III. CHAPTER III
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CAPÍTULO XXXIX
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This little explanation with Mr. Knightley gave Emma considerable pleasure. It was one of the agreeable recollections of the ball, which she walked about the lawn the next morning to enjoy.—She was extremely glad that they had come to so good an understanding respecting the Eltons, and that their opinions of both husband and wife were so much alike; and his praise of Harriet, his concession in her favour, was peculiarly gratifying. The impertinence of the Eltons, which for a few minutes had threatened to ruin the rest of her evening, had been the occasion of some of its highest satisfactions; and she looked forward to another happy result—the cure of Harriet′s infatuation.—From Harriet′s manner of speaking of the circumstance before they quitted the ballroom, she had strong hopes. It seemed as if her eyes were suddenly opened, and she were enabled to see that Mr. Elton was not the superior creature she had believed him. The fever was over, and Emma could harbour little fear of the pulse being quickened again by injurious courtesy. She depended on the evil feelings of the Eltons for supplying all the discipline of pointed neglect that could be farther requisite.—Harriet rational, Frank Churchill not too much in love, and Mr. Knightley not wanting to quarrel with her, how very happy a summer must be before her!
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ESTA pequeña explicación con el señor Knightley dejó muy satisfecha a Emma. Era uno de los recuerdos más agradables del baile, que al día siguiente por la mañana, paseando por el césped, la joven evocaba complacidamente... Se alegraba mucho de que estuviesen tan de acuerdo respecto a los Elton, y de que sus opiniones sobre marido y mujer fuesen tan parecidas; por otra parte, su elogio de Harriet, las concesiones que había hecho en favor suyo eran particularmente de agradecer. La impertinencia de los Elton, que por unos momentos había amenazado con estropearle el resto de la velada, había dado ocasión a que tuviese la mayor alegría de la fiesta; y Emma preveía otra buena consecuencia... la curación del enamoramiento de Harriet... Por la manera en que ésta le habló de lo ocurrido antes de que salieran de la sala de baile, deducía que habían grandes esperanzas... Daba la impresión de que hubiese abierto súbitamente los ojos, de que fuese ya capaz de ver que el señor Elton no era el ser superior que ella había creído. La fiebre había pasado, y Emma no podía abrigar muchos temores de que el pulso volviera a acelerarse ante una actitud tan insultantemente descortés. Confiaba en que las malas intenciones de los Elton proporcionarían todas las situaciones de menosprecio voluntario que más tarde fuesen necesarias... Harriet más razonable, Frank Churchill no tan enamorado, y el señor Knightley sin querer disputar con ella... ¡qué verano tan feliz le esperaba...!
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She was not to see Frank Churchill this morning. He had told her that he could not allow himself the pleasure of stopping at Hartfield, as he was to be at home by the middle of the day. She did not regret it.
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Aquella mañana no vería a Frank Churchill. Él le había dicho que no podría detenerse en Hartfield porque tenía que estar de regreso hacia el mediodía. Emma no lo lamentaba.
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Having arranged all these matters, looked them through, and put them all to rights, she was just turning to the house with spirits freshened up for the demands of the two little boys, as well as of their grandpapa, when the great iron sweep-gate opened, and two persons entered whom she had never less expected to see together—Frank Churchill, with Harriet leaning on his arm—actually Harriet!—A moment sufficed to convince her that something extraordinary had happened. Harriet looked white and frightened, and he was trying to cheer her.—The iron gates and the front-door were not twenty yards asunder;—they were all three soon in the hall, and Harriet immediately sinking into a chair fainted away.
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Después de haber reflexionado detenidamente sobre todo eso y de haber puesto en orden sus ideas, se disponía a volver a la casa con el ánimo avivado por las exigencias de los dos pequeños (y del abuelito de éstos), cuando vio que se abría la gran verja de hierro y que entraban en el jardín dos personas, las personas que menos hubiera podido esperar ver juntas... Frank Churchill llevando del brazo a Harriet... ¡a Harriet en persona! En seguida se dio cuenta de que había ocurrido algo anormal. Harriet estaba muy pálida y asustada, y su acompañante intentaba darle ánimos... La verja de hierro y la puerta de entrada de la casa no estaban separadas por más de veinte yardas; los tres no tardaron en hallarse reunidos en la sala, y Harriet inmediatamente se desvaneció en un sillón.
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A young lady who faints, must be recovered; questions must be answered, and surprizes be explained. Such events are very interesting, but the suspense of them cannot last long. A few minutes made Emma acquainted with the whole.
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Cuando una joven se desvanece hay que hacer que vuelva en sí; luego tienen que contestarse una serie de preguntas y explicarse una serie de cosas que se ignoran. Estas situaciones son muy emocionantes, pero su incertidumbre no puede prolongarse por mucho tiempo. Pocos minutos bastaron a Emma para enterarse de todo lo sucedido.
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Miss Smith, and Miss Bickerton, another parlour boarder at Mrs. Goddard′s, who had been also at the ball, had walked out together, and taken a road, the Richmond road, which, though apparently public enough for safety, had led them into alarm.—About half a mile beyond Highbury, making a sudden turn, and deeply shaded by elms on each side, it became for a considerable stretch very retired; and when the young ladies had advanced some way into it, they had suddenly perceived at a small distance before them, on a broader patch of greensward by the side, a party of gipsies. A child on the watch, came towards them to beg; and Miss Bickerton, excessively frightened, gave a great scream, and calling on Harriet to follow her, ran up a steep bank, cleared a slight hedge at the top, and made the best of her way by a short cut back to Highbury. But poor Harriet could not follow. She had suffered very much from cramp after dancing, and her first attempt to mount the bank brought on such a return of it as made her absolutely powerless—and in this state, and exceedingly terrified, she had been obliged to remain.
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La señorita Smith y la señorita Bickerton, otra de las pensionistas de la señora Goddard, que también había asistido al baile, habían salido a dar una vuelta y habían echado a andar por un camino... el camino de Richmond, que aunque en apariencia era lo suficientemente frecuentado para que se considerase seguro, les había dado un gran susto... A una media milla de Highbury, el camino formaba un brusco recodo sombreado por grandes olmos que crecían a ambos lados, y durante un considerable trecho se convertía en un lugar muy solitario; y cuando las jóvenes ya habían avanzado bastante, de pronto advirtieron a poca distancia de ellas, en un ancho claro cubierto de hierba que había a uno de los lados del camino, una caravana de gitanos. Un niño que estaba apostado allí para vigilar, se dirigió hacia ellas para pedirles limosna; y la señorita Bickerton, mortalmente asustada, dio un gran chillido, y gritando a Harriet que la siguiera trepó rápidamente por un terraplén empinado, franqueó un pequeño seto que había en la parte superior y tomando un atajo volvió a Highbury todo lo aprisa que pudo. Pero la pobre Harriet no pudo seguirla. Después del baile se había resentido de fuertes calambres, y cuando intentó trepar por el terraplén volvió a sentirlos con tanta intensidad que se vio incapaz de dar un paso más... y en esta situación, presa de un extraordinario pánico, se vio obligada a quedarse donde estaba.
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How the trampers might have behaved, had the young ladies been more courageous, must be doubtful; but such an invitation for attack could not be resisted; and Harriet was soon assailed by half a dozen children, headed by a stout woman and a great boy, all clamorous, and impertinent in look, though not absolutely in word.—More and more frightened, she immediately promised them money, and taking out her purse, gave them a shilling, and begged them not to want more, or to use her ill.—She was then able to walk, though but slowly, and was moving away—but her terror and her purse were too tempting, and she was followed, or rather surrounded, by the whole gang, demanding more.
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Cómo se hubieran comportado los vagabundos si las jóvenes hubiesen sido más valerosas nunca podrá saberse; pero una invitación como aquella a que las atacaran no podía ser desatendida; y Harriet no tardó en verse asaltada por media docena de chiquillos capitaneados por una fornida mujer y por un muchacho ya mayor, en medio de un gran griterío y de miradas amenazadoras, aunque sin que sus palabras lo fueran... Cada vez más asustada inmediatamente les ofreció dinero, y sacando su bolso les dio un chelín, y les suplicó que no le pidieran más y que no la maltrataran... Para entonces se vio ya con fuerzas para andar, aunque muy lentamente, y empezó a retroceder... pero su terror y su bolso eran demasiado tentadores, y todo el grupo fue siguiéndola, o mejor dicho, rodeándola, pidiéndole más.
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In this state Frank Churchill had found her, she trembling and conditioning, they loud and insolent. By a most fortunate chance his leaving Highbury had been delayed so as to bring him to her assistance at this critical moment. The pleasantness of the morning had induced him to walk forward, and leave his horses to meet him by another road, a mile or two beyond Highbury—and happening to have borrowed a pair of scissors the night before of Miss Bates, and to have forgotten to restore them, he had been obliged to stop at her door, and go in for a few minutes: he was therefore later than he had intended; and being on foot, was unseen by the whole party till almost close to them. The terror which the woman and boy had been creating in Harriet was then their own portion. He had left them completely frightened; and Harriet eagerly clinging to him, and hardly able to speak, had just strength enough to reach Hartfield, before her spirits were quite overcome. It was his idea to bring her to Hartfield: he had thought of no other place.
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En esta situación la encontró Frank Churchill, ella temblando de miedo y suplicándoles, ellos gritando cada vez con más insolencia. Por una feliz casualidad, Frank había retrasado su partida de Highbury lo suficiente como para poder acudir en su ayuda en aquel momento crítico. Aquella mañana la bonanza del tiempo le había movido a salir de su casa andando y a hacer que sus caballos fueran a buscarle por otro camino a una milla o dos de Highbury... y como la noche anterior había pedido prestadas unas tijeras a la señorita Bates y había olvidado devolvérselas, se vio forzado a pasar por su casa y entrar por unos minutos; de modo que emprendió la marcha más tarde de lo que había imaginado; y como iba a pie no fue visto por los gitanos hasta que estuvo ya muy cerca de ellos. El terror que la mujer y el muchacho habían estado inspirando a Harriet, entonces les sobrecogió a ellos mismos; la presencia del joven les hizo huir despavoridos; y Harriet apoyándose en seguida en su brazo y apenas sin poder hablar, tuvo fuerzas suficientes para llegar a Hartfield antes de caer desvanecida. Fue idea de él el llevarla a Hartfield; no se le había ocurrido ningún otro lugar.
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This was the amount of the whole story,—of his communication and of Harriet′s as soon as she had recovered her senses and speech.—He dared not stay longer than to see her well; these several delays left him not another minute to lose; and Emma engaging to give assurance of her safety to Mrs. Goddard, and notice of there being such a set of people in the neighbourhood to Mr. Knightley, he set off, with all the grateful blessings that she could utter for her friend and herself.
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Ésta era toda la historia... lo que él, y luego Harriet, apenas hubo recobrado el sentido, le contaron... El joven, una vez hubo visto que ya se encontraba mejor, declaró que no podía quedarse por más tiempo; todos aquellos retrasos no le permitían perder ni un minuto más; y después de que Emma le hubo prometido que la dejaría sana y salva en casa de la señora Goddard, y que avisaría al señor Knightley de la presencia de los gitanos por aquellos contornos, él se fue entre las mayores muestras de agradecimiento de Emma, tanto por su amiga como por ella misma.
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Such an adventure as this,—a fine young man and a lovely young woman thrown together in such a way, could hardly fail of suggesting certain ideas to the coldest heart and the steadiest brain. So Emma thought, at least. Could a linguist, could a grammarian, could even a mathematician have seen what she did, have witnessed their appearance together, and heard their history of it, without feeling that circumstances had been at work to make them peculiarly interesting to each other?—How much more must an imaginist, like herself, be on fire with speculation and foresight!—especially with such a groundwork of anticipation as her mind had already made.
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Una aventura como aquélla... un apuesto joven y una linda muchacha encontrándose en un lance como aquél, no podía por menos de sugerir ciertas ideas al corazón más insensible y a la mente menos fantasiosa. Por lo menos eso era lo que pensaba Emma. ¿Cómo era posible que un lingÜista, un gramático, incluso un matemático, hubiesen visto lo que ella, hubiesen presenciado la llegada de los dos juntos y oído el relato de su historia, sin pensar que las circunstancias habían hecho que los protagonistas del hecho tenían que sentirse particularmente interesados el uno por el otro? ¡Cuánto más ella con toda su imaginación! ¿Cómo no iba a estar como sobre ascuas, haciendo proyectos y previendo acontecimientos? Sobre todo teniendo en cuenta que encontraba el terreno abonado por las suposiciones que había hecho de antemano.
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It was a very extraordinary thing! Nothing of the sort had ever occurred before to any young ladies in the place, within her memory; no rencontre, no alarm of the kind;—and now it had happened to the very person, and at the very hour, when the other very person was chancing to pass by to rescue her!—It certainly was very extraordinary!—And knowing, as she did, the favourable state of mind of each at this period, it struck her the more. He was wishing to get the better of his attachment to herself, she just recovering from her mania for Mr. Elton. It seemed as if every thing united to promise the most interesting consequences. It was not possible that the occurrence should not be strongly recommending each to the other.
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Realmente había sido un suceso de lo más extraordinario... A ninguna joven del lugar le había ocurrido nunca nada parecido, al menos que ella recordase; ningún encuentro como éste, ningún susto de este género; y ahora le ocurría a una persona determinada y a una hora determinada, precisamente cuando otra persona daba la casualidad de que pasaba por allí y que tenía ocasión de salvarla... ¡Ciertamente algo extraordinario! Y conociendo como ella conocía el favorable estado de ánimo de ambos en aquellos días, todavía la dejaba más asombrada. Él estaba deseando ahogar su afecto por Emma, ella apenas empezaba a recuperarse de su enamoramiento por el señor Elton. Parecía como si todo contribuyese a prometer las consecuencias más interesantes. No era posible que aquel encuentro no hiciese que ambos se sintieran mutuamente atraídos...
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In the few minutes′ conversation which she had yet had with him, while Harriet had been partially insensible, he had spoken of her terror, her naivete, her fervour as she seized and clung to his arm, with a sensibility amused and delighted; and just at last, after Harriet′s own account had been given, he had expressed his indignation at the abominable folly of Miss Bickerton in the warmest terms. Every thing was to take its natural course, however, neither impelled nor assisted. She would not stir a step, nor drop a hint. No, she had had enough of interference. There could be no harm in a scheme, a mere passive scheme. It was no more than a wish. Beyond it she would on no account proceed.
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En la breve conversación que había sostenido con él, mientras Harriet aún estaba medio inconsciente, Frank Churchill le había hablado del terror de la muchacha, de su candidez, de la emoción con que se había cogido a su brazo y apoyado en él de un modo que le mostraba a la vez halagado y complacido; y al final después de que Harriet hubiera hecho su relato, él expresó en los términos más exaltados su indignación ante la increíble imprudencia de la señorita Bickerton. Sin embargo, todo iba a discurrir por sus cauces naturales, sin que nadie interviniera ni ayudase. Ella no daría ni un paso, no haría ni una insinuación. No hacía daño a nadie teniendo proyectos, simples proyectos pasivos. Aquello no era más que un deseo. Por nada del mundo accedería a hacer nada más.
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Emma′s first resolution was to keep her father from the knowledge of what had passed,—aware of the anxiety and alarm it would occasion: but she soon felt that concealment must be impossible. Within half an hour it was known all over Highbury. It was the very event to engage those who talk most, the young and the low; and all the youth and servants in the place were soon in the happiness of frightful news. The last night′s ball seemed lost in the gipsies. Poor Mr. Woodhouse trembled as he sat, and, as Emma had foreseen, would scarcely be satisfied without their promising never to go beyond the shrubbery again. It was some comfort to him that many inquiries after himself and Miss Woodhouse (for his neighbours knew that he loved to be inquired after), as well as Miss Smith, were coming in during the rest of the day; and he had the pleasure of returning for answer, that they were all very indifferent—which, though not exactly true, for she was perfectly well, and Harriet not much otherwise, Emma would not interfere with. She had an unhappy state of health in general for the child of such a man, for she hardly knew what indisposition was; and if he did not invent illnesses for her, she could make no figure in a message.
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La primera intención de Emma fue procurar que su padre no se enterara de lo que había ocurrido... para evitarle la inquietud y el susto; pero no tardó en darse cuenta de que ocultarlo era algo imposible. Al cabo de media hora todo Highbury lo sabía. Era un acontecimiento de los que apasionan a los más aficionados a hablar, a los jóvenes y a los criados; y toda la juventud y toda la servidumbre del lugar no tardaron en poder disfrutar de noticias emocionantes. El baile de la noche anterior parecía haber quedado eclipsado ante lo de los gitanos. El pobre señor Woodhouse se quedó temblando, y tal como Emma había supuesto no se tranquilizó hasta haberles hecho prometer que nunca más se arriesgarían a pasar del plantío. Pero le consoló bastante el que fueran muchos los que vinieran a interesarse por el y por la señorita Woodhouse (porque sus vecinos sabían que le encantaba que se interesasen por él), y también por la señorita Smith, durante todo el resto del día; y se daba el placer de contestar que nadie de ellos estaba muy bien, lo cual, aunque no era exactamente cierto, ya que Emma se encontraba perfectamente y Harriet casi también, nunca era desmentido por su hija. En general la salud de Emma no armonizaba en absoluto con los temores de su padre, ya que raras veces sabía lo que era encontrarse mal; pero si él no le inventaba una enfermedad, el señor Woodhouse no podía hablar de su hija.
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The gipsies did not wait for the operations of justice; they took themselves off in a hurry. The young ladies of Highbury might have walked again in safety before their panic began, and the whole history dwindled soon into a matter of little importance but to Emma and her nephews:—in her imagination it maintained its ground, and Henry and John were still asking every day for the story of Harriet and the gipsies, and still tenaciously setting her right if she varied in the slightest particular from the original recital.
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Los gitanos no esperaron a que la justicia entrara en acción, y levantaron el campo en un abrir y cerrar de ojos. Las jóvenes de Highbury podían volver a pasear con toda seguridad antes de que empezaran a tener pánico, y toda la historia pronto degeneró en un suceso de poca importancia... excepto para Emma y para sus sobrinos; en la imaginación de ella seguía siendo un acontecimiento, y Henry y John preguntaban cada día por la historia de Harriet y de los gitanos, y corregían tenazmente a su tía, si ésta alteraba el menor de los detalles con respecto al relato que les había hecho en un principio.
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