Tirso de Molina
La elección por la virtud




Personas que hablan en ella:
  • SIXTO
  • PERETO, viejo
  • CAMILA
  • SABINA
  • CESARO
  • DECIO, criado
  • MARCO Antonio
  • POMPEYO
  • FABIO, criado
  • CHAMOSO, pastor
  • Otros PASTORES
  • RODOLFO, caballero
  • ASCANIO
  • MARCELO
  • JULIO, criado
  • CRENUDO
  • ALEJANDRO
  • COLONA
  • Dos FRAILES franciscanos
  • El PAPA, San Pío V
  • ABROSTRA
  • ENRIQUE
  • El príncipe FABRIANO
  • JULIANO
  • RICARDO
  • El EMBAJADOR de España
  • FABRICIO
  • ROMA
  • Unos ESTUDIANTES
  • MUSICOS
  


JORNADA PRIMERA

Sale SEXTO de labrador pobremente vestido; saca a su padre muy viejo, vestido de labrador, con un gabán viejo, y sácale casi en brazos, con báculo grosero. Llámase PERETO, el viejo

SIXTO:      Ya es, padre, hora de almorzar.
   Aquí hace buen sol. Sabina,
   saca un banco en que sentar
   nuestro padre.
PERETO:                      ¡ Peregrina
   virtud ! ¡ Piedad singular ! 5
   Hijo, aunque viejo y cansado,
   no tanto que si arrimado
   a un palo los pies provoco,
   no pueda andar poco a poco.
   Soy ya viejo, estoy pesado; 10
   ya de mis carnes molestas
   la carga grave contemplo.
   Suelta, si ya no me aprestas
   de la cigÜeña el ejemplo,
   que lleva a su padre a cuestas; 15
   no te canse, por tu vida,
   pues, la cosa más querida
   de mi vejez...
SIXTO:                        Quien os lleva,
   padre, en el alma que aprueba
   esta obligación debida 20
   a quien el ser que me anima
   me dió, que sois, padre, vos,
   es razón que os lleve encima;
   que el padre, después de Dios,
   la joya es demás estima. 25
   Y si el padre es el segundo
   después de Dios en el mundo,
   no es bien que os parezca nuevo
   si en el hombro, padre, os llevo;
   que en buena razón me fundo, 30
   aunque os espanto y asombro;
   pues, según naturaleza,
   he de llevar cuando os nombro,
   padre, a Dios en la cabeza,
   y luego al padre en el hombro, 35
   que es el segundo lugar
   donde se puede asentar
   la piedad en que me fundo,
   pues sois, en fin, el segundo
   que he de obedecer y amar. 40
PERETO:      Ya sé que has de vencer,
   hijo, en razones; mas eso
   conmigo no ha de valer,
   que no es para tanto peso
   tu cuello, ni ha de traer 45
   cosa que le canse.
SIXTO:                              ¿ Cómo ?
   Eso por agravio tomo.
   ¿ Causa al noble cuello pena
   el oro que en la cadena
   tiene por liviano el plomo ? 50
   ¿ Cansa el honroso blasón
   con que el ilustre alemán
   adorna con el tusón
   el pecho, cuando le dan
   las insignias al sajón ? 55
   ¿ No honra el francés decoro
   con el San Miguel de oro ?
   ¿ Qué ?    ¿ Con la cruz de San Juan
   al español no le dan,
   con la encomienda un tesoro ? 60
   Y quedando satisfechos,
   ganan honras y provechos,
   sin que el peso les oprima,
   y llevan cruces encima
   de los cuellos y los pechos. 65
   Pues si en sus mayores fiestas
   son sus insignias aquéstas,
   ¿ parecieran mejor ellos
   con sus cruces a los cuellos
   que yo con mi padre a cuestas ? 70
PERETO:      Como en mi casa pajiza
   descubierta a la inclemencia
   del cielo, cuando graniza,
   su soberana influencia
   el invierno fertiliza, 75
   con que, entre el tosco sayal,
   eres vela al natural,
   que en la linterna encubierta
   a su luz abre la puerta
   por viriles de cristal, 80
   mil cosas me pronosticas.
   Quieran los cielos que cobres,
   hijo, lo que signiflcas,
   y que estas montañas pobres
   tu dicha las vuelva ricas. 85
   Mas sí harán, que ya han mirado
   el amor que me has cobrado;
   y honra siempre su clemencia
   la paternal obediencia.

Sacan CAMILA Y SABINA, de labradoras, una mesilla con manteles, jarro y vaso y pan y un torrezno, y un banco y una silla de costillas

SABINA:      Ea, padre, ya está asado 90
   un torrezno de pernil,
   verdugo del hambre vil,
   para que la vuesa impida.
PERETO:      ¡ Ay, mi sobrina querida !
   Mi vejez ve en ti su abril. 95
CAMILA:      Entre esas dos rebanadas
   viene que alienta su olor.
SABINA:      Comedlas, que están pringadas,
   porque desde el asador
   en las diversas jornadas 100
   que al plato la lonja hacía,
   que las cumpliesen decía
   las lágrimas que lloraba
   y cada vez que llegaba,
   y enjugárselas quería, 105
   como en toalla de lino
   descansaban sus enojos,
   y lloraban, imagino,
   los dos, dando el pan los ojos,
   las lágrimas el tocino. 110
PERETO:      ¡ Qué gracia ! Camila amada,
   parte.
SABINA:                Comé si os agrada,
   aunque está salado a fe.
PERETO:      Por muy salado que esté,
   hija, estáis vos más salada. 115
   Félix, siéntate aquí.
   Ea, ¿ no os sentáis las dos ?

De rodillas

SIXTO:      Padre, ya sabéis de mí
   que siempre que coméis vos,
   gusto yo de estar ansí. 120
PERETO:      Ahora quiero que me des
   este gusto.
SIXTO:                      Si lo es
   vuestro, alto, enhorabuena.

Siéntanse todos

PERETO:      Almorzad, que hasta la cena
   no habéis de comer los tres. 125
CAMILA:      ¿ Qué os dice, padre, la lonja ?
PERETO:      Que si mirara de espacio
   la ambición y la lisonja
   del adulador palacio
   que al rico sirve de esponja, 130
   el que es de tu gusto esclavo
   estimara más que el pavo,
   el francolín y el faisán,
   pobre mesa y negro pan,
   añejo jamón, y al cabo 135
   dos cascos de una cebolla,
   que en la labradora mesa
   siempre que anda el hambre en folla
   son, en vez de la camuesa,
   mondadientes de la olla. 140
   Porque aquí, todos sentados,
   no hay menos ni más honrados.
   Todos comemos al fin,
   sin que nos esté el rÜín
   contándonos los bocados, 145
   como en el palacio están.
CAMILA:      Echáos esta vez de vino,
   que cuidados, pena os dan.
PERETO:      Sí, que sin él, el tocino
   es cura sin sacristán. 150

A SIXTO

   ¿ E iréis hoy a Fermo ?
SIXTO:                                  Suelo
   ir.
PERETO:      Ya que es tarde recelo.
SABINA:      Dad gracias, padre.
PERETO:                              ¡ Pues no !
   Quien aquí nos sustentó 155
   nos bendiga allá en el cielo.
TODOS:      Amén.

Alzanse la mesa y levántanse

PERETO:                    ¿ Quién ha de ir contigo ?
SIXTO:      Siempre va Sabina.

Vase SIXTO

PERETO:                              Vaya;

A CAMILA

   que tú quedarás conmigo.
SABINA:      Sí, siempre ha de ser la maya, 160
   Camila.
CAMILA:                  También lo digo;
   mas yo sé que no te pesa,
   en levantando la mesa,
   de ir allá cada mañana;
   porque con cuerpos de grana 165
   y patena rabitiesa
   te vean los escolares.
   ¿ Pará qué muestras pesares ?
SABINA:      Hago bien, ¿ qué quieres tú ?
PERETO:      ¿ Y qué llevas ?
SABINA:                        Alajú, 170
   turrón de almendro; dos pares
   de cantarillas de arrope,
   transparente como el ascua,
   donde el hombre el pan ensope;
   castañas, fruta de Pascua, 175
   que cuando el hambre las tope
   de la gente escolaniega,
   yo apostaré que se pega
   a comprarlas como moscas
   y aun miel, nueces y roscas 180
   llevamos; y apenas llega
   al mercado la borrica,
   cuando como tordos vienen
   escolares, a quien pica
   el hambre, que se entretienen, 185
   como alguna es gente rica,
   en comprarme en un instante
   cuanto les pongo delante,
   y nos dan aquestos riscos.
   Ello más de dos pelliscos 190
   me paso; aunque un estudiante
   harto garrido me aguarda,
   que, mientras vende la leña
   mi hermano, que a veces tarda,
   me defiende y aun me enseña 195
   voluntad.
PERETO:                    De ellos te guarda;
   que es mala gente.
SABINA:                                ¡ Si soy
   muy boba yo cuando voy !
   Si llega al brazo desnudo,
   con el palo le saludo 200
   y le digo, "¿ Haste de ir hoy ?"
   Tienme miedo.

Sale SIXTO

SIXTO:                            Aparejadas
   están las jumentas; ea,
   vamos.
CAMILA:                ¿ Están ya cargadas ?
SIXTO:      Sí, hermana.
CAMILA:                      Cosa que sea 205
   que las calzas coloradas
   se os olviden, como ayer,
   y no las traigáis.
SIXTO:                            Por ver
   la gracia con que te enojas
   no las traje.
CAMILA:                        Excusas frojas 210
   son ésas; no han de valer.
SIXTO:      Ea, las alforjas pon.
   Echadme la bendición
   como soléis, padre mío.
PERETO:      ¡ Ay, hijo !    del cielo fío 215
   que ha de darte el galardón
   que tu obediencia merece
   ................... -ece].
   La bendición que a Esaú
   Jacob hurtó, y pides tú, 220
   mi amor, Félix, te la ofrece.
   Ruego al cielo que, pues él
   mudó el nombre en Israel,
   lo mudes tú, aunque es locura,
   en papa.

Bendícele y levántanse

SABINA:                    Barbero o cura 225
   tomara yo que fuera él.
SIXTO:      Ea, vamos.

Aparte a SIXTO

CAMILA:                        ¡ Buena cholla
   tiene el viejo, cuando escapa
   del torrezno o de la olla !
SIXTO:      Pues, ¿ qué ?    ¿ No puedo ser papa ? 230
SABINA:      ¿ Quién, tú ?
SIXTO:                      Yo.
SABINA:                        ¡ Papateolla !

A su padre

SIXTO:      Al sol os dejo. La mano
   me dad, y adiós.

Besa la mano

PERETO:                          El te guarde.
   Mira que vuelvas temprano.
SIXTO:      No hay volver hasta la tarde. 235
CAMILA:      Las calzas de grana, hermano.

Vanse SIXTO y SABINA

PERETO:      Hija, mi bien pronostico,
   pues que de Félix espero
   las venturas que publico.
CAMILA:      Disputa con el barbero. 240
   Es dimuño. Cuando chico
   llevaba el calendario
   al cura, y el incensario,
   y él mismo le dijo un día
   que si estudiaba sería 245
   sacristán y boticario.

Sale CHAMOSO, pastor

CHAMOSO:      Pereto, Dios os mantenga.
PERETO:      ¡ Oh, Chamoso ! ¿ Por acá ?
CHAMOSO:      ¿ Dó está Félix ?    Porque venga
   conmigo; quizá será 250
   rey, que no hay quien convenga
   los zagales de Montalto.
PERETO:      ¿ Cómo ?
CHAMOSO:                    Todos pican alto
   quitando y poniendo leyes.
   Como es la Pascua de Reyes, 255
   cada cual, de seso falto,
   quiere esta Navidad ser
   rey.
PERETO:      Ya sé la costumbre
   que aquí se suele tener 260
   cada año.
CHAMOSO:                    Esta pesadumbre
   no la puede deshacer,
   sino vuestro hijo, Pereto,
   que es muy meolludo y discreto.
PERETO:      A Fermo a venderme va 265
   leña; mas vamos, que allá
   apaciguarlos prometo.
CAMILA:      ¿ Dó vais, padre ? Dejaos de eso.
PERETO:      Camila, mi amor travieso
   hace moza mi vejez, 270
   y si veo rey esta vez
   a Félix, saldré de seso.

Vanse todos.    Salen CESARO, de estudiante, y DECIO, su criado de galán

DECIO:      ¿ Sólo un mes de ausencia puede
   hacerte que a Laura olvides ?
CESARO:      ¿ Al viento firmeza pides ? 275
DECIO:      ¿ Viento, amor ?
CESARO:                          Sí, y aun le excede.
DECIO:      Diversas definiciones
   he visto suyas, señor.
   Unos le llaman furor,
   y a sus efectos, pasiones; 280
   otros dicen que es locura
   o accidente que maltrata;
   otros calidad innata
   que al hombre inclinar procura
   que ame de cierta edad 285
   a quien tiene inclinación;
   quien tal llama imperfección,
   quien locura y liviandad.
   El médico dice que es
   cierto humor o destemplanza 290
   de la sangre; semejanza,
   el filósofo; interés,
   la dama, y el desvarío
   del astrólogo adivina
   que es fuerza de astros que inclina 295
   a amar al libre albedrío.
   Fuego le llamaron ciento,
   pues que abrasa al que enamora,
   y agua le llama el que ignora
   mas nadie le llama viento. 300
CESARO:      Pues nadie, Decio, le da
   el nombre que le conviene.
   Quien amor tiene, no tiene
   sino viento.
DECIO:                        Bien está.
CESARO:      Y así aguarda; quien ama 305
   y al yugo de amor suspira,
   ¿ no es porque primero mira
   la belleza de su dama ?
DECIO:      Es verdad. De lo exterior
   comienza amor su conquista. 310
   ¿ Qué infieres ?
CESARO:                          Verás tu error.
   En fin, que cualquier amor
   tiene principia en la vista,
   y el obieto que se ve
   es lo amado.
DECIO:                      Vé al efeto. 315
CESARO:      Sí haré. Si la dama es el objeto,
   para que en la vista esté
   de quien la ha de amar, no envía
   sujeto bastante copia,
   sujeto sí, que ella propia 320
   mal en los ojos cabría.
   Fuera de que es circunstancia,
   como muestra la experiencia,
   que entre el objeto y potencia
   haya debida distancia. 325
DECIO:      Vengamos al fundamento.
   Las especies que a los ojos
   representan los despojos
   de la dama ¿ no son viento ?
   Sí, que para verte a ti, 330
   desde el lugar donde estás,
   especies al viento das
   las cuales llegan a mí
   y me enseñan tu retrato.
DECIO:      Todo lo concedo.
CESARO:                                Pues, 335
   claro está que lo que ves
   es el viento, mentecato.
   Luego si ama el pensamiento
   la hermosura que miré,
   y ésta sólo viento fue, 340
   el amor no es más que viento.
DECIO:      Bien tu opinión has probado.
   Conforme a aqueso, señor,
   nadie tendrá más amor
   que un cuero cuando está hinchado, 345
   porque es todo viento.
CESARO:                                      Quiero
   dejarte para importuno.
DECIO:      Ahora sé que es todo uno
   viento, amor, amante y cuero.
   ¡ Pobre de Laura, que en vano 350
   llora, Césaro, por ti !
CESARO:      Decio, desde que salí
   de nuestra patria, Fabriano,
   y vine a Fermo a estudiar,
   de Laura olvidé el amor. 355
   ¿ Débole más que el favor
   que una dama suele dar
   a quien comienza a servilla;
   una ventana, un semblante
   risueño, una mano, un guante, 360
   y cuando mucho, una silla
   en su casa ?
DECIO:                        ¡ Aqueso es bueno !
   ¿ Pues amor que había llegado,
   señor, a verse ensillado
   sabe tan poco de freno ? 365
   Es imposible.
CESARO:                            Yo sé
   que el príncipe de Fabriano,
   mi padre, y Julio, mi hermano,
   tienen de holgarse en que esté
   tan libre que a Laura olvide, 370
   porque lo llevaban mal.
DECIO:      Laura es mujer principal.
CESARO:      Más prendas mi sangre pide,
   que, aunque soy hijo menor,
   en Italia ni en Sicilia 375
   no hay más ilustre familia
   que la Ursina.
DECIO:                        Es la mejor;
   mas no mirabas en eso
   habrá un mes cuando adorabas
   a Laura y palabra dabas 380
   de ser su esposo.
CESARO:                              El exceso
   de amor disparates fragua
   como esos.    ¿ Qué no dirá
   Decio, el que hidrópico está
   por echarse un golpe de agua ? 385
   De Laura no hay calentura,
   y ya la sed acabó.
DECIO:      La causa bien la sé yo.
CESARO:      Dirás alguna locura.
DECIO:      Diré que la villaneja 390
   que cada día al mercado
   viene, ese clavo ha sacado.
CESARO:      Necio, disparates deja.
DECIO:      Niégamelo, por tu vida,
   que estoy yo ciego, señor. 395
   Yo sé que en tu pecho, amor,
   juega a "salga la parida,"
   y que a Laura ha rempujado.
CESARO:      ¿ Por qué ?
DECIO:                    Porque te desvelas
   mucho, Y más que las escuelas 400
   cursas la plaza y mercado
   de Fermo. Si las más veces
   vienes, y en viéndola aquí
   sin más criados que a mí,
   con ser quien eres, te ofreces 405
   hablar con ella, de modo
   que das nota a quien te ve;
   y si quieres que te dé
   razón que lo diga todo,
   ¿ por qué me mandas comprar 410
   cuanto aquí trae a vender ?
   ¿ Para qué puedes querer
   lino tú, pues no has de hilar ?
   ¿ No me hiciste el otro día
   que me ensuciase la ropa 415
   con una carga de estopa
   que trujo ?
CESARO:                      Harás que me ría.
DECIO:      ¿ De qué sirven tus cautelas ?
   ¿ Qué puede significar
   hacerme ansí ayer comprar 420
   una espuerta de pajuelas
   que trujo ? Dos aposentos
   tengo llenos de despojos,
   semejantes, de manojos
   de cebollas, de pimientos, 425
   de tomillo, de romero,
   de espliego...
CESARO:                          No digas más.
DECIO:      ¿ Tú espliego ?, ¡ Y me negarás
   que es amor ! O ¿ eres barbero ?
CESARO:      Decio, la mayor venganza 430
   que Laura tendrá de mí,
   es que una villana ansí
   me obligue a hacer tal mudanza.
   Conflésote que la adoro.
DECIO:      Fáciles muros contrastas. 435
CESARO:      Ni perlas en conchas bastas,
   ni en sayal guarnición de oro,
   ni el sol que por la mañana
   por nubes tienda el cabello,
   sale más bizarro y bello 440
   que la graciosa villana
   entre el grosero vestido,
   donde la naturaleza,
   sin el arte, a su belleza
   su poder todo ha rendido. 445
   Si vieres la sal que tiene
   cuando habla, aunque el lenguaje
   corresponde con el traje;
   si el donaire con que viene
   a vender vieras despacio, 450
   yo sé que me disculparas
   y su aldea ventajaras
   a la corte y el palacio.
   Ocho días ha que salgo
   a verla, y después de vella 455
   quedo más muerto por ella.
DECIO:      Pues di, ¿ hasla dicho algo ?
CESARO:      Sí, mas diéronla los riscos
   su aspereza.
DECIO:                        Todas son
   gatos en camaranchón. 460
   ¡ Do al diablo gatos ariscos !
CESARO:      No tanto que no me avisa
   tal vez con los ojos bellos
   que espere mi amor en ellos
   lo que me ofrece su risa. 465
   Y aunque con lengua grosera,
   responde de cuando en cuando,
   risueño el semblante y blando,
   y en el mercado me espera,
   porque mis deseos entiende. 470
DECIO:      Mas porque ve el interés
   que saca de ti después,
   que a precio de oro te vende
   sus rústicas mercancías.
CESARO:      Antes juzgas como necio; 475
   porque sólo el justo precio
   toma, sin que mis porfías
   la hayan podido obligar
   a que un anillo reciba.
DECIO:      Una condición esquiva 480
   ansí suele comenzar.
   Ella se ablandará cuando
   al interés no resista,
   que no hay mejor tomista
   que la que empieza en "Durando." 485
   Pero. ¿ aguárdasla hoy ?
CESARO:                                    Ahora
   vamos, que ya habrá venido.
DECIO:      ¡ Pobre Laura ! ¡ Que ha podido
   una grosera pastora
   quitarte la posesión, 490
   que el sayal quieres que tome !
   Mas ¿ qué mucho ? Si hay quien come
   vaca mejor que un capón.

Vanse CESARO y DECIO.    Salen SABINA, con alforjas, y SIXTO

SABINA:      Estas paredes son, hermano, el sitio
   donde sueles vestirte. Los jumentos 495
   dejo paciendo en unas verdes mielgas.
   Cerca estamos de Fermo; ¿ has de mudarte
   de escolar, como sueles ?
SIXTO:                                  ¿ Pues no, hermana ?
SABINA:      Saco, pues, el manteo y la sotana.
SIXTO:      El cielo mis intentos favorece. 500
   Cuatro años ha que estudio; y que tu vendes
   las rústicas alhajas que te compran,
   mientras estudio yo.    La causa de esto,
   aunque no te la he dicho hasta este punto,
   es ésta; que a tu amor será mal hecho 505
   no revelarte cuanto esconde el pecho.

Saca de las alforjas todo el vestido de estudiante y un vademeco, y vase vistiendo

   Un día que, como otros, en la plaza
   de esta universidad vendía contigo
   los miserables frutos que la sierra
   a quien cultiva su aspereza ofrece, 510
   se llegó un estudiante, que con otros
   entre una carga de cabritos tiernos
   estaban escogiendo los más gordos;
   y reparando, con notables veras,
   en las facciones de mi rostro un rato, 515
   y advirtiéndome ser el que regía
   la cátedra sútil de Matemática,
   me pidió que le diese larga cuenta
   de mi edad, patria y nombre,
   en qué mes y en qué día salí al mundo, 520
   porque miraba en mi fisonomía
   pronósticos notables de ventura,
   correspondiendo con su pensamiento
   la dicha de mi humilde nacimiento.
   Reíme, imaginando que eran tretas 525
   de estudiantes fisgones, y dejéle;
   pero de suerte a persuadirme vino
   a que hablaba de veras, que obligado
   a escucharle por ver en su persona
   partes dignas de darle honrado crédito, 530
   lo mejor que yo supe satisfice
   a sus preguntas, advirtiendo que era
   de humildes padres, y mi pobre patria
   las grutas toscas de Castel Montalto;
   que un miércoles nací, que era a catorce 535
   de diciembre, según solía mi madre,
   que Dios haya, decirme, y ser el año
   en que al mundo salí mil y quinientos
   y veinte y uno; Félix solamente
   en el nombre de pila, e infelice 540
   en todo lo demás; pues no hay ventura
   adonde siempre la pobreza dura.
   Quedó suspenso, y arqueando
   después las cejas, dando un grande grito,
   "Félix," dijo, "las obras corresponden 545
   con el nombre, de modo que tu dicha
   tres coronas ofrece a tu cabeza;
   si tomas una, con que serán cuatro.
   En una religión estudia y deja
   el rústico ejercicio, que las letras 550
   prometen ensalzar tu nombre y fama.
   En estrella naciste venturosa.
   Ten cuenta con el miércoles, que es día
   en que has de ser dichoso, sin que tengas
   felicidad que en él no te suceda. 555
   Tu ingenio fertiliza el cielo pio;
   sigue las letras y el consejo mío."
   Fuese. ¡ Qué de suspenso volví a casa !
   Y, cavando en aqueste pensamiento,
   dispúseme, a pesar de la pobreza, 560
   estribo vil de inclinaciones nobles,
   a seguir del astrólogo el consejo.
   Volví a buscarle, y hallé que era ya muerto;
   pero no desmayé por eso un punto;
   antes vendiendo mis humildes ropas 565
   a los serranos de mi pobre sierra
   y llegando también algún dinero
   de lo que iba vendiendo cada día,
   compré secretamente a un estudiante
   este vestido, y de tu amor fiado, 570
   ha ya cuatro años, con ayuda tuya,
   cual ves, que en estudiante me transformo.
   Bien es verdad que en nuestro pueblo el cura
   a leer y escribir me enseñó un tiempo
   y un poco de gramática, y con ella 575
   aprovecho de modo en los estudios
   que todos me celebran y respetan;
   mas no porque ninguno hasta este punto
   sepa quien soy; adonde vivo; adonde
   me escondo, cuando salgo de sus cursos; 580
   porque como me esperas aquí, y luego
   me vuelvo a mis groseras antiparas,
   de modo los deslumbro y causo espanto
   que hay quien piensa que es todo por encanto.
   Este, Sabina mía, es el suceso 585
   de mi historia.
SABINA:                        Y a fe que es agradable.

Mete el vestido de labrador en las alforjas

SIXTO:      Yo espero en Dios que presto he de pagarte
   lo mucho que te debo.
SABINA:                                Estudia, hermano;
   que no será pequeña tu ventura
   si fueres sacristán del pueblo o cura. 590
SIXTO:      Dame esos brazos, mi Sabina cara.
SABINA:      ¡ Qué bien te está el vestido ! Ser mereces
   calóndrigo, y pardiez que lo pareces.
SIXTO:      Ves a vender la leña.
SABINA:                                No repares
   en eso. Adiós, que vienen escolares. 595

Vase SABINA

SIXTO:      Si Cleantes de noche agua sacaba
   para vender, por estudiar de día,
   y en la atahona donde el pan molía
   nombre a sus letras y virtudes daba;
   si Plauto, por ser sabio mendigaba, 600
   y a un pastelero mísero servía;
   si Euménides en hÜesos escribía
   a falta de papel que no alcanzaba,
   si ha habido quien en el imperio altivo
   por el cetro trocando el aguijada 605
   a célebres historias dio motivo;
   si a Pedro pescador Roma agradaba,
   no será mucho, aunque pobre vivo,
   por letras venga a ser...
VOZ:                              O papa, o nada.      Dentro
SIXTO:      Precedióme a la razón 610
   una voz cuyo sentido
   me ha dejado suspendido;
   y si pronósticos son
   señal de algún bien futuro
   muchas veces para un hombre, 615
   y siendo Félix mi nombre,
   serlo en las obras procuro,
   ya he visto pronosticada
   mi felicidad aquí.
   El cielo dijo por mí 620
   que he de ser o papa o nada.

Salen MARCO Antonio y POMPEYO, de camino

MARCO:      O papa o nada pretenda            Dentrro
   ser el cardenal Colona,
   pues tan digna es su persona
   de la tiara.
POMPEYO:                        No entienda 625
   Roma que de su elección
   poca gloria ha de tener;
   mas temo que le ha de hacer
   notable contradicción,
   entre otros, el cardenal 630
   Carrafa.
MARCO:                    El senado grave
   del conclave, primo, sabe
   que no hay sujeto papal
   más digno de la elección
   que mi tío.
POMPEYO:                      Quiera el cielo 635
   asegurarme el recelo
   con que estoy.
SIXTO:                        (Estos dos son        Aparte
   Colonas. La Vicaría
   de Cristo debe estar vaca.
MARCO:      Si el cónclave no le saca 640
   ahora en vano porfía
   mi tío.
SIXTO:                    Informarme quiero
   de lo que es.

Sale FABIO, criado de POMPEYO

FABIO:                        Ya están aquí
   los pastores.
POMPEYO:                        Primo, vení.

Vanse los dos POMPEYO y MARCO Antonio

SIXTO:      ¿ Qué es esto ?
FABIO:                        Paulo Tercero 645
   es muerto.
SIXTO:                        ¡ Válgame Dios !
FABIO:      Es el cardenal Colona.
   pretendiente.
SIXTO:                          Su persona
   lo merece.
FABIO:                    Son los dos
   sobrinos y a Roma van 650
   para ver de este suceso
   el fin.
SIXTO:                  Las manos os beso.

Vase FABIO

SIXTO:      Nuevos alientos me dan
   mis deseos. A buen punto
   mis palabras atajaron 655
   cuando me pronosticaron
   el bien que he de gozar junto.
   El astrólogo me dijo
   que si en religión entraba,
   tres coronas me guardaba 660
   mi dicha. El hábito elijo
   en San Francisco, después
   que de doctor gradÜado
   pueda tomar otro estado,
   que éste mi deseo es. 665
   La ciencia es mi enamorada,
   por letras he de valer.
   ¡ Alto ! a escuelas, que he de ser,
   aunque pobre, papa o nada.

Vase SIXTO.    Salen SABINA con un jumento cargado de leña y fruta, y un palo en la mano, y CESARO, estudiante galán

SABINA:      ¡ Jo, parda !    Verá el dimuño 670
   cual va.    ¡ Jó, burra ! ¡ Qué aguda !
   Porque el hijo deja en casa
   quiere volverse. ¡ Jo, burra !
CESARO:      Serrana bella, escuchadme,
   hablad siquiera.
SABINA:                            So muda. 675
CESARO:      ¿ Muda o mudable ?
SABINA:                            Eso no.
CESARO:      ¿ Pues nunca os mudaréis ?
SABINA:                                  Nunca.
CESARO:      ¿ Luego nunca imagináis
   quererme ?
SABINA:                    Quiérale Judas.
CESARO:      ¡ Ay, quién os diera un abrazo 680
   aquí !
SABINA:      ¡ Arre, que se burla !
CESARO:      Escuchad, serrana bella.
SABINA:      Juegue limpio, que soy dura,
   y tenga quedas las manos 685
   que sé poquito de burlas.

Dale con el palo

CESARO:      Todo esto es amor.
SABINA:                              Amor
   quiere que se le sacuda.
   Llegue, que el amor y el polvo
   dicen que a palos se curan. 690
CESARO:      No sé qué tengo en este ojo,
   ¿ queréis soplármele ?
SABINA:                              Acuda
   a los fuelles del herrero.
CESARO:      Soplad.
SABINA:                ¡ Arre, que se burla !
CESARO:      ¡ Qué sal !
SABINA:                    ¡ Oh ! soy muy salada. 695
CESARO:      Mi tormento os lo asegura,
   porque me matáis de sed.
SABINA:      Habrá comido aceitunas.
CESARO:      Oíd.
SABINA:      Señor escolar, 700
   vaya con Dios, que son muchas
   tantas burlas y chufetas;
   y en mi vida comí chufas.
   Déme el dinero si quiere
   de mi leña y de mi fruta, 705
   que anochece y vivo lejos,
   y tiene la bolsa dura.
CESARO:      Siempre dilato el pagaros,
   porque teme mi ventura
   que os vais luego y me dejáis, 710
   serrana del alma, a oscuras.
SABINA:      ¿ Pues soy yo candil ?
CESARO:                                      Sois sol
   que mis tinieblas alumbra.
SABINA:      ¿ No ve las uñas que tengo ?
   ¿ Por qué quiere sol con uñas ? 715
CESARO:      Porque me aso como el fénix
   en él.
SABINA:      ¿ Que se asa ?
CESARO:                              Sin duda.
SABINA:      Pues aun no está bien asado
   su mercé.
CESARO:                      ¿ Por qué ?
SABINA:                              Aun no suda. 720
CESARO:      ¡ Pluguiera a Dios que sudara;
   y fuera señal segura
   que de la fiebre de amor
   declinaba ya la furia !
SABINA:      ¿ Luego está calenturiento ? 725
CESARO:      De mi amor las llamas puras
   me abrasan; tened el pulso,
   poned mi tormento en cura.
SABINA:      ¡ Mas arre !
CESARO:                      Acabad, tomadle;
   ¡ ea ! 730
SABINA:      Désele a mi burra,
   que nació cas del albéitar
   y sabe de calenturas.
CESARO:      Yo sé que habéis de quererme.
SABINA:      Poco sabe si no estudia 735
   más.
CESARO:                  Llegad, dadme una mano;
   ¿ queréis ?
SABINA:                    ¡ Arre, que se burla !
CESARO:      ¿ Saben en vuestro lugar
   lo que es amor ?
SABINA:                          ¡ Ya pescuda !
   ¿ pues no lo habían de saber ? 740
   Desde el porcarizo del cura,
   ellos deben de pensar
   que no rompe caperuzas
   amor, si brocado y seda
   nada escupe.
CESARO:                        Pues, escucha. 745
   ¿ Qué es amor ?
SABINA:                        Debe de seer
   erizo que pica y punza
   el alma, o mango de sastre
   cargado de sus agujas.
CESARO:      ¿ Has amado ?
SABINA:                      Tanto cuanto. 750
CESARO:      ¿ Gustas de amar ?
SABINA:                        ¿ Quién no gusta ?
CESARO:      ¿ Quítate el sueño ?
SABINA:                            No, duermo.
CESARO:      ¿ Pues cáusate pena ?
SABINA:                              Alguna.
CESARO:      ¿ Ha mucho le quieres ?
SABINA:                                No.
CESARO:      Pues dilo.
SABINA:                    Es desenvoltura. 755
CESARO:      ¿ No es tu igual ?
SABINA:                          Es mucho más.
CESARO:      ¿ Será tu esposo ?
SABINA:                            Estó en duda.
CESARO:      ¿ Amate ?
SABINA:                    Dice él que sí.
CESARO:      Pues basta.
SABINA:                    No estoy segura.
CESARO:      Dime quién es.
SABINA:                        ¿ Para qué ? 760
CESARO:      Mataréle.
SABINA:                    ¿ Por qué injuria ?
CESARO:      Porque te ama.
SABINA:                        ¡ Arre que se burla !
CESARO:      ¡ Ay de mí !
SABINA:                    ¿ Siéntelo ?
CESARO:                                Mucho.
SABINA:      ¿ Tanto me quiere ?
CESARO:                              Es locura.
SABINA:      Pues, júrelo.
CESARO:                        ¡ Por tus ojos ! 765
SABINA:      ¿ No más ?
CESARO:                      Y por tu hermosura.
SABINA:      ¿ Es muy noble ?
CESARO:                          Soy Ursino.
SABINA:      Y yo villana.
CESARO:                          ¿ Amor no ajusta
   desiguales muchas veces ?
SABINA:      Cuando su llama asegura. 770
CESARO:      Luego iguales los dos somos.
SABINA:      No hay amor en parte alguna.
CESARO:      ¿ Pues qué es aquéste ?
SABINA:                                Engaño.
CESARO:      Mucho sabes.
SABINA:                      So muchacha.
CESARO:      ¿ Es galán tu amante ?
SABINA:                              Lindo. 775
CESARO:      ¿ Muy alto ?
SABINA:                      Como una grulla.
CESARO:      ¿ Gentilhombre ?
SABINA:                        Como un Mayo.
CESARO:      ¿ Muy discreto ?
SABINA:                        Más que un cura.
CESARO:      ¿ Qué talle ?
SABINA:                      De aquese talle.
CESARO:      ¿ Qué cara ?
SABINA:                    Como la suya. 780
CESARO:      ¿ Soy yo acaso ?
SABINA:                        ¿ Querrá él sello ?
CESARO:      ¡ Pues no !
SABINA:                    ¡ Arre, que se burla !
   (¡ Valga el diablo el escolar !        Aparte
   Quillotrada estoy sin duda,
   o es amor el que me come, 785
   o son cosquillas o pulgas.)
CESARO:      ¿ Que no me crees ?
SABINA:                            No lo creo.
CESARO:      ¿ Pues qué haré ?
SABINA:                        Comer las truchas
   de aquí, que diz que se pescan,
   señor, a manos enjutas. 790
   ¿ Para qué quiere sardinas
   del aldea, que aunque hay muchas
   son muy groseras y caras ?
CESARO:      Sobre gustos no hay disputa.
   Dame esa mano.
SABINA:                        ¿ A qué fin ? 795
CESARO:      Diré mi buena ventura
   a la tuya.
SABINA:                    ¿ Sois gitano ?
CESARO:      ¿ Qué no es amor ?
SABINA:                          ¡ Ah, hi de pucha,
   qué bien sabes quillotrar !
   ¡ A fe que sois mala cuca ! 800

Dale la mano a CESARO

CESARO:      ¡ Qué blanca !
SABINA:                      Como carbón.
CESARO:      Dime, pues, la patria tuya.
SABINA:      Ya no os puedo negar nada.
   Castel Montalto y sus grutas
   es mi patria humilde y pobre; 805
   y tan baja mi fortuna
   que mi padre y tres hermanos
   heredamos de la cuna
   una casa sin tejado,
   treinta ovejas y dos burras. 810
   Pereto a mi padre llaman,
   mi nombre es Sabina, y una
   hermana que me dió el cielo,
   más fresca que las lechugas,
   se llama Camila; Félix 815
   es mi hermano, que procura
   el regalo de mi padre,
   con tal piedad y cordura,
   que espero en Dios le ha de hacer
   mil mercedes. Si es que gustas, 820
   señor, de muesa pobreza
   y muesas peñas incultas,
   esto sólo soy y tuya,
   que es lo más que tener puedo,
   si como noble procuras 825
   que la joya de mi honor
   ni se rompa ni destruya;
   que la guardo por ser sólo
   lo que debo a la Fortuna.
CESARO:      Sabina sabia, ya entiendo 830
   tus palabras. La hermosura
   de esos ojos vale más
   que cuanto mi sangre ilustra.
   Fía de mí, que soy noble,
   y que las palabras tuyas 835
   por ser tan castas y honradas
   el oro de mi fe apuran.
   Yo iré a tu lugar mañana
   fingiendo que en la espesura
   de sus montes ando a caza. 840
   Ocasión de vernos busca.
   Verás cuanto puede Amor.
   Aquesta cadena es tuya
   y aquestos brazos tras ella.
SABINA:      Lo postrero no, que es mucha 845
   licencia.    Esotro recibo
   por su amor y por mi fruta.
CESARO:      En fin, ¿ me quieres ?
SABINA:                              No sé.
CESARO:      ¿ Serás mía ?
SABINA:                      Seré suya.
CESARO:      ¿ Cuándo ?
SABINA:                    El tiempo lo dirá. 850
CESARO:      ¿ Quién lo puede hacer ?
SABINA:                                El cura.
CESARO:      Dame en señal una mano.
SABINA:      Luego. ¡ Arre, que se burla !

Vanse los dos. Llega CESARO a abrazarla, y vase sin abrazarla. Salen dos ESTUDIANTES

ESTUDIANTE 1:      Ya descubrí el estudiante
   que a Fermo y comarca asombra.
ESTUDIANTE 2:      ¿ De veras ?
ESTUDIANTE 1:                    Félix se nombra.
   Cosa os diré que os espante. 855
   Desde el cuello le seguí
   por saber si por los vientos
   con alas de encantamentos
   volaba; y fuera de aquí,
   tras una casa caída, 860
   vi que una hermosa villana,
   a quien dio nombre de hermana,
   con su tardanza afligida,
   a desnudarle acudió
   la sotana y el manteo.
ESTUDIANTE 2:      ¿ Qué dices ?
ESTUDIANTE 1:                      Aún no lo creo.
ESTUDIANTE 2:      Y, ¿ pues ?
ESTUDIANTE 1:                    De un costal sacó 865
   un traje rústico y vil,
   y vestido en un instante
   fue pastor nuestro estudiante.
ESTUDIANTE 2:      ¡ Hay enredo más sutil !
ESTUDIANTE 1:      Metió en el saco al momento
   el escolástico traje,
   y vuelto al tosco lenguaje, 870
   cada cual en un jumento
   subió; y la hermosa villana
   dijo, "Félix, aguijemos,
   que anochece, y aún tenemos
   seis millas que andar."    "Hermana," 875
   respondió, "yo sé que falto
   a mi padre, que me espera;
   no puedo más; yo quisiera
   estar ya en Castel Montalto.
   Mas caminemos, que presto 880
   liegaremos."    Y picando
   se fueron los dos, quedando
   suspenso yo.
ESTUDIANTE 2:                      Habéisme puesto
   en admiración extraña.
   ¡ Castel Montalto es su tierra ! 885
ESTUDIANTE 1:      ¿ Las peñas de aquesa sierra
   y el rigor de una montaña
   tal ingenio criar puede ?
ESTUDIANTE 2:      Mañana ha de venir;
   pues, a fe, que he de decir
   quién es, y sin que lo vede
   su poco nombre y estima, 890
   con todos hemos de hacer
   que a Fermo le haga oponer
   a la cátedra de prima.
ESTUDIANTE 1:      Eso será lo mejor.
ESTUDIANTE 2:      No vi cosa semejante.
ESTUDIANTE 1:      En un punto fue estudiante
   el que en otro fue pastor.

Vanse los ESTUDIANTES.    Salen SIXT0, de villano, y SABINA

SIXTO:      Aún no ha, hermana, anochecido, 895
   y estamos en casa ya.
SABINA:      Bueno, ni anochecerá
   en esta hora.
SIXTO:                        Hemos venido
   todo el camino corriendo.
SABINA:      (¡ Ay, escolar robador !                Aparte 900
   Si esto que tengo es amor
   de amores me estoy muriendo.)
SIXTO:      (Mi imaginación honrada          Aparte
   me está consumiendo en mí
   desde el instante que oí 905
   la voz del ser papa ó nada.

Voces de fiesta dentro

SABINA:      Félix, ¿ qué voces son éstas ?
SIXTO:      Llégase la Pascua ya,
   y alguna fiesta será.
SABINA:      No está el alma para fiestas. 910

Salen PASTORES con MUSICA, PERETO y CAMILA. Cantan

MUSICA:      "Viva Félix felice,
   de los mozos rey;
   que la Pascua de Reyes
   ya de flores es."
UNO:      "Su rey los serranos 915
   le acaban de her;
   Dios le haga de veras
   lo que en juego es
   obispo ó barbero,
   papa o sacristén. 920
   Denle la obediencia
   con el parabién
   los que haciendo fiestas
   le vienen a ver."
TODOS:      "Viva Félix felice, 925
   de los mozos rey,
   que la Pascua de Reyes
   ya de flores es."
CAMILA:      Hermana, dame esos brazos.
PERETO:      Enojado te esperaba 930
   el amor que mi vejez
   tiene con tu tardanza.

De rodillas

SIXTO:      No he podido, padre, más.
   Dadme esa mano.
CAMILA:                        ¿ Y mis calzas ?
SIXTO:      Dentro las alforjas vienen 935
   con una patena y sarta.
CAMILA:      ¡ Vivas mil años ! ¿ No ves
   cómo los de la comarca
   te han hecho rey esta tarde
   para holgarse aquesta Pascua ? 940
CHAMOSO:      Pardiez, que no faltó voto.
PASTOR 3:      Señal que a nadie le falta
   el amor que todos muestran.
SIXTO:      El que les tengo me pagan.
CHAMOSO:      ¡ Viva Félix, nueso rey ! 945
TODOS:      ¡ Félix viva !
PASTOR 2:                      ¡ Hola ! Saca
   una silla de costillas.

Sácanla y siéntanle

   Dejéislo por una vara
   de alcalde de muesa aldea.
SIXTO:      Vayan por colación.
PERETO:                              Vayan. 950
   Traigan tostones y peros,
   pan, turrón, vino y castañas.
PASTOR 2:      ¿ Adónde está la corona ?
CHAMOSO:      Quedóse, pardiobre, en casa.
PASTOR 2:      Ve por ella.
CHAMOSO:                      Vivo lejos. 955
PASTOR 2:      ¿ Pues qué hemos de her ?
CHAMOSO:                                  Aguarda,
   entraré dentro en la igreja,
   y una corona dorada
   quitaré que puesta tiene
   San Luis, el rey de Francia. 960
PASTOR 1:      No te vengan lamparones
   si los santos desacatas.
CHAMOSO:      No desacato, antes quiero
   que a Félix merced le haga.

Habla CAMILA a su hermana

CAMILA:      ¿ De qué estás melenconiosa ? 965
SABINA:      Tengo quillotrada el alma.
CAMILA:      ¿ Quillotrada cómo ?
SABINA:                              ¡ Ay, Dios !

Saca CHAMOSO una tiara de tres coronas y pónesela en la cabeza a SIXTO

CHAMOSO:      Veisle aquí ya coronado.
PASTOR 1:      ¡ Ao ! ¡ La corona de Papa
   que tien puesta San Gregorio, 970
   le puso !
PERETO:                ¿ Qué has hecho ?
PASTOR 2:                                Estaba
   un poco oscura la igreja,
   y pensando que quitaba
   la del rey, quitéle estotra;
   pero buena pro le haga. 975
SIXTO:      (¿ Qué es esto, piadosos cielos,    Aparte
   tantos pronósticos ? Bastan
   los que he visto, que me inquietan
   los pensamientos y el alma.
   Bien viene aqueste presagio 980
   ya con las propias palabras
   del astrólogo y la voz
   que tanta inquietud me causan.
   ¿ Qué aguardo que no ejecuto
   el principio que me manda 985
   el cielo para este fin ?
   Francisco, vuestra orden sacra
   me ha de recibir por hijo.
   A Escuti me iré mañana
   donde los claustrales tienen 990
   una noble e insigne casa;
   el hábito he de pedirles
   que ya es cierta mi esperanza,
   y ha de salir victoriosa,
   pues hoy los cielos la amparan.) 995
PERETO:      Bien te dice la corona.
CAMILA:      Chamoso, ¿ no tien la cara
   buena para papa ?
CHAMOSO:                            Buena.
PERETO:      A serlo, ¿ qué no faltaba>
PASTOR 1:      Que de menos le hizo Dios. 1000
CHAMOSO:      Es verdad, y boqueaba.
CAMILA:      La colación nos espera.
CHAMOSO:      No te quitéis la tiara.
   Será rey pontifical.
SIXTO:      (¡ Qué inquieta llevo el alma !)      Aparte 1005
CHAMOSO:      Venga en brazos.
PASTOR 1:                          Bien has dicho.
TODOS:      ¡ Viva Félix !
CHAMOSO:                        Silvio, canta.
SIXTO:      (Pontífice soy de burlas;          Aparte
   pues Pedro de vuestra barca
   he de regir el timón, 1010
   porque he de ser papa o nada.)


JORNADA SEGUNDA

Música y acompañamiento de universidad.    Detrás de todos SIXTO, de fraile francísco, con bonete en la cabeza, con borla blanca, y a su lado RODULFO, caballero muy galán

RODULFO:      Gocéis el honroso estado,
   padre, que Fermo os ofrce
   pues el grado que os ha dado
   da muestras que lo merece 1015
   vuestro ingenio en sumo grado.
   Goce vuestra religión
   la dicha que con razón
   vuestro nombre pronostica,
   fray Félix, pues queda rica 1020
   por vos su congregación.
   Goce vuestra habildad
   Fermo, aunque viviendo vos
   ha de haber dificultad
   en distinguír de los dos 1025
   cuál es la universidad;
   pues si se encierran en ella
   todas las ciencias, vencella
   merece vuestra fortuna,
   pues no hay facultad alguna 1030
   que no os iguale con ella.
   Y así en esa borla fundo
   vuestro ingenio sin segundo,
   pues os la da el cielo franco
   blanca, por ser vos el blanco 1035
   de las ciencias en el mundo.
   Padre, el cardenal, mi tío,
   vuestra habilidad conoce,
   pío en nombre, en obras pío;
   y para que el mundo os goce, 1040
   que dirá de vos confío,
   al Papa, para que pueda
   apoyar vuestra ventura.
SIXTO:      Si á tan buena sombra queda
   mi humilde suerte segura, 1045
   ¿ qué envidía habrá qure la exceda ?
   Yo soy hijo de un villano;
   pero ya nuevo ser gano,
   pues si tan bajo me halláis,
   ya los dos me levantáis, 1050
   pues los dos me dais la mano.
RODULFO:      Andad, padre, y descansad,
   que yo os prometo de hacer
   que ensalce Su Santidad
   vuestro humilde y pobre ser 1055
   y honre vuestra habilidad.
   Aquéste es vuestro convento.
   La universidad podrá
   volverse.
SIXTO:                    (Buen fundamento          Aparte
   el cielo á mi dicha da. 1060
   No desmayéis, pensamiento.)

Vanse todos.    Salen PERETO, SABINA y CAMILA, y detienen a SIXTO

PERETO:      Félix, hijo.
SABINA:                        Con la prisa
   que se va, hermano...
SIXTO:                              ¿ Qué es esto ?
   Mi padre y tu voz me avisa.
SABINA:      La caperuza le han puesto 1065
   del cura.
CAMILA:                    ¡ Linda divisa !
SIXTO:      ¿ Qué nuevo aliento, amado padre mío,
   os trae a Fermo, vos que de la cama
   apenas a la iglesia el cuerpo frío
   podíades mover ?
PERETO:                          Hijo, quien ama 1070
   remoza su vejez y cobra brío;
   que amor, con ser tan viejo, no se llama
   sino niño, que al viejo vuelve mozo;
   si viejo soy, con verte me remozo.
   Dijéronme en Montalto que este día 1075
   te honraba esta ciudad con un bonete
   y una borla que blanca te ponía
   tu orden porque Italia te respete;
   y como la honra tuya es honra mía,
   el gozo me animó que me promete 1080
   tu vida deseada.    Al fin a Fermo
   me he atrevido a venir viejo y enfermo.
   Hoy es miércoles, hijo, y hoy has sido
   con esa nueva dignidad honrado;
   en este día sólo hemos tenido 1085
   las venturas que el cielo nos ha dado;
   en miércoles te vió Italia nacido,
   en miércoles te vimos bautizado,
   en miércoles ese hábito tomaste,
   y hoy que es miércoles, Félix, te graduaste. 1090
   En miércoles, en fin, mi fraile, espero
   que has de honrar nuestro rústico linaje.
SIXTO:      Si la Fortuna, padre, como os quiero
   me ayuda, aunque la envidia más me ultraje,
   Italia os la tendrá.
SABINA:                              No os considero 1095
   muy grave fraile; como en ese traje
   estáis, ya no hacéis caso de Sabina.
   A fe que estoy enojada.
CAMILA:                                  Y yo mohina.
SIXTO:      ¡ Ay, compañera en mis estudios ! Sabe
   el cielo que eres de mis gustos vida. 1100
CAMILA:      Ya no hacéis caso de nadie; estáis muy grave.
SIXTO:      Jamás lo que te quiero se me olvida,
   Camila amada. Porque no hay quien lave
   la ropa en el convento, ya sabida
   vuestra pobreza, si gustáis quisiera 1105
   que fuéredes desde hoy su lavandera.
   Seis reales os darán cada semana
   y de comer, que así lo ha prometido
   el padre guardián. Venid mañana
   por la ropa.
CAMILA:                      En buen hora.
SIXTO:                                    Y lo que os pido 1110
   es que, ayudándoos tú querida hermana,
   regaléis nuestro padre.
PERETO:                                  Siempre he sido
   en esto venturoso.
SIXTO:                              Y dad contento
   con vuestro buen servicio a este convento;
   haced la ropa limpia y olorosa. 1115
CAMILA:      Más blanca ha de venir que la cuajada,
   y de las hojas del poleo, la rosa
   y trébol llena.
SIXTO:                          Sed muy aseada.
SABINA:      No hay labradora sucia ni asquerosa;
   y más Camila, que es leche colada. 1120
CAMILA:      Ya es hora que nos vamos, que anochece.
PERETO:      ¡ Qué corta aquesta tarde me parece !
SIXTO:      Padre, adiós.
PERETO:                            El te vuelva brevemente
   a mis ojos.
SIXTO:                    Sí hará. Dadme esa mano.

De rodillas

PERETO:      Eres de misa; ya no lo consiente 1125
   tu dignidad.
SIXTO:                        Si el trono soberano
   de Roma coronara aquesta frente
   con la tiara del pastor romano,
   me levantara de su sacra silla
   y os la besara hincada la rodilla. 1130
   Adiós, Camila; adiós, Sabina amada;
   id con Dios.

Abrázalos

SABINA:                      Aun no habemos vendido
   nuestra leña.
SIXTO:                        Iréis de camarada,
   padre, con los serranos que han venido
   al mercado.
CAMILA:                      No hayáis temor de nada, 1135
   que hartos irán con él.
SIXTO:                                  Padre querido,
   mirad que no caigáis.
SABINA:                              Que no hará, hermano.
SIXTO:      ¿ Anda bien el jumento ?
SABINA:                                  Bien y llano.

Vanse todos.    Salen RODULFO y el maestro ABOSTRA, fraile franciscano

RODULFO:      El cardenal, mi señor,
   como en su aumento se emplea, 1140
   ver a fray Félix desea
   del papa predicador.
ABOSTRA:      Vuestro tío el cardenal,
   señor Rodulfo, se inclina
   a una persona muy dina, 1145
   sabia, noble y principal.
   ¿ Para semejantes puestos
   como el púlpito romano
   es bien honrar a un villano,
   y dejar tales supuestos 1150
   como hay en mi religión ?
RODULFO:      Fray Félix es noble y grave;
   Italia y el mundo sabe
   las letras y erudición
   de fray Félix.
ABOSTRA:                          Las ovejas 1155
   que ayer le vimos guardar
   le deben calificar.
RODULFO:      A pesar de vuestras quejas,
   padre, su virtud apruebo,
   que aunque la nobleza pueda 1160
   ilustrar a quien la hereda,
   al que la gana de nuevo
   ensalza el mundo y alaba;
   pues porque más se aventaje,
   comienza en él su linaje, 1165
   y en otros el suyo acaba.
   Mas, pues traigo comisión
   del cardenal, quiero dar
   hoy a la envidia lugar
   que deshace su opinión. 1170
   ¿ Qué sujetos hay aquí
   que al papa predicar puedan ?
ABOSTRA:      Muchos que en la sangre heredan
   letras y virtud; que en mí
   no hay envidia, mas deseo 1175
   de ver premiar nobles canas,
   y en ellas doctrinas sanas,
   y no en un mozo.
RODULFO:                          Ya lo veo.
ABOSTRA:      Doce son los que contiene
   este papel. Cada cual 1180
   fama, experiencia y caudal
   para aquese cargo tiene.
   Ya Roma sabe quien es
   el maestro Tolentino.
   El predicador divino 1185
   tuvo por nombre después
   que con aplauso notable
   le oyó la curia romana.
   Rainaro ya es cosa llana
   que es un púlpito admirable. 1190
   Pues fray Marcos de Espoleto
   tras sí se ha llevado el mundo;
   el Pablo, llaman, segundo
   al elegante Cursieto.
   Florencia dijo por él 1195
   este Adviento, al capuchino,
   el celebrado Antonino
   se llamaba Cademiel;
   y yo, que soy el menor,
   no ha un mes que en la sacra curia... 1200
RODULFO:      Basta. A nadie se hará injuria.
   Echar suertes es mejor,
   que pues tan iguales son,
   para juzgar como a sabio
   no quiero hacer a once agravio 1205
   por honrar á uno.
ABOSTRA:                              Es razón
   ésa muy justa. Ya están
   todos dentro.

Sacan una urna de plata, y meten las cédulas

RODULFO:                        El que saliere
   primero, ése se prefiere
   a todos; y aunque les dan 1210
   en los sermones la fama,
   nadie, padre, me parece
   que entrar en suerte merece
   como fray Félix; mas ama
   mucho las escuelas, lea 1215
   agora, aunque no predique
   al papa, y Fermo publique
   lo que en él el cielo emplea.
ABOSTRA:      Guíe el cielo soberano
   mis dedos donde el deseo 1220
   pretende, que ahora veo
   mi bien y mal en la mano.
   La primera que he topado
   saco.
RODULFO:      Desdobladla, pues. 1225
ABOSTRA:      ¡ Válgame el cielo !
RODULFO:                            ¿ Quién es ?
ABOSTRA:      Fray Félix.    Mas si no ha entrado
   en suertes ¿ cómo ha salido ?
RODULFO:      Dale su virtud favor;
   pero alguno por error 1230
   la debe de haber metido
   con los demás.
ABOSTRA:                          ¿ Qué es aquesto,
   cielos ? ¡ Que hasta un villano
   me haga punta !
RODULFO:                        Salió en vano.
   Aunque es tan gran supuesto, 1235
   no ha de ir fray Félix a Roma.
   Rasgadla, y volved a sacar
   otra.
ABOSTRA:      ¡ Queraísme ayudar,
   cielos, que si una vez toma 1240
   mi dicha la posesión
   del púlpito sacro, presto
   gozaré el supremo puesto
   de la de mi religión.

Sacan otra

   Por lo menos no será 1245
   de fray Félix ésta.
RODULFO:                              Aquí
   dice, "fray Félix."
ABOSTRA:                              ¡ Que ansí
   muerte mi envidia me da !
   No debe de haber otro nombre
   dentro de este vaso.
RODULFO:                                Vos 1250
   las escribisteis.
ABOSTRA:                            ¡ Que Dios
   me atormente con este hombre !
RODULFO:      Pues dos veces ha salido
   sin que en suertes haya entrado,
   y el cielo le ha señalado, 1255
   él debe de ser servido
   que de aqueste cargo goce.
   Padre, haced que venga aquí.
ABOSTRA:      ¡ Que dos veces salga así
   este villano entre doce ! 1260
RODULFO:      ¡ Gran cosa !
ABOSTRA:                      ¡ Que por tan ruín
   hombre, mis penas me inquieten !
RODULFO:      Estos principios prometen
   grande honra, dichoso fin.
   No le llamen, que yo quiero 1265
   darle el cargo y parabién.
ABOSTRA:      (Y a mí eL pésame me den.              Aparte
   Mas pues de envidia me muero,
   y se celebra en Florencia
   capítulo general, 1270
   si soy del orden claustral
   general, la competencia
   me pagará -- ¡ vive el cielo ! --   
   y que tengo de envialle
   a que ande de valle en valle 1275
   guardando cabras.)
RODULFO:                              Recelo
   que estáis envidioso.
ABOSTRA:                                  ¿ Yo ?
   De mi pecho juzgáis mal.
   (Salga una vez general,              Aparte
   que ya la memoria halló 1280
   traza con que me vengar.
   La opinión ha de perder
   que tiene el villano, y ser
   pastor.)
RODULFO:                Vamos.
ABOSTRA:                        (¡ Oh, pesar !)          Aparte

Vanse todos.    Salen SABINA y CAMILA

CAMILA:      Adelante, hermana, pasa 1285
   con tu cuento y con tu amor,
   mientras nos pagan la leña
   que hemos vendido las dos,
   que me parecen consejas
   las que cuentas; y si son 1290
   verdades, pardiez, Sabina,
   que es tu dicha la mayor.
SABINA:      Es el escolar garrido
   más que cuando sale el sol
   entre nubes a quien borda 1295
   su dorado resplandor.
   Cada día en el mercado
   me aguardaba, como hoy;
   que amor diz que aguarda al vuelo
   como astuto cazador. 1300
   Comprábame los despojos
   que muesa tierra nos dio,
   ya el lino, ya las pajuelas,
   ya la miel, ya el requesón.
   Y si va a decir verdad, 1305
   en viéndole, el corazón
   me bailaba dentro el pecho;
   no sé yo quién le hacía son.
   Llevé dos cargas de leña
   uña vez, y el niño Dios 1310
   como vio leña, y es fuego,
   echando chispas saltó,
   más, que es cosa, y cosa hermana,
   que en la leña no emprendió,
   sino en el alma, do vive 1315
   convirtiéndola en carbón.
   Dijome el escolarejo
   tantas cosas, que al sabor
   de sus melosas palabras
   la libertad me robó. 1320
   En fin, le dije mi nombre,
   pueblo, tierra y afición;
   que amor, mudo en los principios,
   da, a la postre, en hablador.
   Proetió de ir a verme 1325
   en traje de cazador
   otro dia a muesa tierra.
   ¡ Ay, Dios !    ¡ Qué bien lo cumplió !
   Los peñascos son testigos,
   sus robles testigos son 1330
   de sus palabras, mis yerros
   el oro de Amor doró.
   Diome palabra de ser
   mi esposo, aunque urdiese Amor
   entre su seda mi estambre, 1335
   que siempre ha sido urdidor.
   Quedé, mi Camila, dueña,
   pero no dueña de honor
   mientras Césaro no cumpla
   la palabra que me dio. 1340
   Tres años ha que viniendo
   a Fermo, como a señor,
   le paga mi amor tributo;
   suya ha tres años que soy;
   esta casa de placer, 1345
   quinta o tercera es de Amor.
   ¿ A dónde no pone en quintas
   este ciego enredador ?
   Pero lo que más me aflige
   es, mi Camila, que estoy 1350
   como hÜevo de dos yemas,
   porque aquí me bullen dos;
   levántaseme a mayores
   el brial, y de mi error
   descubro el fruto que quise 1355
   gozar solamente en flor.
   ¿ Qué me aconsejas ?
CAMILA:                              No sé;
   parirlo, que es lo mejor.
   Tu liviandad me ha enojado,
   tu amor me da compasión. 1360
   Ello es hecho, no hay remedio,
   el tiempo descubridor
   nos dirá lo que has de hacer.
   Finje que es opilación,
   no lo sepa mueso padre. 1365
SABINA:      Mi esposo viene.
CAMILA:                          ¡ Ah, traidor
   rapaz, descubre secretos !
   ¡ Huego en quién se cree de vos !

Sale CESARO

CESARO:      ¡ Labradora de mis ojos !
SABINA:      ¡ Cortesano de mi vida ! 1370
CESARO:      Ya la pena se me olvida
   que por ti me daba enojos.
   Dame esos brazos.
SABINA:                              Y en ellos
   el alma.
CAMILA:                  ¡ Verá del modo
   que están !
CESARO:                      Mi bien es todo. 1375
CAMILA:      ¡ Eso sí; apretáos los cuellos !
   ¡ Arrulláos; qué palominos
   sois los dos !
CESARO:                        ¿ Esta serrana
   quién es ?
SABINA:                    Camila, mi hermana.
   Ya sabe mis desatinos, 1380
   abrázala.
CAMILA:                      ¿ A quién ? ¿ A mí ?
   mas no, nada.    Hacéos a un lado.
CESARO:      Abrazadme por cuñado.
CAMILA:      Por cuñado, aqueso sí.
   ¡ Qué buena cara que tien ! 1385
   No he visto ojos más garridos.
   Andáos a escoger maridos,
   Sabina, que lo hacéis bien.
CESARO:      ¿ Queréis vos uno ?
CAMILA:                              ¿ Qué manda ?
   Nació en las malvas mi gesto. 1390
CESARO:      Que os casaréis; será presto
   la boda.
CAMILA:                    Ya se me anda.
CESARO:      Pues, Camila, yo me encargo
   de casaros, y os prometo
   marido rico y discreto. 1395
   Abrazadme.
CAMILA:                    Es cuento largo.
CESARO:      Tomad aquesta sortija
   y los brazos.

Abrázala

CAMILA:                        Lo que os pido
   es aquello del marido.
   ¡ Ao verá cuál me embracija ! 1400
SABINA:      Sabed, Césaro, que estó
   mala.
CESARO:                ¡ Cómo !
SABINA:                      El otro día...
   Díselo tú, hermana mía,
   que tengo vergÜenza yo.
CESARO:      ¿ Qué tenéis, esposa amada ? 1405
CAMILA:      ¿ Qué diabros ha de tener ?
   Tentad y echaréis de ver
   que tien la tripa hinchada.
CESARO:      ¿ Eso me dices ansí
   sin albricias ?
CAMILA:                        Yo os las pido. 1410
CESARO:      ¿ Qué albricias ?
CAMILA:                        Las del marido.
CESARO:      ¡ Hay tal ventura !
SABINA:                            ¡ Ay, de mí !
   que, si mi padre lo sabe,
   temo que me ha de matar.
CESARO:      Dejad, mi bien, de llorar, 1415
   que en el peligro más grave
   socorre el cielo mejor.
   Aquí, con gloria distinta,
   ha de ser Chipre esta quinta,
   y vos, Venus, que al Amor 1420
   ha de parir. Al mercado
   acostumbráis cada día
   venir; cuando, esposa mía,
   llegue el tiempo deseado,
   aquí, serrana querida, 1425
   daréis el fruto que espero.
   La mujer del jardinero,
   que también está parida,
   cuidará de tu regalo.
   Mi padre es viejo y enfermo, 1430
   y presto te ha de ver Fermo,
   si a mi amor mi dicha igualo
   en diversa vida y traje.
   Sed agora labradora,
   que así mi amor os adora. 1435
   Sólo Castro y un paje
   saben nuestro amor; mi bien,
   no lloréis.
CAMILA:                      Alto de aquí.
CESARO:      ¿ Es hora, Camila ?
CAMILA:                            Sí,
   que es tarde. Sabina, ven, 1440
   que hueles a caballera,
   y vo envdiosa un poquillo.
   Yo no huelo sino a tomillo
   y cantueso.
SABINA:                      No quisiera
   partirme de aquí en mi vida; 1445
   pero ya es de noche. Adiós,
   que acá me quedo con vos.
CAMILA:      Espera hoy la despedida.
CESARO:      Camila, el cielo os me guarde.
CAMILA:      Ao, no pongais en olvido... 1450
CESARO:      ¿ Qué ?
CAMILA:      Bueno, lo del marido.
CESARO:      No hayáis miedo.
CAMILA:                          Ven que es tarde.

Vanse las dos.    Sale el príncipe FABRIANO, POMPEYO y DECIO

FABRIANO:      Debe a su santidad la casa Ursina
   mil mercedes, y yo principalmente 1455
   por la afición que a mi favor le inclina.
CESARO:      Señor ¿ qué es esto ?
FABRIANO:                                Hoy, hijo, dale al cielo
   mil gracias en albricias de que toma
   a su cargo tu aumento mi consuelo.
   ............................
   ..............................        1460
   Cardenal eres, Césaro, de Roma.
CESARO:      ¿ Yo ?
FABRIANO:                  Sí; la beatitud de Pio Quinto,
   santo en la dignidad como en las obras,
   la púrpura te da con que en distinto
   y en diferente estado te prefieres 1465
   a tu hermano mayor en honra y fama.
   Cardenal te ha criado, y ya lo eres,
CESARO:      (¡ Ay, de mí !)                              Aparte
FABRIANO:                            La familia y casa Ursina
   honra su santidad con gran cuidado.
CESARO:      (¡ Ay, mi serrana hermosa ! ¡ ay, mi Sabina ! Aparte 1470
   ¿ Qué estorbos de tu amor son los que escucho ?
          Mas, ¿ qué estorbos quien ama no atropella ?
   Quien quiere mucho menosprecia mucho.
   Perdóneme la púrpura romana,
   la dignidad suprema y su capelo, 1475
   que mi sayal estimo y no su grana.)
FABRIANO:      Paréceme que te has entristecido
   de lo que era razón que te alegrases.
   ¿ No me respondes ?    ¿ Tú el color perdido ?
CESARO:      No te espantes, señor; mudo he quedado 1480
   cuando me ofreces el honroso oficio
   del cargo sacro que gozar no puedo.
FABRIANO:      ¡ Cómo que no puedes ! ¿ Quién te inhabilita,
   que no puedes gozarle ?
CESARO:                                    Estoy casado.
FABRIANO:      ¿ Casado ? ¡ Loco ! mi paciencia irrita 1485
   a justo enojo. ¡ Ah, desdichado viejo !
   .................................
CESARO:      No aguarda Amor licencia ni consejo.
FABRIANO:      ¿ Quién es tu infame esposa ?
CESARO:                                          No es infame
   la esposa de tu hijo, ni agora puedo
   declararte quién es.
FABRIANO:                              ¡ Que no derrame 1490
   tu sangre vil !    ¿ Quién es, Decio, responde,
   esa mujer ?
DECIO:                    Tan ignorante en eso
   estoy, que no sé quién, cómo, ni adónde.
   No privo yo tanto que me cuenta
   de sua amores; otros pajes tiene, 1495
   ellos te lo dirán.
FABRIANO:                            ¿ Hay tal afrenta ?
   ¿ Pareceráte bien que vuelva a Roma
   el capelo que el papa te ha enviado,
   cuando con tanto amor tus cosas toma ?
CESARO:      Sobrinos tienes, deudos y parientes; 1500
   pide para uno de ellos el capelo,
   que en mí hallarás un mar de inconvenientes.
FABRIANO:      ¿ Quién es esa mujer ?
CESARO:                                    No he de decillo.
FABRIANO:      Ponelde en el castillo de Fabriano,
   veremos si lo dice en el castillo. 1505
   De guarda estén cien hombres.
CESARO:                                            Aunque aplican
   prisiones, poco importa, que en la ausencia
   las almas, con amor, se comunican.
FABRIANO:      Llevalde.
CESARO:                        (Todo por Sabina es poco.)Aparte

Llevan a CESARO

FABRIANO:      No saldrás en tu vida; tu verdugo 1510
   seré en lugar de padre, infame loco.
   Decio, tú sabes esto.
DECIO:                                  Ruego al cielo,
   señor, si sé tal cosa.
FABRIANO:                                ¡ Hola !    traedme
   aquí un verdugo.
DECIO:                          De tu inclemencia apelo.
FABRIANO:      Sacad un potro aquí.
DECIO:                                  Dómele otro. 1515
   No le saquen, senor, que aunque estudiante,
   no quiero que me den el grado en potro.
   La verdad cantaré, yo seré gallo.
FABRIANO:      Acaba, pues.
DECIO:                        Estése el potro dentro,
   que no sé andar en potro ni a caballo. 1520
   Césaro habrá tres años que, perdido
   por una serraneja de Montalto,
   le dió palabra y mano de marido.
   Tan pobre es, que su hermana es lavandera
   de los frailes franciscos que aquí habitan, 1525
   y Césaro la adora de manera
   que, sin mirar que es hija de un villano,
   el más humilde y pobre de esta sierra,
   la jura hacer princesa de Fabriano.
   Cada mercado viene aquí cargada 1530
   de baratijas, y cargada vuelve,
   porque pienso, señor, que está preñada.
   Aquesto es lo que sé, que no hay secreto
   que el relincho de un potro no descubra.
   Ella, en fin, es Sabina y él Pereto. 1535
FABRIANO:      No ha de quedar en todo el vil Montalto
   casa, pajiza, encina, piedra o roble
   que el fuego y mi venganza no dé asalto.
   Yo en persona he de hacer esta venganza.
   ¿ De una villana Césaro marido ? 1540
   No logrará su vana esperanza.
DECIO:      Canté por Dios.    Un potro el arpa ha sido.

Vanse todos.    Salen ASCANIO Colona y MARCELO, de camino

ASCANIO:      ¡ Y a qué vais, señor, a Roma ?
MARCELO:      A su santidad me envía
   Venecia y su señoría; 1545
   que el ver cuán a pechos toma
   esta santa guerra y liga,
   ha obligado su tesoro,
   con una tiara de oro
   y piedras con que bendiga 1550
   el estandarte, le ofrece.
ASCANIO:      La potencia veneciana
   de liberal y cristiana
   el primer nombre merece.
MARCELO:      A sesenta mil ducados 1555
   ha llegado.
ASCANIO:                    ¡ Hermosa pieza;
   y digna de la cabeza
   de un Pío Quinto !
MARCELO:                          Convocados
   los generales están,
   de aquesta liga, el romano 1560
   por la iglesia, el veneciano
   y el fénix de Austria don Juan,
   hijo del flamenco Marte
   y cabeza de la liga.
   Quieren que el papa bendiga 1565
   el católico estandarte,
   donde las armas han puesto
   de la iglesia soberana,
   del rey, y la veneciana
   señoría, y para esto 1570
   me envían con la tiara
   que os he dicho.
ASCANIO:                            De ese modo
   vamos juntos, que yo y todo
   voy a Roma, y me pesara
   no hallarme en esta ocasión 1575
   en ella, porque es mi tío
   el capitán a quien Pío
   da de la iglesia el bastón.
   Hame impetrado un capelo
   del Papa.
MARCELO:                    Y en vos está 1580
ASCANIO:      bien empleado.
MARCELO:                        Será
   para serviros.

Sale SIXTO

SIXTO:                        ¡ Que el cielo,
   cuando más honra me trata
   en la vulgar opinión,
   por la vil persecución 1585
   de la envidia así me abata !
   Huyendo de su malicia
   vengo al sacro tribunal
   del jÜez pontifical,
   que sólo de su justicia 1590
   espero lo que me niega
   la envidia en mi religión.
   Mas, válgame Dios, ¿ quién son
   aquestos ?
MARCELO:                    Un fraile llega
   de camino y a pie ?
ASCANIO:                                Padre, 1595
   ¿ adónde solo y a pie ?
SIXTO:      Adonde el cielo me dé
   defensa. A Roma, que es madre
   de perseguidos.
ASCANIO:                              ¿ Qué veo ?
   no sois vos fray Félix ? 1600
SIXTO:      Félix fui, ya soy infelix,
   señor Ascanio.
ASCANIO:                        El deseo
   de veros se me ha cumplido;
   mas no de veros ansí.
   Veis, señor Marcelo, aquí 1605
   el que a Italia ha enriquecido
   de letras, el que en el mundo
   coluna de ciencias fuera
   cual la de Set, si viniera
   otro diluvio segundo. 1610
   Es éste el fray Félix Pereto.
MARCELO:      ¿ El de Montalto ?
ASCANIO:                          El que asombra.
MARCELO:      El monstruo, Italia, le nombra
   de letras.
ASCANIO:                      Esto, os prometo.
MARCELO:      ¿ Pues cómo venís ansí, 1615
   honra de nuestra nación ?
SIXTO:      Háceme contradicción
   la envidia, por ver en mí
   humildad en el linaje,
   letras en la juventud, 1620
   premio y honra en la virtud,
   y llaneza en el lenguaje.
   Hanme hecho predicador
   del papa, y llévalo mal,
   señores, mi general. 1625
   Huyo en fin de su rigor,
   porque ha mandado prenderme,
   y por desacreditarme,
   al papa envía a acusarme,
   y yo, queriendo valerme 1630
   de mi justicia, he venido
   huyendo hasta la montaña.
MARCELO:      ¡ Oh, bien gobernada España
   donde la observancia ha sido
   la que, echando a la claustral 1635
   tiene en ella firme asiento !
   Sabe el cielo lo que siento
   que os trate vuestra orden mal;
   pero no fuera señor
   José de Egipto y su tierra 1640
   a no hacerle tanta guerra
   la envidia. Mostrad valor,
   que a Roma vamos los dos,
   y con nosotros podéis
   ir seguro, si queréis. 1645
SIXTO:      Págueos tanta merced Dios.
ASCANIO:      Ya el papa tendrá noticia
   de quien sois; pero, si fuere
   necesario y os pidiere
   cuenta de vuestra justicia, 1650
   yo os abonaré.
SIXTO:                            De mí
   voy satisfecho, señor;
   no he menester protector,
   mi inocencia hable por mí.
ASCANIO:      Ya yo sé que la tenéis 1655
   en toda Italia abonada.

Sale JULIO, criado

JULIO:      La cena está aderezada.
MARCELO:      Venid y descansaréis;
   que luego caminaremos.
ASCANIO:      Vamos, veréis la tiara. 1660
SIXTO:      Virtud, tu valor me ampara,
   por más que andes por extremos.

Entranse, sino es JULIO, que saca una tiara

JULIO:      ¡ Oh, hética inagotable
   de la codicia de Midas !
   Oro gastan tus comidas, 1665
   tu sed bebe oro potable.
   De oro vistes tu avarircia,
   de oro buscas tu amistad
   y oro ha puesto mi lealtad
   en tus manos, vil codicia. 1670
   La tiara que Venecia
   ha entregado a mi señor
   para el romano pastor,
   hurtó mi codicia necia.
   Con sesenta mil ducados 1675
   que valéis, ¿ qué lealtad
   podrá con seguridad
   librar de vos sus cuidados ?
   Entre estas piedras que son
   las más ocultas os dejo 1680
   escordida, y yo me alejo;
   con vos queda el corazón.
   Quiero volver donde pueda
   no dar sospecha, y después
   que en vano busquen quien es 1685
   el ladrón que en vos se queda,
   tornaré, que aunque es vileza,
   esta no la puede haber
   como el haber menester,
   pues siempre es vil la pobreza. 1690

Escóndela entre unas piedras y vase. Sale SIXTO

SIXTO:      Mientras duerme quien me ampara,
   montañas, cuya aspereza
   tengo por naturaleza,
   oid en lo que repara
   del mundo la suerte avara; 1695
   porque entre el tosco sayal
   nace la invidia mortal
   y me causa esta inquietud;
   que hasta la misma virtud
   quieren que sea principal. 1700
   ¿ Qué diferencia el cielo hace,
     -- decid, encinas y robles --   
   entre villanos y nobles,
   que tanto los satisface ?
   Llorando uno y otro nace 1705
   y con las mismas señales,
   cayados y cetros reales,
   lloran también al salir;
   que en el nacer y morir
   unos y otros son iguales. 1710
   No abate al roble la palma
   por ser sus frutos mejores,
   que las dotes que hay mayores
   son sólo dotes del alma.
   Con ellos mi dicha calma, 1715
   por faltarme los pequeños,
   de quienes son otros dueños.
   Penas, razón de esto os pido;
   dádmela, aunque esté dormido,
   si puede haberla entre sueños. 1720

Duérmese sobre las peñas donde está escondida la tiara. Aparécele Roma en lo alto con unas llaves en la una mano, y en la otra una espada desnuda

ROMA:      Félix, ¿ qué descuido es ése ?
   Tiempo es de velar, despierta;
   que el que ha de ser mi pastor
   no es bien que descanse y duerma.

SIXTO habla entre sueños

SIXTO:      ¿ Quién eres, doncella hermosa, 1725
   que tus palabras me inquietan
   el alma ?
ROMA:                    Roma, del mundo
   y de la iglesia cabeza.
SIXTO:      ¿ Pues qué me quieres ?
ROMA:                                Armarte,
   para que en los hombros tengas 1730
   la carga honrosa y pesada
   de la militante iglesia.
   El Santo Papa Pío Quinto,
   en cuyo favor esperan
   Austria y España en Lepanto 1735
   vencer las lunas turquescas,
   con un capelo te aguarda;
   y después que las ovejas
   del católico rebaño
   seis años rija, y suceda 1740
   en su santidad y silla
   Gregorio, de fama eterna,
   para consagrar tus sienes
   mis tres coronas te esperan
   por un lustro con que ilustres 1745
   a Italia, que está en tinieblas.
   No te vencerá la envidia
   de tus émulos, ni temas
   sus vanas persecuciones,
   pues porque mejor las venzas 1750
   dos llaves te ofrece el cielo;
   pero, porque las poseas
   en seguridad, te da
   aquesta espada con ellas.
   CrÜel te llamará el vulgo, 1755
   pero, a pesar de sus lenguas,
   advierte que no se alcanza
   a veces la paz sin guerra;
   usa, Félix, el rigor
   que esta espada blanca muestra, 1760
   y gozarás de estas llaves.

Cúbrese Roma.    Despierta SIXTO. Queriendo levantarse, saca la tiara en la mano alborutado

SIXTO:      Oye, Roma, aguarda, espera;
   la tiara que me ofreces
   quiero ver dónde la llevas.
   Dame, Roma, la tiara. 1765
   ¡ Válgame Dios ! ¡ Qué quimeras
   aun durmiendo me persiguen !
   ¡ Cielos ! ¿ Qué tiara es ésta ?
   ¿ Quién durmiendo me la ha puesto ?
   Pero dentro de estas penas 1770
   cuando desperté la hallé.
   Si con señales tan ciertas,
   Roma, no gozo tu silla,
   nadie en pronósticos crea.
   ¡ Oh, peso de todo el mundo, 1775
   que, sin saber lo que pesas,
   tienes tantos deseosos,
   rica y noble en la apariencia !
   ¿ Qué mucho que peses tanto
   si te adornan tantas piedras ? 1780
   Y ¿ qué mucho que dé de ojos
   la cabeza que te lleva ?
   ¡ Válgame el cielo ! ¿ Quién pudo
   ocultar tanta riqueza
   en estos toscos peñascos ? 1785
   Pero ¿ qué voces son éstas ?

Salen ASCANIO, MARCELO y JULIO alborotados

MARCELO:      Todos los de la posada
   y el huésped con ellos prendan,
   que tal insulto merece
   como es la culpa la pena. 1790
ASCANIO:      ¿ Hay igual atrevimiento ?
   ¡ La tiara que Venecia
   envía al papa, robada !
JULIO:      (Encubrid mi insulto, peñas.)            Aparte
MARCELO:      ¡ Válame el cielo !    ¿ Qué veo ? 1795
   ¿ La tiara no es aquélla
   la misma ?
ASCANIO:                    ¡ Jesús ! Fray Félix,
   ¿ vos la hurtasteis ? No creyera
   tal cosa jamás.    ¡ Jesús !
MARCELO:      No me espanto de que os tengan, 1800
   padre, en tan mala opinión,
   pues que vuestras obras muestran
   las malas inclinaciones
   que a los de vuestra orden fuerzan
   a perseguiros ansi.
SIXTO:                              Pues yo... 1805
ASCANIO:      ¿ Aún no tenéis vergÜenza
   de hablar aquí ? No hay disculpa.
MARCELO:      Vaya a Roma, porque en ella
   se castigue este delito
   como merece.
ASCANIO:                      ¿ A bajeza, 1810
   se inclina un hombre cual vos,
   semejante ?    Mal se emplean
   las letras que os dan tal fama.
JULIO:      (De mis desgracias las medias        Aparte
   ahorro, ya que perdí, 1815
   por mi poca diligencia,
   tal joya, pues mi codicia
   con mi infamia está encubierta.)
ASCANIO:      Por lo bien que os he querido,
   padre, y por la reverencia 1820
   del hábito que traéis,
   de quien dais tan mala cuenta,
   haré que no os lleven preso
   a Roma, que me avergÜenza
   el ver a un fraile ladrón. 1825
SIXTO:      Escuchad, señor.
MARCELO:                          ¡ Que aún lengua
   tengáis para disculparos
   de tal ! ¡ De que a tal bajeza
   la de su bajo linaje
   le inclina !

Vanse todo sino es SIXTO

SIXTO:                      ¡ Cielos, paciencia ! 1830
   ¿ Qué enredos, qué confusión
   rendir mi paciencia intenta ?
   Qué borrasca, qué tormenta
   derriba así mi opinión ?
   ¿ Ya me tienen por ladrón, 1835
   cuando me juzgo por dueño
   de Roma ? ¡ Por tan pequeño
   gusto, afrentas, cielos, tales !
   Despierto me dais los males,
   y los bienes cuando sueño. 1840
   ¡ Ay de mí, cómo ha salido
   el vil pronóstico cierto !
   Ya experimento despierto
   lo que me engañó dormido.
   Las tres coronas han sido 1845
   aquéstas que mis quimeras
   creyó gozar verdaderas.
   ¡ Ay, desdichada ambición !
   ¡ De burlas mis dichas son,
   y mis desdichas de veras ! 1850

Salen CHAMOSO, CRENUDO y PERETO, llorando

CRENUDO:      Ya el llanto, Pereto, en vano
   vuestra honrada vejez baña.
CHAMOSO:      No ha sido, por cierto, hazaña
   del príncipe Fabriano
   el quemar la pobre hacienda 1855
   que el cielo en Montalto os dió;
   pero ya que os la quemó,
   dando a su cólera rienda,
   en mi casa viviréis,
   y la mía, aunque es escasa, 1860
   será vuesa.
PERETO:                      No es mi casa
   quien causa el llanto que veis;
   que, aunque de ella vivo falto,
   la vejez que me hace guerra
   casa debajo la tierra 1865
   pide, y no sobre Montalto.
   Mi honra lloro perdida,
   y a Sabina que la dió
   a quien tan mal la empleó.
SIXTO:      ¡ Padre !
PERETO:                  ¡ Hijo de mi vida ! 1870
   ¿ Tú aquí ?
SIXTO:                      Y vos dando a los ojos
   llanto que mis penas fragua.
PERETO:      ¡ Ay, Félix ! no basta el agua
   que derraman mis enojos
   para que la mancha lave 1875
   de nuestro honor.
SIXTO:                            ¡ Ay de mí !
   Padre mío, ¿ cómo ansí ?
PERETO:      Sabina, tu hermana, sabe
   el cómo.    A Césaro ha dado
   la joya de más valor 1880
   que heredó de nuestro honor.
   Su padre, el príncipe, airado,
   porque su mujer la llama,
   dicen que le tiene preso,
   y en venganza de este exceso 1885
   que dice ofende su fama,
   fuego a mi casa pajiza
   ha puesto, cuyas alhajas
   por ser los techos de pajas
   se han convertido en ceniza. 1890
   Pero no siento esto tanto
   como mi perdido honor
   y que quite de este error
   fruto que aumente mi llanto.
   Félix [hijo], Sabina está 1895
   preñada.
SIXTO:                    Eso, sí, Fortuna.
   Vengan desdichas, que alguna
   la vida me acabará.
   ¡ Ah, males con que acrisolo
   mi paciencia ! Derribad 1900
   juntos mi felicidad;
   que nunca un mal viene solo.
   Padre, ni el honor perdido,
   ni la hacienda siento tanto
   como ese honrado llanto 1905
   que el alma me ha enternecido.
   ¡ Ay, padre !    Quién padeciera
   cuantas penas puede haber
   para que del padecer
   ninguna parte os cupiera ! 1910
   No pequeñas me han cabido.
   Infamado de ladrón
   estoy, y mi religión
   de su gremio me ha expelido.
   Pero aunque tanta venganza 1915
   a la envidia doy, no intento,
   porque crezca el pensamiento,
   que desmaye la esperanza;
   que si el cielo solicita
   contra mí desdichas tales 1920
   y, con un tropel de males,
   todos los bienes me quita,
   sin ellos mi dicha pruebo,
   que, pues por tan varios modos,
   Dios me desnuda de todos, 1925
   es por vestirme de nuevo.
   Yo voy a Roma; allí tengo
   al cardenal protector,
   y de su ayuda y favor
   mi felicidad prevengo. 1930
   Entretanto, padre mío,
   podréis con Chamoso estar;
   que de nadie oso fiar
   lo que de su amistad fío.
   Chamoso por mi respeto 1935
   mirara, padre, por vos.
CHAMOSO:      Por cualquiera de los dos,
   que es muy honrado Pereto.
   Mas ya que a Roma partís,
   ¿ vais a pie ?
SIXTO:                      No tengo en qué, 1940
   y es fuerza que vaya a pie.
CHAMOSO:      No haréis, pues eso decís;
   que os prestaré un cuartago
   que el miércoles os pondrá
   dentro en Roma.
SIXTO:                        ¿ Quién podrá 1945
   pagarlo ?
CHAMOSO:                  No quiero pago.
SIXTO:      Dame, mi padre, tu mano.
PERETO:      Pague tu obediencia el cielo,
   que con verte me consuelo;
   mas sin honor todo es vano. 1950
SIXTO:      Estos trabajos celebran
   mi nueva felicidad;
   que la virtud y verdad
   adelgazan, mas no quiebran.

Vanse todos.    Entra EL PAPA Pío Quinto, RODULFO, un FRAILE franciscano y otro. Siéntase EL PAPA

EL PAPA:      Ya yo tengo noticia de las partes 1955
   de aqueste religioso; que fray Félix
   tiene fama y renombre en varias partes.
   También la envidia sé que le hace odioso
   con su orden, y estimole por eso,
   que siempre es envidiado el virtÜoso. 1960
   Si el general por eso le aborrece
   y le acusáis vosotros, yo le alabo,
   que la virtud más perseguida crece.
FRAILE 1:      Beatísimo padre, en esta carta
   que nuestro padre general escribe 1965
   a vuestra santidad hay materia harta
   para que eche de ver cuán virtÜoso
   es fray Félix al mundo, y su justicia
   dar ayuda y favor a un sospechoso
   en la fe.
RODULFO:                      Si no hubiera más sospecha 1970
   en vuestra acusación que en el hábito,
   quedara esa malicia satisfecha.
EL PAPA:      Cosas de fe aun en duda es bien vellas,
   que aun la fama no más deslustra un hombre.
RODULFO:      ¡ Ah, envidia¡    ¡ Qué de honores atropellas ! 1975
EL PAPA:      Vos la leed, que de un ingenio grande
   se puede sospechar cualquier desgracia.
RODULFO:      ¡ Que a tal maldad la envidia se desmande !
   Mas aunque más su fuego y rabia atice
   la verdad vencerá por flaca que ande 1980
   Ansí la carta, padre santo, dice,

Lee

   "El maestro fray Félix Pereto, por católico
         celoso de nuestra Santa Fe, y el más docto de
   nuestra Religión, merece que vuestra Santidad
   le premie en el cargo de Inquisidor de Venecia,
   que está ahora vacante, y en confirmación de 1985
   esta verdad lo firmamos yo y los infrascritos
   por testigos de su abono en esta Universidad
   de Fermo y Monasterio Claustral de San Francisco,
   a 26 de octubre de 1550.    El maestro Abostra,
   indigno General de la Orden Claustral de San Francisco --    1990
   Fray Angelo de Monte -- Fray Silvestre Espigio."

Muy sorprendido

FRAILE 1:      Fray Angelo, decid, ¿ yo he firmado
   tal cosa ?
FRAILE 2:                    ¿ Yo en su abono eché mi firma ?
FRAILE 1:      ¿ El padre general escribió eso ?
EL PAPA:      ¿ Son aquestos los cargos que deponen
   de fray Félix, decid ?    Vuestra vergÜenza 1995
   os sirva de castigo por ahora.
RODULFO:      No quepo de contento.
FRAILE 2:                                ¡ Oh, envidia necia !
EL PAPA:      Inquisidor le nombro de Venecia.

Sale SIXTO

SIXTO:      Gracias al cielo, que puedo
   pisaros, palacios sacros, 2000
   y en miércoles, que es mi día,
   venturoso fin aguardo.
   Pero, ¿ estoy en mí ? ¿ Qué es esto ?
   Inadvertido me he entrado
   hasta la presencia misma 2005
   del universal prelado.
   Pon, santísimo pastor,
   en mi boca ese pie santo,
   dos veces por el oficio
   y por el dueño sagrado. 2010
EL PAPA:      Levantáos, hijo, ¿ quién sois ?
RODULFO:      ¡ Cielos ! al colmo llegaron
   las venturas de fray Félix.
   El que te adora postrado
   es el que su orden persigue. 2015
EL PAPA:      A buen tiempo habéis llegado.
   Huélgome de conoceros;
   indicios he visto claros
   de vuestro divino ingenio
   en vuestro semblante sabio. 2020
   Vuestro general es muerto.
SIXTO:      ¡ Válgame el cielo !
EL PAPA:                              En vos hallo
   partes dignas de ocupar
   fray Félix, tan digno cargo.
   Por vicario general 2025
   en lugar suyo os señalo.
SIXTO:      Son mis fuerzas...
EL PAPA:                          De esto gusto.
SIXTO:      En tus pies pongo mis labios.
FRAILE 1:      ¿ Qué dice, padre, de aquesto ?
FRAILE 2:      Que hemos muy bien negociado. 2030
   ¿ Quién le dijo que era muerto
   el general ?
FRAILE 1:                      Si es un santo,
   Dios, padre, se lo habrá dicho.
EL PAPA:      También, fray Félix, os hago
   inquisidor de Venecia. 2035
SIXTO:      Tanto bien...
RODULFO:                      Gocéis mil años
   el oficio.
SIXTO:                    Todo viene,
   Rodulfo, por vuestra mano.

A SIXTO

FRAILE 1:      Dadnos a besar la vuestra
   como a súbditos.
SIXTO:                          Los brazos 2040
   os doy, olvidando, padres,
   vuestra envidia y mis agravios.

Salen ASCANIO y MARCELO, y sacan en una fuente la tiara

MARCELO:      Gran sucesor de San Pedro,
   el senado veneciano
   esta tiara os presenta, 2045
   porque el estandarte santo
   de la liga bendigáis
   con ella.
EL PAPA:                    Muestra el Senado
   de su cristiandad el celo.
RODULFO:      ¡ Gran joya !
FRAILE 1:                      ¡ Presente raro ! 2050
EL PAPA:      Mostrad.

Vásela a dar y tropieza, y da la tiara en las manos de SIXTO

SIXTO:                    ¡ Válgaos Dios ! Tened,
   que la que ha de estar en alto
   de la cabeza del Papa
   no es razón que caiga abajo.
EL PAPA:      No hará, fray Félix, que vos 2055
   la tenéis, y en vuestras manos
   mi tiara está segura,
SIXTO:      (¡ Válgame Dios ! ¡ qué presagios        Aparte
   tan grandes mi pecho inquietan !)
ASCANIO:      Padre, el cielo os da su amparo, 2060
   y vuelve por la virtud
   que os da fama y nombre claro.
   Ya supimos quién hurtó
   esta tiara y cuán falso
   fue nuestro loco jÜicio. 2065
   El queda ya castigado,
   y a vos perdón os pedimos.
SIXTO:      Con él os doy estos brazos.
   (Cielos, dichoso fin tienen          Aparte
   mis rigurosos trabajos; 2070
   los de mi padre volved
   en gusto.)
EL PAPA:                    A bendecir vamos
   el católico estandarte
   de la liga. En vuestras manos
   dió, fray Félix, mi tiara; 2075
   traedla, que os he cobrado
   tanta afición que he de haceros
   mucho favor.
SIXTO:                      Tus pies sacros
   beso mil veces humilde.
   (Miércoles, siempre me ha dado      Aparte 2080
   en tí el cielo buena suerte.)
FRAILE 2:      ¡ Gran dicha !
MARCELO:                      ¡ Suceso extraño !


JORNADA TERCERA

  

Salen ALEJANDRO Y PERETO

ALEJANDRO:      La mano Césaro ha dado
   de esposo a Octavia Colona.
   Ya se ilustra su persona, 2085
   asegurando el cuidado
   de su padre, que hasta agora
   le ha tenido en una torre.
   Pues una vejez socorre,
   y una pobre labradora 2090
   pierde poco en ser gozada
   de un príncipe, no os aflija,
   buen viejo, el ver vuestra hija
   de esa esperanza burlada;
   que el nieto que el cielo os dió, 2095
   como hijo natural
   de Césaro, del sayal,
   que en vuestra casa heredó,
   pasará a la ilustre seda,
   y os honraréis, en efeto, 2100
   con un caballero nieto
   que a pique de heredar queda
   el estado de Fabriano,
   porque Julio, que heredaba
   al príncipe, agora acaba 2105
   de morir; siendo su hermano,
   Césaro, tan venturoso,
   que en el estado sucede.
PERETO:      Cuando por príncipe quede
   Césaro y de Octavia esposo, 2110
   no quedará muy honrado,
   y su nobleza celebra
   con las palabras que quiebra
   quien su valor ha quebrado.
   Gózense, vivan los dos 2115
   en el fruto de su hazaña,
   que si una mujer engaña,
   no podrá engañar a Dios,
   que es juez y testigo santo
   de que es sola su mujer 2120
   mi Sabina.
ALEJANDRO:                    Podrá ser
   si porfiáis, padre, tanto,
   que irritando la paciencia
   del príncipe mi señor,
   efectos de su rigor 2125
   os hagan tener paciencia.
   El es quien aquí me envía
   a que de su parte os ruegue,
   sin que el interés os ciegue
   de vuestra vana porfía, 2130
   que déis a Sabina estado
   con algún serrano igual
   a su sangre y natural;
   que ansí quedaréis honrado,
   y Césaro, vuelto en sí, 2135
   viendo a Sabina casada,
   podrá la palabra dada
   cumplirá Octavia. Si ansí
   lo hacéis, para remediaros
   mil ducados os ofrece 2140
   el príncipe.    Si os parece
   hoy podéis determinaros.
PERETO:      Decí al príncipe, señor,
   que si supiera el contento
   que mi grosero sustento 2145
   y estado de labrador
   me causó siempre, y lo poco
   en que estimo los blasones,
   noblezas y pretensiones
   que llama honra el mundo loco, 2150
   yo quedara disculpado
   y tuviera su grandeza
   más envidia a mi pobreza
   que yo a su soberbio estado.
   Que no el tener cofres llenos 2155
   la riqueza en pie mantiene;
   que no es rico el que más tiene
   sino el que ha menester menos.
   Si Sabina me creyera,
   ni el príncipe se quejara, 2160
   ni nuestro estado sacara
   de su humilde y pobre esfera.
   Era mujer, y heredó
   de la primera mujer
   el ser fácil de creer; 2165
   pero pues que la engañó,
   decid, que de qué provecho
   darla a otro esposo será,
   ni quien deshacer podrá
   lo que Dios y el cielo ha hecho. 2170
   Yo no le pienso ofender,
   supuesto que sé por cierto,
   por su palabra y concierto,
   que es Sabina su mujer,
   pues vivirá consolada, 2175
   por más que el vulgo la arguya,
   con llamarse esposa suya;
   aunque no perdiera nada
   vuestro príncipe, por cierto,
   en juntar su sangre noble 2180
   con nuestra humilde, que al doble
   es más sabroso el injerto
   que junta la noble rama
   al tronco áspero y grosero,
   y Amor, como es jardinero, 2185
   más estos injertos ama.
   Pero no importa, decí
   que goce a Octavia mil años,
   pues agravian sus engaños
   la casa Colona así; 2190
   y los ducados que ofrece
   no los hemos menester,
   que no se usa aquí vender
   las honras, ni me parece
   que juzgará el vulgo necio 2195
   bien de nuestro honor, si intenta
   ponerle al príncipe en venta
   y Sabina admite el precio;
   que en la corte es cosa usada,
   por más que el vulgo lo note, 2200
   el remediar con un dote
   una mujer deshonrada.
   Y si esto el mundo publica,
   no es bien que esta fama cobre;
   pues vale más la honra pobre 2205
   que la deshonra más rica.
ALEJANDRO:      Pesárame de que os venga
   de aquesa resolución
   algún mal.
PERETO:                      En mi razón
   mi inocencia amparo tenga. 2210
   No es la justicia cobarde
   que me ha de amparar.
ALEJANDRO:                                Recelo
   algún mal, buen viejo. El cielo
   os desengañe.
PERETO:                      El os guarde.

Vase ALEJANDRO

PERETO:      Acuérdome una vez haber oído 2215
   una fábula en que ejemplos toco,
   notables de un ciprés, que en tiempo poco
   hasta el cielo creció desvanecido.
   Burlábase de un junco que, vencido,
   su segura humildad juzgaba en poco; 2220
   mas con un viento recio el ciprés loco,
   quedando el junco en pie, se vió abatido.
   Su humilde estado y pobres ejercicios
   estime mi Sabina, aunque haya hecho
   burla el ciprés de su honra y hermosura; 2225
   que cuando en los soberbios edificios
   abrasa el rayo el más dorado techo,
   la más humilde choza está segura.

Sale SABINA

SABINA:      Arroyuelos que, entre arenas,
   plata en guijas descubrís, 2230
   pareciendo que os reís
   porque lloro yo mis penas;
   márgenes verdes y amenas
   que al sol servís de cortina,
   cuando en su agua cristalina 2235
   imita a Narciso hermoso,
   decidle a mi preso esposo
   lo que llora su Sabina.
   Montes de crecidos talles
   que los cielos asaltáis 2240
   y al ambicioso imitáis,
   como al humilde los valles;
   verdes e intrincadas calles,
   por cuya sombra camina
   el que ausente peregrina, 2245
   cual yo, sin gusto y reposo,
   decidle a mi pobre esposo
   lo que llora su Sabina.
PERETO:      ¡ Qué descuidada venís
   cantando endechas al prado ! 2250
   Llorad vuestro honor burlado,
   hija, si agravios sentís.
SABINA:      Padre mío, ¿ qué decís ?
PERETO:      Que Césaro, en vuestra afrenta,
   ajenos brazos intenta, 2255
   y a olvidaros se ha dispuesto;
   porque quien se cree de presto
   presto también se arrepienta.
   Césaro a Octavia pretende
   por esposa, que es su igual, 2260
   y el oro con el sayal
   siempre se agravia y se ofende.
   Comprar vuestro honor pretende,
   para haceros más afrenta,
   y cubrir con oro intenta 2265
   el hierro de vuestro amor.
   Mirad si es joya el honor
   digna de ponerse en venta.
SABINA:      ¡ Ay, de mí !
PERETO:                        Llorad las penas
   de vuestras desgracias sumas, 2270
   pues vuestras groseras plumas
   dejásteis por las ajenas.
   Las del sayal eran buenas.
   Quien su natural violenta
   bien es que su agravio sienta; 2275
   morir llorando os conviene,
   porque en poco su honor tiene
   a quien no mata una afrenta.
SABINA:      ¡ Cielos ! ¡ Césaro casado !
   No es posible, engaños son; 2280
   que es profeta el corazón,
   y no le siento alterado.
   Alto, amoroso cuidado,
   buscad el modo mejor
   como asegure mi honor 2285
   con mi esperanza afligida,
   que corre riesgo la vida
   en el potro del temor.

Vanse los dos.    Sale el príncipe FABRIANO, MARCO Antonio y ALEJANDRO

FABRIANO:      ¿ Eso responde el villano ?
ALEJANDRO:      En eso se determina. 2290
   Esposa llama a Sabina
   de Césaro, y que es en vano,
   dice, el que intenta vencer
   con interés su firmeza,
   que estima en más su pobreza 2295
   que tu valor y poder;
   fuera de que ofenderá
   a Dios si se determina
   casar con otro a Sabina
   si con tu hijo lo está. 2300
   esto responde.
MARCO:                            ¡ Que ansí
   un rústico vil responda
   a un príncipe, y corresponda
   al valor que vive en ti !
   Ya no siento tanto el ver 2305
   que sea estorbo una villana
   para que Octavia, mi hermana,
   de Césaro sea mujer,
   mezclándose de esta suerte
   la sangre ursina y colona, 2310
   como el ver que a tu persona
   hable un pastor de esta suerte.
   ¡ Vive Dios ! Que he de quitar
   los estorbos de una vez,
   y que su loca vejez 2315
   las canas ha de bañar
   en la sangre de su hija.
FABRIANO:      Indigno es de tal persona
   que Marco Antonio Colona
   venganza tan vil elija, 2320
   que los más viles criados
   de mi casa abrasarán
   a Montalto y quitarán
   los estorbos y cuidados
   que nos da esa vil mujer, 2325
   con su muerte.
MARCO:                        Con mis manos
   he de hacer que estos villanos
   no se atrevan a poner
   el pensamiento tan alto
   que con mi hermana compita. 2330
   Hoy verá Italia que imita
   a Troya, Castel Montalto.

Vase MARCO Antonio

FABRIANO:      ¡ Que sea yo tan desgraciado
   que venga a ser mi heredero
   de tres hijos el postrero, 2335
   tan bajamente inclinado
   que darme nietos pretenda
   de sangre grosera y tosca !
   Antes que Italia conozca
   tal afrenta, ni él me ofenda, 2340
   un garrote le haré dar
   en el castillo, en que preso
   le tiene su amor travieso;
   porque no me han de heredar
   villanos, aunque se quede 2345
   mi casa sin sucesión.
ALEJANDRO:      Contra esa resolución
   nieto tienes que te herede.
FABRIANO:      Que le amo, te prometo.
ALEJANDRO:      Es tu sangre.
FABRIANO:                        Sí lo fuera, 2350
   si mezclada no estuviera
   con la tosca de Pereto.

Vanse los dos.    Salen ASCANIO Colona, DECIO y SIXTO, de fraile

ASCANIO:      Dícenme que habéis venido,
   padre, a Roma a pretender
   un capelo, y que habéis sido 2355
   ocasión de suspender el papa,
   el que le he pedido.
   También Octavia, mi hermana,
   se queja que una villana
   esposa se osa llamar 2360
   de Césaro, y estorbar
   lo que en esto Italia gana.
   Y si fuera otra persona
   que con Ascanio Colona
   compitiera, y no un pastor 2365
   sin prendas y sin valor
   como vos, de quien pregona
   la fama tanta ambición,
   la competencia llevara
   mejor; mas vos, ¿ es razón 2370
   que aspiréis a la tiara,
   desde el grosero azadón,
   y que el intento villano
   de vuestra hermana la mano
   pida a Césaro, y me ofenda, 2375
   tan soberbia que pretenda
   ser princesa de Fabriano ?
   ¿ Vos, cuyo padre en Montalto,
   con vida tosca y grosera,
   de todo vive tan falto, 2380
   y ella, que una lavandera
   es de Fermo ? ¿ Vos tan alto,
   que el grado de cardenal
   pretendáis desde el sayal,
   y ella llamarse princesa ? 2385
SIXTO:      ¡ Señor... !
ASCANIO:                  ¡ Ambición es ésa
   de un rústico natural !
   ¿ Vos conmigo competencia,
   sabiendo que os hizo el cielo
   un villano ?
SIXTO:                    Mi paciencia 2390
   os obligue...
ASCANIO:                    ¿ Vos capelo ?
SIXTO:      Yo no tengo suficiencia,
   méritos, sangre y valor
   para que en Roma pretenda
   esa dignidad, señor; 2395
   ni tampoco es bien me ofenda
   vuestro enojo. De un pastor
   nací, pero no es ultraje;
   que el más soberbio linaje,
   que a mayor nobleza aspira, 2400
   si el principio suyo mira
   hará que el orgullo abaje.
   El río de más corriente,
   que hace ilustre su ribera,
   amansara su creciente 2405
   si el principio considera
   que le da una humilde fuente.
   La fuente considerad
   de vuestro linaje honroso,
   y estimaréis mi humildad; 2410
   pues sois río caudaloso,
   porque os veis en la mitad
   de vuestro curso opulento;
   que si yo conforme intento
   no os igualo y menos soy 2415
   con ser río, es porque estoy
   cerca de mi nacimiento.
   Yo no vengo a pretender,
   Ascanio, el ser cardenal,
   aunque lo pudiera ser; 2420
   soy vicario general
   de mi orden, y por ver
   la envidia, enojo y pasión
   que tiene mi religión
   y los poderosos de ella, 2425
   por verme cabeza en ella,
   su injusta persecución
   me fuerza a que el papa
   pida que del oficio me absuelva,
   y con otro estado y vida, 2430
   o a mis principios me vuelva,
   o del orden me despida.
   Estos favores prevengo
   y a esto sólo a Roma vengo.
   Ved qué modo de intentar 2435
   cargo, si vengo a dejar,
   Ascanio, el cargo que tengo.
   Si Césaro tuvo amor
   a mi hermana, y ella ha sido
   tan dichosa, que al valor 2440
   de su nobleza ha subido,
   con ser hija de un pastor,
   ¿ por qué culpáis su ventura,
   pues que la naturaleza
   con mil ejemplos procura 2445
   igualar a la nobleza
   muchas veces la hermosura ?
   Veis como no estoy culpado
   y con la poca razón,
   Ascanio, que estáis airado. 2450
ASCANIO:      Estoy en esta ocasión
   en el palacio sagrado,
   villano, que si no...
SIXTO:                                  Paso,
   mirad que su santidad
   sale. 2455
ASCANIO:      De enojo me abraso.
SIXTO:      (¡ Ay, pobreza y humildad,            Aparte
   lo que por vosotras paso !)

Sale EL PAPA, Pío Quinto y dos FRAILES franciscanos, siéntase EL PAPA

FRAILE 1:      De parte de la orden, padre santo,
   a vuestra beatitud pido y suplico 2460
   a fray Félix absuelva del oficio,
   si no quiere que todos nos perdamos.
EL PAPA:      ¿ Pues qué tiene fray Félix ?
FRAILE 1:                                      Es de modo
   la gran severidad con que castiga
   las más mínimas faltas de nuestra orden, 2465
   que es imposible se conserve y medre
   mientras el lego reine.    La clemencia tiene
   en pie las repúblicas y reinos;
   y el castigo y rigor demasiado
   destruye las provincias y ciudades. 2470
   Fuera de que los frailes principales
   que la orden claustral de San Francisco
   honran con sangre ilustre y generosa,
   sienten, y con razón, que los gobierne
   un pastor de las grutas de Montalto. 2475
EL PAPA:      ¿ Luego en la religión y su pobreza
   también miran en sangre y en nobleza ?
SIXTO:      Santísimo pastor, si un desdichado
   merece, porque el cielo y la Fortuna
   le hizo hijo de unas peñas toscas, 2480
   que todos le persigan, yo me precio
   de hijo de Pereto, un pastor pobre
   que en Montalto dejó el arado rústico
   por herencia a sus hijos; y esto sólo
   quiero ser, y no más, pues soy indigno 2485
   del hábito que traigo y del oficio
   que vuestra santidad con él me ha dado.
   A vuestra beatitud pido y suplico
   me absuelva de él y volveré contento
   a mi sencillo y pobre nacimiento. 2490
EL PAPA:      Más luce, hijo, la virtud de un hombre
   cuanto de más humilde y pobre sangre
   se ensalza más. Yo y todo en mis principios
   nací de un pobre labrador, y aun anduve
   de puerta en puerta mendigando el tiempo 2495
   que estuve en mis estudios ocupado.
   Parientes tengo yo cual vos, fray Félix,
   pobres y en traje de sayal grosero;
   que si se precia de su sangre el necio,
   más noble es la virtud de que me precio. 2500
   Si el orden vuestro juzga por agravio
   que le rijáis, por eso yo os absuelvo
   del oficio que en ella habéis tenido.
   Y pues que Fermo os vio vendiendo leña
   y registeis ovejas en Montalto, 2505
   en castigo, fray Félix, de sus quejas,
   pastor de Fermo os hago y sus ovejas.
   Obispo sois de Fermo.
SIXTO:                                Padre santo,
   ¿ cuando me abaten me ensalzáis vos tanto ?
EL PAPA:      Así doy gusto a todo el orden vuestro, 2510
   y os premio a vos.    A Ascanio quiero darle
   el capelo que tanto ha que pretende.
   El de Santa Sabina le prometo.
ASCANIO:      Tus santísimos pies beso y respeto.
EL PAPA:      Luego quiero, fray Félix, consagraros 2515
   públicamente, porque toda Roma
   mire el premio que tienen en la iglesia
   la virtud y las letras. Un capelo
   os doy también.
SIXTO:                        Tu nombre ensalce el cielo.
   (Animo, inclinación dichosa y alta;        Aparte 2520
   subí, que un escalón no más os falta.)
EL PAPA:      Cardenal os creéré en el mismo día
   que os consagre.
SIXTO:                            Creció la dicha mía;
   y pues con tal largueza me ha ilustrado
   el cielo y vuestra santidad, quisiera 2525
   enviar por mi padre y mis hermanas,
   y el mismo día que me vea Roma
   hecho de vil pastor, pastor de ovejas
   de la iglesia católica, ese día
   quiero que entre mi padre venerable 2530
   triunfando en Roma, no como sus Césares,
   sino vestido de sayal grosero
   en que nació, porque la envidia sepa
   que cuando, a su pesar, estoy más alto,
   de la humildad me precio de Montalto. 2535
EL PAPA:      Yo haré que con vos salga toda Roma.
ASCANIO:      Yo también acompañaros quiero.
SIXTO:      ¿ Veis, Ascanio, del modo que los cielos
   saben hacer de humildes labradores
   dignidades, prelados y pastores ? 2540
   Porque nací en Montalto me abatisteis;
   pues desde aquí, mudando el propio nombre
   de Félix, para dar gloria a mi patria
   y a sus groseras peñas, determino
   llamarme el cardenal Montalto.
EL PAPA:                                        Alto; 2545
   seréis desde hoy el cardenal Montalto.
ASCANIO:      Perdonad mi pasado atrevimiento;
   que en muestras de que estoy arrepentido
   daré de este suceso aviso al príncipe,
   que se tendrá mil veces por dichoso 2550
   de que Césaro case con Sabina,
   pues se honrará el estado de Fabriano,
   siendo de Roma cardenal su hermano.
FRAILE 1:      Y yo también de las persecuciones
   que por mi causa os hizo el orden nuestro, 2555
   monseñor ilustrísimo, suplico
   me perdonéis.
SIXTO:                        Alzad, padre, del suelo,
   que si fray Félix tuvo de vos queja,
   ya yo soy cardenal, y no fray Félix,
   y no es razón cuando me veis tan alto 2560
   que a Félix vengue el cardenal Montalto.
ASCANIO:      ¡ Qué prudente respuesta !
EL PAPA:                                    Venid, hijo,
   que en vos miro presagios venturosos.
DECIO:      ¿ Qué le parece, padre ?
FRAILE 1:                                  Encantamento.
ASCANIO:      De perseguirle vos nació su dicha. 2565
FRAILE 2:      Mil veces perseguido venturoso,
   que tan seguro del peligro escapa.
DECIO:      (Persígale otra vez, y harále papa.) Aparte

Vanse todos.    Salen los MUSICOS de pastores, y SABINA de pastor con caña, hurón y cuerdas

SABINA:      Mintió la sospecha loca;
   mi amor salió victorioso; 2570
   aquí está mi preso esposo,
   a quien en vano provoca
   su padre, por más que agravia
   su fírme constancia y fe,
   para que en mi ausencia de 2575
   la mano de esposo a Octavia.
   No pudo su engaño hacer
   mella en mi constante amor,
   aunque celos y temor
   son fáciles de creer, 2580
   y a pesar de sus consejos
   he venido de esta traza
   a librar mi esposo.
PASTOR 1:                              ¿ A caza
   anda tu amor de vencejos ?
   Misterio tien la invención. 2585
PASTOR 2:      Lugares hay infinitos
   donde cazan motolitos
   las mujeres con hurón;
   quiero decir con los viejos
   o escuderos atrevidos, 2590
   registradores de nidos,
   donde viven los vencejos;
   pues son hurones, en suma,
   que cazan para sus dueños
   a los vencejos pequeños 2595
   hasta dejarlos sin pluma.
SABINA:      Pastores dejemos eso
   y comenzad a cantar
   para que os salga a escuchar
   desde la reja mi preso. 2600
PASTOR 1:      ¡ Oh, qué canción de repente
   hice al propósito aver !
SABINA:      Luego, ¿ sabes componer ?
PASTOR 2:      Sátiras al maldiciente.

Cantan

MUSICA:      "Que llamaba la tórtola, madre, 2605
   al cautivo pájaro suyo,
   con el pico, las alas, las plumas,
   Y con arrullos, y con arrullos."
UNO:      "Pajarico preso,
   que entre yerros duros, 2610
   temores y ausencias
   te tienen confuso,
   mal podrá el rigor
   de tu padre injusto
   desatar las almas 2615
   si es de amor el ñudo;
   sal, pájaro amado,
   a gozar seguro,
   a pesar de estorbos,
   mi amoroso fruto." 2620
TODOS:      "Así llama la tórtola madre
   al cautivo pájaro suyo
   con el pico, las alas, las plumas,
   y con arrullos, y con arrullos."

Asómase CESARO a una reja como preso

CESARO:      Pintadas aves que al pulir la aurora 2625
   con peines de oro sus compuestas hebras,
   al son de arroyos, arpas de estas quiebras,
   lisonjeáis cada mañana a Flora.
   Aura sÜave que con voz sonora,
   murmurando las aves te requiebras, 2630
   y las obsequias fúnebres celebras
   de Pocris muerta, que tras celos llora.
   Los pastores imitan la armonía
   con que resucitando la memoria
   de mi Sabina vivo entretenido. 2635
   Cantad, amigos, la firmeza mía;
   que es la música imagen de la gloria,
   y mientras dura mi tormento olvido.
SABINA:      Ya está mi esposo a las rejas.
   Cantad, pastores, cantadle 2640
   otra carición, y llenadle
   de música las orejas.
MUSICA:            "Preso estaba el pájaro solo
   en las redes del cazador,
   pero más le prenden y matan 2645
   memorias de su lindo amor."
UNO:      "Si de tu firmeza
   las cadenas son,
   testigos seguros son,
   que amor presentó, 2650
   canten tu alabanza
   nuestra alegre voz;
   bien haya quien hizo
   cadenas de amor,
   y tú, pájaro mío, 2655
   canta en tu prisión,
   pues que preso y triste
   carita el ruiseñor."
TODOS:      "Preso estaba el pájaro solo
   en las redes del cazador, 2660
   pero más le prenden y matan
   memorias de su lindo amor."
SABINA:      ¡ Ah de las rejas el preso !
   ¿ Sabéis acaso quién soy,
   yo, que pretendo cantando, 2665
   aliviar vuestro dolor ?
   ¿ Mas qué no me conocéis ?
CESARO:      Polido y bello pastor,
   lo que los ojos afirman
   negando está el corazón. 2670
   Regocijos hace el alma
   de los ecos de esa voz,
   que en el disfraz de Esaú
   conocer quiero a Jacob.
   ¿ Quién sois, hermoso zagal ? 2675
SABINA:      ¡ Qué presto que ejecutó
   sus efectos el olvido,
   descuidado preso, en vos !
   Cantad para que despierte,
   que si ausencia le adurmió, 2680
   dándole voces mis quejas
   le hará despertar mi amor.

Cantan

MUSICA:      "Preso estaba el pájaro solo
   en las redes del cazador,
   pero más le prenden y matan 2685
   memorias de su lindo amor."
CESARO:      ¡ Ay, esposa de mis ojos !
   La tiniebla y confusión
   de mis pesares y penas
   me impidió la luz del sol. 2690
   De no haberos conocido,
   corrido, mi bien, estoy;
   yo castigaré mis ojos,
   Sabina hermosa, este error,
   ¿ cómo habéis, mi bien, estado ? 2695
SABINA:      Como el verano sin flor,
   como el otoño sin fruto,
   y estado como sin vos,
   que es decirlo de una vez.
   Vueso padre pretendió, 2700
   con engaños y mentiras
   sembrar celos en mi amor,
   pero segura del vueso,
   en forma de cazador,
   vengo a daros libertad. 2705
   Tomad las cuerdas que os doy,
   y, a pesar de estorbos viles,
   asegurad el temor
   de mis sospechas y ausencia.

Dale con la caña los cordeles

CESARO:      Celebren tu firme amor 2710
   cuantas mujeres la fama
   con pinceles retrató
   de la eternidad en lienzos
   del tiempo consumidor.
   ¡ Ay, esposa de mi vida ! 2715
SABINA:      ¡ Ay, mi bien !
PASTOR 2:                        ¡ Bueno, por Dios,
   que se están chicoleando
   como jilgueros los dos !
FABRIANO:      Preso y con guardas dobladas        Dentro
   ha de quedar mientras voy 2720
   a Roma.
CESARO:                    Mi padre es éste.
SABINA:      Pues entraos.
CESARO:                          Adiós.

Vase CESARO

SABINA:                                Adiós.
PASTOR 2:      No hay son, fingir que cazamos
   vencejos.
SABINA:                    Daca el hurón;
   pon las cuerdas y la caña. 2725
PASTOR 2:      No está mala la invención.

Pónense a cazar.    Salen el príncipe FABRIANO y ALEJANDRO

FABRIANO:      De vos, Alejandro, fío
   su guarda en aquesta ausencia.
ALEJANDRO:      Ya sabe vuestra excelencia
   mi lealtad.
FABRIANO:                      El papa Pío 2730
   a Roma me envía a llamar,
   y este camino excusara
   si en mi lugar no os dejara.
   Las guardas podéis doblar,
   sin dejar llegar persona 2735
   que con él hable, que ansí
   le forzaré que dé el si
   de esposo a Octavia Colona,
   o morir en la prisión;
   que la villana atrevida 2740
   ya debe de estar sin vida,
   si puso en ejecución
   Marco Antonio su noble ira.
ALEJANDRO:      En esta ocasión es cuerda.
PASTOR 1:      Dale cuerda.
PASTOR 2:                        Dale cuerda. 2745
SABINA:      Ya chilla el vencejo.
PASTOR 1:                                Tira.
FABRIANO:      Alejandro, ¿ qué serranos
   son éstos ?
ALEJANDRO:                        Pastores son
   que cazan con un hurón
   pájaros.
FABRIANO:                    Si son villanos, 2750
   y sabes lo que me ofenden,
   ¿ por qué aquí los consentís ?
   Echalos luego.

A los PASTORES

ALEJANDRO:                          ¡ Hola ! ¿ Oís ?
SABINA:      Verá lo que se defienden.
FABRIANO:      ¡ Ah, villanos ! ¿ estáis sordos ? 2755
SABINA:      ¡ Arre allá ! ¿ Qué diablos dais
   voces, que mos espantáis
   los vencejos y los tordos ?
ALEJANDRO:      Rústicos ¿ no veis que está
   el príncipe Fabriano 2760
   aquí ?
SABINA:                ¡ Válgame el alano
   de San Roque !
PASTOR 2:                        Verá.
SABINA:      Pues bien, ¿ hemos de comer
   el príncipe, cuando aquí
   mos halle ?
FABRIANO:                    ¿ Qué hacéis ansí ? 2765
SABINA:      Oiga, y podrálo saber.
   Tienen aquí los vencejos
   nidos en los muros fijos,
   sin osar sacar los hijos,
   porque los guardan los viejos. 2770
   Yo, deseando cazar
   uno que en esta ocasión
   guardando está el vencejón
   del padre, que pernear
   le vea yo -- ¡ pregue al Señor ! --    2775
   porque ansí su enojo pierda,
   vine con hurón y cuerda,
   y cuando más a sabor
   se asomaba a la muralla
   salió su padre al encuentro, 2780
   metióse el vencejo dentro
   y dejónos de la galla.

Llora

ALEJANDRO:      ¡ Buen llanto !
FABRIANO:                          ¿ Que el padre viejo
   el vencejo os ha quitado ?
SABINA:      Sí, señor; desvencejado 2785
   le vea yo. De esto me quejo.
FABRIANO:      Gracias tiene. Aunque a esta gente
   aborrezco, este pastor
   me ha dado gusto.
ALEJANDRO:                            Es, señor,
   donoso como inocente. 2790
SABINA:      Vení acá. Y os quiero her
   una pescuda, buen viejo.
   Si quiere bien un vencejo,
   y recibe por mujer
   a una venceja que ha sido 2795
   quien le enamora y quillotra,
   ¿ es bien casarle con otra,
   porque nació en mejor nido,
   porque en alcázares vive,
   y estotra entre peñas pobres, 2800
   de los castaños y robres
   grosero manjar recibe;
   porque tién plumas mejores
   y porque son más valientes
   los vencejos sus parientes 2805
   y cuentan que sus mayores
   trujeron de rey más lejos
   su principio no es buen pago ?
   Juzgaldo vos, que yo os hago
   alcalde de los vencejos. 2810
FABRIANO:      Gusto me da el pastorcillo,
SABINA:      Ea, la vara arrimad,
   o este pleito sentenciad,
   que me importa concluillo.
FABRIANO:      Digo, donoso pastor, 2815
   que como el vencejo quiera
   a la venceja primera
   es bien pagarle su amor,
   por más que el padre lo impida,
   y sentencio que la amada 2820
   le goce y que desterrada
   la venceja aborrecida,
   aunque alegue más consejos,
   luego al momento se vaya,
   porque yo no sé que haya 2825
   nobleza entre los vencejos.
SABINA:      Esta vez os he cogido;
   contra vos es el proceso.
   ¿ Por qué ha de estar por vos preso,
   viejo honrado y afligido, 2830
   vueso vencejo, decí,
   si él a una venceja adora,
   que en la sierra le enamora,
   y no puede dar el sí
   a la venceja que tiene 2835
   su nido allá entre los godos ?
   Pues que son vencejos todos,
   Y estos dos se quieren bien,
   casadlos, que las altivas
   noblezas son espantajos, 2840
   y todos, altos y bajos,
   nacimos de Adán y Adivas.
FABRIANO:      Idos con la maldición.
SABINA:      Vos el preito sentenciastes;
   si vos mismo os condenastes 2845
   un asno sois con perdón.
FABRIANO:      Echa, Alejandro, de aquí
   estos bárbaros, o haré
   una bajeza.
SABINA:                      ¡ A la hé,
   vos sois buen juez, pues ansí 2850
   heis justicia !
ALEJANDRO:                            Este lugar
   desocupad.
PASTOR 1:                    Con paciencia.
SABINA:      Acójome a la sentencia.
   Ella os ha de condenar.
FABRIANO:      Echalde de aquí, o matalde. 2855
SABINA:      ¿ Por la primera venceja
   sentencias, y tenéis queja.
   Muy bobo sois para alcalde.
   Dios vuelva por la verdad.
   Pues lo mandáis, casaránse. 2860
ALEJANDRO:      Idos, villanos.
SABINA:                          Iránse,
   que no son bestias. Cantad.

Vanse cantando

FABRIANO:      Mucha prudencia he tenido,
   pues muerte no les he dado.
ALEJANDRO:      Aunque el villanejo ha estado 2865
   malicioso, hubiera sido
   indigno de vueselencia
   manchar en él el acero.
FABRIANO:      Partirme esta noche quiero
   a Roma. Vuestra presencia 2870
   no falte nunca de aquí,
   ni deje llegar villano
   una legua de Fabriano,
   porque sospecho que ansí
   le vienen a dar aviso 2875
   de Montalto.
ALEJANDRO:                        Podrá ser.
FABRIANO:      Mal hice no los prender;
   que afligirme el cielo quiso
   con darme un hijo travieso.
ALFJANDRO:      La mocedad nunca es sabia. 2880
FABRIANO:      Ha de ser su esposa Octavia,
   o tiene de morir preso.

Vanse todos.    Sale CAMILA con un lío de ropa blanca y un mazo, y MARCO Antonio

MARCO:      Por Dios, lavandera hermosa,
   que desde el punto que os vi
   cojer vuestra ropa ansí 2885
   está el alma recelosa
   y de vuestro amor perdida;
   porque obligáis de manera
   que os abate, la bandera.
   Lavandera de mi vida, 2890
   escuchadme una razón.
CAMILA:      Andad con Dios, caballero.
MARCO:      Lavadme el alma primero.
CAMILA:      ¿ Que os la lave escamizón ?
MARCO:      Sí, vestíosla por camisa, 2895
   y veréis que no hay holanda
   que esté más tratable y blanda.
CAMILA:      ¿ Alma de holanda ? ¡ Oh, qué risa !
MARCO:      Dado os tengo el corazón.
CAMILA:      ¿ A jabonar ?
MARCO:                      Sí, eso os ruego. 2900
CAMILA:      ¿ Qué tiene ?
MARCO:                    Como Amor es fuego,
   le ha puesto como el carbón.
CAMILA:      ¿ Como el carbón ? Pues a un lado,
   que estoy limpia, y si me topa,
   ensuciaráme la ropa 2905
   vueso corazón tiznado.
MARCO:      ¡ Qué gracia !
CAMILA:                        No llegue al brazo,
   y sepa que en mi lugar
   nadie sabe jabonar,
   si no es con jabón de mazo. 2910
   Por eso no haga cosquillas
   si no quiere en conclusión
   llevar, señor, un jabón
   que le quiebre las costillas.
MARCO:      Para aliviar los enojos 2915
   del alma, darla podéis
   los ojos, que es bien los deis,
   pues tenéis tan bellos ojos,
   y la podréis jabonar.
   Vuestra es, tomadla.
CAMILA:                              La astucia; 2920
   no quiero yo alma tan sucia,
   que se ha menester lavar.
MARCO:      Yo estoy ya tan rematado,
   mi graciosa lavandera,
   que ser el jabón quisiera 2925
   según los celos me ha dado
   de que ande cada instante
   en vuestras manos, que en suma
   son más blandas que su espuma.
CAMILA:      Sí haréis, que acá todo amante 2930
   es jabón que a los despojos
   de tiranas hermosuras
   derrama en jabonaduras
   el corazón por los ojos
   aunque vos sois palaciego, 2935
   y no habrá tomaros tino,
   que todos pregonáis vino
   y vendéis vinagre luego.
   ¡ En la boba que creyere
   en vuestras bachillerías; 2940
   sabéis muchas romerías
   y olvidáis a quien os quiere !
MARCO:      Cuando es perfecto el amor
   y bien nacido el amante,
   ni burla ni es inconstante. 2945
CAMILA:      El noble engaña mejor.
   Yo conozco una serrana
   a quien burló un escolar
   con parlar y más parlar.
MARCO:      ¿ Quién es ?
CAMILA:                    Sabina, mi hermana. 2950
MARCO:      ¿ Sois vos hija de Pereto.

Hace reverencia

CAMILA:      Para lo que le cumpliere.
MARCO:      Errará quien no tuviere
   a Césaro por discreto
   en despreciar por Sabina 2955
   a mi hermana, que, por Dios,
   si es tan bella como vos,
   que es cuerdo quien desatina
   por tan dichoso sayal.
CAMILA:      Soy yo un coco comparada 2960
   con mi hermana.
MARCO:                          ¡ Qué extremada
   belleza ! ¡ Qué al natural !
   Yo vine determinado
   de castigar a Pereto
   y a Sabina, que en efeto 2965
   me tuve por agraviado
   de que Césaro dejase
   mi hermana Octavia por ella;
   pero el Amor, que atropella
   soberbias, quiso que hallase 2970
   en vos el justo castigo,
   pues a vuestro amor sujeto,
   a las hijas de Pereto
   y aquestas sierras bendigo.
   Bien hayan, amén, los robles, 2975
   los peñascos y asperezas
   que crían tales bellezas,
   pues por fuerza han de ser nobles
   almas que viven y habitan
   en cuerpos que son tan bellos, 2980
   y bien hayan los que en ellos
   su libertad depositan.
   ¡ Ay, serrana; muerto estoy !
CAMILA:      Pues ¿ vos por acá pensáis
   que hilamos ? ¡ Bien quillotráis ! 2985
   Algún diabro os trajo hoy
   por aquí.
MARCO:                        ¿ Quiéresme bien ?
CAMILA:      ¿ Qué sé yo ?
MARCO:                    Pues, ¿ quién lo sabe ?
CAMILA:      El cura. Apártese, acabe.
   (¡ Qué buena cara que tién !)              Aparte 2990
MARCO:      Dame esa mano.
CAMILA:                            (Recelo              Aparte
   que en el alma se me entró.)
MARCOS:      Dame aquesos brazos.
CAMILA:                              ¿ Yo ?
MARCO:      ¿ Pues qué ?
CAMILA:                    ¿ Tan presto, es buñuelo ?

Salen CESARO de galán, y los pastores músicos y SABINA, de pastor

CESARO:      Apenas de allí os partisteis 2995
   cuando mi padre se fue;
   luego escalas tracé
   de las cuerdas que me disteis
   que atadas a las almenas
   a las guardas engañaron 3000
   y a pesar suyo, quedaron
   colgadas de ellas mis penas.
   Seguíos, y como amor
   vuela ligero, alcancéos.
SABINA:      ¡ Ay, esposo ! Mis deseos 3005
   cumplió el cielo. Ya el rigor
   que en mí vuestro padre emplea.
   mi miedo y temor divierte,
   que no temeré la muerte
   como a vuestros ojos sea. 3010
CESARO:      Contra su enojo crÜel
   pienso llevarte a Milán;
   que allí mis deseos podrán
   tener fin viviendo en él,
   hasta que el paterno amor 3015
   venciéndole te reciba
   por hija y mi esposa.
PASTOR:                              ¡ Viva
   tal firmeza y tal amor !
SABINA:      ¡ Camila !
CAMILA:                      ¡ Sabina mía !
MARCO:      ¡ Césaro aqui !
CESARO:                          ¡ Marco Antonio 3020
   en tal lugar !
MARCO:                        Testimonio
   de amor y su monarquía.
   Abrasar vine a Montalto
   y a dar muerte a la serrana
   que os enamora, y su hermana 3025
   dió en mi libertad asalto,
   pues cuando su hacienda y casa
   quise abrasar, con sus ojos
   el alma, cuyos despojos
   la adoran, rinde y abrasa. 3030
   Será, Césaro, mi esposa;
   que vuestra justa elección
   me llama a su inclinación.
CAMILA:      Yo me tendré por dichosa.
SABINA:      Y yo con tan buen cuñado 3035
   mil gracias al cielo doy.
CESARO:      ¡ Qué de dichas juntas hoy
   Amor y el cielo me han dado !
CAMILA:      Es miércoles, y bastaba
   serlo para mi ventura. 3040
SABINA:      ¡ A buen tiempo y coyuntura
   te casas !
CAMILA:                    Pues, ¿ qué pensaba ?
   ¿ Todo ha de ser para ella ?
   ¿ No somos acá personas ?
MARCO:      Los Ursinos y Colonas 3045
   por vos, mi Camila bella,
   y por vos, Sabina hermosa,
   establecerán desde hoy
   eternas paces.
CAMILA:                      ¡ Que estoy
   maridada ! ¡ Linda cosa ! 3050
PASTOR 2:      Aun sin aguardar al cura
   los cuatro se han desposado.
PASTOR 1:      No hay cura ni licenciado
   mejor que la coyuntura.
CAMILA:      Demos a mi padre aviso 3055
   de su dicha y mis amores.
PERETO:      Pedidme albricias, pastores.        Dentro
   ¡ Viva Montalto ! Pues quiso
   poner mi nombre tan alto
   de un principio tan humilde, 3060
   al cielo albricias pedilde.

Salen PERETO, CRENUDO, CHAMOSO, y FABIO

CESARO:      ¿ Qué es esto ?
TODOS:                      ¡ Viva Montalto !
PERETO:      No sé cómo el contento de estas nuevas
   no me ha muerto, que ya mis flacas canas
   no son para tan grande sobresalto. 3065
   Hijas, fray Félix, cardenal de Roma;
   cardenal de Roma es vuestro hermano.
CESARO:      ¡ Válgame Dios !
SABINA:                        ¡ Ay cielos qué ventura !
CHAMOSO:      ¿ Ya es cardenal ? Pues presto será cura.
CESARO:      Dadme, dichoso padre, aquesos brazos. 3070
MARCO:      Y a mí me conceded por hijo vuestro.
SABINA:      Este es mi esposo, padre mío, que preso
   ha estado por mi amor. Todo fue engaño,
   engaño todo fue lo que os dijeron
   de Octavia; por burlarnos lo hicieron 3075
   e huir de la prisión.
PERETO:                                Estoy sin seso
SABINA:      Libre está ya y en mis amores preso.
PERETO:      Dadme, señor, los pies.
CESARO:                                    No, padre mío,
   los brazos sí, con nudo estrecho y tierno.
CAMILA:      ¡ Hola, padre !    Catad acá otro yerno; 3080
   abrazadle también, que no ha nacido
   en las malvas.
CESARO:                          También es hijo vuestro
   Marco Antonio, la nobleza que es de Italia
   y aun del mundo. Enamoróse
   de la belleza de Camila, y quiere 3085
   que por esposa se la deis.
PERETO:                                    O sueño,
   o estoy loco. ¿ Hay más bien, cielos piadosos ?
CAMILA:      Supimos escoger buenos esposos,
   para no tener dote. La nobleza
   virtud quiere por dote con belleza. 3090
PERETO:      Vamos a Roma luego, y eche el sello
   mi buena suerte con hallar mi hijo
   honrado de la púrpura romana;
   que, pues tan nobles sucesores dejo,
   la muerte pido con el santo viejo. 3095

Sale FABRICIO

FABRICIO:      Yo vengo, dichosísinio Pereto,
   a llevaros a Roma con Sabina
   y Camila. Aquí traigo tres carrozas.
CHAMOSO:      ¿ Qué son carrozas, ao ?
FABRICIO:                                Unas doncellas
   que se llaman carrozas en Italia. 3100
CHAMOSO:      Casarme quiero, pues, con una de ellas;
   mostradme esas carrozas o doncellas.
FABRICIO:      Césaro, vuestro padre Ursino gusta
   que seáis de Sabina amado esposo;
   que luego que en llegando a Roma supo 3105
   que era de Monseñor Montalto hermana,
   a dicha tiene ser pariente suyo,
   porque sospechan que ha de ser monarca
   de Roma y gobernar su sacra barca.
SABINA:      Agora fenecieron mis recelos. 3110
CESARO:      ¡ Que tan dichoso soy, benignos cielos !
FABRICIO:      Vamos, que monseñor está aguardando
   con toda la romana y sacra curia,
   que quiere el papa que a su honrado padre
   reciba en triunfo.
PERETO:                              Vamos, nobles hijos, 3115
   que mi vejez de nuevo se remoza.
TODOS:      ¡ Coches, coches !
CHAMOSO:                          ¿ Dó está doña Carroza ?

Vanse todos.    Salen JULIANO y RICARDO

JULIANO:      Esto es lo que en Roma pasa.
   Todo el popular aplauso
   la ventura de fray Félix 3120
   celebra y estima en tanto,
   que habiendo la santidad
   de Pío Quinto consagrado
   al cardenal por obispo
   de Fermo, hoy miércoles cuatro 3125
   de Agosto, a los senadores
   y caballeros romanos
   mandó que a recibir salgan
   a su padre, cuyos años
   han merecido llegar 3130
   a ver de pobre serrano
   cardenal de Roma un hijo
   de las peñas de Montalto.
RICARDO:      Su prudencia lo merece;
   porque no es soberbio sabio, 3135
   ni pobre presuntÜoso.
JULIANO:      Decís la verdad, Ricardo.
RICARDO:      Oíd, que según las voces
   del vulgo y pueblo voltario
   entran ya.
JULIANO:                    ¡ Notable día ! 3140
RICARDO:      ¡ Oh, venturosos serranos !

Por una puerta salga el príncipe FABRIANO Colona, el EMBAJADOR Dr España, ASCANIO, de cardenal, SIXTO, de cardenal también. Y por otra, al mismo tiempo, salgan MARCO Antonio, CESARO, FABIO, SABINA, CAMILA y CHAMOSO. Y arriba se descubre un corredor donde está EL PAPA Pío QuiNTo. Y en un caballo que lleve del diestro un lacayo, entre PERETO, de pastor; toque la MUSICA; y en llegando, SIXTO le tiene el estribo a su padre para que se apee

SIXTO:      Yo, padre, os tendré el estribo.
PERETO:      Hijo, aguarda que ya abajo.
   ¿ Un cardenal ha de hacer
   tal cosa ?
SIXTO:                    Si por honraros 3145
   me honra el cielo de este modo,
   no es mucho, mi padre caro,
   que teniéndoos el estribo
   estribe en él mi descanso.

De rodillas

   Aquesa mano me dad. 3150
PERETO:      Levanta y toma los brazos,
   que no es justo que a mis pies
   esté un cardenal postrado.
SIXTO:      Si como soy cardenal
   gozara del trono sacro 3155
   de san Pedro, ya os he dicho
   que os besara arrodillado
   esta venerable diestra.
   Sepan los que me llamaron
   villano, lo que me precio 3160
   de este sayal tosco y basto.
   Montalto ha sido mi patria,
   que aunque pobre, el nombre es alto,
   un monte serán mis armas
   y mi apellido Montalto. 3165
   Montalto han de llamarse
   mis parientes, comenzando
   mi linaje en mí, que espero
   que mi dicha ha de encumbrarlo.
   Llegad, padre, y desde aquí 3170
   adoraréis el pie sacro
   de su beatitud.
PERETO:                        ¿ Qué aguardan
   mis regocijados años ?

De rodillas

   Santísimo padre Pío,
   cuya piedad ha mostrado 3175
   lo que la humildad estimas,
   los humildes ensalzando,
   tus pies beatisimos beso.
EL PAPA:      Venerable viejo, alzáos,
   que os debe Italia infinito 3180
   por el hijo que habéis dado
   a la militante iglesia,
   de cuya prudencia aguardo
   célebres y heroicos hechos.
   Su aumento tomo a mi cargo, 3185
   y para que ponga casa
   le doy siete mil ducados
   de renta.
FABRIANO:                    Y yo le señalo
   otros cinco mil de renta.
EMBAJADOR:      Y yo y todo también en nombre 3190
   del rey católico y sabio,
   el gran monarca Filipo
   el segundo, le señalo
   otros cinco mil de renta.
SIXTO:      Cielos, no merezco tanto. 3195
SABINA:      Hermano, ¿ no nos habláis ?
SIXTO:      Con el alma y con los brazos,
   por hermana y compañera
   de mi estudio y mis trabajos.
   Césaro es ya vuestro esposo, 3200
   que el príncipe de Fabriano
   lo quiere ansi.
FABRIANO:                      Con tal dicha,
   infinito es lo que gano.
CESARO:      Pues Marco Antonio Colona
   la mano a Camila ha dado, 3205
   también con vuestra licencia.
SIXTO:      Hónrome con tal cuñado.
   Tráiganme, Sabina mía,
   a vuestro hijo Alejandro
   a Roma, porque se críe 3210
   en ella, y tenga Montalto
   por apellido.
FABRIANO:                      Sea ansí;
   y críese en vuestro palacio,
   ilustrísimo señor,
   vuestra virtud imitando. 3215
CHAMOSO:      ¿ No os acordáis de Chamoso
   que vos dió un día su cuartago
   con que venistes a Roma
   más presto que por encanto ?
   Pues yo bien me acuerdo de él. 3220
   O pagalde, o dadnos algo,
   o, pues ya sois cardenal,
   hacedine chichón.
SIXTO:                            El pago
   que os doy por tan buen socorro,
   son de renta cien ducados 3225
   para vos y vuestros hijos.
CHAMOSO:      Saldrá el vientre de mal año.
   Yo sé que habéis de ser papa,
   que cuando érades mochacho
   de teta, todos los días 3230
   decíades,    "teta, papa."
EL PAPA:                                  Vamos,
   que quiero que Roma vea
   lo que han alcanzado
   las letras de un pastor pobre.
SIXTO:      Los que a sus padres honraron, 3235
   premia el cielo de esta suerte.
CESARO:      Si los sucesos extraños
   quiere saber el curioso
   de Sixto Quinto, en cuatro años
   que gozó de la tiara 3240
   y sumo pontificado,
   a la segunda comedia
   le convido, que son tantos,
   que no pueden reducirse
   a tan corto y breve espacio.


FIN DE LA COMEDIA