CHAPTER 11.
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CAPÍTULO XI
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I BEGIN LIFE ON MY OWN ACCOUNT, AND DON′T LIKE IT
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EMPIEZO A VIVIR POR MI CUENTA, Y NO ME GUSTA
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I know enough of the world now, to have almost lost the capacity of being much surprised by anything; but it is matter of some surprise to me, even now, that I can have been so easily thrown away at such an age. A child of excellent abilities, and with strong powers of observation, quick, eager, delicate, and soon hurt bodily or mentally, it seems wonderful to me that nobody should have made any sign in my behalf. But none was made; and I became, at ten years old, a little labouring hind in the service of Murdstone and Grinby.
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Conozco el mundo lo bastante para haber perdido casi la facultad de sorprenderme demasiado; sin embargo, aún ahora es motivo de sorpresa para mí el pensar cómo pude ser abandonado de aquel modo a semejante edad. Un niño de excelentes facultades, observador, ardiente, afectuoso, delicado de cuerpo y de espíritu .... parece inverosímil que no hubiera nadie que interviniera en favor mío. Pero nadie hizo nada, y a los diez años entré de obrero al servicio de la casa Murdstone y Grimby.
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Murdstone and Grinby′s warehouse was at the waterside. It was down in Blackfriars. Modern improvements have altered the place; but it was the last house at the bottom of a narrow street, curving down hill to the river, with some stairs at the end, where people took boat. It was a crazy old house with a wharf of its own, abutting on the water when the tide was in, and on the mud when the tide was out, and literally overrun with rats. Its panelled rooms, discoloured with the dirt and smoke of a hundred years, I dare say; its decaying floors and staircase; the squeaking and scuffling of the old grey rats down in the cellars; and the dirt and rottenness of the place; are things, not of many years ago, in my mind, but of the present instant. They are all before me, just as they were in the evil hour when I went among them for the first time, with my trembling hand in Mr. Quinion′s.
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Los almacenes de Murdstone y Grimby estaban situados muy cerca del río en Blackfriars. Ahora han mejorado y modernizado aquello; pero entonces era la última casa de una ca lleja estrecha que iba a parar al río, con unos escalones al final que servían de embarcadero. Era una casa vieja, que por un lado daba al agua cuando estaba la marea alta y al fango cuando bajaba. Materialmente, estaba invadida por las ratas. Las habitaciones cubiertas de molduras descoloridas por el humo y el polvo de más de cien años, los escalones medio de rrengados, los gritos y luchas de las ratas grises en las madrigueras, el verdín y la suciedad de todo, lo conservo en mi espíritu, no como cosa de hace muchos años, sino de ahora mismo. Todo lo veo igual que lo veía en la hora fatal en que llegué aquel día con mi mano temblorosa en la de mister Quinion.
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Murdstone and Grinby′s trade was among a good many kinds of people, but an important branch of it was the supply of wines and spirits to certain packet ships. I forget now where they chiefly went, but I think there were some among them that made voyages both to the East and West Indies. I know that a great many empty bottles were one of the consequences of this traffic, and that certain men and boys were employed to examine them against the light, and reject those that were flawed, and to rinse and wash them. When the empty bottles ran short, there were labels to be pasted on full ones, or corks to be fitted to them, or seals to be put upon the corks, or finished bottles to be packed in casks. All this work was my work, and of the boys employed upon it I was one.
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La casa Murdstone y Grimby se dedicaba a negocios muy distintos; pero una de sus ramas de mayor importancia era el abastecer de vinos y licores a ciertas compañías de barcos. He olvidado ahora cuáles eran, pero creo que tenían varios que iban a las Indias Orientales y a las Occidentales, y sé que una gran cantidad de botellas vacías eran la consecuencia de aquel tráfico, y que cierto número de hombres y muchachos estábamos dedicados a examinarlas al trasluz, a tirar las que estaban agrietadas y a limpiar bien las otras. Cuando ya no quedaban botellas vacías, había que poner etiquetas a las llenas, cortar corchos para ellas, cerrarlas y meterlas en cajones. A este trabajo me dedicaron con otros varios chicos.
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There were three or four of us, counting me. My working place was established in a corner of the warehouse, where Mr. Quinion could see me, when he chose to stand up on the bottom rail of his stool in the counting-house, and look at me through a window above the desk. Hither, on the first morning of my so auspiciously beginning life on my own account, the oldest of the regular boys was summoned to show me my business. His name was Mick Walker, and he wore a ragged apron and a paper cap. He informed me that his father was a bargeman, and walked, in a black velvet head-dress, in the Lord Mayor′s Show. He also informed me that our principal associate would be another boy whom he introduced by the—to me—extraordinary name of Mealy Potatoes. I discovered, however, that this youth had not been christened by that name, but that it had been bestowed upon him in the warehouse, on account of his complexion, which was pale or mealy. Mealy′s father was a waterman, who had the additional distinction of being a fireman, and was engaged as such at one of the large theatres; where some young relation of Mealy′s—I think his little sister—did Imps in the Pantomimes.
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Éramos tres o cuatro, contándome a mí. Me habían colocado en un rincón del almacén, donde míster Quinion podía desde su despacho verme a través de una ventana. Allí, el primer día que debía empezar la vida por mi propia cuenta me enviaron al mayor de mis compañeros para enseñarme lo que debía hacer. Se llamaba Mick Walker; llevaba un delantal rojo y un gorro de papel. Me contó que su padre era barquero y que se paseaba con un traje de terciopelo negro al paso del cortejo del lord mayor. También me dijo que teníamos otro compañero, a quien me presentó con el extraño nombre de Fécula de patata. Más tarde descubrí que aque l no era su nombre; pero que se lo habían puesto a causa de la semejanza del color pálido de su rostro con el de la patata. El padre de Fécula era aguador, y unía a esta profesión la distinción de ser bombero en uno de los teatros más grandes de la ciudad, donde otros parientes de Fécula, creo que su hermana, hacía de enano en las pantomimas.
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No words can express the secret agony of my soul as I sunk into this companionship; compared these henceforth everyday associates with those of my happier childhood—not to say with Steerforth, Traddles, and the rest of those boys; and felt my hopes of growing up to be a learned and distinguished man, crushed in my bosom. The deep remembrance of the sense I had, of being utterly without hope now; of the shame I felt in my position; of the misery it was to my young heart to believe that day by day what I had learned, and thought, and delighted in, and raised my fancy and my emulation up by, would pass away from me, little by little, never to be brought back any more; cannot be written. As often as Mick Walker went away in the course of that forenoon, I mingled my tears with the water in which I was washing the bottles; and sobbed as if there were a flaw in my own breast, and it were in danger of bursting.
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Ninguna palabra puede expresar la secreta agonía de mi alma al verme entre aquellos compañeros, cuando los comparaba con los compañeros de mi dichosa infancia, sin contar con Steerforth, Traddles y el resto de los chicos. Nada puede expresar lo que sentía viendo desvanecidas todas mis esperanzas de ser algún día un hombre distinguido y culto. El profundo sentimiento de mi abandono, la vergÜenza de mi situación, la desesperación de mi joven corazón al creer que día tras día todo lo que había aprendido y pensado y deseado y todo lo que había excitado mi imaginación y mi inteligencia se borraría poco a poco para no volver nunca. No puede describirse. Tan pronto como Mick Walker se iba, yo mezclaba mis lágrimas con el agua de fregar las botellas, y sollozaba como si también hubiera una grieta en mi pecho y estuviera en peligro de estallar.
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The counting-house clock was at half past twelve, and there was general preparation for going to dinner, when Mr. Quinion tapped at the counting-house window, and beckoned to me to go in. I went in, and found there a stoutish, middle-aged person, in a brown surtout and black tights and shoes, with no more hair upon his head (which was a large one, and very shining) than there is upon an egg, and with a very extensive face, which he turned full upon me. His clothes were shabby, but he had an imposing shirt-collar on. He carried a jaunty sort of a stick, with a large pair of rusty tassels to it; and a quizzing-glass hung outside his coat,—for ornament, I afterwards found, as he very seldom looked through it, and couldn′t see anything when he did.
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El reloj del almacén marcaba las doce y media y todos se preparaban para irse a comer, cuando míster Quinion dio un golpe en la ventana y me hizo seña de que pasara a verle. Fui, y allí me encontré con un caballero de mediana edad, algo grueso, con americana oscura y pantalón negro, sin más cabellos sobre su cabeza, que era enorme y presentaba una superficie brillante, que los que pueda tener un huevo. Se volvió hacia mí. Su ropa estaba muy raída, pero el cuello de su camisa era imponente. Llevaba una especie de bastón adornado con dos bellotas y unas lentes pendían fuera de su americana; pero más tarde descubrí que eran decorativas, pues no las utilizaba y no veía nada en absoluto si las ponía delante de sus ojos.
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′This,′ said Mr. Quinion, in allusion to myself, ′is he.′
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-Este es --dijo míster Quinion señalándome.
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′This,′ said the stranger, with a certain condescending roll in his voice, and a certain indescribable air of doing something genteel, which impressed me very much, ′is Master Copperfield. I hope I see you well, sir?′
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-¿Este -dijo el desconocido con cierta condescendencia en la voz y cierta indescr iptible pretensión de estar haciendo algo muy distinguido, lo que me impresionó- es míster Copperfield? ¿Sigue usted bien?
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I said I was very well, and hoped he was. I was sufficiently ill at ease, Heaven knows; but it was not in my nature to complain much at that time of my life, so I said I was very well, and hoped he was.
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Le dije que estaba muy bien y que esperaba que él también lo estuviera. Estaba bastante mal e incómodo, Dios lo sabe; pero no era natural en mí quejarme en aquella época de mi vida. Así, dije que me encontraba bien y que esperaba que él también lo estuviera.
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′I am,′ said the stranger, ′thank Heaven, quite well. I have received a letter from Mr. Murdstone, in which he mentions that he would desire me to receive into an apartment in the rear of my house, which is at present unoccupied—and is, in short, to be let as a—in short,′ said the stranger, with a smile and in a burst of confidence, ′as a bedroom—the young beginner whom I have now the pleasure to—′ and the stranger waved his hand, and settled his chin in his shirt-collar.
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-Muy bien, muchas gracias -dijo el desconocido- He recibido un a carta de míster Murdstone en la que me dice desearía recibiera en una habitación de mi casa que está ahora desocupada, en una palabra, que está para alquilar -dijo con una sonrisa y en un arranque de confianza - como alcoba, al joven principiante a quien tengo ahora el gusto... Y el desconocido, levantando la mano, metió la barbilla en el cuello de su camisa.
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′This is Mr. Micawber,′ said Mr. Quinion to me.
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-Es míster Micawber -me dijo míster Quinion.
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′Ahem!′ said the stranger, ′that is my name.′
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-Así es --dijo el desconocido-; ése es mi nombre.
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′Mr. Micawber,′ said Mr. Quinion, ′is known to Mr. Murdstone. He takes orders for us on commission, when he can get any. He has been written to by Mr. Murdstone, on the subject of your lodgings, and he will receive you as a lodger.′
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-Míster Micawber -dijo míster Quinion-; es cono cido de míster Murdstone y recibe comisiones para nosotros cuando puede. Ahora míster Murdstone le ha escrito sobre tu alojamiento, y te recibirá en su casa.
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′My address,′ said Mr. Micawber, ′is Windsor Terrace, City Road. I—in short,′ said Mr. Micawber, with the same genteel air, and in another burst of confidence—′I live there.′
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-Mi dirección -dijo míster Micawber --es Windsor Terrace, City Road; en una palabra -añadió con el mismo aire distinguido y en otro arranque de confianza-, vivo allí.
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I made him a bow.
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Le saludé.
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′Under the impression,′ said Mr. Micawber, ′that your peregrinations in this metropolis have not as yet been extensive, and that you might have some difficulty in penetrating the arcana of the Modern Babylon in the direction of the City Road,—in short,′ said Mr. Micawber, in another burst of confidence, ′that you might lose yourself—I shall be happy to call this evening, and install you in the knowledge of the nearest way.′
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-Bajo la impresión -dijo míster Micawber- de que quizá sus peregrinaciones por esta metrópoli no han sido todavía muy extensa y de que pueda usted encontrar alguna dificultad para penetrar en el arcano de la moderna Babilonia; en resumen -dijo míster Micawber en un nuevo gesto de confianza-: como podría usted perderse, tendré mucho gusto en venir esta noche a buscarle para enseñarle el camino más corto.
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I thanked him with all my heart, for it was friendly in him to offer to take that trouble.
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Le di las gracias de todo corazón por la amistosa molestia que se quería tomar por mí.
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′At what hour,′ said Mr. Micawber, ′shall I—′
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-¿A qué hora -dijo míster Micawber- podré ...?
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′At about eight,′ said Mr. Quinion.
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-A eso de las ocho --dijo míster Quinion.
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′At about eight,′ said Mr. Micawber. ′I beg to wish you good day, Mr. Quinion. I will intrude no longer.′
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-Estaré a era hora -dijo míster Micawber-. Le deseo muy buenos días, míster Quinion, y no quiero entretenerle más.
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So he put on his hat, and went out with his cane under his arm: very upright, and humming a tune when he was clear of the counting-house.
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Se puso el sombrero y salió con el bastón debajo del brazo, muy tieso y canturreando en cuanto estuvo fuera de l almacén.
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Mr. Quinion then formally engaged me to be as useful as I could in the warehouse of Murdstone and Grinby, at a salary, I think, of six shillings a week. I am not clear whether it was six or seven. I am inclined to believe, from my uncertainty on this head, that it was six at first and seven afterwards. He paid me a week down (from his own pocket, I believe), and I gave Mealy sixpence out of it to get my trunk carried to Windsor Terrace that night: it being too heavy for my strength, small as it was. I paid sixpence more for my dinner, which was a meat pie and a turn at a neighbouring pump; and passed the hour which was allowed for that meal, in walking about the streets.
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Míster Quinion me aconsejó entonces muy seriamente que trabajara todo lo más posible en la casa, y me dijo que se me pagarían seis chelines por semana (no estoy seguro de si eran seis o siete; mi inseguridad me hace creer que primero debieron de ser seis, y después siete). Me pagó una semana por adelantado (creo que de su bolsillo particular), de lo que di seis peniques a Fécula para que llevara aquella misma noche mi maleta a Windsor Terrace; tan pequeña como era, pesaba demasiado para mis fuerzas. También gasté otros seis peniques en mi almuerzo, que consistió en una empanada de came y un trago de agua en una bomba de la vecindad, y pasé la hora que dejaban libre para las comidas paseando por las calles.
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At the appointed time in the evening, Mr. Micawber reappeared. I washed my hands and face, to do the greater honour to his gentility, and we walked to our house, as I suppose I must now call it, together; Mr. Micawber impressing the name of streets, and the shapes of corner houses upon me, as we went along, that I might find my way back, easily, in the morning.
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Aquella noche, a la hora fijada, apareció mister Micawber. Me lavé la cara y las manos para corresponder a su elegancia, y nos fuimos juntos hacia nuestra casa, como supongo que la llamaré desde ahora. Mister Micawber, durance el camino, me hacía fijarme en los nombres de las calles, en las fachadas de las casas y en las esquinas, para que pudiera encontrar fácilmente el camino a la mañana siguiente.
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Arrived at this house in Windsor Terrace (which I noticed was shabby like himself, but also, like himself, made all the show it could), he presented me to Mrs. Micawber, a thin and faded lady, not at all young, who was sitting in the parlour (the first floor was altogether unfurnished, and the blinds were kept down to delude the neighbours), with a baby at her breast. This baby was one of twins; and I may remark here that I hardly ever, in all my experience of the family, saw both the twins detached from Mrs. Micawber at the same time. One of them was always taking refreshment.
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Llegamos a su casa de Windsor Terrace (que me pareció tan mezquina como él y con sus mismas pretensiones); me presentó a su señora, una mujer delgada y pálida, nada joven ya, que estaba sentada en una habitación (el primer piso estaba ya sin muebles y tenían echados los estores para engañar a los vecinos), dando de mamar a un niño. Este niño era uno de los dos mellizos, y puedo asegurar que nunca en toda mi intimidad con la familia vi a los dos mellizos fuera de los brazos de su madre al mismo tiempo. Uno de ellos siempre tenía que mamar.
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There were two other children; Master Micawber, aged about four, and Miss Micawber, aged about three. These, and a dark-complexioned young woman, with a habit of snorting, who was servant to the family, and informed me, before half an hour had expired, that she was ′a Orfling′, and came from St. Luke′s workhouse, in the neighbourhood, completed the establishment. My room was at the top of the house, at the back: a close chamber; stencilled all over with an ornament which my young imagination represented as a blue muffin; and very scantily furnished.
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También tenían otros dos niños, uno de cua tro años y una niña, todo lo más, de tres. También había en la casa una muchacha muy morena que les servía. Tenía costumbre de resoplar, y me informó antes de media hora de que era huérfana y había salido del orfelinato de San Lucas para ir allí. Mi habitación estaba en el último piso, en la parte de atrás; una habitación pequeña, cubierta de un papel que parecía de obleas azules, y muy escasamente amueblada.
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′I never thought,′ said Mrs. Micawber, when she came up, twin and all, to show me the apartment, and sat down to take breath, ′before I was married, when I lived with papa and mama, that I should ever find it necessary to take a lodger. But Mr. Micawber being in difficulties, all considerations of private feeling must give way.′
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-Nunca hubiera pensado -dijo mistress Micawber, cuando subió con niño y todo a enseñarme mi habitación, y sentándose para tomar aliento- antes de mi matrimonio, cuando vivía con papá y mamá, que me vería en la necesidad de tomar un huésped. Pero míster Micawber está pa sando por circunstancias tan difíciles, que toda consideración de otro género debe ser desechada.
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I said: ′Yes, ma′am.′
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Yo dije: -Sí, señora.
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′Mr. Micawber′s difficulties are almost overwhelming just at present,′ said Mrs. Micawber; ′and whether it is possible to bring him through them, I don′t know. When I lived at home with papa and mama, I really should have hardly understood what the word meant, in the sense in which I now employ it, but experientia does it,—as papa used to say.′
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-Las dificultades de míster Micawber -prosiguió son casi insuperables por ahora, y no sé si conseguirá salir de ellas. Cuando yo vivía con papá y mamá no llegaba a comprender lo que quería decir la palabra pobreza en el sentido en que ahora la empleo; pero la experiencia es maestra, como acostumbraba a decir mi papá.
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I cannot satisfy myself whether she told me that Mr. Micawber had been an officer in the Marines, or whether I have imagined it. I only know that I believe to this hour that he WAS in the Marines once upon a time, without knowing why. He was a sort of town traveller for a number of miscellaneous houses, now; but made little or nothing of it, I am afraid.
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Por más que pienso no consigo recordar si me dijo que míster Micawber había sido oficial de Marina, o si lo inventé yo; únicamente sé que ahora estoy convencido de que en alguna época había pertenecido a la Marina, pero no sé por qué. En aquella época era viajante de diferentes casas de co mercio; pero me temo que aquello le daba muy poco o casi nada.
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′If Mr. Micawber′s creditors will not give him time,′ said Mrs. Micawber, ′they must take the consequences; and the sooner they bring it to an issue the better. Blood cannot be obtained from a stone, neither can anything on account be obtained at present (not to mention law expenses) from Mr. Micawber.′
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-Si los acreedores de mi marido no quieren esperar -dijo mistress Micawber-, peor para ellos. Para nosotros, cuanto antes terminen las cosas, mejor. No se puede sangrar a una piedra, y nada podrán sacar en la actualidad de míster Micawber, aparte de los gastos que eso les ocasionaría.
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I never can quite understand whether my precocious self-dependence confused Mrs. Micawber in reference to my age, or whether she was so full of the subject that she would have talked about it to the very twins if there had been nobody else to communicate with, but this was the strain in which she began, and she went on accordingly all the time I knew her.
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Nunca he podido comprender del todo si mi precoz independencia confundía a mistress Micawber respecto de mi edad, o si era que estaba tan preocupada por el asunto que habría hablado de él a los mellizos de no haber tenido otra persona a mano. Pero aquella conversación con que empezó nuestra amistad fue el asunto de todas las que siguieron.
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Poor Mrs. Micawber! She said she had tried to exert herself, and so, I have no doubt, she had. The centre of the street door was perfectly covered with a great brass-plate, on which was engraved ′Mrs. Micawber′s Boarding Establishment for Young Ladies′: but I never found that any young lady had ever been to school there; or that any young lady ever came, or proposed to come; or that the least preparation was ever made to receive any young lady. The only visitors I ever saw, or heard of, were creditors. THEY used to come at all hours, and some of them were quite ferocious. One dirty-faced man, I think he was a boot-maker, used to edge himself into the passage as early as seven o′clock in the morning, and call up the stairs to Mr. Micawber—′Come! You ain′t out yet, you know. Pay us, will you? Don′t hide, you know; that′s mean. I wouldn′t be mean if I was you. Pay us, will you? You just pay us, d′ye hear? Come!′ Receiving no answer to these taunts, he would mount in his wrath to the words ′swindlers′ and ′robbers′; and these being ineffectual too, would sometimes go to the extremity of crossing the street, and roaring up at the windows of the second floor, where he knew Mr. Micawber was. At these times, Mr. Micawber would be transported with grief and mortification, even to the length (as I was once made aware by a scream from his wife) of making motions at himself with a razor; but within half-an-hour afterwards, he would polish up his shoes with extraordinary pains, and go out, humming a tune with a greater air of gentility than ever. Mrs. Micawber was quite as elastic. I have known her to be thrown into fainting fits by the king′s taxes at three o′clock, and to eat lamb chops, breaded, and drink warm ale (paid for with two tea-spoons that had gone to the pawnbroker′s) at four. On one occasion, when an execution had just been put in, coming home through some chance as early as six o′clock, I saw her lying (of course with a twin) under the grate in a swoon, with her hair all torn about her face; but I never knew her more cheerful than she was, that very same night, over a veal cutlet before the kitchen fire, telling me stories about her papa and mama, and the company they used to keep.
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¡Pobre mistress Micawber! Decía que había intentado ganar dinero por todos los medios, y no lo dudo. Sin ir más lejos, en la puerta de la calle había una gran placa en la que se leía: «Pensión de mistress Micawber, fundada para señoritas»; pero nunca llegó a estudiar allí ninguna señorita; ninguna pensó en ir ni lo intentó, y en la casa nunca hubo que hacer preparativos para recibir a ninguna. Las únicas visitas que tenían (las he visto y oído) eran las de los acreedores. Venían a todas horas, y algunos eran verdaderamente feroces. Un hombre con la cara sucia (creo que el zapatero) solía ponerse en la escalera en cuanto daban las siete de la ma ñana, y desde allí increpaba a míster Micawber. -Vamos, que ahora está usted en casa. ¿Me pagará us ted? ¡No se esconda, es una cobardía! No haría yo una cosa semejante. Págueme; que me pague ahora mismo, ¿me oye? ¡Vamos! No recibiendo contestación a sus insultos, se encolerizaba y llegaba a llamarles ladrones y rateros, y viendo que aquello tampoco producía efecto, salía a la calle y desde allí gritaba hacia las ventanas del segundo piso, que era donde sabía que dormían los Micawber. En aquellas ocasiones, míster Micawber, desesperado por la vergÜenza, hasta había llegado (según comprendí por los gritos de su mujer) a fingir que intentaba matarse con una navaja de afeitar; pero media hora después se limpiaba las botas con cuidado y salía a la calle tarareando con más elegancia que nunca. Mistress Micawber era también de un carácter flexible; la he visto ponerse verdaderamente mala a las tres porque ha bían venido a cobrar los impuestos, y después comer a las cuatro chuletas de cordero empanadas, con un buen vaso de cerveza, todo pagado empeñando dos cucharillas de té. Recuerdo que un día habían venido a embargar la casa, y volviendo yo por casualidad a las seis, me la encontré en el suelo desvanecida (con uno de los mellizos en sus brazos, como es natural, y los cabellos sueltos alrededor de su rostro); pero nunca la he visto más alegre que aquella noche en la cocina, con sus chuletas en la mano, contándome toda clase de historias sobre su papá y su mamá y la gente que recibían en su casa.
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In this house, and with this family, I passed my leisure time. My own exclusive breakfast of a penny loaf and a pennyworth of milk, I provided myself. I kept another small loaf, and a modicum of cheese, on a particular shelf of a particular cupboard, to make my supper on when I came back at night. This made a hole in the six or seven shillings, I know well; and I was out at the warehouse all day, and had to support myself on that money all the week. From Monday morning until Saturday night, I had no advice, no counsel, no encouragement, no consolation, no assistance, no support, of any kind, from anyone, that I can call to mind, as I hope to go to heaven!
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En aquella casa y con aquella familia pasaba yo todos mis ratos de ocio. Para el desayuno compraba un penique de pan y otro de leche, y también me procuraba otro penique de pan y un pedazo de queso, que me servían de cena, cuando volvía por la noche. Esto hacía una buena brecha en los seis o siete chelines, ya lo sé, y hay que tener en cuenta que estaba en el almacén todo el día y tenía que durarme el dinero la semana completa. Desde el domingo por la mañana hasta el sábado por la noche no recibía el menor consejo, la menor palabra de ánimo, el menor consuelo ni la más mínima ayuda ni cariño de nadie, puedo decirlo con la seguridad que espero ir al cielo.
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I was so young and childish, and so little qualified—how could I be otherwise?—to undertake the whole charge of my own existence, that often, in going to Murdstone and Grinby′s, of a morning, I could not resist the stale pastry put out for sale at half-price at the pastrycooks′ doors, and spent in that the money I should have kept for my dinner. Then, I went without my dinner, or bought a roll or a slice of pudding. I remember two pudding shops, between which I was divided, according to my finances. One was in a court close to St. Martin′s Church—at the back of the church,—which is now removed altogether. The pudding at that shop was made of currants, and was rather a special pudding, but was dear, twopennyworth not being larger than a pennyworth of more ordinary pudding. A good shop for the latter was in the Strand—somewhere in that part which has been rebuilt since. It was a stout pale pudding, heavy and flabby, and with great flat raisins in it, stuck in whole at wide distances apart. It came up hot at about my time every day, and many a day did I dine off it. When I dined regularly and handsomely, I had a saveloy and a penny loaf, or a fourpenny plate of red beef from a cook′s shop; or a plate of bread and cheese and a glass of beer, from a miserable old public-house opposite our place of business, called the Lion, or the Lion and something else that I have forgotten. Once, I remember carrying my own bread (which I had brought from home in the morning) under my arm, wrapped in a piece of paper, like a book, and going to a famous alamode beef-house near Drury Lane, and ordering a ′small plate′ of that delicacy to eat with it. What the waiter thought of such a strange little apparition coming in all alone, I don′t know; but I can see him now, staring at me as I ate my dinner, and bringing up the other waiter to look. I gave him a halfpenny for himself, and I wish he hadn′t taken it.
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Era tan pequeño y tenía tan poca experiencia (¿cómo hubiera podido ser de otra manera?) para soportar la carga de mi existencia, que a menudo, yendo hacia el almacén por las mañanas, no podía resistir la tentación de comprar en las pastelerías los dulces de la víspera, que vendían a mitad de precio, y gastaba en aquello el dinero que llevaba para mi comida, y después tenía que quedarme sin comer a medio día, o tomar sólo un pedazo de pudding. Recuerdo dos tiendas de pudding que frecuentaba alternativamente, según el estado de mi bolsillo. Una estaba en un pasaje cerrado por la iglesia de Saint Martin (al que daba la parte de atrás de la iglesia), que ahora es, completamente distinto. El pudding de aquella tienda, hecho con pasas de Corinto, era de primera, pero muy caro: por dos peniques daban un trozo más pequeño que por un penique cuando era de otro más vulgar. Una buena tienda para este último estaba en el Strand, en un sitio que después han reconstruido. Era un pudding algo pesado, con grandes pasas muy separadas unas de otras; pero era alimenticio, y estaba caliente a la hora en que yo iba, y muchos días ésa era toda mi comida. Cuando comía de un modo regular y abundante, compraba un panecillo de un penique y tomaba un plato de carne de cuatro peniques en cualquier restaurante o un plato de pan y queso y un vaso de cerveza en la taberna miserable que había frente al almacén, llamada El León o El León y algo más que he olvidado. Una vez recuerdo que saqué el pan de casa desde por la mañana, y envuelto en un papel como si fuera un libro lo paseé debajo del brazo hasta un restaurante famoso por su carne guisada, cerca de Drury Lane, y pedí media ración de aquel famoso plato. Lo extraño que debió parecerle al camarero mi llegada, pobre criaturita cola, no lo sé; pero me parece que le veo todavía frente a mí, mientras como, y llamando a otro mozo también para que me mirara. Le di medio penique de propina, y ¡deseaba tanto que no me lo aceptara!
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We had half-an-hour, I think, for tea. When I had money enough, I used to get half-a-pint of ready-made coffee and a slice of bread and butter. When I had none, I used to look at a venison shop in Fleet Street; or I have strolled, at such a time, as far as Covent Garden Market, and stared at the pineapples. I was fond of wandering about the Adelphi, because it was a mysterious place, with those dark arches. I see myself emerging one evening from some of these arches, on a little public-house close to the river, with an open space before it, where some coal-heavers were dancing; to look at whom I sat down upon a bench. I wonder what they thought of me!
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Creo que teníamos media hora para tomar el té. Cuando tenía dinero para ello tomaba una taza de café con un pane cillo untado de manteca, y cuando no tenía, acostumbraba a irme a mirar el escaparate de una tienda donde vendían caza en Flee t Street, o llegaba al mercado de Coven Garden y me paraba a mirar las piñas. También era muy aficionado a it por el Adelphi, porque era un lugar misterioso, con sus oscuros arcos. Me veo alguna noche saliendo de uno de aquellos arcos para entrar en alguna taberna de la orilla del río. Había una explanada delante de él donde unos carboneros están bailando; me siento a mirarlos en un banco, y reflexiono en qué pensarán epos al verme.
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I was such a child, and so little, that frequently when I went into the bar of a strange public-house for a glass of ale or porter, to moisten what I had had for dinner, they were afraid to give it me. I remember one hot evening I went into the bar of a public-house, and said to the landlord: ′What is your best—your very best—ale a glass?′ For it was a special occasion. I don′t know what. It may have been my birthday.
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Era tan niño y tan pequeño, que con frecuencia, cuando entraba en el bar de una taberna por primera vez a tomar un vaso de cerveza para refrescarme después de comer, casi no se atrevían a servírmelo. Re cuerdo que en una calurosa noche entré en una taberna y dije al dueño: Era un día señalado, no recuerdo ahora cuál; pero debía de ser mi cumpleaños.
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′Twopence-halfpenny,′ says the landlord, ′is the price of the Genuine Stunning ale.′
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-Dos peniques y medio --dijo el dueño-; es el precio de la verdadera cerveza de primera calidad.
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′Then,′ says I, producing the money, ′just draw me a glass of the Genuine Stunning, if you please, with a good head to it.′
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-Entonces -dije yo sacando el dinero- deme un vaso de esa cerveza, y que tenga mucha espuma.
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The landlord looked at me in return over the bar, from head to foot, with a strange smile on his face; and instead of drawing the beer, looked round the screen and said something to his wife. She came out from behind it, with her work in her hand, and joined him in surveying me. Here we stand, all three, before me now. The landlord in his shirt-sleeves, leaning against the bar window-frame; his wife looking over the little half-door; and I, in some confusion, looking up at them from outside the partition. They asked me a good many questions; as, what my name was, how old I was, where I lived, how I was employed, and how I came there. To all of which, that I might commit nobody, I invented, I am afraid, appropriate answers. They served me with the ale, though I suspect it was not the Genuine Stunning; and the landlord′s wife, opening the little half-door of the bar, and bending down, gave me my money back, and gave me a kiss that was half admiring and half compassionate, but all womanly and good, I am sure.
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El dueño del bar me miró de arriba abajo con una extraña sonrisa en su rostro, y en lugar de darme la cerveza, volviéndose hacia dentro dijo algo a su mujer, que salió con su labor en la mano y se puso a su lado a mirarme. Todavía no he olvidado el cuadro. El dueño, en mangas de camisa, apoyándose en el mostrador como en una ventana; su mujer mirando por encima de su hombro, y yo, bastante confuso, mirándoles desde el otro lado del mostrador. Me hicieron muchísimas preguntas de cómo me llamaba, qué edad tenía, dónde vivía, en qué trabajaba y cómo había llegado allí. A todo lo que yo, para no comprometer a nadie, me temo que contesté muchas mentiras. Por fin me sirvieron la cerveza, aunque sospecho que no era de la buena; y la mujer, abriendo la puertecita del mostrador, me devolvió el dinero y me dio un beso con expresión entre admirada y compasiva; pero de un modo femenino y bueno.
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I know I do not exaggerate, unconsciously and unintentionally, the scantiness of my resources or the difficulties of my life. I know that if a shilling were given me by Mr. Quinion at any time, I spent it in a dinner or a tea. I know that I worked, from morning until night, with common men and boys, a shabby child. I know that I lounged about the streets, insufficiently and unsatisfactorily fed. I know that, but for the mercy of God, I might easily have been, for any care that was taken of me, a little robber or a little vagabond.
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Sé que no exagero, ni aun inconsciente o involuntaria mente, la escasez de mis recursos y las dificultades de mi vida. Sé que si míster Quinion me daba alguna vez una propina la gastaba en comer o en tomar el té. Sé que trabajaba desde por la mañana hasta la noche entre hombres y niños de la clase más baja y hecho un desarrapado. Sé que vagaba por aquellas calles con hambre y mal vestido. Y sé que sin la misericordia de Dios estaba tan abandonado, que podía haberme convertido en un ladrón o hacerme un vagabundo.
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Yet I held some station at Murdstone and Grinby′s too. Besides that Mr. Quinion did what a careless man so occupied, and dealing with a thing so anomalous, could, to treat me as one upon a different footing from the rest, I never said, to man or boy, how it was that I came to be there, or gave the least indication of being sorry that I was there. That I suffered in secret, and that I suffered exquisitely, no one ever knew but I. How much I suffered, it is, as I have said already, utterly beyond my power to tell. But I kept my own counsel, and I did my work. I knew from the first, that, if I could not do my work as well as any of the rest, I could not hold myself above slight and contempt. I soon became at least as expeditious and as skilful as either of the other boys. Though perfectly familiar with them, my conduct and manner were different enough from theirs to place a space between us. They and the men generally spoke of me as ′the little gent′, or ′the young Suffolker.′ A certain man named Gregory, who was foreman of the packers, and another named Tipp, who was the carman, and wore a red jacket, used to address me sometimes as ′David′: but I think it was mostly when we were very confidential, and when I had made some efforts to entertain them, over our work, with some results of the old readings; which were fast perishing out of my remembrance. Mealy Potatoes uprose once, and rebelled against my being so distinguished; but Mick Walker settled him in no time.
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A pesar de todo, era de los que mejor estaba en la casa Murdstone y Grimby, pues míster Quinion hacía lo posible por tratarme mejor que a los demás, dentro de lo que podía esperarse de un hombre indiferente, además muy ocupado, y tratándose de una criatura tan abandonada. Yo no había contado a nadie por qué estaba allí, ni les había dejado sospechar mi tristeza por aquella vida. Lo que yo sufría en secreto nadie lo supo. Así mi amor propio sufría menos. Nadie sabía mis penas; por crueles que fueran, me reservaba y hacía mi trabajo. Comprendí desde el primer momento que si no trabajaba igual que los demás me expondría a sus burlas y desprecio. Y pronto fui por lo menos tan hábil y tan activo como mis compañeros. Aunque tenía con ellos un trato fa miliar, mi conducta y modales diferían bastante de los suyos, reteniéndolos a distancia. Tanto ellos como los hombres, por lo general, hablaban de mí como de un señorito y me llamaban el joven Sufolker. Uno de ellos, Gregory, que era el capataz de los embaladores, y otro, llamado Tipp, que era cartero y llevaba una chaqueta roja, me llamaban algunas veces David; pero creo que era en los momentos de mayor confianza y cuando yo me había esforzado en serles agradable contándoles, al mismo tiempo que trabajaba, algunas historias sacadas de mis antiguas lecturas, que cada vez se iban borrando más de mi memoria. Fécula de patata se rebeló alguna vez porque me distinguían; pero Mick Walker le hizo volver al orden.
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My rescue from this kind of existence I considered quite hopeless, and abandoned, as such, altogether. I am solemnly convinced that I never for one hour was reconciled to it, or was otherwise than miserably unhappy; but I bore it; and even to Peggotty, partly for the love of her and partly for shame, never in any letter (though many passed between us) revealed the truth.
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No tenía ninguna esperanza de que me arrancaran de aquella vida horrible, que a mí me parecía vergonzosa, y me sentía enormemente desgraciado. Nunca, ni por un momento, estuve resignado; pero no se lo contaba ni a Peggotty, en parte por cariño a ella, en parte por vergÜenza. Nunca en ninguna carta (aunque se cruzaban bastantes entre nosotros) le revelé la verdad.
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Mr. Micawber′s difficulties were an addition to the distressed state of my mind. In my forlorn state I became quite attached to the family, and used to walk about, busy with Mrs. Micawber′s calculations of ways and means, and heavy with the weight of Mr. Micawber′s debts. On a Saturday night, which was my grand treat,—partly because it was a great thing to walk home with six or seven shillings in my pocket, looking into the shops and thinking what such a sum would buy, and partly because I went home early,—Mrs. Micawber would make the most heart-rending confidences to me; also on a Sunday morning, when I mixed the portion of tea or coffee I had bought over-night, in a little shaving-pot, and sat late at my breakfast. It was nothing at all unusual for Mr. Micawber to sob violently at the beginning of one of these Saturday night conversations, and sing about jack′s delight being his lovely Nan, towards the end of it. I have known him come home to supper with a flood of tears, and a declaration that nothing was now left but a jail; and go to bed making a calculation of the expense of putting bow-windows to the house, ′in case anything turned up′, which was his favourite expression. And Mrs. Micawber was just the same.
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Las dificultades económicas de los Micawber aumentaban la depresión de mi espíritu. En el abandono en que estaba, había empezado a encariñarme con aquella gente, y acostumbraba a hablar de sus asuntos con la señora, calculando sus medios y esperanzas, y después me sentía ago biado por el peso de sus deudas. El sábado por la noche, que era mi mejor día, principalmente porque era una gran cosa volver a casa paseando con seis o siete chelines en el bolsillo y mirando los escaparates y pensando lo que podría comprar con aquella suma, y también porque volvía más temprano. Esos días mistress Micawber me hacía las más desgarradoras confidencias, y también el domingo por la mañana mientras tomaba el té o el café que había comprado la noche antes y guardaba en un tarro de dulce. No era raro que míster Micawber sollozara violentamente al empezar una de aque llas conversaciones del sábado por la noche, terminando con una canción. Le he visto muchas veces volver a casa a comer llorando a lágrima viva y declarando que ya sólo le quedaba it a la cárcel, y después acostarse calculando lo que costaría poner un mirador a las ventanas del primer piso en el caso de que «surgiera algo», como era su expresión favorita. Y mistress Micawber era exactamente igual.
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A curious equality of friendship, originating, I suppose, in our respective circumstances, sprung up between me and these people, notwithstanding the ludicrous disparity in our years. But I never allowed myself to be prevailed upon to accept any invitation to eat and drink with them out of their stock (knowing that they got on badly with the butcher and baker, and had often not too much for themselves), until Mrs. Micawber took me into her entire confidence. This she did one evening as follows:
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Una curiosa igualdad en nuestra amistad, originada sin duda por nuestras respectivas situaciones, se estableció entre aquella gente y yo, a pesar de la inverosímil diferencia de nuestras edades. Sin embargo, no consentí nunca en aceptar la menor invitación a comer con ellos (sabiendo el trabajo que les costaba pagar al panadero y al carbonero y que a menudo no tenían bastante para ellos mismos), hasta que mistress Micawber se confió del todo a mí. Y esto ocurrió una noche como sigue:
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′Master Copperfield,′ said Mrs. Micawber, ′I make no stranger of you, and therefore do not hesitate to say that Mr. Micawber′s difficulties are coming to a crisis.′
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-Copperfield -me dijo mistress Micawber-, no quiero tratarle como a un extraño, y por eso no dudo en decirle que las dificultades de míster Micawber se acercan a una crisis.
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It made me very miserable to hear it, and I looked at Mrs. Micawber′s red eyes with the utmost sympathy.
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Al oír esto, sentí mucha pena y miré los ojos rojizos de mistress Micawber con la mayor simpatía.
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′With the exception of the heel of a Dutch cheese—which is not adapted to the wants of a young family′—said Mrs. Micawber, ′there is really not a scrap of anything in the larder. I was accustomed to speak of the larder when I lived with papa and mama, and I use the word almost unconsciously. What I mean to express is, that there is nothing to eat in the house.′
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-Excepto un pedazo de queso de Holanda, que no es suficiente para las necesidades de mi joven familia --dijo mistress Micawber-, realmente no hay ni una miga de nada en la despensa. Estoy acostumbrada a hablar de la despensa de cuando vivía con papá y mamá, y use la palabra inconscientemente. Ahora lo que quiero decir es que no hay nada que comer en casa.
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′Dear me!′ I said, in great concern.
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-¡Dios mío! -dije con gran emoción.
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I had two or three shillings of my week′s money in my pocket—from which I presume that it must have been on a Wednesday night when we held this conversation—and I hastily produced them, and with heartfelt emotion begged Mrs. Micawber to accept of them as a loan. But that lady, kissing me, and making me put them back in my pocket, replied that she couldn′t think of it.
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Tenía dos o tres chelines de mi dinero de la semana en el bolsillo, por lo que deduzco que debíamos de estar a martes por la noche cuando tuvimos aquella conversación. Los saqué prontamente, pidiéndole con toda la emoción de mi alma que no los rechazara; pero ella, besándome y haciéndomelos guardar de nuevo en el bolsillo, me dijo que no pensara en ello.
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′No, my dear Master Copperfield,′ said she, ′far be it from my thoughts! But you have a discretion beyond your years, and can render me another kind of service, if you will; and a service I will thankfully accept of.′
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-No, mi querido Copperfield; eso está lejos de mi pensamiento. Pero tienes una discreción muy por encima de tu edad y puedes hacerme un gran favor, si quieres; lo aceptaré con reconocimiento.
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I begged Mrs. Micawber to name it.
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Le rogué que me dijera de qué se trataba.
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′I have parted with the plate myself,′ said Mrs. Micawber. ′Six tea, two salt, and a pair of sugars, I have at different times borrowed money on, in secret, with my own hands. But the twins are a great tie; and to me, with my recollections, of papa and mama, these transactions are very painful. There are still a few trifles that we could part with. Mr. Micawber′s feelings would never allow him to dispose of them; and Clickett′—this was the girl from the workhouse—′being of a vulgar mind, would take painful liberties if so much confidence was reposed in her. Master Copperfield, if I might ask you—′
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-Yo misma he llevado la plata a empeñar -dijo mistress Micawber-; seis cucharillas de té, dos saleros y un par de pinzas para el azúcar; en diferentes ocasiones he sacado dinero de ello, en secreto y con mis propias manos; pero ahora los mellizos me estorban mucho, y el hacerlo me resulta muy triste cuando recuerdo los tiempos de papá y mamá. Todavía quedan algunas cosas de las que se puede sacar partido. Los sentimientos de míster Micawber nunca le han permitido mezclarse en estas cosas, y Cliket (este era el nombre de la criada) tiene un espíritu vulgar y quizá se tomara demasia das libertades si se depositase en ella semejante confianza; por lo tanto, si yo pudiera pedirle a usted...
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I understood Mrs. Micawber now, and begged her to make use of me to any extent. I began to dispose of the more portable articles of property that very evening; and went out on a similar expedition almost every morning, before I went to Murdstone and Grinby′s.
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Comprendí a mistress Micawber y me puse a su disposición, y aquella misma noche empecé por llevar lo más manejable, y todas las mañanas hacía una expedición semejante antes de entrar en el almacén de Murdstone y Grimby.
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Mr. Micawber had a few books on a little chiffonier, which he called the library; and those went first. I carried them, one after another, to a bookstall in the City Road—one part of which, near our house, was almost all bookstalls and bird shops then—and sold them for whatever they would bring. The keeper of this bookstall, who lived in a little house behind it, used to get tipsy every night, and to be violently scolded by his wife every morning. More than once, when I went there early, I had audience of him in a turn-up bedstead, with a cut in his forehead or a black eye, bearing witness to his excesses over-night (I am afraid he was quarrelsome in his drink), and he, with a shaking hand, endeavouring to find the needful shillings in one or other of the pockets of his clothes, which lay upon the floor, while his wife, with a baby in her arms and her shoes down at heel, never left off rating him. Sometimes he had lost his money, and then he would ask me to call again; but his wife had always got some—had taken his, I dare say, while he was drunk—and secretly completed the bargain on the stairs, as we went down together. At the pawnbroker′s shop, too, I began to be very well known. The principal gentleman who officiated behind the counter, took a good deal of notice of me; and often got me, I recollect, to decline a Latin noun or adjective, or to conjugate a Latin verb, in his ear, while he transacted my business. After all these occasions Mrs. Micawber made a little treat, which was generally a supper; and there was a peculiar relish in these meals which I well remember.
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Míster Micawber tenía unos cuantos libros en un armario, al que llamaba la librería, y empecé por aquello. Llevé uno tras otro a un puesto de libros de City Road, cerca de nuestra casa, en un sitio que estaba siempre lleno de puestos de pájaros y libros. El dueño de aquel puesto vivía en una casucha al lado y solía emborracharse por la noche y tenía violentas disputas con su mujer por la mañana. Más de una vez, cuando iba muy temprano, le encontraba en la cama, con la frente partida o con un ojo morado, resultado de sus excesos de la víspera (temo que debía de ser muy violento cuando había bebido), y con su mano temblona trataba en vano de buscar uno por uno en todos los bolsillos de su ropa, que estaba caída por el suelo, mientras su mujer, con un niño en los brazos y los zapatos en chancleta, no le dejaba en paz. A veces había perdido su dinero y me decía que volviera a otra hora; pero su mujer siempre tenía algo, que le había quitado durante la borrachera, y terminaba la compra mientras bajábamos las escaleras.
En la casa de préstamos también empezaron a conocerme, y el cajero me tenía mucha simpatía. Recuerdo que a menudo me hacía declinar un nombre o adjetivo latino o conjugar un verbo mientras esperaba todas las transacciones. En todas aquellas ocasiones mistress Micawber hacía después preparativos para una comida, y había un peculiar encanto en ello, lo recuerdo muy bien.
A veces había perdido su dinero y me
decía que volviera a otra hora; pero su mujer siempre tenía algo, que le había quitado durante la hombre con veinte libras esterlinas de renta gasta diecinueve libras, diecinueve chelines y seis peniques, podrá ser dichoso; pero que si gasta veintiuna libras, nunca se librará de la miseria. Después de esto me pidió prestado un chelín para comprar cerveza, y me dio un recibo para que su señora me lo devolviera. Después se guardó el pañuelo en el bolsillo y recobró su alegría.
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At last Mr. Micawber′s difficulties came to a crisis, and he was arrested early one morning, and carried over to the King′s Bench Prison in the Borough. He told me, as he went out of the house, that the God of day had now gone down upon him—and I really thought his heart was broken and mine too. But I heard, afterwards, that he was seen to play a lively game at skittles, before noon.
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Por último llegó la crisis de las dificultades de míster Micawber, y una mañana muy temprano vinieron a buscarle y le llevaron a la prisión de Bench King´s, en el Borough. Cuando lo llevaban me dijo que el angel de la guarda había desaparecido para él; y yo, realmente, pensando que su corazón estaba destrozado, sentía igual. Pero después oí decir que en la cárcel había estado jugando alegremente a los bolos antes de comer.
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On the first Sunday after he was taken there, I was to go and see him, and have dinner with him. I was to ask my way to such a place, and just short of that place I should see such another place, and just short of that I should see a yard, which I was to cross, and keep straight on until I saw a turnkey. All this I did; and when at last I did see a turnkey (poor little fellow that I was!), and thought how, when Roderick Random was in a debtors′ prison, there was a man there with nothing on him but an old rug, the turnkey swam before my dimmed eyes and my beating heart.
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El primer domingo después de su encierro fui a verle y a comer con él. Tenía que preguntar el camino en un sitio, y antes de llegar allí debía encontrar otro sitio, y un poco antes vería un pórtico que tenía que atravesar y continuar en línea recta hasta que me encontrase al carcelero. Lo hice todo, y cuando, por último, vi al carcelero, ¡pobre de mí!, recordé que cuando Roderik Ramdom estaba en la prisión por deudas veía allí un hombre que sólo iba vestido con un trozo viejo de tapiz; el carcelero se desvaneció ante mis inquietos ojos y mi palpitante corazón.
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Mr. Micawber was waiting for me within the gate, and we went up to his room (top story but one), and cried very much. He solemnly conjured me, I remember, to take warning by his fate; and to observe that if a man had twenty pounds a-year for his income, and spent nineteen pounds nineteen shillings and sixpence, he would be happy, but that if he spent twenty pounds one he would be miserable. After which he borrowed a shilling of me for porter, gave me a written order on Mrs. Micawber for the amount, and put away his pocket-handkerchief, and cheered up.
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Míster Micawber me estaba esperando cerca de la puerta, y una vez llegados a su habitación, que estaba situada en el penúltimo piso, se echó a llorar. Me conjuró solemnemente para que recordara su destino y para que no olvidara jamás que si un hombre con veinte libras esterlinas de renta gasta diecinueve libras, diecinueve chelines y seis peniques, podrá ser dichoso; pero que si gasta veintiuna libras, nunca se librará de la miseria.
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We sat before a little fire, with two bricks put within the rusted grate, one on each side, to prevent its burning too many coals; until another debtor, who shared the room with Mr. Micawber, came in from the bakehouse with the loin of mutton which was our joint-stock repast. Then I was sent up to ′Captain Hopkins′ in the room overhead, with Mr. Micawber′s compliments, and I was his young friend, and would Captain Hopkins lend me a knife and fork.
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Estábamos sentados ante una fogata; dos ladrillos atravesados a cada lado de le chimenea impedían que se quemara demasiado carbón. Cuando otro deudor, que compartía la habitación de Micawber, entró con el pedazo de cordero que íbamos a comer entre los tres y pagar a escote, entonces me enviaron a otra habitación que estaba en el piso de arriba, para que saludara al capitán Hopkins de parte de míster Micawber y le dijera que yo era el amiguito de quien le había hablado y que si quería prestarme un cuchillo o un tenedor.
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Captain Hopkins lent me the knife and fork, with his compliments to Mr. Micawber. There was a very dirty lady in his little room, and two wan girls, his daughters, with shock heads of hair. I thought it was better to borrow Captain Hopkins′s knife and fork, than Captain Hopkins′s comb. The Captain himself was in the last extremity of shabbiness, with large whiskers, and an old, old brown great-coat with no other coat below it. I saw his bed rolled up in a corner; and what plates and dishes and pots he had, on a shelf; and I divined (God knows how) that though the two girls with the shock heads of hair were Captain Hopkins′s children, the dirty lady was not married to Captain Hopkins. My timid station on his threshold was not occupied more than a couple of minutes at most; but I came down again with all this in my knowledge, as surely as the knife and fork were in my hand.
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El capitán Hopkins me prestó el cuchillo y el tenedor, encargándome sus saludos para míster Micawber. En su celda había una señora muy sucia y dos muchachas, sus hijas, pálidas, con los cabellos alborotados. Yo no pude por menos de pensar que más valía pedirle a Hopkins su cuchillo que su peine. El capitán estaba en un estado deplorable; llevaba un gabán muy viejo sin forro y unas patillas enormes. El colchón estaba hecho un rollo en un rincón, y ¡qué platos, qué vasos y qué tazas tenía encima de una mesa! Adiviné, Dios sabe cómo, que, aunque las dos muchachas desgreñadas eran sus hijas, la señora sucia no estaba casada con el capitán Hopkins. En mi tímida visita no pasé de la puerta ni estuve más de dos minutos; sin embargo, bajaba tan seguro de lo que acabo de decir como de que llevaba un cuchillo y un tenedor en la mano.
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There was something gipsy-like and agreeable in the dinner, after all. I took back Captain Hopkins′s knife and fork early in the afternoon, and went home to comfort Mrs. Micawber with an account of my visit. She fainted when she saw me return, and made a little jug of egg-hot afterwards to console us while we talked it over.
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Había, después de todo, algo bohemio y agradable en aquella comida. Devolví el tenedor y el cuchillo al capitán Hopkins y regresé a casa para tranquilizar y dar cuenta de mi visita a mistress Micawber. Se desmayó al verme, después de lo cual preparó dos vasos de ponche para consolarnos mientras le contaba lo sucedido.
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I don′t know how the household furniture came to be sold for the family benefit, or who sold it, except that I did not. Sold it was, however, and carried away in a van; except the bed, a few chairs, and the kitchen table. With these possessions we encamped, as it were, in the two parlours of the emptied house in Windsor Terrace; Mrs. Micawber, the children, the Orfling, and myself; and lived in those rooms night and day. I have no idea for how long, though it seems to me for a long time. At last Mrs. Micawber resolved to move into the prison, where Mr. Micawber had now secured a room to himself. So I took the key of the house to the landlord, who was very glad to get it; and the beds were sent over to the King′s Bench, except mine, for which a little room was hired outside the walls in the neighbourhood of that Institution, very much to my satisfaction, since the Micawbers and I had become too used to one another, in our troubles, to part. The Orfling was likewise accommodated with an inexpensive lodging in the same neighbourhood. Mine was a quiet back-garret with a sloping roof, commanding a pleasant prospect of a timberyard; and when I took possession of it, with the reflection that Mr. Micawber′s troubles had come to a crisis at last, I thought it quite a paradise.
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Yo no sé cómo consiguieron vender los muebles para alimentarse, ni sé quién se encargó de aquella operación; en todo caso, yo no intervine en ella. Todo se lo llevaron rollo en un rincón, y ¡qué platos, qué vasos y qué tazas tenía encima de una mesa! Adiviné, Dios sabe cómo, que, aunque las dos muchachas desgreñadas eran sus hijas, la señora sucia no estaba casada con el capitán Hopkins. En mi tímida visita no pasé de la puerta ni estuve más de dos minutos; sin embargo, bajaba tan seguro de lo que acabo de en un carro, a excepción de las camas y de alguna que otra silla y la mesa de cocina. Terrace mistress Micawber, los niños, la huérfana y yo, y de allí no salíamos. No recuerdo cuánto duró aquello; pero me parece que bastante tiempo. Por último, mistress Micawber decidió trasladarse a la prisión, donde su marido tenía ahora una habitación para él solo. Me encargaron de llevar la llave de la casa a su dueño, que por cierto me pareció encantado de ello, y las camas se enviaron a Bench King′s, menos la mía. Alquilamos para mí una habitacioncita en los alrededores de la prisión, lo que me alegró mucho, pues ya me había acostumbrado a vivir con ellos a través de nuestras mutuas penas. La huérfana también fue acomodada en un baratísimo alojamiento de las cercanías. Mi habitación era un poco abuhardillada y nada cómoda; pero me creí en el paraíso al tomar posesión de ella, pensando que la crisis de las dificultades de Micawber había terminado.
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All this time I was working at Murdstone and Grinby′s in the same common way, and with the same common companions, and with the same sense of unmerited degradation as at first. But I never, happily for me no doubt, made a single acquaintance, or spoke to any of the many boys whom I saw daily in going to the warehouse, in coming from it, and in prowling about the streets at meal-times. I led the same secretly unhappy life; but I led it in the same lonely, self-reliant manner. The only changes I am conscious of are, firstly, that I had grown more shabby, and secondly, that I was now relieved of much of the weight of Mr. and Mrs. Micawber′s cares; for some relatives or friends had engaged to help them at their present pass, and they lived more comfortably in the prison than they had lived for a long while out of it. I used to breakfast with them now, in virtue of some arrangement, of which I have forgotten the details. I forget, too, at what hour the gates were opened in the morning, admitting of my going in; but I know that I was often up at six o′clock, and that my favourite lounging-place in the interval was old London Bridge, where I was wont to sit in one of the stone recesses, watching the people going by, or to look over the balustrades at the sun shining in the water, and lighting up the golden flame on the top of the Monument. The Orfling met me here sometimes, to be told some astonishing fictions respecting the wharves and the Tower; of which I can say no more than that I hope I believed them myself. In the evening I used to go back to the prison, and walk up and down the parade with Mr. Micawber; or play casino with Mrs. Micawber, and hear reminiscences of her papa and mama. Whether Mr. Murdstone knew where I was, I am unable to say. I never told them at Murdstone and Grinby′s.
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Todo este tiempo seguía trabajando para Murdstone y Grimby en lo mismo de siempre, con los mismos compañeros y con el mismo sentimiento de degradación inmerecida que al principio. Pero, felizmente, no había hecho ninguna amistad, no hablaba con ninguno de los niños a quien diaria mente me encontraba al ir y venir al almacén o al vagar por las calles a la hora de comer. Seguía llevando la misma vida triste y solitaria; pero mi pena continuaba siempre encerrada en mí mismo. El único cambio del que tuve conciencia fue que mi traje estaba cada día más viejo y usado, y que en parte estaba algo tranquilo respecto a los Micawber, que vivían en la prisión más desahogados que hacía mucho tiempo y que habían sido socorridos en su desgracia por parientes o amigos. Desayunaba con ellos en virtud de un arreglo que hicimos y del que he olvidado los detalles. También he olvidado a qué hora se abrían las puertas de la prisión para dejarme entrar; únicamente sé que me levantaba a las seis de la mañana, y mientras esperaba a que abrieran las puertas iba a sentarme en uno de los bancos del viejo puente de Londres, donde me divertía mirando a la gente que pasaba o contemplando por encima de la balaustrada el sol reflejado en el agua o iluminando las llamas doradas de lo alto del monumento. La Campábamos con aquellos muebles en dos habitaciones de la casa vacía de Windsor huérfana venía muchas veces a reunirse allí conmigo para oír las historias que yo le inventaba de la torre de Londres, y puedo asegurar que yo mismo me convencía de lo que contaba. Por la tarde volvía a la prisión y me paseaba en el patio con míster Micawber o jugaba a las cartas con su señora, escuchando sus relatos sobre papá y mamá. Ignoro si míster Murdstone supo cómo vivía entonces; yo no hablé nunca de ello en Murdstone y Grimby.
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Mr. Micawber′s affairs, although past their crisis, were very much involved by reason of a certain ′Deed′, of which I used to hear a great deal, and which I suppose, now, to have been some former composition with his creditors, though I was so far from being clear about it then, that I am conscious of having confounded it with those demoniacal parchments which are held to have, once upon a time, obtained to a great extent in Germany. At last this document appeared to be got out of the way, somehow; at all events it ceased to be the rock-ahead it had been; and Mrs. Micawber informed me that ′her family′ had decided that Mr. Micawber should apply for his release under the Insolvent Debtors Act, which would set him free, she expected, in about six weeks.
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Los asuntos de míster Micawber seguían, a pesar de la tregua, muy embrollados, a causa de cierto documento del que oía hablar. Ahora supongo que sería algún arreglo anterior con sus acreedores, aunque entonces comprendía tan poco de qué se trataba, que, si no me equivoco, lo confundía con los pergaminos infernales de contratos con el demonio, que, según decían, existían antiguamente en Alemania. Por fin, aquel documento pareció desvanecerse no sé cómo, al menos había dejado de ser la piedra de toque, y mistress Micawber me dijo que su familia había decidido que míster Micawber apelara, para ser puesto en libertad, a la ley de deudores insolventes, y que podría verse libre antes de seis semanas.
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′And then,′ said Mr. Micawber, who was present, ′I have no doubt I shall, please Heaven, begin to be beforehand with the world, and to live in a perfectly new manner, if—in short, if anything turns up.′
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Entonces dijo míster Micawber, que estaba presente: -No hay duda de que con la ayuda de Dios saldremos adelante y podremos vivir de una manera completamente diferente, y..., y..., en una palabra, las cosas cambiarán.
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By way of going in for anything that might be on the cards, I call to mind that Mr. Micawber, about this time, composed a petition to the House of Commons, praying for an alteration in the law of imprisonment for debt. I set down this remembrance here, because it is an instance to myself of the manner in which I fitted my old books to my altered life, and made stories for myself, out of the streets, and out of men and women; and how some main points in the character I shall unconsciously develop, I suppose, in writing my life, were gradually forming all this while.
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Para estar preparado y aprovechar el porvenir, recuerdo que míster Micawber componía una petición a la Cámara de los Comunes pidiendo que se hicieran mejoras en la ley que regía las prisiones por deudas. Recojo aquí este recuerdo porque me hace ver cómo unía yo las historias de mis antiguos libros a la de mi vida presente, cogiendo a derecha a izquierda mis personajes entre la gente que encontraba en la calle. Muchos rasgos del carácter que trazaré involuntariamente al escribir mi vida se formaron desde entonces en mi alma.
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There was a club in the prison, in which Mr. Micawber, as a gentleman, was a great authority. Mr. Micawber had stated his idea of this petition to the club, and the club had strongly approved of the same. Wherefore Mr. Micawber (who was a thoroughly good-natured man, and as active a creature about everything but his own affairs as ever existed, and never so happy as when he was busy about something that could never be of any profit to him) set to work at the petition, invented it, engrossed it on an immense sheet of paper, spread it out on a table, and appointed a time for all the club, and all within the walls if they chose, to come up to his room and sign it.
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En la prisión había un club, y míster Micawber, en su calidad de hombre bien educado, era una gran autoridad en él. Míster Micawber había desarrollado ante el club la idea de su petición, y todos la habían aprobado. En consecuencia, como Micawber estaba dotado de un excelente corazón y de una actividad infatigable, cuando no se trataba de sus propios asuntos, completamente feliz de trabajar en una empresa que no le sería de ninguna utilidad, puso manos a la obra y redactó la petición, la copió en una hoja de papel que extendió encima de la mesa, y después convocó al club entero y a todos los habitantes de la prisión por si querían venir a depositar su firma en aquel documento.
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When I heard of this approaching ceremony, I was so anxious to see them all come in, one after another, though I knew the greater part of them already, and they me, that I got an hour′s leave of absence from Murdstone and Grinby′s, and established myself in a corner for that purpose. As many of the principal members of the club as could be got into the small room without filling it, supported Mr. Micawber in front of the petition, while my old friend Captain Hopkins (who had washed himself, to do honour to so solemn an occasion) stationed himself close to it, to read it to all who were unacquainted with its contents. The door was then thrown open, and the general population began to come in, in a long file: several waiting outside, while one entered, affixed his signature, and went out. To everybody in succession, Captain Hopkins said: ′Have you read it?′—′No.′—-′Would you like to hear it read?′ If he weakly showed the least disposition to hear it, Captain Hopkins, in a loud sonorous voice, gave him every word of it. The Captain would have read it twenty thousand times, if twenty thousand people would have heard him, one by one. I remember a certain luscious roll he gave to such phrases as ′The people′s representatives in Parliament assembled,′ ′Your petitioners therefore humbly approach your honourable house,′ ′His gracious Majesty′s unfortunate subjects,′ as if the words were something real in his mouth, and delicious to taste; Mr. Micawber, meanwhile, listening with a little of an author′s vanity, and contemplating (not severely) the spikes on the opposite wall.
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Cuando oí anunciar la proximidad de aquella ceremonia sentí tales deseos de ver entrar a todos uno detrás de otro, aunque los conocía ya a casi todos, que conseguí un permiso de una hora en Murdstone y Grimby y me instalé en un rin cón para asistir al espectáculo. Los principales miembros del club, aquellos que habían podido entrar en la habitación sin llenarla del todo, estaban delante de la mesa con míster Micawber. Mi antiguo amigo, el capitán Hopkins, que se había lavado la cara en honor del acto, se había instalado solemnemente al lado del documento para leérselo a los que no conocían su contenido. La puerta se abrió por fin y comenzó el desfile. Entraba uno, y los otros esperaban en puerta mientras aquel firmaba. El capitán Hopkins les preguntaba a todos: «¿Lo ha leído usted? No. ¿Quiere usted oírlo?». Si el desgraciado hacía el menor signo de asent imiento, el capitán Hopkins se lo leía todo, sin saltarse una letra, con su voz más sonora. El capitán lo hubiera leído veinte mil veces seguidas si veinte mil personas hubieran deseado escucharlo una después de otra. Recuerdo el énfasis con que pronunciaba frases como esta: « Los representantes del pueblo, reunidos en Parlamento... Los autores de la petición hacían ver humildemente a la honorable Cámara... Los desdichados súbditos de su Graciosa Majestad» . Parecía que aquellas palabras eran en su boca una bebida deliciosa. Míster Micawber, entre tanto, contemplaba con expresión de vanidad satisfecha los barrotes de las ventanas de enfrente.
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As I walked to and fro daily between Southwark and Blackfriars, and lounged about at meal-times in obscure streets, the stones of which may, for anything I know, be worn at this moment by my childish feet, I wonder how many of these people were wanting in the crowd that used to come filing before me in review again, to the echo of Captain Hopkins′s voice! When my thoughts go back, now, to that slow agony of my youth, I wonder how much of the histories I invented for such people hangs like a mist of fancy over well-remembered facts! When I tread the old ground, I do not wonder that I seem to see and pity, going on before me, an innocent romantic boy, making his imaginative world out of such strange experiences and sordid things!
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Mientras doy mi paseo diario desde Southwark a Blackfriars y vago a las horas de comer por las oscuras calles, cuyas piedras quizá conservan todavía las huellas de mis pasos de niño, me pregunto si llegaré a olvidarme de alguno de aquellos personajes que cruzaban sin cesar por mi espíritu, uno a uno, al eco de la voz del capitán Hopkins. Y cuando mis pensamientos, mirando atrás, vuelven a aquella lenta agonía de mi infancia, me admira cómo muchas de las historias que yo inventaba sobre aquella gente flotan todavía como una sombra fantástica sobre los hechos reales, siempre presentes en mi memoria. Y cuando paso por el viejo camino no me sorprendo, sólo lo compadezco, si veo andando delante de mí a un niño inocente y soñador que se crea un mundo imaginario de su extraña experiencia y sórdido vivir.
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