Tirso de Molina
La Santa Juana II



Personas que hablan en ella:
  • CRISTO
  • La SANTA Juana
  • El ANGEL de la guarda
  • San ANTONIO de Padua
  • El niño, JESUS
  • San FRANCISCO
  • CRISTO CRUCIFICADO
  • Sor EVANGELISTA
  • Unas MONJAS
  • MENGA
  • MARI Pascuala
  • CARLOS V, Emperador
  • Don JORGE
  • LILLO
  • CRESPO
  • MENGO
  • BERRUECO
  • MINGO
  • Un PAJE
  • Otra GENTE
  • PASTORES
  • La VICARIA
  • La ABADESA


ACTO PRIMERO

MUSICA, y salen la SANTA y el ANGEL arriba, que va bajando hasta la mitad del tablado, y la SANTA subiendo de él al mismo tiempo, hasta emparejar los dos, y entonces cesa la música

ANGEL:      Esposa cara del Monarca eterno,
   contra cuyo poder no prevalecen
   las puertas tristes del Tartáreo infierno;
   las entrañas de Dios que se enternecen
   con el agua sabrosa de tu llanto 5
   remedio al mundo por tu ruego ofrecen.
   Delante de su altar, tálamo santo,
   llorando estabas el estrago horrible
   que al mundo anuncia confusión y espanto
   por la ponzoña del dragón terrible 10
   de las siete cabezas que en Sajonia
   niega la ley católica infalible.
   Llorabas que con falsa ceremonia
   y hipócrita apariencia, el vil Lutero
   imitase a Nembrot en Babilonia, 15
   y que el rebaño del Pastor cordero,
   este lobo, en oveja disfrazado,
   despedazase con estrago fiero.
   Llorabas que se hubiese dilatado
   su blásfema y pestífera dotrina 20
   por Alemania y su imperial estado,
   y que, cual de la máquina divina,
   derribó la tercer parte de estrellas
   la angélica soberbia serpentina,
   este Anticristo austral, las leyes bellas 25
   de la alemana iglesia derribase,
   asolando la mies de Dios con ellas.
   Lloras el ver que tanto cáncer pase
   tan adelante y su infernal blasfemia
   que lo mejor de vuestra Europa abrase. 30
   El católico reino de Bohemia
   la verdadera ley de Dios destierra,
   y al apóstata falso sirve y premia.
   Flandes le sigue ya, e Ingalaterra
   sus desatinos tiene por ganancia, 35
   desamparando a Dios su gente y tierra,
   Polonia, Hungría y la cristiana Francia
   frenéticas aprueban los errores
   que el vicio trajo al mundo y la ignorancia;
   por esto lloras, y es razón que llores 40
   pérdida tan notable.
SANTA:                              ¡ Ay, Angel mío !
   Comprando Dios a costa de dolores
   ...........................    [-ío]
   ............................. -anto]
   .............................    -ío] 45
   .......................... -anto]
   las almas con su sangre redimidas,
   ¿ tantas se han de perder costando tanto ?
   De tres partes del mundo están perdidas
   las dos, porque Asia y Africa no adoran 50
   sino de Agar las leyes pervertidas;
   los más la luz de la verdad ignoran,
   y perdido el camino verdadero,
   al despeñarse sin remedio lloran,
   pues si agora el apóstata Lutero 55
   este rincón de nuestra Europa abrasa
   con la doctrina falsa y el acero;
   si a Europa, que es columna firme y basa
   de nuestra militante Monarquía,
   los límites que Dios la puso pasa, 60
   ¿ quién duda que la bárbara herejía
   de mar a mar ensanchará el imperio
   que tuvo antes la ciega idolatría ?
   No permita mi Dios que en cautiverio
   tenga a su pueblo el condenado Egipto 65
   ni pase la verdad tal vituperio.
   Bien sé que este rigor es por delito
   de mis culpas, que son merecedoras
   de un castigo inmortal, Angel bendito;
   pero páguelo yo.
ANGEL:                                Por ver que lloras 70
   con tanto afecto, Dios, por el estado
   de la iglesia y su ley que humilde adoras,
   desde aquí, Juana Santa, me ha mandado
   que te venga a enseñar el fértil fruto
   que en las Indias España al cielo ha dado. 75

Van subiendo los dos hasta el un ángulo superior, y descúbrese en un nicho de él una estatua de don Hernando Cortés, viejo, armado a la antigua, con bastón y un mundo a los pies

   Si un pequeño rincón paga tributo
   en Europa a Lutero, pervertido
   por la ambición, que le hace disoluto,
   un nuevo mundo rico y extendido
   ha descubierto la romana barca 80
   que al yugo de la Cruz está rendido.
   Mira al pesar del bárbaro heresiarca
   este nuevo Alejandro que conquista
   el orbe indiano al español monarca.
   Don Hernando Cortés, con cuya vista 85
   se alegra el Mar del Norte, es éste, Juana,
   digno de que sea yo su coronista.
   Por él se extiende nuestra ley cristiana
   por infinitas leguas, y al bautismo
   regiones inauditas vence y gana. 90
   Este es quien pasa el fluctuoso abismo
   que márgenes de plata y oro baña,
   y para eternizar su nombre mismo
   a vuestra España da otra Nueva España,
   muerte a la idolatría, almas al cielo, 95
   y a su linaje una inmortal hazaña.
SANTA:      Ya, soberano Angel me consuelo
   viendo lo que la ley de Dios se extiende
   y que le adora tan remoto suelo.
   ¡ Oh, ilustre capitán ! Si el tiempo ofende 100
   la memoria de hazañas infinitas,
   defienda Dios la tuya, pues defiende
   su ley tu brazo y las colunas quitas
   del estrecho de Cádiz, por ponellas
   en tierras y naciones inauditas. 105
   Esculpa el mundo tu renombre en ellas,
   pues a la iglesia das el occidente
   y el cielo pueblas otra vez de estrellas.

(Pasan los dos por el aire al otro ángulo del tablado y en él enséñale una estatua de don Alonso de Alburquerque, viejo, a lo portugués antiguo, con otro mundo a los pies, y bastón

ANGEL:      Vuelve agora los ojos al oriente
   y verás la nación del griego Luso 110
   y las hazañas de su ilustre gente.
   Este fiel capitán las quinas puso
   desde el Atlante monte al mar Bermejo,
   a pesar del idólatra confuso.
   Mira en aquellas canas el consejo 115
   y el valor de la fe en aquella espada,
   que en uno y otro fue español espejo.
   Por él ha vuelto nuestra ley sagrada,
   a hacer que en Asia el bárbaro se asombre
   viendo en ella su iglesia restaurada. 120
SANTA:      Angel, ¿ quién es tan milagroso hombre ?
ANGEL:      Alonso de Alburquerque, lusitano,
   que de magno ganó fama y renombre.
   Este, venciendo al moro y al pagano,
   al etíope torpe, al ciego persa, 125
   la cruz dilata con valor cristiano.
   Si gente, pues, tan bárbara y diversa
   en América y Asia a Dios adora,
   ¿ qué importa que la herética perversa
   contra el cielo publique guerra agora, 130
   si por una provincia sola gana
   dos mundos cuyas almas atesora ?
SANTA:      ¡ Oh nobleza católica y cristiana
   de Portugal ! ¡ Oh célebre Castilla !
   ¡ Viva la ley de Cristo soberana ! 135
   Alegre estoy de ver tal maravilla.
ANGEL:      Aunque el rey don Manuel dichoso
   tiene la lusitana y invencible silla,
   ya el tiempo deseado a España viene
   en que se junten los castillos de oro 140
   con las sagradas quinas; ya conviene
   que dando al cielo un Sebastián el moro,
   goce en España el Salomón segundo
   con Portugal un orbe lleno de oro.

Bajan un poco y en la mitad del teatro descúbrese otra estatua de Filipo segundo, viejo, con dos mundos a sus pies

   Ya el césar Carlos quinto ha dado al mundo 145
   un Filipo primero, que el primero
   de quien nació Alejandro, aunque es segundo.
   Su ilustre imagen enseñarte quiero
   del modo que en edad grave y madura
   en oro ha de volver la edad de acero. 150
   Aquí la cristiandad está segura;
   la justicia en su punto y la prudencia.
SANTA:      Su gravedad deleita y compostura,
   respeto pone su real presencia.
ANGEL:      Dos mundos a sus pies sujeta el cielo; 155
   y cada cual su nombre reverencia;
   enjuga, pues, el llanto y desconsuelo,
   pues que tan dilatada, Juana, has visto
   la ley divina que respeta el cielo,
   que si el sajón, apóstata anticristo, 160
   la potestad del cielo a Roma niega,
   y a quien es en su silla vice-Cristo,
   y con malicia y pertinacia ciega
   las indulgencias de las cuentas santas
   contradice y blasfemias loco alega, 165
   por eso Dios ha dado gracias tantas
   a las sagradas cuentas que su hijo
   te dió, con que su ceguedad quebrantas;
   para contradecirle las bendijo.
   Y en fe de que el rosario santo 170
   aprueba que el sacrílego fiero contradijo,
   un árbol ha nacido y planta nueva
   en la isla de Irlanda en este instante
   que en vez de fruta mil rosarios lleva.
   Jamás el mundo vio su semejante; 175
   nació y creció en un punto, convenciendo
   al pueblo pervertido e ignorante;
   de sus ramas las cuentas están viendo,
   que como de las parras los racimos,
   en fe de la fe santa están pendiendo. 180

Descúbrese un árbol lleno de rosarios arriba

   Aquéste el árbol es.
SANTA:                                ¡ Qué merecimos
   en nuestros tiempos ver, rosarios santos,
   el árbol de quien sois frutos opimos !
   Celebre el cielo con alegres cantos
   hazaña tan ilustre y portentosa, 185
   pues tal consuelo dais a nuestros llantos.
ANGEL:      De esta suerte la mano poderosa
   de Dios castiga, y de esta suerte sana.

Bajan volando al tablado

SANTA:      ¿ Qué merecí, señor, ser vuestra esposa ?
ANGEL:      Carlos quinto ha venido a verte, Juana. 190
SANTA:      ¿ Adónde, pues, se va Vuestra Hermosura ?
ANGEL:      Contigo quedo. ¡ Oh vista soberana,
   gran consuelo, gran suerte, gran ventura !

Sale volando el ANGEL, todo se encubre.    Salen el emperador CARLOS Quinto y acompañamiento, y don JORGE, del hábito de Santiago, y    LILLO

SANTA:      Señor, ¿ otra vez honráis
   ésta vuestra humilde casa ? 195
CARLOS:      Si vos, madre, en ella estáis,
   ¿ quién por vuestras puertas pasa
   sin que vos le bendigáis ?
   Soy yo muy devoto vuestro,
   y así lo que os quiero muestro. 200
SANTA:      A lo menos sois, señor,
   de la cristiandad favor,
   y por eso lo sois nuestro.
CARLOS:      La guerra, madre, publico
   contra el hereje que ampara 205
   el duque Juan Federico
   de Sajonia y se declara
   contra el imperio. Es muy rico
   y poderoso, y también
   quiere el Lanzgrave de Hesén 210
   defender las falsedades
   de Lutero y cien ciudades
   rebeldes; pero aunque estén
   tan poderosos, entiendo
   de la verdad que defiendo 215
   que el áspid he de pisar
   y el basilisco, y quitar
   del mundo este monstruo horrendo.
   Por esto antes de partirme,
   madre, en tan ardua ocasión, 220
   de vos vengo a despedirme,
   por que vuestra bendición
   nuestras victorias confirme.
SANTA:      Id, columna de la fe,
   gloria del nombre español, 225
   que, porque vitoria os dé,
   haréis que detenga el sol
   su curso cual Josué.
   El rebelado alemán
   y el flamenco os labrarán 230
   estatuas de bronce y oro,
   vencido en Túnez el moro
   como en Buda Solimán.
   De vuestra parte tenéis
   a Dios, pues, por varios modos, 235
   por que más fama cobréis,
   en Yuste vencidos todos,
   a vos mismo os venceréis.
   El cielo os dé su favor,
   pues que sois su defensor 240
   y de estos reinos espejo.
CARLOS:      Con grande cuidado dejo,
   madre, ya al gobernador
   de España ya encomendada
   esta casa.
SANTA:                    Siempre ha sido 245
   de su valor amparada.
CARLOS:      Yo estoy muy agradecido
   por veros siempre ocupada
   en encomendarme a Dios,
   pues, ayudándome vos, 250
   bien a España regiré,
   y muy seguro podré
   partirme. Adiós, madre, adiós;
   y advertid también que queda
   don Jorge muy encargado 255
   que os acuda en cuanto pueda.
   Aquesta villa le he dado,
   con otras muchas que hereda,
   y con tan noble vecino,
   que enriquecerá imagino 260
   esta casa y posesión,
   que es don Jorge de Aragón,
   madre Juana, mi sobrino.
JORGE:      Soy tu hechura.
CARLOS:                            Hacer alarde
   del valor que vive en vos, 265
   y vamos de aquí, que es tarde.
   Madre, encomendadme a Dios.
SANTA:      El os dé vitoria y guarde.

Vase la SANTA por una puerta.    Al irse por la otra acompañando al emperador CARLOS Quinto, don JORGE se vuelve a él y le dice

CARLOS:      ¿ Dónde vais ?
JORGE:                          A acompañar
   a vuestra Majestad voy. 270
CARLOS:      Quedaos, don Jorge, a tomar
   de los lugares que os doy
   la posesión y a gozar
   el nuevo y alegre estado;
   que estáis recien desposado. 275
   Mas sírvaos el casamiento
   de más sosiego y asiento
   que hasta ahora habéis mostrado,
   que habéis sido muy travieso;
   y pues ya tenéis edad, 280
   si con ella viene el seso,
   pasen con la mocedad
   las locuras.
JORGE:                      Tus pies beso
   y serte otro te prometo.
CARLOS:      Quedaos, pues, y sed discreto. 285
JORGE:      Prospere tu vida Dios.
CARLOS:      Enojaréme con vos,
   don Jorge, si andais inquieto.

Vanse el emperador CARLOS Quinto y su acompañamiento

LILLO:      Dile que dónde predica
   mañana su majestad. 290
JORGE:      En vano a la voluntad
   desbocada el freno aplica
   porque no corra veloz.
LILLO:      ¿ Al gato pone maneotas ?
   Dile que las tiene rotas, 295
   y si llega dale coz.
   ¡ Par Dios, que es linda la flema !
   A un Fray Guarín te redujo.
JORGE:      Malo soy para cartujo
   y loco en seguir mi tema. 300
   Verdad es que estoy casado;
   pero ¿ por eso he de estar
   privado de otro manjar ?
LILLO:      Cocido come y asado
   quien tiene caudal, señor, 305
   y también puede un marido,
   si el matrimonio es cocido,
   dar vueltas al asador
   y alcanzar de una perdiz
   las dos pechugas.
JORGE:                            Bien dices. 310
LILLO:      Son las villanas, perdices
   que no ofenden la nariz,
   porque huelen a tomillo,
   y el tercero es el trinchante
   que se las pone delante. 315
JORGE:      Pues mi trinchante eres, Lillo,
   caza y parte.
LILLO:                        ¡ Bueno es eso !
   Lo mejor te comerás,
   y dándome lo demás
   dirás, "Róete ese hueso." 320
JORGE:      Hermosas labradorcillas
   hay en Cubas.
LILLO:                        Encubarlas
   si te agradan, o alcanzarlas.
JORGE:      Lillo, hermosuras sencillas
   entre tosca frisa y paño 325
   son las que busco y codicio,
   que siempre del artificio
   dicen que se hizo el engaño.
   Da al diablo tanto tocado,
   tanta seda y guarnición, 330
   gigantes que en procesión
   son paja y visten brocado.
LILLO:      Nunca de esas hago cuenta,
   porque ya es cosa sabida
   que carne que está sentida 335
   la disfrazan con pimienta.
   Enfádame la mujer
   que gasta galas sin suma,
   porque ave de mucha pluma
   tiene poco que comer. 340
   Llega, que si te regala
   el donaire labrador,
   siendo de Cubas señor
   cobrar pueden alcabala,
   sin cortesanos trabajos, 345
   de sus ninfas tus deseos,
   pues si damas son rodeos
   labradoras son atajos.
JORGE:      A medida vino a hallarte
   mi amor de su gusto.
LILLO:                              Fui 350
   hurón un tiempo o neblí.
JORGE:      ¿ De quién ?
LILLO:                    De Francisco Loarte
   en Illescas, que perdido
   por esta santa mujer
   que agora acabas de ver 355
   pretendió ser su marido;
   pero como se acogió
   a fidelium, de su tierra
   se fué a Flandes a la guerra
   y sin amo me dejó; 360
   mas entrándote a servir
   todo en ti lo vine a hallar.
JORGE:      ¿ Qué fiesta es ésta ?
LILLO:                              El lugar
   que te sale a recibir.

Salen CRESPO y MINGO, alcaldes; BERRUECO, MARI Pascuala, MENGA, MUSICOS labradores

Cantan

MUSICOS:      "El comendador, 365
   bendiga vos Dios."
MUSICO 1:      "La Virgen de Illescas..."
MUSICO 2:      "Señor San Antón..."
TODOS:      "Pues venís a Cubas..."
MUSICO 2:      "El Comendador..." 370
MUSICO 1:      "A ser nuevo dueño..."
MUSICO 2:      "Bendiga vos Dios."
MUSICO 1:      "La Virgen de Illescas..."
MUSICO 2:      "Vos dé bendición..."
MUSICO 1:      "El cirio pascual..." 375
MUSICO 2:      "Señor San Antón..."
TODOS:      "El Comendador..."
MUSICO 1:      "La vuesa esposica..."
MUSICO 2:      "Os para un garzón..."
MUSICO 1:      "Como un Holofernes..." 380
MUSICO 2:      "Como un Salomón..."
MUSICO 1:      "Que vaya a la guerra..."
MUSICO 2:      "Y de dos en dos..."
MUSICO 1:      "Prenda los moricos..."
MUSICO 2:      "Que en Sansueña son..." 385
TODOS:      "El Comendador."
BERRUECO:      Agora habéis de llegar
   y helle una remenencia.
MINGO:      Dios mantenga a su cubencia.
BERRUECO:      ¿ Cubencia ?
MINGO:                      ¿ No ha de mandar 390
   a Cubas ?
BERRUECO:                      Sí.
MINGO:                          Pues bien puede
   llamarse Cubencia.
CRESPO:                              Sí.
MINGO:      Los dos venimos aquí
   ambos a dos, sin que quede
   de todos cuatro costados 395
   quien no venga con los dos,
   porque, en fin, los dos, par Dios,
   somos hogaño empalados.
   Venimos a recebillo
   por nueso dueño a compás, 400
   y porque no es para más
   guarde os Dios. Porte un cuartillo.
JORGE:      ¡ Gracioso recibimiento !
MINGO:      Llegad vos.
CRESPO:                    ¿ Llegaré ?
MINGO:                              Sí.
CRESPO:      A Mingo Pulgar y a mí 405
   nos cupo el embazamiento
   de hogaño, y Martín Berrueco,
   hijo de Gil Porquerizo,
   Bras Moreno y Sancho Erizo,
   Pero Antón y Agustín Seco, 410
   el cura y el herrador,
   y el barbero Herrán Bermejo,
   entramos hoy en concejo
   a tomaros por señor,
   y pues tomado os habemos, 415
   en volviendo a entrar los dos
   pero, ¿ qué os importa a vos
   de que entremos o no entremos ?
   A ser nueso dueño entráis,
   y por ahorrar escritura, 420
   tal os dé Dios la ventura
   como nos la deseáis.
TODOS:      Amén.
JORGE:                    Sois muy elocuente;
   dado me habéis gran contento;
   bien habláis.
CRESPO:                      Yo só un jumento 425
   no quitando lo presente.
JORGE:      ¿ Es vuestra hija esta zagala ?
CRESPO:      (¡ Qué presto que la atisbó !)                    Aparte
BERRUECO:      Yo só su padre.
JORGE:                        ¿ Vos ?
BERRUECO:                              Yo.
JORGE:      ¡ Buena cara !
CRESPO:                      No era mala 430
   para vuesa señoría
   si podiera ser su igual.
JORGE:      ¿ Llamáisos ?
MARI:                      Mari Pascual.
JORGE:      Mucho me agradáis, María.
MARI:      Por muchos años y buenos. 435
JORGE:      Vamos.
LILLO:      ¿ Agrádate ?
JORGE:                            Sí.
LILLO:      Echóla calza.
JORGE:                        Vení.
   la de los ojos morenos.

Vanse don JORGE y MARI Pascuala

MINGO:      Golosmero me paresce 440
   el comendador, alcalde.
   Si se os pegare, ojealde
   de la moza.
CRESPO:                    Si en sus trece
   se está, en casa hay sana amores
   que del alma los arranca, 445
   porque entre otras habrá tranca
   para los comendadores.

Vanse todos.    Salen la VICARIA, sor EVANGELISTA y otra MONJA

VICARIA:      Madres, bien puede ser santa,
   pero no lo he de creer;
   privarla tengo de hacer 450
   del oficio.
EVANGELISTA:                      ¡ Que sea tanta
   su pasión ! ¿ No considera
   los milagros que Dios hace
   por ella ?
VICARIA:                    Todo eso nace,
   madres, de que es hechicera 455
   Soror Juana de la Cruz.
EVANGELISTA:      No diga tal cosa, acabe.
VICARIA:      Venir el demonio sabe
   en forma de ángel de luz,
   y él es quien habla por ella 460
   tantas lenguas; no hay que hablar;
   al provincial he de dar
   cuenta de que está por ella
   destrÜida nuestra casa.
EVANGELISTA:      ¿ DestrÜida ? Pues ¿ tuviera 465
   qué comer si ella no fuera
   ................... -asa]
   su prelada ?
VICARIA:                        Si el beneficio
   que el arzobispo nos dio
   de Cubas ya le impetró 470
   otro por Roma, ¿ es buen juicio
   meterse una religiosa
   en pleitos, y que defienda
   a costa de tanta hacienda
   tan impertinente cosa ? 475
   ¿ Qué nos importa un curato ?
EVANGELISTA:      ¿ Qué ? La honra y el sustento
   de todo nuestro convento.
VICARIA:      ¿ Y hanos salido barato,
   si para el pleito ha vendido 480
   hasta los cálices ?
EVANGELISTA:                              Sí.
VICARIA:      El provincial vendrá aquí
   y sabrá que ha destrÜido
   nuestra hacienda.
EVANGELISTA:                            Venga acá.
   ¿ Qué hacienda en la cruz halló 485
   Soror Juana cuando entró
   a gobernarla ? Dirá
   que nueve reales de renta
   solamente.    Pues de pan,
   por su ocasión, ¿ no nos dan 490
   cada año ciento y cincuenta
   fanegas, y de dinero
   casi docientos ducados
   con que tiene remediados
   nuestros trabajos ? Si quiero 495
   contarla los beneficios
   que la debe nuestra casa,
   ¿ no sabe que son sin tasa ?
   ¿ Qué celdas o qué edificios
   tenía, si no labrara 500
   este cuarto y aposentos ?
   ¿ No nos ha dado ornamentos ?
   Sin ella, ¿ quién la habitara ?
   ¿ Quién nos da reputación ?
   Mas hala puesto a los ojos 505
   la envidia vil sus antojos
   y así no ve la razón.
VICARIA:      Predíqueme por su vida
   la hipócrita, idiota, necia,
   que ya yo sé que se precia 510
   de la santidad fingida
   de su abadesa. Igual fuera
   que acabara de aprender
   la mentecata a leer
   para que rezar supiera 515
   sin venirme a predicar.
EVANGELISTA:      Tiene infinitas razones,
   daréla mil ocasiones.
   Los pies la quiero besar.
VICARIA:      Todo el convento ha caído 520
   en la cuenta de quién es
   Juana de la Cruz después
   que con embustes ha sido
   por santa reverenciada;
   todos saben mi caudal, 525
   y así harán al provincial
   que me elija por prelada,
   y entonces verán las dos
   si con hechizos y encantos
   hacen milagros los santos. 530

Vase

EVANGELISTA:      Madre, espere, aguarde. ¡ Ay Dios !
   ¡ Qué gran tropel de trabajos
   contra mi madre querida
   se levantan !    Mas la vida
   llega por estos atajos 535
   a la ciudad soberana
   donde reina un Dios cordero;
   mas presto ir a avisar quiero
   de todo a mi madre Juana.

Vanse.    Salen la SANTA y el ANGEL llorando

SANTA:      ¿ Vos llorando, Angel bendito ? 540
   ¿ Vos con tanto desconsuelo ?
   Nunca el llanto entró en el cielo,
   porque nunca entró el delito.
   Todo es contento infinito,
   que de la presencia viene 545
   de aquella fuente perenne
   que eternamente gozáis.
   ¿ Cómo, pues, Angel, lloráis,
   si el cielo llantos no tiene ?
   No haya más, mi San Laurel, 550
   mi custodio, mi ventura.
   Enjugue Vuestra Hermosura
   ese sol, pues me veo en él.
   ¿ Qué daño o qué mal crÜel
   es bastante a que os desvele, 555
   ángel mío ?    ¿ O cuándo suele
   suceder lo que hoy se ve,
   que un ángel llorando esté
   y una mujer le consuele ?
   Mas ¡ ay de mi !    Ya he caído 560
   en la cuenta de ese llanto;
   algún pecado, Angel santo,
   contra Dios he cometido.
   Mil veces he merecido
   por mis culpas el infierno; 565
   ¿ es acaso el llanto tierno
   porque condenada estoy
   que bien sé cuán digna soy
   del fuego y castigo eterno ?
ANGEL:      Segura está tu conciencia, 570
   Juana; nunca has cometido
   culpa mortal.    Siempre has sido
   monja vieja en la inocencia.
   Aunque lloro en la apariencia no
   lloro por propiedad, 575
   que los que ven la deidad
   infinita y soberana
   jamás pueden llorar, Juana,
   ni sentir penalidad.
   Hete parecido ansí 580
   en muestras y testimonio
   de que ha pedido el demonio
   licencia a Dios contra ti;
   si te regaló hasta aquí,
   como a Job probarte intenta, 585
   y el común contrario inventa
   un tropel de tempestades,
   trabajos, enfermedades,
   desprecio, agravio y afrenta.
   Dios los trabajos amó 590
   ...................    -erte]
   en el mundo, de tal suerte;
   jamás, Juana los dejó.
   ¿ Qué santo no los pasó ?
   Ninguno; que son favores 595
   de Cristo, y en sus amores
   son su escogida librea,
   y quien amarle desea
   justo es traiga sus colores.
SANTA:      Pues ¿ por eso es la tristeza ? 600
   Trocad vuestro llanto en risa;
   lluevan trabajos a prisa
   pues vos me dais fortaleza.
   Bien sabe vuestra belleza
   lo que ha que yo pido a Dios 605
   que, pues que somos los dos
   esposos, nos parezcamos
   en que los dos padezcamos.
   Si ya lo alcanzo por vos,
   vengan penas y castigos 610
   que del cielo son atajos,
   pues, dicen, que en los trabajos
   se echan de ver los amigos;
   que si amó a los enemigos,
   porque en ellos halló 615
   el bien de las penas, yo
   también sigo sus plantas divinas,
   pues entre zarzas y espinas
   Dios se apareció a Moisén.

Aparécese CRISTO con la cruz a cuestas, arriba, coronado de espinas, y a su lado una silla de brocado y sobre ella una corona de oro

CRISTO:      Juana, varón de dolores 620
   me llamo yo en la Escritura;
   quien imitarme procura
   busque espinas, deje flores.
   El que goza mis favores
   pasar por trabajos trata, 625
   y aunque el mundo más le abata,
   con los trabajos se esfuerza,
   que el cielo padece fuerza
   y el violento le arrebata.
   Para llegar a esta silla 630
   tienes de entrar por la puerta
   de esta cruz, que no está abierta
   sino para el que se humilla.
   Procura, esposa, adquirilla,
   y si a los premios te inclinas 635
   del cielo, adonde caminas,
   lleva, Juana, en la memoria
   que esta corona de gloria
   cuesta corona de espinas.

Encúbrese

SANTA:      ¡ Oh ! espinas, rico caudal 640
   de la celestial grandeza,
   Dios os pone en su cabeza
   como provisión real.
   Si premio tan inmortal
   da por trabajos el cielo, 645
   persígame todo el suelo.
   Ya me apresto a la conquista,
   Angel, que con vuestra vista
   todo me dará consuelo.

Vanse.    Salen MARI Pascuala con un cántaro de agua, como que viene de la fuente, y don JORGE

MARI:      Déjeme, que vó de prisa. 650
   ¡ Qué importuno es su mercé !
JORGE:      María: escúchame un poco.
MARI:      Dado le ave, apártese
   que me aguarda mi marido.
JORGE:      Aquí os aguarda también, 655
   aguadora de mis ojos,
   un alma muerta de sed.
MARI:      Pues ¿ qué quiere el alma agora ?
JORGE:      ¿ Qué ? que la deis de beber.
   Dadme solamente un trago. 660
   Mitigaráse con él
   mi fuego.
MARI:                    Allí está la huente;
   si no, yo le llevaré
   al pilón, donde se harte.
JORGE:      Ea, no seáis crÜel. 665
MARI:      ¿ Bebe el alma ?
JORGE:                        Por los ojos
   bebe el veneno que ven.
MARI:      No se llegue, que en mi alma...
JORGE:      ¿ Qué ?
MARI:                Que le remojaré.
JORGE:      Negar el agua es crueldad. 670
MARI:      Sí; ¿ agua sola quería él ?
   ¡ Quien no se las entendiese !
JORGE:      Como esas manos me den
   de beber, iré contento.
MARI:      Pues ¿ no dice su mercé 675
   que se está quemando ?
JORGE:                                Sí.
MARI:      Estará sudando, pues,
   y beber agua sudando,
   matarále.
JORGE:                    Comeré
   el blanco terrón de azúcar 680
   de esas manos.
MARI:                        ¡ Oxte ! Iré
   buena yo a casa sin manos
   habiéndolas menester.
JORGE:      ¿ Para qué ?
MARI:                    ¡ Linda pescuda !
   ¡ Para fregar y barrer ! 685
JORGE:      ¿ Del agua sois avarienta ?
MARI:      Sí, porque le mataré.
JORGE:      Muera Marta, y muera harta.
MARI:      Que me aguardan, déjeme.
JORGE:      ¡ Agua, Dios... !
MARI:                      Que ruin se moja. 690
JORGE:      Tomaréla.
MARI:                    Pues a fe
   si llega y digo "agua va..."
JORGE:      ¿ Qué ?
MARI:                Que le remojaré.
JORGE:      Ved que os quiero bien, María.
MARI:      ¿ Por qué no me heis de querer ? 695
   ¿ Heos hecho yo algún mal ?
JORGE:                                  Sí.
MARI:      ¿ Qué mal ?
JORGE:                    Muértome.
MARI:                              ¿ De qué ?
JORGE:      De ojo.
MARI:                ¡ Chico es el niño !
JORGE:      Es verdad.    Niño Amor es.
MARI:      ¿ Quiere una cuenta de azogue, 700
   o una higa para él ?
JORGE:      ¿ Qué mas cuenta que el perderla,
   qué más higa que un desdén,
   qué más ojo que el miraros,
   qué más mal que el querer bien ? 705
MARI:      ¿ Qué bien quiere ?
JORGE:                          Estoy perdido.
MARI:      ¿ De qué se perdió ?
JORGE:                            Jugué.
MARI:      ¿ Qué juego ?
JORGE:                    A la gana pierde.
MARI:      ¿ Cómo ?
JORGE:                Perdiendo gané.
MARI:      ¿ Qué ganó ?
JORGE:                    Esta coyuntura. 710
MARI:      ¿ Y qué perdió ?
JORGE:                        Todo el bien.
MARI:      ¿ De qué ?
JORGE:                    De la voluntad.
MARI:      ¿ Qué es amor ?
JORGE:                        Un no sé qué.
MARI:      ¿ No sabe qué ?
JORGE:                        No, María.
MARI:      ¡ Bueno !
JORGE:                  ¿ Queréislo saber ? 715
MARI:      Sí.
JORGE:      Escuchad.
MARI:                      No se me acerque,
   porque le remojaré.

Tómala una mano

JORGE:      ¿ Hay tal mano ? ¿ hay tal blancura
MARI:      Agarrómela, pardiéz. 720
JORGE:      Déjamela dar mil besos.
MARI:      Bese presto y váyase.
JORGE:      ¿ Quiéresme bien ?
MARI:                        Un poquillo.
JORGE:      Paga mi amor.
MARI:                      No hay con qué.
JORGE:      ¿ Qué te falta ?
MARI:                        No ser mía. 725
JORGE:      Pues ¿ cúya ?
MARI:                      De un Locifer
   que hasta los pasos me cuenta.
JORGE:      ¿ Los pasos cuenta ?
MARI:                              Sí, a fe.
JORGE:      Lo contado como el lobo;
   cuando quiere una mujer, 730
   no hay llaves, puertas ni muros;
   quiéreme tú, que yo haré
   fáciles los imposibles.
MARI:      Vedme mañana otra vez,
   que soy agora madrina 735
   de un bateo y pienso que es
   tarde y me esperan en casa.
JORGE:      Pues yo el padrino seré.
MARI:      No, señor; que es el barbero.
JORGE:      Por verte a ti le iré a ver. 740
MARI:      Aquí en la Cruz se bautiza,
   y es hijo del sacristén.
JORGE:      ¿ Al fin me quieres ?
MARI:                            El diabro
   en esos ojos tenéis
   que me reconcome el alma 745
   desde el punto que os miré.

Sale LILLO

LILLO:      Señores: el espantajo
   ha venido.
MARI:                    ¡ Ay Dios ! ¿ Qué haré ?
JORGE:      Adiós.
MARI:      Adiós.
JORGE:                      Mucha os quiero, 750
   María.
MARI:      Yo a vos también.

Vanse don JORGE y LILLO.    Sale CRESPO

CRESPO:      (¿ "Yo á vos también," al partirse        Aparte
   don Jorge de mi mujer ?
   No anda bueno el reportorio; 755
   pero yo le enmendaré.)
MARI:      ¡ Crespo mío !
CRESPO:                        ¿ Qué os quería
   don Jorge ?
MARI:                    Aquí le encontré
   y mandóme que os pidiese
   que hoy el galgo le prestéis. 760
CRESPO:      Pedidle a Crespo, que os ama,
   el galgo, y yo a vos también.
   No viene bien la respuesta,
   ni la excusa vino bien.
   Ea, ea, a casa, María, 765
   que cuando el bateo esté
   acabado, dos liciones
   os daré de responder.
MARI:      Pues ¿ qué tenemos ?
CRESPO:                            No, nada;
   ratoneras sé yo her 770
   donde los golosos cojo.
   (Jorgito, yo os cazaré.)                Aparte
   No es esta agua toda limpia;
   vaciadla y venid. ¿ Qué hacéis ?
MARI:      (Si el miedo llevan que yo          Aparte 775
   todas las que quieren bien,
   ¡ huego de Dios en el bien
   querer !    Amén, amén.)

Vanse.    Salen el ANGEL y la SANTA

ANGEL:      Juana, Dios manda que tu misma historia
   y los milagros que contigo ha hecho 780
   escribas, porque todo sea en gloria
   de su eterno poder y en tu provecho.
SANTA:      ¡ Ay, Angel santo ! Y si la vanagloria
   que tantas buenas obras ha deshecho,
   asalta el alma y mi humildad derriba, 785
   ¿ qué servirá que yo mi historia escriba ?
ANGEL:      Dios, que lo manda, te dará su ayuda.
SANTA:      Angel, ¿ yo he de escribir en mi alabanza ?
   ¿ No sabéis vos que la virtud es muda ?
   ¿ No sabéis vos que la ambición se alcanza 790
   con la propia jactancia y que se muda
   la humildad en soberbia ?
ANGEL:                                      No hay mudanza
   que a las virtudes haga resistencia
   si en la humildad fabrica la obediencia,
   cuanto y más que escribiendo maravillas 795
   de Dios, tu Esposo, su poder levantas
   y a ti te abate más con escribillas,
   por ser indigna de mercedes tantas.
SANTA:      Nunca yo he merecido recibillas;
   pero, Angel santo, tú que siempre cantas 800
   en la presencia de mi Esposo eterno,
   de el "Sancto, Sancto, Sancto," el himno tierno,
   suplícote me alcances de él licencia
   para que no sea yo mi coronista
   ni quiebre la virtud de la obediencia, 805
   que la alabanza a la virtud conquista.
ANGEL:      Eso y más te concede su clemencia;
   mas manda que María EVANGELista,
   cuya lengua su eterno poder toca,
   tu vida escriba de tu misma boca. 810
SANTA:      Si no sabe leer ni escribir sabe,
   ¿ cómo ha de sér ?
ANGEL:                            La omnipotencia suma
   no hay cosa que no pueda y que no acabe;
   ella es quien rige ya su mano y pluma.
SANTA:      Su nombre santo el cielo y tierra alabe; 815
   pues El lo manda, no es razón presuma
   resistir su divino mandamiento.
   Su esclava soy, su voluntad consiento.
ANGEL:      Ya se te acerca, Juana, el fiero trance
   de los trabajos con que Dios permite 820
   que tu paciencia tu corona alcance.
SANTA:      Regalos son que mi obediencia admite;
   mucho espero medrar en este lance.
ANGEL:      Toda la casa pide que te quite
   el oficio que tienes de abadesa. 825
SANTA:      Con gran razón mi indignidad confiesa.
ANGEL:      Gran torbellino contra ti levanta
   el demonio; de afrentas perseguida
   de todos has de ser.
SANTA:                              Nada me espanta,
   si Dios me da favor.
ANGEL:                                A que le pida 830
   a Dios, la reina de la corte santa
   me parto al cielo. Adiós, Juana querida.

Vase

SANTA:      Al arma toca el mundo.    cuerpo bajo,
   vamos a ejercitarnos al trabajo.
   Antes que entremos, Juana, en la batalla 835
   hagamos militares ejercicios.
   ¿ No tengo yo una cota hecha de malla ?
   A vestírmela voy contra los vicios.
   Corona tiene Dios; para alcanzalla
   no son malas escalas los cilicios; 840
   por espinas da Dios sillas divinas.
   Al arma, Juana, pues; buscad espinas.

Vase.    Sale sor María EVANGELISTA

EVANGELISTA:      Madre Abadesa, amada madre Juana,
   ¡ gran milagro !    Que sé leer y escribo.
   De la mano de Cristo soberana 845
   por su ocasión esta merced recibo.
   ¡ Oh qué letora soy ! ¡ Oh qué escribana !
   No tendrá la vicaria más motivo
   de afrentarme de torpe y de ignorante.
   Leer y escribir supe en un instante. 850
   ¿ Dónde está, madre nuestra ?

Aparécese la SANTA en una cruz, coronada de espinas, con una soga al cuello y una túnica de zayo, y bájase de ella cuando la llama sor EVANGELISTA

SANTA:                                        ¿ Quién me llama ?
EVANGELISTA:      ¡ Ay, cielos, qué crueldad ! Madre amorosa,
   ¿ qué hace de esa suerte ?
SANTA:                                  En esta cama,
   aunque áspera a la vista, amor reposa.
EVANGELISTA:      Espinas flores son para quien ama, 855
   y en ellas estáis bien, porque sois rosa.
SANTA:      En las sillas celestes y divinas
   dan coronas de gloria por espinas.
   De aqueste modo voy apercibida
   a pelear, que estoy desafiada 860
   de mil persecuciones.
EVANGELISTA:                              Perseguida
   crece más la virtud y es celebrada.
   Dios me manda escribir su santa vida.
SANTA:      Ya sé que su divino amor se agrada
   de que el mundo su eterno nombre alabe. 865
   De ese modo ya sé que escribir sabe.
   Sabrán todos que soy gran pecadora,
   pues con tantas mercedes no soy santa.
   Para mi confusión es.
EVANGELISTA:                                ¿ Por qué llora ?
SANTA:      Por ver tanto favor, clemencia tanta 870
   en tantas culpas. ¡ Ay de mí ! En la hora
   de dar la cuenta al Juez, ¿ quién no se espanta ?        ¿ Quién no tiembla ?
EVANGELISTA:                              La gente del aldea,
   madre, su santa bendición desea.
   Vienen a bautizar una criatura
   y de su mano esperan justamente 875
   la bendición del niño y la ventura.
   Vamos, por que no espere tanta gente.
SANTA:      Yo lo consultaré con Su Hermosura;
   que no es razón sin San Laurel, que intente
   cosa ninguna.
EVANGELISTA:                        ¡ Oh, sagra toledana ! 880
   sagrada estás, pues te consagra Juana.

Vanse.    Salen los LABRADORES todos con música y bateo.    Cantan

TODOS:      "Trébole danle al niño,
   trébole. ¡ Ay Jesús, qué olor !"
LABRADOR 1:      "Trébole y poleo."
TODOS:                          "Trébole."
LABRADOR 1:      "Alegre él bateo."
TODOS:                          "Trébole." 885
LABRADOR 1:      "Rosas y junquillos."
TODOS:                          "Trébole."
LABRADOR 1:      "Para los padrinos."
TODOS:                          "Trébole."
LABRADOR 1:      "Espadaña y juncia..."
TODOS:                          "Trébole."
LABRADOR 1:      "Para el señor cura."
TODOS:                          "Trébole."
LABRADOR 1:      "Lirios de los valles..."
TODOS:                          "Trébole." 890
LABRADOR 1:      "Para el padre y madre."
TODOS:                          "Trébole."
LABRADOR1:      "Y para el alcalde la hierba del sol."
TODOS:      "Trébole, denle trébole al niño,
   trébole. ¡ Ay Jesús, qué olor !"
CRESPO:      Entre en la igreja el bateo, 895
   y mientras que le bautizan
   bailen los que solenizan
   la fiesta.
MINGO:                    Ya lo deseo.
BERRUECO:      Par Dios que ha parido Gila
   un hijo como un becerro. 900
CRESPO:      ¡ Qué tieso, oh hi de puta, perro !
   ¿ Mas que se mea en la pila ?

Salen don JORGE y LILLO

JORGE:      ¡ Oh buena gente !
BERRUECO:                              ¡ Oh señor !

Don JORGE habla aparte a LILLO

JORGE:      Haz lo que tengo ordenado.
LILLO:      Voy, pues.

Vase LILLO

JORGE:                      Sin ser convidado 905
   me vengo.
CRESPO:                    Es mucho favor.
MINGO:      En este poyo se siente
   su señoría.
JORGE:                      Sí, haré.

Siéntase

   ¡ Hermosa madrina, a fe !
CRESPO:      (Yo os la quitaré de enfrente            Aparte 910
   y os haré trampa en que caya
   vueso amor.)    Dejaldo estar.
   ¿ No se comienza a bailar ?
MINGO:      Ea, salgan.
MENGO:                      Vaya.
TODOS:                            Vaya.

Cantan y bailan

   "Envidiosa Gila en Cubas 915
   del hijo que sin sazón
   parió Marina en Orgaz,
   un muchacho rempujó.
   ¡ Oh, qué lindo y grande que es !
   Bendígale la Ascensión ! 920
   Su padre le vea barbero,
   sacristán o tundidor.
   Ya le van a bautizar,
   ya le llaman Perantón,
   ya le vuelven a su casa, 925
   ya sacan la colación.
   Si merendares, comadres,
   si merendares, llamadme.
   Si merendáredes nuégados
   y garbanzos tostados, 930
   pues somos convidados,
   al repartirlo avisadme.
   Si merendáredes, comadres,
   si merendares, llamadme.
   Ya el muchacho se gorjea; 935
   ya sabe decir "ajó";
   ya le han sacado los brazos,
   ya le han puesto un correón,
   ya le hacen hacer pinitos
   y le dicen a una voz, 940
   uml;Anda, niño, anda,
   que Dios te lo manda
   y Santa María
   que andes en un día.'
   Señor San Andrés 945
   que andes en un mes;
   señor San Bernardo
   que andes en un año
   sin hacerte daño
   en esta demanda. 950
   Anda, niño, anda,
   que Dios te lo manda
   y Santa María
   que andes en un día.
   Ya ha crecido y va a la escuela, 955
   ya en el Cristo da lición,
   ya sabe jugar al toro,
   ya corren de dos en dos,
   a uml;la trapa, la trapa, la trapa,
   en mi caballito de caña.' 960
   Ya quieren que vaya al campo
   y aprenda a ser labrador;
   ya le visten de sayal
   el capote y el calzón.
   Caperuza cuarteada 965
   su señor padre le dió,
   y probándosela todos
   ansí le dicen a un son,
   uml;Que la caperuzita
   de padre póntela tú, 970
   que á mí no me cabe.'"

Salen LILLO y otros, y llévanse a MARI Pascuala

JORGE:      Llega, Lillo, que ahora es tiempo.
MARI:      ¿ Qué es esto ? ¡ Ay cielos, traición !
LILLO:      Ninguno el paso me impida.
CRESPO:      ¡ Oh infame ! ¿ Cómo que no, 975
   si es mi esposa la que llevas ?
JORGE:      ¿ Por qué no ?
CRESPO:                    ¡ Muera el traidor !
JORGE:      Ninguno pase de aquí,
   si no pasaréle yo.
CRESPO:      ¡ Par Dios, que es linda la flema ! 980
   Que es Mari Pascual, señor.
JORGE:      Segura va, sosegaos.
CRESPO:      ¿ Con quién ?
JORGE:                      Con vuestro señor.
CRESPO:      ¿ Con vos ?
JORGE:                  Conmigo.
CRESPO:                            ¿ A qué va ?
JORGE:      Eso adivinadlo vos. 985
CRESPO:      ¿ Y mi honra ?
JORGE:                      ¿ Qué más honra
   que amarla el comendador ?
CRESPO:      ¿ Esa es justicia ?
JORGE:                            Villanos:
   no me enojéis, que yo soy
   señor de Cubas, y ansí 990
   todo es mío.

Vanse    MARI Pascuala, don JORGE, LILLO y CRIADOS

CRESPO:                      ¿ Esa es razón ?
   ¿ Esto consentís, cobardes ?
   ¡ Matalde !
MINGO:                    Mátele Dios
   que le hizo.
CRESPO:                      ¿ Tal injuria
   consentís ? ¿ Tan gran traición ? 995
MINGO:      A quien le duele la muela
   que se la saque.    Andad vos,
   si os atrevéis sin tenazas,
   y sacadle ese raigón.
BERRUECO:      ¡ Ah, cielos !
MINGO:                      Que no la quiere 1000
   sino por un día o dos,
   y luego os la volverá.
CRESPO:      A estar el emperador
   en España...
MINGO:                    ¡ Buena flema !
   Guarde el cielo mi rincón. 1005
BERRUECO:      ¿ Estas mañas tenéis, Jorge ?
   Yo me vengaré de vos.


ACTO SEGUNDO

Salen don JORGE, LILLO, y MINGO, CRESPO, y BERRUECO, labradores

JORGE:      Pegad a todo el lugar
   fuego, sin que dejéis casa
   que no convirtáis en brasa. 1010
   Villanos, no ha de quedar
   piedra en Cubas sobre piedra.
MINGO:      Señor, por amor de Dios;
   por nuestra hacienda y por vos,
   con cuya presencia medra, 1015
   que mandéis a los soldados
   que en Cubas habéis metido
   salir de él; basta el roído
   los dineros y ganados
   que nos roban, sin que intenten 1020
   robar también nueso honor;
   que no es honra del señor
   que sus vasallos afrenten,
   claro está.
JORGE:                        ¿ Y es justo
   que se opongan los vasallos 1025
   a su señor ?
MINGO:                    Si afrentallos
   quiere su travieso gusto,
   ¿ qué mucho que se defienda
   quien ve que ese honor se pierde ?
CRESPO:      El perro con rabia muerde. 1030
   ¿ Salísme a robar la prenda
   más estimada y querida,
   sin poderos abrandar,
   y espantáisos que el lugar
   su agravio y mi afrenta impida ? 1035
BERRUECO:      Mari Pasquala es mi hija.
CRESPO:      Mi esposa había de ser.
BERRUECO:      ¿ Por qué habéis vos de querer
   dar a mi vejez prolija
   tan mal fin, y que el lugar 1040
   me afrente, y viéndola diga,
   "Esta que veis es la amiga
   de don Jorge ?"
LILLO:                        Que mirar
   tendrán por sí, de manera
   que no se acuerden de vos. 1045
JORGE:      Luego, ¿ entendisteis los dos
   que Mari Pasquala era
   solamente en quien mi gusto
   pongo, y a quien amo y quiero ?
   ¡ Bueno, a fe de caballero ! 1050
   Pues si eso os daba disgusto,
   consolaos, que no seréis
   solos los que de hijos míos
   seáis abuelos y tíos,
   que con todos me veréis 1055
   emparentar.
CRESPO:                        (Y lo hará          Aparte
   como lo dice.)
MINGO:                        Buen cargo
   ha tomado.
JORGE:                    El tiempo es largo,
   Crespo; todo se andará.
MINGO:      ¿ Y eso es justo ?
LILLO:                            ¿ Por qué no ? 1060
JORGE:      Sois muy toscos y groseros,
   y pretendo ennobleceros,
   pues lo quedaréis si yo
   mezclo con vuestro naval
   un jirón de mi nobleza. 1065
CRESPO:      Alto; ¡ dióle en la cabeza !
JORGE:      ¿ Dónde está Mari Pascual ?
   Porque esconderla es querer
   que todo el pueblo destruya.
   ¿ No vais por ella ?
CRESPO:                            Si suya, 1070
   así como así ha de ser,
   no empiece en Mari Pascuala;
   que es como guindas amor,
   la postrera la mejor,
   y para guinda no es mala. 1075
MINGO:      Que destruyas nuesa hacienda
   importa poco, tomadla,
   y si os servís abrasadla,
   como el honor no se ofenda;
   que el lugar consentirá, 1080
   como no le deshonréis,
   que la hacienda le quitéis.
JORGE:      Mingo, todo se andará;
   decid adónde llevastes
   vuestra sobrina, o haré 1085
   que os den tormento.
MINGO:                              Pues ¿ sé
   yo dó está ?
JORGE:                      ¿ No la quitastes
   a Lillo en ofensa mía
   con ayuda del lugar ?
LILLO:      Eso puedes preguntar 1090
   a mis lomos, que a porfía,
   haciendo con ellos fiestas,
   tantos palos les pegaron,
   que, sin jugar, me cargaron
   un flux de bastos a cuestas. 1095
   Líbrete Dios de una tranca
   en manos de un labrador
   si se enoja y con furor
   tras un desdichado arranca,
   que no dirás sino que es 1100
   sota de bastos con ella.
JORGE:      Crespo, en vano es escondella.
   Yo os la volveré después
   y seréis de su hermosura
   legítimo poseedor. 1105
CRESPO:      Lo que otro suda, señor,
   diz que a mí poco me dura.
   Eso es lo que mi honra busca.
   No me falta ya si tiña,
   vendimiadme vos la viña 1110
   comeré yo la rebusca.
   ¡ Bueno ! Eso no. ¡ Juro al soto
   que no es discreto el marido
   que puede comprar vestido
   entero y le compra roto ! 1115
   ¡ Malos años; no en mis días !
LILLO:      A la encina y al villano,
   si no es a palos, en vano
   pedirles fruto porfías.
JORGE:      Dices, Lillo, la verdad. 1120
   ¡ Hola ! saca un potro aquí.
CRESPO:      (¿ Potro aquí ? Ya siento en mí    Aparte
   extraordinaria humedad.)
BERRUECO:      Mira que al emperador
   ofendes, y cuando venga 1125
   y de estos agravios tenga
   noticia, ha de hacer, señor,
   el castigo que tú sabes,
   de su justicia y enojo.
JORGE:      Pocos consejos escojo, 1130
   por más que al César alabes,
   pues cuando él volviese acá
   ya yo por diversos modos
   os tendré muertos a todos,
   y nadie se quejará. 1135
   Dónde está Mari Pascual
   declarad, o en el tormento
   moriréis.
CRESPO:                    (A lo que siento,          Aparte
   lleno estoy de unto sin sal.)
   Yo diré la verdad llana. 1140
   Cuando a Pascuala os quitamos
   al convento la llevamos
   de la Cruz. La madre Juana
   allí guardándola está
   de vueso ciego cuidado. 1145
   Si hasta aquí lo hemos negado
   es porque no vais allá
   y hagáis de las que soléis
   con que el convento se inquiete.
JORGE:      Pues, a Juana, ¿ quién la mete, 1150
   por más que se lo roguéis,
   vosotros, sino en rezar ?
CRESPO:      Es una santa, señor,
   y mira por nueso honor.
JORGE:      Cuando me llego a enojar 1155
   no miro yo en santidades
   que, quizá, fingidas son;
   acuda ella a su oración
   y no intente novedades.
   Disciplínese, que es justo; 1160
   ayune y rija su casa;
   mas si los límites pasa
   de su estado y de mi gusto
   e irritan mi libertad,
   guárdese, que podrá ser 1165
   que vengamos a saber
   qué tal es su santidad.

Sale un PAJE

PAJE:      La Vicaria del convento
   de la Cruz éste te envía.

Dale un billete

JORGE:      Si es que resistir porfía 1170
   mi amoroso pensamiento,
   mal sus ruegos y lisonjas
   mis gustos resistirán;
   conténtese con que están
   seguras de mí sus monjas. 1175

Abre el billete y lee

   "La presunción de la madre Juana
   de la Cruz es tanta, que, no contenta
   con regir su casa, ha pretendido
   gobernar las ajenas, de suerte que para
   remediar, según dice, la de vuestra 1180
   señoría, ha escrito a Madrid a la señora
   doña Ana Manrique, esposa de vuestra
   señoría, insultos indignos de tal persona,
   y persuadióla a que, no enmendándose de
   ellos, se queje al gobernador de Castilla 1185
   don Juan Tavera para que los remedie, y
   con capa de santidad fingida tiene
   banderizada esta casa.    Ahora que la
   está visitando nuestro padre provincial
   será de importancia la autoridad de 1190
   vuestra señoría para que se pierda
   la suya y la quiten el oficio que ha
   tantos años ejerce de Abadesa. Las
   más monjas de este monasterio son
   de este parecer; y porque al señor del 1195
   lugar conviene procurar la quietud
   de él, y ésta resulta de la de esta casa,
   aguardamos a vuestra señoría para la
   liberta de ella y de una doncella que,
   según he sabido, contra su gusto tiene 1200
   en este convento. Para lo uno y lo otro
   importará la presencia de vuestra señoría,
   a quien Nuestro Señor guarde.
   La Vicaria"
   ¡ A doña Ana contra mí 1205
   para que al gobernador
   se queje contra mi honor !
   ¡ Oh hipócrita falsa ! ¿ Ansí
   tu santidad se acredita ?
   Al Provincial hablaré 1210
   y el alma le quitaré
   si el oficio no le quita.
   No en vano por sospechosa
   tuve la virtud fingida
   de esta mujer atrevida, 1215
   que, pues llega a ser odiosa
   hasta a sus monjas, ¿ quién duda
   que, perturbando su paz,
   con el fingido disfraz
   de santa sus vicios muda ? 1220
   Su eterno perseguidor
   tengo de ser desde aquí.
   Al convento voy.
CRESPO:                            ¿ Ansí
   nos quieres dejar, señor,
   sin mandar a los soldados 1225
   que se vavan del lugar ?
JORGE:      Villanos, habéis de estar
   con su presencia obligados
   a mi gusto.
CRESPO:                        Cuanto quieres
   haces.    ¿ Quién hay que te ofenda ? 1230
JORGE:      Señor soy de vuestra hacienda,
   vuestras casas y mujeres;
   todo me ha de dar tributo,
   pues que vuestro dueño soy.
   Ven, Lillo.
LILLO:                      Contigo voy. 1235
MINGO:      ¿ Las mujeres ? ¡ Oste, puto !
   ¿ Qué hemos de her ?
CRESPO:                              Trasponellas
   como puerros.
BERRUECO:                        Ese es
   mi voto.    Yo a Leganés
   pienso llevar dos doncellas 1240
   que en casa quedan.
MINGO:                                Si a pares
   a las doncellas sacáis,
   a las casadas dejáis
   a figura.
BERRUECO:                    En los lugares
   vecinos pueden estar 1245
   seguras, hasta que venga
   el emperador y tenga
   noticia de que el lugar
   nos destruye este traidor.
CRESPO:      Cuando Carlos venido haya, 1250
   a fe que no se le vaya
   con ella el comendador.
MINGO:      De mi voto no saquéis
   las mujeres del lugar,
   que mos puede resultar 1255
   mayor mal del que teméis.
BERRUECO:      Callad, dejaos de quillotros.
MINGO:      Temo, de esos pareceres,
   que en faltando las mujeres
   tiene de dar tras nosotros. 1260

Vanse.    Salen la SANTA y MARI Pascuala

SANTA:      Es la hermosura, María,
   niebla que el sol desvanece,
   sombra que desaparece,
   fímera que vive un día,
   vela que luce lo que arde 1265
   la frágil luz de la vida,
   hierba con el sol florida
   que se marchita a la tarde,
   y es instante cuyo ser
   está a las puertas del nada, 1270
   joya del tiempo prestada,
   por quien luego ha de volver.
   Pues fabricar la esperanza
   sobre el vano fundamento
   de la nieve, sombra y viento, 1275
   despojos de la mudanza,
   ¿ paréceos a vos cordura ?
   ¿ Es bueno tomar a censo
   pena eterna, fuego inmenso,
   por el deleite que dura 1280
   lo que la sombra y la flor ?
   ¡ Ay, María ! Mal sabéis
   lo que costado le habéis
   a Dios, con cuyo valor
   vino al mundo a remediaros; 1285
   y con ser tal su poder,
   tuvo por bien el vender
   su vida para compraros.
   Joya, pues, que vale tanto,
   ¿ en tan poco ha de estimarse ? 1290
   ¿ En balde ha de derramarse
   sangre de mi Esposo santo ?
   No lo permitáis, María;
   estimaos en más a vos;
   no os merece sino Dios. 1295
MARI:      Basta, madre, madre mía,
   basta, que me derretís
   el alma y el corazón;
   palabras de fuego son,
   madre, las que me decís. 1300
   Si me he dejado vencer
   de las promesas y amor
   del fuego, comendador
   persiguióme.    Soy mujer.
   Mi flaqueza combatió; 1305
   mas, pues, por vos valor cobra,
   no temáis ponga por obra
   lo que, hablándome, intentó.
   Diamante seré a su amor,
   jamás vencerme podrán 1310
   sus promesas.
SANTA:                        Más galán
   es Dios que el comendador.
   Si, porque no le habéis visto,
   esotro os ha satisfecho
   porque trae la cruz al pecho, 1315
   más preciosa cruz trae Cristo
   a las espaldas, cosecha
   de mis vicios desbocados,
   que, por no ver mis pecados,
   a las espaldas los echa. 1320
   Su encomienda es de más cuenta,
   y si no, juzgadlo vos,
   pues que llevamos los dos,
   él la cruz y yo la renta.
   Cristo el Gran Maestre es 1325
   de esta preciosa encomienda,
   rica y inmortal hacienda,
   infalible su interés.
   Pues, cuando don Jorge os muestre
   amor, ¿ no es notable error 1330
   amar al comendador
   despreciando al Gran Maestre ?
MARI:      ¡ Ay, madre !    Tan persuadida
   a servir a Dios estoy,
   que, si quisiera, desde hoy, 1335
   mudando de estado y vida,
   quedarme por freila aquí.
SANTA:      Ojalá que yo pudiera,
   que temo, si salís fuera,
   vuestra pérdida.
MARI:                          ¡ Ay de mí ! 1340
SANTA:      Hay visita en casa agora
   y está nuestro provincial
   en ella; es poco el caudal
   nuestro, y yo gran pecadora.
   Todas le piden que os eche 1345
   de casa, que una seglar
   su quietud puede inquietar,
   sin que mi ruego aproveche.
   Fuerza es, hija, que os volváis
   a casa de vuestro padre. 1350
MARI:      Pues ¿ cómo ? ¿ No veis vos, madre,
   que al lobo la oveja echáis ?
SANTA:      No puedo más; la ocasión
   suele dar fama notoria,
   y Dios, por ver la vitoria, 1355
   permite la tentación.
   Si de vos misma salís
   vitoriosa, buen padrino
   os será el amor divino,
   por cuyo amor combatís. 1360
   Yo haré por vos oración
   a Dios.
MARI:      ¿ Hay tal desconsuelo ?
   Dadme, pues, la mano.
SANTA:                              El cielo,
   hija, os dé su bendición. 1365

Vase MARI Pascuala,    Sale el ANGEL

ANGEL:      ¿ Juana mia ?
SANTA:                        ¿ Mi Laurel ?
   ¿ Vuestra Hermosura no sabe
   que en el peligro más grave
   se ve el amigo más fiel ?
   Agora que el provincial 1370
   admite discursos largos
   de las que me ponen cargos
   porque las gobierno mal,
   ¿ me escondéis esa belleza ?
ANGEL:      Jamás me aparto de ti. 1375
SANTA:      Todo es, mi Laurel, así;
   pero, para mi tristeza,
   no basta que estéis conmigo,
   sino que os me dejéis ver.
   Agora os he menester, 1380
   que sois mi mayor amigo.
ANGEL:      Las más, Juana, del convento
   son contra ti.
SANTA:                        ¡ Qué bien hacen !
   Pues de mis pecados nacen
   causas de su descontento; 1385
   helas escandalizado,
   Angel, con mi mala vida,
   siendo soberbia, atrevida;
   y habiendo de ser dechado
   de todas, la menor de ellas 1390
   pudiera ser mi prelada.
   Nunca me han visto enmendada,
   viviendo siempre con ellas.
   Porque más no las estrague,
   es razón, Angel bendito, 1395
   que castiguen mi delito.
   Quien tal hace que tal pague.

Llora

ANGEL:      Mirando está tu humildad
   tu Esposo, a quien enamoras
   con las lágrimas que lloras, 1400
   porque con su Majestad,
   sus méritos aventaja
   quien pequeño se parece;
   tanto más la fuente crece
   cuanto el agua suya abaja. 1405
   Tú crecerás hasta el cielo,
   pues hasta el suelo te abates,
   y porque conmigo trates
   cosas que te den consuelo,
   en pago de las afrentas 1410
   que presto has de recibir,
   te quiero, Juana, decir
   los milagros que tus cuentas
   tienen de hacer en España.
SANTA:      ¡ Qué buena conversación ! 1415
ANGEL:      Sentémonos, que es razón.
SANTA:      ¿ Yo con vos ? ¡ Merced extraña !
   De rodillas, Angel, sobra
   para mí.
ANGEL:                      Tu familiar
   soy. 1420
SANTA:      Así tengo de estar.
   Sentaos vos.
ANGEL:                        Aunque no cobra
   mi angélica agilidad
   cansancio del movimiento,
   por no ser en mí violento, 1425
   con más familiaridad
   y amor en esta ocasión,
   porque consolarte espero,
   sentarme, mi Juana, quiero
   contigo a conversación. 1430

Siéntase

   Los venturosos rosarios
   que la Majestad inmensa
   en su soberano Alcázar
   tuvo en sus manos eternas,
   salieron con tantas gracias 1435
   como se esperaba de ellas;
   que manos de Dios no saben
   hacer mercedes pequeñas.
   Las virtudes de los Agnus
   que el vice-Dios en la tierra 1440
   concede, esas mismas dió
   Cristo, tu Esposo, a tus cuentas.
   Gracia de sacar demonios;
   contra tempestades fieras;
   contra enfermedades varias; 1445
   contra tentaciones ciegas,
   y otros muchos privilegios
   que son sin número y cuenta;
   que cuentas que al cielo suben
   el cielo es bien baje en ellas. 1450
   Han de ser tan estimadas
   como es justo, que son prendas
   que en fe de su amor dio Cristo
   a Juana, su esposa tierna.
   El segundo Salomón, 1455
   Filipo, cuya prudencia
   hará a la justicia y paz
   que otra vez á España vuelvan,
   una de estas cuentas santas
   tendrá con la reverencia 1460
   que promete el que ha de ser
   de la cristiandad defensa.
   Y luego el tercer Filipo,
   con su Margarita bella,
   los pacíficos, los santos, 1465
   tendrán en otras dos cuentas
   sumado el valor y estima
   de sus célebres riquezas,
   por ser joyas con que el alma
   se compone y hermosea. 1470
   Clemente octavo vendrá
   a esta casa antes que sea
   de la barca de San Pedro
   patrón y rija la iglesia,
   y con una cuenta tuya 1475
   a Roma dará la vuelta,
   con que adorne la tiara
   que ha de ilustrar su cabeza.
   El santo fray Julián
   de tu Orden, que en herencia 1480
   en Alcalá, de Francisco
   será ejemplo de inocencia,
   y fray Francisco de Torres,
   de quien este reino espera
   milagros y maravillas 1485
   que sus vidas engrandezcan,
   estas cuentas soberanas
   han de estimar de manera
   que con su autoridad pongan
   freno a desbocadas lenguas. 1490
   Veinticuatro religiosas,
   del falso espíritu opresas,
   tienen de quedar en Francia
   libres y sanas por ellas,
   y si a algún endemoniado 1495
   una cuenta de estas llega,
   apenas la tocará
   cuando se libre de penas.
   Tres ciegos cobrarán vista,
   a dos mudos darán lenguas, 1500
   oirán por ellas los sordos,
   cobrarán salud perfecta
   enfermos de corazón,
   de fiebres, de pestilencia,
   de costado, de cuartanas, 1505
   de garrotillo, de lepra.
   Serán único remedio
   contra los que desesperan
   de Dios, y harán que, contritos,
   se arrojen a su clemencia. 1510
   Desterrarán tempestades,
   amansarán las tormentas,
   sin que los rayos furiosos
   hagan daño en su presencia.
   Contra espantos y visiones 1515
   serán medicina cierta;
   darán sosiego y quietud
   a escrupulosas conciencias,
   y entre los muchos milagros
   que ha de obrar la fe por ellas, 1520
   los que se comprobarán
   tienen de ser más de treinta.
   Todas estas maravillas
   ha de hacer Dios, porque entiendas
   lo mucho que te ama, Juana. 1525
   Mira si es bien que padezcas
   por tan liberal esposo.
SANTA:      ¡ Ay, Angel divino ! ¡ Vengan
   trabajos y menosprecios,
   persecuciones y afrentas, 1530
   que si paga a letra vista,
   Dios, en tan rica moneda,
   y antes que a cuentas lleguemos,
   son en mi favor las cuentas.
   Sin cuenta quiero servirle. 1535
ANGEL:      La vicaria es ya abadesa;
   el oficio te ha quitado.
   Ya tus trabajos comienzan,
   Job de España, ya ha llegado
   el tiempo en que ha de hacer prueba 1540
   del oro de tu constancia
   el toque de la paciencia.
   Contigo quedo, ten firme.

Vase

SANTA:      Si mi guarda os encomienda
   mi Esposo, ¿ qué importan olas 1545
   en sufrimientos de piedra ?

Sale la Vicaria, ya ABADESA, y las MONJAS

ABADESA:      Ya, hermana, ha querido el cielo
   que los embustes se sepan
   de su santidad fingida
   para que remedio tengan. 1550
   Nuestro padre provincial
   escandalizado queda
   de modo de sus excesos,
   que se ha partido sin verla,
   y quitándola el oficio 1555
   me eligió por abadesa,
   contra mi gusto por cierto;
   mas obedecer es fuerza.
SANTA:      Nuestro padre provincial
   en tan justa elección muestra 1560
   su cristiandad, su virtud,
   su gobierno y su prudencia.
   Que sin verme se haya ido
   y mis culpas aborrezca
   no me espanto, que es un santo, 1565
   y yo digna de las penas
   del infierno. Aquesos pies,
   aunque yo no lo merezca,
   ponga, madre, en esta boca.
ABADESA:      No me hable de esa manera; 1570
   hipócritas humildades
   en mí han de hacer poca mella.
   Alcese del suelo, acabe.
SANTA:      Si todos me conocieran
   como ella, madre, ¡ en qué poco 1575
   me estimaran y tuvieran
   los que me juzgan por santa
   siendo el mismo vicio ! Es cuerda
   y conoce mis pecados.
ABADESA:      Con fingidas apariencias 1580
   no me ha de engañar, hermana;
   escuche la penitencia
   que me manda que la dé
   nuestro padre.
SANTA:                        ¡ Qué pequeña
   comparada con mis culpas 1585
   será, por grande que sea !
ABADESA:      El velo manda quitarla.

Quítasele

SANTA:      Hace bien, que quien no vela
   con las vírgines prudentes
   hasta que el esposo venga 1590
   bien merece que la quiten
   el velo y que con la puerta
   la den. ¡ Ay de mí, que soy
   una de las cinco necias !
ABADESA:      Manda que todas las monjas, 1595
   hermana, la den en rueda
   una disciplina.
SANTA:                          Es justo
   que a Dios pague en la moneda
   que pagó por mis pecados.
   Cinco mil azotes fueran 1600
   más justos en mí que en El.
   Ya me alivian esas nuevas.
ABADESA:      También manda que la encierren
   y den por cárcel su celda,
   porque le han dicho que está 1605
   endemoniada y que intenta
   el demonio por su boca
   engañar a los que llegan
   a escucharla cuando habla
   fuera de sí en tantas lenguas. 1610
SANTA:      No me espanto, que también
   llamaba la envidia hebrea
   a mi Esposo endemoniado.
   Razón es que le parezca.
   Enciérrenme, que es muy justo, 1615
   porque mis culpas no vean,
   que por ser tan grandes temo
   que ha de tragarme la tierra.
ABADESA:      Pena de descomunión
   manda que no hable con ella 1620
   ninguna monja.
SANTA:                        ¡ Qué sabio
   mandato, qué gran prudencia !
   A los que están apestados
   dicen que nadie se llega
   porque su mal no les toque. 1625
   Los vicios son pestilencia;
   como soy tan pecadora
   por apestada me encierran,
   y es bien que ninguna me hable
   porque de peste no muera. 1630
ABADESA:      Sabe Dios lo que he rogado
   a nuestro padre por ella;
   pero hale dado don Jorge
   tan extraordinarias quejas,
   que, satisfaciendo a todos, 1635
   y aun usando de clemencia,
   le da este corto castigo.
SANTA:      ¡ Y qué corto ! El cielo quiera,
   madres, que yo no lo pague
   allá en las penas eternas. 1640
ABADESA:      Deje ya los fingimientos,
   hermana, y al coro venga
   adonde todas la azoten.
SANTA:      Vamos muy en hora buena.
MONJA 1:      ¿ Es posible que fingida 1645
   toda esta santidad sea ?
MONJA 2:      Pues el provincial lo dice,
   que tiene tanta experiencia,
   ¿ quién lo duda ? Y más, sabiendo
   que el lobo se finge oveja. 1650

Vanse las dos MONJAS.    Quédanse Sor EVANGELISTA, la ABADESA y la SANTA

EVANGELISTA:      (Hanme mandado callar,              Aparte
   y el corazón me revienta
   viendo padecer mi madre
   de pesar y de tristeza;
   mas, si son los gustos oro 1655
   y sus quilates acendra
   la tribulación, ¿ quién duda
   que Juana ha de salir de ella
   con infinitos quilates
   para que sirva a la mesa 1660
   del infinito Monarca ?
   Esto sólo me consuela.)

Vase

ABADESA:      (Ya se cumplió mi deseo;            Aparte
   en fin, me han hecho abadesa.
   Ya se vengará mi envidia 1665
   de esta hipócrita; contenta
   voy en extremo. ¡ Oh, qué vida
   la pienso dar ! No habrá afrenta,
   castigo ni menosprecio
   que no he de probar en ella.) 1670

Vase

SANTA:      A fe, Juana, que os conocen;
   alegre estoy de que os tengan
   por lo que sois.    De esta vez
   nadie os juzgará por buena.
   Quien tal hace, que tal pague. 1675
   Pagad, Juana, vuestras deudas,
   que, pues todas os persiguen,
   a todas hacéis ofensa.

Vase.    Salen don JORGE, LILLO, CRESPO, MINGO y BERRUECO

JORGE:      Los propios del lugar y renta aplico
   a mi hacienda.
CRESPO:                        ¿ No basta su encomienda ? 1680
JORGE:      No repliquéis, villano.
CRESPO:                                  No replico;
   mas, ¿ por qué nos despoja de la hacienda ?
JORGE:      Estoy yo pobre y el concejo rico;
   no habrá quien de vosotros me defienda,
   que entre villanos mal podrá enfrenallos 1685
   si el dueño es pobre y ricos los vasallos.
   ¿ Qué depósito tiene aquí el concejo ?
MINGO:      Cien fanegas de pan que da cada año
   a pobres del lugar.
JORGE:                              ¡ Lindo aparejo
   para holgazanes !
MINGO:                          No teme ese daño; 1690
   porque sólo se da al enfermo viejo
   y a la mísera viuda.
JORGE:                              Ese es engaño;
   aplícolo a mi renta.
BERRUECO:                              Pues los pobres,
   ¿ qué han de comer cuando su pan los cobres ?
JORGE:      Remedio habrá para ellos.
BERRUECO:                                      ¿ De qué suerte ? 1695
JORGE:      A los pobres enfermos desterrallos.
CRESPO:      Que eres cristiano y que lo son advierte.
JORGE:      En Illescas podrán mejor curallos.
BERRUECO:      ¿ Y a los viejos ?
JORGE:                          ¿ Los viejos ? Darlos muerte,
   pues no hay limosna igual como sacallos 1700
   de este mal mundo.
MINGO:                            ¿ Y ése es buen consejo ?
JORGE:      ¿ Para qué ha de vivir, si es pobre, un viejo ?
MINGO:      ¡ Plegue a Dios que no llegues a esos días !
JORGE:      Las viudas hilen, si de edad no fueren
   para casarse.
BERRUECO:                        Bien tu intento guías. 1705
JORGE:      No ha de haber pobres; los que aquí lo fueren
   hacedlos desterrar, que son harpías
   que a nuestras mesas sustentarse quieren;
   y un poderoso que los desterraba
   ratones de los ricos los llamaba. 1710
CRESPO:      Mejor nombre les da el cristiano celo,
   de quien en este mar los llama naves
   en que la caridad despacha al cielo
   riquezas de que tiene Dios las llaves.
   El mundo es mar y en él, cierto, recelo 1715
   de sus Caribdis y sus Sirtes graves.
   En su golfo se pierde el que navega;
   sola la caridad al cielo llega.
JORGE:      Predicador villano: ¿ tú conmigo
   con ejemplos y réplicas te pones ? 1720
   Vete, si no es que aguardes el castigo
   digno de tus hipócritas razones.
   No es bien que a pobres se reparta el trigo,
   que son de la república ratones.
   Vete.
MINGO:                Si limosnero, señor, fueras, 1725
   tus vicios, con ser tantos, encubrieras.

Vanse los tres labradores.    Sale MARI Pascuala

MARI:      A no salir del convento,
   de modo me enamorara
   tu divino entendimiento,
   Juana santa, que dejara 1730
   de dar al cuerpo sustento
   por tus palabras, manjar
   que desterrando el pesar
   dejan el sentido en calma,
   pues con las sobras del alma 1735
   me pudiera sustentar.
   Pero, pues que de él salí
   y palabra en tu presencia
   de no ofender a Dios di,
   no hayas miedo que en tu ausencia 1740
   pueda la pasión en mí
   lo que ha podido hasta agora,
   que, en fin, eres mi fiadora,
   y Dios severo acreedor
   que cobrará con rigor 1745
   si no paga la deudora.
   A don Jorge quise bien;
   pero ya en ceniza fría
   sus torpes brasas se ven.
   ¡ Ay cielos ! éste es.
JORGE:                              María, 1750
   a mi vista albricias den
   mis deseos, que en tu ausencia
   han mostrado a la experiencia,
   en el potro del amor
   los tormentos que el temor 1755
   suele dar a la paciencia.
   ¿ No me hablas ? ¿ Porqué enojos ?
   Pones mi esperanza en duda.
   Mas ya sé que son antojos
   de amor, que la lengua muda 1760
   suele pasarse a los ojos.
   Mi María, si no es vano
   el amor que te provoca,
   ya que por temor liviano
   me niega el habla tu boca, 1765
   hablar puedes por la mano,
   que su cristal me enamora.
MARI:      (¡ Ay confianza habladora !            Aparte
   Cuán lejos suele vivir
   el prometer del cumplir 1770
   he experimentado agora.
   Soldado he sido cobarde;
   hice en la paz menosprecio
   de la guerra, y en su alarde
   caí; que es propio del necio 1775
   temer el peligre tarde.
   Prometí de no ofender
   a Dios; pero, ¿ qué he de hacer,
   si la poca resistencia
   me cupo sólo en herencia 1780
   de la primera mujer ?
   De un modo empiezan su nombre
   mudanza y mujer liviana;
   mudéme, nadie se asombre,
   si a Eva vence una manzana, 1785
   que hoy a mí me venza un hombre.)
JORGE:      ¿ Qué dices ?
MARI:                          Que no quisiera,
   por lo bien que me estuviera,
   deciros que os quiero bien.
JORGE:      Pues, mi labradora, ven 1790
   adonde mi amor te espera.
MARI:      (¿ Estas las cenizas son          Aparte
   frías ? Mas dejó una brasa
   escondida la afición,
   y quemaráse la casa, 1795
   porque sopla la ocasión.)

Vanse don JORGE y MARI Pascuala.    Queda LILLO y sale CRESPO

CRESPO:      Yo, señor Lillo, quisiera
   hablar al comendador.
LILLO:      Por el Lillo y el señor
   le llamara si estuviera 1800
   para eso; pero está
   ocupado.
CRESPO:                    Pues ¿ qué hace ?
LILLO:      Una dueña en quien deshace
   lo que ella otra vez no hará.
CRESPO:      Que es cosa y cosa parece. 1805
LILLO:      Cosa sin cosa podría
   ser ya.
CRESPO:      ¿ Quién será ?
LILLO:                              María
CRESPO:      ¿ Mari Pasqual ?
LILLO:                        Esa ofrece,
   pues que saberlo codicias, 1810
   primicias de su hermosura
   a don Jorge.
CRESPO:                        Pues ¿ es cura
   para llevar las primicias ?
LILLO:      Esta es la verdad.
CRESPO:                              ¿ No estaba
   en la Cruz ?
LILLO:                      Hízola echar 1815
   Juana.
CRESPO:                Yo voy a avisar
   a su padre, que pensaba
   que allí la tenía guardada;
   pero diréle que queda
   bellaca para moneda. 1820
LILLO:      ¿ Por qué ?
CRESPO:                    Porque está cercenada.

Vase.    Sale don JORGE maltratando a MARI Pascuala

JORGE:      Echa, con la maldición,
   esta mujer, en quien veo
   que es la esperanza y deseo
   mejor que la posesión. 1825
   ¡ Que lo que pretendí tanto
   tanto me llegue a enfadar !
LILLO:      Amón eres con Tamar;
   gozástela, no me espanto.
   Dos caras el gusto pinta, 1830
   señor, en cualquiera cosa:
   si es ajena, muy hermosa;
   pero si propia, distinta.
   Cuando ajena, cosa es clara
   que el sol era su traslado; 1835
   pero ya que la has gozado
   verás la segunda cara.
MARI:      ¿ Así se paga el honor
   de una mujer, fementido ?
   Mas de honras, ¿ cuándo ha sido 1840
   el mundo buen pagador ?
JORGE:      Déjala y ven.

Vase

MARI:                          Oye, escucha
   ¡ Ah tirano; ¿ así te vas ?
   Mas la deuda negarás,
   que es costumbre cuando es mucha. 1845
   Paga como caballero;
   pero dirás, y es verdad,
   que perdió la voluntad
   el gusto, que es su dinero.
   Que eres noble considera. 1850
LILIO:      Pasito, Mari Pasqual,
   que no fuera él principal
   si pagara y no debiera;
   y si de palacio el trato
   sabes, ten por negocio hecho 1855
   que eres mía de derecho,
   porque he levantado el plato.
   Si te dejares comer
   mi apetito estimarás.
MARI:      Como imitándole estás, 1860
   vendrás tan infame a ser
   como el señor, de quien eres
   torpe solicitador,
   sin sentir tu vil señor
   que te sirvan las mujeres 1865
   que él deshonra, de despojos.
   Pero, afrentoso alcahuete,
   aguárdame, y sacaréte,
   porque no lo seas, los ojos.
LILLO:      ¿ Porque a mi amo ha servido 1870
   tantos humos ha cobrado ?
   Advierte que es del criado
   todo el ropaje traído
   y que aunque el rey tenga un bayo
   de notable estimación, 1875
   quitado el caparazón,
   le corre cualquier lacayo.

Vase

MARI:      ¿ Estos son pagos del mundo,
   en deudas tan merecidas
   como son deudas de honor 1880
   cuando se acercan sus ditas ?
   ¿ Así se cumplen palabras
   con lágrimas ofrecidas,
   con promesas intimadas,
   con ansias encarecidas ? 1885
   ¿ Aquesto es ser caballero ?
   ¿ En esta nobleza estriba
   el valor que España ensalza
   y estimaron mis desdichas ?
   ¿ Mudables, dicen que son 1890
   las mujeres, ofendidas
   de tantas lenguas mordaces
   tantas plumas enemigas ?
   ¿ Esto es ser hombre, de quienes
   tantas virtudes se afirman, 1895
   tantas hazañas se alaban,
   tanta firmeza publican ?
   Si así los hombres son que España cría,
   ¡ mal haya la mujer que en hombres fía !
   ¡ Ah ingrato y necio pastor ! 1900
   ¿ La oveja dejas perdida
   para que lobos la coman
   después que la lana esquilmas ?
   ¿ Cómo, cielos rigurosos,
   si es verdad que la justicia 1905
   desterrada de la tierra
   vuestro tribunal habita,
   no castigáis este ingrato,
   pues no valen allá arriba
   las dádivas ni el poder 1910
   que tantas varas derriban ?
   Justicia os pide mi agravio
   de un traidor que famas quita,
   de un hombre, en fin, que en ser hombre
   será la mudanza misma. 1915
   Mas, pues deudas de honor tan presto olvidan,
   ¡ mal haya la mujer que en hombres fía !
   Pero, alma, ¿ de qué os quejáis
   de promesas no cumplidas,
   si la palabra quebrastes 1920
   que a Dios distes este día ?
   Si os quitó don Jorge la honra,
   por vos quitaron la vida
   a Dios; si él os ha dejado,
   sin Dios andáis vos perdida. 1925
   Yo prometí no ofender
   su Majestad infinita,
   Juana salió mi fiadora;
   mas ¿ quién de ocasiones fía ?
   ¿ Tendrán perdón mis pecados ? 1930
   No; que es la ofensa infinita.
   ¿ No puede Dios perdonarme
   si le llamo arrepentida ?
   Sí puede, mas no querrá;
   pues ¿ será razón que viva 1935
   mujer que perdón no aguarda
   y de un hombre fue ofendida ?
   Eso será gran deshonra;
   pues ¿ quitaréme la vida ?
   Sí; que ya estoy condenada, 1940
   y el Angel que en compañía
   y guarda el cielo me dio
   me ha dejado, porque escrita
   ha visto ya la sentencia,
   por mi mal, difinitiva. 1945
   ¿ Adónde un lazo hallaré ?
   Mas ¿ será tal mi desdicha
   que aun le faltará a mi muerte
   el instrumento homicida ?
   Dadme, verdugos eternos, 1950
   un cordel, que al que castigan
   de balde le da la soga
   con que muera, la justicia.

Echanla un cordel

   ¿ Qué es esto ? ¡ Ay de mí ! Una soga
   me arrojaron desde arriba. 1955
   ¡ Que por tan crÜel salario
   halle el mundo quien le sirva !
   Dádivas son del infierno
   que promete oro de Tíbar
   y teje sogas de esparto 1960
   que esperanzas precipitan.
   Pero ¿ qué mucho, si a Dios,
   cuando con pan le convida,
   en vez de pan le dé piedras
   que en sogas libre sus ditas ? 1965
   Matad, pues, cuerda, una loca
   desesperada y precita,
   que quien el honor perdió
   justo es que pierda la vida.
   El desprecio de un hombre es mi homicida. 1970
   ¡ Mal haya la mujer que en hombres fía !

Quiere ahorcarse, baja de arriba la SANTA, volando y detiénela

SANTA:      Detén la bárbara mano.
   ¿ Por qué, ingrata, desconfías
   de Dios misericordioso
   y apelas de su justicia ? 1975
   Quien perdonó a Magdalena
   te perdonará, María,
   pues es su misericordia,
   como entonces, infinita.
   Pide con ella perdón, 1980
   y en estas cuentas benditas
   espera, que Dios en ellas
   tus cargos y cuentas libra.

Dale un Rosario y desaparece

MARI:      ¡ Oh mil veces santas cuentas;
   milagrosa medicina 1985
   de precipitadas almas !
   Por vosotras reducida,
   confieso y tengo por fe
   que a un "pequé" del alma, olvida
   Dios infinitas ofensas. 1990
   Pequé, Señor, mi alma diga.
   En la Cruz he de ser monja;
   vuestra Majestad permita
   que sus religiosas santas
   me lo otorguen, aunque indigna, 1995
   que, como la Cananea,
   las migajas y reliquias
   de su venturosa mesa
   podrán sustentar mis dichas.
   Juana, por vuestra oración 2000
   me ha dado el cielo dos vidas,
   la del alma y la del cuerpo.
   Misericordia infinita,
   pues perdonáis ofensas cada día,
   ¡ bienhaya la esperanza que en vos fía ! 2005


ACTO TERCERO

Sale la SANTA, presa, a una reja

SANTA:      Presa estoy por mi abadesa,
   y en esta celda reclusa,
   que, a quien tan mal del bien usa,
   justo es que la tengan presa.
   Castigado el loco asesa; 2010
   el contento me provoca
   de esta pena que, aunque es poca,
   los que me reverenciaban
   y "la santa" me llamaban
   ya me llamarán la loca. 2015
   ¡ Qué buen nombre me darán
   y qué contenta estuviera
   si llamarme loca oyera
   a los que en mí hablando están !
   Leve castigo me dan 2020
   para hallarme tan culpada;
   pero tengo una prelada
   tan apacible conmigo
   que juzgará a gran castigo
   el tenerme aquí encerrada. 2025
   Suele el preso entretener
   la pena y melancolía
   que el temor y el ocio cría,
   ya en jugar y ya en leer;
   lo segundo quiero hacer 2030
   sin dar lugar a querellas.
   Libros sois, máquinas bellas,
   de milagrosa dotrina,
   con signos de estampa fina,
   cuyas letras son estrellas. 2035
   Once cuadernos encierran
   vuestras hojas soberanas,
   en cuyas escritas planas
   tantos filósofos yerran.
   Los polos fijos que cierran 2040
   este libro y su tesoro,
   son las manecillas de oro,
   y el sol y la luna son
   la hermosa iluminación
   que hizo el libro que adoro. 2045
   En esta hermosa cartilla
   que, cual pergamino extiende
   el Maestro eterno, aprende
   toda criatura sencilla.
   El sabio se maravilla 2050
   como el ignorante en vella,
   y sin poder comprehendella
   sino su Autor soberano,
   desde el hombre hasta el gusano
   están deletreado en ella. 2055
   Aves, que con varias plumas,
   dándoos el viento papel
   estáis escribiendo en él
   de Dios las grandezas sumas.
   Peces, que cortando espumas 2060
   formáis círculos mejores;
   hierbas, que en tantos colores
   cartas al cielo escribís;
   fuentes claras que imprimís
   vuestros lazos en sus flores, 2065
   pues andamos a esta escuela
   y de este libro la fe
   nos enseña el abecé
   que el más letrado desvela,
   daros lición me consuela. 2070
   Aquí os podéis allegar,
   pues que nos sobra lugar,
   y ya la abadesa mía
   a las gentes, cual solía,
   no me deja predicar. 2075

Descúbrese un campo con aves y un río con peces, oyendo predicar a la SANTA

   Mi seráfico llagado
   predicaba muchas veces
   a las aves y a los peces
   cuando no estaba en poblado.
   Pues solos nos han dejado, 2080
   ea, hermanos pajaricos,
   de plumas y voces ricos,
   llegaos de dos en dos.
   Animalejos de Dios,
   plateados pececicos, 2085
   venid todos y escuchad
   con atención y respeto.
   Ninguno me esté inquieto,
   que le azotaré en verdad.
   La Divina Majestad 2090
   repartiendo su tesoro
   en este esférico coro
   su providencia dilata
   criando peces de plata
   y aves de esmeralda y oro. 2095
   Junto al líquido marfil
   pasa la fresca ribera,
   con cortes que primavera
   trujo al apacible abril.
   Luego dio al mayo sutil 2100
   tornasolados plumajes
   de ramas y flores, trajes
   con que sus pajes compuso,
   que, pues casa al hombre puso,
   bien es que la vista pajes. 2105
   Después el pródigo agosto
   cubrió de manojos rubios
   las eras desde los ubios
   del carro largo y angosto;
   y luego, en sabroso mosto, 2110
   pasado el estío enjuto,
   dio generoso tributo
   septiembre a los labradores,
   porque después de las flores
   quiere Dios que demos fruto. 2115
   Reinó luego el cierzo frío,
   de enero la barba cana
   dando de nieve la lana
   al monte, el cristal al río;
   el escarchado rocío 2120
   sobre el campo siembra y vierte;
   que como año, si se advierte,
   llega la edad más cumplida
   desde el abril de la vida
   al invierno de la muerte. 2125
   En otros tiempos diversos
   Dios, con manos liberales,
   sustenta a los animales,
   peces y aves universos,
   para que, en compuestos versos, 2130
   alaben perpetuamente
   entre sus guijas la fuente,
   y con agudos y graves
   entre los ojos las aves
   y entre los pueblos la gente. 2135
   Cada cual al cielo avisa,
   que esta obligación forzosa
   cumple el campo con su rosa
   y el arroyo con su risa.
   Sólo es del hombre divisa 2140
   la ingratitud, que procura,
   como no ve la hermosura
   de su eterno bienhechor,
   por olvidar el Criador
   perderse por la criatura. 2145
   Pero, aunque pueda aprender
   de vuestra obediencia el hombre,
   hermanicos, no os asombre
   que tenga que reprehender.
   La hormiga no ha de querer 2150
   que el avaro, siempre pobre,
   alas con su ejemplo cobre
   para que adquiera y no gaste,
   bueno es llevar lo que baste,
   malo es llevar lo que sobre. 2155
   ¿ Por qué vos, hermana hormiga,
   lisonjera del montón,
   a la gula dais ficción
   porque su apetito siga ?
   Siempre del comer amiga, 2160
   pues, en trabajos y fiestas
   por los llanos y las cuestas,
   como el avariento humano,
   sois ganapán del verano
   llevando tercios a cuestas. 2165
   No es esto bien hecho, hermana,
   ya es supérfluo ese cuidado;
   quien hoy os ha sustentado
   os sustentará mañana.
   Y el avecilla liviana 2170
   que con las alas y pies
   acude al sembrado, que es
   la vida y sustento humano,
   que para comer un grano
   deja descubiertos tres. 2175
   ¿ Qué merece ? ¿ Esto es bien hecho ?
   ¿ No es como el pródigo loco
   que, habiendo menester poco
   para quedar satisfecho,
   desperdicia sin provecho 2180
   la hacienda suya y la ajena ?
   Coma el ave, enhorabuena,
   si le basta un grano o dos,
   que para todos da Dios;
   mas el perderlo condena. 2185
   Y la hermana golondrina
   que en los santos edificios
   quiere estorbar los oficios
   de la Majestad divina
   cantando, ¿ es buena vecina ? 2190
   Por muy mala la contemplo,
   pues con sus voces da ejemplo
   a los que en conversación
   la casa, que es de oración,
   hacen sarao y no templo. 2195
   Cuando el sacerdote canta,
   callad, hermana picuda,
   que a veces la lengua muda
   merece nombre de santa.
   El perro leal me espanta 2200
   de ver que tanto amor cobre
   al rico, que ladre al pobre.
   Esa es poca caridad,
   que el pobre en la calidad
   es oro, y el rico es cobre. 2205
   También en reñir me fundo
   los peces, que, cual los ricos,
   los grandes tragan los chicos,
   pegando esta peste al mundo.
   Aunque el siglo es mar profundo, 2210
   no es bien despreciar los buenos,
   que, si agora valen menos,
   son norias los señoríos
   donde bajan los vacíos
   y vuelven a subir llenos. 2215
   Ea, acábese el sermón,
   con que cuantos aquí estamos
   ensalcemos y sirvamos
   al Divino Salomón;
   él os dé su bendición. 2220
   ¡ Hermanos animalejos,
   de los hombres sois espejos !
   Adiós; tomen este pan
   y mañana volverán;
   daréles nuevos consejos. 2225

Encúbrese el campo

   De completas es ya hora;
   quiero, mi Jesús, rezarlas.
   ¡ Ay, quién oyera cantarlas
   vuestra capilla sonora !
   Aunque soy mala cantora, 2230
   yo sé, Amor, que no os pesara
   si algún motete entonara,
   haciendo a mis dichas fiesta.
   Pero ¿ qué música es ésta ?

Aparécese con música San ANTONIO de Padua con el niño JESUS y el ANGEL con una corona de flores

SANTA:      ¡ Oh luz apacible y clara ! 2235
JESUS:      ¡ Esposa mía !
ANTONIO:                        ¡ Mi hermana !
SANTA:      ¡ Mi Jesús, mi San Antonio !
   El Niño dé testimonio
   de lo que vuestro amor gana.
ANTONIO:      ¿ Quieres tenerle tú, Juana ? 2240
SANTA:      No soy digna como vos
   de ese bien; gozaos los dos,
   que, como en dichosos lazos
   siempre le traéis en los brazos,
   parecéis madre de Dios. 2245
JESUS:      De esposo te vengo a dar
   esta sortija.

Dale una sortija

SANTA:                      ¡ Qué bella !
   Vos seréis diamante en ella,
   que sois la piedra angular.
   Bien hacéis en visitar 2250
   los presos, dueño querido.
JESUS:      Juana, quien te ha perseguido
   está a la muerte.
SANTA:                          ¡ Ay, mi bien !
   ¿ Quién me ha perseguido ?
JESUS:                                ¿ Quién ?
   Tu vicaria.
SANTA:                      Aquesa ha sido 2255
   mi madre y es mi abadesa.
JESUS:      Siempre te ha querido mal,
   y con castigo inmortal
   lo ha de pagar.
SANTA:                        No es paga esa
   digna del bien que confiesa 2260
   mi alma haber recebido
   por su causa, que si he sido,
   mi Dios, presa y castigada,
   soy mala, y es mi prelada,
   bien lo tengo merecido. 2265
   Habéisla de dar perdón
   por mi ruego, Esposo santo,
   Dadla doloroso llanto
   y muera con contrición;
   ablandadla el corazón, 2270
   o no os soltaré tan presto.
   Mi Jesús, yo quiero esto.
   ¿ Habéislo de hacer por mí ?
   Decid sí.
JESUS:      Digo que sí. 2275
SANTA:      ¡ Echó mi ventura el resto !
JESUS:      ¿ Qué me pedirás, esposa,
   que no haga ?
SANTA:                      ¡ Ay, dueño amado !
JESUS:      Estoy muy enamorado
   de ti.
SANTA:                Y yo muy venturosa. 2280

Pónela el ANGEL la corona

JESUS:      Con esta corona hermosa
   que Laurel, tu ángel, te pone,
   tu constancia te corone.
SANTA:      ¿ Dejáisme ?
JESUS:                      Quédate a Dios.

Encúbrese

SANTA:      Eso es quedarme con Vos. 2285
   Mi dicha el mundo pregone.

Sale sor María EVANGELISTA y MARI: Pascuala de monja

EVANGELISTA:      Madre: la madre abadesa
   se nos muere.
SANTA:                        Ya lo sé.
EVANGELISTA:      No quiere que esté más presa,
   sino que perdón la dé 2290
   de las culpas que confiesa.
MARI:      Muestras de extraño dolor
   tiene.
SANTA:      Gracias al Señor,
   que su pecho ha vuelto tierno. 2295
EVANGELISTA:      Teme que ha de ir al infierno.
SANTA:      De eso no tenga temor,
   que ni se ha de condenar
   ni ha de ir al purgatorio.
EVANGELISTA:      ¡ Qué favor tan singular ! 2300
SANTA:      Al eterno desposorio
   mi Jesús la ha de llevar.
   A vos, ¿ cómo os va, María ?
MARI:      Como en vuestra compañía,
   madre santa, que es del cielo. 2305
   Mas de Don Jorge recelo;
   porque de nuevo porfía
   a perseguirme después
   que sabe que monja soy;
   temo mi flaqueza, que es, 2310
   al fin, de mujer.
SANTA:                          Yo os doy
   palabra que el interés
   de su torpe amor, María,
   ha de volverse este día
   en devota pena y llanto. 2315
   Don Jorge ha de ser un santo.
MARI:      Pedidlo a Dios, madre mía.
SANTA:      Confiésoos este favor
   de mi amoroso Señor,
   que es muy largo y liberal; 2320
   yo he de dar bien por mal
   si fue mi perseguidor.

Sale una MONJA

MONJA:      Madre, la abadesa os llama;
   porque dice que sin vos
   todo es pena.
SANTA:                        Mucho me ama; 2325
   vamos, que a gozar de Dios
   volará desde la cama.

Vanse las tres.    Queda MARI Pascuala y sale otra MONJA con un cestillo de fruta

MONJA:      Su padre, hermana, le envía
   esta fruta; la andadera
   se la trajo a la tornera. 2330
MARI:      Yo la estimo, madre mía.
   ¿ Quiere de ella ?
MONJA:                              Haráme daño
   y soy mala comedora.
   Adiós.

Vase

MARI:                ¿ Fruta mi padre ahora ?
   Regalo es si no es engaño. 2335
   El cestillo quiero ver.
   Manzanas son y un billete.
   Todo engaños me promete;
   aquí he aprendido a leer
   un poco. ¿ Cúyo será, 2340
   que mi padre nunca escribe ?
   ¿ Si es de don Jorge en quien vive
   el fuego que apagué ya ?
   ¡ Oh, qué mala fruta nueva
   será y qué triste presente, 2345
   si es don Jorge la serpiente
   que engaña con fruta a Eva !
   ¿ Otra vez el corazón
   rendís, mudanzas livianas ?
   ¡ Ay, hechizadas manzanas, 2350
   y ay, hechicera afición !
   Imposible es no mirarle,
   pues ha de ser, sin creerle,
   abrirle para leerle,
   leerle para rasgarle. 2355
   ¡ Las mentiras que habrá en él !
   Una manzana ligera
   engañó a Eva. ¿ Qué hiciera
   con manzanas y papel ?

Lee la carta

   "Para castigo de mi ingratitud 2360
   basta ausencia de un mes; y para
   premio de mi amor que, como fénix,
   renace de las cenizas del pasado,
   determínate esta noche a aguardarme,
   a las doce, junto alas paredes más 2365
   bajas de la huerta de esa casa, que,
   pues no eres profesa en ella y yo sí
   en quererte, a esa hora las asaltaré,
   para que con secreto, si tú quisieres,
   satisfaga quejas pasadas, o con el 2370
   alboroto, si te resistes, dé que decir
   a todos. No aguardo respuesta, porque,
   de una manera o de otra, tú sola lo
   has de ser, a quien el cielo guarde.
   Don Jorge." 2375
   Resuelto el mudable está.
   Cielos, ¿ qué responderé ?
   ¿ Persuadiréme y creeré
   que don Jorge pagará
   segundas prendas de amor 2380
   con promesas lisonjeras,
   si despreció las primeras,
   de más estima y valor ?
   No; mejor es excusar
   el rigor de la justicia 2385
   de Dios. Mas ¿ no soy novicia ?
   Segura puedo dejar
   el hábito; ¡ qué crÜel
   pensamiento !    ¿ Pagará
   mi amor quien en arras da 2390
   de mi honor un vil cordel ?
   ¿ Dirélo a mi madre Juana ?
   No, que viéndome dudosa
   podrá ser que rigurosa
   me castigue por liviana. 2395
   Ya es de noche; ¿ qué he de hacer ?
   Amparadme, Juana, vos,
   pues, os suele decir Dios
   lo que ha de suceder.

Vase.    Sale solo LILLO, de noche

LILLO:      ¡ Par Dios, que me trae don Jorge 2400
   en buenos pasos ! Mas son,
   los pasos de la pasión.
   El diablo temo que forje
   alguna trampa en que demos.
   Su mudable natural, 2405
   gozada Mari Pasqual
   y empalagado, hizo extremos.
   Dejóla, metióse monja,
   y agora la privación
   como si fuera eslabón 2410
   y el alma yesca de esponja,
   tal fuego ha venido a dar
   que, loco, hace juramento
   que ha de entrar en el convento
   y otra vez la ha de gozar. 2415
   Y a mi que toda la tarde
   jugando he estado y bebiendo,
   y quisiera estar durmiendo,
   me manda que aquí le aguarde.
   He cargado delantero, 2420
   que soy devoto de Baco,
   y por mi devoción saco
   soplando el ánima a un cuero.
   Dos mil candiles y luces
   me representan en vano, 2425
   y como soy buen cristiano
   con los pies hago mil cruces.
   Pienso que doy al través
   tropezando, y por más mengua
   pronunciando erres la lengua, 2430
   escriben equis los pies.
   Sentado podré aguardalle.
   ¿ Bostecitos ?    Brindis son,
   al sueño; haré la razón
   aunque me duerma en la calle; 2435
   que quien de Baco es amigo
   y a tragos sus pechos mama,
   jamás dormirá sin cama,
   que siempre la trae consigo.

Sale don JORGE como de noche.    LILLO se duerme

JORGE:      Lo que desprecié deseo, 2440
   que es niño Amor, y apetece
   hoy lo que ayer aborrece.
   Ya tendrá Pascuala, creo,
   el papel que la escribí;
   su amor puede asegurarme 2445
   que debe ya de esperarme.
   A Lillo mandé que aquí
   me aguardase. ¡ Buena guarda
   tendrá en él mi pretensión !
   Pero si mujeres son 2450
   tímidas, ¿ qué me acobarda ?
   No esta la pared muy alta
   para las alas de Amor;
   pero no, que si es traidor
   quien del rey la casa asalta, 2455
   ¿ qué será quien la de Dios
   quiere escalar ? Mas dejemos,
   alma, temores y extremos,
   porque no digan de vos
   que amáis poco. Alto, cuidados, 2460
   subid, que no hay que esperar.

Entre sueños

LILLO:      Digo que tengo de echar,
   pues que soy mano, los dados.
   Juega y calla.
JORGE:                          Si está dentro
   quien adoro, ¿ en qué repara 2465
   mi recelo ? Subo.
LILLO:                          Pára.
JORGE:      ¡ Que pare ! Pues ¿ qué hay ?
LILLO:                                  Encuentro.
JORGE:      ¿ Encuentro ? Luego ¿ otro amante
   la goza dentro ? ¡ Ay de mi !
   Mataréle si es así. 2470
   Pasemos, alma, adelante
   que éstos son todos encantos;
   ¿ qué me puede resultar
   de entrar y sacarla ?
LILLO:                              Azar.
JORGE:      ¿ Qué será esto, cielos santos ? 2475
   ¿ Quién mi daño pronostica ?
   ¿ Azar me ha de suceder ?
   Hechizos deben de ser
   que aquella Juana fabrica
   por que mi amor vuelva atrás; 2480
   pues en vano será.
LILLO:                            Espera.
JORGE:      ¿ Qué quieres, voz ?
LILLO:                            Salte afuera.
JORGE:      No quiero.
LILLO:                    Pues perderás.
JORGE:      ¿ Qué hay que temer ?
LILLO:                                Mala suerte.
JORGE:      Hechizos son, pero en vano; 2485
   subo.
LILLO:      Espera, echa otra mano.
JORGE:      Que eche a otra mano me advierte;
   luego ¿ no voy bien por ésta ?
LILLO:      No, vuelve otra vez a echar 2490
   el dado.
JORGE:                    Que vuelva a amar
   otra mujer me amonesta.
   No sé, por el cielo eterno,
   lo que haga.
LILLO:                      Ya has perdido.
JORGE:      ¿ Qué ?
LILLO:                El alma paso.
JORGE:                              Sentido, 2495
   ¿ adónde vais ?
LILLO:                        Al infierno.
   Paso.
JORGE:                    Déjame gozar
   a Pascuala, y venga luego
   los que en el eterno fuego
   se abrasan.
LILLO:                      Siete y llevar. 2500
JORGE:      Lillo es, por Dios, que, dormido,
   mi amor ha puesto en cuidado,
   pues todo lo que ha soñado
   de mi mal presagio ha sido.
   Aumentado ha mi temor 2505
   por lo que durmiendo acierta.
   ¡ Borracho, loco, despierta !

Dale de coces

LILLO:      Barato fuera, señor.

Levántase

   Como has venido tan tarde,
   que par Dios, que me dormí. 2510
JORGE:      ¡ Buena ayuda tengo en ti !
   Vuélvete a casa, cobarde,
   y haz que venga alguna gente
   por si fuere menester.
LILLO:      ¿ Quieres subir ?
JORGE:                        ¿ Qué he de hacer ? 2515
LILLO:      Ya yo sé que eres valiente;
   mas [ya] no es nada una escala
   a estos tiempos.
JORGE:                          Vuelve aquí
   con la escala.
LILLO:                        Harélo así.

Vase

JORGE:      Las monjas que con Pascuala 2520
   están no pondrán en duda
   mis violentos pareceres,
   que huirán como mujeres
   viendo una espada desnuda.
   Mal hago; pero al fin sigo 2525
   mi inclinación; de ella espero
   mi contento; subir quiero.
   Amor, venid en mi ayuda.

Al querer subir, se aparece la SANTA arriba de rodi- llas, y a su voz se retira y estremécese, temeroso de lo que dice

SANTA:      Don Jorge, ¿ dónde vas ? ¿ qué es lo que intenta
   tu juventud liviana ? 2530
   Ten cuenta que mañana has de dar cuenta
   a Dios, severo juez, y que mañana
   te espera, cuando todos te hacen cargo,
   larga cuenta que dar de tiempo largo.

Desaparece. Sale don JORGE, solo

JORGE:      ¿ Larga cuenta que dar de tiempo largo ? 2535
   ¿ Y hasta mañana vivo ?
   ¿ Tan corto el plazo, tan probado el cargo ?
   ¿ Tan poco el gasto de tan gran recibo,
   y que me aguarde, cuando más vicioso,
   término breve, tránsito forzoso ? 2540
   Alma, ¿ sois de diamante ?, ¿ sois de piedra ?
   Si es la muerte el gusano
   de Jonás, que la vida como hiedra
   derribas, ¿ qué esperáis, intento vano,
   si mañana he de ver a lo más largo 2545
   terrible tribunal, juicio amargo ?
   Perdiendo la ocasión, perdí la vida
   en la torpeza y vicio.
   ¿ Qué espera, pues, un alma tan perdida ?
   Sin juicio viví, pues el juicio 2550
   no temí, que es por ser tan riguroso
   aun a los mismos santos espantoso.
   Todos son contra mí, todo me culpa;
   no tengo cosa buena
   que poder alegar en mi disculpa, 2555
   ni vale aquí el favor contra la pena,
   porque es en tribunal tan espantoso
   recto el Juez, y entonces riguroso.
   Pues, alma, demos vuelta; si hasta agora
   de vicios sois trasumpto, 2560
   que Dios perdona al pecador que llora;
   no perdáis punto, porque en solo un punto
   ganaréis si lloráis contrito y tierno,
   punto en que va a gozar de Dios eterno.
   Por un "pequé" perdona de improviso 2565
   Dios al salmista hebreo;
   a Dimas da un momento el Paraíso;
   por cambio, el cielo, en cambio da a Mateo.
   Alma, en tu mano está, o el premio eterno,
   o el penar para siempre en el infierno. 2570

Sale LILLO

LILLO:      Señor, ¿ subiste ya ?    ¿ Salió Pascuala ?
   Seis criados de casa prevenidos
   traigo, que es cada uno un Rodamonte.
JORGE:      ¡ Ay, Lillo !    Pues ¿ podrán esos seis hombres
   defenderme del trance riguroso 2575
   de un Dios que es Juez severo y poderoso ?
LILLO:      ¿ Cómo es esto ? ¿ Ya hablas capuchino ?
   ¿ Qué has visto ?
JORGE:                          La sentencia de ¡ ni muerte;
   mi mala vida, el libro de las cuentas
   que ha de ajustar mañana Dios conmigo. 2580
   ¡ Ay del que espere dar cuenta tan mala !
LILLO:      Que, en fin, ¿ Ya no te acuerdas de Pascuala ?
JORGE:      Mortal estoy, yo siento que me muero.
   Juana, si quien os ha cual yo ofendido
   merece que por vos perdón alcance, 2585
   imitad vuestro eterno y santo Esposo,
   que por sus enemigos a su padre
   rogó en la cruz; pedilde que no muera
   sin el dolor perfecto de mis culpas;
   no permitáis que para siempre pene, 2590
   no permitáis que mi alma se condene.
LILLO:      Salud tienes agora, mozo eres.
   ¿ Quién te metió en los cascos que te mueres ?
JORGE:      Mañana pagaré el común tributo.
LILLO:      Aún no tan malo si me cabe un luto. 2595
   Di, ¿ qué tienes, señor ?
JORGE:                                Culpas sin suma;
   la justicia de Dios es libro y pluma.
LILLO:      ¿ Tú eres don Jorge ?
JORGE:                              Soy mortal que basta.
LILLO:      ¿ Qué temes ?
JORGE:                      Del alcance el mal descargo,
   larga cuenta que dar de tiempo largo. 2600

Vanse.    Salen la SANTA y las MONJAS

EVANGELISTA:      Madre: ¿ que os vemos ya libre ?
   ¿ Que se alegra vuestra casa
   otra vez con vuestra vista ?
MONJA 1:      ¡ Que por vuestra oración santa
   murió la que os perseguía 2605
   como un ángel !
MONJA 2:                        ¿ Quién no alaba
   vuestra virtud, madre nuestra ?
SANTA:      Hijas, demos muchas gracias
   a mi soberano Esposo,
   pues goza nuestra prelada 2610
   de su presencia divina
   en su celestial alcázar,
   y dadme los brazos todas.
MONJA 3:      Corridas y avergonzadas,
   las que antes la persiguieron, 2615
   la piden perdón.

De rodillas todas

SANTA:                            Hermanas,
   alzad del suelo, abrazadme.

Sale MARI Pascuala

MARI:      Madre mía: pues alcanza
   todo lo que a Dios le pide,
   duélase agora de un alma 2620
   que en el trance de la muerte,
   invoca su ayuda santa.
   Don Jorge se está muriendo.
   Quísele bien, madre amada,
   sentiré que se condene 2625
   por mí, que he sido la causa
   de los desatinos suyos.
SANTA:      Esas lágrimas me agradan;
   lástima tengo a don Jorge.
   No permita Dios que vaya 2630
   al infierno. Hermanas mías,
   lloremos todas, que alcanzan
   las lágrimas cuanto pueden.
   Todas al coro se vayan
   a rogar a Dios por él, 2635
   mientras que yo, arrodillada,
   suplico a quien derramó
   por él su sangre en el ara
   de la cruz, que no permita
   tanto mal, desgracia tanta. 2640
MARI:      Vamos, madres, que ya voy
   con cierta fe y confianza
   que don Jorge ha de salvarse,
   aunque son sus culpas tantas.

Vanse

SANTA:      Hoy es Viernes de la Cruz 2645
   y de la Semana Santa
   el día más misterioso,
   de más dolor, de más gracia.
   La cruz tiene a Dios clavado,
   que es su tálamo, su cama, 2650
   su cátedra, su palenque,
   su esposa, su enamorada.
   En otra cruz quiero yo
   ponerme, que, si le agrada
   tanto la cruz á mi Esposo, 2655
   ¿ quién duda que por su causa
   me dará cuanto le pida ?

Crucifícase

   ¡ Ay mi Dios, y quién pasara
   en este madero santo
   los tormentos, penas y ansias 2660
   que pasastes Vos por mí !
   ¿ Yo el pecado, Vos la gracia;
   yo en regalos, Vos en cruz;
   Vos con tormentos, yo sana ?
   ¡ Ay Jesús del alma mía ! 2665
   Vuestros dolores traspasan
   mi abrasado corazón,
   mis encendidas entrañas.
   ¡ Ay Seráfico Francisco,
   quién con las insignias santas 2670
   os viera que el Serafín
   os dió por joyas preciadas !
   Vos que imitación de Cristo
   sois vos en quien se retrata,
   vos en quien su pasión pinta, 2675
   vos en quien puso sus llagas,
   venidme a ver y lloremos
   los dos el ver cuál maltratan
   los lobos nuestro Cordero.

Aparécese San FRANCISCO en cruz con el serafín, como se pinta

S. FRANCISCO:      Contigo estoy, hija cara. 2680
SANTA:      ¡ Oh, Alférez de Dios humano,
   dosel donde están sus armas,
   imitación de su vida,
   depósito de sus llagas !
   Desde aquí las reverencio; 2685
   Mayordomo de su casa,
   vos sois sus pies y sus manos,
   su magnate, su privanza.
   Bien os están los rubíes;
   buen provecho, santo, os hagan. 2690
   ¡ Qué envidia tengo de veros,
   si envidia puede haber santa !

Aparécese CRISTO crucificado

CRISTO:      Hija: porque no la tengas
   y porque no es razón haya
   cosa que no comunique 2695
   con su prenda quien bien ama,
   ven para que imprima en ti
   las señales soberanas
   de mi pasión y dolores.
SANTA:      Yo, Majestad sacrosanta, 2700
   no merezco tal merced,
   ni los que os ven cara a cara
   en vuestra divina corte
   son dignos de merced tanta,
   cuanto más un vil gusano 2705
   como yo, aún menos que nada.
CRISTO:      Esposa: yo gusto de esto.
SANTA:      Si Vos gustáis, vuestra esclava
   soy, amantísimo Esposo;
   vuestra voluntad se haga. 2710

Va subiendo la SANTA y CRISTO bajando hasta el medio del tablado, y allí se juntan y abrazan en cruz los dos

SANTA:      ¡ Ay qué dolor, Jesús mío !
   ¡ Que me muero ! Basta, basta,
   que las llagas que me dais,
   el corazón me traspasan !

Apártanse y queda la SANTA en cruz en el aire con las llagas

CRISTO:      Hasta mi Ascensión gloriosa 2715
   has de estar así.
SANTA:                          ¡ Hay tal paga
   de amor y de voluntad !
   No oso mirarme adornada
   con joyas de tanta estima.
S. FRANCISCO:      Hija: ya mi dicha igualas. 2720
SANTA:      No hay con vos igual ninguno,
   Seráfico Patriarca.
   Pero, Esposo de mi vida,
   no es día hoy de negar nada;
   don Jorge se está acabando, 2725
   no permitáis que su alma
   se condene.
CRISTO:                    Ya murió,
   y por amor de ti, Juana,
   padece en el purgatorio.
SANTA:      Yo os doy infinitas gracias, 2730
   Señor, por tantas mercedes.
CRISTO:      Abrázame, prenda amada.
SANTA:      ¿ Dejáisme ?
CRISTO:                      Contigo quedo.
SANTA:      Sí, que siempre mi alma os aguarda.

Vuelve CRISTO a bajar, abraza a la SANTA, desaparécense y queda la SANTA en el aire sola

   ¡ Qué rica estoy de rubíes ! 2735
   Si el avaro el oro guarda,
   joyas, guardaros pretendo,
   porque nadie os vea en casa.
   Las cinco quinas me ha dado,
   sin ser yo reina, por armas 2740
   mi Esposo; mas como es Rey,
   razón es que yo las traiga.
   Voyme a contemplar en Vos,
   mi manirroto Monarca,
   que si a mí me ven mis monjas, 2745
   querrán decir que soy santa.

Encúbrese, salen algunas MONJAS y sor EVANGELISTA

EVANGELISTA:      El Emperador está
   otra vez, madres, en casa,
   que con venir de camino
   quiere ver la madre Juana, 2750
   y luego a Madrid partirse.
MONJA 1:      Vamos, pues, madre, a avisalla
   y abrid las puertas, que al César
   no ha de haber puerta cerrada.

Vanse.    Salen el Emperador CARLOS, ACOMPAÑAMIENTO y los LABRADORES

CARLOS:      A no atajarle la muerte, 2755
   vuestras injurias vengara.
MINGO:      Pues es muerto, gran señor,
   no queremos más venganza
   ni en premio de la lealtad
   que siempre este pueblo guarda, 2760
   sino ser vuestros.
CARLOS:                          Yo aceto
   tan fiel y justa demanda.
   No tendréis otro señor.
CRESPO:      Vivas más años que sarna
   y que ha que en Castilla viven 2765
   las coplas del perro de Alba.

Salen las MONJAS

MONJA 1:      Dadnos, señor, esos pies.
CARLOS:      Alzad; religiosas santas.
   del suelo, alzad de la tierra.
   ¿ Dónde está la Madre Juana ? 2770

Descúbrese como estaba antes

MONJA 2:      Hala concedido Dios
   la maravilla más alta
   que, despues de San Francisco,
   gozó criatura humana.
   En manos, pies y costado 2775
   impresas tiene las llagas
   de su soberano Esposo,
   en quien está transformada.
   Véisla, gran señor, aquí.
CARLOS:      ¡ Oh, gloria de nuestra España ! 2780
   ¡ Oh, pies y manos dichosos !
   Mil veces quiero besarlas.
   ¡ Que haya mujer en el mundo
   en Toledo y en su Sagra
   que tanto de Dios alcance ! 2785
   De ternura se me abrasa
   el corazón, madres mías;
   estimad tan grande santa,
   guardad tan preciosa joya.
UNOS:      ¡ Gran milagro !
TODOS:                        ¡ Cosa extraña ! 2790
CARLOS:      Vamos, que no somos dignos
   de vista tan soberana.
   ¡ Oh, portentosa mujer,
   no cesen tus alabanzas !
UNO:      Si esta segunda comedia, 2795
   Senado ilustre, os agrada,
   con la tercera os prometo
   fin de maravillas tantas.


FIN DE LA COMEDIA