"The Wedding Knell - [ El repique nupcial] "









Nathaniel Hawthorne

The Wives of the Dead

[Las esposas de los muertos]


The following story, the simple and domestic incidents of which may be deemed scarcely worth relating, after such a lapse of time, awakened some degree of interest, a hundred years ago, in a principal seaport of the Bay Province. The rainy twilight of an autumn day,--a parlor on the second floor of a small house, plainly furnished, as beseemed the middling circumstances of its inhabitants, yet decorated with little curiosities from beyond the sea, and a few delicate specimens of Indian manufacture,--these are the only particulars to be premised in regard to scene and season. Two young and comely women sat together by the fireside, nursing their mutual and peculiar sorrows. They were the recent brides of two brothers, a sailor and a landsman, and two successive days had brought tidings of the death of each, by the chances of Canadian warfare and the tempestuous Atlantic. The universal sympathy excited by this bereavement drew numerous condoling guests to the habitation of the widowed sisters. Several, among whom was the minister, had remained till the verge of evening; when, one by one, whispering many comfortable passages of Scripture, that were answered by more abundant tears, they took their leave, and departed to their own happier homes. The mourners, though not insensible to the kindness of their friends, had yearned to be left alone. United, as they had been, by the relationship of the living, and now more closely so by that of the dead, each felt as if whatever consolation her grief admitted were to be found in the bosom of the other. They joined their hearts, and wept together silently. But after an hour of such indulgence, one of the sisters, all of whose emotions were influenced by her mild, quiet, yet not feeble character, began to recollect the precepts of resignation and endurance which piety had taught her, when she did not think to need them. Her misfortune, besides, as earliest known, should earliest cease to interfere with her regular course of duties; accordingly, having placed the table before the fire, and arranged a frugal meal, she took the hand of her companion. El relato siguiente, cuyos incidentes simples y domésticos parecieron escasamente dignos de ser relatados, después de un lapso muy prolongado, despertó algún grado de interés, hace cien años, en un puerto importante de la Bay Province. El crepúsculo lluvioso de un día de otoño, la sala en el segundo piso de una casa pequeña sencillamente amueblada, como correspondía a la situación modesta de sus habitantes, decorada con pequeños objetos de allende el mar y algunos delicados ejemplos de la manufactura india, son los únicos detalles a señalar en cuanto a la escena y el momento. Dos mujeres jóvenes y hermosas se sentaron juntas al lado del fuego con sus propias y mutuas penas. Eran las esposas recientes de dos hermanos, un marino y un combatiente voluntario; en días anteriores les trajeron noticias acerca de la muerte de ambos, por los azares de la guerra canadiense y de la guerra del Atlántico. La solidaridad general que suscitó este suceso trajo a numerosos invitados que llegaban a dar su pésame a las hermanas viudas. Algunos, entre quienes estaba el pastor, permanecieron hasta entrada ya la noche, cuando de uno en uno, susurrando confortables pasajes de las Escrituras, que eran contestados con lágrimas abundantes, comenzaron a retirarse y partieron hacia sus más felices hogares. Las dolientes mujeres, aunque no eran insensibles a la amabilidad de sus amigos, habían deseado que las dejaran solas. Unidas por la relación con los vivos, ahora lo estaban más estrechamente por la de los muertos. Cada una sentía que su pena podía admitir el consuelo que la otra podía otorgarle. Reunieron sus corazones y lloraron juntas y silenciosamente. Después de una hora de tal indulgencia consigo mismas, una de ellas, cuyas emociones eran influidas por un carácter suave, tranquilo aunque no endeble, comenzó a recordar los preceptos de la resignación y de la resistencia que la piedad le había enseñado, cuando no creyó necesitarlos. Además, sus desgracias, tan rápidamente conocidas, deberían terminar rápidamente de interferir en sus deberes habituales; de acuerdo con esto, acercó una mesa al fuego y dispuso una comida frugal, mientras tomaba la mano de su compañera.
"Come, dearest sister; you have eaten not a morsel to-day," she said. "Arise, I pray you, and let us ask a blessing on that which is provided for us." —Ven, querida hermana, hoy no has comido —dijo—. Levántate, te lo ruego, y pidamos la bendición por aquello que sí se nos ha otorgado.
Her sister-in-law was of a lively and irritable temperament, and the first pangs of her sorrow had been expressed by shrieks and passionate lamentation. She now shrunk from Mary′s words, like a wounded sufferer from a hand that revives the throb. Su cuñada tenía un temperamento irritable y las primeras muestras de su pena habían sido expresadas por convulsiones y por un apasionado lamento. Ahora rehusó las sugerencias de Mary como un sufriente herido lo haría ante la mano que trata de revivir su corazón.
"There is no blessing left for me, neither will I ask it!" cried Margaret, with a fresh burst of tears. "Would it were His will that I might never taste food more!" —No hay bendición para mí, ni tampoco la pediría —exclamó Margaret, con un nuevo período de lágrimas. —Que sea su voluntad si yo no pruebo alimento ninguno.
Yet she trembled at these rebellious expressions, almost as soon as they were uttered, and, by degrees, Mary succeeded in bringing her sister′s mind nearer to the situation of her own. Time went on, and their usual hour of repose arrived. The brothers and their brides, entering the married state with no more than the slender means which then sanctioned such a step, had confederated themselves in one household, with equal rights to the parlor, and claiming exclusive privileges in two sleeping- rooms contiguous to it. Thither the widowed ones retired, after heaping ashes upon the dying embers of their fire, and placing a lighted lamp upon the hearth. The doors of both chambers were left open, so that a part of the interior of each, and the beds with their unclosed curtains, were reciprocally visible. Sleep did not steal upon the sisters at one and the same time. Mary experienced the effect often consequent upon grief quietly borne, and soon sunk into temporary forgetfulness, while Margaret became more disturbed and feverish, in proportion as the night advanced with its deepest and stillest hours. She lay listening to the drops of rain, that came down in monotonous succession, unswayed by a breath of wind; and a nervous impulse continually caused her to lift her head from the pillow, and gaze into Mary′s chamber and the intermediate apartment. The cold light of the lamp threw the shadows of the furniture up against the wall, stamping them immovably there, except when they were shaken by a sudden flicker of the flame. Two vacant arm-chairs were in their old positions on opposite sides of the hearth, where the brothers had been wont to sit in young and laughing dignity, as heads of families; two humbler seats were near them, the true thrones of that little empire, where Mary and herself had exercised in love a power that love had won. The cheerful radiance of the fire had shone upon the happy circle, and the dead glimmer of the lamp might have befitted their reunion now. While Margaret groaned in bitterness, she heard a knock at the street door. Temblaba con esta actitud rebelde, pero después, gradualmente, Mary consiguió acercar la mente de su cuñada hacia la suya. Pasó el tiempo y llegó la hora habitual del descanso. Los hermanos y sus esposas habían llegado al matrimonio con medios muy escasos y se habían asociado para ocupar una sola vivienda, con derechos iguales para la sala y con privilegios exclusivos para las dos alcobas contiguas. Ahí se retiraron las viudas, después de acumular la ceniza sobre las brazas languidecientes del fuego; colocando una lámpara encendida sobre el hogar. Las puertas de ambas alcobas quedaron abiertas y una parte del interior de cada una, y con las cortinas abiertas, eran recíprocamente visibles. El sueño no llegó a ambas esposas al mismo tiempo. Mary experimentó el efecto que a menudo causa una pena llevada en silencio, y rápidamente se hundió en un temporal olvido, mientras Margaret se hallaba más perturbada y febril, lo que aumentó a medida que la noche avanzaba con sus horas más profundas y quietas. Permaneció escuchando las gotas de lluvia que caían en una monótona sucesión, no afectadas ni siquiera por una brisa. Un nervioso impulso la hacía levantar continuamente la cabeza de su almohada y contemplar la alcoba de Mary y la habitación intermedia. La luz fría de la lámpara proyectaba las sombras de los muebles en la pared, inmóviles excepto cuando aparecían sacudidas por una repentina vibración de la llama. Dos sillones vacíos estaban en sus antiguas posiciones a los lados opuestos de la chimenea, donde los hermanos se sentaban con una importancia joven y satisfecha, asumiendo su papel de jefes de familia; dos asientos más humildes estaban a su lado; eran como verdaderos tronos de aquel imperio en donde Mary y ella misma habían ejercido en el amor un poder que el amor les había ganado. El resplandor del fuego había brillado sobre este círculo de personas felices y la luz leve de la lámpara habría sido adecuada ahora para su reunión. Mientras Margaret gemía amargamente, escuchó un golpe en la puerta de la calle.
"How would my heart have leapt at that sound but yesterday!" thought she, remembering the anxiety with which she had long awaited tidings from her husband. —¡Cómo habría recibido ayer mi corazón ese golpe! —pensó mientras recordaba la ansiedad con la qué había esperado noticias de su marido.
"I care not for it now; let them begone, for I will not arise." —Ahora ya no me importa, que se vaya, porque no me levantaré.
But even while a sort of childish fretfulness made her thus resolve, she was breathing hurriedly, and straining her ears to catch a repetition of the summons. It is difficult to be convinced of the death of one whom we have deemed another self. The knocking was now renewed in slow and regular strokes, apparently given with the soft end of a doubled fist, and was accompanied by words, faintly heard through several thicknesses of wall. Margaret looked to her sister′s chamber, and beheld her still lying in the depths of sleep. She arose, placed her foot upon the floor, and slightly arrayed herself, trembling between fear and eagerness as she did so. Aunque una suerte de irritación infantil hacía tomar esa determinación, estaba respirando velozmente mientras afinaba sus oídos para escuchar la repetición de los golpes. Es difícil convencerse de la muerte de alguien a quien hemos considerado como propio. La llamada se reanudó, ahora con golpes lentos y regulares, aparentemente hechos con un puño doblado; los golpes se acompañaban por algunas palabras, apenas oídas a través de varias paredes. Margaret se volvió hacia la alcoba de su cuñada y vio que permanecía en las profundidades del sueño. Se levantó, puso un pie en el piso y se arregló levemente, mientras temblaba por el miedo y la ansiedad.
"Heaven help me!" sighed she. "I have nothing left to fear, and methinks I am ten times more a coward than ever." —¡El cielo me proteja! —suspiró—. Ya no me queda nada qué temer y creo que soy diez veces más cobarde que antes.
Seizing the lamp from the hearth, she hastened to the window that overlooked the street-door. It was a lattice, turning upon hinges; and having thrown it back, she stretched her head a little way into the moist atmosphere. A lantern was reddening the front of the house, and melting its light in the neighboring puddles, while a deluge of darkness overwhelmed every other object. As the window grated on its hinges, a man in a broad-brimmed hat and blanket-coat stepped from under the shelter of the projecting story, and looked upward to discover whom his application had aroused. Margaret knew him as a friendly innkeeper of the town. Recogió la lámpara del hogar y se apresuró hasta la ventana que daba sobre la puerta de la calle. Era una reja apoyada entre bisagras, y empujándola asomó su cabeza hacia la atmósfera húmeda. Una linterna teñía de rojo el frente de su casa y disolvía su luz sobre los charcos cercanos, mientras una total oscuridad cubría el resto. Cuando la ventana giró sobre sus goznes, un hombre con sombrero de ala ancha y un abrigo muy grande se separó del techo bajo el que se protegía y miró hacia arriba para descubrir qué ocurría con su llamada. Margaret lo conocía como el amistoso posadero del pueblo.
"What would you have, Goodman Parker?" cried the widow. —¿Qué desea Goodman Parker? —dijo la viuda.
"Lackaday, is it you, Mistress Margaret?" replied the innkeeper. "I was afraid it might be your sister Mary; for I hate to see a young woman in trouble, when I have n′t a word of comfort to whisper her." —Lo lamento, ¿es usted, señora Margaret? —dijo el hombre. —Temía que pudiera ser su hermana Mary, porque no megusta ver a una mujer afligida cuando no tengo una palabra de aliento que decirle.
"For Heaven′s sake, what news do you bring?" screamed Margaret. —En el nombre del cielo, ¿qué noticias trae usted? —gritó Margaret.
"Why, there has been an express through the town within this half-hour," said Goodman Parker, "travelling from the eastern jurisdiction with letters from the governor and council. He tarried at my house to refresh himself with a drop and a morsel, and I asked him what tidings on the frontiers. He tells me we had the better in the skirmish you wot of, and that thirteen men reported slain are well and sound, and your husband among them. Besides, he is appointed of the escort to bring the captivated Frenchers and Indians home to the province jail. I judged you would n′t mind being broke of your rest, and so I stepped over to tell you. Good night." —Es que ha llegado un mensajero expreso al pueblo hace una media hora —dijo Goodman Parker—. Ha viajado desde el Este, con unas cartas del gobernador y del Consejo. El hombre se detuvo en mi casa para refrescarse con un trago y un bocado y yo le pregunté qué noticias había en la frontera. Me dijo que triunfamos en una escaramuza y que trece hombres a los que se creía muertos están vivos y sanos, su marido entre ellos; además, fue designado para la escolta que llevará a los prisioneros franceses y a los indios hasta la cárcel provincial. Me pareció que a usted no le importaría ser molestada en su descanso, así que por eso vine a decírselo. Buenas noches.
So saying, the honest man departed; and his lantern gleamed along the street, bringing to view indistinct shapes of things, and the fragments of a world, like order glimmering through chaos, or memory roaming over the past. But Margaret stayed not to watch these picturesque effects. Joy flashed into her heart, and lighted it up at once; and breathless, and with winged steps, she flew to the bedside of her sister. She paused, however, at the door of the chamber, while a thought of pain broke in upon her. Al terminar de decir esto el hombre se alejó, y su linterna brillaba a lo largo de la calle, dejando formas indistintas de cosas y los fragmentos de un mundo, como si el orden iluminara a través del caos o el recuerdo surgiera del pasado. Margaret no se quedó a contemplar estos curiosos efectos. La alegría relampagueó en su corazón y lo iluminó de súbito; sin aliento y con pasos muy rápidos llegó hasta el cuarto de Mary. Se detuvo, sin embargo, en la puerta de la habitación. Una idea de pena surgió dentro de ella.
"Poor Mary!" said she to herself. "Shall I waken her, to feel her sorrow sharpened by my happiness? No; I will keep it within my own bosom till the morrow." —¡Pobre Mary! —se dijo —¿Habré de despertarla para que sienta que su dolor se acrecienta con mi felicidad? No, me reservaré esto para mí misma hasta mañana.
She approached the bed, to discover if Mary′s sleep were peaceful. Her face was turned partly inward to the pillow, and had been hidden there to weep; but a look of motionless contentment was now visible upon it, as if her heart, like a deep lake, had grown calm because its dead had sunk down so far within. Happy is it, and strange, that the lighter sorrows are those from which dreams are chiefly fabricated. Margaret shrunk from disturbing her sister-in-law, and felt as if her own better fortune had rendered her involuntarily unfaithful, and as if altered and diminished affection must be the consequence of the disclosure she had to make. With a sudden step she turned away. But joy could not long be repressed, even by circumstances that would have excited heavy grief at another moment. Her mind was thronged with delightful thoughts, till sleep stole on, and transformed them to visions, more delightful and more wild, like the breath of winter (but what a cold comparison!) working fantastic tracery upon a window. Se acercó a la cama para comprobar si el sueño de Mary era pacífico. El rostro estaba parcialmente hundido en la almohada, porque así se había ocultado para llorar, pero una expresión resignada e inmóvil era ahora visible, como si su corazón, igual que un lago profundo, hubiera llegado a la calma, después de que su marido se hubiera hundido. Feliz y también extraño resulta que las penas más ligeras son aquellas con las que se elaboran principalmente los sueños. Margaret se abstuvo de perturbar a su cuñada y sintió como si su propia felicidad y su mejor fortuna la hubiera hecho involuntariamente infiel a ella y como si un afecto alterado y disminuido debiera ser la consecuencia de la revelación que debía hacer. Con un paso apresurado se alejó, pero la alegría no podía reprimirse durante mucho tiempo, incluso por circunstancias que en otro momento habrían provocado una pena. Su mente quedó poblada de pensamientos deliciosos, hasta que el sueño la dominó y los transformó en visiones, aun más deliciosas y audaces, como el viento del invierno (¡Oh qué fría comparación!) trazando fantásticos dibujos sobre una ventana.
When the night was far advanced, Mary awoke with a sudden start. A vivid dream had latterly involved her in its unreal life, of which, however, she could only remember that it had been broken in upon at the most interesting point. For a little time, slumber hung about her like a morning mist, hindering her from perceiving the distinct outline of her situation. She listened with imperfect consciousness to two or three volleys of a rapid and eager knocking; and first she deemed the noise a matter of course, like the breath she drew; next, it appeared a thing in which she had no concern; and lastly, she became aware that it was a summons necessary to be obeyed. At the same moment, the pang of recollection darted into her mind; the pall of sleep was thrown back from the face of grief; the dim light of the chamber, and the objects therein revealed, had retained all her suspended ideas, and restored them as soon as she unclosed her eyes. Again there was a quick peal upon the street- door. Fearing that her sister would also be disturbed, Mary wrapped herself in a cloak and hood, took the lamp from the hearth, and hastened to the window. By some accident, it had been left unhasped, and yielded easily to her hand. Cuando la noche ya estaba muy avanzada, Mary se despertó repentinamente. Un sueño intenso la había envuelto en su irrealidad y sólo pudo recordar de él, sin embargo, que había sido interrumpido en el punto más interesante. Durante algunos momentos, el letargo pesó sobre ella como una niebla matutina, que le impedía percibir el perfil nítido de su situación. Sin despertar por completo escuchó el ruido de dos golpes rápidos y ansiosos; al principio descartó el ruido como algo normal en la noche, igual a su propio aliento; después pensó que no era en su casa; finalmente pensó que si era una llamada debía ser atendida; al mismo tiempo la fuerza del recuerdo penetró en su mente; el paño que cubría el sueño fue apartado de su rostro por el dolor; la luz tenue de la habitación y los objetos que revelaba había retenido todas sus ideas suspendidas y las rehicieron en cuanto abrió los ojos. Temía que su cuñada pudiera ser molestada y se envolvió con una manta, tomó la lámpara y se apresuró para llegar a la ventana. Por algún descuido no había sido cerrada y cedió fácilmente a su mano.
"Who′s there?" asked Mary, trembling as she looked forth. —¿Quién está ahí? —preguntó Mary, temblando, mientras miraba hacia afuera.
The storm was over, and the moon was up; it shone upon broken clouds above, and below upon houses black with moisture, and upon little lakes of the fallen rain, curling into silver beneath the quick enchantment of a breeze. A young man in a sailor′s dress, wet as if he had come out of the depths of the sea, stood alone under the window. Mary recognized him as one whose livelihood was gained by short voyages along the coast; nor did she forget that, previous to her marriage, he had been an unsuccessful wooer of her own. La tormenta había cesado y la luna estaba en lo más alto; brillaba entre las nubes que se habían separado e iluminaba las casas negras de humedad y sobre los pequeños lagos de la lluvia caía haciendo figuras de plata bajo el veloz encanto de la brisa. Un joven vestido de marinero, tan mojado como si hubiera llegado de las profundidades del mar, estaba solo bajo la ventana. Mary lo reconoció como a alguien que se ganaba la vida haciendo viajes cortos por la costa. No olvidaba tampoco que antes de casarse él había sido uno de sus pretendientes fracasados.
"What do you seek here, Stephen?" said she. —¿Qué buscas aquí, Stephen? —dijo.
"Cheer up, Mary, for I seek to comfort you," answered the rejected lover. "You must know I got home not ten minutes ago, and the first thing my good mother told me was the news about your husband. So, without saying a word to the old woman, I clapped on my hat, and ran out of the house. I could n′t have slept a wink before speaking to you, Mary, for the sake of old times." —Alégrate, Mary, porque vengo a consolarte —contestó el pretendiente rechazado. —Debes saber que llegué a casa, no hace todavía diez minutos, y lo primero que me dijo mi madre fue la novedad sobre tu marido. Así que sin decir una sola palabra recogí mi sombrero y salí corriendo de mi casa. No podía haber dormido ni un momento antes de hablar contigo, Mary, en el nombre de los viejos tiempos.
"Stephen, I thought better of you!" exclaimed the widow, with gushing tears and preparing to close the lattice; for she was no whit inclined to imitate the first wife of Zadig. —¡Stephen, pensaba mejor de ti! —exclamó la viuda, con lágrimas que ya se derramaban y dispuesta a cerrar la puerta.
"But stop, and hear my story out," cried the young sailor. "I tell you we spoke a brig yesterday afternoon, bound in from Old England. And who do you think I saw standing on deck, well and hearty, only a bit thinner than he was five months ago?" —Espera y escucha mi historia —exclamó el marinero. —Te diré que vimos una embarcación ayer en la tarde, que procedía de la vieja Inglaterra, ¿y a quién crees que vi de pie en la cubierta, saludable y contento, aunque un poco más delgado que hace cinco años?
Mary leaned from the window, but could not speak. "Why, it was your husband himself," continued the generous seaman. "He and three others saved themselves on a spar, when the Blessing turned bottom upwards. The brig will beat into the bay by daylight, with this wind, and you′ll see him here to-morrow. There′s the comfort I bring you, Mary, and so good night." Mary se inclinó más sobre la ventana pero no pudo hablar. —Caray, pues era tu propio marido —continuó el marinero. —Él y otros tres se salvaron en una lancha cuando el Blessing se hundió. El barco llegará mañana al amanecer a la bahía. Este es el consuelo que te traigo, Mary, así que buenas noches.
He hurried away, while Mary watched him with a doubt of waking reality, that seemed stronger or weaker as he alternately entered the shade of the houses, or emerged into the broad streaks of moonlight. Gradually, however, a blessed flood of conviction swelled into her heart, in strength enough to overwhelm her, had its increase been more abrupt. Her first impulse was to rouse her sister-in-law, and communicate the new- born gladness. She opened the chamber-door, which had been closed in the course of the night, though not latched, advanced to the bedside, and was about to lay her hand upon the slumberer′s shoulder. But then she remembered that Margaret would awake to thoughts of death and woe, rendered not the less bitter by their contrast with her own felicity. She suffered the rays of the lamp to fall upon the unconscious form of the bereaved one. Margaret lay in unquiet sleep, and the drapery was displaced around her; her young cheek was rosy-tinted, and her lips half opened in a vivid smile; an expression of joy, debarred its passage by her sealed eyelids, struggled forth like incense from the whole countenance. Se fue de prisa y Mary lo contempló con la duda de una realidad a la que despertaba y que parecía más débil o más fuerte según él atravesara alternadamente la sombra de las casas o surgiera a los trechos del claro de luna. Gradualmente, sin embargo, un flujo bendito de convencimiento se abrió en su corazón con la fuerza suficiente para abrumarla si su aumento hubiera sido más abrupto. Su primer impulso fue despertar a Margaret y comunicar la recién llegada alegría. Abrió la puerta de la alcoba, que había sido cerrada durante la noche, aunque sin llave, avanzó hasta la cama y estuvo a punto de tocar con su mano el hombro de su cuñada. Entonces recordó que Margaret se despertaría con pensamientos de muerte y sufrimientos, que serían más amargos con el contraste de su propia felicidad. Sintió la luz de la lámpara, que caía sobre la forma inconsciente de la otra viuda. Margaret dormía un sueño intranquilo y las sábanas estaban desordenadas a su alrededor; sus jóvenes mejillas estaban sonrosadas y sus labios entreabiertos, con una vivida sonrisa; una expresión de alegría, incompleta por los párpados cerrados, salía como el incienso de todo su semblante.
"My poor sister! you will waken too soon from that happy dream," thought Mary. —¡Mi pobre hermana! Despertarás demasiado pronto de este sueño feliz —pensó Mary.
Before retiring, she set down the lamp, and endeavored to arrange the bedclothes so that the chill air might not do harm to the feverish slumberer. But her hand trembled against Margaret′s neck, a tear also fell upon her cheek, and she suddenly awoke. Antes de retirarse, redujo la luz de la lámpara y arregló las ropas de cama para que el aire frío no perjudicara a la durmiente, pero su mano tembló junto al cuello de Margaret, una lágrima cayó en su mejilla y súbitamente se despertó.

(Traducción de Homero Alsina Thevenet)