Antonio Mira de Amescua
El mártir de Madrid

Personas que hablan en ella:
  • ALVARO Ramírez, padre
  • Don PEDRO, hijo de don Alvaro
  • Don FERNANDO, hijo de don Alvaro
  • TRIGUEROS, lacayo
  • CLEMENCIA, prometida de Fernando
  • Don JUAN, galán
  • REY de Argel
  • LIDORO, cosario moro
  • CELAURA, infanta mora
  • CLARA, criada de Clemencia
  • ALGUACIL
  • CRIADO
  • MOROS


ACTO PRIMERO

Sale don ALVARO tras PEDRO con su báculo, y don FERNANDO

ALVARO:       ¡ Vive Dios, que has de morir
a mis manos !
PEDRO:                              ¡ Hoy me abrasa
el furor ! Has de advertir
que ya mi obediencia pasa
los términos del sufrir. 5
Si tienes de padre el celo,
mira que no hay en el suelo
a quien agravios consienta,
y te escribiré en la cuenta
de las venganzas del duelo. 10
Palos la muerte vengó
y estoy por matarte aquí,
porque quien mi afrenta vio
dirá que los recibí,
pero no quien me los dio. 15
FERNANDO:       Padre, el enojo suspende.
Hermano, si nunca ofende
un padre cuando castiga,
¿: qué loca furia te obliga ?
PEDRO:       Es la que mi honor defiende. 20
Tan bárbaro enojo y rabia
no es de padre, y siempre entienda
su experiencia poca sabia,
que con palabras enmienda
y con las obras agravia. 25
A sólo reprehender
llega de un padre el poder;
y pues le viene a faltar
fuerza para castigar,
castiga para ofender. 30
FERNANDO:       No han sido ésos los intentos
de nuestro padre.
PEDRO:                                    ¡ Es en vano
templar mis atrevimientos !
ALVARO:       En tus palabras, villano,
conozco tus pensamientos. 35
Descompuesto y atrevido
te muestras de mí ofendido,
y por agravios te quejas
de tu padre; pues, ¿: qué dejas
para un hombre mal nacido ? 40
Por malos pasos que lleve
un hombre o un demonio igual,
por más insultos que pruebe,
en siendo hombre principal
jamás al padre se atreve; 45
que cuando al mundo destruya
con las maldades que emprende
y sanos consejos huya,
viendo al padre le suspende
la sangre que tiene suya. 50
Aunque ya decir podría
que es la que tu pecho cría;
pues a no estimarse empiezas,
tan mezclada en tus bajezas
que no conoce la mía. 55
Tú eres noble; tú naciste
con obligaciones tantas
en Madrid. ¿: Dónde aprendiste
bajezas que al mundo espantas
con escándalos que diste ? 60
¿: Faltan a tu rey fronteras
donde le sirvas ? ¿: Qué esperas,
valiente, en tu misma calle...
FERNANDO:       Deja, señor, de afrentalle.
ALVARO:       ...a sombra de las banderas
del gran Filipo ? ¡ Y por él 65
debe el vasallo fiel
morir ! Haz del pecho alarde.
Pero en la guerra es cobarde
quien en la paz es cruel.
Por mi vergüenza me aflijo, 70
pues oigo, aunque te corrijo,
sin que mi disculpa cuadre,
que por pecados del padre
suele salir malo un hijo.

Sale TRIGUEROS

TRIGUEROS:       Un alguacil viene a hablarte. 75
Mira que viene a buscarte
la justicia.
PEDRO:                              ¿: Cuántos son ?
TRIGUEROS:       Ochenta.
PEDRO:                       ¡ Linda ocasión !
FERNANDO:       ¿: Qué ? ¿: Ansí quieras despeñarte,
hermano ?
ALVARO:                              Advierte el amor
de padre, pues que procuro,
en medio de mi rigor, 80
tu bien.
PEDRO:                       Por mí estoy seguro;
nada me causa temor.
TRIGUEROS:       ¿: Hay semejante inocencia ?
FERNANDO:       A la justicia es prudente
quien la huye.
PEDRO:                              ¿: Yo prudencia,
cuando sé que no hay valiente 85
sin alguna resistencia ?
FERNANDO:       Hermano...
PEDRO:                              No te alborotes.
ALVARO:       Tu daño en vano resisto.
TRIGUEROS:       Señor, seamos Lanzarotes.
PEDRO:       Yo he de esperar.
TRIGUEROS:                                    ¡ Vive Cristo,
que me han de matar a azotes ! 90
ALVARO:       Hijo, siquiera por mí
debes tu agravio excusar;
vuelve en la calle por ti.
Allí te puedes mostrar
valiente.
FERNANDO:                       Escóndete aquí, 95
Pedro, si puede mi ruego
contigo.
TRIGUEROS:                       Y yo también llego
postrado a tus pies de hinojos
o espinazos.
FERNANDO:                              Tus enojos
te dejan furioso y ciego. 100
Guarda la vida y podrás
hacer tu gusto después.
PEDRO:       Cobardes consejos das.
¿: Qué haré, Trigueros ?
TRIGUEROS:                                          No des
de comer a Satanás, 105
pues dicen plumas sutiles
que ganancias de alguaciles,
--por boca del pueblo hablo--
son pistos para el diablo.
PEDRO:       Aunque son consejos viles, 110
los tomo.

Vase [PEDRO]. [Va] a abrir TRIGUEROS y túrbase. Sale un ALGUACIL

ALVARO:                              Entre la justicia.
TRIGUEROS:       Entre.
ALGUACIL:                       Por fuerza ha de entrar.
TRIGUEROS:       Lo demás fuera injusticia;
entre en buena hora a mandar
un servidor de Galicia.
ALGUACIL:       Señor don Alvaro, entienda 115
que delitos sin enmienda
es razón que se castiguen,
y pésame que me obliguen
a que en su casa le prenda.
Don Pedro vive tan mal 120
que es mengua llamarle hijo
de un hombre tan principal.
ALVARO:       Yo le enmiendo y le corrijo.
TRIGUEROS:       Hoy se partió a Portugal
por la posta, y antes fuera,
sino que estaba sangrado 125
un macho de la litera.
ALGUACIL:       Muy buena posta ha tomado.
TRIGUEROS:       (Entretenerle quisiera                   Aparte
porque se pueda esconder
mi amo.)
ALGUACIL:                       Yo he de saber
si está en casa.
TRIGUEROS:                                    (Aun no penetra      Aparte 130
la verdad.) Pues esta letra
nos dio un ginovés ayer
para un fulano Asmodeo,
mercader en la rúa Nova.
ALGUACIL:       Veamos.
TRIGUEROS:                       (¡ Qué si lo creo !       Aparte
No tengo el alma tan boba 135
que no [le] entien[do] el deseo.)
Querrá aprovecharse de ella.
Hay letra que a treinta días
vista se paga por ella
y ésta, excusando porfías, 140
pide treinta para vella.
ALVARO:       ¡ Pesado animal estás !
Algo se ha de hacer por mí,
señor.
TRIGUEROS:                  (Y por mí algo más.)       Aparte
ALGUACIL:       Traigo el mandamiento aquí.
TRIGUEROS:       Si es él de "no tardarás,"
dile, puesto en la cabeza, 145
mente homo.
FERNANDO:                       (Si éste empieza,                  Aparte
gastará pesado humor).
Yo os lo suplico, señor.
ALGUACIL:       Fuera ya mucha extrañeza
la mía si aquí mostrara
más rigor; pero advertid 150
que ha de costar muy cara
la asistencia de Madrid.
ALVARO:       Nadie en mi casa le ampara.
A Italia irá.
TRIGUEROS:                                    Bel país.
ALGUACIL:       ¿: Qué me miráis con cuidado ?
TRIGUEROS:       ¿: Qué miro ?
FERNANDO:                       En eso advertís...
TRIGUEROS:       Que esbozaste de un traslado
de un regidor de París. 155
ALGUACIL:       Estimo en mucho el favor,
y sed menos hablador.
TRIGUEROS:       Pregunta y si algo discrepo...
ALGUACIL:       Os meteré yo en un cepo.
TRIGUEROS:       En una cepa es mejor. ALVARO             Yo quedo muy satisfecho
del favor que me habéis hecho,
y en más lo pienso servir. 160

Déle algo

TRIGUEROS:       (Bien lo puede recibir,                   Aparte
que la cura es de provecho.
Con los doctores compiten.
Puesto más dinero, aprueban
aquéllos; pues lo permiten, 165
porque visitando llevan,
y estoy porque no visiten).
ALGUACIL:       ¿: Mandáis, señor, otra cosa ?
ALVARO:       Que me dejáis obligado,
confieso.

[Vase el ALGUACIL y] sale PEDRO

TRIGUEROS:                       No vive ociosa 170
la gente; dulce bocado
será.
FERNANDO:                  Fue ocasión forzosa.
PEDRO:       Ya estoy libre del rigor
de la justicia esta vez.
ALVARO:       Mas yo, que soy el fiador, 175
he de ser tu mismo juez
si le pierdes el temor.
Vete de Madrid sin dar
venganza a tus enemigos.
PEDRO:       ¿: Ya me quieres desterrar 180
de Madrid ?
TRIGUEROS:                        ¿: Faltan amigos
en todo humano lugar ?
Dejemos la corte un poco,
que son las cosas que toco
dondequiera que entro y salgo 185
para podrirse un hidalgo,
y dar de podrido en loco.
PEDRO:       Resuelto estoy; yo me iré
donde mi suerte me guía.
ALVARO:       Cuanto pidas te daré. 190
TRIGUEROS:       Yo voy en tu compañía;
que basta.
ALVARO:                              Yo buscaré
cartas que importantes sean
para Italia, si allá fueres.
PEDRO:       Nunca los nobles grangean
por cartas. Si verme quieres 195
como tus ojos desean,
por ti me pueden honrar,
que es tu principal intento.
Dinero me puedes dar,
que cartas las lleva el viento 200
matando con esperar.
TRIGUEROS:       Más llevo yo de cuarenta
y todas son de favor
si pintan.
ALVARO:                        ¡ Qué buena cuenta
dará un mozo pagador ! 205
PEDRO:       Más mi dilación se aumenta.
¡ Despáchame, o vive Dios,
que pues mis locuras sabes,
haga un delito !
TRIGUEROS:                                   Los dos
para un arca de tres llaves 210
bastamos.
FERNANDO:                       ¿: Y bastáis vos,
mancebo ?
TRIGUEROS:                              Pues, pese a mí,
¿: qué hombre muñeca no sabe
dar luz a un cofre ? Yo abrí 215
alguno estando la llave
cincuenta leguas de aquí;
que aunque la llave esté ausente,
basta su lugarteniente,
[a] quien los griegos llamaron 220
ganzúa, que bien trataron
el remedio de la gente.
En viéndose una pubona
en una poca apretura,
Caco, su inventor, le abona 225
metiendo en la cerradura
la que a nadie no perdona.
ALVARO:       ¿: Cuánto has menester ?
PEDRO:                                               Dinero.
ALVARO:       ¿: Qué tanto ?
PEDRO:                        Dinero.
ALVARO:                                          ¿: Cuánto ?,
pregunto.
PEDRO:                        Dinero quiero. 230
TRIGUEROS:       Tú no podrás darle tanto
como yo gastarlo espero.
El que presta, da contado;
y sin contar el que da.
Dale a ojo.
ALVARO:                              Más cuidado
me dan tus costumbres ya, 235
que el dinero mal gastado.
Entra, que a tu bien aspiro,
si bien llorando me admiro
de que te despeñas tanto.
Pedro, Dios te haga un santo. 240

Vase don ALVARO

TRIGUEROS:       Toma, cristiano, y no miro.
PEDRO:       Quise atajar de razones,
porque pienso que quería
darme el dinero en sermones.
TRIGUEROS:       Y predicarlos podía
el buen viejo a los bretones.
FERNANDO:       Espera, hermano.
TRIGUEROS:                                    Paciencia. 245
PEDRO:       ¿: Qué quieres ?
FERNANDO:                              Oye mi intento.
Ya sabes como en Valencia
se trata mi casamiento.
PEDRO:       Ya sé que doña Clemencia
de Luna ha de ser tu esposa 250
y que es tu suegro don Diego.
FERNANDO:       Pues tu partida es forzosa;
que sea a Valencia te ruego.
Será menos peligrosa.
Si dices que eres mi hermano,
y que mi padre te envía, 255
que han de regalarte es llano.
PEDRO:       Fernando, admitir querría
tu favor, pero es en vano;
que me pienso desterrar
de suerte, surcando el mar, 260
por no ver un padre ingrato
que apenas mi nombre y trato
pueda la fama escuchar.
FERNANDO:       Yo sé cuando me escuchabas
y que por mí te regías. 265
PEDRO:       Menos riguroso estabas,
pues a mi padre encubrías
lo que agora le contabas.
FERNANDO:       Todo por tu bien ha sido.
PEDRO:       ¿: Harto bien te ha parecido 270
cuando mi gusto destruyas ?
FERNANDO:       De la justicia es quien huyas
los daños que no has temido.
Vete a Valencia entre tanto
que mi partida prevengo.
PEDRO:       Yo iré; no me ruegues tanto. 275
FERNANDO:       Alma y brazos te prevengo
bañado en piadoso llanto.
Mientras la suerte envidiosa
de tu descanso se olvida,
te regalará mi esposa.
PEDRO:       Ya ve el alma agradecida 280
tu voluntad generosa.

Vase PEDRO

FERNANDO:       Oye, Trigueros.
TRIGUEROS:                                    Señor.
FERNANDO:       Si tienes a Dios temor...
TRIGUEROS:       Pues, ¿: soy algún luterano ?
FERNANDO:       ...aconséjale a mi hermano
ya que le sirves mejor.
Mira que tu compañía
dicen que le trae perdido. 285
TRIGUEROS:       Miente quien dice la mía;
la suya me ha destruído,
como él lo dirá algún día;
que una vez que me llevó
a ver unas dromedarias,
mi pureza se perdió. 290
Cosas poco necesarias
te estoy refiriendo yo;
basta que adelante sea
en los consejos Catón.
FERNANDO:       ¿: Y es justo que ansí se crea
de tu ingenio y tu intención ? 295
TRIGUEROS:       Adiós, rigurosa Andrea
de los Alamos del Prado.
Borraré títulos fieros
de tu nombre celebrado,
y perderá el de Trigueros
por espárrago.
FERNANDO:                              ¡ Ya has dado 300
en tu común necedad !
TRIGUEROS:       Esta es de amor la licencia.
De tan rolliza beldad,
¿: quién no ha de llorar la ausencia ?
Para moverla a piedad,
¿: quieres que en tantos enojos, 305
cuando ella rinde despojos
al río en mansa corriente,
que llore por mí la puente
si nunca hay agua en sus ojos ?
El río forma querella 310
de Madrid porque le trata
con tan rigurosa estrella,
que le hace puente de plata
para que huya por ella; 315
mas él nos dio la palabra,
como al fin taimado y viejo,
que aunque la puente le labra,
no ha de verse en ese espejo
por más que los ojos abra. 320
Pues cuando soy el estanco
de lágrimas que condenas,
¿: quieres que piadoso y franco
el río llore mis penas ?
¡ Sí, echa los ojos en blanco ! 325

Vase [TRIGUEROS. Sale don ALVARO]

FERNANDO:       Irá bien acompañado
mi hermano de este criado;
mas, ¿: quién se lo ha de estorbar ?
ALVARO:       Albricias me puedes dar.
En este pliego ha llegado 330
la breve resolución
de tu partida a Valencia
porque hay nueva pretensión
que la ha causado tu ausencia.
FERNANDO:       Mal haya la dilación.
ALVARO:       Fortuna a tu bien dispuesta 335
te ofrece dichoso estado.
La alegre partida apresta,
pues una mujer te ha dado,
tan hermosa como honesta.
Dicen que su fama crece 340
por encerrada y por bella;
y bien la fama merece,
pues parece una doncella
más bien cuando no parece.
Por ella te doy lugar 345
que me olvides.
FERNANDO:                              ¿: Yo he de dar
tal pago a quien me dio el ser ?
ALVARO:       ¿: No ves que por la mujer
los padres se han de olvidar ?
Tarde mi llanto resisto, 350
pero es injusta mi queja;
uno se va por mal quisto,
otro por bueno me deja.
¡ Nunca tan solo me he visto !
Llega a mis brazos Fernando. 355
FERNANDO:       Ya espero tu bendición.
ALVARO:       No sé si podrá llorando
dar fuerzas el corazón
a la lengua; voy turbando
con el dolor los sentidos.
Dios a mis ojos te vuelva. 360

Vase [don ALVARO]

FERNANDO:       Quedaron enternecidos
de la más inculta selva
troncos de rigor vestidos;
pero llevaré un consuelo,
si es que merezca alcanzar
a mi hermano. Quiera el cielo 365
que yo le pueda encontrar;
mas de su prisa recelo,
que ha de llevarla también,
porque el peligro le avisa
que sus delitos le ven 370
y siempre viven aprisa
los que no han vivido bien.

[Vase FERNANDO. Salen don JUAN y doña CLEMENCIA

CLEMENCIA:       En vano me persuades.
JUAN:       Mis verdades atropellas,
cruel.
CLEMENCIA:                       Si no he de creellas 375
¿: qué importa que sean verdades ?
Sabes que aguardo mi esposo
de Madrid, pues, ¿: qué pretendes ?
JUAN:       Vengarme, pues que me ofendes.
CLEMENCIA:       Ya eres necio por celoso.
¿: De quién te piensas vengar ? 380
JUAN:       ¡ De ti ! Y con justo castigo,
pues que siendo tu enemigo,
que ansí me puedo llamar.
Si tú me aborreces tanto,
de suerte obligarte pienso 385
con un amor tan inmenso,
mezclado en piadoso llanto,
que aunque una tigre feroz
te haya dado el bruto pecho,
viéndome en llanto deshecho, 390
te ha de enternecer mi voz;
y si templando el rigor
le das vida a mi esperanza,
será la mayor venganza
que vieron tiempo y amor. 395
Pues si cruel me ofendiste,
de ti me habrás de vengar
viniéndote a sujetar
a quien tanto aborreciste.
CLEMENCIA:       Tanto has venido a engañarte 400
que tu locura lo advierte.
No quiero por no quererte,
¿: y he de querer por vengarte ?
JUAN:       Siempre fuiste agradecida.
¿: Cómo te muestras cruel ? 405
CLEMENCIA:       Porque está en mi pecho fiel
quien ha de regir mi vida.
JUAN:       Pues, ¿: cuándo viste a tu esposo ?
CLEMENCIA:       ¿: No basta verle mi padre
para que al alma le cuadre ?
JUAN:       ¿: Siendo ausente es tan dichoso ?
CLEMENCIA:       ¿: No has visto en los pardos velos 410
la noche con [viles] trajes,
desvaneciendo celajes
y tiranizando cielos,
que con poder absoluto 415
pregona tinieblas viles
y por los aires sutiles
cuelga doseles de luto ?
Y cuando bañada en risa
mueve su carro al oriente 420
el alba y del sol ausente,
¿: nuevos castigos te avisa
por no afrentarte con ellos ?
La noche entre mudas nieblas
va recogiendo tinieblas 425
y marañando cabellos.
Ansí a tantos resplandores
del sol, que mi esposo nombras,
se desvanecen las sombras
de los demás pretensores. 430
JUAN:       ¿: Qué luz ni qué resplandor
puede tener el que esperas ?
Hombre es de costumbres fieras
el que aguardas.
CLEMENCIA:                                    Ya es furor
de los celos quien te obliga; 435
ofenderle es alaballe.
JUAN:       Es un bruto en rostro y talle.
CLEMENCIA:       ¿: Y qué más ?
JUAN:                        Más hay que diga.
CLEMENCIA:       ¿: Cómo puede ser, don Juan,
si yo tengo su retrato
y de su amoroso trato 440
bastantes nuevas me dan ?
JUAN:       ¿: No dices que es éste un hijo
de Alvaro Ramírez ?
CLEMENCIA:                                         Sí.
JUAN:       Pues yo en la cárcel le vi
de Madrid.
CLEMENCIA:                        Menos me aflijo 445
de tu inventada quimera.
JUAN:       ¡ Vive Dios !, que estuvo preso,
y el decir que por travieso
es porque honrarle quisiera.
Y los insultos que ha hecho 450
han merecido la muerte
mejor que venir a verte
y regalarse en tu pecho.
CLEMENCIA:       Si fuera como le pintas,
antes de verme en sus brazos, 455
muriera hecha pedazos
de un tigre manchado a pintas.
De la más alta montaña
me despeñara furiosa
porque quedara envidiosa 460
Roma de tan bruta hazaña.
JUAN:       Como en extremo eres bella,
buscas extremos, señora.
¿: No es mejor que quien adora
tu luz, abrasado en ella, 465
te merezca sin que el tigre
goce tan bellos despojos,
ni que por causarme enojos
tu hermosa vida peligre ?
Aunque según me aborreces, 470
tirana de tus favores,
vendrás a juzgar menores
los peligros que encareces.
CLEMENCIA:       Si Fernando no me agrada,
más vale, tu fe admitida, 475
preciarme de agradecida
que llorar por mal casada.
Tuya seré; y esto es cierto,
si es, como dices, mi esposo.
JUAN:       Seré el hombre más dichoso 480
que vio en los naufragios puerto.
Condéname a eterno olvido
si no te he dicho verdad.

Sale CLARA, criada

CLARA:       Escucha una novedad
cuando tu esposo ha venido. 485
CLEMENCIA:       ¿: Qué dices ?
CLARA:                              Que aquí está un hombre
que es hijo...
CLEMENCIA:                             ¿: De quién ?
CLARA:                                          ¿: Mal hice ?
...de Alvaro Ramírez dice.
¡ Pero es razón que me asombre
su talle y rostro feroz ! 490
CLEMENCIA:       ¡ Cielos, si es éste mi esposo !
JUAN:       Ya no seré mentiroso
en todo.
CLARA:                       Hasta en la voz
me ha parecido terrible.
No viene con el retrato
de Fernando.
CLEMENCIA:                             (Cielo ingrato,       Aparte 495
¿: qué no esperado imposible
me ofreces para matar
mi bien nacida esperanza ?
¡ Amor, ya te doy venganza !)
CLARA:       Mira, que te quiere hablar. 500
CLEMENCIA:       Pues di que entre. Aguarda, espera.
Dile que mi padre... ¡ Ay, triste,
que malas nuevas me diste !
Que no te hallara quisiera,
don Juan.
JUAN:                             Yo me iré.
CLEMENCIA:                                          Ya es tarde. 505

Salen PEDRO y TRIGUEROS de camino

PEDRO:       Señora, la cortesía
vana en nosotros sería.
TRIGUEROS:       Dios tu entendimiento guarde.
CLEMENCIA:       Cubríos, señor, y seáis
a esta casa bienvenido.
PEDRO:       Sí, pues tan dichoso he sido. 510
CLEMENCIA:       Corazón, ¿: a qué aguardáis
que no reventáis de pena ?)
PEDRO:       Mi padre, por estimarme
en tanto, ha querido honrarme
en vuestra casa.
CLEMENCIA:                              (¿: Qué ordena       Aparte 515
el cielo con tal rigor
contra mi corta ventura ?)
Toda esta casa procura
serviros como a señor.
PEDRO:       ¿: Dónde vuestro padre está ? 520
CLEMENCIA:       Está fuera de Valencia.
PEDRO:       Mucho he de sentir su ausencia.
CLEMENCIA:       Mañana, señor, vendrá.
PEDRO:       ¿: Quién es este caballero ?
(¡ No vi más bella mujer !)       Aparte
JUAN:       Quien os llega ya a ofrecer,
(por el interés que espero), Aparte 525
hacienda y vida. Yo soy
deudo de doña Clemencia.
Resido agora en Valencia
porque en cierto pleito estoy.
Tengo casa en Barcelona, 530
padres y hacienda, y aquí,
para que os sirváis de mí,
valor que mi pecho abona.
Y creed, si vez alguna
la Fortuna se envidió, 535
que agora Ocasión me dio
de envidiar vuestra fortuna.
Gocéis vuestra bella esposa
mil siglos.
PEDRO:                              (¡ Válgame Dios !) Aparte
JUAN:       Y quede viendo a los dos 540
la envidia más vergonzosa.
CLEMENCIA:       Por mi parte os agradezco
la lisonja. Don Fernando
os responda.
PEDRO:                              (¿: Estoy soñando ? Aparte
A un imposible me ofrezco). 545
Trigueros, ¿: si me han tenido
por mi hermano ?
TRIGUEROS:                                   ¿: No lo has visto ?
PEDRO:       (Pues su belleza conquisto       Aparte
con sólo el nombre fingido,
no el amor; que aunque ésta fue 550
la primera vez que la vi,
los sentidos le rendí,
el corazón la humillé;
que algunas bellezas son
en el herir y abrasar 555
rayos que matan sin dar
lugar a la prevención).
Ya soy don Fernando, amigo,
y no don Pedro.
TRIGUEROS:                              Pues, guía.
PEDRO:       De mi poca cortesía 560
que me perdonéis os digo;
que me pudo divertir
un pensamiento.
JUAN:                              Señor,
no admite tanto rigor
quien os procura servir; 565
que aunque no me conocéis,
con vuestro padre os he visto
en Madrid.
PEDRO:                       (¡ Qué mal resisto       Aparte
mi fuego !) Razón tenéis.
TRIGUEROS:       Estrecha conversación 570
para deudos me parece
la suya.
PEDRO:                       Que bien merece
tu entendimiento opinión.
Luz has dado a mi deseo;
mas, ¿: cómo podré avanzar 575
si se quieren ?
TRIGUEROS:                              Pasear
la calle.
CLEMENCIA:                       Cumplirse veo
tu pretensión y si es dicha
de tu favorable estrella,
síguela, si no es que en ella 580
labra el cielo mi desdicha.
Tuya soy.
JUAN:                             Pues, ¿: de qué suerte
mi intento he de conseguir ?
CLEMENCIA:       Luego te podré advertir
el modo.
TRIGUEROS:                       Aquesto te advierte
la experiencia de un lacayo 585
acuchillado de amor.
PEDRO:       Basta sólo tu favor.
TRIGUEROS:       ¡ Soy un trueno; soy un rayo !
Voyme a poner de pelea
y a ser tenedor de esquinas
esta noche.

Vase [TRIGUEROS]

PEDRO:                        (Si divinas             Aparte 590
prendas el alma desea,
¿: dónde las puedo buscar
más bien que en mujer tan bella ?
Todo respeto atropella
una alma que sabe amar. 595
¡ Vive Dios !, que ha de ser mía
si el mundo estorba mi intento !)
Que tanto se tarde siento,
mi señor; que pasa el día
y me siento algo cansado 600
del camino.
CLEMENCIA:                              En vuestra casa
estáis.
JUAN:                       (El alma me abrasa).       Aparte
PEDRO:       No es razón que os cause enfado
quien sin avisaros viene.
Esta noche pasaré 605
en la posada.
CLEMENCIA:                              Estaré
con cuidado.
PEDRO:                             Esto conviene,
señora. Por la mañana
vendré a ver a mi señor
y agradeceré el amor 610
que os debo.
CLEMENCIA:                              (Si tanto gana       Aparte
con el suegro, bien pudiera
quedarse allá).
PEDRO:                                    Guárdeos Dios.
CLEMENCIA:       Y también El guarde a vos.
PEDRO:       Saber, señora, quisiera 615
despertar el alba fría
fuera del curso ordinario.
CLEMENCIA:       Aguardiente y letuario
le quitan el sueño al día.
PEDRO:       Vos, señor, ¿: qué me mandáis ?
JUAN:       Que me deis quiero pediros 620
licencia para serviros.
PEDRO:       Bien acompañado estáis.
No habéis de pasar de aquí.
JUAN:       Por no parecer grosero,
me quedo.
PEDRO:                       Saberlo espero 625
si vive valor en mí.

Vase [PEDRO]

CLEMENCIA:       Salte allá fuera, don Juan.
A las manos te ha venido
la Ocasión. Hoy me han vendido
por un marido galán 630
un hombre a mis ojos fiero.
Tuya desde aquí he de ser;
que una resuelta mujer
vence montañas de acero.
¿: Qué determinas ?
JUAN:                                    Sacarte 635
de tu casa.
CLEMENCIA:                        ¿: Cuándo ?
JUAN:                                          Agora.
CLEMENCIA:       Aguardemos tiempo y hora
conveniente.
JUAN:                              He de agradarte
en cuanto mandarme quieras.
CLEMENCIA:       Ven a las diez.
JUAN:                              Contaré
los minutos.
CLEMENCIA:                              Yo estaré
previniendo alas ligeras 640
al tiempo, que más me agrada
ir, pues mi agravio me alienta,
peregrinando contenta
que aborreciendo casada.

Sale TRIGUEROS, de noche

TRIGUEROS:       Luego pasará un mosquito 645
sin registrarlo, aunque aquí
hallando bodega en mí,
en vano el paso le quito.
Bien pudiera mi señor
avisármelo primero 650
si de tanto aventurero
he de ser mantenedor;
que van pasando embozados
y me han dado qué pensar
si vienen a tornear. 655

[Sale PEDRO]

PEDRO:       ¡ A mucho obligáis, cuidados !
TRIGUEROS:       ¿: Quién es ?
PEDRO:                              Un hombre.
TRIGUEROS:                                               Y lo diga
siempre que hallare ocasión;
que como hay muchos que son
jumentos, el nombre obliga. 660
PEDRO:       ¿: Es Trigueros ?
TRIGUEROS:                                    ¿: No lo ves ?
En la soledad que tengo,
como un espárrago vengo.
PEDRO:       ¿: Qué ha habido ?
TRIGUEROS:                              Pasaron tres;
metí mano. Miento. No... 665
ellos metieron primero;
largué, pues.
PEDRO:                              ¿: Eres ligero ?
TRIGUEROS:       Sí, pues nadie me alcanzó.
PEDRO:       ¿: Ha llegado a la ventana
alguno a hablar ?
TRIGUEROS:                                   No, señor.
PEDRO:       ¿: Eres hombre de valor ? 670
TRIGUEROS:       Es mi sangre galiciana.
PEDRO:       A la vuelta de la calle
he visto un hombre.
TRIGUEROS:                                    Pues muera
todo bulto.
PEDRO:                             ¡ Aguarda, espera !
TRIGUEROS:       No hay que esperar sin matalle;
que mi cólera es terciana
que me da temprano y tarde. 675
Ya pasó. Dile que aguarde
la cólera de mañana.
PEDRO:       ¿: Y si agora es menester ?
TRIGUEROS:       Tomaréla adelantada.
PEDRO:       Tu resolución me agrada.
Lo que aguarda he de saber. 680
Espera.

Vase [PEDRO]

TRIGUEROS:                       Dios le perdone.
No sabe quien va a buscarlo.
Tanto quiero excusarlo.
No puedo más.

[Sale don JUAN]

JUAN:                              No corone
el sol las manzanas de oro; 685
porque dilatando plazos,
le dé la noche a mis brazos
la bella prenda que adoro.

CLEMENCIA a lo alto

Parece que en su ventana,
entre marcos de marfil, 690
parece el alba gentil
vestida de nieve y grana.
¡ Cierta es mi dicha !
CLEMENCIA:                                          El deseo
me dice que éste es don Juan.
TRIGUEROS:       (En la ratonera están).            Aparte 695
JUAN:       ¡ Vive Dios !, apenas creo
las venturas que me ofrece
el cielo.
CLEMENCIA:                       ¿: Sois vos ?
JUAN:                                          Yo soy,
que al amor envidia, y doy
del bien que nadie merece. 700
CLEMENCIA:       Dejad lisonjas que dañan
cuando pide ejecuciones
el tiempo.
TRIGUEROS:                       (Lindas razones             Aparte
escucho si no me engañan
los claretes de Valencia 705
que turban a un elefante).
CLEMENCIA:       Mi amor es niño y gigante,
y con tirana violencia
me persuade a seguiros.
En hábito de hombre voy.
TRIGUEROS:       (¡ Bueno !)                                    Aparte
JUAN:                       Aguardándoos estoy. 710
TRIGUEROS:       (¡ Vos vendréis a arrepentiros !)       Aparte
CLEMENCIA:       Pues ya bajo.
JUAN:                                   Y yo os espero
con el alma agradecida.

[Vase CLEMENCIA]. Sale PEDRO

PEDRO:       ¿: Hay algo ?
TRIGUEROS:                        Una olla podrida, 715
pero ha de sobrar carnero.
Clemencia [está] disfrazada
de hombre, y aquél es don Juan,
su pariente y su galán.
Luego tentarás la espada, 720
que si te miro con ella
sin la vaina, no sabrás
lo que resta y me darás
mil sustos como a doncella.
PEDRO:       Prosigue, pues.
TRIGUEROS:                                    Compendioso 725
estaré. Ya baja a abrir.
PEDRO:       ¿: Qué intenta ?
TRIGUEROS:                              Con él se ha de ir.
PEDRO:       A no estar yo tan celoso
y amante...
TRIGUEROS:                              Señor.
PEDRO:                                         ¿: Qué quieres ?
TRIGUEROS:       Estocadita y adiós.
(Metiérame entre los dos; 730
mas es cuestión de mujeres
y yo soy poco curioso).

[Vase TRIGUEROS]

PEDRO:       Una palabra quisiera
hablaros.
JUAN:                       ¡ Fortuna fiera,
de tu poder envidioso 735
me quejo ! ¿: Estorbos me pones
cuando tanta gloria espero ?
¿: Qué me queréis ?
PEDRO:                                   Lo que os quiero
os diré en breves razones
si me seguís.
JUAN:                                   Pues ya os sigo. 740

Vanse [don JUAN y PEDRO. Sale TRIGUEROS]

TRIGUEROS:       ¡ El llevará su recado !
¡ Bueno va ! Ya ha comenzado
la danza. Yo soy amigo
de historiar una pendencia
por el gusto de contarla;      
porque llegarme a excusarla 745
es encargar la conciencia.

Sale PEDRO con la espada desnuda. Sale CLEMENCIA vestida de hombre

PEDRO:       ¡ Esto es hecho !
TRIGUEROS:                                    ¡ Linda mano
para adobar aceitunas !
CLEMENCIA:       Estrellas, si ha habido algunas
con imperio soberano
sobre el amor, dadme ayuda 750
porque me deje el temor.
PEDRO:       La puerta abrieron.
TRIGUEROS:                                    Señor,
acudo con lengua muda,
que es la susodicha.
CLEMENCIA:                                          Vamos
donde la suerte nos guía. 755
A Barcelona sería
lo mejor; que en ella estamos
seguros de la justicia.
PEDRO:       Tu gusto he de obedecer.
TRIGUEROS:       ¡ Una estatua me han de hacer
de nabos dentro en Galicia ! 760

Vanse. [Sale] don JUAN herido

JUAN:       Ya que tuviste valor
para herirme, no acabaras      
mi vida y ansí templaras
la fuerza a mi ardiente amor.
¡ Ay, esperanza perdida, 765
tarde os volveré a cobrar !

Sale don FERNANDO, de camino

FERNANDO:       ¡ Si el cielo quiere mostrar
prodigios en mi venida !
Casi al umbral de la puerta
de mi esposa un hombre escucho
herido. ¡ Temiendo lucho 770
con mi amor !
JUAN:                              ¡ Pues, tengo cierta
la muerte, muera también
mi enemigo !

Acomete a FERNANDO

FERNANDO:                        ¡ Escucha, advierte,
que otro ha causado tu muerte;
[que yo soy hombre de bien], 775
y si me quieres decir      
quién pudo ser tu ofensor,
te daré todo el favor
que a un hombre puedas pedir.
JUAN:       De esta casa procedió 780
mi muerte.

Vase [don JUAN]

FERNANDO:                       ¡ Válgame el cielo !      
Ya no es vano mi recelo.
Con causa el alma temió.
Verdad las cartas dijeron
de la pretensión que había. 785
¡ Todo va en desdicha mía !
[¡ Qué verdaderas salieron !]

Sale un CRIADO

CRIADO:       Ya las luces se perdieron
de esa casa.
FERNANDO:                              ¡ Desengaños,
mostrad de una vez los daños 790
que mis sentidos temieron !)
Hidalgo, por cortesía
me decid, ¿: qué ha sucedido
en esta casa ?
CRIADO:                              Ha perdido
la luz por quien se regía. 795
Mi señora, o ya engañada
o resuelta, en este punto...
FERNANDO:       (¡ Ya mis desdichas barrunto !)
CRIADO:       ...de un caballero obligada,
y de la ocasión que ofrece
de su padre un día de ausencia 800
--que él verá vuelto a Valencia
lo que un descuido merece--
dejó su casa y su honor.
Sospecho que es un don Juan
quien la ha robado. Ya irán       805
caminando; que el temor,
que delitos no perdona,
suele al más fuerte seguir.
FERNANDO:       ¿: Sabéis dónde puedan ir ?
CRIADO:       Sospecho que a Barcelona;      
que al fin es reino seguro 810
y el don Juan, si es el ladrón,
vive en ella.
FERNANDO:                              En la ocasión
mis venganzas aseguro.
¡ Cielos, detenedle os pido       815
y veré con nueva hazaña
si es valiente en la campaña
como en Valencia atrevido !
Ya me alienta la esperanza
de ver cobrado mi honor.       820
Noble soy. ¡ Denme valor
el agravio y la venganza !

[Vase FERNANDO]. Sale un COSARIO moro y sus MOROS

COSARIO:       Si este bosque nos ampara,
no podrá faltarnos presa;
que éste es el paso más cierto       825
de Barcelona.
MORO 1:                              No llegan
a tierra las galeotas
porque si las ven de tierra,      
será sin fruto la entrada
y peligrosa la empresa.       830
COSARIO:       ¿: Sabes quién soy ? Pues, ¿: qué dices
cuando cristianas banderas
ganadas por este brazo
honran las mezquitas nuestras ?
¿: Ha habido en Argel cosario 835
desde que en Corso navegan
africanas galeotas
al fiero cristiano opuestas
que a tu patria vencedora
con tantos despojos vuelva, 840
de cautivos y pendones,
armas, oro, plata y piedras ?
Pues si al valor que conoces
han juntado las estrellas
el dulce amor que me abrasa,       845
¿: qué riesgos hay que lo sean ?
Celaura es el sol que adoro
y a quien mis justas empresas
dirige amor. Quiere el cielo
que nos ofrezca la tierra       850
alguna presa importante
porque a sus plantas la ofrezca
en vez de amantes lisonjas
y de imposibles promesas.
MORO 2:       ¿: Cómo ha de temer la muerte       855
quien a tu lado pelea ?
Acomete y vencerás.
COSARIO:       Imito en fortuna a César.
Silencio y cuidado, amigos.

Vanse [el COSARIO y los MOROS. Salen] don PEDRO y CLEMENCIA al entrarse los MOROS

CLEMENCIA:       Señor, matarme pudieras       860
en tu casa, no en el campo.
Confieso que fue la ofensa
grande, pero no de suerte
que deba morir por ella;
que mientras no soy tu esposa,       865
no ha de correr por tu cuenta
mi honor, aunque fue mi culpa
digna de mayores penas.
PEDRO:       Ya sé que fuiste engañada;
pierde ya el temor. Sosiega,       870
que tu delito perdono.
CLEMENCIA:       (El me engaña con prudencia      Aparte
para quitarme la vida
sin riesgo suyo.)
PEDRO:                                    La siesta
es calurosa a esta parte.       875
Sombras ofrece la selva;
siéntate y descansarás
mientras mitiga la fuerza
del sol.
CLEMENCIA:                       (Yo seré escarmiento       Aparte
de las que dejarse llevan       880
de sus livianos deseos.)
PEDRO:       (Oh, quién gozarla pudiera       Aparte
sin los nudos que me ponen
el temor y la vergüenza !
Solo estoy; ¿: cómo es posible       885
que un hombre en el campo tema
que nunca a Dios ha temido ?
Parece que el bosque engendra,
para amparar su hermosura,
hambriento escuadrón de fieras 890
y que las hojas y ramas
son, en igual competencia,
soldados que la defienden
y murallas que la cercan.)
CLEMENCIA:       (Mudado tiene el color.       Aparte       895
Con el furor se aconseja;
matarme quiere sin duda.)
PEDRO:       (Quiero con ruegos vencerla,       Aparte
aunque si se juzga mía,
¿: cómo ha de negar la deuda       900
de amor ?)
CLEMENCIA:                        ¿: Cómo no os sentáis,
señor ?

Siéntase [PEDRO]

PEDRO:                       Rogarte quisiera...

Sale don FERNANDO

FERNANDO:       (Aunque su disfraz la encubre,      Aparte
llevo su imagen impresa.
Cuando la vi en el sarao,       905
la vez que estuve en Valencia,
encubierto la miré
y agora ofende encubierta
el más generoso amor
que humanos pechos engendran).       910
¡ Ladrón ! ¡ Villano ! ¿: Qué haces ?
¿: Tan descuidado te asientas
cuando al mismo cielo agravias
y escandalizas la tierra ? 915
PEDRO:       ¡ Cielos ! ¿: Qué es esto que miro ?      
FERNANDO:       ¡ Válgame Dios ! ¿: Con qué nueva
ilusión se engaña el alma ?
CLEMENCIA:       ¡ Los cielos conmigo sean !
¿: No es éste el original
del que me dieron por prenda      
en un retrato ? Es sin duda. 920
Este es mi esposo y se vengan
sus agravios en mi vida.
¡ Qué de temores me cercan
de mi atrevimiento hijos !      
FERNANDO:       ¡ Apenas sabe la lengua
prestar vida a las palabras 925
por turbada y por suspensa !
¿: No eres tú mi hermano ?
PEDRO:                                          Sí.
¿: Qué quieres ? Esta es Clemencia,
tu esposa. Yo la robé.
Mira si te hallas con fuerzas 930
para defender tu honor.
FERNANDO:       ¿: Cuándo faltara nobleza
en mi pecho y me engendrara
un villano de estas tierras ?
Tiene la razón que tengo
tan conocida excelencia, 935
tantas partes de valor,
tanto brío, tanta fuerza,
que cuando en amparo tuyo
vomitaron esas selvas
más hombres en blanco armados, 940
que verdes troncos sustentan,
y cada peñasco de estos
trocara Naturaleza
imitando a los gigantes
que el cielo en montañas trueca,       945
este brazo y esta espada,
como Júpiter enflegra,      
dieran, fulminando rayos
nuevo escarmiento a la tierra.
PEDRO:       Ya sabes que son cobardes 950
los que prefieren la lengua
a las manos.
FERNANDO:                             En las mías
verás la muerte que esperas.
CLEMENCIA:       ¡ Oh, Fernando, esposo mío,
el dueño soy de tu ofensa !
No tiene culpa tu hermano. 955

Sale TRIGUEROS

TRIGUEROS:       ¿: Aun no dejarán que duerma      
un cristiano ? ¡ Mal es esto !
PEDRO:       ¿: Es posible que te atrevas
a quien te hará más pedazos
que has dicho palabras necias ? 960
TRIGUEROS:       ¡ Don Fernando es ! ¡ Vive Dios !
¿: Quién hay que el suceso crea ?
¡ Si ha venido por ensalmo !

Salen COSARIO y MOROS

MORO 1:       ¡ No se nos vaya la presa !
MORO 2:       ¡ Pues acometamos juntos !
COSARIO:       ¡ Daos a prisión !
CLEMENCIA:                                   ¿: Hay más nuevas       965
desdichas hoy ?
PEDRO:                              ¡ Don Fernando,
agora verás si alientas
el valor en el peligro !
FERNANDO:       ¡ La mía es tu causa mesma !
Ya sabes que es imposible
vencerme en valor ni en fuerzas, 970
y que ha de cantar la fama
con mi valor tu defensa.
Pues, porque no diga el mundo
que a un hombre solo le deja      
el alma en viles despojos, 975
ponte a mi lado y sustenta
hasta morir el valor
que de nuestro padre heredas.
COSARIO:       ¿: A qué aguardáis a rendiros ?
PEDRO:       Sólo aguardo la respuesta 980
de un hombre que no os estima
por la poca resistencia
que habéis de hacer a su espada.
FERNANDO:       ¿: Tú me animas y aconsejas ?
COSARIO:       ¿: Sabes que soy el cosario
de quien estos mares tiemblan 985
y que un escuadrón armado
te acomete ? Pues, ¿: qué esperas ?
PEDRO:       Presto lo verás.

Acuchíllanse

CLEMENCIA:                                    Trigueros,
¿: qué desventuras son éstas ?
TRIGUEROS:       Pues, ¿: a mí me lo preguntas
cuando es ya fuerza que aprenda 990
a majar esparto ?
CLEMENCIA:                                   ¡ Ay, cielos !
¡ Ya cayó Fernando en tierra !
TRIGUEROS:       ¡ Y mi señor defendiendo
al pobre hermano se esfuerza
como un Roldán !
CLEMENCIA:                                   Poco importa,
si tantos moros le cercan.
TRIGUEROS:       ¡ Huyamos !
CLEMENCIA:                        Será imposible; 995
que amor y temor me fuerzan
a que su fortuna aguarde.

Sácanlos atados y PEDRO herido

TRIGUEROS:       (Aquí aprovecha una treta.)       Aparte
Perros cativar también
y a dar venganza a Zulema. 1000
¡ Agora pagar el palos
que me dar en vosa tierra !
COSARIO:       ¿: Quién eres ?
TRIGUEROS:                              Ser un morisco
que venir chiquito al teta
de Fatima y ser catebo 1005
[................... e-a]
en Marrocos.
COSARIO:                              Pues hoy ganas
la libertad que deseas.
FERNANDO:       ¿: Qué es lo que intenta este bruto ?
TRIGUEROS:       Dacar vos el manos, perra,
que agora servirme a mí.
MORO 1:       Ya los esquifes te esperan. 1010
COSARIO:       ¡ Pues, a la mar !
CLEMENCIA:                                   ¿: Estás loco,
Trigueros ?
TRIGUEROS:                              Si eres discreta,
¿: cómo no ves lo que importa      
mi industria y mi diligencia ?
CLEMENCIA:       ¡ Hoy mis esperanzas mueren !
PEDRO:       Padre, bien vengado quedas 1015
de tu inobediente hijo.
MORO 2:       ¡ Buen robo !
COSARIO:                             ¡ Gallarda presa !      


ACTO SEGUNDO

[Salen] el REY, CELAURA, COSARIO, PEDRO, don FERNANDO, CLEMENCIA y TRIGUEROS

REY:       Mucho, capitán, me agradas
con tu relación.
COSARIO:                                   Prosigo.
CELAURA:       (Al paso que tú me enfadas). Aparte 1020
COSARIO:       La verdad, señor, te digo.
No hay más valientes espadas
en Africa. Pelearon
de suerte que nos dejaron
con envidia. Aunque vencidos, 1025
como dos toros heridos
en nuestro escuadrón entraron;
mas de la suerte que envía
luz hermosa, ausente el día,
a las estrellas el sol, 1030
así este bravo español
en valor resplandecía.      
Que aunque su hermano pelea
gallardo, animoso y fiero,
y nombre eterno granjea, 1035
que basta ser caballero
para que valiente sea,
éste, que furioso advierte
corazón robusto y fuerte,
nos enseñaba arrogante 1040
en cada brazo un gigante
y en cada golpe una muerte.
¿: No has visto, trepando cerros,      
manchar de espuma las flores
espín coronado a hierros, 1045
derribando cazadores
y desbaratando perros,
que con el rabioso diente,
mirando a l[a] escuadra enfrente,
con el fuego en que se abrasa, 1050
tronchando venablos pasa
más veloz que rayo ardiente ?
Así el que miras suspenso
fue un rayo en nuestro escuadrón.
CELAURA:       (Por eso rendirle pienso             Aparte 1055
el humilde corazón).
COSARIO:       Quedé a su valor inmenso
obligado, y de manera
que si no lo atribuyera
el mundo a mengua notoria, 1060
le dejara la victoria
y yo su cautivo fuera.
Di la presa al mar, contento
de mi heroico vencimiento,
porque ya conoce el mar 1065
que si no me ve triunfar
lo ha de pagar su elemento.
Corrí las costas de España
sin escaparse persona
de cuantos mi astucia engaña 1070
desde el mar de Barcelona
al mar que el estrecho baña.
Seis meses ha que salí
de Argel, y aunque siempre fui
dichoso en empresas [s]antas, 1075
tú me das con honras tantas
los que jamás merecí.
Y pues que disponga quieres
ya de la presa mejor
y en el favor me prefieres, 1080
les doy por dueño y señor
a tu hermana.
CELAURA:                              (¡ Nunca esperes       Aparte
favor de quien te aborrece !)
COSARIO:       Señora, humilde os ofrece,
si bien sois del mundo el dueño, 1085
un alma en don tan pequeño
quien ya por la fe os merece;      
que aunque son atrevimientos,
--mirando vuestro valor,
hielos de mis pensamientos-- 1090
tiene la fe de mi amor
iguales merecimientos.
Estos cautivos cristianos
por trofeos soberanos
rindo a vuestras plantas bellas, 1095
si puede quien pisa estrellas
tocar despojos humanos.
CELAURA:       Generosa cortesía
merece tu ofrecimiento.
Ya corre por cuenta mía 1100
debido agradecimiento.
(Parece que amor me envía       Aparte
cuando comienza a causar
penas; que me han de acabar
en ocasiones, con hielos. 1105
Gracias les doy a los cielos
que saben mi bien trazar).
Ya cristiano eres mío.
PEDRO:       Llamarme puedo dichoso
con tal dueño.
CELAURA:                              Ilustre brío 1110
de español muy valeroso
te pintan.
PEDRO:                       Cuando yo envío
quejas a mi suerte avara,
viendo mi flaqueza clara 1115
y mi cobarde temor,
tú me atribuyes valor.
Si yo en el campo dejara      
la vida, volar pudiera
mi fama, pero vencido, 1120
es loco el que fama espera.
Mi valor ha encarecido
quien el suyo honrar quisiera;
pues confesando valor
al vencido, aumenta honor, 1125
siendo en los pasos crueles
su alabanza los laureles
del soberbio vencedor.
Demás que fuera locura
del que ofrecerte quisiera, 1130
siendo lisonja segura,
hombre que en valor no fuera
igual con tu hermosura,      
y siendo imposible aquí
que a tanta belleza exceda 1135
mi esfuerzo, atribuye en mí
el que parece que pueda
ser lisonja para ti.
COSARIO:       (¡ Por los soberanos cielos      Aparte
que no cause más desvelos 1140
a Roma el soberbio Atila !)
CELAURA:       Tu espada en la muerte afila
para matarte de celos;      
que mal tu discurso ordena
como el que lleva a cantar 1145
músicos con alma llena
de amor que piensa ganar
gracias con la gracia ajena.
REY:       Considero, capitán,
que más fama te darán 1150
si al gran señor los presentas;
pues al paso que la aumentas,
tus precios creciendo van.
A Constantinopla es justo
que estos cristianos envíe. 1155
CELAURA:       ¿: Qué ordenas, hermano injusto ?
COSARIO:       (¡ Que así mi intento desvíe Aparte
por un lisonjero gusto !)
¿: Tan tributario has de ser
del gran señor ? No ha de haber 1160
presa en Argel de importancia
que la goces.
REY:                              La ganancia
fue del sembrar el coger;
así pretendo ganar
la gracia.
COSARIO:                       Y yo pretendía 1165
la tuya, dando lugar
a tu gusto el mismo día
que de él me quise privar;      
que aunque de Marte el furor
es mi oficio, suele amor 1170
vencer pechos de diamante.
Esta que miras delante
es mujer; mira el valor
de mi pecho en su hermosura,
pues te la ofrezco.
REY:                                    Tu voz 1175
fue agora, en la niebla oscura
del traje, viento veloz
que mostró su lumbre pura
como suele el sol cubierto
de nubes. El precio cierto 1180
tienes. No saldrán de Argel.
COSARIO:       (Porque mi dueño cruel                   Aparte
dé a mis esperanzas puerto).
REY:       Todos cuatro servirán
a mi hermana.
TRIGUEROS:                              No entender 1185
que hacer.
COSARIO:                       Aquí no están
más de tres.
TRIGUEROS:                              Alá hacer      
vos forte capetán.
REY:       ¿: Quién es este ?
TRIGUEROS:                                    Ser catebo
en Espania, e ser ya esclavo 1190
de vosancé.
REY:                        No es muy nuevo
el suceso.
TRIGUEROS:                       (¡ Está muy bravo       Aparte
este perro !)
PEDRO:                              (Aun no me atrevo Aparte
a pensar con qué intención
agrava nuestra prisión 1195
Trigueros).
TRIGUEROS:                        Sonior, ponelde
en mazmorra e yo molelde
a palos.
COSARIO:                       Como ve ocasión
querrá vengarse.
CLEMENCIA:                                    (¿: Hay rigor      Aparte
de Fortuna más cruel ?) 1200
REY:       ¿: Cómo te llamas ?
TRIGUEROS:                                    Sonior,
Zulema Trigueros.
REY:                                    De él
puede fiarse mejor            
su guarda.
COSARIO:                              Y es conveniente
porque es gente principal 1205
y de rescate.
CELAURA:                              No intente
la mano más liberal
con los tesoros de oriente
su rescate, que es en vano.
REY:       Ya son tuyos y en tu mano 1210
vive ya su libertad.
COSARIO:       Sólo vuestra voluntad
es su dueño soberano,      
aunque no pueden tardar 1215
ya sus frailes redentores.
TRIGUEROS:       Sí, porque nos cativar
cuando agosto hacer calores
e ya en el dezembre estar.
                             Disparan
MORO 1:       [Un barco aquí está llegando;]
ya se están desembarcando 1220
los redentores de España
y un viejo los acompaña
que dos hijos va buscando.
REY:       Pues salvo conducto tiene,
licencia es bien que le demos. 1225
[Entren pues; que nos conviene.]
FERNANDO:       Pedro, dichosos seremos
si es nuestro padre el que viene.
REY:       Cristiano, no tengas pena
que el cielo tu dicha ordena
en mi casa.
CLEMENCIA:                              El cielo guarde 1230
tu vida.
                             Vase [el REY]
CELAURA:                       (¡ No seas cobarde,       Aparte
Amor !)
COSARIO:                       (Su ley enajena             Aparte
mis sentidos y el temor.
Las esperanzas derriba
de mi mal premiado amor).
                             Vase [el COSARIO] 1235
CELAURA:       Ya ves que en mi gusto estriba,
cristiano, tu bien mayor.
Pues procúrame agradar
si pretendes alcanzar
la libertad que deseas. 1240
PEDRO:       El mundo a tus plantas veas.
TRIGUEROS:       Yo le saber enseniar
aguardar de vosancé
el mandamiento, soniora.
CELAURA:       Tu cuidado premiaré,
moro.
                            Vase [CELAURA]
TRIGUEROS:                  La galga te adora; 1245
bien llano su amor se ve.
PEDRO:       Y tu extraño pensamiento.
¿: Quién entenderlo podrá ?
Sabes, Trigueros, que siento
que eres moro.
TRIGUEROS:                              ¡ Mentirá 1250
todo hombre ! En mi nacimiento
honrarse Pelayo espera.
Y si aquel apóstol payo
morisco me conociera,
me escogiera por lacayo 1255
cuando a Galicia viniera.
Si estoy libre, ¿: no daré
mediata tu libertad ?
Más fácil es, bien se ve
de tu ingrata voluntad, 1260
la muestra; pues yo me iré      
donde no me veas jamás.
PEDRO:       ¡ Trigueros, espera, aguarda !
TRIGUEROS:       No quiero.
PEDRO:                       Pesado estás.
Si te dejaron por guarda
nuestra, ¿: para qué te vas ? 1265
TRIGUEROS:       ¿: Qué quieres ?
PEDRO:                                    Me va la vida
en que eches de aquí a mi hermano.
TRIGUEROS:       ¿: El amor no se te olvida
siendo esclavo ?
PEDRO:                              Es un tirano
y tiene el alma rendida.      
Cuando esté el cuerpo en prisión, 1270
quiero gozar la ocasión
de templar su enojo y furia,
porque atribuye esta injuria
a mi amorosa pasión.
TRIGUEROS:       Déjame el cuidado a mí. 1275
¡ Perro, camenar comego !
FERNANDO:       Trigueros, ¿: estás en ti ?
CLEMENCIA:       ¡ A verte sin seso llego !
PEDRO:       (Dichoso en mis males fui).       Aparte
TRIGUEROS:       E vos, esperalde un poco.
¡ Andar crestiano !
FERNANDO:                                   ¿: Estás loco ?
TRIGUEROS:       Saber Mahomá que hacer.
No gastar tempo. Vener 1280
al mazmorra.
FERNANDO:                              ¡ Agravios toco
fuera del límite humano !
CLEMENCIA:       ¿: Dónde le llevas, Trigueros ?
TRIGUEROS:       A la calaboso.
PEDRO:                              Hermano,
culpa es de los hados fieros
darle venganza a un tirano.
FERNANDO:       La culpa tú la has tenido 1285
del mal que hemos padecido.
Pues por robarme a mi esposa,
somo esclavos.
                            Llévalo
PEDRO:                              Dichosa
mi extraña fortuna ha sido;      
pues piadosa y liberal 1290
me ha dado el consuelo igual
a tu furioso desdén,.
porque resplandezca el bien
entre las sombras del mal.
Clemencia, a gloria atribuyo 1295
la prisión de un alma fiel;
pues ni la dejo ni huyo;
que aunque me ves en Argel,
sólo soy esclavo tuyo.      
Viva el moro satisfecho 1300
del robo y presa que ha hecho;
que no hay para darme enojos
más cosarios que tus ojos,
ni más Argel que tu pecho.
CLEMENCIA:       Cuando llegaba a entender 1305
que el peligro y el rigor
aquí te habían de volver
la vergüenza y el temor
que allá pudiste perder,
te olvidas tanto de ti 1310
que resucitas así
huesos en montes de hielo;
mas quien olvida a los cielos,
jamás se acuerda de sí. 1315
En vano ruegas, villano,      
cuando yo a tu hermano adoro.
¿: Quieres, lascivo y tirano,
que el cuerpo en poder de un moro
dé el alma a un moro cristiano ?       1320
Que, porque el mundo se asombre
no te queda más del nombre,
y aun no sé si el nombre quieres,
pues las obras dicen que eres
fiera transformada en hombre.       1325
PEDRO:       Mal pudiera, siendo fiera,
rendirte el pecho jamás.
Bellísimo dueño, espera.
Vuélveme el alma y podrás
escaparte más ligera;       1330
que si por blasones tienes
huir, a engañarte vienes
por más que las plantas muevas.
Pues, va el alma que me llevas
pesada con tus desdenes.             1335
Mira que estoy tan perdido
que daré con locas voces
como eres hombre fingido.
CLEMENCIA:       Poco mi valor conoces
y poco tu agravio ha sido.
Mi muerte, ¿: qué ha de importarte ? 1340
¿: Y del dolor fueses parte ?
Más quiero y debo elegir,
por no agradarte, morir
que vivir para escucharte.
Demás que cuando se entienda 1345
que soy mujer, ¿: qué delito
será, ya que [a mí] me ofenda
el rey cuando no hay escrito
crimen que en vano defienda ?
PEDRO:       Amenazas son de amor. 1350
Templa, señora, el rigor;
pues, vencedora, me ves
rendido y muerto a tus pies.
                       [Sale] el REY
REY:       (Celos engendra el amor.             Aparte
No es vano mi pensamiento. 1355
¡ Vio el alma lo que temía !)
CLEMENCIA:       Voces das sin fruto al viento.
PEDRO:       Rigurosa estás.
CLEMENCIA:                                   ¡ Desvía !
REY:       (De justo enojo reviento).       Aparte
¿: Qué haces, cristiano ?
PEDRO:                                    (¡ Ah, tirano ! Aparte
Amor mis desdichas lloro). 1360
Rogábale, y es en vano,
que no se volviese moro.
CLEMENCIA:       Que deje de ser cristiano
pienso que me persuadía.
REY:       Dejará tu compañía,
si es que te llega a enfadar. 1365
CLEMENCIA:       Eso le puedes mandar.
PEDRO:       (¡ Murió la esperanza mía !) Aparte
REY:       Cristiano, desde hoy advierte
que si hablar con él te veo,
lo has de pagar con la muerte.
PEDRO:       Obedecerte deseo, 1370
pues gano en obedecerte.
REY:       No andes más donde él esté.
CLEMENCIA:       (¡ Dichosa en mis males soy !)       Aparte
REY:       ¡ Anda, vete !
PEDRO:                              Ya me iré.
REY:       ¿: Cómo no te vas ?
PEDRO:                                    Ya voy. 1375
(Pero sin alma. No sé...       Aparte
Sospecho que el rey entiende
que es mujer. Amor se enciende
en atrevidos antojos.
¡ Mataréle si a mis ojos 1380
la regala y la pretende !)
REY:       ¿: No te has ido ?
PEDRO:                                    Quiero hablarle,
señor, para preguntarle
por su nombre y su lugar.
REY:       ¿: Para qué ?
PEDRO:                        Para avisar 1385
que vengan a rescatarle.
REY:       No te canses, que de Argel
no ha de librarse jamás.
PEDRO:       Si eres bárbaro, cruel
y cobarde.)
REY:                              ¿: No te vas ? 1390
PEDRO:       Ya me voy. (¡ Qué advierta en él      Aparte
mis amorosos cuidados
y que los goce permito !
¡ Celos matadme vengados !)
                             Vase [PEDRO]
REY:       Pues este enfado te quito, 1395
no culparás mis enfados.
Nunca hay prodigio encubierto,
si tiempo y fama advierto,
y como el de tu belleza
excede a Naturaleza, 1400
la fama lo ha descubierto.
¡ Bella imagen soberana
del sol, un alma te adora !
CLEMENCIA:       Eso me dirás mañana
más despacio.
REY:                              Pues agora,
¿: por qué no ?
CLEMENCIA:                              Viene tu hermana. 1405

Vanse [CLEMENCIA y el REY. Salen don ALVARO], padre y don FERNANDO

ALVARO:       Vuélveme a abrazar, Fernando,
ya que verte he merecido.
Mientras de mi cuello asido
resisto al dolor llorando.
No hay contento que me cuadre 1410
sin ti; que un hijo en rigor,
si es bueno, es merecedor
de todo el amor de un padre.
Apenas supe el suceso 1415
de tu desdicha y la mía
cuando hirvió la sangre fría
con un amoroso exceso.
De Valencia me avisaron
y si mis penas crecieron, 1420
bríos pasados volvieron
y mi vejez alentaron.
Di el rescate y como en él
puede mi bien prevenir,
por salirte a recibir 1425
y no he parado hasta Argel.
A los frailes que han venido
a redimir acompaño,
y el pecho en lágrimas baño
de tu amor enternecido. 1430
Pues de tu hermano...
FERNANDO:                                         A mi afrenta,      
silencio y vergüenza debo
por no afrentarte de nuevo
con las maldades que intenta.
Le dio materia al dolor 1435
que padeces. Aun los labios      
temen contar mis agravios;
pues el agravio mayor,
que como el dolor se mengua,
le refiere la memoria 1440
la más afrentosa historia
que cabe en pluma ni lengua,
y mi desdicha presente,
antiguas memorias priva,
falta pluma que la escriba, 1445
pues no hay lengua que la cuente,      
y así vas considerando
que va mi afrenta creciendo,
pues la padecí sufriendo
y la he de sufrir callando. 1450
ALVARO:       Fernando, engañado estás.
Eso será si la afrenta
quien la padece la cuenta
a quien la excusa no más;
que como no le enternece 1455
fuerza de sangre y amor,      
se vuelve entero el dolor
al mismo que la padece;
pero a mí no estés dudando,
cuando amor me está alentando, 1460
que la vaya padeciendo
como la fueres contando.
FERNANDO:       Pedro, al fin con alma fiera,
entró en casa de mi esposa
y con industria engañosa 1465
una noche...
ALVARO:                        ¡ Aguarda, espera !
No lo acabes de decir
si no me quieres matar;
que no lo podré escuchar
sin ayudarme a sentir. 1470
Pero, prosigue, pues ves,      
sin que mi dolor se ablande,
que el de la duda es tan grande
como el de saber lo que es.
FERNANDO:       Robó mi esposa y seguí 1475
sus pasos con tanto engaño      
que hice autor de mi daño
a quien jamás conocí,
porque de un hermano dudo
que tal se pueda esperar. 1480
Llegué al mar y templó el mar      
fuego que el temor no pudo.
Salió de emboscada un moro
con un escuadrón cruel
y presos nos trujo a Argel 1485
donde mis desdichas lloro.
ALVARO:       ¡ Válgame el cielo ! ¡ Ah, tirano !
¡ Plega a Dios... !
FERNANDO:                                    No le maldigas,
señor.
ALVARO:                        Con eso me obligas
a que aborrezco a tu hermano; 1490
pues viendo el piadoso amor
que tienes a quien te ofende,
mi pecho helado se enciende
en un ardiente furor.
FERNANDO:       Pues mal podré agradecer 1495
la voluntad que me tienes
si tú a confesarme vienes
que la vengo a merecer;
que ésta de derecho es mía,
que no la puedes negar. 1500
La que me puedes quitar      
es la que por él pedía;
que como fiero y cruel,
no sabe obligarte a ti,
aunque la quites de mí, 1505
pido tu amor para él.
ALVARO:       A Dios imitando vas
y yo tus pasos imito,
pues busco amor infinito
por poder quererte más. 1510
Abre mi pecho, pues quieres
darlo con pródiga mano,
y reparte con tu hermano
todo el amor que quisieres.
                             Salga PEDRO 1515
FERNANDO:       El viene aquí. Hermano mío,
mira si debes amor            
a quien olvida el rigor
del mar en invierno frío
y animando su vejez 1520
cuando más riesgos previene,
hoy a rescatarnos viene.
PEDRO:       ¿: Eres de su pecho juez ?
¿: Cómo sabes que ha venido
por mí ? Si solo estuviera, 1525
yo sé que jamás viniera.
Tú, Fernando, le has traído.
FERNANDO:       ¿: Su amor le pagas ansí ?
PEDRO:       Quien de su casa me echó,
¿: quieres tú que entienda yo 1530
que ha venido a Argel por mí ?
ALVARO:       ¿: Con ese agradecimiento
me recibes ?
PEDRO:                              ¡ Vive Dios,
que quiere obligar a dos
trayendo solo un intento ? 1535
No te agradezco el cuidado,
pues sé que a ofenderme vienes,      
porque el amor que le tienes,
conmigo lo has disfrazado.
ALVARO:       Dudaré la salvación 1540
de un hombre a quien Dios envía
más trabajos, y él porfía
en su misma obstinación.
Ingrato a Dios quien desvela
de la verdad su juicio; 1545
pues al mismo beneficio
le das nombre de cautela.
Si con ser malo, te igualo
al bueno y por ti daré
la sangre, ¿: te dejaré 1550
adonde puedas ser malo ?
Cuando a tus ojos parezco      
que en ti ejecuto crueldades,
aborrezco tus maldades
y a ti jamás te aborrezco. 1555
Mas como te siento aquí
tan preso y asido a ellas,
cuando llego a aborrecellas,
piensas que te busco a ti.
PEDRO:       Con eso me indignas más. 1560
Rescátame si quisieres,
pues tanto por mí te mueres      
que hasta la sangre me das.
FERNANDO:       Ya viene el rey. De su hermana
somos esclavos, señor. 1565
PEDRO:       Por eso será mayor
el rescate.
FERNANDO:                        ¿: Tan tirana
ha de ser una mujer
.............
............. 1570
................ -er];
que no la obligue tu llanto ?
ALVARO:       ¿: Y tu esposa ?
FERNANDO:                              Esclava es
de la infanta.
ALVARO:                              El interés
recelo que baste a tanto; 1575
que de los dos solamente
me avisaron la prisión.
FERNANDO:       El rey tendrá compasión
de tus años.
PEDRO:                              ¡ Qué imprudente
estás como has encubierto
que ha venido disfrazada       1580
Clemencia !
FERNANDO:                        Ha sido acertada
tu advertencia.
ALBERTO:                              Ya estoy cierto
de lo que importa pedir.

[Salen] el REY, la infanta [CELAURA]. y el COSARIO

REY:       (No pintan a la mañana                   Aparte
más bella que a esta cristiana). 1585
CELAURA:       (Hoy le pienso descubrir             Aparte
mi amoroso pensamiento).
ALVARO:       Señor, a tus plantas llega
quien golfos de amor navega
siendo suspiros el viento. 1590
Estos esclavos que ves,
dichosos porque han venido
a tu casa, me han traído
humilde a besar tu pies.
Son mis hijos, y también       1595
tienes un sobrino mío.
REY:       Alza.
ALVARO:                       En tu clemencia fío
que has de despacharme bien.
Por el muchacho que pides
me hablaron ya y le ofrecí. 1600
ALVARO:       ¿: Qué tan venturoso fui ?
REY:       Yo haré que presto le olvides.
Vuestros frailes tratan ya
su rescate. Por su cuenta
corre.
CELAURA:                  (Mi hermano, ¿: qué intenta ?) Aparte 1605
Con ellos el mozo irá.
REY:       Tú puedes llevar tus hijos
sin que en rescate repares.
ALVARO:       Ya son más que mis pesares
mis glorias y regocijos.       1610
Constantinopla jamás
goce tributo de Argel.
CELAURA:       No te he visto tan cruel.
¿: Tan falso conmigo estás ? 1615
Si estos esclavos son míos,
¿: cómo quieres rescatarlos ?
REY:       Porque quisiera abrasarlos
por celosos desvaríos.
Mátame el uno de celos, 1620
y por no verle le diera      
mi corona. Considera
que están pidiendo a los cielos
piedad las lágrimas tiernas
de este viejo, y es razón 1625
consolarle.
CELAURA:                              ¿: Y la opinión,
por quien el reino gobiernas,      
de Lidoro, que a tus puertos
arroja leños cristianos
más que Libia tiene granos 1630
de arena al sol descubiertos ?
¿: Es justo ofenderle así,      
menospreciando el despojo
que me ofrece ? No me enojo
sin causa.
COSARIO:                       (Mis glorias vi,             Aparte 1635
entre esperanzas difuntas,
renacer con alma nueva.      
¡ Esta es de su amor la prueba !)
REY:       Aunque tu ofensa barruntas,
no has de pensar que fue intento 1640
de enojarte; pero advierte
que ha sido inviolable y fuerte
la palabra que sustento.
Mandéles y he de cumplir
mi palabra.
CELAURA:                        No es empeño 1645
de la palabra si el dueño
no se la deja cumplir.
Mis esclavos son. ¡ No puedes
disponer de ellos !
ALVARO:                                         Señora,
de ti esperamos agora 1650
más soberanas mercedes.
No me permitas que vuelva      
sin mis hijos.
REY:                              Ya es crueldad
la tuya.
CELAURA:                       Y será amistad
en que agora me resuelva 1655
a dar el uno.
REY:                                    Tu gusto
estimo.
CELAURA:                       Su padre vea
cuál ha de ser.
ALVARO:                                   Que no sea
un decreto tan injusto,
ruego al cielo.
REY:                                    Esto ha de ser; 1660
uno solo has de llevar.
ALVARO:       ¿: Con quién me he de aconsejar
para animarme a escoger ?
Vaya libre el que me quitas
y yo quedaré por él. 1665
REY:       Yo vendré a ser más cruel.
CELAURA:       (Quiera el cielo que no admitas Aparte
a quien al alma rendí).
REY:       Si no permiten los cielos
que elija al que me da celos, 1670
sentirá mi furia en [sí]).
COSARIO:       Estimo en mucho el intento      
con que el esclavo detienes.
CELAURA:       Pues me has entendido, tienes
muy gallardo entendimiento. 1675
(Si a Pedro escoge, he de hacer      Aparte
de modo que no lo lleve;      
porque a imposibles se atreve
el amor en la mujer).

Vanse [el REY. CELAURA y el COSARIO]. Quedan solos padre e hijos

ALVARO:       ¡ Paso estrecho, rigurosa 1680
sentencia !
PEDRO:                        ¿: Qué determinas ?
¿: A cuál de los dos te inclinas ?
ALVARO:       Será la elección forzosa.
PEDRO:       De tu clemencia piadosa
no ha mucho que blasonabas. 1685
Tú dijiste que me amabas;
pues si al vivir me prefieres,
veré agora si me quieres
o si entonces me engañabas.
ALVARO:       Espera, Pedro, un momento. 1690
Tomaré resolución
en la más fuerte ocasión      
que cabe en entendimiento.
Asidas al alma siento]
dos partes y la mejor 1695
pide a voces más favor;
mas al dársela atrevido,
hallo como la otra olvido,
que es invencible dolor.
Mas si por fuerza ha de ser, 1700
quisiera al cielo pedir
que me dejase morir            
acabando de escoger.
Pero si me ha de vencer
un dolor tan excesivo, 1705
presto mi muerte apercibo
y a mí me estaría mejor
porque no pueda el amor
culparme si me halla vivo.
éste es mi espejo, y aquél 1710
el hijo y si aquí le dejo,
cuando me mire en mi espejo
miraré un padre cruel.
Si dejo el bueno por él, 1715
no será consejo cuerdo,
pues de su virtud me acuerdo
y que he de perder es llano
el contento del que sano      
con el dolor del que pierdo. 1720
Mas si la virtud merece
premios aun del mismo Dios,
¿: no he de escoger de los dos      
al que en virtud resplandece ?
Pero si el otro carece 1725
de la luz que viene a dar
el sol que le ha de juzgar
las culpas que cometió.
¿: es bien que le deje yo
donde acabe de cegar ? 1730
FERNANDO:       Padre, tan suspenso estás
que viven dudas en ti.
Déjame escoger a mí            
y de las dudas saldrás.
Mi hermano merece más 1735
y que le libres te pido,
que él podrá culpar tu olvido
y a mí me basta por gloria      
las veces que en tu memoria
me has llamado el escogido. 1740
ALVARO:       ¡ Vive Dios !, que tú has de ser
el escogido y llamado,
que tu humildad me ha quitado      
las dudas del escoger.
Si es que un hijo he de perder 1745
en pena y congoja tanta,
hoy con lágrimas te canta
por el mejor de los dos      
un padre que imita a Dios,
pues los humildes levanta. 1750
PEDRO:       ¿: Qué dices ?
ALVARO:                              Que me perdones,
hijo, te vengo a rogar,
si merecen alcanzar            
mis lágrimas tus perdones.
PEDRO:       ¡ En ocasiones me pones 1755
que te han de costar bien caras !
Tú vieras, si me llevaras
y tan ciego no estuvieras,
el provecho que me hicieras
y el daño que me estorbaras. 1760
Al fin me quedo en Argel
por ti.
ALVARO:                        Fernando, ¿: qué haré ?
Pero no porque seré      
más que piadoso cruel.
Tú librado, piérdase él. 1765
¡ Qué no se pierde por mí !
Piadoso mientras cogí
y si al dar la cuenta mía
Dios me le decide algún día,
te pondré delante a ti. 1770

[Salen] el REY, CELAURA y COSARIO

REY:       ¿: Estás ya determinado ?
ALVARO:       Sí, señor.
PEDRO:                        Mira primero
lo que haces.
CELAURA:                              (Hoy espero             Aparte
pena o gloria en mi cuidado).
ALVARO:       Este es el que ha granjeado 1775
mi voluntad.
CELAURA:                             (¡ Venció Amor !)             Aparte
REY:       ¿: No fuera el otro mejor ?
ALVARO:       Este es a quien yo me inclino.
REY:       Pues, dártele determino.
ALVARO:       Beso tus plantas, señor. 1780
CELAURA:       Manda que se partan luego
y estimarán la amistad.
REY:       A quien doy la libertad,      
¿: cuándo la partida niego ?
ALVARO:       De lástima no me llego 1785
a tus brazos.
PEDRO:                              ¡ Qué me dejas
cautivo !
ALVARO:                        Sordas orejas
entre mi piadoso llanto,      
tente cual sierpe al encanto,
para no escuchar tus quejas. 1790
Vamos Fernando. ¡ Ay de mí !
PEDRO:       Escucha antes que te vayas,
pues en crueldades te ensayas,
ya ves que el riesgo advertí
que tiene el dejarme aquí. 1795
Pero a bárbaro te igualo,
pues cuando el riesgo señalo
del alma que ya condeno,      
tienes lástima del bueno
dejando perder al malo. 1800
Malo soy en tu opinión;
mas no has llegado a creer
que tanto lo puedo ser
como me das la ocasión.
Tú ordenas mi perdición. 1805
Sin fruto, padre conquisto
tu pecho, pues ya que he visto
que vives de amor tan ciego
de mi hermano, yo reniego.
¡ Moro soy, y pierdo a Cristo ! 1810
ALVARO:       ¡ Jesús me valga !
PEDRO:                                    Echó el sello
mi postrera voluntad.
¡ Moro desde hoy me llamad !
Mis brazos daré a tu cuello. 1815
Hoy mi disgusto atropello,
valiente caudillo mío.
CELAURA:       (Ya es dueño de mi albedrío. Aparte
¡ Bien me supo granjear !)
ALVARO:       ¡ Moros, dejadme llegar ! 1820
PEDRO:       De tus lágrimas me río.
ALVARO:       ¡ Un tigre soy enojado !
¡ Dejad que me satisfaga
en su vida y que deshaga      
el mismo ser que le he dado ! 1825
Su enemigo declarado
soy. El traidor se engañó
cuando padre me llamó.
Que pues con lengua infernal      
niega al Padre Universal, 1830
bien puedo negarle yo.
COSARIO:       ¡ Aparta, caduco viejo !
ALVARO:       Oye, Pedro...
PEDRO:                              ¿: Ya me ruegas ?
¡ Vete, loco !
ALVARO:                              ¿: A Cristo niegas,
Pedro ?
PEDRO:                       ¡ Qué gentil consejo ! 1835
¡ Y a qué tiempo ! Pues te dejo
por loco y por imprudente.
REY:       Serás de mi reino y gente
estimado y preferido.
CELAURA:       (Y de una infanta querido,       Aparte 1840
por gallardo y por valiente).

Vanse [el REY, PEDRO, CELAURA, y COSARIO]

ALVARO:       Fernando.
FERNANDO:                             ¿: Padre y señor ?
ALVARO:       Bien consolados iremos,
siendo iguales los extremos
del espanto y del dolor. 1845
Pero mi culpable error,
que en la experiencia condeno,
me dice de penas lleno
que si hay riesgo de perderse,
debe el malo recogerse 1850
antes que premiarse el bueno.
Déme Dios dolor eterno
por descanso y por regalo,
pues que soy árbol tan malo      
que fruto doy al infierno. 1855
Déme Dios un llanto tierno
en vez de humana alegría.
¿: Hay desdicha cual la mía ?
Sí, Adán fue mejor que yo      
y lo mismo sucedió 1860
en los hijos que tenía.
FERNANDO:       ¡ Nunca en tu amor paternal
me hubieras tú preferido !
¡ Fuera yo el aborrecido      
y en cautiverio inmortal 1865
llorara mi eterno mal !
No sentiríamos en vano
que llore un padre cristiano
un hijo moro, y que yo,      
a un hombre que a Dios negó, 1870
pueda decir que es mi hermano.

Salga CLEMENCIA

CLEMENCIA:       Padre, que este nombre debo
al amor que me has tenido,
que a ver mi muerte has venido
por un suceso tan nuevo, 1875
y tú, cuyo amor apruebo,
por constante y generoso,
¿: Cómo en riesgo tan forzoso
me queréis los dos dejar,
permitiéndome quejar 1880
de amor de padre y de esposo ?
Siempre amor se ha conocido,
y es bien que el discurso os cuadre,
en los afectos del padre      
y en finezas de un marido. 1885
Que no me dejéis os pido
en poder de un hombre infiel;
que es la crueldad el pincel
con que el bruto pecho esmalta,
y hombre a quien piedad le falta, 1890
mal podré yo hallarla en él.
FERNANDO:       Padre y señor, justamente
merece favor y amparo.
ALVARO:       ¿: No ves el peligro claro ?
FERNANDO:       Miro su riesgo presente.
No cubran su hermoso oriente 1895
nubes de medrosos hielos.
CLEMENCIA:       Daré quejas a los cielos
de que en riesgos de mi honor      
faltó padre sin amor
y hallo marido sin celos.
FERNANDO:       Donde el honor se aventura 1900
es bien arriesgar la vida.
Hoy se ha de ver defendida
en mi piedad su hermosura.
Clemencia, en la noche oscura
tus esperanzas libramos. 1905
ALVARO:       Peligros multiplicamos,
hijos.
FERNANDO:                       ¿: Hay más de morir ?
ALVARO:       Sí, pues nos han de seguir
FERNANDO:       Vamos, padre.
CLEMENCIA:                              Esposo, vamos.

Vanse todos


ACTO TERCERO

Adentro suena un clarín y diga PEDRO

PEDRO:       ¡ Vuelva, canalla ! ¡ Que vuela
entre las espumas blancas 1910
el enemigo bajel !      

Tocan otra vez y parece un esquife con ALVARO, FERNANDO y CLEMENCIA

FERNANDO:       Ya nos viene dando caza
el Cosario que nos sigue.
Ya con fieras amenazas
cobra soberbio dominio 1915
sobre el imperio del agua.
Padre, ¿: qué habemos de hacer ?
ALVARO:       Si les pides a mis canas
consejo, que no rindamos
será el de más importancia. 1920
FERNANDO:       Fue, si te pedí consejo,
porque con él me animaras;
que alientan dos pareceres
la más cobarde esperanza.
¿: Qué esperamos de rendirnos
sino mayores infamias 1925
cuando es hermoso el morir
entre las sangrientas armas ?
Si yo esperara victorias,
¿: temiera ajenas ventajas ?
Mas para que honrado muera, 1930
es menester que las haya.
La suerte echó la Fortuna;
amor y honor son las causas
para que el mar nos sepulte
en monumentos de plata.       1935
Clemencia, el tálamo ilustre,
asido a tus esperanzas,
se trueca en túmulos negros
sobre estas humildes tablas.
¡ Llegue el bárbaro de Libia ! 1940
¡ Deja el remo ! ¡ Amaina, amaina !
Que suele dar el que espera,
temor al que le amenaza.
¡ No temáis, padre y esposa,
que yo solo en la batalla 1945
seré el imán de sus flechas
y la esfera de sus balas !
CLEMENCIA:       ¡ Mira, señor, que se acercan
y al fiero son de las cajas
burlan tu inútil valor !
Considera que te engañan 1950
laureles de fama incierta
y que jamás los alcanza
quien desesperado muere
porque del vivir se agravia.      
Valiente es el que resiste 1955
atropelladas desgracias,
y por cobarde se cuenta
quien muere por excusarlas.
Y ya que dar determinas      
por testigos a las aguas 1960
de tu muerte, basten ellas
que vieron tragedias tantas.
No esperes, siendo posible,
que no sin aliento caiga      
sobre tu pálida frente 1965
de sangre propia manchada.
Y, pues yo, Fernando, he sido
el Jonas de esta borrasca,
arrójame al mar soberbio.
Tendrás segura bonanza. 1970
¡ Mira que llegan !
FERNANDO:                                    Si piensas
que como sirena encantas,
taparé, como otro Ulises,
los oídos que te engañan      
si escuchan suspiros tiranos 1975
entre amorosas palabras.
Y tú, noble padre mío,
que excedes a las desgracias
de Troya, pues cuando Eneas
la miraba ardiendo en llamas,       1980
libró a su padre en los hombros,
que eternos hace la fama;
mas los enojados cielos
multiplicando venganzas,      
cuando dan paso en el fuego 1985
nos le han cerrado en el agua.
No hay donde escaparte puedas.
No hay, como en Troya, montañas;
que en montes de rica espuma      
sólo pensamientos pasan. 1990
Ya el cosario bergantín,
que los cristales quebranta,
con voces atemoriza
y con remos nos alcanza.      
El bárbaro capitán 1995
desafía entre las armas
al sol con nubes de plumas
sobre montes de bengalas.
ALVARO:       ¿: Qué intentas, Fernando ?
FERNANDO:                                               Padre,
si los nobles se acobardan, 2000
¿: qué dejas a los que tienen
pecho humilde y sangre baja ?
¡ Yo he de morir como noble !
PEDRO:       Aborda ! ¡ No se nos vaya      
la presa !

Suena [un] clarín; parece el bergantín de los moros y PEDRO de moro con rodela y espada

FERNANDO:                       ¡ Válgame el cielo ! 2005
¡ La ilusión es fantasma
que representa el temor !
PEDRO:       Perro cristiano, ¿: qué aguardas ?
¿: Con qué poder te defiendes ?
¿: Con qué favores te amparas ? 2010
ALVARO:       Este, ¿: no es mi hijo ? ¡ Cielos !
PEDRO:       Mas, ¿: cómo mi intento alcanzas ?
¿: Quieres por no ver tu afrenta
rendir a mis pies el alma ?
Yo te cumpliré el deseo. 2015
FERNANDO:       Bien te acuerdas que en las playas
de Valencia, cuerpo a cuerpo,
pude templar tu arrogancia
y entonces eras cristiano.
Mira, agora que te falta
la luz del sol de justicia, 2020
si podré vencer tus armas.
PEDRO:       ¡ El renegado Hamete
desde hoy los hombres me llaman
y el sol de Clemencia puede
darme su luz soberana !
                 Pelean [PEDRO y FERNANDO] 2025
ALVARO:       ¡ Hijo de mi vida, espera !
Mira que un león se agravia
si entre corderos humildes
muestras las sangrientas garras.
¿: Qué furia es la tuya, Pedro ? 2030
Tu misma sangre derramas,
que para empresas mayores
por fuerza ha de hacerte falta.
Y cuando mezclar pretendas
la furia a las amenazas, 2035
vuelve a tu padre los ojos
que besa humilde tus plantas.
Acerca más el bajel;
verás que los pies te bañan
lágrimas de un padre humilde 2040
que duras peñas ablandan.
Pero si el sol verdadero,
eterna luz de las almas,      
deja en tinieblas la tuya,
nieve y hielos te acompañan. 2045
¡ La dureza de tu pecho
vence las sierras más altas
que en las ausencias del sol      
las cercan nubes heladas !
Vuelve a confesar a Cristo, 2050
que de laureles y palmas,
desde la cruz donde muere,
te está ofreciendo guirnaldas,
y denme la muerte luego
tus animosas escuadras; 2055
partirá mi alma contenta
a la soberana patria.
PEDRO:       Si me soltó de su mano      
Cristo y sin fe ni esperanza
le niego la reverencia, 2060
en vano piedad aguardas
de mi furia. Niega a Dios
mi lengua desesperada,
¿: y no negará a mi padre ?
¿: Para qué hijo me llamas ? 2065
¡ Moros, rompedle aquel pecho
entre puntas de alabardas !
Verá el mundo a lo que llega
la colérica venganza
de la ingratitud de un padre. 2070
¡ Con acciones inhumanas
seré el hijo más cruel
que vio el tiempo ni la fama !      
¡ Mas dejadles, esperad !
Ya que a los hombres espanta 2075
mi crueldad, a las mazmorras
de Argel pretendo que vayan.
FERNANDO:       ¡ Primero, infame español,
que ofensa a mi padre hagas,
verás un monte de acero
sobre esta pequeña barca ! 2080
ALVARO:       ¡ No te defiendas, Fernando !
CLEMENCIA:       Esposo, el valor te engaña.      
Rinde el pecho a la Fortuna
inconstante, ciega y varia.
PEDRO:       ¿: Esposo en presencia mía 2085
a un hombre cobarde llamas ?
¡ Nuevas venganzas me animan !      
¡ Bárbaros celos me abrasan !
¡ Echa el ferro ! ¡ Llega, aborda,
que el fuego y celos del alma 2090
han de abrasar en un punto
aguas, hombres, cielos y barcas !
ALVARO:       ¡ Pedro !
PEDRO:                       ¡ Hamete es mi nombre,
perros !
FERNANDO:                       ¡ Que tantas desgracias
no tengan fin !
PEDRO:                              ¡ Hoy, Argel, 2095
será mi heroica venganza !

Aquí se juntan las barcas. Entra PEDRO en la barca de su padre y la vence. [Vanse. Salen el] REY y TRIGUEROS

REY:       Zulema, estoy tan corrido      
que entre mi enojo y mi enfado,
quisiera haberme engañado
para no haberlo sentido. 2100
Pero de suerte vencí
las dudas que se ofrecieron
a los ojos, que sirvieron
de mayor crédito en mí.
Aquel muchacho cristiano... 2105
¿: sabes quién digo ?
TRIGUEROS:                                    Ir delante.
REY:       Me dejó más ignorante
del bien que pretendo en vano.
TRIGUEROS:       Pues, ¿: qué querer preguntar,
si cuando estar satisfecho, 2110
andar buscando el provecho
y el pisadumbre boscar ?      
Cuando engordar el cochino,
tocino esperar después; 2115
y el cabar el vinas es
para que agardamos vino.
Perdonar si le traemos
ejemplicos de cristianos;
que cuando tener al manos, 2120
más que el mosqueto bebemos.
E prosiguiendo, sonior,
el resposta que querer
del bien Zolema saber.
REY:       (Hace la pregunta Amor).             Aparte 2125
Juzgué, con nuevos desvelos,
mujer a Félix, de suerte
que el sol, si a mirarlo advierte,      
me daba en los rayos celos.
Habléle y me respondió 2130
como oráculo confuso,
pero en las dudas que puso,
mi fuego se declaró;
que basta la aprehensión
de que femenil belleza 2135
le ha dado naturaleza
para aumentar mi pasión.
¡ Qué ya con amor gentil
mira que en tanto esperar
se ha visto un mozo adorar 2140
a una imagen de marfil !
Dime si es Félix mujer,
si pretendes mi favor,
para que pase mi amor
del conquistar al vencer; 2145
porque el amor bien nacido
no admite al alma arraigado
ni en los desdenes enfado,
ni en las ausencias olvido.
Robáronle los cristianos, 2150
pero ya me le promete
el valor del nuevo Hamete
que surca esos mares canos.
TRIGUEROS:       Sonior, cozas que tener
los créditos de openión, 2155
nunca dar bona razón;
nunca él verdades saber.
Decir el fama que ardendo      
Fénix dar volta a vivir;
ser grande embuste e mentir, 2160
que nadie pode estar vendo.
Hombre que alzar el segura
e los estrellas mirar
le hacer por le enganiar,
ser openión mal segura. 2165
A Espania ver de mil modos;
donde es como el frailesicos,
Alá les ver de moricos,
e ser emboste por todos;
Al fin estar openión; 2170
mas lo que poder palpar,
nunca es bono el preguntar.
Necios el preguntas son.      
Cuando amores estar frescos,
le podes satisfacer. 2175
REY:       ¿: Pues cómo lo puedo ver ?
TRIGUEROS:       ¡ Quetar el cinta al gregüescos !
REY:       ¡ Ah, cristianos, cuando os doy      
la libertad que buscáis,
mis ofensas procuráis !
¡ Furioso y amante estoy ! 2180
¡ Viva Alá, que si al mar salgo,
que con amenazas solas
envuelva en fuego las olas !
TRIGUEROS:       (¡ Mucho me mira este galgo,       Aparte
y temo que si emperra, 2185
ha de echarme el diente a mí).
REY:       ¡ Qué tan desdichado fui      
en ser tan corta la tierra;
que si tardaran un día
de hallar defensa en el mar, 2190
su muerte supiera dar
venganza a la ofensa mía !
TRIGUEROS:       ¿: Qué temer cuando ir Hamete
en so bosca en bergantín
más que el vento ?
REY:                                    ¡ Dulce fin 2195
a mi esperanza promete !
El cielo le dé favor
cuando a las manos llegare.
TRIGUEROS:       (¡ Y plega a Dios que no pare       Aparte
hasta Madrid mi señor !) 2200
REY:       ¿: Qué dices ?
TRIGUEROS:                              Que vosancé
sanar de pecho el postema.
REY:       Oye mi intento, Zulema.

Salen la Infanta [CELAURA] y COSARIO

COSARIO:       ¿: Ansí desprecias mi fe ?
¿: Ansí un amor tan valiente 2205
que entre abrasados desvelos
vence penetrando cielos      
la esfera del sol ardiente ?
Tu ingrato desdén admiro
si pueden ganarte el gusto 2210
diamantes del indio adusto
entre púrpuras de Tiro;
si los ópimos metales
que Arabia en sus venas cría, 2215
perlas que del alba fría
en nácares orientales,
¿: cuánto más valor tendrán
alma y corazón rendidos
que metales sin sentidos 2220
que sin méritos te dan ?
CELAURA:       Aunque por bajo interés
juzgas mi real decoro,
nácares, púrpuras y oro
despreciados de mis pies 2225
les diera de mejor gana.
Mira, ¿: es mi amor lo que medras ?
¡ Mejor lugar a las piedras
que a tu pretensión liviana !
Cuando me hablas, me ofendes. 2230
Cánsasme cuando me miras,
me hielas cuando suspiras,
me enojas cuando pretendes;
que lo que cielo parece,
en llegándose a querer, 2235
viene luego a parecer
infierno si se aborrece.
TRIGUEROS:       Consoltar el agoreros      
y saber si le encontramos
[a] Hamete.
REY:                        Bien dices, vamos. 2240

Sale un MORO

MORO:       Cuando volarán ligeros,
por quebrantadas espumas,
más que del sol los caballos
bastará Hamete a alcanzallos
haciendo los remos plumas. 2245
La presa en palacio tiene.
¿: Tanta dicha merecí ?
TRIGUEROS:       (¡ Qué este perro baharí            Aparte
con estas nuevas nos viene !)
CELAURA:       Harto más bien granjearas 2250
mi amor, que sin fruto esperas,
si por los cristianos fueras.
COSARIO:       Cuando tú lo imaginaras,
fuera poco atravesar.
CELAURA:       No entiendo de atravesías. 2255
REY:       ¡ Dulces esperanzas mías
que os he venido a lograr !
Pídeme albricias.
TRIGUEROS:                                          ¿: Querer      
que yo por ti le pedemos ?
MORO:       Sí. 2260
TRIGUEROS:       Pues peder que le demos
milión de azotes por ver
si romper saco el codicias.
REY:       Por tan agradables nuevas,
muy poco ha de ser si llevas 2265
todo mi reino en albricias.

Salen PEDRO, FERNANDO, CLEMENCIA y el padre [don ALVARO]

FERNANDO:       En nuestra adversa fortuna
estimo más tu favor
que la vida.
CLEMENCIA:                              De mi amor      
no esperes mudanza alguna. 2270
PEDRO:       Como el imperio quebrantas
del mar que soberbios cría,
hoy los esclavos te envía
lisonjeros de tus platas,
pues obediente y fiel 2275
tantos miedos les enseña
que se les convierte en peña
[los remos] de su bajel.
Perdió la esperanza y brío,      
pues entre asombros y penas, 2280
fueron las otras cadenas
hasta que llegase el mío;
que aunque este valor profesa
para que Marte se asombre,
no le repetí tu nombre, 2285
por coger viva la presa.
Déjeles hacer alarde
de algún valor porque el mar
se corriera de aguardar      
una lisonja cobarde; 2290
y si con obras te obligo,
pido que de estos cristianos
quede la presa en tres manos
y en las mías el castigo;
que aunque venzan en crueldades 2295
las tiranas monarquías,
yo sé que en viendo las mías,
serán las tuyas piedades.
REY:       Tan bien mi gusto dispones,
que dejo a tu voluntad 2300
la clemencia y la crueldad.
PEDRO:       Ya moriréis en prisiones.
¡ Llevadlos a donde sientan
mi vengativo furor !
ALVARO:       Por ser de un hijo el rigor, 2305
no lastiman, sino afrentan
las desdichas de mi hado.
¿: Posible es que padre he sido
de este monstruo ? ¡ Estoy corrido      
de ser yo quien le ha engendrado ! 2310
TRIGUEROS:       Sonior capetán, dejar
a Zulema el presioneros.
PEDRO:       A ti te importa, Trigueros,
no disgustarme.
TRIGUEROS:                              Caliar 2315
e ver como obedecemos.
Vejo, al mazmorra venir,
que bronce no ha de sentir
tan lastimosos extremos.
(¡ Juro a Dios que es un bellaco      Aparte 2320
mi amo !)
ALVARO:                             Félix, adiós.
CLEMENCIA:       El vaya, padre, con vos.
ALVARO:       Mal mis lágrimas aplaco;
¿: de qué bárbaros se cuenta
que algún hijo hiciese tal ?      
Mas, ¡ ay de mí ! que mi mal 2325
no es desdicha, sino afrenta.
CLEMENCIA:       ¡ Fernando !
FERNANDO:                              Clemencia mía,
sólo temo tus mudanzas.
CLEMENCIA:       Si yo lograse esperanzas      
como firmezas podría, 2330
bien te quitara el recelo
que de mi mudanza tienes.
FERNANDO:       Dichosamente previenes
a mis penas el consuelo.      
Dios te guarde.
CLEMENCIA:                                    Y El te anime.

Llévales TRIGUEROS [a don ALVARO y FERNANDO]

REY:       Félix, escucha.
CLEMENCIA:                                   Señor, 2335
¿: qué mandas ?
CELAURA:                              Este favor,
¿: quién habrá que no lo estime ?
Ansí, ¿: cuánto, capitán,
queda el premio que merece
tu valor ? (¡ Mi fuego crece !)      Aparte 2340
REY:       ¿: Pues disfavores se dan
a un rey ?
CLEMENCIA:                              Por disculpa honrada
se puede admitir, señor.
CELAURA:       (¿: Cómo le diré mi amor ?) Aparte
PEDRO:       (El alma tengo turbada;             Aparte 2345
que mira el rey a Clemencia
con cuidados de mujer).
CELAURA:       Déjala favorecer            
cuando estimo tu presencia;
y advierte que has granjeado 2350
prendas de amor en mi pecho.
COSARIO:       Mayores daños sospecho
si el alma no se ha engañado).

Han de estar en este punto en hilera. Primero CLEMENCIA y luego el REY y luego PEDRO; después la Infanta [CELAURA] y a su lado el COSARIO

CELAURA:       (Con el muchacho cautivo       Aparte
fingiré tiernos amores. 2355
¡ Tenga aparentes favores
Félix !)
REY:                       (Mi gloria apercibo       Aparte
si le descubro a la infanta
quién es, porque una mujer
sabrá templar y vencer 2360
tal rigor, dureza tanta).
Ya, Celaura, tuyo es
Félix, regálale mucho,
y la ocasión...
PEDRO:                              (¿: Esto escucho ?)      Aparte
REY:       ...yo te la diré después; 2365
que merece este favor.
CELAURA:       Y a mí me ayudan los cielos.
(¡ Abrasarle tengo en celos       Aparte
del cautivo !)
PEDRO:                              (Ya el furor            Aparte
me ciega. De mi presencia 2370
el bien me quiere quitar).
Señor, dejadme hablar
a Félix.
CELAURA:                       Ya no hay licencia.
(Celos del cautivo tiene;       Aparte
obrando está mi desdén). 2375
Vámonos, Félix.
REY:                              (¡ Qué bien            Aparte
con mis intentos conviene !
Parece que ha conocido
su femenil rostro hermoso).
COSARIO:       (Ya vivo menos celoso                  Aparte 2380
y estoy más arrepentido.
Engañéme, que antes veo
que la infanta le desprecia).      

Vanse el REY y COSARIO

CELAURA:       (Hoy a su arrogancia necia       Aparte
ha de vengar mi deseo). 2385
Félix, mira que has de ser
secretario de mi pecho.
PEDRO:       (Que le está hablando sospecho Aparte
por el rey). Fiera mujer,
mira que al cielo le quitas 2390
la luz, la fuerza al amor.
¿: Quién te ha enseñado el rigor
con que a las fieras imitas ?
(Tercera es del rey. ¡ Ah, cielos ! Aparte
¿: Cómo ansí me atropelláis ? 2395
CELAURA:       Ansí os haré que sepáis
lo que lastiman los celos.
PEDRO:       (Pierdo el alma por ganar             Aparte
una adorada mujer,
y sintiéndola perder, 2400
no he de saberla cobrar.
Si nunca el Amor guardó
decoro al mayor estado,      
siendo yo el interesado,
¿: por qué he de guardarlo yo ? 2405
¡ Muera el rey que a mi furor
le dan, si pesa a los cielos,
desesperación los celos
y atrevimientos Amor !)

Vase [PEDRO]

CELAURA:       Félix, si tu dueño soy, 2410
mandarte puedo de veras.
Yo te mando que me quieras.
CLEMENCIA:       Palabra, infanta, te doy      
de obedecerte y ansí 2415
ya te he empezado a querer.
CELAURA:       (¡ Oh, si nos pudiera ver             Aparte
aquel ingrato ! ¡ Ay de mí,
que con arte y con engaños
solicito el ser querida !) 2420

Vuelve a la puerta [PEDRO]

PEDRO:       (Clemencia es ya conocida.       Aparte
¿: Qué busco ? ¿: Más desengaños ?
¿: Para qué quiero escuchar
lo que en mi daño ha de ser ?)
CELAURA:       Mi Félix, ¿: me has de querer ? 2425
CLEMENCIA:       No querer, pero adorar.
CELAURA:       ¿: Y si Hamete lo escuchase ?
(Mas allí le he visto. ¡ Cielos,      Aparte
caiga un rayo de estos celos      
que le deshaga y abrase !)
Mi Félix, yo te confieso 2430
que quise a Hamete; mas ya
sólo tu beldad me da
dulce amor. Sólo profeso
darte gusto y adorarte.
¿: Serás mío ?
CLEMENCIA:                              Eternamente. 2435
CELAURA:       (¡ Dichosa yo si lo siente !)       Aparte
PEDRO:       (Amor, no debo culparte.             Aparte
La infanta no solicita
a Clemencia por el rey).
CELAURA:       Tendrás amor. ¿: Tendrás ley 2440
si la tengo yo ?
CLEMENCIA:                                   Infinita.
PEDRO:       (Ella pensando que es hombre, Aparte
o como a Félix la adora,
o finge que la enamora
por darme celos).
CELAURA:                                    ¡ Asombre 2445
tanto amor mares y cielos !
CLEMENCIA:       (¡ Y asómbrelos mi desdicha !) Aparte
CELAURA:       (El nos oye; haga mi dicha       Aparte
que nazca amor de estos celos).
PEDRO:       (Ella quiere amartelarme;       Aparte
y para dar a entender 2450
que no es Clemencia mujer,
celos finjo).
CELAURA:                              ¿: Quieres darme
un abrazo, Félix mío ?
CLEMENCIA:       (Disimulando, que soy                  Aparte
mujer, los brazos le doy). 2455
Sí, daré y en ti confío.

Abrázanse [y sale] PEDRO con la daga en la mano

PEDRO:       ¡ Falsa, ingrata ! ¿: De esta suerte
se corresponde a mi amor ?
¡ Los celos son un furor !
¡ Estoy por darte la muerte ! 2460
Y tú, Félix, vil cautivo,
¿: los brazos osaste dar
a la gloria singular
por quien muero y por quien vivo ?
CELAURA:       (¡ Obró el veneno celoso !             Aparte 2465
Ansí, ansí, sabed de amores).
PEDRO:       ¿: Estos eran los favores      
de tu pecho generoso ?
CELAURA:       Alá sabe a quien adoro.
CLEMENCIA:       (A Dios con lágrimas llamo). Aparte
CELAURA:       (Ay, español, yo te amo).       Aparte 2470
PEDRO:       (Ay, Clemencia, yo te adoro).      Aparte

Vanse [PEDRO, CLEMENCIA y la Infanta CELAURA. Salen don ALVARO] y FERNANDO con cadenas, y TRIGUEROS

ALVARO:       Si a Dios tu señor dejó,
¿: qué podemos presumir
de ti ?
FERNANDO:                  ¿: Puédese encubrir
lo que tu lengua mostró ? 2475
ALVARO:       Claro está que al torpe sueño
de la culpa el alma has dado,
que se conoce el criado
por las costumbres del dueño.
¡ Hijo de padres cristianos 2480
quedado en tan ciego abismo !      
Mas, ¿: qué digo, si yo mismo
tengo el ejemplo en las manos ?
Cristiano y noble nací
y un hijo perdido lloro. 2485
TRIGUEROS:       Ya he dicho que no soy moro;      
la lengua sola fingí.
FERNANDO:       ¿: Luego has fingido de miedo ?
¿: Qué no te ha faltado luz ?
TRIGUEROS:       Sí, juro a Dios y esta cruz
y a las palabras del credo. 2490
ALVARO:       Temo que engañarme quieras.
TRIGUEROS:       ¿: Hay más terrible apurar ?
Pues, ¿: qué quieren apostar
que he de renegar de veras ?
Llamaron gallego a un loco      
en Madrid y dijo luego, 2495
"Antes moro que gallego,"
y dicen que dijo poco;
pero el que es gallego dino,
dirá con justo decoro;      
"Antes gallego que moro," 2500
no por Dios, mas por el vino.
Por excusar la mazmorra
y la paliza lo he hecho,
y porque saco provecho
de vivir metiendo gorra. 2505
Regálanme lindamente,
y yo que no soy muy lerdo,
entre lo bellaco y cuerdo,
le como un lado a esta gente.      
Tengo el ejemplo delante 2510
del que se obligó a los daños
si no enseñaba en diez años
a hablar [a] un elefante;
que diciendo otro cautivo       2515
"¿: Cómo te puedes librar
si en efecto ha de llegar
el término ejecutivo ?"
Risueño le respondió:
"En diez años claro está       2520
que alguno se morirá,
el rey, elefante o yo."
Y ansí el negocio has mirado,
cristiano soy como un roble,
que aunque gallego, soy noble. 2525

Sale un MORO y escucha

MORO:       (¡ Si con ellos se ha burlado !      Aparte
¡ Qué es cristiano está diciendo !)
ALVARO:       No me pudiera mi hijo
causar mayor regocijo.
¡ Al cielo estoy bendiciendo ! 2530
TRIGUEROS:       ¡ Cristiano mil veces soy,
que Mahoma es un bergante !
MORO:       (¿: Tal dice un perro ignorante ? Aparte
A llamar la guarda voy;
que por el santo profeta 2535
que ha de morir el villano).

Vase [el MORO]

TRIGUEROS:       En el alma soy cristiano
y moro en la gabaneta.
FERNANDO:       ¿: Y si descubriendo van
lo que agora el alma encubre ?
TRIGUEROS:       Si el busiles se descubre,
moriré como un Roldán. 2540

Sale el MORO con el COSARIO

COSARIO:       No es posible si nació
en Marruecos.
MORO:                              Yo le oí
confesar a Cristo aquí.
COSARIO:       Por ventura se burló.
MORO:       Presto le verás.
COSARIO:                                    ¡ Zulema ! 2545
TRIGUEROS:       ¡ Vive Dios, que me han cogido !
Mas no estoy arrepentido
que en más mi valor se extrema.
COSARIO:       ¿: Ansí guardas el decoro
al profeta soberano ?
Dícenme que eres cristiano. 2550
TRIGUEROS:       ¿: Pues cuándo he sido yo moro ?
COSARIO:       Advierte que el renegado
de nuestra ley tiene pena
que a la muerte le condena.
TRIGUEROS:       Nunca mi ley he negado.
COSARIO:       Mira tu notorio engaño.
TRIGUEROS:       (¡ Oh, qué de espacio lo toma !) Aparte
COSARIO:       ¡ Sabes tú quién es Mahoma ? 2555
TRIGUEROS:       Un arriero picaño,
juro a Cristo.
ALVARO:                                         Capitán,
Trigueros nació cristiano.
MORO:       ¡ Hasta en el nombre es villano !
TRIGUEROS:       Pues, ¿: es mejor Solimán ?
¡ Diga el galgo !
MORO:                                    En vano aplaco
la furia que el pecho enciende 2560
que ansí este perro me ofende.
TRIGUEROS:       El miente y es un bellaco.
COSARIO:       Llevadle al rey y él verá
lo que arrepentirse importa.
ALVARO:       Trigueros, la vida es corta.
TRIGUEROS:       ¡ Oh, qué moderno que está !
¿: Era yo de Boceguillas 2565
que mi ley he de negar ?
COSARIO:       Advierte...
TRIGUEROS:                       No hay que tratar;
bien pueden hacerme astillas.

Salga PEDRO

PEDRO:       ¿: Qué hacéis ? ¿: Qué aguardáis con él ?
FERNANDO:       Esfuerzo tiene bizarro.
TRIGUEROS:       Ser mártir gallego en barro.
¡ Mártir me fecit !
ALVARO:                                    Cruel, 2570
¿: reniegas ?
TRIGUEROS:                              Siempre reniego
de Mahoma; a Cristo adoro
y piadosamente lloro
mis culpas.
PEDRO:                              Vives; mas ciego.
TRIGUEROS:       Tú eres el que ciego estás, 2575
pues a Cristo puesto en [cruz]
niegas perdiendo la luz.
FERNANDO:       No vi tal valor jamás.
PEDRO:       ¿: Qué aguardáis con él ? ¡ Llevadle !
TRIGUEROS:       Si es por lo que agora os hablo,
mirad qué dice San Pablo
a los coritos.
COSARIO:                              ¡ Matadle ! 2580
TRIGUEROS:       Moros, ad corintos, digo
aunque me hagáis tajados.
ALVARO:       ¡ Quien siguiera tus cuidados !
Mas con el alma los digo.
¿: No te avergüenzas de oír 2585
que un hombre humilde y criado,
hijo, haya confesado
a Cristo y vaya a morir ?
Pero sin fruto te advierto
y con la luz te apercibo 2590
de un claro ejemplo tan vivo      
estando en la fe tan muerto.

Vanse [todos menos PEDRO]

PEDRO:       ¿: Qué es esto Dios ? Un criado
humildemente nacido,
¿: esta constancia ha tenido ? 2595
Y yo que más obligado      
os estoy, ¿: os he negado ?
¿: Leyes dulces y suaves
se truecan por culpas graves ?
¡ Ah, mi Dios ! ¡ No se entienda 2600
que el hombre sólo os ofenda
cuando os bendicen las aves !
Yo, que era Pedro en Madrid,
Hamete soy en Argel;
el nombre dulce y fiel, 2605
de aquel segundo David,      
del que es verdadera vid,
de Jesús blanca paloma,
troqué por el de Mahoma.
¡ Rasguen las nubes sus senos ! 2610
¡ Produzcan rayos sin truenos !      
¡ Salga un león que me coma !
¡ Tiemble la tierra por mí !
¡ Brame el mar y gime el viento ! 2615
¡ Caiga el alto firmamento !
¡ Abrase el infierno aquí !
Hamete soy; Pedro fui      
negando a Cristo. Y ya hallo
que en todo es bien imitallo. 2620
El alma a Cristo desea
y la voz de un criado sea
para mí la voz de un gallo.
Pues el generoso azor,
rompiendo el aire lozano, 2625
sabe volver a la mano
del dueño y del cazador.
Sepa agora un pecador
volver con alma piadosa
a la mano generosa, 2630
que alas y plumas le dio
con que a su muerte voló
como ciega mariposa.
La luz del sol me socorre,
ojos, pues tiempo tenemos, 2635
tantas lágrimas lloremos
que mi pecado se borre;      
el alma misma se corre
y me avergüenzo y confundo
al mirarme. Sepa el mundo 2640
que noble Ramírez fui
y que en la corte nací      
del gran Felipe segundo.

Va desnudándose, arrojando el vestido

Un furor, una venganza
y una locura ha podido 2645
despeñarme. ¡ Vil vestido,
decid mi grande mudanza !      
No tengamos semejanza
con los que no tienen fe;
que si yo a Cristo negué, 2650
que me sustenta y me rige,
no supe lo que me dije
pero agora bien lo sé.

Salgan por las dos puertas [don ALVARO] y FERNANDO

Señor padre, amigo hermano,
si ansí os merece llamar 2655
quien a Dios supo negar,
dad la muerte a este tirano.      
Dios me dejó de su mano
y ya otra vez me la dio.
Déjame, padre, que yo 2660
humilde te desengañe
y con mis lágrimas bañe
los pies del que me engendró.
Romper quiero las cadenas
que mi ignorancia te puso. 2665
ALVARO:       Alegre estoy y confuso
en mis prisiones y penas.
¡ Mi Dios, que el remedio ordenas
de este hijo, dame aliento,
no me mate este contento ! 2670
PEDRO:       Perdóname, mi Fernando.
FERNANDO:       Suspenso te estoy mirando.
PEDRO:       Y yo volviendo a la fe,
tantas lágrimas daré
que me vayan anegando.
Pedro soy; cristiano soy. 2675
Los que moro me habéis visto,
sabed que mi Dios es Cristo;
reverencia a Cristo doy.
Sus rayos me alumbran hoy.
Su ley sola es la perfeta. 2680
¡ Moros, dejad vuestra seta !

Salen el REY, [la] infanta [CELAURA] y moros

REY:       ¿: Qué es esto Hamete ? ¿: Qué dices ?
PEDRO:       Que sois todos infelices
creyendo a un falso profeta;
que sólo Cristo es verdad 2685
y El es el Dios de los cielos.
CELAURA:       Loco le tienen los celos.
PEDRO:       Poderosa es su deidad,
dulce Amor. Moros, dejad
la infame ley que tenéis 2690
y si salvaros queréis,      
adorad a Jesucristo.
REY:       ¿: Cómo mi furia resisto ?
¡ Oye, Hamete !
PEDRO:                              No llaméis
a quien es Pedro, Hamete. 2695
¡ Cristo es mi Dios. En El creo !
CELAURA:       (Volverle el seso deseo).            Aparte
¡ Oye, mi bien !
PEDRO:                              ¡ Perra, vete;
que tu ley no me promete
sino llamas, pena y hielos ! 2700
CELAURA:       ¡ Tuya soy; no tengas celos !
PEDRO:       Bien dices, que celos son
de mi santa religión,
que es camino de los cielos.
REY:       ¿: Burlas de Mahoma ?
PEDRO:                                          ¡ Sí ! 2705
Su infame nombre blasfemo,
ni le estimo ni le temo.
REY:       Habrás de temerme a mí.
PEDRO:       Noble y cristiano nací.
Un furor, una locura 2710
me trujo a tan desventura.
Negué a Dios y ya le confieso.
REY:       ¡ Denle la muerte !
PEDRO:                                    Por eso
tendré vida más segura. 2715
REY:       ¡ Pues, denle la misma muerte
que a [Cristo] !
PEDRO:                              ¡ Dichoso yo !
CELAURA:       De nuestra ley se burló
y de mi amor se divierte,
¡ muera de la propia muerte 2720
que Cristo, crucificado !
REY:       En esa puerta enclavado      
esté.
ALVARO:                       ¡ Hijo, persevera !
PEDRO:       Mi fe creció de manera
que se iguala a mi pecado. 2725
Déjame, Rey, que yo haga
en la puerta una señal      
de aquella [cruz] inmortal
donde [Cristo] mi Dios paga
por mis culpas.
REY:                                   Satisfaga 2730
a su Dios de esa manera.
PEDRO:       Arco de paz verdadera,
señal de serenidad,
muera yo por tu verdad.
ALVARO:       Hijo mío, persevera. 2735
PEDRO:       Piadosamente ha tratado
mi causa. Yo te agradezco
mi muerte y la vida ofrezco
al martirio deseado,
pero si [cruz] me ha faltado 2740
cruz formaré con el dedo
porque en la mortal pelea,
cuando al enemigo vea,
pueda batallar sin miedo.

Señale con el dedo una cruz y fórmela

Arbol santo, cuya flor 2745
a su hermosura convida,      
cuyo fruto fue la vida,
cuyas hojas son amor,
cayado de aquel pastor
que murió por su ganado, 2750
vara del Moisés sagrado
que milagros multiplica,
a tu pie se purifica
la boca que te ha negado.

Cúbrenle [a PEDRO]

REY:       Cruz parece milagrosa 2755
la que su mano formó.
CELAURA:       ¿: Cuándo al cristiano faltó
la mágica fabulosa ?
REY:       Con sentencia más piadosa
quisiera haberle tratado, 2760
que era valiente soldado      
y pudo ser frenesí.
CELAURA:       Bien es que padezca ansí
el que ansí me ha despreciado.
El desprecio de mi amor 2765
ha de llorar esta vez.

Sale el COSARIO con moros y TRIGUEROS

COSARIO:       A que seas recto juez
hemos venido, señor.
Este moro sin temor
de Mahoma, lo maldice. 2770
De él reniega.
TRIGUEROS:                              Muy bien dice,
pero en que soy moro miente.
Por vivir entre tu gente
cómodamente lo hice.
Cristiana mi madre fue 2775
y en el vientre de mi madre,      
como lo dirá mi padre,
de Mahoma renegué.
Nunca yo tu ley dejé,
porque jamás la seguí. 2780
Dentro en Galicia nací      
entre chorizos al humo,
y de los moros presumo
que no los comen aquí.
REY:       Por fingirse que nació 2785
moro no merece muerte;
sólo la pena se advierte
en el que la ley dejó
después que la profesó.
TRIGUEROS:       Luego, ¿: por libre me das ?
REY:       No siendo moro, lo estás. 2790
TRIGUEROS:       Beso tus reales juanetes
por el bien que me prometes.
COSARIO:       Hecho esclavo quedarás.
CELAURA:       Templarás el alegría
viendo muerto a tu señor.

Descubren a PEDRO crucificado en la puerta por la frente

TRIGUEROS:       ¡ Válgame San Amador !
¿: Hay más lastimoso día ? 2795
COSARIO:       Creció la esperanza mía
entre su mortal tormento.

Sale CLEMENCIA

CLEMENCIA:       Venceré en la prisa al viento
aunque no pueda a la fama,
que de su muerte me llama.
FERNANDO:       ¡ Oh, milagroso portento !
Mi hermano muere por Cristo 2800
y para imitarlo en [cruz            
tocó en sus ojos la luz
con que sus culpas ha visto.
CLEMENCIA:       En vano el llanto resisto
con piadosa compasión.
PEDRO:       Pocos mis tormentos son 2805
para quien llega a imitaros.
No queráis, Señor, alzaros
con los de vuestra pasión.
Cruz divina, imagen fiel
del instrumento que hicieron,       2810
tanto que al fin le rompieron
las cuerdas tocando en él,
cuando al pueblo de Israel
entre tormentos tiranos 2815
tocó puntos soberanos      
conque el sol suspenso estuvo,
pues más de tres horas tuvo
las clavijas en las manos.
Muriendo en cruz, mi Dios, por culpa mía, 2820
hicieron sentimiento los mortales;      
las luces se eclipsaron celestiales,
montes extremeció la tierra fría.
Rasgóse el velo santo, y a porfía
se quebraron los duros pedernales; 2825
sucedan en mí mismo estas señales
cuando yo muera en cruz antes del día.
Quebrántese la piedra de este pecho
a vuestro amor divino endurecida,
y mis ojos se eclipsen con el llanto. 2830
Mi corazón se rasgue y ya deshecho,
extremézcase el alma al dar la vida,
temiendo el tribunal de Dios tan santo.
REY:       ¿: Estarás ya arrepentido
cuando sin remedio estás ? 2835
PEDRO:       Antes no tuve jamás,
señor, placer tan crecido
y estoy tan agradecido
al tormento, aunque tan fuerte,
que quisiera que mi muerte 2840
se detuviera en llegar
para poderte pagar
las albricias de mi muerte.
Mas, pues, te precias de humano,
de clemente y generoso, 2845
rogarte será forzoso
por mi padre y por mi hermano;
y pues se disfraza en vano
Clemencia, por cuyo amor
al cielo perdí el temor 2850
con pensamiento infiel,      
halle en mi muerte cruel
tu generoso favor.
¡ Mi Dios, mi Bien, Luz hermosa
que en la piedad resplandeces, 2855
pues soy tu imagen dos veces,      
dame sentencia piadosa !

Cúbrenle [a PEDRO]

REY:       Esa virtud generosa
ha de ver el mundo en mí,
porque otro Alejandro fui 2860
de otra más bella mujer,
que si ayer pudo vencer,
hoy pudo vencerme a mí.
Dale, cristiano, la mano
a tu esposa y todos tres, 2865
sin rescate ni interés,
cortad el mar africano.
FERNANDO:       Por favor tan soberano,
te dé laureles oriente
para coronar tu frente.
ALVARO:       Ya entre su penosa calma       2870
le dio a quien adora el alma.
CLEMENCIA:       El murió dichosamente.
COSARIO:       Pues, cuando tan general
con los favores te muestras,
¿: no darás conmigo muestras      
de tu pecho liberal ? 2875
En la sangre soy tu igual.
Si ves lo que te he servido,
por premio a la infanta pido
de mi glorioso tratamiento.
REY:       Si ella gusta, soy contento; 2880
que ganará un noble marido.
CELAURA:       Como la causa murió
que en templar mi desdén
conozco que me está bien
......                   -ó]. 2885
Tu esposa soy.
COSARIO:                              Ya llegó
el clavo a tener la rueda.
TRIGUEROS:       Y ya no es razón que pueda
acercarme hacia Madrid.
REY:       Todos de Argel os partid,
que nadie el pasaje os veda. 2890
Y también licencia os doy
que el cuerpo podáis llevar.
TRIGUEROS:       Pues, vámonos a embarcar.
ALVARO:       Tan agradecido voy
que siempre tu esclavo soy.
Vivirá en mí la memoria 2895
de tu fama y de tu gloria.
REY:       Guárdeos el cielo; partid.
FERNANDO:       Y del mártir de Madrid      
da fin la dichosa historia.


FIN DE LA COMEDIA