"Emma"









III. CHAPTER XVII



CAPÍTULO LIII

Mrs. Weston′s friends were all made happy by her safety; and if the satisfaction of her well-doing could be increased to Emma, it was by knowing her to be the mother of a little girl. She had been decided in wishing for a Miss Weston. She would not acknowledge that it was with any view of making a match for her, hereafter, with either of Isabella′s sons; but she was convinced that a daughter would suit both father and mother best. It would be a great comfort to Mr. Weston, as he grew older—and even Mr. Weston might be growing older ten years hence—to have his fireside enlivened by the sports and the nonsense, the freaks and the fancies of a child never banished from home; and Mrs. Weston—no one could doubt that a daughter would be most to her; and it would be quite a pity that any one who so well knew how to teach, should not have their powers in exercise again. TODOS los amigos de la señora Weston tuvieron una gran alegría con su feliz alumbramiento. Y para Emma, a la satisfacción de saber que todo había ido perfectamente bien, se añadió la de que su amiga hubiese sido madre de una niña. Ella había manifestado sus preferencias por una señorita Weston. No quería reconocer que era con vistas a una futura boda con alguno de los hijos de Isabella; sino que decía que estaba convencida de que una niña iba a ser mucho mejor tanto para el padre como para la madre. Sería una gran ilusión para el señor Weston, que empezaba a envejecer... y diez años más tarde, cuando el señor Weston tuviera ya una edad más avanzada, vería alegrado su hogar por los juegos y las ocurrencias, los caprichos y los antojos de aquella niña que pertenecería propiamente a la casa; y en cuanto a la señora Weston... nadie podía dudar de lo que iba a significar para ella una hija; y hubiese sido una lástima que una maestra tan buena como ella no hubiese podido volver a enseñar.
"She has had the advantage, you know, of practising on me," she continued—"like La Baronne d′Almane on La Comtesse d′Ostalis, in Madame de Genlis′ Adelaide and Theodore, and we shall now see her own little Adelaide educated on a more perfect plan." -Ha tenido la suerte de haber podido practicar conmigo -decía Emma-, como la baronesa de Almane con la condesa de Ostalis, en Adelaida y Teodora, de Madame de Genlis, y ahora veremos cómo sabe educar mejor a su pequeña Adelaida.
"That is," replied Mr. Knightley, "she will indulge her even more than she did you, and believe that she does not indulge her at all. It will be the only difference." -Ya verá -replicó el señor Knightley- cómo le consentirá incluso más de lo que le consentía a usted, y estará convencida de que no le consiente nada. Ésta será la única diferencia.
"Poor child!" cried Emma; "at that rate, what will become of her?" -¡Pobre criatura! -exclamó Emma-. Entonces, ¿qué va a ser de ella?
"Nothing very bad.—The fate of thousands. She will be disagreeable in infancy, and correct herself as she grows older. I am losing all my bitterness against spoilt children, my dearest Emma. I, who am owing all my happiness to you, would not it be horrible ingratitude in me to be severe on them?" -No hay que alarmarse mucho. Es el destino de millares de niños. Durante su niñez estará muy mal criada, y a medida que vaya creciendo se corregirá a sí misma. Ya no soy severo con los niños mimados, mi querida Emma. Yo que le debo a usted toda mi felicidad, ¿no sería una ingratitud monstruosa ser severo para con los niños mimados?
Emma laughed, and replied: "But I had the assistance of all your endeavours to counteract the indulgence of other people. I doubt whether my own sense would have corrected me without it." Emma se echó a reír y replicó: -Pero yo tenía la ayuda de todos sus esfuerzos para contrarrestar la excesiva benevolencia de los demás. Dudo que sin usted, sólo con mi sentido común, hubiese llegado a enmendarme.
"Do you?—I have no doubt. Nature gave you understanding:—Miss Taylor gave you principles. You must have done well. My interference was quite as likely to do harm as good. It was very natural for you to say, what right has he to lecture me?—and I am afraid very natural for you to feel that it was done in a disagreeable manner. I do not believe I did you any good. The good was all to myself, by making you an object of the tenderest affection to me. I could not think about you so much without doating on you, faults and all; and by dint of fancying so many errors, have been in love with you ever since you were thirteen at least." -¿De veras? Yo no tengo la menor duda. La naturaleza le dotó de inteligencia. La señorita Taylor le inculcó buenos principios. Tenía usted que terminar bien. Mi intervención tanto podía hacerle daño como beneficiarla. Era lo más natural del mundo que pensara: ¿Qué derecho tiene a sermonearme? Y me temo que era también lo más natural que pensase que yo lo hacía de un modo desagradable. No creo haberle hecho ningún bien. El bien me lo hice a mí mismo al convertirla a usted en el objeto de mis pensamientos más afectuosos. No podía pensar en usted sin mimarla, con defectos y todo; y a fuerza de encariñarme con tantos errores creo que he estado enamorado de usted por lo menos desde que tenía trece años.
"I am sure you were of use to me," cried Emma. "I was very often influenced rightly by you—oftener than I would own at the time. I am very sure you did me good. And if poor little Anna Weston is to be spoiled, it will be the greatest humanity in you to do as much for her as you have done for me, except falling in love with her when she is thirteen." -Yo estoy segura de que me ha hecho mucho bien -dijo Emma-. Muchas veces me dejaba influir por usted... muchas más veces de lo que quería reconocer en aquellos momentos. Estoy completamente convencida de que me ha servido de mucho. Y si a la pobre Anna Weston también van a mimarla, haría usted una gran obra de caridad haciendo por ella todo lo que ha hecho por mí... excepto enamorarse de ella cuando tenga trece años.
"How often, when you were a girl, have you said to me, with one of your saucy looks—′Mr. Knightley, I am going to do so-and-so; papa says I may, or I have Miss Taylor′s leave′—something which, you knew, I did not approve. In such cases my interference was giving you two bad feelings instead of one." -¡Cuántas veces, cuando era usted una niña, me ha dicho con una de sus miradas arrogantes: «Señor Knightley, voy a hacer esto y aquello; papá dice que me deja»; o «La señorita Taylor me ha dado permiso»... Algo que usted sabía que yo no iba a aprobar. En estos casos, al intervenir yo le daba dos malos impulsos en vez de uno.
"What an amiable creature I was!—No wonder you should hold my speeches in such affectionate remembrance." -¡Qué niña más encantadora debía de ser! No me extraña que usted recuerde mis palabras de un modo tan cariñoso.
"′Mr. Knightley.′—You always called me, ′Mr. Knightley;′ and, from habit, it has not so very formal a sound.—And yet it is formal. I want you to call me something else, but I do not know what." -«Señor Knightley». Siempre me llamaba «señor Knightley»; y con la costumbre dejó de sonar tan respetuoso... Y sin embargo lo es. Me gustaría que me llamara de algún otro modo, pero no sé cómo.
"I remember once calling you ′George,′ in one of my amiable fits, about ten years ago. I did it because I thought it would offend you; but, as you made no objection, I never did it again." -Recuerdo que una vez, hace unos diez años, en una de mis encantadoras rabietas le llamé «George»; lo hice porque creí que iba a ofenderse; pero como usted no protestó nunca más volví a llamarle así.
"And cannot you call me ′George′ now?" -Y ahora, ¿no puede llamarme «George»?
"Impossible!—I never can call you any thing but ′Mr. Knightley.′ I will not promise even to equal the elegant terseness of Mrs. Elton, by calling you Mr. K.—But I will promise," she added presently, laughing and blushing—"I will promise to call you once by your Christian name. I do not say when, but perhaps you may guess where;—in the building in which N. takes M. for better, for worse." -¡Oh, no, imposible! Yo sólo puedo llamarle «señor Knightley». Ni siquiera le prometo igualar la elegante concisión de la señora Elton llamándole «señor K.»... Pero le prometo -añadió en seguida riéndose y ruborizándose al mismo tiempo-, le prometo que le llamaré una vez por su nombre de pila. No puedo decirle cuándo, pero quizá sea capaz de adivinar dónde... en aquel lugar en el que dos personas aceptan vivir unidos en la fortuna y la adversidad.
Emma grieved that she could not be more openly just to one important service which his better sense would have rendered her, to the advice which would have saved her from the worst of all her womanly follies—her wilful intimacy with Harriet Smith; but it was too tender a subject.—She could not enter on it.—Harriet was very seldom mentioned between them. This, on his side, might merely proceed from her not being thought of; but Emma was rather inclined to attribute it to delicacy, and a suspicion, from some appearances, that their friendship were declining. She was aware herself, that, parting under any other circumstances, they certainly should have corresponded more, and that her intelligence would not have rested, as it now almost wholly did, on Isabella′s letters. He might observe that it was so. The pain of being obliged to practise concealment towards him, was very little inferior to the pain of having made Harriet unhappy. Emma lamentaba no poder hablarle con más franqueza de uno de los favores más importantes que él, con su gran sentido común, hubiese podido hacerle, aconsejándole de modo que le hubiese evitado incurrir en la peor de todas sus locuras femeninas: su empeño en intimar con Harriet Smith; pero era una cuestión demasiado delicada; no podía hablar de ella. En sus conversaciones sólo muy raras veces mencionaban a Harriet. Por su parte ello podía atribuirse simplemente a que no se le ocurría pensar en la muchacha; pero Emma se inclinaba a atribuirlo a su tacto y a las sospechas que debía de tener, por ciertos detalles, de que la amistad entre ambas amigas comenzaba a declinar. Se daba cuenta de que en cualquier otra circunstancia era lógico esperar que se hubiesen carteado más, y que las noticias que tuviera de ella no tuviesen que ser exclusivamente, como entonces ocurría, las que Isabella incluía en sus cartas. P-1 también debía haberlo advertido. La desazón que le producía el verse obligada a ocultarle algo era casi tan grande como la que sentía por haber hecho desgraciada a Harriet.
Isabella sent quite as good an account of her visitor as could be expected; on her first arrival she had thought her out of spirits, which appeared perfectly natural, as there was a dentist to be consulted; but, since that business had been over, she did not appear to find Harriet different from what she had known her before.—Isabella, to be sure, was no very quick observer; yet if Harriet had not been equal to playing with the children, it would not have escaped her. Emma′s comforts and hopes were most agreeably carried on, by Harriet′s being to stay longer; her fortnight was likely to be a month at least. Mr. and Mrs. John Knightley were to come down in August, and she was invited to remain till they could bring her back. Las noticias que Isabella le daba acerca de su invitada eran las que cabía esperar; a su llegada le había parecido de mal humor, lo cual le pareció totalmente natural teniendo en cuenta que les estaba esperando el dentista; pero una vez solucionado aquel contratiempo, no tenía la impresión de que Harriet se mostrara distinta a como ella la había conocido antes... Desde luego, Isabella no era un observador muy penetrante; sin embargo, si Harriet no se hubiera prestado a jugar con los niños, su hermana no hubiese podido dejar de darse cuenta; Emma disfrutaba más de sus consuelos y de sus esperanzas sabiendo que la estancia de Harriet en Londres iba a ser larga; las dos semanas probablemente iban a convertirse por lo menos en un mes. El señor y la señora John Knightley volverían a Highbury en agosto, y la habían invitado a quedarse con ellos hasta entonces para regresar todos juntos.
"John does not even mention your friend," said Mr. Knightley. "Here is his answer, if you like to see it." -John ni siquiera menciona a su amiga -dijo el señor Knightley-. Aquí traigo su contestación por si quiere leerla.
It was the answer to the communication of his intended marriage. Emma accepted it with a very eager hand, with an impatience all alive to know what he would say about it, and not at all checked by hearing that her friend was unmentioned. Era la respuesta a la carta en la que le anunciaba su propósito de casarse. Emma la aceptó rápidamente, llena de curiosidad por saber lo que diría de aquello y sin preocuparse lo más mínimo por la noticia de que no mencionaba a su amiga.
"John enters like a brother into my happiness," continued Mr. Knightley, "but he is no complimenter; and though I well know him to have, likewise, a most brotherly affection for you, he is so far from making flourishes, that any other young woman might think him rather cool in her praise. But I am not afraid of your seeing what he writes." -John comparte mi felicidad como un verdadero hermano -siguió diciendo el señor Knightley-, pero no es de los que gastan cumplidos; y aunque sé perfectamente que siente por usted un cariño auténticamente fraternal, es tan poco amigo de los halagos que cualquier otra joven podría pensar que es más bien frío en sus elogios. Pero yo no tengo ningún miedo de que lea lo que escribe.
"He writes like a sensible man," replied Emma, when she had read the letter. "I honour his sincerity. It is very plain that he considers the good fortune of the engagement as all on my side, but that he is not without hope of my growing, in time, as worthy of your affection, as you think me already. Had he said any thing to bear a different construction, I should not have believed him." -Escribe como un hombre muy juicioso -replicó Emma, una vez hubo leído la carta-. Me inclino ante su sinceridad. Se ve claramente que opina que de los dos en esta boda el más afortunado voy a ser yo, pero que no deja de tener ciertas esperanzas de que con el tiempo llegue a ser tan digna de mi futuro marido como usted me considera ya. Si hubiese dicho algo que diera a entender otra cosa no le hubiese creído.
"My Emma, he means no such thing. He only means—" -Mi querida Emma, él no-ha querido decir esto. Sólo ha querido decir que...
"He and I should differ very little in our estimation of the two," interrupted she, with a sort of serious smile—"much less, perhaps, than he is aware of, if we could enter without ceremony or reserve on the subject." -Su hermano y yo diferiríamos muy poco en nuestra opinión acerca del valor dé nosotros dos -le interrumpió ella con una especie de sonrisa pensativa-, quizá mucho menos de lo que él cree, si pudiéramos discutir la cuestión, sin cumplidos y con toda franqueza.
"Emma, my dear Emma—" -Emma, mi querida Emma...
"Oh!" she cried with more thorough gaiety, "if you fancy your brother does not do me justice, only wait till my dear father is in the secret, and hear his opinion. Depend upon it, he will be much farther from doing you justice. He will think all the happiness, all the advantage, on your side of the question; all the merit on mine. I wish I may not sink into ′poor Emma′ with him at once.—His tender compassion towards oppressed worth can go no farther." -¡Oh! -exclamó ella, mostrándose más alegre-, si se imagina usted que su hermano es injusto para conmigo, espere a que mi querido padre conozca nuestro secreto y dé su opinión. Puede estar seguro de que él aún será mucho más injusto con usted. Le parecerá que todas las ventajas estarán de su lado; y que yo tengo todas las cualidades. Espero que para él no me convertiré inmediatamente en su «pobre Emma»... Su compasión por los méritos ignorados suele reducirse a eso.
"Ah!" he cried, "I wish your father might be half as easily convinced as John will be, of our having every right that equal worth can give, to be happy together. I am amused by one part of John′s letter—did you notice it?—where he says, that my information did not take him wholly by surprize, that he was rather in expectation of hearing something of the kind." -No sé -dijo él-, sólo deseo que su padre se convenza, aun que sólo sea la mitad de fácilmente de lo que John se convencerá, de que tenemos todos los derechos que la igualdad de méritos puede proporcionar para ser felices juntos. Hay una cosa en la carta de John que me resulta divertida. ¿No la ha notado? Aquí, donde dice que mi noticia no le ha cogido del todo por sorpresa, que casi estaba esperando que le anunciase algo por el estilo.
"If I understand your brother, he only means so far as your having some thoughts of marrying. He had no idea of me. He seems perfectly unprepared for that." -Pero si no interpreto mal a su hermano, sólo se refiere a que tuviera usted proyectos de casarse. No pensaba ni remotamente en mí. Parece que esto le haya pillado totalmente desprevenido.
"Yes, yes—but I am amused that he should have seen so far into my feelings. What has he been judging by?—I am not conscious of any difference in my spirits or conversation that could prepare him at this time for my marrying any more than at another.—But it was so, I suppose. I dare say there was a difference when I was staying with them the other day. I believe I did not play with the children quite so much as usual. I remember one evening the poor boys saying, ′Uncle seems always tired now.′" -Sí, sí... pero me resulta divertido que haya sabido ver tan claro en mis sentimientos. No sé qué es lo que puede haberle hecho suponer eso. No atino qué puede haber visto de distinto en mi modo de ser o en mi conversación como para hacerle pensar que estaba más predispuesto a casarme que en cualquier otra época de mi vida... Pero supongo que algo debió de ver. Me atrevería a decir que ha notado la diferencia estos días que he pasado en su casa. Supongo que no jugué con los niños tanto como de costumbre. Recuerdo una tarde en que los pobres chiquillos dijeron: «Ahora el tío siempre parece que está cansado.»
The time was coming when the news must spread farther, and other persons′ reception of it tried. As soon as Mrs. Weston was sufficiently recovered to admit Mr. Woodhouse′s visits, Emma having it in view that her gentle reasonings should be employed in the cause, resolved first to announce it at home, and then at Randalls.—But how to break it to her father at last!—She had bound herself to do it, in such an hour of Mr. Knightley′s absence, or when it came to the point her heart would have failed her, and she must have put it off; but Mr. Knightley was to come at such a time, and follow up the beginning she was to make.—She was forced to speak, and to speak cheerfully too. She must not make it a more decided subject of misery to him, by a melancholy tone herself. She must not appear to think it a misfortune.—With all the spirits she could command, she prepared him first for something strange, and then, in a few words, said, that if his consent and approbation could be obtained—which, she trusted, would be attended with no difficulty, since it was a plan to promote the happiness of all—she and Mr. Knightley meant to marry; by which means Hartfield would receive the constant addition of that person′s company whom she knew he loved, next to his daughters and Mrs. Weston, best in the world. Había llegado el momento en que la noticia debía comunicarse y ver cómo reaccionaban otras varias personas. Tan pronto como la señora Weston se hubo repuesto lo suficiente como para recibir la visita del señor Woodhouse, Emma, pensando que los persuasivos argumentos de su amiga podían influir favorablemente en su padre, decidió dar primero la noticia en su casa, y luego en Randalls... Pero ¿cómo iba a hacer aquella confesión a su padre? Había resuelto decírselo cuando el señor Knightley estuviera ausente, o cuando su corazón no pudiera guardar por más tiempo el secreto y se viera forzada a revelarlo; entonces preveía la llegada del señor Knightley al poco rato, y él sería el encargado de completar la labor de convencimiento iniciada por ella... Tenía que hablar, y hablar además de un modo alegre. No debía emplear un tono melancólico dando la impresión de que era como una desgracia para él. No debía parecer que Emma lo considerase como un mal para su padre... Haciéndose fuerte, le preparó pues para recibir una noticia inesperada, y luego en pocas palabras le dijo que si él le concedía su consentimiento y su aprobación... lo cual no dudaba que él otorgaría sin inconvenientes, ya que aquello no tenía otro objeto que hacerles más felices a todos... ella y el señor Knightley pensaban casarse; de este modo Hartfield contaría con un habitante más, una persona que era la que su padre más quería, como ella sabía perfectamente, después de sus hijas y de la señora Weston.
Poor man!—it was at first a considerable shock to him, and he tried earnestly to dissuade her from it. She was reminded, more than once, of having always said she would never marry, and assured that it would be a great deal better for her to remain single; and told of poor Isabella, and poor Miss Taylor.—But it would not do. Emma hung about him affectionately, and smiled, and said it must be so; and that he must not class her with Isabella and Mrs. Weston, whose marriages taking them from Hartfield, had, indeed, made a melancholy change: but she was not going from Hartfield; she should be always there; she was introducing no change in their numbers or their comforts but for the better; and she was very sure that he would be a great deal the happier for having Mr. Knightley always at hand, when he were once got used to the idea.—Did he not love Mr. Knightley very much?—He would not deny that he did, she was sure.—Whom did he ever want to consult on business but Mr. Knightley?—Who was so useful to him, who so ready to write his letters, who so glad to assist him?—Who so cheerful, so attentive, so attached to him?—Would not he like to have him always on the spot?—Yes. That was all very true. Mr. Knightley could not be there too often; he should be glad to see him every day;—but they did see him every day as it was.—Why could not they go on as they had done? ¡Pobre hombre! De momento tuvo un susto considerable e intentó disuadir a su hija por todos los medios. Le recordó una y otra vez que siempre había dicho que no pensaba casarse, y le aseguró que para ella sería muchísimo mejor quedarse soltera; y le habló de la pobre Isabella y de la pobre señorita Taylor... Pero todo fue en vano. Emma le abrazaba cariñosamente, le sonreía y le repetía que tenía que ser así; y que no podía considerar su caso como el de Isabella y el de la señora Weston, cuyas bodas, al obligarlas a abandonar Hartfield, habían significado un cambio de vida tan triste; ella no se iría de Hartfield; se quedaría siempre allí; si se introducía algún cambio en la casa era solamente con miras a su bienestar; y estaba completamente segura de que él sería mucho más feliz teniendo siempre al lado al señor Knightley, una vez se hubiese acostumbrado a la idea... ¿No apreciaba mucho al señor Knightley? No podía negar que sí que le apreciaba, estaba segura de ello. ¿Con quién quería siempre consultar las cuestiones de negocios sino con el señor Knightley? ¿Quién le prestaba tantos servicios, quién estaba siempre dispuesto a escribirle sus cartas, quién le ayudaba de tan buen grado en todas las cosas? ¿Quién era más amable, más atento, más fiel que él? ¿No le gustaría tenerle siempre en casa? Sí; ésta era la pura verdad. Nunca se cansaba de recibir las visitas del señor Knightley; le gustaría verle cada día; pero hasta entonces había estado viéndole casi cada día... ¿Por qué no podía ser todo igual que hasta ahora?
Mr. Woodhouse could not be soon reconciled; but the worst was overcome, the idea was given; time and continual repetition must do the rest.—To Emma′s entreaties and assurances succeeded Mr. Knightley′s, whose fond praise of her gave the subject even a kind of welcome; and he was soon used to be talked to by each, on every fair occasion.—They had all the assistance which Isabella could give, by letters of the strongest approbation; and Mrs. Weston was ready, on the first meeting, to consider the subject in the most serviceable light—first, as a settled, and, secondly, as a good one—well aware of the nearly equal importance of the two recommendations to Mr. Woodhouse′s mind.—It was agreed upon, as what was to be; and every body by whom he was used to be guided assuring him that it would be for his happiness; and having some feelings himself which almost admitted it, he began to think that some time or other—in another year or two, perhaps—it might not be so very bad if the marriage did take place. El señor Woodhouse no se dejó convencer en seguida; pero lo peor ya había pasado, la idea ya estaba lanzada; el tiempo y el insistir continuamente debían hacer lo demás... A los persuasivos argumentos de Emma sucedieron los del señor Knightley, cuyos grandes elogios de ella contribuyeron a dar una perspectiva más favorable a la proposición; y el señor Woodhouse pronto se acostumbró a que uno y otro le hablaran continuamente del asunto en todas las ocasiones propicias... Ambos contaron con todo el apoyo que Isabella podía prestarles mediante cartas en las que expresaba su más decidida aprobación; y en la primera ocasión que tuvo la señora Weston para hablarle del asunto no dejó de presentar el proyecto en los términos más favorables... en primer lugar como una cosa ya decidida, y en segundo, como algo beneficioso... ya que era muy consciente de que ambos argumentos tenían casi el mismo valor para el señor Woodhouse... Llegó a convencerse de que no podía ser de otro modo; y todo el mundo por quien solía dejarse aconsejar le aseguraba que aquella boda sólo contribuiría a hacerle más feliz. En su fuero interno casi llegó a admitir aquella posibilidad... y empezó a pensar que un día u otro... quizá dentro de un año o de dos... no sería una gran desgracia el que se celebrara aquel matrimonio.
Mrs. Weston was acting no part, feigning no feelings in all that she said to him in favour of the event.—She had been extremely surprized, never more so, than when Emma first opened the affair to her; but she saw in it only increase of happiness to all, and had no scruple in urging him to the utmost.—She had such a regard for Mr. Knightley, as to think he deserved even her dearest Emma; and it was in every respect so proper, suitable, and unexceptionable a connexion, and in one respect, one point of the highest importance, so peculiarly eligible, so singularly fortunate, that now it seemed as if Emma could not safely have attached herself to any other creature, and that she had herself been the stupidest of beings in not having thought of it, and wished it long ago.—How very few of those men in a rank of life to address Emma would have renounced their own home for Hartfield! And who but Mr. Knightley could know and bear with Mr. Woodhouse, so as to make such an arrangement desirable!—The difficulty of disposing of poor Mr. Woodhouse had been always felt in her husband′s plans and her own, for a marriage between Frank and Emma. How to settle the claims of Enscombe and Hartfield had been a continual impediment—less acknowledged by Mr. Weston than by herself—but even he had never been able to finish the subject better than by saying—"Those matters will take care of themselves; the young people will find a way." But here there was nothing to be shifted off in a wild speculation on the future. It was all right, all open, all equal. No sacrifice on any side worth the name. It was a union of the highest promise of felicity in itself, and without one real, rational difficulty to oppose or delay it. La señora Weston decía lo que pensaba, no tenía que fingir al declararse en favor del proyecto de boda... Al principio había tenido una gran sorpresa; pocas veces la había tenido mayor que cuando Emma le reveló el secreto; pero era algo en lo que sólo veía un aumento de felicidad para todos, y no tuvo ningún reparo en convertirse en acérrima defensora del proyecto... Sentía tanto afecto por el señor Knightley que le creía merecedor incluso de casarse con su querida Emma; y en todos los aspectos era una unión tan adecuada, tan conveniente, tan inmejorable, y en un aspecto en concreto, quizás el más importante, tan particularmente deseable, una elección tan afortunada, que parecía como si Emma no hubiese debido sentirse atraída por ningún otro hombre, y que hubiese sido la más necia de las mujeres si no hubiera pensado en él y no hubiera deseado casarse con él desde hacía ya mucho tiempo... ¡Qué pocos hombres cuya posición les hubiera permitido pensar en Emma, hubiesen renunciado a su propia casa por Hartfield! ¡Y quién como el señor Knightley podía conocer y soportar al señor Woodhouse hasta el punto de conseguir que una decisión como aquélla fuese algo hacedero! Los Weston siempre habían tenido que plantearse el problema de lo que debía hacerse con el pobre señor Woodhouse, cuando forjaban planes acerca de un posible matrimonio entre Frank y Emma... Cómo conciliar los intereses de Enscombe y de Hartfield había sido siempre uno de los inconvenientes más graves con que habían tropezado... el señor Weston no solía darle tanta importancia como su esposa... pero, con todo, nunca había sido capaz de solucionar la cuestión sino diciendo: -Esas cosas se solucionan solas; ellos ya encontrarán el modo de resolverlo. Pero en aquel caso no era necesario aplazar ningún conflicto ni hacer vagas suposiciones sobre el futuro. Todo resultaba satisfactorio, claro, perfecto. Nadie hacía un sacrificio digno de ese nombre. Era una boda que ofrecía las máximas perspectivas de felicidad, y en la que no existía ninguna dificultad efectiva, razonable para que nadie se opusiese a ella, o para que fuera preciso aplazarla.
Mrs. Weston, with her baby on her knee, indulging in such reflections as these, was one of the happiest women in the world. If any thing could increase her delight, it was perceiving that the baby would soon have outgrown its first set of caps. La señora Weston teniendo a su hija en el regazo, y pudiendo hacerse todas estas reflexiones, era una de las mujeres más felices del mundo. Y si algo existía que pudiese aumentar aún más su dicha, era el advertir que el primer juego de gorritos no tardaría mucho en venirle pequeño a la niña.
The news was universally a surprize wherever it spread; and Mr. Weston had his five minutes share of it; but five minutes were enough to familiarise the idea to his quickness of mind.—He saw the advantages of the match, and rejoiced in them with all the constancy of his wife; but the wonder of it was very soon nothing; and by the end of an hour he was not far from believing that he had always foreseen it. Cuando se difundió la noticia constituyó una sorpresa para todos; y durante cinco minutos el señor Weston fue uno de los más sorprendidos; pero cinco minutos bastaron para que su viveza mental le familiarizara con la idea... En seguida vio las ventajas de aquella boda, y su alegría no fue inferior a la de su esposa; pero no tardó en olvidar el asombro que le había producido la noticia; y al cabo de una hora casi estaba a punto de creer que él siempre había imaginado que acabaría ocurriendo una cosa así.
"It is to be a secret, I conclude," said he. "These matters are always a secret, till it is found out that every body knows them. Only let me be told when I may speak out.—I wonder whether Jane has any suspicion." -Supongo que tiene que ser un secreto -dijo-. Esas cosas siempre tienen que ser un secreto, hasta que uno se entera que todo el mundo las sabe. Sólo quiero saber cuándo se puede hablar de la boda... No sé si Jane tendrá alguna sospecha...
He went to Highbury the next morning, and satisfied himself on that point. He told her the news. Was not she like a daughter, his eldest daughter?—he must tell her; and Miss Bates being present, it passed, of course, to Mrs. Cole, Mrs. Perry, and Mrs. Elton, immediately afterwards. It was no more than the principals were prepared for; they had calculated from the time of its being known at Randalls, how soon it would be over Highbury; and were thinking of themselves, as the evening wonder in many a family circle, with great sagacity. Al día siguiente por la mañana fue a Highbury y disipó sus dudas acerca de este punto. Le comunicó las nuevas; ¿no era Jane como una hija suya, una hija ya mayor? Tenía que decírselo; y como la señorita Bates estaba presente, como es lógico, no tardó en enterarse la señora Cole, la señora Perry, e inmediatamente después la señora Elton; era el tiempo que habían previsto los protagonistas del hecho; por la hora en que se enteraron en Randalls, habían calculado lo que tardaría en saberlo todo Highbury; y con gran intuición habían supuesto que aquella noche sólo se hablaría de ellos en todas las familias de los alrededores.
In general, it was a very well approved match. Some might think him, and others might think her, the most in luck. One set might recommend their all removing to Donwell, and leaving Hartfield for the John Knightleys; and another might predict disagreements among their servants; but yet, upon the whole, there was no serious objection raised, except in one habitation, the Vicarage.—There, the surprize was not softened by any satisfaction. Mr. Elton cared little about it, compared with his wife; he only hoped "the young lady′s pride would now be contented;" and supposed "she had always meant to catch Knightley if she could;" and, on the point of living at Hartfield, could daringly exclaim, "Rather he than I!"—But Mrs. Elton was very much discomposed indeed.—"Poor Knightley! poor fellow!—sad business for him."—She was extremely concerned; for, though very eccentric, he had a thousand good qualities.—How could he be so taken in?—Did not think him at all in love—not in the least.—Poor Knightley!—There would be an end of all pleasant intercourse with him.—How happy he had been to come and dine with them whenever they asked him! But that would be all over now.—Poor fellow!—No more exploring parties to Donwell made for her. Oh! no; there would be a Mrs. Knightley to throw cold water on every thing.—Extremely disagreeable! But she was not at all sorry that she had abused the housekeeper the other day.—Shocking plan, living together. It would never do. She knew a family near Maple Grove who had tried it, and been obliged to separate before the end of the first quarter. En general todo el mundo aprobó calurosamente el proyecto de boda. Unos pensaron que el afortunado era él, otros que la afortunada era ella. Unos aconsejarían que se trasladasen todos a Donwell y que dejaran Hartfield para John Knightley y su familia; y otros auguraban disputas entre los criados de ambas casas; pero en conjunto nadie puso objeciones muy graves, excepto en una habitación de la Vicaría... Allí la sorpresa no fue suavizada por ninguna alegría. El señor Elton, en comparación con su esposa, apenas se interesó por la noticia; se limitó a decir que «aquella orgullosa podía estar ya satisfecha»; y a suponer que «siempre había querido pescar a Knightley»; y sobre el que se instalarán en Hartfield se atrevió a exclamar: «¡De buena me he librado!»... Pero la señora Elton se lo tomó con mucha menos serenidad... «¡Pobre Knightley! ¡Pobre hombre! ¡Qué mal negocio hace!» Estaba muy apenada porque, aunque fuese muy excéntrico, tenía muchas cualidades muy buenas... ¿Cómo era posible que se hubiese dejado pescar? Tenía la seguridad de que él no estaba enamorado... no, ni muchísimo menos... ¡Pobre Knightley! Aquello sería el fin de la grata relación que habían tenido con él... ¡Estaba tan contento de ir a cenar a su casa siempre que le invitaban! Todo esto se habría terminado... ¡Pobre hombre! No volverían a hacerse visitas a Donwell organizadas por ella... ¡Oh, no! Ahora habría una señora Knightley que les aguaría todas las fiestas... ¡Qué lamentable! Pero no se arrepentía en absoluto de haber criticado al ama de llaves de Knightley unos días atrás... ¡Qué disparate vivir todos juntos! No podía salir bien. Conocía a una familia que vivía cerca de Maple Grove que lo había intentado, y habían tenido que separarse al cabo de unos pocos meses.