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CONCLUSION
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CONCLUSION
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DON QUIJOTE EN LA TRAGICOMEDIA EUROPEA CONTEMPORÁNEA
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DON QUIXOTE IN THE CONTEMPORARY EUROPEAN TRAGI-COMEDY
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¡Voz
que clama en el desierto! (Isaías, XL, 3.)
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"A voice crying in
the wilderness!"—ISA. xl. 3.
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Fuerza me es ya
concluir, por ahora al menos, estos ensayos que amenazan convertírseme en el
cuento de nunca acabar. Han ido saliendo de mis manos a la imprenta en . una
casi improvisación sobre notas recogidas durante años, sin haber tenido
presentes al escribir cada ensayo los que le precedieron. Y así irán llenos
de contradicciones íntimas -al menos aparentes- como la vida y como yo mismo.
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Need is that I bring to a conclusion, for the present at
any rate, these essays that threaten to become like a tale that has no
ending. They have gone straight from my hands to the press in the form of a
kind of improvization upon notes collected during a number of years, and in
writing each essay I have not had before me any of those that preceded it.
And thus they will go forth full of inward contradictions—apparent
contradictions, at any rate—like life and like me myself.
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Mi pecado ha sido,
si alguno, el haberlos exornado en exceso con citas ajenas, muchas de las
cuales parecerán traídas con cierta violencia. Mas yo lo explicaré otra vez.
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My sin, if any, has been that I have embellished them
to excess with foreign quotations, many of which will appear to have been
dragged in with a certain degree of violence. But I will explain this another
time.
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Muy pocos años
después de haber andado Nuestro Señor Don Quijote por España, decíanos Jacobo
Boehme (Aurora, cap. XI, § 75), que no escribía una historia que le hubiesen
contado otros, sino que tenía que estar él mismo en la batalla, y en ella en
gran pelea, donde a menudo tenía que ser vencido como todos los hombres, y
más adelante (§ 83) añade que aunque tenga que hacerse espectáculo del mundo
y del demonio, le queda la esperanza en Dios sobre la vida futura, en quien
quiere arriesgarla y no resistir al Espíritu. Amén. Y tampoco yo, como este
Quijote del pensamiento alemán, quiero resistir al Espíritu.
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A few years after Our Lord Don Quixote had journeyed
through Spain, Jacob Böhme declared in hisAurora (chap xi., § 142)
that he did not write a story or history related to him by others, but that
he himself had had to stand in the battle, which he found to be full of heavy
strivings, and wherein he was often struck down to the ground like all other
men; and a little further on (§ 152) he adds: "Although I must become a
spectacle of scorn to the world and the devil, yet my hope is in God
concerning the life to come; in Him will I venture to hazard it and not
resist or strive against the Spirit. Amen." And like this Quixote of the
German intellectual world, neither will I resist the Spirit.
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Y por eso lanzo mi
voz que clamará en el desierto, y la lanzo desde esta Universidad de
Salamanca, que se llamó a sí misma arrogantemente omnium scientiarium princeps,
y a la que Carlyle llamó fortaleza de la ignorancia, y un literato
francés, hace muy poco, Universidad fantasma; desde esta España, «tierra de
los ensueños que se hacen realidades, defensora de Europa, hogar del ideal
caballeresco», así me decía en carta no ha mucho Mr. ArcherM. Huntington,
poeta; desde esta España, cabeza de la Contrarreforma en el siglo xvi. ¡Y
bien se lo guardan!
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And therefore I cry with the voice of
one crying in the wilderness, and I send forth my cry from this University of
Salamanca, a University that arrogantly styled itself omnium scientiarum
princeps, and which Carlyle called a stronghold of ignorance and which a
French man of letters recently called a phantom University; I send it forth
from this Spain—"the land of dreams that become realities, the rampart
of Europe, the home of the knightly ideal," to quote from a letter which
the American poet Archer M. Huntington sent me the other day—from this Spain
which was the head and front of the Counter-Reformation in the sixteenth
century. And well they repay her for it!
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En el cuarto de
estos ensayos os hablé de la esencia del catolicismo. Y a desesenciarlo, esto
es, a descatolizar a Europa, han contribuido el Renacimiento, la Reforma y la
Revolución, sustituyendo aquel ideal de una vida eterna ultraterrena por el
ideal del progreso, de la razón, de la ciencia. O mejor de la Ciencia, con
letra mayúscula. Y lo último, lo que hoy más se lleva, es la cultura.
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In the fourth of these essays I spoke of the essence of
Catholicism. And the chief factors in de-essentializingit—that is, in
de-Catholicizing Europe—have been the Renaissance, the Reformation, and the
Revolution, which for the ideal of an eternal, ultra-terrestrial life, have
substituted the ideal of progress, of reason, of science, or, rather, of
Science with the capital letter. And last of all, the dominant ideal of
to-day, comes Culture.
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Y en la segunda
mitad del pasado siglo XIX, época infilosófica y tecnicista, dominada por
especialismo miope y por el materialismo histórico, ese ideal se tradujo en
una obra no ya de vulgarización sino de avulgaramiento cienífico -o más bien
seudocientífico- que se desahogaba en democráticas bibliotecas baratas y
sectarias. Quería así popularizarse la ciencia, como si hubiese de ser esta
la que haya de bajar al pueblo y servir sus pasiones, y no el pueblo el que
debe subir a ella y por ella más arriba aún, a nuevos y más profundos anhelos.
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And in the second half of the nineteenth century, an
age essentially unphilosophical and technical, dominated by a myopic
specialism and by historical materialism, this ideal took a practical form,
not so much in the popularization as in the vulgarization of science—or,
rather, of pseudo-science—venting itself in a flood of cheap, popular, and
propagandist literature. Science sought to popularize itself as if it were
its function to come down to the people and subserve their passions, and not
the duty of the people to rise to science and through science to rise to
higher heights, to new and profounder aspirations.
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Todo esto llevó a
Brunetiére a proclamar la bancarrota de la ciencia, y esa ciencia o lo que
fuere, bancarroteó, en efecto. Y como ella no satisfacía, no dejaba de
buscarse la felicidad; sin encontrarla en la riqueza, ni en el saber, ni en
el poderío, ni en el goce; ni en la resignación, ni en la buena conciencia
moral, ni en la cultura. Y vino el pesimismo.
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All this led Brunetière to proclaim the bankruptcy of
science, and this science—if you like to call it science—did in effect become
bankrupt. And as it failed to satisfy, men continued their
quest for happiness, but without finding it, either in wealth, or in
knowledge, or in power, or in pleasure, or in resignation, or in a good
conscience, or in culture. And the result was pessimism.
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El progresismo no
satisfacía tampoco. Progrestar, ¿para qué? El hombre no se conformaba con lo
racional, el Kulturkampf no le bastaba; quería dar finalidad final a
la vida, que esta que llamo la invalidad final es el verdadero οντως ον.
Y la
famosa maladiedu siécle, que
se anuncia en Rousseau,y acusa más claramente que nadie el Obermannde
Sénancour, no era ni es otra cosa que la pérdida de la fe en la inmortalidad
del alma, en la finalidad humana del Universo.
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Neither did the gospel of progress satisfy. What end
did progress serve? Man would not accommodate himself to rationalism; the Kulturkampf
did not suffice him; he sought to give a final finality to life, and what I
call the final finality is the real οντως ον. And the famousmaladie
du siècle, which announced itself in Rousseau and was exhibited more
plainly in Sénancour′s Obermannthan in any other character, neither
was nor is anything else but the loss of faith in the immortality of the
soul, in the human finality of the Universe.
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Su símbolo, su
verdadero símbolo, es un ente de ficción, el doctor Fausto.
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The truest symbol of it is to be found in a creation of
fiction, Dr. Faustus.
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Este inmortal
doctor Fausto que se nos aparece ya a principios del siglo XVII, en 1604, por
obra del Renacimiento y de la Reforma y por ministerio de Cristóbal Marlowe,
es ya el mismo que volverá a descubrir Goethe, aunque en ciertos respectos
más espontáneo y más fresco. Y junto a él aparece Mefistófeles, a quien
pregunta Fausto aquello de «¿qué bien hará mi alma a tu señor?» Y le
contesta: «Ensanchar su reino.» «¿Y es esa la razón por la que nos tienta
así?», vuelve a preguntar el doctor, y el espíritu maligno responde: «Solamen
miseris socios habuisse doloris», que es lo que mal traducido en
romance, decimos: mal de muchos, consuelo de tontos. «Donde estamos, allí está
el infierno, y donde está el infierno, allí tenemos que estar siempre», añade
Mefistófeles, a lo que Fausto agrega que cree ser una fábula tal infierno, y
le pregunta quién hizo el mundo. Y este trágico doctor, torturado por nuestra
tortura, acaba encontrando a Helena, que no es otra, aunque Marlowe acaso no
lo sospechase, que la Cultura renaciente. Y hay aquí en este Faustde
Marlowe una escena que vale por toda la segunda parte del Faust de
Goethe. Le dice a Helena Fausto: «Dulce Helena, hazme inmortal con un beso -y
le besa-. Sus labios me chupan el alma; ¡mira cómo huye! ¡Ven, Helena, ven;
devuélveme el alma! Aquí quiero quedarme, porque el cielo está en estos
labios, y todo lo que no es Helena escoria es.»
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This immortal Dr. Faustus, the product of the
Renaissance and the Reformation, first comes into our ken at the beginning of
the seventeenth century, when in 1604 he is introduced to us by Christopher
Marlowe. This is the same character that Goethe was to rediscover two
centuries later, although in certain respects the earlier Faust was the
fresher and more spontaneous. And side by side with him Mephistopheles appears,
of whom Faust asks: "What good will my soul do thy lord?"
"Enlarge his kingdom," Mephistopheles replies. "Is that the
reason why he tempts us thus?" the Doctor asks again, and the evil
spirit answers: "Solamen miseris socios habuisse doloris,"
which, mistranslated into Romance, is the equivalent of our proverb—"The
misfortune of many is the consolation of fools." "Where we are is
hell, and where hell is there must we ever be," Mephistopheles
continues, to which Faust answers that he thinks hell′s a fable and asks him
who made the world. And finally this tragic Doctor, tortured with our
torture, meets Helen, who, although no doubt Marlowe never suspected it, is none other than renascent Culture. And in
Marlowe′s Faust there is a scene that is worth the whole of the second
part of the Faust of Goethe. Faust says to Helen: "Sweet Helen,
make me immortal with a kiss"—and he kisses her— Her lips suck forth
my soul; see where it flies! / Come, Helen, come, give me my soul again. /
Here will I dwell, for Helen is in these lips, / And all is dross that is not
Helena.”
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«¡Devuélveme el
alma!» He aquí el grito de Fausto, el doctor, cuando después de haber besado
a Helena va a perderse para siempre. Porque al Fausto primitivo no hay
ingenua Margarita alguna que le salve. Esto de la salvación fue invención de
Goethe. ¿Y quién no conoce a su Fausto, nuestro Fausto, que estudió
Filosofía, Jurisprudencia, Medicina, hasta Teología, y sólo vio que no
podemos saber nada, y quiso huir al campo libre -hinausins weite Land!- y
topó con Mefistófeles, parte de aquella fuerza que siempre quiere el mal
haciendo siempre el bien, y este le llevó a los brazos de Margarita, del
pueblo sencillo, a la que aquel, el sabio, perdió; pero merced a la cual, que
por él se entregó, se salva, redimido por el pueblo creyente con fe sencilla?
Pero tuvo esa segunda parte, porque aquel otro Fausto era el Fausto
anecdótico y no el categórico de Goethe, y volvió a entregarse a la Cultura,
a Helena, y a engendrar en ella a Euforión, acabando todo con aquello del
eterno femenino entre coros místicos. ¡Pobre Euforión!
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Give me my soul again!—the cry of Faust, the Doctor,
when, after having kissed Helen, he is about to be lost eternally. For the
primitive Faust has no ingenuous Margaret to save him. This idea of his
salvation was the invention of Goethe. And is there not a Faust whom we all
know, our own Faust? This Faust has studied Philosophy, Jurisprudence,
Medicine, and even Theology, only to find that we can know nothing, and he
has sought escape in the open country (hinaus ins weite Land) and has
encountered Mephistopheles, the embodiment of that force which, ever willing
evil, ever achieves good in its own despite. This Faust has been led by
Mephistopheles to the arms of Margaret, child of the simple-hearted people,
she whom Faust, the overwise, had lost. And thanks to her—for she gave
herself to him—this Faust is saved, redeemed by the people that believes with
a simple faith. But there was a second part, for that Faust was the
anecdotical Faust and not the categorical Faust of Goethe, and he gave
himself again to Culture, to Helen, and begot Euphorion upon her, and
everything ends among mystical choruses with the discovery of the eternal
feminine. Poor Euphorion!
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Y esta Helena ¿es la
esposa del rubio Menelao, la que robó Paris,y causó la guerra de Troya, y de
quien los ancianos troyanos decían que no debía indignar el que se pelease
por mujer que por su rostro se parecía tan terriblemente a las diosas
inmortales? Creo más bien que esa Helena de Fausto era otra, la que
acompañaba a Simón Mago, y que este decía ser la inteligencia divina. Y
Fausto puede decirle: ¡devuélveme el alma!
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And this Helen is the spouse of the fair Menelaus, the
Helen whom Paris bore away, who was the cause of the war of Troy, and of whom
the ancient Trojans said that no one should be incensed because men fought
for a woman who bore so terrible a likeness to the immortal
gods. But I rather think that Faust′s Helen was that other Helen who
accompanied Simon Magus, and whom he declared to be the divine wisdom. And
Faust can say to her: Give me my soul again!
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Porque Helena con
sus besos nos saca el alma. Y lo que queremos y necesitamos es alma, y alma
de bulto y de sustancia.
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For Helen with her
kisses takes away our soul. And what we long for and have need of is
soul—soul of bulk and substance.
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Pero vinieron el
Renacimiento, la Reforma y la Revolución, trayéndonos a Helena, o más bien
empujados por ella, y ahora nos hablan de Cultura y de Europa.
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But the Renaissance, the Reformation, and the
Revolution came, bringing Helen to us, or, rather, urged on by Helen, and now
they talk to us about Culture and Europe.
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¡Europa! Esta
noción primitiva e inmediatamente geográfica nos la han convertido por arte
mágico en una caegoría casi metafísica. ¿Quién sabe hoy ya, en España por lo
menos, lo que es Europa? Yo sólo sé que es un chi~ bolete (véase mis
Tres ensayos). Y cuando me pongo a escudriñar lo que llaman Europa
nuestros europeizantes, paréceme a las veces que queda fuera de ella mucho de
lo periférico -España desde luego, Inglaterra, Italia, Escandinavia,
Rusia...- y que se reduce a lo central, a Franco-Alemania con sus anejos y
dependencias.
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Europe! This idea of Europe, primarily and immediately
of geographical significance, has been converted for us by some magical
process into a kind of metaphysical category. Who can say to-day—in Spain, at
any rate—what Europe is? I only know that it is a shibboleth (vide my Tres
Ensayos). And when I proceed to examine what it is that our Europeanizers
call Europe, it sometimes seems to me that much of its periphery remains
outside of it—Spain, of course, and also England, Italy, Scandinavia,
Russia—and hence it is reduced to the central portion, Franco-Germany, with
its annexes and dependencies.
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Todo esto nos lo
han traído, digo, el Renacimiento y la Reforma, hermanos mellizos que
vivieron en aparente guerra intestina. Los renacientes italianos, socinianos todos
ellos; los humanistas, con Erasmo a la cabeza, tuvieron por,un bárbaro a
aquel fraile Lutero, que del claustro sacó su ímpetu, como de él lo sacaron
Bruno y Campanella. Pero aquel bárbaro era su hermano mellizo; combaiéndolos,
combatía a su lado contra el enemigo común. Todo eso nos han traído el
Renacimiento y la Reforma, y luego la Revolución, su hija, y nos han traído
también una nueva Inquisición: la de la ciencia o la cultura, que usa por
armas el ridículo y el desprecio para los que no se rinden a su ortodoxia.
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All this is the consequence, I repeat, of the
Renaissance and the Reformation, which, although apparently they lived in a
state of internecine war, were twin-brothers. The Italians of the Renaissance
were all of them Socinians; the humanists, with Erasmus at their head,
regarded Luther, the German monk, as a barbarian, who derived his driving
force from the cloister, as did Bruno and Campanella. But this barbarian was
their twin-brother, and though their antagonist he was also the antagonist of
the common enemy. All this, I say, is due to the Renaissance and the
Reformation, and to what was the offspring of these two, the Revolution, and
to them we owe also a new Inquisition, that of science or culture, which
turns against those who refuse to submit to its orthodoxy
the weapons of ridicule and contempt.
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Al enviar Galileo
al Gran Duque de Toscana su escrito sobre la movilidad de la Tierra, le decía
que conviene obedecer y creer a las determinaciones de los superiores, y que
reputaba aquel escrito «como una poesía o bien un ensueño, y por tal recíbalo
Vuestra Alteza». Y otras veces le llama «quimera» y «capricho matemático». Y
así yo en estos ensayos, por temor también -¿por qué no confestarlo?- a la
Inquisición, pero a la de hoy, a la científica, presento como poesía,
ensueño, quimera o capricho mísico lo que más de dentro me brota. Y digo con
Galileo: Eppur si muove! Mas ¿es sólo por ese temor? ¡Ah, no!, que
hay otra más trágica Inquisición, y es la que un hombre moderno, culto,
europeo -como lo soy yo, quiéralo o no-, lleva dentro de sí. Hay un más
terrible ridículo, y es el ridículo de uno ante sí mismo y para consigo. Es
mi razón, que se burla de mi fe y la desprecia.
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When Galileo sent his treatise on the earth′s motion to
the Grand Duke of Tuscany, he told him that it was meet that that which the
higher authorities had determined should be believed and obeyed, and that he
considered his treatise "as poetry or as a dream, and as such I desire
your highness to receive it." And at other times he calls it a
"chimera" or a "mathematical caprice." And in the same
way in these essays, for fear also—why not confess it?—of the Inquisition, of
the modern, the scientific, Inquisition, I offer as a poetry, dream, chimera,
mystical caprice, that which springs from what is deepest in me. And I say
with Galileo, Eppur si muove! But is it only because of this fear? Ah,
no! for there is another, more tragic Inquisition, and that is the
Inquisition which the modern man, the man of culture, the European—and such
am I, whether I will or not—carries within him. There is a more terrible
ridicule, and that is the ridicule with which a man contemplates his own
self. It is my reason that laughs at my faith and despises it.
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Y aquí es donde
tengo que acogerme a mi señor Don Quijote para aprender a afrontar el
ridículo y vencerlo, y un ridículo que acaso -¿quién sabe?- él no conoció.
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And it is here that I must betake me to my Lord Don
Quixote in order that I may learn of him how to confront ridicule and overcome
it, and a ridicule which perhaps—who knows?—he never knew.
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Sí, sí, ¿cómo no ha
de sonreír mi razón de estas construcciones seudofilosóficas, pretendidas
místicas, diletantescas, en que hay de todo menos paciente estudio,
objetividad y método... científico? ¡Y, sin embargo... Eppur si muove!
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Yes, yes—how shall my reason not smile at these
dilettantesque, would-be mystical, pseudo-philosophical interpretations, in
which there is anything rather than patient study and—shall I say
scientific?—objectivity and method? And nevertheless ... eppur si muove!
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Eppur si
muove!, sí. ¡Y me acojo al dilettantismo, a lo que un pedante
llamaría filosofía demimondaine, contra la pedantería especialista,
contra la filosofía de los filósofos profesionales. Y quién sabe... Los
progresos suelen venir del bárbaro, y nada más estancado que la filosofía de
los filósofos y la teología de los teólogos.
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Eppur si muove!
And I take refuge in dilettantism, in what a pedant would call demi-mondaine
philosophy, as a shelter against the pedantry of specialists, against the
philosophy of the professional philosophers. And who knows?... Progress
usually comes from the barbarian, and there is nothing more stagnant than the philosophy of the philosophers and the theology of the
theologians.
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¡Y que nos hablen
de Europa! La civilización del Tíbet es paralela a la nuestra, y ha hecho y
hace vivir a hombres que desaparecen como nosotros. Y queda flotando sobre
las civilizaciones todas del Eclesiastés, y aquello de «así muere el sabio
como el necio» (Ec., II, 16).
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Let them talk to us of Europe! The civilization of
Thibet is parallel with ours, and men who disappear like ourselves have lived
and are living by it. And over all civilizations there hovers the shadow of
Ecclesiastes, with his admonition, "How dieth the wise man?—as the
fool" (ii. 16).
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Corre entre las gentes
de nuestro pueblo una respuesta admirable a la ordinaria pregunta de «¿qué
tal?» o «¿cómo va?», y es aquella que responde: «¡se vive!»... Y de hecho es
así; se vive, vivimos tanto como los demás. ¿Y qué más puede pedirse? ¿Y
quién no recuerda lo de la copla? «Cada vez que considero / que me tengo que
morir, / tiendo la capa en el suelo / y no me harto de dormir.» Pero no
dormir, no, sino soñar; soñar la vida, ya que la vida es sueño.
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Among the people of my country there is an admirable
reply to the customary interrogation, "How are you?" and it is
"Living." And that is the truth—we are living, and living as much
as all the rest. What can a man ask for more? And who does not recollect the
verse?— Coda vez que consider
/que me tengo de morir, /tiendo la capa en el suelo /y no me harto de
dormir.” But no, not sleeping, but dreaming—dreaming life, since
life is a dream.
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Proverbial se ha
hecho también en muy poco tiempo entre nosotros, los españoles, la frase de
que la cuestión es pasar el rato, o sea matar el tiempo. Y de hecho hacemos
tiempo para matarlo. Pero hay algo que nos ha preocupado siempre tanto o más
que pasar el rato -fórmula que marca una posición estética- y es ganar la
eternidad; fórmula de la posición religiosa. Y es que saltamos de lo estético
y lo económico a lo religioso, por encima de lo lógico y lo ético; del arte a
la religión.
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Among us Spaniards another phrase has very rapidly
passed into current usage, the expression "It′s a question of passing
the time," or "killing the time." And, in fact, we make time
in order to kill it. But there is something that has always preoccupied us as
much as or more than passing the time—a formula which denotes an esthetical
attitude—and that is, gaining eternity, which is the formula of the religious
attitude. The truth is, we leap from the esthetic and the economic to the
religious, passing over the logical and the ethical; we jump from art to
religion.
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Un joven novelista
nuestro, Ramón Pérez de Ayala, en su reciente novela La pata de la raposa,
nos dice que la idea de la muerte es el cepo; el espíritu, la raposa, o
sea virtud astuta con qué burlar las celadas de la fatalidad, y añade:
«Cogidos en el cepo, hombres débiles y pueblos débiles yacen por tierra...;
los espíritus recios y los pueblos fuertes reciben en el peligro clarividente
estupor, desentrañan de pronto la desmesurada belleza de la vida y,
renunciando para siempre a la agilidad y locura primeras, salen del cepo con
los músculos tensos para la acción y con las fuerzas del alma centuplicadas
en ímpetu, potencia y eficacia.» Pero veamos: hombre débiles..., pueblos
débiles..., espíritus recios..., pueblos fuertes..., ¿qué es eso? Yo no lo
sé. Lo que creo saber es que unos individuos y pueblos no han pensado aún de
veras en la muerte y la inmortalidad; no las han sentido, y otros han dejado
de penar en ellas, o más bien han dejado de sentirlas. Y no es, creo, cosa de
que se engrían los hombres y los pueblosque no han pasado por la edad
religiosa.
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One of our younger
novelists, Ramón Pérez de Ayala, in his recent novel, La Pata de la Raposa,
has told us that the idea of death is the trap, and spirit the
fox or the wary virtue with which to circumvent the ambushes set by fatality,
and he continues: "Caught in the trap, weak men and weak peoples lie
prone on the ground ...; to robust spirits and strong peoples the rude shock
of danger gives clear-sightedness; they quickly penetrate into the heart of
the immeasurable beauty of life, and renouncing for ever their original
hastiness and folly, emerge from the trap with muscles taut for action and
with the soul′s vigour, power, and efficiency increased a hundredfold."
But let us see; weak men ... weak peoples ... robust spirits ... strong
peoples ... what does all this mean? I do not know. What I think I know is
that some individuals and peoples have not yet really thought about death and
immortality, have not felt them, and that others have ceased to think about
them, or rather ceased to feel them. And the fact that they have never passed
through the religious period is not, I think, a matter for either men or
peoples to boast about.
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Lo de la
desmesurada belleza de la vida está bien para escrito, y hay, en efecto,
quienes se resignan y la aceptan tal cual es, y hasta quienes no quieren
persuadir que el del cepo no es problema. Pero ya dijo Calderón (Gustos y
disgustos no son más que imaginación, acto 1, sec. 4.a) que «No es
consuelo de desdichas, / es otra desdicha aparte, / querer a quien las padece
/ persuadir que no son tales.» Y además «a un corazón no habla sino otro
corazón», según fray Diego de Estela (Vanidad del mundo, cap. XXI).
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The immeasurable beauty of life is a very fine thing to
write about, and there are, indeed, some who resign themselves to it and
accept it as it is, and even some who would persuade us that there is no
problem in the "trap." But it has been said by Calderón that
"to seek to persuade a man that the misfortunes which he suffers are not
misfortunes, does not console him for them, but is another misfortune in
addition." And, furthermore, "only the heart can speak to the
heart," as Fray Diego de Estella said (Vanidad del Mundo, cap.
xxi.).
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No ha mucho hubo
quien hizo como que se escandalizaba de que, respondiendo yo a los que nos
reprochaban a los españoles nuestra incapacidad científica, dijese, después
de hacer observar que la luz eléctrica luce aquí, corre aquí la locomotora
tan bien como donde se inventaron, y nos servimos de los logaritmos como en
el país donde fueron ideados, aquello de: «¡que inventen ellos!». Expresión
paradójica a que no renuncio. Los españoles deberíamos apropiarnos no poco de
aquellos sabios consejos que a los rusos, nuestros semejantes, dirigía el
conde José de Maistre en aquellas sus admirables cartas al conde Rasoumowski,
sobre la educación pública en Rusia, cuando le decía que no por no estar
hecha para la ciencia debe una nación estimarse menos; que los romanos no
entendieron de arte ni tuvieron matemático, lo que no les impidió hacer su
papel, y todo lo que añadía sobre esa muchedumbre de semisabios falsos y
orgullosos, idólatras de los gustos, las modas y las lenguas extranjeras y
siempre prontos a derribar cuanto desprecian, que es todo.
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A short time ago a reply that I made to those who
reproached us Spaniards for our scientific incapacity appeared to scandalize
some people. After having remarked that the electric light
and the steam engine function here in Spain just as well as in the countries
where they were invented, and that we make use of logarithms as much as they
do in the country where the idea of them was first conceived, I exclaimed,
"Let others invent!"—a paradoxical expression which I do not
retract. We Spaniards ought to appropriate to ourselves some of those sage
counsels which Count Joseph de Maistre gave to the Russians, a people not
unlike ourselves. In his admirable letters to Count Rasoumowski on public
education in Russia, he said that a nation should not think the worse of
itself because it was not made for science; that the Romans had no
understanding of the arts, neither did they possess a mathematician, which,
however, did not prevent them from playing their part in the world; and in
particular we should take to heart everything that he said about that crowd
of arrogant sciolists who idolize the tastes, the fashions, and the languages
of foreign countries, and are ever ready to pull down whatever they
despise—and they despise everything.
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¿Que no tenemos
espíritu científico? ¿Y qué, si tenemos algún espíritu? ¿Y se sabe si el que
tenemos es o no compatible con ese otro?
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We have not the scientific spirit? And what of that, if
we have some other spirit? And who can tell if the spirit that we have is or
is not compatible with the scientific spirit?
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Mas al decir, ¡que
inventen ellos!, no quise decir que hayamos de contentarnos con un papel
pasivo, no. Ellos a la ciencia de que nos aprovecharemos; nosotros, a lo
nuestro. No basta defenderse, hay que atacar.
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But in saying "Let others invent!" I did not
mean to imply that we must be content with playing a passive rôle. No. For
them their science, by which we shall profit; for us, our own work. It is not
enough to be on the defensive, we must attack.
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Pero atacar con tino
y cautela. La razón ha de ser nuestra arma. Lo es hasta del loco. Nuestro loco
sublime, nuestro modelo, Don Quijote, después que destrozó de dos cuchilladas
aquella a modo de media celada que encajó con el morrión, «la tornó a hacer
de nuevo, poniéndole unas barras de hierro por de dentro, de tal manera que
él quedó satisfecho de su fortaleza, y sin querer hacer nueva experiencia
della la diputó y tuvo por celada finísima de encaje». Y con ella en la
cabeza se inmortalizó. Es decir, se puso en ridículo. Pues fue poniéndose en
ridículo como alcanzó su inmortalidad Don Quijote.
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But we must attack wisely and cautiously. Reason must
be our weapon. It is the weapon even of the fool. Our sublime fool and our
exemplar, Don Quixote, after he had destroyed with two strokes of his sword
that pasteboard visor "which he had fitted to his head-piece, made it
anew, placing certain iron bars within it, in such a manner that he rested
satisfied with its solidity, and without wishing to make a second trial of
it, he deputed and held it in estimation of a most
excellent visor." And with the
pasteboard visor on his head he made himself immortal—that is to say, he made
himself ridiculous. For it was by making himself ridiculous that Don Quixote
achieved his immortality.
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¡Y hay tantos modos
de ponerse en ridículo...! Cournot (Traité de l′enchainement des idées
fondamentales, etc., § 510) dijo: «No hay que hablar ni a los príncipes
ni a los pueblos de sus probabilidades de muerte: los príncipes castigan esa
temeridad con la desgracia: el público se venga de ella por el ridículo.» Así
es, y por eso dicen que hay que vivir con el siglo. Corrumpere et
corrumpi saeculum vocatur (Tácito,Germania, 19).
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And there are so many ways of making ourselves
ridiculous I ... Cournot said (Traité de l′enchaînement des idées
fondamentales, etc., § 510): "It is best not to speak to either
princes or peoples of the probabilities of death; princes will punish this
temerity with disgrace; the public will revenge itself with ridicule."
True, and therefore it is said that we must live as the age lives.Corrumpere
et corrumpi sæculum vocatur (Tacitus: Germania 19).
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Hay que saber ponerse
en ridículo, y no sólo ante los demás, sino ante nosotros mismos. Y más
ahora, en que tanto se charla de la conciencia de nuestro atraso respecto a
los demás pueblos cultos; ahora, en que unos cuantos atolondrados que no
conocen nuestra propia historia -que está por hacer, deshaciendo antes lo que
la calumnia protestante ha tejido en torno a ella- dicen que no hemos tenido
ni ciencia, ni arte, ni filosofía, ni Renacimiento (este acaso nos sobraba),
ni nada.
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It is necessary to know how to make ourselves
ridiculous, and not only to others but to ourselves. And more than ever
to-day, when there is so much chatter about our backwardness compared with
other civilized peoples, to-day when a parcel of shallow-brained critics say
that we have had no science, no art, no philosophy, no Renaissance, (of this
we had perhaps too much), no anything, these same critics being ignorant of
our real history, a history that remains yet to be written, the first task
being to undo the web of calumniation and protest that has been woven around
it.
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Carducci, el que
habló de los contorcimenti dell′afannosa grandiositá spagnola, dejó
escrito (en Mosche coehiere)
que «hasta España, que jamás tuvo hegemonía de pensamiento, tuvo su Cervantes».
¿Pero es que Cervantes se dio aquí solo, aislado, sin raíces, sin tronco, sin
apoyo? Mas se comprende que diga que España non ebbe mai egemonia di
pensiero un racionalista italiano que recuerda que fue España la que
reaccionó contra el Renacimiento de su patria. Y qué, ¿acaso no fue algo, y
algo hegemónico en el orden cultural, la Contrarreforma que acaudilló España
y que comenzó de hecho con el saco de Roma, providencial castigo contra la
ciudad de los paganos Papas del Renacimiento pagano? Dejemos ahora si fue
mala o buena la Contrarreforma, pero ¿es que no fueron algo hegemónico Loyola
y el Concilio de Trento? Antes de este dábanse en Italia cristianismo y
paganismo, o mejor, inmortalismo y mortalismo en nefando abrazo y
contubernio, hasta en las almas de algunos Papas, y era verdad en filosofía
lo que en teología no lo era, y todo se arreglaba con la fórmula de salva
la fe. Después ya no, después vino la lucha franca y abierta entre la
razón y la fe, la ciencia y la religión. Y el haber traído esto, gracias
sobre todo a la testarudez española, ¿no fue hegemónico?
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Carducci, the author of the phrase about the contorcimenti
dell′affannosa grandiositá spagnola, has written (in Mosche Cochiere)
that "even Spain, which never attained the hegemony of the world of
thought, had her Cervantes." But was Cervantes a solitary and isolated
phenomenon, without roots, without ancestry, without a foundation? That an
Italian rationalist, remembering that it was Spain that reacted against the
Renaissance in his country, should say that Spain non ebbe egemonia mai di
pensiero is, however, readily comprehended. Was there no importance, was
there nothing akin to cultural hegemony, in the
Counter-Reformation, of which Spain was the champion, and which in point of
fact began with the sack of Rome by the Spaniards, a providential
chastisement of the city of the pagan popes of the pagan Renaissance? Apart
from the question as to whether the Counter-Reformation was good or bad, was
there nothing akin to hegemony in Loyola or the Council of Trent? Previous to
this Council, Italy witnessed a nefarious and unnatural union between
Christianity and Paganism, or rather, between immortalism and mortalism, a
union to which even some of the Popes themselves consented in their souls; theological
error was philosophical truth, and all difficulties were solved by the
accommodating formulasalva fide. But it was otherwise after the
Council; after the Council came the open and avowed struggle between reason
and faith, science and religion. And does not the fact that this change was
brought about, thanks principally to Spanish obstinacy, point to something
akin to hegemony?
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Sin la
Contrarreforma, no habría la Reforma seguido el curso de que siguió; sin
aquella, acaso esta, falta del sosén del pietismo, habría perecido en la
ramplona racionalidad de la Aufklürung,de la Ilustración. ¿Sin Carlos I, sin Felipe II, nuestro
gran Felipe, habría sido todo igual?
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Without the Counter-Reformation, would the Reformation
have followed the course that it did actually follow? Without the
Counter-Reformation might not the Reformation, deprived of the support of
pietism, have perished in the gross rationalism of the Aufklärung, of
the age of Enlightenment? Would nothing have been changed had there been no Charles
I., no Philip II., our great Philip?
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Labor negativa,
dirá alguien. ¿Qué es eso? ¿Qué es lo negativo?, ¿qué es lo positivo? En el
tiempo, la línea que va siempre en la misma dirección, del pasado al
porvenir, ¿dónde está el cero que marca el límite entre lo positivo y lo
negativo? España, esta tierra que dicen de caballeros y pícaros -y todos
pícaros-, ha sido la gran calumniada de la historia precisamente por haber
acaudillado la Conrarreforma. Y porque su arrogancia le ha impedido salir a
la plaza pública, a la feria de las vanidades, a justificarse.
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A negative achievement, it will be said. But what is
that? What is negative? what is positive? At what point in time—a line always
continuing in the same direction, from the past to the future—does the zero
occur which denotes the boundary between the positive and the negative?
Spain, which is said to be the land of knights and rogues—and all of them
rogues—has been the country most slandered by history precisely because it
championed the Counter-Reformation. And because its
arrogance has prevented it from stepping down into the public forum, into the
world′s vanity fair, and publishing its own justification.
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Dejemos su lucha de
ocho siglos con la morisma, defendiendo a Europa del mahometanismo, su labor
de unificación interna, su descubrimiento de América y las Indias -que lo
hicieron España y Portugal, y no Colón y Gama-, dejemos eso y más, y no es
dejar poco. ¿No es nada cultural crear veinte naciones sin reservarse nada y
engendrar, como engendró el conquistador, en pobres indias siervas hombres
libres? Fuera de esto, en el orden del pensamiento, ¿no es nada nuestra
mística? Acaso un día tengan que volver a ella, a buscar su alma, los pueblos
a quienes Helena se la arrebatara con sus besos.
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Let us leave on one side Spain′s eight centuries of
warfare against the Moors, during which she defended Europe from
Mohammedanism, her work of internal unification, her discovery of America and
the Indies—for this was the achievement of Spain and Portugal, and not of
Columbus and Vasco da Gama—let us leave all this, and more than this, on one
side, and it is not a little thing. Is it not a cultural achievement to have
created a score of nations, reserving nothing for herself, and to have
begotten, as the Conquistadores did, free men on poor Indian slaves? Apart
from all this, does our mysticism count for nothing in the world of thought?
Perhaps the peoples whose souls Helen will ravish away with her kisses may
some day have to return to this mysticism to find their souls again.
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Pero ya se sabe, la
Cultura se compone de ideas y sólo de ideas y el hombre no es sino un
instrumento de ella. El hombre para la idea, y no la idea para el hombre; el
cuerpo para la sombra. El fin del hombre es hacer ciencia, catalogar el
Universo para devolvérselo a Dios en orden, como escribí hace unos años, en
mi novela Amor y pedagogía. El hombre no es, al parecer, ni siquiera
una idea. Y al cabo el género humano sucumbirá al pie de las bibliotecas
-talados bosques enteros para hacer el papel que en ellas se almacena-,
museos, máquinas, fábricas, laboratorios... para legarlos... ¿a quién? Porque
Dios no los recibirá.
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But, as everybody
knows, Culture is composed of ideas and only of ideas, and man is only
Culture′s instrument. Man for the idea, and not the idea for man; the
substance for the shadow. The end of man is to create science, to catalogue
the Universe, so that it may be handed back to God in order, as I wrote years
ago in my novel, Amor y Pedagogia. Man, apparently, is not even an
idea. And at the end of all, the human race will fall exhausted at the foot
of a pile of libraries—whole woods rased to the ground to provide the paper
that is stored away in them—museums, machines, factories, laboratories ... in
order to bequeath them—to whom? For God will surely not accept them.
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Aquella hórrida
literatura regeneracionista, casi toda ella embuste, que provocó la pérdida
de nuestras últimas colonias americanas, trajo la pedantería de hablar del
trabajo perseverante y callado -eso sí, voceándolo mucho, voceando el
silencio-, de la prudencia, la exactitud, la moderación, la fortaleza
espiritual, la sindéresis, la ecuanimidad, las virtudes sociales, sobre todo
los que más carecemos de ellas. En esa ridícula literatura caímos casi todos
los españoles, unos más y otros menos, y se dio el caso de aquel archiespañol
Joaquín Costa, uno de los espíritus menos europeos que hemos tenido, sacando
lo de europeizarnos y poniéndose a cidear mientras proclamaba que
había que cerrar con siete llaves el sepulcro del Cid y... conquistar África.
Y yo di un ¡muera Don Quijote!, y de esta blasfemia, que quería decir todo
lo contrario que decía -así estábamos entonces-, brotó mi Vida de Don
Quijote y Sancho y mi culto al quijotismo como religión nacional.
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That horrible regenerationist literature, almost all of
it an imposture, which the loss of our last American colonies provoked, led
us into the pedantry of extolling persevering and silent effort—and this with
great vociferation, vociferating silence—of extolling prudence, exactitude,
moderation, spiritual fortitude, synteresis, equanimity,
the social virtues, and the chiefest advocates of them were those of us who
lacked them most. Almost all of us Spaniards fell into this ridiculous mode
of literature, some more and some less. And so it befell that that
arch-Spaniard Joaquín Costa, one of the least European spirits we ever had,
invented his famous saying that we must Europeanize Spain, and, while
proclaiming that we must lock up the sepulchre of the Cid with a sevenfold
lock, Cid-like urged us to—conquer Africa! And I myself uttered the cry,
"Down with Don Quixote!" and from this blasphemy, which meant the
very opposite of what it said—such was the fashion of the hour—sprang my Vida
de Don Quijote y Sanchoand my cult of Quixotism as the national religion.
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Escribí aquel libro
para repensar el Quijote contra cervantistas y eruditos, para hacer
obra de vida de lo que era y sigue siendo para los más letra muerta. ¿Qué me
importa lo que Cervantes quiso o no quiso poner allí y lo que realmente puso?
Lo vivo es lo que yo allí descubro, pusiéralo o no Cervantes, lo que yo allí
pongo y sobrepongo y sotopongo, y lo que ponemos allí todos. Quise allí
rastrear nuestra filosofía.
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I wrote that book in order to rethink Don Quixote
in opposition to the Cervantists and erudite persons, in order to make a
living work of what was and still is for the majority a dead letter. What
does it matter to me what Cervantes intended or did not intend to put into it
and what he actually did put into it? What is living in it is what I myself
discover in it, whether Cervantes put it there or not, what I myself put into
and under and over it, and what we all put into it. I wanted to hunt down our
philosophy in it.
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Pues abrigo cada
vez más la convicción de que nuestra filosofía, la filosofía española, está
líquida y difusa en nuestra literatura, en nuestra vida, en nuestra acción, en
nuestra mística, sobre todo, y no en sistemas filosóficos. Es concreta. ¿Y es
que acaso no hay en Goethe, verbigracia, tanta o más filosofía que en Hegel?
Las coplas de Jorge Manrique, el Romancero, el Quijote, La vida
es sueño, la Subida al Monte Carmelo, implican una intuición
del mundo y un concepto de la vida Weltanschaung und Labensansicht. Filosofía
esta nuestra que era difícil de formularse en esa segunda mitad del siglo
xix, época afilosófica, positivista, tecnicista, de pura historia y de
ciencias naturales, época en el fondo materialista y pesimista.
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For the conviction continually grows upon me that our
philosophy, the Spanish philosophy, is liquescent and diffused in our
literature, in our life, in our action, in our mysticism, above all, and not
in philosophical systems. It is concrete. And is there not perhaps as much
philosophy or more in Goethe, for example, as in Hegel? The poetry of Jorge
Manrique, the Romancero,Don Quijote, La Vida es Sueño, the Subida
al Monte Carmelo, imply an intuition of the world and a concept of life (Weltanschauung
und Lebensansicht). And it was difficult for this philosophy of ours to
formulate itself in the second half of the nineteenth century, a period that
was aphilosophical, positivist, technicist, devoted to
pure history and the natural sciences, a period essentially materialist and
pessimist.
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Nuestra lengua
misma, como toda lengua culta, lleva implícita una filosofía.
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Our language itself, like every cultured language,
contains within itself an implicit philosophy.
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Una lengua, en
efecto, es una filosofía potencial. El platonismo es la lengua griega que
discurre en Platón, destarrollando sus metáforas seculares; la escolástica es
la filosofía del latín muerto de la Edad Media en lucha con las lenguas
vulgares; en Descartes discurre la lengua francesa, la alemana en Kant y en
Hegel, y el inglés en Hume y en Stuart Mill. Y es que el punto de partida
lógico de toda especulación filosófica no es el yo, ni es la representación -vorstellung-
o el mundo tal como se nos presenta inmediatamente a los sentidos, sino
que es la representación mediata o histórica, humanamente elaborada y tal
como se nos da principalmente en el lenguaje por medio del cual conocemos el
mundo; no es la representación psíquica sino la pnumática. Cada uno de
nosotros parte para pensar, sabiéndolo o no y quiéralo o no lo quiera, de lo
que han pensado los demás que le precedieron y le rodean. El pensamiento es
una herencia, Kant pensaba en alemán, y al alemán tradujo a Hume y a
Rousseau, que pensaban en inglés y en francés, respectivamente. Y Spinoza,
¿no pensaba en judeo-portugués, bloqueado por el holandés y en lucha con él?
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A language, in effect, is a potential philosophy.
Platonism is the Greek language which discourses in Plato, unfolding its
secular metaphors; scholasticism is the philosophy of the dead Latin of the
Middle Ages wrestling with the popular tongues; the French language
discourses in Descartes, the German in Kant and in Hegel, and the English in
Hume and in Stuart Mill. For the truth is that the logical starting-point of
all philosophical speculation is not the I, neither is it representation (Vorstellung),
nor the world as it presents itself immediately to the senses; but it is mediate
or historical representation, humanly elaborated and such as it is given to
us principally in the language by means of which we know the world; it is not
psychical but spiritual representation. When we think, we are obliged to set
out, whether we know it not and whether we will or not, from what has been
thought by others who came before us and who environ us. Thought is an
inheritance. Kant thought in German, and into German he translated Hume and
Rousseau, who thought in English and French respectively. And did not Spinoza
think in Judeo-Portuguese, obstructed by and contending with Dutch?
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El pensamiento
reposa en prejuicios y los prejuicios van en la lengua. Con razón adscribía
Bacon al lenguaje no pocos errores de los idola fori. Pero ¿cabe
filosofar en pura álgebra o siquiera en esperanto? No hay sino leer el libro
de Avenarius de crítica de la experiencia pura -reine Erfahrung-, de
esta experiencia prehumana, o sea inhumana, para ver adónde puede llevar eso.
Y Avenarius mismo, que ha tenido que inventarse un lenguaje, lo ha inventado
sobre la tradición latina, con raíces que lleva en su fuerza metafórica todo
un contenido de impura experiencia, de experiencia social humana. Toda
filosofía es, pues, en el fondo, filología. Y la filología, con su grande y.
fecunda ley de las formaciones analógicas, da su parte al azar, a lo
irracional, a lo absolutamente inconmensurable. La historia no es matemática
ni la filosofía tampoco. ¡Y cuántas ideas filosóficas no se deben en rigor a
algo así como rima, a la necesidad de colocar un consonante! En Kant mismo
abunda no poco de esto, de simetría estéica; de rima.
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Thought rests upon prejudgements, and prejudgements
pass into language. To language Bacon rightly ascribed not a few of the errors
of the idola fori. But is it possible to philosophize in pure algebra
or even in Esperanto? In order to see the result of such an attempt one has
only to read the work of Avenarius on the criticism of pure experience (reine
Erfahrung), of this prehuman or inhuman experience. And even Avenarius,
who was obliged to invent a language, invented one that was based upon the
Latin tradition, with roots which carry in their
metaphorical implications a content of impure experience, of human social
experience. All philosophy is, therefore, at bottom philology. And
philology, with its great and fruitful law of analogical formations, opens
wide the door to chance, to the irrational, to the absolutely
incommensurable. History is not mathematics, neither is philosophy. And how
many philosophical ideas are not strictly owing to something akin to rhyme,
to the necessity of rightly placing a consonant! In Kant himself there is a
great deal of this, of esthetic symmetry, rhyme.
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La representación
es, pues, como el lenguaje, como la razón misma -que no es sino el lenguaje
interior-, un producto social y racial, y la raza, la sangre del espíritu es
la lengua, como ya lo dejó dicho, y yo muy repetido, Oliver Wendell Holmes,
el yanqui.
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Representation is, therefore, like language, like
reason itself—which is simply internal language—a social and racial product,
and race, the blood of the spirit, is language, as Oliver Wendell Holmes has
said, and as I have often repeated.
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Nuestra filosofía
occidental entró en madurez, llegó a conciencia de sí, en Atenas, con
Sócrates, y llegó a esta conciencia mediante el diálogo, la conversación
social. Y es hondamente significativo que la doctrina de las ideas innatas,
del valor objetivo y normativo de las ideas, de lo que luego, en la
Escolástica, se llamó realismo, se formulase en diálogos. Y esas ideas, que
son la realidad, son nombres, como el nominalismo enseñaba. No que no sean
más que nombres, flatus vocis, sino que son nada menos que nombres.
El lenguaje es el que nos da la realidad, y no como un mero vehículo de ella,
sino como su verdadera carne, de que todo lo otro, la representación muda o
inarticulada, no es sino esqueleto. Y así la lógica opera sobre la estética;
el concepto sobre la expresión, sobre la palabra, y no sobre la percepción
bruta.
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It was in Athens and with Socrates that our Western
philosophy first became mature, conscious of itself, and it arrived at this
consciousness by means of the dialogue, of social conversation. And it is
profoundly significant that the doctrine of innate ideas, of the objective
and normative value of ideas, of what Scholasticism afterwards knew as
Realism, should have formulated itself in dialogues. And these ideas, which
constitute reality, are names, as Nominalism showed. Not that they may not be
more than names (flatus vocis), but that they are nothing less than
names. Language is that which gives us reality, and not as a mere vehicle of
reality, but as its true flesh, of which all the rest, dumb or inarticulate
representation, is merely the skeleton. And thus logic operates upon
esthetics, the concept upon the expression, upon the word, and not upon the
brute perception.
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Y esto basta
tratándose del amor. El amor no se descubre a sí mismo hasta que no habla,
hasta que no dice: ¡Yo te amo! Con muy profunda intuición, Stendhal, en su
novela La Chartreuse de Parme, hace que el conde Mosca, furioso de
celos y pensando en el amor que cree une a la duquesa de Sanseverina con su
sobrino Fabricio, se diga: «Hay que calmarse; si empleo maneras duras, la
duquesa es capaz, por simple pique de vanidad, de seguirle a Belgirate, y
allí, durante el viaje, el azar puede traer una palabra que dará nombre a lo
que sienten uno por otro, y después en un instante, todas las consecuencias.»
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And this is true even in the matter of love. Love does
not discover that it is love until it speaks, until it says, I love thee! In
Stendhal′s novel, La Chartreuse de Parme, it is with a very profound
intuition that Count Mosca, furious with jealousy because of the love which he believes unites the Duchess of Sanseverina with his
nephew Fabrice, is made to say, "I must be calm; if my manner is violent
the duchess, simply because her vanity is piqued, is capable of following
Belgirate, and then, during the journey, chance may lead to a word which will
give a name to the feelings they bear towards each other, and thereupon in a
moment all the consequences will follow."
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Así es, todo lo
hecho se hizo por la palabra, y la palabra fue en un principio.
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Even so—all things were made by the word, and the word
was in the beginning.
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El pensamiento, la
razón, esto es, el lenguaje vivo, es una herencia, y el solitario de Aben
Tofail, el filósofo arábigo guadijeño, tan absurdo como el yo de Descartes.
La verdad concreta y real, no metódica e ideal es: homo sum, ergo cogito.
Sentirse hombre es más inmediato que pensar. Mas por otra parte, la
Historia, el proceso de la cultura no halla su perfección y efectividad plena
sino en el individuo; el fin de la Historia y de la Humanidad somos los
sendos hombres, cada hombre, cada individuo. Homo sum, ergo cogito:
cogito ut sim Michael de Unamuno. El individuo es el fin del Universo.
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Thought, reason—that is, living language—is an
inheritance, and the solitary thinker of Aben Tofail, the Arab philosopher of
Guadix, is as absurd as the ego of Descartes. The real and concrete truth,
not the methodical and ideal, is: homo sum, ergo cogito. To feel
oneself a man is more immediate than to think. But, on the other hand,
History, the process of culture, finds its perfection and complete
effectivity only in the individual; the end of History and Humanity is man,
each man, each individual. Homo
sum, ergo cogito; cogito ut sim Michael de Unamuno . The individual is the end of the Universe.
|
Y esto de que el
individuo sea el fin del Universo, lo sentimos muy bien nosotros los
españoles. ¿No dijo Marin A. J. Hume (The Spanish People) aquello de
la individualidad introspectiva del español, y lo comenté yo en un ensayo
publicado en la revista La España Moderna
{N-22} ?.
|
And we Spaniards feel this very strongly, that the
individual is the end of the Universe. The introspective individuality of the
Spaniard was pointed out by Martin A.S. Hume in a passage in The Spanish
People, upon which I commented in an essay published in La España
Moderna.
|
Y es acaso este
individualismo mismo introspectivo el que no ha permitido que brotaran aquí
sistemas estrictamente filosóficos, o más bien metafóricos. Y ello, a pestar
de Suárez, cuyas sutilezas formales no merecen tal nombre.
|
And it is perhaps this same introspective individualism
which has not permitted the growth on Spanish soil of strictly
philosophical—or, rather, metaphysical—systems. And this in spite of Suárez,
whose formal subtilties do not merit the name of philosophy.
|
Nuestra metafísica,
si algo, ha sido metantrópica, y los nuestros, filólogos, o más bien
humanistas en el más comprensivo sentido.
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Our metaphysics, if we can be said to possess such a
thing, has been metanthropics, and our metaphysicians have
been philologists—or, rather, humanists—in the most comprehensive sense of
the term.
|
Menéndez y Pelayo,
de quien con exactitud dijo Benedetto Croce (Estética,apéndice bibliográfico) que se
inclinaba al idealismo metafísico, pero parecía querer acoger algo de los
otros sistemas, hasta de las teorías empíricas; por lo cual su obra sufría,
al parecer de Croce -que se refería a su Historia de las ideas estéticas
en España-, de cierta incerteza, desde el punto de vista teórico del
autor, Menéndez y Pelayo, en su exaltación de humanista español, que no
quería renegar del Renacimiento, inventó lo del vivismo, la filosofía de Luis
Vives, y acaso, no por otra cosa que por ser, como él, este otro, español
renaciente y ecléctico. Y es que Menéndez y Pelayo, cuya filosofía era,
ciertamente, todo incerteza, educado en Barcelona, en las timideces del
escocesismo traducido al espíritu catalán, en aquella filosofía rastrera del common
sense que no quería comprometerse, y era toda de compromiso, y que tan
bien presentó Balmes, huyó siempre de toda robusta lucha interior y fraguó
con compromisos su conciencia.
|
Menéndez de Pelayo, as Benedetto Croce very truly said
(Estetica, bibliographical appendix), was inclined towards
metaphysical idealism, but he appeared to wish to take something from other
systems, even from empirical theories. For this reason Croce considers that
his work (referring to his Historia de las ideas estéticas de España)
suffers from a certain uncertainty, from the theoretical point of view of its
author, Menéndez de Pelayo, which was that of a perfervid Spanish humanist,
who, not wishing to disown the Renaissance, invented what he called Vivism,
the philosophy of Luis Vives, and perhaps for no other reason than because he
himself, like Vives, was an eclectic Spaniard of the Renaissance. And it is
true that Menéndez de Pelayo, whose philosophy is certainly all uncertainty,
educated in Barcelona in the timidities of the Scottish philosophy as it had
been imported into the Catalan spirit—that creeping philosophy of common
sense, which was anxious not to compromise itself and yet was all compromise,
and which is so well exemplified in Balmes—always shunned all strenuous
inward combat and formed his consciousness upon compromises.
|
Más acertado
anduvo, a mi entender, Ángel Ganivet, todo adivinación e instinto, cuando
pregonó como nuestro el senequismo, la filosofía, sin originalidad de
pensamiento, pero grandísima de acento y tono, de aquel esoico cordobés
pagano, a quien por suyo tuvieron no pocos cristianos. Su acento fue un
acento español, latinoafricano, no helénico, y ecos de él se oyen en aquel
-también tan nuestro- Tertuliano, que creyó corporales de bulto a Dios y al
alma, y que fue algo así como un Quijote del pensamiento cristiano de la
segunda centuria.
|
Angel Ganivet, a man all divination and instinct, was
more happily inspired, in my opinion, when he proclaimed that the Spanish philosophy
was that of Seneca, the pagan Stoic of Cordoba, whom not a few Christians
regarded as one of themselves, a philosophy lacking in originality of thought
but speaking with great dignity of tone and accent. His accent was a Spanish,
Latino-African accent, not Hellenic, and there are echoes of him in
Tertullian—Spanish, too, at heart—who believed in the corporal and
substantial nature of God and the soul, and who was a kind of Don Quixote in
the world of Christian thought in the second century.
|
Mas donde acaso
hemos de ir a buscar el héroe de nuestro pensamiento, no es a ningún filósofo
que viviera en carne y hueso, sino a un ente de ficción y de acción, más real
que los filósofos todos; es a Don Quijote. Porque hay un quijotismo
filosófico, sin duda, pero también una filosofía quijotesca. ¿Es acaso otra,
en el fondo, la de los conquistadores, la de los contrarreformadores, la de
Loyola, y, sobre todo, ya en el orden del pensamiento absracto, pero sentido,
la de nuestros místicos? ¿Qué era la mística de san Juan de la Cruz sino una
caballería andante del sentimiento a lo divino?
|
But perhaps we must look for the hero of Spanish thought, not in any actual flesh-and-bone philosopher, but
in a creation of fiction, a man of action, who is more real than all the
philosophers—Don Quixote. There is undoubtedly a philosophical Quixotism, but
there is also a Quixotic philosophy. May it not perhaps be that the
philosophy of the Conquistadores, of the Counter-Reformers, of Loyola, and
above all, in the order of abstract but deeply felt thought, that of our
mystics, was, in its essence, none other than this? What was the mysticism of
St. John of the Cross but a knight-errantry of the heart in the divine
warfare?
|
Y el Don Quijote no
puede decirse que fuera en rigor idealismo; no peleaba por ideas. Era
espiritualismo; peleaba por espíritu.
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And the philosophy of Don Quixote cannot strictly be
called idealism; he did not fight for ideas. It was of the spiritual order;
he fought for the spirit.
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Convertid a Don
Quijote a la especulación religiosa, como ya él soñó una vez en hacerlo
cuando encontró aquellas imágenes de relieve y entalladura que llevaban unos
labradores para el retablo de su aldea {N-23} , y a la mediación de las
verdades eternas, y vedle subir al Monte Carmelo por medio de la noche oscura
del alma, a ver desde allí arriba, desde la cima, salir el sol que no se
pone, y como el águila que acompaña a san Juan en Patmos, mirarle cara a cara
y escudriñar sus manchas, dejando a la lechuza que acompaña en el Olimpo a
Atena -la de los ojosglaucos, esto es, lechucinos, la que ve en las sombras,
pero a la que la luz del mediodía deslumbra- buscar entre sombras con sus
ojos la presa para sus crías.
|
Imagine Don Quixote turning his heart to religious
speculation—as he himself once dreamed of doing when he met those images in
bas-relief which certain peasants were carrying to set up in the retablo of
their village church —imagine Don Quixote
given up to meditation upon eternal truths, and see him ascending Mount
Carmel in the middle of the dark night of the soul, to watch from its summit
the rising of that sun which never sets, and, like the eagle that was St.
John′s companion in the isle of Patmos, to gaze upon it face to face and
scrutinize its spots. He leaves to Athena′s owl—the goddess with the
glaucous, or owl-like, eyes, who sees in the dark but who is dazzled by the
light of noon—he leaves to the owl that accompanied Athena in Olympus the
task of searching with keen eyes in the shadows for the prey wherewith to
feed its young.
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Y el quijotismo
especulativo o meditativo es, como el práctico, locura hija de la locura de
la cruz. Y por eso es desprecitado por la razón. La filosofía, en el fondo,
aborrece al cristianismo, y bien lo probó el manso Marco Aurelio.
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And the speculative or meditative Quixotism is, like
the practical Quixotism, madness, a daughter-madness to the madness of the
Cross. And therefore it is despised by the reason. At bottom, philosophy
abhors Christianity, and well did the gentle Marcus
Aurelius prove it.
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La tragedia de
Cristo, la tragedia divina, es la de la cruz. Pilato, el escéptico, el
cultural, quiso convertirla por la burla en sainete, e ideó aquella farsa del
rey de cetro de caña y corona de espinas, diciendo: «¡He aquí el hombre!»,
pero el pueblo, más humano que él, el pueblo que busca tragedia grita:
«¡Crucifícale, crucifícale!» Y la otra tragedia, la tragedia humana,
intrahumana, es la de Don Quijote con la cara enjabonada para que se riera de
él la servidumbre de los duques, y los duques mismos, tan siervos como ellos.
«¡He aquí el loco!», se dirían. Y la tragedia cómica, irracional, es la
pasión por la burla y el desprecio.
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The tragedy of Christ, the divine tragedy, is the
tragedy of the Cross. Pilate, the sceptic, the man of culture, by making a
mockery of it, sought to convert it into a comedy; he conceived the farcical
idea of the king with the reed sceptre and crown of thorns, and cried
"Behold the man!" But the people, more human than he, the people
that thirsts for tragedy, shouted, "Crucify him! crucify him!" And
the human, the intra-human, tragedy is the tragedy of Don Quixote, whose face
was daubed with soap in order that he might make sport for the servants of
the dukes and for the dukes themselves, as servile as their servants.
"Behold the madman!" they would have said. And the comic, the
irrational, tragedy is the tragedy of suffering caused by ridicule and
contempt.
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El más alto
heroísmo para un individuo, como para un pueblo, es saber afrontar el
ridículo; es, mejor aún, saber ponerse en ridículo y no acobardarse en él.
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The greatest height of heroism to which an individual,
like a people, can attain is to know how to face ridicule; better still, to
know how to make oneself ridiculous and not to shrink from the ridicule.
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Aquel trágico
suicida portugués, Anthero de Quental, de cuyos poderosos sonetos os he ya
dicho, dolorido en su patria a raíz del ultimátum inglés a ella en 1890,
escribió: «Dijo un hombre de Estado
inglés del siglo pasado, que era también por cierto un perspicaz observador y
un filósofo, Horacio Walpole, que la vida es una tragedia para los que
sienten y una comedia para los que piensan. Pues bien: si hemos de acabar
trágicamente, nosotros, portugueses, que sentimos, prefiramos con
mucho ese destino terrible, pero noble, a aquel que le está reservado, y tal
vez en un futuro no muy remoto, a Inglaterra que piensa y calcula, el
cual destino es el acabar miserable y cómicamente.» Dejemos lo de que
Inglaterra piensa y calcula, como implicando que no siente, en lo que hay una
injusticia que se explica por la ocasión en que fue eso escrito, y dejemos lo
que los portugueses sienten, implicando que apenas piensan ni calculan, pues
siempre nuestros hermanos atlánticos se distinguieron por cierta pedantería
sentimental, y quedémonos con el fondo de la terrible idea, y es que unos,
los que ponen el pensamiento sobre el sentimiento, yo diría la razón sobre la
fe, mueren cómicamente, y mueren trágicamente los que ponen la fe sobre la
razón. Porque son los burladores los que mueren cómicamente, y Dios se ríe
luego de ellos, y es para los burlados la tragedia, la parte noble.
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I have already spoken of the forceful sonnets of that
tragic Portuguese, Antero de Quental, who died by his own hand. Feeling
acutely for the plight of his country on the occasion of the British
ultimatum in 1890, he wrote as follows: "An English
statesman of the last century, who was also undoubtedly a perspicacious
observer and a philosopher, Horace Walpole, said that for those who feel,
life is a tragedy, and a comedy for those who think. Very well, then, if we
are destined to end tragically, we Portuguese, we who feel, we would
far rather prefer this terrible, but noble, destiny, to that which is
reserved, and perhaps at no very remote future date, for
England, the country that thinks and calculates, whose destiny
it is to finish miserably and comically." We may leave on one side the
assertion that the English are a thinking and calculating people, implying thereby
their lack of feeling, the injustice of which is explained by the occasion
which provoked it, and also the assertion that the Portuguese feel, implying
that they do not think or calculate—for we twin-brothers of the Atlantic
seaboard have always been distinguished by a certain pedantry of feeling; but
there remains a basis of truth underlying this terrible idea—namely, that
some peoples, those who put thought above feeling, I should say reason above
faith, die comically, while those die tragically who put faith above reason.
For the mockers are those who die comically, and God laughs at their comic
ending, while the nobler part, the part of tragedy, is theirs who endured the
mockery.
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Y hay que buscar,
tras de las huellas de Don Quijote, la burla.
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The mockery that underlies the career of Don Quixote is
what we must endeavour to discover.
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¿Y volverá a
decírsenos que no ha habido filosofía española en el sentido técnico de esa palabra?
Y digo: ¿cuál es ese sentido?, ¿qué quiere decir filosofía? Windelband,
historiador de la filosofía, en su ensayo sobre lo que la filosofía sea (Was
ist Philosophie? en el volumen primero de sus Praeludien), nos
dice que «la historia del nombre de la filosofía es la historia de la
significación cultural de la ciencia»; añadiendo: «Mientras el pensamiento
científico se independiza como impulso del conocer por saber, toma el nombre
de filosofía; cuando después la ciencia unitaria se divide en sus ramas, es
la filosofía del conocimiento general del mundo que abarca a los demás. Tan
pronto como el pensamiento científico se rebaja de nuevo a un medio moral o
de la contemplación religiosa, transfórmase la filosofía en un arte de la
vida o en una formulación de creencias religiosas. Y así que después se
liberta . de nuevo la vida científica, vuelve a encontrar la
filosofía el carácter de independiente conocimiento del mundo, y en cuanto
empieza a renunciar a la solución de este problema, cámbiase en una teoría de
la ciencia misma.» He aquí una breve caracterización de la filosofía desde
Tales hasta Kant pasando por la escolástica medieval en que inentó
fundamentar las creencias religiosas. ¿Pero es que acaso no hay lugar para
otro oficio de la filosofía, y es que sea la reflexión sobre el sentimiento
mismo trágico de la vida tal como lo hemos estudiado, la formación de la
lucha entre la razón y la fe, entre la ciencia y la religión, y el
mantenimiento reflexivo de ella?
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And shall we be told yet again that there has never
been any Spanish philosophy in the technical sense of the word? I will answer
by asking, What is this sense? What does philosophy mean? Windelband, the
historian of philosophy, in his essay on the meaning of philosophy (Was
ist Philosophie? in the first volume of his Präludien) tells us
that "the history of the word ′philosophy′ is the history of the
cultural significance of science." He continues: "When scientific
thought attains an independent existence as a desire for knowledge for the
sake of knowledge, it takes the name of philosophy; when subsequently
knowledge as a whole divides into its various branches, philosophy is the
general knowledge of the world that embraces all other knowledge. As soon as
scientific thought stoops again to becoming a means to ethics or religious
contemplation, philosophy is transformed into an art of life or into a
formulation of religious beliefs. And when afterwards the
scientific life regains its liberty, philosophy acquires once again its
character as an independent knowledge of the world, and in so far as it
abandons the attempt to solve this problem, it is changed into a theory of
knowledge itself." Here you have a brief recapitulation of the history
of philosophy from Thales to Kant, including the medieval scholasticism upon
which it endeavoured to establish religious beliefs. But has philosophy no
other office to perform, and may not its office be to reflect upon the tragic
sense of life itself, such as we have been studying it, to formulate this
conflict between reason and faith, between science and religion, and
deliberately to perpetuate this conflict?
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Dice luego
Windelband: «Por filosofía en el sentido sistemático, no en el histórico, no
entiendo otra cosa que la ciencia crítica de los valores de validez universal
(allgemeingutigen Werten). » ¿Pero qué valores de más universal
validez que el de la voluntad humana queriendo ante todo y sobre todo la
inmortalidad personal, individual y concreta del alma, o sea la finalidad
humana del Universo, y el de la razón humana, negando la racionalidad y hasta
la posibilidad de ese anhelo? ¿Qué valores de más universal validez que el
valor racial o matemático y el valor volitivo o teológico del Universo en
conflicto uno con otro?
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Later on Windelband says: "By philosophy in the
systematic, not in the historical, sense, I understand the critical knowledge
of values of universal validity (allgemeingiltigen Werten)." But
what values are there of more universal validity than that of the human will
seeking before all else the personal, individual, and concrete immortality of
the soul—or, in other words, the human finality of the Universe—and that of
the human reason denying the rationality and even the possibility of this
desire? What values are there of more universal validity than the rational or
mathematical value and the volitional or teleological value of the Universe
in conflict with one another?
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Para Windelband,
como para los kantianos y neokanianos en general, no hay sino tres categorías
normativas, tres normas universales, y son las de lo verdadero o falso, lo
bello y lo feo, y lo bueno o lo malo moral. La filosofía se reduce a lógica,
estética y ética, según estudia la ciencia, el arte o la moral. Queda fuera
otra categoría, y es la de lo grato y lo ingrato -o agradable y
desagradable-; esto es, lo hedónico. Lo hedónico no puede, según ellos,
pretender validez universal, no puede ser normativo. «Quien eche sobre la
filosofía -escribe Windelbandla carga de decidir en la cuestión del optimismo
y del pensamiento, quien le pida que dé un juicio acerca de si el mundo es
más apropiado a engendrar dolor que placer o viceversa, el tal, si se conduce
más que dilettantescamente,trabaja
en el fantasma de hallar una determinación absoluta en un terreno en que
ningún hombre razonable la ha buscado.» Hay que ver, sin embargo, si esto es
tan claro como parece, en caso de que sea yo un hombre razonable y no me
conduzca nada más que dilettantescamente, lo cual sería la
abominación de la desolación.
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For Windelband, as for Kantians and neo-Kantians in
general, there are only three normative categories, three universal
norms—those of the true or the false, the beautiful or the ugly, and the
morally good or evil. Philosophy is reduced to logics, esthetics, and ethics,
accordingly as it studies science, art, or morality. Another category remains
excluded—namely, that of the pleasing and the unpleasing, or the agreeable
and the disagreeable: in other words, the hedonic. The hedonic cannot,
according to them, pretend to universal validity, it cannot be normative.
"Whosoever throws upon philosophy," wrote
Windelband, "the burden of deciding the question of optimism and
pessimism, whosoever demands that philosophy should pronounce judgement on
the question as to whether the world is more adapted to produce pain than
pleasure, or vice versa—such a one, if his attitude is not merely that
of a dilettante, sets himself the fantastic task of finding an absolute
determination in a region in which no reasonable man has ever looked for
one." It remains to be seen, nevertheless, whether this is as clear as
it seems, in the case of a man like myself, who am at the same time
reasonable and yet nothing but a dilettante, which of course would be the
abomination of desolation.
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Con muy hondo
sentido, Benedetto Croce, en su filosofía del espíritu, junto a la estética
como ciencia de la expresión y a la lógica como ciencia del concepto puro,
dividió la filosofía de la práctica en dos ramas: economía y ética. Reconoce,
en efecto, la existencia de un grado práctico del espíritu, meramente
económico, dirigido a lo singular, sin preocupación de lo universal. Yago o
Napoleón son tipos de perfección, de genialidad económica, y este grado queda
fuera de la moralidad. Y por él pasa todo hombre, porque ante todo, debe
querer ser él mismo, como individuo, y sin ese grado no se explicaría la
moralidad, como sin la estética la lógica carece de sentido. Y el
descubrimiento del valor normativo del grado económico que busca lo hedónico,
tenía que partir de un italiano, de un discípulo de Maquiavelo, que tan
honradamente especuló sobre la virtú, la eficacia práctica, que no
es precisamente la virtud moral.
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It was with a very profound insight that Benedetto
Croce, in his philosophy of the spirit in relation to esthetics as the
science of expression and to logic as the science of pure concept, divided
practical philosophy into two branches—economics and ethics. He recognizes,
in effect, the existence of a practical grade of spirit, purely economical,
directed towards the singular and unconcerned with the universal. Its types
of perfection, of economic genius, are Iago and Napoleon, and this grade
remains outside morality. And every man passes through this grade, because
before all else he must wish to be himself, as an individual, and without
this grade morality would be inexplicable, just as without esthetics logic
would lack meaning. And the discovery of the normative value of the economic
grade, which seeks the hedonic, was not unnaturally the work of an Italian, a
disciple of Machiavelli, who speculated so fearlessly with regard to virtù,
practical efficiency, which is not exactly the same as moral virtue.
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Pero ese grado
económico no es, en el fondo, sino la incoación del religioso. Lo religioso
es lo económico o hedónico trascendental. La religión es una economía o una
hedonística trascendental. Lo que el hombre busca en la religión, en la fe
religiosa, es salvar su propia individualidad, eternizarla, lo que no se
consigue ni con la ciencia, ni con el arte, ni con la moral. Ni ciencia, ni
arte, ni moral nos exigen a Dios; lo que nos exige a Dios es la religión. Y
con muy genial acierto hablan nuestros jesuitas del gran negocio de nuestra
salvación. Negocio, sí, negocio, algo de género económico, hedonístico,
aunque trascendente. Y a Dios no le necesitamos ni para que nos enseñe la
verdad de las cosas, ni su belleza, ni nos asegure la moralidad con penas y
castigos, sino para que nos salve, para que no nos deje morir del todo. Y este
anhelo singular es por ser de todos y de cada uno de los hombres normales
-los anormales por barbarie o por supercultura no entran en cuenta-,
universal y normativo.
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But at bottom this economic grade is but the
rudimentary state of the religious grade. The religious is the transcendental
economic or hedonic. Religion is a transcendental economy and hedonistic.
That which man seeks in religion, in religious faith, is to save his own individuality, to eternalize it, which he achieves neither
by science, nor by art, nor by ethics. God is a necessity neither for
science, nor art, nor ethics; what necessitates God is religion. And with an
insight that amounts to genius our Jesuits speak of the grand business of our
salvation. Business—yes, business; something belonging to the economic,
hedonistic order, although transcendental. We do not need God in order that
He may teach us the truth of things, or the beauty of them, or in order that
He may safeguard morality by means of a system of penalties and punishments,
but in order that He may save us, in order that He may not let us die
utterly. And because this unique longing is the longing of each and every
normal man—those who are abnormal by reason of their barbarism or their
hyperculture may be left out of the reckoning—it is universal and normative.
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Es, pues, la
religión una economía trascendente, o si se Wiere, metafísica. El Universo
tiene para el hombre, junto a sus valores lógico, estético y ético, también
un valor económico, que hecho así universal y normativo, es el valor
religioso. No se trata sólo para nosotros de verdad, belleza y bondad;
trátase también, y ante todo, de salvación del individuo, de perpetuación,
que aquellas normas no nos procuran. La economía llamada política nos enseña
el modo más adecuado, más económico de satisfacer nuestras necesidades, sean
o no racionales, feas o bellas, morales o inmorales -un buen negocio
económico puede ser una estafa o algo que a la larga nos lleve a la muerte-,
y la suprema necesidad humana es la de no morir, la de gozar por
siempre la plenitud de la propia limitación individual. Que si la doctrina
católica eucarísica enseña que la sustancia del cuerpo de Jesucristo está
toda en la hostia consagrada y toda en cada parte de esta, eso quiere decir
que Dios está todo en todo el Universo, y que todo en cada uno de los
individuos que la integran. Y este es, en el fondo, un principio no lógico,
ni estético, ni ético, sino económico trascendente o religioso. Y con esa
norma puede la filosofía juzgar del optimismo y del pesimismo. Si el alma
humana es inmortal, el mundo es económica o hedonísticamente bueno; y si no
lo es, es malo. Y el sentido que a las categorías de bueno y de malo dan
el pesimismo y el optimismo, no es sentido ético, sino un sentido económico o
hedonístico. Es bueno lo que satisface nuestro anhelo vital, y malo aquello
que no lo satisface.
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Religion, therefore, is a transcendental economy, or,
if you like, metaphysic. Together with its logical, esthetic, and ethical
values, the Universe has for man an economic value also, which, when thus
made universal and normative, is the religious value. We are not concerned
only with truth, beauty, and goodness: we are concerned also and above all
with the salvation of the individual, with perpetuation, which those norms do
not secure for us. That science of economy which is called political teaches
us the most adequate, the most economical way of satisfying our needs,
whether these needs are rational or irrational, beautiful or ugly, moral or
immoral—a business economically good may be a swindle, something that in the
long run kills the soul—and the supreme human need is the need of not
dying, the need of enjoying for ever the plenitude of our own individual
limitation. And if the Catholic eucharistic doctrine teaches that the
substance of the body of Jesus Christ is present whole and entire in the
consecrated Host, and in each part of it, this means that God is wholly and
entirely in the whole Universe and also in each one of the
individuals that compose it. And this is, fundamentally, not a logical, nor
an esthetic, nor an ethical principle, but a transcendental economic or
religious principle. And with this norm, philosophy is able to judge of
optimism and pessimism. If the human soul is immortal, the world is
economically or hedonistically good; if not, it is bad. And the meaning
which pessimism and optimism give to the categories of good and evil is not
an ethical sense, but an economic or hedonistic sense. Good is that which
satisfies our vital longing and evil is that which does not satisfy it.
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Es, pues, la
filosofía también ciencia de la tragedia de la vida, reflexión del
sentimiento trágico de ella. Y un ensayo de esta filosofía, con sus
inevitables contradicciones o antinomias íntimas, es lo que he pretendido en
estos ensayos. Y no ha de pasar por alto el lector que he estado operando
sobre mí mismo; que ha sido este un trabajo de autocirugía y sin más
anestésico que el trabajo mismo. El goce de operante ennoblecíame el dolor de
ser operado.
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Philosophy, therefore, is also the science of the
tragedy of life, a reflection upon the tragic sense of it. An essay in this
philosophy, with its inevitable internal contradictions and antinomies, is
what I have attempted in these essays. And the reader must not overlook the
fact that I have been operating upon myself; that this work partakes of the
nature of a piece of self-surgery, and without any other anesthetic than that
of the work itself. The enjoyment of operating upon myself has ennobled the
pain of being operated upon.
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Y en cuanto a mi
otra pretensión, es la de que esto sea filosofía española, tal vez la filosofía
española, de que si un italiano descubre el valor normativo y universal del
grado económico, sea un español el que enuncie que ese grado no es sino el
principio del religioso y que la esencia de nuestra religión, de nuestro
catolicismo español, es precisamente el ser no una ciencia, ni un arte, ni
una moral, sino una economía a lo eterno, o sea a lo divino; que esto sea lo
español, digo, dejo para otro trabajo -este histórico-, el intento siquiera
de justificarlo. Mas por ahora y aun dejando la tradición expresa y externa,
la que se nos muestra en documentos históricos, ¿es que no soy yo un español
-y un español que apenas si ha salido de España-, un producto, por lo tanto,
de la tradición española, de la tradición viva, de la que se transmite en
sentimientos e ideas que sueñan y no en textos que duermen?
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And as for my other claim—the claim that this is a
Spanish philosophy, perhaps the Spanish philosophy, that if it was an
Italian who discovered the normative and universal value of the economic
grade, it is a Spaniard who announces that this grade is merely the beginning
of the religious grade, and that the essence of our religion, of our Spanish
Catholicism, consists precisely in its being neither a science, nor an art,
nor an ethic, but an economy of things eternal—that is to say, of things
divine: as for this claim that all this is Spanish, I must leave the task of
substantiating it to another and an historical work. But leaving aside the
external and written tradition, that which can be demonstrated by reference
to historical documents, is there not some present justification of this
claim in the fact that I am a Spaniard—and a Spaniard who has scarcely ever
been outside Spain; a product, therefore, of the Spanish
tradition of the living tradition, of the tradition which is transmitted in
feelings and ideas that dream, and not in texts that sleep?
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Aparéceseme la
filosofía en el alma de mi pueblo como la expresión de una tragedia íntima
análoga a la tragedia del alma de Don Quijote, como la expresión de una lucha
entre lo que el mundo es, según la razón de la ciencia nos lo muestra, y lo
que queremos que sea, según la fe de nuestra religión nos lo dice? Y en esta
filosofía está el secreto de eso que suele decirse de que somos en el fondo
irreductibles a la Kultura, es decir, que no nos resignamos a ella. No, Don Quijote,
no se resigna ni al mundo ni a su verdad, ni a la ciencia o lógica, ni al
arte o estética, ni a la moral o ética.
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The philosophy in the soul of my people appears to me
as the expression of an inward tragedy analogous to the tragedy of the soul
of Don Quixote, as the expression of a conflict between what the world is as
scientific reason shows it to be, and what we wish that it might be, as our
religious faith affirms it to be. And in this philosophy is to be found the
explanation of what is usually said about us—namely, that we are
fundamentally irreducible to Kultur—or, in other words, that we refuse
to submit to it. No, Don Quixote does not resign himself either to the world,
or to science or logic, or to art or esthetics, or to morality or ethics.
|
«Es que con todo
eso -se me ha dicho más de una vez _ y más que por uno- no conseguirías en
todo caso sino empujar a las gentes al más loco catolicismo.» Y se me ha
acusado de reaccionario y hasta de jesuita. ¡Sea! ¿Y qué? Sí, ya lo sé, ya sé
que es locura querer volver las aguas del río a su fuente, que es el vulgo el
que busca la medicina de sus males en el pasado; pero también sé que todo el
que pelea por un ideal cualquiera, aunque parezca del pasado, empuja el mundo
al porvenir, y que los únicos reaccionarios son los que se encuentran bien en
el presente. Toda supuesta restauración del pasado es hacer porvenir, y si el
pasado ese es un ensueño, algo mal conocido... mejor que mejor. Como siempre,
se marcha al porvenir, el que anda, a él va, aunque marche de espaldas. ¡Y
quién sabe si no es esto mejor!...
|
"And the upshot of all this," so I have been
told more than once and by more than one person, "will be simply that
all you will succeed in doing will be to drive people to the wildest
Catholicism." And I have been accused of being a reactionary and even a
Jesuit. Be it so! And what then? Yes, I know, I know very well, that it is
madness to seek to turn the waters of the river back to their source, and
that it is only the ignorant who seek to find in the past a remedy for their
present ills; but I know too that everyone who fights for any ideal whatever,
although his ideal may seem to lie in the past, is driving the world on to
the future, and that the only reactionaries are those who find themselves at
home in the present. Every supposed restoration of the past is a creation of
the future, and if the past which it is sought to restore is a dream,
something imperfectly known, so much the better. The march, as ever, is
towards the future, and he who marches is getting there, even though he march
walking backwards. And who knows if that is not the better way!...
|
Siéntome con un
alma medieval, y se me antoja que es medieval el alma de mi patria; que ha
atravesado esta, a la fuerza, por el Renacimiento, la Reforma y la
Revolución, aprendiendo, sí, de ellas, pero sin dejarse tocar el alma,
conservando la herencia espiritual de aquellos tiempos que llaman
caliginosos. Y el quijotismo no es sino lo más desesperado de la lucha de la
Edad Media contra el Renacimiento, que salió de ella.
|
I feel that I have within me a
medieval soul, and I believe that the soul of my country is medieval, that it
has perforce passed through the Renaissance, the Reformation, and the
Revolution—learning from them, yes, but without allowing them to touch the
soul, preserving the spiritual inheritance which has come down from what are
called the Dark Ages. And Quixotism is simply the most desperate phase of the
struggle between the Middle Ages and the Renaissance which was the offspring
of the Middle Ages.
|
Y si los unos me
acusaren de servir a una obra de reacción católica, acaso los otros, los
católicos oficiales... Pero estos en España apenas se fijan en cosa alguna ni
se entretienen sino en sus propias disensiones y querellas. ¡Y además, tienen
unas entendederas los pobres!
|
And if some accuse me of subserving the cause of Catholic
reaction, others perhaps, the official Catholics.... But these, in Spain,
trouble themselves little about anything, and are interested only in their
own quarrels and dissensions. And besides, poor folk, they have neither eyes
nor ears!
|
Pero es que mi obra
-iba a decir mi misión- es quebrantar la fe de unos y de otros y de los
terceros, la fe en la negación y la fe en la abstención, y esto por fe en la
fe misma; es combatir a todos los que se resignan, sea el catolicismo, sea el
racionalismo, sea el agnosticismo: es hacer que vivan todos inquietos y
anhelantes.
|
But the truth is that my work—I was going to say my
mission—is to shatter the faith of men here, there, and everywhere, faith in
affirmation, faith in negation, and faith in abstention from faith, and this
for the sake of faith in faith itself; it is to war against all those who
submit, whether it be to Catholicism, or to rationalism, or to agnosticism;
it is to make all men live the life of inquietude and passionate desire.
|
¿Será esto eficaz?
¿Pero es que creía Don Quijote acaso en la eficacia inmediata aparencial de
su obra? Es muy dudoso, y por lo menos no volvió, por si acaso, a acuchillar
segunda vez su celada. Y numerosos pasajes de su historia delatan que no
creía gran cosa conseguir de momento su propósito de restaurar la caballería
andante. ¿Y qué importaba si así vivía él y se inmortalizaba? Y debió de
adivinar, y adivinó de hecho, otra más alta eficacia de aquella su obra, cual
era la que ejercería en cuanto con piadoso espíritu leyesen sus hazañas.
|
Will this work be efficacious? But did Don Quixote
believe in the immediate apparential efficacy of his work? It is very
doubtful, and at any rate he did not by any chance put his visor to the test
by slashing it a second time. And many passages in his history show that he
did not look with much confidence to the immediate success of his design to
restore knight-errantry. And what did it matter to him so long as thus he
lived and immortalized himself? And he must have surmised, and did in fact
surmise, that his work would have another and higher efficacy, and that was
that it would ferment in the minds of all those who in a pious spirit read of
his exploits.
|
Don Quijote se puso
en ridículo, ¿pero conoció acaso el más trágico ridículo, el ridículo
reflejo, el que uno hace ante sí mismo, a sus propios ojos del alma?
Convertid el campo de batalla de Don Quijote a su propia alma; ponedle
luchando en ella por salvar a la Edad Media del Renacimiento, por no perder
su tesoro de la infancia; haced de él un Don Quijote interior -con su Sancho,
un Sancho también interior y también heroico, al lado- y decidme de la
tragedia cómica.
|
Don Quixote made himself ridiculous;
but did he know the most tragic ridicule of all, the inward ridicule, the
ridiculousness of a man′s self to himself, in the eyes of his own soul?
Imagine Don Quixote′s battlefield to be his own soul; imagine him to be
fighting in his soul to save the Middle Ages from the Renaissance, to
preserve the treasure of his infancy; imagine him an inward Don Quixote, with
a Sancho, at his side, inward and heroical too—and tell me if you find
anything comic in the tragedy.
|
¿Y qué ha dejado
Don Quijote?, diréis. Y yo os diré que se ha dejado a sí mismo, y que un
hombre, un hombre vivo y eterno, vale por todas las teorías y por todas las
filosofías. Otros pueblos nos han dejado sobre todo instituciones, libros;
nosotros hemos dejado almas. Santa Teresa vale por cualquier instituto, por
cualquier Crítica de la razón pura.
|
And what has Don Quixote left, do you ask? I answer, he
has left himself, and a man, a living and eternal man, is worth all theories
and all philosophies. Other peoples have left chiefly institutions, books; we
have left souls; St. Teresa is worth any institution, any Critique of Pure
Reason.
|
Es que Don Quijote
se convirtió. Sí, para morir el pobre. Pero el otro, el real, el que se quedó
y vive entre nosotros, ese sigue alentándonos con su aliento, ese no se
convirtió, ese sigue animándonos a que nos pongamos en ridículo, ese no debe
morir. Y el otro, el que se convirtió para morir, pudo haberse convertido
porque fue loco y fue su locura, y no su muerte ni su conservación, lo que lo
inmortalizó mereciéndole el perdón del delito de haber nacido. Felix culpa!
Y no se curó tampoco, sino que cambió de locura. Su muerte fue su última
aventura caballeresca; con ella forzó el cielo, que padece fuerza.
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But Don Quixote was converted. Yes—and died, poor soul.
But the other, the real Don Quixote, he who remained on earth and lives
amongst us, animating us with his spirit—this Don Quixote was not converted,
this Don Quixote continues to incite us to make ourselves ridiculous, this
Don Quixote must never die. And the conversion of the other Don Quixote—he
who was converted only to die—was possible because he was mad, and it was his
madness, and not his death nor his conversion that immortalized him, earning
him forgiveness for the crime of having been born. Felix culpa! And
neither was his madness cured, but only transformed. His death was his last
knightly adventure; in dying he stormed heaven, which suffereth violence.
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Murió aquel Don
Quijote y bajó a los infiernos, y entró en ellos lanza en ristre, y libertó a
los condenados todos, como a los galeotes, y cerró sus puertas, y quitando de
ellas el rótulo que allí viera el Dante puso uno que decía: ¡viva la
esperanza!, y escoltado por los libertados, que de él se reían, se fue al
cielo. Y Dios se rió paternalmente de él y esta risa divina le llenó de
felicidad eterna el alma.
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This mortal Don Quixote died and descended into hell,
which he entered lance on rest, and freed all the condemned, as he had freed
the galley slaves, and he shut the gates of hell, and tore down the scroll
that Dante saw there and replaced it by one on which was written "Long live hope!" and escorted by those whom he had freed, and
they laughing at him, he went to heaven. And God laughed paternally at him,
and this divine laughter filled his soul with eternal happiness.
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Y el otro Don
Quijote se quedó aquí, entre nosotros, luchando a la desesperada. ¿Es que su
lucha no arranca de desesperación? ¿Por qué entre las palabras que el inglés
ha tomado a nuestra lengua figura entre siesta, camarilla, guerrilla y otras,
la de desperado, esto es, desesperado? Este Quijote interior que os
decía, consciente de su propia trágica comicidad, ¿no es un desesperado? Un desperado, sí, como Pizarro y como Loyola. Pero
«es la desesperación dueña de los imposibles», nos enseña Salazar y Torres
(en Elegir al enemigo, act. I), y es de la desesperación y sólo de
ella de donde nace la esperanza heroica, la esperanza absurda, la esperanza
loca. Spero quia absurdum, debía decirse, más bien que credo.
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And the other Don Quixote remained here amongst us,
fighting with desperation. And does he not fight out of despair? How is it
that among the words that English has borrowed from our language, such as siesta,
camarilla, guerrilla, there is to be found this worddesperdo? Is
not this inward Don Quixote that I spoke of, conscious of his own tragic
comicness, a man of despair (desesperado). A desperado—yes,
like Pizarro and like Loyola. But "despair is the master of
impossibilities," as we learn from Salazar y Torres (Elegir al
enemigo, Act I.), and it is despair and despair alone that begets heroic
hope, absurd hope, mad hope. Spero quia absurdum, it ought to have
been said, rather thancredo.
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Y Don Quijote, que
estaba solo, buscaba más soledad aún, buscaba las soledades de la Peña Pobre
para entregarse allí, a solas, sin testigos, a mayores disparates en que
desahogar el alma. Pero no estaba tan solo, pues le acompaña Sancho, Sancho
el bueno, Sancho el creyente, Sancho el sencillo. Sí, como dicen algunos, Don
Quijote murió en España y queda Sancho, estamos salvados, porque Sancho se
hará, muerto su amo, caballero andante. Y en todo caso, espera otro caballero
loco a quien seguir de nuevo.
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And Don Quixote, who lived in solitude, sought more
solitude still; he sought the solitudes of the Peña Pobre, in order that
there, alone, without witnesses, he might give himself up to greater follies
with which to assuage his soul. But he was not quite alone, for Sancho
accompanied him—Sancho the good, Sancho the believing, Sancho the simple. If,
as some say, in Spain Don Quixote is dead and Sancho lives, then we are
saved, for Sancho, his master dead, will become a knight-errant himself. And
at any rate he is waiting for some other mad knight to follow again.
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Hay también una
tragedia de Sancho. Aquel, el otro, el que anduvo con el Don Quijote que
murió no consta que muriese, aunque hay quien cree que murió loco de remate,
pidiendo la lanza y creyendo que había sido verdad cuanto su amo abominó por
mentira en su lecho de muerte y de conversión. Pero tampoco consta que
murieran ni el bachiller Sansón Carrasco, ni el cura, ni el barbero, ni los
duques y canónigos, y con estos es con los que tiene que luchar el heroico
Sancho.
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And there is also a tragedy of Sancho. The other
Sancho, the Sancho who journeyed with the mortal Don Quixote—it is not
certain that he died, although some think that he died hopelessly mad,
calling for his lance and believing in the truth of all those things which
his dying and converted master had denounced and abominated as lies. But
neither is it certain that the bachelor Sansón Carrasco, or the curate, or
the barber, or the dukes and canons are dead, and it is
with these that the heroical Sancho has to contend.
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Solo anduvo Don
Quijote, solo con Sancho, solo con su soledad. ¿No andaremos también solos
sus enamorados, forjándonos una España quijotesca que sólo en nuestro magín
existe?
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Don Quixote journeyed alone, alone with Sancho, alone
with his solitude. And shall we not also journey alone, we his lovers,
creating for ourselves a Quixotesque Spain which only exists in our
imagination?
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Y volverá a
preguntársenos: ¿qué ha dejado a la Kulura Don Quijote? Y diré: ¡el
quijotismo, y no es poco! Todo un método, toda una epistemología, toda una
estéica, toda una lógica, toda una ética, toda una religión sobre todo, es
decir, toda una economía a lo eterno y lo divino, toda una esperanza en lo
absurdo racional.
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And again we shall be asked: What has Don Quixote
bequeathed to Kultur? I answer: Quixotism, and that is no little
thing! It is a whole method, a whole epistemology, a whole esthetic, a whole
logic, a whole ethic—above all, a whole religion—that is to say, a whole
economy of things eternal and things divine, a whole hope in what is
rationally absurd.
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¿Por qué peleó Don
Quijote? Por Dulcinea, por la gloria, por vivir, por sobrevivir. No por Iseo,
que es la carne eterna; no por Beatriz, que es la teología; no por Margarita,
que es el pueblo; no por Helena, que es la cultura. Peleó por Dulcinea, y la
logró, pues que vive.
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For what did Don Quixote fight? For Dulcinea, for
glory, for life, for survival. Not for Iseult, who is the eternal flesh; not
for Beatrice, who is theology; not for Margaret, who is the people; not for
Helen, who is culture. He fought for Dulcinea, and he won her, for he lives.
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Y lo más grande de
él fue haber sido burlado y vencido, porque siendo vencido es como vencía:
dominaba al mundo dándole que reír de él.
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And the greatest thing about him was his having been
mocked and vanquished, for it was in being overcome that he overcame; he
overcame the world by giving the world cause to laugh at him.
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¿Y hoy? Hoy siente
su propia comicidad y la vanidad de su esfuerzo en cuanto a lo temporal; se
ve desde fuera -la cultura le ha enseñado a objetivarse, esto es, a
enajenarse en vez de ensimismarse-, y al verse desde fuera, se ríe de sí
mismo, pero amargamente. El personaje más trágico acaso fuese un Margutte
íntimo, que, como el de Pulci, muera reventando de risa, pero de risa de sí
mimo. E riderá in eterno, reirá eternamente, dijo de Margutte el
ángel Gabriel. ¿No oís la risa de Dios?
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And to-day? To-day he feels his own comicness and the
vanity of his endeavours so far as their temporal results are concerned; he
sees himself from without—culture has taught him to objectify himself, to
alienate himself from himself instead of entering into himself—and in seeing
himself from without he laughs at himself, but with a bitter laughter.
Perhaps the most tragic character would be that of a Margutte of the inner
man, who, like the Margutte of Pulci, should die of laughter, but of laughter
at himself. E riderá in eterno, he will laugh for all eternity, said
the Angel Gabriel of Margutte. Do you not hear the laughter of God?
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Don Quijote el
mortal, al morir, comprendió su propia comicidad, y lloró sus pecados, pero
el inmortal, comprendiéndola se sobrepone a ella y la vence sin desecharla.
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The mortal Don Quixote, in dying, realized his own
comicness and bewept his sins; but the immortal Quixote,
realizing his own comicness, superimposes himself upon it and triumphs over
it without renouncing it.
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Y Don Quijote no se
rinde, porque no es pesimista, y Pelea. No es pesimista porque el pesimismo
es hijo de la vanidad, es cosa de moda, puro snobismo,y Don Quijote nies vano ni vanidoso, ni
moderno de ninguna modernidad -menos modernista-, y no entiende qué es eso de
snob mientras no se lo digan en cristiano viejo español. No es
pesimista Don Quijote, porque como no entiende qué sea eso de la joie de
vivre,no entiende de su
contrario. Ni entiende de tonterías futuristas tampoco. A pestar de Clavileño,
no ha llegado al aeroplano, que parece querer alejar del cielo a no pocos
atolondrados. Don Quijote no ha llegado a la edad del tedio de la vida, que
suele traducirse en esa tan característica topofobia de no pocos espíritus
modernos, que se pasan la vida corriendo a todo correr de un lado para otro,
y no por amor a aquel adonde van, sino por odio a aquel otro de donde vienen,
huyendo de todos. Lo que es una de las formas de la desesperación.
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And Don Quixote does not surrender, because he is not a
pessimist, and he fights on. He is not a pessimist, because pessimism is
begotten by vanity, it is a matter of fashion, pure intellectual snobbism,
and Don Quixote is neither vain nor modern with any sort of modernity (still
less is he a modernist), and he does not understand the meaning of the word
"snob" unless it be explained to him in old Christian Spanish. Don
Quixote is not a pessimist, for since he does not understand what is meant by
the joie de vivre he does not understand its opposite. Neither does he
understand futurist fooleries. In spite of Clavileño, he has not got as far
as the aeroplane, which seems to tend to put not a few fools at a still
greater distance from heaven. Don Quixote has not arrived at the age of the
tedium of life, a condition that not infrequently takes the form of that
topophobia so characteristic of many modern spirits, who pass their lives
running at top speed from one place to another, not from any love of the
place to which they are going, but from hatred of the place they are leaving behind,
and so flying from all places: which is one of the forms of despair.
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Pero Don Quijote
oye ya su propia risa, oye la risa divina, y como no es pesimista, como cree
en la vida eterna, tiene que pelear, arremetiendo contra la
ortodoxia inquisitorial científica moderna por traer una nueva e imposible Edad
Media, dualística, contradictoria, apasionada. Como un nuevo Savonarola,
Quijote italiano de fines del siglo xv, pelea contra esa Edad Moderna que
abrió Maquiavelo y que acabará cómicamente. Pelea contra el racionalismo
heredado del XVIII. La paz de la conciencia, la conciliación entre la razón y
la fe, gracias a Dios providente, no cabe. El mundo tiene que ser como Don
Quijote quiere y las ventas tienen que ser castillos, y peleará con él y
será, al parecer, vencido, pero vencerá al ponerse en ridículo. Y se vencerá
riéndose de sí mismo y haciéndose reír.
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But Don Quixote hears his own laughter, he hears the
divine laughter, and since he is not a pessimist, since he believes in life
eternal, he has to fight, attacking the modern, scientific, inquisitorial
orthodoxy in order to bring in a new and impossible Middle Age, dualistic,
contradictory, passionate. Like a new Savonarola, an Italian Quixote of the
end of the fifteenth century, he fights against this Modern Age that began
with Machiavelli and that will end comically. He fights against the
rationalism inherited from the eighteenth century. Peace of
mind, reconciliation between reason and faith—this, thanks to the providence
of God, is no longer possible. The world must be as Don Quixote wishes it to
be, and inns must be castles, and he will fight with it and will, to all
appearances, be vanquished, but he will triumph by making himself ridiculous.
And he will triumph by laughing at himself and making himself the object of
his own laughter.
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«La razón habla y
el sentido muerde», dijo el Petrarca; pero también la razón muerde, y muerde
en el cogollo del corazón. Y no hay más calor a más luz. «¡Luz, luz, más luz
todavía!», dicen que dijo Goethe moribundo. No, calor, calor, más calor
todavía, que nos morimos de frío y no de oscuridad. La noche no mata; mata el
hielo. Y hay que libertar a la princesa encantada y destruir el retablo de Maese
Pedro.
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"Reason speaks and feeling bites" said
Petrarch; but reason also bites and bites in the inmost heart. And more light
does not make more warmth. "Light, light, more light!" they tell us
that the dying Goethe cried. No, warmth, warmth, more warmth! for we die of
cold and not of darkness. It is not the night kills, but the frost. We must
liberate the enchanted princess and destroy the stage of Master Peter.
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¿Y no habrá también
pedantería. Dios mío, en esto de creerse uno burlado y haciendo el Quijote?
Los regenerados (Opvakte)desean que el mundo impío se burle de
ellos para estar seguros de ser regenerados, puesto que son burlados, y gozar
la ventaja de poder quejarse de la impiedad del mundo, dijo Kierkegaard (Afsluttende
uvidenskabelig Efterskrift, II, Afsnit II, cap. IV, sect. II B).
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But God! may there not be pedantry too in thinking
ourselves the objects of mockery and in making Don Quixotes of ourselves?
Kierkegaard said that the regenerate (Opvakte) desire that the wicked
world should mock at them for the better assurance of their own regeneracy,
for the enjoyment of being able to bemoan the wickedness of the world (Afsluttende
uvidenskabelig Efterskrift, ii., Afsnit ii., cap. 4, sect. 2, b).
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¿Cómo escapar a una
u otra pedantería, o una u otra afectación, si el hombre natural no es sino
un mito, y somos artificiales todos?
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The question is, how to avoid the one or the other
pedantry, or the one or the other affectation, if the natural man is only a
myth and we are all artificial.
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¡Romanticismo! Sí,
acaso sea esa, en parte, la palabra. Y nos sirve más y mejor por su impresión
misma. Contra eso, contra el romanticismo, se ha desencadenado recientemente,
sobre todo en Francia, la pedantería racionalista y clasicista. ¿Que él, que
el romanticismo, es otra pedantería, la pedantería sentimental? Tal vez. En
este mundo un hombre culto, o es dilettanteo es pedante; a escoger,
pues. Sí, pedantes acaso René y Adolfo Obermann y Larra... El caso es buscar
consuelo en el desconsuelo.
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Romanticism! Yes, perhaps that is partly the word. And
there is an advantage in its very lack of precision. Against romanticism the
forces of rationalist and classicist pedantry, especially in France, have
latterly been unchained. Romanticism itself is merely another form of
pedantry, the pedantry of sentiment? Perhaps. In this world a man of culture
is either a dilettante or a pedant: you have to take your choice. Yes, René
and Adolphe and Obermann and Lara, perhaps they were all pedants....
The question is to seek consolation in disconsolation.
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Ala filosofía de
Bergson, que es una restauración espiritualista, en el fondo mística,
medieval, quijotesca, se la ha llamado filosofía demi-mondaine. Quitadle
el demi; mondaine, mundana. Mundana, sí, para el mundo y no para los
filósofos, como no debe ser la química para los químicos solos. El mundo
quiere ser engañado -mundus vult decipi-, o con el engaño de antes
de la razón, que es la poesía, con el engaño de después de ella, que es la
religión. Y ya dijo Maquiavelo que quien quisiera engañar, encontrará siempre
quien deje que le engañen. ¡Y bienaventurados los que hacen el primo! Un
francés, Jules de Gaultier, dijo que el privilegio de su pueblo, era n′étre
pas dupe, no hacer el primo. ¡Triste privilegio!
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The philosophy of Bergson, which is a spiritualist
restoration, essentially mystical, medieval, Quixotesque, has been called a demi-mondaine
philosophy. Leave out the demi; call it mondaine, mundane.
Mundane—yes, a philosophy for the world and not for philosophers, just as
chemistry ought to be not for chemists alone. The world desires illusion (mundus
vult decipi)—either the illusion antecedent to reason, which is poetry,
or the illusion subsequent to reason, which is religion. And Machiavelli has
said that whosoever wishes to delude will always find someone willing to be
deluded. Blessed are they who are easily befooled! A Frenchman, Jules de
Gaultier, said that it was the privilege of his countrymenn′être pas dupe—not
to be taken in. A sorry privilege!
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La ciencia no le da
a Don Quijote lo que este le pide. «¡Que no le pida eso -dirán-; que se
resigne, que acepte la vida y la verdad como son!» Pero él no la acepta así,
y pide señales, a lo que le mueve Sancho, que está a su lado. Y no es que Don
Quijote no comprenda lo que comprende quien así le habla, el que procura
resignarse y aceptar la vida y la verdad racionales. No; es que sus
necesidades efectivas son mayores. ¿Pedantería? ¡Quién sabe!...
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Science does not give Don Quixote what he demands of
it. "Then let him not make the demand," it will be said, "let
him resign himself, let him accept life and truth as they are." But he
does not accept them as they are, and he asks for signs, urged thereto by
Sancho, who stands by his side. And it is not that Don Quixote does not
understand what those understand who talk thus to him, those who succeed in
resigning themselves and accepting rational life and rational truth. No, it
is that the needs of his heart are greater. Pedantry? Who knows!...
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Y en este siglo
crítico, Don Quijote, que se ha contaminado de cristicismo también, tiene que
arremeter contra sí mismo, víctima de intelectualismo y de sentimentalismo, y
que cuando quiere ser más espontáneo, más afectado aparece. Y quiere el pobre
racionalizar lo irracional e irracionalizar lo racional. Y cae en la
desesperación ínima del siglo crítico de que fueron las dos más grandes
víctimas Nietzsche y Tolstoi. Y por desgracia entra en el furor heroico de
que hablaba aquel Quijote del pensamiento que escapó al claustro, Giordano
Bruno, y se hace despertador de las almas que duermen,dormitantium
animorum excubitor, como dijo de sí mismo el ex dominicano, el que
escribió: «El amor heroico es propio de las naturalezas superiores llamadas
insanas -in-sane-,no porque no saben -non sanno-, sino
porque sobresaben -soprasanno. »
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And in this critical century, Don Quixote, who has also
contaminated himself with criticism, has to attack his own self, the victim
of intellectualism and of sentimentalism, and when he wishes to be most
spontaneous he appears to be most affected. And he wishes, unhappy man, to
rationalize the irrational and irrationalize the rational. And he sinks into
the despair of the critical century whose two greatest victims were Nietzsche
and Tolstoi. And through this despair he reaches the heroic
fury of which Giordano Bruno spoke—that intellectual Don Quixote who escaped
from the cloister—and becomes an awakener of sleeping souls (dormitantium
animorum excubitor), as the ex-Dominican said of himself—he who wrote:
"Heroic love is the property of those superior natures who are called
insane (insano) not because they do not know (no sanno), but
because they over-know (soprasanno)."
|
Pero Bruno creía en
el triunfo de sus doctrinas, o por lo menos al pie de su estatua, en el Campo
dei Fiori, frente al Vaticano, han puesto que se la ofrece el siglo por él
adivinado, il secolo da lui divinato. Mas nuestro Don Quijote, el
redivivo, el interior, el consciente de su propia comicidad, no cree que
triunfen sus doctrinas en este mundo porque no son de él. Y es mejor que no
triunfen. Y si le quisiera hacer a Don Quijote rey, se retiraría solo, al
monte, huyendo de las turbas regificientes y regicidas, como se retiró solo
al monte el Cristo cuando, después del milagro de los peces y los panes, le
quisieron proclamar rey. Dejó el título de rey para encima de la cruz.
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But Bruno believed in the triumph of his doctrines; at
any rate the inscription at the foot of his statue in the Campo dei Fiori,
opposite the Vatican, states that it has been dedicated to him by the age
which he had foretold (il secolo da lui divinato). But our Don
Quixote, the inward, the immortal Don Quixote, conscious of his own
comicness, does not believe that his doctrines will triumph in this world,
because they are not of it. And it is better that they should not triumph.
And if the world wished to make Don Quixote king, he would retire alone to
the mountain, fleeing from the king-making and king-killing crowds, as Christ
retired alone to the mountain when, after the miracle of the loaves and
fishes, they sought to proclaim him king. He left the title of king for the
inscription written over the Cross.
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¿Cuál es, pues, la
nueva misión de Don Quijote hoy en este mundo? Clamar, clamar en el desierto.
Pero el desierto oye, aunque no oigan los hombres, y un día se convertirá en
selva sonora, y esa voz solitaria que va posando en el desierto como semilla,
dará un cedro gigantesco que con sus cien mil leguas cantará un hosanna
eterno al Señor de la vida y de la muerte.
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What, then, is the new mission of Don Quixote, to-day,
in this world? To cry aloud, to cry aloud in the wilderness. But though men
hear not, the wilderness hears, and one day it will be transformed into a
resounding forest, and this solitary voice that goes scattering over the
wilderness like seed, will fructify into a gigantic cedar, which with its
hundred thousand tongues will sing an eternal hosanna to the Lord of life and
of death.
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Y vosotros ahora,
bachilleres Carrascos del regeneracionismo europeizante, jóvenes que
trabajáis a la europea, con método y crítica... científicos, haced riqueza,
haced patria, haced arte, haced ciencia, haced ética, haced o más bien
traducid sobre todo Kultura, que así mataréis a la vida y a la muerte. ¡Para
lo que ha de durarnos todo!...
|
And now to you, the younger generation, bachelor
Carrascos of a Europeanizing regenerationism, you who are working after the
best European fashion, with scientific method and criticism, to you I say:
Create wealth, create nationality, create art, create science, create ethics,
above all create—or rather, translate—Kultur, and thus kill in yourselves both life and death. Little will it all
last you!...
|
Y con esto se acaban
ya-¡ ya era hora!-, por ahora al menos, estos ensayos sobre el sentimiento
trágico de la vida en los hombres y en los pueblos, o por lo menos en mí -que
soy hombre- y en el alma de mi pueblo, tal como en la mía se refleja.
|
And with this I conclude—high time that I did!—for the
present at any rate, these essays on the tragic sense of life in men and in
peoples, or at least in myself—who am a man—and in the soul of my people as
it is reflected in mine.
|
Espero, lector, que
mientras dure nuestra tragedia, en algún entreacto, volvamos a encontrarnos.
Y nos reconoceremos. Y perdona si te he molestado más de lo debido e
inevitable, más de lo que, al tomar la pluma para distraerte un poco de tus
ilusiones, me propuse. ¡Y Dios no te dé paz y sí gloria!
En Salamanca, año de
gracia de 1912.
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I hope, reader, that some time while our tragedy is
still playing, in some interval between the acts, we shall meet again. And we
shall recognize one another. And forgive me if I have troubled you more than was
needful and inevitable, more than I intended to do when I took up my pen
proposing to distract you for a while from your distractions. And may God
deny you peace, but give you glory!
SALAMANCA, In the year
of grace 1912.
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