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Washington Irving

Tales of the Alhambra



Legend of the Rose of the Alhambra



Leyenda de la Rosa de La Alhambra

FOR SOME time after the surrender of Granada by the Moors, that delightful city was a frequent and favorite residence of the Spanish sovereigns, until they were frightened away by successive shocks of earthquakes, which toppled down various houses, and made the old Moslem towers rock to their foundation.  ALGUN tiempo después de la entrega de Granada por los moros, fue esta deliciosa ciudad residencia frecuente y favorita de los soberanos españoles, hasta que se vieron ahuyentados de ella por los continuos terremotos que derribaron muchos de sus edificios e hicieron estremecer hasta sus cimientos a las viejas torres moriscas.
Many, many years then rolled away, during which Granada was rarely honored by a royal guest. The palaces of the nobility remained silent and shut up; and the Alhambra, like a slighted beauty, sat in mournful desolation, among her neglected gardens. The tower of the Infantas, once the residence of the three beautiful Moorish princesses, partook of the general desolation; the spider spun her web athwart the gilded vault, and bats and owls nestled in those chambers that had been graced by the presence of Zayda, Zorayda, and Zorahayda. The neglect of this tower may partly have been owing to some superstitious notions of the neighbors. It was rumored that the spirit of the youthful Zorahayda, who had perished in that tower, was often seen by moonlight seated beside the fountain in the hall, or moaning about the battlements, and that the notes of her silver lute would be heard at midnight by wayfarers passing along the glen.  Muchos, muchos años transcurrieron, durante los cuales rara vez se vio honrada Granada con algún huésped real. Cerrados y silenciosos quedaron los palacios de la nobleza, y la Alhambra —como una beldad desdeñada— permanecía en triste soledad en medio de sus abandonados jardines. La torre de las Infantas, en otro tiempo residencia de las tres bellas princesas, participaba de esta general desolación; la araña tejía su tela a través de las doradas bóvedas, y los murciélagos y lechuzas anidaban en aquellas cámaras otrora embellecidas con la presencia de Zaida, Zoraida y Zorahaida. El abandono de esta torre puede obedecer en cierto modo a algunas supersticiosas creencias de sus vecinos, pues se rumoreaba que el espíritu de la joven Zorahaida, que había muerto en aquella torre, era visto con frecuencia a la luz de la luna, sentado junto a la fuente del salón o llorando en las almenas; y que los caminantes que pasaban por el valle oían a medianoche las notas de su argentino laúd.
At length the city of Granada was once more welcomed by the royal presence. All the world knows that Philip V was the first Bourbon that swayed the Spanish sceptre. All the world knows that he married, in second nuptials, Elizabetta or Isabella (for they are the same), the beautiful princess of Parma; and all the world knows that by this chain of contingencies a French prince and an Italian princess were seated together on the Spanish throne. For a visit of this illustrious pair, the Alhambra was repaired and fitted up with all possible expedition. The arrival of the court changed the whole aspect of the lately deserted palace. The clangor of drum and trumpet, the tramp of steed about the avenues and outer court, the glitter of arms and display of banners about barbican and battlement, recalled the ancient and warlike glories of the fortress. A softer spirit, however, reigned within the royal palace. There was the rustling of robes and the cautious tread and murmuring voice of reverential courtiers about the antechambers; a loitering of pages and maids of honor about the gardens, and the sound of music stealing from open casements.  Por fin se vio una vez más la ciudad de Granada favorecida con la presencia de personajes reales. Todo el mundo sabe que Felipe V fue el primer Borbón que empuñó el cetro de España; que casó en segundas nupcias con Isabel, la bella princesa de Parma, y que por esta serie de circunstancias, un príncipe francés y una princesa italiana se sentaron juntos en el trono hispánico. La Alhambra fue reparada y decorada a toda prisa para recibir a los ilustres huéspedes. Con la llegada de la Corte cambió por completo el aspecto del palacio, poco antes desierto. El estruendo de tambores y trompetas; el trotar de caballos por las avenidas y patios exteriores, el brillo de las armas y el ondear de banderas por barbacanas y adarves, traía a la memoria el antiguo esplendor marcial de la fortaleza. Con todo, dentro del real palacio se respiraba un ambiente más apacible; escuchábase allí el crujir de las telas, el cauteloso paso y la voz murmuradora de los reverenciosos cortesanos a través de las antecámaras, el ir y venir de pajes y damas de honor por los jardines, y el sonar de la música que salía de las puertas y abiertas ventanas.
Among those who attended in the train of the monarchs was a favorite page of the queen, named Ruyz de Alarcon. To say that he was a favorite page of the queen was at once to speak his eulogium, for every one in the suite of the stately Elizabetta was chosen for grace, and beauty, and accomplishments. He was just turned of eighteen, light and lithe of form, and graceful as a young Antinous. To the queen he was all deference and respect, yet he was at heart a roguish stripling, petted and spoiled by the ladies about the court, and experienced in the ways of women far beyond his years.  Entre los que prestaban sus servicios en la regia comitiva, había un paje favorito de la reina, llamado Ruiz de Alarcón. Con decir que era paje favorito de la reina queda hecho su elogio, pues cuantos figuraban en el cortejo de la augusta Isabel habían sido elegidos por su gracia, su belleza o sus méritos. Acababa de cumplir dieciocho años y era esbelto, ligero y flexible de ademanes, y hermoso como un joven Antinoo. Ante la reina guardaba siempre toda clase de respeto y deferencias; pero en el fondo era un mozalbete travieso, acariciado y mimado por las damas de la Corte, y más experimentado en cuestión de faldas de lo que podía esperarse de sus años.
This loitering page was one morning rambling about the groves of the Generalife, which overlook the grounds of the Alhambra. He had taken with him for his amusement a favorite gerfalcon of the queen. In the course of his rambles, seeing a bird rising from a thicket, he unhooded the hawk and let him fly. The falcon towered high in the air, made a swoop at his quarry, but missing it, soared away, regardless of the calls of the page. The latter followed the truant bird with his eye, in its capricious flight, until he saw it alight upon the battlements of a remote and lonely tower, in the outer wall of the Alhambra, built on the edge of a ravine that separated the royal fortress from the grounds of the Generalife. It was in fact the “Tower of the Princesses. ”  Una mañana estaba el ocioso paje paseando por los bosques del Generalife que dominan los torreones de la Alhambra. Se había llevado para distraerse un halcón favorito de la reina. En el curso de su paseo vio un pájaro que salía volando de entre la maleza, quitó la caperuza al ave de rapiña y la echó a volar. El halcón se elevó en los aires y cayó sobre su presa; pero se le escapó y continuó volando sin hacer caso de las llamadas del paje. Siguió éste con la mirada al truhán del pájaro en su caprichoso vuelo, hasta que lo vio posarse sobre las almenas de una apartada y solitaria torre, en la muralla exterior de la Alhambra, construida al borde de un barranco que separa la fortaleza real de los terrenos del Generalife; era ésta, en una palabra, la torre de las Infantas.
The page descended into the ravine and approached the tower, but it had no entrance from the glen, and its lofty height rendered any attempt to scale it fruitless. Seeking one of the gates of the fortress, therefore, he made a wide circuit to that side of the tower facing within the walls.  Descendió el paje al barranco y se acercó a la torre; pero no existía ningún paso por la cañada, y la gran altura de aquélla hacía inútil todo intento de escalo; por lo que, buscando una de las puertas de la fortaleza, dio un gran rodeo por el lado de la torre que mira al interior de las murallas.
A small garden, inclosed by a trellis-work of reeds overhung with myrtle, lay before the tower. Opening a wicket, the page passed between beds of flowers and thickets of roses to the door. It was closed and bolted. A crevice in the door gave him a peep into the interior. There was a small Moorish hall with fretted walls, light marble columns, and an alabaster fountain surrounded with flowers. In the centre hung a gilt cage containing a singing bird, beneath it, on a chair, lay a tortoise-shell cat among reels of silk and other articles of female labor, and a guitar decorated with ribbons leaned against the fountain.  Delante de ella había un pequeño jardín, cercado por cañas y cubierto de mirto. Abriendo un portillo, atravesó el paje cuadros de flores y macizos de rosales, hasta llegar a la puerta, que estaba cerrada y con el cerrojo echado. Por un agujero que había en ella miró al interior. Vio un saloncito morisco de caladas paredes, gráciles columnas de mármol y una fuente de alabastro rodeada de flores. En el centro, una dorada jaula con un pajarillo; bajo ella, sobre una silla, descansaba un gato romano entre madejas de seda y otros objetos de labor femenina, y una guitarra adornada con cintas estaba apoyada junto a la fuente.
Ruyz de Alarcon was struck with these traces of female taste and elegance in a lonely, and, as he had supposed, deserted tower. They reminded him of the tales of enchanted halls current in the Alhambra; and the tortoise-shell cat might be some spell-bound princess.  Sorprendióse Ruiz de Alarcón ante aquellas muestras de buen gusto y femenina elegancia en una torre solitaria que él suponía deshabitada. Acudieron entonces a su recuerdo las leyendas de salones encantados, tan corrientes en la Alhambra, y pensó que tal vez fuese el gato alguna hechizada princesa.
He knocked gently at the door. A beautiful face peeped out from a little window above, but was instantly withdrawn. He waited, expecting that the door would be opened, but he waited in vain; no footstep was to be heard within—all was silent. Had his senses deceived him, or was this beautiful apparition the fairy of the tower? He knocked again, and more loudly. After a little while the beaming face once more peeped forth; it was that of a blooming damsel of fifteen.  Llamó bajito a la puerta, y un hermoso rostro asomó a un alto ventanillo; pero al instante desapareció. Esperó confiado en que se abriría la puerta, mas en vano; no oyó ruido de pasos en el interior, y todo permaneció en silencio. ¿Se habrían engañado sus sentidos, o era aquella hermosa aparición el hada de la torre? Volvió a llamar con más fuerza. Tras breve pausa, apareció nuevamente aquel rostro seductor; era el de una bellísima damisela de quince años.
The page immediately doffed his plumed bonnet, and entreated in the most courteous accents to be permitted to ascend the tower in pursuit of his falcon.  El paje se quitó inmediatamente su sombrero de plumas, y le rogó, en los términos más corteses, que le permitiera subir a la torre para coger su halcón.
“I dare not open the door, senor, ” replied the little damsel, blushing, “my aunt has forbidden it. ”  —No me atrevo a abriros la puerta, señor —contestó la doncella ruborizándose—; mi tía me lo tiene prohibido.
“I do beseech you, fair maid—it is the favorite falcon of the queen. I dare not return to the palace without it. ”  —Os 1o suplico, hermosa joven. Es el halcón favorito de la reina y no puedo volver al palacio sin él.
“Are you then one of the cavaliers of the court? ”  —¿Sois, pues, uno de los caballeros de la Corte?
“I am, fair maid; but I shall lose the queen’s favor and my place, if I lose this hawk. ”  —Sí, hermosa doncella; pero perderla el favor de la reina y mi puesto si se extraviase ese halcón.
“Santa Maria! It is against you cavaliers of the court my aunt has charged me especially to bar the door. ”  —¡Santa María! Precisamente es a los caballeros de la Corte a quienes me ha encargado mi tía de modo especial que no abra la puerta.
“Against wicked cavaliers doubtless, but I am none of these, but a simple harmless page, who will be ruined and undone if you deny me this small request. ”  —Pero eso será a los malos caballeros. Yo no soy de ésos, sino un sencillo e inofensivo paje, que se verá arruinado y perdido si os negáis a esta pequeña merced.
The heart of the little damsel was touched by the distress of the page. It was a thousand pities he should be ruined for the want of so trifling a boon. Surely too he could not be one of those dangerous beings whom her aunt had described as a species of cannibal, ever on the prowl to make prey of thoughtless damsels; he was gentle and modest, and stood so entreatingly with cap in hand, and looked so charming.  Conmovióse el corazón de la muchacha ante la congoja del mozo. Sería una pena que se arruinara por cosa tan insignificante. Seguramente aquel joven no era uno de los seres peligrosos que su tía le había descrito como una especie de caníbales, siempre al acecho para -hacer presa en las incautas doncellas; por otra parte, ¡era tan gentil y modesto!; ¡resultaba tan encantador, gorro en mano y en actitud suplicante!...
The sly page saw that the garrison began to waver, and redoubled his entreaties in such moving terms that it was not in the nature of mortal maiden to deny him; so the blushing little warden of the tower descended, and opened the door with a trembling hand, and if the page had been charmed by a mere glimpse of her countenance from the window, he was ravished by the full length portrait now revealed to him.  El astuto paje vio que la guarnición comenzaba a vacilar, y redobló sus súplicas en términos tan conmovedores que no era posible una negativa en la joven; así, pues, la ruborosa y pequeña guardiana de la torre bajó y abrió la puerta, con mano trémula; y si el paje quedó cautivado con sólo la contemplación de su rostro al asomarse a la ventana, sintióse ahora extasiado ante la figura completa que tenía ante los ojos.
Her Andalusian bodice and trim basquina set off the round but delicate symmetry of her form, which was as yet scarce verging into womanhood. Her glossy hair was parted on her forehead with scrupulous exactness, and decorated with a fresh-plucked rose, according to the universal custom of the country. It is true her complexion was tinged by the ardor of a southern sun, but it served to give richness to the mantling bloom of her cheek, and to heighten the lustre of her melting eyes.  Su corpiño andaluz y su adornada basquiña realzaban la redonda y delicada simetría de su talle, que apenas se acercaba a la edad de la mujer. Llevaba el lustroso cabello partido en su frente con escrupulosa exactitud y adornado con una fresca rosa recién cortada, según la costumbre general del país. Su cutis, en verdad, estaba algo tostado por el ardor del sol meridional, pero esto mismo servía para dar más encanto al color de sus mejillas y aumentar el brillo de sus dulces ojos.
Ruyz de Alarcon beheld all this with a single glance, for it became him not to tarry; he merely murmured his acknowledgments, and then bounded lightly up the spiral staircase in quest of his falcon.  Ruiz de Alarcón observó todo esto de una sola mirada, pues no le interesaba detenerse de momento; se limitó a murmurar alguna frase de gratitud y subió rápidamente la escalera de caracol en busca del halcón.
He soon returned with the truant bird upon his fist. The damsel, in the mean time, had seated herself by the fountain in the hall, and was winding silk; but in her agitation she let fall the reel upon the pavement. The page sprang and picked it up, then dropping gracefully on one knee, presented it to her; but, seizing the hand extended to receive it, imprinted on it a kiss more fervent and devout than he had ever imprinted on the fair hand of his sovereign.  Pronto volvió con el pájaro truhán en la mano. La joven, entre tanto, se había sentado junto a la fuente del salón y estaba devanando seda; pero en su turbación dejo caer una madeja sobre el pavimento. Apresuróse el paje a cogerla y, doblando galantemente una rodilla en tierra, se la ofreció; mas apoderándose de la mano extendida para recibirla, imprimió en ella un beso más ardiente y fervoroso que todos los que depositara jamás en la hermosa mano de su soberana.
“Ave Maria, senor! ” exclaimed the damsel, blushing still deeper with confusion and surprise, for never before had she received such a salutation.  —¡Ave Maria, señor! —exclamó la joven, enrojeciendo más, llena de confusión y sorpresa, pues nunca había recibido saludo semejante.
The modest page made a thousand apologies, assuring her it was the way, at court, of expressing the most profound homage and respect.  El modesto paje le pidió mil perdones, asegurando que aquélla era la costumbre cortesana para expresar el más profundo homenaje y respeto.
Her anger, if anger she felt, was easily pacified, but her agitation and embarrassment continued, and she sat blushing deeper and deeper, with her eyes cast down upon her work, entangling the silk which she attempted to wind.  El enojo de la muchacha —si es que lo sintió— se apaciguó fácilmente; no obstante, su vergüenza y aturdimiento continuaron y volvió a sentirse cada vez más ruborizada, fijos los ojos en su labor, enredando la madeja que trataba de devanar.
The cunning page saw the confusion in the opposite camp, and would fain have profited by it, but the fine speeches he would have uttered died upon his lips; his attempts at gallantry were awkward and ineffectual; and to his surprise, the adroit page, who had figured with such grace and effrontery among the most knowing and experienced ladies of the court, found himself awed and abashed in the presence of a simple damsel of fifteen.  El hábil joven advirtió la confusión que dominaba en el campo enemigo, y hubiera querido aprovecharse de ella. Pero los discretos argumentos que intentaba utilizar murieron en sus labios; sus galanteos eran torpes e ineficaces, y, con gran sorpresa suya, aquel inteligente mancebo que se distinguía por su gracia y desenvoltura ante las más entendidas y expertas damas de la Corte, sentíase confuso y balbuciente en presencia de una ingenua chiquilla de quince años.
In fact, the artless maiden, in her own modesty and innocence, had guardians more effectual than the bolts and bars prescribed by her vigilant aunt. Still, where is the female bosom proof against the first whisperings of love? The little damsel, with all her artlessness, instinctively comprehended all that the faltering tongue of the page failed to express, and her heart was fluttered at beholding, for the first time, a lover at her feet—and such a lover!  La inocente muchacha poseía, en verdad, guardianes más eficaces en su modestia y candidez que en los cerrojos y barrotes preparados por su vigilante tía. Mas ¿dónde está ese corazón de mujer insensible a los primeros murmullos del amor? La joven, con toda su ingenuidad, comprendió instintivamente todo lo que la balbuciente lengua del paje no supo expresar, y su pecho se agitaba al ver, por vez primera, un amante rendido a sus pies. ¡Y qué amante!...
The diffidence of the page, though genuine, was short-lived, and he was recovering his usual ease and confidence, when a shrill voice was heard at a distance.  La turbación del mancebo, aunque sincera, duré poco; y cuando comenzaba a recobrar su habitual aplomo y serenidad se oyó una voz chillona a lo lejos.
“My aunt is returning from mass! ” cried the damsel in affright; “I pray you, senor, depart. ”  —¡Mi tía, que vuelve de misa! —chilló la joven, asustada—. Señor, os ruego que os marchéis.
“Not until you grant me that rose from your hair as a remembrance. ”  —No, hasta que me concedáis esa rosa de vuestro cabello como recuerdo.
She hastily untwisted the rose from her raven locks. “Take it, ” cried she, agitated and blushing, “but pray begone. ”  Desenredóla apresuradamente de sus negras trenzas y le dijo agitada y ruborosa: —Tomadla: pero marchaos por favor.
The page took the rose, and at the same time covered with kisses the fair hand that gave it. Then, placing the flower in his bonnet, and taking the falcon upon his fist, he bounded off through the garden, bearing away with him the heart of the gentle Jacinta.  El paje cogió la flor, cubriendo al mismo tiempo de besos la linda mano que se la ofrecía. Luego, poniendo la rosa en su gorro y colocando el halcón en su puño, se deslizó por el jardín, llevándose consigo el corazón de la gentil Jacinta.
When the vigilant aunt arrived at the tower, she remarked the agitation of her niece, and an air of confusion in the hall; but a word of explanation sufficed. “A gerfalcon had pursued his prey into the hall. ”  Cuando la vigilante tía llegó a la torre, notó la agitación de su sobrina y cierto desorden en la sala; pero unas palabras de explicación fueron suficientes. —Un halcón ha venido persiguiendo su presa hasta aquí.
“Mercy on us! to think of a falcon flying into the tower. Did ever one hear of so saucy a hawk? Why, the very bird in the cage is not safe! ”  —¡Bendito sea Dios! ¡Pensar que un halcón haya entrado en la torre! ¿Habráse visto halcón más insolente? ¡Señor! ¡Ni el mismo pájaro está seguro en su jaula!
The vigilant Fredegonda was one of the most wary of ancient spinsters. She had a becoming terror and distrust of what she denominated “the opposite sex, ” which had gradually increased through a long life of celibacy. Not that the good lady had ever suffered from their wiles, nature having set up a safeguard in her face that forbade all trespass upon her premises; but ladies who have least cause to fear for themselves are most ready to keep a watch over their more tempting neighbors.  La vigilante Fredegunda era una solterona muy anciana y experimentada. Sentía un gran terror y desconfianza por lo que llamaba «el sexo enemigo», que se habían ido aumentando más a través de su largo celibato. Y no es que la buena señora hubiera sufrido alguna vez un desengaño, pues la Naturaleza la había dotado de la salvaguardia de su rostro, que impedía traspasar sus posesiones; mas las mujeres que tienen poco que temer por sí mismas son más propensas a la custodia y vigilancia de sus más seductoras vecinas.
The niece was the orphan of an officer who had fallen in the wars. She had been educated in a convent, and had recently been transferred from her sacred asylum to the immediate guardianship of her aunt, under whose overshadowing care she vegetated in obscurity, like an opening rose blooming beneath a brier. Nor indeed is this comparison entirely accidental; for, to tell the truth, her fresh and dawning beauty had caught the public eye, even in her seclusion, and, with that poetical turn common to the people of Andalusia, the peasantry of the neighborhood had given her the appellation of “the Rose of the Alhambra. ”  La sobrina era huérfana de un oficial que murió en la guerra. Se había educado en un convento y había sido sacada hacia poco de su sagrado asilo para ser encomendada a la inmediata tutela de su tía, bajo cuyo celoso cuidado vegetaba oscurecida, como la rosa que florece entre espinas. Esta comparación no es del todo accidental, pues, en realidad, su frescura e incipiente belleza había cautivado el ojo de todos, a pesar de vivir encerrada; y, siguiendo la poética costumbre, general en el pueblo andaluz, los vecinos le habían dado el nombre de «la Rosa de la Alhambra».
The wary aunt continued to keep a faithful watch over her tempting little niece as long as the court continued at Granada, and flattered herself that her vigilance had been successful. It is true, the good lady was now and then discomposed by the tinkling of guitars and chanting of love ditties from the moonlit groves beneath the tower; but she would exhort her niece to shut her ears against such idle minstrelsy, assuring her that it was one of the arts of the opposite sex, by which simple maids were often lured to their undoing. Alas! what chance with a simple maid has a dry lecture against a moonlight serenade?  La prudente tía siguió conservando con mucho recato a su tentadora sobrinita, mientras la Corte permanecía en Granada, lisonjeándose del buen éxito de su vigilancia. Es cierto que la buena señora se turbaba de cuando en cuando por el rasgueo de una guitarra y el canto de coplas amorosas, que llegaban desde la arboleda bañada por los rayos de la luna debajo de la torre. Entonces exhortaba a su sobrina para que cerrara los oídos a tan vanas canciones, asegurándole que aquélla era una de las mañas del «sexo enemigo» para seducir y perder a las incautas doncellas. Pero, ¡ay!, ¿qué valor tienen para una joven inocente las severas reflexiones contra una serenata a la luz de la luna?
At length King Philip cut short his sojourn at Granada, and suddenly departed with all his train. The vigilant Fredegonda watched the royal pageant as it issued forth from the Gate of Justice, and descended the great avenue leading to the city. When the last banner disappeared from her sight, she returned exulting to her tower, for all her cares were over. To her surprise, a light Arabian steed pawed the ground at the wicket-gate of the garden—to her horror, she saw through the thickets of roses a youth, in gayly-embroidered dress, at the feet of her niece. At the sound of her footsteps he gave a tender adieu, bounded lightly over the barrier of reeds and myrtles, sprang upon his horse, and was out of sight in an instant.  Por último, el rey Felipe abrevió su estancia en Granada, y partió de repente con todo su séquito. La prudente Fredegunda vigiló a la regia comitiva cuando salía por la puerta de la Justicia y bajaba por la gran alameda que conduce a la ciudad. Cuando perdió de vista la última bandera, volvió gozosa a su torre, pues ya habían terminado todos sus desvelos e inquietudes; pero con gran sorpresa suya vio un hermoso corcel árabe piafando ante el portillo del jardín y observó con horror, a través de los macizos de rosales, a un elegante joven rendido a los pies de su sobrina. Al ruido de sus pasos diole el doncel un tierno adiós, saltó ágilmente el vallado de cañas y mirtos, montó a caballo y desapareció al momento
The tender Jacinta, in the agony of her grief, lost all thought of her aunt’s displeasure. Throwing herself into her arms, she broke forth into sobs and tears.  . La dulce Jacinta, llena de angustia y dolor, se olvidó del disgusto que causaba a su tía, y arrojándose en sus brazos, prorrumpió en amargas lágrimas y sollozos.
“Ay de mi! ” cried she; “he’s gone!—he’s gone!—he’s gone! and I shall never see him more! ”  —¡Ay de mi! —decía-----. ¡Se ha marchado! ¡Se ha marchado! ¡Se ha marchado! ¡Ya no lo veré más!
“Gone!—who is gone?—what youth is that I saw at your feet? ”  —¡Marchado! ¿Quién se ha marchado? ¿Quién es ese joven que he visto a tus pies?
“A queen’s page, aunt, who came to bid me farewell. ”  —Un paje de la reina, tía, que vino a despedirse de mí.
“A queen’s page, child! ” echoed the vigilant Fredegonda, faintly; “and when did you become acquainted with the queen’s page? ”  —¡Un paje de la reina, hija mía! —repitió la vigilante Fredegunda, con voz alterada—. Y ¿cuando has conocido tú a ese paje de la reina
“The morning that the gerfalcon came into the tower. It was the queen’s gerfalcon, and he came in pursuit of it. ”  —La mañana en que el halcón entró en la torre. Era el halcón de la reina y él venía en su busca.
“Ah silly, silly girl! know that there are no gerfalcons half so dangerous as these young prankling pages, and it is precisely such simple birds as thee that they pounce upon. ”  —¡Ay, niña inocente! Sabe que no hay halcones tan peligrosos como esos pajes libertinos que precisamente hacen su presa en pajarillos tan ingenuos como tú.
The aunt was at first indignant at learning that in despite of her boasted vigilance, a tender intercourse had been carried on by the youthful lovers, almost beneath her eye; but when she found that her simple-hearted niece, though thus exposed, without the protection of bolt or bar, to all the machinations of the opposite sex, had come forth unsinged from the fiery ordeal, she consoled herself with the persuasion that it was owing to the chaste and cautious maxims in which she had, as it were, steeped her to the very lips.  Al principio, indignóse la anciana cuando supo que, a pesar de todo su ponderada vigilancia, se había entablado una tierna correspondencia entre los dos jóvenes enamorados, casi en sus propias barbas; pero mucho se consoló al saber que su inocente sobrina había salido victoriosa de aquella dura prueba a que la hablan sometido todas las maquinaciones del «sexo enemigo», pese a no estar protegida por cerrojos y barrotes; convencida de que aquel triunfo se consiguió gracias a las prudentes y virtuosas máximas que ella le inculcara.
While the aunt laid this soothing unction to her pride, the niece treasured up the oft-repeated vows of fidelity of the page. But what is the love of restless, roving man? A vagrant stream that dallies for a time with each flower upon its bank, then passes on, and leaves them all in tears.  Mientras la anciana solterona se sentía aliviada con ese bálsamo consolador para su orgullo, su sobrina acariciaba en su interior el recuerdo de los continuos juramentos de fidelidad de su amante doncel. Pero ¿qué es el amor de un hombre errante e inquieto? Un fugitivo arroyuelo que se detiene algún tiempo a jugar con las florecillas que encuentra en sus márgenes, y sigue luego su curso, dejándolas anegadas en amargas lágrimas.
Days, weeks, months elapsed, and nothing more was heard of the page. The pomegranate ripened, the vine yielded up its fruit, the autumnal rains descended in torrents from the mountains; the Sierra Nevada became covered with a snowy mantle, and wintry blasts howled through the halls of the Alhambra—still he came not. The winter passed away. Again the genial spring burst forth with song and blossom and balmy zephyr; the snows melted from the mountains, until none remained but on the lofty summit of Nevada, glistening through the sultry summer air. Still nothing was heard of the forgetful page.  Pasaron días, semanas y meses, y nada se volvió a saber del paje de la reina. Maduró la granada, dio su fruto la vid, corrieron por las montañas las torrenciales lluvias de otoño, cubrióse Sierra Nevada con su blanca túnica y gimieron los vientos del invierno por los salones de la Alhambra; pero el paje no volvía. Pasó el invierno. Otra vez llegó la primavera con el canto de los pájaros, con sus flores y sus céfiros perfumados; fundióse la nieve de las montañas hasta que sólo quedó en las altas cumbres de Sierra Nevada, brillando a través del cálido aire estival, y nada se supo del veleidoso paje.
In the mean time, the poor little Jacinta grew pale and thoughtful. Her former occupations and amusements were abandoned, her silk lay entangled, her guitar unstrung, her flowers were neglected, the notes of her bird unheeded, and her eyes, once so bright, were dimmed with secret weeping. If any solitude could be devised to foster the passion of a love-lorn damsel, it would be such a place as the Alhambra, where every thing seems disposed to produce tender and romantic reveries. It is a very paradise for lovers: how hard then to be alone in such a paradise—and not merely alone, but forsaken!  Entre tanto, la pobre Jacinta tornábase cada vez más pálida y melancólica; abandonó sus antiguas ocupaciones y recreos; sus madejas de seda quedaron sin devanar, muda su guitarra, olvidadas sus flores; ya no escuchaba el canto de los pájaros, y sus ojos, antes tan brillantes, se marchitaban con lágrimas silenciosas. Si se hubiera de buscar un rincón solitario para alimentar la pasión de una doncella abandonada en sus amores, ninguno más a propósito que la Alhambra, donde todo parece dispuesto para evocar tiernos y románticos ensueños. Estos deliciosos parajes son un verdadero paraíso para los enamorados; mas ¡qué triste entonces sentirse sola y abandonada en semejante paraíso!
“Alas, silly child! ” would the staid and immaculate Fredegonda say, when she found her niece in one of her desponding moods—“did I not warn thee against the wiles and deceptions of these men? What couldst thou expect, too, from one of a haughty and aspiring family—thou an orphan, the descendant of a fallen and impoverished line? Be assured, if the youth were true, his father, who is one of the proudest nobles about the court, would prohibit his union with one so humble and portionless as thou. Pluck up thy resolution, therefore, and drive these idle notions from thy mind. ”  —¡Ay, inocente hija mía! —le decía la juiciosa y casta Fredegunda, cuando encontraba a su sobrina en uno de aque11os momentos de aflicción—. ¿No te advertí contra los engaños y decepciones de los hombres? ¿Qué podías esperar de un joven perteneciente a una familia noble y ambiciosa, tú, una huérfana de pobre y humilde linaje? Ten por seguro que, aunque ese mancebo fuera sincero, su padre, uno de los más orgullosos nobles de la Corte, le prohibiría su unión con una joven tan humilde y desheredada como tú. Toma, pues, una enérgica resolución, y aleja de tu mente esas vanas esperanzas.
The words of the immaculate Fredegonda only served to increase the melancholy of her niece, but she sought to indulge it in private. At a late hour one midsummer night, after her aunt had retired to rest, she remained alone in the hall of the tower, seated beside the alabaster fountain. It was here that the faithless page had first knelt and kissed her hand; it was here that he had often vowed eternal fidelity. The poor little damsel’s heart was overladen with sad and tender recollections, her tears began to flow, and slowly fell drop by drop into the fountain. By degrees the crystal water became agitated, and—bubble—bubble—bubble—boiled up and was tossed about, until a female figure, richly clad in Moorish robes, slowly rose to view.  Las palabras de la inmaculada Fredegunda sólo sirvieron para acrecentar la melancolía de su sobrina; por lo que Jacinta procuraba entregarse a su dolor en la soledad. Cierta noche de verano, y a una hora muy avanzada, después que su tía se había retirado a descansar, quedó sola en el salón de la torre, sentada junto a la fuente de alabastro. Allí fue donde el pérfido paje se arrodilló y besó su mano por vez primera; allí fue donde tantas veces le había jurado eterna fidelidad. El corazón de la pobre doncella se sintió abrumado de dulces y tristes recuerdos y comenzaron a correr sus lágrimas, que caían gota a gota sobre la fuente. Poco a poco empezó a agitarse el agua cristalina y a bullir y removerse burbuja a burbuja, hasta que una figura de mujer, ricamente ataviada con ropas moras, se presentó pausadamente ante sus ojos.
Jacinta was so frightened that she fled from the hall, and did not venture to return. The next morning she related what she had seen to her aunt, but the good lady treated it as a phantasy of her troubled mind, or supposed she had fallen asleep and dreamt beside the fountain. “Thou hast been thinking of the story of the three Moorish princesses that once inhabited this tower, ” continued she, “and it has entered into thy dreams. ”  Jacinta se aterró de tal manera que huyó del salón y no se atrevió a regresar. A la mañana siguiente contó a su tía todo lo que había visto; pero la buena señora juzgó aquello una fantasía de su perturbada imaginación, y supuso que lo había soñado al quedarse dormida junto a la fuente. —Habrás estado pensando en la historia de las tres princesas moriscas que habitaron en otro tiempo esta torre —añadió—, y habrás soñado con ellas.
“What story, aunt? I know nothing of it. ”  —¿Qué historia es ésa, tía? Nada sé de ella.
“Thou hast certainly heard of the three princesses, Zayda, Zorayda, and Zorahayda, who were confined in this tower by the king their father, and agreed to fly with three Christian cavaliers. The two first accomplished their escape, but the third failed in her resolution, and, it is said, died in this tower. ”  —Sin duda que has oído hablar de las tres princesas Zaida, Zoraida y Zorahaida, que estuvieron encerradas en esta torre por el rey su padre, y se resolvieron a huir con tres caballeros cristianos. Las dos primeras lograron fugarse; pero a la tercera le faltó valor y, según cuentan, murió aquí.
“I now recollect to have heard of it, ” said Jacinta, “and to have wept over the fate of the gentle Zorahayda. ”  —Ahora recuerdo haber oído esa historia —dijo Jacinta—, y hasta he llorado la desventura de la gentil Zorahaida.
“Thou mayest well weep over her fate, ” continued the aunt, “for the lover of Zorahayda was thy ancestor. He long bemoaned his Moorish love; but time cured him of his grief, and he married a Spanish lady, from whom thou art descended. ”  —Haces muy bien en lamentar su triste destino —continuó su tía—, pues el amante de Zorahaida fue uno de tus antepasados. Mucho lloró a su adorada princesa; pero el tiempo le curó su dolor, y se casó con una dama española, de la que tú eres descendiente.
Jacinta ruminated upon these words. “That what I have seen is no phantasy of the brain, ” said she to herself, “I am confident. If indeed it be the spirit of the gentle Zorahayda, which I have heard lingers about this tower, of what should I be afraid? I’ll watch by the fountain to-night—perhaps the visit will be repeated. ”  Jacinta quedó pensativa al escuchar estas palabras. «Lo que yo he visto —se decía interiormente— no es una fantasía de mi imaginación; estoy segura de ello. Y si es, en efecto, el espíritu de la hermosa Zorahaida, que, según he oído decir, vaga por esta torre, ¿qué puedo yo temer? Velaré esta noche junto a la fuente, y quizá se repita la visita.»
Towards midnight, when every thing was quiet, she again took her seat in the hall. As the bell in the distant watchtower of the Alhambra struck the midnight hour, the fountain was again agitated; and bubble—bubble—bubble—it tossed about the waters until the Moorish female again rose to view. She was young and beautiful; her dress was rich with jewels, and in her hand she held a silver lute. Jacinta trembled and was faint, but was reassured by the soft and plaintive voice of the apparition, and the sweet expression of her pale, melancholy countenance.  Cerca de la medianoche, cuando todo estaba en silencio, volvió la joven a sentarse en el salón. Apenas sonaron las doce en la campana de la lejana atalaya de la Alhambra, agitóse de nuevo la fuente formando burbujas y empezó a bullir el agua hasta que apareció de nuevo ante sus ojos la mujer mora. Era joven y hermosa; sus vestiduras estaban adornadas de joyas y llevaba en la mano un argentino laúd. Jacinta, temblorosa, a punto estuvo de perder el sentido; pero se tranquilizó al oír la dulce y lastimera voz de la aparecida y al contemplar la bondadosa expresión de su pálido y melancólico rostro.
“Daughter of mortality, ” said she, “what aileth thee? Why do thy tears trouble my fountain, and thy sighs and plaints disturb the quiet watches of the night? ”  —¡Hija de los mortales! —le dijo—. ¿Qué te aflige? ¿Por qué turban tus lágrimas el agua de mi fuente y tus quejas y suspiros conmueven el tranquilo silencio de la noche?
“I weep because of the faithlessness of man, and I bemoan my solitary and forsaken state. ”  —Lloro la perfidia de los hombres y me quejo de mi triste soledad y abandono.
“Take comfort; thy sorrows may yet have an end. Thou beholdest a Moorish princess, who, like thee, was unhappy in her love. A Christian knight, thy ancestor, won my heart, and would have borne me to his native land and to the bosom of his church. I was a convert in my heart, but I lacked courage equal to my faith, and lingered till too late. For this the evil genii are permitted to have power over me, and I remain enchanted in this tower until some pure Christian will deign to break the magic spell. Wilt thou undertake the task? ”  —Consuélate, pues tus penas aún tienen remedio. Mira en mí a una princesa mora que, como tú, fue muy desgraciada en su amor. Un caballero cristiano, antecesor tuyo, cautivó mi corazón y propuso llevarme a su país natal y al seno de su Iglesia. Me había convertido en el fondo de mi corazón; pero me faltó un valor igual a mi fe, y vacilé hasta que fue demasiado tarde. Por eso, los genios del mal tienen poder sobre mi y me encuentro encantada en esta torre hasta que un alma cristiana quiera romper el mágico hechizo. ¿Quieres tú acometer esa empresa?
“I will, ” replied the damsel, trembling.  —Sí, quiero —contestó temblorosa la joven.
“Come hither then, and fear not; dip thy hand in the fountain, sprinkle the water over me, and baptize me after the manner of thy faith; so shall the enchantment be dispelled, and my troubled spirit have repose. ”  —Pues acércate y no temas; mete tu mano en la fuente, rocía el agua sobre mí y bautízame según la costumbre de tu religión. Así se disipará el encantamiento, y mi turbado espíritu logrará el descanso.
The damsel advanced with faltering steps, dipped her hand in the fountain, collected water in the palm, and sprinkled it over the pale face of the phantom.  La doncella se aproximó con paso vacilante, metió la mano en la fuente, recogió agua en la palma y la roció sobre el pálido rostro del fantasma.
The latter smiled with ineffable benignity. She dropped her silver lute at the feet of Jacinta, crossed her white arms upon her bosom, and melted from sight, so that it seemed merely as if a shower of dew-drops had fallen into the fountain.  Sonrióse el espectro con inefable dulzura. Dejó caer su argentino laúd a los pies de Jacinta, cruzó sus blancos brazos sobre el pecho y desapareció como si una lluvia de gotas de rocío hubiesen caído sobre la fuente.
Jacinta retired from the hall filled with awe and wonder. She scarcely closed her eyes that night; but when she awoke at daybreak out of a troubled slumber, the whole appeared to her like a distempered dream. On descending into the hall, however, the truth of the vision was established, for, beside the fountain, she beheld the silver lute glittering in the morning sunshine.  Jacinta se retiró del salón llena de asombro y terror. Apenas pudo conciliar el sueño aquella noche; pero cuando al romper el día despertó de su agitado sopor, todo le pareció una pesadilla. Sin embargo, cuando bajó al salón, vio confirmada la realidad de su sueño, pues contempló junto a la fuente el argentino laúd brillando al sol de la mañana.
She hastened to her aunt, to relate all that had befallen her, and called her to behold the lute as a testimonial of the reality of her story. If the good lady had any lingering doubts, they were removed when Jacinta touched the instrument, for she drew forth such ravishing tones as to thaw even the frigid bosom of the immaculate Fredegonda, that region of eternal winter, into a genial flow. Nothing but supernatural melody could have produced such an effect.  Corrió entonces en busca de su tía y le contó cuanto le habla sucedido, rogándole que fuese a ver el laúd como testimonio de la veracidad de su historia. Si la buena señora abrigaba algunas dudas, éstas se desvanecieron cuando su sobrina pulsó el instrumento, pues le arrancaba notas tan arrebatadoras, que hasta el helado corazón de la inmaculada Fredegunda, región de perpetuo invierno, se derritió en un grato fluir. Sólo una melodía sobrenatural podía producir efecto tan maravilloso.
The extraordinary power of the lute became every day more and more apparent. The wayfarer passing by the tower was detained, and, as it were, spell-bound, in breathless ecstasy. The very birds gathered in the neighboring trees, and hushing their own strains, listened in charmed silence.  La extraordinaria virtud de aquel laúd se hizo cada día más famosa. El caminante que pasaba por el pie de la torre se detenía y quedaba como embrujado en un intenso arrobamiento. Los mismos pájaros se posaban en los árboles cercanos y, acallando sus trinos, escuchaban en un encantado silencio.
Rumor soon spread the news abroad. The inhabitants of Granada thronged to the Alhambra to catch a few notes of the transcendent music that floated about the Tower of Las Infantas.  Pronto el rumor popular hizo cundir la noticia por todas partes. Los habitantes de Granada acudían a la Alhambra para oír aunque fuese unas notas de aquella música maravillosa que flotaba en torno a la torre de las Infantas.
The lovely little minstrel was at length drawn forth from her retreat. The rich and powerful of the land contended who should entertain and do honor to her; or rather, who should secure the charms of her lute to draw fashionable throngs to their saloons. Wherever she went her vigilant aunt kept a dragon watch at her elbow, awing the throngs of impassioned admirers, who hung in raptures on her strains. The report of her wonderful powers spread from city to city. Malaga, Seville, Cordova, all became successively mad on the theme; nothing was talked of throughout Andalusia but the beautiful minstrel of the Alhambra. How could it be otherwise among a people so musical and gallant as the Andalusians, when the lute was magical in its powers, and the minstrel inspired by love!  La gentil trovadora salió al fin de su retiro. Los ricos y poderosos del país se disputaban el agasajaría y colmaría de honores. En una palabra: procuraban atraerse a sus salones, con las delicias del prodigioso laúd, a lo más selecto de la sociedad. Dondequiera que iba, acompañaba a la joven su vigilante tía, guardándola como un dragón, espantando al enjambre de apasionados admiradores de su instrumento. La fama de su maravillosa virtud se extendía de ciudad en ciudad. En Málaga, Sevilla, Córdoba, en toda Andalucía no se hablaba sino de la bella trovadora de la Alhambra. ¿Y qué otra cosa podía ocurrir en un pueblo tan aficionado a la música y tan galante como el andaluz, si el laúd estaba dotado de mágico poder y su tañedora inspirada por el amor?
While all Andalusia was thus music mad, a different mood prevailed at the court of Spain. Philip V, as is well known, was a miserable hypochondriac, and subject to all kinds of fancies. Sometimes he would keep to his bed for weeks together, groaning under imaginary complaints. At other times he would insist upon abdicating his throne, to the great annoyance of his royal spouse, who had a strong relish for the splendors of a court and the glories of a crown, and guided the sceptre of her imbecile lord with an expert and steady hand.  Mientras Andalucía entera se entusiasmaba de este modo por la música, otra cosa sucedía en la Corte de España. Como se sabe, Felipe V era un desgraciado hipocondríaco sujeto a toda clase de caprichos; unas veces le daba por guardar cama durante varias semanas, quejándose de imaginarias dolencias. Otras, insistía en abdicar el trono, con gran disgusto de su real esposa, a quien tanto halagaban los esplendores de la Corte y las glorias de la corona, y que en definitiva, era la que, a causa de la necedad de su esposo, manejaba con mano hábil y firme el cetro de España.
Nothing was found to be so efficacious in dispelling the royal megrims as the power of music; the queen took care, therefore, to have the best performers, both vocal and instrumental, at hand, and retained the famous Italian singer Farinelli about the court as a kind of royal physician.  No se encontró nada tan eficaz para calmar las jaquecas del rey como el poder de la música; por lo que la reina cuidaba de rodearse de los mejores artistas, tanto vocales como instrumentales, haciendo venir a su Corte en calidad de médico real, al famoso cantante italiano Farinelli.
At the moment we treat of, however, a freak had come over the mind of this sapient and illustrious Bourbon that surpassed all former vagaries. After a long spell of imaginary illness, which set all the strains of Farinelli and the consultations of a whole orchestra of court fiddlers at defiance, the monarch fairly, in idea, gave up the ghost, and considered himself absolutely dead.  En la época de que hablamos, se había adueñado de la imaginación de este sabio e ilustre Borbón una manía que sobrepujaba a todas sus anteriores extravagancias. Después de un largo período de imaginaria enfermedad, contra la que se es trellaron todas las melodías de Farinelli y los conciertos de la orquesta de violinistas de la Corte, el monarca se obstinó en la idea de que había entregado su espíritu, de que estaba realmente muerto.
This would have been harmless enough, and even convenient both to his queen and courtiers, had he been content to remain in the quietude befitting a dead man; but to their annoyance he insisted upon having the funeral ceremonies performed over him, and, to their inexpressible perplexity, began to grow impatient, and to revile bitterly at them for negligence and disrespect, in leaving him unburied. What was to be done? To disobey the king’s positive commands was monstrous in the eyes of the obsequious courtiers of a punctilious court—but to obey him, and bury him alive would be downright regicide!  Esto hubiera resultado bastante inofensivo y hasta algo cómodo para la reina y cortesanos, si se hubiese contentado con permanecer en el reposo y quietud de un difunto; pero con gran disgusto de todos, insistió en que se le hicieran exequias fúnebres y, con gran sorpresa, comenzó a impacientarse y a injuriarlos duramente por su negligencia y falta de respeto al dejarlo insepulto. ¿Qué hacer? Desobedecer las tercas órdenes del rey era algo monstruoso a los ojos de los respetuosos cortesanos de una Corte puntillosa. ¡Pero obedecerlo y enterrarlo vivo era cometer un verdadero regicidio!
In the midst of this fearful dilemma a rumor reached the court, of the female minstrel who was turning the brains of all Andalusia. The queen dispatched missions in all haste to summon her to St. Ildefonso, where the court at that time resided.  Cuando se hallaban perplejos ante este tremendo dilema, llegó a la Corte la fama de que una joven artista estaba causando la admiración de toda Andalucía, e inmediatamente despachó la reina emisarios para que la condujeran al real sitio de San Ildefonso, donde a la sazón residían los reyes.
Within a few days, as the queen with her maids of honor was walking in those stately gardens, intended, with their avenues and terraces and fountains, to eclipse the glories of Versailles, the far-famed minstrel was conducted into her presence. The imperial Elizabetta gazed with surprise at the youthful and unpretending appearance of the little being that had set the world madding. She was in her picturesque Andalusian dress, her silver lute in hand, and stood with modest and downcast eyes, but with a simplicity and freshness of beauty that still bespoke her “the Rose of the Alhambra. ”  Pocos días después, mientras la reina paseaba en compañía de sus damas de honor por aquellos deliciosos jardines que con sus avenidas, terrazas y fuentes pretendían eclipsar las glorias de los de Versalles, llevaron a su presencia a la famosa tañedora. La augusta Isabel se fijó, admirada, en la noble y modesta apariencia de aquella joven que había enloquecido al mundo. Iba Jacinta ataviada con el pintoresco traje andaluz, su laúd de plata en la mano y sus ojos bajos y pudorosos, pero con aquella sencillez, hermosura y elegancia que la proclamaban todavía «la Rosa de la Alhambra».
As usual she was accompanied by the ever-vigilant Fredegonda, who gave the whole history of her parentage and descent to the inquiring queen. If the stately Elizabetta had been interested by the appearance of Jacinta, she was still more pleased when she learnt that she was of a meritorious though impoverished line, and that her father had bravely fallen in the service of the crown. “If thy powers equal their renown, ” said she, “and thou canst cast forth this evil spirit that possesses thy sovereign, thy fortunes shall henceforth be my care, and honors and wealth attend thee. ”  Como de costumbre, iba acompañada de la siempre vigilante Fredegunda, la cual, a preguntas de la reina, contó toda la historia y genealogía de su sobrina. Pero si mucho interesó a la augusta Isabel el aspecto de Jacinta, más complacida se sintió al saber que pertenecía a un noble linaje, aunque empobrecido, y que su padre había muerto peleando valientemente al servicio de la Corona. —Si tus virtudes corren pareja con tu fama —le dijo— y consigues desterrar el mal espíritu que se ha apoderado de tu soberano, tu suerte estará desde entonces a mi cuidado y te colmaré de honores y riquezas.
Impatient to make trial of her skill, she led the way at once to the apartment of the moody monarch.  Impaciente por poner a prueba su habilidad, la condujo a las habitaciones del caprichoso monarca.
Jacinta followed with downcast eyes through files of guards and crowds of courtiers. They arrived at length at a great chamber hung with black. The windows were closed to exclude the light of day: a number of yellow wax tapers in silver sconces diffused a lugubrious light, and dimly revealed the figures of mutes in mourning dresses, and courtiers who glided about with noiseless step and woebegone visage. In the midst of a funeral bed or bier, his hands folded on his breast, and the tip of his nose just visible, lay extended this would-be-buried monarch.  Siguióla Jacinta con los ojos bajos por entre las filas de guardias y el tropel de cortesanos, hasta que llegaron a una gran cámara tapizada de negro. Las ventanas se hallaban cerradas para que no entrase la luz del día; numerosos cirios de amarilla cera en candelabros de plata esparcían una lúgubre luz, iluminando apenas las silenciosas y enlutadas figuras de los cortesanos, que se deslizaban cautelosamente con tristes semblantes. Sobre un fúnebre lecho o féretro, con las manos cruzadas sobre el pecho y dejando ver solamente la punta de la nariz, yacía extendido el supuesto cadáver del monarca.
The queen entered the chamber in silence, and pointing to a footstool in an obscure corner, beckoned to Jacinta to sit down and commence.  La reina entró en silencio en la cámara regia y, señalando un escabel que había en un oscuro rincón, hizo a la joven que tomase asiento y comenzara.
At first she touched her lute with a faltering hand, but gathering confidence and animation as she proceeded, drew forth such soft aerial harmony, that all present could scarce believe it mortal. As to the monarch, who had already considered himself in the world of spirits, he set it down for some angelic melody or the music of the spheres. By degrees the theme was varied, and the voice of the minstrel accompanied the instrument. She poured forth one of the legendary ballads treating of the ancient glories of the Alhambra and the achievements of the Moors. Her whole soul entered into the theme, for with the recollections of the Alhambra was associated the story of her love. The funeral chamber resounded with the animating strain. It entered into the gloomy heart of the monarch. He raised his head and gazed around: he sat up on his couch, his eye began to kindle—at length, leaping upon the floor, he called for sword and buckler.  Al principio, la bella artista pulsó su laúd con mano temblorosa; mas, serenando su ánimo, cobró confianza conforme iba tocando, y arrancó a su instrumento unas melodías tan dulces y celestiales, que todos los presentes apenas podían creer que fuesen producidas por un ser humano. En cuanto al rey, como ya se consideraba en el mundo de los espíritus, creyó que era una melodía angélica o la música de las esferas. Insensiblemente fue cambiando de tema, y la maravillosa voz de la artista acompañó a su instrumento; principió entonces a cantar una legendaria balada que ensalzaba las viejas glorias de la Alhambra y las bélicas hazañas de los moros. Puso su alma entera en el canto, pues el recuerdo de la Alhambra vivía unido a la historia de su amor. Resonaban en la cámara mortuoria los sublimes acordes, y penetraron en el melancólico corazón del soberano. Alzó éste la cabeza y miró a su alrededor; sentóse en su féretro, empezaron a brillar sus ojos y, por último, arrojóse al suelo y pidió su espada y su escudo.
The triumph of music, or rather of the enchanted lute, was complete; the demon of melancholy was cast forth; and, as it were, a dead man brought to life. The windows of the apartment were thrown open; the glorious effulgence of Spanish sunshine burst into the late lugubrious chamber; all eyes sought the lovely enchantress, but the lute had fallen from her hand, she had sunk upon the earth, and the next moment was clasped to the bosom of Ruyz de Alarcon.  El triunfo de la música o, mejor dicho, del mágico laúd, fue completo; el demonio de la melancolía fue desterrado, y puede en verdad asegurarse que un muerto volvió a la vida. Se abrieron las ventanas del aposento; los gloriosos resplandores del sol español iluminaron la hasta entonces lúgubre cámara, y todos los ojos buscaron a la deliciosa hechicera; pero el laúd se había deslizado de sus manos, ella misma había caído en tierra y un instante después era levantada y recibida en los brazos de Ruiz de Alarcón.
The nuptials of the happy couple were celebrated soon afterwards with great splendor, and the Rose of the Alhambra became the ornament and delight of the court. “But hold—not so fast ” —I hear the reader exclaim, “this is jumping to the end of a story at a furious rate! First let us know how Ruyz de Alarcon managed to account to Jacinta for his long neglect? ” Nothing more easy; the venerable, time-honored excuse, the opposition to his wishes by a proud, pragmatical old father: besides, young people, who really like one another, soon come to an amicable understanding, and bury all past grievances when once they meet.  Las nupcias de la feliz pareja se celebraron poco después con gran esplendor, y «la Rosa de la Alhambra» se convirtió en el ornato y delicias de la Corte. —¡Eh! ¡Poquito a poco! —oigo exclamar al lector—. Esto es ir demasiado de prisa. El autor ha saltado caprichosamente, de un modo violento, al final de una bella historia de amor. Sepamos primero cómo se las compuso Ruiz de Alarcón para justificar ante Jacinta su largo abandono. Nada más fácil de explicar. Su olvido fue motivado por una respetable y c9nocida excusa: la oposición que puso a sus ansias y ruegos la voluntad inflexible de su anciano y altivo padre; pero los jóvenes que de verdad se aman, cuando vuelven a encontrarse de nuevo, pronto hacen las amistades y entierran en el olvido los pasados agravios.
But how was the proud pragmatical old father reconciled to the match?  —Pero ¿cómo consintió en el enlace ese orgulloso e inflexible anciano?
Oh! as to that, his scruples were easily overcome by a word or two from the queen; especially as dignities and rewards were showered upon the blooming favorite of royalty. Besides, the lute of Jacinta, you know, possessed a magic power, and could control the most stubborn head and hardest breast.  —¡Ah! Muy sencillo: sus escrúpulos se desvanecieron fácilmente con unas palabras de la reina; en especial cuando comenzaron a llover honras y dignidades sobre la gentil favorita de los reyes. Además, como ya sabe el lector, el laúd de Jacinta poseía un mágico poder y era capaz de triunfar de la más testaruda cabeza y del más endurecido corazón.
And what came of the enchanted lute?  —Pero ¿dónde fue a parar el encantado laúd?
Oh, that is the most curious matter of all, and plainly proves the truth of the whole story. That lute remained for some time in the family, but was purloined and carried off, as was supposed, by the great singer Farinelli, in pure jealousy. At his death it passed into other hands in Italy, who were ignorant of its mystic powers, and melting down the silver, transferred the strings to an old Cremona fiddle. The strings still retain something of their magic virtues. A word in the reader’s ear, but let it go no further—that fiddle is now bewitching the whole world—it is the fiddle of Paganini!  —¡Ah! Esto es lo más curioso de todo, y que demuestra claramente la veracidad de nuestra historia. Aquel laúd permaneció por algún tiempo en la familia; pero lo robó y se lo llevó según se cree, el -gran cantante Farinelli, tentado de pura envidia. A su muerte, pasó a otras manos en Italia; ignorantes de su mágico poder, fundieron la plata y aprovecharon sus cuerdas en un viejo violín de Cremona. Todavía conservan éstas algo de su maravillosa virtud. Una palabra al oído del lector, pero que no lo sepa nadie: ese violín esta ahora fascinando al mundo entero: ¡es el violín de Paganini!