"Emma"









III. CHAPTER XI



CAPÍTULO XLVII

"Harriet, poor Harriet!"—Those were the words; in them lay the tormenting ideas which Emma could not get rid of, and which constituted the real misery of the business to her. Frank Churchill had behaved very ill by herself—very ill in many ways,—but it was not so much his behaviour as her own, which made her so angry with him. It was the scrape which he had drawn her into on Harriet′s account, that gave the deepest hue to his offence.—Poor Harriet! to be a second time the dupe of her misconceptions and flattery. Mr. Knightley had spoken prophetically, when he once said, "Emma, you have been no friend to Harriet Smith."—She was afraid she had done her nothing but disservice.—It was true that she had not to charge herself, in this instance as in the former, with being the sole and original author of the mischief; with having suggested such feelings as might otherwise never have entered Harriet′s imagination; for Harriet had acknowledged her admiration and preference of Frank Churchill before she had ever given her a hint on the subject; but she felt completely guilty of having encouraged what she might have repressed. She might have prevented the indulgence and increase of such sentiments. Her influence would have been enough. And now she was very conscious that she ought to have prevented them.—She felt that she had been risking her friend′s happiness on most insufficient grounds. Common sense would have directed her to tell Harriet, that she must not allow herself to think of him, and that there were five hundred chances to one against his ever caring for her.—"But, with common sense," she added, "I am afraid I have had little to do." -HARRIET, pobre Harriet! Éstas eran las palabras que compendiaban las tristes ideas de las que Emma no podía librarse, y que para ella constituían el peor de los males de aquel caso. Frank Churchill se había portado muy mal con ella... muy mal en muchos aspectos... pero lo que le hacía estar más encolerizada con él no era sólo su proceder para con ella. Lo que más le dolía era la confusión a que la había inducido respecto a Harriet... ¡Pobre Harriet! Por segunda vez iba a ser víctima de los errores y del afán de casamentera de su amiga. Las palabras del señor Knightley habían sido proféticas cuando le había dicho en cierta ocasión: «Emma, usted no es una buena amiga para Harriet Smith...» Ahora temía que sólo le hubiera causado males... Claro que esta vez no podía acusarse, como la anterior, de haber sido la única y exclusiva responsable de la desgracia; entonces había insinuado la posibilidad de unos sentimientos que, de otro modo, Harriet nunca se hubiera atrevido a concebir; mientras que ahora Harriet había reconocido su admiración y su predilección por Frank Churchill antes de que ella hubiese insinuado nada acerca de la cuestión; pero se sentía totalmente culpable de haber alentado unos sentimientos que hubiese debido contribuir a disipar; hubiese podido evitar que Harriet se complaciera en esta idea y alimentara esperanzas. Su influencia hubiera bastado para ello. Y ahora se daba perfecta cuenta de que hubiese debido evitar aquella situación... Comprendía que había estado exponiendo la felicidad de su amiga sin tener motivos lo suficientemente sólidos. De haberse guiado por el sentido común, hubiese dicho a Harriet que no debía permitirse pensar en él, que había una sola posibilidad entre quinientas de que Frank llegase alguna vez a interesarse por ella. «Pero me temo -añadía para sí- que sentido común no he tenido mucho.»
She was extremely angry with herself. If she could not have been angry with Frank Churchill too, it would have been dreadful.—As for Jane Fairfax, she might at least relieve her feelings from any present solicitude on her account. Harriet would be anxiety enough; she need no longer be unhappy about Jane, whose troubles and whose ill-health having, of course, the same origin, must be equally under cure.—Her days of insignificance and evil were over.—She would soon be well, and happy, and prosperous.—Emma could now imagine why her own attentions had been slighted. This discovery laid many smaller matters open. No doubt it had been from jealousy.—In Jane′s eyes she had been a rival; and well might any thing she could offer of assistance or regard be repulsed. An airing in the Hartfield carriage would have been the rack, and arrowroot from the Hartfield storeroom must have been poison. She understood it all; and as far as her mind could disengage itself from the injustice and selfishness of angry feelings, she acknowledged that Jane Fairfax would have neither elevation nor happiness beyond her desert. But poor Harriet was such an engrossing charge! There was little sympathy to be spared for any body else. Emma was sadly fearful that this second disappointment would be more severe than the first. Considering the very superior claims of the object, it ought; and judging by its apparently stronger effect on Harriet′s mind, producing reserve and self-command, it would.—She must communicate the painful truth, however, and as soon as possible. An injunction of secresy had been among Mr. Weston′s parting words. "For the present, the whole affair was to be completely a secret. Mr. Churchill had made a point of it, as a token of respect to the wife he had so very recently lost; and every body admitted it to be no more than due decorum."—Emma had promised; but still Harriet must be excepted. It was her superior duty. Estaba muy enojada consigo misma; y de no estar enojada también con Frank Churchill, su estado de ánimo hubiese sido mucho peor. En cuanto a Jane Fairfax, por lo menos podía desentenderse de sentir inquietud por ella. Harriet le preocupaba ya suficientemente; no necesitaba, pues, seguir preocupándose por Jane, cuyos problemas y cuya falta de salud, como tenían, por supuesto, el mismo origen, debían tener igualmente la misma curación... Su vida de penurias y de desgracias había terminado... Pronto recuperaría la salud, sería feliz y disfrutaría de una buena posición... Emma comprendía ahora por qué su solicitud por ella había sido desdeñada. Aquella revelación había aclarado otras muchas cuestiones de menor importancia. Sin duda la causa habían sido los celos. Para Jane ella había sido una rival; y lógicamente todo lo que quisiera ofrecerle como ayuda o atenciones tenía que rechazarlo. Dar un paseo en el coche de Hartfield hubiese sido una tortura, el arrurruz procedente de las alacenas de Hartfield hubiese sido un veneno. Lo comprendía todo; y cuando lograba desprenderse de los sentimientos injustos que le inspiraba su orgullo herido, reconocía que Jane Fairfax merecía sobradamente todo el encumbramiento y la felicidad que sin duda iba ahora a tener. Pero ¡la pobre Harriet era un reproche viviente para ella! No podía dedicar sus atenciones a nadie que lo necesitase más. A Emma le dolía infinito que esta segunda decepción fuese aún más grave que la primera. Teniendo en cuenta que esta vez sus aspiraciones eran mucho mayores, debía serlo; y a juzgar por los poderosos efectos que aparentemente aquel enamoramiento había producido sobre el espíritu de Harriet, impulsándola al disimulo y al dominio de sí misma, así era... Sin embargo, debía comunicarle aquella penosa verdad lo antes posible. Al despedirse de ella el señor Weston la había conminado a guardar el secreto. -Por ahora -le había dicho- todo este asunto debe seguir en secreto absoluto. El señor Churchill lo ha exigido así como muestra de respeto por la esposa que ha perdido hace tan pocos días; y todos estamos de acuerdo en que es a lo que nos obliga el decoro más elemental. Emma lo había prometido; pero a pesar de todo Harriet debía ser una excepción; creía que éste era un deber superior.
In spite of her vexation, she could not help feeling it almost ridiculous, that she should have the very same distressing and delicate office to perform by Harriet, which Mrs. Weston had just gone through by herself. The intelligence, which had been so anxiously announced to her, she was now to be anxiously announcing to another. Her heart beat quick on hearing Harriet′s footstep and voice; so, she supposed, had poor Mrs. Weston felt when she was approaching Randalls. Could the event of the disclosure bear an equal resemblance!—But of that, unfortunately, there could be no chance. A pesar de su mal humor, no pudo por menos de encontrar casi ridículo el que ahora tuviera que dar a Harriet la misma penosa y delicada noticia que la señora Weston acababa de darle a ella misma. El secreto que con tanto miedo se le había comunicado, ahora era ella quien con no menos intranquilidad debía comunicarlo a otra persona. Sintió acelerarse los latidos de su corazón al oír los pasos de Harriet y su voz; pensó que lo mismo debía de haberle ocurrido a la pobre señora Weston cuando ella entraba en Randalls. ¡Ojalá la conversación tuviera un desenlace igualmente feliz! Pero por desgracia de ello no había ninguna posibilidad.
"Well, Miss Woodhouse!" cried Harriet, coming eagerly into the room—"is not this the oddest news that ever was?" -Bueno, Emma -penetrando apresuradamente en la estancia-, ¿no te parece la noticia más extraordinaria que jamás se ha oído?
"What news do you mean?" replied Emma, unable to guess, by look or voice, whether Harriet could indeed have received any hint. -¿A qué noticia te refieres? -replicó Emma, incapaz de adivinar por su aspecto o su voz si Harriet se había enterado de algo.
"About Jane Fairfax. Did you ever hear any thing so strange? Oh!—you need not be afraid of owning it to me, for Mr. Weston has told me himself. I met him just now. He told me it was to be a great secret; and, therefore, I should not think of mentioning it to any body but you, but he said you knew it." -Lo de Jane Fairfax. ¿Has oído alguna vez una cosa tan rara? ¡Oh!, no tienes que tener ningún reparo en confesármelo porque el señor Weston ya me lo ha dicho todo. Acabo de encontrarle. Me ha dicho que era un secreto para todos; y por lo tanto yo no pensaba decírselo a nadie excepto a ti, pero me ha dicho que ya lo sabías.
"What did Mr. Weston tell you?"—said Emma, still perplexed. -¿Qué te ha contado el señor Weston? -preguntó Emma, aún sin saber qué pensar.
"Oh! he told me all about it; that Jane Fairfax and Mr. Frank Churchill are to be married, and that they have been privately engaged to one another this long while. How very odd!" -Pues... Me lo ha contado todo; que Jane Fairfax y el señor Frank Churchill van a casarse, y que han estado prometidos en secreto desde hace mucho tiempo.
It was, indeed, so odd; Harriet′s behaviour was so extremely odd, that Emma did not know how to understand it. Her character appeared absolutely changed. She seemed to propose shewing no agitation, or disappointment, or peculiar concern in the discovery. Emma looked at her, quite unable to speak. ¡Qué cosa tan rara!, ¿verdad? Ciertamente era muy raro; la reacción de Harriet era tan extremadamente rara que Emma no sabía cómo interpretarla. Parecía como si su carácter hubiese cambiado por completo; como si se propusiera no demostrar ninguna emoción, ninguna decepción, ningún interés especial por aquel hecho. Emma la contemplaba muda de asombro.
"Had you any idea," cried Harriet, "of his being in love with her?—You, perhaps, might.—You (blushing as she spoke) who can see into every body′s heart; but nobody else—" -¿Tú suponías -preguntó Harriet- que estaban enamorados el uno del otro? Bueno, a lo mejor tú sí que lo supusiste... Como sabes leer tan bien -dijo ruborizándose- en los corazones de todo el mundo...; pero nadie más.
"Upon my word," said Emma, "I begin to doubt my having any such talent. Can you seriously ask me, Harriet, whether I imagined him attached to another woman at the very time that I was—tacitly, if not openly—encouraging you to give way to your own feelings?—I never had the slightest suspicion, till within the last hour, of Mr. Frank Churchill′s having the least regard for Jane Fairfax. You may be very sure that if I had, I should have cautioned you accordingly." -Te prometo -dijo Emma- que empiezo a dudar de que tenga semejante don. Pero, Harriet, ¿cómo puedes preguntarme en serio si yo suponía que estaba enamorado de otra mujer cuando (si no de un modo declarado, sí tácitamente) te estaba alentando a concebir esperanzas? Hasta hace una hora nunca he tenido ni la menor sospecha de que el señor Frank Churchill se sintiese atraído por Jane Fairfax. Puedes tener la seguridad de que si yo hubiese sospechado algo de este tipo te hubiera prevenido de acuerdo con mis sospechas.
"Me!" cried Harriet, colouring, and astonished. "Why should you caution me?—You do not think I care about Mr. Frank Churchill." -¿A mí? -exclamó Harriet ruborizándose llena de asombro. ¿Por qué tenías que prevenirme? No supondrás que yo me interesaba por el señor Frank Churchill...
"I am delighted to hear you speak so stoutly on the subject," replied Emma, smiling; "but you do not mean to deny that there was a time—and not very distant either—when you gave me reason to understand that you did care about him?" -No sabes lo que me alegra oírte hablar de este asunto con tanta serenidad - replicó Emma sonriendo-; pero no pretenderás negarme que hubo una época...
"Him!—never, never. Dear Miss Woodhouse, how could you so mistake me?" turning away distressed. que por cierto, no está aún muy lejos... en que me diste motivos para suponer que te interesabas por él ...
"Harriet!" cried Emma, after a moment′s pause—"What do you mean?—Good Heaven! what do you mean?—Mistake you!—Am I to suppose then?—" -¿Por él? ¡Oh, nunca, nunca! Querida Emma, ¿cómo pudiste entenderme tan mal? -dijo Harriet, volviendo el rostro, muy dolida.
She could not speak another word.—Her voice was lost; and she sat down, waiting in great terror till Harriet should answer. -¡Harriet! -exclamó Emma, después de un momento de pausa. ¿Qué quieres decir? ¡Por lo que más quieras, dime qué has querido decir...! ¿Que te he entendido mal? Entonces, tengo que suponer...
Harriet, who was standing at some distance, and with face turned from her, did not immediately say any thing; and when she did speak, it was in a voice nearly as agitated as Emma′s. No pudo seguir hablando... Había perdido la voz; y se sentó esperando con ansiedad a que Harriet contestara. Harriet, que estaba de pie, a cierta distancia, volviéndole la espalda, tardó unos minutos en hablar; y cuando por fin lo hizo, su voz estaba tan alterada como la de Emma.
"I should not have thought it possible," she began, "that you could have misunderstood me! I know we agreed never to name him—but considering how infinitely superior he is to every body else, I should not have thought it possible that I could be supposed to mean any other person. Mr. Frank Churchill, indeed! I do not know who would ever look at him in the company of the other. I hope I have a better taste than to think of Mr. Frank Churchill, who is like nobody by his side. And that you should have been so mistaken, is amazing!—I am sure, but for believing that you entirely approved and meant to encourage me in my attachment, I should have considered it at first too great a presumption almost, to dare to think of him. At first, if you had not told me that more wonderful things had happened; that there had been matches of greater disparity (those were your very words);—I should not have dared to give way to—I should not have thought it possible—But if you, who had been always acquainted with him—" -Nunca me hubiese parecido posible -empezó diciendo- que me entendieras tan mal ... Ya sé que acordamos que nunca le nombraríamos... pero teniendo en cuenta lo infinitamente superior que es a todos los demás, nunca hubiese creído posible que creyeras que me refería a otra persona. ¡El señor Frank Churchill! Nadie puede fijarse en él estando presente el otro. Creo que no tengo tan mal gusto como para pensar en el señor Frank Churchill, que no es nadie al lado de él. ¡Y que tú hayas tenido esta confusión...! ¡No lo entiendo! Estoy segura de que si no hubiera creído que tú aprobabas mis sentimientos y que los alentabas, al principio hubiese considerado casi como una presunción excesiva por mi parte el atreverme a pensar en él; al principio, si no me hubieras dicho que cosas más difíciles habían ocurrido; que se habían celebrado matrimonios más desiguales (éstas fueron las palabras que empleaste)...; de haberme dicho todo esto, yo no me hubiera atrevido a tener esperanzas... No lo hubiese considerado posible... Pero si tú, que tienes tanta amistad con él...
"Harriet!" cried Emma, collecting herself resolutely—"Let us understand each other now, without the possibility of farther mistake. Are you speaking of—Mr. Knightley?" -Harriet... -exclamó Emma, dominándose resueltamente-. Es mejor que ahora nos entendamos las dos, sin que haya posibilidad de que volvamos a equivocarnos otra vez... Estás hablando de... del señor Knightley, ¿no?
"To be sure I am. I never could have an idea of any body else—and so I thought you knew. When we talked about him, it was as clear as possible." -Desde luego. No podía haber pensado en nadie más... y creía que tú debías de saberlo. Cuando hablamos de él no podía quedar más claro.
"Not quite," returned Emma, with forced calmness, "for all that you then said, appeared to me to relate to a different person. I could almost assert that you had named Mr. Frank Churchill. I am sure the service Mr. Frank Churchill had rendered you, in protecting you from the gipsies, was spoken of." -No tan claro -replicó Emma, con forzada calma-, porque todo lo que entonces dijiste me pareció que se refería a una persona distinta. Casi hubiera podido asegurar que habías citado al señor Frank Churchill. Recuerdo perfectamente que se habló del favor que te había hecho el señor Frank Churchill al defenderte de los gitanos.
"Oh! Miss Woodhouse, how you do forget!" -¡Oh, Emma! ¡Cómo olvidas las cosas!
"My dear Harriet, I perfectly remember the substance of what I said on the occasion. I told you that I did not wonder at your attachment; that considering the service he had rendered you, it was extremely natural:—and you agreed to it, expressing yourself very warmly as to your sense of that service, and mentioning even what your sensations had been in seeing him come forward to your rescue.—The impression of it is strong on my memory." -Mi querida Harriet, recuerdo muy bien lo que en substancia te dije en aquella ocasión. Te dije que no me extrañaba que te hubieses enamorado; que teniendo en cuenta el favor que te había hecho era la cosa más natural del mundo... Y tú estuviste de acuerdo, y dijiste con mucho apasionamiento que estabas muy agradecida, e incluso mencionaste las sensaciones que tuviste al verle venir en tu ayuda... Fue una impresión que me quedó grabada en la memoria.
"Oh, dear," cried Harriet, "now I recollect what you mean; but I was thinking of something very different at the time. It was not the gipsies—it was not Mr. Frank Churchill that I meant. No! (with some elevation) I was thinking of a much more precious circumstance—of Mr. Knightley′s coming and asking me to dance, when Mr. Elton would not stand up with me; and when there was no other partner in the room. That was the kind action; that was the noble benevolence and generosity; that was the service which made me begin to feel how superior he was to every other being upon earth." -¡Querida! -exclamó Harriet-. ¡Ahora me acuerdo de lo que quieres decir! Pero es que yo entonces estaba pensando en algo muy diferente. No me refería a los gitanos... ni al señor Frank Churchill. ¡No! -adoptando un tono más solemne-. Pensaba en otra circunstancia más importante... Pensaba en el señor Knightley acercándose e invitándome a bailar, después de que el señor Elton se negó a bailar conmigo, cuando no había ninguna otra pareja en el salón. Éste fue el gran servicio que me prestó; ésta fue su noble comprensión, su generosidad; eso fue lo que hizo que empezara a darme cuenta de que estaba muy por encima de todos los demás seres de la tierra.
"Good God!" cried Emma, "this has been a most unfortunate—most deplorable mistake!—What is to be done?" -¡Santo Cielo! -exclamó Emma-. ¡Qué error más desgraciado...! ¡Oh, qué lamentable! Y ahora, ¿qué puede hacerse?
"You would not have encouraged me, then, if you had understood me? At least, however, I cannot be worse off than I should have been, if the other had been the person; and now—it is possible—" -¿No me hubieras alentado si entonces hubieses sabido a lo que me refería? Por lo menos ahora mi situación no es peor que lo que lo hubiera sido de haberse tratado de la otra persona; y ahora... es posible...
She paused a few moments. Emma could not speak. Hizo una breve pausa. Emma no se veía con ánimos para hablar.
"I do not wonder, Miss Woodhouse," she resumed, "that you should feel a great difference between the two, as to me or as to any body. You must think one five hundred million times more above me than the other. But I hope, Miss Woodhouse, that supposing—that if—strange as it may appear—. But you know they were your own words, that more wonderful things had happened, matches of greater disparity had taken place than between Mr. Frank Churchill and me; and, therefore, it seems as if such a thing even as this, may have occurred before—and if I should be so fortunate, beyond expression, as to—if Mr. Knightley should really—if he does not mind the disparity, I hope, dear Miss Woodhouse, you will not set yourself against it, and try to put difficulties in the way. But you are too good for that, I am sure." -Emma, no me extraña -siguió diciendo- que veas una gran diferencia entre los dos... tanto en mi caso como en el de cualquier otra. Debes pensar que está infinitamente mucho más por encima de mí que el otro. Pero yo espero, Emma, que suponiendo... que si... por extraño que pueda parecer... Ya sabes que fueron tus propias palabras: Cosas más difíciles han ocurrido, matrimonios más desiguales se han celebrado, que el que hubiera podido celebrarse entre Frank Churchill y yo; y, por lo tanto, me parece que si, incluso una cosa así puede haber ocurrido antes de ahora... y si yo fuese tan afortunada, tanto, que... si el señor Knightley llegara... si a él no le importara la desigualdad, confío, querida Emma, que tú no te opondrías... que no nos crearías dificultades. Pero estoy segura de que eres demasiado buena para hacer una cosa así.
Harriet was standing at one of the windows. Emma turned round to look at her in consternation, and hastily said, Harriet estaba de pie, junto a una de las ventanas. Emma se volvió para lanzarle una mirada llena de consternación y dijo rápidamente:
"Have you any idea of Mr. Knightley′s returning your affection?" -¿Tienes algún indicio de que el señor Knightley corresponde a tus sentimientos?
"Yes," replied Harriet modestly, but not fearfully—"I must say that I have." -Sí -replicó Harriet, con humildad, pero sin temor-. Puedo decir que sí lo tengo.
Emma′s eyes were instantly withdrawn; and she sat silently meditating, in a fixed attitude, for a few minutes. A few minutes were sufficient for making her acquainted with her own heart. A mind like hers, once opening to suspicion, made rapid progress. She touched—she admitted—she acknowledged the whole truth. Why was it so much worse that Harriet should be in love with Mr. Knightley, than with Frank Churchill? Why was the evil so dreadfully increased by Harriet′s having some hope of a return? It darted through her, with the speed of an arrow, that Mr. Knightley must marry no one but herself! Inmediatamente Emma desvió la mirada. Y durante unos minutos permaneció en silencio, meditando, con los ojos fijos. Unos pocos minutos bastaron para revelarle lo que había en su propio corazón. Una inteligencia como la suya una vez concebía una sospecha hacía rápidos progresos hacia su objeto. Emma suponía... admitía... reconocía toda la verdad. ¿Por qué era mucho peor que Harriet estuviera enamorada del señor Knightley en vez de estarlo de Frank Churchill? ¿Por qué aquella contrariedad adquiría proporciones tan enormes con el hecho de que Harriet tuviera esperanzas justificadas de ser correspondida?
Her own conduct, as well as her own heart, was before her in the same few minutes. She saw it all with a clearness which had never blessed her before. How improperly had she been acting by Harriet! How inconsiderate, how indelicate, how irrational, how unfeeling had been her conduct! What blindness, what madness, had led her on! It struck her with dreadful force, and she was ready to give it every bad name in the world. Some portion of respect for herself, however, in spite of all these demerits—some concern for her own appearance, and a strong sense of justice by Harriet—(there would be no need of compassion to the girl who believed herself loved by Mr. Knightley—but justice required that she should not be made unhappy by any coldness now,) gave Emma the resolution to sit and endure farther with calmness, with even apparent kindness.—For her own advantage indeed, it was fit that the utmost extent of Harriet′s hopes should be enquired into; and Harriet had done nothing to forfeit the regard and interest which had been so voluntarily formed and maintained—or to deserve to be slighted by the person, whose counsels had never led her right.—Rousing from reflection, therefore, and subduing her emotion, she turned to Harriet again, and, in a more inviting accent, renewed the conversation; for as to the subject which had first introduced it, the wonderful story of Jane Fairfax, that was quite sunk and lost.—Neither of them thought but of Mr. Knightley and themselves. Una convicción se abrió paso con la celeridad de una flecha en el ánimo de Emma: ¡el señor Knightley sólo podía casarse con ella! En aquel corto espacio de tiempo comprendió cuál había sido su conducta y vio claro en su propio corazón. Lo vio todo con una lucidez como hasta entonces nunca había tenido. ¡Qué mal se había estado portando con Harriet! ¡Con qué falta de atención y de delicadeza! ¡Qué insensato y qué cruel había sido su proceder! ¿Cómo había podido dejarse llevar por aquella ceguera, aquella locura? Se daba perfectamente cuenta de lo que había hecho y estaba tentada de aplicarse a sí misma los términos más duros. Sin embargo, un resto de respeto por sí misma, a pesar de todas sus culpas... la preocupación por salvar las apariencias, y un intenso deseo de ser justa para con Harriet... (no necesitaba compasión la muchacha que se creía amada por el señor Knightley... pero era justo que ahora ella no pudiera sentirse dolida al verse tratada con frialdad)... impulsaron a Emma a esperar y a soportarlo todo con calma e incluso con aparente afabilidad... Por su propio bien era preciso que se enterara de todo lo posible concerniente a las esperanzas de Harriet; y Harriet no había hecho nada para que le negara el cariño y el interés que ella le había otorgado tan voluntariamente... ni merecía ser ahora menospreciada por la persona cuyos consejos siempre habían sido desacertados... Así pues, abandonando sus reflexiones y dominando su emoción, se volvió de nuevo hacia Harriet y en un tono más acogedor reanudó la conversación; porque el tema que la había iniciado, la sorprendente historia de Jane Fairfax, había ya perdido todo interés; ambas pensaban tan sólo en el señor Knightley y en ellas mismas.
Harriet, who had been standing in no unhappy reverie, was yet very glad to be called from it, by the now encouraging manner of such a judge, and such a friend as Miss Woodhouse, and only wanted invitation, to give the history of her hopes with great, though trembling delight.—Emma′s tremblings as she asked, and as she listened, were better concealed than Harriet′s, but they were not less. Her voice was not unsteady; but her mind was in all the perturbation that such a development of self, such a burst of threatening evil, such a confusion of sudden and perplexing emotions, must create.—She listened with much inward suffering, but with great outward patience, to Harriet′s detail.—Methodical, or well arranged, or very well delivered, it could not be expected to be; but it contained, when separated from all the feebleness and tautology of the narration, a substance to sink her spirit—especially with the corroborating circumstances, which her own memory brought in favour of Mr. Knightley′s most improved opinion of Harriet. Harriet, que había estado absorta en sus gratos ensueños, no dejó de sentirse halagada cuando la despertaron de ellos, al ver la alentadora invitación a hablar que le hacía una persona de tanto criterio, une amiga como la señorita Woodhouse, y no necesitó más que una insinuación para referir toda la historia de sus esperanzas con gran deleite, pero temblorosa de emoción... Mientras hacía preguntas y recibía las respuestas, Emma lograba ocultar mejor que Harriet su emoción, que no era menor que la suya. Su voz no temblaba; pero su espíritu no podía hallarse más turbado por aquel descubrimiento que acababa de hacer, por la aparición de aquel peligro tan amenazador, por la confusión que producían todas aquellas impresiones tan súbitas... Escuchó el relato de Harriet con un gran sufrimiento interior, pero aparentando una gran serenidad; no podía esperar de su amiga que se expresase de un modo metódico, ordenado ni tampoco demasiado claro; pero, una vez distinguidos los equívocos y las repeticiones de la narración, ésta contenía aún sustancia suficiente como para dejarla muy abatida... sobre todo teniendo en cuenta las circunstancias que su propia memoria evocaba ahora, y que corroboraban el hecho de que el señor Knightley había ido teniendo cada vez una opinión más favorable de Harriet.
Harriet had been conscious of a difference in his behaviour ever since those two decisive dances.—Emma knew that he had, on that occasion, found her much superior to his expectation. From that evening, or at least from the time of Miss Woodhouse′s encouraging her to think of him, Harriet had begun to be sensible of his talking to her much more than he had been used to do, and of his having indeed quite a different manner towards her; a manner of kindness and sweetness!—Latterly she had been more and more aware of it. When they had been all walking together, he had so often come and walked by her, and talked so very delightfully!—He seemed to want to be acquainted with her. Emma knew it to have been very much the case. She had often observed the change, to almost the same extent.—Harriet repeated expressions of approbation and praise from him—and Emma felt them to be in the closest agreement with what she had known of his opinion of Harriet. He praised her for being without art or affectation, for having simple, honest, generous, feelings.—She knew that he saw such recommendations in Harriet; he had dwelt on them to her more than once.—Much that lived in Harriet′s memory, many little particulars of the notice she had received from him, a look, a speech, a removal from one chair to another, a compliment implied, a preference inferred, had been unnoticed, because unsuspected, by Emma. Circumstances that might swell to half an hour′s relation, and contained multiplied proofs to her who had seen them, had passed undiscerned by her who now heard them; but the two latest occurrences to be mentioned, the two of strongest promise to Harriet, were not without some degree of witness from Emma herself.—The first, was his walking with her apart from the others, in the lime-walk at Donwell, where they had been walking some time before Emma came, and he had taken pains (as she was convinced) to draw her from the rest to himself—and at first, he had talked to her in a more particular way than he had ever done before, in a very particular way indeed!—(Harriet could not recall it without a blush.) He seemed to be almost asking her, whether her affections were engaged.—But as soon as she (Miss Woodhouse) appeared likely to join them, he changed the subject, and began talking about farming:—The second, was his having sat talking with her nearly half an hour before Emma came back from her visit, the very last morning of his being at Hartfield—though, when he first came in, he had said that he could not stay five minutes—and his having told her, during their conversation, that though he must go to London, it was very much against his inclination that he left home at all, which was much more (as Emma felt) than he had acknowledged to her. The superior degree of confidence towards Harriet, which this one article marked, gave her severe pain. Desde aquellos dos bailes decisivos Harriet se había ido dando cuenta de que la actitud del señor Knightley respecto a ella era distinta... Emma sabía que en aquella ocasión él la había encontrado muy superior a todo lo que esperaba. Desde aquel día, o por lo menos desde el momento en que la señorita Woodhouse la alentó a pensar en él, Harriet había empezado a advertir que su amigo hablaba con ella mucho más de lo que antes tenía por costumbre y de que la trataba de una manera totalmente diferente; en su trato había una amabilidad, un afecto... Cada vez iba siendo más consciente de ello. Cuando habían estado paseando todos juntos, ¡él se le había acercado tan a menudo para andar a su lado y le había hablado de un modo tan cariñoso! Parecía como si quisiera tener más amistad con ella. Emma sabía que esta impresión respondía a una realidad. Muchas veces ella misma había observado el cambio casi tanto como su amiga... Harriet repetía frases de aprobación y de elogio que él le había dedicado... y Emma se daba cuenta de que concordaban perfectamente con lo que ella sabía de sus opiniones acerca de Harriet. La elogiaba por carecer de artificio y de afectación, por ser sencilla, sincera, generosa... Sabía que él veía todas estas cualidades en Harriet; le había hablado de ellas en más de una ocasión... Muchas de las cosas que ella guardaba en su memoria, muchos pequeños detalles que revelaban la atención que él le prestaba, una mirada, una frase, el hecho de pasar de una silla a otra, un cumplido disimulado, una preferencia sobreentendida, habían pasado inadvertidos para Emma porque no había sospechado nada semejante. Circunstancias que hubieran bastado para llenar un relato de media hora, y que contenían múltiples indicios para quien las había presenciado, habían pasado por alto a Emma, que ahora escuchando a Harriet se enteraba por vez primera; pero los dos últimos indicios que mencionó, los que constituían las mejores esperanzas para la muchacha, habían tenido como testigo a la propia Emma... El primero era el coloquio que habían sostenido los dos solos en el paseo de los limeros de Donwell, donde habían estado paseando durante un rato antes de la llegada de Emma, y donde él había tenido mucho interés (según ella estaba convencida) por hacer que ambos se separaran de los demás... Y al principio él le había hablado de un modo muy particular, como no lo había hecho nunca antes de entonces, sí, de un modo muy particular... (Harriet al recordarlo no pudo evitar sonrojarse.) Él parecía estar casi preguntándole si había entregado su corazón a alguien... Pero apenas apareció (la señorita Woodhouse) y dio la impresión de que iba a reunirse con ellos, cambió de tema y empezó a hablar de sus cultivos... El segundo indicio era la conversación que sostuvo con ella durante casi media hora antes de que Emma regresase de su visita, la última mañana en que el señor Knightley estuvo en Hartfield... a pesar de que cuando llegó dijo que no podía quedarse más de cinco minutos... y el haberle dicho durante la conversación que aunque debía ir a Londres, era muy contra su voluntad que dejaba su casa, lo cual era mucho más (como advirtió Emma) de lo que su amigo había reconocido ante ella. El que, como este hecho indicaba, tuviera más confianza con Harriet, dejó a Emma muy dolida.
On the subject of the first of the two circumstances, she did, after a little reflection, venture the following question. "Might he not?—Is not it possible, that when enquiring, as you thought, into the state of your affections, he might be alluding to Mr. Martin—he might have Mr. Martin′s interest in view? But Harriet rejected the suspicion with spirit. Acerca del primero de estos dos indicios, después de reflexionar un poco Emma se atrevió a formular la siguiente pregunta: -¿Y si hubiese querido decir otra cosa? ¿No es posible que al preguntarte, según creíste entender, si ya habías entregado tu corazón, estuviese aludiendo al señor Martin? ¿No podía estar pensando en los intereses del señor Martin?
"Mr. Martin! No indeed!—There was not a hint of Mr. Martin. I hope I know better now, than to care for Mr. Martin, or to be suspected of it." Pero Harriet rechazó enérgicamente la suposición: -¿El señor Martin? No, no, desde luego que no. No aludió para nada al señor Martin. Creo que ahora tengo demasiada experiencia para pensar en el señor Martin o para que se sospeche que pienso en él.
When Harriet had closed her evidence, she appealed to her dear Miss Woodhouse, to say whether she had not good ground for hope. Una vez Harriet hubo terminado su relato, apeló a la señorita Woodhouse para que le dijera si tenía motivos o no para alimentar esperanzas.
"I never should have presumed to think of it at first," said she, "but for you. You told me to observe him carefully, and let his behaviour be the rule of mine—and so I have. But now I seem to feel that I may deserve him; and that if he does chuse me, it will not be any thing so very wonderful." -Yo nunca me hubiese atrevido a pensar en él -le dijo Harriet- si no hubiese sido por ti. Me dijiste que le observara bien, y que mis sentimientos se dejaran guiar por su proceder... y eso es lo que he hecho. Pero ahora empiezo a pensar que tengo motivos justificados para sentir lo que siento; y que si él me elige no me parecerá una cosa tan extraordinaria.
The bitter feelings occasioned by this speech, the many bitter feelings, made the utmost exertion necessary on Emma′s side, to enable her to say on reply, La amargura, la terrible amargura que Emma sintió en su interior al oír estas palabras, le obligó a hacer un gran esfuerzo para dominarse y poder contestar:
"Harriet, I will only venture to declare, that Mr. Knightley is the last man in the world, who would intentionally give any woman the idea of his feeling for her more than he really does." -Harriet, yo lo único que puedo decirte es que el señor Knightley es una persona absolutamente incapaz de dar a entender deliberadamente a una mujer que siente por ella más atracción de la que en realidad siente.
Harriet seemed ready to worship her friend for a sentence so satisfactory; and Emma was only saved from raptures and fondness, which at that moment would have been dreadful penance, by the sound of her father′s footsteps. He was coming through the hall. Harriet was too much agitated to encounter him. "She could not compose herself— Mr. Woodhouse would be alarmed—she had better go;"—with most ready encouragement from her friend, therefore, she passed off through another door—and the moment she was gone, this was the spontaneous burst of Emma′s feelings: "Oh God! that I had never seen her!" Harriet pareció casi dispuesta a adorar a su amiga por una frase tan grata; y Emma sólo logró evitar sus manifestaciones de entusiasmo y de cariño, que en aquel momento le hubieran sido particularmente penosas, gracias a que se oyeron los pasos de su padre que se dirigía hacia el salón; Harriet estaba demasiado alterada para poder presentarse ante él. -No podría dominarme... El señor Woodhouse se alarmaría... Es mejor que me vaya... Y así, con la inmediata aprobación de su amiga, salió por otra puerta... Y apenas hubo salido los sentimientos de Emma se exteriorizaron en una espontánea exclamación: -¡Dios mío! ¡Ojalá nunca la hubiese conocido!
The rest of the day, the following night, were hardly enough for her thoughts.—She was bewildered amidst the confusion of all that had rushed on her within the last few hours. Every moment had brought a fresh surprize; and every surprize must be matter of humiliation to her.—How to understand it all! How to understand the deceptions she had been thus practising on herself, and living under!—The blunders, the blindness of her own head and heart!—she sat still, she walked about, she tried her own room, she tried the shrubbery—in every place, every posture, she perceived that she had acted most weakly; that she had been imposed on by others in a most mortifying degree; that she had been imposing on herself in a degree yet more mortifying; that she was wretched, and should probably find this day but the beginning of wretchedness. El resto del día y la noche siguiente apenas bastaron a sus pensamientos... Se hallaba turbada por la confusión de todo lo que había irrumpido en su vida en aquellas últimas horas... Cada momento había aportado una nueva sorpresa; y cada sorpresa era un motivo más de humillación para ella... ¿Cómo podía comprenderlo todo? ¿Cómo podía comprender que hubiera estado engañándose a sí misma de aquel modo hasta entonces, viviendo en aquel engaño? ¡Aquellos errores, aquella ceguera de su mente y de su corazón! Se quedó sentada, se paseó, anduvo de una a otra habitación, probó a pasear por el plantío... En todos los lugares, en todas las posiciones no podía dejar de pensar que había obrado de un modo insensato; que se había dejado engañar por los demás de un modo mortificante; que se había estado engañando a sí misma de un modo más mortificante aún; que se sentía desgraciada y que probablemente aquel día no era más que el principio de sus desgracias.
To understand, thoroughly understand her own heart, was the first endeavour. To that point went every leisure moment which her father′s claims on her allowed, and every moment of involuntary absence of mind. Por el momento lo primero que debía hacer era ver claro, ver totalmente claro en su propio corazón. Hacia este objetivo tendieron todos los momentos de ocio que le permitían tener sus obligaciones para con su padre, y todos los momentos de involuntario ensimismamiento.
How long had Mr. Knightley been so dear to her, as every feeling declared him now to be? When had his influence, such influence begun?— When had he succeeded to that place in her affection, which Frank Churchill had once, for a short period, occupied?—She looked back; she compared the two—compared them, as they had always stood in her estimation, from the time of the latter′s becoming known to her—and as they must at any time have been compared by her, had it—oh! had it, by any blessed felicity, occurred to her, to institute the comparison.—She saw that there never had been a time when she did not consider Mr. Knightley as infinitely the superior, or when his regard for her had not been infinitely the most dear. She saw, that in persuading herself, in fancying, in acting to the contrary, she had been entirely under a delusion, totally ignorant of her own heart—and, in short, that she had never really cared for Frank Churchill at all! ¿Cuánto tiempo hacía que sentía aquel afecto por el señor Knightley que ahora sus sentimientos le revelaban con toda evidencia? ¿Cuándo había empezado a ejercer su influencia, aquella clase de influencia, sobre ella? ¿Cuándo había conseguido ocupar en su afecto el lugar que Frank Churchill por un breve espacio de tiempo había ocupado también? Intentó recordar; comparó a los dos... les comparó según la estimación que había sentido por cada uno de ellos desde la época en que conoció a Frank... y como tarde o temprano hubiera tenido que compararlos... ¡Oh! ¡Qué feliz ocurrencia hubiese tenido si se le hubiera ocurrido antes hacer aquella comparación! Se daba cuenta de que en todo momento había considerado al señor Knightley como infinitamente superior al otro, que en todo momento había sentido por él un afecto mucho mayor. Se daba cuenta de que al convencerse a sí misma de lo contrario, al imaginarse que así debía ser y obrar en consecuencia, se había engañado, ignorando totalmente lo que había en su propio corazón... y en resumen... ¡que en realidad nunca había sentido la menor atracción por Frank Churchill!
This was the conclusion of the first series of reflection. This was the knowledge of herself, on the first question of inquiry, which she reached; and without being long in reaching it.—She was most sorrowfully indignant; ashamed of every sensation but the one revealed to her—her affection for Mr. Knightley.—Every other part of her mind was disgusting. Ésta fue la conclusión de sus primeras reflexiones. Ésta fue la primera convicción sobre sí misma a la que llegó respondiendo a las primeras preguntas que se había formulado; y sin que necesitara mucho tiempo para ello... Se sentía a un tiempo enojada y apenada... Y se avergonzaba de todos sus sentimientos, menos del que acababa de descubrir... su afecto por el señor Knightley... Todo lo demás que encontraba en su interior le repugnaba.
With insufferable vanity had she believed herself in the secret of every body′s feelings; with unpardonable arrogance proposed to arrange every body′s destiny. She was proved to have been universally mistaken; and she had not quite done nothing—for she had done mischief. She had brought evil on Harriet, on herself, and she too much feared, on Mr. Knightley.—Were this most unequal of all connexions to take place, on her must rest all the reproach of having given it a beginning; for his attachment, she must believe to be produced only by a consciousness of Harriet′s;—and even were this not the case, he would never have known Harriet at all but for her folly. Con una imperdonable vanidad, se había creído poseedora del secreto de los sentimientos de todo el mundo; con una inexcusable arrogancia, se había propuesto arreglar las vidas de todo el mundo. Y se había demostrado que se había equivocado en todo; y ni siquiera no había hecho nada... porque había provocado desgracias... Había traído la desgracia a Harriet, a ella y mucho se temía que también al señor Knightley.... Si aquella unión, la más desigual de todas las que podían imaginarse, llegaba a ser una realidad, ella sería la responsable de haberla alentado en sus inicios; porque sólo podía pensar que aquel mutuo afecto no había nacido de otra cosa que de la actitud de Harriet; y aunque no hubiera sido así, él nunca hubiera llegado a conocer a Harriet de no ser por las fantásticas imaginaciones de Emma.
Mr. Knightley and Harriet Smith!—It was a union to distance every wonder of the kind.—The attachment of Frank Churchill and Jane Fairfax became commonplace, threadbare, stale in the comparison, exciting no surprize, presenting no disparity, affording nothing to be said or thought.—Mr. Knightley and Harriet Smith!—Such an elevation on her side! Such a debasement on his! It was horrible to Emma to think how it must sink him in the general opinion, to foresee the smiles, the sneers, the merriment it would prompt at his expense; the mortification and disdain of his brother, the thousand inconveniences to himself.—Could it be?—No; it was impossible. And yet it was far, very far, from impossible.—Was it a new circumstance for a man of first-rate abilities to be captivated by very inferior powers? Was it new for one, perhaps too busy to seek, to be the prize of a girl who would seek him?—Was it new for any thing in this world to be unequal, inconsistent, incongruous—or for chance and circumstance (as second causes) to direct the human fate? ¡El señor Knightley y Harriet Smith! Una unión como para hacer olvidar el asombro que pudiera producir cualquier otro enlace... Al lado de éste, el enamoramiento entre Frank Churchill y Jane Fairfax era una cosa corriente, vulgar, que no despertaba ninguna sorpresa ni ofrecía ninguna disparidad, que no se prestaba a decir ni a comentar nada... ¡El señor Knightley y Harriet Smith! ¡Cómo iba a encumbrarse ella y cómo iba a rebajarse él! A Emma le horrorizaba pensar en cómo iba a desmerecer su amigo en la opinión general, le horrorizaba prever las sonrisas, las burlas, las mofas que se harían a sus expensas; la humillación y el desdén de su hermano, las mil dificultades que aquello representaría para él mismo... ¿Era posible? No; no lo era. Y sin embargo estaba lejos, muy lejos de ser algo imposible... ¿Sería la primera vez que un hombre de grandes prendas se sintiese atraído por una mujer muy inferior a él? ¿Sería la primera vez que alguien, quizá demasiado ocupado en sus negocios para buscar por sí mismo, se dejase seducir por una muchacha interesada en agradarle? ¿Sería la primera vez que ocurría en el mundo algo desproporcionado, inconsistente, incongruente... y que un azar o unas circunstancias, como causas segundas, dirigiesen el destino humano?
Oh! had she never brought Harriet forward! Had she left her where she ought, and where he had told her she ought!—Had she not, with a folly which no tongue could express, prevented her marrying the unexceptionable young man who would have made her happy and respectable in the line of life to which she ought to belong—all would have been safe; none of this dreadful sequel would have been. ¡Oh! ¡Ojalá no se le hubiera ocurrido nunca la idea de querer mejorar la posición de Harriet! ¡Ojalá la hubiera dejado en el puesto que debía ocupar y que él siempre le había dicho que era el suyo! ¡Ojalá nunca hubiese impedido, cometiendo una insensatez que no tenía palabras bastantes para expresar, que se hubiese casado con un joven irreprochable que la hubiese hecho feliz y respetada dentro del género de vida al que debía pertenecer, y no hubiese ocurrido nada de todo aquello! No se hubieran producido ninguna de aquellas terribles consecuencias.
How Harriet could ever have had the presumption to raise her thoughts to Mr. Knightley!—How she could dare to fancy herself the chosen of such a man till actually assured of it!—But Harriet was less humble, had fewer scruples than formerly.—Her inferiority, whether of mind or situation, seemed little felt.—She had seemed more sensible of Mr. Elton′s being to stoop in marrying her, than she now seemed of Mr. Knightley′s.—Alas! was not that her own doing too? Who had been at pains to give Harriet notions of self-consequence but herself?—Who but herself had taught her, that she was to elevate herself if possible, and that her claims were great to a high worldly establishment?—If Harriet, from being humble, were grown vain, it was her doing too. ¿Cómo había sido posible que Harriet se hubiera atrevido a pensar en el señor Knightley? ¿Cómo podía atreverse a imaginar que era la elegida de un hombre como aquél antes de que él se lo asegurara formalmente? Pero Harriet era menos humilde, tenía menos escrúpulos que antes... Parecía sentirse menos inferior, tanto intelectualmente como de posición social... Había parecido admirarse más de que el señor Elton accediera a casarse con ella, de que fuese el señor Knightley quien lo hiciese... ¡Pero, ay! ¿No era ésta también su propia obra? ¿Quién si no ella se había preocupado tanto por conseguir que Harriet se valorase a sí misma? ¿Quién sino ella le había inculcado que iba a encumbrarse socialmente, dentro de lo que fuera posible, y que tenía grandes condiciones para aspirar a una situación mucho más elevada? Si Harriet había dejado de ser humilde para ser vanidosa, ésta era también obra suya.