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Tirso de Molina
Todo es dar en una cosa



Personas que hablan en ella:
  • GONZALO Pizarro
  • Don ALVARO Durán
  • Doña MARGARITA
  • Doña BEATRIZ
  • Francisco PIZARRO, muchacho
  • Don Francisco PIZARRO, galán
  • CARRIZO, pastor
  • CRESPO, pastor
  • BERTOL, pastor
  • CEREZO, pastor
  • PULIDA, pastora
  • Mendo GARCIA, viejo
  • Don RODRIGO, viejo
  • Don FRANCISCO Cabezas
  • Don MARTIN
  • Hernando CORTES
  • Un MAESTRO
  • Un PAJE
  • PIZARRO, muchacho
  • Un PAGADOR
  • Un CAPITAN
  • ROBLEDO, soldado
  • Tres PASTORES
  • QUIROS, soldado
  • ISABEL, reina


JORNADA PRIMERA

Sale doña MARGARITA, leyendo un papel

MARGARITA:      "Dos intérpretes, señora,
   de diversa calidad,
   sirven a la voluntad
   en favor del que os adora.
   Amor, que en los ojos mora, 5
   tal vez con ellos anima;
   a quien secretos estima
   la lengua los manifiesta;
   con tierna claridad ésta,
   los otros con dulce enigma. 10
   Hállome favorecido,
   en los vuestros cada instante,
   que su luz gozo delante,
   y juzgo que soy querido;
   pero aunque en ese sentido 15
   Amor su esfera eligió
   pues por los ojos entró,
   siempre en ellos advertí
   puertas que le admitan, sí,
   lenguas que le expliquen, no. 20
   No usurpen ajeno oficio,
   que se quejará la lengua
   de que sufráis que en su mengua
   tiranicen su ejercicio.
   Mirad que en mi perjÜicio, 25
   desdichas entre venturas
   buscan claridad a obscuras,
   y que siempre que ojos leo
   favores que deletreo
   estriban en conjeturas. 30
   Palabras han de explicar
   el alma de un bien querer,
   que querrá la lengua ver,
   si quiere la vista hablar.
   Esta noche den lugar 35
   a estilos más verdaderos;
   merezca yo, si no veros,
   oíros y ahorrar de enojos,
   porque andar descifrando ojos
   es hablar entre extranjeros." 40
   Dice don Alvaro bien;
   que por los ojos Amor
   habla, mas es por mayor.
   Con gusto los míos le ven,
   pero nunca se ha atrevido 45
   a dar al recato enojos
   la lengua, que de los ojos
   el lenguaje es permitido,
   aunque difícil y oculto,
   y el alma acostumbra hablar 50
   por la lengua a lo vulgar,
   mas por la vista a lo oculto.

Sale doña BEATRIZ leyendo este papel

BEATRIZ:      "Si en ausencia padecemos,
   gloria en presencia tengamos,
   que el tiempo que malogramos 55
   hará el tiempo que lloremos."
MARGARITA:      (¿ Qué es esto ?    ¿ Hasta en el leer Aparte
   papeles doña Beatriz
   quiere imitarme ?)

Guarda doña MARGARITA su papel en la manga

BEATRIZ:                            (¡ Feliz            Aparte
   ingenio ! ¡ Qué encarecer 60
   tan sazonado y discreto !
   No sé apartar de los ojos
   sus letras, tiernos enojos,
   quejas de amor con respeto,
   aunque sentido, templado. 65
MARGARITA:      ¿ Hermana ?
BEATRIZ:                    ¡ Mi Margarita !
MARGARITA:      Tristeza que se limita
   con versos, no es decuidado.
   ¿ Cuyos son los que encareces
   y ponderativa alabas ? 70
   No ha un hora que triste estabas;
   enfermas y convaleces
   brevemente. No es crÜel
   mal que tan presto se pasa,
   ni hará mucha costa en casa 75
   su cura, siendo un papel.
BEATRIZ:      ¿ Es eso reñirme ?
MARGARITA:                              Es esto
   prevenir riesgos.
BEATRIZ:                            ¿ De qué ?
MARGARITA:      Amor, que cerradas ve
   puertas, donde el gusto ha puesto, 80
   dicen que, en lugar de llave,
   suele abrirlas con papeles,
   porque a pesar de canceles
   ¿ por dónde un papel no cabe,
   y más versificador, 85
   que es dos veces sospechoso ?
BEATRIZ:      Y en ti título forzoso
   jugar de hermana mayor.
   No perderás tu derecho
   por un reino.
MARGARITA:                      Está sin madre 90
   esta casa, y nuestro padre
   de mí confianza ha hecho.
   Lloverá sobre mí el daño
   que en ti disculpado deja
   tu edad.
BEATRIZ:                  Sí, que eres muy vieja; 95
   aún no me llevas un año.
   Olvida temas prolijas,
   así Dios te guarde, ó di
   que ensayar quieres en mí
   cómo has de criar tus hijas, 100
   cuando casadas las tengas.
   Estos versos que leía
   no los hizo a instancia mía
   --por maliciosa que vengas--
   su autor, ni a contemplación 105
   de cosa que le desvele
   en mí. Muchas veces suele
   ya el ocio, ya la ocasión
   reparar en lo primero.
   que encuentra. No sé qué alhaja 110
   en una excusabaraja
   buscaba, y el lisonjero
   papel--por tal desechado--
   hallé, donde envueltas vi
   de seda verde y turquí, 115
   tres madejas.
MARGARITA:                        En lo ajado
   se echa de ver lo que dices,
   y más en lo que encareces
   su estilo, que esas dobleces
   --cuando no le solemnices-- 120
   muestran que deben de ser
   de la seda que envolvías,
   cuando, sin verme, decías
   suspensa, "¿ Qué encarecer
   tan sazonado y discreto !" 125
BEATRIZ:      ¿ Pues de eso tu desvarío
   podrá colegir que es mío ?
   ¿ 0 es justo que por respeto
   de que para mí no viene ?
   ¿ No alabe yo la sazón 130
   de su estilo y discreción ?
   Anda, hermana, que te tiene
   la envidia loca.
MARGARITA:                              Sí hará.
   "No sé apartar de los ojos
   sus letras, tiernos enojos.: 135
   Beatriz, acabemos ya.
   Si intentas satisfacerme,
   con dejármele leer
   podré en sus cláusulas ver
   si amor en ti vela ó duerme. 140
   No viniendo para ti,
   ¿ qué te importa ?
BEATRIZ:                          El estimarme
   tú en poco.    Quiero vengarme
   de tus malicias así.

Quiere rasgarle, y cójesele MARGARITA

MARGARITA:      Eso no, no has de rasgarle 145
   antes que yo llegue a verle.
BEATRIZ:      Perderé por no perderle...
MARGARITA:      ¿ Qué ? Si vuelves a cobrarle.
   Suelta, necia.

Métesele MARGARITA en la manga

BEATRIZ:                              No porfíes,
   ni a villana correspondas, 150
   que aunque en el alma te escondas,
   te le he de sacar.    ¿ Te ríes ?
MARGARITA:      Pues ¿ qué he de hacer ?    ¿ Enojarme ?
   Tengo yo más sufrimiento.
BEATRIZ:      Yo no. Con tu atrevimiento 155
   luego habías de dejarme
   sin él y llevártele, ¿ eh ?
   ¡ Qué donoso frenesí !
MARGARITA:      Tenme respeto.

Tíra BEATRIZ del lenzuelo que cuelga de la manga de MARGARITA, y cáesele el papel que ésta venía leyendo, y cójele BEATRIZ

BEATRIZ:                          ¿ Yo a ti ?
   sé cuerda y te le tendré. 160
   Cayóse y cobréle.
MARGARITA:                              (¡ Ay, cielo !      Aparte
   que es el mío).    Hermana, mira
   que ése que llevas...
BEATRIZ:                              Me admira
   que le deba yo a un lenzuelo
   lo que tú tiranizabas. 165
MARGARITA:      Oye, rómpele primero
   que te vayas.
BEATRIZ:                        Ya no quiero.
MARGARITA:      ¿ Pues antes no le rasgabas ?
BEATRIZ:      ¡ Válgame Dios !    ¿ Qué te importa,
   Margarita, este papel, 170
   que tal inquietud por él
   tienes contigo ? Reporta
   la sospecha que te incita,
   que el dueño que le escribió
   jamás de ti se acordó. 175
MARGARITA:      ¿ No, Beatriz ?
BEATRIZ:                        No, Margarita.
MARGARITA:      ¡ Ay, qué engañada que estás !
BEATRIZ:      ¿ Luego de mí tienes celos ?
MARGARITA:      No son ésos mis desvelos.
BEATRIZ:      ¿ Pues ?
MARGARITA:                Abrele y lo verás. 180

Lee para sí

BEATRIZ:      ¡ Ay, no es mío este papel !
MARGARITA:      ¿ Ves si se acordó su autor
   de mí ?
BEATRIZ:                ¡ Bueno es tu rigor !
   Respetaréte por él;
   repréndeme como sueles; 185
   vuelve a decirme muy grave
   que el Amor en vez de llave
   abre puertas con papeles.
   Hipócrita de a dos haces,
   uno obras, y otro publicas. 190
   A lo fariseo predicas,
   que dices lo que no haces.
MARGARITA:      Basta, Beatriz, que sospecho
   que has perdido...
BEATRIZ:                        "Está sin madre
   esta casas y nuestro padre 195
   de mí confianza ha hecho."
   ¡ Bien lo que tiene en ti sabe !
MARGARITA:      ¿ Cuándo tú así hablarme sueles ?
BEATRIZ:      "Porque a pesar de canceles,
   ¿ por dónde un papel no cabe ?" 200
   ¡ Y qué cierto ! ya lo ves;
   probaste lo que has propuesto.
MARGARITA:      ¿ Estás loca ?
BEATRIZ:                      "No, que es esto
   prevenir daños."
MARGARITA:                          Ea, pues,
   baste, hermana, el cordelejo, 205
   que yo me doy por vencida.
   Un modo de estado y vida,
   seguimos, pendencias dejo;
   acábense en amistad,
   que si Amor es nuestro Dios, 210
   no es bien riñamos las dos
   siendo de una facultad.
BEATRIZ:      ¡ Qué de ello ha si tú quisieras
   que esto estuviera ya en paz !
MARGARITA:      No te juzgué tan capaz 215
   que amaras con tantas veras;
   pero quien tan bien defiende
   prendas que el amor le da,
   el grado merecerá
   que en su escuela se pretende. 220
   Tu tercera quiero ser,
   si tú admites serlo mía.
BEATRIZ:      Decirte de no quería,
   mas perdonar es vencer.
   Comunicarte deseo 225
   secretos que ya te fío,
   Repasa este papel mío
   mientras que yo el tuyo leo;
   contarémonos después
   las dos nuestras aventuras. 230
MARGARITA:      Así estarán más seguras.
   Va de versos.
BEATRIZ:                        Vaya, pues.

Lee doña BEATRIZ para sí un papel, doña MARGARITA, en voz alta el otro

MARGARITA:      "Vulgar experiencia alcanza
   quien tiene por opinion
   que es muerte la posesión 235
   de su madre la esperanza.
   Yo, mi bien, que la mudanza
   tengo por fallido empleo,
   cuando en posesión me veo
   vuelvo de nuevo a esperar 240
   lo que tengo de gozar,
   y poseyendo deseo.
   La voluntad, que liviana,
   no es igual a la que os doy,
   no ve que lo que goza hoy 245
   lo ha de apetecer mañana.
   Poseí la soberana
   belleza que solicito;
   porque olvidarla es delito,
   y porque Amor, siendo dios, 250
   no tiene limite en vos,
   sino asomos de infinito.
   Siendo esto así, el dilatar
   será, Beatriz, padecer;
   vuélvaos mi fe a poseer, 255
   porque os vuelva a desear.
   Ventura, tiempo y lugar
   donde vos sabéis tenemos.
   Si en ausencia padecemos,
   gloria en presencia tengamos, 260
   que el tiempo que malogramos
   hará,el tiempo que lloremos."

Acaban de leer una y otra

   ¡ Posesión, Beatriz ! ¿ Qué es esto ?
BEATRIZ:      Llámanse conformidades
   de gustos y voluntades 265
   que Amor y el cielo han dispuesto;
   posesión, por el derecho
   que tiene el galán o dama
   en la voluntad que ama.
MARGARITA:      No, hermana. ¡ Ay, cielo ! ¿ Qué has hecho ? 270
BEATRIZ:      Entregarle las potencias
   del alma, que el cuerpo no.
MARGARITA:      Quien tiempo y lugar halló
   para tales evidencias,
   mal se vendrá a contentar 275
   con el alma al encenderse;
   que ésta para poseerse
   no necesita lugar,
   que no le ocupa, Beatriz,
   el espíritu.
BEATRIZ:                      ¿ Aún porfías ? 280
   Yo no sé filosofías;
   esto es verdad.
MARGARITA:                        Más feliz
   es tu amante que fué el mío,
   que él en mis ojos ver pudo
   mi amor sólo, honesto y mudo, 285
   y aun de ellos no le confío.
   Plegue a Dios...

Sale un CRIADO

CRIADO:                        Mi señor llama.
BEATRIZ:      ¿ A quién ?
CRIADO:                    A vuesa merced.

Vase el CRIADO

BEATRIZ:      Desear, es tener sed.
   Diréte después quién me ama 290
   y honestamente desea
   lazos de un amor constante,
   y tú me dirás tu amante.
MARGARITA:      ¡ Quiera el ciclo que no sea
   perdición de nuestra casa ! 295
BEATRIZ:      Anda, incrédula, que amor
   cuando es padrino el valor,
   las almas, no la honra abrasa.

Vase doña BEATRIZ

MARGARITA:      Culpaba desenvolturas
   de solos mis ojos yo, 300
   cuando mi hermana logró
   palabras y coyunturas.
   ¡ Válgame Dios ! ¿ quién será
   este amante poseedor,
   o quien terciando en su amor 305
   a la ocasión se la da
   para que se vean los dos ?
   Mas ¿ qué pregunto si sé
   que amor espíritu fué
   invisible, porque es dios, 310
   y que cuando a un alma abrasa
   y introduce sus enojos,
   entrándose por los ojos
   mejor podrá entrarse en casa ?
   Basta, que es ya poseer 315
   en Beatriz, lo que hasta aquí
   fué sólo mirar en mí.
   Quiero volverle a leer.

Sale don ALVARO, y llégase sin ser visto por las espaldas de MARGARITA, que está leyendo el papel

ALVARO:      (Leyendo está mi papel.          Aparte
   Veré--pues no me ha sentido-- 320
   si le alaba.)
MARGARITA:                        ¡ Qué entendido !
   Mil sales vienen en él.
ALVARO:      (¡ Ay, cielos !    Letra es ajena.    Aparte
   Sospechas, ¿ a los umbrales
   salís ? ¡ Papel con mil sales, 325
   y no mío ?)
MARGARITA:                    Dame pena
   esto de la posesión.

Lee el papel para sí don ALVARO, detrás de doña MARGARITA

ALVARO:      (Mis desdichas en él leo,          Aparte
   y entre desengaños veo
   lo que las mujeres son. 330
   Que la posesión la da
   pena, dice mi homicida,
   luego ya está poseída,
   luego aborrecióme ya.
   ¿ Qué dudo, si por escrito 335
   lo ve mi pasión tirana ?)

Lee

MARGARITA:      "Poseí la soberana
   belleza que solicito."

Lee aparte

ALVARO:      ("Venturá, tiempo y lugar            Aparte
   donde vos sabéis tenemos.") 340
MARGARITA:      Honra inútil, ya podremos
   vuestra pérdida llorar.
ALVARO:      (Tarde el Santelmo ha llegado    Aparte
   de vuestro conocimiento.
   No tienen merecimiento 345
   las lágrimas en pecado;
   quien no supo prevenirse
   con imprudencia las vierte,
   porque después de la muerte
   no vale el arrepentirse. 350
   Muerto el honor, pena es vana.
   Gente sale. Pues no he sido
   de quien me ofende sentido,
   retirarme quiero.

Entrase, y quédase escondido.    Sale doña BEATRIZ

BEATRIZ:                            Hermana,
   Gonzalo Pizarro está 355
   con mi padre. Si te agrada
   verle--pero interesada
   eres no poco, sí hará--
   ven, porque en él consideres,
   cuando desdenes asombres 360
   el Aquiles de los hombres,
   el Paris de las mujeres.
MARGARITA:      ¡ Válgame Dios !    No te cabe
   en la boca. ¿ Qué intereso,
   cuando venga a ser todo eso, 365
   en verle yo ?
BEATRIZ:                      Dios lo sabe.
   No te pesa que hable en él,
   que ya yo vi, ansí te goces,
   que le alabas y conoces.
MARGARITA:      ¿ Yo ? 370
BEATRIZ:      Dígalo este papel.
MARGARITA:      ¿ Pues es suyo ?
BEATRIZ:                            ¡ Acaba ya
   fingimientos tú conmigo !
   Si tienes ese testigo
   donde eslabonando está 375
   finezas que alegre leas,
   ¿ por qué fingida me engañas,
   ni por qué su nombre extrañas
   cuando en él te saboreas ?
MARGARITA:      ¿ Yo en él ?
BEATRIZ:                        En su estilo tierno. 380
   ¡ Qué bueno anda nuestro honor !
MARGARITA:      Conforme le muestra amor
   ya le sueña padre yerno.

Vanse las dos.    Sale don ALVARO

ALVARO:      Fenecieron ya sospechas
   a manos de certidumbres; 385
   lo que dudaban vislumbres
   ven verdades satisfechas.
   Mintieron en Margarita
   ojos, donde se asomaron
   lisonjas que me engañaron, 390
   porque amor mal se acredita
   en sus niñas, que livianas,
   cuando esperanzas concierta,
   franqueando a otro la puerta
   desmienten por las ventanas. 395
   Gonzalo Pizárro es yerno
   de casa.    Así le llamó
   doña Beatriz; poseyó
   galán, entendido y tierno;
   fué estudiante, graduóse 400
   en escuelas de discreto.
   Ya es soldado, y al respeto
   de Marte, Venus rindióse.
   Su industria y mi negligencia
   le amparan la posesión, 405
   cuando sólo tengo acción
   en los ojos. Competencia
   contra quien en ella está
   no me promete sosiego;
   pero, en fin, Amor es ciego, 410
   y a ciegas sentenciará.
   ¡ Vive Dios, que he de vengarme
   en él de quien me agravió !
   En sus ojos tuve yo.
   derechos para ampararme. 415
   Si es valiente, mis desvelos
   desmentirán su partido,
   que nunca sale vencido
   amor que riñe con celos.

Vase don ALVARO.    Salen don Francisco CABEZAS, viejo, y don GONZALO, soldado, muy galán

FRANCISCO:      En fin, Gonzalo, malograstes cursos 420
   que en Salamanca os prometían el grado,
   con que honran estudiosos sus concursos.
GONZALO:      Plumas gastan el sabio y el soldado;
   uno en papel, el otro en el sombrero.
   No me llamó mi estrella a ser letrado. 425
   Condena a muerte un juez, en paz severo,
   y si con una pluma afrenta y mata,
   ¿ cuánto es mejor fiársela al sombrero ?
   La juventud que entre las hojas trata
   de los libros que estudia, las que afila 430
   Toledo, siempre a las hazañas grata;
   mientras el tiempo la vejez jubila,
   se emplea en travesuras y lecciones,
   porque en ambas sus gustos recopila.
   Ocasionaron las oposiciones 435
   de dos cátedras vacas competencias,
   que hay poco de cuestiones a cuestiones.
   Vizcaya--siempre amiga de pendencias--
   saliendo a rotular Extremadura,
   una noche propuso resistencias; 440
   mas yendo con nosotros la véntura,
   si no el valor, que no soy arrogante,
   dando la muerte a tres nos asegura.
   Murió entre éstos un célebre estudiante,
   hijo del secretario que más priva 445
   con nuestro Enrique cuarto, y fué bastante
   su sentimiento a que el Consejo escriba
   despachos criminales, que comete
   a un juez pesquisidor, un peste viva.
   Este a fuego y a sangre a saco mete 450
   culpados e inocentes, porque avaro
   tenía la ocasión de oro del copete.
   No valieron con él ruegos, no amparo.
   Destierra, echa a galeras y ajusticia
   a diestro y a siniestro sin reparo. 455
   Huyeron el rigor de su avaricia
   muchos, y yo con ellos, al sagrado
   que halló la juventud en la milicia.
   Halléme en rebeldía condenado
   a cortar la cabeza; mas ¿ qué importa, 460
   si gozo privilegíos de soldado ?
   En fin, mientras cabezas el juez corta,
   los hábitos repudio, galas visto,
   y el parche sigo, que al valor exhorta.
   Llego a Valladolid, y en él me alisto 465
   en favor de mi rey, que despojado
   de su silla, a rebeldes es mal quisto.
   En Avila se había coronado
   el infante, su hermano--simple mozo--
   instando sola la razón de estado. 470
   La ambición e interés--mortal destrozo
   del gobierno--y la paz se disfrazaban
   en traje de lealtad.    ¡ Civil rebozo !
   Dejo en silencio los que conspiraban
   contra su rey y lo que pasó en esto, 475
   que los nobles no injurian, sino alaban.
   Leal seguí el partido más honesto,
   a imitación de los Mendozas todos,
   y la mayor nobleza, que hasta en esto,
   abominando los injustos modos 480
   con que se vió sin reino nuestro Enrique,
   mostraron ser reliquias de los godos.
   No queda Osorio ilustre, no Manrique,
   Arellano, Velasco y Acevedo
   que a la lealtad, la vida no dedique; 485
   los Alvarez famosos de Toledo,
   los Cuevas de Alburquerque, y cuantos leales
   la batalla vencieron junto a Olmedo.
   Halléme en ella, honrándome señales
   de alférez que adquirí, si no hazañoso 490
   afortunado siempre en riesgos tales.
   Murió el intruso rey de un presuroso
   accidente mortal--Alfonso digo,
   engañado mancebo, no ambicioso--.
   Sus cómplices temieron el castigo, 495
   y con Enrique, en fin, reconciliados,
   padre le aclaman, si antes enemigo.
   Volvieron a triunfar siglos dorados,
   colgó arneses la paz, y en pretensiones
   libraron sus servicios los soldados. 500
   Yo, senor don Francisco, que en lecciones
   seis años, y uno y medio en la campaña,
   ya seguí las escuelas, ya pendones,
   mientras respira sosegando España,
   vuelvo a Trujillo, noble patria mía, 505
   por ver si la amistad el ocio engaña.
   Parecióme que en ella no cumplía
   con lo que os debo no viniendo a veros,
   si bien tardanzas disculpar podría
   con estorbos precisos.
FRANCISCO:                                    Reprenderos 510
   debiera con razón, pero ha ya un año
   que esta ciudad, dichosa en poseeros,
   otra vez os gozó. ¿ Conmigo extraño ?
   Mas ¿ cuándo no causaron las vejeces
   la verde juventud hermoso engaño ? 515
   Vedme, señor Gonzalo, muchas veces,
   y acordaos más de mí, si sois servido,
   que aún tengo vivas yo vuestras niñeces.
   El verdadero amor que os he tenido
   es de padre, esto es cierto.
GONZALO:                                        El cielo os guarde, 520
   que yo lo estoy de lo que os he debido,
   y haré de estos empeños fiel alarde
   siempre que de vos fuere ejecutado.
   Dadme licencia.
FRANCISCO:                          Ya parece tarde.
   Vaya con vos una hacha.
GONZALO:                                  No la he usado, 525
   y es temprano, auque noche.
FRANCISCO:                                      Con todo eso.

Llama

   ¡ Hola !
GONZALO:                No ha de ir conmigo.
FRANCISCO:                                    ¿ Ni un criado ?
GONZALO:      No hay que hablar. Vuestras manos, señor, beso.
FRANCISCO:      Hágaos, Gonzalo, Dios un gran soldado.

Vase don Francisco CABEZAS

GONZALO:      A mi Beatriz vi al entrar 530
   y suspendiómede suerte,
   hermosa, que si lo advierte
   su padre, pudiera hallar
   en los ojos de los dos
   mi amor y su agravio escrito; 535
   pero Amor no hace delito,
   que a hacerle no fuera dios.

Sale don ALVARO rebozado

   En la mitad de la calle
   parece que un hombre está
   embozado. ¿ Qué querrá 540
   a tal hora y en tal calle ?
   ¡ Ah, caballero ! ¿ Podremos
   pasar ?

Don ALVARO, con la espada desnuda al pecho

ALVARO:                      Podréis por aquí.
GONZALO:      Jamás sin causa reñí.
   Templaos y no alborotemos 545
   vecinos. ¿ Sabéis quién soy ?
ALVARO:      Sé que fuisteis licenciado,
   y en licencioso habéis dado,
   después que informado estoy
   que os atrevéis ál respeto 550
   del que gobierna esta casa;
   sé el incendio que la abrasa
   por vos, y sé, que indiscreto,
   alegando posesiones
   --que las guardara mejor 555
   el silencio--usurpador
   sois de antiguas pretensiones
   con más derecho adquiridas,
   y más cordura calladas,
   de quien amáis estimadas 560
   y hasta aquí correspondidas,
   puesto que, como estudiante,
   de engaños os amparéis
   y mentiras blasonéis
   como soldado arrogante. 565
   Porque el papel que escribisteis
   --y su dueño me entregó,
   quejosa de vos--sé yo,
   que es falso y que le fingisteis
   para dar celos con él 570
   a hermosuras que engañáis.
   Si con la espada firmáis
   lo que mintió el tal papel
   y reñís ocasionado,
   ya lo estáis, satisfaceos 575
   con obras, no con deseos.
GONZALO:      Relación falsa os ha dado.
   La que mi papel os dió
   y en quien debéis de tener
   --si os llega a satisfacer-- 580
   más jurisdicción que yo.
   La antigÜedad os concedo
   que alegáis en su servicio;
   porque yo soy tan novicio
   en su pretensión, que puedo 585
   afirmaros que no ha un año,
   puesto que le falte poco;
   creíla, que Amor es loco,
   y la mujer nuestro engaño.
   Si ella mi papel desmiente 590
   y a vos crédulo os halló,
   ¿ qué perderé en eso yo ?
   Sólo hay un inconveniente
   que mal os tiene de estar,
   y es, que os haya dado aviso 595
   de secretos, con que quiso
   la industria disimular
   lo que la fama atropella;
   y si fué fácil conmigo,
   no he de permitir testigo 600
   que viva para ofendella.
   Soislo ya vos, y en rigor,
   puesto que mudable fué,
   así sepultar podré
   menoscabos de su honor. 605

Riñen y don ALVARO cae dentro

ALVARO:      ¡ Muerto soy ! ¡ Jesús mil veces !
GONZALO:      Así, mudable, sepulto
   liviandades de tu insulto,
   puesto que no lo mereces.
   Consuela, aunque no avisada, 610
   olvidos de aborrecida,
   desprecios de poseída,
   mas con créditos de honrada.

Vase.    Salen CARRIZO, CRESPO, BERTOL y PULIDA, pastores

PULIDA:      El ha de ser escribén
   o sobre eso...
CARRIZO:                      ¡ Dalle, dalle ! 615
   Polida, vos lleváis talle
   de alguna tunda. No tien
   de ser, si macho parís,
   escribén. Mira, Polida,
   que el crergo tien buena vida. 620
PULIDA:      ¿ Por qué ?
CARRIZO:                    Porque está en un tris
   de ser cura de Garcias,
   y aun de obispar en Meajadas.
PULIDA:      Tomad para vos, si a osadas,
   no lo verán vuesos días. 625

Dale cuatro higas

   Escribén será, ó sobre eso
   morena.
CARRIZO:                  Mirad, Polida...
PULIDA:      O no parirlo en mi vida,
   o escribén.
CARRIZO:                    Tened más seso,
   o yo os juro a non de Dios 630
   que os cueste la paridura...
   el mochacho ha de ser cura.
PULIDA:      Malos años para vos.
   El diabro me lleve, amén,
   por más que deis en reortir, 635
   que ogaño no he de parir
   en no héndole escriben.
CARRIZO:      Mas que nunca lo paráis,
   porque no ha de ser; sí, cura,
   que con una hisopadura 640
   coma y cene.    no me hagáis...
BERTOL:      ¿ Sobre qué estáis altercando ?
   ¿ Sabéis vos lo que ella tien
   en el vientre ?
PULIDA:                        A un escribén.
BERTOL:      ¿ Pues de do lo váis sacando ? 645
PULIDA:      ¿ De do ? Siéntole dar vueltas
   de día y de noche.
BERTOL:                            ¿ Pues bien ?...
PULIDA:      Luego ha de ser escribén
   quien mis tripas trae revueltas.
   Desque preñada me siento 650
   se me antoja levantar
   testimuños y arañar
   cuanto topo.    En todo miento,
   y en cualquiera falsedad
   si se conciertan conmigo, 655
   a cuantos lo dudan digo.
   Yo doy fe de que es verdad.
   Un proceso sé esconder
   un mes por menos de un cuarto.
   Si es tramposo antes del parto, 660
   ¿ después de él qué vendrá a ser ?
CARRIZO:      No nos andemos cansando.
   Crergo tien de ser, Polida,
   que, en fin, ganan la comida
   lo más del tiempo cantando. 665
   Catá, que os dará un puñete
   que os haga...
PULIDA:                    ¿ Qué me heis de hacer ?
CARRIZO:      Apenas le veo nacer
   cuando le encajo el bonete.
PULIDA:      Pues no le pariré yo. 670
CRESPO:      ¿ Hay riña más extremada ?
BERTOL:      ¿ Y si estáis de hija preñada ?
CARRIZO:      ¡ Malos años !    Eso no.
   La primera condición
   con que nos casamos hué 675
   que cada que en cinta esté
   ha de parirme un garzón.
PULIDO:      Por eso no quedará,
   que ayer el cura me dijo,
   ¡ Ay, Polida !    Os bulle un hijo. 680
CARRIZO:      ¿ Veislo ? pues cura será.
PULIDA:      Luego el escribén también
   con la mano me tentó,
   y al punto el rapaz saltó.
   Luego ha de ser escribén. 685
CARRIZO:      No en mis días.
PULIDA:                              Sí en los míos.
CARRIZO:      ¡ Dalle, tijeretas, dalle,
   Polida !
PULIDA:                ¡ Carrizo
CARRIZO:                          Talle
   lleváis...
CRESPO:                    Dejad desvaríos.
   ¿ No es locura [pelear] 690
   por lo que está por nacer ?
PULIDA:      Escriben tiene de ser,
   o lo tengo de abortar.

Va para ella

CARRIZO:      No tien de ser sino cura.
BERTOL:      Teneos.
CARRIZO:                  No puedo sofrirlo. 695
PULIDA:      0 escribén, o malparirlo.
CARRIZO:      Yo os sacaré la criatura
   por el cogote.
PULIDA:                              Llegá.
CARRIZO:      ¿ Que llegue ? Verá si llego.

Dala

PULIDA:      ¡ Ay, del rey !
CARRIZO:                      ¡ Mas que os despego 700
   la escribanura !
CRESPO:                        ¡ Arre allá !
   Teneos, Carrizo, Polida.
CARRIZO:      Crergo ha de ser si sopiese.
PULIDA:      Escribén, aunque os repese.
CARRIZO:      Dejádmela dar.
PULIDA:                        Por vida 705
   de esto que acá me rebulle,
   si os llegáis, que he de sacaros
   los ojos y rastrillaros
   la cara.
CARRIZO:                  Aunque más barbulle
   el tema que loca os tien, 710
   he de salir con la mía.
PULIDA:      ¡ Mas nonada !
BERTOL:                      La porfía...
CARRIZO:      Crergo dije.
PULIDA:                      Yo escribén.

Sale CEREZO, pastor

CEREZO:      ¿ Qué esto, Carrizo ? ¿ Estáis
   sin seso ? Dejad extremos 715
   y ved que en casa tenemos
   al amo viejo.    ¿ No vais
   a darle la bienvenida ?
CARRIZO:      ¿ Quién ?
CEREZO:                Don Francisco Cabezas,
   y con él las dos bellezas 720
   en que remoza su vida.
   Apeáronse de un coche
   en este instante los tres
   y hicieron sacar después
   a un mancebo, que esta noche 725
   diz que hirieron en Trujillo,
   y casi a la muerte está.
CARRIZO:      ¿ Pues a qué le traen acá ?
CEREZO:      Eso no pude advertillo;
   mas ellos, en fin, acaban 730
   de apearse, y preguntó
   el viejo por vos.
CARRIZO:                            Pues vo.
BERTOL:      ¿ No pudieran, si pensaban
   trasnochar, darnos aviso,
   y tovieran que cenar ? 735
CEREZO:               ¿ En la Zarza han de faltar
   conejos ?
CARRIZO:                    Tan de improviso
   y casi al amanecer,
   ¿ qué mucho que no los haya ?
CARRIZO:      ¿ Vo a verlos ?
PULIDA:                        Vaya ó no vaya, 740
   escribén tiene de ser.
CARRIZO:      ¡ Oh ! ¡ Qué pan como unas nueces
   se os apareja !
CRESPO:                        ¿ Hay locura
   semejante ?
PULIDA:                    Escribén.
CARRIZO:                              Cura.
PULIDA:      Escribén quinientas veces. 745

Vanse todos.    Salen don Francisco CABEZAS Y Mendo GARCIA, viejo

FRANCISCO:      El crédito que de vos
   tuve siempre, Men García,
   fiándoos la hacienda mía,
   me obliga a que entre los dos,
   quedando mi honor seguro, 750
   os comunique secretos
   que necesitan discretos
   consejos, y los procuro
   de vuestra larga experiencia.
GARCIA:      Ya sabéis, señor, de mí 755
   que en vuestra casa nací
   y que en ella y la asistencia
   de esta granja os he servido
   con limpieza y con lealtad.
FRANCISCO:      Saquéos a esta soledad 760
   de noche y recién venido,
   porque lo que he de deciros
   pide todo este recato.
   Ya os consta a vos cómo trato
   mi honor yo, podré advertiros 765
   que no guarda el avariento
   tesoros de su ganancia
   Mendo, con más vigilancía.
GARCIA:      Si el mucho recogimiento
   de vuestra casa, y que en ella 770
   de padre y madre servís,
   pues por los dos asistís,
   cuidando prudente de ella,
   si bien no hay mucho que hacer
   en guardar las hermosuras 775
   de Trujillo, pues seguras
   aun nose permiten ver,
   y está en ellas vinculada
   la honestidad extremeña.
FRANCISCO:      ¡ Ay, Mendo, que la despeña 780
   la juventud desbocada !
   Escuchad una desgracia,
   que si hasta aquí no entendida,
   en sabiéndose ocasiona
   o mi muerte o mis desdichas. 785
   Esta noche, cuando en luto
   trocaba el cielo la risa
   del alba, porque el sol muerto
   resucitaba en las Indias
   apenas mandé cerrar 790
   las puertas--que una visita
   les permitió a tales horas
   lo que les niego aun de día--
   cuando sentado a la mesa
   ligera cena admitía 795
   por sucesor suyo al sueño
   --que la vejez ya es antigua
   pensión dormirse temprano,
   si bien las aves imita,
   que madrugan con el alba 800
   a darle la bienvenida--
   a los primeros bocados
   centro yo de mis dos hijas,
   oigo espadas en la calle;
   mas fué tan breve la riña 805
   como su desgracia larga,
   porque apenas dando prisa
   a un montante jubilado
   y a una hacha mal encendida,
   salgo, cuando sin aliento, 810
   tropieza en su sangre misma
   un hombre que a mí se abraza
   diciendo, "¡ Virgen Divina !
   ¡ Confesión ! ¡ Jesús mil veces !"
   Y bañándome en su herida 815
   el ya extranjero licor,
   caímos los dos encima,
   el casi difunto joven y yo,
   en su sangre teñidas
   canas y ropa, la muerte 820
   pensó en mí copiar su cifra.
   Bajaron al alboroto
   mi Beatiiz y Margarita
   con dos doncellas, que solas
   son de noche la familia 825
   de mi casa, porque en ella
   no consiente que se admitan
   hombres el cuerdo escarmiento.
   ¿ Qué queréis ? costumbre es mía.
   Como me vieron bañado 830
   en sangre, y no prevenidas,
   ocasionaran las voces
   a que en las casas vecinas
   me dudasen agresor,
   murmurándome homicida, 835
   y conjeturando agravios
   de honor, ocios y malicias,
   atajé este inconveniente
   haciendo subir arriba
   el herido desmayado. 840
   Cerré puertas y advertílas
   ser de otras venas la sangre
   que sin razón despedida
   del dueño propio, buscaba
   hospedaje en mí, mendiga. 845
   Callaron, no sosegadas
   con esto, mas reducidas
   al riesgo de su alboroto.
   Domésticas medicinas
   aplicamos al paciente 850
   cuando el alma fugitiva
   buscaba puerta, y la hallara
   por una estocada encima
   tres dedos del corazón,
   si aceites, bálsamo e hilas 855
   no hicieran retrocederla
   al pecho que vivifica.
   Tomada, aunque mal la sangre,
   puesto que no permitía
   el parasismo rebelde 860
   que el pulso pidiese albricias,
   entró, aunque inquieta, en consejo
   la honra, a quien apadrina
   la prudencia recelosa y
   aquesta vez discursiva; 865
   reparó en curiosidades
   del herido, ya de día
   cursando nuestra parroquia,
   ya nuestra calle, aunque habita
   en la ciudad--bien sabéis, 870
   que así por costumbre antigua
   se llama la parte baja,
   y la superior la villa--.
   En esta, pues, que los nobles
   moran y apartados distan 875
   de la plebe, que en lo llano
   contrata, vende y fabrica,
   daba a la murmuración
   causa, y a las celosías
   de nuestra casa recelos, 880
   profanadas con su vista.
   Manchó mis puertas su sangre,
   y temí que pretendía
   quien tanto las paseaba
   de noche a mi infamia abrirlas. 885
   Hallaron estas sospechas
   indicios en Margarita,
   si no evidentes, probables,
   porque la color perdida,
   lágrimas se desmandaban 890
   con disfraz de compasivas,
   amantes en la sustancia;
   y aunque el temor reprimía
   suspiros que malograba
   el silencio en la oficina 895
   del pecho, abortó el pesar
   por los ojos su noticia.
   Lloraba también su hermana,
   pero las señales tibias
   de su piedad inocente 900
   me mostraron cuán distintas
   son las que el amor arroja,
   y que hay tal vez--siendo enigmas
   que sustituyen palabras--
   lágrimas ponderativas. 905
   Dudoso yo en este aprieto
   por ver si los averigua
   sin testigos la prudencia,
   que baje al zaguan me avisa
   la industria, y sacando el coche 910
   a la puerta sin abrirla,
   mando tender una cama
   en él que al enfermo sirva,
   donde al punto le traslado,
   y corriendo las cortinas 915
   notificado el secreto
   que el temor manda que admitan,
   mis dos hijas y criada,
   hago que dentro le asistan.
   Con esto a la calle salgo 920
   y dando al cochero prisa
   --ya sabéis que vive enfrente--
   puso a un caballo la silla,
   y guarneciendo otros tres
   yo a un estribo, sin noticia 925
   de lo que en el coche lleva,
   cuatro horas antes del día,
   tres leguas que hay de distancia
   hasta aquí corrió, que guían
   dudas de un temor honrado, 930
   sospechas que martirizan.
   Volvió el herido en su acuerdo
   y aunque de verse se admira
   caminando y con nosotros,
   amistades y caricias 935
   le aseguran y aconsejan
   que de mi casa se sirva
   y diligencias estorbe
   forzosas en la justicia.
   Llegamos, Mendo, a la Zarza, 940
   donde aunque el engaño finja
   disimulos de mi ofensa,
   mientras su dueño peligra
   si muere podrá el silencio
   --haciéndole compañía 945
   su cómplice en mi deshonra--
   sepultar con él malicias
   que vulgarice la fama,
   y si el cielo le da vida,
   desposándose los dos 950
   trocar pesares en dichas.
   No puede esto dilatarse;
   porque mientras se publica
   la falta que hace en su casa
   quien quiso ofender la mía, 955
   no siendo mortal el golpe,
   tálamo la cama misma
   será, o túmulo si muere,
   que al llanto o al gozo sirva.
   Para cualquier cosa de éstas, 960
   Mendo amigo, necesita,
   la confianza que os hago
   de vuestra ayuda; no diga
   Trujillo que en mi vejez
   se eclipsó la sangre limpia, 965
   siempre en los Cabezas noble,
   pero jamás ofendida.
   Prevenid, mientras dispongo
   bodas o obsequias, García,
   caballos que a Portugal 970
   deslumbren los que nos sigan.
GARCIA:      Yo, señor, no consejero,
   sí obediente, como en dichas
   en desgracias vuestra sombra,
   no osaré que os contradigan 975
   razones de la lealtad.
   Cuerdas canas autorizan
   vuestros años y experiencias;
   sírvaos yo, y ellas elijan,
   que aunque no me hayáis fiado 980
   el nombre del que os obliga
   a tanta resolución
   --quizá porque no lastiman
   de los que no se conocen
   desgracias--por cuenta mía 985
   corro a ejecutar deseos
   que agradan, más no examinan.
   Voy a apercibir caballos.
FRANCISCO:      No, Mendo, aguardad que os diga
   quien es el que...

Sale doña BEATRIZ, cubierta con manto y chapín bajo

BEATRIZ:                        Si en los nobles 990
   vinculó la cortesía
   el favor de las mujeres,
   y puede con vos su estima
   que, sirviendo a las hermosas,
   honréis a las afligidas; 995
   oid aparte. Yo soy...

Apártase con CABEZAS

   quien del vuestro necesita,
   y huyendo riesgos mortales
   mas de estos montes se fía
   que de quien el ser me ha dado. 1000
   Mi historia--si a referirla
   me dieran lugar temores
   que ligeros se avecinan--
   os asombrara, mas baste
   a advertiros que me obligan 1005
   engaños de un hombre aleve
   a que de mi casa misma,
   desterrada en las tinieblas
   de esta noche, amparo pida
   al cielo y a vuestro valor, 1010
   al secreto y la osadía...

Espántase de conocer a su padre, y tápase más la cara

   ¡ Jesús, mil veces !
FRANCISCO:                            ¿ Qué es esto ?
   Sosegad, señora mía.
   ¿ Qué sentís ? ¿ qué os da congoja ?
BEATRIZ:      Peligros que más me animan 1015
   cuanto más cerca estoy de ellos.
FRANCISCO:      También lo está aquí una quinta
   donde podréis...
BEATRIZ:                          Excusadla,
   que es fuerza ser conocida
   de vos, y mi afrenta temo. 1020
FRANCISCO:      ¿ Pues en qué mandáis que os sirva ?
BEATRIZ:      En que en fe de que sois noble,
   mientras que no se os permita,
   de lo que aquí sospechéis
   a ninguno deis noticia; 1025
   en que no sigáis mis pasos,
   porque os doy mi fe que estriba
   mi vida y honra en ir sola;
   en que entre aquesas encinas
   que margenan ese arroyo 1030
   busquéis en la más antigua
   la concavidad que el tiempo,
   labró para su rÜina,
   que con vislumbres del alba
   --que empieza a correr cortina 1035
   al sol que le va al alcance--
   se os ofrecerá a la vista
   un hurto que os cause asombro,
   puesto que no de codicia
   para quien su precio ignora, 1040
   tan costoso a mis desdichas
   que temo por él perderme.
   Interpreten este enigma.
   vuestras nobles diligencias,
   que a quien os le deposita 1045
   se le volveréis despues,
   si dándoos las señas mismas
   que en él hallaréis agora
   os volviere a buscar viva.
   Vos sois noble, mujer yo, 1050
   mi riesgo y pena precisa,
   y el ausentarme forzoso:
   adiós, que el tardar peligra.

Vase doña BEATRIZ

FRANCISCO:      ¿ Hay suceso semejante ?
GARCIA:      Señor ¿ qué es esto ?
FRANCISCO:                              García, 1055
   descaminos de la noche
   que ignorancias precipitan.
   No puedo deciros más.
   Di palabra, he de cumplirla;
   esperadme aquí, que presto 1060
   sabréis cosas peregrinas.

Vase don Francisco CABEZAS.    Salen CARRIZO, CRESPO y BERTOL

CARRIZO:      Sacomos la empujadura
   de pendencias.
CRESPO:                        ¿ Qué parió ?
CARRIZO:      No sé cómo lo llamó
   la comadre. En fin, ni cura 1065
   ni escribén será la cría.
BERTOL:      ¿ Pues qué ha de venir a ser ?
CARRIZO:      No siendo hombre ni mujer,
   Bertol, cesó la porfía;
   ya no habrá sobre qué arguya. 1070
CRESPO:      ¿ Pues es animal ?
CARRIZO:                          Tampoco.
CRESPO:      ¿ Qué diablos parió ?
BERTOL:                              ¿ Estás loco ?
CARRIZO:      No salga ella con la suya
   y reviente. Un burujón
   vino a empujar con su cola 1075
   redondo, que llaman bola
   de Beatriz.
CRESPO:                    Callad, simplón.
   Bola matriz debió ser.
   Milagro será si escapa.
CARRIZO:      Muérese un reye y un papa, 1080
   un conde y un mercader;
   cuando se muera Polida
   paciencia y capuz.
GARCIA:                              ¿ Qué es eso,
   Carrizo ?
CARRIZO:                  ¡ Oh, señor ! le beso
   las manos. Está parida 1085
   nuesa compañera, y dudo
   que según a verla llego,
   tome las de Villadiego.
GARCIA:      ¿ No os pesará de ser viudo ?
CARRIZO:      Ni tampoco al ganapán 1090
   que del tercio se descarga,
   comiéndose mucho embarga
   --con darnos la vida--el pan.
   Pues ¿ qué hará tanta mujer
   por mañana, tarde y día ? 1095
CRESPO:      ¿ Dónde, señor Men García,
   podremos al amo ver,
   que diz que ha poco que vino ?
GARCIA:      Debe--como ha trasnochado--
   reposar.
BERTOL:                    Será pesado 1100
   por ser viejo, aunque el camino
   es corto.

Sale don Francisco CABEZAS y apártase con Mendo GARCIA

FRANCISCO:                        Mendo, esta noche,
   sin duda, Mercurio y Venus,
   juntando constelaciones,
   predominan en el cielo, 1105
   pues una influyendo amor,
   y otro eslabonando enredos
   parece que intentan ambos
   sus horas quitarle al sueño.
   Aquella mujer que visteis 1110
   entre crepúsculos negros
   y blancos, con los de un manto
   desvelar conocimientos,
   vecina de nuestra Zarza
   --porque ¿ quién dudara serlo 1115
   la que encubierta a tal hora
   pide socorro al secreto ?--
   me contó peligros suyos
   que, entre preñados misterios,
   pararon en que guardase 1120
   a su opinión el respeto,
   y el hurto que en una encina,
   cómplice a sus desaciertos
   hállase, depositando
   en mí su estima y silencio. 1125
   Admitílo cortesano,
   y ausentándose con esto
   sin consentír compañía,
   promesas puse en efecto.
   Registré troncos vecinos 1130
   de ese arroyo casi seco,
   y halléle--escuchad milagros--
   cuna de un niño risueño,
   a quien, amorosa madre,
   una cabra daba el pecho. 1135
   Asombróme su piedad,
   trayéndome el alma ejemplos
   de Semíramis, de Abides,
   de Ciro, Rómulo y Remo;
   y pronosticando en él 1140
   las felicidades de ellos,
   compasivo le di abrazos,
   cariñoso le di besos.
   Aquí le traigo, García,

Descubre un niño recién nacido

   casi olvidado--os prometo-- 1145
   de agravios que temí propios,
   y agora socorro ajenos;
   quizá porque ordena Dios,
   cuando venganzas prevengo,
   que en estas que son mayores 1150
   temple el rigor sus aceros.
   Mirad qué hermoso póstumo
   de un tronco estéril y viejo,
   y advertid que le amo
   más que si le feriara nieto. 1155
GARCIA:      ¡ Válgame Dios ! ¡ Qué de cosas
   en la brevedad del tiempo
   que ha que el sol se fué al ocaso
   niegan la fe a sus sucesos !
   El inocente es un ángel. 1160
   Como en el alma, en el cuerpo
   en sus faciones firmaron
   que eran ilustres sus dueños.
   Dichosos con vos han sido,
   y más en que os dé el cielo 1165
   ama, que es nuestra criada
   recién parida en el pueblo.
FRANCISCO:      ¿ Quién es, que lo estimo en mucho ?
GARCIA:      Pulida, la del rentero
   de vuestra heredad.
FRANCISCO:                            ¿ Carrizo ? 1170
CARRIZO:      ¿ Qué manda ? que como vemos
   que se aparta de nosotros,
   la cortedad y el respleito
   mos turba el llegar a dalle
   los prácemes que debemos. 1175
   Su merced sea bien venido.
FRANCISCO:      Carrizo, feriaros quiero
   un tesoro, que es mi hallazgo.

Dale el niño

   Esta joya os encomiendo;
   que la traiga en nombre 1180
   mío colgada Pulida al pecho,
   por ser de coral y plata.
CARRIZO:      Si hué su mercé el platero,
   lindamente labra brincos.
   Debió el molde de ser nuevo, 1185
   que diz que en joyas vaciadas
   suelen acertar los viejos.
   Polida--que no lo ha sido
   en el parto--arrojó al suelo
   un bollo matriz de carne, 1190
   y llora su mal einpleo,
   mas éste la alegrará.
FRANCISCO:      Vamos, pues.
                   Pero ¿ qué es esto ?
   Señor don Rodrigo, ¿ vos
   en la Zarza ?

Sale don RODRIGO, viejo

RODRIGO:                      Y con recelos 1195
   de que vuestros disimulos,
   señor don Francisco, han hecho,
   desheredando mi casa,
   tragedia mi fin postrero.
   A don Alvaro Durán, 1200
   casi a vuestras puertas muerto,
   trasladásteis esta noche
   desde TrujilIo a este pueblo.
   Quien curioso vió desdichas,
   disimulándolas cuerdo, 1205
   por no despertar testigos
   que injuriasen el secreto,
   aviso me dió de todo;
   y como os conozco, temo
   que libráis en la venganza 1210
   partida de un desacierto.
   Verdad es que ha sido amante
   don Alvaro, pero honesto,
   de vuestra hija mayor,
   y que instándome los ruegos 1215
   que oficioso me intimaba,
   mañana tenía propuesto
   de pedirosla, y trocar
   amistad en parentesco.
   Si porque tal vez le visteis 1220
   a deshora lisonjero
   con las puertas que adoraba
   ponderarlas sus afectos,
   juzgáis, su sangre vertida,
   manchas hoy del honor vuestro, 1225
   le traéis por sacarlas
   donde el jabón es de acero,
   sosegaos, que si está vivo
   --¡ oh, permítanlo los cielos !--
   yo quedaré consolado 1230
   cuando muera vuestro yerno.
FRANCISCO:      Don Rodrigo, adivinásteis.
   La opinión, que como espejo,
   puesto que al honor retrata,
   le quiebra o turba el aliento, 1235
   satisfacción me pedía;
   mas, con tan sabio remedio,
   ella cobrará su lustre,
   y yo viviré contento.
   También lo está vuestro hijo. 1240

Salen doña MARGARITA y doña BEATRIZ

MARGARITA:      Beatriz, hele satisfecho
   de modo que ya está sano,
   que su mal más fué de celos
   que de la inclemente herida.
BEATRIZ:      Señor, a pedirte vengo 1245
   albricias de las mejoras
   que alientan a nuestro enfermo.
MARGARITA:      El insta en que a verle vayas.
FRANCISCO:      Más instarán los deseos
   que en vos, hija, culpé anoche, 1250
   y ya más piadoso apruebo.
   Beatriz, vuestra hermana tiene
   a mi satisfacción dueño.
   No habéis vos de estar ociosa;
   fiaros este ángel quiero. 1255
   Sedlo vos suyo de guarda,
   como a madre os le encomiendo.

Ella toma al niño

CARRIZO:      ¿ Madre y virgen en Castilla ?
BEATRIZ:      ¡ Qué hermoso es !
FRANCISCO:                          Como mi afecto.
BEATRIZ:      No será el primer milagro, 1260
   si a travesuras creemos
   que mi madre nos contaba,
   y aun no las marchita el hielo.
   Pero decidnos su hallazgo.
FRANCISCO:      Pide espacio ese suceso. 1265
   Su nutriz será Pulida
   y su aya vos.
BEATRIZ:                      Yo lo acepto.

Doña BEATRIZ habla aparte a doña MARGARITA

   ¡ Ay hermana de mis ojos
   Este niño...
MARGARITA:                    ¿ Sí ?
BEATRIZ:                          ¿ Dirélo ?
MARGARITA:      Acaba ya.
BEATRIZ:                    Es fruto mío. 1270
MARGARITA:      ¿ Estás loca ?
BEATRIZ:                      De contento.
MARGARITA:      ¿ Cómo ó cuándo ?
BEATRIZ:                          No ha dos horas.
MARGARITA:      ¿ Dónde ?
BEATRIZ:                  En el campo.
MARGARITA:                              Sospecho
   que me burlas.
BEATRIZ:                        Posesiones
   del papel--si enigmas fueron-- 1275
   ya son verdades con alma.
CARRIZO:      ¡ A jó, niño, ajó cordero !


JORNADA SEGUNDA

Salen doña BEATRIZ, doña MARGARITA, don MARTIN, don ALVARO y don FRANCISCO

MARTIN:      La fe de aquel amante,
   a pesar de desvelos, tan constante,
   Beatriz, que se promete 1280
   esperar, tras siete años, otros siete,
   que, al fin de tanto día,
   mejoren en Raquel burlas de Lía,
   mi dicha reconoce,
   pues si catorce no, pretendí doce 1285
   conquistar resistencias
   que premios logran ya, si antes paciencias;
   puesto que me aventajo
   al hebreo amador, pues su trabajo
   mejoró de partido, 1290
   que él, en fin, esperó correspondido;
   pero en vuestra belleza
   leyendo ingratitudes mi firmeza,
   tejía entre esperanzas
   rigores y Amor--fiel de estas balanzas-- 1295
   me muestra hoy generoso
   que medra al paso que es dificultoso.
FRANCISCO:      Don Martín, ya sois dueño
   de vuestra pretensión. Tiempo es pequeño,
   por largo que parece, 1300
   el que consigue aquello que apetece.
   Beatriz, cuerda, hace alarde
   de que el moral porque produce tarde
   sus frutos asegura,
   no como el loco almendro en la hermosura 1305
   de su ambición tirana,
   que madrugando necio, apenas grana.
   Ya vos sois, hijo mío,
   de don Alvaro primo, en quien confío
   sucesión venturosa, 1310
   pues una sangre os honra generosa
   que propague infinita
   sucesión en Beatriz y Margarita.
ALVARO:      Mi primo y yo mostramos
   que en gustos como en deudos conformamos; 1315
   pues si amor nos abrasa
   nos conduce a su yugo en una casa
   y a una misma nobleza
   enlazados los dos con la belleza
   que en posesión tenemos 1320
   de hijos vuestros el nombre merecemos,
   con que a trocar venimos
   en vínculo de hermanos el de primos.
FRANCISCO:      Don Martín ¿ cuándo se trata
   ausentarse de aquí ?
MARTIN:                                Mi amor dilata 1325
   lo mismo que apresura.
   Falta a mis padres hago, la hermosura
   de mi Beatriz parece
   que en hablándola en esto se entristece;
   pero perdiendo tanto 1330
   y ausente de tal padre, no me espanto.
   Ella el término elija
   cuando fuere su gusto.
FRANCISCO:                                Ya estáis, hija,
   sujeta a nuevo empleo,
   digno de las virtudes que en vos veo. 1335
   El natural derecho
   que hasta aquí tuve en vos, puesto que estrecho,
   transfiere poderoso
   Amor, que es rey y es dios, en vuestro esposo.
   Ya estáis emancipada 1340
   de padres y de deudos, y obligada
   sólo a los lazos justos
   de un tálamo, recíproco en dos gustos.
   El vuestro ya no es vuestro;
   rendilde al dueño, mi Beatriz, que os muestro, 1345
   y pues os quiere tanto,
   no entibien llamas suyas vuestro llanto.

Llorando

BEATRIZ:      Conozco, señor mío,
   dichas que medro, y aunque más porfío
   refrenar mis enojos, 1350
   sin consultar la voluntad los ojos,
   dieran con poco acuerdo,
   el bien que gano por el bien que pierdo.
FRANCISCO:      Beatriz, ya yo adivino
   la causa que ocasiona el desatino 1355
   de esas lágrimas leves;
   no las imputes lo que no las debes,
   que no por ausentarte
   de tu hermana y de mí, pueden ser parte
   a tan rebeldes quejas. 1360
   Lloras el ver que a Francisquito dejas;
   que como le has criado,
   el nombre en ti de madre ha granjeado,
   y tú con él contenta,
   ni de tomar estado has hecho cuenta, 1365
   ni cuando le parieras
   amor al que le tienes añadieras.
   No me espanto yo de esto,
   que el rapaz tiene hechizos, y habías puesto
   en él todo tu gusto; 1370
   mas ya pasa tu llanto de lo justo.
   En doce años no ha sido
   posible que cúyo es se haya sabido.
   Su madre que afligida
   puso a riesgo, por no ser conocida, 1375
   su poca edad, sospecho
   que debió de morirse, pues no ha hecho
   por él las diligencias
   que ofreció al ausentarse; ¿ a qué inclemencias
   no están las hermosuras 1380
   sujetas que se creen de travesuras ?
   Francisco es ya medio hombre
   y casi hijo de casa, que hasta el nombre
   en vida me ha heredado;
   amor le tengo, deja ese cuidado 1385
   a mi cuenta, y olvida
   adoptiva afición, pues reducida
   al que obediencia debes,
   no será bien que en la memoria lleves
   ocupación que incierta 1390
   de servirle y amarle le divierta,
   y dispón tu partida
   que ha de ser luego.
MARGARITA:                              Toda despedida
   es penosa, y mi hermana,
   puesto que reconoce lo que gana, 1395
   lo que se deja siente,
   que es padre, hermana y patria juntamente.
MARTIN:      Ea, mi bien, yo espero
   serviros tan amante que primero
   que entréis en nuestra casa, 1400
   si amor en gustos descontentos pasa,
   halléis en mí cifrado
   el bien que aquí lloráis por malogrado.
ALVARO:      Vamos y prevendremos
   vuestra jornada.

Vanse don ALVARO, don MARTIN y don FRANCISCO. Doña MARGARITA habla aparte a doña BEATRIZ

MARGARITA:                          Hermana, esos extremos 1405
   si hasta aquí ocasionaban
   lágrimas que remedios esperaban,
   ya de hoy más serán necios.
   Castiga con olvidos menosprecios,
   y estima el que esté oculto 1410
   de tu amor mal pagado el ciego insulto;
   que Francisquito queda
   a mi cargo, y en mí tu amor hereda,
   porque desde este día
   si pierde madre, quedo madre y tía. 1415

Vase doña MARGARITA

BEATRIZ:      No es la pena tan precisa
   en los que el remedio ignoran,
   cuando las desdichas lloran
   lágrimas que esperan risa;
   pero si el dolor avisa 1420
   que es su cura irremediable,
   ¿ qué pretende el miserable
   que llorando desespera ?
   Más valiera
   por no hacer su mal eterno 1425
   morirse, pues malogradas
   lágrimas desesperadas,
   sólo las llora el infierno.
   Doce años lloré de olvidos
   a eternizarse bastantes. 1430
   ¿ Quien vio en mudanzas amantes
   tanto asistir los sentidos ?
   ¡ Ay, don Gonzalo ! fallidos
   los hombres quedan por ti.
   Penélope ausente fui; 1435
   si tú a Ulises imitaras,
   ya tornaras.
   Mas ¿ ya para qué ? Detente,
   que tanto imposible en medio
   lo que antes fuera remedio, 1440
   de hoy más será inconveniente.

Sale don GONZALO, de camino

GONZALO:      Celos, mi Beatriz--no mía,
   ajena sí--celos fueron
   los que de ti me ausentaron.
   Celoso amor desvaría; 1445
   mentiras los persuadía,
   pesares los engañaron.
   Ellos y el amor trocaron
   los sentidos,
   pues ambos desvanecidos 1450
   dan crédito a sus antojos,
   amor viviendo a los ojos,
   y celos en los oídos.
   Mientras mi amor no te veía
   pero los celos, mi bien, 1455
   oyeron de tu desdén
   agravios en apariencia,
   difícil me persuadía.
   ¿ Cuándo hicieron buena ausencia
   agravios de competencia ? 1460
   En alabanza
   de su dicha y tu mudanza
   apretaron los cordeles;
   verdugos fueron papeles,
   murió en ellos mi esperanza. 1465
   Don Alvaro me engañó
   engañándose a sí mismo,
   propia pasión de los celos.
   Heríle porque me hirió
   en el alma, y un abismo 1470
   de golfos y de recelos
   conquistaron mis desvelos,
   que bastaran
   a olvidar, si se olvidaran
   celos que amor desatina, 1475
   ponzoñosa anacardina
   que da la muerte al que amparan.
   Vióme Italia acometer
   imposibles de atrevido
   --mejor de desesperado--. 1480
   Su rey Alfonso vencer
   mis sospechas ofendido
   como su reino soldado.
   Supe que se había casado
   con tu hermana, 1485
   don Alvaro, y que fué vana
   su sospecha y mi temor,
   crÜel con los cuatro amor
   y nuestra ocasión liviana.
   Quise remediar ausencias 1490
   que en doce años sepultadas
   muertas en ti malicié;
   partí, culpando impaciencias,
   volé--no corrí--jornadas;
   pero ¿ qué importa si hallé 1495
   enagenada tu fe,
   perdido el bien que intereso,
   mi agravio en mayor exceso,
   desperdicios de doce años,
   mortales mis desengaños, 1500
   tú casada y yo sin seso ?
BEATRIZ:      A doce años de delito
   no sé yo que sea bastante
   la disculpa de un instante
   que se opone a lo infinito. 1505
   Vos, Gonzalo, al fin soís hombre,
   tarde disculpas escucho.
   Gonzalo, estimad en mucho
   que se me acuerde este nombre,
   que ha tanto que estoy sin veros 1510
   y mi paciencia ha gastado
   tanto, que aun no me han quedado
   palabras que responderos.

Quiérese doña BEATRIZ ir, y sale PIZARRO muchacho (que le hará una mujer) ni en traje total de noble, ni de villano

PIZARRO:      ¿ En fin, madre, se nos va
   y no me lleva consigo ? 1515
BEATRIZ:      No será el primer castigo
   que sin culpa sentirá
   quien cual hijo os ha criado.
   Darle esas quejas podéis
   al que presente tenéis, 1520
   que él, Francisco, ha ocasionado
   el apartarnos los dos;
   pues si memorias pagara
   sola la muerte bastara
   a dividirme de vos. 1525
   Conocelde, que os importa
   más de lo que vos pensais,
   que de él, Francisco heredáis
   larga injuria y dicha corta;
   que aunque de poco provecho 1530
   no hallaréis--cáuseos espanto--
   hombre a quien le debáis tanto,
   ni que más daño os haya hecho.

Vase doña BEATRIZ

PIZARRO:      (¡ Hombre a quien yo tanto deba    Aparte
   y que me haya hecho más daño ! 1535
   A mí, ¿ en qué ? ¡ Misterio extraño !
   ¡ Válgame Dios ! ¡ Cosa nueva !)
   Hidalgo a quien nunca vi;
   puesto que la vez primera
   que os veo a que bien os quiera 1540
   me obligáis ¿ tenéis de mí
   noticia alguna ? ¿ sabréis
   declararme estas razones ?
   Agravios y obligaciones
   dicen que os debo, y ya veis 1545
   cuán mal conformarse pueden
   deudas de ofensas y amor.
   Quisiéraos yo mi acreedor,
   y aunque los años me veden
   que de vos me satisfaga, 1550
   yo sé de mi poca edad
   que empeños de voluntad,
   si amor con amor se paga,
   os pidieran finiquito.
   Porque a fe de hombre de bien 1555
   que os quiero bien, y también
   que cualquier deuda desquito
   que en esta parte me obligue.
   Pero ya habéis escuchado
   que estoy por vos agraviado; 1560
   de donde también se sigue
   que os pida satisfacción
   --si bien ignoro de que--
   fidedigno el fiscal fué
   que os puso la acusación. 1565
   Si es verdad, como sospecho,
   que no hay, puesto que me espanto,
   hombre a quien yo deba tanto,
   ni que más mal me haya hecho,
   en lo primero me fundo 1570
   cual vuestro deudor pagar,
   mas también he de intentar
   vengarme de lo segundo.
   Ejecutad acreedor,
   y pagad ejecutado, 1575
   que yo ofendido obligado
   si me confieso deudor,
   pues dicen que me ofendisteis,
   a procuraros me atrevo
   bien, por lo mucho que os debo, 1580
   mal, por el mal que me hicisteis.
GONZALO:      Por cierto, niño discreto,
   que en vuestra proposicion
   vos igualáis la razón
   al donaire, y yo os prometo, 1585
   a fe de hidalgo, si bien
   no sé la causa hasta agora
   que tiene mi acusadora
   para que con su desdén
   crezca vuestro sentimiento, 1590
   que estoy, por el bien que dice
   que me debéis y yo os hice,
   en tanto extremo contento
   cuanto del mal pesaroso
   que me imputa contra vos. 1595
   AverigÜemos los dos
   su enigma dificultoso
   por conjeturas. Decid,
   ¿ es acaso madre vuestra
   esta dama ?
PIZARRO:                    Amor me muestra 1600
   de madre, pero advertid...

Sale un PAJE

PAJE:      Francisco, señor os llama,
   que os quiere ver dar lición.
PIZARRO:      Demás importancia son
   licciones en que la fama 1605
   averigua obscuridades.
   Dile que no me has hallado.
PAJE:      Está con vos enojado.
PIZARRO:      ¿ De qué ?
PAJE:                  De las libertades
   que usáis con vuestro maestro, 1610
   y sabe que estáis aquí.
   Mirad que sale.

Vase el PAJE

PIZARRO:                          Si en mí
   merece el amor que os muestro
   hidalga correspondencia,
   caballero, dar lugar 1615
   a que volviéndoos a hablar
   cumpla hoy yo con mi obediencia.
   Débole yo a mi señor
   más que podré exageraros;
   presto acudiré a buscaros. 1620
   Hacedme tanto favor
   que me esperéis en la plaza.
   ¿ Prometéismelo ?
GONZALO:                          Intereso,
   mancebo, tanto yo en eso
   que, a no dar vos esa traza, 1625
   os fuera agora prolijo.
PIZARRO:      Dadme esa mano.

Dásela

GONZALO:                          En su palma
   parece que sale el alma
   a abrazaros.
PIZARRO:                      Ved que dijo
   la que saber deseáis 1630
   si como madre me exhorta,
   "Conocedle, que os importa
   más de lo que vos pensais."
GONZALO:      ¡ Ay, cielos ! ¿ Y es vuestra madre ?
PIZARRO:      No y sí.
GONZALO:                  Por el "no" perdí 1635
   un hijo que por el "sí"
   me llamaba vuestro padre.
PIZARRO:      ¿ Qué decís ?
GONZALO:                        Lo que deseaba,
   aunque sospecho, por Dios,
   que tengo más parte en vos 1640
   de lo que yo imaginaba.

Vase don GONZALO

PIZARRO:      ¿ Más parte en mí ?    Confusiones,
   ¿ qué es esto ? ¿ qué intentáis hoy ?

Sale don FRANCISCO

FRANCISCO:      ¿ Francisquito ?
PIZARRO:                        (En medio estoy      Aparte
   de un mar de contradicciones.) 1645
FRANCISCO:      ¿ No respondes ?
PIZARRO:                          ¡ Oh, señor !
   Sí respondo. No adverti
   que me hablabas.
FRANCISCO:                        ¿ Cómo ansí ?
PIZARRO:      Echo menos el amor
   de quien presente tenía 1650
   por madre, y ya se me va.
FRANCISCO:      ¿ Pues yo no me quedo acá ?
PIZARRO:      Y en tí la esperanza mia.
   Pero quien dos brazos tiene
   y sabe lo que le importan, 1655
   si acaso el uno le cortan,
   aunque a consolarle viene
   el otro, dado que pueda
   suplir en algo su falta
   ¿ no sentirá el que le falta 1660
   por el brazo que le queda ?
FRANCISCO:      No, que el hortelano astuto
   en fe de hacer bien su oficio
   corta las ramas al vicio
   para que el árbol dé fruto. 1665
   Las alas que siempre hallaste
   en Beatriz te han hecho mal.
   Sin ellas el natural
   conocerá que heredaste;
   porque si hasta aquí niñeces 1670
   travesuras disculparon,
   ya, Francisco, esas pasaron.
   Doce años tienes; pues creces
   en edad, crece en acciones
   de virtud y de experiencia. 1675
   Tu habilidad es tu herencia,
   no tienes más posesiones.
   Quejas llueven sobre ti
   de cuantos la Zarza habitan,
   que indignarme solicitan. 1680
   Celebrélas hasta aquí
   por donaires de rapaz,
   pagándolas en palabras.
   Sus hijos les descalabras,
   con ninguno tienes paz. 1685
   Dos años ha que te enseña
   el maestro que te he dado,
   a leer, y en ti ha labrado
   lo que el viento en una peña.
   Aun no sabes deletrear. 1690
   En materia de escribir
   no hay esperanzas.    Decir
   que contigo han de bastar
   castigos y reprensiones
   es por demás. Si pretende 1695
   azotarte, te defiende
   Beatriz; sus intercesiones
   echado te han a perder,
   conoces lo que te adora,
   ampáraste de ella y llora. 1700
   Con esto ¿ qué hemos de hacer ?
   Ella se ausenta, en efeto.
   Doce años tienes; de hoy más,
   libro nuevo o perderás
   el favor que te prometo. 1705
   La edad que te disculpaba
   ya pasó.
PIZARRO:                    (¡ Válgame Dios !          Aparte
   "Que tengo más parte en vos
   de lo que yo imaginaba."
   ¿ Si fuese mi padre este hombre ? 1710
FRANCISCO:      Francisco, mientras siguieres
   mi consejo, haz cuenta que eres
   hijo de casa. Mi nombre
   te dí; si este no te inclina
   a imitarme, ni por padre 1715
   me tengas, ni llames madre,
   sino al tronco de una encina.
   Allí te hallé en conclusión,
   y allí te puedes volver.

Sale un MAESTRO con una cartilla

MAESTRO:      Francisco, desde antiayer 1720
   no hay hacerte dar lición.
   A este andar no es maravilla
   que luzca lo que te muestro.
FRANCISCO:      Tiene razón el maestro.
   Afréntete esa cartilla 1725
   que en dos años no has pasado.
   Llega y da lición, acaba.

Al MAESTRO

   Ya quien por él os rogaba
   se ausenta; tened cuidado
   desde hoy con él, enseñadle 1730
   con el rigor que requiere,
   y el día que no supiere
   bien la lición, azotadle.

Vase don FRANCISCO

MAESTRO:      Ea, que esperando estoy.
PIZARRO:      Yo tengo un poco que hacer. 1735
   Hágame tanto placer
   que se quede esto por hoy,
   pues no hay mucho hasta mañana.
MAESTRO:      ¿ Qué modo de hablar es ése ?
   Daréis lición, aunque os pese; 1740
   llegad.
PIZARRO:                  Tengo poca gana.
   Váyase con Dios maeso.
MAESTRO:      En azotándoos, sí haré.
   Daos prisa.
PIZARRO:                    ¿ Azotes o qué ?
   Soy ya grande para eso. 1745
MAESTRO:      ¿ Pues por qué no seréis grande
   para afrentaros de ver
   que no aprendéis a leer ?
PIZARRO:      ¡ Qué donosa afrenta ! ¡ Ande !
   ¿ No habrá habido muchos nobles 1750
   que sin leer y escribir
   sepan vencer y lucir ?
MAESTRO:      Sí, entre encinas o entre robles.
PIZARRO:      Eso de encinas es cosa
   con que muchos presumidos 1755
   me dan en cara nacidos,
   no de sangre generosa,
   pero de villana sí,
   y aun de tan poca opinión...
MAESTRO:      Dejáos de eso, y dad lición. 1760
PIZARRO:      Y si lo dice por mí,
   quiero advertirle al maeso
   que por mejor he tenido
   ser en duda bien nacido
   que en certidumbre confeso. 1765
MAESTRO:      Yo soy tan...
PIZARRO:                        ¿ De esto se siente ?
MAESTRO:      ...honrado...
PIZARRO:                      ¡ Válgame Dios !
   Sosiégese.
MAESTRO:                    ...como vos,
   que en fin sois un bastar...
PIZARRO:                                    ¡ Miente !
   Y antes que pronuncie el "do," 1770
   tome y sea bien criado.

Saca la daga y dale

MAESTRO:      ¡ Muerto estoy !
PIZARRO:                        ¡ Y yo vengado !

Vase PIZARRO

MAESTRO:      ¡ Ay, cielos !

Salen don FRANCISCO y doña BEATRIZ

FRANCISCO:                    ¿ Qué es esto ?
MAESTRO:                                  Dió
   muestras ése que arrojaron
   sus padres mal satisfechos, 1775
   como sobras y desechos
   del ser que en él despreciaron,
   de cuán necio determina
   domesticar una fiera
   quien del modo que en la cera 1780
   quiere labrar en la encina.
   Hirióme tras no querer,
   como suele, dar lición.

A BEATRIZ

FRANCISCO:      Las alas de tu afición
   por fuerza habían de tener, 1785
   Beatriz, tan torpe suceso.
   ¡ Vive Dios ! que he de matarle
   a azotes. Id a buscarle.
BEATRIZ:      ¡ Señor !...
FRANCISCO:                    Si fuera travieso
   con otros como lo ha sido, 1790
   disculpárale la edad;
   mas tanta temeridad
   que a su maestro haya herido,
   ya de atrevimiento pasa.
   Yo mismo le he de buscar. 1795
BEATRIZ:      Oye, espera.
FRANCISCO:                      Esto es criar
   hijos ajenos en casa.

Vanse don FRANCISCO y el MAESTRO.    Sale don MARTIN

BEATRIZ:      ¡ Ay, prenda del alma mía !
   Ya pronostico tu daño.
   Mi padre airado...¡ Es extraño 1800
   tantos males en un día !
   Don Martín, templad enojos
   si verme viva queréis.
   A mi padre conocéis.
   Son terribles sus enojos. 1805
   Si no le vais a la mano
   alguna desgracia espero.
   Mirad que a Francisco quiero
   más que a mí, y que será en vano
   vivir sin él.
MARTIN:                          Yo sin vos, 1810
   imposible. Voy tras él.

Vase don MARTIN

BEATRIZ:      ¿ Qué es esto, estrella crÜel ?
   ¿ Pérdidas de dos en dos ?
   Por mejor la muerte elijo.
   O ejecutadla hoy en mí, 1815
   o ya que al padre perdí,
   no pierda también al hijo.

Vase doña BEATRIZ.    Salen don GONZALO y Hernando CORTES, mancebo

GONZALO:      ¿ Hernando Cortés ? ¿ Sobrino ?
   ¿ Vos en la Zarza ? ¿ A qué fin ?
   Juzgábaos yo en Medellín. 1820
CORTES:      Tras sí me lleva el camino
   que Fernando e Isabel,
   reyes nuevos de Castilla,
   hacen a la maravilla
   de Guadalupe, Y en él 1825
   busco galas cortesanas.
GONZALO:      Siempre vos os inclináis
   a cosas grandes. ¿ Dejáis
   buenos vuestros padres ?
CORTES:                                  Canas
   y años son enfermedades. 1830
   Mi padre Martín Cortés
   anda achacoso después
   de sesenta Navidades.
GONZALO:      ¿ Tiene doña Catalina
   Pizarro salud ?
CORTES:                        Y muestra 1835
   dicha en ser hermana vuestra
   con que a imitaros me inclina.
GONZALO:      Ya estáis grande.
CORTES:                            Y pesaroso
   de que, estándolo, no haya hecho
   cosa hasta aquí de provecho. 1840
GONZALO:      Sois extremeño animoso.
   Heredáis de vuestra tierra
   y sangre el noble verdor
   que enciende vuestro valor.
   Pronósticos hay de guerra 1845
   con Portugal; brevemente
   se os cumplirá ese deseo.
CORTES:      Esa ocasión, según creo,
   trae los reyes con su gente
   a presidiar sus fronteras; 1850
   porque Alfonso portugués,
   pide a Castilla después
   que, fundándose en quimeras
   del cuarto Enrique, se casa
   con doña Juana su hija. 1855
GONZALO:      Ese nombre la prohija
   quien por la opinión no pasa
   que Enrique en Castilla deja;
   pero desinteresados
   contra los apasionados 1860
   la llaman la Beltraneja.
CORTES:      No sé en eso lo que os diga;
   siempre he guardado respeto
   a mis reyes.
GONZALO:                      En efeto,
   cada cual su parte siga; 1865
   que si hay guerra, no tan malo
   para los que no tenemos
   otra herencia.
CORTES:                        Ya que os vemos
   aquí, señor don Gonzalo,
   --digo en España--después 1870
   que en Nápoles habéis dado
   muestras de tan gran soldado,
   desbaratando al francés,
   ¿ qué hacéis en pueblo tan corto ?
GONZALO:      Experimentar engaños 1875
   de amor, después de doce años
   de ausencias.    Penas reporto
   que me causa una hermosura
   de quien me juzgaba dueño.
CORTES:      ¿ Hermosura en tan pequeño 1880
   lugar, y no está segura ?
   Si es noble ¿ quién puede aquí
   usurpárosla ?
GONZALO:                        Mudanzas
   que ofenden mis esperanzas.
   Palabra de buscar di 1885
   a un mancebo, y os prometo
   que me importa el sosegar
   mil sospechas.    Dad lugar
   a que averigÜe un secreto,
   y volvámonos a ver. 1890
   Iremos a Guadalupe
   juntos.
CORTES:      Nunca de amor supe.
   Gran cosa debe de ser,
   pues tanto os desasosiega. 1895
   Si queréis que os acompañe.
GONZALO:      Cuando dudas desengañe
   os diré hasta dónde llega
   el rigor que me amenaza;
   pero conviéneme agora 1900
   ir solo; dentro de una hora
   podréis buscarme en la plaza
   y haremos nuestro camino.
CORTES:      Será apacible con vos;
   yo os buscaré luego.
GONZALO:                              Adiós. 1905

Vase don GONZALO

CORTES:      ¡ Qué poco al amor me inclino !

Salen CARRIZO y PULIDA

CARRIZO:      Sí, escondedle, que es la pieza
   digna de guardar.
PULIDA:                          ¡ Pues no !
CARRIZO:      El diabro acá mos le echó.
   Verá qué temprano empieza. 1910
PULIDA:      Todo mochacho travieso
   viene, cuando grande, a ser
   hombre de pró y de valer.
CARRIZO:      ¡ Descalabrar su maeso !
   Pardiez, que no hiciera más 1915
   Roberto el Diabro.    Crialde,
   morios por él, regalalde.
PULIDA:      Carrizo, pesado estás;
   ¿ si el otro agravio le hacía
   y le llamó desechado ? 1920
CARRIZO:      ¿ Vos.. en fin, no le heis criado ?
   Cual el ama, tal la cría.
   Pues yo os juro si le coge
   el viejo, que tras él anda,
   que ha de llevar una tanda 1925
   cual digan dueñas.
PULIDA:                              Se enoje
   o no, yo le tengo acá,
   y aunque venga la josticia
   no le he de dar.
CARRIZO:                          ¡ De codicia
   es el niño !
PULIDA:                      Sí, será. 1930
CARRIZO:      Pardiós que no tién más miedo
   que Gaiferos a Sansón.
PULIDA:      Es de bravo corazón.
CARRIZO:      ¿ Pues decir que se está quedo ?
   Apenas los bolos vió 1935
   y a los zagales jugando,
   cuando la bola agarrando
   todos nueve los birló.
PULIDA:      Sabe mucho, y es pracer
   ver que de doce años solos 1940
   venza a todos.
CARRIZO:                        Sí, a los bolos,
   es verdad, mas no a leer.

Salen CRESPO, BERTOL y otros PASTORES contra PIZARRO, y él con una bola de bolos tras ellos

PIZARRO:      Nadie se me descomida,
   si no es que tiene pesar
   de vivir.
CRESPO:                    ¡ Descalabrar 1945
   a su maeso !
PIZARRO:                      ¡ Por vida
   de don Francisco Cabezas,
   mi señor !

A los PASTORES

CORTES:                  Tened. ¿ Qué es esto ?
PIZARRO:      Que al que llegue descompuesto...
CORTES:      Jamás consentí bajezas. 1950
   Apartáos allá, villanos.
   ¿ Contra uno tantos ?
PIZARRO:                              Ya digo
   que no se metan conmigo
   o se guarden de mis manos.
CARRIZO:      ¡ Tomáos con el rapacito ! 1955
   Polida, ved el zagal
   que criáis.
PULIDA:                    No le hagan mal,
   y él no le hará. Francisquito,
   buena Pascua te dé Dios;
   al que te la hiciere, dale. 1960
BERTOL:      ¡ A fe que si el viejo sale !...
PIZARRO:      ¡ A fe si os llegáis los dos !...
CORTES:      Bárbaros, quitácis allá !
   ¿ Cómo no tenéis empacho
   de venir contra un muchacho 1965
   tantos juntos ?
CRESPO:                        Porque está
   endimuñado.
BERTOL:                        Hijo, en fin,
   de una encina.
PIZARRO:                        Madre es mía;
   mas no hay encina judía
   como quizás algún ruín 1970
   de los presentes.
CRESPO:                              Por vos
   lo dijo, Carrizo.
CARRIZO:                            Apelo.
PIZARRO:      Yo tengo por padre al cielo,
   una encina debo a Dios
   por amparo, que de cuna 1975
   me sirvió. Si infame fuera
   quien me parió, no sintiera
   desgracias de la Fortuna,
   ni al desierto me arrojara,
   luego noble debió ser. 1980
   Quien no tiene que perder,
   poco en hazañas repara.
   ¿ Qué me perseguís, villanos ?
   ¿ Rómulo y Remo no fueron
   reyes ? ¿ Principio no dieron 1985
   a los Césares romanos ?
   ¿ Qué importa que los deseche
   la Fortuna, al noble esquiva,
   si contra ella, compasiva
   una loba les dió leche ? 1990
   ¡ Vive Dios ! Que el que otra vez
   encinas me ose nombrar
   que le tengo de ahorrar
   de achaques de la vejez.
CORTES:      ¿ No sabremos lo que ha hecho 1995
   este muchacho ?
CARRIZO:                        Es muy luenga
   esa historia.    No habrá lengua
   que dejándoos satisfecho
   os cuente sus travesuras.
BERTOL:      Hará aquí, si se le encaja, 2000
   por quítame allá esa paja,
   treinta descalabraduras.
   No se puede averiguar
   todo este puebro con él.
CARRIZO:      ¡ Malos años ! Es la piel 2005
   del diabro.
CRESPO:                      Quísole dar
   lición agora el maeso,
   y sobre darla o no darla
   le metió por atajarla
   todo un cochillo hasta el hueso. 2010
   Huyó a casa de Polida,
   que es ésta que le dió el pecho,
   y como si no hubiera hecho
   cosa nenguna en su vida,
   con mucha frema se puso 2015
   a birlar bolos. El amo,
   ansí a un caballero llamo
   que le ha criado, confuso
   de tan grande atrevimiento,
   mos ha enviado a buscarle 2020
   porque quiere castigarle;
   mas él, que no está contento
   con lo hecho mos la jura.
CORTES:      ¿ Que a quien le enseñaba hirió ?
   Eso no lo apruebo yo. 2025
CARRIZO:      No tién respeto ni al cura.
CORTES:      Azotarle.

A PIZARRO

BERTOL:                      ¡ Llegaos, hola !...

PIZARRO, amenazando con la bola

PIZARRO:      Ténganse que estoy resuelto.
CARRIZO:      Llegad.
PIZARRO:      ¿ Mas que si la suelto 2030
   que me llevo tres de bola ?

Llega Hernando CORTES a quitarle la bola, y porfían los dos con ella

CORTES:      Suelta, rapaz.
PIZARRO:                          Hola, hidalgo,
   no os metáis, que no os conviene,
   en lo que no os va ni viene.
CORTES:      ¡ Acaba !
PIZARRO:                  ¿ Apostemos algo 2035
   que os he de birlar los cascos ?
CORTES:      ¿ Hay atrevimiento igual ?
   ¡ Vive Dios !
PIZARRO:                      Soy natural
   de encinas y de carrascos.
   Pegóseme su dureza. 2040
   Si por fuerza la queréis,
   guardad que no la llevéis
   encajada en la cabeza.
CORTES:      No sufro locuras yo.
PIZARRO:      ¿ Oh ?    Pues yo soy muy sufrido. 2045
   Tomadla.

Tiran de la bola cada uno para sí, y quédase cada uno con la mitad de la bola

CORTES:      ¡ Suelta, atrevido !
   ¿ Qué es esto ?
PIZARRO:                        En dos se partió.
CARRIZO:      ¿ Hay cosa igual ?
CRESPO:                              Pues no estaba
   hendida y de encina se hizo. 2050
BERTOL:      ¿ Qué decís de esto, Carrizo ?
CARRIZO:      ¡ Brava cosa !
BERTOL:                      ¡ Y como brava !
CORTES:      ¿ Quién eres, rapaz valiente,
   que tanta fuerza has tenido ?
PIZARRO:      Mas ¿ quién sois vos, que habéis sido 2055
   para tanto ?
CARRIZO:                    ¡ Hola ! ¿ Qué gente
   es ésta que va llegando ?

Sale un PAJE

PAJE:      Los reyes en el lugar.
   Venid, veréislos pasar.
CORTES:      ¿ Quién ?
PAJE:                  Isabel y Fernando, 2060
   que han de entrar hoy en Trujillo.
CORTES:      No puedo dejar de vellos,
   si bien voy por los cabellos.
   Confuso me maravillo;
   misterio debe esconder 2065
   suceso tan raro y nuevo.
   ¿ Queréis, gallardo mancebo,
   que nos volvamos a ver ?
PIZARRO:      ¿ Yo, por qué no ?
CORTES:                            Pues, adiós,
   que ya os miro con respeto, 2070
   y hemos de ser, os prometo,
   grandes amigos los dos.

Vanse todos sino es PIZARRO

PIZARRO:      ¡ Válgame Dios ! ¿ Daré fe
   a presagios contingentes ?
   No, que, en fin, son accidentes 2075
   sin que causa se les dé;
   pero también de otros sé,
   si he de creer lo que oí,
   que sucedieron ansí
   verificando apariencias. 2080
   Para Dios no hay contingencias,
   mas para los hombres sí.
   Ninguno en el mundo ha habido
   de principios prodigiosos
   que con hechos hazañosos 2085
   no se haya opuesto al olvido.
   Contar de Abidis he oído,
   rey de España celebrado,
   que a las fieras arrojado
   por su abuelo, al viento, 2090
   al mar, después, viniendo
   a reinar, fué como Dios adorado.
   Que criaron las palomas
   a Semíramis sabemos.
   Muchos Rómulos y Remos 2095
   nos fundaron muchas Romas.
   Si ejemplos en éstos tomas,
   valor coronas te labra;
   la Fortuna dió palabra
   de ayudar a la osadía. 2100
   Si una loba reyes cría,
   leche me dió a mí una cabra.
   Un globo, bola o esfera
   es la insignia en que sucinta
   su figura el mundo pinta; 2105
   en su mano la venera
   el César.    ¿ Será quimera
   el creer que la mitad
   del mundo, felicidad
   a mi esfuerzo prometió ? 2110
   Esta bola se partió
   por medio; alma, adivinad.
   Aquel mancebo se lleva
   la una parte, y me ha dejado
   con la otra nuevo cuidado 2115
   y en él esperanza nueva.
   Quien dificultades prueba,
   felicidades conoce.
   Conquiste Alejandro y goce
   el mundo, venciendo extraños, 2120
   que si empezó en doce anos,
   yo le imito de otros doce.
   Seré Alejandro segundo.
   ¿ Fué más de un hombre ? Hombre soy;
   con el medio mundo estoy, 2125
   conquistaré un medio mundo.
   Fortuna, en esto me fundo;
   vida espero prodigiosa;
   favoréceme amorosa,
   que en los pechos invencibles 2130
   para acabar imposibles
   todo es dar en una cosa.

Sale doña BEATRIZ

BEATRIZ:      Gracias a Dios que los reyes
   el enojo han divertido
   de mi padre, que intentaba 2135
   con mi llanto tu castigo.
   Su venida a nuestra aldea
   me permite darte aviso
   de misterios que no sabes,
   mientras a verlos ha ido. 2140
   Aquel hombre, si merece
   este título, Francisco,
   quien por no guardar palabras,
   perderme y perderte quiso.
   Aquél con quien te dejé, 2145
   cuando mi pena te dijo
   que injurioso bienhechor
   juntó a agravios beneficios,
   es tu padre, y ¡ ojalá
   que juntando al apellido 2150
   de tu madre el de su esposa
   disculpara el desatino !
   No fui digna de este nombre,
   puesto que sí el ser principio
   de tu vida y mis desgracias, 2155
   de tu agravio y sus olvidos.
   Lograba yo verdes años,
   que autorizaban floridos
   el recato siempre honesto
   de las damas de Trujillo, 2160
   aunque sin madre, segura
   entre los cuerdos retiros
   de una casa, cuyo alcaide
   fue el honor, cuyo presidio
   fueron honrados respetos 2165
   por herencia bien nacidos,
   por ignorancia engañados,
   por confianzas perdidos,
   cuando--¡ ay, rigurosos cielos !--
   Gonzalo Pizarro vino 2170
   a mi patria--de esta suerte
   se llama quien causa ha sido
   de desdichas incurables--
   con galas ostentativo,
   dadivoso con los pobres, 2175
   cortesano con los ricos.
   Visitónos una vez,
   doméstico por vecino,
   discreto por estudiante,
   conversable por amigo 2180
   y, puesto que en Salamanca,
   repudió escuelas y libros
   por plumas y espadas nobles,
   engaños trujo consigo,
   profesión de sus escuelas, 2185
   que, sirviéndole de hechizos,
   vencieron descuidos castos,
   desdichados por sencillos.
   Vióle el alma por los ojos,
   y éstos--como son ministros 2190
   de Amor--pintándole en ellos
   hicieron tan bien su oficio,
   que admitiendo los cohechos
   de su talle--¡ ay, Dios, mi hechizo !--
   vendieron mi libertad, 2195
   ella simple, ellos Bellidos.
   Conformidad de deseos,
   correspondencia de signos,
   igualdad florida de años,
   comunicación de niños, 2200
   juntándose la ocasión
   y añadiéndose artificios,
   ¿ qué murallas combatieran
   que les negasen portillos ?
   Obligáronme asistencias, 2205
   engañáronme suspiros,
   inclináronme papeles
   y dispusiéronme olvidos
   de mi padre en darme estado,
   que muchas veces ha sido 2210
   la tardanza en el remedio
   de los descuidos castigo.
   Solicitó a doña Juana
   de Añasco, de quien es primo
   y de quien sobrina soy, 2215
   bien que por grados distintos,
   a que pidiese a mi padre
   que al celebrar un bautismo
   de quien madrina la hicieron,
   gozase ratos festivos. 2220
   Concediólo, fui a su casa,
   y en ella escondió al peligro
   para asaltar inocencias
   el interés persuasivo.
   Halléme sola con él, 2225
   resistiéndose al principio
   respetos de honor honestos,
   pero venciéronse tibios
   a hechiceras diligencias
   y a juramentos fallidos 2230
   de honestar con yugo santo
   amorosos descaminos.
   Creíle--que no debiera--
   y rendi a este engaño antiguo
   prendas que por confiables 2235
   lloran después desperdicios.
   Volví al paso que injuriada
   amante, y llevé conmigo,
   si no el arrepentimiento,
   la pena de mi delito, 2240
   pues como el caballo griego
   admitieron riesgos vivos
   de mi vida mis entrañas
   tiranizando su hospicio.
   Creció el tumor con el tiempo, 2245
   y si bien el artificio
   palió publicidades,
   se acercara ejecutivo
   el plazo de mis afrentas,
   si el cielo, a un tiempo benigno 2250
   y riguroso, no fuera
   cuando fiscal mi padrino.
   Una noche que a mi hermana
   rondaban intentos limpios
   de quien agora es su dueño, 2255
   y entonces su amante digno
   de recíprocos cuidados,
   tu padre, que con indicios
   celosos, mas no con causa
   dió crédito a desvaríos, 2260
   y alentando desconciertos
   le imaginó amante mío,
   equivocando papeles
   las desdichas con que lidio,
   a mis puertas, en efecto, 2265
   sosegados sus vecinos,
   añadió a palabras obras
   que le dejaron herido,
   y achacándome mudanzas
   tomó de Italia el camino 2270
   fiando hazañoso en Marte
   remedios contra Cupido.
   Cenaba mi padre entonces,
   y alborotado a los gritos
   quedaban a sus umbrales, 2275
   si no el temor, los peligros,
   abrió las puertas, y en ellas
   riguroso y compasivo
   conjeturaba la muerte
   disfrazada en parasismos. 2280
   La vejez--que toda es honra,
   y está toda discursivos
   recelos--imaginó
   si le hallaba en aquel sitio
   la malicia de la plebe 2285
   riesgos de fama--que el vidrio
   en manos del vulgo loco
   amenaza precipicios--.
   Mandó aderecer caballos
   a un coche, y dentro de él hizo 2290
   que el casi cadáver metan,
   y antes que el sol diese aviso
   de nocturnos desaciertos,
   sin permitir prevenirnos,
   a esta aldea nos traslada, 2295
   sacando yo por indicios
   del caso y su condición
   que intentaba vengativo,
   por no oír deshonras muertas
   sepultar temores vivos. 2300
   Buscaba para este efecto
   cómplice que siendo amigo
   secretos no profanase,
   y mientras que toda arbitrios
   discurría la venganza 2305
   el cómo, cercado vino
   de riesgos y de dolores
   el plazo, si antes temido,
   ya en mi pena ejecutado,
   amenazando castigos, 2310
   cunas que túmulos fuesen
   mortal fin, vital principio.
   Cobró la necesidad
   esfuerzo--¡ qué mal que dijo
   quien llamó al temor cobarde ! 2315
   Mejor dijera atrevido--.
   Mi padre fuera de casa,
   y yo en riesgo tan preciso
   salí, ahogando en el silencio
   mil pregoneros gemidos, 2320
   al desierto por la huerta.
   Abriórne el cielo un postigo.
   La casa estaba en el campo,
   como el sueño en el dominio
   de las tinieblas piadosas. 2325
   Siendo esta noche propicios
   montes, tinieblas, secretos
   a desgracias sin registros;
   naciste, en fin, en los brazos
   de la Fortuna, y convino 2330
   fiarte de sus mudanzas,
   permitiéndote a su arbitrio,
   por no fiarte a tu abuelo,
   y, envuelto entre los armiños
   de un rebozo, que la noche 2335
   más que el discurso previno,
   el cóncavo y duro tronco
   de una encina fué, Francisco,
   sucesor de mis entrañas,
   puesto que áspero, benigno. 2340
   Dejéte crÜel piadosa,
   llorando tus desabrigos,
   y apresurando los pasos
   diligencias solicito
   a que mi ausencia reparen; 2345
   y apenas de ti divido
   los ojos--pero no el alma--
   cuando en mitad del camino
   dos hombres hallo. Fiéme
   en su piedad--¿ qué prodigios 2350
   en tu extraño nacimiento
   no vencen los inauditos ?--
   Con el socorro de un manto
   cubierta al más viejo pido
   que te ampare, disfrazando 2355
   verdades con dos sentidos.
   Prosiguiéndolas estaba
   cuando--escucha otro peligro--
   conozco, casi mortal,
   que es mi padre a quien las digo. 2360
   Turbóme el riesgo impensado
   de suerte, que compasivo,
   casa y amparo me ofrece
   que yo agradezco y no admito.
   Roguéle que me guardase 2365
   el tesoro que escondido
   confiaba a su nobleza;
   dile las señas del sitio,
   y ausentándome animosa
   hallé en casa regocijos 2370
   sucesores de mi llanto
   que encubrieron mi retiro.
   A don Alvaro en su acuerdo;
   a su padre dando alivio
   con su vida a sus pesares, 2375
   y a tu abuelo que contigo
   en los brazos admirado,
   tu hallazgo--nunca otro visto--
   contaba tan amorosa
   como si hubiera sabido 2380
   que sin riesgo de su fama
   eras su nieto y mi hijo.
   ¡ Disposición de los cielos,
   que así eslabona prodigios !
   Afirmónos que una cabra 2385
   te daba leche, y previno
   pronósticos tal milagro
   que en tí asombren este siglo.
   Profetizaba ignorante
   lo que fuiste, pues me dijo 2390
   que cual madre te criase.
   Ya tú ves si lo he cumplido.
   Doce años las esperanzas
   de tu desagradecido
   padre, que legitimarte 2395
   siendo mi esposo, no quiso,
   entretuvieron deseos
   que consolados contigo,
   resistieron persuasiones
   de quien con ruegos continuos, 2400
   con preceptos y obediencias,
   siendo mi esposo, han podido
   obligarme a nuevo imperio
   por no ocasionar castigos.
   Caséme, y volvió tu padre 2405
   cuando te imposibilita
   a legitimar tu fama.
   Mira si con razón digo
   que a don Gonzalo le debes
   más que a otro hombre, siendo su hijo, 2410
   y si hay a quien debes menos,
   pues pudiendo, no ha querido
   darte el blasón que te falta,
   que yo a segundo dominio
   sujeta, es fuerza olvidarte, 2415
   si en tanto amor cabe olvido.
   Padre tienes generoso;
   tu abuelo por mal sufrido
   y travieso te aborrece;
   acostumbrado a peligros 2420
   estás, no sabrás temerlos;
   de portentosos principios
   naciste, sigue su estrella,
   y si los consejos míos
   apruebas, pues que tu padre 2425
   fué tan severo contigo,
   herédale en las hazañas,
   serás hijo de ti mismo.

Vase doña BEATRIZ

PIZARRO:      Madre, yo lo cumpliré
   si el valor a que me inclino, 2430
   los presagios que me amparan,
   las esperanzas que animo
   no me salen mentirosas.
   Yo, que repudiado he sido
   de ti, cuyo honor no quiere 2435
   que me intitule tu hijo;
   yo, que del ser que me han dado
   los empeños desobligo,
   pues avariento mi padre
   ha injuriado este apellido, 2440
   hijo de ninguno soy;
   no tengo padres, no admito
   ascendientes que me agravien;
   en mis obras legitimo
   el nuevo ser que restauro, 2445
   las hazañas a que aspiro.
   Deudor de mí mismo soy,
   hijo seré de mí mismo.
   Yo malograré mis años
   --¡ viven los cielos propicios !-- 2450
   si a pesar de inconvenientes
   medio mundo no conquisto.
   No tendré nombre hasta entonces;
   no sabrán de qué principios
   procedo, no temeré 2455
   ejercitos de enemigos,
   montes de dificultades,
   naufragios jamás creídos,
   desiertos nunca pisados,
   arduos hasta el cielo riscos. 2460
   La media esfera que gozo
   es medio mundo; así explico
   el pronóstico, que en ella
   todo un orbe ha dividido.
   Yo he de dar desde hoy en esto, 2465
   o morir o conseguirlo.
   Todo es dar en una cosa,
   donde hay valor no hay peligro.


JORNADA TERCERA

Salen un PAGADOR y un CAPITAN

PAGADOR:      ¡ Plegue al cielo que estas paces
   sean sin fin
CAPITAN:                      ¿ Para qué ? 2470
   Nunca cosas deseé
   de nuestra vida incapaces.
   Déles Dios paz a las monjas,
   tenga paz el labrador,
   paz pida un adulador, 2475
   --que en la guerra no hay lisonjas--
   paz el avaro, que encierra
   usuras, paz el letrado,
   paz el cura, y el soldado
   tras una guerra otra guerra. 2480
   ¿ Tenemos otro caudal ?
   Bien comeremos por vos,
   Pagador, si os oye Dios.
PAGADOR:      Son Castilla y Portugal
   en la nobleza y hazañas 2485
   --puesto que competidoras
   y de sus armas señoras--
   honra de las dos Españas.
   Mientras ellas entre sí
   se destruyen, triunfa y crece 2490
   el moro y se ensoberbece
   viéndonos andar así.
   Quitemos a esta Granada
   la corona que Ismael
   la puso; doña Isabel 2495
   y Fernando--sosegada
   Castilla--pisen sus granos
   y gocen de sus tesoros.
   Conquistemos reinos moros
   viviendo en paz los cristianos; 2500
   que es afrenta que un rincón
   que sólo al alarbe queda
   en tantos años no pueda
   limpiarle nuestra nación.
   Barramos esta basura 2505
   que por setecientos años
   a costa de tantos daños
   y tantos peligros dura.
CAPITAN:      Escobas tienen de fuego
   nuestra Isabel y Fernando, 2510
   que ya el moro está temblando,
   y a ver en su vega llego
   malograrles su cosecha.
PAGADOR:      Escoba es la Inquisición
   --de estos reyes fundación-- 2515
   que llamas toda, aprovecha
   tanto contra la cizaña
   que sembró la pravedad
   blasfema.
CAPITAN:                    Con la Hermandad
   e Inquisición vive España; 2520
   pero mientras que Fernando
   tala al morisco su Vega
   y el tiempo dichoso llega
   que está el bautismo esperando
   en que a pesar de andaluces 2525
   infieles su Alhambra vea,
   si con lunas se platea,
   que la eclipsan nuestras luces,
   decidme, pues lo sabéis,
   de estas paces los contratos. 2530
PAGADOR:      Para nosotros baratos
   si sus condiciones veis.
   Después que aquel gran Girón,
   Maestre de Santiago,
   venció la del Albufera 2535
   contra portugueses tantos
   y las quiebras restauró,
   celebradas por milagro,
   que llaman de Aljubarrota
   por romper los castellanos; 2540
   la infanta doña Beatriz,
   que viva nestoreos años
   y es tía de nuestra reina,
   duquesa del noble estado
   que se intitula Viseo, 2545
   suegra de don Juan el Sabio,
   Príncipe de Portugal
   y del mundo espejo raro;
   deseosa de que vuelva
   a España el siglo dorado 2550
   que Marte convirtió en hierro,
   las puertas abriendo a Jano,
   para atajar competencias
   tomó prudente la mano
   en apaciguar naciones 2555
   de dos reinos casi hermanos,
   y convidando a los nuestros
   el Católico Fernando
   que del solio aragonés
   iba, a pesar del navarro 2560
   a tomar la posesión
   por muerte de aquel anciano,
   asombro de la milicia
   que dió laurel a sus años
   --el segundo rey don Juan 2565
   de Aragón, digo--el cuidado
   de estas paces remitió
   a nuestra Isabel, espanto
   de los vivos, sol hermoso
   cuyos generosos rayos, 2570
   como dan luz a los buenos,
   ciegan y abrasan los malos.
   Concertáronse, pues, vistas
   sobre la Puente de Tajo
   en Alcántara, que es linde 2575
   de los dos reinos contrarios,
   que dichosas concluyeron
   a los postreros del marzo
   presente, que es el de mil
   cuatrocientos y ochenta años, 2580
   y fueron las condiciones
   principales, que quitando
   el rey don Alfonso el quinto
   los leones cuarteados
   y castillos de su escudo 2585
   no se llame el lusitano
   rey, desde hoy, de Castilla,
   como por el mismo caso
   ni los nuestros se intitulen
   de Portugal reyes, dando 2590
   por ningunos los derechos.
   Item, que ofrezca la mano
   doña Juana, la pretensa
   princesa, la que llamaron
   Beltraneja maliciosos, 2595
   y de don Enrique el cuarto
   heredera, confidentes
   al nieto del rey, llamado
   Alfonso, como el abuelo,
   hijo de don Juan, quedando 2600
   de Portugal sucesores
   despues que falten entrambos.
   Pero que si no quisiere
   pasar por estos contratos
   el niño infante después 2605
   que llegue a perfectos años,
   la portuguesa corona
   dé luego cien mil cruzados
   a doña Juana, la cual
   pueda, si gusta, entretanto 2610
   en un monasterio ilustre
   dar al mundo desengaños,
   envidia a sus enemigos
   y a sus pesares descanso.
   Que a rebeldes de Castilla 2615
   se les cierre puerta y paso
   para ampararse en su reino
   contra el nuestro conspirando;
   y que toda la conquista
   que margena el Oceano 2620
   por las africanas costas
   quede eternamente a cargo
   de las quinas portuguesas,
   sin que por sucesos varios
   que intente el tiempo, Castilla 2625
   tenga derecho a estorbarlo.
   Que queden como en rehenes
   hasta cumplirse estos tratos
   en poder de la duquesa
   de Visco, por un año, 2630
   en el castillo de Mora
   el niño Alfonso, al regalo
   fiándole de su tía
   y el clavel del mejor mayo
   que vió la naturaleza 2635
   --la Infanta digo, retrato
   en la hermosura y el nombre
   de nuestra reina--con tanto
   que el portugués deje libres
   los pueblos que en los asaltos 2640
   de esta guerra nos usurpa,
   y nos entregue otros cuatro
   de los suyos por seis meses.
   Uno ha que se publicaron
   en las dos cortes, haciendo 2645
   universalmente aplauso
   lo plebeyo y generoso
   de ambas coronas, trocando
   en regocijos y fiestas,
   muertes, peligros y agravios. 2650
   Ya a sus reyes reducida
   la condesa, aquel gallardo
   espíritu belicoso,
   digno de inmortales lauros,
   de doña Beatriz Pacheco, 2655
   que en Medellín sus vasallos
   por Semíramis pretenden
   dedicarla simulacros,
   olvidadas competencias,
   besa pies y la honran brazos; 2660
   y el Clavero, don Alonso,
   de Alcántara, ya del bando
   donde la lealtad le alista,
   muestra que si fue Alejandro
   en hazañas, ya es Monroy, 2665
   blasón generoso y claro.
   Ya el gran marqués de Villena
   con el valiente Primado,
   Pacheco uno, otro Carrillo
   enojos reales templaron. 2670
   Todo es paz, todo sosiego.
   Permitan los cielos santos
   que lo que las discusiones
   hasta este tiempo turbaron
   lo restaure la concordia 2675
   y que contra el africano,
   reliquias del vil profeta,
   esfuerzo y armas juntando,
   a nuestra ley reducida
   trueque Granada los granos 2680
   en diamantes por rubíes
   que Isabel goce y Fernando.

Sale ROBLEDO, soldado

ROBLEDO:      Ya puede vuestra venganza
   gozar, señor pagador,
   si es el vengarse valor, 2685
   esta noche su venganza.
   El capitán don Gonzalo
   Pizarro asiste en Trujillo.
   Alcaide es de su castillo,
   las armas son su regalo; 2690
   mas como este reino goza
   de paz, amor más humano
   quiere que le dé la mano
   doña Beatriz de Mendoza
   y en ella el logro mayor 2695
   que el dios desnudo reparte,
   que lo que no premia Marte
   toma por su cuenta Amor.
   En fin, se casa con ella,
   y esta noche son las bodas; 2700
   júntanse las damas todas
   trujillanas, y es tan bella
   la novia, que se recrea
   Amor de verse español,
   y la que en ausencia es sol 2705
   parece a su lado fea.
   Descuidado de enemigos
   y todo festivo está;
   si pena al agravio os da,
   la noche ofrece castigos. 2710
   Aprovechadlos agora
   y vengad a vuestro hermano.
PAGADOR:      Antes que la dé la mano,
   contra mi sangre agresora,
   se la he de colgar al cuello. 2715
   En esta ocasión mostrad,
   capitán, vuestra amistad,
   que el fugitivo cabello
   nos ofrece la Ocasión
   quince años ha deseada, 2720
   y sola esta noche hallada.
   En Salamanca, en razón
   de una cátedra que había
   llevado un deudo, salió
   con otros y me mató 2725
   un hermano que tenía,
   el más lucido letrado
   que aquel concurso estimaba.
   Yo era entonces quien privaba
   con Enrique, que vengado 2730
   quiso verme, en tanto extremo,
   que, despachando contra él
   un juez severo y crÜel,
   dió los cómplices al remo;
   pero huyendo el agresor 2735
   por excusar la justicia,
   se valió de la milicia
   que a perdidos da favor.
   En ella, en efecto, ha sido
   tan dichoso que alcanzara 2740
   si yo no se lo estorbara,
   premios que otros han tenido
   con menos méritos que él;
   porque como sucedí
   en el favor que adquirí 2745
   con Fernando e Isabel,
   persiguiéndole hasta agora
   no le he dejado medrar;
   si bien no pude estorbar
   que cuando venció en Zamora 2750
   nuestro campo al portugués
   sus hazañas no alcanzasen
   que capitán le nombrasen
   los reyes, y que después
   trocase la compañía 2755
   de infantes en hombres de armas.
   Vence la envidia a las armas.
   Creció en su valor la mía.
   Diversas veces coheché
   soldados que le matasen, 2760
   delitos que le imputasen,
   y con el rey procuré
   desacreditar su fama,
   mas sacóle vencedor
   mi desdicha y su valor, 2765
   que en las tinieblas la llama
   luce más, y los engaños
   si aprietan, no prevalecen.
   Beber su sangre apetecen
   mis agravios ya ha quince años; 2770
   si esta vez no lo consiguen
   morirán desesperados.
CAPITAN:      Aconsejar agraviados
   que más sus pasiones siguen
   que la razón, es gastar 2775
   persuasiones sin provecho.
   De mi amistad satisfecho
   podéis, pagador, estar,
   pues la guerra concluída
   y fiándoos el caudal 2780
   el rey de su hacienda real,
   depende de vos mi vida,
   como de quien socorrerme
   puede en mis necesidades.
PAGADOR:      Conformemos voluntades. 2785
   Si Alejandro queréis verme
   vengadme vos y seréis
   dueño de cuanto poseo.
   Segura la ocasión veo;
   si ejecutarla queréis 2790
   dos leguas dista de aquí
   Trujillo y el sol se ausenta.
   Mi enemigo sólo intenta,
   descuidándose de mí,
   trocar el acero en galas. 2795
   En llanto sus bodas trueque,
   porque su esperanza seque
   el pésame de dos balas.
   Sabremos cual es la casa
   donde se ha de desposar; 2800
   enviarémosle a llamar,
   y entre la gente que pasa
   a tener parte en la fiesta
   encubriéndonos mejor,
   sin saberse el agresor 2805
   podrán llorarla funesta.
   ¿ Qué decís ?
CAPITAN:                            Que hay paces digo
   y que con ellas no hay paga;
   que vuestro gusto se haga,
   porque vuestra mesa sigo. 2810
   Trazad, y pondré en efecto
   cualquiera orden que me deis.
PAGADOR:      Como a mi hermano venguéis
   mil escudos os prometo.

Vanse el PAGADOR y el CAPITAN.    Salen CARRIZO y PULIDA

CARRIZO:      Ya por hoy no iré al molino. 2815
PULIDA:      Hannos en la Zarza echado
   tanto del roto soldado,
   que el diabro con ellos vino.
   ¿ Mas que nos queda el corral
   con el gallo soldemente ? 2820
CARRIZO:      Por bien se lleva esta gente,
   Polida, que no por mal.
   Un día es, y éste se pasa
   como quiera. ¿ Tenéis olla ?
PULIDA:      De macho con su cebolla; 2825
   tocino y pan hay en casa;
   ¿ Mas vino y las gollorías
   que piden ?
CARRIZO:                    Pan y manteles
   nos obrigan.
PULIDA:                      Son crÜeles,
   y más los de aquestos días, 2830
   que vienen mal avezados
   de la guerra que han tuvido
   en Portugal.
CARRIZO:                      Despedido
   los han, y ya van pagados.
   El soldado que os copiere 2835
   recebidle con amor,
   que por mal es lo peor.
PULIDA:      Mientras aquí no estoviere
   don Alvaro, que a Trujillo
   a unas bodas se hué ayer, 2840
   ansí lo habemos de her,
   que si no pan y cochillo
   --y aun eso de mala gana--
   les diera.
CARRIZO:                    Llevóse ya
   Dios al viejo.
PULIDA:                        A estar acá, 2845
   la Zarza quedara sana
   de estos lobos que el pellejo
   nos quitan. ¡ Malditas piezas !
CARRIZO:      Sí, don Francisco Cabezas
   hué bravo hombre.
PULIDA:                        ¡ Lindo viejo ! 2850
CARRIZO:      Mas don Alvaro Durán
   no le va, aunque mozo, en zaga.
PULIDA:      Carrizo, no sé que me haga.
   Habrar quiero al capitán,
   y dolereráse de mí 2855
   quizaves.
CARRIZO:                    ¡ Bonicos son !
   Dadlos a la maldición,
   que en viéndoos, Polida, ansí,
   con aquesa catadura,
   temo... 2860
PULIDA:      ¿ Qué teméis ?
CARRIZO:                          ¡ Pardiós !
   que vais una y volvéis dos.
   Yo os digo la verdad pura;
   dad al huésped buen despacho,
   que más vale, si se atreve, 2865
   que doce pollos nos lleve
   que no que os deje un mochacho.
   Mas el alcalde es mi amigo;
   yo le vo al concejo a habrar,
   que si se deja rogar 2870
   y mi pobreza le digo,
   por ocho o por doce reales
   de este trabajo saldremos.
PULIDA:      Carrizo ¿ y do los tenemos ?
CARRIZO:      Vendo un buey y excuso males; 2875
   que hay soldado--si le cuadra
   la posada que le dan--
   que convida al capitán
   y con él toda una escuadra,
   y por heros más merced, 2880
   mostrando que es dadivoso,
   dando tras roso y velloso
   no deja estaca en pared.
   Porque esto no nos suceda
   voilo a concertar, Polida. 2885

Vase CARRIZO

PULIDA:      Pues venga y vino me pida,
   que a fe--si en mi casa queda
   y no es comedido el mozo--
   porque cene con regalo,
   que le he de dar pan de palo 2890
   y a beber agua del pozo.

Sale QUIROS, soldado, muy roto, y con frascos y cuerda en la cinta

QUIROS:      Me racomando, patrona.
PULIDA:      No entiendo latín, soldado.
QUIROS:      Esta boleta me han dado
   para aquí.
PULIDA:                    De su presona 2895
   cuidaremos.
QUIROS:                        ¿ Qué hay de cena ?
PULIDA:      macho, cecina, y tocino
   tién la olla.
QUIROS:                        ¿ No hay gallina ?
PULIDA:      Para soldados no es buena,
   que engendra sangre cobarde. 2900
QUIROS:      Aves come el que es guerrero,
   y las plumas del sombrero
   harán de mi esfuerzo alarde.
   Yo de noche no como olla,
   que el soldado no es gañán. 2905
   ¿ Hay pollas ?
PULIDA:                        No faltarán.
QUIROS:      Jugaremos a la polla.
   ¿ Qué principio y postre espero ?
PULIDA:      Principios, señor soldado,
   son acá el primer bocado. 2910
QUIROS:      ¿ Y los postres ?
PULIDA:                          El postrero.
QUIROS:      Pues yo empiezo en ensalada,
   y remato en aceitunas.
PULIDA:      De encina mos traen algunas,
   que es comida regalada. 2915
QUIROS:      ¡ Pesar de quien la parió !
   ¿ Bellotas ha de comer
   un soldado ?
PULIDA:                    ¿ Pues qué ha de her ?
QUIROS:      ¿ Soy hijo pródigo yo ?
PULIDA:      Parécelo en los retazos. 2920
QUIROS:      Poquito a poco, monsiura.
   ¿ qué cama habrá ?
PULIDA:                          Algo dura.
QUIROS:      Pues yo vengo hecho pedazos.
PULIDA:      Ya lo veo. Hay cabezales,
   en somo de aquel escaño. 2925
QUIROS:      ¿ Sin sábanas ?
PULIDA:                        Hacen daño.
QUIROS:      ¿ Y qué mantas ?
PULIDA:                        Dos costales.
QUIROS:      ¡ Cuerpo de Cristo con ella !
PULIDA:      Quien da lo que tién, ¿ qué debe ?
QUIROS:      ¿ Y aquí qué vino se bebe ? 2930
PULIDA:      Del pozo.
QUIROS:                      Bébalo ella
   y reviente, porque yo
   esta noche he de cenar
   borrajas al empezar.
PULIDA:      Borrachas cuidaba yo. 2935
QUIROS:      Y tras ellas su jigote.
PULIDA:      ¿ Mi gi... qué ? ¿ qué es si lo sabe ?
QUIROS:      De ternera, si no es de ave.
PULIDA:      ¿ Gigorro ?
QUIROS:                      0 pastel en bote.
PULIDA:      Ni yo girrote sé her, 2940
   ni pastel he visto en bota.
QUIROS:      De lo caro una candiota.
PULIDA:      Candi... hay que empieza a arder.
QUIROS:      Y levantada la mesa.
   en cama mullida y blanda 2945
   colcha y sábanas de Holanda.
PULIDA:      Ya tomara estopa gruesa.
QUIROS:      Y por si me hiciere mal,
   con esas dos manos tiernas
   ha de traerme las piernas. 2950
PULIDA:      Si las deja en el corral.
QUIROS:      Podrá ser que así me obligue
   a que soplando el candil
   la dé mi cuerpo gentil
   con lo demás que se sigue. 2955
PULIDA:      Pues si con lo que le dan
   en casa no se contenta,
   y sin naranja y pimienta
   no come cecina y pan,
   antes que salte las bardas, 2960
   que no están bajas a fe
   porque duerma le traeré
   las piernas con unas cardas;
   y si en su tema prosigue,
   le mediremos dos trancas, 2965
   desde el cogote a las ancas,
   con lo demás que se sigue.
QUIROS:      Pues yo la voto...
PULIDA:                              No bote.
QUIROS:      A Cristo, que ha de llevar
   esta noche que rascar 2970
   la pápara a puro azote.
   Ponga las manos en cruz.

Quiere atarla con la cuerda

PULIDA:      ¿ Para ?
QUIROS:                  Cruce los dos brazos,
   sabrá qué son latigazos
   de una mecha de arcabuz. 2975

Grita

PULIDA:      ¡ Aquí de Dios y del reye !
   ¿ No hay josticia ?

Dala una coz

QUIROS:                                  Menos voces.
PULIDA:      ¡ Despinfarrado ! ¿ De coces
   vos a m    ? ¿ No hay Dios ? ¿ No hay leye ?

Salen dos SOLDADOS y CARRIZO

SOLDADO 1:      0 rescatar la posada 2980
   con cien reales, o pasar
   crujía, y sin replicar.
CARRIZO:      ¿ Con cien reales ? ¡ Mas nonada !
SOLDADO 2:      Cabales.
CARRIZO:                    Menos los ceros.
   Diez les iba yo juntando. 2985
PULIDA:      ¡ Ay Carrizo ! Aquí andan dando.
SOLDADO 1:      ¡ Ea, ponédmele en cueros,
   veréis la tunda que lleva.
QUIROS:      Desnúdese ella también.
CARRIZO:      ¿ Ambos desnudos ? ¿ No ven 2990
   que ya pasó Adán y Esgueva ?

Sale PIZARRO, muy galán, con mucha pluma y un venablo

PIZARRO:      ¿ Qué esto ?
PULIDA:                      ¡ Ay, Francisco mío !
   ¿ Tú en la Zarza y yo en trabajos ?
   Este muladar de andrajos
   con mujeres tiene brío; 2995
   que a nacerme aqui unas pocas
   yo les juro a non de Dios...
CARRIZO:      Francisco, doleos de nos.
PIZARRO:      ¿ Soldados contra unaS tocas
   en vez de darlas socorro, 3000
   y hombres os osáis llamar ?
CARRIZO:      Me quieren desatacar.
PULIDA:      Me piden carne en gigorro.
PIZARRO:      Quitáos las torpes espadas,
   quitáoslas, o ¡ vive Dios !... 3005
SOLDADO 1:      Señor alférez, los dos
   somos...
PIZARRO:      ¿ Qué dos o qué nadas ?
   Acabemos, desceñidlas,
   y en su lugar os poned 3010
   dos ruecas.
SOLDADO:                    Vuesa merced
   nos trate bien.
PIZARRO:                        Redimidlas
   la vejación en que están
   corridas a vuestros lados.
   Pícaros sois, no soldados. 3015
   Bien los campos labrarán
   los míseros labradores
   si las manos les tenéis
   atadas. ¿ Pretenderéis
   por esta hazaña favores 3020
   en el consejo de guerra ?
   Presentad esos cordeles
   cuando aleguéis por papeles
   que defendisteis la tierra.
   ¿ Adónde está el capitán ? 3025
QUIROS:      A Trujillo fué esta tarde.
PIZARRO:      Quitá la espada, cobarde,
   que pues sus veces me dan
   y soy su alférez, agora
   sabré si conforme a ley... 3030
SOLDADO 1:      Mire...
PIZARRO:      ¡ Por vida del rey
   y la reina, mi señora,
   infames, que la bandera
   me fió, si no os quitáis 3035
   las espadas que afrentáis
   --mejor una caña fuera--
   que os cosa con el venablo !
CARRIZO:      Polida, ¿ qué decís de esto ?
   ...................... -esto]. 3040
PULIDA:      Es un dimuño.
CARRIZO:                        Es un diabro.
PIZARRO:      Llamadme a los labradores.

Vase CARRIZO

SOLDADO 2:      Vuesa merced considere
   que es muy mozo, y que si quiere
   con desprecios y rigores 3045
   poner su enojo en efeto,
   aunque nuestro alférez sea,
   tiene poca barba, y crea
   que a no guardarle el respeto
   que pide el cargo...
PIZARRO:                              ¡ Cobarde ! 3050
   Mi bandera y preeminencia
   no la adquirí por herencia,
   ni las barbas son alarde
   del valor que al noble anima,
   sino el espíritu honrado 3055
   que en el alma vinculado
   los peligros desestima;
   que a ser ansí, aunque parezca
   que en ellas le puso Dios,
   barbas os sobran a vos 3060
   para una guarda tudesca.
   La reina, nuestra señora,
   me dió el cargo que consigo,
   siendo ella misma testigo
   en el cerco de Zamora, 3065
   que mi capitán rendido
   y perdida su bandera,
   paje de gineta era,
   pero aunque paje, atrevido,
   no con mujeres, cual vos, 3070
   pues fiado en la Fortuna
   volví, si perdimos una,
   a su presencia con dos.
   Alférez entonces me hizo
   sin suplicárselo yo; 3075
   la bandera que me dió
   de trece años la autorizo.
   Y porque sepáis si en mí
   las barbas son menosprecio,
   agora veréis cuán necio 3080
   fuisteis en hablarme ansí.
   Desceñíos esa espada
   antes que enojos provoque
   y fruta de un alcornoque
   os haga mal sazonada. 3085
   ¡ Presto !
SOLDADO 1:                      Por mi superior
   os obedezco.

Quítanselas

PIZARRO:                        ¿ Qué aguardan
   los dos ?
SOLDADO 2:                Ya vamos.
PIZARRO:                          Ya tardan.
   ¡ Hola, Carrizo !

Salen CARRIZO y otros

CARRIZO:                          Señor,
   aquí todo el puebro está. 3090

Pizarro señalando a QUIROS

PIZARRO:      Este, con vuestra mujer
   valiente, en vuestro poder
   para ejemplo quedará
   de infame, con condición
   que esté en la plaza colgado 3095
   hasta mañana.
QUIROS:                        ¿ Yo ahorcado ?
PIZARRO:      No, que os tengo compasión.
   De los hombros solamente,
   mas sin que os quiten la vida,
   con una rueca ceñida 3100
   regocijaréis la gente.
CARRIZO:      ¿ Y estotros dos ?
PIZARRO:                              Castigadlos.
   Déles cada labrador
   catorce azotes.
SOLDADO 1:                          Señor,
   mira que somos...
PIZARRO:                        Llevadlos. 3105
SOLDADO 2:      No faltará quien dé cuenta
   a los reyes de este agravio.
PIZARRO:      Ella es santa y él es sabio.
   Yo les diré vuestra afrenta,
   podrá ser que se mitigue. 3110
PULIDA:      Venga a la praza el modorro,
   porque le demos gigorro
   con lo demás que se sigue.
CRESPO:      ¡ Burlaos con el Francisquillo !
CARRIZO:      Azotaina ha de haber hoy. 3115
PIZARRO:      A ver a la reina voy,
   que entra esta noche en Trujillo.

Vase PIZARRO

PULIDA:      Soldado, esas piernas bellas,
   después que colgado esté,
   --¿ oye ?--no se las traeré, 3120
   pero tiraréle de ellas.
SOLDADO 1:      ¡ Que a esto un rapaz nos obligue !
PULIDA:      Y a esotros dos marquesotes
   a cada catorce azotes,
   con lo demás que se sigue. 3125

Vanse todos.    Sale el PAGADOR, el CAPITAN, con un arcabuz y ROBLEDO

PAGADOR:      Mejor lo habemos trazado
   de esta suerte.
CAPITAN:                            En la ciudad
   nos pusieran en cuidado;
   que en tanta publicidad
   y con tanto deudo lado, 3130
   aunque es de noche, no fuera
   posible no conocernos.
   Aguardándole aquí fuera
   si él viene antes de ofendernos
   la justicia cuando muera, 3135
   es fácil el retirarnos
   sin que se sepa el autor
   de su muerte.
PAGADOR:                      Por vengarnos
   menospreciaré el favor
   de los reyes.
CAPITAN:                      Ocultarnos 3140
   con las tinieblas podemos,
   después que muerte le demos,
   quedando en pie tu privanza.
PAGADOR:      Cumpla yo con mi venganza,
   que después nos libraremos. 3145
   En fin, ¿ dijo que saldría
   a este sitio ?
ROBLEDO:                        Prometiólo,
   y con mucha cortesía;
   puesto que no estaba solo,
   y que entonces le asistía 3150
   de Trujillo la nobleza,
   por asegurarlos dijo,
   "Trátame con aspereza
   esta dama, y es prolijo
   amor si temoso empieza. 3155
   Yo acabo de desposarme,
   y es bien desembarazarme
   de cosas que la han de dar
   a doña Beatriz pesar.
   Pero, pues, envía a llamarme, 3160
   dígala, hidalgo, que luego
   voy al sitio señalado;
   que le apreste mientras llego,
   y tome por el cuidado
   esta sortija."
PAGADOR:                        ¡ Sosiego 3165
   notable !
CAPITAN:                    ¿ No se turbó ?
ROBLEDO:      ¿ Turbar ? antes se rió
   mientras el papel leía.
PAGADOR:      Más de su esfuerzo se fía
   que de mi venganza yo. 3170
   Pero cumpla él su promesa
   verá presto el desengaño.

Salen don GONZALO, como de noche

GONZALO:      A algún celoso le pesa
   de mis bodas, y en su daño
   quiere turbarme esta empresa. 3175
   Sin firma vino el papel,
   como yo sin compañía.
   Amor celoso es crÜel.

Sale PIZARRO

PIZARRO:      Tarde, diligencia mía,
   venís; honra, no sois fiel 3180
   si os perdéis por perezosa
   y mi padre se desposa
   sin impedírselo yo.
CAPITAN:      Este es, ¿ tiraréle ?
PAGADOR:                              No;
   tened, que en acción dudosa 3185
   me pesará que matemos
   otro en vez del que buscamos,
   pues si esta ocasión perdemos,
   sin esperanza quedamos
   de que después nos venguemos. 3190
   Sepamos quién es primero.
CAPITAN:      Llegad, que yo aguardo aquí,

A PIZARRO

PAGADOR:      Si sois don Gonzalo espero
   saber.
GONZALO:                Pronunciar oí
   mi nombre; acercarme quiero. 3195
PIZARRO:      (¿ Don Gonzalo ? Ansi se llama      Aparte
   quien me ha dado el ser que tengo.
   Si alguno que le desama
   le intenta ofender, yo vengo
   a acreditar más su fama.) 3200
   Mi nombre es Gonzalo.
GONZALO:                                  (¿ Cómo ?)      Aparte
PAGADOR:      ¿ Gonzalo Pizarro ?
PIZARRO:                            Pues,
   con ese apellido domo
   cobardes.

Al CAPITAN

PAGADOR:                    Amigo, él es;
   vengue mi agravio tu plomo. 3205
   Dispárale.
CAPITAN:                            No dió fuego.
GONZALO:      ¡ Oh, villanos ! la traición
   que en vosotros a ver llego;
   con noble satisfacción
   dará a mi enojo sosiego. 3210
   Yo soy Gonzalo Pizarro.
   ¡ A ellos, joven gallardo !
PAGADOR:      Tres somos, mueran los dos.

Riñen

PIZARRO:      ¡ Ojalá os hiciera Dios
   tres mill
ROBLEDO:                    Esta cuesta aguardo. 3215
   Vida, bajaos a los pies,
   y ellos os libren de mal.

Huye ROBLEDO

GONZALO:      ¿ Contra uno, y salís tres ?
PAGADOR:      Al pagador general
   matáis. Sosegáos.
GONZALO:                              Después, 3220
   que agora es razón--si ha sido
   pagador--que las traiciones
   pagues que me han perseguido.
PIZARRO:      ¡ Cuchilladas, no razones !
   ¡ Cuerpo de Dios ! Ya he tendido 3225
   al uno. Esotro que queda
   porque escaparse no pueda
   desjarretarle es mejor.

Huye el CAPITAN

GONZALO:      A traidores, pagador,
   se paga de esta manera. 3230
   ¿ Huís ? no me maravillo.
PAGADOR:      ¡ Muerto soy ! ¡ Favor al rey !
   Alguaciles de Trujillo,
   ¡ justicia ! ¿ no hay Dios ? ¿ no hay ley ?

Huye el PAGADOR

GONZALO:      Hay valor, que es tu cuchillo. 3235
PIZARRO:      No los sigáis caballero,
   que tengo que hablar con vos.
GONZALO:      Obligado a vuestro acero
   confieso que os trujo Dios
   en mi socorro; no quiero 3240
   más dicha ya que saber
   quién sois y luego serviros.
PIZARRO:      Admitiéralo, a no ser
   ingrato vos a suspiros
   de alguna ilustre mujer, 3245
   que perdió por olvidada
   lo que os fió por querida,
   y en mí dejó vinculada
   la venganza de ofendida,
   si no de menospreciada 3250
GONZALO:      No os entiendo.
PIZARRO:                            Yo lo creo;
   que el no entender ya es en vos
   mal viejo, común empleo
   de quien sin mirar que hay Dios
   se sujeta a su deseo. 3255
   ¿ Habéis dado ya la mano
   al nuevo dueño que amáis,
   o queréis que llore en vano
   palabras que la empeñáis
   en fe de un amor liviano ? 3260
   ¿ Iréisos a Italia ya
   para que no legitime
   la sucesión que os dará,
   y burlada se lastime,
   pues por vos sin honra está ? 3265
GONZALO:      Encubierto defensor,
   que enigmas multiplicando,
   me injuriáis y dais favor,
   a un tiempo estáis engendrando
   ira en mi pecho y amor. 3270
   Si a darme ayuda venís,
   ¿ por qué agraviar me queréis ?
   ¿ Con la noche os encubrís ?
   ¿ Injuriador socorréis
   y amigable perseguís ? 3275
PIZARRO:      Porque a imitaros me atrevo,
   enemigo bienhechor,
   ejecutando a quien debo
   el bien y el daño mayor
   que tiene el mundo.
GONZALO:                              Mancebo; 3280
   según el modo de hablar,
   si no sois el que colijo,
   sin seso debéis de estar.
   ¿ Sois vos hijo... ?
PIZARRO:                            Yo soy hijo,
   sin padres, de un encinar. 3285
GONZALO:      ¡ Ay, cielos ! ¿ Doña Beatriz
   Cabezas es vuestra madre ?
PIZARRO:      Fuéralo, a ser tan feliz,
   que a su tálamo mi padre
   sujetara la cerviz. 3290
   Mas no lo soy--agraviadas
   prendas por vos infelices--
   viéndoos, pues quedan burladas,
   dichoso con las Beatrices,
   y ellas con vos desdichadas. 3295
GONZALO:      Hijo, a quien el alma adora,
   cesen enojos, que llora
   de contento el alma.
PIZARRO:                              ¿ Está
   con vos desposada ya
   esotra Beatriz ?
GONZALO:                        No ha una hora 3300
   que por dueño la admití,
   pues teniéndole tu madre
   ya su esperanza perdí.
PIZARRO:      Pues, padre, no sois mi padre.
   Teneos allá.
GONZALO:                      Vuelve en tí. 3305
PIZARRO:      Volviérades por mí vos,
   cuando de una encina fruto,
   ingrato a mi madre, a Dios,
   y alimentándome un bruto
   les debo más que a los dos. 3310
   Volviérades por mi fama;
   pues el más tosco pastor
   padre legítimo llama
   al suyo, y vuestro rigor
   cuando me engendra, me infama. 3315
   Tendréis hijos que posean
   el título que no aguardo,
   y menores que yo sean,
   porque me llamen bastardo
   cuando su hermano me vean. 3320
   ¡ Ah, cielos ! y quién pudiera
   dispensar obligaciones,
   y la mayor no os tuviera,
   porque a vuestras sin razones
   fin con mis desdichas diera. 3325
   Juntó amor en un sujeto
   dos contrarios sin ser sabio.
   ¡ Triste de mí !    Que en efecto
   si intento vengar mi agravio,
   pierdo a mi padre el respeto. 3330
   Extrañas contradicciones
   mezclándose me persiguen.
   ¡ Posibles persecuciones
   que a un mismo tiempo me obliguen
   agravios y obligaciones ! 3335
   ¡ Vive Dios que no ha de verme
   más la luz de aqueste mundo,
   ni España en él conocerme,
   mientras que en otro segundo
   de vos pudiere esconderme ! 3340
   Ya hay quien ofrece a Fernando
   de otro Orbe el descubrimiento,
   que en mí esperanza criando
   mejore mi nacimiento,
   mi suerte lejitimando. 3345
   Yo, ingrato padre, a pesar
   de vuestro poco cuidado,
   tanta agua pienso pasar
   que en ella mi honor manchado
   pueda mi esfuerzo lavar. 3350
   Yo malograré mis años,
   y huyendo vuestros engaños
   vencedor de un medio mundo,
   lince del polo segundo
   pisaré climas extraños. 3355
   Yo, si llegare a tener
   hermanos, con más valor
   que ellos he de pretender
   que me veneren señor,
   llegándome a obedecer. 3360
   Suplirá la fortaleza
   faltas de naturaleza
   y de vos desobligado
   seré, por mí reengendrado,
   el fénix de mi nobleza. 3365
   Juzgaréisme, claro está,
   por loco, mas mi animosa
   inclinación mostrará;
   que en dando yo en una cosa
   salgo con ella.
VOZ:                        Tendrá              Dentro 3370
   el castigo que merece
   quien dió muerte al pagador.
OTRO:      Aquí están los dos.
PIZARRO:                              Parece
   que se convoca al furor
   popular, y que apetece 3375
   prendernos.
GONZALO:                        El retirarnos
   juzgo ahora por cordura.
PIZARRO:      El valor baste a animarnos;
   no hay valiente sin locura,
   vileza es dejar cercarnos. 3380
   ¡ A ellos cuerpo de Dios !
   Pues vamos juntos los dos.
GONZALO:      ¡ Oh, hijo, César segundo !
PIZARRO:      Mientras no gano otro mundo
   no os tengo por padre a vos. 3385

Vanse los dos.    Suenan cajas y salen SOLDADOS.    Detrás la REINA Isabel, y sale también Hernando CORTES

REINA:      Vuélvase a alistar la gente
   que de la guerra pasada
   se despidió. Esta Granada
   nuestra armas acreciente.
   El rey, mi senor, su empresa 3390
   pretende, y sobre ella está.
   Sirva esta Granada ya
   para postres de mi mesa.
   Contra el hereje fundé
   la divina Inquisición, 3395
   la Hermandad contra el ladrón,
   los judíos desterré.
   Vuelva la fe a su decoro,
   y en tan sagrada conquista
   quien desterró al Talmudista 3400
   destierre también al moro.
   La fe del bautismo dé
   a España su integridad;
   fundaréla una ciudad
   que se llame Santa Fe. 3405
   No quede en Extramadura
   quien no logre allí su fama,
   ganó mi esposo al Alhama,
   a Baza cercar procura.
   Yo he de asistir en persona 3410
   hasta ver esta Granada
   que de cruces coronada
   es timbre de mi corona.
   ¡ Al arma, pues, extremeños !
CORTES:      Si tal valor nos anima, 3415
   si a sus reyes dan estima
   virtudes de tales dueños,
   ¿ qué mucho, vos su caudillo,
   que muestre el valor que cobra ?
   Animándonos vos, sobra 3420
   para Granada Trujillo.
   Presto os llamarán monarca
   sus blasfemos adÜares.
SOLDADO 1:      Alegres cuantos lugares
   abarca nuestra comarca, 3425
   señora, con celo fiel
   os salen a festejar
   venturosos por gozar
   siglos de tal Isabel.

Salen CRESPO, BERTOL, CARRIZO, PULIDA y LABRADORES, cantando

   "Por esta calle que voy, 3430
   por estotra doy la vuelta,
   no hay zagala que tenga la cara
   tan hermosa como la reina.
UNO:      En ella vive un Abril
   con todas sus zarandajas, 3435
   no es cara a lumbre de pajas,
   sino del Mayo gentil;
   sus ojos son torongil,
   sus pechos blancas cebollas,
   sus manos bollos o bollas, 3440
   nieve y manteca revuelta
   en darme muerte resuelta
   cuando enamorado estoy.
TODOS:      Por esta calle que voy,
   por estotra doy la vuelta, 3445
   no hay zagala que tenga la cara
   tan hermosa como la reina.
PULIDA:      A fe de Dios que no hay natas
   que igualen su catadura.
   Bendiga Dios su hermosura 3450
   y déme a besar las patas.
REINA:      Seáis, serrana, bien venida
   por lo pulido que habláis.
PULIDA:      ¡ Oh ! si el nombre me acertáis
   ya sabréis que só Polida. 3455
   Escúcheme su aspereza.

A PULIDA

CARRIZO:      Su Alteza, necia, la di.
PULIDA:      Su Alteza necia, que aquí,
   digo en la Zarza.
CARRIZO:                          (¡ Ya empieza !)      Aparte
PULIDA:      Vino...en lo que toca al vino 3460
   que el soldado mos pidió
   rape el diabro el que quedó;
   pero sobrando el tocino.
   ¿ No bondaba ? Dígalo ella.
   Salga esta vez todo el corro, 3465
   y como pidió gigorro,
   ansí yo huera doncella
   pasara, mas con marido
   ¿ no es pecado que pidiese
   que las piernas le trojese ? 3470
   Aun si se le hubieran ido,
   ¡ vaya !    Mas, señora mía,
   ansí nos alumbre Dios,
   que una y otra, ambas a dos
   consigo se las traía. 3475
REINA:      Yo lo creo. (¿ Hay tal simpleza ?)      Aparte
PULIDA:      Como no pude sofrillo,
   ¿ conoce ella a Francisquillo,
   aquél que hizo su torpeza
   alfiler ell otro día ? 3480
   Tamaño se echó de ver
   que alfiler había de ser,
   porque tuvo alferecía.
   Daba en que me había de atar
   las manos, y bien ¿ y qué hizo ? 3485
   ansí, también a Carrizo
   mandaron desatacar.
   Pues Francisco en mi socorro
   los espetos les quitó,
   por los sobacos colgó 3490
   en la praza al de gigorro,
   y a los dos de los bigotes,
   porque cenasen mijor
   mandó a cada labrador
   pegarles catorce azotes. 3495
   Quedaron hechos tasajos,
   y al colgado--aunque eran tiernas--
   héndole a traer las piernas
   le tiré de los zancajos.
   Dicen agora malas lenguas 3500
   que al mi Francisquillo vienen
   a acusar. La culpa tienen
   ellos; pásense sus menguas
   y esta gente se castigue,
   que en labradoras se envicia. 3505
   Pido costas y justicia,
   con lo demás que se sigue.
REINA:      Al que a vos mal os hiciere
   tendré yo por enemigo.
   Muy justo fué ese castigo. 3510
PULIDA:      Sí, señora, que no quiere
   si quitarmos esta gente
   los pellejos.
REINA:                        Yo lo creo.
PULIDA:      ¿ Mos perdona ?
REINA:                        Sí.
PULIDA:                                       Deseo
   por el servicio presente 3515
   ella mercé.
REINA:                        Guárdeos Dios.
   Gusto me ha dado infinito.
PULIDA:      ¿ Y perdona a Francisquito ?
REINA:      Yo le perdono por vos.

Sale ROBLEDO

ROBLEDO:      Al pagador general, 3520
   señora, han muerto a traición.
REINA:      ¿ Qué decís ?
ROBLEDO:                      Sin ocasión
   a tanto delito igual,
   el capitán don Gonzalo
   Pizarro a matarle vino 3525
   de noche y en el camino
   de esta ciudad.
CARRIZO:                        ¡ Malo !
PULIDA:                              ¡ Malo !
REINA:      ¿ Don Gonzalo ? Dudo yo
   que sin causa se atreviese
   a cosa que desdijese 3530
   de la sangre que heredó,
   que es tan fiel como animoso.
ROBLEDO:      Los testigos lo dirán.
   Dió muerte a su capitán
   un alférez revoltoso 3535
   que con don Gonzalo fué,
   a quien vuestra alteza ha honrado
   sin haber sido soldado,
   ni aun tener barbas.
REINA:                                       ¿ Quién fué ?
ROBLEDO:      El que porque a un labrador 3540
   cama y posada pedía,
   que por suerte le cabía,
   un soldado de valor
   le hizo colgar en la plaza,
   y a otros mandó azotar. 3545
CARRIZO:      Quísomos desacatar.
   Mire su merced que traza
   de honrados,
REINA:                                 ¿ Tenéislos presos ?
ROBLEDO:      Hanse los dos resistido
   a la justicia.
REINA:                        Venido 3550
   he yo a castigar excesos.
   Vaya mi guarda por ellos.
CARRIZO:      Peor, Pulida.
PULIDA:                        Peor.
REINA:      Si los hizo mi favor,
   también sabré deshacellos. 3555

Suenan cajas, y sale PIZARRO con una bandera al hombro; a su lado don GONZALO.    Tiende en llegando la bandera a los pies de la REINA, e hincan las rodillas

PIZARRO:      Leal postro a vuestros pies
   esta bandera, señora,
   con que me honró vuestra alteza,
   liberal con mi edad corta.
   Quince años son los que tengo, 3560
   pero testigo es Zamora
   de que muriendo mi alférez,
   con una gineta sola,
   insignia de quien serví,
   entró nuestra escuadra rota, 3565
   por el campo portugués,
   que cantaba la victoria,
   volviendo con dos banderas,
   sin que me sacasen gota
   de sangre, que ésta se guarda 3570
   para hazañas más heroicas.
   Castigué las demasías
   de cobardes, que sin honra,
   fugitivos en la guerra,
   son presa de sus escoltas. 3575
   Ya os constarán sus insultos
   y si no, esta labradora,
   pues aqui la trajo el cielo,
   los diga, que en esta historia
   es la más interesada 3580
   por simple, no mentirosa.
   Llegué de noche a Trujillo
   a referir estas cosas
   a vuestra alteza, y ya cerca
   salen de entre peñas toscas 3585
   tres hombres a preguntarme
   --adviértase el sitio y hora--
   si don Gonzalo Pizarro
   me llamo, que les importa.
   Yo, que oigo nombrar mi padre, 3590
   receloso que alevosas
   diligencias le persiguen,
   mando al amor que responda
   que sí; y apenas lo escuchan,
   cuando con una pistola, 3595
   cómplice vil de su infamia,
   venganzas torpes provocan.
   No dió fuego el polvorín,
   ni la sangre generosa
   de mi padre, que allí estaba, 3600
   lugar a que se le acojan
   los salteadores aleves,
   pues quedaron por memoria
   y escarmiento de la envidia
   medrada con sus lisonjas. 3605
   El pagador general
   es el uno, y vos, señora,
   testigo de estratagemas
   e invenciones cavilosas
   con que persiguió a mi padre, 3610
   impidiéndole las glorias
   de tanta hazaña sin premio.
   ¿ La malicia qué no estorba ?
   El otro es mi capitán,
   que escribió con tinta roja 3615
   la sentencia de su muerte
   bien dada, aunque lastimosa.
   Si por volver por mi padre
   y castigar afrentosas
   travesuras de perdidos, 3620
   vuestra majestad se enoja
   y contra los dos se indigna,
   sus plantas invictas ponga
   sobre estas cabezas fieles,
   premiaralas si las postra. 3625
REINA:      Tiene, alférez, la verdad
   tanta fuerza, vencedora
   de retóricas mentiras
   con que invenciones adorna,
   que fácil me persuadís; 3630
   y por lo que se aficiona
   a vuestro valor el mío,
   por vos la piedad abona.
   Ya yo os tengo perdonado
   el rigor con que me informan 3635
   que traviesos castigasteis
   que su profesión desdoran.
   La muerte del pagador
   y el capitán insta agora,
   por haber parte que pida 3640
   informacion más copiosa.
   Averigue yo haber sido
   como decís, que patrona
   vuestra, saldréis capitán,
   puesto que de edad tan poca. 3645
   De la prisión que os señalo
   a los dos, no os dé congoja,
   que vuestras guardas serán
   mis monteros de Espinosa.
   Iréis sin armas con ellos, 3650
   y cerca de mi persona haré,
   guardándoos justicia,
   más alarde de piadosa.
   El rey mi señor pretende,
   eclipsando lunas moras, 3655
   presentarme una Granada
   que blasfemos arrincona.
   Allí veré de la suerte
   que sirviendo, a mi corona
   pagáis cargos con que os premio 3660
   y triunfáis de envidias locas.
GONZALO:      Viva más que tiene granos
   esa Granada, señora,
   siglos tanta discreción.
PIZARRO:      Semíramis española 3665
   os llame desde hoy Castilla
   tanto mejor que la otra,
   cuanto ejemplo de pureza
   y virtud la fama os nombra.
   Si otro orbe Colón descubre 3670
   en vuestras minas hermosas
   os hago pleito homenaje
   de no volver a las costas
   de España mientras no os diere
   más oro y plata, más joyas 3675
   que cuando dueño del mundo,
   triunfó de sus partes Roma.
   Cumplid, Hernando Cortés
   presagios con que os pregonan
   los cielos por igual mío; 3680
   haced vuestra fama heroica,
   que si parece imposible
   a la envidia que proponga
   locuras en la apariencia
   y de escucharlas se asombra, 3685
   en la comedia segunda
   saldrá la verdad piadosa
   que donde hay valor y dicha,
   todo es dar en una cosa.


FIN DE LA COMEDIA