"The Prophetic Pictures [Los retratos proféticos] "









Nathaniel Hawthorne

The Prophetic Pictures
[Los retratos proféticos]

"But this painter!" cried Walter Ludlow, with animation. "He not only excels in his peculiar art, but possesses vast acquirements in all other learning and science. He talks Hebrew with Dr. Mather and gives lectures in anatomy to Dr. Boylston. In a word, he will meet the best-instructed man among us on his own ground. Moreover, he is a polished gentleman, a citizen of the world--yes, a true cosmopolite; for he will speak like a native of each clime and country on the globe, except our own forests, whither he is now going. Nor is all this what I most admire in him." (Footnote 1: This story was suggested by an anecdote of Stuart related in Dunlap′s _History of the Arts of Designs_--a most entertaining book to the general reader, and a deeply-interesting one, we should think, to the artist.) —¡Vaya con este pintor! –exclamó Walter Ludlow, con animación—. No sólo se destaca en su arte particular, sino que tiene vastos conocimientos sobre todas las otras disciplinas y ciencias. Habla en hebreo con el doctor Mather, y da clases de anatomía al doctor Boylston. En una palabra, es capaz de competir con los más instruidos de nosotros en sus respectivos terrenos. Además, es un caballero refinado, un ciudadano del mundo, sí, un verdadero cosmopolita, porque habla como nativo sobre todos los climas y países del orbe, con excepción de nuestros propios bosques, hacia donde se dirige ahora. Y ni siquiera es todo esto lo que más admiro en él.
"Indeed!" said Elinor, who had listened with a women′s interest to the description of such a man. "Yet this is admirable enough." —¡Es cierto! —dijo Elinor, que había escuchado la descripción de semejante hombre con interés femenino—. Sin embargo es suficientemente admirable.
"Surely it is," replied her lover, "but far less so than his natural gift of adapting himself to every variety of character, insomuch that all men--and all women too, Elinor--shall find a mirror of themselves in this wonderful painter. But the greatest wonder is yet to be told." —Claro que sí —asintió su enamorado—, pero lo es mucho menos que su virtud natural para adaptarse a todas las gamas de personalidad, hasta tal punto que todos los hombres, y también todas las mujeres, Elinor, encontrarán un espejo de sí mismos en este extraordinario pintor. Pero aún no me he referido a la mayor maravilla.
"Nay, if he have more wonderful attributes than these," said Elinor, laughing, "Boston is a perilous abode for the poor gentleman. Are you telling me of a painter, or a wizard?" —Oh, no, si tuviera cualidades más prodigiosas que estas —dijo Elinor, riendo—, Boston sería una morada peligrosa para el pobre caballero. ¿Me hablas de un pintor o de un mago?
"In truth," answered he, "that question might be asked much more seriously than you suppose. They say that he paints not merely a man′s features, but his mind and heart. He catches the secret sentiments and passions and throws them upon the canvas like sunshine, or perhaps, in the portraits of dark-souled men, like a gleam of infernal fire. It is an awful gift," added Walter, lowering his voice from its tone of enthusiasm. "I shall be almost afraid to sit to him." —En verdad —respondió él—, esa pregunta se podría enunciar con más seriedad que la que tú supones. Dicen que pinta no solo los rasgos del modelo, sino también su mente y su corazón. Capta las pasiones y los sentimientos secretos y los transporta a la tela, como un rayo de sol o quizás, en los retratos de los hombres de alma tenebrosa, como un destello del fuego infernal. Se trata de un don terrible —agregó Walter, bajando la voz, que hasta ese momento había sido arrebatada por el entusiasmo—. Me inspiraría mucho miedo posar para él.
"Walter, are you in earnest?" exclaimed Elinor. —¿Walter, hablas en serio? —exclamó Elinor.
"For Heaven′s sake, dearest Elinor, do not let him paint the look which you now wear," said her lover, smiling, though rather perplexed. "There! it is passing away now; but when you spoke, you seemed frightened to death, and very sad besides. What were you thinking of?" —Por amor a Dios, queridísima Elinor, no permitas que pinte la expresión que luces ahora —dijo su enamorado, sonriendo, aunque un poco atónito—. Muy bien, ya se está borrando, pero cuando hablaste me pareció que estabas despavorida, y también un poco triste. ¿En qué pensabas?
"Nothing, nothing!" answered Elinor, hastily. "You paint my face with your own fantasies. Well, come for me tomorrow, and we will visit this wonderful artist." —En nada, en nada —contestó Elinor de prisa—. Tú trasladas a mi semblante tus propias fantasías. Bien, ven a buscarme mañana y visitaremos a este portentoso artista.
But when the young man had departed, it cannot be denied that a remarkable expression was again visible on the fair and youthful face of his mistress. It was a sad and anxious look, little in accordance with what should have been the feelings of a maiden on the eve of wedlock. Yet Walter Ludlow was the chosen of her heart. Pero es imposible negar que cuando el muchacho hubo partido la extraña expresión volvió a aparecer en el rostro terso y juvenil de su amada. Era una expresión triste y angustiada, que no armonizaba con los que deberían haber sido los sentimientos de una doncella en vísperas del himeneo. Sin embargo, Walter Ludlow era el elegido de su corazón.
"A look!" said Elinor to herself. "No wonder that it startled him if it expressed what I sometimes feel. I know by my own experience how frightful a look may be. But it was all fancy. I thought nothing of it at the time; I have seen nothing of it since; I did but dream it;" and she busied herself about the embroidery of a ruff in which she meant that her portrait should be taken. —¡Mi expresión! —murmuró Elinor para sus adentros—. No es extraño que lo haya sorprendido, si reflejaba lo que a veces siento. Sé, por mi propia experiencia, cuán espantosa puede ser a veces una expresión. Pero todo fue una fantasía. En ese momento no pensé nada, desde entonces no volví a verlo... no fue más que un sueño. Y dedicó todos sus afanes al bordado de la gorguera con la que se proponía hacerse retratar.
The painter of whom they had been speaking was not one of those native artists who at a later period than this borrowed their colors from the Indians and manufactured their pencils of the furs of wild beasts. Perhaps, if he could have revoked his life and prearranged his destiny, he might have chosen to belong to that school without a master in the hope of being at least original, since there were no works of art to imitate nor rules to follow. But he had been born and educated in Europe. People said that he had studied the grandeur or beauty of conception and every touch of the master-hand in all the most famous pictures in cabinets and galleries and on the walls of churches till there was nothing more for his powerful mind to learn. Art could add nothing to its lessons, but Nature might. He had, therefore, visited a world whither none of his professional brethren had preceded him, to feast his eyes on visible images that were noble and picturesque, yet had never been transferred to canvas. America was too poor to afford other temptations to an artist of eminence, though many of the colonial gentry on the painter′s arrival had expressed a wish to transmit their lineaments to posterity by moans of his skill. Whenever such proposals were made, he fixed his piercing eyes on the applicant and seemed to look him through and through. If he beheld only a sleek and comfortable visage, though there were a gold-laced coat to adorn the picture and golden guineas to pay for it, he civilly rejected the task and the reward; but if the face were the index of anything uncommon in thought, sentiment or experience, or if he met a beggar in the street with a white beard and a furrowed brow, or if sometimes a child happened to look up and smile, he would exhaust all the art on them that he denied to wealth. El pintor al que se habían referido no era uno de esos artistas nativos que, en un periodo posterior a aquel en el que transcurre la historia, copiaron sus colores de los indios y fabricaron sus pinceles con las pieles de animales salvajes. Quizá, si hubiera podido cancelar su vida y rehacer su destino, habría optado por pertenecer a esa escuela sin maestro, con la esperanza de ser por lo menos original, porque no había obras de arte para imitar ni reglas a las cuales atenerse. Pero había nacido en Europa y allí se había educado. La gente decía que había estudiado la magnificencia o belleza de concepción, y todas las pinceladas de la mano maestra que se exponían en los cuadros más famosos, en los gabinetes y galerías, y sobre los muros de las iglesias, hasta que a su poderosa mente no le quedó nada por asimilar. El arte no podía agregar otra revelación a sus lecciones, pero la Naturaleza sí. En consecuencia había visitado un mundo por el que no lo había precedido ninguno de sus colegas, para recrear sus ojos sobre imágenes visibles que eran nobles y pintorescas, aunque nunca habían sido transportadas a la tela. América era demasiado pobre para proporcionar otras tentaciones a un pintor descollante, aunque muchos aristócratas coloniales, al tener noticia de la llegada del artista, expresaron el deseo de legar sus rasgos a la posteridad recurriendo a su pericia. Cada vez que le hacían una de estas propuestas, clavaba sus ojos penetrantes en el candidato y parecía atravesarlo con la mirada. Si sólo descubría un rostro pulido y apacible, aunque estuviera acompañado por una casaca recamada en oro para adornar el cuadro y por una oferta de guineas también de oro para pagarlo, rechazaba cortésmente el encargo y la recompensa. Pero si las facciones reflejaban algo inusitado, ya fuera a nivel de las ideas, los sentimientos o la experiencia; o si encontraba en la calle a un mendigo de barba blanca y frente surcada de arrugas; o si ocasionalmente un niño levantaba la vista y sonreía, agotaba con ellos todo el arte que había negado a los ricos.
Pictorial skill being so rare in the colonies, the painter became an object of general curiosity. If few or none could appreciate the technical merit of his productions, yet there were points in regard to which the opinion of the crowd was as valuable as the refined judgment of the amateur. He watched the effect that each picture produced on such untutored beholders, and derived profit from their remarks, while they would as soon have thought of instructing Nature herself as him who seemed to rival her. Their admiration, it must be owned, was tinctured with the prejudices of the age and country. Some deemed it an offence against the Mosaic law, and even a presumptuous mockery of the Creator, to bring into existence such lively images of his creatures. Others, frightened at the art which could raise phantoms at will and keep the form of the dead among the living, were inclined to consider the painter as a magician, or perhaps the famous Black Man of old witch-times plotting mischief in a new guise. These foolish fancies were more, than half believed among the mob. Even in superior circles his character was invested with a vague awe, partly rising like smoke-wreaths from the popular superstitions, but chiefly caused by the varied knowledge and talents which he made subservient to his profession. Puesto que la destreza pictórica era tan escasa en las colonias, el artista se convirtió en blanco de la curiosidad general. Si bien eran pocos o ninguno quienes podían apreciar el mérito técnico de sus obras, había empero puntos respecto de los cuales la opinión de la multitud valía tanto como el juicio exquisito del aficionado. Observaba el efecto que cada cuadro producía sobre estos espectadores inexpertos y sacaba provecho de sus comentarios, en tanto que ellos se sentían tan poco autorizados a asesorar a la misma Naturaleza como a aquél que parecía rivalizar con ésta. Debemos aclarar que la admiración estaba empañada por los prejuicios de la época y el país. Algunos pensaban que era una trasgresión a la ley mosaica, e incluso una burla vanidosa al Hacedor, forjar imágenes tan vívidas de sus criaturas. Otros, espantados por un arte que era capaz de conjurar fantasmas a voluntad, y de salvaguardar la figura de los muertos entre los vivos, tendían a catalogar al pintor como un mago, o quizá como el famoso Hombre Negro de los viejos tiempos de la brujería, que planeaba aberraciones con un nuevo disfraz. La chusma creía más que a medias en estas absurdas fantasías. Incluso los círculos superiores rodeaban su carácter con una vaga aureola amenazante, que se desprendía en parte como una voluta de humo de las supersticiones populares, pero que provenía fundamentalmente de los diversos conocimientos y talentos que él ponía al servicio de su profesión.
Being on the eve of marriage, Walter Ludlow and Elinor were eager to obtain their portraits as the first of what, they doubtless hoped, would be a long series of family pictures. The day after the conversation above recorded they visited the painter′s rooms. A servant ushered them into an apartment where, though the artist himself was not visible, there were personages whom they could hardly forbear greeting with reverence. They knew, indeed, that the whole assembly were but pictures, yet felt it impossible to separate the idea of life and intellect from such striking counterfeits. Several of the portraits were known to them either as distinguished characters of the day or their private acquaintances. There was Governor Burnett, looking as if he had just received an undutiful communication from the House of Representatives and were inditing a most sharp response. Mr. Cooke hung beside the ruler whom he opposed, sturdy and somewhat puritanical, as befitted a popular leader. The ancient lady of Sir William Phipps eyed them from the wall in ruff and farthingale, an imperious old dame not unsuspected of witchcraft. John Winslow, then a very young man, wore the expression of warlike enterprise which long afterward made him a distinguished general. Their personal friends were recognized at a glance. In most of the pictures the whole mind and character were brought out on the countenance and concentrated into a single look; so that, to speak paradoxically, the originals hardly resembled themselves so strikingly as the portraits did. Puesto que se hallaban en vísperas de su boda Walter Ludlow y Elinor estaban ansiosos por hacerse pintar sus retratos, los cuales serían indudablemente, según esperaban, los primeros de una larga serie de cuadros familiares. Un día después de mantener la conversación arriba registrada visitaron los aposentos del pintor. Un sirviente los hizo entrar en el departamento donde, aunque el artista en persona no estaba visible, se acumulaban próceres que ellos no pudieron dejar de saludar con respeto. Sabían, en verdad, que toda la concurrencia sólo estaba constituida por retratos, y sin embargo les resultó imposible separar de tan asombrosas imágenes la idea de la vida y el intelecto. Varias de esas caras les resultaban conocidas, ya fuera porque pertenecían a destacados personajes de la época o a amigos particulares de ellos. Allí estaba el gobernador Burnett, que parecía haber recibido un mensaje ofensivo de la Cámara de Representantes, para el que estaba elaborando una violentísima respuesta. El señor Cooke colgaba junto al gobernante al que se oponía, adusto y un poco puritano, como corresponde a un cabecilla popular. La vieja esposa de Sir William Phipps los contemplaba desde la pared, con gorguera y guardainfante, una anciana prepotente que no había sido inmune a las acusaciones de brujería. John Winslow, entonces muy joven, lucía una expresión de exaltación bélica, que más tarde lo convirtió en un distinguido general. Bastaba una ojeada para reconocer a sus amigos personales. En la mayoría de los cuadros el espíritu y el carácter afloraban totalmente en las facciones y se concentraban en una sola mirada, de modo que, para decirlo en términos paradójicos, los originales no se parecían a sí mismos tan notablemente como los retratos.
Among these modern worthies there were two old bearded saints who had almost vanished into the darkening canvas. There was also a pale but unfaded Madonna who had perhaps been worshipped in Rome, and now regarded the lovers with such a mild and holy look that they longed to worship too. Entre estos próceres modernos figuraban dos viejos santos barbudos, que casi se habían borrado de las telas oscurecidas. También los acompañaba una Madona pálida, pero nítida, que quizás había sido reverenciada en Roma, y que ahora contemplaba a los enamorados con una expresión tan dulce y santa que ellos también anhelaban venerarla.
"How singular a thought," observed Walter Ludlow, "that this beautiful face has been beautiful for above two hundred years! Oh, if all beauty would endure so well! Do you not envy her, Elinor?" —Es increíble —observó Walter Ludlow—, que este bello rostro haya sido bello durante más de doscientos años. ¡Ah, si toda la hermosura pudiera perdurar así! ¿No la envidias, Elinor?
"If earth were heaven, I might," she replied. "But, where all things fade, how miserable to be the one that could not fade!" —Si la tierra fuera el cielo, quizá lo haría —respondió ella—. Pero donde todo se desvanece, ¡qué desdicha me causaría ser la única en no marchitarme!
"This dark old St. Peter has a fierce and ugly scowl, saint though he be," continued Walter; "he troubles me. But the Virgin looks kindly at us." —Este oscuro y viejo San Pedro tiene una expresión feroz y repelente, por muy santo que sea —continuó Walter—. Me fastidia. Pero la Virgen nos mira con ternura.
"Yes, but very sorrowfully, methinks," said Elinor. —Sí, pero me parece que muy tristemente —dijo Elinor.
The easel stood beneath these three old pictures, sustaining one that had been recently commenced. After a little inspection they began to recognize the features of their own minister, the Rev. Dr. Colman, growing into shape and life, as it were, out of a cloud. El caballete se encontraba entre estos tres antiguos cuadros y sostenía otro que recién había sido comenzado. Después de una breve inspección, empezaron a reconocer los rasgos de su propio pastor, el reverendo doctor Colman, que parecía tomar forma y vida, por así decirlo, a partir de una nube.
"Kind old man!" exclaimed Elinor. "He gazes at me as if he were about to utter a word of paternal advice." —¡Qué anciano bondadoso! —exclamó Elinor—. Me mira como si se dispusiera a darme un consejo paternal.
"And at me," said Walter, "as if he were about to shake his head and rebuke me for some suspected iniquity. But so does the original. I shall never feel quite comfortable under his eye till we stand before him to be married." —Y a mí —agregó Walter—, como si estuviera a punto de menear la cabeza y sermonearme por alguna presunta iniquidad. Pero otro tanto hace el original. Nunca me sentiré muy cómodo bajo su mirada hasta que nos presentemos ante él para casarnos.
They now heard a footstep on the floor, and, turning, beheld the painter, who had been some moments in the room and had listened to a few of their remarks. He was a middle-aged man with a countenance well worthy of his own pencil. Indeed, by the picturesque though careless arrangement of his rich dress, and perhaps because his soul dwelt always among painted shapes, he looked somewhat like a portrait himself. His visitors were sensible of a kindred between the artist and his works, and felt as if one of the pictures had stepped from the canvas to salute them. En ese momento oyeron una pisada junto a la puerta y, al volverse, vieron al pintor, que estaba en el cuarto desde hacía pocos minutos y había escuchado algunos de sus comentarios. Era un hombre de edad intermedia, con un rostro muy digno de su propio pincel. En verdad, dado el pintoresco pero negligente arreglo de sus ricas vestiduras, y quizá porque su alma residía entre las imágenes pintadas, él mismo parecía un retrato. Los visitantes percibían un vínculo de parentesco entre el artista y sus obras y se sintieron como si uno de los modelos hubiera salido de la tela para saludarlos.
Walter Ludlow, who was slightly known to the painter, explained the object of their visit. While he spoke a sunbeam was falling athwart his figure and Elinor′s with so happy an effect that they also seemed living pictures of youth and beauty gladdened by bright fortune. The artist was evidently struck. Walter Ludlow, que tenía alguna amistad con el pintor, explicó el propósito de su visita. Mientras hablaba, un rayo de sol cayó sobre su figura y la de Elinor, con un efecto tan dichoso que ellos también parecieron las imágenes vivientes de la juventud y la belleza, estimuladas por la radiante fortuna. El artista quedó evidentemente impresionado.
"My easel is occupied for several ensuing days, and my stay in Boston must be brief," said he, thoughtfully; then, after an observant glance, he added, "But your wishes shall be gratified though I disappoint the chief-justice and Madame Oliver. I must not lose this opportunity for the sake of painting a few ells of broadcloth and brocade." —Mi caballete estará ocupado durante varios de los próximos días, y mi estadía en Boston será necesariamente breve —dijo, con tono pensativo, y luego, después de echar una atenta mirada, agregó—: Pero vuestros deseos serán satisfechos, aunque tenga que desilusionar al presidente del Supremo Tribunal y a Madam Oliver. No debo perder esta oportunidad por el gusto de pintar unos pocos metros de terciopelo y brocado.
The painter expressed a desire to introduce both their portraits into one picture and represent them engaged in some appropriate action. This plan would have delighted the lovers, but was necessarily rejected because so large a space of canvas would have been unfit for the room which it was intended to decorate. Two half-length portraits were therefore fixed upon. After they had taken leave, Walter Ludlow asked Elinor, with a smile, whether she knew what an influence over their fates the painter was about to acquire. El pintor expresó el deseo de incluir sus dos retratos en un solo cuadro, y de representarlos entregados a alguna actividad apropiada. Este plan habría complacido a los novios, pero debieron rechazarlo porque una tela de tan grandes dimensiones habría sido impropia para la habitación que estaba destinada a decorar. Por consiguiente optaron por dos retratos de medio cuerpo. Después de abandonar el estudio, Walter Ludlow le preguntó a Elinor, con una sonrisa, si conocía la influencia que el pintor estaba próximo a adquirir sobre sus destinos.
"The old women of Boston affirm," continued he, "that after he has once got possession of a person′s face and figure he may paint him in any act or situation whatever, and the picture will be prophetic. Do you believe it?" —Las viejas de Boston afirman —continuó—, que después de haberse apoderado del rostro y la figura de un individuo, puede pintarlos en cualquier otra actitud o situación... y que el retrato tendrá virtudes proféticas. ¿Tú lo crees?
"Not quite," said Elinor, smiling. "Yet if he has such magic, there is something so gentle in his manner that I am sure he will use it well." —No totalmente —respondió Elinor, sonriendo—. Sin embargo, si gozara de ese poder mágico, sus modales son tan dulces que estoy segura de que lo utilizaría correctamente.
It was the painter′s choice to proceed with both the portraits at the same time, assigning as a reason, in the mystical language which he sometimes used, that the faces threw light upon each other. Accordingly, he gave now a touch to Walter and now to Elinor, and the features of one and the other began to start forth so vividly that it appeared as if his triumphant art would actually disengage them from the canvas. Amid the rich light and deep shade they beheld their phantom selves, but, though the likeness promised to be perfect, they were not quite satisfied with the expression: it seemed more vague than in most of the painter′s works. He, however, was satisfied with the prospect of success, and, being much interested in the lovers, employed his leisure moments, unknown to them, in making a crayon sketch of their two figures. During their sittings he engaged them in conversation and kindled up their faces with characteristic traits, which, though continually varying, it was his purpose to combine and fix. At length he announced that at their next visit both the portraits would be ready for delivery. El pintor decidió pintar los dos retratos simultáneamente, y la razón que dio para ello, en el lenguaje místico que a veces empleaba, consistió en que había un intercambio de luminosidad entre ambos rostros. Por consiguiente le daba a ratos una pincelada a la imagen de Walter, y luego otra a la de Elinor, y los rasgos de los enamorados empezaron a resaltar tan vivazmente que parecía que su arte victorioso terminaría por desencarnarlos de la tela. En medio de la luz radiante y la sombra espesa, veían los fantasmas de ellos mismos. Pero, aunque el parecido prometía ser perfecto, no estaban totalmente satisfechos con la expresión. La encontraban más vaga que en la mayoría de las obras del pintor. Él, empero, estaba conforme con la perspectiva de éxito, y puesto que sentía mucho interés por los amantes empleaba sus momentos de ocio, sin que ellos lo supieran, en bosquejar sus figuras con lápiz. Durante las sesiones los hacía conversar, e iluminaba sus rostros con rasgos característicos que, aunque variaban constantemente, él tenía la intención de combinar y fijar. Por fin anunció que cuando volvieran a visitarlo encontrarían los dos retratos listos para la entrega.
"If my pencil will but be true to my conception in the few last touches which I meditate," observed he, "these two pictures will be my very best performances. Seldom indeed has an artist such subjects." While speaking he still bent his penetrative eye upon them, nor withdrew it till they had reached the bottom of the stairs. —Si mi pincel permanece fiel a mi idea, con los últimos toques que tengo meditados —observó el pintor—, estos dos retratos se convertirán en mis mejores obras. En verdad, pocas veces un artista tiene semejantes modelos. Mientras hablaba, continuó apuntando hacia ellos su ojo penetrante y no dejó de hacerlo hasta que hubieron llegado al pie de la escalera.
Nothing in the whole circle of human vanities takes stronger hold of the imagination than this affair of having a portrait painted. Yet why should it be so? The looking-glass, the polished globes of the andirons, the mirror-like water, and all other reflecting surfaces, continually present us with portraits--or, rather, ghosts--of ourselves which we glance at and straightway forget them. But we forget them only because they vanish. It is the idea of duration--of earthly immortality--that gives such a mysterious interest to our own portraits. En todo el inmenso ámbito de las vanidades humanas nada se apodera con más fuerza de la imaginación que el hecho de hacerse pintar un retrato. ¿Por qué ha de ser así? El espejo, los globos pulidos de los morillos, el agua quieta y todas las otras superficies reflectantes nos muestran sin cesar retratos, o más exactamente fantasmas, de nosotros mismos, que miramos y olvidamos inmediatamente. Pero los olvidamos sólo porque se desvanecen. Lo que otorga semejante interés misterioso a nuestros propios retratos es esta idea de perduración... de inmortalidad terrenal.
Walter and Elinor were not insensible to this feeling, and hastened to the painter′s room punctually at the appointed hour to meet those pictured shapes which were to be their representatives with posterity. The sunshine flashed after them into the apartment, but left it somewhat gloomy as they closed the door. Their eyes were immediately attracted to their portraits, which rested against the farthest wall of the room. At the first glance through the dim light and the distance, seeing themselves in precisely their natural attitudes and with all the air that they recognized so well, they uttered a simultaneous exclamation of delight. Walter y Elinor no eran ajenos a este sentimiento y se apresuraron a concurrir puntualmente al estudio del pintor, a la hora señalada, para conocer esas imágenes pintadas que habrían de representarlos ante la posteridad. La luz del sol inundó la habitación cuando ellos entraron, pero la dejó relativamente en penumbras cuando cerraron la puerta. Sus ojos fueron instantáneamente atraídos por los retratos, que descansaban contra la pared opuesta del cuarto. Al echar la primera mirada a través de la luz tenue y la distancia, y al verse precisamente en sus actitudes naturales y con ese talante que ellos reconocían tan bien, lanzaron una exclamación simultánea de júbilo.
"There we stand," cried Walter, enthusiastically, "fixed in sunshine for ever. No dark passions can gather on our faces." —¡Allí estamos —exclamó Walter, con entusiasmo—, perpetrados bajo la luz del sol! ¡Jamás una pasión tenebrosa podrá cernirse sobre nuestros rostros!
"No," said Elinor, more calmly; "no dreary change can sadden us." —No —respondió Elinor, con tono más sereno—, ningún cambio desventurado podrá apenarnos.
This was said while they were approaching and had yet gained only an imperfect view of the pictures. The painter, after saluting them, busied himself at a table in completing a crayon sketch, leaving his visitors to form their own judgment as to his perfected labors. At intervals he sent a glance from beneath his deep eyebrows, watching their countenances in profile with his pencil suspended over the sketch. They had now stood some moments, each in front of the other′s picture, contemplating it with entranced attention, but without uttering a word. At length Walter stepped forward, then back, viewing Elinor′s portrait in various lights, and finally spoke. Esto fue lo que dijeron mientras se aproximaban y cuando aún no habían tenido una visión cabal de los retratos. El pintor, después de saludarlos, se inclinó sobre una mesa, esmerándose por completar un dibujo trazado a lápiz, y dejó que los visitantes se formaran su propia opinión acerca del fruto de sus desvelos. A ratos los atisbaba desde abajo de sus espesas cejas, estudiando el perfil de sus facciones, con el lápiz suspendido sobre el bosquejo. Ya hacía algunos minutos que cada uno de ellos estaba frente al retrato del otro, contemplándolo con extasiada atención, pero sin pronunciar una palabra. Al fin, Walter se adelantó, luego retrocedió, estudió el retrato de Elinor desde varios ángulos, y se decidió a hablar.
"Is there not a change?" said he, in a doubtful and meditative tone. "Yes; the perception of it grows more vivid the longer I look. It is certainly the same picture that I saw yesterday; the dress, the features, all are the same, and yet something is altered." —¿No hay un cambio? —preguntó, con tono dubitativo y caviloso. —Sí, cuanto más miro con más claridad lo percibo. Es sin duda el mismo retrato que vi ayer. El vestido... los rasgos... todos son los mismos, y sin embargo algo está alterado.
"Is, then, the picture less like than it was yesterday?" inquired the painter, now drawing near with irrepressible interest. —¿Eso significa que la semejanza entre el retrato y el original es menor que ayer? —inquirió el pintor, acercándose en ese momento con incontrolable interés.
"The features are perfect Elinor," answered Walter, "and at the first glance the expression seemed also hers; but I could fancy that the portrait has changed countenance while I have been looking at it. The eyes are fixed on mine with a strangely sad and anxious expression. Nay, it is grief and terror. Is this like Elinor?" —Las facciones son perfectas, Elinor —respondió Walter—, y a primera vista la expresión también me pareció la suya. Pero me atrevería a imaginar que el retrato ha cambiado de semblante, mientras yo lo observaba. Los ojos están fijos en los míos con una mirada enigmáticamente triste y ansiosa. ¡No, lo que veo es angustia y terror! ¿Elinor es así?
"Compare the living face with the pictured one," said the painter. —Compare el rostro pintado con el vivo —dijo el artista.
Walter glanced sidelong at his mistress, and started. Motionless and absorbed, fascinated, as it were, in contemplation of Walter′s portrait, Elinor′s face had assumed precisely the expression of which he had just been complaining. Had she practised for whole hours before a mirror, she could not have caught the look so successfully. Had the picture itself been a mirror, it could not have thrown back her present aspect with stronger and more melancholy truth. She appeared quite unconscious of the dialogue between the artist and her lover. Walter miró de reojo a su amada y tuvo un sobresalto. El rostro de Elinor, inmóvil y absorto, fascinado, se podría decir, en la contemplación del retrato de Walter, había asumido precisamente la expresión por la que él acababa de quejarse. Si ella hubiera practicado durante horas y horas frente a un espejo, no podría haber captado mejor esa expresión. Si el retrato mismo hubiera sido un espejo, no podía haber reflejado el aspecto que tenía en ese momento con una veracidad más intensa y melancólica. Elinor parecía completamente ajena al diálogo que mantenían el artista y su prometido.
"Elinor," exclaimed Walter, in amazement, "what change has come over you?" —Elinor —exclamó Walter, azorado—, ¿qué cambio se ha producido en ti?
She did not hear him nor desist from her fixed gaze till he seized her hand, and thus attracted her notice; then with a sudden tremor she looked from the picture to the face of the original. Ella no lo escuchó, ni perdió la fijeza de su mirada hasta que él le tomó la mano y atrajo así su atención. Entonces, con un estremecimiento súbito Elinor pasó la vista del retrato al rostro del original.
"Do you see no change in your portrait?" asked she. —¿No encuentras ningún cambio en tu retrato? —inquirió ella.
"In mine? None," replied Walter, examining it. "But let me see. Yes; there is a slight change--an improvement, I think, in the picture, though none in the likeness. It has a livelier expression than yesterday, as if some bright thought were flashing from the eyes and about to be uttered from the lips. Now that I have caught the look, it becomes very decided." —¿En el mío? ¡Ninguno! —contestó Walter, examinándolo—. Pero déjame ver... Sí, hay un ligero cambio, una mejora, creo, en el retrato, aunque no en el parecido. Tiene una expresión más animada que ayer, como si alguna idea brillante fulgurara en los ojos y estuviera a punto de emanar de los labios. Ahora que he notado la expresión, me parece muy resuelta.
While he was intent on these observations Elinor turned to the painter. She regarded him with grief and awe, and felt that he repaid her with sympathy and commiseration, though wherefore she could but vaguely guess. Mientras Walter estaba abstraído en estas observaciones, Elinor se volvió hacia el pintor. Lo miró con pena y temor, y le pareció que él retribuía sus sentimientos con simpatía y conmiseración, aunque sólo pudo adivinar vagamente la razón de ello.
"That look!" whispered she, and shuddered. "How came it there?" —¡Esa mirada! —susurró Elinor, y se estremeció—. ¿Cómo llegó allí?
"Madam," said the painter, sadly, taking her hand and leading her apart, "in both these pictures I have painted what I saw. The artist--the true artist--must look beneath the exterior. It is his gift--his proudest, but often a melancholy one--to see the inmost soul, and by a power indefinable even to himself to make it glow or darken upon the canvas in glances that express the thought and sentiment of years. Would that I might convince myself of error in the present instance!" —Señora —dijo el pintor, tristemente, tomándole la mano y conduciéndola aparte—, en ambos retratos he representado lo que veía. El artista, el verdadero artista, debe indagar por debajo de la superficie. Su privilegio, el más valioso de todos, pero a menudo el más melancólico, consiste en otear los recovecos del alma y en hacerlos fulgurar o ennegrecer sobre la tela, mediante un poder que ni siquiera él mismo podría definir, con miradas que expresan las ideas y el sentimiento de muchos años. ¡Ojalá pudiera convencerme de que me equivoqué en este caso!
They had now approached the table, on which were heads in chalk, hands almost as expressive as ordinary faces, ivied church-towers, thatched cottages, old thunder-stricken trees, Oriental and antique costume, and all such picturesque vagaries of an artist′s idle moments. Turning them over with seeming carelessness, a crayon sketch of two figures was disclosed. En ese momento se acercaron a la mesa, sobre la cual había cabezas modeladas en yeso, manos casi tan expresivas como rostros comunes, campanarios de iglesia tapizados de hiedra, cabañas con techo de paja, viejos árboles quemados por el rayo, vestimentas orientales y antiguas, y otras pintorescas divagaciones trazadas por la mano del artista en sus ratos de ocio. Al volverlas, con aparente indiferencia, dejó al descubierto un bosquejo en lápiz de dos figuras.
"If I have failed," continued he--"if your heart does not see itself reflected in your own portrait, if you have no secret cause to trust my delineation of the other--it is not yet too late to alter them. I might change the action of these figures too. But would it influence the event?" He directed her notice to the sketch. —Si he fracasado —continuó el artista—, si vuestro corazón no se ve reflejado en vuestro propio retrato, si no tenéis motivos secretos para confiar en la delineación del otro, aún no es demasiado tarde para modificarlos. También podría cambiar la actitud de estas figuras. ¿Pero acaso ello influiría sobre los acontecimientos?
A thrill ran through Elinor′s frame; a shriek was upon her lips, but she stifled it with the self-command that becomes habitual to all who hide thoughts of fear and anguish within their bosoms. Turning from the table, she perceived that Walter had advanced near enough to have seen the sketch, though she could not determine whether it had caught his eye. Dirigió la atención de Elinor hacia el dibujo. Un escalofrío corrió por el cuerpo de la joven y un alarido subió a sus labios pero ella lo ahogó, con ese dominio de sí que se convierte en la virtud rutinaria de todos aquellos que ocultan dentro de sus pechos sentimientos de temor y angustia. Apartándose de la mesa, observó que Walter se había acercado suficientemente para ver el bosquejo, aunque no pudo determinar si este había atraído su atención.
"We will not have the pictures altered," said she, hastily. "If mine is sad, I shall but look the gayer for the contrast." —No haremos modificar los retratos —dijo Elinor, apresuradamente—. Si el mío es triste, me limitaré a asumir un talante más alegre para marcar el contraste.
"Be it so," answered the painter, bowing. "May your griefs be such fanciful ones that only your pictures may mourn for them! For your joys, may they be true and deep, and paint themselves upon this lovely face till it quite belie my art!" —Haced lo que os plazca —respondió el pintor, con una inclinación de cabeza—. ¡Ojalá vuestras tribulaciones sean tan fantasiosas que sólo el retrato deba condolerse por ellas! Y que vuestras alegrías sean auténticas y hondas y se pinten sobre ese bello rostro hasta que desmientan categóricamente mi arte.
After the marriage of Walter and Elinor the pictures formed the two most splendid ornaments of their abode. They hung side by side, separated by a narrow panel, appearing to eye each other constantly, yet always returning the gaze of the spectator. Travelled gentlemen who professed a knowledge of such subjects reckoned these among the most admirable specimens of modern portraiture, while common observers compared them with the originals, feature by feature, and were rapturous in praise of the likeness. But it was on a third class--neither travelled connoisseurs nor common observers, but people of natural sensibility--that the pictures wrought their strongest effect. Such persons might gaze carelessly at first, but, becoming interested, would return day after day and study these painted faces like the pages of a mystic volume. Walter Ludlow′s portrait attracted their earliest notice. In the absence of himself and his bride they sometimes disputed as to the expression which the painter had intended to throw upon the features, all agreeing that there was a look of earnest import, though no two explained it alike. There was less diversity of opinion in regard to Elinor′s picture. They differed, indeed, in their attempts to estimate the nature and depth of the gloom that dwelt upon her face, but agreed that it was gloom and alien from the natural temperament of their youthful friend. A certain fanciful person announced as the result of much scrutiny that both these pictures were parts of one design, and that the melancholy strength of feeling in Elinor′s countenance bore reference to the more vivid emotion--or, as he termed it, the wild passion--in that of Walter. Though unskilled in the art, he even began a sketch in which the action of the two figures was to correspond with their mutual expression. Después de la boda de Walter y Elinor, los retratos se convirtieron en los dos ornamentos más espléndidos de su residencia. Colgaban el uno junto al otro, separados por un angosto panel, y parecían contemplarse constantemente aunque siempre devolvían la mirada del espectador. Los viajeros veteranos, que profesaban saber de estas cosas, los catalogaban entre los ejemplares más admirables del arte moderno del retrato; en tanto que los observadores comunes los comparaban con los originales, rasgo por rasgo, y se extasiaban elogiando el parecido. Pero los retratos causaban la mayor impresión en una tercera categoría, que no era ni la de los conocedores mundanos ni la de los observadores comunes, sino la de los individuos dotados de sensibilidad natural. Era posible que estas personas empezaran por echar una mirada indiferente, pero luego, cada vez más interesadas, regresaban día tras día y estudiaban los rostros pintados como si fueran las páginas de un volumen místico. El retrato de Walter Ludlow era el primero que cautivaba la atención. En ausencia del modelo y de su esposa, los visitantes discutían a veces la expresión que el artista había querido proyectar sobre las facciones, y todos concordaban en que su apariencia revestía verdadera trascendencia, aunque no había dos que lo explicaran de igual modo. Existían menos discrepancias respecto del retrato de Elinor. Los críticos diferían, en verdad, cuando se trataba de evaluar la naturaleza y la profundidad de la congoja que velaba su rostro, pero coincidían en que de congoja se trataba y en que esta era ajena al temperamento natural de su jovial amiga. Luego de un detenido estudio, cierta persona imaginativa anunció que ambos retratos formaban parte de una misma escena y que el melancólico vigor de sentimientos que se percibía en el semblante de Elinor guardaba relación con la emoción más intensa o, como la definió él, con la intensa pasión que se reflejaba en el de Walter. Aunque inexH perto en el arte, incluso inició un bosquejo en el que la actitud de las dos figuras debía armonizar con sus respectivas expresiones.
It was whispered among friends that day by day Elinor′s face was assuming a deeper shade of pensiveness which threatened soon to render her too true a counterpart of her melancholy picture. Walter, on the other hand, instead of acquiring the vivid look which the painter had given him on the canvas, became reserved and downcast, with no outward flashes of emotion, however it might be smouldering within. In course of time Elinor hung a gorgeous curtain of purple silk wrought with flowers and fringed with heavy golden tassels before the pictures, under pretence that the dust would tarnish their hues or the light dim them. It was enough. Her visitors felt that the massive folds of the silk must never be withdrawn nor the portraits mentioned in her presence. Los amigos empezaron a susurrar que, a medida que trascurría el tiempo, el rostro de Elinor asumía una expresión más marcada de pesadumbre, que amenazaba convertirla muy pronto en la auténtica contraparte de su melancólico retrato. En cambio, Walter no adquirió el gesto vivo que el pintor le había atribuido en la tela, sino que tomó un aire reservado y abatido, de modo tal que aunque la emoción lo estuviera quemando por dentro él no dejaba que se manifestara visiblemente. Más tarde, Elinor colgó frente a los retratos una hermosa cortina de seda púrpura, bordada con flores y festoneada con gruesos cordones dorados, con el pretexto de que el polvo estropearía los colores o la luz los borraría. Eso bastó. Sus visitantes comprendieron que nunca deberían descorrer los pesados pliegues de seda ni mencionar los retratos en su presencia.
Time wore on, and the painter came again. He had been far enough to the north to see the silver cascade of the Crystal Hills, and to look over the vast round of cloud and forest from the summit of New England′s loftiest mountain. But he did not profane that scene by the mockery of his art. He had also lain in a canoe on the bosom of Lake George, making his soul the mirror of its loveliness and grandeur till not a picture in the Vatican was more vivid than his recollection. He had gone with the Indian hunters to Niagara, and there, again, had flung his hopeless pencil down the precipice, feeling that he could as soon paint the roar as aught else that goes to make up the wondrous cataract. In truth, it was seldom his impulse to copy natural scenery except as a framework for the delineations of the human form and face instinct with thought, passion or suffering. With store of such his adventurous ramble had enriched him. The stern dignity of Indian chiefs, the dusky loveliness of Indian girls, the domestic life of wigwams, the stealthy march, the battle beneath gloomy pine trees, the frontier fortress with its garrison, the anomaly of the old French partisan bred in courts, but grown gray in shaggy deserts,--such were the scenes and portraits that he had sketched. The glow of perilous moments, flashes of wild feeling, struggles of fierce power, love, hate, grief, frenzy--in a word, all the worn-out heart of the old earth--had been revealed to him under a new form. His portfolio was filled with graphic illustrations of the volume of his memory which genius would transmute into its own substance and imbue with immortality. He felt that the deep wisdom in his art which he had sought so far was found. Pasó el tiempo y el pintor regresó. Había llegado suficientemente al norte para contemplar la cascada de plata de las Crystal Hills, y para admirar la vasta perspectiva de nubes y bosques que se divisaba desde la cumbre de la montaña más alta de Nueva Inglaterra. Pero no profanó ese escenario imitándolo con su arte. También recorrió en una canoa el seno del Lake George, y convirtió su alma en el espejo de su belleza y majestuosidad hasta que ningún cuadro del Museo Vaticano fue más vívido que su recuerdo. Se trasladó al Niágara con los cazadores indígenas, y allí, una vez más, arrojó su impotente pincel al abismo, con la sensación de que le resultaría más fácil pintar el rugido que cualquiera de los otros detalles que se conjugaban para formar la colosal catarata. En realidad, pocas veces sentía el impulso de copiar el paisaje natural, como no fuera como marco para sus reproducciones de la forma y el rostro humanos, del instinto y la razón, la pasión o el sufrimiento. Sus aventurados peregrinajes lo habían enriquecido con un valioso acervo de estas imágenes: la adusta dignidad de los jefes indios; la oscura belleza de las muchachas aborígenes; la vida doméstica de las tolderías; la marcha sigilosa; la batalla al pie de los pinos tenebrosos; el fuerte de frontera con su guarnición; la anomalía del viejo guerrillero francés, nacido en las cortes, pero encanecido en los desiertos escabrosos... he aquí las escenas y retratos que había bosquejado. El resplandor de los momentos de peligro; los fogonazos de espíritu salvaje; las contiendas de las fuerzas feroces... el amor, el odio, el dolor, el delirio, en una palabra, el gastado corazón de la vieja tierra se le había revelado totalmente bajo una nueva forma. Su cartapacio estaba lleno de ilustraciones extraídas del volumen de su memoria, que el genio transmutaría en su propia sustancia y dotaría de inmortalidad. Sentía que había descubierto la honda sabiduría de su arte, que él siempre había buscado.
But amid stern or lovely nature, in the perils of the forest or its overwhelming peacefulness, still there had been two phantoms, the companions of his way. Like all other men around whom an engrossing purpose wreathes itself, he was insulated from the mass of humankind. He had no aim, no pleasure, no sympathies, but what were ultimately connected with his art. Though gentle in manner and upright in intent and action, he did not possess kindly feelings; his heart was cold: no living creature could be brought near enough to keep him warm. For these two beings, however, he had felt in its greatest intensity the sort of interest which always allied him to the subjects of his pencil. He had pried into their souls with his keenest insight and pictured the result upon their features with his utmost skill, so as barely to fall short of that standard which no genius ever reached, his own severe conception. He had caught from the duskiness of the future--at least, so he fancied--a fearful secret, and had obscurely revealed it on the portraits. So much of himself--of his imagination and all other powers--had been lavished on the study of Walter and Elinor that he almost regarded them as creations of his own, like the thousands with which he had peopled the realms of Picture. Therefore did they flit through the twilight of the woods, hover on the mist of waterfalls, look forth from the mirror of the lake, nor melt away in the noontide sun. They haunted his pictorial fancy, not as mockeries of life nor pale goblins of the dead, but in the guise of portraits, each with an unalterable expression which his magic had evoked from the caverns of the soul. He could not recross the Atlantic till he had again beheld the originals of those airy pictures. Pero en medio de la naturaleza agreste o seductora, de los peligros del bosque o de su abrumadora placidez, habían persistido dos fantasmas, los compañeros de su ruta. Al igual que todos los otros hombres en torno de los cuales se teje una idea absorbente, él estaba aislado de la masa del género humano. No tenía propósitos, ni goces, ni simpatías que no estuvieran finalmente ligados con su arte. Aunque dulce en sus modales y probo en sus intenciones y sus actos, no albergaba sentimientos generosos. Su corazón era frío, y ninguna criatura humana podía acercarse a él en la medida suficiente para entibiarlo. Sin embargo, había experimentado por esos dos seres, con la mayor vehemencia, ese interés peculiar que siempre lo ataba a los modelos de su pincel. Había escudriñado sus almas con su sensibilidad más aguda y había reproducido el resultado sobre sus rasgos con la mayor pericia, hasta colocarse muy cerca de esa pauta que ningún genio ha alcanzado jamás, la de su propia concepción severa. Había rescatado de las penumbras del futuro, o por lo menos esto imaginaba, un secreto aterrador, y lo había revelado vagamente en los retratos. Había prodigado tanto de sí, de su estro y de todas sus otras facultades, en el estudio de Walter y Elinor, que casi los consideraba sus propias criaturas, como a los otros miles con los que había poblado los mundos del Retrato. Por consiguiente revoloteaban a través del crepúsculo de los bosques, flotaban en la neblina de las cascadas, miraban desde el espejo del lago, y no se esfumaban con el sol del mediodía. Invadían su fantasía pictórica, no como remedos de vida, no como pálidos fantasmas de los muertos, sino con la apariencia de retratos, cada uno de los cuales lucía la expresión inmutable que su magia había evocado de las cavernas del alma. No podría volver a atravesar el Atlántico sin haber visto nuevamente los originales de esas figuras etéreas.
"O glorious Art!" Thus mused the enthusiastic painter as he trod the street. "Thou art the image of the Creator′s own. The innumerable forms that wander in nothingness start into being at thy beck. The dead live again; thou recallest them to their old scenes and givest their gray shadows the lustre of a better life, at once earthly and immortal. Thou snatchest back the fleeting moments of history. With then there is no past, for at thy touch all that is great becomes for ever present, and illustrious men live through long ages in the visible performance of the very deeds which made them what they are. O potent Art! as thou bringest the faintly-revealed past to stand in that narrow strip of sunlight which we call ′now,′ canst thou summon the shrouded future to meet her there? Have I not achieved it? Am I not thy prophet?" —¡Oh, Arte glorioso! —musitaba el entusiasta pintor mientras marchaba por la calle—. Tú eres la imagen de la propia obra del creador. Las innúmeras formas que vagan por la nada nacen cuando tú las convocas. Los muertos resucitan. Tu los retrotraes a sus antiguos escenarios y otorgas a sus grises sombras el lustre de una vida mejor, simultáneamente terrenal y eterna. Tú recobras los momentos fugaces de la Historia. Contigo no hay Pasado, porque, en virtud de tu toque, todo lo excelso se convierte en un presente perpetuo, y los hombres ilustres viven siglos consagrados a la ejecución visible de aquellos mismos actos que los convirtieron en lo que son. ¡Oh, Arte poderoso! Cuando tú implantas, en esa estrecha franja de luz que llamamos Ahora, el Ayer tenuemente bosquejado, ¿puedes atrapar el velado Futuro para que ambos se encuentren allí? ¿Acaso yo no lo he logrado? ¿Acaso no soy tu Profeta?
Thus with a proud yet melancholy fervor did he almost cry aloud as he passed through the toilsome street among people that knew not of his reveries nor could understand nor care for them. It is not good for man to cherish a solitary ambition. Unless there be those around him by whose example he may regulate himself, his thoughts, desires and hopes will become extravagant and he the semblance--perhaps the reality--of a madman. Reading other bosoms with an acuteness almost preternatural, the painter failed to see the disorder of his own. Así, con un fervor orgulloso, pero melancólico, poco le faltó para expresarse a gritos, mientras transitaba por la calle bulliciosa, entre gentes que no conocían sus ensueños ni podían entenderlos ni preocuparse por ellos. No es bueno que un hombre cultive una ambición solitaria. A menos que lo rodeen aquellos por cuyo ejemplo él pueda regirse, sus pensamientos, deseos y esperanzas se tornarán extravagantes, y él se convertirá en la imagen, y quizás en la materialización, de un demente. El pintor, si bien leía en los pechos ajenos con una perspicacia casi sobrenatural, era insensible al desorden que reinaba en el suyo propio.
"And this should be the house," said he, looking up and down the front before he knocked. "Heaven help my brains! That picture! Methinks it will never vanish. Whether I look at the windows or the door, there it is framed within them, painted strongly and glowing in the richest tints--the faces of the portraits, the figures and action of the sketch!" —Y ésta debe ser la casa —dijo, mirando la fachada de arriba a abajo, antes de golpear—. ¡Qué el cielo salve mi mente! ¡Esa imagen! Pienso que nunca desaparecerá. Ya sea que mire las ventanas o la puerta, allí me parece verla en un marco, vigorosamente pintada y fulgurando con los colores más intensos... los rostros de los retratos... ¡las figuras y la acción del bosquejo!
He knocked. Golpeó.
"The portraits--are they within?" inquired he of the domestic; then, recollecting himself, "Your master and mistress--are they at home?" —¡Los Retratos! ¿Están adentro? —le preguntó al sirviente, y recuperando luego la noción de la realidad agregó—: ¡Vuestro amo y vuestra ama! ¿Están en casa?
"They are, sir," said the servant, adding, as he noticed that picturesque aspect of which the painter could never divest himself, "and the portraits too." —Están, señor —respondió el sirviente, quien al observar el raro aspecto del que el pintor no podía despojarse dijo—: ¡Y los Retratos también!
The guest was admitted into a parlor communicating by a central door with an interior room of the same size. As the first apartment was empty, he passed to the entrance of the second, within which his eyes were greeted by those living personages, as well as their pictured representatives, who had long been the objects of so singular an interest. He involuntarily paused on the threshold. El huésped ingresó en la sala, que se comunicaba mediante una puerta central con una habitación interior de las mismas dimensiones. Puesto que el primer cuarto estaba vacío, se encaminó hacia el segundo, en cuyo interior encontró a los personajes de carne y hueso, así como las imágenes pintadas, que habían sido durante mucho tiempo los objetos de su interés tan singular. Se detuvo involuntariamente sobre el umbral.
They had not perceived his approach. Walter and Elinor were standing before the portraits, whence the former had just flung back the rich and voluminous folds of the silken curtain, holding its golden tassel with one hand, while the other grasped that of his bride. The pictures, concealed for months, gleamed forth again in undiminished splendor, appearing to throw a sombre light across the room rather than to be disclosed by a borrowed radiance. That of Elinor had been almost prophetic. A pensiveness, and next a gentle sorrow, had successively dwelt upon her countenance, deepening with the lapse of time into a quiet anguish. A mixture of affright would now have made it the very expression of the portrait. Walter′s face was moody and dull or animated only by fitful flashes which left a heavier darkness for their momentary illumination. He looked from Elinor to her portrait, and thence to his own, in the contemplation of which he finally stood absorbed. Ellos no habían notado su presencia. Walter y Elinor se encontraban de pie frente a los retratos. El primero acababa de descorrer los ricos y voluminosos pliegues de la cortina de seda y sostenía la borla dorada con una mano, mientras que con la otra apretaba la de su esposa. Los cuadros, ocultos durante meses, irradiaban nuevamente su primitivo esplenH dor, y parecían proyectar a través del aposento una luminosidad sombría en lugar de exhibirse con un fulgor prestado. El de Elinor había sido casi profético. En primer término la melancolía y luego una apacible tristeza habían transitado sucesivamente por su semblante, profundizándose, con el transcurso del tiempo, en una callada angustia. Una combinación de temor lo habría convertido en ese momento en el fiel reflejo del retrato. La fisonomía de Walter ostentaba una expresión cavilosa y opaca, o animada sólo por accesos espasmódicos cuya fugaz luminosidad dejaba en pos de sí, por contraste, tinieblas más espesas. Miraba alternadamente a Elinor y su retrato, y luego el suyo propio, en cuya contemplación quedó por fin absorto.
The painter seemed to hear the step of Destiny approaching behind him on its progress toward its victims. A strange thought darted into his mind. Was not his own the form in which that Destiny had embodied itself, and he a chief agent of the coming evil which he had foreshadowed? El pintor pareció oír los pasos del Destino que se aproximaba por detrás de él, encaminándose hacia sus víctimas. Un extraño pensamiento atravesó su mente. ¿La forma con la que se había corporizado ese destino no era la suya, y no era él uno de los protagonistas del infortunio inmediato que había presagiado?
Still, Walter remained silent before the picture, communing with it as with his own heart and abandoning himself to the spell of evil influence that the painter had cast upon the features. Gradually his eyes kindled, while as Elinor watched the increasing wildness of his face her own assumed a look of terror; and when, at last, he turned upon her, the resemblance of both to their portraits was complete. Walter continuó mudo frente al retrato, comunicándose con él como si se tratara de su propio corazón y abandonándose al hechizo de la influencia maligna que el pintor había estampado sobre sus rasgos. Sus ojos se encendieron progresivamente, y mientras Elinor observaba el creciente delirio de sus facciones las de ella se cubrieron con un velo de terror, de modo que cuando por fin Walter se volvió hacia su esposa la semejanza de ambos con sus retratos fue total.
"Our fate is upon us!" howled Walter. "Die!" —¡Somos prisioneros de nuestro destino! —aulló Walter—. ¡Muere!
Drawing a knife, he sustained her as she was sinking to the ground, and aimed it at her bosom. In the action and in the look and attitude of each the painter beheld the figures of his sketch. The picture, with all its tremendous coloring, was finished. Desenvainó un puñal, sostuvo a Elinor cuando esta empezó a desplomarse desvanecida, y lo enfiló contra el pecho de ella. En la escena, y en la expresión y la actitud de ambos, el pintor vio reproducidas las figuras de su bosquejo. El cuadro, con la totalidad de su tremendo colorido, estaba completo.
"Hold, madman!" cried he, sternly. —¡Detente, loco! —gritó, severamente.
He had advanced from the door and interposed himself between the wretched beings with the same sense of power to regulate their destiny as to alter a scene upon the canvas. He stood like a magician controlling the phantoms which he had evoked. Avanzó desde la puerta y se interpuso entre esos dos seres desgraciados, sintiéndose con tantas facultades para gobernar su destino como para alterar una escena pintada sobre la tela. Se erguía como un mago, controlando los fantasmas que había evocado.
"What!" muttered Walter Ludlow as he relapsed from fierce excitement into sullen gloom. "Does Fate impede its own decree?" —¡Cómo! —masculló Walter Ludlow, mientras pasaba de la feroz vehemencia a una silenciosa pesadumbre—. ¿El Destino frustra su propia orden?
"Wretched lady," said the painter, "did I not warn you?" —¡Infeliz mujer! —dijo el pintor—. ¿Acaso no os previne?
"You did," replied Elinor, calmly, as her terror gave place to the quiet grief which it had disturbed. "But I loved him." —Lo hicisteis —asintió Elinor, serenamente, en tanto que su pánico dejaba paso de nuevo a la callada pena que había perturbado. ¡Pero... lo amaba!
Is there not a deep moral in the tale? Could the result of one or all our deeds be shadowed forth and set before us, some would call it fate and hurry onward, others be swept along by their passionate desires, and none be turned aside by the prophetic pictures. ¿No creéis que esta historia tiene una profunda moraleja? Si fuera posible proyectar y fijar delante de nosotros el resultado de uno de nuestros actos, o de todos, algunos dirían que se trata del Destino y se abalanzarían a su encuentro, en tanto que otros se dejarían arrastrar por sus apasionados deseos, pero los RETRATOS PROFÉTICOS no detendrían a nadie.