"The Birth-mark - La marca de nacimiento "









Nathaniel Hawthorne

The Birth-mark
[La marca de nacimiento]



In the latter part of the last century there lived a man of science, an eminent proficient in every branch of natural philosophy, who not long before our story opens had made experience of a spiritual affinity more attractive than any chemical one. He had left his laboratory to the care of an assistant, cleared his fine countenance from the furnace smoke, washed the stain of acids from his fingers, and persuaded a beautiful woman to become his wife. In those days when the comparatively recent discovery of electricity and other kindred mysteries of Nature seemed to open paths into the region of miracle, it was not unusual for the love of science to rival the love of woman in its depth and absorbing energy. The higher intellect, the imagination, the spirit, and even the heart might all find their congenial aliment in pursuits which, as some of their ardent votaries believed, would ascend from one step of powerful intelligence to another, until the philosopher should lay his hand on the secret of creative force and perhaps make new worlds for himself. We know not whether Aylmer possessed this degree of faith in man′s ultimate control over Nature. He had devoted himself, however, too unreservedly to scientific studies ever to be weaned from them by any second passion. His love for his young wife might prove the stronger of the two; but it could only be by intertwining itself with his love of science, and uniting the strength of the latter to his own.  A finales del siglo pasado vivió allí un hombre de ciencia, eminente y competente en todas las ramas de la filosofía natural, quien no mucho antes de que se inicie nuestra historia había experimentado una afinidad espiritual más atractiva que cualquier otra química. Había dejado el laboratorio al cuidado de un ayudante, limpiado su hermoso semblante del humo del horno, lavado de sus dedos las manchas de ácidos y persuadido a una hermosa mujer para que se convirtiera en su esposa. En aquellos días, cuando el descubrimiento comparativamente reciente de la electricidad y otros misterios semejantes de la Naturaleza parecía abrir caminos hacia la región del milagro, no era inusual que el amor a la ciencia rivalizara con el amor a la mujer en su energía profunda y absorbente. El intelecto superior, la imaginación, el espíritu e incluso el corazón pueden encontrar todos su alimento compatible en ocupaciones que, tal como creen algunos de sus ardientes partidarios, irán ascendiendo de un paso de la inteligencia poderosa a otro, hasta que el filósofo pueda poner su mano sobre el secreto de la fuerza creativa y crear quizás mundos nuevos para sí mismo. No sabemos si Aylmer poseía ese grado de fe en el control último del hombre sobre la Naturaleza. Sin embargo, se había dedicado sin reservas a los estudios científicos como para no apartarse de ellos por una segunda pasión. El amor hacia su joven esposa demostraría ser el más fuerte de los dos: pero sólo podía existir entremezclándose con su amor a la ciencia, y uniendo la fuerza de este último al primero.
Such a union accordingly took place, and was attended with truly remarkable consequences and a deeply impressive moral. One day, very soon after their marriage, Aylmer sat gazing at his wife with a trouble in his countenance that grew stronger until he spoke.  Esa unión se produjo, y tuvo unas consecuencias verdaderamente notables que causaron una impresión profunda. Un día, muy poco después de la boda, Aylmer estaba sentado mirando a su esposa con una turbación en el semblante que fue creciendo hasta que habló.
"Georgiana," said he, "has it never occurred to you that the mark upon your cheek might be removed?"  —Georgiana —dijo él—. ¿No se te ha ocurrido nunca que podría eliminarse la marca que tienes en la mejilla?
"No, indeed," said she, smiling; but perceiving the seriousness of his manner, she blushed deeply. "To tell you the truth it has been so often called a charm that I was simple enough to imagine it might be so."  —La verdad, no —contestó ella sonriendo; pero al darse cuenta de la seriedad de la actitud de Aylmer se sonrojó—. Tantas veces me han dicho que resultaba atractivo que en mi simpleza imaginé que lo era.
"Ah, upon another face perhaps it might," replied her husband; "but never on yours. No, dearest Georgiana, you came so nearly perfect from the hand of Nature that this slightest possible defect, which we hesitate whether to term a defect or a beauty, shocks me, as being the visible mark of earthly imperfection."  —Ah, quizás lo fuera en otro rostro —respondió el marido—, pero nunca en el tuyo. No, mi queridísima Georgiana, saliste casi tan perfecta de la mano de la Naturaleza que este ligerísimo defecto, que dudamos si llamar defecto o belleza, me sorprende, por ser la señal visible de la imperfección terrena.
"Shocks you, my husband!" cried Georgiana, deeply hurt; at first reddening with momentary anger, but then bursting into tears. "Then why did you take me from my mother′s side? You cannot love what shocks you!"  — ¿Te sorprende, esposo mío? —añadió Georgiana levantando la voz y sintiéndose profundamente herida; al principio enrojeció por la cólera momentánea, pero luego estalló en llantos—. ¿Por qué me apartaste entonces del lado de mi madre? ¡No puedes amar lo que te sorprende!
To explain this conversation it must be mentioned that in the centre of Georgiana′s left cheek there was a singular mark, deeply interwoven, as it were, with the texture and substance of her face. In the usual state of her complexion--a healthy though delicate bloom--the mark wore a tint of deeper crimson, which imperfectly defined its shape amid the surrounding rosiness. When she blushed it gradually became more indistinct, and finally vanished amid the triumphant rush of blood that bathed the whole cheek with its brilliant glow. But if any shifting motion caused her to turn pale there was the mark again, a crimson stain upon the snow, in what Aylmer sometimes deemed an almost fearful distinctness. Its shape bore not a little similarity to the human hand, though of the smallest pygmy size. Georgiana′s lovers were wont to say that some fairy at her birth hour had laid her tiny hand upon the infant′s cheek, and left this impress there in token of the magic endowments that were to give her such sway over all hearts. Many a desperate swain would have risked life for the privilege of pressing his lips to the mysterious hand. It must not be concealed, however, that the impression wrought by this fairy sign manual varied exceedingly, according to the difference of temperament in the beholders. Some fastidious persons--but they were exclusively of her own sex--affirmed that the bloody hand, as they chose to call it, quite destroyed the effect of Georgiana′s beauty, and rendered her countenance even hideous. But it would be as reasonable to say that one of those small blue stains which sometimes occur in the purest statuary marble would convert the Eve of Powers to a monster. Masculine observers, if the birthmark did not heighten their admiration, contented themselves with wishing it away, that the world might possess one living specimen of ideal loveliness without the semblance of a flaw. After his marriage,--for he thought little or nothing of the matter before,--Aylmer discovered that this was the case with himself.  Para explicar esta conversación debe mencionarse que en el centro de la mejilla izquierda de Georgiana había una marca singular profundamente entrelazada, por así decirlo, con la textura y sustancia de su rostro. En el estado habitual de su tez —una lozanía saludable aunque delicada— la marca tenía un tono carmesí profundo que definía imperfectamente su forma entre el rosáceo circundante. Cuando se sonrojaba perdía gradualmente definición hasta que desaparecía en el torrente triunfante de sangre que bañaba con brillo la mejilla entera. Pero si alguna emoción cambiante la hacía palidecer, allí estaba de nuevo la marca, una mancha carmesí, sobre la nieve, con una claridad que a Aylmer le parecía a veces casi temible. Su forma guardaba no poca similaridad con una mano humana, aunque del tamaño más diminuto. Los enamorados de Georgiana acostumbraban a decir que en el momento de su nacimiento algún hada había puesto su mano diminuta sobre la mejilla de la recién nacida, dejando allí esa huella en señal de los dones mágicos que le daban ese dominio sobre todos los corazones. Muchos pretendientes desesperados habrían puesto en riesgo su vida por el privilegio de presionar con sus labios la mano misteriosa. No debe ocultarse, sin embargo, que la impresión producida por ese signo manual de las hadas variaba mucho de acuerdo con la diferencia de temperamento de quien la contemplaba. Algunas personas fastidiosas —que eran exclusivamente de su propio sexo— afirmaban que la mano sangrienta, tal como la llamaban, destruía totalmente el efecto de la belleza de Georgiana y volvía su semblante incluso horrible. Pero eso sería tan poco razonable como decir que una de las pequeñas manchas azuladas que se encuentran a veces en las estatuas de mármol más puro convertirían en un monstruo la Eva de Hiram Powers. Los observadores masculinos, cuando la marca de nacimiento no servía para aumentar su admiración, se contentaban con desear que no estuviera para que el mundo pudiera poseer un ejemplar vivo del ideal amoroso sin fallo alguno. Tras su matrimonio —pues antes había pensando poco o nada en el asunto—, Aylmer descubrió que eso era lo que le sucedía a él.
Had she been less beautiful,--if Envy′s self could have found aught else to sneer at,--he might have felt his affection heightened by the prettiness of this mimic hand, now vaguely portrayed, now lost, now stealing forth again and glimmering to and fro with every pulse of emotion that throbbed within her heart; but seeing her otherwise so perfect, he found this one defect grow more and more intolerable with every moment of their united lives. It was the fatal flaw of humanity which Nature, in one shape or another, stamps ineffaceably on all her productions, either to imply that they are temporary and finite, or that their perfection must be wrought by toil and pain. The crimson hand expressed the ineludible gripe in which mortality clutches the highest and purest of earthly mould, degrading them into kindred with the lowest, and even with the very brutes, like whom their visible frames return to dust. In this manner, selecting it as the symbol of his wife′s liability to sin, sorrow, decay, and death, Aylmer′s sombre imagination was not long in rendering the birthmark a frightful object, causing him more trouble and horror than ever Georgiana′s beauty, whether of soul or sense, had given him delight.  Si hubiera sido menos hermosa —si la envidia hubiera encontrado alguna otra cosa de la que burlarse—, él podría haber sentido que su afecto aumentaba por lo hermoso de aquella mano que a veces se rebelaba vagamente, otras veces se perdía, y otras volvía a aparecer brillando con cada pulso de la emoción que latía en el corazón de Georgiana. Pero al verla tan perfecta en lo demás, descubrió que ese único defecto se le iba haciendo más y más intolerable a cada momento que pasaba en sus vidas unidas. Era la imperfección fatal de la humanidad que la Naturaleza, en una u otra forma, estampa imborrablemente en todas sus creaciones, bien para dar a entender que son temporales y finitas, o para que su perfección se logre mediante el esfuerzo y el dolor. La mano carmesí expresaba el abrazo ineludible con que la mortalidad aferra los moldes terrenales más elevados y puros degradándolos hasta hacerlos semejantes a los más bajos, incluso los más brutales, como cuando sus cuerpos visibles regresan al polvo. Por ello, al elegir la marca como el símbolo de la capacidad de su esposa de pecar, penar, corromperse y morir, la imaginación sombría de Aylmer convirtió en poco tiempo la marca de nacimiento en un objeto terrible que le producía más turbación y horror que el placer que le había dado nunca, al alma o los sentidos, la belleza de Georgiana.
At all the seasons which should have been their happiest, he invariably and without intending it, nay, in spite of a purpose to the contrary, reverted to this one disastrous topic. Trifling as it at first appeared, it so connected itself with innumerable trains of thought and modes of feeling that it became the central point of all. With the morning twilight Aylmer opened his eyes upon his wife′s face and recognized the symbol of imperfection; and when they sat together at the evening hearth his eyes wandered stealthily to her cheek, and beheld, flickering with the blaze of the wood fire, the spectral hand that wrote mortality where he would fain have worshipped. Georgiana soon learned to shudder at his gaze. It needed but a glance with the peculiar expression that his face often wore to change the roses of her cheek into a deathlike paleness, amid which the crimson hand was brought strongly out, like a bass-relief of ruby on the whitest marble.  En todas aquellas estaciones que deberían haber sido las más felices, invariablemente, y sin pretenderlo, o mejor dicho a pesar de pretender lo contrario, volvía a ese tema desastroso. Por insignificante que pudiera parecer al principio, estaba tan relacionado con innumerables modos del pensamiento y del sentimiento que se convirtió en el punto central de todo. Con la luz del amanecer Aylmer abría sus ojos sobre el rostro de la esposa y reconocía el símbolo de la imperfección; y cuando por la noche se encontraban sentados juntos frente al hogar, sus ojos se posaban invariablemente en las mejillas de ella, y contemplaban, brillando apagadamente con las llamas del fuego de leña, la mano espectral que escribía la mortalidad allí donde de buena gana habría preferido encontrar veneración. Georgiana aprendió pronto a estremecerse ante su mirada. Sólo hacía falta que él la contemplara con la expresión peculiar que adoptaba a menudo su rostro para transformar las rosas de sus mejillas en una palidez mortal en medio de la cual la mano carmesí resaltaba como un bajorrelieve de rubí sobre el mármol más blanco.
Late one night when the lights were growing dim, so as hardly to betray the stain on the poor wife′s cheek, she herself, for the first time, voluntarily took up the subject.  Una noche, a última hora, cuando la luz estaba desapareciendo, por lo que era difícil que traicionara la mancha en la mejilla de la pobre esposa, ella misma sacó el tema voluntariamente por primera vez.
"Do you remember, my dear Aylmer," said she, with a feeble attempt at a smile, "have you any recollection of a dream last night about this odious hand?"  —¿Te acuerdas, mi querido Aylmer —preguntó con un débil intento de sonrisa—, tienes algún recuerdo de un sueño de la última noche acerca de esta mano odiosa?
"None! none whatever!" replied Aylmer, starting; but then he added, in a dry, cold tone, affected for the sake of concealing the real depth of his emotion, "I might well dream of it; for before I fell asleep it had taken a pretty firm hold of my fancy."  —¡Ninguno! ¡Ninguno en absoluto! —contestó Aylmer sorprendido; pero luego, con uno tono frío y seco, tratando de ocultar la profundidad real de su emoción, añadió—: Podría haber soñado con ella, pero antes de quedarme dormido sujeté con firmeza mi fantasía.
"And you did dream of it?" continued Georgiana, hastily; for she dreaded lest a gush of tears should interrupt what she had to say. "A terrible dream! I wonder that you can forget it. Is it possible to forget this one expression?--′It is in her heart now; we must have it out!′ Reflect, my husband; for by all means I would have you recall that dream."  —¿Y soñaste con ella? —añadió Georgiana precipitadamente; pues temía que un torrente de lágrimas interrumpiera lo que iba a decir—. ¡Un sueño terrible! Me sorprende que hayas podido olvidarlo. ¿Es posible olvidar esa expresión? «Ahora está en su corazón; ¡tenemos que extirparlo!» Reflexiona, esposo mío; pues sea como sea deberías recordarlo.
The mind is in a sad state when Sleep, the all-involving, cannot confine her spectres within the dim region of her sway, but suffers them to break forth, affrighting this actual life with secrets that perchance belong to a deeper one. Aylmer now remembered his dream. He had fancied himself with his servant Aminadab, attempting an operation for the removal of the birthmark; but the deeper went the knife, the deeper sank the hand, until at length its tiny grasp appeared to have caught hold of Georgiana′s heart; whence, however, her husband was inexorably resolved to cut or wrench it away.  La mente se encuentra en un triste estado cuando el sueño, que lo implica todo, no puede confinar sus espectros dentro de la oscura región de sus dominios, y permite que salgan al exterior, produciendo miedo en la vida real con secretos que quizás pertenezcan a otra vida más profunda. Aylmer recordó entonces su sueño. Había soñado que él y su criado Aminadab intentaban una operación para eliminar la marca de nacimiento; pero cuanto más profundizaba el cuchillo, más se hundía la mano, hasta que finalmente la mano diminuta parecía sujetarse en el corazón de Georgiana; pero su marido estaba inexorablemente decidido a cortarla o arrancarlo.
When the dream had shaped itself perfectly in his memory, Aylmer sat in his wife′s presence with a guilty feeling. Truth often finds its way to the mind close muffled in robes of sleep, and then speaks with uncompromising directness of matters in regard to which we practise an unconscious self-deception during our waking moments. Until now he had not been aware of the tyrannizing influence acquired by one idea over his mind, and of the lengths which he might find in his heart to go for the sake of giving himself peace.  Cuando el sueño tomó perfectamente forma en su recuerdo, Aylmer, sentado en presencia de su esposa, se sintió culpable. A menudo la verdad se abre camino hasta la mente bien envuelta en los ropajes del sueño, y habla entonces con una claridad sin compromiso de asuntos respecto a los cuales nos engañamos inconscientemente a nosotros mismos cuando estamos despiertos. Hasta entonces no había tomado conciencia de la influencia tiránica que había adquirido una idea en su mente, y de hasta qué punto estaría dispuesto a ir con tal de pacificarse.
"Aylmer," resumed Georgiana, solemnly, "I know not what may be the cost to both of us to rid me of this fatal birthmark. Perhaps its removal may cause cureless deformity; or it may be the stain goes as deep as life itself. Again: do we know that there is a possibility, on any terms, of unclasping the firm gripe of this little hand which was laid upon me before I came into the world?"  —Aylmer —volvió a hablar Georgiana con solemnidad—. No sé cuánto nos′ podrá costara ambos liberarme de esa marca fatal. Quizás su eliminación provoque una deformidad incurable, o quizás la mancha sea tan profunda como la propia vida. ¿Pero sabemos si existe una posibilidad, cueste lo que cueste, de liberarme del firme apretón de esta pequeña mano que se posó sobre mí antes de que yo viniera al mundo?
"Dearest Georgiana, I have spent much thought upon the subject," hastily interrupted Aylmer. "I am convinced of the perfect practicability of its removal."  —Mi queridísima Georgiana —le interrumpió precipitadamente Aylmer—, he pensado mucho en ese tema. Estoy convencido de que es absolutamente posible su eliminación.
"If there be the remotest possibility of it," continued Georgiana, "let the attempt be made at whatever risk. Danger is nothing to me; for life, while this hateful mark makes me the object of your horror and disgust,--life is a burden which I would fling down with joy. Either remove this dreadful hand, or take my wretched life! You have deep science. All the world bears witness of it. You have achieved great wonders. Cannot you remove this little, little mark, which I cover with the tips of two small fingers? Is this beyond your power, for the sake of your own peace, and to save your poor wife from madness?"  —Si existe la más remota posibilidad de ello, debemos intentarlo a cualquier precio —respondió Georgiana—. El peligro nada significa para mí; pues la vida, cuando esta odiosa marca me convierte en blanco de tu horror y desagrado... la vida es una carga de la que me desprendería con alegría. ¡Elimina esa mano horrible o quítame mi desgraciada vida! Tu ciencia es profunda. El mundo es testigo de ello. Has hecho cosas grandes y maravillosas. ¿No vas a ser capaz de eliminar esa pequeñísima marca que no es más grande que las yemas de los dos dedos meñiques? ¿Está eso más allá de tu poder, por tu propia paz, y para salvar a tu pobre esposa de la locura?
"Noblest, dearest, tenderest wife," cried Aylmer, rapturously, "doubt not my power. I have already given this matter the deepest thought--thought which might almost have enlightened me to create a being less perfect than yourself. Georgiana, you have led me deeper than ever into the heart of science. I feel myself fully competent to render this dear cheek as faultless as its fellow; and then, most beloved, what will be my triumph when I shall have corrected what Nature left imperfect in her fairest work! Even Pygmalion, when his sculptured woman assumed life, felt not greater ecstasy than mine will be."  —Mi noble, querida y tierna esposa —respondió Aylmer embelesado—: no dudes de mi poder. Ya he meditado profundamente este asunto; con pensamientos que casi podrían haberme ilustrado para crear un ser menos perfecto que tú. Georgiana, tú me has llevado a una gran profundidad en el corazón de la ciencia. Me siento absolutamente competente para volver esta querida mejilla tan perfecta como su hermana; y entonces, queridísima mía, ¡qué triunfo cuando haya corregido r lo que la Naturaleza dejó imperfecto en su obra más hermosa! Ni siquiera Pigmalión, cuando su mujer esculpida asumió la vida, sintió un éxtasis mayor del que yo mismo sentiré.
"It is resolved, then," said Georgiana, faintly smiling. "And, Aylmer, spare me not, though you should find the birthmark take refuge in my heart at last."  —Entonces está decidido —contesto Georgiana sonriendo débilmente—. Y Aylmer, no abandones ni aunque la marca de nacimiento se refugie finalmente en mi corazón.
Her husband tenderly kissed her cheek--her right cheek--not that which bore the impress of the crimson hand.  El esposo la besó tiernamente en la mejilla, en la mejilla derecha, no en la que tenía impresa la mano carmesí.
The next day Aylmer apprised his wife of a plan that he had formed whereby he might have opportunity for the intense thought and constant watchfulness which the proposed operation would require; while Georgiana, likewise, would enjoy the perfect repose essential to its success. They were to seclude themselves in the extensive apartments occupied by Aylmer as a laboratory, and where, during his toilsome youth, he had made discoveries in the elemental powers of Nature that had roused the admiration of all the learned societies in Europe. Seated calmly in this laboratory, the pale philosopher had investigated the secrets of the highest cloud region and of the profoundest mines; he had satisfied himself of the causes that kindled and kept alive the fires of the volcano; and had explained the mystery of fountains, and how it is that they gush forth, some so bright and pure, and others with such rich medicinal virtues, from the dark bosom of the earth. Here, too, at an earlier period, he had studied the wonders of the human frame, and attempted to fathom the very process by which Nature assimilates all her precious influences from earth and air, and from the spiritual world, to create and foster man, her masterpiece. The latter pursuit, however, Aylmer had long laid aside in unwilling recognition of the truth--against which all seekers sooner or later stumble--that our great creative Mother, while she amuses us with apparently working in the broadest sunshine, is yet severely careful to keep her own secrets, and, in spite of her pretended openness, shows us nothing but results. She permits us, indeed, to mar, but seldom to mend, and, like a jealous patentee, on no account to make. Now, however, Aylmer resumed these half-forgotten investigations; not, of course, with such hopes or wishes as first suggested them; but because they involved much physiological truth and lay in the path of his proposed scheme for the treatment of Georgiana.  Al día siguiente Aylmer puso en conocimiento de su esposa un plan que había preparado y que le daría la oportunidad de mantener los intensos pensamientos y la vigilancia constante que exigiría la operación; y asimismo, Georgiana disfrutaría del reposo absoluto que era esencial para el éxito. Iban a encerrarse en los amplios apartamentos que ocupaban el laboratorio de Aylmer, y en los que durante su laboriosa juventud había hecho descubrimientos acerca de los poderes elementales de la Naturaleza que habían provocado la admiración de todas las sociedades ilustradas de Europa. Tranquilamente sentado en ese laboratorio, el pálido filósofo había investigado los secretos de las más elevadas regiones nubosas y de las minas i′ más profundas; había conocido las causas que encendían y mantenían vivos los fuegos del volcán; y había explicado el misterio de las fuentes, y cómo es que algunas brotan tan vivas y puras, y hay otras que tienen virtudes medicinales, desde el oscuro fondo de la tierra. También allí, en un período anterior, había estudiado las maravillas de la estructura humana y había intentado sondear los procesos mismos por los cuales la Naturaleza asimila todas sus influencias preciosas de la tierra y el aire, y del mundo espiritual, para crear y criar al hombre, su obra maestra. Sin embargo hacía mucho tiempo que Aylmer había dejado a un lado ese último intento al reconocer a desgana la verdad —contra la que tropiezan antes o después todos los que buscan— de que nuestra gran madre creadora, aunque nos distrae trabajando aparentemente a la luz del día, sin embargo cuida severamente de sus secretos, y, a pesar de que pretende ser abierta, sólo nos enseña sus resultados. Nos permite, ciertamente, estropear sus obras, pero raras veces enmendarlas, y bajo ninguna circunstancia, como un celoso concesionario de una patente, nos permite crearlas. Sin embargo Aylmer había reanudado ahora esas investigaciones medio olvidadas; desde luego no con las esperanzas o deseos con las que las había iniciado, pero sí porque significaban una gran verdad fisiológica y eran necesarias para el plan que se había propuesto para el tratamiento de Georgiana.
As he led her over the threshold of the laboratory, Georgiana was cold and tremulous. Aylmer looked cheerfully into her face, with intent to reassure her, but was so startled with the intense glow of the birthmark upon the whiteness of her cheek that he could not restrain a strong convulsive shudder. His wife fainted.  Cuando la permitió traspasar el umbral del laboratorio Georgiana se quedó fría y trémula. Aylmer la miró alegremente, con la intención de tranquilizarla, pero se quedó tan sorprendido por el brillo intenso de la marca de nacimiento sobre la blancura de su mejilla que no pudo evitar un potente y convulsivo estremecimiento. La esposa se desvaneció.
"Aminadab! Aminadab!" shouted Aylmer, stamping violently on the floor.  —¡Aminadab! ¡Aminadab! —gritó Aylmer al tiempo que pateaba violentamente el suelo.
Forthwith there issued from an inner apartment a man of low stature, but bulky frame, with shaggy hair hanging about his visage, which was grimed with the vapors of the furnace. This personage had been Aylmer′s underworker during his whole scientific career, and was admirably fitted for that office by his great mechanical readiness, and the skill with which, while incapable of comprehending a single principle, he executed all the details of his master′s experiments. With his vast strength, his shaggy hair, his smoky aspect, and the indescribable earthiness that incrusted him, he seemed to represent man′s physical nature; while Aylmer′s slender figure, and pale, intellectual face, were no less apt a type of the spiritual element.  De una habitación interior salió enseguida un hombre de baja estatura pero voluminosa estructura, al que le colgaba sobre el rostro un pelo abundante ensuciado por los vapores del horno. Ese personaje había sido el trabajador de Aylmer, por poca paga, durante toda su carrera científica, y resultaba admirablemente adecuado para ese oficio por su gran disposición mecánica y por la habilidad con que, aun siendo incapaz de entender un solo principio, realizaba todos los detalles de los experimentos de su amo. Con su enorme fuerza, el pelo lanudo, el aspecto ahumado y la terrosidad indescriptible que llevaba incrustada, parecía una representación de la naturaleza física del hombre; mientras que la figura esbelta de Aylmer, y su rostro pálido e intelectual, eran una representación no menos adecuada del elemento espiritual.
"Throw open the door of the boudoir, Aminadab," said Aylmer, "and burn a pastil."  —Aminadab, abre la puerta del tocador y quema una pastilla —dijo Aylmer.
"Yes, master," answered Aminadab, looking intently at the lifeless form of Georgiana; and then he muttered to himself, "If she were my wife, I′d never part with that birthmark."  —Sí, amo —respondió Aminadab mirando con intensidad la forma inerte de Georgiana; y después murmuró para sí mismo—: si fuera ella mi esposa, jamás le quitaría esa marca de nacimiento.
When Georgiana recovered consciousness she found herself breathing an atmosphere of penetrating fragrance, the gentle potency of which had recalled her from her deathlike faintness. The scene around her looked like enchantment. Aylmer had converted those smoky, dingy, sombre rooms, where he had spent his brightest years in recondite pursuits, into a series of beautiful apartments not unfit to be the secluded abode of a lovely woman. The walls were hung with gorgeous curtains, which imparted the combination of grandeur and grace that no other species of adornment can achieve; and as they fell from the ceiling to the floor, their rich and ponderous folds, concealing all angles and straight lines, appeared to shut in the scene from infinite space. For aught Georgiana knew, it might be a pavilion among the clouds. And Aylmer, excluding the sunshine, which would have interfered with his chemical processes, had supplied its place with perfumed lamps, emitting flames of various hue, but all uniting in a soft, impurpled radiance. He now knelt by his wife′s side, watching her earnestly, but without alarm; for he was confident in his science, and felt that he could draw a magic circle round her within which no evil might intrude.  Cuando Georgiana recuperó la conciencia respiraba una atmósfera de penetrante fragancia, cuya potencia suave le recordaba su desvanecimiento casi mortal. También el escenario que la rodeaba le parecía encantador. Aylmer había convertido esas habitaciones sombrías, oscuras y cubiertas de humo, en las que había pasado sus años más brillantes dedicado a buscar lo escondido, en una serie de hermosos apartamentos convenientes para que viviera retirada una mujer encantadora. De las paredes colgaban magníficas cortinas que producían esa combinación de grandeza y gracia que ningún otro adorno puede producir; y al caer desde el techo hasta el suelo, sus pliegues ricos y pesados, que ocultaban todos los ángulos y líneas rectas, parecían separar ese escenario del espacio infinito. Pues, por lo que Georgiana sabía, podía tratarse de un pabellón entre las nubes. Y Aylmer, al cerrar el paso a la luz del sol, que habría interferido en sus procesos químicos, había puesto en el lugar lámparas perfumadas que emitían llamas de tonos diversos, pero todas soltaban una radiación suave y morada. Se arrodilló Aylmer entonces al lado de su esposa y la contempló seriamente pero sin alarma; pues confiaba en su ciencia y sabía que podría trazar a su alrededor un círculo mágico que ningún mal podría penetrar.
"Where am I? Ah, I remember," said Georgiana, faintly; and she placed her hand over her cheek to hide the terrible mark from her husband′s eyes.  —¿Dónde estoy? Ah, ya recuerdo —dijo Georgiana débilmente, al tiempo que se llevaba una mano a la mejilla para ocultar de los ojos de su marido la terrible marca.
"Fear not, dearest!" exclaimed he. "Do not shrink from me! Believe me, Georgiana, I even rejoice in this single imperfection, since it will be such a rapture to remove it."  —¡Nada temas, querida mía! —exclamó él—. ¡No te apartes de mí! Créeme, Georgiana, que incluso me regocijo de que tengas esa única imperfección, por el embeleso que me producirá eliminarla.
"Oh, spare me!" sadly replied his wife. "Pray do not look at it again. I never can forget that convulsive shudder."  —¡Ay, perdóname! —replicó tristemente la esposa—. Te ruego que no vuelvas a mirarla. Nunca podré olvidar aquel estremecimiento convulso.
In order to soothe Georgiana, and, as it were, to release her mind from the burden of actual things, Aylmer now put in practice some of the light and playful secrets which science had taught him among its profounder lore. Airy figures, absolutely bodiless ideas, and forms of unsubstantial beauty came and danced before her, imprinting their momentary footsteps on beams of light. Though she had some indistinct idea of the method of these optical phenomena, still the illusion was almost perfect enough to warrant the belief that her husband possessed sway over the spiritual world. Then again, when she felt a wish to look forth from her seclusion, immediately, as if her thoughts were answered, the procession of external existence flitted across a screen. The scenery and the figures of actual life were perfectly represented, but with that bewitching, yet indescribable difference which always makes a picture, an image, or a shadow so much more attractive than the original. When wearied of this, Aylmer bade her cast her eyes upon a vessel containing a quantity of earth. She did so, with little interest at first; but was soon startled to perceive the germ of a plant shooting upward from the soil. Then came the slender stalk; the leaves gradually unfolded themselves; and amid them was a perfect and lovely flower.  Para tranquilizar a Georgiana, y para liberar su mente, por así decirlo, de la carga de las cosas reales, Aylmer puso en práctica algunos de los secretos ligeros y lúdicos que la ciencia le había enseñado entre conocimientos más profundos. Figuras aéreas, ideas absolutamente incorpóreas y formas de belleza insustancial aparecieron y bailaron ante ella, imprimiendo sus huellas momentáneas en los haces de luz. Aunque ella tenía alguna vaga idea del método de esos fenómenos ópticos, la ilusión era casi tan perfecta como para hacerle creer que su marido tenía dominio e influencia sobre el mundo espiritual. Y entonces, cuando sintió el deseo de mirar hacia afuera desde su encierro, inmediatamente, como en respuesta a sus pensamientos, pasó por una pantalla la procesión de la existencia exterior. El escenario y las figuras de la vida real estaban perfectamente representados, pero con esa diferencia encantadora, aunque indescriptible, que hace siempre que un cuadro, una imagen o una sombra sean mucho más atractivos que el original. Cuando se cansó de aquello, Aylmer le ordenó que fijara la vista en un recipiente que contenía cierta cantidad de tierra. Así lo hizo ella, con poco interés al principio, pero se sorprendió enseguida al ver que el germen de una planta brotaba desde el suelo. Apareció luego el delgado tallo, se desplegaron gradualmente las hojas y en medio de ellas apareció una flor perfecta y encantadora.
"It is magical!" cried Georgiana. "I dare not touch it."  —¡Es mágica! —gritó Georgiana—. No me atrevo a tocarla.
"Nay, pluck it," answered Aylmer,--"pluck it, and inhale its brief perfume while you may. The flower will wither in a few moments and leave nothing save its brown seed vessels; but thence may be perpetuated a race as ephemeral as itself."  —Mejor todavía, arráncala —respondió Aylmer—. Arráncala e inhala mientras puedas su breve perfume. La flor se marchitará en unos momentos y no dejará más que las vainas oscuras de las semillas; así podrá perpetuarse una raza tan efímera como ésa.
But Georgiana had no sooner touched the flower than the whole plant suffered a blight, its leaves turning coal-black as if by the agency of fire.  Apenas había tocado Georgiana la flor cuando la planta entera se destruyó y sus hojas se volvieron negras como el carbón, como si se hubieran quemado.
"There was too powerful a stimulus," said Aylmer, thoughtfully.  —El estímulo fue demasiado potente —comentó pensativo Aylmer.
To make up for this abortive experiment, he proposed to take her portrait by a scientific process of his own invention. It was to be effected by rays of light striking upon a polished plate of metal. Georgiana assented; but, on looking at the result, was affrighted to find the features of the portrait blurred and indefinable; while the minute figure of a hand appeared where the cheek should have been. Aylmer snatched the metallic plate and threw it into a jar of corrosive acid.  Para compensar ese experimento abortado le propuso hacer su retrato mediante un proceso científico de su invención. Lo haría dejando caer los rayos de luz sobre una placa de metal pulido. Georgiana aceptó, mas al mirar el resultado se asustó al ver que los rasgos del retrato eran borrosos e indefinibles; pero la figura diminuta de una mano aparecía donde debía estar la mejilla. Aylmer cogió la placa metálica y la introdujo en un recipiente de ácido corrosivo.
Soon, however, he forgot these mortifying failures. In the intervals of study and chemical experiment he came to her flushed and exhausted, but seemed invigorated by her presence, and spoke in glowing language of the resources of his art. He gave a history of the long dynasty of the alchemists, who spent so many ages in quest of the universal solvent by which the golden principle might be elicited from all things vile and base. Aylmer appeared to believe that, by the plainest scientific logic, it was altogether within the limits of possibility to discover this long-sought medium; "but," he added, "a philosopher who should go deep enough to acquire the power would attain too lofty a wisdom to stoop to the exercise of it." Not less singular were his opinions in regard to the elixir vitae. He more than intimated that it was at his option to concoct a liquid that should prolong life for years, perhaps interminably; but that it would produce a discord in Nature which all the world, and chiefly the quaffer of the immortal nostrum, would find cause to curse.  Olvidó pronto, sin embargo, esos fracasos mortificantes. En los descansos del estudio y la experimentación química acudía junto a ella agotado y enrojecido, pero la presencia de Georgiana parecía darle vigor, y entonces hablaba con brillante lenguaje de los recursos de su arte. Le hizo una historia de la larga dinastía de alquimistas que pasaron muchos años buscando el disolvente universal mediante el cual podría extraerse el principio dorado de todas las cosas viles y bajas. Aylmer parecía creer que mediante la lógica científica más sencilla, estaba totalmente dentro de los límites de lo posible descubrir ese medio que durante tanto tiempo se había buscado. —Pero un filósofo que profundizara lo suficiente para adquirir ese poder, alcanzaría también una sabiduría tan elevada que le impulsaría a no ejercerlo —añadió. No menos singulares eran sus opiniones respecto al elixir de la vida. Dio a entender con bastante seguridad que estaba en su mano conseguir un líquido que prolongaría la vida durante años, quizás interminablemente; pero que ello produciría en la Naturaleza una discordancia que todo el mundo, pero especialmente aquél que bebiera la panacea de la inmortalidad, tendría motivos para condenar.
"Aylmer, are you in earnest?" asked Georgiana, looking at him with amazement and fear. "It is terrible to possess such power, or even to dream of possessing it."  —Aylmer, ¿lo dices en serio? —preguntó Georgiana mirándole con asombro y miedo—. Es terrible poseer ese poder, incluso soñar con poseerlo.
"Oh, do not tremble, my love," said her husband. "I would not wrong either you or myself by working such inharmonious effects upon our lives; but I would have you consider how trifling, in comparison, is the skill requisite to remove this little hand."  —Oh, no tiembles, amor mío —contestó el esposo—. Ni a ti ni a mí nos haría daño produciendo efectos tan poco armoniosos en nuestras vidas; pero querría que consideraras lo insignificante que es, en comparación, la habilidad necesaria para eliminar esa pequeña mano.
At the mention of the birthmark, Georgiana, as usual, shrank as if a redhot iron had touched her cheek.  Como de costumbre, a la mención de la marca de nacimiento Georgiana retrocedió como si un hierro al rojo hubiera tocado su mejilla.
Again Aylmer applied himself to his labors. She could hear his voice in the distant furnace room giving directions to Aminadab, whose harsh, uncouth, misshapen tones were audible in response, more like the grunt or growl of a brute than human speech. After hours of absence, Aylmer reappeared and proposed that she should now examine his cabinet of chemical products and natural treasures of the earth. Among the former he showed her a small vial, in which, he remarked, was contained a gentle yet most powerful fragrance, capable of impregnating all the breezes that blow across a kingdom. They were of inestimable value, the contents of that little vial; and, as he said so, he threw some of the perfume into the air and filled the room with piercing and invigorating delight.  Aylmer regresó a su trabajo. Ella podía escuchar su voz en la distante habitación del horno dando órdenes a Aminadab, escuchando como respuesta los tonos duros y deformes de aquél, más semejantes al gruñido de un animal que al lenguaje humano. Tras horas de ausencia, Aylmer reapareció y propuso que examinara ella ahora su gabinete de productos químicos y de tesoros naturales de la tierra. De entre los primeros le enseñó un pequeño vial en el que comentó se contenía una fragancia suave, pero de lo más potente, capaz de impregnar todas las brisas que cruzaran un reino. Los contenidos del pequeño vial tenían un valor inestimable; y mientras se lo decía, arrojó un poco del perfume al aire llenando la habitación de una fragancia penetrante y vigorizante.
"And what is this?" asked Georgiana, pointing to a small crystal globe containing a gold-colored liquid. "It is so beautiful to the eye that I could imagine it the elixir of life."  —¿Y qué es eso? —preguntó Georgiana señalando una pequeña esfera de cristal que contenía un líquido de color dorado—. Es tan hermoso a la vista que podría pensar que es el elixir de la vida.
"In one sense it is," replied Aylmer; "or, rather, the elixir of immortality. It is the most precious poison that ever was concocted in this world. By its aid I could apportion the lifetime of any mortal at whom you might point your finger. The strength of the dose would determine whether he were to linger out years, or drop dead in the midst of a breath. No king on his guarded throne could keep his life if I, in my private station, should deem that the welfare of millions justified me in depriving him of it."  —Y lo es en un sentido —contestó Aylmer—. O más bien el elixir de la inmortalidad. Es el veneno más precioso que se ha confeccionado nunca en este mundo. Con su ayuda podría acortar la vida de cualquier mortal a quien tú señalaras con el dedo. La potencia de la dosis determinaría si éste iba a vivir años o caer muerto en mitad de una respiración. Ningún rey, en su defendido trono, podría mantener la vida si yo, en mis aposentos privados, considerara que el bienestar de millones de personas justificaba el que yo le quitara la vida.
"Why do you keep such a terrific drug?" inquired Georgiana in horror.  —¿Y por qué guardas una droga tan terrible? —preguntó Georgiana horrorizada.
"Do not mistrust me, dearest," said her husband, smiling; "its virtuous potency is yet greater than its harmful one. But see! here is a powerful cosmetic. With a few drops of this in a vase of water, freckles may be washed away as easily as the hands are cleansed. A stronger infusion would take the blood out of the cheek, and leave the rosiest beauty a pale ghost."  —No debes desconfiar de mí, querida mía —contestó el esposo sonriendo— Su potencia virtuosa es todavía mayor que la nociva. ¡Pero fíjate! Aquí tienes un potente cosmético. Añadiendo unas gotas a un jarro de agua pueden eliminarse las pecas con la misma facilidad con la que nos lavamos las manos. Una infusión más fuerte sacaría la sangre de las mejillas y dejaría a la belleza más sonrosada como si fuera un fantasma pálido.
"Is it with this lotion that you intend to bathe my cheek?" asked Georgiana, anxiously.  —¿Con ésta loción intentas bañar mi mejilla? —preguntó Georgiana con ansiedad.
"Oh, no," hastily replied her husband; "this is merely superficial. Your case demands a remedy that shall go deeper."  —Oh, no —replicó inmediatamente el esposo—. Esta es simplemente superficial. Tu caso exige un remedio que profundice más.
In his interviews with Georgiana, Aylmer generally made minute inquiries as to her sensations and whether the confinement of the rooms and the temperature of the atmosphere agreed with her. These questions had such a particular drift that Georgiana began to conjecture that she was already subjected to certain physical influences, either breathed in with the fragrant air or taken with her food. She fancied likewise, but it might be altogether fancy, that there was a stirring up of her system--a strange, indefinite sensation creeping through her veins, and tingling, half painfully, half pleasurably, at her heart. Still, whenever she dared to look into the mirror, there she beheld herself pale as a white rose and with the crimson birthmark stamped upon her cheek. Not even Aylmer now hated it so much as she.  En sus conversaciones con Georgiana, generalmente Aylmer la interrogaba minuciosamente acerca de sus sensaciones y sobre si el confinamiento en sus habitaciones y la temperatura de la atmósfera le agradaban. Esas preguntas tenían una intención tan particular que Georgiana empezó a pensar que estaba siendo ya sometida a determinadas influencias físicas, que bien respiraba con el aire fragante o ingería con la comida. También se figuraba, aunque podía ser algo totalmente imaginario, que había una agitación en su sistema: una sensación extraña e indefinida que se deslizaba por sus venas y le cosquilleaba, mitad dolorosamente y mitad placenteramente en el corazón. Pero siempre que se atrevía a mirarse en el espejo se contemplaba pálida como una rosa blanca y con la marca de nacimiento carmesí impresa en su mejilla. Ahora ni siquiera Aylmer la odiaba tanto como ella.
To dispel the tedium of the hours which her husband found it necessary to devote to the processes of combination and analysis, Georgiana turned over the volumes of his scientific library. In many dark old tomes she met with chapters full of romance and poetry. They were the works of philosophers of the middle ages, such as Albertus Magnus, Cornelius Agrippa, Paracelsus, and the famous friar who created the prophetic Brazen Head. All these antique naturalists stood in advance of their centuries, yet were imbued with some of their credulity, and therefore were believed, and perhaps imagined themselves to have acquired from the investigation of Nature a power above Nature, and from physics a sway over the spiritual world. Hardly less curious and imaginative were the early volumes of the Transactions of the Royal Society, in which the members, knowing little of the limits of natural possibility, were continually recording wonders or proposing methods whereby wonders might be wrought.  Para disipar el tedio de las horas que su esposo consideraba necesario dedicar a los procesos de combinación y análisis, Georgiana revolvía entre los volúmenes de su biblioteca científica. En muchos tomos oscuros y antiguos encontró capítulos llenos de romanticismo y poesía. Eran las obras de los filósofos de la Edad Media, como Alberto Magno, Cornelio Agripa, Paracelso y el famoso fraile que creó el profético Brazen Head. Todos esos antiguos naturalistas estaban avanzados con respecto a su siglo, pero se hallaban imbuidos de la credulidad de aquellos tiempos y se creía, quizás ellos mismos lo imaginaban, que habían adquirido en su investigación de la Naturaleza un poder sobre ésta, y del estudio de la física una influencia sobre el mundo espiritual. Menos curiosos e imaginativos eran los primeros volúmenes de las Actas de la Royal Society, en las que los miembros, conociendo poco los límites de la posibilidad natural, registraban continuamente maravillas o proponían métodos por los que podrían conseguirse dichas maravillas.
But to Georgiana the most engrossing volume was a large folio from her husband′s own hand, in which he had recorded every experiment of his scientific career, its original aim, the methods adopted for its development, and its final success or failure, with the circumstances to which either event was attributable. The book, in truth, was both the history and emblem of his ardent, ambitious, imaginative, yet practical and laborious life. He handled physical details as if there were nothing beyond them; yet spiritualized them all, and redeemed himself from materialism by his strong and eager aspiration towards the infinite. In his grasp the veriest clod of earth assumed a soul. Georgiana, as she read, reverenced Aylmer and loved him more profoundly than ever, but with a less entire dependence on his judgment than heretofore. Much as he had accomplished, she could not but observe that his most splendid successes were almost invariably failures, if compared with the ideal at which he aimed. His brightest diamonds were the merest pebbles, and felt to be so by himself, in comparison with the inestimable gems which lay hidden beyond his reach. The volume, rich with achievements that had won renown for its author, was yet as melancholy a record as ever mortal hand had penned. It was the sad confession and continual exemplification of the shortcomings of the composite man, the spirit burdened with clay and working in matter, and of the despair that assails the higher nature at finding itself so miserably thwarted by the earthly part. Perhaps every man of genius in whatever sphere might recognize the image of his own experience in Aylmer′s journal.  Pero para Georgiana el volumen más absorbente era un gran infolio escrito de la mano de su marido en el que éste había registrado todos los experimentos de su trayectoria científica, su objetivo original, los métodos adoptados para su desarrollo y el fracaso o éxito últimos, con las circunstancias a los que atribuía cada uno. En verdad el libro era al mismo tiempo la historia y el emblema de su ardiente, ambiciosa, imaginativa y sin embargo práctica vida de trabajo. Manejaba los detalles físicos como si no existiera nada más allá de ellos; y sin embargo los espiritualizaba todos y se redimía a sí mismo del materialismo por su poderosa y ansiosa aspiración hacia el infinito. Ante él, el más humilde terrón asumía un alma. Mientras leía, Georgiana reverenciaba a Aylmer y le amaba más profundamente que nunca, pero con una dependencia de su juicio menos total que hasta entonces. Por mucho que él hubiera conseguido, ella no podía dejar de comprender que sus éxitos más espléndidos eran casi invariablemente fracasos si se comparaban con el ideal al que él apuntaba. Sus diamantes más brillantes eran simples guijarros, y así los percibía él mismo, en comparación con las gemas inestimables que yacían ocultas y fuera de su alcance. El volumen, enriquecido por los logros que habían dado fama a su autor, al mismo tiempo era el registro más melancólico que hubiera escrito nunca una mano mortal. Era la confesión triste y la ejemplificación continua de las deficiencias del hombre compuesto, con el espíritu cargado de arcilla y trabajando en la materia, y de la desesperanza que asalta a la naturaleza superior al descubrirse tan miserablemente reducida por su parte terrena. Quizás todo hombre de genio en cualquier esfera pueda reconocer la imagen de su propia experiencia en el diario de Aylmer.
So deeply did these reflections affect Georgiana that she laid her face upon the open volume and burst into tears. In this situation she was found by her husband.  Tan profundamente afectaron a Georgiana estas reflexiones que apoyó la cabeza en el volumen abierto y rompió a llorar. En esa situación la encontró su esposo.
"It is dangerous to read in a sorcerer′s books," said he with a smile, though his countenance was uneasy and displeased. "Georgiana, there are pages in that volume which I can scarcely glance over and keep my senses. Take heed lest it prove as detrimental to you."  —Es peligroso leer los libros de un brujo —le dijo éste sonriendo, aunque su semblante revelaba inquietud y desagrado—. Georgiana, en ese volumen hay páginas que yo apenas soy capaz de ver y mantener el sentido. Ten cuidado no te vaya a resultar dañino.
"It has made me worship you more than ever," said she.  —Me ha hecho venerarte más que nunca —contestó ella.
"Ah, wait for this one success," rejoined he, "then worship me if you will. I shall deem myself hardly unworthy of it. But come, I have sought you for the luxury of your voice. Sing to me, dearest."  —Ah, pues aguarda a este único éxito, y entonces podrás venerarme —replicó él—. Con él difícilmente podré considerarme indigno. Pero ven, te he buscado por el placer de tu voz. Canta para mí, querida.
So she poured out the liquid music of her voice to quench the thirst of his spirit. He then took his leave with a boyish exuberance of gayety, assuring her that her seclusion would endure but a little longer, and that the result was already certain. Scarcely had he departed when Georgiana felt irresistibly impelled to follow him. She had forgotten to inform Aylmer of a symptom which for two or three hours past had begun to excite her attention. It was a sensation in the fatal birthmark, not painful, but which induced a restlessness throughout her system. Hastening after her husband, she intruded for the first time into the laboratory.  Ella vertió entonces la música líquida de su voz para apagar la sed del espíritu de su esposo. Después él se despidió con exuberante alegría juvenil asegurándole que su reclusión sólo duraría un poco más, y que el resultado era ya seguro. Apenas se había marchado él cuando Georgiana se sintió irresistiblemente impulsada a seguirle. Se había olvidado de informar a Aylmer acerca de un síntoma que en las dos o tres últimas horas había empezado a llamar su atención. Era una sensación en la marca de nacimiento fatal, nada dolorosa, pero que inducía una inquietud en todo su sistema. Corriendo tras su esposo, entró por primera vez en el laboratorio.
The first thing that struck her eye was the furnace, that hot and feverish worker, with the intense glow of its fire, which by the quantities of soot clustered above it seemed to have been burning for ages. There was a distilling apparatus in full operation. Around the room were retorts, tubes, cylinders, crucibles, and other apparatus of chemical research. An electrical machine stood ready for immediate use. The atmosphere felt oppressively close, and was tainted with gaseous odors which had been tormented forth by the processes of science. The severe and homely simplicity of the apartment, with its naked walls and brick pavement, looked strange, accustomed as Georgiana had become to the fantastic elegance of her boudoir. But what chiefly, indeed almost solely, drew her attention, was the aspect of Aylmer himself.  Lo primero que sorprendió su mirada fue el horno, ese instrumento de trabajo ardiente y enfebrecido, con el brillo intenso del fuego, que por la cantidad de hollín que se había amontonado encima parecía llevar ardiendo varios siglos. Había un aparato de destilación en pleno funcionamiento. Por la habitación había retortas, tubos, cilindros, crisoles y otros aparatos para la investigación química. Una máquina eléctrica estaba dispuesta a ser utilizada inmediatamente. La atmósfera resultaba oprimente y estaba teñida por olores gaseosos que habían sido atormentados con los procesos de la ciencia. La simplicidad severa y sencilla de la estancia, con las paredes y el pavimento de ladrillo desnudos, resultaba extraña porque Georgiana se había habituado a la elegancia fantástica de su salón. Pero lo que atrajo principalmente su atención, casi exclusivamente, fue la apariencia del propio Aylmer.
He was pale as death, anxious and absorbed, and hung over the furnace as if it depended upon his utmost watchfulness whether the liquid which it was distilling should be the draught of immortal happiness or misery. How different from the sanguine and joyous mien that he had assumed for Georgiana′s encouragement!  Estaba pálido como la muerte, ansioso y absorbido, agachado sobre el horno, como si de su vigilancia máxima dependiera que el líquido que estaba destilando fuera la bebida de la desgracia o la felicidad inmortal. ¡Qué distinto del aire optimista y gozoso que había asumido para estimular a Georgiana!
"Carefully now, Aminadab; carefully, thou human machine; carefully, thou man of clay!" muttered Aylmer, more to himself than his assistant. "Now, if there be a thought too much or too little, it is all over."  —Con cuidado ahora, Aminadab; con cuidado, máquina humana... ¡con cuidado, hombre de arcilla! —murmuró Aylmer, aunque más para sí mismo que para su ayudante—. Si ahora nos pasamos o nos quedamos cortos un poco, todo está perdido.
"Ho! ho!" mumbled Aminadab. "Look, master! look!"  —¡Ja, ja! —murmuró Aminadab—. ¡Mire ahora, amo! ¡Mire!
Aylmer raised his eyes hastily, and at first reddened, then grew paler than ever, on beholding Georgiana. He rushed towards her and seized her arm with a gripe that left the print of his fingers upon it.  Aylmer levantó rápidamente los ojos y enrojeciendo al principio, para quedar luego más pálido que nunca, contempló a Georgiana. Corrió hacia ella y la sujetó del brazo con una fuerza que hizo que sus dedos dejaran una marca en él.
"Why do you come hither? Have you no trust in your husband?" cried he, impetuously. "Would you throw the blight of that fatal birthmark over my labors? It is not well done. Go, prying woman, go!"  —¿Por qué has venido hasta aquí? ¿Es que no confías en tu esposo? —gritó él impetuosamente—. ¿Es que no dejas a mi esfuerzo el infortunio de esa marca fatal? Eso no está bien. ¡Vete, mujer entrometida, vete!
"Nay, Aylmer," said Georgiana with the firmness of which she possessed no stinted endowment, "it is not you that have a right to complain. You mistrust your wife; you have concealed the anxiety with which you watch the development of this experiment. Think not so unworthily of me, my husband. Tell me all the risk we run, and fear not that I shall shrink; for my share in it is far less than your own."  —No, Aylmer, no eres tú quien tiene derecho aquejarse —exclamó Georgiana con una firmeza para la que estaba muy dotada—. Tú desconfías de tu esposa; tú has ocultado la ansiedad con la que observas el desarrollo de este experimento. No me consideres tan indigna, esposo mío. Dime todo el riesgo que corremos y no temas que vaya a echarme atrás; pues mi parte en ello no es menor que la tuya.
"No, no, Georgiana!" said Aylmer, impatiently; "it must not be."  —¡No, no, Georgiana! —exclamó Aylmer con impaciencia—. No debe ser así.
"I submit," replied she calmly. "And, Aylmer, I shall quaff whatever draught you bring me; but it will be on the same principle that would induce me to take a dose of poison if offered by your hand."  —Me someto —contestó ella con tranquilidad—. Y me beberé cualquier cosa que me ofrezcas; pero lo haré por lo mismo que me induciría a aceptar una dosis de veneno si tu mano me la ofreciera.
"My noble wife," said Aylmer, deeply moved, "I knew not the height and depth of your nature until now. Nothing shall be concealed. Know, then, that this crimson hand, superficial as it seems, has clutched its grasp into your being with a strength of which I had no previous conception. I have already administered agents powerful enough to do aught except to change your entire physical system. Only one thing remains to be tried. If that fail us we are ruined."  —Mi noble esposa —añadió Aylmer profundamente conmovido—. Hasta ahora no había conocido la altura y profundidad de tu naturaleza. Nada te ocultaré. ′" Has de saber, entonces, que esa mano carmesí, aunque parece superficial, se ha aferrado en tu ser con una fuerza de la que anteriormente yo no tenía idea. Ya te he administrado agentes lo bastante poderosos como para hacerlo todo salvo cambiar tu sistema físico entero. Sólo una cosa cabe por intentar. Si falla, hemos fracasado.
"Why did you hesitate to tell me this?" asked she.  —¿Y por qué vacilas en decírmelo? —preguntó ella.
"Because, Georgiana," said Aylmer, in a low voice, "there is danger."  —Porque es peligroso, Georgiana —contestó Aylmer en voz baja.
"Danger? There is but one danger--that this horrible stigma shall be left upon my cheek!" cried Georgiana. "Remove it, remove it, whatever be the cost, or we shall both go mad!"  —¿Peligroso? Sólo hay un peligro: ¡que este horrible estigma permanezca en mi mejilla! ¡Quítalo, quítalo sea cual sea el precio, o ambos enloqueceremos!
"Heaven knows your words are too true," said Aylmer, sadly. "And now, dearest, return to your boudoir. In a little while all will be tested."  —El cielo sabe que tus palabras son ciertas —exclamó Aylmer con tristeza—. Y ahora, querida mía, vuelve a tu salón. Dentro de muy poco haremos la prueba.
He conducted her back and took leave of her with a solemn tenderness which spoke far more than his words how much was now at stake. After his departure Georgiana became rapt in musings. She considered the character of Aylmer, and did it completer justice than at any previous moment. Her heart exulted, while it trembled, at his honorable love--so pure and lofty that it would accept nothing less than perfection nor miserably make itself contented with an earthlier nature than he had dreamed of. She felt how much more precious was such a sentiment than that meaner kind which would have borne with the imperfection for her sake, and have been guilty of treason to holy love by degrading its perfect idea to the level of the actual; and with her whole spirit she prayed that, for a single moment, she might satisfy his highest and deepest conception. Longer than one moment she well knew it could not be; for his spirit was ever on the march, ever ascending, and each instant required something that was beyond the scope of the instant before.  La acompañó y se despidió de ella con ternura solemne que indicaba mucho más que sus palabras todo lo que estaba en juego. Tras la despedida, Georgiana se sumió en sus pensamientos. Consideró el carácter de Aylmer haciéndole más justicia que nunca antes. Su corazón se alegraba, aunque temblando, por lo honorable del amor de su esposo: tan puro y elevado que no aceptaría nada que no fuera la perfección, ni se contentaría miserablemente con una naturaleza más terrenal que la que él había soñado. Comprendió que ese sentimiento era mucho más precioso que aquel otro, más mediocre, que habría sido indulgente con la imperfección a cambio de su seguridad, y habría resultado culpable de traición al amor sagrado si hubiera degradado su idea de perfección al nivel de lo real. Y entonces ella rezó con todo su espíritu para que por un solo momento pudiera satisfacer la concepción más elevada y profunda de esposo. Sabía que no podría lograrlo más que por un momento, pues el espíritu de Aylmer estaba siempre en movimiento, siempre ascendiendo, y cada instante exigía algo que estaba más allá del alcance del instante anterior.
The sound of her husband′s footsteps aroused her. He bore a crystal goblet containing a liquor colorless as water, but bright enough to be the draught of immortality. Aylmer was pale; but it seemed rather the consequence of a highly-wrought state of mind and tension of spirit than of fear or doubt.  El sonido de los pasos de su esposo la sobresaltó. Llevaba una esfera de cristal que contenía un licor tan incoloro como el agua, pero tan brillante que podría ser la bebida de la inmortalidad. Aylmer estaba pálido, pero más que por miedo o duda parecía la consecuencia de la tensión del espíritu y de un estado mental muy agitado.
"The concoction of the draught has been perfect," said he, in answer to Georgiana′s look. "Unless all my science have deceived me, it cannot fail."  —La elaboración de la bebida ha sido perfecta —dijo él como respuesta a la mirada de Georgiana—. A menos que toda mi ciencia me haya engañado, no podrá fallar.
"Save on your account, my dearest Aylmer," observed his wife, "I might wish to put off this birthmark of mortality by relinquishing mortality itself in preference to any other mode. Life is but a sad possession to those who have attained precisely the degree of moral advancement at which I stand. Were I weaker and blinder it might be happiness. Were I stronger, it might be endured hopefully. But, being what I find myself, methinks I am of all mortals the most fit to die."  —De no ser por ti, mi queridísimo Aylmer, desearía eliminar esta marca de la mortalidad abandonando la propia mortalidad —observó ella—. La vida es una triste posesión para quienes han alcanzado el grado de progreso moral en el que yo me encuentro. Si yo fuera más débil y ciega, podría ser feliz. Si fuera más fuerte, podría soportarlo con esperanza. Pero siendo lo que he descubierto ser, me parece que de todos los mortales yo soy la más apta para morir.
"You are fit for heaven without tasting death!" replied her husband "But why do we speak of dying? The draught cannot fail. Behold its effect upon this plant."  —¡Eres apta para el cielo sin probar la muerte! —contestó el esposo—. Pero ¿por qué hablamos de morir? El licor no puede fallar. Contempla su efecto en esta planta.
On the window seat there stood a geranium diseased with yellow blotches, which had overspread all its leaves. Aylmer poured a small quantity of the liquid upon the soil in which it grew. In a little time, when the roots of the plant had taken up the moisture, the unsightly blotches began to be extinguished in a living verdure.  En la repisa de la ventana había un geranio enfermo con manchas amarillas que se habían extendido por todas sus hojas. Aylmer derramó una pequeña cantidad de líquido sobre la tierra en la que crecía. Poco después, cuando las raíces de la planta hubieron absorbido la humedad, las manchas repugnantes empezaron a desaparecer en medio de un verdor vivo.
"There needed no proof," said Georgiana, quietly. "Give me the goblet I joyfully stake all upon your word."  —No era necesaria prueba alguna —dijo Georgiana calmadamente—. Dame la copa. Gozosamente lo apuesto todo a tu palabra.
"Drink, then, thou lofty creature!" exclaimed Aylmer, with fervid admiration. "There is no taint of imperfection on thy spirit. Thy sensible frame, too, shall soon be all perfect."  —¡Bebe entonces, elevada criatura! —exclamó Aylmer con ferviente admiración—. No hay mancha alguna de imperfección en tu espíritu. Y también tu sensible estructura pronto será perfecta.
She quaffed the liquid and returned the goblet to his hand.  Ella bebió el líquido y le devolvió la copa.
"It is grateful," said she with a placid smile. "Methinks it is like water from a heavenly fountain; for it contains I know not what of unobtrusive fragrance and deliciousness. It allays a feverish thirst that had parched me for many days. Now, dearest, let me sleep. My earthly senses are closing over my spirit like the leaves around the heart of a rose at sunset."  —Es agradable —dijo con sonrisa plácida—. Me parece que es como agua de una fuente celestial; pues contiene no sé qué deliciosa y discreta fragancia. Me ha apagado la sed enfebrecida que desde hacía varios días me resecaba. Pero ahora, querido, déjame dormir. Mis sentidos terrenales se están cerrando sobre mi espíritu como las hojas alrededor del corazón de una rosa al anochecer.
She spoke the last words with a gentle reluctance, as if it required almost more energy than she could command to pronounce the faint and lingering syllables. Scarcely had they loitered through her lips ere she was lost in slumber. Aylmer sat by her side, watching her aspect with the emotions proper to a man the whole value of whose existence was involved in the process now to be tested. Mingled with this mood, however, was the philosophic investigation characteristic of the man of science. Not the minutest symptom escaped him. A heightened flush of the cheek, a slight irregularity of breath, a quiver of the eyelid, a hardly perceptible tremor through the frame,--such were the details which, as the moments passed, he wrote down in his folio volume. Intense thought had set its stamp upon every previous page of that volume, but the thoughts of years were all concentrated upon the last.  Pronunció estas últimas palabras con suave desgana, como si necesitara más energía de la que podía reunir para pronunciar lenta y débilmente las sílabas. Apenas habían salido de sus labios cuando se perdió en el sueño. Aylmer se sentó a su lado, observando su aspecto con las emociones adecuadas para un hombre que se jugaba toda la existencia en el proceso que ahora iba a comprobar. Sin embargo, combinado con ese estado de ánimo se daba la característica de la investigación filosófica del hombre de ciencia. Ni el más diminuto síntoma se le escapó. Un aumento del rubor de la mejilla, una ligera irregularidad de la respiración, un estremecimiento del párpado, un temblor apenas perceptible de la estructura: ésos fueron los detalles que conforme fueron transcurriendo los momentos escribió en su volumen de infolio. Intensos pensamientos habían impreso su huella en todas las páginas anteriores del volumen, pero los pensamientos de todos los años se concentraron en la última página.
While thus employed, he failed not to gaze often at the fatal hand, and not without a shudder. Yet once, by a strange and unaccountable impulse he pressed it with his lips. His spirit recoiled, however, in the very act, and Georgiana, out of the midst of her deep sleep, moved uneasily and murmured as if in remonstrance. Again Aylmer resumed his watch. Nor was it without avail. The crimson hand, which at first had been strongly visible upon the marble paleness of Georgiana′s cheek, now grew more faintly outlined. She remained not less pale than ever; but the birthmark with every breath that came and went, lost somewhat of its former distinctness. Its presence had been awful; its departure was more awful still. Watch the stain of the rainbow fading out the sky, and you will know how that mysterious symbol passed away.  Mientras lo hacía no dejó de contemplar a menudo la mano fatal, siempre con un estremecimiento. Y en una ocasión, por un impulso extraño e inexplicable, la rozó con sus labios. Sin embargo su espíritu retrocedió en ese mismo acto; y Georgiana, saliendo a medias de su sueño profundo, se movió con inquietud y murmuró una protesta. Aylmer reanudó su vigilancia. No careció de resultados: mano carmesí que al principio se veía poderosamente en la palidez marmórea la mejilla de Georgiana, empezó a perfilarse con mayor debilidad. Ella permanecí tan pálida como siempre; pero la marca de nacimiento perdía algo de su claridad anterior con cada respiración. Horrible había sido su presencia; pero más horrible todavía resultaba su desaparición. Para saber cómo desaparecía ese símbolo misterioso tendrá que observar cómo lo hace el arco iris en el cielo.
"By Heaven! it is well-nigh gone!" said Aylmer to himself, in almost irrepressible ecstasy. "I can scarcely trace it now. Success! success! And now it is like the faintest rose color. The lightest flush of blood across her cheek would overcome it. But she is so pale!"  —¡Cielos! ¡Casi ha desaparecido! —dijo Aylmer para sí mismo en un éxtasis casi irreprimible—. Apenas sí puedo verla ahora. ¡Éxito! ¡Éxito! Ahora tiene el color rosado más débil que pueda existir. Él más ligero arrebolamiento de la sangre′ en sus mejillas la ocultaría. ¡Pero qué pálida está ella!
He drew aside the window curtain and suffered the light of natural day to fall into the room and rest upon her cheek. At the same time he heard a gross, hoarse chuckle, which he had long known as his servant Aminadab′s expression of delight.  Descorrió la cortina de la ventana permitiendo que la luz natural del día entrara en la habitación y cayera en su mejilla. En ese mismo instante escuchó una risa brutal y ronca que reconocía desde hace tiempo como la expresión de placer de su criado Aminadab.
"Ah, clod! ah, earthly mass!" cried Aylmer, laughing in a sort of frenzy, "you have served me well! Matter and spirit--earth and heaven --have both done their part in this! Laugh, thing of the senses! You have earned the right to laugh."  —¡Ah, pedazo de tierra! ¡Ah, masa terrosa! —gritó Aylmer riéndose con una especie de frenesí—. ¡Bien me has servido! ¡Materia y espíritu, tierra y cielo, han hecho ambos su parte en esto! ¡Ríe, objeto de los sentidos! Te has ganado el derecho a reír.
These exclamations broke Georgiana′s sleep. She slowly unclosed her eyes and gazed into the mirror which her husband had arranged for that purpose. A faint smile flitted over her lips when she recognized how barely perceptible was now that crimson hand which had once blazed forth with such disastrous brilliancy as to scare away all their happiness. But then her eyes sought Aylmer′s face with a trouble and anxiety that he could by no means account for.  Ésas exclamaciones despertaron a Georgiana de su sueño. Lentamente abrió los ojos y miró en el espejo que su esposo le había dispuesto para ello. Una débil sonrisa aleteó en sus labios cuando reconoció que ahora apenas era perceptible esa mano carmesí que en otro tiempo brillaba tan desastrosamente como para alejar toda su felicidad. Pero enseguida sus ojos buscaron el rostro de Aylmer con una inquietud y ansiedad que él no pudo menos que percibir.
"My poor Aylmer!" murmured she.  —¡Mi pobre Aylmer! —murmuró ella.
"Poor? Nay, richest, happiest, most favored!" exclaimed he. "My peerless bride, it is successful! You are perfect!"  —¿Pobre? ¡No, el más rico, feliz y favorecido! —exclamó él—. ¡Mi novia sin igual, hemos tenido éxito! ¡Eres perfecta!
"My poor Aylmer," she repeated, with a more than human tenderness, "you have aimed loftily; you have done nobly. Do not repent that with so high and pure a feeling, you have rejected the best the earth could offer. Aylmer, dearest Aylmer, I am dying!"  —Mi pobre Aylmer —repitió ella con una ternura más que humana—. Has apuntado a lo alto y lo has hecho noblemente. No te arrepientas de que con tan elevado y puro sentimiento hayas rechazado lo mejor que la tierra podía ofrecer. ¡Aylmer, mi queridísimo Aylmer, me muero!
Alas! it was too true! The fatal hand had grappled with the mystery of life, and was the bond by which an angelic spirit kept itself in union with a mortal frame. As the last crimson tint of the birthmark--that sole token of human imperfection--faded from her cheek, the parting breath of the now perfect woman passed into the atmosphere, and her soul, lingering a moment near her husband, took its heavenward flight. Then a hoarse, chuckling laugh was heard again! Thus ever does the gross fatality of earth exult in its invariable triumph over the immortal essence which, in this dim sphere of half development, demands the completeness of a higher state. Yet, had Alymer reached a profounder wisdom, he need not thus have flung away the happiness which would have woven his mortal life of the selfsame texture with the celestial. The momentary circumstance was too strong for him; he failed to look beyond the shadowy scope of Time, and, living once for all in Eternity, to find the perfect Future in the present.  ¡Ay, era cierto! La mano fatal había luchado con el misterio de la vida y era el eslabón por el que un espíritu angélico se mantenía unido a un cuerpo mortal. — Cuando el último tono carmesí de la marca de nacimiento —la única prueba de la imperfección humana— desapareció de su mejilla, el aliento de la mujer ahora′′ perfecta se trasladó a la atmósfera, y su alma, deteniéndose un momento cerca del esposo, emprendió su vuelo hacia el cielo. ¡Entonces volvió a escucharse la risa ronca! Así se complace siempre la fatalidad grosera de la tierra en su triunfo invariable sobre la esencia inmortal que, en esta oscura esfera del desarrollo a medias, exige completarse en un estado superior. Si Aylmer hubiera logrado una sabiduría más profunda no habría tenido que desprenderse de la felicidad que habría entretejido su vida de textura mortal con lo celestial. Pero la circunstancia del momento fue demasiado potente para él; no miró más allá del alcance sombrío del tiempo, y viviendo de una vez por siempre en la eternidad, no logró encontrar en el presente el futuro perfecto.