Miguel de Cervantes Saaveddra

La española inglesa

The Spanish-English Lady

Entre los despojos que los ingleses llevaron de la ciudad de Cádiz, Clotaldo, un caballero inglés, capitán de una escuadra de navíos, llevó a Londres una niña de edad de siete años, poco más o menos; y esto contra la voluntad y sabiduría del conde de Leste, que con gran diligencia hizo buscar la niña para volvérsela a sus padres, que ante él se quejaron de la falta de su hija, pidiéndole que, pues se contentaba con las haciendas y dejaba libres las personas, no fuesen ellos tan desdichados que, ya que quedaban pobres, quedasen sin su hija, que era la lumbre de sus ojos y la más hermosa criatura que había en toda la ciudad. Among the spoils which the English carried off from the city of Cadiz, was a little girl of about seven years old. An English gentleman, named Clotald, commander of a squadron of vessels, took her to London without the knowledge of the Earl of Essex, and in defiance of his general orders. The parents complained to the earl of the loss of their child, and implored him, since he had declared that property alone should be seized, and the persons of the inhabitants should be left free, they should not, besides being reduced to poverty, suffer the additional misery of being deprived of their daughter, who was the very light of their eyes.
Mandó el conde echar bando por toda su armada que, so pena de la vida, volviese la niña cualquiera que la tuviese; mas ningunas penas ni temores fueron bastantes a que Clotaldo la obedeciese; que la tenía escondida en su nave, aficionado, aunque cristianamente, a la incomparable hermosura de Isabel, que así se llamaba la niña. Finalmente, sus padres se quedaron sin ella, tristes y desconsolados, y Clotaldo, alegre sobremodo, llegó a Londres y entregó por riquísimo despojo a su mujer a la hermosa niña. The earl caused it to be proclaimed throughout his whole army, that whoever had possession of the child, should restore her on pain of death; but no threatened penalties could constrain Clotald to obey; in spite of them, he kept the child concealed in his ship, being fascinated, though in a Christian manner, with the incomparable beauty of Isabella, as she was called. In fine, her inconsolable parents were left to mourn her loss, and Clotald, rejoicing beyond measure, returned to London, and presented the pretty child to his wife, as the richest prize he had brought home from the war.
Quiso la buena suerte que todos los de la casa de Clotaldo eran católicos secretos, aunque en lo público mostraban seguir la opinión de su reina. Tenía Clotaldo un hijo llamado Ricaredo, de edad de doce años, enseñado de sus padres a amar y temer a Dios y a estar muy entero en las verdades de la fe católica. Catalina, la mujer de Clotaldo, noble, cristiana y prudente señora, tomó tanto amor a Isabel que, como si fuera su hija, la criaba, regalaba e industriaba; y la niña era de tan buen natural, que con facilidad aprendía todo cuanto le enseñaban. Con el tiempo y con los regalos, fue olvidando los que sus padres verdaderos le habían hecho; pero no tanto que dejase de acordarse y de suspirar por ellos muchas veces; y, aunque iba aprendiendo la lengua inglesa, no perdía la española, porque Clotaldo tenía cuidado de traerle a casa secretamente españoles que hablasen con ella. Desta manera, sin olvidar la suya, como está dicho, hablaba la lengua inglesa como si hubiera nacido en Londres. It happened fortunately that all the members of Clotald′s household were catholics in secret, though in public they affected to follow the religion of the state. Clotald had a son about twelve years old, named Richard, who was brought up by his parents to love and fear God, and to be very stedfast in the truths of the catholic faith. Catherine, the wife of Clotald, a noble, Christian, and prudent lady, conceived such an affection for Isabella, that she reared her as if she was her own daughter; and the child was so well endowed by nature, that she readily learned all they taught her. Time and the kind treatment she received, gradually wore out from her recollection that which her parents had bestowed upon her; not so much so, however, but that she often thought of them with a sigh. Though she learned English, she did not forget her native tongue, for Clotald took care to bring Spaniards secretly to his house to converse with her, and thus it was, that without ceasing to speak Spanish, she became as proficient in English as if she had been born in London.
Después de haberle enseñado todas las cosas de labor que puede y debe saber una doncella bien nacida, la enseñaron a leer y escribir más que medianamente; pero en lo que tuvo estremo fue en tañer todos los instrumentos que a una mujer son lícitos, y esto con toda perfección de música, acompañándola con una voz que le dio el cielo, tan estremada que encantaba cuando cantaba. After having learned all kinds of work becoming a young lady of good birth, she was taught to read and write more than passably well; but what she excelled in above all, was in playing all sorts of instruments suitable to her sex, with extraordinary perfection of musical taste and skill, and with the accompaniment of a voice which Heaven had endowed with such melody that when she chanted she enchanted.
Todas estas gracias, adqueridas y puestas sobre la natural suya, poco a poco fueron encendiendo el pecho de Ricaredo, a quien ella, como a hijo de su señor, quería y servía. Al principio le salteó amor con un modo de agradarse y complacerse de ver la sin igual belleza de Isabel, y de considerar sus infinitas virtudes y gracias, amándola como si fuera su hermana, sin que sus deseos saliesen de los términos honrados y virtuosos. Pero, como fue creciendo Isabel, que ya cuando Ricaredo ardía tenía doce años, aquella benevolencia primera y aquella complacencia y agrado de mirarla se volvió en ardentísimos deseos de gozarla y de poseerla: no porque aspirase a esto por otros medios que por los de ser su esposo, pues de la incomparable honestidad de Isabela (que así la llamaban ellos) no se podía esperar otra cosa, ni aun él quisiera esperarla, aunque pudiera, porque la noble condición suya, y la estimación en que a Isabela tenía, no consentían que ningún mal pensamiento echase raíces en su alma. All these graces, natural and acquired, gradually inflamed the heart of Richard, whom she loved and respected as the son of her lord. At first his affection for her was like that of a brother for a sister, but when she reached her twelfth year, this feeling had changed into a most ardent desire to possess her, but only in the honourable way of becoming her lawful spouse; for Isabella′s incomparable virtue made it hopeless to obtain her in any other way, nor would he have done so even, if he could, for his own noble disposition, and the high estimation in which he held her, forbade any bad thought to take root in his soul.
Mil veces determinó manifestar su voluntad a sus padres, y otras tantas no aprobó su determinación, porque él sabía que le tenían dedicado para ser esposo de una muy rica y principal doncella escocesa, asimismo secreta cristiana como ellos. Y estaba claro, según él decía, que no habían de querer dar a una esclava (si este nombre se podía dar a Isabela) lo que ya tenían concertado de dar a una señora. Y así, perplejo y pensativo, sin saber qué camino tomar para venir al fin de su buen deseo, pasaba una vida tal, que le puso a punto de perderla. Pero, pareciéndole ser gran cobardía dejarse morir sin intentar algún género de remedio a su dolencia, se animó y esforzó a declarar su intento a Isabela. A thousand times he determined to make known his passion to his father and mother, and as often broke his resolution, knowing that they had destined him to be the husband of a young Scotch lady of great wealth and good family, who, like themselves, secretly professed the catholic faith; and it seemed clear to him, that after having betrothed him to a lady of rank, they would not think of bestowing him on a slave, if that name could be applied to Isabella. Agitated by these distressing reflections, not knowing what course to pursue or whom to consult, he fell into a melancholy that nearly cost him his life. But thinking it was a very cowardly thing to let himself die without making any kind of effort for his own relief, he strove to gather up courage enough to declare his feelings to Isabella.
Andaban todos los de casa tristes y alborotados por la enfermedad de Ricaredo, que de todos era querido, y de sus padres con el estremo posible, así por no tener otro, como porque lo merecía su mucha virtud y su gran valor y entendimiento. No le acertaban los médicos la enfermedad, ni él osaba ni quería descubrírsela. En fin, puesto en romper por las dificultades que él se imaginaba, un día que entró Isabela a servirle, viéndola sola, con desmayada voz y lengua turbada le dijo: Everybody in the house was grieved for Richard′s illness for he was beloved by them all, and by his parents to the utmost degree, both because he was their only child, and because his virtues, his worth, and good sense deserved all their affection. The physicians could not make out the nature of his complaint, nor could he himself venture to declare it. At last, one day when Isabella entered his room alone, to attend upon him, he said to her, with a faltering voice and stammering tongue, keep my spirits buoyant until the happy day arrives."
Hermosa Isabela, tu valor, tu mucha virtud y grande hermosura me tienen como me vees; si no quieres que deje la vida en manos de las mayores penas que pueden imaginarse, responda el tuyo a mi buen deseo, que no es otro que el de recebirte por mi esposa a hurto de mis padres, de los cuales temo que, por no conocer lo que yo conozco que mereces, me han de negar el bien que tanto me importa. Si me das la palabra de ser mía, yo te la doy, desde luego, como verdadero y católico cristiano, de ser tuyo; que, puesto que no llegue a gozarte, como no llegaré, hasta que con bendición de la Iglesia y de mis padres sea, aquel imaginar que con seguridad eres mía será bastante a darme salud y a mantenerme alegre y contento hasta que llegue el felice punto que deseo. "Lovely Isabella, your worth, your great virtue, and exceeding beauty, have brought me to the state you see; if you would not have me perish in the worst agonies that can be imagined, say that you return the love I feel for you, and consent to my fondest desire, which is to make you secretly my wife; for I fear that my parents, not knowing your merits as I do, would refuse me a blessing to me so indispensable. If you will give me your word to be mine, I here pledge you my own, as a true catholic Christian, to be yours; and though our union be deferred, as deferred it shall be until it can take place with the church′s sanction and that of my parents, yet the thought that you will surely be mine, will be enough to restore me to health, and to keep my spirits buoyant until the happy day arrives.
En tanto que esto dijo Ricaredo, estuvo escuchándole Isabela, los ojos bajos, mostrando en aquel punto que su honestidad se igualaba a su hermosura, y a su mucha discreción su recato. Y así, viendo que Ricaredo callaba, honesta, hermosa y discreta, le respondió desta suerte: Whilst Richard was speaking, Isabella stood with downcast eyes, and when he had ceased, she replied with equal modesty and good sense, "
Después que quiso el rigor o la clemencia del cielo, que no sé a cuál destos estremos lo atribuya, quitarme a mis padres, señor Ricaredo, y darme a los vuestros, agradecida a las infinitas mercedes que me han hecho, determiné que jamás mi voluntad saliese de la suya; y así, sin ella tendría no por buena, sino por mala fortuna la inestimable merced que queréis hacerme. Si con su sabiduría fuere yo tan venturosa que os merezca, desde aquí os ofrezco la voluntad que ellos me dieren; y, en tanto que esto se dilatare o no fuere, entretengan vuestros deseos saber que los míos serán eternos y limpios en desearos el bien que el cielo puede daros. Ever since Heaven, in its anger or its mercy (I know not which), withdrew me from my parents, Señor Richard, and gave me to yours, I have resolved, in gratitude for the infinite kindness they have bestowed upon me, never to act in opposition to their wishes; and without their consent, I should regard the inestimable boon you desire to confer upon me, not as a good but as an evil fortune. Should it ever be my happy destiny to be acknowledged by them as worthy of you, be assured that my heart shall be yours; but till that time comes, or should it never come, let it console you to know that the dearest wish of my soul will ever be that you may know every blessing which Heaven can bestow upon you."
Aquí puso silencio Isabela a sus honestas y discretas razones, y allí comenzó la salud de Ricaredo, y comenzaron a revivir las esperanzas de sus padres, que en su enfermedad muertas estaban. She said no more, but from that moment began the convalescence of Richard, and the revival of his parents′ drooping hopes
Despidiéronse los dos cortésmente: él, con lágrimas en los ojos; ella, con admiración en el alma de ver tan rendida a su amor la de Ricaredo, el cual, levantado del lecho, al parecer de sus padres por milagro, no quiso tenerles más tiempo ocultos sus pensamiento. Y así, un día se los manifestó a su madre, diciéndole en el fin de su plática, que fue larga, que si no le casaban con Isabela, que el negársela y darle la muerte era todo una misma cosa. Con tales razones, con tales encarecimientos subió al cielo las virtudes de Isabela Ricaredo, que le pareció a su madre que Isabela era la engañada en llevar a su hijo por esposo. Dio buenas esperanzas a su hijo de disponer a su padre a que con gusto viniese en lo que ya ella también venía; y así fue; que, diciendo a su marido las mismas razones que a ella había dicho su hijo, con facilidad le movió a querer lo que tanto su hijo deseaba, fabricando escusas que impidiesen el casamiento que casi tenía concertado con la doncella de Escocia. . The youthful pair took courteous leave of each other, he with tears in his eyes, and she wondering in her soul to see that of Richard captive to her love. As for him, having been raised from his sick bed by a miracle, as it seemed to his parents, he would no longer conceal from them the state of his feelings, but disclosed it one day to his mother, and ended a long conversation by declaring that they might as well put him to death as refuse him Isabella, for it amounted to the same thing. He extolled the virtues of Isabella in such terms, that he almost brought his mother to think that in becoming her son′s wife she would have the worst of the bargain. Accordingly she gave Richard good hopes that she would prevail on his father to assent to his wishes, as she herself did; in this she succeeded, for by repeating to her husband all Richard′s arguments, she easily induced him to approve of the young man′s design, and to find excuses for breaking off the match with the Scotch lady.
A esta sazón tenía Isabela catorce y Ricaredo veinte años; y, en esta tan verde y tan florida edad, su mucha discreción y conocida prudencia los hacía ancianos. Cuatro días faltaban para llegarse aquél en el cual sus padres de Ricaredo querían que su hijo inclinase el cuello al yugo santo del matrimonio, teniéndose por prudentes y dichosísimos de haber escogido a su prisionera por su hija, teniendo en más la dote de sus virtudes que la mucha riqueza que con la escocesa se les ofrecía. Las galas estaban ya a punto, los parientes y los amigos convidados, y no faltaba otra cosa sino hacer a la reina sabidora de aquel concierto; porque, sin su voluntad y consentimiento, entre los de ilustre sangre, no se efetúa casamiento alguno; pero no dudaron de la licencia, y así, se detuvieron en pedirla. At this time Isabella was fourteen and Richard twenty; but even in that early spring time of their youth, they were old in sense and judgment. It wanted but four days of the time appointed by Richard′s parents when he should bend his neck to the holy yoke of matrimony; and wise and fortunate did they deem themselves in choosing their prisoner to be their daughter, esteeming her virtues to be a better dower than the great wealth of the Scotch lady. The preparations for the wedding were all made, the relations and friends of the family were invited, and nothing remained but to make known the intended match to the Queen, no marriage between persons of noble blood being lawful without her knowledge and consent; but making no doubt of obtaining the royal licence, they put off applying for it to the last.
Digo, pues, que, estando todo en este estado, cuando faltaban los cuatro días hasta el de la boda, una tarde turbó todo su regocijo un ministro de la reina que dio un recaudo a Clotaldo: que su Majestad mandaba que otro día por la mañana llevasen a su presencia a su prisionera, la española de Cádiz. Respondióle Clotaldo que de muy buena gana haría lo que su Majestad le mandaba. Fuese el ministro, y dejó llenos los pechos de todos de turbación, de sobresalto y miedo. Things being in this state, their joy was disturbed one evening by the appearance of one of the Queen′s servants with an order to Clotald from her Majesty, requiring his appearance before her next morning with his Spanish prisoner. He replied that he would cheerfully obey her Majesty′s command. The messenger retired, and left the family in great perturbation;
¡Ay decía la señora Catalina, si sabe la reina que yo he criado a esta niña a la católica, y de aquí viene a inferir que todos los desta casa somos cristianos! Pues si la reina le pregunta qué es lo que ha aprendido en ocho años que ha que es prisionera, ¿qué ha de responder la cuitada que no nos condene, por más discreción que tenga? "Alas," said dame Catherine, "what if the Queen knows that I have brought up this girl as a Catholic, and thence infers that we are all of us Christians in this house! For, if her Majesty asks her what she has learned during the eight years she has been with us, what answer can she give with all her discretion, poor timid girl, that will not condemn us?"
Oyendo lo cual Isabela, le dijo: No le dé pena alguna, señora mía, ese temor, que yo confío en el cielo que me ha de dar palabras en aquel instante, por su divina misericordia, que no sólo no os condenen, sino que redunden en provecho vuestro. "Be under no fear on that account, dear lady," said Isabella; "for I trust in the divine goodness and mercy of Heaven, that it will put such words into my mouth as will not only not condemn you, but redound to your advantage."
Temblaba Ricaredo, casi como adivino de algún mal suceso. Clotaldo buscaba modos que pudiesen dar ánimo a su mucho temor, y no los hallaba sino en la mucha confianza que en Dios tenía y en la prudencia de Isabela, a quien encomendó mucho que, por todas las vías que pudiese escusase el condenallos por católicos; que, puesto que estaban promptos con el espíritu a recebir martirio, todavía la carne enferma rehusaba su amarga carrera. Una y muchas veces le aseguró Isabela estuviesen seguros que por su causa no sucedería lo que temían y sospechaban, porque, aunque ella entonces no sabía lo que había de responder a las preguntas que en tal caso le hiciesen, tenía tan viva y cierta esperanza que había de responder de modo que, como otra vez había dicho, sus respuestas les sirviesen de abono. Richard trembled as if he foreboded some calamity. Clotald cast about for some encouragement to allay his grievous fears, and found none but in his great trust in God and in the prudence of Isabella, whom he earnestly entreated to try in every possible way to avoid convicting them of being Catholics; for, though their spirits were willing to encounter martyrdom, yet their flesh was weak and recoiled from the bitter trial. Isabella assured them over and over again that they might set their minds at rest; what they apprehended should not befal them through her instrumentality; for though she knew not then what answer she should make to the questions that should be put to her on the morrow, she had a lively and confident hope that she would reply in such a manner as would be for their good.
Discurrieron aquella noche en muchas cosas, especialmente en que si la reina supiera que eran católicos, no les enviara recaudo tan manso, por donde se podía inferir que sólo querría ver a Isabela, cuya sin igual hermosura y habilidades habría llegado a sus oídos, como a todos los de la ciudad. Pero ya en no habérsela presentado se hallaban culpados, de la cual culpa hallaron sería bien disculparse con decir que desde el punto que entró en su poder la escogieron y señalaron para esposa de su hijo Ricaredo. Pero también en esto se culpaban, por haber hecho el casamiento sin licencia de la reina, aunque esta culpa no les pareció digna de gran castigo. Many were the comments and surmises they made that night on this unwelcome incident, and especially it occurred to them that, if the Queen knew they were Catholics, she would not have sent them so mild a message; it seemed reasonable to infer from it, that she only desired to see Isabella, the fame of whose incomparable beauty and accomplishments, known to every one in the capital, must have reached her Majesty′s ears. Clotald and his wife confessed to themselves, however, that they had done wrong in not presenting her at court, and they thought the best excuse they could make for this, was to say that ever since she had come into their hands, they had destined her to be the wife of their son. But even this would be acknowledging themselves culpable, since it would appear that they arranged the marriage without the Queen′s leave; but such an offence would probably not incur any severe punishment.
Con esto se consolaron, y acordaron que Isabela no fuese vestida humildemente, como prisionera, sino como esposa, pues ya lo era de tan principal esposo como su hijo. Resueltos en esto, otro día vistieron a Isabela a la española, con una saya entera de raso verde, acuchillada y forrada en rica tela de oro, tomadas las cuchilladas con unas eses de perlas, y toda ella bordada de ríquisimas perlas; collar y cintura de diamantes, y con abanico a modo de las señoras damas españolas; sus mismos cabellos, que eran muchos, rubios y largos, entretejidos y sembrados de diamantes y perlas, le sirvían de tocado. Con este adorno riquísimo y con su gallarda disposición y milagrosa belleza, se mostró aquel día a Londres sobre una hermosa carroza, llevando colgados de su vista las almas y los ojos de cuantos la miraban. Iban con ella Clotaldo y su mujer y Ricaredo en la carroza, y a caballo muchos ilustres parientes suyos. Toda esta honra quiso hacer Clotaldo a su prisionera, por obligar a la reina la tratase como a esposa de su hijo. In this way, they comforted themselves, and they resolved that Isabella should not be dressed humbly like a prisoner, but in rich bridal attire, such as became the betrothed of a gentleman of importance Ike their son. Next day accordingly they dressed Isabella in the Spanish style, in a robe of green satin with a long train, and slashes lined with cloth of gold and looped with the pearls, the whole being adorned with precious stones; a diamond necklace and girdle, with a fan such as is carried by Spanish ladies; and for head dress her own luxuriant golden hair entwined with diamonds and pearls. In that sumptuous attire, with her sprightly air and marvellous beauty, she made her appearance in London in a handsome coach, fascinating the eyes and souls of all who beheld her. Clotald, his wife, and Richard rode with her in the coach, and many noble relations of the family escorted her on horseback, Clotald desiring that all these honours should be paid to his prisoner, in order that the queen might treat her as his son′s betrothed.
Llegados, pues, a palacio, y a una gran sala donde la reina estaba, entró por ella Isabela, dando de sí la más hermosa muestra que pudo caber en una imaginación. Era la sala grande y espaciosa, y a dos pasos se quedó el acompañamiento y se adelantó Isabela; y, como quedó sola, pareció lo mismo que parece la estrella o exhalación que por la región del fuego en serena y sosegada noche suele moverse, o bien ansí como rayo del sol que al salir del día por entre dos montañas se descubre. Todo esto pareció, y aun cometa que pronosticó el incendio de más de un alma de los que allí estaban, a quien Amor abrasó con los rayos de los hermosos soles de Isabela; la cual, llena de humildad y cortesía, se fue a poner de hinojos ante la reina, y, en lengua inglesa, le dijo: When they arrived at the palace, and entered the vast hall in which her majesty was seated, Isabella′s escort halted at the lower end, and she herself advanced alone in all her inconceivable beauty, producing an effect like that of a brilliant meteor shooting through the sky on a calm clear night, or of a sunbeam darting at the first dawn of day through a mountain gorge. A comet she seemed, portending a fiery doom to the hearts of many in that presence hall. Full of meekness and courtesy, she advanced to the foot of the throne, knelt before the queen, and said to her in English,
Dé Vuestra Majestad las manos a esta su sierva, que, desde hoy más, se tendrá por señora, pues ha sido tan venturosa que ha llegado a ver la grandeza vuestra. "May it please your Majesty to extend your royal hands to your servant′s lips, who will henceforth esteem herself exalted, since she has been so fortunate as to behold your grandeur."
Estúvola la reina mirando por un buen espacio, sin hablarle palabra, pareciéndole, como después dijo a su camarera, que tenía delante un cielo estrellado, cuyas estrellas eran las muchas perlas y diamantes que Isabela traía; su bello rostro y sus ojos, el sol y la luna, y toda ella una nueva maravilla de hermosura. Las damas que estaban con la reina quisieran hacerse todas ojos, porque no les quedase cosa por mirar en Isabela: cuál acababa la viveza de sus ojos, cuál la color del rostro, cuál la gallardía del cuerpo y cuál la dulzura de la habla; y tal hubo que, de pura envidia, dijo: The queen remained a good while gazing on her without saying a word, figuring to herself, as she afterwards told her lady of the bed-chamber, that she had before her a starry heaven, the stars of which were the many pearls and diamonds worn by Isabella; her fair face and her eyes its sun and moon, and her whole person a new marvel of beauty. The queen′s ladies would fain have been all eyes, that they might do nothing but gaze on Isabella; one praised her brilliant eyes, one her complexion, another her fine figure, another her sweet voice; and one there was who said in pure envy,
Buena es la española, pero no me contenta el traje. "The Spaniard is good looking, but I do not like her dress."
Después que pasó algún tanto la suspensión de la reina, haciendo levantar a Isabela, le dijo: At last the queen motioned to Isabella to rise, and said to her, "
Habladme en español, doncella, que yo le entiendo bien y gus-taré dello. Speak to me in Spanish, maiden, for I understand it well, and shall like to hear it."
Y, volviéndose a Clotaldo, dijo: Clotaldo, agravio me habéis hecho en tenerme este tesoro tantos años ha encubierto; mas él es tal, que os haya movido a codicia: obligado estáis a restituírmele, porque de derecho es mío. Then turning to Clotald, "You have done me wrong, Clotald," she said, "in keeping this treasure so many years concealed from me; but it is such a one as may well have excited you to avarice. You are bound however to restore it to me, for by right it is mine."
Señora respondió Clotaldo, mucha verdad es lo que Vuestra Majestad dice: confieso mi culpa, si lo es haber guardado este tesoro a que estuviese en la perfección que convenía para parecer ante los ojos de Vuestra Majestad; y, ahora que lo está, pensaba traerle mejorado, pidiendo licencia a Vuestra Majestad para que Isabela fuese esposa de mi hijo Ricaredo, y daros, alta Majestad, en los dos, todo cuanto puedo daros. "My liege," replied Clotald, "what your majesty says is quite true; I confess my fault, if it is one, to have kept this treasure until it arrived at the perfection suitable for appearing before your majesty′s eyes. Now that it has done so, I had it in mind to enhance it still more, by asking your majesty′s leave for Isabella to become the wife of my son Richard."
Hasta el nombre me contenta respondió la reina: no le faltaba más sino llamarse Isabela la española, para que no me quedase nada de perfección que desear en ella. Pero advertid, Clotaldo, que sé que sin mi licencia la teníades prometida a vuestro hijo. "I like her name, too," returned the queen. "Nothing was wanting to the fulness of her perfection but that she should be called Isabella the Spaniard. But, mark you, Clotald, I know that, without my leave, you have promised her to your son."
Así es verdad, señora respondió Clotaldo, pero fue en confianza que los muchos y relevados servicios que yo y mis pasados tenemos hechos a esta corona alcanzarían de Vuestra Majestad otras mercedes más dificultosas que las desta licencia; cuanto más, que aún no está desposado mi hijo. "That is true, my liege, but it was in the confident hope that the many eminent services which my ancestors and I have rendered to the crown, would obtain from your majesty favours still more difficult to grant than the leave in question, the more so as my son is not yet wedded."
Ni lo estará dijo la reina con Isabela hasta que por sí mismo lo merezca. Quiero decir que no quiero que para esto le aprovechen vuestros servicios ni de sus pasados: él por sí mismo se ha de disponer a servirme y a merecer por sí esta prenda, que ya la estimo como si fuese mi hija. "Nor shall he be wedded to Isabella," said the queen, "until he has merited it in his own person. I mean that I will not have him avail himself to that end of your services or those of his forefathers. He must himself prepare to serve me, and win by his own deserts this prize which I esteem as if she were my daughter."
Apenas oyó esta última palabra Isabela, cuando se volvió a hincar de rodillas ante la reina, diciéndole en lengua castellana: The queen had no sooner uttered these last words than Isabella again fell on her knees before her, saying in Spanish,
Las desgracias que tales descuentos traen, serenísima señora, antes se han de tener por dichas que por desventuras. Ya Vuestra Majestad me ha dado nombre de hija: sobre tal prenda, ¿qué males podré temer o qué bienes no podré esperar? "Such thwartings as these, most gracious sovereign, are rather to be esteemed auspicious boons than misfortunes. Your majesty has given me the name of daughter; after that what can I have to fear, or what may I not hope?"
Con tanta gracia y donaire decía cuanto decía Isabela, que la reina se le aficionó en estremo y mandó que se quedase en su servicio, y se la entregó a una gran señora, su camarera mayor, para que la enseñase el modo de vivir suyo. Isabella uttered this with so winning a grace, that the queen conceived an extreme affection for her, desired that she should remain in her service, and committed her to the care of a great lady, her keeper of the robes, who was to instruct her in the duties of her new position.
Ricaredo, que se vio quitar la vida en quitarle a Isabela, estuvo a pique de perder el juicio; y así, temblando y con sobresalto, se fue a poner de rodillas ante la reina, a quien dijo: Richard, who saw himself thus, as it were, deprived of his life in losing Isabella, was almost at his wits′ end. Agitated and discomfited, he knelt before the queen, and said,
Para servir yo a Vuestra Majestad no es menester incitarme con otros premios que con aquellos que mis padres y mis pasados han alcanzado por haber servido a sus reyes; pero, pues Vuestra Majestad gusta que yo la sirva con nuevos deseos y pretensiones, querría saber en qué modo y en qué ejercicio podré mostrar que cumplo con la obligación en que Vuestra Majestad me pone. "I need no other rewards to induce me to serve your majesty than such as my ancestors have obtained in the service of your royal predecessors; but since it is your majesty′s pleasure that I should have new motives and incentives for my zeal, I would crave to know in what way I may fulfil your majesty′s behest?"
Dos navíos respondió la reina están para partirse en corso, de los cuales he hecho general al barón de Lansac: del uno dellos os hago a vos capitán, porque la sangre de do venís me asegura que ha de suplir la falta de vuestros años. Y advertid a la merced que os hago, pues os doy ocasión en ella a que, correspondiendo a quien sois, sirviendo a vuestra reina, mostréis el valor de vuestro ingenio y de vuestra persona, y alcancéis el mejor premio que a mi parecer vos mismo podéis acertar a desearos. Yo misma os seré guarda de Isabela, aunque ella da muestras que su honestidad será su más verdadera guarda. Id con Dios, que, pues vais enamorado, como imagino, grandes cosas me prometo de vuestras hazañas. Felice fuera el rey batallador que tuviera en su ejército diez mil soldados amantes que esperaran que el premio de sus vitorias había de ser gozar de sus amadas. Levantaos, Ricaredo, y mirad si tenéis o queréis decir algo a Isabela, porque mañana ha de ser vuestra partida. "There are two ships ready to set out on a cruise," said the queen, "of which I have made the Baron de Lansac general. I appoint you captain of one of them, being assured that the qualities you derive from those whose blood is in your veins will supply the defect of your years. Mark what a favour I confer upon you, since I give you an opportunity to signalise yourself in the service of your queen, to display your capacity and your valour, and to win the highest reward, methinks, which you yourself could desire. I myself will be Isabella′s guardian, though she manifests that her own virtue will be her truest guardian. Go in God′s name; for since you are in love, as I imagine, I expect great things from your prowess. Fortunate were the king who in time of war had in his army ten thousand soldiers in love, expecting to obtain their mistresses as the reward of their victories. Rise, Richard, and if you have anything to say to Isabella, say it now, for to-morrow you must sail."
Besó las manos Ricaredo a la reina, estimando en mucho la merced que le hacía, y luego se fue a hincar de rodillas ante Isabela; y, queriéndola hablar, no pudo, porque se le puso un nudo en la garganta que le ató la lengua y las lágrimas acudieron a los ojos, y él acudió a disimularlas lo más que le fue posible. Pero, con todo esto, no se pudieron encubrir a los ojos de la reina, pues dijo: Richard kissed the queen′s hands, highly prizing the favour she had conferred upon him, and went and knelt before Isabella. He tried to speak to her, but could not, for he felt as if there was a knot in his throat that paralysed his tongue. He strove with all his might to keep down the tears that started into his eyes, but he could not conceal them from the queen.
No os afrentéis, Ricaredo, de llorar, ni os tengáis en menos por haber dado en este trance tan tiernas muestras de vuestro corazón: que una cosa es pelear con los enemigos y otra despedirse de quien bien se quiere. Abrazad, Isabela, a Ricaredo y dadle vuestra bendición, que bien lo merece su sentimiento. "Shame not to weep, Richard," said her majesty, "nor think less of yourself for allowing such evidence of a tender heart to escape you, for it is one thing to fight the enemy, and another to take leave of one who is dearly loved. Isabella, embrace Richard, and give him your blessing: his affection well deserves it."
Isabela, que estaba suspensa y atónita de ver la humildad y dolor de Ricaredo, que como a su esposo le amaba, no entendió lo que la reina le mandaba, antes comenzó a derramar lágrimas, tan sin pensar lo que hacía, y tan sesga y tan sin movimiento alguno, que no parecía sino que lloraba una estatua de alabastro. Estos afectos de los dos amantes, tan tiernos y tan enamorados, hicieron verter lágrimas a muchos de los circunstantes; y, sin hablar más palabra Ricaredo, y sin le haber hablado alguna a Isabela, haciendo Clotaldo y los que con él venían reverencia a la reina, se salieron de la sala, llenos de compasión, de despecho y de lágrimas. Isabella′s heart ached to see Richard so cast down. She could not understand what her majesty said. Conscious of nothing but her grief, motionless, and blinded by her tears, she looked like a weeping statue of alabaster. The anguish of the two lovers drew tears from most of the beholders. In fine, Richard and Isabella separated without exchanging a word; and Clotald and his friends, after saluting the queen, left the hall full of grief and pity.
Quedó Isabela como huérfana que acaba de enterrar sus padres, y con temor que la nueva señora quisiese que mudase las costumbres en que la primera la había criado. En fin, se quedó, y de allí a dos días Ricaredo se hizo a la vela, combatido, entre otros muchos, de dos pensamientos que le tenían fuera de sí: era el uno considerar que le convenía hacer hazañas que le hiciesen merecedor de Isabela; y el otro, que no podía hacer ninguna, si había de responder a su católico intento, que le impedía no desenvainar la espada contra católicos; y si no la desenvainaba, había de ser notado de cristiano o de cobarde, y todo esto redundaba en perjuicio de su vida y en obstáculo de su pretensión. Isabella felt like an orphan whose parents have just been buried, and dreaded lest her new mistress should make her abandon the rule of life in which she had been brought up. Two days afterwards, Richard put to sea, distracted among many other sources of incertitude by two reflections—one was that he had to perform exploits by which he might merit Isabella′s hand; and the other, that he could perform none without violating his conscience as a catholic, which forbade him to draw his sword against those of his own faith, but unless he did so, he should be denounced as a catholic or as a coward, to the peril of his life and his hopes.
Pero, en fin, determinó de posponer al gusto de enamorado el que tenía de ser católico, y en su corazón pedía al cielo le deparase ocasiones donde, con ser valiente, cumpliese con ser cristiano, dejando a su reina satisfecha y a Isabela merecida. But, in fine, he determined to postpone his inclinations as a lover to his duty as a catholic, and in his heart he prayed heaven to send him occasions in which he might show himself at once valiant and a true Christian,—might satisfy his queen and merit Isabella.
Seis días navegaron los dos navíos con próspero viento, siguiendo la derrota de las islas Terceras, paraje donde nunca faltan o naves portuguesas de las Indias orientales o algunas derrotadas de las occidentales. Y, al cabo de los seis días, les dio de costado un reciísimo viento (que en el mar océano tiene otro nombre que en el Mediterráneo, donde se llama mediodía), el cual viento fue tan durable y tan recio que, sin dejarles tomar las islas, les fue forzoso correr a España; y, junto a su costa, a la boca del estrecho de Gibraltar, descubrieron tres navíos: uno poderoso y grande, y los dos pequeños. Arribó la nave de Ricaredo a su capitán, para saber de su general si quería embestir a los tres navíos que se descubrían; y, antes que a ella llegase, vio poner sobre la gavia mayor un estandarte negro, y, llegándose más cerca, oyó que tocaban en la nave clarines y trompetas roncas: señales claras o que el general era muerto o alguna otra principal persona de la nave. Con este sobresalto llegaron a poderse hablar, que no lo habían hecho después que salieron del puerto. Dieron voces de la nave capitana, diciendo que el capitán Ricaredo pasase a ella, porque el general la noche antes había muerto de una apoplejía. Todos se entristecieron, si no fue Ricaredo, que le alegró, no por el daño de su general, sino por ver que quedaba él libre para mandar en los dos navíos, que así fue la orden de la reina: que, faltando el general, lo fuese Ricaredo; el cual con presteza se pasó a la capitana, donde halló que unos lloraban por el general muerto y otros se alegraban con el vivo. For six days the two vessels sailed with a prosperous wind, shaping their course for the Western Islands, for, in that direction they could not fail to fall in with Portuguese East India men, or vessels returning from the West Indies; but on the seventh day the wind became contrary and continued that way so long that they could not make the islands, but were forced to run for the coast of Spain. On nearing it at the entrance of the straits of Gibraltar, they discovered three vessels, one very large and two small. Richard steered towards his commander′s ship to know if it was his intention they should attack the three vessels just discovered; but on nearing it, he saw them hoist a black flag, and presently he heard a mournful sound of trumpets, indicating that either the general or one of his chief officers was dead. When he came within hail, which had not before been the case since they put to sea, there was a call from the leading ship for Captain Richard to come on board, as their general had died of apoplexy the preceding night. Sad as this news was, Richard could not help being glad, not of his admiral′s death, but at finding himself in command of both ships, according to the Queen′s orders for the contingency which had occurred. He went on board the flag-ship where he found some lamenting the old commander, and some rejoicing over the new one;
Finalmente, los unos y los otros le dieron luego la obediencia y le aclamaron por su general con breves ceremonias, no dando lugar a otra cosa dos de los tres navíos que habían descubierto, los cuales, desviándose del grande, a las dos naves se venían. but all promised him obedience, yet proclaimed him general with short ceremony, not having time for longer, for two out of the three vessels they had discovered had quitted the third and were bearing down upon them.
Luego conocieron ser galeras, y turquescas, por las medias lunas que en las banderas traían, de que recibió gran gusto Ricaredo, pareciéndole que aquella presa, si el cielo se la concediese, sería de consideración, sin haber ofendido a ningún católico. Las dos galeras turquescas llegaron a reconocer los navíos ingleses, los cuales no traían insignias de Inglaterra, sino de España, por desmentir a quien llegase a reconocellos, y no los tuviese por navíos de cosarios. Creyeron los turcos ser naves derrotadas de las Indias y que con facilidad las rendirían. Fuéronse entrando poco a poco, y de industria los dejó llegar Ricaredo hasta tenerlos a gusto de su artillería, la cual mandó disparar a tan buen tiempo, que con cinco balas dio en la mitad de una de las galeras, con tanta furia, que la abrió por medio toda. Dio luego a la banda, y comenzó a irse a pique sin poderse remediar. La otra galera, viendo tan mal suceso, con mucha priesa le dio cabo, y le llevó a poner debajo del costado del gran navío; pero Ricaredo, que tenía los suyos prestos y ligeros, y que salían y entraban como si tuvieran remos, mandando cargar de nuevo toda la artillería, los fue siguiendo hasta la nave, lloviendo sobre ellos infinidad de balas. Los de la galera abierta, así como llegaron a la nave, la desampararon, y con priesa y celeridad procuraban acogerse a la nave. Lo cual visto por Ricaredo y que la galera sana se ocupaba con la rendida, cargó sobre ella con sus dos navíos, y, sin dejarla rodear ni valerse de los remos, la puso en estrecho: que los turcos se aprovecharon ansimismo del refugio de acogerse a la nave, no para defenderse en ella, sino por escapar las vidas por entonces. Los cristianos de quien venían armadas las galeras, arrancando las branzas y rompiendo las cadenas, mezclados con los turcos, también se acogieron a la nave; y, como iban subiendo por su costado, con la arcabucería de los navíos los iban tirando como a blanco; a los turcos no más, que a los cristianos mandó Ricaredo que nadie los tirase. Desta manera, casi todos los más turcos fueron muertos, y los que en la nave entraron, por los cristianos que con ellos se mezclaron, aprovechándose de sus mismas armas, fueron hechos pedazos: que la fuerza de los valientes, cuando caen, se pasa a la flaqueza de los que se levantan. Y así, con el calor que les daba a los cristianos pensar que los navíos ingleses eran españoles, hicieron por su libertad maravillas. Finalmente, habiendo muerto casi todos los turcos, algunos españoles se pusieron a borde del navío, y a grandes voces llamaron a los que pensaban ser españoles entrasen a gozar el premio del vencimiento. They at once made them out by the crescents on their flags to be Turkish galleys, to the great delight of Richard, who believed that with the help of Heaven he should make an important capture without prejudice to his religion. The two galleys came up to reconnoitre the English ships, which had not shown their national colours but those of Spain, in order to baffle those who might overhaul them, and prevent their recognising them as war cruisers. The Turks mistook them for trading vessels from India, and made sure of capturing them with ease. Richard took care to let them approach till they were well within range of his guns, which he let fly at them so opportunely, that with a single broadside he disabled one of the galleys, sending five balls through her middle and nearly cutting her in two. She immediately heeled over and began to founder; the other galley made haste to take her in tow, in order to get her under the lee of the large ship; but Richard, whose ships manoeuvred as rapidly as if they were impelled by oars, having reloaded his guns, pursued the retreating galleys, pouring upon them an incessant shower of balls. The crew of the crippled galley having clambered on board the large ship, Richard poured such a cross fire from his two ships on her consort, that she could neither use sails nor oars, and the Turks on board her, following the example of their comrades, took refuge in the large ship, not with the intention of defending her, but for the momentary safety of their lives. The Christian galley-slaves broke their chains, and mingling with the Turks also boarded the large ship, but as they were in danger from the musquetry of Richard′s two ships as they were swarming up the side, he gave orders to cease firing on Turks and Christians alike. The former, however, had already lost the great part of their numbers, and the rest were cut to pieces with their own weapons by the revolted slaves, who, thinking the two English ships were Spanish, did marvels for the recovery of their freedom. At last, when nearly all the Turks were killed, some Spaniards shouted from the deck to their supposed countrymen to come on board and enjoy the fruits of their victory.
Preguntóles Ricaredo en español que qué navío era aquél. Respondiéronle que era una nave que venía de la India de Portugal, cargada de especería, y con tantas perlas y diamantes, que valía más de un millón de oro, y que con tormenta había arribado a aquella parte, toda destruida y sin artillería, por haberla echado a la mar la gente, enferma y casi muerta de sed y de hambre; y que aquellas dos galeras, que eran del cosario Arnaúte Mamí, el día antes la habían rendido, sin haberse puesto en defensa; y que, a lo que habían oído decir, por no poder pasar tanta riqueza a sus dos bajeles, la llevaban a jorro para meterla en el río de Larache, que estaba allí cerca. Richard asked them in Spanish what ship was that? They replied that she was a Portuguese ship from the West Indies, freighted with spices, and with such a quantity of diamonds and pearls that she was worth a million. She had been driven into those latitudes by a storm, much damaged, with all her guns thrown overboard, and her crew almost perishing of hunger and thirst. In that condition, being unable to make any resistance, she had been captured the day before by these two galleys, which belonged to the corsair Arnaut Mami, and which not having stowage room for her great cargo, had taken her in tow to convey her to the river Larache.
Ricaredo les respondió que si ellos pensaban que aquellos dos navíos eran españoles, se engañaban; que no eran sino de la señora reina de Inglaterra, cuya nueva dio que pensar y que temer a los que la oyeron, pensando, como era razón que pensasen, que de un lazo habían caído en otro. Pero Ricaredo les dijo que no temiesen algún daño, y que estuviesen ciertos de su libertad, con tal que no se pusiesen en defensa. Richard apprised them, in return, that if they supposed his two vessels were Spanish, they were greatly mistaken, for they belonged to the Queen of England. This information astonished and alarmed them, making them fear that they had escaped from one rock to founder on another; but Richard told them they had nothing to fear, and that they might rely on obtaining their liberty, provided they did not make any defence.
Ni es posible ponernos en ella respondieron, porque, como se ha dicho, este navío no tiene artillería ni nosotros armas; así que, nos es forzoso acudir a la gentileza y liberalidad de vuestro general; pues será justo que quien nos ha librado del insufrible cautiverio de los turcos lleve adelante tan gran merced y beneficio, pues le podrá hacer famoso en todas las partes, que serán infinitas, donde llegare la nueva desta memorable vitoria y de su liberalidad, más de nosotros esperada que temida. "It would be impossible for us to do so," they said, "for as we have told you, we have neither cannon nor other arms, and have no choice but to throw ourselves upon the generosity of your general. Since he has freed us from the intolerable yoke of the Turks, let him enhance his good work by an act which will exalt his fame all over the world wherever the news reaches of this memorable victory and his magnanimity."
No le parecieron mal a Ricaredo las razones del español; y, llamando a consejo los de su navío, les preguntó cómo haría para enviar todos los cristianos a España sin ponerse a peligro de algún siniestro suceso, si el ser tantos les daba ánimo para levantarse. Pareceres hubo que los hiciese pasar uno a uno a su navío, y, así como fuesen entrando debajo de cubierta, matarle, y desta manera matarlos a todos, y llevar la gran nave a Londres, sin temor ni cuidado alguno. Richard lent a favourable ear to this request, and immediately called a council of his officers to consider what might be the best means of sending all the Christians to Spain, without incurring any risk from them, should their numbers encourage them to rise and attempt to overpower his crews. There were some who suggested that they should be brought on board one by one, and put to death as they entered.
A esto respondió Ricaredo: Pues que Dios nos ha hecho tan gran merced en darnos tanta riqueza, no quiero corresponderle con ánimo cruel y desagradecido, ni es bien que lo que puedo remediar con la industria lo remedie con la espada. Y así, soy de parecer que ningún cristiano católico muera: no porque los quiero bien, sino porque me quiero a mí muy bien, y querría que esta hazaña de hoy ni a mí ni a vosotros, que en ella me habéis sido compañeros, nos diese, mezclado con el nombre de valientes, el renombre de crueles: porque nunca dijo bien la crueldad con la valentía. Lo que se ha de hacer es que toda la artillería de un navío destos se ha de pasar a la gran nave portuguesa, sin dejar en el navío otras armas ni otra cosa más del bastimento, y no lejando la nave de nuestra gente, la llevaremos a Inglaterra, y los españoles se irán a España. "No," said Richard; "since by God′s grace we have obtained so rich a prize, I will not betray my ingratitude by such an act of cruelty. It is never well to have recourse to the sword, when, with a little forethought, the end may be secured by other means. I will, therefore, not have any Catholic Christian put to death, not that I care so much for them, but for my own sake and for yours, for I would not have the honour of our victory tarnished by cruelty. My orders are, then, that the crew of one of our ships, with all her guns and arms and the greater part of her stores, be put on board the large Portuguese vessel, which we will then take to England, and leave the Spaniards to return home on ours."
Nadie osó contradecir lo que Ricaredo había propuesto, y algunos le tuvieron por valiente y magnánimo y de buen entendimiento; otros le juzgaron en sus corazones por más católico que debía. No one ventured to contravene this proposal, which to some appeared equally magnanimous and judicious, while others in their hearts condemned it as showing an undue leaning towards the Catholics.
Resuelto, pues, en esto Ricaredo, pasó con cincuenta arcabuceros a la nave portuguesa, todos alerta y con las cuerdas encendidas. Halló en la nave casi trecientas personas, de las que habían escapado de las galeras. Pidió luego el registro de la nave, y respondióle aquel mismo que desde el borde le habló la vez primera, que el registro le había tomado el cosario de los bajeles, que con ellos se había ahogado. Al instante puso el torno en orden, y, acostando su segundo bajel a la gran nave, con maravillosa presteza y con fuerza de fortísimos cabestrantes, pasaron la artillería del pequeño bajel a la mayor nave. Luego, haciendo una breve plática a los cristianos, les mandó pasar al bajel desembarazado, donde hallaron bastimento en abundancia para más de un mes y para más gente; y, así como se iban embarcando, dio a cada uno cuatro escudos de oro españoles, que hizo traer de su navío, para remediar en parte su necesidad cuando llegasen a tierra: que estaba tan cerca, que las altas montañas de Abila y Calpe desde allí se parecían. Todos le dieron infinitas gracias por la merced que les hacía, y el último que se iba a embarcar fue aquel que por los demás había hablado, el cual le dijo: Taking with him fifty arquebusiers Richard went on hoard the Portuguese ship, in which he found about three hundred persons, who had escaped out of the galleys. He immediately had the vessel he intended to discharge brought alongside, and had its guns brought on board. Then making a short speech to the Christians, he ordered them to pass into the discharged vessel, where they found stores enough for more than a month and for a greater number of people; and as they embarked he gave each of them four Spanish crowns, which he sent for to his own ship, in order partly to relieve their wants when they reached land, which was not far off; for the lofty mountains of Abyla and Calpe were in sight. They all thanked him heartily for his generous behaviour, and when they were nearly all embarked, the same person who had first spoken to him from the deck of the ship, addressed him,
Por más ventura tuviera, valeroso caballero, que me llevaras contigo a Inglaterra, que no que me enviaras a España; porque, aunque es mi patria y no habrá sino seis días que della partí, no he de hallar en ella otra cosa que no sea de ocasiones de tristezas y soledades mías. "You would do me a greater service, valorous sir, in taking me with you to England than in sending me to Spain; for, though it is my country, and it is but six days since I left it, I have nothing to look for there but grief and desolation.
«Sabrás, señor, que en la pérdida de Cádiz, que sucedió habrá quince años, perdí una hija que los ingleses debieron de llevar a Inglaterra, y con ella perdí el descanso de mi vejez y la luz de mis ojos; que, después que no la vieron, nunca han visto cosa que de su gusto sea. El grave descontento en que me dejó su pérdida y la de la hacienda, que también me faltó, me pusieron de manera que ni más quise ni más pude ejercitar la mercancía, cuyo trato me había puesto en opinión de ser el más rico mercader de toda la ciudad. Y así era la verdad, pues fuera del crédito, que pasaba de muchos centenares de millares de escudos, valía mi hacienda dentro de las puertas de mi casa más de cincuenta mil ducados; todo lo perdí, y no hubiera perdido nada, como no hubiera perdido a mi hija. Tras esta general desgracia y tan particular mía, acudió la necesidad a fatigarme, hasta tanto que, no pudiéndola resistir, mi mujer y yo, que es aquella triste que allí está sentada, determinamos irnos a las Indias, común refugio de los pobres generosos. Y, habiéndonos embarcado en un navío de aviso seis días ha, a la salida de Cádiz dieron con el navío estos dos bajeles de cosarios, y nos cautivaron, donde se renovó nuestra desgracia y se confirmó nuestra desventura. Y fuera mayor si los cosarios no hubieran tomado aquella nave portuguesa, que los entretuvo hasta haber sucedido lo que él había visto.» "You must know, señor, that at the sack of Cadiz which happened about fifteen years ago, I lost a daughter, whom the English carried away with them to England, and with her I lost the comfort of my age and the light of my eyes, which since she passed from their sight, have never seen anything to gladden them. Grief for this calamity and for the loss of my property, of which I was also despoiled, so overcame me that I was no longer able or willing to apply myself to commerce, in which I had been so successful that I was commonly reputed to be the richest merchant in our whole city; and so indeed I was, for, besides my credit, which was good for many hundred thousand dollars, my estate was worth more than fifty thousand ducats. I lost all; yet all my losses would have been nothing had I not lost my daughter. After the general calamity and my own, want pressed me so hard, that not being able to bear up against it, myself and my wife—that woe-begone creature sitting yonder—determined to emigrate to the Indies, the common refuge of the well-born poor. We embarked six days ago in a packet-ship, but just outside the harbour of Cadiz we were captured by those two corsairs. This was a new addition to our affliction; but it would have been greater had not the corsair taken this Portuguese ship, which fortunately detained them until you came to our rescue."
Preguntóle Ricaredo cómo se llamaba su hija. Respondióle que Isabel. Con esto acabó de confirmarse Ricaredo en lo que ya había sospechado, que era que el que se lo contaba era el padre de su querida Isabela. Y, sin darle algunas nuevas della, le dijo que de muy buena gana llevaría a él y a su mujer a Londres, donde podría ser hallasen nuevas de la que deseaban. Hízolos pasar luego a su capitana, poniendo marineros y guardas bastantes en la nao portuguesa. In reply to Richard′s question what was his daughter′s name, the Spaniard said it was Isabella. This confirmed the suspicion which Richard had all along entertained, that the person before him was the father of his beloved mistress. Keeping this fact to himself, he told the Spaniard that he would willingly take him and his wife to London, where possibly they might obtain some intelligence about their child.
Aquella noche alzaron velas, y se dieron priesa a apartarse de las costas de España, porque el navío de los cautivos libres, entre los cuales también iban hasta veinte turcos, a quien también Ricaredo dio libertad, por mostrar que más por su buena condición y generoso ánimo se mostraba liberal, que por forzarle amor que a los católicos tuviese. Rogó a los españoles que en la primera ocasión que se ofreciese diesen entera libertad a los turcos, que ansimismo se le mostraron agradecidos. Taking them both on board his flag-ship, and having sufficiently armed and manned the Portuguese galleon, he set sail that night, avoiding the coast of Spain as much as possible, lest he should be intercepted in consequence of! information given by the liberated captives. Among the latter there were some twenty Turks, to whom also Richard granted freedom, to show that his conduct had been the result simply of his generous disposition, and not of any secret leaning to the Catholics: and he asked the Spaniards to set the Turks at liberty upon the first opportunity.
El viento, que daba señales de ser próspero y largo, comenzó a calmar un tanto, cuya calma levantó gran tormenta de temor en los ingleses, que culpaban a Ricaredo y a su liberalidad, diciéndole que los libres podían dar aviso en España de aquel suceso, y que si acaso había galeones de armada en el puerto, podían salir en su busca y ponerlos en aprieto y en término de perderse. Bien conocía Ricaredo que tenían razón, pero, venciéndolos a todos con buenas razones, los sosegó; pero más los quietó el viento, que volvió a refrescar de modo que, dándole todas las velas, sin tener necesidad de amainallas ni aun de templallas, dentro de nueve días se hallaron a la vista de Londres; y, cuando en él, vitoriosos, volvieron, habría treinta que dél faltaban. The wind, which had blown fresh and fair at first, died away into a calm, to the dismay of the English, who murmured against Richard′s unseasonable generosity, saying, that the liberated captives might give information of what had happened, and that if there chanced to be armed galleons in port, they might sally out and intercept them. Richard knew that this was quite true, but strove to allay their fears in the best way he could. But what availed with them more than all his arguments, was that the wind sprang up again, so that they crowded all sail, and in nine days reached London, from which they had been only a month absent on their cruise.
No quiso Ricaredo entrar en el puerto con muestras de alegría, por la muerte de su general; y así, mezcló las señales alegres con las tristes: unas veces sonaban clarines regocijados; otras, trompetas roncas; unas tocaban los atambores, alegres y sobresaltadas armas, a quien con señas tristes y lamentables respondían los pífaros; de una gavia colgaba, puesta al revés, una bandera de medias lunas sembrada; en otra se veía un luengo estandarte de tafetán negro, cuyas puntas besaban el agua. Finalmente, con estos tan contrarios estremos entró en el río de Londres con su navío, porque la nave no tuvo fondo en él que la sufriese; y así, se quedó en la mar a lo largo. Richard would not enter the port with only joyous demonstrations, on account of the death of his late commander, but mingled signs of grief with them. At one moment bugles rang out cheerily, at the next they were answered by melancholy trumpet notes, and the wailing fife was heard at intervals between the lively rattle of the drum and the clash of arms. From one mast-head hung a Turkish banner reversed, and from another a long black streamer, the ends of which dipped in the water. In this manner he entered the river of London in his English ship, leaving the Portuguese ship at sea, for want of depth of water in the river to float it.
Estas tan contrarias muestras y señales tenían suspenso el infinito pueblo que desde la ribera les miraba. Bien conocieron por algunas insignias que aquel navío menor era la capitana del barón de Lansac, mas no podían alcanzar cómo el otro navío se hubiese cambiado con aquella poderosa nave que en la mar se quedaba; pero sacólos desta duda haber saltado en el esquife, armado de todas armas, ricas y resplandecientes, el valeroso Ricaredo, que a pie, sin esperar otro acompañamiento que aquel de un inumerable vulgo que le seguía, se fue a palacio, donde ya la reina, puesta a unos corredores, estaba esperando le trujesen la nueva de los navíos. Estaba con la reina, con las otras damas, Isabela, vestida a la inglesa, y parecía tan bien como a la castellana. Antes que Ricaredo llegase, llegó otro que dio las nuevas a la reina de cómo Ricaredo venía. Alborozóse Isabela oyendo el nombre de Ricaredo, y en aquel instante temió y esperó malos y buenos sucesos de su venida. These conflicting demonstrations puzzled the vast multitudes, who observed them from the shore. They easily recognised the smaller vessel as the flag-ship of Baron Lansac; but they could not make out how it was that his second vessel had been exchanged for the large and powerful ship which lay out at sea. But the problem was solved when they saw the valorous Richard jump into his boat, fully equipped in rich and splendid armour. Without waiting for any other escort than that of a vast multitude of the people who followed him, he proceeded on foot to the palace, where the queen was standing in a balcony, waiting for news of the ships, and surrounded by her ladies, among whom was Isabella, dressed in the English style, which became her as well as the Castilian. A messenger, who had anticipated Richard′s arrival, had startled her by the announcement of his coming, and she stood watching for him with feelings that fluttered between hope and fear, not knowing whether he had sped well or ill upon his expedition.
Era Ricaredo alto de cuerpo, gentilhombre y bien proporcionado. Y, como venía armado de peto, espaldar, gola y brazaletes y escarcelas, con unas armas milanesas de once vistas, grabadas y doradas, parecía en estremo bien a cuantos le miraban; no le cubría la cabeza morrión alguno, sino un sombrero de gran falda, de color leonado con mucha diversidad de plumas terciadas a la valona; la espada, ancha; los tiros, ricos; las calzas, a la esguízara. Con este adorno y con el paso brioso que llevaba, algunos hubo que le compararon a Marte, dios de la batallas, y otros, llevados de la hermosura de su rostro, dicen que le compararon a Venus, que, para hacer alguna burla a Marte, de aquel modo se había disfrazado. En fin, él llegó ante la reina; puesto de rodillas, le dijo: Richard was a young man of noble presence, tall and finely proportioned, and he looked to great advantage in a complete suit of Milanese armour all graven and gilded, and instead of a helmet, a wide-leafed fawn coloured hat with Walloon plumes. Thus equipped, and with his spirited bearing, to some he seemed like Mars the god of battles; others, struck by the beauty of his face, compared him to Venus sportively disguised in the armour of that god. When he came before the Queen he knelt, and gave a brief account of his expedition.
Alta Majestad, en fuerza de vuestra ventura y en consecución de mi deseo, después de haber muerto de una apoplejía el general de Lansac, quedando yo en su lugar, merced a la liberalidad vuestra, me deparó la suerte dos galeras turquescas que llevaban remolcando aquella gran nave que allí se parece. Acometíla, pelearon vuestros soldados como siempre, echáronse a fondo los bajeles de los cosarios; en el uno de los nuestros, en vuestro real nombre, di libertad a los cristianos que del poder de los turcos escaparon; sólo truje conmigo a un hombre y a una mujer españoles, que por su gusto quisieron venir a ver la grandeza vuestra. Aquella nave es de las que vienen de la India de Portugal, la cual por tormenta vino a dar en poder de los turcos, que con poco trabajo, o, por mejor decir, sin ninguno, la rindieron; y, según dijeron algunos portugueses de los que en ella venían, pasa de un millón de oro el valor de la especería y otras mercancías de perlas y diamantes que en ella vienen. A ninguna cosa se ha tocado, ni los turcos habían llegado a ella, porque todo lo dedicó el cielo, y yo lo mandé guardar, para Vuestra Majestad, que con una joya sola que se me dé, quedaré en deuda de otras diez naves, la cual joya ya Vuestra Majestad me la tiene prometida, que es a mi buena Isabela. Con ella quedaré rico y premiado, no sólo deste servicio, cual él se sea, que a Vuestra Majestad he hecho, sino de otros muchos que pienso hacer por pagar alguna parte del todo casi infinito que en esta joya Vuestra Majestad me ofrece. "After the sudden death of general de Lansac," he said, "I took his place in pursuance of your Majesty′s gracious orders. Shortly afterwards we discovered two Turkish galleys towing a large ship, which we have brought home with us. We attacked them; your Majesty′s soldiers fought with great spirit, as they always do, and the corsair galleys went to the bottom. I liberated in your Majesty′s royal name the Christians who had escaped out of the hands of the Turks, and sent them away in one of our vessels; and have only brought with me one Spaniard and his wife, who desired of their own accord to come and behold your Majesty′s greatness. The great ship we took, is one of those which come from the Portuguese possessions in India; being damaged by a storm, it fell into the power of the Turks, who took it without any difficulty. According to the account given by some of the Portuguese on board the ship, her cargo of spices, and the pearls and diamonds she carries, are worth more than a million. All is untouched, the Turks not having had time to lay hands on anything, and I have given orders that the whole should be presented to your Majesty. There is one jewel alone which, if your Majesty will bestow it upon me, will leave me your debtor for ten other ships. That jewel your Majesty has promised me: it is my Isabella, in obtaining whom I shall be richly rewarded, not only for this service, such as it is, which I have rendered your Majesty, but for many others which I intend to perform in order to repay some part of the incalculable amount which your Majesty will bestow upon me in that jewel."
Levantaos, Ricaredo respondió la reina, y creedme que si por precio os hubiera de dar a Isabela, según yo la estimo, no la pudiérades pagar ni con lo que trae esa nave ni con lo que queda en las Indias. Dóyosla porque os la prometí, y porque ella es digna de vos y vos lo sois della. Vuestro valor solo la merece. Si vos habéis guardado las joyas de la nave para mí, yo os he guardado la joya vuestra para vos; y, aunque os parezca que no hago mucho en volveros lo que es vuestro, yo sé que os hago mucha merced en ello; que las prendas que se compran a deseos y tienen su estimación en el alma del comprador, aquello valen que vale una alma: que no hay precio en la tierra con que aprecialla. Isabela es vuestra, veisla allí; cuando quisiéredes podéis tomar su entera posesión, y creo será con su gusto, porque es discreta y sabrá ponderar la amistad que le hacéis, que no la quiero llamar merced, sino amistad, porque me quiero alzar con el nombre de que yo sola puedo hacerle mercedes. Idos a descansar y venidme a ver mañana, que quiero más particularmente oír vuestras hazañas; y traedme esos dos que decís que de su voluntad han querido venir a verme, que se lo quiero agradecer. "Rise, Richard," replied the queen, "and believe me that were I to deliver Isabella to you in the way of bargain at the price at which I value her, you could not pay for her with all the wealth of your prize-ship, nor with what remains in the Indies. I give her to you because I promised to do so, and because she is worthy of you, and you of her; your valour alone entitles you to have her. If you have kept the jewels in the ship for me, I have kept your jewel for you; and though it may seem to you that I do not do much for you in returning to you what is your own, I know that I confer upon you a boon the worth of which is beyond all human computation. Isabella is yours; there she stands; you may claim her when you will, and I believe that it will be with her own consent, for she has the good sense to prize your affection as it deserves. I shall expect you again to-morrow to give me a more detailed account of your exploits, and bring me those two Spaniards who wish to see me, that I may gratify their desire." Richard kissed the queen′s hand, and her majesty retired.
Besóle las manos Ricaredo por las muchas mercedes que le hacía. Entróse la reina en una sala, y las damas rodearon a Ricaredo; y una dellas, que había tomado grande amistad con Isabela, llamada la señora Tansi, tenida por la más discreta, desenvuelta y graciosa de todas, dijo a Ricaredo: The ladies now gathered round Richard, and one of them, the lady Tansi, who had taken a great liking to Isabella, and who was the liveliest and most facetious lady of the court, said to him,
¿Qué es esto, señor Ricaredo, qué armas son éstas? ¿Pensábades por ventura que veníades a pelear con vuestros enemigos? Pues en verdad que aquí todas somos vuestras amigas, si no es la señora Isabela, que, como española, está obligada a no teneros buena voluntad. "What is all this, sir? Why these arms? Did you, perchance, imagine that you were coming here to fight your enemies? Believe me, you have none but friends here, unless it be the lady Isabella, who, as a Spaniard, is bound to bear you no good will."
Acuérdese ella, señora Tansi, de tenerme alguna, que como yo esté en su memoria dijo Ricaredo, yo sé que la voluntad será buena, pues no puede caber en su mucho valor y entendimiento y rara hermosura la fealdad de ser desagradecida "Let her only vouchsafe, Lady Tansi, to have me a little in her thoughts, and I am sure she will not think of me with ill will; for ingratitude can have no place in the heart of one so good, so wise, and so exquisitely fair."
A lo cual respondió Isabela: Señor Ricaredo, pues he de ser vuestra, a vos está tomar de mí toda la satisfación que quisiéredes para recompensaros de las alabanzas que me habéis dado y de las mercedes que pensáis hacerme. "Since I am to be yours, señor Richard," said Isabella, "claim from me what you will in recompense for the praises you bestow upon me."
Estas y otras honestas razones pasó Ricaredo con Isabela y con las damas, entre las cuales había una doncella de pequeña edad, la cual no hizo sino mirar a Ricaredo mientras allí estuvo. Alzábale las escarcelas, por ver qué traía debajo dellas, tentábale la espada y con simplicidad de niña quería que las armas le sirviesen de espejo, llegándose a mirar de muy cerca en ellas; y, cuando se hubo ido, volviéndose a las damas, dijo: Whilst Isabella and the other ladies were thus conversing with Richard, there was a little girl present who did nothing but gaze at him, lift up his cuishes to see what was beneath them, touch his sword, and, with childlike simplicity, peep at her own image reflected in his bright armour. When Richard was gone away, she said, turning to the ladies,
Ahora, señoras, yo imagino que debe de ser cosa hermosísima la guerra, pues aun entre mujeres parecen bien los hombres armados. "Now I see what a fine thing war must be, since armed men look to such advantage even among ladies."
¡Y cómo si parecen! respondió la señora Tansi; si no, mirad, a Ricaredo, que no parece sino que el sol se ha bajado a la tierra y en aquel hábito va caminando por la calle. "Look to advantage!" exclaimed Lady Tansi; "one might take Richard for the sun, come down from Heaven, to walk the streets in that garb."
Riyeron todas del dicho de la doncella y de la disparatada semejanza de Tansi, y no faltaron murmuradores que tuvieron por impertinencia el haber venido armado Ricaredo a palacio, puesto que halló disculpa en otros, que dijeron que, como soldado, lo pudo hacer para mostrar su gallarda bizarría. Every one laughed at the little girl′s remark, and at Lady Tansi′s hyperbole; and there lacked not back-biters, who thought his appearing in arms at the palace was an act of great impropriety; but others excused him, saying that it was a very natural and pardonable act of vanity on the part of a gallant young soldier.
Fue Ricaredo de sus padres, amigos, parientes y conocidos con muestras de entrañable amor recebido. Aquella noche se hicieron generales alegrías en Londres por su buen suceso. Ya los padres de Isabela estaban en casa de Clotaldo, a quien Ricaredo había dicho quién eran, pero que no les diesen nueva ninguna de Isabela hasta que él mismo se la diese. Este aviso tuvo la señora Catalina, su madre, y todos los criados y criadas de su casa. Aquella misma noche, con muchos bajeles, lanchas y barcos, y con no menos ojos que lo miraban, se comenzó a descargar la gran nave, que en ocho días no acabó de dar la mucha pimienta y otras riquísimas mercaderías que en su vientre encerradas tenía. Richard was most cordially welcomed by his parents, relations, and friends, and that night there were general rejoicings in London. On his return home, he found Isabella′s parents already there, and told his father and mother who they were, but begged they would give no hint of the matter to Isabella till he should make it known to her himself. His desire was punctually observed. That night they began with a great number of boats and barges, and in presence of a multitude of admiring spectators, to unload the great galleon, but eight days were consumed in the work before they had disembowelled it of its aromatic and precious freight.
El día que siguió a esta noche fue Ricaredo a palacio, llevando consigo al padre y madre de Isabela, vestidos de nuevo a la inglesa, diciéndoles que la reina quería verlos. Llegaron todos donde la reina estaba en medio de sus damas, esperando a Ricaredo, a quien quiso lisonjear y favorecer con tener junto a sí a Isabela, vestida con aquel mismo vestido que llevó la vez primera, mostrándose no menos hermosa ahora que entonces. Los padres de Isabela quedaron admirados y suspensos de ver tanta grandeza y bizarría junta. Pusieron los ojos en Isabela, y no la conocieron, aunque el corazón, presagio del bien que tan cerca tenían, les comenzó a saltar en el pecho, no con sobresalto que les entristeciese, sino con un no sé qué de gusto, que ellos no acertaban a entendelle. No consintió la reina que Ricaredo estuviese de rodillas ante ella; antes, le hizo levantar y sentar en una silla rasa, que para sólo esto allí puesta tenían: inusitada merced, para la altiva condición de la reina; y alguno dijo a otro: On the following day, Richard went again to the palace, taking with him Isabella′s father and mother, dressed in the English style, telling them that the queen wished to see them. They found the queen surrounded by her ladies, with Isabella by her side, wearing, by the queen′s desire, for Richard′s special gratification, the same dress in which she had made her first appearance at court. Isabella′s parents were filled with admiration and astonishment at such a display of grandeur and gaiety combined. They looked at Isabella, but did not recognise her, though their hearts, prophetic of the happiness so near at hand, began to throb, not anxiously, but with an emotion of joy for which they could not account. The queen would not allow Richard to kneel before her, but made him rise and be seated on a chair which was placed for him alone, an unusual favour, which provoked many envious comments.
Ricaredo no se sienta hoy sobre la silla que le han dado, sino sobre la pimienta que él trujo. "It is not on a chair he sits," said one, "but on the pepper he has brought."
Otro acudió y dijo: Ahora se verifica lo que comúnmente se dice, que dádivas quebrantan peñas, pues las que ha traído Ricaredo han ablandado el duro corazón de nuestra reina. "It is a true saying," remarked another, "that gifts can soften rocks, since they have mollified the hard heart of our queen."
Otro acudió y dijo: Ahora que está tan bien ensillado, más de dos se atreverán a correrle. "He sits at his ease," said a third, "but there are those who will make bold to push him from his seat."
En efeto, de aquella nueva honra que la reina hizo a Ricaredo tomó ocasión la envidia para nacer en muchos pechos de aquéllos que mirándole estaban; porque no hay merced que el príncipe haga a su privado que no sea una lanza que atraviesa el corazón del envidioso. In fact, that new mark of honour which the queen bestowed on Richard gave occasion to many to regard him with envy and malice; for there is no favour which the sovereign bestows on a subject but pierces the heart of the envious like a lance.
Quiso la reina saber de Ricaredo menudamente cómo había pasado la batalla con los bajeles de los cosarios. Él la contó de nuevo, atribuyendo la vitoria a Dios y a los brazos valerosos de sus soldados, encareciéndolos a todos juntos y particularizando algunos hechos de algunos que más que los otros se habían señalado, con que obligó a la reina a hacer a todos merced, y en particular a los particulares; y, cuando llegó a decir la libertad que en nombre de su Majestad había dado a los turcos y cristianos, dijo: In obedience to the queen′s command, Richard narrated more minutely the details of his conflict with the corsairs, attributing the victory to God, and to the arms of her valiant soldiers. He extolled them all collectively, and made special mention of some who had particularly distinguished themselves, in order that the queen might reward them all and singly. When he came to speak of his having, in her majesty′s name, set the Turks and Christians at liberty, he said, pointing to Isabella′s parents,
Aquella mujer y aquel hombre que allí están, señalando a los padres de Isabela, son los que dije ayer a Vuestra Majestad que, con deseo de ver vuestra grandeza, encarecidamente me pidieron los trujese conmigo. Ellos son de Cádiz, y de lo que ellos me han contado, y de lo que en ellos he visto y notado, sé que son gente principal y de valor. "These are the persons of whom I spoke yesterday to your majesty, who, desiring to behold your greatness, earnestly besought me to bring them away with me. They are from Cadiz, and from what they have told me, and from what I have myself observed, I am assured that they are persons of worth and quality."
Mandóles la reina que se llegasen cerca. Alzó los ojos Isabela a mirar los que decían ser españoles, y más de Cádiz, con deseo de saber si por ventura conocían a sus padres. Ansí como Isabela alzó los ojos, los puso en ella su madre y detuvo el paso para mirarla más atentamente, y en la memoria de Isabela se comenzaron a despertar unas confusas noticias que le querían dar a entender que en otro tiempo ella había visto aquella mujer que delante tenía. Su padre estaba en la misma confusión, sin osar determinarse a dar crédito a la verdad que sus ojos le mostraban. Ricaredo estaba atentísimo a ver los afectos y movimientos que hacían las tres dudosas y perplejas almas, que tan confusas estaban entre el sí y el no de conocerse. Conoció la reina la suspensión de entrambos, y aun el desasosiego de Isabela, porque la vio trasudar y levantar la mano muchas veces a componerse el cabello. The queen commanded them to approach her. Isabella raised her eyes to look at persons who she heard were Spaniards, and, above all, from Cadiz, longing to know if perchance they were acquainted with her parents. Her mother first encountered her gaze, and as she looked attentively at her, there rose on her mind some shadowy confused reminiscences that seemed to intimate she had seen that face before. Her father was in the same wavering state of mind, not daring to believe the evidence of his eyes, whilst Richard watched intently the workings of their perplexed and dubious souls. The queen too noticed the emotion of the two strangers, and also Isabella′s uneasiness, for she saw her often raise her hand to her forehead, which was bedewed with perspiration.
En esto, deseaba Isabela que hablase la que pensaba ser su madre: quizá los oídos la sacarían de la duda en que sus ojos la habían puesto. La reina dijo a Isabela que en lengua española dijese a aquella mujer y a aquel hombre le dijesen qué causa les había movido a no querer gozar de la libertad que Ricaredo les había dado, siendo la libertad la cosa más amada, no sólo de la gente de razón, mas aun de los animales que carecen della. Whilst Isabella was longing that the person she imagined to be her mother would speak, thinking that the sound of her voice would resolve her doubts, the queen commanded her to ask the strangers in Spanish what had induced them voluntarily to forego the freedom which Richard had offered them, since freedom was the thing most prized, not only by reasonable creatures, but even by irrational animals.
Todo esto preguntó Isabela a su madre, la cual, sin responderle palabra, desatentadamente y medio tropezando, se llegó a Isabela y, sin mirar a respecto, temores ni miramientos cortesanos, alzó la mano a la oreja derecha de Isabela, y descubrió un lunar negro que allí tenía, la cual señal acabó de certificar su sospecha. Y, viendo claramente ser Isabela su hija, abrazándose con ella, dio una gran voz, diciendo: Isabella put this question to her mother, who, without answering a word, rushed abruptly and almost totteringly to Isabella, and forgetting all respect of place or circumstances, put her hand to her daughter′s right ear, and discovered a dark mole behind it. Assured now beyond all doubt that Isabella was her daughter, she cried out,
¡Oh, hija de mi corazón! ¡Oh, prenda cara del alma mía! Y, sin poder pasar adelante, se cayó desmayada en los brazos de Isabela. "Child of my heart! treasure of my soul!" and swooned in her arms.
Su padre, no menos tierno que prudente, dio muestras de su sentimiento no con otras palabras que con derramar lágrimas, que sesgamente su venerable rostro y barbas le bañaron. Juntó Isabela su rostro con el de su madre, y, volviendo los ojos a su padre, de tal manera le miró, que le dio a entender el gusto y el descontento que de verlos allí su alma tenía. La reina, admirada de tal suceso, dijo a Ricaredo: The father, no less tender hearted but with more self-command, gave no other token of his feelings than the tears that streamed down his venerable face and beard. With her lips pressed upon her mother′s, Isabella bent her eyes upon her father, with looks that spoke the gladness of her soul. The queen was greatly affected by this touching scene, and said to Richard,
Yo pienso, Ricaredo, que en vuestra discreción se han ordenado estas vistas, y no se os diga que han sido acertadas, pues sabemos que así suele matar una súbita alegría como mata una tristeza. "I know not whether you have done wisely in contriving this meeting, for sudden joy, it is known, can kill as well as grief."
Y, diciendo esto, se volvió a Isabela y la apartó de su madre, la cual, habiéndole echado agua en el rostro, volvió en sí; y, estando un poco más en su acuerdo, puesta de rodillas delante de la reina, le dijo: Then, turning to Isabella, she withdrew her from her mother, who, after her face had been sprinkled with water, came to her senses, and recollecting herself a little better, fell on her knees before the queen, entreating her majesty′s pardon.
Perdone Vuestra Majestad mi atrevimiento, que no es mucho perder los sentidos con la alegría del hallazgo desta amada prenda.
Respondióle la reina que tenía razón, sirviéndole de intéprete, para que lo entendiese, Isabela; la cual, de la manera que se ha contado, conoció a sus padres, y sus padres a ella, a los cuales mandó la reina quedar en palacio, para que de espacio pudiesen ver y hablar a su hija y regocijarse con ella; de lo cual Ricaredo se holgó mucho, y de nuevo pidió a la reina le cumpliese la palabra que le había dado de dársela, si es que acaso la merecía; y, de no merecerla, le suplicaba desde luego le mandase ocupar en cosas que le hiciesen digno de alcanzar lo que deseaba. Bien entendió la reina que estaba Ricaredo satisfecho de sí mismo y de su mucho valor, que no había necesidad de nuevas pruebas para calificarle; y así, le dijo que de allí a cuatro días le entregaría a Isabela, haciendo a los dos la honra que a ella fuese posible. Con esto se despidió Ricaredo, contentísimo con la esperanza propincua que llevaba de tener en su poder a Isabela sin sobresalto de perderla, que es el último deseo de los amantes. Elizabeth graciously replied, and commanded that the two strangers should take up their abode in the palace, that they might have the more opportunity of rejoicing in their daughter′s society. Richard then renewed his request that the queen would fulfil her promise, and bestow Isabella upon him, if so it were that he had deserved her, but if not, he begged to be sent where he might find opportunities of doing so. The queen was well aware that Richard was well satisfied with himself, and that there was no need of putting him to further proof; she told him, therefore, that in four days he should obtain the object of his desires, and that she would honour their union with her royal countenance. Richard then took his leave of her majesty, his heart swelling with joy at the near prospect of Isabella becoming his own for ever.
Corrió el tiempo, y no con la ligereza que él quisiera: que los que viven con esperanzas de promesas venideras siempre imaginan que no vuela el tiempo, sino que anda sobre los pies de la pereza misma. Pero en fin llegó el día, no donde pensó Ricaredo poner fin a sus deseos, sino de hallar en Isabela gracias nuevas que le moviesen a quererla más, si más pudiese. Mas en aquel breve tiempo, donde él pensaba que la nave de su buena fortuna corría con próspero viento hacia el deseado puerto, la contraria suerte levantó en su mar tal tormenta, que mil veces temió anegarle. Time sped, but not with the nimbleness he desired; for those who live on the hopes of pleasure to come, always imagine that time does not fly, but hobbles on the feet of sloth itself. At last the day came on which Richard expected, not to end his desires, but to find in Isabella new graces which should make him love her more, if more was possible. But in that brief space of time, in which he thought the bark of his fortunes was running with a prosperous gale towards the desired haven, it encountered such a fearful tempest, as a thousand times threatened it with wreck.
Es, pues, el caso que la camarera mayor de la reina, a cuyo cargo estaba Isabela, tenía un hijo de edad de veinte y dos años, llamado el conde Arnesto. Hacíanle la grandeza de su estado, la alteza de su sangre, el mucho favor que su madre con la reina tenía...; hacíanle, digo, estas cosas más de lo justo arrogante, altivo y confiado. Este Arnesto, pues, se enamoró de Isabela tan encendidamente, que en la luz de los ojos de Isabela tenía abrasada el alma; y aunque, en el tiempo que Ricaredo había estado ausente, con algunas señales le había descubierto su deseo, nunca de Isabela fue admitido. Y, puesto que la repugnancia y los desdenes en los principios de los amores suelen hacer desistir de la empresa a los enamorados, en Arnesto obraron lo contrario los muchos y conocidos desdenes que le dio Isabela, porque con su celo ardía y con su honestidad se abrasaba. Y como vio que Ricaredo, según el parecer de la reina, tenía merecida a Isabela, y que en tan poco tiempo se la había de entregar por mujer, quiso desesperarse; pero, antes que llegase a tan infame y tan cobarde remedio, habló a su madre, diciéndole pidiese a la reina le diese a Isabela por esposa; donde no, que pensase que la muerte estaba llamando a las puertas de su vida. The queen′s keeper of the robes, who had charge of Isabella, had a son aged two-and-twenty, named Count Ernest, whom his great wealth, his high blood, and his mother′s great favour with the queen, made too arrogant and overbearing. He fell most violently in love with Isabella, and, during Richard′s absence, he had made some overtures to her which she had coldly disregarded. Although repugnance and disdain manifested at the outset usually make the enamoured desist from their suit, yet Isabella′s notorious disdain had the contrary effect on Ernest, for it fired his passion, and consumed his sense of honour. He was almost distracted when he found that the queen had adjudged Isabella to Richard, and that she was so soon to become his; but before he committed himself to the infamous and dastardly course which he ultimately adopted, he first besought his mother to use her influence with the queen on his behalf, declaring that his death was at hand unless he obtained Isabella for his wife.
Quedó la camarera admirada de las razones de su hijo; y, como conocía la aspereza de su arrojada condición y la tenacidad con que se le pegaban los deseos en el alma, temió que sus amores habían de parar en algún infelice suceso. Con todo eso, como madre, a quien es natural desear y procurar el bien de sus hijos, prometió al suyo de hablar a la reina: no con esperanza de alcanzar della el imposible de romper su palabra, sino por no dejar de intentar, como en salir desahuciada, los últimos remedios. The countess, well knowing her son′s violent and arrogant disposition, and the obstinacy with which he pursued his desires, had reason to fear that his passion would lead to some unhappy result. With a mother′s natural anxiety to gratify her son′s wishes, she promised to speak to the queen, not with the hope of succeeding in the impossible attempt to make her majesty break her word, but in order not to sit down in despair, while any remedy remained to be tried.
Y, estando aquella mañana Isabela vestida, por orden de la reina, tan ricamente que no se atreve la pluma a contarlo, y habiéndole echado la misma reina al cuello una sarta de perlas de las mejores que traía la nave, que las apreciaron en veinte mil ducados, y puéstole un anillo de un diamante, que se apreció en seis mil escudos, y estando alborozadas las damas por la fiesta que esperaban del cercano desposorio, entró la camarera mayor a la reina, y de rodillas le suplicó suspendiese el desposorio de Isabela por otros dos días; que, con esta merced sola que su Majestad le hiciese, se tendría por satisfecha y pagada de todas las mercedes que por sus servicios merecía y esperaba. That morning Isabella was dressed by the queen′s orders with a magnificence which defies description. With her own hands her majesty put on her neck a string of the largest pearls found in the galleon, valued at twenty thousand ducats, and a diamond ring on her finger worth six thousand crowns. But whilst the ladies were in great glee anticipating the glad time so near at hand, the keeper of the robes presented herself before the queen, and implored her on her knees to postpone Isabella′s wedding for two days longer, declaring that if her majesty would only do so, it would more than reward her for all her past services.
Quiso saber la reina primero por qué le pedía con tanto ahínco aquella suspensión, que tan derechamente iba contra la palabra que tenía dada a Ricaredo; pero no se la quiso dar la camarera hasta que le hubo otorgado que haría lo que le pedía: tanto deseo tenía la reina de saber la causa de aquella demanda. Y así, después que la camarera alcanzó lo que por entonces deseaba, contó a la reina los amores de su hijo, y cómo temía que si no le daban por mujer a Isabela, o se había de desesperar, o hacer algún hecho escandaloso; y que si había pedido aquellos dos días, era por dar lugar a su Majestad pensase qué medio sería a propósito y conveniente para dar a su hijo remedio. The queen desired to know, in the first instance, why she made that request, so directly at variance with the royal promise given to Richard; but the countess would not explain until the queen, urged by curiosity to discover the cause of this strange request, promised that she would grant it. Having thus succeeded in her immediate object, the lady keeper made the queen acquainted with her son′s passion, and how, fearing that unless he obtained Isabella he would commit some desperate deed against himself or others, she had asked for that delay of two days in order that her majesty might devise the best means of saving the life of her son.
La reina respondió que si su real palabra no estuviera de por medio, que ella hallara salida a tan cerrado laberinto, pero que no la quebrantaría, ni defraudaría las esperanzas de Ricaredo, por todo el interés del mundo. Esta respuesta dio la camarera a su hijo, el cual, sin detenerse un punto, ardiendo en amor y en celos, se armó de todas armas, y sobre un fuerte y hermoso caballo se presentó ante la casa de Clotaldo, y a grandes voces pidió que se asomase Ricaredo a la ventana, el cual a aquella sazón estaba vestido de galas de desposado y a punto para ir a palacio con el acompañamiento que tal acto requería; mas, habiendo oído las voces, y siéndole dicho quién las daba y del modo que venía, con algún sobresalto se asomó a una ventana; y como le vio Arnesto, dijo: The queen replied that had she not pledged her royal word, she would have found a way to smooth over that difficulty, but that, for no consideration, could she retract her promise or defraud Richard of the hope she had given him. The lady keeper reported the queen′s answer to her son, but nothing could overcome his headstrong presumption. Arming himself at all points he mounted a powerful charger, and presented himself before Clotald′s house, and shouted for Richard to come to the window. Richard was dressed as a bridegroom, and was on the point of setting out for the palace with his friends, but hearing himself thus summoned, he went with some surprise and showed himself at an open window.
Ricaredo, estáme atento a lo que decirte quiero: la reina mi señora te mandó fueses a servirla y a hacer hazañas que te hiciesen merecedor de la sin par Isabela. Tú fuiste, y volviste cargadas las naves de oro, con el cual piensas haber comprado y merecido a Isabela. Y, aunque la reina mi señora te la ha prometido, ha sido creyendo que no hay ninguno en su corte que mejor que tú la sirva, ni quien con mejor título merezca a Isabela, y en esto bien podrá ser se haya engañado; y así, llegándome a esta opinión, que yo tengo por verdad averiguada, digo que ni tú has hecho cosas tales que te hagan merecer a Isabela, ni ninguna podrás hacer que a tanto bien te levanten; y, en razón de que no la mereces, si quisieres contradecirme, te desafío a todo trance de muerte. "Hark you, Richard; I have something to say to you," said Count Ernest. "Our lady the queen ordered you to go forth on her service and perform exploits that should render you worthy of the peerless Isabella. You set out, and returned with ships laden with wealth, with which you think you have bought your title to Isabella. But though our lady the queen promised her to you, it was under the belief that there was no one at her court who could serve her better than you, or more justly aspire to the fair Spaniard′s hand; but in this it may be that her majesty was mistaken. Being of that opinion, and holding it for very truth, I say that you have done no such deeds as can make you worthy of Isabella, nor can you ever perform any to raise you to that honour; and if you dare to maintain the contrary, I defy you to the death."
Calló el conde, y desta manera le respondió Ricaredo: En ninguna manera me toca salir a vuestro desafío, señor conde, porque yo confieso, no sólo que no merezco a Isabela, sino que no la merece ninguno de los que hoy viven en el mundo. Así que, confesando yo lo que vos decís, otra vez digo que no me toca vuestro desafío; pero yo le acepto por el atrevimiento que habéis tenido en desafiarme. "I am in no wise called upon to take up your defial," replied Richard; "because I confess not only that I do not merit Isabella, but that no man living does so. Confessing, therefore, the truth of what you allege, I say again, that your defial touches not me; nevertheless, I accept it in order to chastise your insolence." So saying, he left the window and called for his arms.
Con esto se quitó de la ventana, y pidió apriesa sus armas. Alborotáronse sus parientes y todos aquellos que para ir a palacio habían venido a acompañarle. De la mucha gente que había visto al conde Arnesto armado, y le había oído las voces del desafío, no faltó quien lo fue a contar a la reina, la cual mandó al capitán de su guarda que fuese a prender al conde. El capitán se dio tanta priesa, que llegó a tiempo que ya Ricaredo salía de su casa, armado con las armas con que se había desembarcado, puesto sobre un hermoso caballo. Richard′s family and the friends who had assembled to escort him to the palace were thrown into confusion by this untoward incident. The challenge having been so publicly given, it could not be but that some one should report it to the queen. This was done accordingly, and her majesty ordered the captain of her guard to arrest Count Ernest. The captain made such good speed that he arrived just as Richard was riding out from his father′s house, mounted on a handsome steed, and equipped with the magnificent arms in which he had gone to pay his respects to the queen on his return from his expedition.
Cuando el conde vio al capitán, luego imaginó a lo que venía, y de-terminó de no dejar prenderse, y, alzando la voz contra Ricaredo, dijo: The moment the count saw the captain of the queen′s guard, he guessed his purpose, and resolving not to let himself be caught, he shouted out,
Ya vees, Ricaredo, el impedimento que nos viene. Si tuvieres gana de castigarme, tú me buscarás; y, por la que yo tengo de castigarte, también te buscaré; y, pues dos que se buscan fácilmente se hallan, dejemos para entonces la ejecución de nuestros deseos. "You see, Richard, how we are interrupted. If you are bent upon chastising me, you will look for me as I will look for you. Two people surely meet when they have a mind."
Soy contento respondió Ricaredo. "The sooner the better," said Richard.
En esto, llegó el capitán con toda su guarda, y dijo al conde que fuese preso en nombre de su Majestad. Respondió el conde que sí daba; pero no para que le llevasen a otra parte que a la presencia de la reina. Contentóse con esto el capitán, y, cogiéndole en medio de la guarda, le llevó a palacio ante la reina, la cual ya de su camarera estaba informada del amor grande que su hijo tenía a Isabela, y con lágrimas había suplicado a la reina perdonase al conde, que, como mozo y enamorado, a mayores yerros estaba sujeto. Meanwhile, the captain of the guards came up and, in the queen′s name, arrested the count, who surrendered, requesting to be taken into the queen′s presence.
Llegó Arnesto ante la reina, la cual, sin entrar con él en razones, le mandó quitar la espada y llevasen preso a una torre. The captain complied, and carried Ernest before the queen, who, without entering into any discourse with him, ordered that he should surrender his sword and be committed to the Tower.
Todas estas cosas atormentaban el corazón de Isabela y de sus padres, que tan presto veían turbado el mar de su sosiego. Aconsejó la camarera a la reina que para sosegar el mal que podía suceder entre su parentela y la de Ricaredo, que se quitase la causa de por medio, que era Isabela, enviándola a España, y así cesarían los efetos que debían de temerse; añadiendo a estas razones decir que Isabela era católica, y tan cristiana que ninguna de sus persuasiones, que habían sido muchas, la habían podido torcer en nada de su católico intento. A lo cual respondió la reina que por eso la estimaba en más, pues tan bien sabía guardar la ley que sus padres la habían enseñado; y que en lo de enviarla a España no tratase, porque su hermosa presencia y sus muchas gracias y virtudes le daban mucho gusto; y que, sin duda, si no aquel día, otro se la había de dar por esposa a Ricaredo, como se lo tenía prometido. All these things were torture to the heart of Isabella and to her parents, who saw their new-found happiness so soon disturbed. The lady keeper advised the queen that to prevent the mischief which might break out between her own family and Richard′s, the possible cause of it should be withdrawn, by sending Isabella to Spain. In support of this suggestion she added that Isabella was a Catholic, and so rooted in that faith, that all the arguments and persuasions she had used to withdraw her from it, and they were many, were of no avail. The queen replied that she esteemed her the more, since she was steadfast to the law taught her by her parents; and that as for sending her to Spain, it was not to be thought of, for she was charmed with her lovely presence and her many graces and virtues. In fine, the queen was resolved that Isabella should become Richard′s wife, if not that day, on another, without fail.
Con esta resolución de la reina, quedó la camarera tan desconsolada que no le replicó palabra; y, pareciéndole lo que ya le había parecido, que si no era quitando a Isabela de por medio, no había de haber medio alguno que la rigurosa condición de su hijo ablandase ni redujese a tener paz con Ricaredo, determinó de hacer una de las mayores crueldades que pudo caber jamás en pensamiento de mujer principal, y tanto como ella lo era. Y fue su determinación matar con tósigo a Isabela; y, como por la mayor parte sea la condición de las mujeres ser prestas y determinadas, aquella misma tarde atosigó a Isabela en una conserva que le dio, forzándola que la tomase por ser buena contra las ansias de corazón que sentía. The lady keeper was so mortified by this reply that she withdrew without saying a word; and having already made up her mind that unless Isabella was removed there could be no hope of relief for her son or of peace between him and Richard, she determined to commit one of the most atrocious acts that could enter the mind of a lady of her exalted station. Women being, for the most part, rash and sudden in the execution of their resolves, the lady keeper that evening gave Isabella poison in a conserve which she pressed her to take, under the pretence that it was good for the sinking and oppression of the heart which she complained of.
Poco espacio pasó después de haberla tomado, cuando a Isabela se le comenzó a hinchar la lengua y la garganta, y a ponérsele denegridos los labios, y a enronquecérsele la voz, turbársele los ojos y apretársele el pecho: todas conocidas señales de haberle dado veneno. Acudieron las damas a la reina, contándole lo que pasaba y certificándole que la camarera había hecho aquel mal recaudo. No fue menester mucho para que la reina lo creyese, y así, fue a ver a Isabela, que ya casi estaba espirando. Mandó llamar la reina con priesa a sus médicos, y, en tanto que tardaban, la hizo dar cantidad de polvos de unicornio, con otros muchos antídotos que los grandes príncipes suelen tener prevenidos para semejantes necesidades. Vinieron los médicos, y esforzaron los remedios y pidieron a la reina hiciese decir a la camarera qué género de veneno le había dado, porque no se dudaba que otra persona alguna sino ella la hubiese avenenado. Ella lo descubrió, y con esta noticia los médicos aplicaron tantos remedios y tan eficaces, que con ellos y con el ayuda de Dios quedó Isabela con vida, o a lo menos con esperanza de tenerla. A short while after Isabella had swallowed it her throat and tongue began to swell, her lips turned black, her voice became hoarse, her eyes fixed and glassy, and her breathing laboured and stertorous: in short, she exhibited all the symptoms of having been poisoned. The queen′s ladies hastened to inform her majesty, assuring her that the lady keeper had been the author of the nefarious deed. The queen had no great difficulty in coming to the same conclusion, and went at once to see Isabella, who seemed to be almost at the last gasp. Sending with all speed for her physicians, she, meanwhile, ordered that the sufferer should be given a quantity of powdered unicorn′s horn and several other antidotes, with which great princes are usually provided against such casualties. The physicians arrived and begged the queen to make the lady keeper declare what kind of poison she had used (for no one doubted that she was the poisoner). This information having been obtained from the criminal, the physician applied the proper remedies with such good effect that, with God′s help, Isabella′s life was saved, or at least there was a hope that it would be so.
Mandó la reina prender a su camarera y encerrarla en un aposento estrecho de palacio, con intención de castigarla como su delito merecía, puesto que ella se disculpaba diciendo que en matar a Isabela hacía sacrificio al cielo, quitando de la tierra a una católica, y con ella la ocasión de las pendencias de su hijo. The queen ordered that the lady keeper should be arrested and confined in a chamber of the palace, intending to punish her as her crime deserved; whilst the guilty woman thought to excuse herself by saying that in killing Isabella she offered an acceptable sacrifice to heaven by ridding the world of a Catholic, and removing with her the cause of affliction to her son.
Estas tristes nuevas oídas de Ricaredo, le pusieron en términos de perder el juicio: tales eran las cosas que hacía y las lastimeras razones con que se quejaba. Finalmente, Isabela no perdió la vida, que el quedar con ella la naturaleza lo comutó en dejarla sin cejas, pestañas y sin cabello; el rostro hinchado, la tez perdida, los cueros levantados y los ojos lagrimosos. Finalmente, quedó tan fea que, como hasta allí había parecido un milagro de hermosura, entonces parecía un monstruo de fealdad. Por mayor desgracia tenían los que la conocían haber quedado de aquella manera que si la hubiera muerto el veneno. Con todo esto, Ricaredo se la pidió a la reina, y le suplicó se la dejase llevar a su casa, porque el amor que la tenía pasaba del cuerpo al alma; y que si Isabela había perdido su belleza, no podía haber perdido sus infinitas virtudes. Finally, Isabella did not die; but she escaped only with the loss of her hair, eyebrows, and eyelashes, her face swollen, her bloom gone, her skin blotched and blistered, and her eyes red and humid. In a word, she was now become an object as loathsome to look at as she had before been surpassingly beautiful. The change was so frightful that those who knew her thought it would have been better had the poison killed her. But notwithstanding all this, Richard supplicated the queen to let him take her home with him, for the great love he bore her comprehended not only her body but her soul, and if Isabella had lost her beauty, she could not have lost her infinite virtues.
Así es dijo la reina, lleváosla, Ricaredo, y haced cuenta que lleváis una riquísima joya encerrada en una caja de madera tosca; Dios sabe si quisiera dárosla como me la entregastes, pero, pues no es posible, perdonadme: quizá el castigo que diere a la cometedora de tal delito satisfará en algo el deseo de la venganza. "Be it so," said the queen. "Take her, Richard, and reckon that you take in her a most precious jewel, in a rough wooden casket. God knows how gladly I would give her to you as I received her; but since that is impossible, perhaps the punishment I will inflict on the perpetrator of the crime will be some satisfaction to your feelings."
Muchas cosas dijo Ricaredo a la reina desculpando a la camarera y suplicándola la perdonase, pues las desculpas que daba eran bastantes para perdonar mayores insultos. Finalmente, le entregaron a Isabela y a sus padres, y Ricaredo los llevó a su casa; digo a la de sus padres. A las ricas perlas y al diamante, añadió otras joyas la reina, y otros vestidos tales, que descubrieron el mucho amor que a Isabela tenía, la cual duró dos meses en su fealdad, sin dar indicio alguno de poder reducirse a su primera hermosura; pero, al cabo deste tiempo, comenzó a caérsele el cuero y a descubrírsele su hermosa tez. Richard spoke earnestly in the culprit′s behalf, and besought her majesty to pardon her. Finally, Isabella and her parents were consigned to his care, and he took them home to his father′s house, the queen having added to the fine pearls and the diamonds she had bestowed on Isabella other jewels and rich dresses, such as manifested the great affection she felt for her. Isabella remained for two months in the same state, without the least sign appearing that her beauty would ever return; but at the end of that time her skin began to peel off, and she gradually recovered the natural bloom of her lovely complexion.
En este tiempo, los padres de Ricaredo, pareciéndoles no ser posible que Isabela en sí volviese, determinaron enviar por la doncella de Escocia, con quien primero que con Isabela tenían concertado de casar a Ricaredo; y esto sin que él lo supiese, no dudando que la hermosura presente de la nueva esposa hiciese olvidar a su hijo la ya pasada de Isabela, a la cual pensaban enviar a España con sus padres, dándoles tanto haber y riquezas, que recompensasen sus pasadas pérdidas. No pasó mes y medio cuando, sin sabiduría de Ricaredo, la nueva esposa se le entró por las puertas, acompañada como quien ella era, y tan hermosa que, después de la Isabela que solía ser, no había otra tan bella en toda Londres. Sobresaltóse Ricaredo con la improvisa vista de la doncella, y temió que el sobresalto de su venida había de acabar la vida a Isabela; y así, para templar este temor, se fue al lecho donde Isabela estaba, y hallóla en compañía de sus padres, delante de los cuales dijo: Meanwhile, Richard′s parents, thinking it impossible that Isabella should ever again be what she had been, determined to send for the Scotch lady, to whom they had at first intended to unite him. They did not doubt that the actual beauty of the new bride would make their son forget the lost beauty of her rival, whom they intended to send to Spain with her parents, giving them so much wealth as would compensate them for their past losses. All this was settled between them without Richard′s knowledge, and soon after the new bride entered their doors, duly accompanied, and so beautiful that none could compare with her in London, now that Isabella′s charms were gone. Richard was astounded at this unexpected arrival, and fearing that it would have a fatal effect upon Isabella, he went to her bedside, and said to her, in presence of her parents,
Isabela de mi alma: mis padres, con el grande amor que me tienen, aún no bien enterados del mucho que yo te tengo, han traído a casa una doncella escocesa, con quien ellos tenían concertado de casarme antes que yo conociese lo que vales. Y esto, a lo que creo, con intención que la mucha belleza desta doncella borre de mi alma la tuya, que en ella estampada tengo. Yo, Isabela, desde el punto que te quise fue con otro amor de aquel que tiene su fin y paradero en el cumplimiento del sensual apetito; que, puesto que tu corporal hermosura me cautivó los sentidos, tus infinitas virtudes me aprisionaron el alma, de manera que, si hermosa te quise, fea te adoro; y, para confirmar esta verdad, dame esa mano. "Beloved of my soul, my parents, in their great love for me, but ill conceiving how great is mine for you, have brought hither a Scotch lady, to whom they arranged to marry me before I knew your worth. They have done so, I believe, upon the supposition that her great beauty will efface from my soul the image of yours, which is deeply impressed upon it. But from the moment I first loved you, Isabella, it was with a different love from that which finds its end attained in the gratification of the sensual appetite: for though your great beauty captivated my senses, your infinite virtues enthralled my soul, so that if I loved you in your beauty, I adore you in your plainness. That I may confirm that truth, put your hand in mine."
Y, dándole ella la derecha y asiéndola él con la suya, prosiguió diciendo: She held out her right hand; he took it in his, and continued:
Por la fe católica que mis cristianos padres me enseñaron, la cual si no está en la entereza que se requiere, por aquélla juro que guarda el Pontífice romano, que es la que yo en mi corazón confieso, creo y tengo, y por el verdadero Dios que nos está oyendo, te prometo, ¡oh Isabela, mitad de mi alma!, de ser tu esposo, y lo soy desde luego si tú quieres levantarme a la alteza de ser tuyo. "By the Catholic faith which my Christian parents have taught me; or, if that is not as pure and perfect as it ought, then, by that held by the Roman pontiff, and which in my heart I confess, believe, and hold, do I swear, and by the true God who hears us, I promise you, Isabella, soul of my soul! to be your husband; and your husband I am from this moment, if you will raise me up so high."
Quedó suspensa Isabela con las razones de Ricaredo, y sus padres atónitos y pasmados. Ella no supo qué decir, ni hacer otra cosa que besar muchas veces la mano de Ricaredo y decirle, con voz mezclada con lágrimas, que ella le aceptaba por suyo y se entregaba por su esclava. Besóla Ricaredo en el rostro feo, no habiendo tenido jamás atrevimiento de llegarse a él cuando hermoso. Isabella could only kiss Richard′s hand again and again, and tell him in a voice broken by her tears, that she accepted him as hers, and gave herself to him as his slave. Richard kissed her disfigured face, which he had never ventured to kiss in its beauty;
Los padres de Isabela solenizaron con tiernas y muchas lágrimas las fiestas del desposorio. Ricaredo les dijo que él dilataría el casamiento de la escocesa, que ya estaba en casa, del modo que después verían; y, cuando su padre los quisiese enviar a España a todos tres, no lo rehusasen, sino que se fuesen y le aguardasen en Cádiz o en Sevilla dos años, dentro de los cuales les daba su palabra de ser con ellos, si el cielo tanto tiempo le concedía de vida; y que si deste término pasase, tuviese por cosa certísima que algún grande impedimento, o la muerte, que era lo más cierto, se había opuesto a su camino. and her parents, with tears of affection, ratified their solemn betrothal. Richard told them that he would find a way to postpone his marriage with the Scotch lady, and that when his father proposed to send them to Spain they were not to refuse, but were to go to Cadiz and wait for him there or in Seville for two years, within which time he gave them his word he would be with them, if God spared his life. Should he not appear within that time, they might be assured that he was prevented by some insuperable impediment, and most probably by death.
Isabela le respondió que no solos dos años le aguardaría, sino todos aquéllos de su vida, hasta estar enterada que él no la tenía, porque en el punto que esto supiese, sería el mismo de su muerte. Con estas tiernas palabras, se renovaron las lágrimas en todos, y Ricaredo salió a decir a sus padres cómo en ninguna manera se casaría ni daría la mano a su esposa la escocesa, sin haber primero ido a Roma a asegurar su conciencia. Tales razones supo decir a ellos y a los parientes que habían venido con Clisterna, que así se llamaba la escocesa, que, como todos eran católicos, fácilmente las creyeron, y Clisterna se contentó de quedar en casa de su suegro hasta que Ricaredo volviese, el cual pidió de término un año. Isabella replied that she would wait for him not only two years, but all the years of her life, until she knew that he was no longer alive; for the moment that brought her that news would be her last. Richard having at length quitted Isabella, went and told his parents that on no account would he marry the Scotch lady until he had first been to Rome for the satisfaction of his conscience; and he represented the matter in such a light to them and to the relations of Clesterna (that was the name of the Scotch lady), that as they were all Catholics, they easily assented, and Clesterna was content to remain in her father-in-law′s house until the return of Richard, who proposed to be away a year.
Esto ansí puesto y concertado, Clotaldo dijo a Ricaredo cómo determinaba enviar a España a Isabela y a sus padres, si la reina le daba licencia: quizá los aires de la patria apresurarían y facilitarían la salud que ya comenzaba a tener. Ricaredo, por no dar indicio de sus designios, respondió tibiamente a su padre que hiciese lo que mejor le pareciese; sólo le suplicó que no quitase a Isabela ninguna cosa de las riquezas que la reina le había dado. Prometióselo Clotaldo, y aquel mismo día fue a pedir licencia a la reina, así para casar a su hijo con Clisterna, como para enviar a Isabela y a sus padres a España. De todo se contentó la reina, y tuvo por acertada la determinación de Clotaldo. Y aquel mismo día, sin acuerdo de letrados y sin poner a su camarera en tela de juicio, la condenó en que no sirviese más su oficio y en diez mil escudos de oro para Isabela; y al conde Arnesto, por el desafío, le desterró por seis años de Inglaterra. This being settled, Clotald told his son of his intention to send Isabella and her parents to Spain, if the queen gave them leave; perhaps her native air would confirm and expedite her incipient recovery. Richard, to avoid betraying his secret intentions, desired his father, with seeming indifference, to do as he thought best; only he begged him not to take away from Isabella any of the presents which the queen had given her. Clotald promised this, and the same day he went and asked the queen′s leave both to marry his son to Clesterna, and to send Isabella and her parents to Spain. The queen granted both requests, and without having recourse to lawyers or judges, she forthwith passed sentence on the lady keeper, condemning her to lose her office, and to pay down ten thousand crowns for Isabella. As for Count Ernest, she banished him from England for six years.
No pasaron cuatro días, cuando ya Arnesto se puso a punto de salir a cumplir su destierro y los dineros estuvieron juntos. La reina llamó a un mercader rico, que habitaba en Londres y era francés, el cual tenía correspondencia en Francia, Italia y España, al cual entregó los diez mil escudos, y le pidió cédulas para que se los entregasen al padre de Isabela en Sevilla o en otra playa de España. El mercader, descontados sus intereses y ganancias, dijo a la reina que las daría ciertas y seguras para Sevilla, sobre otro mercader francés, su correspondiente, en esta forma: que él escribiría a París para que allí se hiciesen las cédulas por otro correspondiente suyo, a causa que rezasen las fechas de Francia y no de Inglaterra, por el contrabando de la comunicación de los dos reinos, y que bastaba llevar una letra de aviso suya sin fecha, con sus contraseñas, para que luego diese el dinero el mercader de Sevilla, que ya estaría avisado del de París. Four days afterwards Richard set out on his exile, and the money had been already paid. The queen, sending for a rich merchant, resident in London, who was a Frenchman, and had correspondents in France, Italy, and Spain, put the ten thousand crowns into his hands, and desired him to let Isabella′s father have bills for the amount on Seville or some other place in Spain. The merchant having deducted his profit, told the queen he would give good and safe bills on another French merchant, his correspondent in Seville, in the following manner:—He would write to Paris that the bills might be drawn there by another correspondent of his, in order that they should be dated from France and not from England, because of the interdicted communication between that country and Spain. It would only be necessary to have a letter of advice from him, with his signature and without date, in sight of which the merchant of Seville would immediately pay the money, according to previous advice from the merchant of Paris.
En resolución, la reina tomó tales seguridades del mercader, que no dudó de no ser cierta la partida; y, no contenta con esto, mandó llamar a un patrón de una nave flamenca, que estaba para partirse otro día a Francia, a sólo tomar en algún puerto della testimonio para poder entrar en España, a título de partir de Francia y no de Inglaterra; al cual pidió encarecidamente llevase en su nave a Isabela y a sus padres, y con toda seguridad y buen tratamiento los pusiese en un puerto de España, el primero a do llegase. In fine, the queen took such securities from the merchant as made the payment certain; and not content with this, she sent for the master of a Flemish vessel who was about to sail for France, only to obtain a manifest from some French port, in order to be allowed to land in Spain; and she begged him to take Isabella and her parents, treat them well, and land them safely at the first Spanish port he reached.
El patrón, que deseaba contentar a la reina, dijo que sí haría, y que los pondría en Lisboa, Cádiz o Sevilla. Tomados, pues, los recaudos del mercader, envió la reina a decir a Clotaldo no quitase a Isabela todo lo que ella la había dado, así de joyas como de vestidos. Otro día, vino Isabela y sus padres a despedirse de la reina, que los recibió con mucho amor. Dioles la reina la carta del mercader y otras muchas dádivas, así de dineros como de otras cosas de regalo para el viaje. Con tales razones se lo agradeció Isabela, que de nuevo dejó obligada a la reina para hacerle siempre mercedes. Despidióse de las damas, las cuales, como ya estaba fea, no quisieran que se partiera, viéndose libres de la envidia que a su hermosura tenían, y contentas de gozar de sus gracias y discreciones. Abrazó la reina a los tres, y, encomendándolos a la buena ventura y al patrón de la nave, y pidiendo a Isabela la avisase de su buena llegada a España, y siempre de su salud, por la vía del mercader francés, se despidió de Isabela y de sus padres, los cuales aquella misma tarde se embarcaron, no sin lágrimas de Clotaldo y de su mujer y de todos los de su casa, de quien era en todo estremo bien querida. No se halló a esta despedida presente Ricaredo, que por no dar muestras de tiernos sentimientos, aquel día hizo con unos amigos suyos le llevasen a caza. Los regalos que la señora Catalina dio a Isabela para el viaje fueron muchos, los abrazos infinitos, las lágrimas en abundancia, las encomiendas de que la escribiese sin número, y los agradecimientos de Isabela y de sus padres correspondieron a todo; de suerte que, aunque llorando, los dejaron satisfechos. The master, who desired to please the queen, said he would do so, and would land them at Lisbon, Cadiz, or Seville. After this the queen sent word to Clotald not to take from Isabella any of the presents she had given her, whether jewels or clothes. The next day Isabella and her parents came to take leave of the queen, who received them with great affection. The queen gave them the merchant′s bills, besides many other presents, both in money and in things suitable for their voyage. Isabella expressed her gratitude in such terms as to increase the queen′s gracious disposition towards her. She took leave of the ladies of the court, who, now that she had become plain, would rather have had her remain among them, having no longer reason to envy her beauty, and being willing to enjoy her society for the sake of her good qualities of mind and disposition. The queen embraced the three, and took leave of them, commending them to good fortune and to the master of the vessel, and asking Isabella to inform her of her arrival in Spain, and of her health at all times through the French merchant. That evening they embarked, not without tears on the part of Clotald, his wife, and his whole household, by whom Isabella was exceedingly beloved. Richard was not present at the departure, for, in order to avoid betraying his feelings, he had gone with some of his friends to the chase.
Aquella noche se hizo el bajel a la vela; y, habiendo con próspero viento tocado en Francia y tomado en ella los recados necesarios para poder entrar en España, de allí a treinta días entró por la barra de Cádiz, donde se desembarcaron Isabela y sus padres; y, siendo conocidos de todos los de la ciudad, los recibieron con muestras de mucho contento. Recibieron mil parabienes del hallazgo de Isabela y de la libertad que habían alcanzado, ansí de los moros que los habían cautivado (habiendo sabido todo su suceso de los cautivos que dio libertad la liberalidad de Ricaredo), como de la que habían alcanzado de los ingleses. Many were the dainties which the lady Catherine gave. Isabella for use on the voyage; endless were her embraces, her tears, and her injunctions that she should write to her; for all which Isabella and her parents returned suitable thanks. That night the vessel set sail, and having reached France with a fair wind, and obtained the necessary papers to enable them to enter Spain, they crossed the bar of Cadiz thirty days afterwards, and there Isabella and her parents disembarked. Being known to the whole city, they were joyfully welcomed, and warmly congratulated on their recovery of Isabella, and on their liberation, from their Turkish captors (for that fact had been made known by the captives whom Richard generously released), and also from detention in England.
Ya Isabela en este tiempo comenzaba a dar grandes esperanzas de volver a cobrar su primera hermosura. Poco más de un mes estuvieron en Cádiz, restaurando los trabajos de la navegación, y luego se fueron a Sevilla por ver si salía cierta la paga de los diez mil ducados que, librados sobre el mercader francés, traían. Dos días después de llegar a Sevilla le buscaron, y le hallaron y le dieron la carta del mercader francés de la ciudad de Londres. Él la reconoció, y dijo que hasta que de París le viniesen las letras y carta de aviso no podía dar el dinero; pero que por momentos aguardaba el aviso. By this time Isabella began to give great hopes that she would quite recover her original beauty. For more than a month they remained in Cadiz, recruiting themselves after the toils of their voyage; and then they went to Seville, to see if they should obtain payment of the ten thousand crowns upon the French merchant′s bill. Two days after their arrival they called upon the person on whom it was drawn. He acknowledged it, but said that, until the arrival of advices from Paris, he could not pay the money.
Los padres de Isabela alquilaron una casa principal, frontero de Santa Paula, por ocasión que estaba monja en aquel santo monasterio una sobrina suya, única y estremada en la voz, y así por tenerla cerca como por haber dicho Isabela a Ricaredo que, si viniese a buscarla, la hallaría en Sevilla y le diría su casa su prima la monja de Santa Paula, y que para conocella no había menester más de preguntar por la monja que tenía la mejor voz en el monasterio, porque estas señas no se le podían olvidar. Otros cuarenta días tardaron de venir los avisos de París; y, a dos que llegaron, el mercader francés entregó los diez mil ducados a Isabela, y ella a sus padres; y con ellos y con algunos más que hicieron vendiendo algunas de las muchas joyas de Isabela, volvió su padre a ejercitar su oficio de mercader, no sin admiración de los que sabían sus grandes pérdidas. Isabella′s father hired a large house facing St. Paul′s, because there was in that holy convent a nun who was remarkable for rare musical talents, and who was his own niece. They chose the house to be near her for that reason, and because Isabella had told Richard that if he came to look for her he would find her in Seville, and her cousin, the nun of St. Paula′s, would tell him where: he had only to ask for the nun who had the best voice in the convent; every one would know her by that description. It was forty days more before the advices came from Paris, and two days after their arrival the French merchant paid Isabella the ten thousand crowns, which she handed over to her parents. With that sum, and something more made by the sale of part of Isabella′s numerous jewels, her father again began business as a merchant, to the surprise of those who were cognisant of his great losses.
En fin, en pocos meses fue restaurando su perdido crédito, y la belleza de Isabela volvió a su ser primero, de tal manera que, en hablando de hermosas, todos daban el lauro a [I..la española inglesa;[I.. que, tanto por este nombre como por su hermosura, era de toda la ciudad conocida. Por la orden del mercader francés de Sevilla, escribieron Isabela y sus padres a la reina de Inglaterra su llegada, con los agradecimientos y sumisiones que requerían las muchas mercedes della recebidas. Asimismo, escribieron a Clotaldo y a su señora Catalina, llamándolos Isabela padres, y sus padres, señores. De la reina no tuvieron respuesta, pero de Clotaldo y de su mujer sí, donde les daban el parabién de la llegada a salvo, y los avisaban cómo su hijo Ricaredo, otro día después que ellos se hicieron a la vela, se había partido a Francia, y de allí a otras partes, donde le convenía a ir para seguridad de su conciencia, añadiendo a éstas otras razones y cosas de mucho amor y de muchos ofrecimientos. A la cual carta respondieron con otra no menos cortés y amorosa que agradecida. After a few months his lost credit began to return; so, too, did his daughter′s good looks, so that, whenever female beauty was the subject of discourse, the palm was universally conceded to the Spanish-English lady; for by that name, as well as for her great beauty, she was known throughout the city. Through the French merchant of Seville, Isabella and her parents wrote to the queen of England, announcing their arrival in such grateful and dutiful terms as the many favours received at her Majesty′s hands required. They also wrote to Clotald and Catherine, whom Isabella addressed as her revered parents. Their letters to the queen remained unanswered, but from Clotald and his wife they received a reply, congratulating them on their safe arrival, and informing them that their son Richard had set out from France the day after their departure, and thence to other countries, which it behoved him to visit for the tranquillity of his conscience.
Luego imaginó Isabela que el haber dejado Ricaredo a Inglaterra sería para venirla a buscar a España; y, alentada con esta esperanza, vivía la más contenta del mundo, y procuraba vivir de manera que, cuando Ricaredo llegase a Sevilla, antes le diese en los oídos la fama de sus virtudes que el conocimiento de su casa. Pocas o ninguna vez salía de su casa, si no para el monasterio; no ganaba otros jubileos que aquellos que en el monasterio se ganaban. Desde su casa y desde su oratorio andaba con el pensamiento los viernes de Cuaresma la santísima estación de la cruz, y los siete venideros del Espíritu Santo. Jamás visitó el río, ni pasó a Triana, ni vio el común regocijo en el campo de Tablada y puerta de Jerez el día, si le hace claro, de San Sebastián, celebrado de tanta gente, que apenas se puede reducir a número. Finalmente, no vio regocijo público ni otra fiesta en Sevilla: todo lo libraba en su recogimiento y en sus oraciones y buenos deseos esperando a Ricaredo. Este su grande retraimiento tenía abrasados y encendidos los deseos, no sólo de los pisaverdes del barrio, sino de todos aquellos que una vez la hubiesen visto: de aquí nacieron músicas de noche en su calle y carreras de día. Deste no dejar verse y desearlo muchos crecieron las alhajas de las terceras, que prometieron mostrarse primas y únicas en solicitar a Isabela; y no faltó quien se quiso aprovechar de lo que llaman hechizos, que no son sino embustes y disparates. Pero a todo esto estaba Isabela como roca en mitad del mar, que la tocan, pero no la mueven las olas ni los vientos. Isabella immediately concluded that Richard had left England for no other purpose than to seek her; and cheered by this hope, she was as happy as she could be, and strove to live in such a manner that, when Richard arrived in Seville, the fame of her virtues should reach his ears before he learned where she lived. She seldom or never quitted the house, except to go to the convent, and attended no other church services than those performed there. She never went near the river, or to Triana, or witnessed the general rejoicings at the Campo de Tablada, or the Puerta de Xeres on Sari Sebastian′s day, celebrated by an almost innumerable multitude; in short, she never went abroad for any kind of amusement in Seville; her whole time was spent in her devotions, and in praying and hoping for Richard′s arrival. The consequence of this strict retirement was a great increase of the general interest about her; thence came serenades in her street by night, and promenades by day. The desire which so many felt to see her, and the difficulty of accomplishing it, was a great source of gain to the professional go-betweens, who severally professed that they alone had the ear of Isabella, and some there were who had recourse to what are called charms, which are nothing but deceits and follies; but in spite of all this, Isabella was like a rock in the ocean, which the winds and waves assail in vain.
Año y medio era ya pasado cuando la esperanza propincua de los dos años por Ricaredo prometidos comenzó con más ahínco que hasta allí a fatigar el corazón de Isabela. Y, cuando ya le parecía que su esposo llegaba y que le tenía ante los ojos, y le preguntaba qué impedimentos le habían detenido tanto; cuando ya llegaban a sus oídos las disculpas de su esposo, y cuando ya ella le perdonaba y le abrazaba, y como a mitad de su alma le recebía, llegó a sus manos una carta de la señora Catalina, fecha en Londres cincuenta días había; venía en lengua inglesa, pero, leyéndola en español, vio que así decía: A year and a half had now passed, and her heart began to yearn more and more as the end of the period assigned by Richard drew near. Already, in imagination, she looked upon him as arrived; he stood before her eyes; she asked him what had caused his long delay; she heard his excuses; she forgave him, embraced and welcomed him as the half of her soul; and then there was put into her hands a letter from the lady Catherine, dated from London fifty days before. It was as follows:—
Hija de mi alma: bien conociste a Guillarte, el paje de Ricaredo. Éste se fue con él al viaje, que por otra te avisé, que Ricaredo a Francia y a otras partes había hecho el segundo día de tu partida. Pues este mismo Guillarte, a cabo de diez y seis meses que no habíamos sabido de mi hijo, entró ayer por nuestra puerta con nuevas que el conde Arnesto había muerto a traición en Francia a Ricaredo. Considera, hija, cuál quedaríamos su padre y yo y su esposa con tales nuevas; tales, digo, que aun no nos dejaron poner en duda nuestra desventura. Lo que Clotaldo y yo te rogamos otra vez, hija de mi alma, es que encomiendes muy de veras a Dios la de Ricaredo, que bien merece este beneficio el que tanto te quiso como tú sabes. También pedirás a Nuestro Señor nos dé a nosotros paciencia y buena muerte, a quien nosotros también pediremos y suplicaremos te dé a ti y a tus padres largos años de vida. "Daughter of my heart,—You doubtless recollect Richard′s page, Guillart. He accompanied Richard on his journey the day after you sailed, to France and other parts, whereof I informed you in a former letter. This said Guillart, after we had been sixteen months without hearing news of my son, yesterday entered our house with news that Count Ernest had basely murdered Richard in France. Imagine, my daughter, the effect upon his father, myself, and his intended wife, of such news as this, coming to us in such wise as left no doubt of our misfortune. What Clotald and myself beg of you once more, daughter of my soul, is that you will pray heartily to God for the soul of Richard, for well he deserves this service at your hands, he who loved you so much as you know. Pray also to our Lord to grant us patience, and that we may make a good end; as we will pray for long life for you and your parents."
Por la letra y por la firma, no le quedó que dudar a Isabela para no creer la muerte de su esposo. Conocía muy bien al paje Guillarte, y sa-bía que era verdadero y que de suyo no habría querido ni tenía para qué fingir aquella muerte; ni menos su madre, la señora Catalina, la habría fingido, por no importarle nada enviarle nuevas de tanta tristeza. Finalmente, ningún discurso que hizo, ninguna cosa que imaginó, le pudo quitar del pensamiento no ser verdadera la nueva de su desventura. This letter and the signature left no doubt in Isabella′s mind of the death of her husband. She knew the page Guillart very well, and knew that he was a person of veracity, and that he could have had no motive for publishing false news in such a matter; still less could the lady Catharine have had any interest in deceiving her so painfully. In fine, in whatever way she considered the subject, the conclusion at which she invariably arrived was, that this dismal intelligence was unquestionably true.
Acabada de leer la carta, sin derramar lágrimas ni dar señales de doloroso sentimiento, con sesgo rostro y, al parecer, con sosegado pecho, se levantó de un estrado donde estaba sentada y se entró en un oratorio; y, hincándose de rodillas ante la imagen de un devoto crucifijo, hizo voto de ser monja, pues lo podía ser teniéndose por viuda. Sus padres disimularon y encubrieron con discreción la pena que les había dado la triste nueva, por poder consolar a Isabela en la amarga que sentía; la cual, casi como satisfecha de su dolor, templándole con la santa y cristiana resolución que había tomado, ella consolaba a sus padres, a los cuales descubrió su intento, y ellos le aconsejaron que no le pusiese en ejecución hasta que pasasen los dos años que Ricaredo había puesto por término a su venida; que con esto se confirmaría la verdad de la muerte de Ricaredo, y ella con más seguridad podía mudar de estado. Ansí lo hizo Isabela, y los seis meses y medio que quedaban para cumplirse los dos años, los pasó en ejercicios de religiosa y en concertar la entrada del monasterio, habiendo elegido el de Santa Paula, donde estaba su prima. When she had finished reading the letter, without shedding tears or showing any outward tokens of grief, with a composed face and apparently tranquil breast, she rose from her seat, entered an oratory, and kneeling before a crucifix, made a vow to become a nun, thinking herself free to do so, as she was no longer a betrothed maiden, but a widow. Her parents studiously concealed the grief which this affecting news caused them, in order that they might the better console their bereaved daughter; whilst she, as if mistress over her sorrow, having subdued it by the holy Christian resolution she had made, became their comforter. She made her intention known to them, and they advised her to postpone its execution, until the two years were elapsed which Richard had assigned as the duration of his absence. That delay would suffice for confirming the news of his death, and then she might with more security change her condition. Isabella followed their advice; and the six months and a half which remained to complete the term of two years were spent by her in devotional exercises, and in arranging for her entrance into the convent of Santa Paula, in which her cousin was a nun.
Pasóse el término de los dos años y llegóse el día de tomar el hábito, cuya nueva se estendió por la ciudad; y de los que conocían de vista a Isabela, y de aquéllos que por sola su fama, se llenó el monasterio y la poca distancia que dél a la casa de Isabela había. Y, convidando su padre a sus amigos y aquéllos a otros, hicieron a Isabela uno de los más honrados acompañamientos que en semejantes actos se había visto en Sevilla. Hallóse en él el asistente, y el provisor de la Iglesia y vicario del arzobispo, con todas las señoras y señores de título que había en la ciudad: tal era el deseo que en todos había de ver el sol de la hermosura de Isabela, que tantos meses se les había eclipsado. Y, como es costumbre de las doncellas que van a tomar el hábito ir lo posible galanas y bien compuestas, como quien en aquel punto echa el resto de la bizarría y se descarta della, quiso Isabela ponerse la más bizarra que le fue posible; y así, se vistió con aquel vestido mismo que llevó cuando fue a ver la reina de Inglaterra, que ya se ha dicho cuán rico y cuán vistoso era. Salieron a luz las perlas y el famoso diamante, con el collar y cintura, que asimismo era de mucho valor. The remainder of the two years elapsed, and the day arrived when she was to take the veil. The news having spread through the city, the convent, and the space between it and Isabella′s abode, was thronged by those who knew her by sight, or by report only; and her father having invited her friends, and these having invited others, Isabella had for her escort one of the most imposing retinues ever seen in Seville on such occasions. It included the chief justice of Seville, the vicar-general, and all the titled personages of both sexes in the city, so great was the desire of all to behold the sun of Isabella′s beauty, which had been for so many months eclipsed. And as it is customary for maidens about to take the veil to dress themselves in their very gayest attire on the day when they are to renounce for ever the pomps and vanities of the world, Isabella wore the same splendid dress in which she was presented to the queen of England, with her necklace and girdle of lustrous pearls, her diamond ring, and all her other sumptuous jewels.
Con este adorno y con su gallardía, dando ocasión para que todos alabasen a Dios en ella, salió Isabela de su casa a pie, que el estar tan cerca del monasterio escusó los coches y carrozas. El concurso de la gente fue tanto, que les pesó de no haber entrado en los coches, que no les daban lugar de llegar al monasterio. Unos bendecían a sus padres, otros al cielo, que de tanta hermosura la había dotado; unos se empinaban por verla; otros, habiéndola visto una vez, corrían adelante por verla otra; y el que más solícito se mostró en esto, y tanto que muchos echaron de ver en ello, fue un hombre vestido en hábito de los que vienen rescatados de cautivos, con una insignia de la Trinidad en el pecho, en señal que han sido rescatados por la limosna de sus redemptores. Este cautivo, pues, al tiempo que ya Isabela tenía un pie dentro de la portería del convento, donde habían salido a recebirla, co-mo es uso, la priora y las monjas con la cruz, a grandes voces dijo: Thus gorgeously attired, Isabella set out from home on foot, for the short distance to the convent seemed to render carriages superfluous; but the concourse was so great that the procession could hardly advance, and its members regretted too late that they had not chosen to ride instead of walking. Some of the spectators blessed the father and mother of that lovely creature; others praised Heaven that had endowed her with so much beauty. Some strained forward to see her; others, having seen her once, ran forward to have a second view of her. Among those who were most eager to behold her, was a man who attracted the notice of many by his extraordinary efforts. He was dressed in the garb of a slave lately ransomed, and wore on his breast the emblem of the Holy Trinity, by which it was known that he had been redeemed by the charity of the Redemptorist fathers. Already Isabella had set one foot on the threshold of the convent gate, where the prioress and the nuns stood ready to receive her with the cross, when this ransomed captive cried out,
¡Detente, Isabela, detente!; que mientras yo fuere vivo no puedes tú ser religiosa. "Stop, Isabella, stop!"
A estas voces, Isabela y sus padres volvieron los ojos, y vieron que, hendiendo por toda la gente, hacia ellos venía aquel cautivo; que, habiéndosele caído un bonete azul redondo que en la cabeza traía, descubrió una confusa madeja de cabellos de oro ensortijados, y un rostro como el carmín y como la nieve, colorado y blanco: señales que luego le hicieron conocer y juzgar por estranjero de todos. En efeto, cayendo y levantando, llegó donde Isabela estaba; y, asiéndola de la mano, le dijo: Isabella and her parents turned at this cry, and saw the man cleaving his way towards them through the crowd by main strength. The blue hat he wore having fallen oft through the violence of his exertions, disclosed a profusion of flaxen hair, and a clear red and white complexion, which showed him at once to be a foreigner. Struggling, stumbling, and rising again, he at last reached the spot where Isabella stood, caught her hand in his, and said,
¿Conócesme, Isabela? Mira que yo soy Ricaredo, tu esposo. "Do you know me, Isabella? I am Richard, your betrothed."
Sí conozco dijo Isabela, si ya no eres fantasma que viene a turbar mi reposo. "Well do I know you," said Isabella, "if indeed you are not a phantom come to trouble my repose."
Sus padres le asieron y atentamente le miraron, y en resolución conocieron ser Ricaredo el cautivo; el cual, con lágrimas en los ojos, hincando las rodillas delante de Isabela, le suplicó que no impidiese la estrañeza del traje en que estaba su buen conocimiento, ni estorbase su baja fortuna que ella no correspondiese a la palabra que entre los dos se habían dado. Isabela, a pesar de la impresión que en su memoria había hecho la carta de su madre de Ricaredo, dándole nuevas de su muerte, quiso dar más crédito a sus ojos y a la verdad que presente tenía; y así, abrazándose con el cautivo, le dijo: Her parents also examined his features attentively, and saw that this captive was indeed Richard. As for him, weeping at Isabella′s feet, he implored her not to let the strange garb he wore prevent her recognising him, nor his low fortune impede the fulfilment of the pledges exchanged between them. In spite of the impression which the letter from Richard′s mother had made on her memory, Isabella chose rather to believe the living evidence before her eyes; and embracing the captive, she said,
Vos, sin duda, señor mío, sois aquel que sólo podrá impedir mi cristiana determinación. Vos, señor, sois sin duda la mitad de mi alma, pues sois mi verdadero esposo; estampado os tengo en mi memoria y guardado en mi alma. Las nuevas que de vuestra muerte me escribió mi señora, y vuestra madre, ya que no me quitaron la vida, me hicieron escoger la de la religión, que en este punto quería entrar a vivir en ella. Mas, pues Dios con tan justo impedimento muestra querer otra cosa, ni podemos ni conviene que por mi parte se impida. Venid, señor, a la casa de mis padres, que es vuestra, y allí os entregaré mi posesión por los términos que pide nuestra santa fe católica. "Without doubt, my lord and master, you are he who alone could hinder the fulfilment of my Christian determination; you are without doubt the half of my soul; my own betrothed! your image is stamped upon my memory, and treasured in my heart. The news of your death, sent me by your lady mother, not having killed me on the spot, I resolved to dedicate myself to religion, and I was just about to enter this convent for the rest of my days; but since God has shown us by so just an impediment that he wills otherwise, it is not for me to refuse obedience. Come, señor, to the house of my parents, which is yours, and there I will give myself to you in the way which our holy catholic faith prescribes."
Todas estas razones oyeron los circunstantes, y el asistente, y vicario, y provisor del arzobispo; y de oírlas se admiraron y suspendieron, y quisieron que luego se les dijese qué historia era aquélla, qué estranjero aquél y de qué casamiento trataban. A todo lo cual respondió el padre de Isabela, diciendo que aquella historia pedía otro lugar y algún término para decirse. Y así, suplicaba a todos aquellos que quisiesen saberla, diesen la vuelta a su casa, pues estaba tan cerca; que allí se la contarían de modo que con la verdad quedasen satisfechos, y con la grandeza y estrañeza de aquel suceso admirados. En esto, uno de los presentes alzó la voz, diciendo: This dialogue, overheard by the spectators, struck them all with amazement. The chief justice and the vicar-general immediately demanded what was all this ado, who was this stranger, and what marriage was this they talked about. Isabella′s father replied, that what they had seen was the sequel of a story which required a different place for the telling of it; therefore, he begged that all who desired to hear it should turn back to his house, which was close by, and there he would fully satisfy their curiosity, and fill them with wonder at the strange things he should relate.
Señores, este mancebo es un gran cosario inglés, que yo le conozco; y es aquel que habrá poco más de dos años tomó a los cosarios de Argel la nave de Portugal que venía de las Indias. No hay duda sino que es él, que yo le conozco, porque él me dio libertad y dineros para venirme a España, y no sólo a mí, sino a otros trecientos cautivos. Just then one of the crowd cried out, "Señors, this young man is the great English corsair. It is not much more than two years since he took from the Algerine corsairs the great Portuguese galleon from the Indies. There is not the least doubt that he is the very man; I know him, because he set me at liberty, and gave me money to carry me to Spain, and not me only, but three hundred other captives likewise."
Con estas razones se alborotó la gente y se avivó el deseo que todos tenían de saber y ver la claridad de tan intricadas cosas. Finalmente, la gente más principal, con el asistente y aquellos dos señores eclesiásticos, volvieron a acompañar a Isabela a su casa, dejando a las monjas tristes, confusas y llorando por lo que perdían en [no] tener en su compañía a la hermosa Isabela; la cual, estando en su casa, en una gran sala della hizo que aquellos señores se sentasen. Y, aunque Ricaredo quiso tomar la mano en contar su historia, todavía le pareció que era mejor fiarlo de la lengua y discreción de Isabela, y no de la suya, que no muy expertamente hablaba la lengua castellana. These words increased the general excitement and the desire to see all these intricate matters cleared up. Finally, the principal persons of the city, with the chief justice and the vicar-general, went back with Isabella to her father′s house, leaving the nuns sorely discomfited, and crying with vexation at the loss they had sustained in not having the beautiful Isabella to grace their nunnery. The company being arrived at the house of Isabella′s father, she made them be seated in a long hall, and though Richard would willingly have taken it upon himself to tell his story, yet he thought it better to trust it to Isabella′s tongue than to his own, which was not very expert in speaking Spanish.
Callaron todos los presentes; y, teniendo las almas pendientes de las razones de Isabela, ella así comenzó su cuento; el cual le reduzgo yo a que dijo todo aquello que, desde el día que Clotaldo la robó de Cádiz, hasta que entró y volvió a él, le había sucedido, contando asimismo la batalla que Ricaredo había tenido con los turcos, la liberalidad que había usado con los cristianos, la palabra que entrambos a dos se habían dado de ser marido y mujer, la promesa de los dos años, las nuevas que había tenido de su muerte: tan ciertas a su parecer, que la pusieron en el término que habían visto de ser religiosa. Engrandeció la liberalidad de la reina, la cristiandad de Ricaredo y de sus padres, y acabó con decir que dijese Ricaredo lo que le había sucedido después que salió de Londres hasta el punto presente, donde le veían con hábito de cautivo y con una señal de haber sido rescatado por limosna. Accordingly she began her narration in the midst of profound silence and attention. She related all that happened to her from the day when Clotald carried her off from Cadiz until her return thither; also Richard′s engagement with the Turks; his liberality to the Christians; the promise they had given each other to be husband and wife; the two years′ delay agreed on, and the news she had received of his death, which seemed to her so certain, as to have nearly occasioned her taking the veil! She extolled the liberality of the queen of England, the Christian faith of Richard and his parents, and she concluded by saying, that Richard would relate what had happened to him since he left London until that moment, when he stood before them in the dress of a captive, and with the mark of having been ransomed by charity.
Así es dijo Ricaredo, y en breves razones sumaré los inmensos trabajos míos: "I will do so," said Richard, "and briefly relate the hardships I have undergone.
«Después que me partí de Londres, por escusar el casamiento que no podía hacer con Clisterna, aquella doncella escocesa católica con quien ha dicho Isabela que mis padres me querían casar, llevando en mi compañía a Guillarte, aquel paje que mi madre escribe que llevó a Londres las nuevas de mi muerte, atravesando por Francia, llegué a Roma, donde se alegró mi alma y se fortaleció mi fe. Besé los pies al Sumo Pontífice, confesé mis pecados con el mayor penitenciero; absolvióme dellos, y diome los recaudos necesarios que diesen fe de mi confesión y penitencia y de la reducción que había hecho a nuestra universal madre la Iglesia. Hecho esto, visité los lugares tan santos como inumerables que hay en aquella ciudad santa; y de dos mil escudos que tenía en oro, di los mil y seiscientos a un cambio, que me los libró en esta ciudad sobre un tal Roqui Florentín. Con los cuatrocientos que me quedaron, con intención de venir a España, me partí para Génova, donde había tenido nuevas que estaban dos galeras de aquella señoría de partida para España. "I quitted London to avoid marrying Clisterna, the Scottish Catholic lady, to whom Isabella has told you that my parents wished to unite me, and I took with me Guillart, my page, the same who carried the news of my death to London, as my mother stated in her letter. Passing through France, I arrived in Rome, where my soul was gladdened, and my faith fortified. I kissed the feet of the supreme pontiff, confessed my sins to the grand penitentiary, obtained absolution, and received the necessary certificates of my confession and penance, and of the submission I had paid to our holy mother, the church. This done, I visited the numberless holy places in that sacred city, and out of two thousand crowns I had with me in gold, I deposited one thousand six hundred with a money-changer, who gave me a letter of credit for them on one Roqui, a Florentine, in this city. With the four hundred that remained, I set out for Spain, by way of Genoa, where I had heard that there were two galleys of that signory bound for this country.
»Llegué con Guillarte, mi criado, a un lugar que se llama Aquapendente, que, viniendo de Roma a Florencia, es el último que tiene el Papa, y en una hostería o posada, donde me apeé, hallé al conde Arnesto, mi mortal enemigo, que con cuatro criados disfrazado y encubierto, más por ser curioso que por ser católico, entiendo que iba a Roma. Creí sin duda que no me había conocido. Encerréme en un aposento con mi criado, y estuve con cuidado y con determinación de mudarme a otra posada en cerrando la noche. No lo hice ansí, porque el descuido grande que yo [pen]sé que tenían el conde y sus criados, me aseguró que no me habían conocido. Cené en mi aposento, cerré la puerta, apercebí mi espada, encomendéme a Dios y no quise acostarme. Durmióse mi criado, y yo sobre una silla me quedé medio dormido; mas, poco después de la media noche, me despertaron, para hacerme dormir el eterno sueño, cuatro pistoletes [que], como después supe, dispararon contra mí el conde y sus criados; y, dejándome por muerto, teniendo ya a punto los caballos, se fueron, diciendo al huésped de la posada que me enterrase, porque era hombre principal; y, con esto, se fueron. I arrived with Guillart at a place called Aquapendente, which is the last town in the pope′s dominions on the road to Florence, and in an inn at which I alighted, I met Count Ernest, my mortal enemy. He had four servants with him, he was disguised, and was going, as I understood, to Rome, not because he was a Catholic, but from motives of curiosity. I thought he had not recognised me, and shut myself up in a room with my servant Guillart, where I remained on my guard, intending to shift my quarters at nightfall. I did not do so, however, for the perfect indifference shown by the count and his servants made me confident that they had not recognised me. I supped in my room, locked the door, looked to my sword, commended myself to God, but would not lie down. "My servant lay asleep, and I sat on a chair between asleep and awake; but a little after midnight, I was near put to sleep for eternity by four pistol shots fired at me, as I afterwards learned, by the count and his servants. They left me for dead, and their horses being in readiness, they rode off, telling the innkeeper to bury me suitably, for I was a man of quality.
»Mi criado, según dijo después el huésped, despertó al ruido, y con el miedo se arrojó por una ventana que caía a un patio; y, diciendo ′′¡desventurado de mí, que han muerto a mi señor!′′, se salió del mesón; y debió de ser con tal miedo, que no debió de parar hasta Londres, pues él fue el que llevó las nuevas de mi muerte. Subieron los de la hostería y halláronme atravesado con cuatro balas y con muchos perdigones; pero todas por partes, que de ninguna fue mortal la herida. Pedí confesión y todos los sacramentos como católico cristiano; diéronmelos, curáronme, y no estuve para ponerme en camino en dos meses; al cabo de los cuales vine a Génova, donde no hallé otro pasaje, sino en dos falugas que fletamos yo y otros dos principales españoles: la una para que fuese delante descubriendo, y la otra donde nosotros fuésemos. My servant, awaking in terror at the noise, leaped out of a window, and ran away in such mortal fear, that it seems he never stopped till he got to London, for it was he brought the news of my death. "The people of the inn came up and found I had been struck by four balls and several slugs, but none of the wounds in any vital part. Calling for a confessor, I received all the sacraments as became a Catholic Christian; but I gradually recovered, though it was two months before I was able to continue my journey. I then proceeded to Genoa, but found no other means of passage than two feluccas, which were hired by myself and two Spanish gentlemen. One of them we employed to go before and pilot the way, and in the other we ourselves embarked.
»Con esta seguridad nos embarcamos, navegando tierra a tierra con intención de no engolfarnos; pero, llegando a un paraje que llaman las Tres Marías, que es en la costa de Francia, yendo nuestra primera faluga descubriendo, a deshora salieron de una cala dos galeotas turquescas; y, tomándonos la una la mar y la otra la tierra, cuando íbamos a embestir en ella, nos cortaron el camino y nos cautivaron. En entrando en la galeota, nos desnudaron hasta dejarnos en carnes. Despojaron las falugas de cuanto llevaban, y dejáronlas embestir en tierra sin echallas a fondo, diciendo que aquéllas les servirían otra vez de traer otra galima, que con este nombre llaman ellos a los despojos que de los cristianos toman. Bien se me podrá creer si digo que sentí en el alma mi cautiverio, y sobre todo la pérdida de los recaudos de Roma, donde en una caja de lata los traía, con la cédula de los mil y seiscientos ducados; mas la buena suerte quiso que viniese a manos de un cristiano cautivo español, que las guardó; que si vinieran a poder de los turcos, por lo menos había de dar por mi rescate lo que rezaba la cédula, que ellos averiguaran cúya era. In this way we pursued our voyage, closely hugging the shore; but when we came to a spot on the coast of France, called the Three Marias, two Turkish galleys suddenly came out upon us from a creek, and one keeping to seaward of us, the other more in shore, they cut off our escape to the land and captured us. The corsairs stripped us to the skin, plundered the feluccas, and having completely emptied them, let them drift ashore, instead of sinking them, saying that they might serve to bring them more pickings another time. "You may well believe how bitterly I felt my captivity, and above all, the loss of the certificates from Rome, which I carried in a tin case, with the bill for the sixteen hundred ducats; but, by good fortune, they fell into the hands of a Christian slave, a Spaniard, who kept them, for if the Turks had got hold of them, they would have required for my ransom at least the amount of the bill.
»Trujéronnos a Argel, donde hallé que estaban rescatando los padres de la Santísima Trinidad. Hablélos, díjeles quién era, y, movidos de caridad, aunque yo era estranjero, me rescataron en esta forma: que dieron por mí trecientos ducados, los ciento luego y los docientos cuando volviese el bajel de la limosna a rescatar al padre de la redempción, que se quedaba en Argel empeñado en cuatro mil ducados, que había gastado más de los que traía. Porque a toda esta misericordia y liberalidad se estiende la caridad destos padres, que dan su libertad por la ajena, y se quedan cautivos por rescatar los cautivos. Por añadidura del bien de mi libertad, hallé la caja perdida con los recaudos y la cédula. Mostrésela al bendito padre que me había rescatado, y ofrecíle quinientos ducados más de los de mi rescate para ayuda de su empeño. They carried us to Algiers, where I found that the fathers of the Most Holy Trinity were redeeming Christian slaves. I spoke to them, told them who I was, and they, moved by charity, ransomed me, though I was a foreigner. The price set upon me was three hundred ducats; they paid down one hundred on the spot, and engaged to pay the remaining two hundred as soon as the ship should return with the contributions for the release of the Redemptorist father who remained in Algiers in pledge for four thousand ducats, which he had spent over and above the amount he had brought in hand; for so extreme is the charity of these compassionate fathers, that they give their liberty for another′s, and remain in captivity that others may go free. In addition to the happiness of obtaining my liberty, I recovered the case with the certificates and the bill. I showed its contents to the good father, and promised him five hundred ducats, in addition to the amount of my ransom, as a contribution towards the payment of the sum for which he was a hostage.
»Casi un año se tardó en volver la nave de la limosna; y lo que en este año me pasó, a poderlo contar ahora, fuera otra nueva historia. Sólo diré que fui conocido de uno de los veinte turcos que di libertad con los demás cristianos ya referidos, y fue tan agradecido y tan hombre de bien, que no quiso descubrirme; porque, a conocerme los turcos por aquél que había echado a fondo sus dos bajeles, y quitádoles de las manos la gran nave de la India, o me presentaran al Gran Turco o me quitaran la vida; y de presentarme al Gran Señor redundara no tener libertad en mi vida. Finalmente, el padre redemptor vino a España conmigo y con otros cincuenta cristianos rescatados. En Valencia hicimos la procesión general, y desde allí cada uno se partió donde más le plugo, con las insignias de su libertad, que son estos habiticos. Hoy llegué a esta ciudad, con tanto deseo de ver a Isabela, mi esposa, que, sin detenerme a otra cosa, pregunté por este monasterio, donde me habían de dar nuevas de mi esposa. Lo que en él me ha sucedido ya se ha visto. Lo que queda por ver son estos recaudos, para que se pueda tener por verdadera mi historia, que tiene tanto de milagrosa como de verdadera.» "It was nearly a year before the ship returned with the redemption money. What befel me in that year would, of itself, furnish matter for another history too long to relate at present. I will only say, that I was recognised by one of the twenty Turks whom I liberated with the Christians on the occasion already mentioned; but he was so grateful and so honest, that he would not betray me, for had the Turks known me to be the person who had sunk two of their galleys, and despoiled them of the great Indian galleon, they would either have put me to death, or presented me to the Grand Turk, in which case I should never have recovered my liberty. Finally, the Redemptorist father came to Spain with me, and fifty other ransomed Christians. We made a general procession in Valentia, and from that place we dispersed and took each his own several way, wearing this garb in token of the means by which we had been released. For myself, I arrived to-day in this city, burning with desire to see Isabella, my betrothed, and asked my way at once to the convent, where I was to hear of her. What happened there you all know. It now only remains for me to exhibit these certificates to satisfy you of the truth of my strange story."
Y luego, en diciendo esto, sacó de una caja de lata los recaudos que decía, y se los puso en manos del provisor, que los vio junto con el señor asistente; y no halló en ellos cosa que le hiciese dudar de la verdad que Ricaredo había contado. Y, para más confirmación della, ordenó el cielo que se hallase presente a todo esto el mercader Florentín, sobre quien venía la cédula de los mil y seiscientos ducados, el cual pidió que le mostrasen la cédula; y, mostrándosela, la reconoció y la aceptó para luego, porque él muchos meses había que tenía aviso desta partida. Todo esto fue añadir admiración a admiración y espanto a espanto. Ricaredo dijo que de nuevo ofrecía los quinientos ducados que había prometido. Abrazó el asistente a Ricaredo y a sus padres de Isabela y a ella, ofreciéndoseles a todos con corteses razones. Lo mismo hicieron los dos señores eclesiásticos, y rogaron a Isabela que pusiese toda aquella historia por escrito, para que la leyese su señor el arzobispo; y ella lo prometió. So saying, he produced the documents from a tin case, and placed them in the hands of the vicar-general, who examined them along with the chief justice, and found nothing in them to make him doubt the truth of what Richard had stated. Moreover, for the fuller confirmation of his story, Heaven ordained that among the persons present should be that very Florentine merchant on whom the bill for sixteen hundred ducats was drawn. He asked to see it, found it genuine, and accepted it on the spot, for he had received advice of it several months before. Thereupon Richard confirmed the promise he had made of contributing five hundred ducats to the funds of the Redemptorist fathers. The chief justice embraced him, Isabella, and her parents, and complimented them all in the most courteous terms. So, too, did the vicar-general, who requested Isabella to commit this whole story to writing, that he might lay it before his superior, the archbishop, and this she promised to do.
El grande silencio que todos los circunstantes habían tenido, escuchando el estraño caso, se rompió en dar alabanzas a Dios por sus grandes maravillas; y, dando desde el mayor hasta el más pequeño el parabién a Isabela, a Ricaredo y a sus padres, los dejaron; y ellos suplicaron al asistente honrase sus bodas, que de allí a ocho días pensaban hacerlas. Holgó de hacerlo así el asistente, y, de allí a ocho días, acompañado de los más principales de la ciudad, se halló en ellas. The deep silence in which the audience had listened to this extraordinary narrative was broken by thanksgivings to God for his great marvels; and all present, from the highest to the lowest, congratulated Isabella, Richard, and their parents, and prayed for their happiness as they took leave of them. Eight days afterwards, Richard and Isabella were united before the altar, their marriage being honoured by the presence of the chief justice, and all the persons of distinction in Seville.
Por estos rodeos y por estas circunstancias, los padres de Isabela cobraron su hija y restauraron su hacienda; y ella, favorecida del cielo y ayudada de sus muchas virtudes, a despecho de tantos inconvenientes, halló marido tan principal como Ricaredo, en cuya compañía se piensa que aún hoy vive en las casas que alquilaron frontero de Santa Paula, que después las compraron de los herederos de un hidalgo burgalés que se llamaba Hernando de Cifuentes. Thus, after so many vicissitudes, Isabella′s parents recovered their daughter, and re-established their fortune; and she, favoured by heaven, and aided by her many virtues, in spite of so many crosses and troubles, obtained for her husband a man so deserving as Richard, with whom it is believed that she lives to this day, in the house facing Santa Paula, which her father had hired, and which they subsequently bought of the heirs of a gentleman of Burgos, named Hernando Cifuentes.
Esta novela nos podría enseñar cuánto puede la virtud, y cuánto la hermosura, pues son bastantes juntas, y cada una de por sí, a enamorar aun hasta los mismos enemigos; y de cómo sabe el cielo sacar, de las mayores adversidades nuestras, nuestros mayores provechos. This tale may teach us what virtue and what beauty can effect, since they are sufficient together, or either singly, to win the love even of enemies; and how Heaven is able to bring forth our greatest happiness even out of our heaviest misfortunes.