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Washington Irving

Tales of the Alhambra


Panorama from the Tower of Comares

Panorama desde la Torre de Comares

IT IS A serene and beautiful morning: the sun has not gained sufficient power to destroy the freshness of the night. What a morning to mount to the summit of the Tower of Comares, and take a bird’s-eye view of Granada and its environs!  Hace una mañana serena y hermosa; el sol no tiene la fuerza suficiente para disipar el fresco de la noche. ¡Deliciosa mañana para subir a lo alta de la torre de Comares y contemplar, a vista de pájaro, el panorama de Granada y sus cercanías!
Come then, worthy reader and comrade, follow my steps into this vestibule, ornamented with rich tracery, which opens into the Hall of Ambassadors. We will not enter the hall, however, but turn to this small door opening into the wall. Have a care! here are steep winding steps and but scanty light; yet up this narrow, obscure, and spiral staircase, the proud monarchs of Granada and their queens have often ascended to the battlements to watch the approach of invading armies, or gaze with anxious hearts on the battles in the Vega.  Ven, pues, lector amigo; sigue mis pasos en este vestíbulo, ornado de rica tracería, que da al salón de Embajadores. No entraremos en él, sino por esta puertecita abierta en el muro. ¡Cuidado! Hay aquí una escalera de caracol y la luz es escasa; a pesar de su estrechez y oscuridad, por ella subieron con frecuencia hasta los adarves los altivos monarcas de Granada y sus reinas, para vigilar la aproximación de los ejércitos invasores o contemplar con inquietud las batallas de la vega.
At length we have reached the terraced roof, and may take breath for a moment, while we cast a general eye over the splendid panorama of city and country; of rocky mountain, verdant valley, and fertile plain; of castle, cathedral, Moorish towers, and Gothic domes, crumbling ruins, and blooming groves. Let us approach the battlements, and cast our eyes immediately below. See, on this side we have the whole plain of the Alhambra laid open to us, and can look down into its courts and gardens. At the foot of the tower is the Court of the Alberca, with its great tank or fishpool, bordered with flowers; and yonder is the Court of Lions, with its famous fountain, and its light Moorish arcades; and in the centre of the pile is the little garden of Lindaraxa, buried in the heart of the building, with its roses and citrons, and shrubbery of emerald green.  Hemos alcanzado, al fin, la terraza; respiremos un momento, mientras dirigimos una amplia mirada sobre el espléndido panorama de la ciudad y el campo: las rocosas montañas, el verdeante valle y la fértil llanura; el castillo, la Catedral, las torres moras, las cresterías góticas, las desmoronadas ruinas y la fresca arboleda. Aproximémonos a las almenas y dirijamos nuestra vista a lo que hay debajo. Mira: por este lado, toda la llanura de la Alhambra abierta ante nosotros, nos permite divisar sus patios y jardines. Al pie de la torre esta el patio de la Alberca, con su gran depósito o estanque rodeado de flores; allá, el patio de los Leones .con su famosa fuente y sus ligeras arcadas moras; y en el centro de la maciza mole, el pequeño jardín de Lindaraja, enterrado en el corazón del edificio, con sus rosas y limoneros y su maleza de verde esmeralda.
That belt of battlements, studded with square towers straggling round the whole brow of the hill, is the outer boundary of the fortress. Some of the towers, you may perceive, are in ruins, and their massive fragments buried among vines, fig-trees and aloes.  H Aquel cinturón de murallas, tachonado de torres cuadradas, que rodea la cumbre de la colina, es el límite exterior de la fortaleza. Algunas de sus torres, como puedes ver, están en ruinas, y sus macizos restos sepultados entre cepas, higueras y áloes.
Let us look on this northern side of the tower. It is a giddy height; the very foundations of the tower rise above the groves of the steep hill-side. And see I a long fissure in the massive walls, shows that the tower has been rent by some of the earthquakes, which from time to time have thrown Granada into consternation; and which, sooner or later, must reduce this crumbling pile to a mere mass of ruin. The deep narrow glen below us, which gradually widens as it opens from the mountains, is the valley of the Darro; you see the little river winding its way under imbowered terraces, and among orchards and flower-gardens. It is a stream famous in old times for yielding gold, and its sands are still sifted occasionally, in search of the precious ore. Some of those white pavilions, which here and there gleam from among groves and vineyards, were rustic retreats of the Moors, to enjoy the refreshment of their gardens. Well have they been compared by one of their poets to so many pearls set in a bed of emeralds.  Miremos por el lado norte de la torre. Tiene tal altura que produce vértigo; sus mismos cimientos se alzan por encima de los árboles que cubren la empinada ladera. ¡Mira! Una larga grieta en los gruesos muros indica que la torre se ha cuarteado con alguno de los terremotos que, de cuando en cuando, sumieron a Granada en la consternación y que más pronto o más tarde reducirán a un montón de ruinas este edificio que ya presenta señales de desmoronamiento. La profunda y estrecha hondonada que bajo nosotros se ensancha lentamente al salir de las montañas, es el valle del Darro; contempla el riachuelo que hace recodos en su cauce, bajo las terrazas cubiertas de enramado y entre huertos y jardines. En otro tiempo fue famoso río que arrastraba oro entre sus arenas, y todavía se ciernen éstas, a veces, en busca del preciado metal. Algunos de aquellos blancos pabellones que acá y allá brillan entre las arboledas y viñedos, fueron rústicos retiros de los moros, en donde gozaban del fresco de sus jardines. Con razón ha sido comparado por uno de sus poetas con las perlas incrustadas en un lecho de esmeraldas.
The airy palace, with its tall white towers and long arcades, which breasts yon mountain, among pompous groves and hanging gardens, is the Generalife, a summer palace of the Moorish kings, to which they resorted during the sultry months to enjoy a still more breezy region than that of the Alhambra. The naked summit of the height above it, where you behold some shapeless ruins, is the Silla del Moro, or Seat of the Moor, so called from having been a retreat of the unfortunate Boabdil during the time of an insurrection, where he seated himself, and looked down mournfully upon his rebellious city.  El aéreo palacio, con sus altas torres blancas y largas galerías, que se alza en aquella colina, entre una frondosa arboleda y jardines colgantes, es el Generalife, residencia de verano de los reyes moros, donde se refugiaban en los meses de bochorno para disfrutar de un paraje más aireado aún que el de la Alhambra. La desnuda cumbre de aquel cerro que hay encima de él, donde puedes observar unas informes ruinas, es la Silla del Moro, llamada así por haber sido refugio del infortunado Boabdil durante una insurrección, y donde se sentó a contemplar tristemente su rebelde ciudad.
A murmuring sound of water now and then rises from the valley. It is from the aqueduct of yon Moorish mill, nearly at the foot of the hill. The avenue of trees beyond is the Alameda, along the bank of the Darro, a favorite resort in evenings, and a rendezvous of lovers in the summer nights, when the guitar may be heard at a late hour from the benches along its walks. At present you see none but a few loitering monks there, and a group of water-carriers. The latter are burdened with water jars of ancient Oriental construction, such as were used by the Moors. They have been filled at the cold and limpid spring called the fountain of Avellanos. Yon mountain path leads to the fountain, a favorite resort of Moslems as well as Christians; for this is said to be the Adinamar (Aynu-l-adamar), the “Fountain of Tears, ” mentioned by Ibn Batuta the traveller, and celebrated in the histories and romances of the Moors.  Un suave murmullo de agua sube a cada momento desde el valle. Procede del acueducto de aquel molino moro, casi al pie de la colina. La avenida de árboles que se divisa más allá es la Alameda, situada a orillas del Darro, punto predilecto de reunión por la tarde y lugar de cita de los enamorados en las noches de verano, cuando se puede escuchar a horas avanzadas el rasgueo de una guitarra, que llega desde los bancos repartidos a lo largo del paseo. Ahora sólo verás en ella unos pocos frailes que pasean ociosos y un grupo de aguadores que vienen cargados con cántaros de agua de antigua estructura oriental, tal como fueron usadas por los moros. Las han llenado en el fresco y límpido manantial llamado la fuente del Avellano. Aquella vereda del monte conduce a esa fontana, paraje predilecto de musulmanes y cristianos. Se dice que era la Adinamar (Aynu-l-adamar), la «Fuente de las Lágrimas», citada por Ibn Batuta el viajero y celebrada en historias y romances moriscos.
You start! ‘tis nothing but a hawk that we have frightened from his nest. This old tower is a complete breeding-place for vagrant birds; the swallow and martlet abound in every chink and cranny, and circle about it the whole day long; while at night, when all other birds have gone to rest, the moping owl comes out of its lurking-place, and utters its boding cry from the battlements. See how the hawk we have dislodged sweeps away below us, skimming over the tops of the trees, and sailing up to the ruins above the Generalife!  ¡No te asustes! Se trata de un gavilán que hemos espantado de su nido. Esta vieja torre es un magnífico criadero de pájaros errantes; las golondrinas y los vencejos abundan en las grietas y hendiduras y están revoloteando durante todo el día; de noche, cuando las demás aves se han retirado a descansar, sale de su escondrijo la siniestra lechuza y lanza su presagio desde las murallas. ¡Observa cómo el gavilán que hemos desalojado de su nido busca su presa debajo de nosotros, rozando las copas de los árboles y cerniéndose hasta las ruinas que hay encima del Generalife!
I see you raise your eyes to the snowy summit of yon pile of mountains, shining like a white summer cloud in the blue sky. It is the Sierra Nevada, the pride and delight of Granada; the source of her cooling breezes and perpetual verdure; of her gushing fountains and perennial streams. It is this glorious pile of mountains which gives to Granada that combination of delights so rare in a southern city: the fresh vegetation and temperate airs of a northern climate, with the vivifying ardor of a tropical sun, and the cloudless azure of a southern sky. It is this aerial treasury of snow, which, melting in proportion to the increase of the summer heat, sends down rivulets and streams through every glen and gorge of the Alpuxarras, diffusing emerald verdure and fertility throughout a chain of happy and sequestered valleys.  Veo que diriges tu mirada a la nevada cima de aquella masa de montañas que brilla como una blanca nube de verano en el azul de los cielos. En Sierra Nevada, orgullo y delicia de Granada, origen de su fresca brisa y verdor perpetuo, de sus fuentes cristalinas y de sus caudales perennes. Este espléndido conjunto de montañas es el que proporciona a Granada esa combinación de encantos, tan rara en una ciudad del Sur: la fresca vegetación y los aires templados de un clima nórdico, junto con el vivificante ardor de un sol tropical y el sereno azul de un cielo meridional. Es este aéreo tesoro de nieve el que, al fundirse en proporción al calor estival, hace surgir arroyos y riachuelos por todos los valles y gargantas de las Alpujarras, esparciendo un verdor esmeralda y fertilizando una cadena de felices y apartados valles.
Those mountains may be well called the glory of Granada. They dominate the whole extent of Andalusia, and may be seen from its most distant parts. The muleteer hails them, as he views their frosty peaks from the sultry level of the plain; and the Spanish mariner on the deck of his bark, far, far off on the bosom of the blue Mediterranean, watches them with a pensive eye, thinks of delightful Granada, and chants, in low voice, some old romance about the Moors.  Bien pueden llamarse estas montañas la gloria de Granada. Dominan toda la extensión de Andalucía y pueden ser vistas desde los sitios más lejanos. Las saluda el arriero cuando divisa sus nevadas cumbres desde la llanura tostada por el sol; y el marino español, sobre la cubierta de su nave, allá a lo lejos, en el remoto seno del océano azul, las contempla con mirada pensativa, recuerda a la bella Granada y canta en voz baja algún romance de moros.
See to the south at the foot of those mountains a line of arid hills, down which a long train of mules is slowly moving. Here was the closing scene of Moslem domination. From the summit of one of those hills the unfortunate Boabdil cast back his last look upon Granada, and gave vent to the agony of his soul. It is the spot famous in song and story, “The last sigh of the Moor. ”  Mira ahora hacia el Sur, al pie de dichas montañas, una línea de áridas colinas por las que camina pausadamente una larga recua de mulas. Allí se representó la escena última de la dominación musulmana. Desde la cima de una de esas colinas, e1 infortunado Boabdil lanzó su postrera mirada sobre Granada y dio rienda suelta a la angustia de su corazón. Es el «Suspiro del Moro», lugar famoso en cantos y leyendas.
Further this way these arid hills slope down into the luxurious Vega, from which he had just emerged: a blooming wilderness of grove and garden, and teeming orchard, with the Xenil winding through it in silver links, and feeding innumerable rills; which, conducted through ancient Moorish channels, maintain the landscape in perpetual verdure. Here were the beloved bowers and gardens, and rural pavilions, for which the unfortunate Moors fought with such desperate valor. The very hovels and rude granges, now inhabited by boors, show, by the remains of arabesques and other tasteful decoration, that they were elegant residences in the days of the Moslems. Behold, in the very centre of this eventful plain, a place which in a manner links the history of the Old World with that of the New. Yon line of walls and towers gleaming in the morning sun, is the city of Santa Fe, built by the Catholic sovereigns during the siege of Granada, after a conflagration had destroyed their camp. It was to these walls Columbus was called back by the heroic queen, and within them the treaty was concluded which led to the discovery of the Western World. Behind yon promontory to the west is the bridge of Pinos, renowned for many a bloody fight between Moors and Christians. At this bridge the messenger overtook Columbus when, despairing of success with the Spanish sovereigns, he was departing to carry his project of discovery to the court of France.  Más allá de este camino las colinas forman un declive hasta la fértil vega, donde ha brotado precisamente una frondosa mezcolanza de arboledas, jardines y huertas abundantes, atravesada en eslabones de plata por el Genil, que nutre innumerables riachuelos. Conducidos éstos por las antiguas acequias moriscas, mantienen la campiña en un verdor perpetuo. Aquí estuvieron las amadas glorietas y jardines y los rústicos pabellones por los que los infortunados moros lucharon con un valor tan desesperado. Las mismas chozas y toscas caserías que ahora habitan los labradores, indican, en los restos de arabescos o en alguna otra delicada decoración, que fueron elegantes residencias en tiempos de los musulmanes. Contempla en el mismo centro de esta histórica llanura un lugar que, en cierto modo, enlaza la historia del mundo antiguo con la del nuevo. Aquella línea de murallas y torres que brilla al sol de la mañana, es la ciudad de Santa Fe, construida por los Reyes Católicos durante el sitio de Granada, después de un incendio que destruyó el campamento. A esta ciudad fue llamado Colón por la heroica reina, y dentro de sus murallas fue ultimado el tratado que condujo al descubrimiento de América. Detrás de aquel promontorio del Oeste está el puente de Pinos, famoso porque allí tuvo lugar más de una sangrienta batalla entre moros y cristianos. En este puente alcanzó un mensajero a Colón cuando, perdidas las esperanzas de éxito cerca de los soberanos españoles, había partido a llevar su proyecto de descubrimiento a la Corte de Francia.
Above the bridge a range of mountains bounds the Vega to the west: the ancient barrier between Granada and the Christian territories. Among their heights you may still discern warrior towns, their gray walls And battlements seeming of a piece with the rocks on which they are built. Here and there a solitary atalaya, or watchtower, perched on a mountain peak, looks down as it were from the sky into the valley on either side. How often have these atalayas given notice, by fire at night or smoke by day, of an approaching foe I It was down a cragged defile of these mountains, called the Pass of Lope, that the Christian armies descended into the Vega. Round the base of yon gray and naked mountain (the mountain of Elvira), stretching its bold rocky promontory into the bosom of the plain, the invading squadrons would come bursting into view, with flaunting banners and clangor of drum and trumpet.  Por encima del puente, una cadena de montañas limita la vega al Oeste, antigua barrera entre Granada y los territorios cristianos. Todavía pueden divisarse entre sus alturas las ciudadelas, cuyos grisáceos muros y almenas parecen formar una sola pieza con los riscos sobre los que han sido levantadas. Acá y allá una solitaria atalaya, erigida sobre un pico montañoso, mira desde el cielo, por decirlo así, a uno y otro lado. ¡Con cuánta frecuencia avisaron estas atalayas, con fuego durante la noche o con humo durante el día, la proximidad del enemigo! Por un escarpado desfiladero de esta sierra, llamado el «Paso de Lope», irrumpieron en la vega los ejércitos cristianos. En torno a la base de aquella montaña gris y desnuda —llamada Sierra Elvira— que alarga su atrevido saliente rocoso hasta el seno de la llanura, aparecieron los ejércitos invasores con estruendo de tambores y clarines y las banderas desplegadas al viento.
Five hundred years have elapsed since Ismael ben Ferrag, a Moorish king of Granada, beheld from this very tower an invasion of the kind, and an insulting ravage of the Vega; on which occasion he displayed an instance of chivalrous magnanimity, often witnessed in the Moslem princes, “whose history, ” says an Arabian writer, “abounds in generous actions and noble deeds that will last through all succeeding ages, and live for ever in the memory of man. ” —But let us sit down on this parapet and I will relate the anecdote.  Quinientos años han transcurrido desde que Ismael ben Ferrag, rey moro de Granada, contemplara desde esta misma torre una invasión de esta naturaleza, junto con un afrentoso saqueo de la vega, en cuya ocasión dio un ejemplo de caballerosa generosidad, cosa frecuente en los príncipes musulmanes, «cuya historia —dice un escritor árabe— abunda en generosas acciones y nobles hechos, que perdurarán a través de las venideras edades y vivirán para siempre en la memoria de los hombres». Pero sentémonos en este parapeto y contaré la anécdota.
It was in the year of grace 1319, that Ismael ben Ferrag beheld from this tower a Christian camp whitening the skirts of yon mountain of Elvira. The royal princes, Don Juan and Don Pedro, regents of Castile during the minority of Alfonso XI, had already laid waste the country from Alcaudete to Alcala la Real, capturing the castle of Illora and setting fire to its suburbs, and they now carried their insulting ravages to the very gates of Granada, defying the king to sally forth and give them battle.  Fue en el año de gracia de 1319, cuando Ismael ben Ferrag vio desde esta torre las blancas tiendas de un campamento cristiano acampado en la ladera de Sierra Elvira. Los reales príncipes Don Juan y Don Pedro, regentes de Castilla durante la minoría de Alfonso XI, ya habían asolado la comarca desde Alcaudete hasta Alcalá la Real, tomado el castillo de Illora e incendiado sus arrabales, y ahora llevaban sus insultantes saqueos hasta las mismas puertas de Granada, desafiando al monarca a que saliese fuera y les presentase batalla.
Ismael, though a young and intrepid prince, hesitated to accept the challenge. He had not sufficient force at hand, and awaited the arrival of troops summoned from the neighboring towns. The Christian princes, mistaking his motives, gave up all hope of drawing him forth, and having glutted themselves with ravage, struck their tents and began their homeward march. Don Pedro led the van, and Don Juan brought up the rear, but their march was confused and irregular, the army being greatly encumbered by the spoils and captives they had taken.  Ismael, aunque príncipe joven e intrépido, dudó en aceptar el reto. No contaba por entonces con fuerzas suficientes y esperaba la llegada de tropas de refuerzo de las ciudades vecinas. Los jefes cristianos, interpretando erróneamente su actitud, perdida toda esperanza de hacerle salir y cansados de tanto saqueo, levantaron sus tiendas e iniciaron la retirada. Don Pedro conducía la vanguardia y Don Juan cubría la retaguardia; la marcha era confusa e irregular, pues el ejército estaba muy sobrecargado con el botín y los cautivos.
By this time King Ismael had received his expected resources, and putting them under the command of Osmyn, one of the bravest of his generals, sent them forth in hot pursuit of the enemy. The Christians were overtaken in the defiles of the mountains. A panic seized them; they were completely routed, and driven with great slaughter across the borders. Both of the princes lost their lives. The body of Don Pedro was carried off by his soldiers, but that of Don Juan was lost in the darkness of the night. His son wrote to the Moorish king, entreating that the body of his father might be sought and honorably treated. Ismael forgot in a moment that Don Juan was an enemy, who had carried ravage and insult to the very gate of his capital; he only thought of him as a gallant cavalier and a royal prince. By his command diligent search was made for the body. It was found in a barranco and brought to Granada. There Ismael caused it to be laid out in state on a lofty bier, surrounded by torches and tapers, in one of these halls of the Alhambra. Osmyn and other of the noblest cavaliers were appointed as a guard of honor, and the Christian captives were assembled to pray around it.  A todo esto, el rey Ismael había recibido sus esperados refuerzos, y poniéndolos bajo el mando de Osmín, uno de sus más bravos generales, los envió en rápida persecución del enemigo. Los cristianos fueron alcanzados en los desfiladeros de la montaña. El pánico se apoderó de ellos; fueron completamente derrotados y arrojados con grandes pérdidas al otro lado de sus confines. Los dos príncipes perdieron la vida. El cadáver de Don Pedro fue recogido por sus soldados, pero el de Don Juan se perdió en la oscuridad de la noche. Su hijo escribió al rey moro suplicándole que buscase el cuerpo de su padre y lo tratase honrosamente. Ismael olvidó al instante que Don Juan era un enemigo que había llevado la desolación y el insulto hasta las mismas puertas de su ciudad, y sólo pensó en que era un gallardo caballero y un príncipe de sangre real. Bajo sus órdenes se hizo una minuciosa búsqueda del cadáver, que fue encontrado en un barranco y trasladado a Granada. Ordenó entonces Ismael que fuese expuesto con gran pompa en un magnífico féretro, rodeado de cirios y antorchas, en uno de estos salones de la Alhambra. Osmín y otro noble caballero fueron nombrados guardia de honor, y los cristianos cautivos se congregaron en torno al cadáver para orar.
In the meantime, Ismael wrote to the son of Prince Juan to send a convoy for the body, assuring him it should be faithfully delivered up. In due time, a band of Christian cavaliers arrived for the purpose. They were honorably received and entertained by Ismael, and, on their departure with the body, the guard of honor of Moslem cavaliers escorted the funeral train to the frontier.  Entre tanto, Ismael escribió al hijo del príncipe Juan para que enviase una escolta que recogiera el cadáver, asegurándole que le sería entregado lealmente. A su debido tiempo llegó para este fin una tropa de caballeros cristianos, que fueron honrosamente recibidos y tratados por Ismael. Cuando partieron con el cadáver, la guardia de honor de los caballeros musulmanes escoltó al fúnebre cortejo hasta la frontera.
But enough—the sun is high above the mountains, and pours his full fervor on our heads. Already the terraced roof is hot beneath our feet; let us abandon it, and refresh ourselves under the Arcades by the Fountain of the Lions.  Basta ya. El sol asoma por encima de las montañas y lanza sus rayos sobre nuestras cabezas. Ya la terraza de la torre arde bajo nuestros pies y es hora de abandonarla para buscar el fresco bajo las galerías que rodean la fuente de los Leones.