Tirso de Molina
El honroso atrevimiento




Personas que hablan en ella:
  • LISAURO
  • CANDADO, gracioso
  • El DUQUE de Ferrara
  • HONORATO, viejo
  • El DUX de Venecia
  • MARCIO, gentilhombre
  • LELIO, hijo menor del Dux
  • FILIBERTO, hijo mayor del Dux
  • Dos ALGUACILES
  • Dos embajadores VENECIANOS
  • VERINO
  • DIODORO
  • FULGENCIA, mujer de Lisauro
  • EFIGENCIA, su hija
  • DECIO
  • JULIO
  • MARCELO
  • Un CRIADO
  • LABRADORES
  • SOLDADOS


JORNADA PRIMERA

Salen LISAURO, como en su casa, HONORATO, viejo, DIODORO y VERINO, desenvainadas las espadas

LISAURO:          Cogido nos habéis de sobresalto,
      y del són que venís tanto me pesa
      cuanto me hallo de socorro falto.
HONORATO:          El peligro, Lisauro, nos da priesa;
      siguiendo me vendrán desde Rialto 5
      mis enemigos, que tendrán la presa
      por cierta, y su venganza por sin duda,
      si no nos dais para huir ayuda.
LISAURO:          Acostados están todos en casa,
      y no os será seguro el despertallos, 10
      ni mientras el furor que tenéis pasa
      de Venecia os podrán sacar caballos,
      porque en ella la tierra es tan escasa
      cuanto pródigo el mar por excusallos;
      que es tan casero y manso aquí que fragua, 15
      cual veis, en vez de piedras, calles de agua.
      Mas, ¿ qué ocasión la ha dado a que el consejo
      de vuestras canas no haya reprimido
      vuestro enojo, Honorato ?
HONORATO:                                                 Es en el viejo
      la ira más crÜel, cuando, atrevido 20
      el mozo a su respeto, que de espejo
      le ha de servir, se arroja.   Hame ofendido
      un mozo mercader; pero ¿ qué importa
      ser hielo la vejez si el hielo corta ?
      Averiguando cuentas Feliciano 25
      conmigo, porque aquesta señoría
      en Marte y en Mercurio cortesano
      funda la dicha de su monarquía,
      quiso, tras un mentís, alzar la mano;
      pero la mía, aunque caduca y fría, 30
      sacó la daga que en su pecho necio
      vengó su atrevimiento y mi desprecio.
      Acudieron sus deudos y parientes,
      y tomando por suya aquesta ofensa,
      sacaron armas, convocaron gentes, 35
      y la que vino fue, Lisauro, inmensa;
      mas Verino y DIODORO que, obedientes,
      dieron a mi valor nueva defensa
      y a su amor filial fama debida,
      vida me dieron, si les di la vida. 40
      Sacáronme en los brazos, y saltando
      en una de las góndolas compuestas
      que, en vez de coches, olas van surcando
      por calles de agua a su humedad opuestas,
      a pesar de los deudos que gritando 45
      hacían sus injurias manifiestas,
      doblando esquinas, con la noche escura
      nos trajo a vuestra casa mi ventura.
      Considera cuán cierta está mi muerte
      si no me da favor vuestra nobleza. 50
LISAURO:          Aunque el senado de la misma suerte
      castiga a quien ayuda la flaqueza
      del que huye su rigor; por ser tan fuerte
      la ocasión y importaros la presteza,
      por lo menos la vida, noble viejo, 55
      obras os quiero dar, palabras dejo.
      En mi góndola entrad los tres conmigo,
      que, con la oscuridad, de marineros
      vestidos, llegaremos a Rovigo,
      seguro asilo de sucesos fieros; 60
      en ella os dejaré, Honorato amigo,
      crédito en mercaderes y dineros,
      que la justicia ya os tendrá embargada
      vuestra copiosa hacienda, bien ganada.
HONORATO:          No es bien que tal valor, Lisauro, ofenda 65
      con agradecimientos que, prolijos,
      del lisonjero suelen ser la hacienda,
      pagando en viento beneficios fijos;
      si permite la ley que un padre venda
      en la necesidad sus mismos hijos, 70
      éstos mis hijos son, servíos con ellos,
      aunque no es presentároslos vendellos.
VERINO:          En el cielo, Lisauro amigo, espero
      que ocasión me dará en que satisfaga
      la merced que al silencio dejar quiero. 75
DIODORO:          Si Aristóteles dijo que no hay paga
      que iguale al beneficio que es primero,
      pues por más que un amigo después haga,
      siempre se queda en pie el habelle dado
      su amigo el beneficio adelantado, 80
      mal podremos pagar; mas quien ofrece
      lo que tiene, Lisauro, libre queda.
LISAURO:          [Tiempo habrá, amigo, aunque veis florece]
      mi dicha, en que cobrar de los tres pueda
      esta amistad que vuestra fe merece; 85
      y quiera Dios no sea en la moneda
      misma que os doy.
HONORATO:                                        Las almas obligamos.
LISAURO:          Segura es la hipoteca; vamos.
TODOS:                                                         Vamos.

Vanse.   Salen FILIBERTO, como justicia, LELIO y otros

FILIBERTO:          No quede en toda la casa
      pieza que dejes sin ver. 90

Entran algunos dentro

LELIO:          Visto los han esconder
      en ella.
FILIBERTO:                           (El amor me abrasa          Aparte
      de Fulgencia, esposa bella
      de Lisauro, y ha buscado
      mi amor con andar vendado 95
      esta ocasión para vella.)
LELIO:          (Los amores de Fulgencia            Aparte
      me traen tan fuera de mí,
      que esta ocasión busqué aquí
      para gozar su presencia.) 100
FILIBERTO:          Lelio: ¿ a qué has venido acá ?
LELIO:          ¿ Qué haces aquí, Filiberto ?
FILIBERTO:          Yo he sido amigo del muerto,
      y su venganza me da
      ocasión para prender 105
      al autor de esta crueldad.
LELIO:          Y yo debo a su amistad
      tanto, que me obliga a hacer
      las diligencias debidas
      a su venganza.
FILIBERTO:                                  ¿ Qué oficio 110
      de justicia tan propicio
      del muerto te hace que pidas
      su venganza ?
LELIO:                                  ¿ Pues tú tienes
      cargo acaso de prender
      o soltar, que a reprender 115
      de aqueste modo me vienes ?
FILIBERTO:          El dux de Venecia es
      mi padre.
LELIO:                            Yo soy tu hermano.
FILIBERTO:          Yo el mayor.
LELIO:                            Y yo el que gano
      fama de más interés 120
      en Venecia; mas ¿ qué importa
      el ser mayor o menor ?
      ¿ Es mayorazgo el amor
      que ha de heredarse ? Reporta
      tus ímpetus, no me den 125
      ocasión que sin prudencia...
FILIBERTO:          Yo vengo a ver a Fulgencia.
LELIO:          Yo vengo a verla también.
FILIBERTO:          ¿ Sabes que es mujer casada ?
LELIO:          Pues ¿ eres tú su marido ? 130
FILIBERTO:          No; pero si aquí he venido
      es por que sea respetada,
      si está su marido ausente,
      de la justicia atrevida
      que en busca del homicida 135
      suele tratar libremente
      y aun sin respeto a cualquiera
      que se le opone, y volver
      por una noble mujer
      que fácilmente se altera 140
      es forzosa obligación
      de quien nobleza profesa.
LELIO:          ¿ Qué sola la causa es ésa ?
FILIBERTO:          Temo que la confusión
      de ver de noche en su casa 145
      la justicia ha de inquietarla,
      y así vengo a sosegarla,
      no porque su amor me abrasa.
      Por más sospechas que cobres
      sólo defenderla intenta 150
      mi nobleza.
LELIO:                           Pues ¿ qué cuenta
      tienes, Judas, con los pobres ?
      Como jamás has tenido
      en aquesta casa entrada
      solamente dedicada 155
      al honor de su marido;
      como dádivas desprecia
      y papeles no recibe,
      aunque satisfecha vive
      de que es el dux de Venecia 160
      tu padre y sabe el poder
      de tu libertad liviana;
      como ni en calle y ventana
      ni en puerta la puedes ver,
      por más trazas que imaginas, 165
      pues, cuando en casa no está
      la góndola donde va
      lleva echadas las cortinas,
      ¿ qué perseveras tu entrada
      en esta casa ?
FILIBERTO:                                  Pintado 170
      te has a ti mismo, que has dado
      a malicia tan fundada
      principio, siendo su autor,
      porque si yo vine aquí
      es por defender de ti 175
      su reputación y honor;
      que eres mi hermano y no es justo
      que sufra que a tal mujer
      mi hermano intente ofender.
LELIO:          Eres un santo.   Yo gusto 180
      de verte tan reformado
      que a mí me reformas ya;
      pero si el honor te da
      de aquella dama cuidado,
      salgamos los dos de aquí 185
      y quedaré satisfecho,
      porque lo mismo sospecho
      que tú sospechas de mí.
      La justicia hará su oficio
      quedando sin detrimento 190
      Fulgencia.
FILIBERTO:                            Yo soy contento.
LELIO:          Vete, pues, que eso codicio.
FILIBERTO:          No te quedes tú aquí, pues.
LELIO:          ¿ Yo quedarme ? Ya me voy.
      (Luego vuelvo.)                              Aparte
FILIBERTO:                                  (Luego soy               Aparte 195
      aquí.)
LELIO:                      ¿ Vaste ?
FILIBERTO:                                  ¿ No lo ves ?

Vanse.   Salen CANDADO, medio desnudo, con un candil y dosALGUACILES

ALGUACIL 2:          Llevadle preso si niega
      dónde tienen escondido
      al homicida atrevido.
CANDADO:          Señores: en la bodega 200
      pienso que está. (¿ Quién me trajo Aparte
      a sufrir tantos enojos ?)
ALGUACIL 2:          Vístele ?
CANDADO:                           Por estos ojos.
ALGUACIL 2:          ¿ Qué talla tiene ?
CANDADO:                                       Altibajo,
      aunque luengo de estatura, 205
      bermejo, barbiponiente,
      dos berrugas en un diente,
      mulato en la catadura.
ALGUACIL 1:          ¡ Villano !    ¿ Disparatáis ?
CANDADO:          ¿ He de hablar verdad ?
ALGUACIL 1:                                           ¿ Pues no ? 210
CANDADO:          Señores, mal haya yo
      si sé por quien pescudáis.
      Si alguna mujer buscáis
      que en mercancía se vende,
      y como lechuza o duende 215
      huye, ¿ qué me pescudáis ?
      No gasto esa fruta yo;
      otros pisen ese lodo,
      que yo estoy del mismo modo
      que mi madre me parió, 220
      tan virgen como una miel,
      que si en tienda, sin habella,
      venden carne de doncella,
      yo soy carne de doncel.
      Y con esto adiós, que tengo 225
      un sueño que reposar.
ALGUACIL 2:          No hay aquí disimular;
      llevadle preso.
CANDADO:                                  No vengo
      en eso; ¿ por qué pecados ?
ALGUACIL 1:          ¡ Vaya !
CANDADO:                        Señor alguacil... 230
      (¿ mas que si soplo el candil            Aparte
      que quedan descandilados ?)

Sale FULGENCIA

FULGENCIA:          ¿ Qué alboroto es éste, cielos ?
      ¿ Lisauro, esposo, señor,
      vos ausente y mi temor 235
      formando tristes recelos ?
      ¿ Qué gente es ésta ? ¡ Ay de mí !
CANDADO:          La josticia es; que codicia
      her de nosotros josticia.
FULGENCIA:          ¡ Cielos ! ¿ La justicia aquí ? 240
      A Lisauro ha sucedido
      algún infeliz suceso.
      ¿ Es muerto Lisauro ? ¿ Es preso ?
ALGUACIL 2:          Decid: ¿ dónde está escondido
      el homicida, señora, 245
      pues le tenéis encubierto ?
FULGENCIA:          ¿ A alguno Lisauro ha muerto ?
      ¡ Ay de mí !
ALGUACIL 1:                            (Bien finge y llora.      Aparte
      ¡ Linda cosa !)

Sale FILIBBRTO

FILIBERTO:                                     (Si a Fulgencia    Aparte
      adoro, y si la ocasión 250
      favorece mi opinión,
      ¿ cómo estoy sin su presencia ?
      ¿ Cómo vivo si es que muero,
      sin ella estando y sin mí ?
      A mi hermano eché de aquí; 255
      Fulgencia es ésta; ¿ qué espero ?)
FULGENCIA:          ¡ Ay, ilustre Filiberto !
      ¿ De noche en mi casa vos
      sin mi bien, siendo los dos
      tan amigos ? El ha muerto 260
      a algún oculto enemigo
      envidioso del valor
      de Lisauro, mi señor.
      Poco ha que estaba conmigo
      con menos sosiego y gusto 265
      del que su amor me promete;
      pero ¿ a quién hay que no inquiete
      la injuria de un pecho injusto ?
      .................. [-ós]
      ....................... 270
      .......................
FILIBERTO:          Señora...
FULGENCIA:                         Si os hizo Dios
      hijo del dux de Venecia,
      y suele la adversidad
      ser prueba de la amistad 275
      que más al amigo precia
      cuanto le ve en más aprieto,
      échase ahora de ver
      lo mucho que puede hacer
      un amigo tan discreto, 280
      que un padre tan poderoso
      tiene; ¿ qué le pediréis
      al dux que de él no alcancéis
      por vuestro amigo y mi esposo ?
FILIBERTO:          (Basta; que piensa Fulgencia      Aparte 285
      que es Lisauro el matador
      que buscan; astuto Amor,
      hoy por vuestra diligencia
      mi esperanza ha de alcanzar
      el fin de su gusto extraño, 290
      porque con un sabio engaño
      a Fulgencia he de gozar.)
      ¡ Hola ! andad con Dios, que aquí,
      cuando el homicida esté,
      conmigo le llevaré 295
      preso.
ALGUACIL 2:                        Sea, señor, así.
FILIBERTO:          Es noble y no es bien le lleve,
      Fabio, otro menos que yo.
ALGUACIL 1:          Comisión el dux nos dio;
      vos haréis lo que se debe 300
      a la justicia y mandato
      de vuestro padre, y así
      nos vamos.

Vanse los dos ALGUACILES

FILIBERTO:                            Yo quedo aquí:
      idos vos, porque el recato
      y secreto es de importancia. 305
FULGENCIA:          Candado, vete.
CANDADO:                                    (Por Dios               Aparte
      que me despiden los dos;
      no os arriendo la ganancia,
      Lisauro.)   Dejaros quiero
      el candil aquí colgado. 310
FULGENCIA:          Anda, necio. ¡ Qué pesado
      eres siempre y qué grosero !
CANDADO:          Temo algunas travesuras
      que ofendan a mi señor,
      que, como es ciego el Amor, 315
      hace sus cosas a escuras.
      Y el dimoño es tan sotil
      que, cuando luz os dejara,
      aun sospecho que quedara
      la honra a moco de candil, 320
      cuanto más en tentación.
FULGENCIA:          Necias sospechas produces.
CANDADO:          Plegue a Dios no hagáis dos luces
      como candil de mesón.
      Mas ya a amanecer comienza, 325
      y con luz, aunque haya amor,
      no haréis nada, que el honor
      con luz está a la vergÜenza.

Vase

FULGENCIA:          Solos habemos quedado,
      que el deseo de saber 330
      de Lisauro pudo hacer
      mi honor menos recatado
      que acostumbra, Filiberto.
      Decid, ¿ qué desgracia ha sido
      la que el cielo ha permitido 335
      por mi mal ? ¿ A quién ha muerto
      mi esposo ? que pierdo el seso.
FILIBERTO:          (¿ Qué haré yo, pobre de mí,            Aparte
      que ha tanto que le perdí ?)
FULGENCIA:          No dilatéis el suceso. 340
FILIBERTO:          No haré. ¿ Quién duda, señora,
      que sabréis qué es afición,
      pues su tirana pasión
      os sale a la cara ahora ?
      Llamaron sol al Amor 345
      por ser tan universal
      que no hay planta ni animal.
      que no goce su favor.
      Y si es su eficacia tanta
      que hasta las plantas rindió, 350
      ¿ qué milagro que ame yo,
      pues soy hombre y no soy planta ?
      Ama el hombre su trasunto;
      que tengo amor os confieso.
FULGENCIA:          Pues ¿ qué tiene que ver eso, 355
      señor, con lo que os pregunto ?
FILIBERTO:          Importa a la libertad
      de Lisauro apetecida
      que ame yo, porque su vida
      pende de mi voluntad. 360
      No está Lisauro hasta ahora
      muerto, preso y ofendido;
      que le ha guardado y servido
      quien os tiene amor, señora.
      ¿ Veis lo mucho que importó 365
      el amor que en vuestro amparo
      y de Lisauro os declaro ?
      Que vive él porque amo yo.
FULGENCIA:          Porque le amáis, es verdad,
      que mi esposo tendrá vida, 370
      que es una alma repartida
      en dos cuerpos la amistad.
      Y repartida en los dos,
      no es mucho que procuréis
      que él viva, que quedaréis 375
      si él muere, sin alma vos.
FILIBERTO:          Como vos queráis, bien cierto
      es que Lisauro tendrá
      la vida que a riesgo está,
      porque a un ciudadano ha muerto. 380
      Yo os amo, Fulgencia mía;
      ningún imposible os pido,
      y el premio que os he ofrecido
      imposibles merecía.
      El Dux de Venecia es 385
      mi padre, yo vuestro amante;
      el peligro está delante
      y delante el interés.
      Dad gusto a mi amor violento,
      pues con él aseguráis 390
      vuestro esposo, y nos dejáis
      a él con vida, a mi contento.
      Lisauro...
FULGENCIA:                                  Al discurso necio
      poned fin, vil mercader.
      ..................... [-er] 395
      ¿ Yo el honor en tal vil precio ?
      Allí en las tiendas falidas,
      de las famas que ofendéis,
      vuestros gustos compraréis,
      que venden honras a vidas; 400
      que aquí, donde no llegó
      el precio de esas deshonras,
      con vidas se compran honras,
      mas vidas con honras no.
      Y adiós, que ese torpe intento 405
      me ofende y causa temor,
      porque es espejo el honor
      y le mancha hasta el aliento.
FILIBERTO:          Si no bastan cortesías
      para quien no las entiende, 410
      Amor es rey y no ofende.
FULGENCIA:          Un rey no hace tiranías.
FILIBERTO:          Dadme esos brazos por fuerza,
      que el amor es guerra ya,
      y cuando no se la da 415
      puede rendir una fuerza.
FULGENCIA:          Suelta las manos, villano.
FILIBERTO:          Ten de mis males clemencia.

Sale LELIO

LELIO:          (Todo es muerte sin Fulgencia;       Aparte
      mas con ella está mi hermano.) 420
      Suelta, atrevido, la mano,
      o soltaré a la ira el freno
      que tu torpe amor condeno,
      pues en aquesta ocasión
      te hallo, como el ladrón, 425
      la mano en tesoro ajeno.
      Suelta, que no es lazo igual
      el que tú amor manifiesta,
      porque en mano tan honesta
      la tuya parece mal. 430
      Si Amor con lazo inmortal
      nudo de almas puede hacer,
      Alejandro sabré ser
      que, contra el tuyo importuno,
      mostraré que todo es uno 435
      el desatar y el romper.
FILIBERTO:          Cansado predicador,
      ¿ qué es lo que buscas aquí ?
      ¿ Qué me reprendes a mí
      siendo mi hermano menor ? 440
      Tienes envidia a mi amor
      y cúlpasle; pero en vano,
      que hoy tengo que ser tirano
      de quien sin seso apeteces.
LELIO:          Venturoso Adán mil veces 445
      porque nunca tuvo hermano,
      y a no tener reverencia
      a la fama y el honor
      que, contra tu torpe amor,
      honra, villano, a Fulgencia, 450
      efectos de mi impaciencia
      vierais presto.
FILIBERTO:                                  Este lugar
      no es decente para dar
      a tus injurias castigo;
      mas sígueme.
LELIO:                               Ya te sigo. 455
FULGENCIA:          ¡ Que esto he venido a escuchar !

Vanse LELIO y FILIBERTO.   Sale LISAURO

LISAURO:          ¿ Qué es esto ? ¿ Qué turbación
      siento en mi casa ? Salido
      han dos personas. ¿ Quién son ?
FULGENCIA:          ¡ Ay, mi bien ! ¿ Vienes herido ? 460
      ¡ Que será en mi corazón !
LISAURO:          ¿ Yo herido, esposa querida ?
      ¿ Por qué y cómo ?
FULGENCIA:                                     No encubráis
      lo qué me tiene afligida.
      ¿ Cómo venís ? ¿ cómo estáis ? 465
      Ya sé que dejáis sin vida
      a un hombre, y así, mi bien,
      escondeos y no demos
      lugar y venganza a quien
      entre dudosos extremos 470
      ofende al honor también.
LISAURO:          ¿ Que me esconda yo ? ¿ Por qué ?
FULGENCIA:          Todo lo que sucedió
      he sabido.
LISAURO:                              Mi bien, ¿ qué ?
FULGENCIA:          Un hombre habéis muerto.
LISAURO:                                              ¿ Yo ? 475
      ¡ Jesús !
FULGENCIA:                      No sé si os dé fe,
      pues, por no darme disgusto
      disimuláis y encubrís
      más de lo que fuera justo.
      Poco os debo.
LISAURO:                                 ¿ Qué decís, 480
      que jamás con tanto gusto
      ni tan libre de temor
      he estado ? Salí a librar
      a un amigo, que el favor
      no le ha el noble de negar. 485
FULGENCIA:          ¿ Eso es cierto ?
LISAURO:                                  Sí, mi amor.
FULGENCIA:          Pues hanme contado a mí
      lo contrario.
LISAURO:                               Pues, bien mío,
      si fuera verdad, decid,
      yo que de vos me confío, 490
      ¿ negaríalo ?
FULGENCIA:                               Estuvo aquí
      quien con engaños, señor,
      ha intentado derribar
      los muros de vuestro honor.
LISAURO:          ¿ Cómo ? 495
FULGENCIA:          Ya fuera el callar
      hacer traición a mi amor.
      Lisauro, señor, esposo,
      veneciano ilustre y fuerte
      a quien dio el piadoso cielo 500
      mayor valor que a otros bienes.
      No temas, serena el rostro
      si de estos incendios temes
      la pérdida del honor
      que eterno mi amor conserve; 505
      veinte años ha que soy tuya,
      aunque me parecen breves,
      que amor recíproco gasta
      el tiempo pródigamente.
      Testigo eres tú, bien mío, 510
      del favor y las mercedes
      que yo en tu pecho recibo,
      que todo este amor me debes.
      Bien sabes que en tantos años
      no se ha ofrecido accidente 515
      que nuestro constante amor
      le divida ni le altere.
      Nació entre sus tiernos brazos,
      como de su casta fuente,
      Efigencia, nuestra hija, 520
      que guarde Dios como puede.
LISAURO:          No dilates más, señora,
      lo que sabes me conviene;
      que alargas más las sospechas
      que con discursos suspendes. 525
FULGENCIA:          Esta vida y esta gloria
      ha mudado en pena y muerte
      Filiberto, hijo del Dux,
      a quien por amigo tienes.
      Pasea con blandos pasos 530
      la calle, que los consiente
      mirando con tiernos ojos,
      no a mí, sino a mis paredes.
      Cuando lo vine a saber,
      temí que el descuido fuese 535
      de mi casa la ocasión
      para el amor que pretende;
      que yo siempre imaginaba
      que, cuando el amor se atreve.
      era por darle ocasión 540
      las poco cuerdas mujeres.
      Di luego en cerrar ventanas
      y establecí nuestras leyes
      de honestidad y recato
      que grandes peligros vencen. 545
      Mas él, galán y atrevido,
      buscó la ocasión presente
      de visitar hoy mi casa;
      la justicia y los jueces
      entró en ella y descubrió, 550
      con las palabras que suele
      un poderoso atrevido,
      su libre amor fácilmente.
LISAURO:          ¿ Pretende ese caballero
      a mi hija, a quien ofenden, 555
      como a doncella tan noble,
      las palabras y papeles ?
      ¿ Quiso sacar de mi casa
      esa prenda de mis bienes,
      el mayor y más guardado, 560
      para su dichosa suerte ?
FULGENCIA:          No, señor; porque no fuera
      ese amoroso accidente,
      si ella puede ser su esposa,
      digno de llamarse aleve. 565
      A mí me quiere ofender,
      mi amor dice que pretende,
      mis memorias le enamoran
      y mi rigor le entristece.
      Díjome, porque desea 570
      con sus cautelas vencerme,
      que a una persona muy noble
      diste en palacio la muerte.
      Ofrecióme su favor,
      conocido muchas veces 575
      que por precio de justicia
      algunas honras se venden.
      De lo que le respondí,
      mis ojos, que están presentes
      fueron honrosos testigos, 580
      como suelen serlo siempre.
      Esta, señor, es la causa
      de que mi temor procede,
      y la turbación que el rostro
      con sus colores ofrece. 585
LISAURO:          Mucha más gloria recibe
      quien vence a sus enemigos
      que quien sin tenerlos vive;
      que ellos sirven de testigos
      con que su valor se escribe. 590
      Y así de vuestra victoria
      me resulta mayor gloria
      que de las paces pudiera,
      que entonces no se tuviera
      de vuestro valor memoria. 595
      De algún modo a Filiberto
      le quedo en obligación,
      pues al mundo ha descubierto
      con su vana pretensión
      el valor que en vos advierto; 600
      y así, mi esposa querida,
      no le he de quitar la vida
      por el honor que os ofrece,
      que la virtud resplandece
      al paso que es perseguida. 605
      (Esto digo, aunque en mí siento       Aparte
      el justo enojo y pasión
      de su loco atrevimiento,
      que él por sí ya dió ocasión
      a mi agravio sentimiento.) 610
FULGENCIA:          Mira, mi bien, que sospecho
      que pones duda en mi fe,
      y cuando estás satisfecho,
      dudas, acaso, si fue
      de tanto valor mi pecho. 615
LISAURO:          Eso fuera ya dudar
      de la luz que el sol ofrece,
      de la inmensidad del mar
      y del amor que merece
      tu amor, mi bien, ensalzar. 620
      Yo estoy ahora ocupado
      en un negocio.
FULGENCIA:                                 A morir
      si te vas me has condenado;
      que nunca suele venir
      seguro quien sale airado. 625
LISAURO:          Luego, ¿ no te fías de mí ?
FULGENCIA:          De mis desdichas no fío.
      ¿ Vas airado ?
LISAURO:                               Ya perdí
      todo el enojo.
FULGENCIA:                                  Bien mío;
      ¿ has de volver presto ?
LISAURO:                                                 Sí. 630
FULGENCIA:          ¿ Y qué ? ¿ No reñirás ? ?
LISAURO:                                                 No.
FULGENCIA:          Júralo.
LISAURO:                        Por tu hermosura.
FULGENCIA:          ¡ Nunca te dijera yo
      mi desdicha !
LISAURO:                               Está segura.
FULGENCIA:          No lo queda quien amó. 635

Vanse.   Salen LELIO y FILIBERTO

FILIBERTO:          Porque la obligación miro y respeto
      que a mi padre y señor el dux se debe,
      no he puesto ya mi cólera en efeto
      con la venganza que a furor me mueve.
LELIO:          Siempre el considerado y el discreto, 640
      cuando por ser cobarde no se atreve,
      sabe excusar mejor su cobardía
      pavonando el temor con cortesía.
FILIBERTO:          Eres menor que yo, y así no he hecho
      estima de tu necio enojo y ira; 645
      pero si alteras más el quieto pecho,
      por ti, rapaz, y por tu vida mira.
LELIO:          Yo buscaré ocasión que satisfecho
      me deje más que ahora, si retira
      el ver mi padre enfermo mi venganza, 650
      que si no, yo cumpliera mi esperanza.

Vase

FILIBERTO:          Descomedido Amor, infame cuenta
      de mi sangre y valor habéis hoy dado,
      que mal hicisteis, voluntad exenta,
      en pretender gozar sabor forzado. 655
      Villano anduve; pero si violenta
      su fuego Amor, sus penas el cuidado,
      ¿ quién podrá resistir su pena fiera ?
      Gozárala yo y fuera como fuera.

Salen LISUARDO, CANDADO, DIODORO Y VERINO

LISAURO:          Yo estimo, amigos, tanta cortesía 660
      como es razón. Adiós, que me conviene
      entrar en el palacio y señoría.
CANDADO:          Con cosquillas de celos mi aliso viene.
VERINO:          La merced de mi padre es propia mía,
      pues es mi sangre quien la estima y tiene 665
      el fruto de ella.
DIODORO:                                          Ya partió a Ferrara,
      que a fugitivos de Venecia ampara.
LISAURO:          Hoy acudí al peligro y al recelo
      de vuestro padre, y plega a Dios que sea
      muy próspero el suceso, y le dé el cielo 670
      lo que su casa y mi afición desea.
      Adiós, amigos.
VERINO:                                  Tu amistad y celo
      te prometo pagar siempre que vea
      que hay ocasión, pues no faltará alguna
      a quien sujeto vive a la Fortuna. 675

Vanse DIODORO y VERINO.   Sale por el paño FILIBERTO

LISAURO:          (Filiberto está allí, llegar deseo               Aparte
      y no ofenderle, a prevenir mi daño.)
FILIBERTO:          (Paréceme que allí a Lisauro veo       Aparte
      y le he de hablar con amoroso engaño.)
CANDADO:          (Ningún suceso venturoso creo       Aparte 680
      que puede resultarme de este año;
      enfrente están los campos, soy cobarde;
      mejor es huír temprano que no tarde.)

Vase CANDADO

LISAURO:          ¿ Oh, señor Filiberto ?
FILIBERTO:                                                 ¡ Oh, señor mío !
      ¿ Qué se ha ofrecido en que serviros pueda, 685
      que no me ha de faltar poder y brío,
      y el mismo tiempo por testigo os queda ?
LISAURO:          De vuestra noble discreción confío
      que a vuestra edad y mi esperanza exceda,
      pues con justa razón toda Venecia 690
      como a imagen del dux os ama y precia.
FILIBERTO:          ¿ Ofrécese dineros, mercancías,
      cédulas, cambios, créditos, fianzas ?
      Porque la industria y las riquezas mías
      cumplieron siempre honestas esperanzas, 695
      y más a vos, Lisauro, que ha mil días
      que pretendo ocasiones y mudanzas
      porque pueda ofrecérseos cosa alguna
      en que alentar sucesos de Fortuna.
      Si en casos de favor y de justicia, 700
      pretensiones o pleitos se ofreciere
      ocasión y lugar, ya os doy noticia
      cuánto el dux, mi señor, estima y quiere.
      (El veneno mortal de mi malicia      Aparte
      le doy en vaso de oro, y si bebiere, 705
      que quizá beberá, y tendrá experiencia
      de lo que puede el interés, Fulgencia.)
LISAURO:          Quisiera yo, señor, que vuestro intento
      no fuera el que yo sé, porque pudiese
      estimarse ese noble ofrecimiento 710
      y ponerle el valor que mereciese;
      pero como adivino el pensamiento,
      recelo y temo que su blanco fuese
      no el hacerme merced, como es la muestra,
      sino otra alguna pretensión siniestra. 715
      Y por no atormentar con el secreto
      vuestro dudoso pecho y mi memoria
      que recelosa y mártir en efecto
      ya desea la muerte o la victoria,
      con confianza que tendréis secreto 720
      como mi honor merece y vuestra gloria,
      diré mi pena, mi pasión y enojos
      poniendo en tierra los honestos ojos.
FILIBERTO:          No sé qué pueda ser el accidente
      que con tanta retórica y colores 725
      es necesario se publique y cuente,
      aunque el último fin fuese de amores.
LISAURO:          Aunque se queja un mudo, es elocuente
      y transforma en palabras sus dolores;
      que el hijo del rey Creso, siendo mudo, 730
      rompió la voz porque callar no puda.
FILIBERTO:          Pensaréis vos, Lisauro, que paseo
      por Efigencia, vuestra hija hermosa,
      y que me muero de un traidor deseo
      de gozar su beldad de amor ociosa. 735
LISAURO:          Ojalá fuera así, que a lo que creo,
      aunque me honrara a mí en ser vuestra esposa
      igual es a la vuestra su nobleza,
      si bien os aventaja la riqueza.
      A mi esposa Fulgencia estoy muy cierto 740
      que pretendéis quitar su honor y fama;
      aunque no llegaréis al dulce puerto
      que llama dueño a quien la estima y ama.
      Suplícoos cortésmente, Filiberto,
      mate el valor vuestra imposible llama, 745
      y sin negarme la verdad, que es cierta,
      jamás paséis aquella honrosa puerta.
FILIBERTO:          Cuando yo enamorado pretendiera
      de esa señora el amoroso gusto,
      ningún respeto ni razón hubiera 750
      que atajara mi amor, que en serlo es justo.
      No será vuestra esposa la primera
      que haya tenido pensamiento injusto
      y que en ofensa de su noble esposo
      haya cumplido algún deseo amoroso. 755
      No hay que poner al mundo ley ninguna,
      sino guardar los ojos y el silencio
      y estar contento con cualquier fortuna.
      Pues yo la vuestra estimo y reverencio,
      yo no pienso escuchar quien me importuna, 760
      ni esos puntos de honor los diferencio,
      ni los entiendo, que por buen respeto
      les guardo a los casados el secreto.
LISAURO:          Esa respuesta es bárbara y liviana,
      y a no estar en palacio y señoría, 765
      yo castigara la traición tirana
      de quien sin honra maltrató la mía.
FILIBERTO:          Libre es mi voluntad, y fuerza humana
      no la puede torcer, como confía.
      Honraos de que a Fulgencia sirve y precia 770
      el hijo del dux noble de Venecia.
      Si yo quisiere cumpliré mi gusto,
      quedéis o no sin ese honor ligero,
      aunque mire Fulgencia más disgusto,
      que contra el oro no hay pechos de acero. 775

Sacan las espadas

LISAURO:          Ya, justiciero Amor, no será justo
      sufrir más este agravio.
FILIBERTO:                                          ¡ Ay Dios, que muero !
LISAURO:          Paséle el pecho, salga por la herida
      el alma que a mi honra fue atrevida.
      Dentro en palacio estoy, delito grave 780
      es el que he cometido; pero admito
      la muerte por la honra, que no sabe
      quien honras guarda recelar delito.
      Venecia se alborota; aquella nave
      partirse quiere, a nado solicito 785
      alcanzarla y huír, si no me anega.
      ..........................   [-ega].

Vase.   Salen LELIO, MARCELO y otros

LELIO:          Seguid al homicida, venecianos,
      que al hijo del dux vuestro tiene muerto;
      vuestra ley y estatutos soberanos 790
      ha roto, castigad su desconcierto.
      ¿ Será bien que se os vaya de las manos
      el que a las suyas deja a Filiberto
      la vida cara ? ¿ Iráse sin castigo
      quien del dux y la patria es enemigo ? 795
      Su hermano soy, mi padre enfermo y viejo,
      faltándole el apoyo de su vida
      dará con ella en tierra siendo espejo
      de esta ciudad, por él tan bien regida.
      Si no os queréis privar de su consejo 800
      privad de libertad al homicida.
      ¡ Muera Lisauro y su arrogancia fiera !
      Seguidle, que se os va.
TODOS:                                                ¡ Lisauro muera !
MARCELO:          Sosiega, Lelio, el alterado pecho,
      que ya Venecia corre a la venganza 805
      del que este agravio a su senado ha hecho,
      y muestra que eres fuerte en la mudanza.
LELIO:          Tan sosegado estoy y satisfecho,
      Marcelo, como cierta la esperanza
      que tengo de gozar en el ausencia 810
      de Lisauro los brazos de Fulgencia.
      De las voces que doy, del sentimiento
      que muestro, tan segura el alma queda,
      que en ella viste galas de contento
      si por de fuera el luto galas veda. 815
      ¿ Nunca has visto llorar por cumplimiento
      al hijo gastador que al rico hereda ?
      Pues yo también, llorando a Filiberto,
      gracias ocultas doy al que le ha muerto;
      sin competencia, quedará por mía 820
      de Fulgencia, Marcelo, la belleza;
      los ruegos, amenazas y porfía
      derribarán, al fin, su fortaleza,
      su hacienda usurpará la señoría,
      y mujer sin marido y con pobreza 825
      ya está rendida.
MARCELO:                                     (¡ Pensamiento vano !)      Aparte
LELIO:          Si la gozo, bien muerto está mi hermano.


JORNADA SEGUNDA

Sale el DUQUE de Ferrara y dos embajadores VENECIANOS, y un CRIADO

DUQUE:          Cumplióme el cielo el deseo
      que de las paces tenía
      con la ilustre señoría 830
      veneciana; y pues las veo
      puestas en ejecución,
      las condiciones acepto
      que habéis propuesto, y prometo
      guardarlas.
VENECIANO 1:                                  Aquestas son 835
      que esta minuta declara.
VENECIANO 2:          Vuestra excelencia, señor,
      conserve el antiguo amor
      que a los duques de Ferrara
      la república ha tenido
      de Venecia, y manifieste 840
      que es el duque Alfonso de Este
      en quien ha resplandecido
      el justo agradecimiento,
      virtud que el que es noble precia.
DUQUE:          Mi padre fue de Venecia 845
      capitán, y en cumplimiento
      de su amor, es justo siga
      con mis armas y mi tierra
      su facción, y en esta guerra
      entre también en la liga. 850
VENECIANO 1:          Su capitán general
      os hace la señoría.
DUQUE:          Yo haré que en la Lombardía
      quede su nombre inmortal,
      por más que sus potentados
      contra ella se confederen. 855
VENECIANO 2:          Con Venecia poco pueden
      sus escuadrones armados.
VENECIANO 1:          La principal condición
      que habéis, señor, de guardar,
      es que nunca habéis de dar
      por ningún caso o razón
      favor a los foragidos 860
      de Venecia, y los que están
      en Ferrara se echarán,
      dentro de ocho días cumplidos
      de todo el estado vuestro.
DUQUE:          Así lo prometo y juro. 865
VENECIANO 1:          Por tener aquí seguro
      y estar tan cerca del nuestro
      vuestro estado, han sucedido
      mil libertades y insultos
      que tiene Ferrara ocultos,
      hasta haber un foragido 870
      dado muerte a Filiberto,
      hijo del dux.
DUQUE:                                  ¡ Caso grave !
VENECIANO 2:          Si acaso alguno de él sabe,
      y le lleva, vivo o muerto,
      la señoría perdona
      cualquiera delito o yerro, 875
      alzando cualquier destierro
      a quien le entregue en persona,
      y dándole juntamente
      diez mil escudos.
DUQUE:                                       Con eso
      presto le llevarán preso, 880
      porque en su busca la gente,
      si tan grande el premio es,
      no perdonará lugar,
      y mal se podrá escapar
      buscándole el interés. 885
      A lo menos en mi estado
      no será favorecido
      él ni ningún foragido.
VENECIANO 1:          Aqueso pide el senado.
DUQUE:          Echese un bando esta tarde
      de que salgan de Ferrara 890
      cuantos defiende y ampara.
CRIADO:          Haráse así.
DUQUE:                            El cielo os guarde.

Vanse los VENECIANOS

DUQUE:          Las paces y la amistad
      de Venecia le ha importado
      a mi venturoso Estado 895
      toda su seguridad;
      que es Venecia un enemigo
      que a reyes pone temor,
      y ha mostrado su valor
      cuán útil es para amigo. 900

Sale LISAURO con la espada desnuda

LISAURO:          Excelentísimo Alfonso,
      digno duque de Ferrara,
      gloria de la sangre estense,
      luz del mundo y sol de Italia,
      si el príncipe es aquel árbol 905
      que el rey Nabuco soñaba,
      a cuya sombra y favor
      tantos se arriman y amparan,
      príncipe eres y árbol noble,
      en cuyas ilustres ramas, 910
      contra borrascas de injurias,
      amparo afligidos hallan,
      ciudadano de Venecia
      soy y blanco de desgracias.
      Lisauro tengo por nombre 915
      y mi desdicha por patria.
      Nobleza heredé y hacienda,
      que, aunque una y otra medianas,
      aumenté con mercancías,
      que dan su provecho avaras. 920
      Dióme el cielo por consorte
      la misma virtud y gracia;
      hermosa para discreta,
      y para mujer honrada.
      De quince años logró amor, 925
      por fruto y primicia casta,
      una hija en la hermosura
      y virtud su semejanza.
      Vivimos los tres tres lustros
      con la dulce consonancia 930
      que hace la paz conyugal
      entre dos conformes almas,
      sin mezclar el descontento
      su aborrecible cizaña
      en los sembrados del gusto 935
      que amor recíproco guarda.
      Cansóse de esto la envidia,
      y la ociosidad liviana
      de la juventud lasciva
      tocó contra mi honra el arma. 940
      Filiberto, hijo del dux
      de Venecia, dando entrada
      a imposibles pensamientos
      y inútiles esperanzas,
      vio a mi Fulgencia, y siguióse 945
      tras el verla desearla,
      tras desear pretenderla
      y tras pretender rondarla.
      Porque como amor es yerro,
      sus eslabones enlaza 950
      de este modo, que los vicios
      unos a otros se llaman.
      Pero fue intentar Nembrot
      escalar las naves altas,
      llegar Tántalo a la fruta 955
      y alcanzar sediento el agua,
      el conquistar su firmeza
      y combatir su constancia,
      que no teme tiros torpes
      ................. [-a-a] 960
      Llegó a tanto su licencia,
      por ser su locura tanta,
      que en mi ausencia pretendió...
      ¿ dirélo, cielos ?...forzarla.
      Mas, como el vicio es cobarde, 965
      prevalecieron las armas
      de la virtud invencible;
      echó a Tarquino de casa
      más honrada que Lucrecia,
      que no es disculpa una daga 970
      a consentimientos necios
      que de cualquier modo infaman.
      Entré yo entonces en ella,
      halléla triste y turbada,
      recibióme con suspiros 975
      y preguntando la causa
      fue, si hasta allí en encubrirla
      discreta, en decirla sabia,
      que de algún modo consiente
      mujer que a tal tiempo calla. 980
      Pidióme que la sacase
      de su peligro y mi patria,
      conjuró mi justo enojo,
      y como si se comprara
      la paz a peso de perlas, 985
      lloraron sus ojos tantas,
      que las bebí para dar
      con ellas píctima al alma.
      Soseguéla y soseguéme,
      que la ira desbarata 990
      las leyes de la prudencia
      y triunfos de la templanza.
      Fui a buscar a Filiberto;
      entré en el palacio y casa
      del dux, llegué comedido, 995
      pedí con nobles palabras
      reprimiese intentos mozos,
      cortando a esperanzas vanas
      pasos que pisan honores
      y lenguas que ofenden famas. 1000
      No obligó mi cortesía,
      ................... [-a-a]
      que lo que al cuerdo refrena
      al necio enciende y abrasa;
      pues aun no me dio en respuesta 1005
      excusas acaloradas
      con palabras comedidas
      que valen hoy tan baratas.
      Díjome, y para que yo
      lo diga, pongo la cara 1010
      y los ojos en el suelo...
      díjome, en fin, en mis barbas
      que con pretender mi esposa
      y con pasear mi casa
      más honra que merecía 1015
      mi humilde sangre me daba;
      que si el recato hasta allí
      tuvo sus gustos a raya,
      daría rienda desde entonces
      a la pasión desbocada. 1020
      Juzga tú, príncipe invicto,
      si a tan bárbaras palabras
      y descorteses injurias
      fuera la paciencia infamia;
      volvió por mí la razón, 1025
      y desnudando las armas,
      dos veces abrió salida
      a su vida mi venganza.
      Alborotóse Venecia,
      y toda ella conjurada 1030
      contra mi honor defendido,
      que al poder todos le amparan.
      "Prendedle," decían a voces;
      mas cuando en tropel llegaban
      los ministros codiciosos, 1035
      arrojándoles la capa,
      como a toros, de la hacienda,
      tomé en la boca la espada,
      y hecho mi sagrado el mar,
      la vida entregué a sus aguas. 1040
      Llegué, a pesar de los tiros,
      voces, góndolas, pedradas,
      a una nave ginovesa
      que a la boca de la barra
      a los vientos daba velas 1045
      y dio ayuda a mi desgracia,
      deuda al agradecimiento
      y a su valor nuevas alas.
      Llegué a Rovigo, y en él,
      rindiéndole justas gracias, 1050
      pedí me echasen a tierra,
      parando al fin en Ferrara,
      asilo de desdichados,
      porque de mi esposa amada
      el amar, no da licencia 1055
      que me aleje de mi patria.
      De toda mi larga hacienda
      sólo me queda esta espada
      y esta vida, excelso duque,
      que de tu sombra se ampara; 1060
      empléala en tu servicio
      y defiende la venganza
      de un agraviado marido
      y una mujer injuriada.
DUQUE:          No hay para un hidalgo pecho 1065
      cosa más dura y pesada
      como el ver necesidades
      y no poder remediarlas.
      La vuestra me ha enternecido
      de suerte, que si llegara 1070
      no ha media hora a mi noticia,
      no admitiera por su causa
      las paces que ha establecido
      la señoría veneciana
      conmigo, aunque de no hacerlas 1075
      mi persona aventurara.
      Una de las condiciones
      prometidas y juradas
      es no admitir foragidos
      y mandar que luego salgan 1080
      cuantos están de Venecia
      en mis estados; ahora acaban
      de irse los embajadores.
      Culpad a vuestra desgracia
      y guardad vuestra persona, 1085
      porque al que la entregue, mandan
      diez mil escudos de oro,
      perdonan delitos y alzan
      cualquiera pena y destierro.
      Ciudades hay en Italia 1090
      donde podéis, disfrazado,
      esperar en las mudanzas
      del tiempo y de la fortuna,
      porque en toda esta comarca
      os buscan diez mil escudos, 1095
      y uno para hallarlos basta.
      Corrido estoy por ser ésta
      la primera vez que hallan
      necesidades de vida
      en mí las puertas cerradas. 1100
      Mas, para aliviar en parte
      las que la pobreza os causan,
      que a las de la misma muerte
      o se aventajan o igualan,
      tomad aqueste diamante, 1105
      y perdonad que le faltan,
      cuando no puedo dar obras,
      al sentimiento, palabras.

Vase el DUQUE

LISAURO:          ¡ Oh generoso valor
      qué bien disfrazado dejas 1110
      con dádivas tu rigor,
      pues abres puertas á quejas
      y echas candados de amor !
      Despides y favoreces,
      niegas para consolar, 1115
      y si severo pareces
      con una mano al negar,
      diamantes con otra ofreces.
      Mi desdicha me destierra,
      no tu valor celebrado, 1120
      que, como ella me hace guerra,
      vengo a ser tan desdichado
      que aun no me admite la tierra.

Sale CANDADO

CANDADO:          En busca de mi señor
      salgo huyendo de Venecia, 1125
      donde el popular furor
      muestra lo mucho en que precia
      al interés bullidor.
      No sé dónde irle a buscar;
      mas no hay cosa que más sobre 1130
      en cualquier parte o lugar
      que el hombre necio y el pobre.
      Oobre es, yo le vendré a hallar.
LISAURO:          ¡ Candado !
CANDADO:                                 ¡ Miren qué presto
      pareció ! ¿ Qué haces aquí, 1135
      si el precio sabes que ha puesto
      Venecia, y que anda tras ti
      por acá el vulgo molesto ?
      Huye, quedan un tesoro
      a quien te llevare allá, 1140
      y el interés sin decoro
      ya ves cómo correrá
      con diez mil pies, y esos de oro.
LISAURO:          No hagas caso de mi vida;
      de mi Fulgencia me di. 1145
      ¿ Llora mucho ? ¿ está afligida ?
CANDADO:          Ya lo ves, como sin ti,
      sin hacienda y perseguida
      no le ha dejado un rincón
      la justicia en que vivir. 1150
LISAURO:          ¿ Tales mis contrarios son ?
CANDADO:          Ni una cama en que dormir.
LISAURO:          ¡ Ay prenda del corazón !
CANDADO:          Con una hija casadera
      a cuestas, ya tú verás 1155
      lo que teme y lo que espera,
      la que ya no tiene más
      de esta hacienda. Si ella fuera
      madre al uso no quedara
      tan pobre, que puesta tienda 1160
      su daño no remediara,
      pues no es la peor hacienda
      una hija de buena cara.
      ¡ Mas bonita es mi señora,
      en medio de su pobreza ! 1165
      Sólo tus peligros llora,
      siendo un mármol en firmeza.
LISAURO:          No en vano el alma la adora.
      Mas deudos tiene presentes
      que la acudan.
CANDADO:                                    ¡ Desatino 1170
      indigno de hombres prudentes !
      Siempre el pobre es peregrino
      que está sin tierra y parientes.
      Si se quiere socorrer
      de sus parientes, Fulgencia, 1175
      aunque más llegue a tener,
      negarán la descendencia
      de Adán, por no la valer.
      No fíes de su favor
      ni esperanza de ellos cobres, 1180
      porque igualmente el mejor
      recibe, cuando son pobres,
      deudos y deudas, señor.
LISAURO:          Si esos faltan, allá dejo
      amigos que acudirán 1185
      a mi esposa.
CANDADO:                                 Mal consejo
      tus esperanzas te dan.
      ¿ El amigo no es espejo
      de su amigo ?
LISAURO:                                  Y muy seguro.
CANDADO:          Pues si es espejo el más fiel, 1190
      como de ti conjeturo,
      ¿ podráste mirar en él
      puesto el espejo en lo escuro ?
      Di que no, no estés perplejo.
      Pues así es la amistad, 1195
      porque el amigo más viejo,
      en viendo la oscuridad
      del trabajo, no es espejo.
LISAURO:          Candado, ya la amistad
      de la corte se retira 1200
      al destierro y soledad
      que allá reina la mentira
      y aquí vive la verdad.
      No me espanto que haya hallado
      mi desdicha ayuda en ti, 1205
      que es tu patria el despoblado,
      y a la amistad como a mí
      noblemente has hospedado.
      Yo he de volver aunque muera
      a Venecia, por sacar 1210
      mi esposa querida afuera;
      trazas sabe el amor dar
      para todo.
CANDADO:                           Esa es quimera.
LISAURO:          Muchas hace el firme amante.
CANDADO:          Señor, tu intento reporta. 1215
LISAURO:          Con un disfraz importante
      probaré mi dicha corta,
      y si vendo este diamante,
      remediaré de algún modo
      de mi esposa el mal sin tasa. 1220
CANDADO:          A seguirte me acomodo.
LISAURO:          Es ciego, por todo pasa
      amor y lo abrasa todo.

Vanse.   Salen FULGENCIA y EFIGENCIA

EFIGENCIA:          Siquiera por el amor
      que me tienes, será bien 1225
      que treguas tus ojos den
      a tu llanto y mi dolor.
      Mira que tengo temor
      que, siendo de ti homicida,
      he de quedar combatida 1230
      de quien tu fama atropella.
      Cuando no por mí, por ella
      es bien conservar tu vida.
      Si el peligroso recelo
      de mi padre te acobarda, 1235
      no temas, pues, que le guarda
      su razón y el justo cielo.
      Si te causa desconsuelo
      el dejarme a mí en pobreza
      desigual a tu nobleza, 1240
      eso no te dé temor,
      pues para dote el mejor
      es tu invencible firmeza.
FULGENCIA:          ¡ Ay Efigencia, retrato
      del padre que el ser te dio, 1245
      su discreción te dejó,
      que es de tu virtud ornato !
      ¿ Qué importa que el tiempo ingrato
      y aquesta persecución
      haya hecho ejecución 1250
      en mis bienes, males ya,
      pues quitarte no podrá
      bienes que del alma son ?.
      Tu discreción resucita
      mi esperanza con pensar 1255
      que no la puede quitar
      el que la hacienda nos quita.
      La crueldad nos necesita
      de Lelio, mas será vana
      su intención necia y tirana, 1260
      porque contra su torpeza
      es mi honra fortaleza
      que por hambre no se gana.
EFIGENCIA:          No digas de Lelio mal,
      madre, si me quieres bien, 1265
      que, aunque es justo tu desdén,
      le tengo amor inmortal.
      Cuando casi era su igual
      en hacienda y en valor,
      del alma le hice señor, 1270
      deseando ser su prenda;
      hanos quitado la hacienda
      y hame dejado el amor.
      Sin la hacienda no me atrevo
      a decirle que le adoro, 1275
      que amor caza con el oro
      que en las flechas trae por cebo;
      callando su rigor pruebo,
      que el Amor que está desnudo,
      si es ciego, también es mudo, 1280
      y si a ti se manifiesta,
      una voluntad honesta
      es la que obligarme pudo.
FULGENCIA:          Pero ¿ qué es esto ? ¡ ay de mí !
      A su combate ordinario 1285
      viene mi torpe contrario.

Salen LELIO y MARCIO

EFIGENCIA:          (¡ Ojalá fuera por mí !)             Aparte
LELIO:          Marcio, Fulgencia está aquí,
      ya tiemblo y desconfío.
      Amado tormento mío, 1290
      ¿ hasta cuándo imitarás
      en no volver paso atrás
      al tiempo veloz y al río ?
      En la tormenta aligera,
      quien no se quiere anegar, 1295
      la nave, arrojando al mar
      la hacienda, que su muerte era.
      Bella ingrata, ¿ quién creyera
      que echando al mar mi venganza
      tu hacienda, menos bonanza 1300
      hallara en ti mi deseo,
      pues cuando estás pobre veo
      que se anega mi esperanza ?
      Háblame, que me maltratas
      en silencio; amada fiera, 1305
      dame palabras siquiera,
      pues valen hoy tan baratas.
      Piedra muda que me matas
      callando por que pregone
      tu crueldad; mas ¿ quién me pone 1310
      temor ? Seré mi homicida,

Saca la daga

      quizá al quitarme la vida
      me dirás Dios te perdone.
MARCIO:          Lelio, ¿ estás loco ?
EFIGENCIA:                                              Señor,
      sosegaos, que no sabéis 1315
      cuantas vidas quitaréis
      si os mata vuestro furor.
LELIO:          ¿ Qué, no te obliga mi amor
      ni su hidalga cortesía,
      bronce duro, piedra fría ? 1320
      Dame una mano no más,
      que con ella aplacarás
      parte de la pena mía.
      Ni que a Lisauro se ofenda
      ni que tu honor pierdas pido, 1325
      yo te daré a tu marido;
      yo te volveré tu hacienda
      si me das, hermosa prenda,
      una mano.
EFIGENCIA:                           (En ella os diera            Aparte
      el alma yo, si pudiera.) 1330
LELIO:          ¿ Qué rigor te enmudeció ?
      Háblame y dime de no
      porque consolado muera.
      Si con lágrimas me venzo,
      ten lástima de que llora 1335
      un hombre.
MARCIO:                           Acabad, señora.
LELIO:          De nuevo a penar comienzo
      mi bien, mi mal.

Sale LISAURO como mercader con una caja como portugués y muchas cintas de colores, y CANDADO detrás como lencero con un fardo

CANDADO:                                    ¿ Compran lienzo:
      Cambray, Ruán, Caniguí ?

Habla CANDADO aparte a LISAURO

      Mira cuál ando tras ti. 1340
LISAURO:          El amor todo es quimeras.
      ¿ Compran tocas, tranzaderas ?
      (¿ Qué es esto, triste de mí ?
      Aparte
      Lelio mi afrenta procura 1345
      y mi esperanza alborota,
      y continuada una gota
      traspasa una peña dura.)
LELIO:          Con una mano asegura
      mi amor, tu esposo y hacienda. 1350
MARCIO:          Dale una mano por prenda
      de que tu rigor se ablanda.

Métese CANDADO por enmedio de los dos

CANDADO:          ¿ Compran tocas, lienzo, Holanda ?
LELIO:          Nunca falta quien me ofenda.
      Andad con Dios, que no hay 1355
      quien lienzo haya menester.
LISAURO:          ¿ No mandástedes ayer
      que os trujese hoy el cambray ?
FULGENCIA:          ¡ Ay, cielos !
EFIGENCIA:                               ¿ De qué es el ay ?
FULGENCIA:          Lisauro y Candado son 1360
      causa de mi confusión
      y de su muerte si aquí
      los conocen. ¡ Ay de mí !
EFIGENCIA:          Disimula tu pasión,
      pues que vienen disfrazados. 1365
LELIO:          ¿ De qué es, Efigencia, el susto
      de mi bien ?
EFIGENCIA:                              Todo es disgusto
      de los presentes cuidados.
      Como en los tiempos pasados
      se vio tan rica, y ahora 1370
      tan pobre se ve que ignora
      de dónde puede sacar
      dineros para comprar
      un poco de lienzo, llora.
LELIO:          ¿ Por eso no más ? Comprara 1375
      una lágrima mi amor
      derramada en mi favor,
      aunque mi hacienda empeñara.
      ¿ Que hacéis ? Ocupad la vara;
      comenzá a medir las dos. 1380
LISAURO:          ¿ Habéislo de pagar vos ?
LELIO:          Medid; no os dé eso cuidado.
LISAURO:          (¿ Daréle muerte, Candado ?)            Aparte
CANDADO:          Midamos, ¡ cuerpo de Dios !
      ..................... 1385
      .......................
      .......................
      .......................
      .......................
      ................... [-ida] 1390
      Y advierte que sin medida
      te pierdes, si no reparas
      que vendiendo el lienzo a varas
      pasas a dedos la vida.
LISAURO:          Aquésta, señora, es caza. 1395

Hablan aparte FULGENCIA y LISAURO

FULGENCIA:          Mi bien, en balde será
      la que el interés me da.
LISAURO:          Sí, pero mucho adelgaza.
FULGENCIA:          Tiene muy bellaca hilaza.
LISAURO:          ¿ Quién ?
FULGENCIA:                      Nuestro perseguidor, 1400
LISAURO:          ¡ Ay, dulce esposa !
FULGENCIA:                                       ¡ Ay, amor !
LISAURO:          ¿ Cómo estáis ?
FULGENCIA:                                  Como sin ti.
LISAURO:          ¿ Pobre y perseguida ?
FULGENCIA:                                          Sí.
LISAURO:          ¡ Sin hacienda !
FULGENCIA:                                  Y con honor.
      .................... 1405
      .......................
      .......................
      .......................
      .......................
      Calla, mi bien.
LISAURO:                                    Desespero. 1410
MARCIO:          El dinero es un tercero
      que el bronce más duro ablanda.
      Con achaque de la holanda
      la puedes dejar dinero,
      y partirte satisfecho 1415
      de que su amor gozarás,
      que hasta recibir no más
      resiste el más firme pecho;
      pues que lo más tienes hecho,
      lo menos traza y ordena. 1420
      Pagad con esta cadena
      y estos doblones ahora
      el lienzo, y después, señora,
      con menos crueldad mi pena.

Echa encima del fardo la cadena y un bolsillo, y vanse MARCIO y LELIO.   LISAURO toma el dineroy cadena en la mano y dice

LISAURO:          ¡ Oh, mal haya el inventor 1425
      que del centro de la tierra
      sacó para hacernos guerra
      tu peligroso valor !
      Pestilencia del honor,
      por ver lo que al mundo dañas 1430
      te echó a cuestas mil montañas
      naturaleza propicia;
      pero la infernal codicia
      te sacó de sus entrañas.
      Como abortivo has nacido 1435
      abriendo el vientre en que naces,
      que eres mal nacido y haces
      las obras de mal nacido.
      El color tienes perdido,
      que es propiedad del traidor 1440
      andar siempre con temor,
      por eso de ti sospecho
      que por los males que has hecho
      naces perdido el color.
      Si eres fuego que a abrasar 1445
      vienes mi fama y sosiego,
      para matar tanto fuego
      necesario es todo un mar,
      En él te quiero arrojar;

Arrójalo todo al vestuario

      sus aguas quema y abrasa, 1450
      que si la pobreza escasa
      te da hospedaje y consiente,
      tú eres tal, que brevemente
      te alzarás con honra y casa.
      ¡ Esposa del alma mía ! 1455
      ¡ Efigencia de mis ojos !
FULGENCIA:          ¡ Dulce paz de mis enojos !
EFIGENCIA:          ¡ Centro de nuestra alegría !
LISAURO:          Lelio combate y porfía,
      poco importa ser Lucrecia, 1460
      si al fin Tarquino se precia
      de que fue su violador.
FULGENCIA:          Pues ¿ qué remedio ?
LISAURO:                                        El mejor
      es sacarte de Venecia.
FULGENCIA:          Esto ¿ cómo será ansí, 1465
      si a mi casa ha puesto guarda
      la señoría, que aguarda
      prenderte, mi bien, por mí ?
      No te detengas aquí,
      ni ofenda tu pensamiento 1470
      más mi casto y noble intento,
      que dando a mi honor quilates
      seré contra sus combates
      roca al mar y torre al viento.
      ¿ Dónde piensas ampararte 1475
      de diez mil contrarios mudos,
      digo, de diez mil escudos,
      mi bien, que van a buscarte ?
      ¿ Tendrá el mundo alguna parte
      donde puedas esconderte 1480
      del oro que va a prenderte ?
LISAURO:          Sí, Fulgencia; mi sagrado
      es la lealtad de Candado,
      asilo contra la muerte.
      A pesar del interés, 1485
      su casa me da favor.
CANDADO:          Disfrazado de pastor
      por verte, vengo cual ves,
      hecho un asno portugués.
FULGENCIA:          Ejemplo de lealtad 1490
      serás.
CANDADO:                        Prólogos dejad
      y vámonos, que es crÜel
      el peso de este fardel.
LISAURO:          Este diamante tomad,
      Fulgencia, porque en la fe 1495
      de vuestra lealtad se engaste,
      que no habrá quien os contraste
      si le imitáis; dueño fue
      suyo un duque en quien se ve
      la magnificencia rara 1500
      de su sangre ilustre y clara,
      y yo espero, esposa, en Dios,
      que tendrá el valor en vos
      que en el duque de Ferrara.
      .....................[-ida] 1505
      ..........................
      ..........................
      .......................    [-ida]
FULGENCIA:          ¿ Qué ? ¿ Os vais, señor de mi vida ?
LISAURO:          A veros vendrá Candado 1510
      cada día.
FULGENCIA:                           Con cuidado
      quedo, hasta saber que estáis
      libre del riesgo en que vais.
LISAURO:          Mayor el vuestro me ha dado.
      ¿ Dejaréisme ?
FULGENCIA:                                  Es imposible. 1515
LISAURO:          ¿ Si os persiguen ?
FULGENCIA:                                       Resistir.
LISAURO:          ¿ Hasta cuándo ?
FULGENCIA:                                    Hasta morir.
LISAURO:          ¡ Gran fortaleza !
FULGENCIA:                                     Invencible.
LISAURO:          ¡ Que os dejo !
FULGENCIA:                                 ¡ Pena terrible !
LISAURO:          ¡ Que os quedáis !
FULGENCIA:                                  Quedáis en mí. 1520
LISAURO:          ¿ Sois mi esposa ?
FULGENCIA:                                       Mi bien, sí.
LISAURO:          ¿ A quién amáis ?
FULGENCIA:                                    Sólo a vos.
LISAURO:          ¡ Ay mi bien, adiós !
FULGENCIA:                                           Adiós.
CANDADO:          ¡ Compren lienzo, caniquí !

Vanse


JORNADA TERCERA

Salen LISAURO de labrador y CANDADO

LISAURO:          No pongo en cosa, Candado, 1525
      mi gusto que me le dé;
      contra mí se ha conjurado
      todo el mundo, ¿ adónde iré
      para no ser desdichado ?
      Que la amistad ponga trato 1530
      con el interés, ya ha sido
      ley del mundo sin recato
      no me espanta del olvido
      del amigo que es ingrato.
      Pero que también persigan 1535
      las cosas inanimadas,
      a un desdichado, y que sigan
      leyes en vicio fundadas,
      que a la ingratitud obligan,
      esto me asombra y me espanta; 1540
      hasta la tierra que piso
      parece que se levanta
      contra mí. Cuanto diviso,
      aire, fruto, piedra, planta,
      parece que se conjura 1545
      y con semblante inclemente
      huye de mi desventura.
      Para mí llora la fuente
      cuando reírse procura.
      Ya en tu casa me aborrecen 1550
      tus hijos y tu mujer;
      mis desdichas lo merecen.
CANDADO:          ¿ Pues qué hicieran a saber
      quién eres y lo que ofrecen
      los que tu ventura escasa 1555
      persiguen ?
LISAURO:                           Tu esposa dice
      que desde que entré en tu casa
      cuanto tiene es infelice:
      los trigos el cierzo abrasa,
      cómese el lobo al ganado, 1560
      y, en fin, viñas, prados, gente,
      todo por mí ha desmedrado.
CANDADO:          Parécense extrañamente
      la tiña y el desdichado.
      Como es la mala fortuna 1565
      tiña y peste, donde llega
      no deja cosa ninguna,
      sarna que luego se pega
      su contagión importuna.
      Pero si en tiempo apestado 1570
      se conoce la lealtad
      del amigo y del criado
      y es peste tu enfermedad,
      no te ha de dejar Candado,
      por más que el tiempo crÜel 1575
      apartarme de ti crea,
      pues cuando por ti y por
      él, rico y dichoso no sea,
      a lo menos seré fiel.
      Candado soy y cerrado 1580
      para guardarte, y aunque eres
      infeliz y desdichado,
      mientras que tú no la abrieres,
      mi lealtad va con candado.
      Mira del modo que intentas 1585
      favorecer a tu esposa;
      porque con nuevas tormentas
      la riqueza poderosa
      maquina trazas violentas.
      Lelio, que por bien no alcanza 1590
      la posesión de su amor,
      abre puerta a la venganza,
      y en los brazos del rigor
      alimenta su esperanza.
      Porque no pueda salir 1595
      de Venecia, hace guardar
      su casa, sin permitir
      irla nadie a visitar.
LISAURO:          Menos mal fuera morir.
      Pues ¿ qué come, si es que tiene 1600
      ya mi esposa que comer ?
      Todo contrario me viene;
      ¿ luego no podrá vender
      el diamante ?
CANDADO:                                 Ni conviene,
      que quien le quitó la hacienda 1605
      mejor quitará el diamante.
LISAURO:          ¡ Ay cara y hermosa prenda !
      Muera tu esposo delante
      de tus ojos y no ofenda
      mi desdicha de esa suerte 1610
      tu constancia no rendida;
      yo voy a morir y a verte,
      que por remediar tu vida
      quiero que me den la muerte.
CANDADO:          ¿ Estás sin seso, señor ? 1615
LISAURO:          Morir quiero.
CANDADO:                                  Desear
      la muerte más es temor
      y flaqueza que alcanzar
      nombre digno de valor.
LISAURO:          ¿ No podré ver a Fulgencia 1620
      otra vez dando disfraz
      que me lleve a su presencia ?
CANDADO:          Nunca el capitán sagaz
      tienta, si tiene prudencia,
      la fortuna poco fuerte 1625
      dos veces, porque si funda
      en la primera su suerte,
      suele estar en la segunda
      la celada de su muerte.
      Yo iré a Venecia cual suelo, 1630
      que soy menos conocido
      y me es más piadoso el cielo.
      Del carbón que hemos cocido
      haré cargas, venderélo,
      y dándole el precio de él 1635
      a Fulgencia, que conmigo
      no será Lelio crÜel,
      ni creerá que a un su enemigo
      cubre mi tosco buriel.
      Dándome entrada segura 1640
      remediaré su pobreza,
      daré alivio a su hermosura,
      y alentaré su firmeza
      mientras tu destino dura.
      Esto quiero, y es razón 1645
      que aqueste gusto me des.
LISAURO:          ¡ Ay leal Efestión !
      Ni te vence el interés
      ni te obliga la opinión
      de la fingida amistad; 1650
      quisiera Alejandro ser
      para pagar tu lealtad.
CANDADO:          El carbón voy a poner;
      hoy entrará en la ciudad,
      sufre tu infeliz estado; 1655
      que aquél, si fuere animoso
      estará, aunque despreciado,
      más cerca de ser dichoso
      que fuese más desdichado.

Vase

LISAURO:          Correspondencias y tratos 1660
      en Italia tenía yo,
      con mercaderes que, ingratos,
      la necesidad buscó
      sus partidas y contratos.
      Pues si es verdad lo que digo, 1665
      los amigos, ¿ dónde están,
      que siempre andaban conmigo ?
      Mas las hormigas no van
      a las eras si no hay trigo.
      El que ve la golondrina 1670
      en el verano labrar
      casa firme, ¿ no imagina
      cuán de asiento quiere estar
      por su huéspeda y vecina ?
      ¿ No parece el nido eterno 1675
      que ha fortalecido tanto ?
      ¿ No le alegra el canto tierno ?
      Pues nido, hospedaje y canto
      todo lo deja al invierno;
      que me quejo, pues, en vano 1680
      si mi invierno va conmigo.
      Faltó el sol y faltó el grano;
      si es golondrina el amigo,
      él volverá en el verano.

Sale VERINO Y DIODORO

VERINO:          El duque de nuevo ha echado 1685
      de Ferrara a los bandidos
      que Venecia ha desterrado;
      y así somos compelidos
      a sacar de aqueste estado
      a nuestro padre Honorato, 1690
      cuya vejez afligida
      remediar, Diódoro, trato.
DIODORO:          ¿ Cómo, si contra su vida
      se conjura el cielo ingrato ?
VERINO:          Rico en Ferrara vivía 1695
      con el crédito y hacienda
      que por Lisauro tenía,
      cuya nobleza no ofenda
      jamás la Fortuna impía.
      Pero hala vuelto a perder 1700
      como el crédito ha faltado
      de Lisauro, y no ha de haber
      otro Lisauro estimado
      que le vuelva a socorrer.
      También él anda por todo 1705
      desterrado y afligido,
      y, aunque donde habita ignoro,
      por su vida ha prometido
      diez mil escudos de oro
      el veneciano senado, 1710
      volviendo a la patria y tierra
      a cualquiera desterrado
      que le lleve.
LISAURO:                                 (¡ Tanta guerra,          Aparte
      cielos, contra un desdichado !
      Pero ¿ qué es esto ? ¿ No veo 1715
      a Diodoro y a Verino ?
      O me engaña mi deseo
      o en ellos el favor vino
      que en otros hallar no creo.
      A su padre di la vida 1720
      con la hacienda y libertad
      que ahora lloro perdida.
      ¿ Es mucho de esta amistad
      que los réditos les pida ?)
      Quiero llegar.
DIODORO:                                       Avisado 1725
      está mi padre que aquí
      venga a hablarnos.
LISAURO:                                        (Ea, cuidado,    Aparte
      ¿ qué teméis ? ¿ Llegaré ? Sí
      Mas no, que soy desdichado.
      Y aunque Verino y Diodoro 1730
      de mi amistad son testigos,
      lo que en ellos tengo ignoro,
      que más querrán por amigos
      diez mil ducados de oro.)
DIODORO:          ¿ Eres Lisauro ?
LISAURO:                                        Solía; 1735
      ya soy pelota del tiempo
      que hasta el cielo subía
      sirviendo de pasatiempo
      a la Fortuna algún día.
      Ya me ha abatido de traza 1740
      que, despedazada y rota,
      según lo que me amenaza,
      si del tiempo fui pelota,
      ya soy de la muerte chaza.
      De cuantos amigos tengo, 1745
      o por mejor decir, tuve,
      sólo a descubrirme vengo
      a los dos.   Dudoso estuve;
      mas ya mi dicha prevengo
      en vosotros, que el valor 1750
      que os ilustra y ennoblece
      y el ofrecido favor
      a vuestro padre, merece
      que satisfagáis mi amor.
VERINO:          La mayor satisfacción, 1755
      Lisauro, es la natural;
      a esto inclina la razón
      y la deuda filial,
      que es precisa obligación.
      Mi padre está desterrado; 1760
      a quien te lleve a Venecia
      vivo, el destierro han alzado;
      en tanto, Lisauro, precia
      darte la muerte el Senado.

Cógenle por detrás y átanle a un árbol

DIODORO:          Perdona, que a la amistad 1765
      siempre el amor se antepone
      del padre.
LISAURO:                            ¡ Ah infames !   Soltad,
      si no queréis que pregone
      la fama vuestra crueldad.
      Siquiera por descubrirme 1770
      a los dos y por fiarme
      de vuestra lealtad no firme
      habíades de guardarme,
      no prenderme y perseguirme.
VERINO:          Somos hijos; el amor 1775
      puede más que la amistad;
      mi padre pide favor.
LISAURO:          ¿ Y esto es darle libertad ?
      Infamia diréis mejor,
      y si a la experiencia llego 1780
      de ver pagar mal por bien,
      desde hoy diga el vulgo ciego,
      "Haz mal sin mirar a quien,
      haz bien y guárdate luego."

Sale HONORATO

HONORATO:          Aquí mis hijos dijeron 1785
      que me esperaban.
LISAURO:                                       Atad
      manos que tan sueltas fueron
      que su hacienda y libertad
      av uestro padre ofrecieron.
HONORATO:          Hijos, ¿ qué es esto ?
DIODORO:                                                 Señor, 1790
      ya el cielo ocasión ha dado
      con que, por nuestro favor,
      a Venecia restaurado
      goces tu hacienda y valor.
      El senado ha prometido 1795
      libertad al que entregare
      a Lisauro foragido
      y vivo allá le llevare.
      Hánosle el cielo ofrecido
      aquí, y aunque formes quejas 1800
      de que le pagamos mal,
      deudas y amistades viejas,
      la obligación natural
      nos cierra al fin las orejas.
HONORATO:          ¡ A poder desengendraros, 1805
      infames, por honra mía,
      el ser volviera a quitaros
      que os di ! ¡ Maldito sea el día
      que hijos pude llamaros !
      ¿ La vida que tengo yo 1810
      y la vuestra no es toda una ?
      Pluguiera al cielo que no,
      a pesar de la Fortuna.
      ¿ Lisauro no me la dio ?
      Pues ¿ será paga debida, 1815
      desconocidos, villanos,
      que vida que dio la vida
      a un padre y a dos hermanos
      hoy por ellos sea vendida ?
      ¿ La vida ponéis en venta 1820
      de Lisaura ? ¿ La lealtad
      del mundo que honrarle intenta ?
      ¿ Esto es darme libertad
      o es darme perpetua afrenta ?
      ¿ Con qué cara podré yo 1825
      a mi patria restaurado
      ir ? Este es quien vendió
      ingratamente al senado
      al que la vida le dio.
      ¿ Ya tenéis las lenguas mudas ? 1830
      Pero si, que en tales tratos
      os convencerán mis dudas;
      símbolos de los ingratos,
      con vosotros ya hay tres Judas.
      ¿ Quién pudiera con dos lazos 1835
      daros la muerte como a él ?
      Desate mi amor los brazos,
      Lisauro, de este cordel
      para que me den abrazos.

Desátale y dale una espada

      Y para que aquesta espada 1840
      cobre venganza debida,
      su muerte es bien empleada.
      No son mis hijos, la vida
      les quitad ya deshonrada.
LISAURO:          A tal nobleza y valor 1845
      no hay satisfacción ni precio.
      Con los brazos es mejor
      pagaros.   El celo necio
      de vuestros hijos fue amor.
      Y aunque no hay obligación 1850
      natural por quien la cuadre
      a hacer al hijo traición,
      hijos de tan noble padre
      merecen por él perdón.
      Yo os le doy, escarmentado 1855
      en mí mismo; y porque siente
      pena y vergÜenza el culpado
      siempre que tiene presente
      a persona que ha injuriado,
      quiero con vuestra licencia 1860
      partirme.
HONORATO:                           Cifróse en vos
      la lealtad y la prudencia.
LISAURO:          Amigos, adiós.
HONORATO:                                    Adiós.
LISAURO:          ¡ Ay mi querida Fulgencia !

Vase

HONORATO:          Quitaos delante de mí 1865
      afrenta de la virtud,
      y de la sangre que os di,
      centro de la ingratitud,
      y no os llaméis desde aquí
      mis hijos, que no merece 1870
      tal nombre vuestra traición.
VERINO:          Cordura el callar parece
      que convence la razón.
DIODORO:          Y la traición enmudece.

Vanse.   Salen LELIO y MARCIO

LELIO:          He publicado que Lisauro es muerto 1875
      y por Venecia corre aquesta fama,
      tanto que no hay persona que por cierto
      no la publique.
MARCIO:                              ¡ Pobre de quien ama !
LELIO:          Antes espero así salir al puerto
      de mi esperanza y obligar mi dama 1880
      a que, muerto su esposo y mi enemigo,
      su mal remedie por casar conmigo.
      Fingiré desposarme en secreto,
      que en público, recién muerto su esposo,
      querrá guardarle el luto y el respeto 1885
      a las lenguas del vulgo licencioso;
      y si una vez mi amor pongo en efecto
      y aplaco aqueste fuego riguroso
      que entre esperanzas leves, entretengo
      gozo a Fulgencia y a mi hermano vengo. 1890
MARCIO:          La traza es extremada, aunque indecente
      a tu valor.
LELIO:                              ¿ Decencias, Marcio, pides ?
      ¿ No sabes que es amor guerra inclemente
      y que en guerra son lícitos ardides ?
      No repares en ese inconveniente 1895
      si con la vara del peligro mides
      el que corre mi vida en verdes años,
      si a Fulgencia no gozan mis engaños.
      Aquí sus ojos vierten el tesoro
      de las Indias del sur de su hermosura 1900
      por su fingido muerto; aquí la adoro,
      y aquí mi amor su libertad procura.
MARCIO:          Quien llora perlas, si con lienzos de oro
      enjuga el llanto, juzgará aventura
      por quien el oro la ofreció el verterlas, 1905
      porque son muy parientes oro y perlas.
      Pero a Efigencia, que a su madre imita
      en la virtud, belleza y en el llanto,
      sale al encuentro.

Sale EFIGENCIA

EFIGENCIA:                                  (Amor, ¿ cómo no os quita      Aparte
      el poder que tenéis tormento tanto ? 1910
      ¿ Al que mató a mi padre y solicita
      a mi madre adoráis ? ¡ Parece encanto !
      Un padre muerto lloran mis desvelos;
      Lelio me causa amor, mi madre celos.
      Pero presente tengo a mi enemigo, 1915
      si así llamar a quien adoro puedo.
      Amor enredador, sed vos conmigo,
      que me importa la vida cierto enredo.)
LELIO:          Bella Efigencia, si por vos no obligo
      a vuestra madre, sin remedio quedo. 1920
      Vuestro padre murió; Fulgencia hermosa
      os pude remediar siendo mi esposa.
EFIGENCIA:          Débéisme, Lelio, tanto, que he antepuesto
      a mi difunto padre vuestro gusto;
      mi madre por mi causa...
LELIO:                                                 Decid presto. 1925
EFIGENCIA:          En medio de sus penas y disgusto
      admite vuestro amor casto y honesto.
LELIO:          ¡ Oh nueva venturosa, oh premio justo
      de Jacob por Raquel perseverante !
      ¡ Oh venturoso fin de un firme amante ! 1930
EFIGENCIA:          En respuesta del vuestro, Lelio, envía
      este papel, no de su propia mano,
      que no quiere dar muestras en un día
      tan grandes, que su amor llaméis tirano;
      pero bastan que vengan de la mía. 1935
LELIO:          ¡ Qué tal escucho, cielo soberano !
MARCIO:          ¿ No te lo dije yo ? ¿ Ves como el oro
      enjuga perlas ?
LELIO:                                  De contento lloro.
EFIGENCIA:          Este diamante solo que ha quedado
      perseverante entre la mucha hacienda 1940
      que nos hizo quitar dux y senado,
      sin que su amor permita que se venda,
      también os le presenta.
LELIO:                                                ¡ Ya he llegado
      al colmo de mi dicha !   ¡ Oh rica prenda !
      No por la clara luz que en ti el sol cría, 1945
      sino por el valor de quien te envía
      la boca pongo en ti una y mil veces.
EFIGENCIA:          Fue la joya primera que mi padre
      la dio, y en fe que suceder mereces
      en su amor y lugar, la da mi madre. 1950
LELIO:          Esta cadena toma, pues me ofreces
      tal dicha, tanto bien; y porque os cuadre
      mi gozo a todos; escuchad ahora
      lo que escribe Fulgencia, mi señora.

Lee

      "A tanta perseverancia vuestra y desdicha 1955
      mía no me puedo persuadir sino que el
      cielo está de vuestra parte y quiere que,
      muerto mi señor y esposo, sucedáis en su
      lugar y amor. Temeridad será el resistirle;
      mas sólo os suplico deis lugar a que el 1960
      sentimiento y luto cumpla con la obligación
      que le tengo y con las lenguas del vulgo,
      que bien podéis entretener deseos con
      esperanzas tan ciertas como la firmeza de
      este diamante, única prenda y bien estimada 1965
      de mi primer esposo y ahora del que ha de
      serlo segundo. No escribo de mi mano,
      porque hasta dárosla tiembla de vergÜenza.
      Guárdeos el cielo y hágaos más dichoso que
      vuestro antecesor. Vuestra, Fulgencia." 1970
      ¡ Oh letras venturosas, breve suma
      de la vitoria que mi dicha pinta !
      ¡ Bendiga el cielo al que inventó la pluma,
      el que el papel halló, letras y tinta;
      jamas el tiempo viciador consuma 1975
      su nombre ilustre, sino que en sucinta
      y breve historia en bronce esculpa y grabe
      su nombre ilustre y su memoria alabe !
MARCIO:          A tu dama celebra y deja ahora
      las letras, el papel y su alabanza. 1980
LELIO:          ¿ Que Fulgencia, Efigencia, es mi señora ?
      ¿ Que el premio ofrece ser de mi esperanza ?
      A no temer el alma que la adora
      los daños y el rigor de una tardanza,
      perdiera el seso quien su amor contempla. 1985
EFIGENCIA:          Por eso el gusto con pesares templa;
      pero no tanto, Lelio, que te impida
      el hablarla esta noche; si la ruegas
      que de la luna el resplandor despida,
      y, pues Amor es ciego, venga a ciegas, 1990
      yo haré que a una ventana prevenida
      puedas hablarla, si a las doce llegas
      con la traza que pide el que es discreto.
LELIO:          Solícito vendré, solo y secreto.
EFIGENCIA:          Pues vete ahora, y quita inconvenientes 1995
      de quien aquí te viere tan contento.
LELIO:          Bien dices; tus consejos son prudentes,
      grande es; mi obligación, un casamiento
      ilustre te prometo. Adiós.

Vanse LELIO y MARCIO

EFIGENCIA:                                                         No intentes
      darme otro esposo sino el que yo intento, 2000
      que es a ti mismo. Amor ciego y desnudo,
      a enredos ciegos das un ciego nudo.
      Adoro a Lelio, y finjo que mi madre
      por esposo le admite, cuando llora
      más que Aganipe por mi muerto padre, 2005
      y más que por Memón la fresca Aurora.
      En su nombre escribí, que aunque me cuadre
      fama y nombre, desde hoy, de enredadora,
      ya sabemos que amor no tiene hazañas,
      sino solos enredos y marañas. 2010
      El diamante la hurté, que, en fin, no es nuevo
      ser ladrón el Amor; si a ser mi esposo
      le obligo, aquesta noche el premio llevo
      que merece un ingenio cauteloso.
      Quiérole mucho.   A mucho, Amor, me atrevo. 2015
      Grande es mi ingenio, pero provechoso;
      pues si es mi dueño Lelio, de Lisauro
      guardo el honor y su valor restauro.

Vase.   Salen JULIO y DECIO y CANDADO asido

JULIO:          De Lisauro sois criado
      y cómplice en su delito. 2020
CANDADO:          Lo primero yo lo admito,
      lo segundo os ha engañado;
      por que yo ni a nadie he muerto
      ni hice tal bellaquería.
DECIO:          ¿ No huisteis con él el día 2025
      que dio muerte a Filiberto ?
CANDADO:          ¡ Válanos Dios ! Yo no huí,
      sino viendo que quedaba
      sin amo y que, se escapaba,
      a mi aldea me volví, 2030
      y ahora traigo carbón
      que vender.
JULIO:                            Venga al senado,
      que eso es mentira.
CANDADO:                                       (Candado,            Aparte
      ya estás en la tentación.)
JULIO:          El dux lo manda; ea, andemos. 2035

Salen LELIO y MARCIO

LELIO:          Marcio, no ama quien es cuerdo;
      de contento el seso pierdo.
MARCIO:          El Amor, todo es extremos.
LELIO:          ¿ Qué es esto ?
CANDADO:                                    Señor: yo soy,
      o fuí, si a decirlo acierto, 2040
      criado antaño del muerto
      Lisauro.   Hele visto yo
      finar, y vengo a cobrar
      lo que el dux ha prometido
      a quien hubiere sabido 2045
      su muerte. Entré en el lugar
      y, apenas en él me vi,
      cuando aquestos dos alanos
      me echaron ambas las manos;
      hacen presa y pinta en mí. 2050
LELIO:          ¿ Morir a Lisauro has visto ?
CANDADO:          Sí, señor, por estos ojos
      que tien de comer gorgojos;
      ya habrá cenado con Cristo.
LELIO:          Marcio, ¿ hay ventura mayor ? 2055
      ¿ Que la muerte que he fingido
      verdadera haya salido ?
MARCIO:          Está de tu parte Amor.
      No me espanto.
LELIO:                                     En mi servicio
      quiero que estés desde hoy; 2060
      dueño de Fulgencia soy
      y ser tu dueño codicio.
      Que si a Lisauro sucedo
      y es mi esposa su mujer,
      desde hoy le he de parecer 2065
      en todo.
CANDADO:                           Con vos me quedo.
      Mas ¿ qué decís de Fulgencia ?
LELIO:          Que es mi esposa y mi bien ya.
CANDADO:          ¿ La viuda ?
MARCIO:                            Claro está.
CANDADO:          ¿ Pues no es cargo de conciencia 2070
      que tan presto olvide el luto ?
LELIO:          Esta noche he de ir a vella,
CANDADO:          ¿ A su casa ?
LELIO:                               Sí.
CANDADO:                                    ¿ Y con ella ?
LELIO:          Con ella, pues.
CANDADO:                                    ¡ Oste puto !
LELIO:          Vamos, y en llegando a casa 2075
      de noche, me vestiré.
CANDADO:          (Yo y todo me escurriré                        Aparte
      y le diré lo que pasa
      a mi amo.
LELIO:                               (¡ Que he de ser            Aparte
      tu esposo, Fulgencia amada ! 2080
      ¡ Gran dicha !)
CANDADO:                               (¡ Viuda y casada          Aparte
      en un día ! ¡ Oh, roin mujer !

Vanse.   Sale LISAURO y tras él cuatro LABRADORES

LABRADOR 1:          Echadle con el pecado.
LABRADOR 2:          Después que está en el lugar
      todos hemos desmedrado, 2085
      hasta venirse a quemar
      la casa que le ha hospedado.
LABRADOR 3:          ¡ Válgate la maldición,
      por hombre o por desventura !
LABRADOR 4:          La desdicha es contagión. 2090
LABRADOR 1:          Por verdad mos dijo el cura
      el otro día en el sermón,
      que se ahogaban en el mar
      todos los que iban con él.
LABRADOR 2:          En él lo habíamos de echar. 2095
LISAURO:          Ea, Fortuna crÜel,
      acábate de vengar.
      Echadme, no tengáis pena,
      que el mar me recibirá,
      pues la tierra me condena; 2100
      mas para mí aun no tendrá
      todo el mar una ballena.
LABRADOR 3:          Yo os juro a Dios, si os volvéis
      al puebro, que os he de ahorcar.
LABRADOR 4:          Qué diabros con vos traéis ? 2105
LABRADOR 1:          Dejadle.
LABRADOR 3:                        Volveos a entrar,
      que vos mos la pagaréis.

Vanse los LABRADORES

LISAURO:          Ea, Fortuna convoca
      toda la furia y violencia
      que contra mí se provoca, 2110
      porque para mi paciencia
      toda tu potencia es poca.
      ¡ Ah, Candado, por leal
      mi desdicha has heredado !
      Si la sombra del nogal 2115
      significa al desdichado
      que a cuanto alcanza el mal,
      nogal, mi suerte me nombra,
      por fuerza te ha de alcanzar
      la desdicha que me asombra, 2120
      pues te quisiste arrimar
      a tan desdichada sombra.

Sale CANDADO

CANDADO:          No le quisiera traer
      las nuevas a mi señor
      que le traigo, que han de ser 2125
      muerte suya y de su honor;
      mas si las ha de saber
      por otro, sepa por mí
      el mal que por su honra pasa.
LISAURO:          ¿ Candado ?
CANDADO:                            (Ya enmudecí.)             Aparte 2130
LISAURO:          Ya el cielo quemó tu casa.
      porque yo en ella viví.
      De tu lugar me han echado,
      ¡ tanto mi desdicha pudo !
      Tú solo firme has quedado; 2135
      Habla; ¿ de qué estás mudo ?
CANDADO:          Candado está con candado.
LISAURO:          ¿ Cómo queda mi Fulgencia ?
      ¿ Cómo mi Efigencla está ?
      ¿ Consolólas tu presencia ? 2140
      ¿ Callas ? No por bien será.
      No pruebes más mi paciencia.
      ¿ Venció el interés crÜel
      a la pobreza inconstante ?
CANDADO:          No hay resistencia con él. 2145
      ¿ Conoces este diamante ?
LISAURO:          Sí.
CANDADO:          Pues mira este papel.

LISAURO lee para sí

      Tu enemigo ha publicado
      por Venecia que eres muerto; 2150
      creyólo el dux y senado,
      lloró Fulgencia, por cierto
      lo que tenía deseado.
      Llegó Lelio la mañana
      de la nueva, ofreció ser 2155
      su esposo, y es cosa llana
      que esto de boda en mujer
      es tentación de manzana.
      Porque el mismo día y punto
      que oyó casamiento, dio 2160
      a la parroquia el difunto,
      el luto en verde aforró,
      triunfó Roma de Sagunto,
      y Efigencia, que también
      la tentación de marido 2165
      le hace andar a ten con ten,
      de secretaria ha servido,
      y como tus ojos ven,
      este papel escribió
      por su madre, a quien ofrece 2170
      a Lelio, y con él le dio
      el diamante que merece
      no serlo, pues se mudó
      tan presto. Llegó Candado
      con las cargas de carbón; 2175
      conocióme en el mercado
      un alguacil socarrón,
      quiso llevarme al senado.
      Dije que muerto te había
      y que por el justo precio 2180
      del homicidio venía;
      creyóle el amante necio,
      llevóme en su compañía,
      y yo, hurtándole el diamante
      que te di con el papel, 2185
      he venido de portante
      a que conozcas por él
      lo que refiere importante.
      Concluyo con que a Fulgencia
      esta noche ha de ir a hablar 2190
      el que te hace competencia,
      y tu honra se ha de quedar
      a la luna de Valencia.
LISAURO:          Calla, no digas más, la boca cierra,
      tan elocuente a pronunciar mi muerte. 2195
      ¡ Ya dio con toda la Fortuna en tierra !
      ¡ La honra derribó mi triste suerte !
      ¿ Mi Efigencia y mi esposa me hacen guerra ?
      ¿ La firme, la mujer constante y fuerte,
      tan presto se mudó que me ha olvidado ? 2200
      Mas todo le persigue a un desdichado.
      ¡ Afuera, ropas, que en venir conmigo
      se os pegará la peste que me abrasa !
      ¡ Afuera, seso, no me seas testigo
      del mal que por mi fama y honra pasa ! 2205
      Aquesta noche asalta mi enemigo
      mi honor por las paredes de mi casa.
      ¡ Defenderle o morir !   Que si es honrado,
      no seré en eso solo desdichado.

Vase LISAURO

CANDADO:          Al mar se echó, que para tanto fuego 2210
      el agua, con ser tanta, aún no es bastante;
      las olas corta, si a ayudarle llego,
      desde una nave le seré importante.
      Góndolas hay aquí, desasosiego
      de celos confirmados, ya a un amante 2215
      dais tormento, ¿ qué haréis al que es casado ?
      Leal tengo de ser, si él desdichado.

Vase.   Sale EFIGENCIA a la ventana

EFIGENCIA:          Noche hermosa, en cuyos brazos
      duerme seguro el sosiego,
      y para no despertarle 2220
      escolta le hace el silencio,
      así jamás rayos rojos
      ofusquen tus ojos negros
      ni el sol en brazos del alba
      te salga a inquietar tan presto, 2225
      que favorezcas mi amor
      y des ayuda a mi enredo
      para que, en vez de Fulgencia,
      goce Efigencia de Lelio.

Salen LELIO y MARIO, como de noche

MARCIO:          Mira que está en la ventana 2230
      tu dama.
LELIO:                      ¡ Oh, piadosos cielos !
      ¡ Sol de noche, luz a escuras,
      gran milagro ! Marcio, llego.

Sale LISAURO desnudo y mojado

LISAURO:          (En las alas de las olas                Aparte
      del mar, para todos fiero, 2235
      sólo para mí piadoso,
      si es piedad no haberme muerto,
      llegué volando, señal
      que a ver mi deshonra llego;
      porque el bien siempre es pesado, 2240
      como los males ligeros.
      Esta es mi casa.   ¡ Ay de mi !
      Dos hombres hablando veo
      a mi adúltera ventana.
      Arrimad escalas, celos, 2245
      que aun una espada no traigo;
      pero ¿ para qué la quiero,
      pues no hace el acero falta
      cuando el honor tiene aceros ?)
LELIO:          ¡ Ah, del oriente dichoso 2250
      donde el sol que reverencio,
      a pesar de mis desdichas,
      da luz a mis pensamientos !
EFIGENCIA:          ¡ Ah del amor más constante
      que vio en sus siglos el tiempo 2255
      poderoso a conquistar
      mi ya agradecido pecho !
      Fulgencia soy; si llorosa
      por Lisauro, ya con Lelio
      tan ufana, que no iguala 2260
      mi pesar a mi contento.
LISAURO:          (¿ Que lo escucho y no doy voces ?      Aparte
      ¡ Jesús¡    Fulgencia, ¿ tan presto
      mudable ? Llora la aurora
      perlas que enjuga el sol luego.) 2265
LELIO:          Mi bien, si soy yo vuestro esposo,
      ya es la dilación tormento
      del alma donde vivís,
      como salamandria al fuego.
      No permitáis que padezca 2270
      en el riguroso infierno
      del temor quien de la gloria
      goza que en amaros tengo.
EFIGENCIA:          Lelio, ya yo no soy mía,
      y así, ni quiero ni puedo 2275
      negar el alma que os guardo
      cuando la pide su dueño.
      ¿ Daisme palabras de ser
      mi esposo ?
LELIO:                            Por todo el cielo,
      por el valor de mi sangre 2280
      y por la ley que profeso,
      juro de haceros señora
      del mayorazgo que heredo
      y del alma en que vivís.
EFIGENCIA:          Pues en ese juramento 2285
      fiada, aguardad, señor,
      que daros posesión quiero
      del alma, donde Lisauro
      invencible vivió un tiempo.

Vase EFIGENCIA

LELIO:          Marcio, mira si soy yo 2290
      quien esto escucha.   ¿ Si es cierto;
      si es Fulgencia la que baja;
      si vivo, si estoy despierto ?
MARCIO:          No me espanto que lo dudes,
      que lo veo y no lo creo; 2295
      pero en mujer sola y pobre
      ¿ qué no podrá tu dinero ?

Sale EFIGENCIA con manto

EFIGENCIA:          ¡ Venciste, Lelio querido !
LELIO:          ¡ Oh, venturosos tormentos
      padecidos por Fulgencia 2300
      pues tan dulce fin tuvieron !

Llega LISAURO y detiene a LELIO

LISAURO:          No tanto que vuestra muerte,
      traidores, no venga en ellos.
      Lisauro soy, inconstante,
      Lisauro soy, vivo vengo. 2305
LELIO:          Marcio, llévala en los brazos
      a la góndola.

Llévala MARCIO

LISAURO:                                  Primero
      vengaré con vuestra muerte
      mi injuria y deshonra.
EFIGENCIA:                                           ¡ Ay, cielos !
LELIO:          Aunque pudiera matarte 2310
      o mandar llevarte preso
      donde la muerte pagaras
      de mi hermano Filiberto,
      no hay venganza que se iguale
      a la que hoy hacer pretendo, 2315
      no en tu vida, en tu honra sí,
      para blasón y trofeo
      de mi venganza, pues goza,
      vivo tú, a Fulgencia, Lelio.
LISAURO:          Espera, no huyas cobarde. 2320
      Dame la muerte primero,
      pues por no tener espada
      ir con la vida te dejo.

Vanse LELIO.   Sale FULGENCIA por otra puerta

FULGENCIA:          De aquesta voz lastimada
      temerosa y triste vengo, 2325
      de mi Lisauro parece.
      Muerto está; pero, aunque muerto,
      su espíritu diera alivio
      a mi eterno desconsuelo.
      ¡ Ay, Lisauro de mis ojos ! 2330
      ¿ Cuándo permitirá el cielo
      que se acompañen las almas
      pues ya no pueden los cuerpos ?

Sale LISAURO por la puerta enfrente de FULGENCIA

LISAURO:          No ha de quedar cosa en pie,
      desde los infames techos, 2335
      que no abrase mi venganza.
FULGENCIA:          ¡ Ay, Jesús ! ¿ Qué es lo que veo ?

Sin verla

LISAURO:          ¡ Ay, Fulgencia, pluma fácil !
      El interés dio en el suelo
      con tu firmeza.
FULGENCIA:                                  ¡ Lisauro ! 2340
      ¡ Gloria de mis pensamientos !
LISAURO:          ¡ Jesús ! ¿ quién eres, mujer ?
FULGENCIA:          ¿ Quién soy, dices ? ¿ No era espejo
      yo de tus ojos, Lisauro ?
      Fulgencia soy.
LISAURO:                                  No lo creo; 2345
      no puede haber dos Fulgencias.
FULGENCIA:          Bien dices, sola merezco
      fama eterna, sola soy
      en el amor que te tengo.
LISAURO:          ¿ Lelio no te llevó ahora ? 2350
FULGENCIA:          No ha podido llevar Lelio
      de tu esposa una palabra,
      un mínimo pensamiento.
LISAURO:          ¿ Qué es esto, desdichas mías ?
      ¿ Mis ojos mismos no vieron 2355
      a Lelio llevar mi esposa ?
FULGENCIA:          Tu esposa no, que mintieron;
      pero escucha, pues que vives
      para mi bien, que sospecho
      lo que ha podido engañarte, 2360
      Efigencia ha mucho tiempo
      que ama a Lelio, y pudo ser
      que, ser tu esposa fingiendo,
      le engañase de ese modo.
LISAURO:          ¿ Ah, Efigencia ?

Llámala

FULGENCIA:                                  Aquesto es cierto, 2365
      mi bien, pues que no responde.
LISAURO:          Palabra de casamiento
      la dio Lelio; pero ¿ quién
      cree palabras si son viento ?
      El intenta mi deshonra. 2370
      Fulgencia amada, ¿ qué espero ?
      Al dux voy a presentarme
      que, aunque está agraviado, es cuerdo,
      todo el senado me busca,
      vénguese en mí, porque muerto 2375
      muera conmigo mi agravio.
FULGENCIA:          Dulce esposo, amado dueño
      oye, escucha.   ¿ Así me dejas ?
LISAURO:          Muriendo, Fulgencia, intento
      dar en Venecia principio 2380
      a un honroso atrevimiento.

Vase LISAURO

FULGENCIA:          Y yo de nuevo a mi llanto.
      Cuando te cobro te pierdo.
      Dueño desdichado mío,
      tras ti voy; perdone el miedo, 2385
      el recato y la vergÜenza
      que encerrada me tuvieron;
      que no hay paciencia que baste
      al tropel de mis tormentos.

Vase FULGENCIA.   Salen el DUX, viejo, y el DUQUE de Ferrara; tocan cajas y salen SOLDADOS, y el de FERRARA con bastón

DUX:          La victoria, duque ilustre, 2390
      que de los contrarios nuestros
      por vos hemos alcanzado
      era cierta, conociendo
      el valor del capitán
      y los hazañosos hechos 2395
      de los duques de Ferrara.
DUQUE:          A vuestra excelencia beso
      las manos por tal favor.
DUX:          Por vuestro valor espero
      que Venecia ha de cobrar 2400
      cuanto usurpa el turco fiero.
      Levántaos la fama estatuas,
      y con armas y trofeos
      publique la señoría
      las hazañas que os debemos. 2405
      Pedid al senado, duque,
      lo que quisiéredes, cierto
      de que se os concederá
      cualquiera difícil premio.

Sale LISAURO

LISAURO:          Excelentísimo dux, 2410
      senado ilustre y supremo,
      por quien conserva la patria
      la libertad de su imperio, l
      a defensa del honor, caudal
      que estima el que es cuerdo 2415
      más que la vida, que al fin
      se acaba y él queda eterno,
      hizo que Lisauro diese,
      después de diversos medios
      que despreció la ambición, 2420
      justa muerte a Filiberto.
      Huyó; buscóle el senado,
      a pregones prometiendo
      diez mil escudos por él,
      alzando cualquier destierro; 2425
      confiscóle la justicia
      sus bienes, no permitiendo
      salir su esposa de aquí.
      ¡ Riguroso mandamiento !
      Quedó pobre, pero honrada, 2430
      sin que bastase el dinero
      de Lelio, que sucedió
      a su hermano en pensamientos,
      a derribar su firmeza,
      por más engaños y enredos 2435
      que el poder pudo inventar,
      milagro para estos tiempos.
      Publicó Lelio mi muerte
      dando fe de casamiento
      a Fulgencia si alcanzaba 2440
      la ejecución sus deseos.
      Pero Amor, que no consiente
      poner limite en sus reinos,
      hizo que Efigencia, mi hija,
      por Lelio perdiese el seso. 2445
      Fingió, pues, que mi Fuigencia
      le amaba, su esposo muerto,
      escribióle en nombre suyo,
      dióle prendas, concluyendo
      en que esta noche viniese 2450
      por ella, y al fin--¡ ay cielos !--
      creyendo que era mi esposa,
      a Efigencia goza Lelio.
      Si la justicia--¡ oh gran dux,
      senado ilustre !--es espejo 2455
      en que el juez se ha de mirar
      para enmendar sus defectos,
      dos cosas vengo a pediros,
      si es que alcanzarlas merezco:
      la primera, que se cumplan 2460
      palabras y juramentos
      dadas por Lelio a Efigencia;
      la segunda, que, pues vengo
      a entregarme yo a mi mismo
      y es el prometido precio 2465
      diez mil escudos por mí,
      me quitéis la vida y luego
      la pobreza de mi esposa
      mandéis remediar con ellos.
      Acabarán con mi vida 2470
      las desgracias con que el cielo
      me persigue, y daré nombre
      a mi honroso atrevimiento.
DUQUE:          A tan piadosa demanda,
      pues licencia de vos tengo 2475
      para pediros mercedes,
      sólo que perdonéis quiero
      a Lisauro, invicto dux.

Salen LELIO y MARCIO

LELIO:          Marcio, tan alegre vengo
      del engaño de Efigencia, 2480
      que, enamorado de nuevo,
      por esposa he de pedirla
      a mi padre.
DUX:                            ¿ Qué es aquesto ?
LELIO:          Señor, si de tu valor,
      nobleza, piedad y celo 2485
      vuela la ligera fama
      por uno y otro hemisferio,
      muestra perdonar injurias
      la nobleza de tu pecho.
      Efigencia de Lisauro, 2490
      el que mató a Filiberto,
      con tu licencia es mi esposa.
DUQUE:          Señor, por él intercedo.
DUX:          Si el cielo lo quiere así,
      alto, yo también lo quiero. 2495
      A Lisauro doy perdón,
      su hacienda y patria le vuelvo,
      y a Efigencia, vuestra hija,
      por hija desde hoy acepto.
DUQUE:          Inmortalice tu nombre 2500
      la fama a pesar del tiempo.
LISAURO:          Eres gloria de este siglo.
LELIO:          De nobleza eres espejo
MARCIO:          Lisauro está perdonado.

Sale FULGENCIA

FULGENCIA:          A los venturosos ecos 2505
      del perdón de mi Lisauro
      ya a besarte los pies llego.

Sale EFIGENCIA

EFIGENCIA:          Y yo a pedirte perdón.
LISAURO:          ¡ Dulce esposa !
FULGENCIA:                                  ¡ Amado dueño !

Sale CANDADO

CANDADO:          A gozar viene Candado, 2510
      entre tantos, un día bueno.
LISAURO:          Con la mitad de mi hacienda,
      pues cuanto tengo te debo
      por leal y por constante.
CANDADO:          Ya tus daños fenecieron. 2515
LISAURO:          A Honorato, desterrado,
      habéis de alzar el destierro.
DUX:          Ya no os puedo negar nada.
      Vamos, Lisauro, y daremos
      principio a vuestra ventura, 2520
      a vuestras penas consuelo.
LISAURO:          Y fin, con vuestra licencia,
      al Honroso atrevimiento.


FIN DE LA COMEDIA