0!DOCTYPE HTML PUBLIC "-//W3C//DTD HTML 4.01 Transitional//EN" "http://www.w3.org/TR/html4/loose.dtd"> The end of <i>laissez-fare</i> -- Final del <i>laissez-fare</i>









The end of laissez-faire

By
John Maynard Keynes



Final del laissez-faire

de
John Maynard Keynes


I

 

I

The disposition towards public affairs, which we conveniently sum up as individualism and laissez-faire, drew its sustenance from many different rivulets of thought and springs of feeling. For more than a hundred years our philosophers ruled us because, by a miracle, they nearly all agreed or seem to agree on this one thing. We do not dance even yet to a new tune. But a change is in the air. We hear but indistinctly what were once the clearest and most distinguishable voices which have ever instructed political mankind. The orchestra of diverse instruments, the chorus of articulate sound, is receding at last into the distance. La disposición hacia los asuntos Spúblicos, que de modo apropiado sintetizamos como individualismo y laissez-faire, tomó su alimento de muchas y diversas corrientes de pensamiento e impulsos sentimentales. Durante más de cien años nuestros filósofos nos gobernaron porque, por un milagro, casi todos ellos estuvieron de acuerdo o parecieron estarlo en esta única cosa. Todavía ahora no bailamos con otro ritmo. Pero se percibe un cambio en el ambiente. Sin embargo, oímos confusamente las que antaño fueron las más claras y distintas voces′ que siempre han inspirado al hombre político. La orquesta de diversos instrumentos, el coro de sonido armonioso, se aleja finalmente en la distancia.
At the end of the seventeenth century the divine right of monarchs gave place to natural liberty and to the compact, and the divine right of the church to the principle of toleration, and to the view that a church is ′a voluntary society of men′, coming together, in a way which is ′absolutely free and spontaneous′ (Locke, A Letter Concerning Toleration). Fifty years later the divine origin and absolute voice of duty gave place to the calculations of utility. In the hands of Locke and Hume these doctrines founded Individualism. The compact presumed rights in the individual; the new ethics, being no more than a scientific study of the consequences of rational self-love, placed the individual at the centre. ′The sole trouble Virtue demands′, said Hume, ′is that of just Calculation, and a steady preference of the greater Happiness.′ (An Enquiry Concerning the Principles of Morals, section LX). Al final del siglo XVIII, el derecho divino de los reyes cedió su lugar a la libertad natural y al contrato, y el derecho divino de la Iglesia al principio de tolerancia y a la opinión de que una Iglesia es «una sociedad voluntaria de hombres», que caminan juntos, de una manera que es «absolutamente libre y espontánea». Cincuenta años más tarde, el origen divino y el imperativo categórico del deber cedieron su lugar al cálculo utilitario. En manos de Locke y Hume, estas doctrinas fundamentaron el individualismo. El contrato supone derechos en el individuo; la nueva ética, no siendo más que un estudio científico de las consecuencias del egoísmo racional, colocó al individuo en el centro. «El único esfuerzo que pide la Virtud» -dice Hume- «es el del cálculo justo y una constante preferencia por la mayor Felicidad».
These ideas accorded with the practical notions of conservatives and of lawyers. They furnished a satisfactory intellectual foundation to the rights of property and to the liberty of the individual in possession to do what he liked with himself and with his own. This was one of the contributions of the eighteenth century to the air we still breathe. Estas ideas estaban de acuerdo con las nociones prácticas de conservadores y letrados. Ellas proporcionaron un fundamento intelectual satisfactorio para los derechos de propiedad y la libertad del individuo para hacer lo que le plazca consigo mismo y con lo que le pertenece. Ésta fue una de las contribuciones del siglo XVIII al ambiente que todavía respiramos.
The purpose of promoting the individual was to depose the monarch and the church; the effect - through the new ethical significance attributed to contract - was to buttress property and prescriptions. But it was not long before the claims of society raised themselves anew against the individual. Paley and Bentham accepted utilitarian hedonism from the hands of Hume and his predecessors, but enlarged it into social utility. La finalidad de ensalzar al individuo fue deponer al monarca y a la Iglesia; el efecto -a través de la nueva significación ética atribuida al contrato- fue el de afianzar la propiedad y la norma. Pero no tardaron en levantarse nuevamente las protestas de la sociedad contra el individuo. Paley y Bentham aceptaron el hedonismo utilitarista de las manos de Hume y sus predecesores, pero ampliándolo a la utilidad social..
Rousseau took the Social Contract from Locke and drew out of it the General Will. In each case the transition was made by virtue of the new emphasis laid on equality. ′Locke applies his Social Contract to modify the natural equality of mankind, so far as that phrase implies equality of property or even of privilege, in consideration of general security. In Rousseau′s version equality is not only the starting-point but the goal.′ (Leslie Stephen, English Thought in the Eighteenth Century, II, 192). Rousseau tomó el Contrato Social de Locke y dedujo de él la Voluntad General. En todos los casos la transición se realizó en virtud del nuevo énfasis puesto sobre la igualdad. «Locke aplica su Contrato Social para modificar la igualdad natural de la humanidad, en tanto esta expresión implica igualdad de propiedad o incluso de privilegio, atendiendo a la seguridad general. En la versión de la igualdad según Rousseau, no es sólo el punto de partida, sino la finalidad»
Paley and Bentham reached the same destination, but by different routes. Paley avoided an egoistic conclusion to his hedonism by a God from the machine. ′Virtue′, he says, ′is the doing good to mankind, in obedience to the will of God, and for the sake of everlasting happiness′ - in this way bringing I and others to a parity. Bentham reached the same result by pure reason. There is no rational ground, he argued, for preferring the happiness of one individual, even oneself, to that of any other. Hence the greatest happiness of the greatest number is the sole rational object of conduct - taking utility from Hume, but forgetting that sage man′s corollary: ′Tis not contrary to reason to prefer the destruction of the whole world to the scratching of my finger.′ ′Tis not contrary to reason for me to choose my total ruin to prevent the least uneasiness of an Indian, or person totally unknown to me ... Reason is and ought only to be the slave of the passions, and can never pretend to any other office than to serve and obey them.′ Paley y Bentham llegaron al mismo destino, pero por caminos diferentes. Paley evitó una conclusión egoísta a su hedonismo por medio del Dios de la máquina. «La Virtud» - dijo «es hacer el bien a la humanidad, por obediencia a la voluntad de Dios, y por amor de la felicidad eterna»; volviendo de esta manera a la paridad entre yo y los otros. Bentham llegó al mismo resultado por la pura razón. No existe fundamento racional, argumentó, para preferir la felicidad de un individuo, aunque sea uno mismo, a la de cualquier otro. Por tanto, la mayor felicidad del mayor número es el único objeto racional de la conducta, tomando la utilidad de Hume, pero olvidando este ′corolario cínico del hombre sagaz: «No es contrario a la razón preferir la destrucción del mundo entero a un arañazo de mi dedo, No es contrario a la razón escoger para mí la ruina total para evitar la más pequeña incomodidad de un indio o de una persona totalmente 3 3 desconocida para mí... La razón es y sólo debe ser la esclava de las pasiones y no puede pretender nunca otra tarea que servirlas y obedecerlas»,
Rousseau derived equality from the state of nature, Paley from the will of God, Bentham from a mathematical law of indifference. Equality and altruism had thus entered political philosophy, and from Rousseau and Bentham sprang both democracy and utilitarian socialism. Rousseau dedujo la igualdad del estado de la naturaleza, Paley de la voluntad de Dios, Bentham de una ley matemática de indiferencia, Así entraron la igualdad y el altruismo en la filosofía política, y a través de Rousseau y Bentham conjuntamente pasaron a la democracia y al socialismo utilitarista,
This is the second current - sprang from long-dead controversies, and carried on its way by long-exploded sophistries - which still permeates our atmosphere of thought but it did not drive out the former current. It mixed with it. The early nineteenth century performed the miraculous union. It harmonised the conservative individualism of Locke, Hume, Johnson, and Burke with the socialism and democratic egalitarianism of Rousseau, Paley, Bentham, and Godwin. Ésta es la segunda corriente -surgida de controversias muertas desde hace tiempo y arrastradas en su camino por falacias largamente explotadas- que todavía impregna nuestra atmósfera de pensamiento, Pero ésta no ha eliminado la corriente anterior. Se ha mezclado con ella, Los primeros años del siglo XIX realizaron la milagrosa unión, Ella armonizó el individualismo conservador de Locke, Hume, Johnson y Burke con el socialismo y el igualitarismo democrático de Rousseau, Paley, Bentham y Godwin.
Nevertheless, that age would have been hard put to it to achieve this harmony of opposites if it had not been for the economists, who sprang into prominence just at the right moment. The idea of a divine harmony between private advantage and the public good is already apparent in Paley. But it was the economists who gave the notion a good scientific basis. Suppose that by the working of natural laws individuals pursuing their own interests with enlightenment in condition of freedom always tend to promote the general interest at the same time! Our philosophical difficulties are resolved-at least for the practical man, who can then concentrate his efforts on securing the necessary conditions of freedom. To the philosophical doctrine that the government has no right to interfere, and the divine that it has no need to interfere, there is added a scientific proof that its interference is inexpedient. This is the third current of thought, just discoverable in Adam Smith, who was ready in the main to allow the public good to rest on ′the natural effort of every individual to better his own condition′, but not fully and self-consciously developed until the nineteenth century begins. The principle of laissez-faire had arrived to harmonise individualism and socialism, and to make at one Hume′s egoism with the greatest good of the greatest number. The political philosopher could retire in favour of the business man - for the latter could attain the philosopher′s summum bonum by just pursuing his own private profit. Sin embargo, hubiera sido difícil que esa época alcanzara esta armonía de cosas opuestas si no hubiera sido por los economistas, que surgieron precisamente en el momento oportuno, La idea de una armonía divina entre las ventajas privadas y el bien público es ya evidente en Paley, Pero fueron los economistas quienes dieron a la noción una buena base científica, ¡Supone que por la acción de las leyes naturales los individuos que persiguen sus propios intereses con conocimiento de causa, en condiciones de libertad, tienden siempre a promover al propio tiempo el interés general! Nuestras dificultades filosóficas están resueltas, al menos para el hombre práctico, que puede concentrar entonces sus esfuerzos en asegurar las condiciones necesarias de libertad. A la doctrina filosófica de que el gobierno no tiene derecho a interferir, ya la doctrina divina de que no tiene necesidad de interferir, se añade una prueba científica de que su interferencia es inconveniente. Ésta es la tercera corriente de pensamiento, que se puede descubrir precisamente en Adam Smith, que estuvo lista en lo principal para permitir al bien público descansar en &#8220;el esfuerzo natural de cada individuo para mejorar su propia condición, pero que no fue desarrollada completa y conscientemente hasta principios del siglo XIX. El principio del laissezfaire había llegado a armonizar individualismo y socialismo, y a conciliar el egoísmo de Hume con el mayor bien para el mayor número. El filósofo político podía retirarse en favor del hombre de negocios, porque el último podía alcanzar el summum bonum sólo con perseguir su propio beneficio privado.
Yet some other ingredients were needed to complete the pudding. First the corruption and incompetence of eighteenth-century government, many legacies of which survived into the nineteenth. The individualism of the political philosophers pointed to laissez-faire. The divine or scientific harmony (as the case might be) between private interest and public advantage pointed to laissez-faire. But above all, the ineptitude of public administrators strongly prejudiced the practical man in favour of laissez-faire - a sentiment which has by no means disappeared. Almost everything which the State did in the eighteenth century in excess of its minimum functions was, or seemed, injurious or unsuccessful. Sin embargo, se necesitaban algunos otros ingredientes para completar el pastel. En primer lugar, la corrupción e incompetencia del gobierno del siglo XVIII, una gran parte de cuya herencia sobrevive en el diecinueve. El individualismo de los filósofos políticos apunta al laissez-faire. La armonía divina o científica (según el caso) entre el interés privado y el interés público apunta al laissez-faire. Pero, por encima de todo, la ineptitud de los administradores públicos inclina decididamente al hombre práctico a favor del laissez-faire, sentimiento que de ningún modo ha desaparecido. Casi todo lo que hizo el Estado en el siglo XVIII, por encima de sus funciones mínimas, fue, o pareció, perjudicial o desafortunado.
On the other hand, material progress between 1750 and 1850 came from individual initiative, and owed almost nothing to the directive influence of organised society as a whole. Thus practical experience reinforced a priori reasonings. The philosophers and the economists told us that for sundry deep reasons unfettered private enterprise would promote the greatest good of the whole. What could suit the business man better? And could a practical observer, looking about him, deny that the blessings of improvement which distinguished the age he lived in were traceable to the activities of individuals ′on the make′? Por otra parte, el progreso material entre 1750 y 1850 vino de la mano de la iniciativa individual, y no debió casi nada a la influencia directiva de la sociedad organizada como un todo. Así, la experiencia práctica reforzó los razonamientos a priori. Los filósofos y economistas nos dijeron que por diversas y profundas razones la empresa privada sin trabas había promovido el mayor bien para todos. ¿Qué otra cosa hubiera podido agradar más al hombre de negocios? ¿Podía un observador práctico, mirándole, negar que los beneficios del progreso que distinguían la edad en la que él vivía se debían a las actividades de los individuos «en ascenso»?
Thus the ground was fertile for a doctrine that, whether on divine, natural, or scientific grounds, state action should be narrowly confined and economic life left, unregulated so far as may be, to the skill and good sense of individual citizens actuated by the admirable motive of trying to get on in the world. De esta manera, el terreno era fértil para una doctrina según la que, sobre bases divinas, naturales o científicas, la acción del Estado debe limitarse estrechamente, y la vida económica debe dejarse, sin regular hasta donde pueda ser, a la habilidad y buen sentido de los ciudadanos individuales, movidos por el motivo admirable de intentar progresar en el mundo.
By the time that the influence of Paley and his like was waning, the innovations of Darwin were shaking the foundations of belief. Nothing could seem more opposed than the old doctrine and the new - the doctrine which looked on the world as the work of the divine watchmaker and the doctrine which seemed to draw all things out of Chance, Chaos, and Old Time. But at this one point the new ideas bolstered up the old. The economists were teaching that wealth, commerce, and machinery were the children of free competition - that free competition built London. But the Darwinians could go one better than that - free competition had built man. The human eye was no longer the demonstration of design, miraculously contriving all things for the best; it was the supreme achievement of chance, operating under conditions of free competition and laissez-faire. The principle of the survival of the fittest could be regarded as a vast generalisation of the Ricardian economics. Socialist interferences became, in the light of this grander synthesis, not merely inexpedient, but impious, as calculated to retard the onward movement of the mighty process by which we ourselves had risen like Aphrodite out of the primeval slime of ocean. En la época en que estaba desvaneciéndose la influencia de Paley y sus semejantes, las innovaciones de Darwin conmovían los fundamentos de la fe. Nada podía parecer más opuesto que la vieja y la nueva doctrina, la doctrina que veía el mundo como la obra del relojero divino y la doctrina que parecía sacar todas las cosas de la Casualidad, del Caos y de los Viejos Tiempos. Pero en aquel momento las nuevas ideas apuntalaron a las viejas. Los economistas estaban enseñando que la riqueza, el comercio y la maquinaria eran las criaturas de la libre competencia y que la libre competencia hizo a Londres. Pero los darwinianos pudieron ir más lejos que eso: la libre competencia había hecho al hombre. El ojo humano ya no era la demostración del proyecto, discurriendo milagrosamente todas las cosas con la mejor intención; era el logro máximo de la casualidad, actuando en condiciones de libre competencia y laissez-faire. El principio de supervivencia del más apto podía considerarse como una amplia generalización de la economía ricardiana. Las interferencias socialistas venían a ser, a la luz de esta síntesis más completa, no sólo inconvenientes, sino sacrílegas, como calculadas para retrasar el movimiento progresivo del vigoroso proceso por medio del cual nosotros mismos habríamos salido, como Afrodita, del limo primitivo del océano.
Therefore I trace the peculiar unity of the everyday political philosophy of the nineteenth century to the success with which it harmonised diversified and warring schools and united all good things to a single end. Hume and Paley, Burke and Rousseau, Godwin and Malthus, Cobbett and Huskisson, Bentham and Coleridge, Darwin and the Bishop of Oxford, were all, it was discovered, preaching practically the same thing - individualism and laissez-faire. This was the Church of England and those her apostles, whilst the company of the economists were there to prove that the least deviation into impiety involved financial ruin. Por tanto, atribuyo la unidad peculiar de la filosofía política diaria del siglo XIX al éxito que tuvo al armonizar escuelas diversas y opuestas y al unificar todas las cosas buenas para un único fin. Se ha visto que Hume y Paley, Burke y Rousseau, Godwin y Malthus, Cobbett y Huskisson, Bentham y Coleridge, Darwin y el obispo de Oxford, todos, estuvieron predicando prácticamente lo mismo: individualismo y laissez faire. Ésta era la Iglesia de Inglaterra y aquéllos sus apóstoles, mientras que el gremio de los economistas estaba allí para probar que la menor desviación hacia la impiedad provocaba la ruina financiera.
These reasons and this atmosphere are the explanations, we know it or not - and most of us in these degenerate days are largely ignorant in the matter - why we feel such a strong bias in favour of laissez-faire, and why state action to regulate the value of money, or the course of investment, or the population, provokes such passionate suspicions in many upright breasts. We have not read these authors; we should consider their arguments preposterous if they were to fall into our hands. Nevertheless we should not, I fancy, think as we do, if Hobbes, Locke, Hume, Rousseau, Paley, Adam Smith, Bentham, and Miss Martineau had not thought and written as they did. A study of the history of opinion is a necessary preliminary to the emancipation of the mind. I do not know which makes a man more conservative - to know nothing but the present, or nothing but the past. Estas razones y esta atmósfera constituyen las explicaciones, tanto si lo sabemos como si no -y la mayoría de nosotros, en estos degenerados días, somos ampliamente ignorantes en la materia-, de por qué sentimos una preferencia tan fuerte a favor del laissez-faire, y por qué la acción del Estado para regular el valor del dinero, o el curso de la inversión, o la población, provoca suspicacias tan apasionadas en muchos corazones íntegros. No hemos leído a estos autores; consideraríamos absurdos sus argumentos si fueran a caer en nuestras manos. Sin embargo, me parece que no pensaríamos como lo hacemos, si Hobbes, Locke, Hume, Rousseau, Paley, Adam Smith, Bentham y la Srta. Martineau no hubieran pensado y escrito como lo hicieron. Un estudio de la historia de la opinión es un preámbulo necesario para la emancipación de la mente. No sé lo que hace más conservador a un hombre, si conocer sólo el presente o sólo el pasado






II

II

I have said that it was the economists who furnished the scientific by which the practical man could solve the contradiction between egoism and socialism which emerged out of the philosophising of the eighteenth century and the decay of revealed religion. But having said this for shortness′ sake, I hasten to qualify it. This is what the economists are supposed to have said. No such doctrine is really to be found in the writings of the greatest authorities. It is what the popularisers and the vulgarisers said. It is what the Utilitarians, who admitted Hume′s egoism and Bentham′s egalitarianism at the same time, were driven to believe in, if they were to effect a synthesis. He dicho que fueron los economistas quienes proporcionaron el pretexto científico por medio del cual el hombre práctico pudo resolver la contradicción entre egoísmo y socialismo, que surgía del filosofar del siglo XVIII y de la decadencia de la religión revelada. Pero habiendo dicho esto en aras de la brevedad, me apresuro a matizardo. Esto es lo que se supone que han dicho los economistas. Ninguna doctrina semejante se encuentra en los escritos de las principales autoridades. Es lo que dijeron los popularizadores y divulgador es. Es lo que fueron llevados a creer los utilitaristas, que admitían al mismo tiempo el egoísmo de Hume y el igualitarismo de Bentham, si querían hacer una síntesis.
The language of the economists lent itself to the laissez-faire interpretation. But the popularity of the doctrine must be laid at the door of the political philosophers of the day, whom it happened to suit, rather than of the political economists. El lenguaje de los economistas se prestaba a la interpretación del laissez-faire. Pero la popularidad de la doctrina debe dejarse a la puerta de los filósofos políticos de la época, a quienes resultó corresponder, más que a los economistas políticos.
The maxim laissez-nous faire is traditionally attributed to the merchant Legendre addressing Colbert some time towards the end of the seventeenth century. La máxima laissez-nous faire se atribuye tradicionalmente al comerciante Legendre, dirigiéndose a Colbert poco antes de finalizar el siglo XVII.
But there is no doubt the first writer to use the phrase, and to use it in clear association with the doctrine, is the Marquis d′Argenson about 1751. Pero no hay duda de que el primer escritor que usó la frase, y lo hizo en clara asociación con la doctrina, es el marqués de Argenson, hacia 1751
The Marquis was the first man to wax passionate on the economic advantages of governments leaving trade alone. To govern better, he said, one must govern less. (′Pour gouverner mieux, il faudrait gouverner moins.′) [El] marqués fue el primer hombre que se apasionó por las ventajas económicas de los gobiernos que dejan en libertad el comercio. Para gobernar mejor, dijo, se debe gobernar menos.
The true cause of the decline of our manufactures, he declared, is the protection we have given to them. (′On ne peut dire autant de nos fabriques: la vraie cause de leur d?in, c′est la protection outr? qu′on leur accorde.′) La verdadera causa de la decadencia de nuestras manufacturas, declaró, es la protección que les hemos dado.
′Laissez faire, telle devrait être la devise de toute puissance publique, depuis que le monde est civilisé.′ ′Détestable principe que celui de ne vouloir grandeur que par l′abaissement de nos voisins! Il n′y a que la méchanceté et la malignité du coeur de satisfaites dans ce principe, et l′intérêt y est opposé. Laissez faire, morbleu! Laissez faire!!′ "Dejad hacer, tal debiera ser la divisa de todo poder público, desde que el mundo está civilizado&". &"¡Detestable principio el de no querer grandeza más que por la decadencia de nuestros vecinos! No hay más que ruindad y malicia de corazón en los que se satisfacen con este principio, y el interés se opone a ello. ¡Dejad hacer, voto a bríos! ¡¡Dejad hacer!!&"
Here we have the economic doctrine of laissez-faire, with its most fervent expression in free trade, fully clothed. The phrases and the idea must have passed current in Paris from that time on. But they were slow to establish themselves in literature; and the tradition associating with them the physiocrats, and particularly de Gournay and Quesnay, finds little support in the writings of this school, though they were, of course, proponents of the essential harmony of social and individual interests. The phrase laissez-faire is not to be found in the works of Adam Smith, of Ricardo, or of Malthus. Even the idea is not present in a dogmatic form in any of these authors. Adam Smith, of course, was a Free Trader and an opponent of many eighteenth-century restrictions on trade. But his attitude towards the Navigation Acts and the usury laws shows that he was not dogmatic. Even his famous passage about ′the invisible hand′ reflects the philosophy which we associate with Paley rather than the economic dogma of laissez-faire. As Sidgwick and Cliff Leslie have pointed out, Adam Smith′s advocacy of the ′obvious and simple system of natural liberty′ is derived from his theistic and optimistic view of the order of the world as set forth in his Theory of Moral Sentiments, rather than any proposition of political economy proper. (Sidgwick, Principles of Political Economy, p. 20). Aquí tenemos la doctrina económica del laissez-faire, con su más ferviente expresión en el libre comercio, del todo arropada. Las frases y la idea deben haber sido corrientes en París desde entonces. Pero tardaron en consagrarse en la literatura; y la tradición que las asocia con los fisiócratas, y particularmente con Gournay y Quesnay, encuentra poco apoyo en los escritos de esta escuela, aunque ellos propusieron, por supuesto, la armonía esencial de los intereses sociales e individuales. La frase laissez-faire no se encuentra en las obras de Adam Smith, Ricardo o Malthus. Ni siquiera la idea está presente en forma dogmática en algunos de estos autores. Adam Smith, por supuesto, fue un librecambista y se opuso a muchas restricciones del comercio del siglo XVIII. Pero su actitud hacia las leyes de navegación y las leyes de usura demuestra que no era dogmático. Incluso su famoso pasaje sobre «la mano invisible» refleja la filosofía que asociamos con Paley, más que el dogma económico del laissez-faire. Como han señalado Sidgwick y Cliff Leslie, la defensa que hizo Adam Smith del &#8220;sistema obvio y sencillo de libertad natural se deduce de su punto de vista teísta y optimista sobre el orden del mundo, tal como lo expuso claramente en su Teoría de los Sentimientos Morales, más que de cualquier otra proposición de la propia economía política.
The phrase laissez-faire was, I think, first brought into popular usage in England by a well-known passage of Dr Franklin′s. (Bentham uses the expression ′laissez-nous faire′ - Works, p. 440). It is not, indeed, until we come to the later works of Bentham - who was not an economist at all - that we discover the rule of laissez-faire, in the shape in which our grandfathers knew it, adapted into the service of the Utilitarian philosophy. For example in A Manual of Political Economy, (written in 1793, a chapter published in the Biblioth?e Britannique in 1798, and the whole first printed in Bowring′s edition of this Works - 1843) he writes: ′The general rule is that nothing ought to be done or attempted by government; the motto or watchword of government, on these occasions, ought to be - Be quiet ... The request which agriculture, manufacturers, and commerce present to governments is as modest and reasonable as that which Diogenes made to Alexander: Stand out of my sunshine.′ La frase laissezfaire se introdujo, creo, en el uso popular en Inglaterra a través de un pasaje bien conocido del Dr. Franklin. En efecto, no es hasta las últimas obras de Bentham -que no fue un economista en absoluto- cuando descubrimos la regla del laissez-faire, en la forma en que la conocieron nuestros abuelos, adoptada al servicio de la filosofía utilitarista. Por ejemplo, en Manual de Economía Política, escribe: «La regla general es que el gobierno 6 6 no debe hacer ni intentar nada; la divisa o el lema del gobierno en estas ocasiones, debe ser: ¡Quieto!... La petición que la agricultura, las manufacturas y el comercio presentan a los gobiernos es tan modesta y razonable como la que hizo Diógenes a Alejandro: No me tapes el sol.
From this time on it was the political campaign for free trade, the influence of the so-called Manchester School and of the Benthamite Utilitarians, the utterances of secondary economic authorities and the education stories of Miss Martineau and Mrs Marcet, that fixed laissez-faire in the popular mind as the practical conclusion of orthodox political economy - with this great difference, that the Malthusian view of population having been accepted in the meantime by this same school of thought, the optimistic laissez-faire of the last half of the eighteenth century gives place to the pessimistic laissez-faire of the last half of the nineteenth century. Desde entonces, la campaña política a favor del librecambio, la influencia de la denominada Escuela de Manchester y de los utilitaristas benthamitas, las declaraciones de autoridades económicas secundarias y las historias educativas de la Srta. Martineau y de la Sra. Marcet, fijaron el laissezfaire en la mente popular, como conclusión práctica de la economía política ortodoxa. Con esta gran diferencia: que habiendo sido aceptada entretanto la visión malthusiana de la población por esta misma escuela de pensamiento, el optimista laissez-faire de la segunda mitad del siglo XVIII cedió su puesto al pesimista laissez-faire de la primera mitad del siglo XIX.
In Mrs Marcet′s Conversations on Political Economy (1817), Caroline stands out as long as she can in favour of controlling the expenditure of the rich. But by page 418 she has to admit defeat: En las Conversations on political economy de la Sra. Marcet (1817), Caroline se mantiene tanto como puede en favor del control de los gastos del rico. Pero en la página 418 tiene que admitir la derrota:
CAROLINE. The more I learn upon this subject, the more I feel convinced that the interests of nations, as well as those of individuals, so far from being opposed to each other, are in the most perfect unison.
MRS B. Liberal and enlarged views will always lead to similar conclusions, and teach us to cherish sentiments of universal benevolence towards each other; hence the superiority of science over mere practical knowledge.
CAROLINE. Cuanto más aprendo sobre este tema, más me siento convencida de que los intereses de las naciones, como los de los individuos, lejos de oponerse entre si, están en el más perfecto acuerdo.
SRA. B. Las opiniones liberales y amplias llevarán siempre a conclusiones similares, y nos enseñan a abrigar sentimientos de benevolencia universal hacia los demás; de aquí la superioridad de la ciencia sobre el simple conocimiento práctico.
By 1850 the Easy Lessons for the Use of Young People, by Archbishop Whately, which the Society for Promoting Christian Knowledge was distributing wholesale, do not admit even of those doubts which Mrs B. allowed Caroline occasionally to entertain. ′More harm than good is likely to be done′ the little book concludes, ′by almost any interference of Government with men′s money transactions, whether letting and leasing, or buying and selling of any kind.′ True liberty is ′that every man should be left free to dispose of his own property, his own time, and strength, and skill, in whatever way he himself may think fit, provided he does no wrong to his neighbours′. En 1850, las Easy lessons for the use of young people, del arzobispo Whately, que la Sociedad para la Promoción del Conocimiento Cristiano distribuía al por mayor, no admite ni siquiera aquellas dudas que la Sra. B. permitió ocasionalmente tener a Caroline. «Probablemente causa más daño que bien» -concluye el pequeño libro- «cualquier interferencia del Gobierno en las transacciones monetarias de los hombres, tanto si se arrienda como si se toma en arriendo, o en las compraventas de cualquier clase.» La verdadera libertad es «que a cada hombre debe dejársele en libertad de disponer de su propiedad, de su tiempo, fuerza y habilidad, en cualquier modo que él pueda pensar que le conviene, supuesto que no perjudique a sus vecinos».
In short, the dogma had got hold of the educational machine; it had become a copybook maxim. The political philosophy, which the seventeenth and eighteenth centuries had forged in order to throw down kings and prelates, had been made milk for babes, and had literally entered the nursery. En pocas palabras, el dogma se había apropiado de la máquina educativa; había llegado a ser una máxima para ser copiada. La filosofía política, que los siglos XVII y XVIII habían forjado para derribar a reyes y prelados, se había convertido en leche para bebes y había entrado literalmente en el cuarto de los niños.
Finally, in the works of Bastiat we reach the most extravagant and rhapsodical expression of the political economist′s religion. Finalmente, en las obras de Bastiat llegamos a la expresión más extravagante y poética de la religión del economista político.
In his Harmonies Éonomiques, I undertake [he says] to demonstrate the Harmony of those laws of Providence which govern human society. What makes these laws harmonious and not discordant is, that all principles, all motives, all springs of action, all interests, co-operate towards a grand final result ... And that result is, the indefinite approximation of all classes towards a level, which is always rising; in other words, the equalisation of individuals in the general amelioration.   En sus Armonías económicas, dice: Intento demostrar la Armonía de aquellas leyes de la Providencia que gobiernan la sociedad humana. Lo que hace que estas leyes sean armoniosas y no discordantes es que todos los principios, todos los motivos, todos los impulsos a la acción, todos los intereses, cooperan hacia un gran resultado final... y ese resultado es la aproximación indefinida de todas las clases hacia un nivel que siempre es creciente; en otras palabras, la igualación de los individuos en la mejora general.
And when, like other priests, he drafts his Credo, it runs as follows:  y cuando, como otros sacerdotes, traza su Credo, lo hace como sigue:
I believe that He who has arranged the material universe has not withheld His regard from the arrangements of the social world. I believe that He has combined and caused to move in harmony free agents as well as inert molecules ... I believe that the invincible social tendency is a constant approximation of men towards a common moral, intellectual, and physical level, with at the same time, a progressive and indefinite elevation of that level. I believe that all that is necessary to the gradual and peaceful development of humanity is that its tendencies should not be disturbed, nor have the liberty of their movements destroyed. Creo que Él, que ha dispuesto el universo material, no ha apartado Su mirada del orden′ del mundo social. Creo que Él ha combinado y hecho que actúen en armonía tanto los agentes libres como las moléculas inertes... Creo que la invencible tendencia social es una aproximación constante de los hombres hacia un nivel moral, intelectual y físico común, con, al mismo tiempo, una elevación progresiva e indefinida de ese nivel. Creo que todo lo que se necesita para un desarrollo gradual y pacifico de la humanidad es que sus tendencias no sean obstaculizadas y que la libertad de sus movimientos no sea destruida.
From the time of John Stuart Mill, economists of authority have been in strong reaction against all such ideas. ′Scarcely a single English economist of repute′, as Professor Cannan has expressed it, ′will join in a frontal attack upon Socialism in general,′ though, as he also adds, ′nearly every economist, whether of repute or not, is always ready to pick holes in most socialistic proposals′. (Theories of Production and Distribution, p. 494). Economists no longer have any link with the theological or political philosophies out of which the dogma of social harmony was born, and their scientific analysis leads them to no such conclusions. Desde la época de John Stuart Mill, economistas con autoridad han reaccionado fuertemente contra todas las ideas semejantes. «Apenas un solo economista inglés de reputación»-como ha expresado el profesor Cannan- «se adherirá a un ataque frontal contra el socialismo en general» -aunque, como también añade- «casi todos los economistas, con reputación o sin ella están siempre a punto de polemizar en la mayoría de propuestas socialistas». Los economistas ya no tienen ningún vínculo con las filosofías teológicas o políticas que dieron nacimiento al dogma de la armonía social, y su análisis científico les lleva a′ conclusiones diferentes.
Cairnes, in the introductory lecture on ′Political Economy and Laissez-faire′, which he delivered at University College, London, in 1870, was perhaps the first orthodox economist to deliver a frontal attack upon laissez-faire in general. ′The maxim of laissez-faire′, he declared, ′has no scientific basis whatever, but is at best a mere handy rule of practice.′ Cairnes, en la conferencia introductoria sobre «Economía política y laissez-faire, que pronunció en el University College de Londres, en 1870, fue tal vez el primer economista ortodoxo que dirigió un ataque frontal contra el laissez-faire en general. «La máxima del laissez-faire» -declaró- «no tiene base científica alguna, y a lo sumo es una simple y hábil regla práctica».
This, for fifty years past, has been the view of all leading economists. Some of the most important work of Alfred Marshall - to take one instance - was directed to the elucidation of the leading cases in which private interest and social interest are not harmonious. Nevertheless, the guarded and undogmatic attitude of the best economists has not prevailed against the general opinion that an individualistic laissez-faire is both what they ought to teach and what in fact they do teach. Esta ha sido, en los cincuenta años últimos, la opinión de todos los economistas importantes. Una parte del trabajo más importante de Alfred Marshall -por poner un ejemplo- se dedicó a la explicación de los principales casos en los que el interés privado y el interés social no estaban en armonía. Sin embargo, la actitud cauta y nada dogmática de los mejores economistas no ha prevalecido contra la opinión general de que un laissez-faire individualista es lo que ellos debieron enseñar y lo que de hecho enseñaron.






III

III

Economists, like other scientists, have chosen the hypothesis from which they set out, and which they offer to beginners because it is the simplest, and not because it is the nearest to the facts. Partly for this reason, but partly, I admit, because they have been biased by the traditions of the subject, they have begun by assuming a state of affairs where the ideal distribution of productive resources can be brought about through individuals acting independently by the method of trial and error in such a way that those individuals who move in the right direction will destroy by competition those who move in the wrong direction. This implies that there must be no mercy or protection for those who embark their capital or their labour in the wrong direction. It is a method of bringing the most successful profit-makers to the top by a ruthless struggle for survival, which selects the most efficient by the bankruptcy of the less efficient. It does not count the cost of the struggle, but looks only to the benefits of the final result which are assumed to be permanent. The object of life being to crop the leaves off the branches up to the greatest possible height, the likeliest way of achieving this end is to leave the giraffes with the longest necks to starve out those whose necks are shorter. Los economistas, como otros científicos, han escogido las hipótesis de las que parten, que ofrecen a los principiantes, porque es lo más simple y no porque es lo más próximo a los hechos. En parte por esta razón, pero en parte -lo admito porque se han visto sesgado s por las tradiciones sobre la materia, han empezado suponiendo un estado de cosas en el que la distribución ideal de los recursos productivos puede producirse a través de la actuación independiente de los individuos, mediante el método de prueba y error, de tal modo que aquellos individuos que actúan en la dirección correcta eliminarán por la competencia a aquellos que lo hacen en la dirección equivocada. Esto implica que no debe haber piedad ni protección para aquellos que embarcan su capital o su trabajo en la dirección errónea. Es un método que permite el ascenso de los que tienen más éxito en la persecución del beneficio, a través de una lucha despiadada por la supervivencia, que selecciona al más eficiente mediante la bancarrota del menos eficiente. No cuenta el coste de la lucha, sino sólo los beneficios del resultado final, que se supone son permanentes. Siendo el objeto de la vida cortar las hojas de las ramas hasta la mayor altura posible, la manera más plausible de alcanzar este fin es permitir que ¡as jirafas con el cuello más largo dejen morir de hambre a las que lo tienen más corto.
Corresponding to this method of attaining the ideal distribution of the instruments of production between different purposes, there is a similar assumption as to how to attain the distribution of what is available for consumption. In the first place, each individual will discover what amongst the possible objects of consumption he wants most by the method of trial and error ′at the margin′, and in this way not only will each consumer come to distribute his consumption most advantageously, but each object of consumption will find its way into the mouth of the consumer whose relish for it is greatest compared with that of the others, because that consumer will outbid the rest. Thus, if only we leave the giraffes to themselves, (1) the maximum quantity of leaves will be cropped because the giraffes with the longest necks will, by dint of starving out the others, get nearest to the trees; (2) each giraffe will make for the leaves which he finds most succulent amongst those in reach; and (3) the giraffes whose relish for a given leaf is greatest will crane most to reach it. In this way more and juicier leaves will be swallowed, and each individual leaf will reach the throat which thinks it deserves most effort. Concordando con este método de alcanzar la distribución ideal de los instrumentos de producción entre los diferentes fines, hay un supuesto similar sobre el modo de alcanzar la distribución ideal de lo que está disponible para el consumo. En primer lugar, cada individuo descubrirá cuál entre los objetos posibles de consumo, él desea más, por el método de prueba y error «en el margen», y de esta manera no sólo cada consumidor distribuirá su consumo más ventajosamente, sino que cada objeto de consumo encontrará su camino hacia la boca del consumidor cuya satisfacción es la mayor cuando se la compara con la de los demás, porque ese consumidor ofrecerá más que los otros. Así, si dejamos que las jirafas se comporten libremente, (1) se cortará la máxima cantidad de hojas, porque las jirafas con el cuello más largo, a fuerza de matar de hambre a las otras, se colocarán más cerca de los árboles; (2) cada jirafa tratará de tomar las hojas que le parezcan más suculentas entre las que estén a su alcance; y (3) las jirafas a las que apetezca una hoja dada más que cualquier otra, se estirarán al máximo para alcanzarla. De esta manera, más y más jugosas hojas serán engullidas, y cada hoja alcanzará la garganta que ella crea que ha acreditado un mayor esfuerzo.
This assumption, however, of conditions where unhindered natural selection leads to progress, is only one of the two provisional assumptions which, taken as literal truth, have become the twin buttresses of laissez-faire. The other one is the efficacy, and indeed the necessity, of the opportunity for unlimited private money-making as an incentive to maximum effort. Profit accrues, under laissez-faire, to the individual who, whether by skill or good fortune, is found with his productive resources in the right place at the right time. A system which allows the skilful or fortunate individual to reap the whole fruits of this conjuncture evidently offers an immense incentive to the practice of the art of being in the right place at the right time. Thus one of the most powerful of human motives, namely the love of money, is harnessed to the task of distributing economic resources in the way best calculated to increase wealth. Sin embargo, este supuesto de condiciones en las que la selección natural sin limitaciones lleva al progreso, sólo es uno de los dos supuestos provisionales que, tomados como verdad literal, se han convertido en los contrafuertes gemelos del laissezfaire. El otro es la eficacia, y ciertamente la necesidad, de la oportunidad para hacer dinero privado ilimitadamente, como un incentivo al máximo esfuerzo. En condiciones de laissez-faire aumenta el beneficio del individuo que, por habilidad o por buena fortuna, se halla con sus recursos productivos en el lugar correcto y en el tiempo apropiado. Un sistema que permite al individuo industrioso o afortunado cosechar la totalidad de los frutos de esta coyuntura ofrece evidentemente un inmenso incentivo para la práctica del arte de estar en el sitio adecuado y en el tiempo oportuno. De esta manera, uno de los motivos humanos más poderosos, es decir, él amor del dinero, se empareja con la tarea de distribuir los recursos económicos del modo mejor calculado para aumentar la riqueza.
The parallelism between economic laissez-faire and Darwinianism, already briefly noted, is now seen, as Herbert Spencer was foremost to recognise, to be very close indeed. Darwin invoked sexual love, acting through sexual selection, as an adjutant to natural selection by competition, to direct evolution along lines which should be desirable as well as effective, so the individualist invokes the love of money, acting through the pursuit of profit, as an adjutant to natural selection, to bring about the production on the greatest possible scale of what is most strongly desired as measured by exchange value. El paralelismo entre el laissez-faire económico y el darwinismo, que ya se ha advertido brevemente, se ve ahora, como Herbert Spencer fue el primero en reconocer, que es muy estrecho. Al igual que Darwin invocó el amor sexual, que actúa a través de la selección sexual, como ayuda de la selección natural mediante la competencia, para dirigir la evolución a lo largo de las líneas que serían tan deseables como efectivas, así el individualista invoca el amor del dinero, actuando a través de la persecución del beneficio, como ayuda de la selección natural; para obtener la producción en la escala más grande posible de lo que se desea con más fuerza, medido por el valor de cambio.
The beauty and the simplicity of such a theory are so great that it is easy to forget that it follows not from the actual facts, but from an incomplete hypothesis introduced for the sake of simplicity. Apart from other objections to be mentioned later, the conclusion that individuals acting independently for their own advantage will produce the greatest aggregate of wealth, depends on a variety of unreal assumptions to the effect that the processes of production and consumption are in no way organic, that there exists a sufficient foreknowledge of conditions and requirements, and that there are adequate opportunities of obtaining this foreknowledge. For economists generally reserve for a later stage of their argument the complications which arise -
(1) when the efficient units of production are large relatively to the units of consumption, (2) when overhead costs or joint costs are present, (3) when internal economies tend to the aggregation of production, (4) when the time required for adjustments is long, (5) when ignorance prevails over knowledge and (6) when monopolies and combinations interfere with equality in bargaining - they reserve, that is to say, for a later stage their analysis of the actual facts. Moreover, many of those who recognise that the simplified hypothesis does not accurately correspond to fact conclude nevertheless that it does ′represent what is ′natural′ and therefore ideal.
La belleza y la simplicidad de una teoría semejante son tan grandes que es fácil olvidar que no se deduce de los hechos, sino de una hipótesis incompleta introducida en aras de la simplicidad. Aparte de otras objeciones que se mencionarán más adelante, la conclusión de que los individuos que actúan independientemente para su propio provecho producirán el mayor agregado de riqueza depende de una variedad de supuestos irreales, en el sentido de que los procesos de producción y consumo no son de ninguna manera orgánicos, que existe un conocimiento previo suficiente de las condiciones y requisitos y de que existen oportunidades adecuadas de obtener este conocimiento. Porque los economistas, generalmente, dejan para una etapa posterior de su argumentación las complicaciones que aparecen &#8211; (1) cuando las unidades eficientes de producción son grandes en relación con las unidades de consumo, (2) cuando los gastos generales o costes comunes están presentes, (3) cuando las economías internas tienden a la agregación de la producción, (4) cuando el tiempo necesario para el ajuste es largo, (5) cuando la ignorancia prevalece sobre el conocimiento, y (6) cuando los monopolios y las concentraciones interfieren en la igualdad en la negociación-, dejan para un estadio posterior su análisis de los hechos reales. Además, muchos de aquellos que reconocen que la hipótesis simplificada no corresponde con precisión al hecho concluyen, sin embargo, que representa lo que es «natural» y, por tanto, ideal.
They regard the simplified hypothesis as health, and the further complications as disease. Consideran la hipótesis simplificada como salud, y las complicaciones adicionales como enfermedad.
Yet besides this question of fact there are other considerations, familiar enough, which rightly bring into the calculation the cost and character of the competitive struggle itself, and the tendency for wealth to be distributed where it is not appreciated most. If we have the welfare of the giraffes at heart, we must not overlook the sufferings of the shorter necks who are starved out, or the sweet leaves which fall to the ground and are trampled underfoot in the struggle, or the overfeeding of the long-necked ones, or the evil look of anxiety or struggling greediness which overcasts the mild faces of the herd. Sin embargo, además de esta cuestión de hecho, hay otras consideraciones, bastante familiares, que nos llevan directamente al cálculo del coste y del carácter de la propia lucha competitiva y la tendencia a que la ′riqueza se distribuya donde no es muy apreciada. Si nos preocupa el bienestar de las jirafas, no debemos pasar por alto los sufrimientos de los cuellos más cortos que están muertos de hambre o las dulces hojas que caen al suelo y son pisoteadas en la lucha, o el hartazgo de las que tienen el cuello largo, o el mal aspecto de ansiedad o voracidad agresiva que nubla los pacíficos rostros del rebaño.
But the principles of laissez-faire have had other allies besides economic textbooks. It must be admitted that they have been confirmed in the minds of sound thinkers and the reasonable public by the poor quality of the opponent proposals - protectionism on one hand, and Marxian socialism on the other. Yet these doctrines are both characterised, not only or chiefly by their infringing the general presumption in favour of laissez-faire, but by mere logical fallacy. Both are examples of poor thinking, of inability to analyse a process and follow it out to its conclusion. The arguments against them, though reinforced by the principle of laissez-faire, do not strictly require it. Of the two, protectionism is at least plausible, and the forces making for its popularity are nothing to wonder at. But Marxian socialism must always remain a portent to the historians of opinion - how a doctrine so illogical and so dull can have exercised so powerful and enduring an influence over the minds of men and, through them, the events of history. At any rate, the obvious scientific deficiencies of these two schools greatly contributed to the prestige and authority of nineteenth-century laissez-faire. Pero los principios del laissez-faire han tenido otros aliados, además de los manuales de economía. Debe admitirse que han sido confirmados en las mentes de pensadores profundos y del público razonable por la escasa calidad de las propuestas alternativas: el proteccionismo por un lado y el socialismo marxista por el otro. Sin embargo, estas doctrinas se caracterizan, no sólo o principalmente por infringir la presunción general en favor del laissez-faire, sino por la simple falacia lógica. Ambos son ejemplos de pobreza de Pensamiento, de incapacidad para analizar un proceso y seguido hasta su conclusión. Los argumentos contra ellos, aunque reforzados por el principio del laissezfaire, en rigor no lo necesitan. De los dos, el proteccionismo es, por lo menos, plausible, y las fuerzas que trabajan por su popularidad no son de extrañar. Pero el socialismo marxista ha de permanecer siempre como un portento para los historiadores de la opinión, cómo una doctrina tan ilógica y tan torpe puede haber ejercido de modo tan poderoso y duradero una influencia sobre las mentes de los hombres y, a través de ellas, sobre los acontecimientos de la historia. De alguna manera, las evidentes deficiencias científicas de estas dos escuelas contribuyeron grandemente al prestigio y autoridad del laissez-faire decimonónico.
Nor has the most notable divergence into centralised social action on a great scale - the conduct of the late war - encouraged reformers or dispelled old-fashioned prejudices. There is much to be said, it is true, on both sides. War experience in the organisation of socialised production has left some near observers optimistically anxious to repeat it in peace conditions. War socialism unquestionably achieved a production of wealth on a scale far greater than we ever knew in peace, for though the goods and services delivered were destined for immediate and fruitless extinction, none the less they were wealth. Nevertheless, the dissipation of effort was also prodigious, and the atmosphere of waste and not counting the cost was disgusting to any thrifty or provident spirit. Tampoco ha animado la más notable divergencia en la acción social centralizada a gran escala -el régimen de la última guerra- a los reformadores ni ha disipado los antiguos prejuicios. Hay mucho que decir, ciertamente, sobre ambos extremos. La experiencia de la guerra en la organización de la producción socializada ha dejado a algunos observadores próximos optimistamente ansiosos de repetida en condiciones de paz. El socialismo de guerra alcanzó incuestionablemente una producción de riqueza en una 10 10 escala mucho mayor de la que nosotros hayamos conocido nunca en paz, pues aunque los bienes y servicios producidos eran destinados a la extinción inmediata e inútil, no obstante eran riqueza, Sin embargo, la disipación del esfuerzo fue también prodigiosa, y la atmósfera de despilfarro y de no tener en cuenta el coste molestó a cualquier espíritu ahorrativo o providente.
Finally, individualism and laissez-faire could not, in spite of their deep roots in the political and moral philosophies of the late eighteenth and early nineteenth centuries, have secured their lasting hold over the conduct of public affairs, if it had not been for their conformity with the needs and wishes of the business world of the day. They gave full scope to our erstwhile heroes, the great business men. ′At least one-half of the best ability in the Western world,′ Marshall used to say, ′is engaged in business.′ A great part of ′the higher imagination′ of the age was thus employed. It was on the activities of these men that our hopes of progress were centred. Finalmente, el individualismo y el laissez-faire no podían, a pesar de sus profundas raíces en las filosofías políticas y morales de finales del siglo dieciocho y principios del diecinueve, haber asegurado su dominio perpetuo sobre la dirección de los asuntos públicos, si no hubiera sido por su conformidad con las necesidades y los deseos del mundo de los negocios de la época. Ellos llenaron de objeto a nuestros héroes de antaño, los grandes hombres de negocios. «Por lo menos la mitad del mejor talento en el mundo occidental» -acostumbraba a decir Marshall- «se dedica a los negocios». Una gran parte de «la imaginación más eminente» de la época estuvo empleada de este modo. Fue en las actividades de estos hombres donde estuvieron centradas nuestras esperanzas de progreso.
Men of this class (Marshall wrote in The Social Possibilities of Economic Chivalry, Economic Journal, XVII, 1907 - 9) live in constantly shifting visions, fashioned in their own brains, of various routes to their desired end; of the difficulties which Nature will oppose to them on each route, and of the contrivances by which they hope to get the better of her opposition. This imagination gains little credit with the people, because it is not allowed to run riot; its strength is disciplined by a stronger will; and its highest glory is to have attained great ends by means so simple that no one will know, and none but experts will even guess, how a dozen other expedients, each suggesting as much brilliancy to the hasty observer, were set aside in favour of it. The imagination of such a man is employed, like that of the master chess-player, in forecasting the obstacles which may be opposed to the successful issue of his far-reaching projects, and constantly rejecting brilliant suggestions because he has pictured to himself the counter-strokes to them. His strong nervous force is at the opposite extreme of human nature from that nervous irresponsibility which conceives hasty Utopian schemes, and which is rather to be compared to the bold facility of a weak player, who will speedily solve the most difficult chess problem by taking on himself to move the black men as well as the white. Los hombres de este tipo -escribió Marshall - viven experimentando constantemente visiones cambiantes, modeladas en su propio cerebro, de los diferentes medios que pueden conducir1es al fin deseado; de las dificultades que la naturaleza pone en cada camino y de las estratagemas con que piensan que podrán vencer1as. Este esfuerzo imaginativo no es apreciado por el público, ya que no puede mostrarse exteriormente; su potencialidad está disciplinada por una fuerte voluntad; y su mayor gloria consiste en haber logrado grandes fines por medios tan sencillos que nadie llegue a saber, y sólo los expertos puedan adivinar, cuántos otros procedimientos, todos ellos más atractivos y brillantes para un observador precipitado, ha sido necesario descartar a favor del elegido. La imaginación de un hombre de este tipo se emplea: igual que la de un ajedrecista, en adivinar los obstáculos que pueden oponerse al desarrollo normal de sus ambiciosos planes y en desechar constantemente las jugadas brillantes por imaginarse las reacciones del adversario contra las mismas. La gran resistencia de su sistema nervioso figura al extremo opuesto, en la escala de la naturaleza humana, de la nerviosa irresponsabilidad de quienes conciban precipitadamente proyectos utópicos. Éstos pueden ser comparados a los malos ajedrecistas, quienes con fácil osadía resuelven rápidamente los problemas más difici1es moviendo ellos mismos todas las piezas, tanto las blancas como las negras.
This is a fine picture of the great captain of industry, the master-individualist, who serves us in serving himself, just, as any other artist does. Yet this one, in his turn, is becoming a tarnished idol. We grow more doubtful whether it is he who will lead us into paradise by the hand.  Ésta es una excelente pintura del gran capitán de industria, del maestro del individualismo, que nos sirve al propio tiempo que se sirve a sí mismo, justamente como lo hace cualquier otro artista. Sin embargo, éste, a su vez, se está convirtiendo en un ídolo deslucido. Cada vez dudamos más de que sea él quien nos conduce de la mano al paraíso.
These many elements have contributed to the current intellectual bias, the mental make-up, the orthodoxy of the day. The compelling force of many of the original reasons has disappeared but, as usual, the vitality of the conclusions outlasts them. To suggest social action for the public good to the City of London is like discussing the Origin of Species with a bishop sixty years ago. The first reaction is not intellectual, but moral. An orthodoxy is in question, and the more persuasive the arguments the graver the offence. Nevertheless, venturing into the den of the lethargic monster, at any rate I have traced his claims and pedigree so as to show that he has ruled over us rather by hereditary right than by personal merit. Todos estos elementos han contribuido a la tendencia intelectual corriente, al maquillaje mental, a la ortodoxia de la época. La fuerza de muchas de las razones originales ha desaparecido, pero, como de costumbre, la vitalidad de las conclusiones las sobrevive. Sugerir una acción social en favor del bien público de la ciudad de Londres es como discutir el Origen de las especies con un obispo de hace sesenta años. La primera reacción no es intelectual, sino moral. Una ortodoxia está en cuestión, y cuanto más persuasivos sean los argumentos, tanto más grave será la ofensa. Sin embargo, aventurándome en la cueva del monstruo aletargado, por lo menos he rastreado sus quejas y genealogía, de manera que demuestre que nos ha gobernado más por derecho hereditario que por mérito personal.






IV

IV

Let us clear from the ground the metaphysical or general principles upon which, from time to time, laissez-faire has been founded. It is not true that individuals possess a prescriptive ′natural liberty′ in their economic activities. There is no ′compact′ conferring perpetual rights on those who Have or on those who Acquire. The world is not so governed from above that private and social interest always coincide. It is not so managed here below that in practice they coincide. It is not a correct deduction from the principles of economics that enlightened self-interest always operates in the public interest. Nor is it true that self-interest generally is enlightened; more often individuals acting separately to promote their own ends are too ignorant or too weak to attain even these. Experience does not show that individuals, when they make up a social unit, are always less clear-sighted than when they act separately. Eliminemos los principios metafísicos o generales sobre los que, de cuando en cuando, se ha fundamentado el laissez-faire. No es verdad que los individuos tengan una «libertad natural» sancionada por la costumbre de sus actividades económicas. No existe un «convenio» que confiera derechos perpetuos sobre aquellos que tienen o sobre aquellos que adquieren. El mundo no se gobierna desde arriba, de manera que no siempre coinciden el interés privado y el social. No es dirigido aquí abajo de manera que coincidan en la práctica. No es una deducción correcta de los principios de la economía que el interés propio ilustrado produzca siempre el interés público. Ni es verdad que el interés propio sea generalmente ilustrado, más a menudo, los individuos que actúan por separado persiguiendo sus propios fines son demasiado ignorantes o demasiado débiles incluso para alcanzar éstos. La experiencia no demuestra que los individuos, cuando forman una unidad social, sean siempre menos clarividente s que cuando actúan por separado.
We cannot therefore settle on abstract grounds, but must handle on its merits in detail what Burke termed ′one of the finest problems in legislation, namely, to determine what the State ought to take upon itself to direct by the public wisdom, and what it ought to leave, with as little interference as possible, to individual exertion.′ (Quoted by McCulloch in his Principles of Political Economy). We have to discriminate between what Bentham, in his forgotten but useful nomenclature, used to term Agenda and Non-Agenda, and to do this without Bentham′s prior presumption that interference is, at the same time, ′generally needless′ and ′generally pernicious.′ (Bentham′s Manual of Political Economy, published posthumously, in Bowring′s edition - 1843). Perhaps the chief task of economists at this hour is to distinguish afresh the Agenda of government from the Non-Agenda; and the companion task of politics is to devise forms of government within a democracy which shall be capable of accomplishing the Agenda. I will illustrate what I have in mind by two examples. Por lo tanto, no podemos establecer sobre fundamentos abstractos, sino que debemos tratar en sus méritos en detalle, lo que Burke denominaba «uno de los problemas más delicados en legislación, es decir, determinar lo que el Estado debe asumir para dirigir por la sabiduría pública, y lo que debe dejar, con tan poca interferencia como sea posible, al esfuerzo individual». Hemos de distinguir ante lo que Bentham, en su olvidada pero útil nomenclatura, acostumbraba a denominar Agenda y No-Agenda. Y hacer esto sin la presunción previa de Bentham de que la interferencia es, al mismo tiempo, «generalmente inútil» y «generalmente perniciosa».Tal vez la principal tarea de los economistas en esta hora sea distinguir de nuevo la Agenda del gobierno de la No- Agenda; y la tarea pareja de los políticos sea ingeniar formas de gobierno dentro de una democracia que sean capaces de cumplir la Agenda. Ilustraré lo que pienso mediante dos ejemplos.
(1) I believe that in many cases the ideal size for the unit of control and organisation lies somewhere between the individual and the modern State. I suggest, therefore, that progress lies in the growth and the recognition of semi-autonomous bodies within the State - bodies whose criterion of action within their own field is solely the public good as they understand it, and from whose deliberations motives of private advantage are excluded, though some place it may still be necessary to leave, until the ambit of men′s altruism grows wider, to the separate advantage of particular groups, classes, or faculties - bodies which in the ordinary course of affairs are mainly autonomous within their prescribed limitations, but are subject in the last resort to the sovereignty of the democracy expressed through Parliament. (1) Creo que, en muchos casos, la medida ideal para la unidad de control y organización está situada en algún punto entre el individuo y el Estado moderno. Sugiero, por tanto, que el progreso radica en el aumento del reconocimiento de los cuerpos semiautónomos dentro del Estado -cuerpos cuyo criterio de acción dentro de su propio campo es únicamente el bien público tal como ellos lo entienden, y de los cuales están excluidos los motivos de reflexión de interés privado; aunque todavía pueda ser necesario dejarles algún lugar, hasta que el ámbito del altruismo de los hombres se amplíe al interés de grupos particulares, clases o facultades-, cuerpos que en el curso ordinario de los negocios son principalmente autónomos dentro de sus limitaciones prescritas, pero que están sujetos en último término a la soberanía de la democracia expresada a través del Parlamento.
I propose a return, it may be said, towards medieval conceptions of separate autonomies. But, in England at any rate, corporations are a mode of government which has never ceased to be important and is sympathetic to our institutions. It is easy to give examples, from what already exists, of separate autonomies which have attained or are approaching the mode I designate - the universities, the Bank of England, the Port of London Authority, even perhaps the railway companies. In Germany there are doubtless analogous instances. Propongo una vuelta, si así puede decirse, hacia las concepciones medievales de autonomías separadas. Pero, al menos en Inglaterra, las corporaciones son un modo de gobierno que jamás ha dejado de ser importante y es consustancial a nuestras instituciones. Es fácil dar ejemplos de lo que ya existe, de autonomías separadas que han tomado la modalidad que he dicho o se están acercando a ella: las universidades, el Banco de Inglaterra, el Puerto de Londres, incluso tal vez las compañías de ferrocarril. En Alemania hay, sin duda, instancias análogas.
But more interesting than these is the trend of joint stock institutions, when they have reached a certain age and size, to approximate to the status of public corporations rather than that of individualistic private enterprise. One of the most interesting and unnoticed developments of recent decades has been the tendency of big enterprise to socialise itself. A point arrives in the growth of a big institution - particularly a big railway or big public utility enterprise, but also a big bank or a big insurance company - at which the owners of the capital, i.e. its shareholders, are almost entirely dissociated from the management, with the result that the direct personal interest of the latter in the making of great profit becomes quite secondary. When this stage is reached, the general stability and reputation of the institution are the more considered by the management than the maximum of profit for the shareholders. The shareholders must be satisfied by conventionally adequate dividends; but once this is secured, the direct interest of the management often consists in avoiding criticism from the public and from the customers of the concern. This is particularly the case if their great size or semi-monopolistic position renders them conspicuous in the public eye and vulnerable to public attack. The extreme instance, perhaps, of this tendency in the case of an institution, theoretically the unrestricted property of private persons, is the Bank of England. It is almost true to say that there is no class of persons in the kingdom of whom the Governor of the Bank of England thinks less when he decides on his policy than of his shareholders. Their rights, in excess of their conventional dividend, have already sunk to the neighbourhood of zero. But the same thing is partly true of many other big institutions. They are, as time goes on, socialising themselves. Pero más interesantes que éstas es la tendencia de las instituciones capitalistas, cuando han alcanzado una cierta edad y tamaño, a aproximarse al status de las corporaciones públicas más que al de la empresa privada individualista. Uno de los desarrollos más interesantes e inadvertido s de las recientes décadas ha sido la tendencia de la gran empresa a socializarse. En el crecimiento de una gran institución -particularmente un gran ferrocarril o una gran empresa de utilidad pública, pero también un gran banco o una gran compañía de seguros- se llega a un punto en el que los propietarios del capital, es decir, los accionistas, están casi enteramente disociados de la dirección, con el resultado de que el interés personal directo de la última en la persecución del mayor beneficio viene a ser completamente secundario. Cuando se alcanza este estadio, la estabilidad general y el prestigio de la institución son más tenidos en cuenta por la dirección que el beneficio máximo por los accionistas. A éstos debe bastarles con percibir dividendos convencionalmente adecuados; pero una vez que esto queda asegurado, el interés directo de la dirección consiste a menudo en evitar las críticas del público y de los clientes de la empresa. Éste es particularmente el caso si su gran tamaño o su posición semimonopolista atraen la atención del público y la hacen vulnerable a los ataques de éste. Tal vez el ejemplo extremo de esta tendencia en el caso de una institución, teóricamente la propiedad sin limitaciones de personas privadas, sea el Banco de Inglaterra. Es casi cierto decir que no hay ninguna clase de personas en el reino en quienes ′menos piense el gobernador del Banco de Inglaterra, cuando decide sobre su política, que en sus accionistas. Sus derechos, más allá de su dividendo convencional, se han hundido en las proximidades del cero. Pero lo propio es particularmente cierto en muchas otras grandes instituciones. A medida que pasa el tiempo, están socializándose por sí mismas.
Not that this is unmixed gain. The same causes promote conservatism and a waning of enterprise. In fact, we already have in these cases many of the faults as well as the advantages of State Socialism. Nevertheless, we see here, I think, a natural line of evolution. The battle of Socialism against unlimited private profit is being won in detail hour by hour. In these particular fields - it remains acute elsewhere - this is no longer the pressing problem. There is, for instance, no so-called important political question so really unimportant, so irrelevant to the reorganisation of the economic life of Great Britain, as the nationalisation of the railways. No se trata de una ganancia pura. Las mismas causas promueven el conservadurismo y la decadencia de la empresa. De hecho, ya tenemos en estos casos muchos de los defectos, así como de las ventajas, del socialismo de Estado. Sin embargo, aquí vemos, creo, una línea natural de evolución. La batalla del socialismo contra el beneficio privado ilimitado está siendo ganada en detalle, hora por hora. En estos campos particulares -continúa siendo agudo en otras partes- éste no es ya el problema apremiante. No hay, por ejemplo, ninguna cuestión política de las que se consideran importantes que sea tan realmente intrascendente, tan irrelevante para la reorganización de la vida económica de la Gran Bretaña, como la nacionalización de los ferrocarriles.
It is true that many big undertakings, particularly public utility enterprises and other business requiring a large fixed capital, still need to be semi-socialised. But we must keep our minds flexible regarding the forms of this semi-socialism. We must take full advantage of the natural tendencies of the day, and we must probably prefer semi-autonomous corporations to organs of the central government for which ministers of State are directly responsible. Es verdad que muchas grandes empresas, particularmente empresas de servicios públicos y otras, requieren un gran capital fijo, incluso necesitan estar semisocializadas. Pero debemos ser flexibles al contemplar las formas de este semisocialismo. Debemos aprovechar por completo las tendencias naturales de la época, y probablemente debemos preferir corporaciones semiautónomas a órganos del gobierno central de los que son directamente responsables los ministros del Estado.
I criticise doctrinaire State Socialism, not because it seeks to engage men′s altruistic impulses in the service of society, or because it departs from laissez-faire, or because it takes away from man′s natural liberty to make a million, or because it has courage for bold experiments. All these things I applaude. I criticise it because it misses the significance of what is actually happening; because it is, in fact, little better than a dusty survival of a plan to meet the problems of fifty years ago, based on a misunderstanding of what someone said a hundred years ago. Nineteenth-century State Socialism sprang from Bentham, free competition, etc., and is in some respects a clearer, in some respects a more muddled version of just the same philosophy as underlies nineteenth-century individualism. Both equally laid all their stress on freedom, the one negatively to avoid limitations on existing freedom, the other positively to destroy natural or acquired monopolies. They are different reactions to the same intellectual atmosphere. Critico el socialismo de Estado doctrinario, no porque aspire a poner los impulsos altruistas de los hombres al servicio de la sociedad, o porque parta del laissez-faire, o porque reduzca la libertad natural del hombre para conquistar el mundo, o porque tenga valor para realizar experimentos audaces. Aplaudo todas estas cosas. Lo critico porque pierde la significación de lo que está ocurriendo realmente; porque, de hecho, es poco más que una reliquia cubierta de polvo de un plan para afrontar los problemas de hace cincuenta años, basado en una comprensión equivocada de lo que alguien dijo hace cien años. El socialismo de Estado del siglo XIX procede de Bentham, la libre competencia, etc., y es una versión, en algunos aspectos más clara y en otros más confusa, de la misma filosofía en la que se basa el individualismo decimonónico. Ambos ponen igualmente todo su énfasis en la libertad, el uno negativamente para evitar las limitaciones de la libertad existente, el otro positivamente para destruir los monopolios naturales o adquiridos. Son reacciones diferentes a la misma atmósfera intelectual.
(2) I come next to a criterion of Agenda which is particularly relevant to what it is urgent and desirable to do in the near future. We must aim at separating those services which are technically social from those which are technically individual. The most important Agenda of the State relate not to those activities which private individuals are already fulfilling, but to those functions which fall outside the sphere of the individual, to those decisions which are made by no one if the State does not make them. The important thing for government is not to do things which individuals are doing already, and to do them a little better or a little worse; but to do those things which at present are not done at all. (2) A continuación llegamos a un criterio de la Agenda que es particularmente relevante en relación con lo que es urgente y deseable hacer en el próximo futuro. Debemos tender a separar aquellos servicios que son técnicamente sociales de aquellos que son técnicamente individuales. La Agenda del Estado más importante no se refiere a aquellas actividades que los individuos privados ya están desarrollando, sino a aquellas funciones que caen fuera de la esfera del individuo, aquellas decisiones que nadie toma si el Estado no lo hace. Lo importante para el gobierno no es hacer cosas que ya están haciendo los individuos, y hacerlas un poco mejor o un poco peor, sino hacer aquellas cosas que en la actualidad no se hacen en absoluto.
It is not within the scope of my purpose on this occasion to develop practical policies. I limit myself, therefore, to naming some instances of what I mean from amongst those problems about which I happen to have thought most. No es mi propósito en esta ocasión desarrollar políticas prácticas. Por tanto, me limito a enumerar algunos ejemplos de lo que quiero decir, entre aquellos problemas sobre los que he reflexionado más.
Many of the greatest economic evils of our time are the fruits of risk, uncertainty, and ignorance. It is because particular individuals, fortunate in situation or in abilities, are able to take advantage of uncertainty and ignorance, and also because for the same reason big business is often a lottery, that great inequalities of wealth come about; and these same factors are also the cause of the unemployment of labour, or the disappointment of reasonable business expectations, and of the impairment of efficiency and production. Yet the cure lies outside the operations of individuals; it may even be to the interest of individuals to aggravate the disease. I believe that the cure for these things is partly to be sought in the deliberate control of the currency and of credit by a central institution, and partly in the collection and dissemination on a great scale of data relating to the business situation, including the full publicity, by law if necessary, of all business facts which it is useful to know. These measures would involve society in exercising directive intelligence through some appropriate organ of action over many of the inner intricacies of private business, yet it would leave private initiative and enterprise unhindered. Even if these measures prove insufficient, nevertheless, they will furnish us with better knowledge than we have now for taking the next step. Muchos de los mayores males económicos de nuestro tiempo son la consecuencia del riesgo, la incertidumbre y la ignorancia. Ello es así porque los individuos particulares, afortunados en situación o capacidad, pueden aprovecharse de la incertidumbre y de la ignorancia, y también porque por la misma razón los grandes negocios son a menudo una lotería, existen grandes desigualdades de riqueza; y estos mismos factores son también la causa del desempleo del trabajo, o de la frustración de expectativas razonables de negocio, y del deterioro de la eficiencia y de la producción. Sin embargo, el remedio no está al alcance de la acción de los individuos; incluso puede que convenga a sus intereses agravar la enfermedad. Creo que el remedio para estas cosas ha de buscarse en parte en el control deliberado del dinero y del crédito por medio de una institución central, y en parte en la recogida y publicación en gran escala de datos relativos a la situación económica, incluyendo la publicidad completa, si es necesario por ley, de todos los hechos económicos que sea útil conocer. Estas medidas involucrarían a la sociedad en el ejercicio de la inteligencia directiva a través de algún órgano de acción apropiado sobre muchos de los enredos internos de los negocios privados, aunque dejarían en libertad la iniciativa y la empresa privadas. Aun suponiendo que estas medidas se mostraran insuficientes, nos proporcionarían un mejor conocimiento del que tenemos ahora para dar el siguiente paso.
My second example relates to savings and investment. I believe that some coordinated act of intelligent judgement is required as to the scale on which it is desirable that the community as a whole should save, the scale on which these savings should go abroad in the form of foreign investments, and whether the present organisation of the investment market distributes savings along the most nationally productive channels. I do not think that these matters should be left entirely to the chances of private judgement and private profits, as they are at present. Mi segundo ejemplo se refiere a los ahorros y a la inversión. Creo que hace falta alguna acción coordinada de juicio inteligente en la medida en que es deseable que la comunidad como un todo ahorre, en la medida en que estos ahorros vayan al exterior en forma de inversiones extranjeras, y si la organización actual del mercado de inversión distribuye los ahorros por los canales más productivos para el país. No creo que estos asuntos tengan que dejarse enteramente al arbitrio de la opinión y de los beneficios privados, como ahora.
My third example concerns population. The time has already come when each country needs a considered national policy about what size of population, whether larger or smaller than at present or the same, is most expedient. And having settled this policy, we must take steps to carry it into operation. The time may arrive a little later when the community as a whole must pay attention to the innate quality as well as to the mere numbers of its future members. Mi tercer ejemplo se refiere a la población. Ya ha llegado el momento en que cada país necesita una política nacional meditada sobre qué tamaño de la población, mayor, igualo menor que el actual, es más conveniente. Y habiendo establecido esta política, debemos tomar las providencias para desarrollada. Puede llegar el tiempo, un poco más adelante, en que la comunidad como un todo deba prestar atención tanto a la cualidad innata como a las simples cifras de sus futuros miembros.






V

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These reflections have been directed towards possible improvements in the technique of modern capitalism by the agency of collective action. There is nothing in them which is seriously incompatible with what seems to me to be the essential characteristic of capitalism, namely the dependence upon an intense appeal to the money-making and money-loving instincts of individuals as the main motive force of the economic machine. Nor must I, so near to my end, stray towards other fields. Nevertheless, I may do well to remind you, in conclusion, that the fiercest contests and the most deeply felt divisions of opinion are likely to be waged in the coming years not round technical questions, where the arguments on either side are mainly economic, but round those which, for want of better words, may be called psychological or, perhaps, moral. Estas reflexiones se han dirigido hacia las mejoras posibles en la técnica del capitalismo moderno por medio de la agencia de la acción colectiva. No hay nada en ellas seriamente incompatible con lo que me parece es la característica esencial del capitalismo, es decir, la dependencia de un intenso atractivo por hacer dinero y por los instintos de amor al dinero de los individuos como principal estímulo de la máquina económica, Ni debo desviarme, tan cerca del final, hacia otros campos. Sin embargo, hago bien en recordarles, en conclusión, que las discusiones más vehementes y las divisiones de opinión más profundamente sentidas se producirán probablemente en los próximos años, no en torno a cuestiones técnicas, en las que los argumentos por ambas partes son principalmente económicos, sino en torno a aquellas que, a falta de mejores palabras, pueden denominarse psicológicas o, tal vez, morales.
In Europe, or at least in some parts of Europe - but not, I think, in the United States of America - there is a latent reaction, somewhat widespread, against basing society to the extent that we do upon fostering, encouraging, and protecting the money-motives of individuals. A preference for arranging our affairs in such a way as to appeal to the money-motive as little as possible, rather than as much as possible, need not be entirely a priori, but may be based on the comparison of experiences. Different persons, according to their choice of profession, find the money-motive playing a large or a small part in their daily lives, and historians can tell us about other phases of social organisation in which this motive has played a much smaller part than it does now. Most religions and most philosophies deprecate, to say the least of it, a way of life mainly influenced by considerations of personal money profit. On the other hand, most men today reject ascetic notions and do not doubt the real advantages of wealth. Moreover, it seems obvious to them that one cannot do without the money-motive, and that, apart from certain admitted abuses, it does its job well. In the result the average man averts his attention from the problem, and has no clear idea what he really thinks and feels about the whole confounded matter. En Europa, o al menos en algunas partes de Europa -pero no, pienso, en los Estados Unidos de América- existe una reacción latente, algo difusa, en contra de fundamentar la sociedad, en la medida en que lo hacemos, en alimentar, animar y proteger los motivos monetarios de los individuos. Una preferencia por organizar nuestros asuntos de tal manera que el motivo monetario fuera lo más pequeño posible, en lugar de ser lo mayor posible, no necesita ser enteramente a priori, sino que puede basarse en la comparación de experiencias. Diferentes personas, de acuerdo con su elección de profesión, ven que el motivo monetario juega un papel mayor o menor en su vida diaria, y los historiadores pueden hablamos sobre otras fases de la organización social en las que este motivo ha jugado un papel mucho menor que en la actualidad. La mayoría de religiones y la mayoría de filosofías critican, por decido de un modo discreto, un modo de vida que esté influido principalmente por consideraciones de beneficio monetario personal. Por otra parte, la mayoría de los hombres de hoy rechazan las nociones ascéticas y no dudan de las ventajas reales de la riqueza. Además, les parece obvio que uno no pueda prescindir del motivo monetario y que, aparte de ciertos abusos admitidos, éste juega bien su papel. En resumen, el hombre medio desvía su atención del problema y no tiene una idea clara de lo que realmente piensa y siente sobre toda esta confusa cuestión,
Confusion of thought and feeling leads to confusion of speech. Many people, who are really objecting to capitalism as a way of life, argue as though they were objecting to it on the ground of its inefficiency in attaining its own objects. Contrariwise, devotees of capitalism are often unduly conservative, and reject reforms in its technique, which might really strengthen and preserve it, for fear that they may prove to be first steps away from capitalism itself. Nevertheless, a time may be coming when we shall get clearer than at present as to when we are talking about capitalism as an efficient or inefficient technique, and when we are talking about it as desirable or objectionable in itself. For my part I think that capitalism, wisely managed, can probably be made more efficient for attaining economic ends than any alternative system yet in sight, but that in itself it is in many ways extremely objectionable. Our problem is to work out a social organisation which shall be as efficient as possible without offending our notions of a satisfactory way of life. La confusión del pensamiento y del sentimiento lleva a la confusión del lenguaje, Mucha gente, que está realmente criticando al capitalismo como modo de vida, argumenta como si lo estuviera haciendo sobre la base de su ineficiencia para alcanzar sus propios objetivos, Por el contrario, los devotos del capitalismo son a menudo indebidamente conservadores, y rechazan las reformas de su técnica, que podrían 15 15 realmente reforzado y conservado por miedo de que puedan resultar ser los primeros pasos hacia fuera del propio capitalismo. Sin embargo, puede llegar un día en el que veamos más claro que ahora cuándo estamos hablando del capitalismo como una técnica eficiente o ineficiente, y cuándo estamos hablando de él como algo deseable o cuestionable en sí mismo. Por mi parte, pienso que el capitalismo, dirigido con sensatez, puede probablemente hacerse más eficiente para alcanzar fines económicos que cualquier sistema alternativo a la vista, pero que en sí mismo es en muchos sentidos extremadamente cuestionable. Nuestro problema es construir una organización social que sea lo más eficiente posible sin contrariar nuestra idea de un modo de vida satisfactorio.
The next step forward must come, not from political agitation or premature experiments, but from thought. We need by an effort of the mind to elucidate our own feelings. At present our sympathy and our judgement are liable to be on different sides, which is a painful and paralysing state of mind. In the field of action reformers will not be successful until they can steadily pursue a clear and definite object with their intellects and their feelings in tune. There is no party in the world at present which appears to me to be pursuing right aims by right methods. Material poverty provides the incentive to change very little margin for experiments. Material prosperity removes the incentive just when it might be safe to take a chance. Europe lacks the means, America the will, to make a move. We need a new set of convictions which spring naturally from a candid examination of our own inner feelings in relation to the outside facts. El siguiente paso adelante debe venir, no de la agitación política o de los experimentos prematuros, sino del pensamiento. Necesitamos aclarar nuestros propios sentimientos mediante un esfuerzo de la mente. En la actualidad, nuestra simpatía y nuestra opinión propenden a estar en lados diferentes, lo que constituye un estado mental angustiado y paralizante. En el campo de la acción, los reformadores no tendrán éxito hasta que puedan perseguir firmemente un objetivo claro y definido, con sus inteligencias y sentimientos en sintonía. No hay ningún partido en el mundo, en el momento actual, que me parezca estar persiguiendo objetivos correctos por medio de métodos correctos. La pobreza material proporciona el incentivo para cambiar precisamente en situaciones en las que hay muy poco margen para la experimentación. La prosperidad material suprime el incentivo precisamente cuando no sería arriesgado probar suerte. Europa carece de medios, América de la voluntad, para dar algún paso. Necesitamos una nueva serie de convicciones que broten naturalmente de un sincero examen de nuestros propios sentimientos íntimos en relación con los hechos exteriores.