I. CHAPTER III
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CAPÍTULO III
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Mr. Woodhouse was fond of society in his own way. He liked very much to have his friends come and see him; and from various united causes, from his long residence at Hartfield, and his good nature, from his fortune, his house, and his daughter, he could command the visits of his own little circle, in a great measure, as he liked. He had not much intercourse with any families beyond that circle; his horror of late hours, and large dinner-parties, made him unfit for any acquaintance but such as would visit him on his own terms. Fortunately for him, Highbury, including Randalls in the same parish, and Donwell Abbey in the parish adjoining, the seat of Mr. Knightley, comprehended many such. Not unfrequently, through Emma′s persuasion, he had some of the chosen and the best to dine with him: but evening parties were what he preferred; and, unless he fancied himself at any time unequal to company, there was scarcely an evening in the week in which Emma could not make up a card-table for him.
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A su manera, al señor Woodhouse le gustaba la compañía. Le gustaba muchísimo que sus amistades fueran a verle; y se sumaban una serie de factores, su larga residencia en Hartfield y su buen carácter, su fortuna, su casa y su hija, haciendo que pudiese elegir las visitas de su pequeño círculo, en gran parte según sus gustos. Fuera de este círculo tenía poco trato con otras familias; su horror a trasnochar y a las cenas muy concurridas impedían que tuviera más amistades que las que estaban dispuestas a visitarle según sus conveniencias. Afortunadamente para él, Highbury, que incluía a Randalls en su parroquia, y Donwell Abbey en la parroquia vecina -donde vivía el señor Knightleycomprendía a muchas de tales personas. No pocas veces se dejaba convencer por Emma, e invitaba a cenar a algunos de los mejores y más elegidos, pero lo que él prefería eran las reuniones de la tarde, y a menos que en alguna ocasión se le antojase que alguno de ellos no estaba a la altura de la casa, apenas había alguna tarde de la semana en que Emma no pudiese reunir a su alrededor personas suficientes para jugar a las cartas.
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Real, long-standing regard brought the Westons and Mr. Knightley; and by Mr. Elton, a young man living alone without liking it, the privilege of exchanging any vacant evening of his own blank solitude for the elegancies and society of Mr. Woodhouse′s drawing-room, and the smiles of his lovely daughter, was in no danger of being thrown away.
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Un verdadero aprecio, ya antiguo, dio entrada a su casa a los Weston y al señor Knightley; y en cuanto al señor Elton, un joven que vivía solo contra su voluntad, tenía el privilegio de poder huir todas las tardes libres de su negra soledad, y cambiarla por los refinamientos y la compañía del salón del señor Woodhouse y por las sonrisas de su encantadora hija, sin ningún peligro de que se le expulsara de allí.
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After these came a second set; among the most come-at-able of whom were Mrs. and Miss Bates, and Mrs. Goddard, three ladies almost always at the service of an invitation from Hartfield, and who were fetched and carried home so often, that Mr. Woodhouse thought it no hardship for either James or the horses. Had it taken place only once a year, it would have been a grievance.
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Tras éstos venía un segundo grupo; del cual, entre los más asiduos figuraban la señora y la señorita Bates, y la señora Goddard, tres damas que estaban casi siempre a punto de aceptar una invitación procedente de Hartfield, y a quienes se iba a recoger y se devolvía a su casa tan a menudo, que el señor Woodhouse no consideraba que ello fuese pesado ni para James ni para los caballos. Si sólo hubiera sido una vez al año, lo hubiera considerado como una gran molestia.
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Mrs. Bates, the widow of a former vicar of Highbury, was a very old lady, almost past every thing but tea and quadrille. She lived with her single daughter in a very small way, and was considered with all the regard and respect which a harmless old lady, under such untoward circumstances, can excite. Her daughter enjoyed a most uncommon degree of popularity for a woman neither young, handsome, rich, nor married. Miss Bates stood in the very worst predicament in the world for having much of the public favour; and she had no intellectual superiority to make atonement to herself, or frighten those who might hate her into outward respect. She had never boasted either beauty or cleverness. Her youth had passed without distinction, and her middle of life was devoted to the care of a failing mother, and the endeavour to make a small income go as far as possible. And yet she was a happy woman, and a woman whom no one named without good-will. It was her own universal good-will and contented temper which worked such wonders. She loved every body, was interested in every body′s happiness, quicksighted to every body′s merits; thought herself a most fortunate creature, and surrounded with blessings in such an excellent mother, and so many good neighbours and friends, and a home that wanted for nothing. The simplicity and cheerfulness of her nature, her contented and grateful spirit, were a recommendation to every body, and a mine of felicity to herself. She was a great talker upon little matters, which exactly suited Mr. Woodhouse, full of trivial communications and harmless gossip.
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La señora Bates, viuda de un antiguo vicario de Highbury, era una señora muy anciana, incapaz ya de casi toda actividad, exceptuando el té y el cuatrillo.1 Vivía muy modestamente con su única hija, y se le tenían todas las consideraciones y todo el respeto que una anciana inofensiva en tan incómodas circunstancias puede suscitar. Su hija gozaba de una popularidad muy poco común en una mujer que no era ni joven, ni hermosa, ni rica, ni casada. La posición social de la señorita Bates era de las peores para que gozara de tantas simpatías; no tenía ninguna superioridad intelectual para compensar lo demás o para intimidar a los que hubieran podido detestarla y hacer que le demostraran un aparente respeto. Nunca había presumido ni de belleza ni de inteligencia. Su juventud había pasado sin llamar la atención, y ya de edad madura se había dedicado a cuidar a su decrépita madre, y a la empresa de hacer con sus exiguos ingresos el mayor número posible de cosas. Sin embargo era una mujer feliz, y una mujer a quien nadie nombraba sin benevolencia. Era su gran buena voluntad y lo contentadizo de su carácter lo que obraba estas maravillas. Quería a todo el mundo, procuraba la felicidad de todo el mundo, ponderaba en seguida los méritos de todo el mundo; se consideraba a sí misma un ser muy afortunado, a quien se había dotado de algo tan valioso como una madre excelente, buenos vecinos y amigos, y un hogar en el que nada faltaba. La sencillez y la alegría de su carácter, su temperamento contentadizo y agradecido, complacían a todos y eran una fuente de felicidad para ella ′ misma. Le gustaba mucho charlar de asuntos triviales, lo cual encajaba perfectamente con los gustos del señor Woodhouse, siempre atento a las pequeñas noticias y a los chismes inofensivos.
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Mrs. Goddard was the mistress of a School—not of a seminary, or an establishment, or any thing which professed, in long sentences of refined nonsense, to combine liberal acquirements with elegant morality, upon new principles and new systems—and where young ladies for enormous pay might be screwed out of health and into vanity—but a real, honest, old-fashioned Boarding-school, where a reasonable quantity of accomplishments were sold at a reasonable price, and where girls might be sent to be out of the way, and scramble themselves into a little education, without any danger of coming back prodigies. Mrs. Goddard′s school was in high repute—and very deservedly; for Highbury was reckoned a particularly healthy spot: she had an ample house and garden, gave the children plenty of wholesome food, let them run about a great deal in the summer, and in winter dressed their chilblains with her own hands. It was no wonder that a train of twenty young couple now walked after her to church. She was a plain, motherly kind of woman, who had worked hard in her youth, and now thought herself entitled to the occasional holiday of a tea-visit; and having formerly owed much to Mr. Woodhouse′s kindness, felt his particular claim on her to leave her neat parlour, hung round with fancy-work, whenever she could, and win or lose a few sixpences by his fireside.
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La señora Goddard era maestra de escuela, no de un colegio ni de un pensionado, ni de cualquier otra cosa por el estilo en donde se pretende con largas frases de refinada tontería combinar la libertad de la ciencia con una elegante moral acerca de nuevos principios y nuevos sistemas, y en donde las jóvenes a cambio de pagar enormes sumas pierden salud y adquieren vanidad, sino una verdadera, honrada escuela de internas a la antigua, en donde se vendía a un precio razonable una razonable cantidad de conocimientos, y a donde podía mandarse a las muchachas para que no estorbaran en casa, y podían hacerse un pequeña educación sin ningún peligro de que salieran de allí convertidas en prodigios. La escuela de la señora Goddard tenía muy buena reputación, y bien merecida, pues Highbury estaba considerado como un lugar particularmente saludable: tenía una casa espaciosa, un jardín, daba a las niñas comida sana y abundante, en verano dejaba que corretearan a su gusto, y en invierno ella misma les curaba los sabañones. No era, pues, de extrañar que una hilera de a dos de unas cuarenta jóvenes la siguieran cuando iba a la iglesia. Era 1 Cuatrillo: juego de naipes de cuatro personas, semejante al tresillo. una mujer sencilla y maternal, que había trabajado mucho en su juventud, y que ahora se consideraba con derecho a permitirse el ocasional esparcimiento de una visita para tomar el té; y como tiempo atrás debía mucho a la amabilidad del señor Woodhouse, se sentía particularmente obligada a no desatender sus invitaciones y a abandonar su pulcra salita, y pasar siempre que podía unas horas de ocio perdiendo o ganando unas cuantas monedas de seis peniques junto a la chimenea de su anfitrión.
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These were the ladies whom Emma found herself very frequently able to collect; and happy was she, for her father′s sake, in the power; though, as far as she was herself concerned, it was no remedy for the absence of Mrs. Weston. She was delighted to see her father look comfortable, and very much pleased with herself for contriving things so well; but the quiet prosings of three such women made her feel that every evening so spent was indeed one of the long evenings she had fearfully anticipated.
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Éstas eran las señoras que Emma podía reunir con mucha frecuencia; y estaba no poco contenta de conseguirlo, por su padre; aunque, por lo que a ella se refería, no había remedio para la ausencia de la señora Weston. Estaba encantada de ver que su padre parecía sentirse a gusto y muy contento con ella por saber arreglar las cosas tan bien; pero la apacible y monótona charla de aquellas tres mujeres le hacía darse cuenta que cada velada que pasaba de este modo era una de las largas veladas que con tanto temor había previsto.
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As she sat one morning, looking forward to exactly such a close of the present day, a note was brought from Mrs. Goddard, requesting, in most respectful terms, to be allowed to bring Miss Smith with her; a most welcome request: for Miss Smith was a girl of seventeen, whom Emma knew very well by sight, and had long felt an interest in, on account of her beauty. A very gracious invitation was returned, and the evening no longer dreaded by the fair mistress of the mansion.
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Una mañana, cuando creía poder asegurar que el día iba a terminar de este modo, trajeron un billete de parte de la señora Goddard que solicitaba en los términos más respetuosos que se le permitiera venir acompañada de la señorita Smith; una petición que fue muy bien acogida; porque la señorita Smith era una muchacha de diecisiete años a quien Emma conocía muy bien de vista y por - quien hacía tiempo que sentía interés debido a su belleza. Contestó con una amable invitación, y la gentil dueña de la casa ya no temió la llegada de la tarde.
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Harriet Smith was the natural daughter of somebody. Somebody had placed her, several years back, at Mrs. Goddard′s school, and somebody had lately raised her from the condition of scholar to that of parlour-boarder. This was all that was generally known of her history. She had no visible friends but what had been acquired at Highbury, and was now just returned from a long visit in the country to some young ladies who had been at school there with her.
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Harriet Smith era hija natural de alguien. Hacía ya varios años alguien la había hecho ingresar en la escuela de la señora Goddard, y recientemente alguien la había elevado desde su situación de colegiala a la de huésped. En general, esto era todo lo que se sabía de su historia. En apariencia no tenía más amigos que los que se había hecho en Highbury, y ahora acababa de volver de una larga visita que había hecho a unas jóvenes que vivían en el campo y que habían sido sus compañeras de escuela.
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She was a very pretty girl, and her beauty happened to be of a sort which Emma particularly admired. She was short, plump, and fair, with a fine bloom, blue eyes, light hair, regular features, and a look of great sweetness, and, before the end of the evening, Emma was as much pleased with her manners as her person, and quite determined to continue the acquaintance.
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Era una muchacha muy linda, y su belleza resultó ser de una clase que Emma admiraba particularmente. Era bajita, regordeta y rubia, llena de lozanía, de ojos azules, cabello reluciente, rasgos regulares y un aire de gran dulzura; y antes del fin de la velada Emma estaba tan complacida con sus modales como con su persona, y completamente decidida a seguir tratándola.
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She was not struck by any thing remarkably clever in Miss Smith′s conversation, but she found her altogether very engaging—not inconveniently shy, not unwilling to talk—and yet so far from pushing, shewing so proper and becoming a deference, seeming so pleasantly grateful for being admitted to Hartfield, and so artlessly impressed by the appearance of every thing in so superior a style to what she had been used to, that she must have good sense, and deserve encouragement. Encouragement should be given. Those soft blue eyes, and all those natural graces, should not be wasted on the inferior society of Highbury and its connexions. The acquaintance she had already formed were unworthy of her. The friends from whom she had just parted, though very good sort of people, must be doing her harm. They were a family of the name of Martin, whom Emma well knew by character, as renting a large farm of Mr. Knightley, and residing in the parish of Donwell—very creditably, she believed—she knew Mr. Knightley thought highly of them—but they must be coarse and unpolished, and very unfit to be the intimates of a girl who wanted only a little more knowledge and elegance to be quite perfect. She would notice her; she would improve her; she would detach her from her bad acquaintance, and introduce her into good society; she would form her opinions and her manners. It would be an interesting, and certainly a very kind undertaking; highly becoming her own situation in life, her leisure, and powers.
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No le llamó la atención nada particularmente inteligente en el trato de la señorita Smith, pero en conjunto la encontró muy simpática -sin ninguna timidez fuera de lugar y sin reparos para hablar- y con todo sin ser por ello en absoluto inoportuna, sabiendo estar tan bien en su lugar y mostrándose tan deferente, dando muestras de estar tan agradablemente agradecida por haber sido admitida en Hartfield, y tan sinceramente impresionada por el aspecto de todas las cosas, tan superior en calidad a lo que ella estaba acostumbrada, que debía de tener muy buen juicio y merecía aliento. Y se le daría aliento. Aquellos ojos azules y mansos y todos aquellos dones naturales no iban a desperdiciarse en la sociedad inferior de Highbury y sus relaciones. Las amistades que ya se había hecho eran indignas de ella. Las amigas de quien acababa de separarse, aunque fueran muy buena gente, debían estar perjudicándola. Eran una familia cuyo apellido era Martin, y a la que Emma conocía mucho de oídas, ya que tenían arrendada una gran granja del señor Knightley, y vivían en la parroquia de Donwell, tenían muy buena reputación según creía -sabía que el señor Knightley les estimaba mucho- pero debían de ser gente vulgar y poco educada, en modo alguno propia de tener intimidad con una muchacha que sólo necesitaba un poco más de conocimientos y de elegancia para ser completamente perfecta. Ella la aconsejaría; la haría mejorar; haría que abandonase sus malas amistades y la introduciría en la buena sociedad; formaría sus opiniones y sus modales. Sería una empresa interesante y sin duda también una buena obra; algo muy adecuado a su situación en la vida; a su tiempo libre y a sus posibilidades.
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She was so busy in admiring those soft blue eyes, in talking and listening, and forming all these schemes in the in-betweens, that the evening flew away at a very unusual rate; and the supper-table, which always closed such parties, and for which she had been used to sit and watch the due time, was all set out and ready, and moved forwards to the fire, before she was aware. With an alacrity beyond the common impulse of a spirit which yet was never indifferent to the credit of doing every thing well and attentively, with the real good-will of a mind delighted with its own ideas, did she then do all the honours of the meal, and help and recommend the minced chicken and scalloped oysters, with an urgency which she knew would be acceptable to the early hours and civil scruples of their guests.
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Estaba tan absorta admirando aquellos ojos azules y mansos, hablando y escuchando, y trazando todos estos planes en las pausas de la conversación, que la tarde pasó muchísimo más aprisa que de costumbre; y la cena con la que siempre terminaban esas reuniones, y para la que Emma solía preparar la mesa con calma, esperando a que llegara el momento oportuno, aquella vez se dispuso en un abrir y cerrar de ojos, y se acercó al fuego, casi sin que ella misma se diera cuenta. Con una presteza que no era habitual en un carácter como el suyo que, con todo, nunca había sido indiferente al prestigio de hacerlo todo muy bien y poniendo en ello los cinco sentidos, con el auténtico entusiasmo de un espíritu que se complacía en sus propias ideas, aquella vez hizo los honores de la mesa, y sirvió y recomendó el picadillo de pollo y las ostras asadas con una insistencia que sabía necesaria en aquella hora algo temprana y adecuada a los corteses cumplidos de sus invitados.
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Upon such occasions poor Mr. Woodhouses feelings were in sad warfare. He loved to have the cloth laid, because it had been the fashion of his youth, but his conviction of suppers being very unwholesome made him rather sorry to see any thing put on it; and while his hospitality would have welcomed his visitors to every thing, his care for their health made him grieve that they would eat.
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En ocasiones como ésta, en el ánimo del bueno del señor Woodhouse se libraba un penoso combate. Le gustaba ver servida la mesa, pues tales invitaciones habían sido la moda elegante de su juventud; pero como estaba convencido de que las cenas eran perjudiciales para la salud, más bien le entristecía ver servir los platos; y mientras que su sentido de la hospitalidad le llevaba a alentar a sus invitados a que comieran de todo, los cuidados que le inspiraba su salud hacía que se apenase de ver que comían.
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Such another small basin of thin gruel as his own was all that he could, with thorough self-approbation, recommend; though he might constrain himself, while the ladies were comfortably clearing the nicer things, to say:
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Lo único que en conciencia podía recomendar era un pequeño tazón de avenate claro como el que él tomaba, pero, mientras las señoras no tenían ningún reparo en atacar bocados más sabrosos, debía contentarse con decir:
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"Mrs. Bates, let me propose your venturing on one of these eggs. An egg boiled very soft is not unwholesome. Serle understands boiling an egg better than any body. I would not recommend an egg boiled by any body else; but you need not be afraid, they are very small, you see—one of our small eggs will not hurt you. Miss Bates, let Emma help you to a little bit of tart—a very little bit. Ours are all apple-tarts. You need not be afraid of unwholesome preserves here. I do not advise the custard. Mrs. Goddard, what say you to half a glass of wine? A small half-glass, put into a tumbler of water? I do not think it could disagree with you."
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-Señora Bates, permítame aconsejarle que pruebe uno de estos huevos. Un huevo duro poco cocido no puede perjudicar. Serle sabe hacer huevos duros mejor que nadie. Yo no recomendaría un huevo duro a nadie más, pero no tema usted, ya ve que son muy pequeños, uno de esos huevos tan pequeños no pueden hacerle daño. Señorita Bates, que Emma le sirva un pedacito de tarta, un pedacito chiquitín. Nuestras tartas son sólo de manzana. En esta casa no le daremos ningún dulce que pueda perjudicarle. Lo que no le aconsejo son las natillas. Señora Goddard, ¿qué le parecería medio vasito de vino? ¿Medio vasito pequeño, mezclado con agua? No creo que eso pueda sentarle mal.
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Emma allowed her father to talk—but supplied her visitors in a much more satisfactory style, and on the present evening had particular pleasure in sending them away happy. The happiness of Miss Smith was quite equal to her intentions. Miss Woodhouse was so great a personage in Highbury, that the prospect of the introduction had given as much panic as pleasure; but the humble, grateful little girl went off with highly gratified feelings, delighted with the affability with which Miss Woodhouse had treated her all the evening, and actually shaken hands with her at last!
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Emma dejaba hablar a su padre, pero servía a sus invitados manjares más consistentes; y aquella noche tenía un interés especial en que quedaran contentos. Se había propuesto atraerse a la señorita Smith y lo había conseguido. La señorita Wodhouse era un personaje tan importante en Highbury 2 Avenate: bebida hecha de avena mondada y cocida en agua. que la noticia de que iban a ser presentadas le había producido tanto miedo como alegría... Pero la modesta y agradecida joven salió de la casa llena de gratitud, muy contenta de la afabilidad con la que la señorita Woodhouse la había tratado durante toda la velada; ¡incluso le había estrechado la mano al despedirse!
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