III. CHAPTER XIX
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CAPÍTULO LV
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If Emma had still, at intervals, an anxious feeling for Harriet, a momentary doubt of its being possible for her to be really cured of her attachment to Mr. Knightley, and really able to accept another man from unbiased inclination, it was not long that she had to suffer from the recurrence of any such uncertainty. A very few days brought the party from London, and she had no sooner an opportunity of being one hour alone with Harriet, than she became perfectly satisfied—unaccountable as it was!—that Robert Martin had thoroughly supplanted Mr. Knightley, and was now forming all her views of happiness.
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SI en algunos momentos Emma aún se sentía inquieta por Harriet, si no dejaba de tener dudas de que le hubiera sido posible llegar a olvidar su amor por el señor Knightley y aceptar a otro hombre con un sincero afecto, no tardó mucho tiempo en verse libre de esta incertidumbre. Al cabo de unos pocos días llegó la familia de Londres, y apenas tuvo ocasión de pasar una hora a solas con Harriet quedó completamente convencida, a pesar de que le parecía inverosímil, de que Robert Martin había suplantado por entero al señor Knightley, y de que su amiga acariciaba ahora de nuevo todos sus sueños de felicidad.
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Harriet was a little distressed—did look a little foolish at first: but having once owned that she had been presumptuous and silly, and self-deceived, before, her pain and confusion seemed to die away with the words, and leave her without a care for the past, and with the fullest exultation in the present and future; for, as to her friend′s approbation, Emma had instantly removed every fear of that nature, by meeting her with the most unqualified congratulations.—Harriet was most happy to give every particular of the evening at Astley′s, and the dinner the next day; she could dwell on it all with the utmost delight. But what did such particulars explain?—The fact was, as Emma could now acknowledge, that Harriet had always liked Robert Martin; and that his continuing to love her had been irresistible.—Beyond this, it must ever be unintelligible to Emma.
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Harriet estaba un poco temerosa... Al principio parecía un tanto abatida; pero una vez hubo reconocido que había sido presuntuosa y necia y que se había estado engañando a sí misma, su zozobra y su turbación se esfumaron junto con sus palabras, dejándola sin ninguna inquietud por el pasado y exultante de esperanza por el presente y el porvenir; porque, dado que en lo relativo a la aprobación de su amiga, Emma había disipado al momento todos sus temores al recibirla dándole su más franca enhorabuena, Harriet se sentía feliz relatando todos los detalles del día que estuvieron en el Astley y de la cena del día siguiente; se demoraba en la narración con el mayor de los placeres. Pero ¿qué demostraban aquellos detalles? El hecho era que, como Emma podía ahora confesar a Harriet, siempre le había gustado Robert Martin; y el hecho de que él hubiera seguido amándole había sido decisivo... Todo lo demás resultaba incomprensible para Emma.
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The event, however, was most joyful; and every day was giving her fresh reason for thinking so.—Harriet′s parentage became known. She proved to be the daughter of a tradesman, rich enough to afford her the comfortable maintenance which had ever been hers, and decent enough to have always wished for concealment.—Such was the blood of gentility which Emma had formerly been so ready to vouch for!—It was likely to be as untainted, perhaps, as the blood of many a gentleman: but what a connexion had she been preparing for Mr. Knightley—or for the Churchills—or even for Mr. Elton!—The stain of illegitimacy, unbleached by nobility or wealth, would have been a stain indeed.
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Sin embargo sólo había motivos para alegrarse de aquel noviazgo y cada día que pasaba le daba nuevas razones para creerlo así... Los padres de la joven se dieron a conocer. Resultó ser la hija de un comerciante lo suficientemente rico para asegurarle la vida holgada que había llevado hasta entonces, y lo suficientemente honorable para haber querido siempre ocultar su nacimiento... Llevaba, pues, en sus venas sangre de personas distinguidas como Emma tiempo atrás había supuesto... Probablemente sería una sangre tan noble como la de muchos caballeros; pero ¡qué boda le había estado preparando al señor Knightley! ¡O a los Churchill... o incluso al señor Elton...! La mancha de ilegitimidad que no podía lavar ni la nobleza ni la fortuna hubiera seguido siendo a pesar de todo una mancha.
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No objection was raised on the father′s side; the young man was treated liberally; it was all as it should be: and as Emma became acquainted with Robert Martin, who was now introduced at Hartfield, she fully acknowledged in him all the appearance of sense and worth which could bid fairest for her little friend. She had no doubt of Harriet′s happiness with any good-tempered man; but with him, and in the home he offered, there would be the hope of more, of security, stability, and improvement. She would be placed in the midst of those who loved her, and who had better sense than herself; retired enough for safety, and occupied enough for cheerfulness. She would be never led into temptation, nor left for it to find her out. She would be respectable and happy; and Emma admitted her to be the luckiest creature in the world, to have created so steady and persevering an affection in such a man;—or, if not quite the luckiest, to yield only to herself.
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El padre no puso ningún obstáculo; el joven fue tratado con toda liberalidad; y todo fue como debía ser; y cuando Emma conoció a Robert Martin, a quien por fin presentaron en Hartfield, reconoció en él todas las cualidades de buen criterio y de valía que eran las más deseables para su amiga. No tenía la menor duda de que Harriet sería feliz con cualquier hombre de buen carácter; pero con él y en el hogar que le ofrecía podía esperarse más, una seguridad, una estabilidad y una mejora en todos los órdenes. Harriet se vería situada en medio de los que la querían y que tenían más sentido común que ella; lo suficientemente apartada de la sociedad para sentirse segura, y lo suficientemente atareada para sentirse alegre. Nunca podría caer en la tentación. Ni tendría oportunidad de ir a buscarla. Sería respetada y feliz; y Emma admitía que era el ser más feliz del mundo por haber despertado en un hombre como aquél un afecto tan sólido y perseverante; o si no la más feliz del mundo, la segunda en felicidad después de ella.
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Harriet, necessarily drawn away by her engagements with the Martins, was less and less at Hartfield; which was not to be regretted.—The intimacy between her and Emma must sink; their friendship must change into a calmer sort of goodwill; and, fortunately, what ought to be, and must be, seemed already beginning, and in the most gradual, natural manner.
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A Harriet, ligada como era natural por sus nuevos compromisos con los Martin, cada vez se la veía menos por Hartfield, lo cual no era de lamentar... la intimidad entre ella y Emma debía decaer; su amistad debía convertirse en una especie de mutuo afecto más sosegado; y afortunadamente lo que hubiese sido más deseable y que debía ocurrir empezaba ya a insinuarse de un modo paulatino y espontáneo.
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Before the end of September, Emma attended Harriet to church, and saw her hand bestowed on Robert Martin with so complete a satisfaction, as no remembrances, even connected with Mr. Elton as he stood before them, could impair.—Perhaps, indeed, at that time she scarcely saw Mr. Elton, but as the clergyman whose blessing at the altar might next fall on herself.—Robert Martin and Harriet Smith, the latest couple engaged of the three, were the first to be married.
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Antes de terminar setiembre Emma asistió a la boda de Harriet y vio cómo concedía su mano a Robert Martin con una satisfacción tan completa que ningún recuerdo ni siquiera los relacionados con el señor Elton a quien en aquel momento tenían delante, podía llegar a empañar... La verdad es que entonces no veía al señor Elton sino al clérigo cuya bendición desde el altar no debía de tardar en caer sobre ella misma... Robert Martin y Harriet Smith, la última de las tres parejas que se habían prometido había sido la primera en casarse.
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Jane Fairfax had already quitted Highbury, and was restored to the comforts of her beloved home with the Campbells.—The Mr. Churchills were also in town; and they were only waiting for November.
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Jane Fairfax ya había abandonado Highbury, y había vuelto a las comodidades de su amada casa con los Campbell... Los dos señores Churchill también estaban en Londres; y sólo esperaban a que llegase el mes de noviembre.
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The intermediate month was the one fixed on, as far as they dared, by Emma and Mr. Knightley.—They had determined that their marriage ought to be concluded while John and Isabella were still at Hartfield, to allow them the fortnight′s absence in a tour to the seaside, which was the plan.—John and Isabella, and every other friend, were agreed in approving it. But Mr. Woodhouse—how was Mr. Woodhouse to be induced to consent?—he, who had never yet alluded to their marriage but as a distant event.
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Octubre había sido el mes que Emma y el señor Knightley se habían atrevido a señalar para su boda... Habían decidido que ésta se celebrase mientras John e Isabella estuvieran todavía en Hartfield con objeto de poder hacer un viaje de dos semanas por la costa como habían proyectado... John e Isabella, y todos los demás amigos aprobaron este plan. Pero el señor Woodhouse... ¿Cómo iban a lograr convencer al señor Woodhouse que sólo aludía a la boda como algo muy remoto?
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When first sounded on the subject, he was so miserable, that they were almost hopeless.—A second allusion, indeed, gave less pain.—He began to think it was to be, and that he could not prevent it—a very promising step of the mind on its way to resignation. Still, however, he was not happy. Nay, he appeared so much otherwise, that his daughter′s courage failed. She could not bear to see him suffering, to know him fancying himself neglected; and though her understanding almost acquiesced in the assurance of both the Mr. Knightleys, that when once the event were over, his distress would be soon over too, she hesitated—she could not proceed.
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La primera vez que tantearon la cuestión se mostró tan abatido que casi perdieron toda esperanza... Pero una segunda alusión pareció afectarle menos... Empezó a pensar que tenía que ocurrir y que él no podía evitarlo... Un progreso muy alentador en el camino de la resignación. Sin embargo no se le veía feliz. Más aún, estaba tan triste que su hija casi se desanimó. No podía soportar verle sufrir, saber que se consideraba abandonado; y aunque la razón le decía que los dos señores Knightley estaban en lo cierto al asegurarle que una vez pasada la boda su decaimiento no tardaría en pasar también, Emma dudaba... no acababa de decidirse...
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In this state of suspense they were befriended, not by any sudden illumination of Mr. Woodhouse′s mind, or any wonderful change of his nervous system, but by the operation of the same system in another way.—Mrs. Weston′s poultry-house was robbed one night of all her turkeys—evidently by the ingenuity of man. Other poultry-yards in the neighbourhood also suffered.—Pilfering was housebreaking to Mr. Woodhouse′s fears.—He was very uneasy; and but for the sense of his son-in-law′s protection, would have been under wretched alarm every night of his life. The strength, resolution, and presence of mind of the Mr. Knightleys, commanded his fullest dependence. While either of them protected him and his, Hartfield was safe.—But Mr. John Knightley must be in London again by the end of the first week in November.
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En este estado de incertidumbre vino en su ayuda no una súbita iluminación de la mente del señor Woodhouse ni ningún cambio espectacular de su sistema nervioso, sino un factor de este mismo sistema obrando en sentido opuesto... Cierta noche desaparecieron todos los pavos del gallinero de la señora Weston... Evidentemente por obra del ingenio humano. Otros corrales de los alrededores sufrieron la misma suerte... En los temores del señor Woodhouse un pequeño hurto se convertía en un robo en gran escala con allanamiento de morada... Estaba muy inquieto; y de no ser porque se sentía protegido por su yerno hubiese pasado todas las noches terriblemente asustado. La fuerza, la decisión y la presencia de ánimo de los dos señores Knightley le dejaron completamente a su merced... Pero el señor John Knightley tenía que volver a Londres a fines de la primera semana de noviembre.
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The result of this distress was, that, with a much more voluntary, cheerful consent than his daughter had ever presumed to hope for at the moment, she was able to fix her wedding-day—and Mr. Elton was called on, within a month from the marriage of Mr. and Mrs. Robert Martin, to join the hands of Mr. Knightley and Miss Woodhouse.
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La consecuencia de estas inquietudes fueron que con un consentimiento más animado y más espontáneo de lo que su hija hubiese podido nunca llegar a esperar en aquellos momentos, Emma pudo fijar el día de su boda... Y un mes más tarde de la boda del señor y de la señora Robert Martin, se requirió al señor Elton para unir en matrimonio al señor Knightley y a la señorita Woodhouse.
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The wedding was very much like other weddings, where the parties have no taste for finery or parade; and Mrs. Elton, from the particulars detailed by her husband, thought it all extremely shabby, and very inferior to her own.—"Very little white satin, very few lace veils; a most pitiful business!—Selina would stare when she heard of it."—But, in spite of these deficiencies, the wishes, the hopes, the confidence, the predictions of the small band of true friends who witnessed the ceremony, were fully answered in the perfect happiness of the union.
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La boda fue muy parecida a cualquier otra boda en la que los novios no se muestran aficionados al lujo y a la ostentación; y la señora Elton, por los detalles que le dio su marido, la consideró como extremadamente modesta y muy inferior a la suya... «muy poco raso blanco, muy pocos velos de encaje; en fin, algo de lo más triste... Selina abrirá unos ojos como platos cuando se lo cuente...» Pero, a pesar de tales deficiencias, los deseos, las esperanzas, la confianza y los augurios del pequeño grupo de verdaderos amigos que asistieron a la ceremonia se vieron plenamente correspondidos por la perfecta felicidad de la pareja.
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