Tirso de Molina
El laberinto de Creta
AUTO SACRAMENTAL HISTORIAL ALEGÓRICO




Personas que hablen en él:
  • El REY de Etiopía
  • ARIADNA
  • Un TUDESCO
  • El MINOTAURO
  • TESEO
  • MINOS
  • DEDALO
  • RISEL, gracioso
  • FILENO
  • FLORISO

Sale MINOS por la plaza sobre un carro triunfal detrás de su ejército, y en el tablado gente de recibimiento del modo que se advierte en el papel aparte, y ARIADNA y DEDALO para recibir a MINOS

ARIADNA:        Mil veces triunfes en Creta.
   ¡ oh, padre augusto ! ¡ Oh, monarca !
   ¡ Asombro de cuanto abarca
   la luz del mayor planeta !
   Mil veces huelles sujeta 5
   la redondez que ya tienes
   a tus plantas, pues que vienes
   de aquistar cuanto dilata,
   y otras mil. Dafnes ingrata
   diadema ciña a tus sienes. 10
   Honren mis labios tus pies.
MINOS:        o, Ariadna; no, hija mía,
   que eres alba de mi día
   y celestial tu interés.
   No es bien que los labios des 15
   a los pies de quien te adora,
   si no es que con ellos Flora,
   cuando me aprestas laureles,
   me aprisione en tus claveles,
   grillos ellos, tú su aurora. 20
   Creta, que en el mar del Ponto
   ceñida de su profundo,
   es lo mismo que este mundo
   para el torpe vicio pronto.
   Las veces que me remonto 25
   a ejercitar mis crueldades
   en tantas diversidades
   y naciones de su esfera,
   por ser tu patria me espera
   con todas sus cien ciudades. 30
   Cien metrópolis, presuma
   eternizar de edificios
   inmortales, pues los vicios
   que la habitan son sin suma.
   Cuanto la escama y la pluma, 35
   el aire y el agua inquieta,
   cuanto el monte se prometa
   delicioso, cuanto el valle,
   todo he dispuesto que se halle
   mejorado en nuestra Creta. 40
   Aquí nos colma Minerva
   el espléndido licor,
   que el fuego consumidor
   para eterna luz conserva.
   Aquí la caza en la hierba, 45
   la sierra sus salvajinas,
   y en sus entrañas las minas
   de los monarcas metales
   hechizo de los mortales
   y de la virtud ruinas. 50
   Aquí, aunque en término angosto,
   cuelgan joyeles racimos
   de los sarmientos opimos,
   oro potable en su mosto.
   Aquí pródigo el agosto 55
   golfos de mieses que cría
   ondea el viento cada día,
   conque airoso el Amor saco,
   porque sin Ceres ni Baco
   dicen que Venus se enfría. 60
   Este es mi reino, éste Creta,
   patria de aquellos jayanes,
   ya Curetes ya Titanes,
   que mi dominio sujeta.
   Los que al son de la trompeta 65
   de mi voz inobediente
   apenas en el oriente
   de sus instantes primeros
   desnudaron los aceros
   contra el mismo Omnipotente. 70
   Estos y yo hemos vencido
   cuanto esos golfos abrazan;
   en mis deleites se enlazan
   cuantos son, serán y han sido.
   Mis estampas he esculpido 75
   en los cuellos megarenses,
   porque triunfen los cretenses
   mientras el alfanje afila
   ingrata a su padre Scila
   y tiemblan los atenienses. 80
   Reinaba en Megara Niso,
   y en un cabello fatal
   fundaba el trono inmortal
   que perdió su poco aviso.
   En solo un cabello quiso 85
   que su reino eternizase
   el hado, y que éste imitase
   de la púrpura al color,
   el cual, cortado, al rigor
   caduco se sujetase. 90
   Significábase en ello
   la vigilancia en la fe,
   tan delicada que esté
   en lo sutil de un cabello
   purpúreo, encendido y bello, 95
   porque la fe, toda llama,
   sangre en las aras derrama,
   y por su conservación
   mil héroes dieron blasón
   al martirio y a la fama. 100
   Scila fue la incontinencia
   de Niso, hija y subcesora,
   y ésta, al verme, se enamora
   de mi hipócrita apariencia,
   siendo sirena el delito 105
   que en lo torpe solicito,
   y cuando velar le importa,
   ella el cabello le corta
   y yo la vida le quito.
   Conquistéle el reino luego 110
   y, como el que engaños vende
   al paso que sirve ofende,
   al mar su perfidia entrego.
   Esta es el escollo ciego
   ...................    -ombra] 115
   que tanto su golfo asombra,
   que en la estrechez siciliana
   es de Caribdis hermana
   y Scila hasta aquí se nombra.
   Cerqué a Atenas, cuyo estrago, 120
   a pesar de sus escuelas,
   dominaron mis cautelas,
   temblándome su Areopago
   deleites que alisto y pago.
   Vencen la filosofía, 125
   cuando en sus fuerzas se fía.
   Demóstenes y Solones
   besan, con los Salomones,
   los pies a mi idolatría.
   Conquistéla, y en tributo 130
   impongo a su rey Egeo,
   cuando en su trono me veo,
   parias que entristezca el luto.
   Cada año en trágico fruto
   han de enviarme sorteados 135
   siete mozos destinados
   para pasto miserable
   del monstruo que, formidable,
   vive en sitios intrincados.
   El Minotauro, prodigio 140
   de Pasife y aquel toro
   que adulteró mi decoro,
   Cerbero del lago Estigio.
   Verá apenas el vestigio
   de el que el laberinto ignore 145
   cuando, hambriento, le devore;
   pues su furor me promete
   siete vicios para siete
   mancebos que Atenas llore.
   Dédalo fue su inventor, 150
   que es Dédalo el artificio
   en que se ofusca el juicio
   del lascivo pecador.
   No me ofende a mí el error
   de Pasife escandaloso, 155
   antes me tiene gustoso,
   pues más conmigo merece
   aquél que más se entorpece
   y llega a ser más vicioso.
   Esta es, vasallos, la historia 160
   de mi felice jornada.
   Grecia queda conquistada;
   Minos triunfa de su gloria.
   Minos, a quien la memoria
   dedique altares divinos, 165
   cuyos lauros peregrinos
   en los templos y en las plazas,
   si Minos dice amenazas,
   celebren eterno a Minos.

Sale un TUDESCO

TUDESCO:        Ya que a todos desafías 170
   y monarca te blasonas,
   Minos, de las tres coronas
   que usurpan tus tiranías,
   yo, que en las regiones frías
   del Boreas postré los cuellos 175
   de sus héroes y sobre ellos
   de la aurora y sol trasunto
   su nieve y sus rayos junto
   en mi cara y mis cabellos;
   mientras al orbe restauro 180
   la libertad que le oprimes,
   por más que ese bosque estimes
   cárcel de tu Minotauro,
   antes que merezca el lauro
   que a luchar con él me obliga, 185
   porque mejor le consiga
   y ponga fin a tu exceso
   .................... -eso]
   algún cretense me diga.
DEDALO:        Tudesca es la presunción 190
   de tu traje y tus blasones,
   república entre cantones
   dividida tu nación.
   Mas, porque presto el Grisón,
   por ser su soberbia mucha, 195
   hará en sacrílega lucha
   a la fe guerra infelice,
   yo, que este laberinto hice,
   te le he de explicar. Escucha:
   Aquel jirón del mundo 200
   que intitulado Grecia
   de fábulas y engaños
   dio asunto a los poetas;
   aquél que, dividido
   en infinitas sectas, 205
   monarca se blasona
   de la milicia y letras,
   cuya filosofía
   de errores tantos llena
   a idólatras patriarcas 210
   confusas dio materias,
   Metrópoli obedece
   a la facunda Atenas,
   alcázar de las musas,
   asilo de las ciencias, 215
   si bien en opiniones
   contrarias y diversas,
   filósofos alista,
   discípula y maestra.
   Allí Sócrates puso 220
   antiguas sus escuelas
   que con moralidades
   humanos vicios templan;
   allí Platón dio fama
   y nombre a su Academia, 225
   como el estagirita
   de la Naturaleza
   misterios averigua
   y el cínico desprecia
   al Macedón monarca 230
   desde su cuba estrecha.
   Allí, en fin, griego Apolo,
   hornero al mundo, deja
   la fama que eterniza
   sus versos y Uliseas, 235
   y el orador süave,
   Demóstenes, deleita
   dueño de las pasiones
   humanas su elocuencia.
   En ésta, que es mi patria, 240
   ilustre yo por ella,
   mi padre fue el engaño,
   mi madre la cautela,
   mi nombre el artificio
   que en falsas apariencias, 245
   para ofuscar virtudes
   blasones sutilezas,
   Dédalo me intitulan,
   sirviendo de corteza
   a mis cavilaciones, 250
   para que más me teman,
   este apellido humilde,
   si acaso no es que quieran,
   porque invente dedales,
   que yo Dédalo sea. 255
   De todo lo ingenioso
   gané palma y diadema
   a cuantos hasta hoy día
   sutiles se veneran.
   Yo el inventor he sido 260
   del barreno, la sierra,
   el cepillo, el taladro,
   la plomada y la regla;
   y hallé la glutinosa
   y siempre útil materia 265
   que junta los divisos
   mármoles y maderas;
   pues si el licor faltara
   que sus cisuras pega,
   ni hubiera estatuarios 270
   ni fábricas excelsas.
   Yo solo, en vez de plumas,
   al leño que navega
   le di en alas de lino
   el uso de las velas. 275
   Yo, en fin, en simulacros,
   para que envidia tengan
   los Fidias y Lisipos,
   a imágenes de piedra
   doy casi ser y vida, 280
   pues hago que se mueran,
   cual si hospedaran almas
   sus ojos y cabezas.
   De suerte la ignorancia
   por todo esto me precia, 285
   que altares me dedica
   y divo me celebra;
   mas como las liciones
   socráticas, que enseñan
   a moderar costumbres 290
   y la verdad veneran,
   conocen mis engaños,
   y que la corruptela
   de mis cavilaciones
   tantos simples despeña, 295
   juntando virtüosos
   a muerte me sentencian
   si dentro de seis días
   no desocupo a Grecia.
   Salí, en fin, desterrado, 300
   y a Minos, rey de Creta,
   asilo de viciosos,
   se acogen mis tristezas.
   Hallé en su patrocinio
   privanzas y riquezas, 305
   pues siendo él todo engaños,
   yo todo estratagemas,
   siempre la semejanza
   de inclinaciones fieras
   haciéndose acogida, 310
   se abrazan y se hospedan.
   Era Pasife entonces
   esposa y compañera
   de Minos, rey tartáreo,
   y ella de vicios reina. 315
   Pasife, que es lo mismo
   que vil incontinencia,
   lascivia desbocada,
   frenética torpeza,
   de un toro, que de Europa 320
   ser robador pudiera,
   o en el abril florido
   constelación etérea,
   cuya armazón diamante
   vio el soto en su palestra 325
   postrar rivales brutos
   llevándose la presa
   de la consorte vaca.
   Amor sin competencia,
   aun en los incapaces 330
   se apaga entre tibiezas,
   confusos remolinos,
   cuello, frente y cabeza
   le arrugan, afectando
   robusticidad bella. 335
   La piel de dos colores
   a manchas blanca y negra,
   en los efectos tigre
   mejor que en la apariencia.
   De este, pues, bruto torpe, 340
   Pasife, amante ciega,
   de tal modo se abrasa,
   con tal rigor se quema,
   que, monstruo de apetitos,
   más desatinos ceba, 345
   mirándole lasciva,
   que el toro pace hierbas.
   La corte por los campos,
   intempestiva, deja,
   gozosa con su vista, 350
   llorosa con su ausencia;
   celos irracionales
   el alma la atormentan
   deseando transformarse
   en la rival juvenca, 355
   tejiéndole guirnaldas
   de rosa y madreselva,
   a sus vaqueros manda
   que le coronen de ellas.
   Sonoras campanillas 360
   hace que le suspendan
   al pecho, y que le adornen
   collares de oro y perlas.
   Así se precipita
   la humana incontinencia, 365
   ya semejante al hombre,
   al bruto y a la bestia.
   Desesperaba modos
   la adúltera resuelta,
   piélago de imposibles, 370
   infierno de impaciencias,
   hasta que dos volcanes
   la hacen caer enferma,
   dentro del alma el uno,
   pulsando el otro venas. 375
   Contóme sus congojas,
   compadecíme de ellas.
   Labré una hermosa vaca,
   que fue la copia mesma
   de la que el toro busca, 380
   con una capaz puerta
   del modo que el caballo
   que a Troya dio tragedias.
   Degüello, en fin, la viva,
   cubriendo la madera 385
   de estotra inanimada,
   la piel aún no bien seca,
   con propiedad en todo
   tan símil a la muerta,
   que el poderoso instinto 390
   de la naturaleza
   venció en el toro el arte,
   pues brama sólo en verla,
   maromas despedaza
   y encierros atropella. 395
   Entró entonces Pasife,
   y de la junta horrenda
   de tan bestial consorcio,
   el torpe amor engendra
   al Minotauro infame 400
   en cuyo cuerpo median
   lo irracional y humano,
   casi hombre y casi fiera.
   Nació el bastardo monstruo,
   nació en él la blasfemia 405
   de tantos heresiarcas
   contra la fe y la iglesia,
   hijo, como este bruto,
   del vicio que sin rienda
   por ensanchar lascivias 410
   los rayos del sol niegan.
   Temblaron los mortales,
   porque la voraz bestia
   destruye poblaciones,
   abrasa cuanto encuentra. 415
   Mandóme entonces Minos
   que, de mis agudezas,
   se valga el artificio
   para que al monstruo prenda,
   y yo, por que segura 420
   de él viva nuestra Creta,
   un laberinto formo
   con infinitas sendas
   de calles enlazadas,
   de marañosas selvas, 425
   de verdes descaminos
   que en medio el bruto de ellas,
   por más que a la salida
   le buscan leves vueltas,
   al paso que más andan 430
   más míseros se enredan.
   Aquí los condenados,
   sirviéndole de presa,
   primero su muerte hallan
   que la imposible puerta; 435
   aquí cada año llora
   la tributaria Atenas
   siete mancebos suyos
   que al hambre brutal pechan,
   señal de que si el sabio 440
   al vil deleite entrega
   la libertad del alma,
   inútiles sus ciencias,
   padece confusiones
   de míseras tinieblas 445
   a manos de aquel monstruo
   que el Caos eterno encierra.
   Cualquier desesperado
   que, por mostrar sus fuerzas,
   con este error del mundo 450
   inadvertido se entra
   por nuestro Laberinto,
   en fe de su soberbia,
   sirviéndole de pasto
   a muerte se condena; 455
   y ya que tan dichoso
   en esto alguno sea
   que célebre, le rinda
   y tanto se prometa,
   puesto que en los mortales 460
   es bárbara quimera
   pensar que se halle hazaña
   que postre su fiereza,
   como en lo marañoso
   de tanto árbol y selva 465
   se le imposibilita
   la libertad y puerta,
   errante por sus lazos,
   forzoso es que perezca
   en el estéril sitio, 470
   o de hambre o de impaciencia.
   Esta es toda la historia,
   tudesco, que deseas
   saber, si tu arrogancia
   valiente persevera. 475
   Este es el laberinto,
   su entrada mortal ésa.
   Su centro habita el monstruo.
   Con él venturas prueba,
   mas mira lo que haces, 480
   que si una vez te enredas,
   muriendo no hay librarte,
   por más que te arrepientas.
TUDESCO:        Por más que hiperbolices,
   por más que me encarezcas 485
   peligros fabulosos
   que te ha enseñado Grecia,
   no puedes ser bastante
   a que prodigios tema
   quien viene de Alemania 490
   a hacer su fama eterna.
   Mis brazos en la lucha
   harán un mármol piezas,
   y por tus embarazos
   mi espada abrirá sendas. 495
   Ya, por entrar Alcides
   por la tartárea cueva,
   bostezo todo llamas
   de la prisión etérea,
   también halló salida, 500
   a su pesar, por ellas.
   Alcides soy segundo,
   mas, ¿ quién mi faena altera ?

Tocan un clarín. Sale el REY de Etiopía sobre un camello, como el papel lo pinta

REY:        Apóstata, sacrílego del cielo,
   peregrina impresión que tanto subes, 505
   exhalación fantástica, en el suelo
   te precipitas más desde las nubes
   Faetón, hechura del señor de Delo,
   que, amotinando angélicos querubes,
   por presumir aleves desatinos 510
   del averno dragón, te llaman Minos.
   Yo, el rey de la Etiopía, que aparente
   sólo construyo en montes de la luna,
   de donde el Nilo nace en la eminente
   pirámide que al sol sirve coluna, 515
   y de sus plumas coronó mi frente
   el pájaro prodigio cuya cuna
   sepulcro, atrio, sala y parasismo
   es Oriente y Ocaso de sí mismo.
   Yo, que al bruto jayán, cuyas espaldas 520
   sirven de pedestal a los castillos,
   que bélicos abaten las guirnaldas
   de los muros, si llego a combatillos,
   y entre rubíes, diamantes y esmeraldas
   atesoro el marfil de sus colmillos 525
   y esquivo de sus últimos encierros
   a montones la plata, el oro a cerros.
   Yo, en fin, de quien el sol está envidioso
   y cada vez que de su carro augusto
   rayos fulmina su rigor fogoso, 530
   al ébano vital siempre robusto
   trocara, si pudiera, el luminoso
   y dorado esplendor por el adusto
   color que baja mi abrasada esfera,
   porque etíope al sol el mundo hubiera. 535
   Yo la conquista de tu Creta elijo,
   de tu infiel laberinto yo el destrozo;
   su infernal Minotauro entre el prolijo,
   caos morirá en confuso calabozo.
   De Salomón y de Sabá soy hijo; 540
   Jerusalén, en el festivo gozo,
   conque asombró a mi madre aquel rey sabio,
   tálamo fue de su amoroso agravio.
   A Etiopía ilustró su descendencia,
   la ley de su Moisén hemos guardado 545
   hasta que, humana ya la omnipotencia
   del verbo Dios, pasible aunque increado,
   llegó a nuestra noticia su clemencia
   cuando Felipe, apóstol consagrado,
   porque mi reino a todos se anticipe, 550
   bautizó en Palestina a otro Felipe.
   Candaces, reina, es la primer cristiana
   que merecieron ver los abisinos;
   hijo soy suyo y, pues que Dios se humana,
   postrara en su fe tus desatinos. 555
   Ya, apóstata precito, la tirana
   confusión pereció; ya, infernal Minos,
   no han de oprimir los hombres tus venenos;
   Minos te llamas, ya has venido a menos.
MINOS:        Oh, prosapia de Cam, de Dios maldita, 560
   aborto de la noche, todo sombra,
   del cafre descendiente y trogoldita
   indigno que a mis pies sirvas de alfombra,
   entra en el laberinto, solicita
   la muerte al monstruo, si es que no te asombra 565
   su formidable forma.    Entra en las redes,
   por que en sus lazos castigado quedes.
REY:        Espera, basilisco del infierno,
   que no te han de valer tus artificios.
   Teseo viene y es monarca eterno 570
   que te arroje a inmortales precipicios.
MINOS:        Deleite del amor lascivo y tierno,
   engolfadle en la selva de mis vicios.
REY:        ¿ A él blasfemias ? ¡ Oh, dragón cobarde !
MINOS:        Vendrá Teseo a redimirte tarde. 575

Vanse todos y sale RISEL, rústico y gracioso

RISEL:        Ellos deben de cuidar
   que es barro esto de morir.
   ¡ Qué hobiese yo de salir,
   entre tantos, a pagar
   al tarascón el tributo, 580
   que esta tierra le promete !
   ¡ Que fuese yo de los siete !
   ¡ Ay, mi rucio ! Poneos luto
   de hoy más por vueso Risel,
   que ya no vos llevará 585
   arre acá ni arre acullá
   al monte ni al alcacel.

Sale FILENO

FILENO:        Animo, pues que la suerte
   te cupo y lo quiere Dios.
RISEL:        ¿ Tendredes ánimo vos 590
   para el sorbo de la muerte ?
   ¡ Pardiez que es linda frema
   con que animáis mi desmayo !
   Diz que un hombre con su sayo,
   con su cáscara y su yema 595
   se mama el diablo novillo,
   y tal vez al que le toca
   se le cuela por la boca
   todo entero hasta el portillo.
FILENO:        El Minotauro es voraz. 600
RISEL:        ¿ El vino-en-tarros ha nombre ?
   Y decid, si llega el hombre
   y le habla homilde y de paz,
   con reverencia y mesura,
   ¿ será tan desacatado 605
   que le coma ?
FILENO:                              Hanle cebado
   con toda humana criatura;
   lo que de hombre participas
   será su manjar y empleo.
RISEL:        Yo os voto al sol, si me veo 610
   una vez dentro sus tripas
   y el estuémago le escarbo,
   que en llegándome a sorber
   más le tengo de valer
   que seis libras de ruibarbo. 615
   Dejadme entrar allá dentro.
FILENO:        Pues ¿ has de vivir comido ?
RISEL:        ¿ Por qué no ? ¿ Vos no heis leído
   que saliéndole al encuentro
   a un hombre sin más ni más 620
   cuando hueron a arrojarle
   se le tragó sin liscarle
   la ballena de Juan Bras ?
FILENO:        Esa fue una maravilla
   que usó Dios con su profeta. 625
RISEL:        Dejad vos que allá me meta
   y veredes la rencilla
   que el vientre conmigo tien;
   Fileno, yo os juro a un canto,
   que no han de armar preito tanto 630
   dos suegras y un escribén.
   Pero habrando ahora en juicio,
   decid, ¿ no huera mijor
   que el reye, nueso señor,
   llevara a ese sacrificio, 635
   sin dar a su corte quejas,
   las viejas que en ella están ?
   ¿ Para qué diabros serán
   buenas, Fileno, las viejas ?
   Lleve a un sastre mal ladrón 640
   que en la cruz de su tijera
   colgado aplique en la fiera
   las tripas para el pendón;
   a un tabernero que imite
   al signo Acuario mojado, 645
   porque tragándole aguado
   la tarasca le vomite;
   a un mesonero barriga
   que venda el gato por liebre
   y las sisas del pesebre 650
   mos pague vuelto en boñiga;
   pero ¿ a un pobre labrador,
   habiendo tantas mujeres ?
FILENO:        Risel, por tu patria mueres.
RISEL:        Moríos vos, consolador. 655
FILENO:        El Laberinto de Creta
   nos fuerza a tanta injusticia
   como ves.
RISEL:                           El avaricia
   decrépita no se meta
   en hornos que el vino-en-tarros 660
   sin más ni más nos meriende.
FILENO:        Ya el mar, que el zafir extiende
   por campos de sol bizarros,
   nos ha ofrecido a la vista
   de Creta la injusta playa. 665
RISEL:        El Dimuño que allá vaya.
FILENO:        Si Teseo la conquista
   y a Minos llega a vencer,
   ¿ de qué es tu necio temor ?
RISEL:        De vino-en-tarros, señor, 670
   que a ser vino de beber
   no temiera los desgarros
   de su selva y laberinto;
   más leche, y no branco y tinto,
   es lo que se bebe en tarros; 675
   vino-en-tarros y avaricia
   decrépita es quien me aprieta.
FILENO:        Del Laberinto de Creta
   destrozará la malicia.

Dentro

VOCES:        ¡ Tierra ! ¡ Tierra !
TESEO:                                          Echa el batel. 680
RISEL:        Tierra dicen, hoy me entierran
   si en vino-en-tarros me encierran.
FILENO:        Animo, y adiós, Risel.
RISEL:        Luego ¿ a Atenas os tornáis ?
FILENO:        Aguárdanme sus vecinos. 685
RISEL:        ¿ Y en poder de tarros vinos
   sin más cuita me dejáis,
   sin más arte ni más parte ?
FILENO:        Dispónelo el hado ansí.
   ¿ Qué quieres que haga por ti ? 690
RISEL:        El que le deis de mi parte
   al mi rucio aqueste abrazo,
   al mi caro compañero.
FILENO:        ¿ A un jumento ? ¡ Anda, grosero !
RISEL:        Diréisle que llegó el prazo 695
   del su Risel, ¡ ah, mezquino !

Llorando

   pero si una vez me escurro...
FILENO:        ¿ Estás loco ?
RISEL:                                 Estoy sin burro,
   que es peor.
FILENO:                              ¡ Qué desatino !
RISEL:        Como no le heis conocido 700
   no lloráis cual yo le lloro,
   que era como un pino de oro;
   jumento más entendido
   no le tuvo Grecia.
FILENO:                                          Acaba.
RISEL:        ¿ Cuidas que miento ? Decían 705
   que las burras le entendían
   cuantas veces rebuznaba,
   pues la vez que caminaba
   tan cuerdo hué de día en día,
   que siempre en todo caía 710
   o al de menos trompicaba.
   Pues ¿ sofrido ? No hube her,
   por más palos que le diese,
   que se enojase o corriese,
   que él nunca supo correr; 715
   pues si acaso algún rocín
   le guizgaba de repente,
   le asentaba entre la frente
   las virillas del chapín.
   Estas gracias y más tien, 720
   que es mi rucio sin segundo.
   Decid que vo allotro mundo
   y que haga por mi alma bien;
   que para que me conorte,
   cuando al infierno me parta, 725
   le enviaré de allá una carta
   con un celemin de porte;
   que en mi lugar quedáis vos,
   y que os lleve por los barros,
   y que, en fin, del vino-en-tarros 730
   le libre el cielo, y adiós.

Dentro

TESEO:        ¡ Alto ! A tierra, mis soldados.
FILENO:        No temas, que este es Teseo,
   y ya triunfante le veo
   de los bosques intrincados. 735
RISEL:        Al mi rucio--¡ hao !--lo primero
   y que de él me acordaré
   cuando en la caldera esté
   del señor Pero Botero.

Vanse.    Sale ARIADNA sola

ARIADNA:        Isla, que en tanto destierro 740
   prendes a tus naturales
   y con grillos de cristales
   sabes suplir los de hierro;
   de deleites infinitos
   abundas que nos enlacen, 745
   mas--¡ ay !--que no satisfacen
   del todo los apetitos;
   experiencia de ellos hago
   y advierto en su desazón
   lo amargo en la posesión 750
   y en el hambre el empalago.
   ¿ Qué importa que diferentes
   conviden a la ignorancia
   si les falta la sustancia
   y todos son aparentes ? 755
   Minos, tirano, me nombra
   hija suya, y soy su esclava.
   Dichosa yo cuando andaba
   gozando de en sombra en sombra
   los amorosos sesteos 760
   de las fuentes y los prados,
   sin pensiones de cuidados,
   sin asaltos de deseos,
   que la presunción humana
   remite a la vanidad. 765
   Mi nombre era voluntad,
   sin ella soy Ariadna.
   En esta prisión prolija
   quiere el tirano que sea,
   porque crüel me posea, 770
   al tiempo que esclava su hija.
   Apoderóse de mí,
   y soy en mi adversidad
   voluntad sin voluntad,
   pues vivo sin ella aquí. 775

Sale FLORISO

FLORISO:        Si, inquietando soledades
   aumentas, señora mía,
   tus tristezas de día en día
   y ansias a penas añades,
   ¿ qué esperas mientras que llora 780
   prisiones tu adversidad
   sino que en tu tierna edad
   juntes tu ocaso a tu aurora ?
   Pues lo crees y al sol deseas,
   que humanando resplandores 785
   facilite tus amores
   y a la sombra su luz veas,
   durmiendo a la protección
   de ese olmo alivian congojas,
   huecos que adulan las hojas 790
   de sus llamas pabellón.
   Yo le aceché que salía
   de la embarcación cansado
   Narciso, que enamorado
   se miró a esa fuente fría 795
   donde los rubios cabellos
   sus cristales perfilaban
   y aquí sólo le dejaban
   sus siervos, porque sin ellos
   templase a la sed la calma, 800
   y cuando al agua llegó
   los labios, luego la halló
   en dos búcaros con alma;
   al besarlos se reía
   la fuente que los copiaba, 805
   y como el rostro bañaba,
   juzgué que el sol se ponía,
   porque empezó a oscurecerse
   la comarcana región,
   que no hay mucha distinción 810
   entre el dormirse y ponerse.

Descúbrese TESEO durmiendo, como dicen los versos

   Juzga, si en sueños abrasa
   y a cierra ojos da la muerte,
   qué ha de hacer cuando despierte,
   que yo doy la vuelta a casa. 815

Vase FLORISO

ARIADNA:        ¡ Qué poco lo encareciste
   en comparación tan baja !
   Concédale la ventaja
   el que de oro cumbres viste.
   ¡ Ay, cielos !    En él asiste 820
   no sé qué oculta deidad
   con toda la actividad
   que obstenta naturaleza.
   Océano es de belleza
   que se atreve a inmensidad. 825
   Más es que amor el que admito
   y el que adorarle me induce,
   que éste limpiezas produce
   y el otro engendra apetito.
   Abrásome sin delito 830
   y al paso que más le veo
   más honesta me recreo.
   ¿ Qué será, si no es amor,
   un ardor que sin ardor
   es deseo sin deseo ? 835
   Atomos de aljófar suda
   y en rayos que al viento extiende
   sol de sí mismo se enciende.
   ¡ Ay Dios !    Si abrasarse duda,
   compasión, démosle ayuda, 840
   no nos usurpen las flores
   en tan pródigos favores
   dichas que dan al verterlas.
   ..................... -erlas]
   ..................... -ores]. 845

Llega a enjugarle con un lienzo el sudor, y TESEO despierta

TESEO:        ¡ Oh selvas que de engañar
   ponéis escuela al fingir,
   que avaras sois al cumplir,
   qué pródigas al pintar !

Ve a ARIADNA, levántase y cógela las manos

   ¡ Ay, cielos ! si esto es soñar, 850
   nunca el Amor me despierte.
ARIADNA:        No me toques, si perderte
   no intentas, joven hermoso,
   que cuanto más presuroso
   más te acercas a la muerte. 855
   Cuanto ves en mí es engaño,
   hechizos cuanto en mí admiras,
   un monstruo soy de mentiras,
   áspid que en flor cubre el daño.
   Huye, peregrino extraño, 860
   Circe que entre esta aspereza
   vendiendo falsa belleza
   son las frutas de Segor,
   dentro ceniza y horror
   y hermosas en la corteza. 865
TESEO:        Dices, Ariadna, verdad.
   Si yo no te conociera,
   si limpio mi amor no fuera,
   huyera de tu beldad.
   ¡ Ay, humana voluntad ! 870
   ¿ Qué bárbaro desvarío
   del conocimiento mío
   te aparta ? Hízote señora
   la Omnipotencia criadora
   de ti mesma y tu albedrío. 875
   Rindióte la torpe llama
   al basilisco de Creta,
   que esclava vil te sujeta
   cuando hija suya te llama.
   La ponzoña que derrrama 880
   su tiranía infernal
   te tiene, mi Ariadna, tal,
   y tal mis ojos te ven,
   que te hallas mal con el bien
   y juzgas por bien el mal. 885
   Desde el trono regio y sumo
   de mi padre descendí,
   Ariadna ingrata, por ti,
   y en tus brazos me consumo;
   dejas la luz por el humo, 890
   por la infructífera arena
   la estación de el cielo amena,
   delicias de él cornucopia,
   y siendo voluntad propia,
   voluntad te hiciste ajena. 895
ARIADNA:        ¡ Ay, gozo del pesar mío !
   Redímame tu eficacia.
TESEO:        Omnipotente es mi gracia;
   dame tu libre albedrío,
   que de uno y otro confío 900
   efecto tan singular
   que al monstruo puede postrar;
   pero, aunque hombre y Dios nací,
   quien te redimió sin ti,
   sin ti no te ha de salvar. 905
ARIADNA:        Eso la fe lo celebra;
   tenme por tuya desde hoy,
   mi libre albedrío te doy,
   hilo es que el pecado quiebra.

Dale un ovillo de cordones de seda en- carnada

   Pero en tus manos la hebra 910
   de aqueste ovillo indistinto
   en tu amante sangre tinto,
   aunque al Minotauro encuentres,
   nos sabrá librar cuando entres
   de su mortal laberinto. 915
   Cada uno por mitad corte
   esta araña en los dos,
   tú la gracia, que eres Dios,
   yo mi libre voluntad.
   Temo la hambrienta impiedad 920
   de Minos, dragón crüel.
   Ata al confuso vergel
   ése y lo que siendo así
   no te librará él a ti,
   tú sí a mí, por ti y por él. 925

Vanse.    Salen MINOS, DEDALO y otros

MINOS:        ¿ Nave en la plaza de guerra
   y en sus peñas no se ha roto ?
DEDALO:        Afirman que es su piloto
   Teseo y que ya está en tierra;
   y si es él ya Creta sabe 930
   que le tiembla y reconoce
   Neptuno.
MINOS:                           Traerá a los doce
   Argonautas en la nave
   de la iglesia.
DEDALO:                                       Su gobierno
   huracanes atropella, 935
   sin prevalecer contra ella
   las puertas del mismo infierno.
MINOS:        Habiendo yo atravesado
   tanto escollo en el camino,
   tanto del monstruo marino 940
   que ninguno se ha escapado
   desde el primer navegante
   ni ha de escaparse el postrero,
   ¿ cómo de su golfo fiero
   sin romperse naufragante 945
   una nave tiene audacia
   de surcar su mar remoto ?
DEDALO:        Excepcionóla el piloto
   y preservóla la gracia.
MINOS:        ¿ Cuándo ?
DEDALO:                              En el primero instante 950
   que comenzó a navegar,
   y afirman que ha de quebrar
   con la quilla de diamante
   la cabeza a la serpiente,
   creyendo salirla al paso, 955
   para eclipsar con su ocaso
   la luz de su puro oriente.
MINOS:        Pues ¿ por qué, si se cortó
   la materia de esa nave
   de aquel tronco y árbol grave 960
   que la culpa corrompió,
   de los naufragios de Adán
   no ha de tocarla ni una ola ?
DEDALO:        Porque es nave única y sola
   que de lejos nos trae pan 965
   que de Angeles se intitula,
   y con dos naturalezas,
   entre cándidas cortezas,
   es Dios, y hombre la medula.

Sale TESEO

   Pero--¡ cielos !--el que veo, 970
   ¿ no es el mismo de quien doy
   noticia ?
MINOS:                        ¡ Temblando estoy !
   ¿ Hombre o Dios eres, Teseo ?
TESEO:        No eres digno tú, tirano,
   de que yo quién soy te diga; 975
   bien sé lo que te fatiga
   saber, si soy puro humano
   o aquel amoroso enjerto
   de quien tiembla tu poder
   y te ha de desvanecer 980
   tres veces en el desierto.
   Desvela tus confusiones,
   busca entre la densidad
   de tu ciega obscuridad
   para uno y otro razones, 985
   serás de ti mismo guerra.
   Cuando amor nacer me vió
   todo el cielo me cantó,
   "¡ Gloria a Dios, paz a la tierra !"
   Di que Dios soy según esto. 990
   De un portal la choza baja
   trigo me escondió entre paja
   al hielo y la nieve expuesto.
   Di, pues, que el que en tanta injuria
   nace, tiembla, gime y llora, 995
   no es Dios, porque a Dios ignora
   la miseria y la penuria.
   Tres reyes me pagan censo
   postrados en el portal
   por Dios, por hombre y mortal, 1000
   con oro, mirra e incienso;
   conjetura de estas parias
   lo que soy, mas no podrás,
   que hasta en ellas hallarás
   razones también contrarias. 1005
   Porque si el incienso y oro
   por rey y Dios me pronuncia,
   mortal la mirra me anuncia,
   y juzgarás a desdoro
   que un Dios muera y necesite 1010
   de mirra que le preserve
   y incorrupto le conserve,
   pues la razón no lo admite.
   La sangre ofreció al cuchillo
   de la ley mi amante llama, 1015
   y quien su sangre derrama
   no es Dios, sino hombre sencillo.
   Más dudará tu temor
   de que Salvador me nombre,
   porque sin ser Dios un hombre, 1020
   ¿ cómo será salvador ?
   De Herodes, rey idumeo,
   que a la inocencia destruye,
   huyendo salí, y quien huye,
   ni aun de hombre merece empleo; 1025
   mas ¿ cómo Herodes crüel,
   belicoso y arrogante,
   tembló de un desnudo infante
   si no halló deidad en él ?
   ¿ Cómo hambriento si es divino ? 1030
   ¿ Quién habrá que hombre le crea,
   si en Canán de Galilea
   el agua transforma en vino ?
   Entre estas ambigüedades
   y otras como ellas te ofuscas, 1035
   mientras, ciego, atento buscas
   la luz por obscuridades.
   Atorméntate, homicida,
   verdugo tú de ti mismo,
   torpe, errante en el abismo 1040
   de mi misteriosa vida,
   que enigma tuya he de ser
   porque te aflija y asombre,
   ya juzgándome puro hombre,
   ya Dios de inmenso poder, 1045
   mientras el mundo restauro,
   que ya por ti es calabozo,
   tu laberinto destrozo
   y postro a tu Minotauro.

Vase

MINOS:        Seguidle, vasallos míos, 1050
   que un reino no admite a dos;
   ya sea hombre, ya sea Dios,
   pruebe mis rabiosos bríos,
   que, pues a su ser me igualo,
   si al monstruo llega a vencer, 1055
   yo sabré hacerle poner
   a la vergüenza en un palo.

Vanse.    Sale RISEL, temblando

RISEL:        Los dimuños inventaron
   tantas calles y revueltas,
   rodeos y encrocijadas, 1060
   atajos, ramblas y sendas.
   Zampáronme dentro el bosque,
   y en acuita de la puerta,
   sin topar con su salida,
   he andado más de tres leguas 1065
   como jumento de noria,
   y después que ell hombre piensa
   que acaba con la espesura,
   cátale en el medio de ella.
   ¡ Válgate el diabro por trampa ! 1070
   Devanadme esta madeja;
   al retortero el joicio
   y atili vobis la cuenda.
   Lo mismo heime aquí entrado
   que mandarme que me metan 1075
   en medio de un guardainfante
   o de unas calzas tudescas;
   pues si ell hombre tiene sed,
   decid que hay fuente o alberca,
   ni aun charco en que se remoje. 1080
   Ello, si habramos de veras,
   bella zahorí soy de agua,
   que pues siempre la despeñan
   desde las nubes abajo,
   no debe de ser por buena. 1085
   Pero ¿ qué ha de her un pobre
   huérfano de las tabernas,
   si llamando a un cuero, mama,
   en vez de un pezón encuentra
   un cabrozo o cabrahigo, 1090
   o los brindis de ell arena,
   que es lo mismo que topar
   con los pechos de una dueña ?
   Pues para matar ell hambre
   entrar y hallaréis la mesa 1095
   en cada árbol que os convide
   con frutas verdes o secas.
   Bercebú lleve el piñón,
   dátil, bellota, ciruela,
   zarzamora, escaramujo, 1100
   que he vido en toda la selva,
   que por más que haya espulgado
   nísperos, castaños, serbas,
   no me depare el dimoño
   ni aun legumbres con ser huerta. 1105
   A la hé, que si encerraran
   a don Adán y doña Eva
   aquí en vez del Paraíso,
   que nunca doña Culebra
   se topara tan a mano 1110
   la barbirrubia camuesa,
   y que, mal que les pesara,
   ayunaran mil cuaresmas.

Sale el MINOTAURO, como se dirá en el papel

   ¡ Ay de mí, desmamparado !
   Mas hétele dónde llega 1115
   el vino-en-tarros pantasma.
   ¡ San Sansón, Santa Belerma,
   San Escápame de aquí !
   ¡ San Sastre ! ¿ qué has dicho lengua ?
   Pídele al cielo perdón, 1120
   que sastre y santo es blasfemia.
   De hombre tiene la fachada
   y de toro la zaguera;
   el dimuño que pintase
   dos feguras tan diversas. 1125
   De hueso trae los bigotes,
   alquiladle la madera
   para saleros de bodas,
   que no os faltará pimienta.
   Llamas por ellos vomita, 1130
   y hué boba empertinencía,
   que toda armazón ganchosa
   del modo que injuria quema.
   Estas matas me agazapen.
   ¡ Vióme !    Rematamos cuentas. 1135
   La cara hacia mí emberrincha.
   Transfórmeme Dios en suegra,
   que en peligros semejantes,
   por lo rezongoña y vieja,
   huirá de su vista un toro 1140
   sin que el diablo la acometa.
   ¡ Jesucristo, y cómo escarba !

Escarba

   Yo jamás, señora bestia,
   habré mal del vino-en-tarros

De rodillas

   ni contra su monstruencia 1145
   dije chas ni mus jamás.
   Ansí, si es que tiene llenas
   de limpio trigo los silos
   de ambos vinos la bodega,
   chero decir branco y tinto, 1150
   en catorce años no llueva,
   porque no se mos ahorque,
   y a gusto suyo lo venda.
   Ansí no acierte a su casa
   la ejecución en las deudas, 1155
   el huego de las vecinas,
   ni en sus sembrados la piedra
   que en otros se desayune;
   porque si una vez me almuerza,
   y no le echan veinte gaitas, 1160
   soy de sustancia indigesta.
   Zámpese un médico a mula,
   comeráse en una pieza
   treinta hespitales de viudas
   en virtud de sus recetas. 1165
   Cómase a un pesquisidor,
   pero a este triste no--¡ ahuera !--
   que no le dejará entrañas,
   porque a todos mos las lleva.

Acométele y huye por el tablado, y luego anda alrededor de un árbol que ha de haber, y el monstruo tras él dando golpes en el tronco

   ¡ Ay, que acomete a ojalarme ! 1170
   Esta encina me defienda.
   ¡ Zape, ahí me las den todas !
   ¡ Andarlo a la retortera !
   Veremos, pues, si jugamos
   los dos la gallina ciega, 1175
   cuál, andando a la tahona,
   de los dos sabe más tretas.

Dentro

FLORISO:        Aquí, Teseo divino,
   el Minotauro se encierra;
   redímannos tus hazañas 1180
   de tan formidable fiera.

Vase el MINOTAURO

RISEL:        Ancia allá las patas guía.
   Vaya muy enhorabuena
   y ciégale Sant Antón
   la vez que por acá vuelva. 1185
   Mucho sudo, y no es almizcle.

Sale FLORISO

FLORISO:        Hoy el mundo se remedia.
   ¿ Quién eres ?
RISEL:                              ¿ Quién lo pescuda ?
FLORISO:        La esperanza.
RISEL:                                 Tarde llega,
   que ya yo he desesperado; 1190
   vuesasté se harte de hierba,
   pues es verde la esperanza
   y serálo de las bestias.
FLORISO:        ¿ Qué temes ?
RISEL:                           Ya está temido.
FLORISO:        Del laberinto de Creta 1195
   saldrás hoy.
RISEL:                              Pues ¿ por dó salen
   dell avaricia discreta ?
FLORISO:        Triunfará del Minotauro
   nuestro Teseo.
RISEL:                                 No creiga
   que cuando le despachare 1200
   que a mí sus dichas me quepan.
FLORISO:        ¿ Por qué ?
RISEL:                           Porque, pues, jamás
   las buenas suertes me aciertan.
FLORISO:        ¿ Qué dices ?
RISEL:                              Las letanías.
FLORISO:        Ponte a mi lado, no temas. 1205
RISEL:        ¿ Si se hallare en todo ell orbe
   quien más desdichado sea
   que yo ?
FLORISO:                     ¿ Tiemblas ?
RISEL:                                    Tiemblo y sudo.
   Olerásme si te acercas.
   ¿ Quieres ver cuán venturoso 1210
   soy ? Pues escucha. Una siesta
   soñaba que me había hallado
   un bolsón y dos talegas
   de doblones de a dos caras,
   tendidos sobre una mesa, 1215
   y cuando empiezo a contarlos,
   al instante me despiertan,
   dejándome de la galla
   sin permitirme siquiera
   que entre sueños recrease 1220
   mis sentidos con su cuenta.
   Soñé otra vez que me daban,
   sacándome a la vergüenza
   por las calles de mi villa,
   cuatrocientos de la penca. 1225
   Iba yo, carivinagre,
   llorado de verduleras
   entre escribas y envarados,
   las espaldas berengenas,
   y a cada "esta es la josticia" 1230
   me pespuntaba el gurrea
   los ribetes, cuatro a cuatro,
   cual le dé Dios la manteca.
   Consideren, pues, qué tal
   iría mi reverencia 1235
   que--¡ vive Dios !--que escocían
   como si huesen de veras;
   pues fué mi ventura tal,
   para que envidia me tengas,
   que hasta el último pencazo 1240
   no desperté; de manera
   que cuando sueño doblones,
   al primero me recuerdan,
   y cuando azotes, me obligan
   que hasta el cuatrocientos duerma. 1245
   ¿ Hay bestia más desdichada ?

Sale TESEO luchando con el monstruo

TESEO:        No hay al poder resistencia
   de mi brazo, que es divino.
   Monstruo torpe, las cavernas
   infernales te sepulten. 1250

Cae el MINOTAURO, húndese y salen llamas, y éntrase TESEO

FLORISO:        Victoria, amorosa iglesia;
   entonadle epitalamios
   mientras al tálamo llega
   teñidas las vestiduras
   de la sangre que en la guerra, 1255
   por redimir vuestros hijos,
   derramaron dichas muestras.

Sale TESEO y todos los que pudieren

TESEO:        Emprended fuego, mis fieles,
   a ese laberinto y selva
   de deleites y lascivias, 1260
   de errores y de blasfemias.
   Mi fe sea inquisidora,
   pues a los herejes quema,
   esparza el viento cenizas
   que contaminan la tierra, 1265
   y seguidme adonde todos,
   en delicias siempre amenas,
   mis triunfos gocéis conmigo.
FLORISO:        ¡ Viva edades sempiternas
   Teseo, nuestro monarca ! 1270
RISEL:        Viva, y siéntese a la diestra
   por los siglos de los siglos
   de su misma omnipotencia.

Entranse, con música, y quedan FLORISO y RISEL

FLORISO:        ¿ Qué juzgas de esta victoria ?
RISEL:        Que parece que la sueñan 1275
   los temblores que aún me duran,
   que si me llamó mi aldea
   el recelo hasta este punto,
   ya es bien que aquel nombre pierda
   y el regocijo me llamen, 1280
   pues me hace el alma gambetas.

Tocan dentro

FLORISO:        Oye, pues, de sus victorias
   la música sacra y regia.
RISEL:        ¿ Qué son éstas ?
FLORISO:                                 Chirimías.
RISEL:        Pues ¿ porqué no chirinuesas ? 1285
FLORISO:        Porque son de la esperanza
   cuando a posesiones llega.

Aparece TESEO en lo alto y el altar y cordero como se dice en el papel

TESEO:        Carísimos alumnos del bautismo
   que en púrpura y cristal de mi costado
   ve engendrados quedáis conmigo mismo 1290
   unidos al amor que os ha enlazado,
   del laberinto vil del torpe abismo
   a costa de mi sangre os he librado.
   Oíd de mis fierezas el empleo,
   por que sepáis quién es vuestro Teseo. 1295
   Rey de Atenas intitulan
   a mi padre, Dios inmenso,
   porque en Atenas reinaron
   las ciencias del universo.
   Y como soy de mi padre 1300
   la eterna sapiencia, el verbo,
   y el acto de intelección
   que de su mente procedo,
   a Atenas me dan por patria,
   esto es al entendimiento 1305
   que de la sabiduría
   es potencia y es sujeto.
   Teseo tengo por nombre,
   que si en Grecia Dios y theos
   es lo mismo sincopado, 1310
   ser theos lo que Theseo.
   Que Egeo se llama afirman
   a quien mi humano ser debo,
   pues que egere es el ser pobre,
   y yo de pobre me precio. 1315
   Después que a ser hombre vine,
   y lo fui con tanto extremo
   que, las fieras en los montes
   conocen su alojamiento,
   los pájaros en sus nidos 1320
   y el hijo del hombre, siendo
   de la Omnipotencia hijo,
   no tuvo dónde en el suelo
   la cabeza reclinase,
   porque el ser pobre apetezco. 1325
   La rebelde Sinagoga,
   que de madre se me ha vuelto
   madrastra y supersticiosa
   Medea es de encantamentos,
   ingrata me ha perseguido, 1330
   como dirá el menosprecio
   que hicieron de mi doctrina
   escribas y fariseos.
   La envidia de mis hazañas
   fue el mortífero veneno 1335
   que provocó sus crueldades
   y consultó mis tormentos.
   Debelé las Amazonas,
   los vicios, digo, superbos,
   estériles de virtudes, 1340
   pues que con no más de un pecho
   sólo las torpezas crían.
   Di muerte al tirano fiero
   de Tebas, quiero decir
   al príncipe del Averno. 1345
   Eché del mar los piratas,
   del mundo los bandoleros,
   de las cortes los engaños,
   los monstruos de los desiertos,
   de Creta al dragón intruso, 1350
   de su enmarañado enredo
   al lascivo Minotauro;
   bajé triunfante al infierno,
   y sus puertas desquiciando,
   los predestinados presos 1355
   saqué y dejé a los precitos,
   porque allí nulla est redemptio.
   Si refieren las historias
   que a Ariadna menosprecio
   y con Fedra me desposo, 1360
   sabed, fieles, que es lo mesmo
   que haber dado de repudio
   el merecido libelo
   a la Sinagoga ingrata,
   que fue mi esposa primero, 1365
   por vuestra gentilidad,
   que es pasarse el Evangelio
   al lado diestro, dejando
   como rebelde al siniestro
   en mi sacrosanta misa 1370
   monarca de mis misterios.
   Agora, pues, que arruinado
   el marañoso embeleco,
   del monstruo infernal hospicio,
   la libertad os he vuelto, 1375
   gozad, regalados míos,
   los bosques verdes y amenos
   de mi jardín delicioso,
   de mis floridos recreos.
   En vez del vil Minotauro, 1380
   la mansedumbre os ofrezco,
   que os sustente y que dé vida,
   de este cándido cordero.
   Desde el origen del mundo
   os dice Juan que está muerto, 1385
   aunque para daros vida
   resucitó al día tercero;
   mas como se hace memoria
   en el altar incruento
   de mi triunfante pasión, 1390
   vivo en la verdad y efecto
   y en la apariencia difunto;
   entre accidentales velos
   os convido a tres sustancias:
   divinidad, alma y cuerpo. 1395
   Tendréisme hasta el fin del mundo
   tan continuo, tan perpetuo,
   que desde ahora me llame
   la fe juge sacramentum.
   Comeréisme cada día, 1400
   mas no como el alimento
   que se convierte en sustancia
   del que le come perdiendo
   el ser que hasta entonces tuvo,
   que aquí, con modo diverso, 1405
   el que come se transforma
   en el manjar, adquiriendo
   casi el ser del que es comido,
   porque amor invencionero
   con finezas jamás vistas 1410
   es pródigo y todo excesos.
   Negaréme a los sentidos,
   las almas conmigo uniendo,
   juntando a la posesión
   la esperanza y los deseos, 1415
   porque con modo admirable
   presente y ausente a un tiempo,
   por lo ausente deis suspiros
   y por lo presente afectos.
   No viéndoos os medrará 1420
   vuestra fe merecimientos
   y gozándome comido
   aliviaréis los destierros
   de esta peregrinación,
   hasta que, con dulce vuelo, 1425
   poseáis tronos augustos
   en las sillas de mi reino.


FIN DEL AUTO