio entre armadas
   a la fortima de César
   se opondran, que en una barca
   del miedo, asegura a Amiclas 2155
   y atrevido el mar contrasta.
   Mandéte emboscar la gente
   para que al cuarto del alba,
   ganando al marqués las puertas
   diesen al valor entrada. 2160
   Dio la Fortuna envidiosa
   de este ardid cuenta a la fama;
   contóselo al enemigo,
   que el monte y la genta abrasa,
   y por él peleando el fuego 2165
   la victoria a voces canta,
   no el esfuerzo, la ventura;
   no el valor, sino las llamas.
   Si no fuimos venturosos,
   no culpes las letras sabias 2170
   que ponen Marte y Minerva
   sobre sus cabezas.
DUQUE:                              Basta.
   Vencidos venís los dos;
   las letras sin manos hablan,
   el valor obra sin lengua, 2175
   uno Ulises y otro Ayax;
   pero los dos sin ventura.
   La elocuencia y la arrogancia,
   las armas junto a las letras,
   decís bien, no valen nada. 2180
   Volvéos, Césaro, a los libros;
   abogad, sentenciad causas,
   que no es bien paséis la pluma
   de la mano a la celada.
   De vuestro centro os saqué, 2185
   y fuera de él pesa el agua,
   no traen armas los juristas.
   Con, sólo un "fallamos" matan.
   ¿ Qué es de Otón ?
CRISELIO:                          No sé si afirme
   en su afrenta o alabanza 2190
   que el temor y la ventura
   previnieron su tardanza.
DUQUE:      No fue al campo. Yo lo creo,
   que si en él Otón se hallara
   salieran con la victoria 2195
   su valor y mi venganza.
CESARO:      ¿ La victoria un ignorante
   que en su vida ciñó espada ?
DUQUE:      Mejor sois para fiscal
   que para soldado. Basta. 2200

Tocan cajas, y sale OTON, bizarro, y el CONDE Enrique, sin armas y con banda

OTON:      Atribuye a mi ventura
   y no al valor que me falta
   el ofrecerte, señor,
   a Enrique preso a tus plantas.
   Vencedor, viene vencido. 2205
   Yo tengo pocas palabras.
   Tarde al campo me enviaron
   cumplimientos de mi casa;
   hallé al conde que con otros
   su victoria celebraba; 2210
   pedí ayuda a mi fortuna,
   y de suerte me acompaña,
   que en fin, vine, vi y vencí.
   Por relación esto basta,
   y por premio de mis dichas 2215
   que de ellas te satisfagas.
   Solamente te suplico
   que mires que eres Gonzaga,
   y que el valor resplandezca
   en ti más que la venganza. 2220
   En tu poder está el conde.
   El que es generoso paga
   agravios con beneficios;
   perdónale si te agravia.
DUQUE:      A vuestras cortas razones 2225
   y a vuestras hazañas largas,
   con largos premios prometo
   juntar cortas alabanzas.
   Mi honor os debo dos veces.
   Vencido habéis otras tantas 2230
   a Enrique y restituído
   a su ser mi antigua fama.
   Pues me dais un conde preso,
   bien será que conde os haga.
   Conde sois de Val Hermoso. 2235
OTON:      Esclavo tuyo me llama.
DUQUE:      Criselio, el bastón os vuelvo,
   y pues la dicha acompaña
   a Otón, seguid su ventura,
   que mientras Césaro trata 2240
   en mi tribunal de pleitos,
   si al valor la dicha ensalza
   valor tenéis y Otón dicha.
   Restaurad vuestras desgracias.
CRISELIO:      Castigando, señor, premias. 2245
   Si avergÜenzan tus palabras,
   tus mercedes dan valor;
   justamente a Otón levantas.
   Con su feliz compañía,
   ni temo suerte contraria, 2250
   ni enemigo poderoso,
   ni empresa con que no salga.
DUQUE:      Conde, a intercesión de Otón,
   debajo vuestra palabra,
   la ciudad tened por cárcel 2255
   sin prisiones y sin guardas.
CONDE:      Yo la doy, y a tu grandeza
   rindo las debidas gracias,
   deseoso que sin ira
   de mi amor te satisfagas. 2260
   (¡ Dichosa prisión, si estoy        Aparte
   en presencia de mi dama.
   Amor, más cierto anduvieras
   si libertad la llamaras.)
CLEMENCIA:      ¿ No me habláis, Otón ?
OTON:                                  Señora, 2265
   poco agradece quien habla.
   La suspensión siempre mira,
   la obligación siempre calla;
   por vos tengo el bien que tengo.
CLEMENCIA:      Ya sois conde.
OTON:                          Serme basta 2270
   esclavo vuestro.
CLEMENCIA:                            Yo haré
   que envidien vuestra privanza.
CLAVELA:      (Pues no se casa Rosela              Aparte
   con mi Criselio, esperanzas
   dadle, pues vuelve vencido, 2275
   pésame no, alegres gracias.)

A OTON

CESARO:      El nuevo titulo goce
   vueseñoría, edad larga.
OTON:      ¡ Oh, señor gobernador !
   pésame de sus desgracias. 2280
   Si hay en que pueda servirle,
   no hacer placer, que es hidalga
   siempre en mí la cortesía,
   acudiré con el alma.
ROSELA:      No doy a vuestra excelencia 2285
   el parabién de turbada
   con el encarecimiento
   que debe quien tanto te ama.
OTON:      ¡ Oh, hermosa Rosela !    Ya
   llegó la hora deseada 2290
   en que esté en vuestro servicio;
   y a Otón honre vuestra casa;
   pues sirviéndoos de la mía,
   mientras que condesa os llama
   un título, vuestro esposo, 2295
   y el duque, con él os casa,
   por dichoso me tendré,
   no en que si se ofrece, os haga
   cualquiera comodidad,
   que fuera poca crianza, 2300
   sino que como señora,
   me mandéis.
ROSELA:                    (Dióme en el alma.)      Aparte
CESARO:      (¡ Que se anteponga a mis letras      Aparte
   de este modo la ignorancia
   de hombre que sabe tan poco !) 2305
ROSELA:      (La envidia el pecho me abrasa.)    Aparte
CESARO:      (A quien le sobra ventura,          Aparte
   el saber poco le basta.)


JORNADA TERCERA

Salen CLEMENCIA y CLAVELA

CLEMENCIA:      ¿ De mí, en fin, estás, quejosa ?
CLAVELA:      Mi amor te lo certifica. 2310
   La voluntad te halla hermosa,
   el interés te ve rica,
   el parentesco amorosa,
   discreta el entendimiento,
   tierna la conversación; 2315
   y ansí de Criselio siento,
   si tantos tus dotes son,
   que intenta tu casamiento.
   En la guerra te ha obligado,
   en la paz te ha pretendido, 2320
   victorioso, si soldado,
   y si galán, preferido;
   luego es cierto mi cuidado.
CLEMENCIA:      Otro, Clavela, es el mío,
   del tuyo tan diferente 2325
   que le juzgo a desvarío.
   Nunca de amor que es pariente
   lograr esperanzas fío.
   ¡ Ay, prima mía ! ¡ Qué extrañas
   somos las mujeres !
CLAVELA:                              ¿ Pues ? 2330
CLEMENCIA:      Porque sepas si te engañas...
   ¿ Ves mi libre desdén ? ¿ Ves,
   mis rigurosas entrañas ?
   ¿ Lo que al conde de Placencia
   aborrecí poderoso ? 2335
   ¿ Lo que temí su presencia,
   pues por no verle mi esposo
   ni mi gusto en contingencia,
   el robo y fuerza fingí;
   que no llegó a ejecución, 2340
   y con mi padre mentí
   vanas hazañas de Otón ?
CLAVELA:      Yo, prima, supe de ti
   el aviso que tuviste
   del conde, tu amor ingrato; 2345
   que su venida supiste,
   y que de su torpe trato,
   al bosque turbada huíste;
   el buen proceder de Otón;
   el por qué te disfrazaste, 2350
   y por anticipación
   que al conde Enrique imputaste
   la no gozada traición.
   ¿ Hay más que añadir a eso ?
CLEMENCIA:      A Enrique desheredado; 2355
   a Enrique sin padre y preso,
   sin amigos, sin estado,
   y estoy por decir sin seso;
   a Enrique que aborrecí,
   porque lo que soy publiques, 2360
   a Enrique ya pobre...
CLAVELA:                              Sí.
CLEMENCIA:      Pues a Enrique...
CLAVELA:                      ¿ Hay más Enriques ?
CLEMENCIA:      Prima, quiero más que a mí.
CLAVELA:      ¿ A quién tu afrenta intentó ?
CLEMENCIA:      No sé que eso verdad sea. 2365
   Sé que quien me lo contó
   me amaba, y que amor se emplea
   en engaños.
CLAVELA:                      Bien sé yo
   de las muestras de afición,
   con que más Enrique siente 2370
   tu desdén por su prisión,
   que cualquier fama desmiente
   que desdore su opinión.
   Pero hale el duque quitado
   el estado que tenía; 2375
   murió su padre cercado,
   sin que un pueblo en Lombardía
   de tantos le haya quedado.
   Si rico fué aborrecido,
   no sé como pueda ser 2380
   cuando tan pobre, querido.
CLEMENCIA:      Hazañas son del poder,
   a Dios siempre parecido.
   Añadir al oro, prima,
   esmaltes, cuando por sí 2385
   el mundo tanto le estima,
   no es mucho; ni que a un rubí
   o un diamante que sublima
   hasta el sol su resplandor,
   guarnezca el oro opulento, 2390
   y realce su labor;
   pues halla, en fin, fundamento
   el trabajo en su valor.
   Mas de una materia baja
   hacer una pieza noble, 2395
   un escritorio, una caja,
   una imagen, que de un roble,
   al oro puro aventaja,
   ésa es majestad guardada
   a Dios sólo y al poder, 2400
   que con grandeza elevada
   se autorizan con dar ser
   y valor a lo que es nada.
   Esto mismo hacer procura
   mi amor, pues porque a luz salga 2405
   su poder y mi hermosura,
   busca un marido que valga,
   prima, no más que la hechura.
CLAVELA:      Mis celos has satisfecho,
   pues esa hechura saldrá 2410
   a tu gusto y mi provecho.
CLEMENCIA:      Mi hechura sólo valdrá
   si hago al conde ya desecho.
CLAVELA:      Rosela sale.
CLEMENCIA:                          Pues anda,
   y no temas que por mí 2415
   pierda tu amor su demanda;
   que a mi Enrique el alma di,
   si bronce, ya cera blanda.

Vase CLAVELA.    Sale ROSELA

ROSELA:      En busca de vuestra alteza
   me trae, señora, un cuidado 2420
   que ocasiona mi tristeza.
CLEMENCIA:      Como sea enamorado,
   a comunicarle empieza;
   que los de una facultad
   alivian su mal mejor. 2425
ROSELA:      Es, gran señora, verdad.
   Mas, ¿ paga tributo a Amor
   vuestra alteza ?
CLEMENCIA:                          Voluntad
   tengo a quien aborrecía.
   Decirme la tuya puedes 2430
   mientras yo callo la mía.
ROSELA:      Segura con las mercedes
   que me has hecho desde el día
   que entré en palacio, quisiera,
   si de mí te satisfaces... 2435
CLEMENCIA:      ¿ Querrásme hacer tu tercera ?
ROSELA:      Que fueses en unas paces,
   gran señora, medianera.
CLEMENCIA:      ¿ Con quién los enojos son ?
ROSELA:      Días ha que he sido amada 2440
   con recíproca afición,
   aunque agora mal pagada
   de Otón.
CLEMENCIA:                  Luego ¿ sabe Otón
   querer ?
ROSELA:                    Ninguno lo ignora;
   ni él tan venturoso fuera 2445
   si no amara, gran señora.
CLEMENCIA:      Bien dices. La planta y fiera,
   por dar fruto se enarnora.
ROSELA:      Cuando alcancé tu privanza,
   le traté con menosprecio, 2450
   y con inorata mudanza
   le llamé ignorante y necio;
   porque llegó mi esperanza
   a prometerse por sí
   dar la mano a un potentado; 2455
   que aunque plebeya nací,
   como mi hermano ha llegado
   a tanta dicha, creí
   subir donde mi ambición
   pretendió desvanecida. 2460
   Sintió mi desdén Otón,
   y despreciado, me olvida.
CLEMENCIA:      Agravios y celos son
   espuelas con que Amor vuela,
   aunque un desprecio es bastante 2465
   a apagar llamas, Rosela.
ROSELA:      De un hombre tan ignorante,
   que aun no le admite la escuela,
   ¿ quién pensara tal ventura ?
CLEMENCIA:      ¿ Mujer eres de pensé-que ? 2470
   Desdicho has de tu cordura.
   Ahora yo haré que se trueque
   el aspereza en blandura
   de Otón; que si te ha querido
   y otra vez el fuego atizas, 2475
   que amortiguaste ofendido,
   mientras duran las cenizas,
   no ha muerto al fuego el olvido.
   Yo despertaré sus llamas.
ROSELA:      El viene, porque procures 2480
   mi paz.
CLEMENCIA:                Si cuerda te llamas,
   ni en pensé-ques te asegures,
   ni desprecies a quien amas.

Vase ROSELA y sale OTON

OTON:      Aguardando el Duque queda
   a vuestra alteza.
CLEMENCIA:                            Y yo a vos. 2485
OTON:      ¿ Qué hay en que serviros pueda ?
CLEMENCIA:      Conde, ¿ no muestra ser Dios
   Amor con vos, que se hospeda
   en el más rústico pecho
   como en el alma más rica ? 2490
OTON:      No soy para él de provecho;
   mas a la guerra se aplica
   mi inclinación.
CLEMENCIA:                        Ya habéis hecho
   en ella alarde capaz
   del valor que en vos se encierra, 2495
   pero ya que es todo paz
   y se ha acabado la guerra,
   cuando reina Amor, rapaz,
   ¿ en qué soléis ocupar
   el tiempo ?
OTON:                      Pues el más largo, 2500
   ¿ no es corto para pensar
   lo mucho que os soy a cargo
   y no he de poder pagar ?
CLEMENCIA:      Vos, ¿ qué me debéis á mi ?
OTON:      Todo el ser que me ha ilustrado: 2505
   la privanza a que subí;
   el haberme acreditado,
   fingiendo que yo vencí
   al conde Enrique; el sacarme
   de una granja al cargo honroso 2510
   con que he venido a ilustrarme,
   y el haberme hecho dichoso.
   ¿ Qué es lo más que podéis darme ?
CLEMENCIA:      La dicha que es con exceso,
   es deuda al cielo debida. 2515
   Yo no tengo parte en eso.
   Fingí de Enrique la huída;
   mas trayéndole vos preso,
   bien habéis beneficiado
   lo que dije en profecía; 2520
   el título que os ha dado
   mi padre a intercesión mía,
   vuestro esfuerzo le ha ganado.
   Antes os soy tan deudora,
   que si es la paga mejor 2525
   la que el Amor atesora,
   os he de hacer acreedor
   de un alma, Otón, que os adora.
OTON:      ¿ A mí, señora ?
CLEMENCIA:                              Y tan bella,
   como la imaginación, 2530
   transformada, Otón, en ella
   os dió en alguna ocasión
   ánimo para querella.
OTON:      Si no es que de mí os burláis,
   no sé, señora, a qué fin 2535
   mi libertad inquietáis.
   No os entiendo.
CLEMENCIA:                        A hablar latín
   no es mucho no me entendáis.
OTON:      Yo en mi vida tuve dama.
CLEMENCIA:      Pues hartas obligaciones 2540
   a la que su dueño os llama
   tenéis.    De aquestas razones
   sacad quién es la que os ama.
OTON:      ¿ Yo obligaciones de amor ?

Sale un PAJE

PAJE:      El Duque a llamar envía 2545
   a vuestra alteza.
OTON:                              (Temor,            Aparte
   refrenad a la osadía.)
CLEMENCIA:      Para saberlo mejor
   id esta noche al terrero,
   que hablando, conde, conmigo, 2550
   con ella hablaréis.

Vanse CLEMENCIA y el PAJE

OTON:                                ¿ Qué espero ?
   Imaginación, si os sigo;
   imitar Faetones quiero.
   ¡ Válgame Dios !    ¿ Si madama,
   para ensalzar mi ventura 2555
   de todo punto, me ama ?
   Mas ¿ qué bárbara locura,
   necio pensamiento, os llama ?
   ¿ Yo de Clemencia ? ¿ Yo amado
   de quien el sol puede ser, 2560
   no original, su traslado ?
   Mas ¿ no es Clemencia mujer ?
   ¿ Qué imposibles no ha allanado
   del amor el real decoro ?
   Dicha, de mi parte os hallo; 2565
   hombre soy, no la enamoro
   como a la asiriu el caballo,
   o corno a Pasife el toro.
   Refrenaos, lengua habladora,
   y no ofendáis tal valor. 2570
   Pero ¿ no me dijo ahora,
   "Os he de hacer acreedor
   de un alma, Otón, que os adora ?"
   Mas, ¿ por fuerza ha de ser ella ?
   Sí, que mi "imaginación 2575
   transformada," dijo, "en ella
   me dio tal vez ocasión
   y ánimo para querella."
   Si el ánimo es menester,
   cierta es la dificultad. 2580
   Animo para querer,
   si no es para su beldad,
   ¿ para qué otra puede ser ?
   Pero, imaginación necia,
   ¿ quién vuestra virtud contrasta ? 2585
   Clemencia a Enrique desprecia,
   y con ella no fue casta
   Penélope ni Lucrecia.
   Mas si me dijo madama,
   "pues hartas obligaciones 2590
   a la que su dueño os llama
   tenéis, de aquestas razones
   sacad quién es la que os ama."
   ¿ Yo a quién tengo obligación
   sino es sólo a su hermosura ? 2595
   ¿ Quién ha sido la ocasión
   de mi invidiada ventura
   sino sola su afición ?
   Pues si de aquí sacar quiero
   mi dama, que es ella digo. 2600
   "Id esta noche al terrero,
   que hablando, conde, conmigo,
   con ella hablaréis." Grosero
   soy, pues en esto reparo.
   Si ha de hablar mi dama en ella, 2605
   ¿ qué dudáis, ingenio avaro ?
   "Conmigo, hablaréis con ella."
   ¿ Pudo decirlo más claro ?
   Ea, confusión escura,
   pues ánimo es menester, 2610
   el ánimo me asegura
   el ser Clemencia mujer
   y lo que es más, mi ventura.

Vase OTON.    Salen CLEMENCIA y el DUQUE, su padre

DUQUE:      Yo, Clemencia, haré por ti
   lo que me pides.
CLEMENCIA:                          A Otón 2615
   casarle será razón;
   palabra a Rosela di
   de suplicarte por ella.
DUQUE:      Bien; con Otón casará,
   y él en Rosela tendrá 2620
   esposa discreta y bella.
   Dotaréla de mi mano,
   porque tú la quieres bien,
   y porque debo también
   mucho a Césaro, su hermano. 2625
   Mas tú, que por todos ruegas,
   y casar quieres a Otón,
   ¿ por qué a tu edad en sazón
   tan bonestos lazos niegas ?
   Ya es bien que de este cuidado 2630
   me libres, y pues soy viejo,
   obediente a mi consejo
   des sucesión a mi estado.
   Monferrato es tuyo ya;
   a Mántua, Clemencia, heredas, 2635
   la más poderosa quedas
   de Lombardía, y podrá
   cualquier rey, si el interés
   ve de tu dote y belleza,
   dar corona a tu cabeza 2640
   porque la mano le des.
CLEMENCIA:      Eso queda a cargo tuyo;
   que en mí no fuera razón
   exceder de tu elección.
DUQUE:      Pues si eso es ansí, concluyo 2645
   con que ya tengo escogido,
   mi Clernencia, un noble esposo,
   no de suerte poderoso
   que al título de marido,
   siendo rey soberbio, añada 2650
   el título de señor,
   sino a quien siendo menor
   que tú, la vida privada
   y estado por ti mejore,
   a tu gusto se sujete, 2655
   por señora te respete
   y por esposa te adore.
CLEMENCIA:      (Si no es éste Enrique, el conde,      Aparte
   cielos, decid ¿ quién será ?
   Pobre y sin estado está, 2660
   y con mi amor corresponde.
   Pedidme albricias si es él,
   Amor.
DUQUE:      Vergonzosa y muda,
   mezcla el temor y la duda 2665
   en ti el jazmín y el clavel.
   Razón será, despenarte:
   tu esposo ha de ser, Clemencia,
   Criselio.
CLEMENCIA:                  ¿ Quién ?
DUQUE:                          Su presencia
   es digna de enamorarte. 2670
   Primo es mío, y su valor,
   igual a sus prendas claras,
   tanto, que si tú faltaras
   le hiciera mi sucesor.
CLEMENCIA:      Antes por ser tan cercano, 2675
   ni le admito ni le apetezco;
   que bodas con parentesco
   no se logran.
DUQUE:                        Ya es en vano
   resistir mi voluntad;
   que en fe de ser gusto mío, 2680
   para que dispense, envío
   mañana a su Santidad
   a Césaro.
CLEMENCIA:                      (Amor, ya os lloro      Aparte
   malogrado.)
DUQUE:                      Este es mi intento.
   Sobre sangre, casamiento, 2685
   dicen que es sobre azul, oro.
CLEMENCIA:      (0 será mi esposo Enrique,            Aparte
   o la muerte me daré.
   Un papel le escribiré.
   Mi amor sus penas publique.) 2690
DUQUE:      Cuerda y obediente eres;
   míralo y vuelve después.
CLEMENCIA:      Como ese hombre no me des,
   cásame con quien quisieres.

Vase CLEMENCIA

DUQUE:      Ejecutaré mi gusto, 2695
   o probarás mi rigor;
   mas no sufrirá mi amor
   que la case a mi disgusto.
   ¡ Qué grande felicidad
   fuera si un padre engendrara 2700
   como en el talle y la cara,
   en el alma y voluntad
   su semejanza !    Mas Dios
   cría el alma y la da el ser,
   y así es milagro el hacer 2705
   una voluntad de dos.

Sale CESARO

CESARO:      De prevenir la partida
   que he de hacer a Roma, vengo.
DUQUE:      Mientras que yo no prevengo
   a Clemencia, persuadida 2710
   a no hacer mi voluntad,
   ¿ qué importan tus prevenciones ?
   A ruegos y persuasiones
   responde con libertad
   que hasta el nombre le es odioso 2715
   de Criselio, y porque vea
   si hacer mi gusto desea,
   le dé cuaquiera otro esposo,
   fuera de él.
CESARO:                          (¡ Buena ocasión      Aparte
   la envidia darme procura, 2720
   para atajar la ventura
   con que me atormenta Otón !)
DUQUE:      Es mi única heredera,
   ámola excesivamente,
   y aunque pudiera imprudente 2725
   forzarla a que el sí le diera,
   mucho más debo a mi hija
   que a Criselio, y entregarla
   a quien aborrece es darla
   no esposo, muerte prolija. 2730
   Pues mi palabra empeñada,
   y dejar mi sucesión,
   a falta de hijo varón,
   por mujer continuada,
   llévalo, Césaro, mal. 2735
   Criselio, en fin, es mi primo;
   por valeroso le estimo,
   por discreto y por leal.
   Si casara con Clemencia,
   mi sangre se continuara, 2740
   sin que por ella pasara
   a extranjera descendencia.
   En aquesta confusión
   que me aconsejes te pido.
CESARO:      De que no se case ha sido, 2745
   gran señor, la causa, Otón;
   que ya que a este punto llego,
   traidor fuera, a no decir
   lo que llegué a ver y oír.
   Como Amor le pintan ciego 2750
   no repara en calidad.
   Madama, gran señor, ama
   a Otón.
DUQUE:      ¿ Qué dices ?
CESARO:                              Madama
   le muestra tal voluntad, 2755
   que si no es a Otón, no creas
   que a otro dé la mano y sí.
DUQUE:      Agora se fue de aquí,
   y porque tu engaño veas,
   afectÜosa me pide 2760
   que con tu hermana Rosela
   case a Otón.
CESARO:                        Esa es cautela
   con que sospechas impide.
   Hácele tanto favor
   y con tal publicidad, 2765
   que no falta en la ciudad
   quien satirice su amor;
   y quiérete deslumbrar
   con pedirte que le cases
   con mi hermana.
DUQUE:                        Si probases 2770
   lo que acabas de afirmar,
   yo la dicha trocaría
   de Otón de suerte que hiciese
   que envidiosos no tuviese.
CESARO:      A llamarle, pues, envía, 2775
   y dile que luego quieres
   que se case con Rosela,
   verás cuál duda y recela;
   y que si fuerza le hicieres
   madama misma procura 2780
   disuadirte el casamiento
   que te pidió.
DUQUE:                        El sufrimiento
   a estos tiempos es cordura.
   No ha Otón de perder conmigo,
   aunque contra él atestigÜes, 2785
   mi amor mientras no averigÜes
   méritos de su castigo.
   Vele a llamar.
CESARO:                                (Si afrentado      Aparte
   de mi liermana la aborrece,
   y por mujer se la ofrece 2790
   el duque, es averiguado
   que ha de responder que no,
   y así queda satisfecha
   de Clemencia la sospecha,
   y de Otón vengado yo, 2795
   que su ventura me tiene
   tal que fuera de mí estoy.)
DUQUE:      ¿ No vas ?
CESARO:                    A llamarle voy.
   Pero él mismo, señor, viene.

Sale OTON

OTON:      Ingenio siempre ignorante, 2800
   ¿ de cuándo acá discurrís,
   conjeturáis y argÜís,
   si soy tan torpe estudiante ?
   Dejad tanta consecuencia,
   y ya que hacerlas queréis, 2805
   probad que os desvanecéis
   y que no me habla Clemencia.
DUQUE:      ¿ Otón ?
OTON:                      ¡ Gran señor !
DUQUE:                                ¡ Qué poco
   de vuestro aumento curáis,
   cuando a mí me desveláis 2810
   por él !
OTON:                    Si no es que tan loco
   me tenga el favor que siento,
   hacerme vos, gran señor,
   ¿ qué aumento quiero mayor
   que el desvelaros mi aumento ? 2815
DUQUE:      Ya es tiempo de que os caséis,
   que se pasa el tiempo en vano;
   y si ha de ser de mi mano,
   como a Rosela la deis,
   a su dóte me obligáis. 2820
OTON:      ¿ Yo a Rosela, gran señor ?
DUQUE:      Vos; pues.
OTON:                      No me tiene amor.
DUQUE:      Engañado, conde, estáis;
   que en su nombre me ha pedido
   Clemencia este casamiento. 2825
OTON:      ¿ Quién, señor ?
DUQUE:                        Turbado os siento,
CESARO:      (No dirás que te he mentido.)        Aparte
OTON:      Túrbome de que madama
   pida que me case yo
   con Rosela.
DUQUE:                    ¿ Por qué no, 2830
   siendo Rosela su dama ?
OTON:      Mire, señor, vuestra alteza
   que no pedirá por mí
   madama...
DUQUE:                    Aquesto es ansí.
   (Mi sospecha es ya certeza.          Aparte 2835
OTON:      (¡ Ay, soberbia presunción !)      Aparte
   Señor, que se burlaría
   madama, o probar querría
   de esta suerte mi intención.
DUQUE:      ¿ A qué efecto ?    ¿ No es igual 2840
   este casamiento ?
OTON:                            Yo
   ni digo sí, ni que no.
   Rosela tiene caudal
   y belleza apetecida
   para cualquiera valor; 2845
   lo que yo dudo, señor,
   es que madama lo pida.
DUQUE:      ¿ Pues qué hay de dificultad
   en eso ?
OTON:                    ¿ No es cosa grave
   que cuando madama sabe 2850
   no tenerme voluntad
   Rosela, quiera ofendella
   y darme esposa a disgusto
   de Césaro ?
DUQUE:                    Por mi gusto
   Césaro el suyo atropella. 2855
   Andad, y dentro de un hora
   me dad la resolución
   de este casamiento, Otón.
OTON:      (Cayó la máquina agora.                Aparte
   Locura que en viento labras, 2860
   sobre arena edifiqué,
   y aun menos, pues levanté
   quimeras sobre palabras.)

Vase OTON

DUQUE:      Bien probaste tu intención.
   Este es de Clemencia amante; 2865
   indicio he visto bastante
   en su necia turbación.
   ¿ Qué haremos ?
CESARO:                            Darle la muerte;
   que el crimen de deslealtad
   es de lesa majestad. 2870
DUQUE:      No pagaré de esa suerte
   bien lo mucho que le debo.
   Ya no pretendo casarle
   con tu hermana, mas sacarle
   de Mántua.
CESARO:                    Tu gusto apruebo, 2875
   aunque dejar con la vida
   a quien ayer levantaste
   del polvo y le sublimaste
   a tu privanza, convida
   a que otro como él se atreva 2880
   a perturbar tu sosiego.
DUQUE:      ¿ No dices que Amor es ciego ?
   Pues si es ciego quien le lleva,
   y le da mi hija ocasión,
   cualquier yerro le disculpa; 2885
   Clemencia tiene la culpa.
   Echando de Mántua a Otón
   y enviándole al gobierno
   del despojado marqués,
   podrá Criselio después 2890
   no malograr su amor tierno;
   con este título honesto
   los inconvenientes quito.
CESARO:      Eso es premiar su delito.
DUQUE:      Lo que le amo manifiesto. 2895
   Ven, y haré la provisión
   del estado a que le envío;
   y porque algún desvarío
   no haga Criselio, en razón
   del desdén con que Clemencia 2900
   niega el pretendido sí,
   la palabra que le di,
   y de mi estado la herencia,
   también le he de asegurar
   con una cédula mía. 2905
CESARO:      (Mi envidia en vano porfía          Aparte
   a este idiota derribar.
DUQUE:      CrÜel eres para juez.
CESARO:      (¿ Gobernador Otón ya ?
   ¿ Más que su estado le da 2910
   si le persigo otra vez ?)

Vase el DUQUE, y sale el CONDE Enrique

CONDE:      A buen término he venido
   por vos, Amor. De mi estado
   y libertad despojado;
   de Clemencia aborrecido; 2915
   sin deudos y sin amigos
   que de mis males se acuerden;
   que los trabajos los pierden,
   o los vuelven enemigos.
   Pero, Amor, lo que más siento 2920
   es de mi ingrata el desdén
   porque a quererme ella bien,
   gloria fuera mi tormento.
CESARO:      (Enrique es éste. Ya estoy          Aparte
   contra Otón determinado; 2925
   no gobernará el estado,
   ni vivirá, si puedo, hoy.)
   ¡ Oh, Conde !
CONDE:                        ¡ Oh, Césaro amigo !
CESARO:      Con tal nombre me estimad;
   que yo os diera libertad, 2930
   a poder dar el castigo
   a un bárbaro que merece
   y estorba vuestra ventura.
CONDE:      Libertad, no la procura
   mi amor; que aunque me aborrece 2935
   Clemencia, contento vive
   padeciendo en su presencia.
CESARO:      Si como os ama Clemencia,
   y por dueño os apercibe
   el alma, no se opusiera 2940
   la necia contradicción,
   Enrique, que os hace Otón,
   brevemente Mántua os viera
   su esposo, y del duque airado
   noble yerno y sucesor. 2945
CONDE:      ¿ Clemencia me tiene amor ?
CESARO:      Mi hermana cuenta me ha dado
   de lo que por vos padece;
   lo que vuestra prisión llora,
   si os estima, si os adora, 2950
   y si viéndoos se enternece.
   Pero Otón, que al duque hechiza,
   ignorante y ambicioso,
   pretendiendo ser su esposo,
   a Clemencia os tiraniza. 2955
   A gobernar vuestro estado
   le despacha, y en secreto
   quiere esta noche, en efeto,
   ved si le tiene hechizado,
   que a Clemencia dé la mano, 2960
   mientras Criselio lo ignora;
   que como sabéis la adora;
   y dándoos muerte inhumano,
   en tomando posesión
   de Monferrato, nombrarle 2965
   por su marqués y dejarle
   de Mántua la sucesión.
   Esto en secreto he sabido
   y a decíroslo me atrevo,
   porque a lo mucho que os debo 2970
   es bien ser agradecido.
   De esto último nada entiende
   Clemencia, a vuestro amor fiel,
   porque esta noche con él
   forzarle a casar pretende. 2975
   En fin, dama, estado y vida
   de aquí a mañana perdéis,
   si remedio no ponéis.
CONDE:      Sin Clemencia, bien perdida
   será; déme fin crÜel 2980
   el duque.
CESARO:                      Mejor remedio
   es quitar a Otón de en medio,
   que yo os prometo, muerto él,
   de obligar que el duque viejo
   trueque su enojo en amor. 2985
   Ya veis que me hace favor
   y que estima mi consejo.
CONDE:      Pues de qué modo os parece
   se haga, y yo esté seguro
   del duque ?
CESARO:                      Pues que procuro 2990
   lo que Clemencia apetece,
   fiad de mí vuestra suerte.
   Esta noche a Otón matemos,
   que a Criselio atribuiremos
   seguramente su muerte, 2995
   que es su amante declarado,
   y el duque tendrá por cierto
   que alguno le ha descubierto
   el casamiento tratado
   con Otón, y que en venganza 3000
   de su menosprecio y celos
   le ha muerto.
CONDE:                      Ayuden los cielos
   vuestra industria y mi esperanza;
   que vuestro será mi estado,
   y es corta satisfacción. 3005
CESARO:      Quedaremos, muerto Otón,
   vos contento y yo vengado.

Vanse los dos.    Salen OTON y GILOTE

OTON:      ¿ Quedaba buena mi madre ?
GILOTE:      Buena, contenta y segura
   de ver crecer tu ventura, 3010
   y bendiciendo tu padre
   el día que te engendró.
   Los trigos a la barriga;
   las viñas--Dios las bendiga,
   y a Noé que las plantó-- 3015
   señales mos dan cumpridas
   de hinchir hasta los capachos
   los cestos, y a los borrachos
   en llenarles las medidas.
   El ganado hasta los perros 3020
   gordos para reventar,
   rebosando el palomar,
   lleno el soto de becerros.
   Borregos, Dios los aumente,
   ni en los rediles, ni cercos 3025
   caben; como tú los puercos,
   no quitando lo presente.
   Los prados llenos de potros,
   y las yeguas también llenas
   las barrigas, porque apenas 3030
   unas paren, que entran otros.
   Jugando el cura a la polla,
   el barbero y sacristén,
   damas y rentoy también.
   No hay hogar que esté sin olla, 3035
   ni cuna sin dos chicotes.
   A todos hallé con vida,
   y a mi Torilda parida
   de un rapaz con dos cogotes.
   ¿ Qué hay de nuevo por acá ? 3040
OTON:      Que me casa el duque.
GILOTE:                                ¿ Es cura ?
OTON:      Rosela enmendar procura
   desdenes viejos.
GILOTE:                            Sí hará;
   mas tú ¿ qué dices a eso ?
OTON:      Nuevas imaginaciones 3045
   traen mi seso en opiniones.
GILOTE:      Pues quedaráste sin seso.
   ¿ Podremos saber de dónde
   nace ese mal, o lo que es ?
OTON:      Pregúntamelo. después; 3050
   que sale Criselio.

Sale CRISELIO

CRISELIO:                            ¡ Oh, Conde !
OTON:      ¡ Oh, señor ! ¿ A dónde ?
CRISELIO:                                  Vengo
   al duque, que por mí envía.
OTON:      Yo y todo a hablarle venía,
   porque de una hora que tengo 3055
   de término para darle
   cierta respuesta, no queda
   nada ya.
CRISELIO:                  Bien os suceda;
   porque yo temo enojarle
   según vengo alborotado. 3060
OTON:      ¿ Cómo ?
CRISELIO:                Con descuido trata
   promesas que si dilata
   le han de alborotar su estado.
   Su primo soy, y Clemencia
   cuando me dé mano y sí 3065
   gana.
OTON:                  El duque viene aquí.
   Si le habláis llevad paciencia.

Sale el DUQUE con dos papeles

DUQUE:      Primo.
CRISELIO:                  Gran señor.
DUQUE:                              Otón.
OTON:      Señor.
DUQUE:                A los dos estimo;
   A vos, Criselio, por primo, 3070
   y A vos por inclinación.

Da a cada uno un papel

   Tomad y leed los dos,
   que así pretendo obligaros;

A CRISELIO

   a vos por aseguraros,
   y por honraros a vos. 3075

Vase el DUQUE

CRISELIO:      (¿ Por asegurarme a mí ?          Aparte
   Mi determinación sabe.)
OTON:      (¡ Por honrarme ! ¿ Qué honra cabe,            Aparte
   propicios cielos, aquí ?)
GILOTE:      ¡ Oigan ! ¡ Cómo se han quedado 3080
   cada cual con su sentencia !
CRISELIO:      (¿ Si es cédula en que Clemencia        Aparte
   el sí de esposa me ha dado ?)
OTON:      (¿ Si porque a Rosela admita,        Aparte
   algún estado me da ?) 3085
CRISELIO:      (Suspensión, veamos va                    Aparte
   lo que contiene esta dita.)
OTON:      (Lo que dice quiero ver          Aparte
   el papel que a honrarme viene.)
GILOTE:      Casa es cada cual que tiene 3090
   su cédula de alquiler.

Lee alto

CRISELIO:      "Antes que os caséis, importa a mi
   servicio y vuestro aumento, saquéis
   mentirosa a la envidia que os pretende
   descomponer conmigo, y esto ha de ser 3095
   partiéndoos a Monferrato, por gobernador
   de todo su marquesado. Ocupad luego esa
   plaza, que sobre aquesta merced,
   cualquiera pretensión vuestra caerá
   mejor."    El Duque. 3100

Lee en secreto

OTON:      "El amor que os tengo pasa por
   cualquier dificultad y contradicción,
   aunque haya no pocas para que os dé
   a mi hija Clemencia y con ella la
   sucesión de mi estado que procuran 3105
   impedirme; y ansí para vuestra
   seguridad y en muestras de mi amor
   os doy esta firma de resguardo y mi
   palabra con ella, que otro no será
   su esposo que me herede sino vos." 3110
   El Duque.
CRISELIO:      ¡ Válgame Dios !
OTON:                              ¡ Dios me valga !
CRISELIO:      ¡ Jesús !
OTON:                  ¡ Jesús !
GILOTE:                        (Yo también          Aparte
   me santiguo, que si ven
   algún diablo, porque salga, 3115
   bueno es echar bendiciones.)
CRISELIO:      ¿ Descomponerme procuran ?
LOS DOS:      ¡ Jesús !
GILOTE:                (Parece que curan            Aparte
   por ensalmo lamparones.)
OTON:      (¿ A mí palabra de esposo        Aparte 3120
   de Clemencia, y su heredero
   el duque ?)
CRISELIO:                    (Algún lisonjero,            Aparte
   de mi privanza envidioso,
   me descompone atrevido;
   y para empezar a honrarme 3125
   el duque y asegurarme
   la sucesión ha querido
   que gobierne a Monferrato,
   y haciéndome su marqués
   darme a Clemencia después. 3130
   ¿ Qué dudo ?    ¿ En qué me recato,
   si en esta cédula corta
   asegura con certeza
   mi casamiento. ¿ No reza--

Lee

   "Antes que os caséis importa 3135
   a mi servicio y aumento
   vuestro..." ?    Luego presupone,
   contra quien me descompone,
   por cierto mi casamiento.
   Pues si el duque le asegura, 3140
   temores, ¿ qué hay que dudar ?)
OTON:      (Esto y más puede esperar          Aparte
   el que tiene mi ventura.
   Yo apostaré que Clemencia
   a su padre ha declarado 3145
   el amor que me ha mostrado,
   y él por hacer experiencia
   del que a Rosela he tenido,
   que de Césaro sabrá
   sucesos pasados ya, 3150
   me mandó ser su marido,
   para saber si la quiero,
   o pasó más adelante
   mi pretensión que de amante.
   Esto en mi provecho infiero. 3155
   De sangre ilustre desciendo;
   los Grimaldos y Fregosos
   en Italia generosos
   me dan el ser que pretendo.
   No perderá calidad 3160
   conmigo su ducal casa.

Lee

   "El amor que os tengo pasa
   por cualquier diticultad
   y contradicción, aunque haya
   no pocas para que os dé 3165
   a mi hija Ciemencia."    En fe
   de que mi ventura vaya
   siempre de bien en mejor,
   fácil será aquesta empresa,
   pues por escrito confiesa 3170
   que me tiene el duque amor.
   Pues rompe dificultades,
   pues su heredero me llama,
   pues me promete a madama,
   pues sois sospechas verdades, 3175
   Fortuna, tened segura
   la rueda sobre que fundo
   mi suerte, y seré en el mundo
   ejemplo de la ventura.)
GILOTE:      Encantado está este día. 3180
   Hecho un papatoste estoy.
CRISELIO:      (Clemencia es mía desde hoy.)            Aparte
OTON:      (Desde hoy es Clemencia mía.)            Aparte
CRISELIO:      (Mi dicha este papel muestra.    Aparte
   Id, amor, y pretended. 3185

Lee

   "Que sobre aquesta merced
   cualquiera pretensión vuestra
   caerá mejor." Pues por vos
   queda seguro este trato,
   ¡ alto, Amor !    ¡ A Monferrato !) 3190
   Conde, adiós.
OTON:                        Criselio, adiós.

Vase CRISELIO

OTON:      ¿ Fuése ?
GILOTE:                    Ya se fue.
OTON:                                ¿ Qué aguardo ?
GILOTE:      ¿ Qué diablos tienes, señor ?
   Di.

Lee

OTON:      "Y en muestras de mi amor 3195
   esta firma de resguardo
   y mi palabra con ella
   que otro no será su esposo."
   ¿ Hay hombre más venturoso ?
   ¿ Tal oigo, Clemencia bella ? 3200
GILOTE:      O me despide, o procura
   decirme qué es lo que tienes.
OTON:      Vida, gusto, estado, bienes,
   amor, esposa y ventura.
GILOTE:      O enloquecernos los dos, 3205
   o dime en qué eres dichoso.

Lee

OTON:      "Que otro no será su esposo
   que me herede sino vos."
   Besa, besa este papel.

Se lo acerca a GILOTE

GILOTE:      ¿ Gánase alguna indulgencia ? 3210
OTON:      Gano por él a Clemencia.
GILOTE:      Quien la gana bese en él.
   ¿ Qué dice ?
OTON:                        ¡ Si tú supieras
   leer !
GILOTE:      Y como que sé. 3215
OTON:      Pues lee aquí.
GILOTE:                        Q, u, e, que.
   Por q comencé, ¿ qué esperas ?
   Bellaco agÜero, por Dios.
OTON:      Suelta, torpe.
GILOTE:                        Lee, ingenioso.

Lee

OTON:      "Que nadie será su esposo 3220
   que me herede sino vos."
GILOTE:      ¿ No dice más ?
OTON:                            ¿ Esto es poco ?
GILOTE:      Clemencia está aquí, señor.
OTON:      Hasta en esto, tierno Amor
   tengo dicha.
GILOTE:                      Y en ser loco. 3225

Salen CLEMENCIA y ROSELA

CLEMENCIA:      El duque me ha prometido
   que te dotará, y que Otón
   satisfará tu afición
   haciéndole tu marido.
ROSELA:      Beso tus pies.

Sale un PAJE

PAJE:                            Gran señora, 3230
   el duque dice que al punto
   le veas.
CLEMENCIA:                (Lo que es barrunto.          Aparte
   Querrá que el sí le dé agora
   a Criselio; pero aplique
   ruegos, promesas, rigor, 3235
   que sólo dice mi amor,
   o morir, o ser de Enrique.)
PAJE:      El duque, señora, espera.
CLEMENCIA:      Hasta en dar prisa es crÜel.
   Dale al conde este papel, 3240
   y que importa considera.

Dale en secreto un papel a ROSELA, y vanse CLEMENCIA, y el PAJE con ella

ROSELA:      (¿ Para el conde, y sin nombrarle,      Aparte
   papel madama me da,
   y que importa ? ¿ Quien será
   el conde a quien he de darle ? 3245
   En Mántua hay dos solamente,
   Otón y Enrique.    ¿ Qué haré ?
   ¡ Mas si Enrique conde fue,
   conde es de anillo al presente;
   aborrécele madama 3250
   y por no verle se esconde,
   luego no es Enrique el conde
   a quien de esta suerte llama.
   De Otón me hablaba Clemencia
   antes de darme el papel, 3255
   y estándome hablando de él
   nombrarle era impertinencia.
   Podrá ser, pues mensajera
   me hace, que en él le diga
   el dote con que le obliga 3260
   y el estado que le espera
   si con mi amor corresponde.
   Lo que imagino será.
   Pero si aquí Otón está,
   y dijo, date éste al conde, 3265
   no hay duda de que le vio;
   y dándola el duque prisa
   discretamente me avisa
   que para Otón le escribió.
   Llego a hablarle.) ¡ Oh, señor conde ! 3270
OTON:      ¡ Oh, Rosela !

Dándole el papel

ROSELA:                        Aquéste envía
   madama a vueseñoría,
   y si discreto responde,
   aunque viva descuidado
   de suerte tan venturosa, 3275
   respete y adore esposa
   que le da en dote un estado.

Vase ROSELA

OTON:      No hay ya que poner reparo
   en lo que Amor me apercibe.
   Pues que madama me escribe 3280
   y Rosela habla tan claro,
   en Mántua es público ya
   mi casamiento.
GILOTE:                        ¿ Por eso
   estás tan fuera de seso ?
OTON:      Si el duque su hija me da 3285
   ¿ no es, Gilote bien perdido ?
GILOTE:      ¡ Cómo ! ¿ A quien te da ?
OTON:                                  A Clemencia.
GILOTE:      Esa es linda impertinencia.
   ¿ No dices que te ha pedido
   que te cases con Rosela ? 3290
OTON:      Ya de parecer mudó,
   y en popa mi amor rompió
   estorbos a remo y vela.

Lee el papel

   "Conde, con la brevedad
   que a tanta prisa conviene, 3295
   Clemencia afirma que os tiene
   rendida la voluntad.
   Pues anochece, gozad
   la ocasión que os corresponde,
   que el jardín os dirá adónde, 3300
   la dicha es bien que os espere,
   que Criselio usurpar quiere.
   Clemencia, esposa del Conde."
   ¡ Criselio estorba sin duda
   el bien que casi adquirí ! 3305
   ¿ Qué he de hacer, triste de mí,
   si el duque parecer muda ?

Entristécese

GILOTE:      ¿ Hemos menester ayuda ?
   ¿ Tan presto se ha destemplado
   la gaita, o habemos dado 3310
   salto en vago ?    ¿ Qué hay de nuevo
OTON:      Si amor de mi parte llevo,
   ¿ qué estorbos me dan cuidado ?

Alégrase

   ¡ Alto ! al jardín, que procura
   ser templo de mi trofeo, 3315
   tálamo de mi himeneo,
   teatro de mi ventura.
   El duque me la asegura
   en e papel, donde afirma
   que su palabra confirma; 3320
   pues cuando lo sepa airado,
   mostraré que me he casado
   con su gusto y con su firma.
GILOTE:      Hombre eres de tornasol;
   ya estás alegre, ya triste; 3325
   ¿ qué camaleón te viste
   catalufas de arrebol ?
OTON:      Esta noche gozo a un sol.
GILOTE:      ¿ Sol de noche ? No sé adonde
   le haya.
OTON:                  Un jardín le esconde, 3330
   y este papel lo confirma,
   pues en él dice esta firma,
   "Clemencia, esposa del conde."

Vanse los dos.    Sale el DUQUE, y CRISELIO

DUQUE:      Ansí, Criselio, aseguro
   vuestra herencia y casamiento. 3335
CRISELIO:      Y yo en agradecimiento
   de tanta merced procuro
   no salir de lo que ordena
   mi cédula y provisión.
DUQUE:      Tormento es la dilación, 3340
   pero alivie vuestra pena
   la palabra que os he dado,
   primo, en ella.

Sale CLAVELA

CLAVELA:                          (Mi lealtad          Aparte
   ha de decir la verdad,
   si hasta agora la he callado.) 3345
DUQUE:      Clavela, pues ¿ qué queréis ?
CLAVELA:      Que volváis por vuestro honor.
   Madama ha escrito, señor,
   primero que la obliguéis
   a que a otro esposo dé el sí, 3350
   al conde Enrique un papel
   pidiendo que vaya en él
   a verla...
DUQUE:                    ¿ Cómo ?
CRISELIO:                          ¡ Ay, de mí !
CLAVELA:      Esta noche a su jardín,
   porque o ha de ser su esposa, 3355
   o con muerte rigurosa
   dar a sus amores fin.
   Que lo remediéis es justo,
   pues el tiempo da lugar;
   que yo no es razón callar 3360
   bodas a vuestro disgusto.
   Mirad que es de noche ya,
   y podrá ser que por obra
   ponga el conde el bien que cobra
   y esté, gran señor, allá. 3365
DUQUE:      ¡ Ay, cielos ! ¿ Pues tiene amor
   Clemencia a Enrique ?
CLAVELA:                              ¿ Quién duda
   que el tiempo y frecuencia muda
   como la edad el rigor ?
   Si esposo suyo le llama, 3370
   claro está que bien le quiere.
DUQUE:      La sangre que de él vertiere
   apagará su vil llama.
   El no haberle yo quitado
   la vida causa todo esto. 3375
   Mas no es tarde; vamos presto.
   Que eres mi sangre has mostrado.
   Yo Clavela, premiaré
   el aviso que me das.
CRISELIO:      (Nunca de mi parte estás,          Aparte 3380
   ciego Amor, rapaz sin fe.
   O tu fuego no me abrase
   o sé piadoso conmigo.)
CLAVELA:      (De esta vez al duque obligo        Aparte
   que con Criselio me case.) 3385

Vanse todos.    Salen OTON y GILOTE, de noche

OTON:      Señas del jardín me han hecho.
   Aquí, Gilote, me aguarda.
GILOTE:      ¡ Miren a qué chimenea,
   con qué botas y lunadas !
OTON:      Yo, Gilote, te haré rico. 3390
GILOTE:      Sal presto, que tengo el alma
   en la prensa del temor;
   que esos son pueblos en Francia.
OTON:      Ea, propicia Fortuna,
   este escalón no más falta 3395
   para subir a la cumbre
   de la ventura más alta.
   Dadme la mano y veréis
   cómo celebro en estatuas
   vuestra memoria.

Vase OTON

GILOTE:                          Colóse, 3400
   y creo que va a her colada.
   ¡ Miren a qué Valdovinos
   que le guarde las espaldas,
   que es fiarlas del verdugo,
   y ya ven cómo las guarda ! 3405
   Gente parece que viene.
   Mi suerte es tan desdichada,
   que la traerá de Moscovia,
   cuando no la hubiese en Mántua.

Salen el DUQUE, CRISELIO y otros

DUQUE:      Cortaréle la cabeza, 3410
   ¡ viven los cielos ! mañana,
   siendo el tálamo un cadalso
   y los palacios la plaza.
GILOTE:      (Cabezas cortan, Gilote.            Aparte
   ¡ Que se cifren mis desaracias 3415
   a donde quiera que voy
   del cogote a la garganta !
   Si en mi tierra, a mi mujer
   se te antojan mordiscadas,
   si aquí degÜellan--¡ San Blas !-- 3420
   mi gaznate se os encarga.)
CRISELIO:      Aguardemos, señor, que entre,
   justificarás tu causa,
   sin que excusas le disculpen,
   y vendrá bien tu venganza. 3425
DUQUE:      Dices bien; mas junto al muro
   siento un hombre.
GILOTE:                          (¡ Madre Urganda !      Aparte
   convertidme en lagartija.)
CRISELIO:      ¿ Quién va ?
GILOTE:                    (¡ Oh, quién se transformara      Aparte
   en moldura de estas piedras !) 3430
DUQUE:      ¿ Quién va ?
GILOTE:                    Todo lo que anda
   va, señores, su camino;
   el huésped a su posada,
   el arriero a la venta
   y el que ha bebido a la cama. 3435
   Va a ganar bollos el cura,
   la dama a caza de gangas,
   y yo, sin irme, me voy;
   testigos mis pobres calzas.
DUQUE:      ¿ Quién sois ?
CRISELIO:                      ¿ Sois el conde ?
GILOTE:                                      ¿ Yo ? 3440
   Condenada esté mi alma;
   que yo estó, en vez de ser conde,
   con desmayos que me acaban.
DUQUE:      ¿ Qué hacéis aquí ?
GILOTE:                          ¿ He de decirlo ?
   Unas cámaras extrañas 3445
   título dan a un lacayo
   de marqués de Camarasa.
DUQUE:      Decid quien sois o prendedle.
GILOTE:      Venga acá. ¿ Puede ser nada
   un lacayo en este mundo ? 3450
DUQUE:      ¿ Lacayo sois ?
GILOTE:                        Hasta el alma.
CRISELIO:      ¿ De quién ?
GILOTE:                    Del conde, señores.
DUQUE:      ¿ Luego mi jardín y casa
   ha escalado ?
GILOTE:                      Sí, señor;
   melones enteros cala. 3455
DUQUE:      Echad en tierra esas puertas.
GILOTE:      La importante está ya echada;
   que no hallará cerrajeros
   que vuelvan a remendarla.

Salen CESARO y el CONDE Enrique, de noche, y acometen al DUQUE

CRISELIO:      ¡ Ay, cielos !
CESARO:                        Este es Otón. 3460
CONDE:      Muera, pues, y mi esperanza
   viva.
DUQUE:      ¡ Ah, traidores ! ¿ Qué es esto ?
   ¡ Hola ! ¡ Ah, gente ! ¡ Ah, de mi guarda !
CESARO:      El duque es, nuestro señor. 3465

Salen ALABARDEROS y dos PAJES con hachas

DUQUE:      Da voces.
UN PAJE:                    Aquí están hachas
   y alabardas; no hay huír.
CONDE:      (Aquí con mi vida acaban                Aparte
   mis desdichas.)
DUQUE:                        ¡ Conde Enrique !
   ¡ Césaro ! ¿ Contra mí espadas ? 3470
   ¿ A mí la muerte ?
CESARO:                              Señor,
   si merecen mis palabras
   crédito, a Otón y no a ti
   quisimos dar muerte airada.
DUQUE:      ¿ Pues por qué ?
CESARO:                              Yo por envidia. 3475
CONDE:      Yo por celos que me abrasan.
DUQUE:      ¿ Celos, traidor, si Clemencia
   para su esposo te llama
   y a escalar mi jardín vienes
   con la noche que te ampara ? 3480
CONDE:      ¿ Yo, gran señor ?
DUQUE:                              Tú, traidor.
CRISELIO:      A tí te ha escrito madama;
   y este lacayo es testigo
   de que vienes a gozarla.
GILOTE:      Yo no estoy para firmar. 3485

A GILOTE

CONDE:      ¿ Vos contra mí tal maraña ?
   ¿ Conocéisme vos a mí ?
GILOTE:      En mi vida le eché paja.
CESARO:      Este es criado del conde
   Otón.
GILOTE:                ¡ Miren la bobada ! 3490
   Pues aquí ¿ quién se lo niega ?
   Si por aqueso barajan,
   ¿ no ha que les estoy diciendo
   dos horas ya, que se casa
   con Clemencia el conde Otón; 3495
   y por un papel o carta
   que le dio suyo Rosela,
   viene a her la encamisada
   que en las bodas se acostumbra ?
DUQUE:      ¿ Clemericia a Otón ?
GILOTE:                            ¡ Qué pensaba ! 3500
DUQUE:      Derribad luego esas puertas.
CRISELIO:      Pues mis celos no me matan,
   poco a Clemencia he querido.
CONDE:      ¿ Hay tal traición ?
CESARO:                              La venganza
   que el duque tomará de él, 3505
   mi envidia quieta y amansa.
CONDE:      ¿ Sin estado y sin Clemencia,
   y con vida ? ¡ Ay, fieras ansias !

Salen OTON, CLEMENCIA, CLAVELA y ROSELA

CLEMENCIA:      CrÜel, ¿ qué traición es ésta ?
OTON:      ¿ Yo traición, cuando te llamas 3510
   mi esposa, cédulas firmas
   y en este jardín me aguardas ?
DUQUE:      Prended este hombre.

OTON se pone de rodillas

OTON:                                  Señor,
   humilde estoy a tus plantas.
DUQUE:      No te levantarás de ellas 3515
   con vida.
OTON:                      Si tú lo mandas,
   dichosa será mi muerte;
   pero no sé que haya causa
   para tan crÜel sentencia.
DUQUE:      ¿ Cuando de afrentarme acabas, 3520
   dices que no hay causa, infame ?
OTON:      Por este papel, madama,
   que me envió con Rosela,
   como a su esposo me trata;
   a sus bodas me convida; 3525
   y si vine a celebrarlas
   es por ser, señor, tu gusto.
DUQUE:      ¿ Mi gusto ?
OTON:                      No habrá mudanza
   que niegue, duque, ser tuya
   esta cédula firmada 3530
   de tu nombre, en que me das
   seguridad y palabra
   de casarme con Clemencia.
DUQUE:      ¿ Yo ?    Para que gobernaras
   a Monferrato, te di 3535
   la provisión.
OTON:                        Hablen cartas.
CRISELIO:      A mí, gran señor, me diste
   la gobernación que acabas
   de decir.
OTON:                      Y a mí de ser
   sucesor tuyo, esperanza. 3540
DUQUE:      Troquélas. Vuestra ventura,
   Otón, estas cosas traza.
   Caballero noble sois
   de lo más limpio de Italia;
   lo que la ventura ha hecho 3545
   no es bien que yo lo deshaga.
   Ella os casó con Clemencia.
CLEMENCIA:      Y ella ha sido quien me engaña;
   que yo el papel que escribí,
   con Roscla le enviaba 3550
   al conde Enrique.
ROSELA:                            Eso no,
   que si a Enrique me nombraras,
   yo fuera esposa de Otón,
   al conde dijiste.
DUQUE:                            Basta;
   que la ventura se esmera 3555
   en hacer por vos hazañas.
   Clemencia es ya vuestra esposa.
CLEMENCIA:      Hasta en aquesto le ampara
   su dicha, que le he cobrado
   tanto amor, que es suya el alma. 3560
DUQUE:      Dadle, Criselio, a Clavela
   la mano, y seréis de Padua
   y de Cremona marqués.
CRISELIO:      Yo beso las tuyas francas.

A su padre

CLEMENCIA:      Al conde Enrique perdona. 3565
DUQUE:      Criselio tiene una hermana,
   su estado le restituyo
   si Enrique con ella casa.
CONDE:      Con el sí te doy, señor,
   debidas y justas gracias, 3570
   sin que en tu sangre y la mía
   más enemistades haya.
DUQUE:      Otón, pues Césaro quiso
   daros muerte, ejecutadla
   en él, o haced vuestro gusto. 3575
CESARO:      (¡ Cielos ! Esto me faltaba.)          Aparte
OTON:      Doyle en fe de esa licencia
   dos villas, porque así paga
   a las letras envidiosas,
   cuando es noble, la ignorancia. 3580
CESARO:      Disculparme es ofenderte.
   No hay en el mundo venganza
   como es el dar bien por mal,
   que afrenta y obliga.
OTON:                                  Basta.
   A Rosela, porque cumpla 3585
   de ser condesa las ansias
   que ha tanto la traen inquieta,
   con el conde he de casalla
   de Florel.
ROSELA:                    Beso tus pies.
GILOTE:      Tus padres, señor, acaban 3590
   de llegar, que a verte vienen.
DUQUE:      Vamonos, pues, a ver a Octavia
   y a Grimaldo, pues que son
   vuestros padres.
GILOTE:                          ¿ Y sin nada
   me dejas ?
OTON:                      Por tuya queda 3595
   la hacienda, prados y granja,
   principio de mi ventura.
GILOTE:      Vivas más que una madrastra.
DUQUE:      En vos Otón, quede ejemplo,
   con que inmortalice Italia 3600
   lo que puede la ventura.
OTON:      Sin ella no valen nada
   sangre, hacienda, armas ni letras,
   pues es proverbio de España,
   "Ventura te dé Dios, 3605
   que el saber poco le basta"


FIN DE LA COMEDIA