The end of laissez-faire
By
John Maynard Keynes
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Final del laissez-faire
de
John Maynard Keynes
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I
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I
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The disposition towards public affairs, which we conveniently sum up
as individualism and laissez-faire, drew its sustenance from many different
rivulets of thought and springs of feeling. For more than a hundred years our
philosophers ruled us because, by a miracle, they nearly all agreed or seem to
agree on this one thing. We do not dance even yet to a new tune. But a change
is in the air. We hear but indistinctly what were once the clearest and most
distinguishable voices which have ever instructed political mankind. The
orchestra of diverse instruments, the chorus of articulate sound, is receding at
last into the distance.
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La disposición hacia los asuntos
Spúblicos, que de modo apropiado
sintetizamos como individualismo y
laissez-faire, tomó su alimento
de muchas y diversas corrientes de
pensamiento e impulsos sentimentales.
Durante más de cien años nuestros
filósofos nos gobernaron porque, por
un milagro, casi todos ellos estuvieron
de acuerdo o parecieron estarlo en esta
única cosa. Todavía ahora no bailamos
con otro ritmo. Pero se percibe un
cambio en el ambiente. Sin embargo,
oímos confusamente las que antaño
fueron las más claras y distintas voces′
que siempre han inspirado al hombre
político. La orquesta de diversos
instrumentos, el coro de sonido
armonioso, se aleja finalmente en la
distancia.
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At the end of the seventeenth century the divine right of monarchs gave
place to natural liberty and to the compact, and the divine right of the church
to the principle of toleration, and to the view that a church is ′a voluntary
society of men′, coming together, in a way which is ′absolutely free and
spontaneous′ (Locke, A Letter Concerning Toleration). Fifty years later the
divine origin and absolute voice of duty gave place to the calculations of
utility. In the hands of Locke and Hume these doctrines founded
Individualism. The compact presumed rights in the individual; the new ethics,
being no more than a scientific study of the consequences of rational self-love,
placed the individual at the centre. ′The sole trouble Virtue demands′, said
Hume, ′is that of just Calculation, and a steady preference of the greater
Happiness.′ (An Enquiry Concerning the Principles of Morals, section LX).
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Al final del siglo XVIII, el derecho
divino de los reyes cedió su lugar a la
libertad natural y al contrato, y el
derecho divino de la Iglesia al
principio de tolerancia y a la opinión de
que una Iglesia es «una sociedad
voluntaria de hombres», que caminan
juntos, de una manera que es
«absolutamente libre y espontánea».
Cincuenta años más tarde, el origen
divino y el imperativo categórico del
deber cedieron su lugar al cálculo
utilitario. En manos de Locke y Hume,
estas doctrinas fundamentaron el
individualismo. El contrato supone
derechos en el individuo; la nueva
ética, no siendo más que un estudio
científico de las consecuencias del
egoísmo racional, colocó al individuo
en el centro. «El único esfuerzo que
pide la Virtud» -dice Hume- «es el del
cálculo justo y una constante
preferencia por la mayor Felicidad».
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These ideas accorded with the practical notions of conservatives and of
lawyers. They furnished a satisfactory intellectual foundation to the rights of
property and to the liberty of the individual in possession to do what he liked
with himself and with his own. This was one of the contributions of the
eighteenth century to the air we still breathe.
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Estas ideas estaban de acuerdo con las
nociones prácticas de conservadores y
letrados. Ellas proporcionaron un
fundamento intelectual satisfactorio
para los derechos de propiedad y la
libertad del individuo para hacer lo
que le plazca consigo mismo y con lo
que le pertenece. Ésta fue una de las
contribuciones del siglo XVIII al
ambiente que todavía respiramos.
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The purpose of promoting the individual was to depose the monarch and
the church; the effect - through the new ethical significance attributed to
contract - was to buttress property and prescriptions. But it was not long before
the claims of society raised themselves anew against the individual. Paley and
Bentham accepted utilitarian hedonism from the hands of Hume and his
predecessors, but enlarged it into social utility.
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La finalidad de ensalzar al individuo
fue deponer al monarca y a la Iglesia;
el efecto -a través de la nueva
significación ética atribuida al
contrato- fue el de afianzar la
propiedad y la norma. Pero no
tardaron en levantarse nuevamente las
protestas de la sociedad contra el
individuo. Paley y Bentham aceptaron
el hedonismo utilitarista de las manos
de Hume y sus predecesores, pero
ampliándolo a la utilidad social..
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Rousseau took the Social Contract from Locke and drew out of it the
General Will. In each case the transition was made by virtue of the new
emphasis laid on equality. ′Locke applies his Social Contract to modify the
natural equality of mankind, so far as that phrase implies equality of property
or even of privilege, in consideration of general security. In Rousseau′s version
equality is not only the starting-point but the goal.′ (Leslie Stephen, English
Thought in the Eighteenth Century, II, 192).
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Rousseau tomó el Contrato Social de
Locke y dedujo de él la Voluntad
General. En todos los casos la
transición se realizó en virtud del
nuevo énfasis puesto sobre la igualdad.
«Locke aplica su Contrato Social para
modificar la igualdad natural de la
humanidad, en tanto esta expresión
implica igualdad de propiedad o
incluso de privilegio, atendiendo a la
seguridad general. En la versión de la
igualdad según Rousseau, no es sólo el
punto de partida, sino la finalidad»
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Paley and Bentham reached the same destination, but by different routes.
Paley avoided an egoistic conclusion to his hedonism by a God from the
machine. ′Virtue′, he says, ′is the doing good to mankind, in obedience to the
will of God, and for the sake of everlasting happiness′ - in this way bringing I
and others to a parity. Bentham reached the same result by pure reason. There
is no rational ground, he argued, for preferring the happiness of one individual,
even oneself, to that of any other. Hence the greatest happiness of the greatest
number is the sole rational object of conduct - taking utility from Hume, but
forgetting that sage man′s corollary: ′Tis not contrary to reason to prefer the
destruction of the whole world to the scratching of my finger.′ ′Tis not contrary
to reason for me to choose my total ruin to prevent the least uneasiness of an
Indian, or person totally unknown to me ... Reason is and ought only to be the
slave of the passions, and can never pretend to any other office than to serve
and obey them.′
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Paley y Bentham llegaron al mismo
destino, pero por caminos diferentes.
Paley evitó una conclusión egoísta a su
hedonismo por medio del Dios de la
máquina. «La Virtud» - dijo «es hacer
el bien a la humanidad, por obediencia
a la voluntad de Dios, y por amor de la
felicidad eterna»; volviendo de esta
manera a la paridad entre yo y los
otros. Bentham llegó al mismo
resultado por la pura razón. No existe
fundamento racional, argumentó, para
preferir la felicidad de un individuo,
aunque sea uno mismo, a la de
cualquier otro. Por tanto, la mayor
felicidad del mayor número es el único
objeto racional de la conducta,
tomando la utilidad de Hume, pero
olvidando este ′corolario cínico del
hombre sagaz: «No es contrario a la
razón preferir la destrucción del mundo
entero a un arañazo de mi dedo, No es
contrario a la razón escoger para mí la
ruina total para evitar la más pequeña
incomodidad de un indio o de una
persona totalmente 3 3 desconocida
para mí... La razón es y sólo debe ser la
esclava de las pasiones y no puede
pretender nunca otra tarea que servirlas
y obedecerlas»,
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Rousseau derived equality from the state of nature, Paley from the will of
God, Bentham from a mathematical law of indifference. Equality and altruism
had thus entered political philosophy, and from Rousseau and Bentham sprang
both democracy and utilitarian socialism.
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Rousseau dedujo la igualdad del estado
de la naturaleza, Paley de la voluntad
de Dios, Bentham de una ley
matemática de indiferencia, Así
entraron la igualdad y el altruismo en la
filosofía política, y a través de
Rousseau y Bentham conjuntamente
pasaron a la democracia y al
socialismo utilitarista,
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This is the second current - sprang from long-dead controversies, and
carried on its way by long-exploded sophistries - which still permeates our
atmosphere of thought but it did not drive out the former current. It mixed with
it. The early nineteenth century performed the miraculous union. It harmonised
the conservative individualism of Locke, Hume, Johnson, and Burke with the
socialism and democratic egalitarianism of Rousseau, Paley, Bentham, and
Godwin.
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Ésta es la segunda corriente -surgida de
controversias muertas desde hace
tiempo y arrastradas en su camino por
falacias largamente explotadas- que
todavía impregna nuestra atmósfera de
pensamiento, Pero ésta no ha eliminado
la corriente anterior. Se ha mezclado
con ella, Los primeros años del siglo
XIX realizaron la milagrosa unión, Ella
armonizó el individualismo
conservador de Locke, Hume, Johnson
y Burke con el socialismo y el
igualitarismo democrático de
Rousseau, Paley, Bentham y Godwin.
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Nevertheless, that age would have been hard put to it to achieve this
harmony of opposites if it had not been for the economists, who sprang into
prominence just at the right moment. The idea of a divine harmony between
private advantage and the public good is already apparent in Paley. But it was
the economists who gave the notion a good scientific basis. Suppose that by
the working of natural laws individuals pursuing their own interests with
enlightenment in condition of freedom always tend to promote the general
interest at the same time! Our philosophical difficulties are resolved-at least
for the practical man, who can then concentrate his efforts on securing the
necessary conditions of freedom. To the philosophical doctrine that the
government has no right to interfere, and the divine that it has no need to
interfere, there is added a scientific proof that its interference is inexpedient.
This is the third current of thought, just discoverable in Adam Smith, who was
ready in the main to allow the public good to rest on ′the natural effort of every
individual to better his own condition′, but not fully and self-consciously
developed until the nineteenth century begins. The principle of laissez-faire
had arrived to harmonise individualism and socialism, and to make at one
Hume′s egoism with the greatest good of the greatest number. The political
philosopher could retire in favour of the business man - for the latter could
attain the philosopher′s summum bonum by just pursuing his own private
profit.
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Sin embargo, hubiera sido difícil que
esa época alcanzara esta armonía de
cosas opuestas si no hubiera sido por
los economistas, que surgieron
precisamente en el momento oportuno,
La idea de una armonía divina entre
las ventajas privadas y el bien público
es ya evidente en Paley, Pero fueron
los economistas quienes dieron a la
noción una buena base científica,
¡Supone que por la acción de las leyes
naturales los individuos que persiguen
sus propios intereses con conocimiento
de causa, en condiciones de libertad,
tienden siempre a promover al propio
tiempo el interés general! Nuestras
dificultades filosóficas están resueltas,
al menos para el hombre práctico, que
puede concentrar entonces sus
esfuerzos en asegurar las condiciones
necesarias de libertad. A la doctrina
filosófica de que el gobierno no tiene
derecho a interferir, ya la doctrina
divina de que no tiene necesidad de
interferir, se añade una prueba
científica de que su interferencia es
inconveniente. Ésta es la tercera
corriente de pensamiento, que se
puede descubrir precisamente en Adam
Smith, que estuvo lista en lo principal
para permitir al bien público descansar
en “el esfuerzo natural de cada
individuo para mejorar su propia
condición, pero que no fue
desarrollada completa y
conscientemente hasta principios del
siglo XIX. El principio del
laissezfaire había llegado a
armonizar individualismo y
socialismo, y a conciliar el egoísmo de
Hume con el mayor bien para el mayor
número. El filósofo político podía
retirarse en favor del hombre de
negocios, porque el último podía
alcanzar el summum bonum
sólo con perseguir su propio
beneficio privado.
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Yet some other ingredients were needed to complete the pudding. First
the corruption and incompetence of eighteenth-century government, many
legacies of which survived into the nineteenth. The individualism of the
political philosophers pointed to laissez-faire. The divine or scientific harmony
(as the case might be) between private interest and public advantage pointed to
laissez-faire. But above all, the ineptitude of public administrators strongly
prejudiced the practical man in favour of laissez-faire - a sentiment which has
by no means disappeared. Almost everything which the State did in the
eighteenth century in excess of its minimum functions was, or seemed,
injurious or unsuccessful.
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Sin embargo, se necesitaban algunos
otros ingredientes para completar el
pastel. En primer lugar, la corrupción e
incompetencia del gobierno del siglo
XVIII, una gran parte de cuya herencia
sobrevive en el diecinueve. El
individualismo de los filósofos
políticos apunta al laissez-faire.
La armonía divina o científica
(según el caso) entre el interés privado
y el interés público apunta al
laissez-faire. Pero, por encima
de todo, la ineptitud de los
administradores públicos inclina
decididamente al hombre práctico a
favor del laissez-faire,
sentimiento que de ningún modo
ha desaparecido. Casi todo lo que hizo
el Estado en el siglo XVIII, por encima
de sus funciones mínimas, fue, o
pareció, perjudicial o desafortunado.
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On the other hand, material progress between 1750 and 1850 came from
individual initiative, and owed almost nothing to the directive influence of
organised society as a whole. Thus practical experience reinforced a priori
reasonings. The philosophers and the economists told us that for sundry deep
reasons unfettered private enterprise would promote the greatest good of the
whole. What could suit the business man better? And could a practical
observer, looking about him, deny that the blessings of improvement which
distinguished the age he lived in were traceable to the activities of individuals
′on the make′?
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Por otra parte, el progreso material
entre 1750 y 1850 vino de la mano de
la iniciativa individual, y no debió casi
nada a la influencia directiva de la
sociedad organizada como un todo.
Así, la experiencia práctica reforzó los
razonamientos a priori. Los
filósofos y economistas nos dijeron que
por diversas y profundas razones la
empresa privada sin trabas había
promovido el mayor bien para todos.
¿Qué otra cosa hubiera podido agradar
más al hombre de negocios? ¿Podía un
observador práctico, mirándole, negar
que los beneficios del progreso que
distinguían la edad en la que él vivía se
debían a las actividades de los
individuos «en ascenso»?
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Thus the ground was fertile for a doctrine that, whether on divine,
natural, or scientific grounds, state action should be narrowly confined and
economic life left, unregulated so far as may be, to the skill and good sense of
individual citizens actuated by the admirable motive of trying to get on in the
world.
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De esta manera, el terreno era fértil
para una doctrina según la que, sobre
bases divinas, naturales o científicas, la
acción del Estado debe limitarse
estrechamente, y la vida económica
debe dejarse, sin regular hasta donde
pueda ser, a la habilidad y buen
sentido de los ciudadanos individuales,
movidos por el motivo admirable de
intentar progresar en el mundo.
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By the time that the influence of Paley and his like was waning, the
innovations of Darwin were shaking the foundations of belief. Nothing could
seem more opposed than the old doctrine and the new - the doctrine which
looked on the world as the work of the divine watchmaker and the doctrine
which seemed to draw all things out of Chance, Chaos, and Old Time. But at
this one point the new ideas bolstered up the old. The economists were
teaching that wealth, commerce, and machinery were the children of free
competition - that free competition built London. But the Darwinians could go
one better than that - free competition had built man. The human eye was no
longer the demonstration of design, miraculously contriving all things for the
best; it was the supreme achievement of chance, operating under conditions of
free competition and laissez-faire. The principle of the survival of the fittest
could be regarded as a vast generalisation of the Ricardian economics.
Socialist interferences became, in the light of this grander synthesis, not
merely inexpedient, but impious, as calculated to retard the onward movement
of the mighty process by which we ourselves had risen like Aphrodite out of
the primeval slime of ocean.
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En la época en que estaba
desvaneciéndose la influencia de Paley
y sus semejantes, las innovaciones de
Darwin conmovían los fundamentos
de la fe. Nada podía parecer
más opuesto que la vieja y la nueva
doctrina, la doctrina que veía el mundo
como la obra del relojero divino y la
doctrina que parecía sacar todas las
cosas de la Casualidad, del Caos y de
los Viejos Tiempos. Pero en aquel
momento las nuevas ideas apuntalaron
a las viejas. Los economistas
estaban enseñando que la riqueza, el
comercio y la maquinaria eran las
criaturas de la libre competencia y que
la libre competencia hizo a
Londres. Pero los darwinianos
pudieron ir más lejos que eso: la libre
competencia había hecho al hombre.
El ojo humano ya no era la
demostración del proyecto,
discurriendo milagrosamente todas las
cosas con la mejor intención; era el
logro máximo de la casualidad,
actuando en condiciones de libre
competencia y laissez-faire. El
principio de supervivencia del más
apto podía considerarse como una
amplia generalización de la economía
ricardiana. Las interferencias
socialistas venían a ser, a
la luz de esta síntesis más
completa, no sólo inconvenientes, sino
sacrílegas, como calculadas para
retrasar el movimiento progresivo del
vigoroso proceso por medio del cual
nosotros mismos habríamos salido,
como Afrodita, del limo primitivo del
océano.
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Therefore I trace the peculiar unity of the everyday political philosophy
of the nineteenth century to the success with which it harmonised diversified
and warring schools and united all good things to a single end. Hume and
Paley, Burke and Rousseau, Godwin and Malthus, Cobbett and Huskisson,
Bentham and Coleridge, Darwin and the Bishop of Oxford, were all, it was
discovered, preaching practically the same thing - individualism and
laissez-faire. This was the Church of England and those her apostles, whilst
the company of the economists were there to prove that the least deviation into
impiety involved financial ruin.
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Por tanto, atribuyo la unidad peculiar
de la filosofía política diaria del siglo
XIX al éxito que tuvo al armonizar
escuelas diversas y opuestas y al
unificar todas las cosas buenas para un
único fin. Se ha visto que Hume y
Paley, Burke y Rousseau, Godwin y
Malthus, Cobbett y Huskisson,
Bentham y Coleridge, Darwin y el
obispo de Oxford, todos, estuvieron
predicando prácticamente lo mismo:
individualismo y laissez faire.
Ésta era la Iglesia de Inglaterra y
aquéllos sus apóstoles, mientras que el
gremio de los economistas estaba allí
para probar que la menor desviación
hacia la impiedad provocaba la ruina
financiera.
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These reasons and this atmosphere are the explanations, we know it or
not - and most of us in these degenerate days are largely ignorant in the matter
- why we feel such a strong bias in favour of laissez-faire, and why state
action to regulate the value of money, or the course of investment, or the
population, provokes such passionate suspicions in many upright breasts. We
have not read these authors; we should consider their arguments preposterous
if they were to fall into our hands. Nevertheless we should not, I fancy, think
as we do, if Hobbes, Locke, Hume, Rousseau, Paley, Adam Smith, Bentham,
and Miss Martineau had not thought and written as they did. A study of the
history of opinion is a necessary preliminary to the emancipation of the mind. I
do not know which makes a man more conservative - to know nothing but the
present, or nothing but the past.
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Estas razones y esta atmósfera
constituyen las explicaciones, tanto si
lo sabemos como si no -y la mayoría de
nosotros, en estos degenerados días,
somos ampliamente ignorantes en la
materia-, de por qué sentimos una
preferencia tan fuerte a favor del
laissez-faire, y por qué la
acción del Estado para regular el valor
del dinero, o el curso de la inversión, o
la población, provoca suspicacias tan
apasionadas en muchos corazones
íntegros. No hemos leído a estos
autores; consideraríamos absurdos sus
argumentos si fueran a caer en nuestras
manos. Sin embargo, me parece que
no pensaríamos como lo hacemos, si
Hobbes, Locke, Hume, Rousseau,
Paley, Adam Smith, Bentham y la Srta.
Martineau no hubieran pensado y
escrito como lo hicieron. Un estudio
de la historia de la opinión es un
preámbulo necesario para la
emancipación de la mente. No sé lo
que hace más conservador a un
hombre, si conocer sólo el presente o
sólo el pasado
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II
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II
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I have said that it was the
economists who furnished the
scientific by which the practical man
could solve the contradiction between
egoism and socialism which emerged
out of the philosophising of the
eighteenth century and the decay of
revealed religion. But having said this
for shortness′ sake, I hasten to qualify
it. This is what the economists are
supposed to have said. No such
doctrine is really to be found in the
writings of the greatest authorities. It
is what the popularisers and the
vulgarisers said. It is what the
Utilitarians, who admitted Hume′s
egoism and Bentham′s egalitarianism
at the same time, were driven to
believe in, if they were to effect a
synthesis.
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He dicho que fueron los economistas quienes proporcionaron el pretexto
científico por medio del cual el hombre práctico pudo resolver la contradicción
entre egoísmo y socialismo, que surgía del filosofar del siglo XVIII y de la
decadencia de la religión revelada. Pero habiendo dicho esto en aras de la
brevedad, me apresuro a matizardo. Esto es lo que se supone que han dicho los
economistas. Ninguna doctrina semejante se encuentra en los escritos de las
principales autoridades. Es lo que dijeron los popularizadores y divulgador es.
Es lo que fueron llevados a creer los utilitaristas, que admitían al mismo
tiempo el egoísmo de Hume y el igualitarismo de Bentham, si querían hacer
una síntesis.
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The language of the economists
lent itself to the laissez-faire
interpretation. But the popularity of the
doctrine must be laid at the door of the
political philosophers of the day,
whom it happened to suit, rather than
of the political economists.
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El lenguaje de los economistas se prestaba a la interpretación del
laissez-faire. Pero la popularidad de la doctrina debe dejarse a la puerta
de los filósofos políticos de la época, a quienes resultó corresponder, más que a
los economistas políticos.
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The maxim laissez-nous faire is
traditionally attributed to the merchant
Legendre addressing Colbert some
time towards the end of the
seventeenth century.
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La máxima laissez-nous faire se atribuye tradicionalmente al
comerciante Legendre, dirigiéndose a Colbert poco antes de finalizar el siglo
XVII.
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But there is no doubt the first
writer to use the phrase, and to use it in
clear association with the doctrine, is
the Marquis d′Argenson about 1751.
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Pero no hay duda de que el primer escritor que usó la frase, y lo hizo en clara
asociación con la doctrina, es el marqués de Argenson, hacia 1751
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The Marquis was the first man
to wax passionate on the economic
advantages of governments leaving
trade alone. To govern better, he said,
one must govern less. (′Pour
gouverner mieux, il faudrait gouverner
moins.′)
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[El] marqués fue el primer hombre que se apasionó por las ventajas
económicas de los gobiernos que dejan en libertad el comercio. Para gobernar
mejor, dijo, se debe gobernar menos.
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The true cause of the decline of
our manufactures, he declared, is the
protection we have given to them.
(′On ne peut dire autant de nos
fabriques: la vraie cause de leur d?in,
c′est la protection outr? qu′on leur
accorde.′)
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La verdadera causa de la decadencia de nuestras manufacturas, declaró, es la
protección que les hemos dado.
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′Laissez faire, telle devrait être la devise de toute puissance publique,
depuis que le monde est civilisé.′ ′Détestable principe que celui de ne vouloir
grandeur que par l′abaissement de nos voisins! Il n′y a que la méchanceté et la
malignité du coeur de satisfaites dans ce principe, et l′intérêt y est opposé.
Laissez faire, morbleu! Laissez faire!!′
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"Dejad hacer, tal debiera ser la divisa de todo poder público, desde que
el mundo está civilizado&". &"¡Detestable principio el de no
querer grandeza más que por la decadencia de nuestros vecinos! No hay más
que ruindad y malicia de corazón en los que se satisfacen con este principio, y
el interés se opone a ello. ¡Dejad hacer, voto a bríos! ¡¡Dejad hacer!!&"
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Here we have the economic
doctrine of laissez-faire, with its most
fervent expression in free trade, fully
clothed. The phrases and the idea must
have passed current in Paris from that
time on. But they were slow to
establish themselves in literature; and
the tradition associating with them the
physiocrats, and particularly de
Gournay and Quesnay, finds little
support in the writings of this school,
though they were, of course,
proponents of the essential harmony
of social and individual interests. The
phrase laissez-faire is not to be found
in the works of Adam Smith, of
Ricardo, or of Malthus. Even the idea
is not present in a dogmatic form in
any of these authors. Adam Smith, of
course, was a Free Trader and an
opponent of many eighteenth-century
restrictions on trade. But his attitude
towards the Navigation Acts and the
usury laws shows that he was not
dogmatic. Even his famous passage
about ′the invisible hand′ reflects the
philosophy which we associate with
Paley rather than the economic dogma
of laissez-faire. As Sidgwick and Cliff
Leslie have pointed out, Adam Smith′s
advocacy of the ′obvious and simple
system of natural liberty′ is derived
from his theistic and optimistic view
of the order of the world as set forth in
his Theory of Moral Sentiments, rather
than any proposition of political
economy proper. (Sidgwick,
Principles of Political Economy, p.
20).
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Aquí tenemos la doctrina económica del laissez-faire, con su más
ferviente expresión en el libre comercio, del todo arropada. Las frases y la idea
deben haber sido corrientes en París desde entonces. Pero tardaron en
consagrarse en la literatura; y la tradición que las asocia con los fisiócratas, y
particularmente con Gournay y Quesnay, encuentra poco apoyo en los escritos
de esta escuela, aunque ellos propusieron, por supuesto, la armonía esencial de
los intereses sociales e individuales. La frase laissez-faire no se
encuentra en las obras de Adam Smith, Ricardo o Malthus. Ni siquiera la idea
está presente en forma dogmática en algunos de estos autores. Adam Smith,
por supuesto, fue un librecambista y se opuso a muchas restricciones del
comercio del siglo XVIII. Pero su actitud hacia las leyes de navegación y las
leyes de usura demuestra que no era dogmático. Incluso su famoso pasaje sobre
«la mano invisible» refleja la filosofía que asociamos con Paley, más que el
dogma económico del laissez-faire. Como han señalado Sidgwick y
Cliff Leslie, la defensa que hizo Adam Smith del “sistema obvio y
sencillo de libertad natural se deduce de su punto de vista teísta y
optimista sobre el orden del mundo, tal como lo expuso claramente en su
Teoría de los Sentimientos Morales, más que de cualquier otra
proposición de la propia economía política.
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The phrase laissez-faire was, I
think, first brought into popular usage
in England by a well-known passage
of Dr Franklin′s. (Bentham uses the
expression ′laissez-nous faire′ - Works,
p. 440). It is not, indeed, until we
come to the later works of Bentham -
who was not an economist at all - that
we discover the rule of laissez-faire, in
the shape in which our grandfathers
knew it, adapted into the service of the
Utilitarian philosophy. For example in
A Manual of Political Economy,
(written in 1793, a chapter published
in the Biblioth?e Britannique in 1798,
and the whole first printed in
Bowring′s edition of this Works -
1843) he writes: ′The general rule is
that nothing ought to be done or
attempted by government; the motto
or watchword of government, on these
occasions, ought to be - Be quiet ...
The request which agriculture,
manufacturers, and commerce present
to governments is as modest and
reasonable as that which Diogenes
made to Alexander: Stand out of my
sunshine.′
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La frase laissezfaire se introdujo, creo, en el uso popular en Inglaterra a
través de un pasaje bien conocido del Dr. Franklin. En efecto, no es hasta las
últimas obras de Bentham -que no fue un economista en absoluto- cuando
descubrimos la regla del laissez-faire, en la forma en que la conocieron
nuestros abuelos, adoptada al servicio de la filosofía utilitarista. Por ejemplo,
en Manual de Economía Política, escribe: «La regla general es que el
gobierno 6 6 no debe hacer ni intentar nada; la divisa o el lema del gobierno en
estas ocasiones, debe ser: ¡Quieto!... La petición que la
agricultura, las manufacturas y el comercio presentan a los gobiernos es tan
modesta y razonable como la que hizo Diógenes a Alejandro: No me tapes el
sol.
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From this time on it was the
political campaign for free trade, the
influence of the so-called Manchester
School and of the Benthamite
Utilitarians, the utterances of
secondary economic authorities and
the education stories of Miss
Martineau and Mrs Marcet, that fixed
laissez-faire in the popular mind as
the practical conclusion of orthodox
political economy - with this great
difference, that the Malthusian view of
population having been accepted in
the meantime by this same school of
thought, the optimistic laissez-faire of
the last half of the eighteenth century
gives place to the pessimistic
laissez-faire of the last half of the
nineteenth century.
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Desde entonces, la campaña política a favor del librecambio, la influencia de la
denominada Escuela de Manchester y de los utilitaristas benthamitas, las
declaraciones de autoridades económicas secundarias y las historias educativas
de la Srta. Martineau y de la Sra. Marcet, fijaron el laissezfaire en la
mente popular, como conclusión práctica de la economía política ortodoxa.
Con esta gran diferencia: que habiendo sido aceptada entretanto la visión
malthusiana de la población por esta misma escuela de pensamiento, el
optimista laissez-faire de la segunda mitad del siglo XVIII cedió su
puesto al pesimista laissez-faire de la primera mitad del siglo XIX.
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In Mrs Marcet′s Conversations
on Political Economy (1817), Caroline
stands out as long as she can in favour
of controlling the expenditure of the
rich. But by page 418 she has to admit
defeat:
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En las Conversations on political economy de la Sra. Marcet (1817),
Caroline se mantiene tanto como puede en favor del control de los gastos del
rico. Pero en la página 418 tiene que admitir la derrota:
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CAROLINE. The more I learn
upon this subject, the more I feel
convinced that the interests of nations,
as well as those of individuals, so far
from being opposed to each other, are
in the most perfect unison.
MRS B. Liberal and enlarged views
will always lead to similar conclusions,
and teach us to cherish sentiments of
universal benevolence towards each
other; hence the superiority of science
over mere practical knowledge.
|
CAROLINE. Cuanto más aprendo sobre este tema, más me siento
convencida de que los intereses de las naciones, como los
de los individuos, lejos de oponerse entre si, están en
el más perfecto acuerdo.
SRA. B. Las opiniones liberales y amplias llevarán siempre
a conclusiones similares, y nos enseñan a abrigar
sentimientos de benevolencia universal hacia los demás; de
aquí la superioridad de la ciencia sobre el simple
conocimiento práctico.
|
By 1850 the Easy Lessons for
the Use of Young People, by
Archbishop Whately, which the
Society for Promoting Christian
Knowledge was distributing
wholesale, do not admit even of those
doubts which Mrs B. allowed Caroline
occasionally to entertain. ′More harm
than good is likely to be done′ the
little book concludes, ′by almost any
interference of Government with men′s
money transactions, whether letting
and leasing, or buying and selling of
any kind.′ True liberty is ′that every
man should be left free to dispose of
his own property, his own time, and
strength, and skill, in whatever way he
himself may think fit, provided he does
no wrong to his neighbours′.
|
En 1850, las Easy lessons for the use of young people, del arzobispo
Whately, que la Sociedad para la Promoción del Conocimiento Cristiano
distribuía al por mayor, no admite ni siquiera aquellas dudas que la Sra. B.
permitió ocasionalmente tener a Caroline. «Probablemente causa más daño que
bien» -concluye el pequeño libro- «cualquier interferencia del Gobierno en las
transacciones monetarias de los hombres, tanto si se arrienda como si se toma
en arriendo, o en las compraventas de cualquier clase.» La verdadera
libertad es «que a cada hombre debe dejársele en libertad de disponer de su
propiedad, de su tiempo, fuerza y habilidad, en cualquier modo que él pueda
pensar que le conviene, supuesto que no perjudique a sus vecinos».
|
In short, the dogma had got
hold of the educational machine; it had
become a copybook maxim. The
political philosophy, which the
seventeenth and eighteenth centuries
had forged in order to throw down
kings and prelates, had been made
milk for babes, and had literally
entered the nursery.
|
En pocas palabras, el dogma se había apropiado de la máquina educativa; había
llegado a ser una máxima para ser copiada. La filosofía política, que los siglos
XVII y XVIII habían forjado para derribar a reyes y prelados, se había
convertido en leche para bebes y había entrado literalmente en el cuarto de los
niños.
|
Finally, in the works of Bastiat
we reach the most extravagant and
rhapsodical expression of the political
economist′s religion.
|
Finalmente, en las obras de Bastiat llegamos a la expresión más extravagante y
poética de la religión del economista político.
|
In his Harmonies Éonomiques, I
undertake [he says] to demonstrate the
Harmony of those laws of Providence
which govern human society. What
makes these laws harmonious and not
discordant is, that all principles, all
motives, all springs of action, all
interests, co-operate towards a grand
final result ... And that result is, the
indefinite approximation of all classes
towards a level, which is always rising;
in other words, the equalisation of
individuals in the general
amelioration.
|
En sus Armonías económicas, dice: Intento demostrar la Armonía de
aquellas leyes de la Providencia que gobiernan la sociedad humana. Lo
que hace que estas leyes sean armoniosas y no discordantes es que
todos los principios, todos los motivos, todos los impulsos a la acción, todos
los intereses, cooperan hacia un gran resultado final... y ese resultado es
la aproximación indefinida de todas las clases hacia un nivel que
siempre es creciente; en otras palabras, la igualación de los individuos
en la mejora general.
|
And when, like other priests, he
drafts his Credo, it runs as follows:
|
y cuando, como otros sacerdotes, traza su Credo, lo hace como sigue:
|
|
I believe that He who has
arranged the material universe has not
withheld His regard from the
arrangements of the social world. I
believe that He has combined and
caused to move in harmony free agents
as well as inert molecules ... I believe
that the invincible social tendency is a
constant approximation of men
towards a common moral, intellectual,
and physical level, with at the same
time, a progressive and indefinite
elevation of that level. I believe that
all that is necessary to the gradual and
peaceful development of humanity is
that its tendencies should not be
disturbed, nor have the liberty of their
movements destroyed.
|
Creo que Él, que ha dispuesto el universo material, no ha apartado Su
mirada del orden′ del mundo social. Creo que Él ha combinado y hecho
que actúen en armonía tanto los agentes libres como las moléculas
inertes... Creo que la invencible tendencia social es una aproximación
constante de los hombres hacia un nivel moral, intelectual y físico
común, con, al mismo tiempo, una elevación progresiva e indefinida de ese
nivel. Creo que todo lo que se necesita para un desarrollo gradual y
pacifico de la humanidad es que sus tendencias no sean obstaculizadas
y que la libertad de sus movimientos no sea destruida.
|
From the time of John Stuart
Mill, economists of authority have
been in strong reaction against all
such ideas. ′Scarcely a single English
economist of repute′, as Professor
Cannan has expressed it, ′will join in a
frontal attack upon Socialism in
general,′ though, as he also adds,
′nearly every economist, whether of
repute or not, is always ready to pick
holes in most socialistic proposals′.
(Theories of Production and
Distribution, p. 494). Economists no
longer have any link with the
theological or political philosophies
out of which the dogma of social
harmony was born, and their scientific
analysis leads them to no such
conclusions.
|
Desde la época de John Stuart Mill, economistas con autoridad han
reaccionado fuertemente contra todas las ideas semejantes. «Apenas un solo
economista inglés de reputación»-como ha expresado el profesor Cannan- «se
adherirá a un ataque frontal contra el socialismo en general» -aunque, como
también añade- «casi todos los economistas, con reputación o sin ella están
siempre a punto de polemizar en la mayoría de propuestas socialistas». Los
economistas ya no tienen ningún vínculo con las filosofías teológicas o
políticas que dieron nacimiento al dogma de la armonía social, y su análisis
científico les lleva a′ conclusiones diferentes.
|
Cairnes, in the introductory
lecture on ′Political Economy and
Laissez-faire′, which he delivered at
University College, London, in 1870,
was perhaps the first orthodox
economist to deliver a frontal attack
upon laissez-faire in general. ′The
maxim of laissez-faire′, he declared,
′has no scientific basis whatever, but
is at best a mere handy rule of
practice.′
|
Cairnes, en la conferencia introductoria sobre «Economía política y
laissez-faire, que pronunció en el University College de
Londres, en 1870, fue tal vez el primer economista ortodoxo que dirigió un
ataque frontal contra el laissez-faire en general. «La máxima del
laissez-faire» -declaró- «no tiene base científica alguna, y a lo sumo es
una simple y hábil regla práctica».
|
This, for fifty years past, has been the
view of all leading economists. Some
of the most important work of Alfred
Marshall - to take one instance - was
directed to the elucidation of the
leading cases in which private interest
and social interest are not harmonious.
Nevertheless, the guarded and
undogmatic attitude of the best
economists has not prevailed against
the general opinion that an
individualistic laissez-faire is both
what they ought to teach and what in
fact they do teach.
|
Esta ha sido, en los cincuenta años últimos, la opinión de todos los
economistas importantes. Una parte del trabajo más importante de Alfred
Marshall -por poner un ejemplo- se dedicó a la explicación de los principales
casos en los que el interés privado y el interés social no estaban en armonía.
Sin embargo, la actitud cauta y nada dogmática de los mejores economistas no
ha prevalecido contra la opinión general de que un laissez-faire
individualista es lo que ellos debieron enseñar y lo que de hecho
enseñaron.
|
III
|
III
|
Economists, like other
scientists, have chosen the hypothesis
from which they set out, and which
they offer to beginners because it is the
simplest, and not because it is the
nearest to the facts. Partly for this
reason, but partly, I admit, because
they have been biased by the traditions
of the subject, they have begun by
assuming a state of affairs where the
ideal distribution of productive
resources can be brought about
through individuals acting
independently by the method of trial
and error in such a way that those
individuals who move in the right
direction will destroy by competition
those who move in the wrong
direction. This implies that there must
be no mercy or protection for those
who embark their capital or their
labour in the wrong direction. It is a
method of bringing the most successful
profit-makers to the top by a ruthless
struggle for survival, which selects the
most efficient by the bankruptcy of the
less efficient. It does not count the cost
of the struggle, but looks only to the
benefits of the final result which are
assumed to be permanent. The object
of life being to crop the leaves off the
branches up to the greatest possible
height, the likeliest way of achieving
this end is to leave the giraffes with the
longest necks to starve out those
whose necks are shorter.
|
Los economistas, como otros científicos, han escogido las hipótesis de las que
parten, que ofrecen a los principiantes, porque es lo más simple y no porque es
lo más próximo a los hechos. En parte por esta razón, pero en parte -lo admito
porque se han visto sesgado s por las tradiciones sobre la materia, han
empezado suponiendo un estado de cosas en el que la distribución ideal de los
recursos productivos puede producirse a través de la actuación independiente
de los individuos, mediante el método de prueba y error, de tal modo que
aquellos individuos que actúan en la dirección correcta eliminarán por la
competencia a aquellos que lo hacen en la dirección equivocada. Esto implica
que no debe haber piedad ni protección para aquellos que embarcan su capital
o su trabajo en la dirección errónea. Es un método que permite el ascenso de
los que tienen más éxito en la persecución del beneficio, a través de una lucha
despiadada por la supervivencia, que selecciona al más eficiente mediante la
bancarrota del menos eficiente. No cuenta el coste de la lucha, sino sólo los
beneficios del resultado final, que se supone son permanentes. Siendo el objeto
de la vida cortar las hojas de las ramas hasta la mayor altura posible, la manera
más plausible de alcanzar este fin es permitir que ¡as jirafas con el cuello más
largo dejen morir de hambre a las que lo tienen más corto.
|
Corresponding to this method
of attaining the ideal distribution of the
instruments of production between
different purposes, there is a similar
assumption as to how to attain the
distribution of what is available for
consumption. In the first place, each
individual will discover what amongst
the possible objects of consumption
he wants most by the method of trial
and error ′at the margin′, and in this
way not only will each consumer come
to distribute his consumption most
advantageously, but each object of
consumption will find its way into the
mouth of the consumer whose relish
for it is greatest compared with that of
the others, because that consumer will
outbid the rest. Thus, if only we leave
the giraffes to themselves, (1) the
maximum quantity of leaves will be
cropped because the giraffes with the
longest necks will, by dint of starving
out the others, get nearest to the trees;
(2) each giraffe will make for the
leaves which he finds most succulent
amongst those in reach; and (3) the
giraffes whose relish for a given leaf is
greatest will crane most to reach it. In
this way more and juicier leaves will
be swallowed, and each individual
leaf will reach the throat which thinks
it deserves most effort.
|
Concordando con este método de alcanzar la distribución ideal de los
instrumentos de producción entre los diferentes fines, hay un supuesto similar
sobre el modo de alcanzar la distribución ideal de lo que está disponible para el
consumo. En primer lugar, cada individuo descubrirá cuál entre los objetos
posibles de consumo, él desea más, por el método de prueba y error «en
el margen», y de esta manera no sólo cada consumidor distribuirá su consumo
más ventajosamente, sino que cada objeto de consumo encontrará su camino
hacia la boca del consumidor cuya satisfacción es la mayor cuando se la
compara con la de los demás, porque ese consumidor ofrecerá más que los
otros. Así, si dejamos que las jirafas se comporten libremente, (1) se cortará la
máxima cantidad de hojas, porque las jirafas con el cuello más largo, a fuerza
de matar de hambre a las otras, se colocarán más cerca de los árboles; (2) cada
jirafa tratará de tomar las hojas que le parezcan más suculentas entre las que
estén a su alcance; y (3) las jirafas a las que apetezca una hoja dada más que
cualquier otra, se estirarán al máximo para alcanzarla. De esta manera, más y
más jugosas hojas serán engullidas, y cada hoja alcanzará la garganta que ella
crea que ha acreditado un mayor esfuerzo.
|
This assumption, however, of
conditions where unhindered natural
selection leads to progress, is only one
of the two provisional assumptions
which, taken as literal truth, have
become the twin buttresses of
laissez-faire. The other one is the
efficacy, and indeed the necessity, of
the opportunity for unlimited private
money-making as an incentive to
maximum effort. Profit accrues, under
laissez-faire, to the individual who,
whether by skill or good fortune, is
found with his productive resources in
the right place at the right time. A
system which allows the skilful or
fortunate individual to reap the whole
fruits of this conjuncture evidently
offers an immense incentive to the
practice of the art of being in the right
place at the right time. Thus one of the
most powerful of human motives,
namely the love of money, is
harnessed to the task of distributing
economic resources in the way best
calculated to increase wealth.
|
Sin embargo, este supuesto de condiciones en las que la selección natural sin
limitaciones lleva al progreso, sólo es uno de los dos supuestos provisionales
que, tomados como verdad literal, se han convertido en los contrafuertes
gemelos del laissezfaire. El otro es la eficacia, y ciertamente la
necesidad, de la oportunidad para hacer dinero privado ilimitadamente, como
un incentivo al máximo esfuerzo. En condiciones de laissez-faire
aumenta el beneficio del individuo que, por habilidad o por buena fortuna,
se halla con sus recursos productivos en el lugar correcto y en el tiempo
apropiado. Un sistema que permite al individuo industrioso o afortunado
cosechar la totalidad de los frutos de esta coyuntura ofrece evidentemente un
inmenso incentivo para la práctica del arte de estar en el sitio adecuado y en el
tiempo oportuno. De esta manera, uno de los motivos humanos más poderosos,
es decir, él amor del dinero, se empareja con la tarea de distribuir los recursos
económicos del modo mejor calculado para aumentar la riqueza.
|
The parallelism between
economic laissez-faire and
Darwinianism, already briefly noted,
is now seen, as Herbert Spencer was
foremost to recognise, to be very close
indeed. Darwin invoked sexual love,
acting through sexual selection, as an
adjutant to natural selection by
competition, to direct evolution along
lines which should be desirable as well
as effective, so the individualist
invokes the love of money, acting
through the pursuit of profit, as an
adjutant to natural selection, to bring
about the production on the greatest
possible scale of what is most strongly
desired as measured by exchange
value.
|
El paralelismo entre el laissez-faire económico y el darwinismo, que ya
se ha advertido brevemente, se ve ahora, como Herbert Spencer fue el primero
en reconocer, que es muy estrecho. Al igual que Darwin invocó el amor sexual,
que actúa a través de la selección sexual, como ayuda de la selección natural
mediante la competencia, para dirigir la evolución a lo largo de las líneas que
serían tan deseables como efectivas, así el individualista invoca el amor del
dinero, actuando a través de la persecución del beneficio, como ayuda de la
selección natural; para obtener la producción en la escala más grande posible
de lo que se desea con más fuerza, medido por el valor de cambio.
|
The beauty and the simplicity of
such a theory are so great that it is easy
to forget that it follows not from the
actual facts, but from an incomplete
hypothesis introduced for the sake of
simplicity. Apart from other objections
to be mentioned later, the conclusion
that individuals acting independently
for their own advantage will produce
the greatest aggregate of wealth,
depends on a variety of unreal
assumptions to the effect that the
processes of production and
consumption are in no way organic,
that there exists a sufficient
foreknowledge of conditions and
requirements, and that there are
adequate opportunities of obtaining
this foreknowledge. For economists
generally reserve for a later stage of
their argument the complications
which arise -
(1) when the efficient units of
production are large relatively to the
units of consumption, (2) when
overhead costs or joint costs are
present, (3) when internal economies
tend to the aggregation of production,
(4) when the time required for
adjustments is long, (5) when
ignorance prevails over knowledge
and (6) when monopolies and
combinations interfere with equality in
bargaining - they reserve, that is to say,
for a later stage their analysis of the
actual facts. Moreover, many of those
who recognise that the simplified
hypothesis does not accurately
correspond to fact conclude
nevertheless that it does ′represent
what is ′natural′ and therefore ideal.
|
La belleza y la simplicidad de una teoría semejante son tan grandes que es fácil
olvidar que no se deduce de los hechos, sino de una hipótesis incompleta
introducida en aras de la simplicidad. Aparte de otras objeciones que se
mencionarán más adelante, la conclusión de que los individuos que actúan
independientemente para su propio provecho producirán el mayor agregado de
riqueza depende de una variedad de supuestos irreales, en el sentido de que los
procesos de producción y consumo no son de ninguna manera orgánicos, que
existe un conocimiento previo suficiente de las condiciones y requisitos y de
que existen oportunidades adecuadas de obtener este conocimiento. Porque los
economistas, generalmente, dejan para una etapa posterior de su
argumentación las complicaciones que aparecen – (1) cuando las
unidades eficientes de producción son grandes en relación con las unidades de
consumo, (2) cuando los gastos generales o costes comunes están presentes, (3)
cuando las economías internas tienden a la agregación de la producción, (4)
cuando el tiempo necesario para el ajuste es largo, (5) cuando la ignorancia
prevalece sobre el conocimiento, y (6) cuando los monopolios y las
concentraciones interfieren en la igualdad en la negociación-, dejan para un
estadio posterior su análisis de los hechos reales. Además, muchos de aquellos
que reconocen que la hipótesis simplificada no corresponde con precisión al
hecho concluyen, sin embargo, que representa lo que es «natural» y, por tanto,
ideal.
|
They regard the simplified
hypothesis as health, and the further
complications as disease.
|
Consideran la hipótesis simplificada como salud, y las complicaciones
adicionales como enfermedad.
|
Yet besides this question of fact
there are other considerations, familiar
enough, which rightly bring into the
calculation the cost and character of
the competitive struggle itself, and the
tendency for wealth to be distributed
where it is not appreciated most. If we
have the welfare of the giraffes at
heart, we must not overlook the
sufferings of the shorter necks who are
starved out, or the sweet leaves which
fall to the ground and are trampled
underfoot in the struggle, or the
overfeeding of the long-necked ones,
or the evil look of anxiety or
struggling greediness which overcasts
the mild faces of the herd.
|
Sin embargo, además de esta cuestión de hecho, hay otras consideraciones,
bastante familiares, que nos llevan directamente al cálculo del coste y del
carácter de la propia lucha competitiva y la tendencia a que la ′riqueza se
distribuya donde no es muy apreciada. Si nos preocupa el bienestar de las
jirafas, no debemos pasar por alto los sufrimientos de los cuellos más cortos
que están muertos de hambre o las dulces hojas que caen al suelo y son
pisoteadas en la lucha, o el hartazgo de las que tienen el cuello largo, o el mal
aspecto de ansiedad o voracidad agresiva que nubla los pacíficos rostros del
rebaño.
|
But the principles of
laissez-faire have had other allies
besides economic textbooks. It must
be admitted that they have been
confirmed in the minds of sound
thinkers and the reasonable public by
the poor quality of the opponent
proposals - protectionism on one hand,
and Marxian socialism on the other.
Yet these doctrines are both
characterised, not only or chiefly by
their infringing the general
presumption in favour of laissez-faire,
but by mere logical fallacy. Both are
examples of poor thinking, of inability
to analyse a process and follow it out
to its conclusion. The arguments
against them, though reinforced by the
principle of laissez-faire, do not
strictly require it. Of the two,
protectionism is at least plausible, and
the forces making for its popularity
are nothing to wonder at. But Marxian
socialism must always remain a
portent to the historians of opinion -
how a doctrine so illogical and so dull
can have exercised so powerful and
enduring an influence over the minds
of men and, through them, the events
of history. At any rate, the obvious
scientific deficiencies of these two
schools greatly contributed to the
prestige and authority of
nineteenth-century laissez-faire.
|
Pero los principios del laissez-faire han tenido otros aliados, además de
los manuales de economía. Debe admitirse que han sido confirmados en las
mentes de pensadores profundos y del público razonable por la escasa calidad
de las propuestas alternativas: el proteccionismo por un lado y el socialismo
marxista por el otro. Sin embargo, estas doctrinas se caracterizan, no sólo o
principalmente por infringir la presunción general en favor del laissez-faire,
sino por la simple falacia lógica. Ambos son ejemplos de pobreza de
Pensamiento, de incapacidad para analizar un proceso y seguido hasta su
conclusión. Los argumentos contra ellos, aunque reforzados por el principio
del laissezfaire, en rigor no lo necesitan. De los dos, el proteccionismo
es, por lo menos, plausible, y las fuerzas que trabajan por su popularidad no
son de extrañar. Pero el socialismo marxista ha de permanecer siempre como
un portento para los historiadores de la opinión, cómo una doctrina tan ilógica
y tan torpe puede haber ejercido de modo tan poderoso y duradero una
influencia sobre las mentes de los hombres y, a través de ellas, sobre los
acontecimientos de la historia. De alguna manera, las evidentes deficiencias
científicas de estas dos escuelas contribuyeron grandemente al prestigio y
autoridad del laissez-faire decimonónico.
|
Nor has the most notable
divergence into centralised social
action on a great scale - the conduct of
the late war - encouraged reformers or
dispelled old-fashioned prejudices.
There is much to be said, it is true, on
both sides. War experience in the
organisation of socialised production
has left some near observers
optimistically anxious to repeat it in
peace conditions. War socialism
unquestionably achieved a production
of wealth on a scale far greater than
we ever knew in peace, for though the
goods and services delivered were
destined for immediate and fruitless
extinction, none the less they were
wealth. Nevertheless, the dissipation of
effort was also prodigious, and the
atmosphere of waste and not counting
the cost was disgusting to any thrifty
or provident spirit.
|
Tampoco ha animado la más notable divergencia en la acción social
centralizada a gran escala -el régimen de la última guerra- a los reformadores
ni ha disipado los antiguos prejuicios. Hay mucho que decir, ciertamente, sobre
ambos extremos. La experiencia de la guerra en la organización de la
producción socializada ha dejado a algunos observadores próximos
optimistamente ansiosos de repetida en condiciones de paz. El socialismo de
guerra alcanzó incuestionablemente una producción de riqueza en una 10 10
escala mucho mayor de la que nosotros hayamos conocido nunca en paz, pues
aunque los bienes y servicios producidos eran destinados a la extinción
inmediata e inútil, no obstante eran riqueza, Sin embargo, la disipación del
esfuerzo fue también prodigiosa, y la atmósfera de despilfarro y de no tener en
cuenta el coste molestó a cualquier espíritu ahorrativo o providente.
|
Finally, individualism and
laissez-faire could not, in spite of their
deep roots in the political and moral
philosophies of the late eighteenth and
early nineteenth centuries, have
secured their lasting hold over the
conduct of public affairs, if it had not
been for their conformity with the
needs and wishes of the business
world of the day. They gave full scope
to our erstwhile heroes, the great
business men. ′At least one-half of the
best ability in the Western world,′
Marshall used to say, ′is engaged in
business.′ A great part of ′the higher
imagination′ of the age was thus
employed. It was on the activities of
these men that our hopes of progress
were centred.
|
Finalmente, el individualismo y el laissez-faire no podían, a pesar de
sus profundas raíces en las filosofías políticas y morales de finales del siglo
dieciocho y principios del diecinueve, haber asegurado su dominio perpetuo
sobre la dirección de los asuntos públicos, si no hubiera sido por su
conformidad con las necesidades y los deseos del mundo de los negocios de la
época. Ellos llenaron de objeto a nuestros héroes de antaño, los grandes
hombres de negocios. «Por lo menos la mitad del mejor talento en el mundo
occidental» -acostumbraba a decir Marshall- «se dedica a los negocios». Una
gran parte de «la imaginación más eminente» de la época estuvo empleada de
este modo. Fue en las actividades de estos hombres donde estuvieron centradas
nuestras esperanzas de progreso.
|
Men of this class (Marshall wrote in
The Social Possibilities of Economic
Chivalry, Economic Journal, XVII,
1907 - 9) live in constantly shifting
visions, fashioned in their own brains,
of various routes to their desired end;
of the difficulties which Nature will
oppose to them on each route, and of
the contrivances by which they hope to
get the better of her opposition. This
imagination gains little credit with the
people, because it is not allowed to run
riot; its strength is disciplined by a
stronger will; and its highest glory is to
have attained great ends by means so
simple that no one will know, and
none but experts will even guess, how
a dozen other expedients, each
suggesting as much brilliancy to the
hasty observer, were set aside in favour
of it. The imagination of such a man is
employed, like that of the master
chess-player, in forecasting the
obstacles which may be opposed to the
successful issue of his far-reaching
projects, and constantly rejecting
brilliant suggestions because he has
pictured to himself the counter-strokes
to them. His strong nervous force is at
the opposite extreme of human nature
from that nervous irresponsibility
which conceives hasty Utopian
schemes, and which is rather to be
compared to the bold facility of a weak
player, who will speedily solve the
most difficult chess problem by taking
on himself to move the black men as
well as the white.
|
Los hombres de este tipo -escribió Marshall - viven
experimentando constantemente visiones cambiantes, modeladas en su
propio cerebro, de los diferentes medios que pueden conducir1es al fin
deseado; de las dificultades que la naturaleza pone en cada camino y de
las estratagemas con que piensan que podrán vencer1as. Este esfuerzo
imaginativo no es apreciado por el público, ya que no puede mostrarse
exteriormente; su potencialidad está disciplinada por una fuerte
voluntad; y su mayor gloria consiste en haber logrado grandes fines por
medios tan sencillos que nadie llegue a saber, y sólo los expertos
puedan adivinar, cuántos otros procedimientos, todos ellos más
atractivos y brillantes para un observador precipitado, ha sido necesario
descartar a favor del elegido. La imaginación de un hombre de este tipo
se emplea: igual que la de un ajedrecista, en adivinar los obstáculos
que pueden oponerse al desarrollo normal de sus ambiciosos planes y
en desechar constantemente las jugadas brillantes por imaginarse las
reacciones del adversario contra las mismas. La gran resistencia de su
sistema nervioso figura al extremo opuesto, en la escala de la naturaleza
humana, de la nerviosa irresponsabilidad de quienes conciban
precipitadamente proyectos utópicos. Éstos pueden ser comparados a
los malos ajedrecistas, quienes con fácil osadía resuelven rápidamente
los problemas más difici1es moviendo ellos mismos todas las piezas,
tanto las blancas como las negras.
|
This is a fine picture of the
great captain of industry, the
master-individualist, who serves us in
serving himself, just, as any other artist
does. Yet this one, in his turn, is
becoming a tarnished idol. We grow
more doubtful whether it is he who
will lead us into paradise by the hand.
|
Ésta es una excelente pintura del gran capitán de industria, del maestro del
individualismo, que nos sirve al propio tiempo que se sirve a sí mismo,
justamente como lo hace cualquier otro artista. Sin embargo, éste, a su vez, se
está convirtiendo en un ídolo deslucido. Cada vez dudamos más de que sea él
quien nos conduce de la mano al paraíso.
|
These many elements have
contributed to the current intellectual
bias, the mental make-up, the
orthodoxy of the day. The compelling
force of many of the original reasons
has disappeared but, as usual, the
vitality of the conclusions outlasts
them. To suggest social action for the
public good to the City of London is
like discussing the Origin of Species
with a bishop sixty years ago. The first
reaction is not intellectual, but moral.
An orthodoxy is in question, and the
more persuasive the arguments the
graver the offence. Nevertheless,
venturing into the den of the lethargic
monster, at any rate I have traced his
claims and pedigree so as to show that
he has ruled over us rather by
hereditary right than by personal merit.
|
Todos estos elementos han contribuido a la tendencia intelectual corriente, al
maquillaje mental, a la ortodoxia de la época. La fuerza de muchas de las
razones originales ha desaparecido, pero, como de costumbre, la vitalidad de
las conclusiones las sobrevive. Sugerir una acción social en favor del bien
público de la ciudad de Londres es como discutir el Origen de las
especies con un obispo de hace sesenta años. La primera reacción no es
intelectual, sino moral. Una ortodoxia está en cuestión, y cuanto más
persuasivos sean los argumentos, tanto más grave será la ofensa. Sin embargo,
aventurándome en la cueva del monstruo aletargado, por lo menos he rastreado
sus quejas y genealogía, de manera que demuestre que nos ha gobernado más
por derecho hereditario que por mérito personal.
|
IV
|
IV
|
Let us clear from the ground the
metaphysical or general principles
upon which, from time to time,
laissez-faire has been founded. It is not
true that individuals possess a
prescriptive ′natural liberty′ in their
economic activities. There is no
′compact′ conferring perpetual rights
on those who Have or on those who
Acquire. The world is not so governed
from above that private and social
interest always coincide. It is not so
managed here below that in practice
they coincide. It is not a correct
deduction from the principles of
economics that enlightened
self-interest always operates in the
public interest. Nor is it true that
self-interest generally is enlightened;
more often individuals acting
separately to promote their own ends
are too ignorant or too weak to attain
even these. Experience does not show
that individuals, when they make up a
social unit, are always less
clear-sighted than when they act
separately.
|
Eliminemos los principios metafísicos o generales sobre los que, de cuando en
cuando, se ha fundamentado el laissez-faire. No es verdad que los
individuos tengan una «libertad natural» sancionada por la costumbre
de sus actividades económicas. No existe un «convenio» que confiera derechos
perpetuos sobre aquellos que tienen o sobre aquellos que adquieren. El mundo
no se gobierna desde arriba, de manera que no siempre coinciden el
interés privado y el social. No es dirigido aquí abajo de manera que coincidan
en la práctica. No es una deducción correcta de los principios de la economía
que el interés propio ilustrado produzca siempre el interés público. Ni es
verdad que el interés propio sea generalmente ilustrado, más a menudo, los
individuos que actúan por separado persiguiendo sus propios fines son
demasiado ignorantes o demasiado débiles incluso para alcanzar éstos. La
experiencia no demuestra que los individuos, cuando forman una
unidad social, sean siempre menos clarividente s que cuando actúan por
separado.
|
We cannot therefore settle on
abstract grounds, but must handle on
its merits in detail what Burke termed
′one of the finest problems in
legislation, namely, to determine what
the State ought to take upon itself to
direct by the public wisdom, and what
it ought to leave, with as little
interference as possible, to individual
exertion.′ (Quoted by McCulloch in his
Principles of Political Economy). We
have to discriminate between what
Bentham, in his forgotten but useful
nomenclature, used to term Agenda
and Non-Agenda, and to do this
without Bentham′s prior presumption
that interference is, at the same time,
′generally needless′ and ′generally
pernicious.′ (Bentham′s Manual of
Political Economy, published
posthumously, in Bowring′s edition -
1843). Perhaps the chief task of
economists at this hour is to
distinguish afresh the Agenda of
government from the Non-Agenda; and
the companion task of politics is to
devise forms of government within a
democracy which shall be capable of
accomplishing the Agenda. I will
illustrate what I have in mind by two
examples.
|
Por lo tanto, no podemos establecer sobre fundamentos abstractos, sino que
debemos tratar en sus méritos en detalle, lo que Burke denominaba «uno de los
problemas más delicados en legislación, es decir, determinar lo que el Estado
debe asumir para dirigir por la sabiduría pública, y lo que debe dejar, con tan
poca interferencia como sea posible, al esfuerzo individual». Hemos de
distinguir ante lo que Bentham, en su olvidada pero útil nomenclatura,
acostumbraba a denominar Agenda y No-Agenda. Y hacer esto
sin la presunción previa de Bentham de que la interferencia es, al mismo
tiempo, «generalmente inútil» y «generalmente perniciosa».Tal vez la principal
tarea de los economistas en esta hora sea distinguir de nuevo la Agenda
del gobierno de la No- Agenda; y la tarea pareja de los
políticos sea ingeniar formas de gobierno dentro de una democracia que sean
capaces de cumplir la Agenda. Ilustraré lo que pienso mediante dos
ejemplos.
|
(1) I believe that in many cases
the ideal size for the unit of control
and organisation lies somewhere
between the individual and the modern
State. I suggest, therefore, that
progress lies in the growth and the
recognition of semi-autonomous
bodies within the State - bodies whose
criterion of action within their own
field is solely the public good as they
understand it, and from whose
deliberations motives of private
advantage are excluded, though some
place it may still be necessary to leave,
until the ambit of men′s altruism
grows wider, to the separate advantage
of particular groups, classes, or
faculties - bodies which in the ordinary
course of affairs are mainly
autonomous within their prescribed
limitations, but are subject in the last
resort to the sovereignty of the
democracy expressed through
Parliament.
|
(1) Creo que, en muchos casos, la medida ideal para la unidad de control y
organización está situada en algún punto entre el individuo y el Estado
moderno. Sugiero, por tanto, que el progreso radica en el aumento del
reconocimiento de los cuerpos semiautónomos dentro del Estado -cuerpos
cuyo criterio de acción dentro de su propio campo es únicamente el bien
público tal como ellos lo entienden, y de los cuales están excluidos los motivos
de reflexión de interés privado; aunque todavía pueda ser necesario dejarles
algún lugar, hasta que el ámbito del altruismo de los hombres se amplíe al
interés de grupos particulares, clases o facultades-, cuerpos que en el curso
ordinario de los negocios son principalmente autónomos dentro de sus
limitaciones prescritas, pero que están sujetos en último término a la soberanía
de la democracia expresada a través del Parlamento.
|
I propose a return, it may be
said, towards medieval conceptions of
separate autonomies. But, in England
at any rate, corporations are a mode of
government which has never ceased to
be important and is sympathetic to our
institutions. It is easy to give examples,
from what already exists, of separate
autonomies which have attained or are
approaching the mode I designate - the
universities, the Bank of England, the
Port of London Authority, even
perhaps the railway companies. In
Germany there are doubtless
analogous instances.
|
Propongo una vuelta, si así puede decirse, hacia las concepciones medievales
de autonomías separadas. Pero, al menos en Inglaterra, las corporaciones son
un modo de gobierno que jamás ha dejado de ser importante y es consustancial
a nuestras instituciones. Es fácil dar ejemplos de lo que ya existe, de
autonomías separadas que han tomado la modalidad que he dicho o se están
acercando a ella: las universidades, el Banco de Inglaterra, el Puerto de
Londres, incluso tal vez las compañías de ferrocarril. En Alemania hay, sin
duda, instancias análogas.
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But more interesting than these
is the trend of joint stock institutions,
when they have reached a certain age
and size, to approximate to the status
of public corporations rather than that
of individualistic private enterprise.
One of the most interesting and
unnoticed developments of recent
decades has been the tendency of big
enterprise to socialise itself. A point
arrives in the growth of a big
institution - particularly a big railway
or big public utility enterprise, but
also a big bank or a big insurance
company - at which the owners of the
capital, i.e. its shareholders, are almost
entirely dissociated from the
management, with the result that the
direct personal interest of the latter in
the making of great profit becomes
quite secondary. When this stage is
reached, the general stability and
reputation of the institution are the
more considered by the management
than the maximum of profit for the
shareholders. The shareholders must
be satisfied by conventionally adequate
dividends; but once this is secured, the
direct interest of the management
often consists in avoiding criticism
from the public and from the
customers of the concern. This is
particularly the case if their great size
or semi-monopolistic position renders
them conspicuous in the public eye and
vulnerable to public attack. The
extreme instance, perhaps, of this
tendency in the case of an institution,
theoretically the unrestricted property
of private persons, is the Bank of
England. It is almost true to say that
there is no class of persons in the
kingdom of whom the Governor of the
Bank of England thinks less when he
decides on his policy than of his
shareholders. Their rights, in excess of
their conventional dividend, have
already sunk to the neighbourhood of
zero. But the same thing is partly true
of many other big institutions. They
are, as time goes on, socialising
themselves.
|
Pero más interesantes que éstas es la tendencia de las instituciones capitalistas,
cuando han alcanzado una cierta edad y tamaño, a aproximarse al status
de las corporaciones públicas más que al de la empresa privada
individualista. Uno de los desarrollos más interesantes e inadvertido s de las
recientes décadas ha sido la tendencia de la gran empresa a socializarse. En el
crecimiento de una gran institución -particularmente un gran ferrocarril o una
gran empresa de utilidad pública, pero también un gran banco o una gran
compañía de seguros- se llega a un punto en el que los propietarios del capital,
es decir, los accionistas, están casi enteramente disociados de la dirección, con
el resultado de que el interés personal directo de la última en la persecución del
mayor beneficio viene a ser completamente secundario. Cuando se alcanza este
estadio, la estabilidad general y el prestigio de la institución son más tenidos en
cuenta por la dirección que el beneficio máximo por los accionistas. A éstos
debe bastarles con percibir dividendos convencionalmente adecuados; pero una
vez que esto queda asegurado, el interés directo de la dirección consiste a
menudo en evitar las críticas del público y de los clientes de la empresa. Éste
es particularmente el caso si su gran tamaño o su posición semimonopolista
atraen la atención del público y la hacen vulnerable a los ataques de éste. Tal
vez el ejemplo extremo de esta tendencia en el caso de una institución,
teóricamente la propiedad sin limitaciones de personas privadas, sea el Banco
de Inglaterra. Es casi cierto decir que no hay ninguna clase de personas en el
reino en quienes ′menos piense el gobernador del Banco de Inglaterra, cuando
decide sobre su política, que en sus accionistas. Sus derechos, más allá de su
dividendo convencional, se han hundido en las proximidades del cero. Pero lo
propio es particularmente cierto en muchas otras grandes instituciones. A
medida que pasa el tiempo, están socializándose por sí mismas.
|
Not that this is unmixed gain.
The same causes promote
conservatism and a waning of
enterprise. In fact, we already have in
these cases many of the faults as well
as the advantages of State Socialism.
Nevertheless, we see here, I think, a
natural line of evolution. The battle of
Socialism against unlimited private
profit is being won in detail hour by
hour. In these particular fields - it
remains acute elsewhere - this is no
longer the pressing problem. There is,
for instance, no so-called important
political question so really
unimportant, so irrelevant to the
reorganisation of the economic life of
Great Britain, as the nationalisation of
the railways.
|
No se trata de una ganancia pura. Las mismas causas promueven el
conservadurismo y la decadencia de la empresa. De hecho, ya tenemos en estos
casos muchos de los defectos, así como de las ventajas, del socialismo de
Estado. Sin embargo, aquí vemos, creo, una línea natural de evolución. La
batalla del socialismo contra el beneficio privado ilimitado está siendo ganada
en detalle, hora por hora. En estos campos particulares -continúa siendo agudo
en otras partes- éste no es ya el problema apremiante. No hay, por ejemplo,
ninguna cuestión política de las que se consideran importantes que sea tan
realmente intrascendente, tan irrelevante para la reorganización de la vida
económica de la Gran Bretaña, como la nacionalización de los ferrocarriles.
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It is true that many big
undertakings, particularly public utility
enterprises and other business
requiring a large fixed capital, still
need to be semi-socialised. But we
must keep our minds flexible regarding
the forms of this semi-socialism. We
must take full advantage of the natural
tendencies of the day, and we must
probably prefer semi-autonomous
corporations to organs of the central
government for which ministers of
State are directly responsible.
|
Es verdad que muchas grandes empresas, particularmente empresas de
servicios públicos y otras, requieren un gran capital fijo, incluso necesitan estar
semisocializadas. Pero debemos ser flexibles al contemplar las formas de este
semisocialismo. Debemos aprovechar por completo las tendencias naturales de
la época, y probablemente debemos preferir corporaciones semiautónomas a
órganos del gobierno central de los que son directamente responsables los
ministros del Estado.
|
I criticise doctrinaire State
Socialism, not because it seeks to
engage men′s altruistic impulses in the
service of society, or because it departs
from laissez-faire, or because it takes
away from man′s natural liberty to
make a million, or because it has
courage for bold experiments. All
these things I applaude. I criticise it
because it misses the significance of
what is actually happening; because it
is, in fact, little better than a dusty
survival of a plan to meet the
problems of fifty years ago, based on a
misunderstanding of what someone
said a hundred years ago.
Nineteenth-century State Socialism
sprang from Bentham, free
competition, etc., and is in some
respects a clearer, in some respects a
more muddled version of just the same
philosophy as underlies
nineteenth-century individualism. Both
equally laid all their stress on
freedom, the one negatively to avoid
limitations on existing freedom, the
other positively to destroy natural or
acquired monopolies. They are
different reactions to the same
intellectual atmosphere.
|
Critico el socialismo de Estado doctrinario, no porque aspire a poner los
impulsos altruistas de los hombres al servicio de la sociedad, o porque parta
del laissez-faire, o porque reduzca la libertad natural del hombre para
conquistar el mundo, o porque tenga valor para realizar experimentos audaces.
Aplaudo todas estas cosas. Lo critico porque pierde la significación de lo que
está ocurriendo realmente; porque, de hecho, es poco más que una reliquia
cubierta de polvo de un plan para afrontar los problemas de hace cincuenta
años, basado en una comprensión equivocada de lo que alguien dijo hace cien
años. El socialismo de Estado del siglo XIX procede de Bentham, la libre
competencia, etc., y es una versión, en algunos aspectos más clara y en otros
más confusa, de la misma filosofía en la que se basa el individualismo
decimonónico. Ambos ponen igualmente todo su énfasis en la libertad, el uno
negativamente para evitar las limitaciones de la libertad existente, el otro
positivamente para destruir los monopolios naturales o adquiridos. Son
reacciones diferentes a la misma atmósfera intelectual.
|
(2) I come next to a criterion of
Agenda which is particularly relevant
to what it is urgent and desirable to do
in the near future. We must aim at
separating those services which are
technically social from those which
are technically individual. The most
important Agenda of the State relate
not to those activities which private
individuals are already fulfilling, but
to those functions which fall outside
the sphere of the individual, to those
decisions which are made by no one if
the State does not make them. The
important thing for government is not
to do things which individuals are
doing already, and to do them a little
better or a little worse; but to do those
things which at present are not done at
all.
|
(2) A continuación llegamos a un criterio de la Agenda que es
particularmente relevante en relación con lo que es urgente y deseable hacer en
el próximo futuro. Debemos tender a separar aquellos servicios que son
técnicamente sociales de aquellos que son técnicamente
individuales. La Agenda del Estado más importante no se refiere a
aquellas actividades que los individuos privados ya están desarrollando, sino a
aquellas funciones que caen fuera de la esfera del individuo, aquellas
decisiones que nadie toma si el Estado no lo hace. Lo importante para el
gobierno no es hacer cosas que ya están haciendo los individuos, y hacerlas un
poco mejor o un poco peor, sino hacer aquellas cosas que en la actualidad no
se hacen en absoluto.
|
It is not within the scope of my
purpose on this occasion to develop
practical policies. I limit myself,
therefore, to naming some instances of
what I mean from amongst those
problems about which I happen to have
thought most.
|
No es mi propósito en esta ocasión desarrollar políticas prácticas. Por tanto, me
limito a enumerar algunos ejemplos de lo que quiero decir, entre aquellos
problemas sobre los que he reflexionado más.
|
Many of the greatest economic
evils of our time are the fruits of risk,
uncertainty, and ignorance. It is
because particular individuals,
fortunate in situation or in abilities,
are able to take advantage of
uncertainty and ignorance, and also
because for the same reason big
business is often a lottery, that great
inequalities of wealth come about; and
these same factors are also the cause
of the unemployment of labour, or the
disappointment of reasonable business
expectations, and of the impairment of
efficiency and production. Yet the
cure lies outside the operations of
individuals; it may even be to the
interest of individuals to aggravate the
disease. I believe that the cure for
these things is partly to be sought in
the deliberate control of the currency
and of credit by a central institution,
and partly in the collection and
dissemination on a great scale of data
relating to the business situation,
including the full publicity, by law if
necessary, of all business facts which
it is useful to know. These measures
would involve society in exercising
directive intelligence through some
appropriate organ of action over many
of the inner intricacies of private
business, yet it would leave private
initiative and enterprise unhindered.
Even if these measures prove
insufficient, nevertheless, they will
furnish us with better knowledge than
we have now for taking the next step.
|
Muchos de los mayores males económicos de nuestro tiempo son la
consecuencia del riesgo, la incertidumbre y la ignorancia. Ello es así porque los
individuos particulares, afortunados en situación o capacidad, pueden
aprovecharse de la incertidumbre y de la ignorancia, y también porque por la
misma razón los grandes negocios son a menudo una lotería, existen grandes
desigualdades de riqueza; y estos mismos factores son también la causa del
desempleo del trabajo, o de la frustración de expectativas razonables de
negocio, y del deterioro de la eficiencia y de la producción. Sin embargo, el
remedio no está al alcance de la acción de los individuos; incluso puede que
convenga a sus intereses agravar la enfermedad. Creo que el remedio para estas
cosas ha de buscarse en parte en el control deliberado del dinero y del crédito
por medio de una institución central, y en parte en la recogida y publicación en
gran escala de datos relativos a la situación económica, incluyendo la
publicidad completa, si es necesario por ley, de todos los hechos económicos
que sea útil conocer. Estas medidas involucrarían a la sociedad en el ejercicio
de la inteligencia directiva a través de algún órgano de acción apropiado sobre
muchos de los enredos internos de los negocios privados, aunque dejarían en
libertad la iniciativa y la empresa privadas. Aun suponiendo que estas medidas
se mostraran insuficientes, nos proporcionarían un mejor conocimiento del que
tenemos ahora para dar el siguiente paso.
|
My second example relates to
savings and investment. I believe that
some coordinated act of intelligent
judgement is required as to the scale
on which it is desirable that the
community as a whole should save, the
scale on which these savings should
go abroad in the form of foreign
investments, and whether the present
organisation of the investment market
distributes savings along the most
nationally productive channels. I do
not think that these matters should be
left entirely to the chances of private
judgement and private profits, as they
are at present.
|
Mi segundo ejemplo se refiere a los ahorros y a la inversión. Creo que hace
falta alguna acción coordinada de juicio inteligente en la medida en que es
deseable que la comunidad como un todo ahorre, en la medida en que estos
ahorros vayan al exterior en forma de inversiones extranjeras, y si la
organización actual del mercado de inversión distribuye los ahorros por los
canales más productivos para el país. No creo que estos asuntos tengan que
dejarse enteramente al arbitrio de la opinión y de los beneficios privados, como
ahora.
|
My third example concerns
population. The time has already come
when each country needs a considered
national policy about what size of
population, whether larger or smaller
than at present or the same, is most
expedient. And having settled this
policy, we must take steps to carry it
into operation. The time may arrive a
little later when the community as a
whole must pay attention to the innate
quality as well as to the mere numbers
of its future members.
|
Mi tercer ejemplo se refiere a la población. Ya ha llegado el momento en que
cada país necesita una política nacional meditada sobre qué tamaño de la
población, mayor, igualo menor que el actual, es más conveniente. Y habiendo
establecido esta política, debemos tomar las providencias para desarrollada.
Puede llegar el tiempo, un poco más adelante, en que la comunidad como un
todo deba prestar atención tanto a la cualidad innata como a las simples cifras
de sus futuros miembros.
|
V
|
V
|
These reflections have been
directed towards possible
improvements in the technique of
modern capitalism by the agency of
collective action. There is nothing in
them which is seriously incompatible
with what seems to me to be the
essential characteristic of capitalism,
namely the dependence upon an
intense appeal to the money-making
and money-loving instincts of
individuals as the main motive force
of the economic machine. Nor must I,
so near to my end, stray towards other
fields. Nevertheless, I may do well to
remind you, in conclusion, that the
fiercest contests and the most deeply
felt divisions of opinion are likely to
be waged in the coming years not
round technical questions, where the
arguments on either side are mainly
economic, but round those which, for
want of better words, may be called
psychological or, perhaps, moral.
|
Estas reflexiones se han dirigido hacia las mejoras posibles en la técnica del
capitalismo moderno por medio de la agencia de la acción colectiva. No hay
nada en ellas seriamente incompatible con lo que me parece es la característica
esencial del capitalismo, es decir, la dependencia de un intenso atractivo por
hacer dinero y por los instintos de amor al dinero de los individuos como
principal estímulo de la máquina económica, Ni debo desviarme, tan cerca del
final, hacia otros campos. Sin embargo, hago bien en recordarles, en
conclusión, que las discusiones más vehementes y las divisiones de opinión
más profundamente sentidas se producirán probablemente en los próximos
años, no en torno a cuestiones técnicas, en las que los argumentos por ambas
partes son principalmente económicos, sino en torno a aquellas que, a falta de
mejores palabras, pueden denominarse psicológicas o, tal vez, morales.
|
In Europe, or at least in some
parts of Europe - but not, I think, in the
United States of America - there is a
latent reaction, somewhat widespread,
against basing society to the extent
that we do upon fostering,
encouraging, and protecting the
money-motives of individuals. A
preference for arranging our affairs in
such a way as to appeal to the
money-motive as little as possible,
rather than as much as possible, need
not be entirely a priori, but may be
based on the comparison of
experiences. Different persons,
according to their choice of
profession, find the money-motive
playing a large or a small part in their
daily lives, and historians can tell us
about other phases of social
organisation in which this motive has
played a much smaller part than it
does now. Most religions and most
philosophies deprecate, to say the
least of it, a way of life mainly
influenced by considerations of
personal money profit. On the other
hand, most men today reject ascetic
notions and do not doubt the real
advantages of wealth. Moreover, it
seems obvious to them that one cannot
do without the money-motive, and
that, apart from certain admitted
abuses, it does its job well. In the
result the average man averts his
attention from the problem, and has no
clear idea what he really thinks and
feels about the whole confounded
matter.
|
En Europa, o al menos en algunas partes de Europa -pero no, pienso, en los
Estados Unidos de América- existe una reacción latente, algo difusa, en contra
de fundamentar la sociedad, en la medida en que lo hacemos, en alimentar,
animar y proteger los motivos monetarios de los individuos. Una preferencia
por organizar nuestros asuntos de tal manera que el motivo monetario fuera lo
más pequeño posible, en lugar de ser lo mayor posible, no necesita ser
enteramente a priori, sino que puede basarse en la comparación de
experiencias. Diferentes personas, de acuerdo con su elección de profesión,
ven que el motivo monetario juega un papel mayor o menor en su vida diaria, y
los historiadores pueden hablamos sobre otras fases de la organización social
en las que este motivo ha jugado un papel mucho menor que en la actualidad.
La mayoría de religiones y la mayoría de filosofías critican, por decido de un
modo discreto, un modo de vida que esté influido principalmente por
consideraciones de beneficio monetario personal. Por otra parte, la mayoría de
los hombres de hoy rechazan las nociones ascéticas y no dudan de las ventajas
reales de la riqueza. Además, les parece obvio que uno no pueda prescindir del
motivo monetario y que, aparte de ciertos abusos admitidos, éste juega bien su
papel. En resumen, el hombre medio desvía su atención del problema y no
tiene una idea clara de lo que realmente piensa y siente sobre toda esta confusa
cuestión,
|
Confusion of thought and
feeling leads to confusion of speech.
Many people, who are really objecting
to capitalism as a way of life, argue as
though they were objecting to it on the
ground of its inefficiency in attaining
its own objects. Contrariwise,
devotees of capitalism are often unduly
conservative, and reject reforms in its
technique, which might really
strengthen and preserve it, for fear that
they may prove to be first steps away
from capitalism itself. Nevertheless, a
time may be coming when we shall get
clearer than at present as to when we
are talking about capitalism as an
efficient or inefficient technique, and
when we are talking about it as
desirable or objectionable in itself. For
my part I think that capitalism, wisely
managed, can probably be made more
efficient for attaining economic ends
than any alternative system yet in
sight, but that in itself it is in many
ways extremely objectionable. Our
problem is to work out a social
organisation which shall be as efficient
as possible without offending our
notions of a satisfactory way of life.
|
La confusión del pensamiento y del sentimiento lleva a la confusión del
lenguaje, Mucha gente, que está realmente criticando al capitalismo como
modo de vida, argumenta como si lo estuviera haciendo sobre la base de su
ineficiencia para alcanzar sus propios objetivos, Por el contrario, los devotos
del capitalismo son a menudo indebidamente conservadores, y rechazan las
reformas de su técnica, que podrían 15 15 realmente reforzado y conservado
por miedo de que puedan resultar ser los primeros pasos hacia fuera del propio
capitalismo. Sin embargo, puede llegar un día en el que veamos más claro que
ahora cuándo estamos hablando del capitalismo como una técnica eficiente o
ineficiente, y cuándo estamos hablando de él como algo deseable o
cuestionable en sí mismo. Por mi parte, pienso que el capitalismo, dirigido con
sensatez, puede probablemente hacerse más eficiente para alcanzar fines
económicos que cualquier sistema alternativo a la vista, pero que en sí mismo
es en muchos sentidos extremadamente cuestionable. Nuestro problema es
construir una organización social que sea lo más eficiente posible sin contrariar
nuestra idea de un modo de vida satisfactorio.
|
The next step forward must
come, not from political agitation or
premature experiments, but from
thought. We need by an effort of the
mind to elucidate our own feelings. At
present our sympathy and our
judgement are liable to be on different
sides, which is a painful and paralysing
state of mind. In the field of action
reformers will not be successful until
they can steadily pursue a clear and
definite object with their intellects and
their feelings in tune. There is no party
in the world at present which appears
to me to be pursuing right aims by
right methods. Material poverty
provides the incentive to change
very little margin for experiments.
Material prosperity removes the
incentive just when it might be safe to
take a chance. Europe lacks the means,
America the will, to make a move. We
need a new set of convictions which
spring naturally from a candid
examination of our own inner feelings
in relation to the outside facts.
|
El siguiente paso adelante debe venir, no de la agitación política o de los
experimentos prematuros, sino del pensamiento. Necesitamos aclarar nuestros
propios sentimientos mediante un esfuerzo de la mente. En la actualidad,
nuestra simpatía y nuestra opinión propenden a estar en lados diferentes, lo que
constituye un estado mental angustiado y paralizante. En el campo de la
acción, los reformadores no tendrán éxito hasta que puedan perseguir
firmemente un objetivo claro y definido, con sus inteligencias y sentimientos
en sintonía. No hay ningún partido en el mundo, en el momento actual, que me
parezca estar persiguiendo objetivos correctos por medio de métodos correctos.
La pobreza material proporciona el incentivo para cambiar precisamente en
situaciones en las que hay muy poco margen para la experimentación. La
prosperidad material suprime el incentivo precisamente cuando no sería
arriesgado probar suerte. Europa carece de medios, América de la voluntad,
para dar algún paso. Necesitamos una nueva serie de convicciones que broten
naturalmente de un sincero examen de nuestros propios sentimientos íntimos
en relación con los hechos exteriores.
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