Tirso de Molina
El celoso prudente

Personas que hablan en ella:
  • El REY de Bohemia
  • SIGISMUNDO, príncipe
  • Don SANCHO, caballero
  • LISENA, dama
  • DIANA, dama
  • LEONORA, princesa
  • FISBERTO, viejo
  • ALBERTO, infante
  • ENRIQUE, marqués
  • GASCON, lacayo
  • CAROLA, criada
  • ORELIO, criado
  • LAURINO,criado
  • FULCIANO, criado
  • ACOMPAÑAMIENTO


ACTO PRIMERO


Salen LISENA y DIANA.    LISENA tiene en la mano un librillo de cera blanca encendido, y en la otra un papel que DIANA quiere quitarle

LISENA:      No has de verle. Sueltalé;
   que ya pecas de cansada.
   Mira que le rasgaré.
DIANA:      ¿ Tú has de encubrirme a mi nada
   bien lo que me amas se ve. 5
   ¡ Tú a tal hora en el jardín
   sola, con luz y papel,
   sin que yo sepa a qué fin !
   ¿ Merece saber mas de él
   que yo esta murta y jazmín ? 10
   Si de testigos te enojas,
   que hablar puedan en tu mengua
   cuando cuentes tus congojas,
   yo solo tengo una lengua,
   e infinitas estas hojas. 15
   Murmurar las siento aquí
   con cualquier aura liviana,
   y debe de ser de ti;
   porque siendo yo tu hermana,
   no te osas fiar de mí. 20
   Lisena, suelta el papel
   o dime lo que contiene
   y a quien estimas en él.
LISENA:      Ni que lo sepas conviene
   ni una letra has de ver de él. 25
DIANA:      ¿ No soy tu hermana mayor ?
LISENA:      ¿ Qué importa aquí el parentesco
   donde el secreto es mejor ?
DIANA:      Pues que verle no merezco,
   venta será del honor; 30
   que por ser de mí estimado
   en el extremo que entiendes,
   a encubrirle te ha obligado.
LISENA:      Bien sé, hermana, que pretendes
   que te diga mi cuidado; 35
   y por eso hablas ansí,
   aunque en diverso conceto
   estoy acerca de ti;
   y pues te guardo el respeto
   que tú me pierdes a mí, 40
   ni de esa suerte me trates
   ni por fuerza saber quieras
   lo que es.
DIANA:                    Cuando te recates
   de que sepa tus quimeras
   y encubras tus disparates, 45
   como en cosas del honor
   no toquen, no soy curiosa;
   mas soy tu hermana mayor.
   Esta es hora sospechosa;
   el papel encubridor 50
   de algún liviano suceso;
   la luz, señal que procuras
   publicar tu poco seso;
   que el yerro que se hace a escuras
   alivia a la afrenta el peso; 55
   el sitio no conveniente
   para quien profesa honor
   y el riesgo que corre siente;
   caviloso tu temor,
   o al menos impertinente 60
   pues has dado en recelarte
   de mí con tan necio extremo.
   Soy tu sangre, tengo parte
   en tu mal o bien, y temo
   no haya venido a engañarte 65
   quien a tal hora provoca
   tus deseos inconstantes;
   que una travesura loca
   es mal de participantes
   que a todo un linaje toca. 70
LISENA:      En mejor reputación
   esté mi fama contigo.
   No sé yo por qué razón
   me das antes el castigo
   que mi culpa la ocasion. 75
   Mis pensamientos, si en ellos
   se han fundado los enojos
   qon que intentas ofendellos,
   tan altos son, que tus ojos
   no han de alcanzar ni aun a vellos. 80
   Si eres mi mayor hermana,
   y temes que he de ofenderte,
   trátame mejor, Diana;
   y si malicias, advierte
   que la malicia es villana 85
   y que, aunque en los nacimientos
   tu edad más respetos cobra,
   te aventajo en pensamientos,
   pues del valor que les sobra
   te puedo dar alimentos. 90
   Si aquí a tal hora me ves,
   advierte, aunque maliciosa,
   crédito a quimeras des,
   que no hay hora sospechosa,
   si la persona no lo es. 95
   Y que como no la esmalta
   el sol, de los cielos vida,
   por si algun temor me asalta,
   vengo con luz encendida,
   supliendo lo que le falta, 100
   señal que no ha de temerse
   csa indigna de mi ser
   y que de mí ha de creerse,
   que aun de noche no sé hacer
   cosa que no pueda verse. 105
   Este papel que ha causado
   la inquietud que en ti se ve,
   aunque le hayas injuriado,
   basta que en mi mano esté,
   para estar calificado. 110
   Y el sitio, pues yo le piso,
   da nuevo ser a su ornato
   y a tus sospechas aviso
   y, aunque culpes mi recato
   porque llamarte no quiso, 115
   no importa; que él es discreto,
   y yo basto a dar valor
   contra tu rÜin conceto,
   sitio, noche, temor,
   la luz, papel y el secreto. 120
DIANA:      Pues ¿ puédesme tú negar,
   que enamorados desvelos
   no te han hecho trasnochar ?
LISENA:      Mas ¿ si me pidieses celos ?
DIANA:      Bien sabes que no sé amar, 125
   y que hasta agora no ha habido
   quien me haya puesto en cuÜlado.
LISENA:      Ya yo sé que te has querido
   alzar con el principado
   de la crueldad y el olvido 130
   y que cuantos quieren bien,
   una Anajarte alemana
   en tu severidad ven,
   siendo en el nombre Diana
   como en belleza y desdén. 135
   Y así yo que con temor
   ando de ver el extremo
   de tu intratable rigor,
   huyo de ti porque temo
   a quien nunca tuvo amor. 140
DIANA:      ¡ Gracias a Dios que he sacado
   en limpio esta confusión !
   En fin, ¿ amor te ha quitado
   el sueño, y como ladrón
   de noche te ha salteado ? 145
   Ya, pues los principios sé,
   saber puedo lo demés.
   ¿ Quién el venturoso fue,
   en cuyo papel estás
   deletreando su fe ? 150
   Dime, Hermana, la verdad.
   Ea...
LISENA:      Háceseme grave
   descubrir mi voluntad
   a quien, porque amar no sabe, 155
   es de ajena facultad.
DIANA:      No tanto, que aunque no adore,
   ni tus desvelos imite,
   favorezca, escriba y llore
   ni la práctica ejercite 160
   vuestra teórica ignore.
   De amor sé la pasión ciega
   quizá mejor que quien tira
   sus gajes y al centro llega
   de su esfera; que quien mira, 165
   más alcanza que el que juega.
   Conservo mi libertad;
   mas no porque no consiento
   tu amorosa ceguedad
   eches al entendimiento 170
   culpas de la voluntad.
   Acaba; declaraté.
LISENA:      ¿ Haste de enojar conmigo ?
DIANA:      ¿ Tan baja tu elección fue
   que estás temiendo el castigo 175
   si la prenda que amas sé ?
LISENA:      Antes es tan generosa
   que entiendo, en siendo sabida
   de ti mi elección honrosa,
   que me llames atrevida 180
   y me riñas envidiosa.
DIANA:      ¡ Válgame Dios !    ¿ Quién será
   este hipérbole de amor ?
   ¡ Para aqueste monte ya !
LISENA:      Si el conde de Peñaflor 185
   fuese el que ocasión me da
   de estimarle, ¿ qué dirías ?
DIANA:      Que a tu sangre corresponde
   el amor que en ella crías.
LISENA:      ¿ Y si fuese más que el conde ? 190
DIANA:      ¿ Más que el conde ? Desvarías.
LISENA:      ¿ Si Enrique de Oberisel,
   del rey privado y sobrino,
   me escribiese este papel... ?
   ¿ No es más galán ? ¿ No es más dino 195
   que el conde ?
DIANA:                        Es monstro con él.
   La alemana bizarría
   ae avergÜenza en su presencia.
   ¡ Dichosa tú, hermana mía !
LISENA:      Si me amase una excelencia, 200
   en vez, de una señoría,
   con más razon te admiraras.
DIANA:      ¿ Excelencia ?
LISENA:                      El duque Arnesto
   ¿ no puede, si en él reparas,
   aarme con fin honesto ? 205
DIANA:      Señales vas dando claras
   que estás loca. Un caballero
   es nuestro padre, leal,
   de noble sangre y acero
   que tuviera más caudal 210
   a querer ser llsonjero;
   y, por igualar su hacienda
   con la altiva inclinación
   que su valor me encomienda,
   doy desdeñosa ocasión 215
   a que amor de mí se ofenda;
   que a falta de fundamentos
   del oro, que no hace caso,
   ni admite merecimientos,
   por no casar mal, me caso 220
   con mis mismos pensamientos.
   Mira tú, siendo mi hermana,
   y no con mayor tesoro,
   si es la elección que haces vana
   cuando Amor con flechas de oro 225
   hiere, por lo que en él gana.
   Si el duque a amarte se mueve,
   tomará a censo tu honor;
   mas mira que si se atreve,
   no hay noble buen pagador 230
   ni es príncipe el que no debe.
LISENA:      ¿ Basta a que de la grandeza
   de una excelencia admirar
   le dé ocasion la pobreza ?
   Pues aun más te has de espantar 235
   cuando me llames alteza.
DIANA:      Anda, necia.
LISENA:                          Ese retrato

Sácale

   antes que leas el papel,
   diga si verdad te trato.
DIANA:      A Sigismundo veo en él. 240
LISENA:      Y antes que pase gran rato,
   verás el original
   de ese gallardo traslado.
DIANA:      En amor tan desigual
   donde el pincel ha firmado, 245
   recelo algún grande mal.
   Sigismundo es heredero
   de Carlos, rey de Bohemia;
   Tú, hija de un caballero,
   a quien la Fortuna premia, 250
   más en sangre que en dinero.
   El Rey espera a Leonora,
   de Hungría infanta, y tan bella,
   que hasta la envidia enamora,
   oara que case con ella 255
   el príncipe que la adora.
   Por ella en Belgrado está
   su hermano el infante Alberto,
   y deben de llegar ya
   pues si el casamiento es cierto 260
   de quien retratos te da,
   ¿ qué puedes tú pretender
   de tan desigual amor,
   ni qué alteza puede haber
   que no derribe tu honor, 265
   no siendo tú su mujer ?
LISENA:      Satisfágate a esa duda
   ese papel, que ya puedes
   ver discreta y guardar muda
   oara que segura quedes 270
   y Amor a mi dicha acuda.
   Y sin hacer más espantos,
   callando tu discreción,
   advierte en favores tantos
   que es carta de obligación 275
   pero no con "sepan cuantos";
   que en saberlo pocos, creo
   que el fin que espero verás
   y de mi honra el empleo.
DIANA:      ¡ Qué satisfecha que estás ! 280
LISENA:      Veráslo si lees.
DIANA:                          Pues, leo.

Lee

   "Mi padre el rey, prenda mía,
   me da esposa y no sois vos,
   como si Amor, siendo dios,
   preciase estados de Hungría. 285
   Antes que llegue este día
   esta noche Amor concierta
   daros la posesión cierta
   que a Leonora os adelanta
   porque en viniendo la infanta, 290
   halle cerrada la puerta.
   La mano os tengo de dar
   sin poner mi amor por obra
   que no soy como el que cobra
   sin intención de pagar. 295
   Sólo os quiero asegurar
   que en honesto amor me fundo
   y que, desmintiendo al mundo,
   contra el gusto y el poder,
   sabe amar sin ofender 300
   a su esposa, --Sigismundo."
   A tan segura firmeza,
   tan nunca visto valor,
   tan no esperada grandeza,
   ¿ qué mucho triunfe tu amor 305
   de la mudanza y pobreza ?
   Sólo Sigismundo es
   quien nombre puede adquirir
   de amante firme y cortés
   que el hacer junta al decir 310
   y da afrenta al interés.
   Ya por él perfeto queda
   el amor, a quien obliga
   a que estimarse en más pueda,
   que estaba lleno de liga 315
   como la baja moneda
   y en el fuego del valor
   con que su fama acredito
   sabe apartar del amor
   la mezcla del apetito 320
   para acendrarle mejor.
   A amar tu pobreza vino,
   quilatando su decoro;
   que amor desnudo y divino
   cuanto está más limpio de oro, 325
   tanto es más perfeto y fino.
   Injuria, hermana, me has hecho
   el tiempo que no me has dado
   cuenta de tu honra y provecho.
LISENA:      Aunque amor comunicado 330
   dicen que dilata el pecho,
   temí la envidia, Diana,
   que te pudiera causar.
DIANA:      No es mi inclinación villana.
LISENA:      No, mas es propio envidiar 335
   una hermana a la otra hermana.
DIANA:      Pues ¿ puédeme estar mal, di,
   que en Bohemia el reino goces ?
LISENA:      Ya lo ves
DIANA:                    Pues que de mí
   lo que te quiero conoces, 340
   deposita desde aquí
   secretos dentro la esfera
   de mi pecho que, constante,
   verte ya reinar quisiera.
LISENA:      Mal sabrás, no siendo amante, 345
   saber servir de tercera.
DIANA:      Todo el ingenio lo alcanza.
   mas dime, ¿ qué tanto ha
   que entre el temor y esperanza
   el príncipe por ti está 350
   dando guerra a la mudanza ?
LISENA:      Que me quiere bien, ha un año
   me jura, y que yo lo sé
   un mes.
DIANA:                  ¡ Sufrimiento extraño !
   ¿ Y quién el Mercurio fue 355
   de este provechoso engaño ?
LISENA:      Harto humilde, te prometo.
   Gascón, lacayo de casa,
   a falta de otro sugeto,
   es arcaduz por quien pasa 360
   nuestro amoroso secreto.
   El príncipe le ha pegado
   parte de su discreción
   y de él el alma fiado.
DIANA:      Tiene buen humor Gascón. 365
LISENA:      Bien conmigo lo ha mostrado;
   pues entre burlas y veras,
   introducir ha sabido
   en mi pecho estas quimeras.
DIANA:      De ordinario, hermana, han sido 370
   las gracias lindas terceras.
   No desecha ripio Amor,
   que es dios muy aprovechado,
   pues al humilde favor
   de un hombre bajo, ha obligado 375
   de Sigismundo el valor.
LISENA:      Y tanto, que él solo tiene
   de su secreto la llave.
   Con él solo a verme viene
   de noche; que otro no sabe 380
   la pena que le entretiene.
   De manera que es de día
   de nuestro padre criado
   de los de menor cuantía;
   pero de noche privado 385
   del que menosprecia a Hungría.
DIANA:      Milagros del amor son,
   que coronas atropella.
   ¿ Y entra otro más que Gascón
   en la danza ?
LISENA:                    Una doncella, 390
   a quien han dado ocasión
   mis desvelos de acecharme,
   sabe algo de esto también.
DIANA:      No haces, pues, mucho en fiarme
   tu pecho, si otros le ven. 395
LISENA:      No ha bastado el recatarme.
DIANA:      ¿ Fue Carola la curiosa ?
LISENA:      Sí, hermana; mas solo sabe
   que de mi pena amorosa
   es el dueño un hombre grave 400
   que me sirve para esposa;
   sin que del príncipe tenga
   ni sospecha ni noticia
   ni conmigo al jardín venga.
DIANA:      Importa que a la malicia 405
   Amor discreto prevenga.
   Princesa has de ser, en fin.
   Y ¿ por dónde te entra a hablar ?
LISENA:      Llave tiene del jardín.
DIANA:      Seguro puede llegar, 410
   si eres tú su serafín.
   Y mi padre, estando ausente,
   no estorbará tu ventura,
   que el cielo, hermana, acreciente.
LISENA:      Mira qué alegre murmura 415
   esta jardín, esta fuente;
   pues entre dientes me avisa
   que el príncipe viene ya.
   ¿ No ves aumentar su risa ?
   ¿ No ves el olor que da 420
   el suelo en que flores pisa ?
   Pues todas señales son
   de que Sigismundo ha entrado.
DIANA:      ¡ Sabrosa exageración !

Salen SIGISMUNDO y GASCON, como de noche, hablando en el fondo

SIGISMUNDO:      La noche se ha desojado 425
   en ver mis dichas, Gascón.
   Ojos son esas estrellas,
   con que hecha un Argos pretende
   ver mi amor por todas ellas.
GASCON:      Pues luminarias enciende, 430
   tus bodas anuncia en ellas.
SIGISMUNDO:      Agradécele el favor
   con que a ayudarme ha venido
   vestida de resplandor.
   Dila algo.
GASCON:                      En mi vida he sido 435
   culto versificador;
   mas pues tú lo mandas, vaya.
   Zarca antípoda de Febo
   que hecho este jardín Pancaya
   para alumbrarle de nuevo 440
   bordas de estrellas tu saya;
   tú que al amante prometes
   favores como al ladrón
   y acompañando corchetes
   como si fueras jubón 445
   estrellas traes por ojetes;
   tú que sustentas con ellas
   ya el favor y ya el desdén
   y miéntras brillas centellas
   haciendo el cielo sartén 450
   sus yemas rubias estrellas;
   bien pudiera, pues que vuelas
   con tan estrellado bulto
   decirte --y aun lo recelas--
   con cierto poeta culto 455
   que estás llena de viruelas
   o que como eres curiosa,
   entre el resplandor hechizo
   nos muestras la cara hermosa
   con tanto lunar postizo 460
   que ya pecas de pecosa;
   pero sólo digo, en fin,
   que más bella que otras noches
   vienes hoy a este jardín
   llena de dorados broches 465
   desde el copete al chapín
   y que de los cielos bellos
   donde es bien que te rotules,
   pudieras, a sufrirlo ellos
   por lo que tienen de azules, 470
   cortar cambray para cuellos.
SIGISMUNDO:      Anda, necio.
GASCON:                            Al uso es esto.
LISENA:      ¡ Ay Diana !    Vesle allí.
DIANA:      Despejarte quiero el puesto
   hasta que sepa de ti 475
   que soy de Amor tan honesto
   medianera.
LISENA:                        La luz mato.
DIANA:      Haces bien.    Aquí te espero;
   que siempre es cuerdo el recato.
LISENA:      ¿ Y el papel ?
DIANA:                      Guardarle quiero, 480
   envuelto en él el retrato.

Echase DIANA en la manga el retrato y el papel, y apártase a un lado

LISENA:      ¡ Príncipe !
SIGISMUNDO:                        Lisena mía,
   ya es medio día, ya en verte
   se ausentó la noche fria.
GASCON:      (Veremos de aquesa suerte            Aparte 485
   estrellas al mediodía.)
SIGISMUNDO:      Recelos húngaros son
   los que el deseo apresuran,
   pues para satisfacción
   del amor que en ti aseguran, 490
   te entregan su posesión.
   Dicen que viene la infanta
   a injuriar merecimientos,
   mi bien, de hermosura tanta;
   y para que impedimentos 495
   con que Amor niño se espanta
   mi dicha no hagan dudosa,
   mi esperanza determina,
   Lisena del alma hermosa,
   que esta noche sea madrina, 500
   y tú mi adorada esposa.
LISENA:      El crédito has restaurado,
   príncipe, que en los señores
   por no pagar se ha quebrado;
   pues siendo todos deudores, 505
   tú pagas adelantado.
   No estados podré ofrecerte
   cual la infanta, Sigismundo,
   aunque mi amor es de suerte
   que tiene cual mar profundo 510
   infinitos en quererte.
   Rey serás desde este día
   de un alma humilde que adora
   tu amorosa cortesía,
   puesto que envidio en Leonora 515
   no el amarte sino a Hungría.
   Mas ya que en estados reales
   más ilustre la haga Dios,
   consolaránse mis males
   en que a lo menos las dos 520
   somos en almas iguales,
   y en esto mi dicha fundo,
   más que ella en su real blasón
   pues siendo de Sigismundo,
   estimo más tu elección 525
   que las coronas del mundo.
SIGISMUNDO:      Paguen esa fe, Lisena,
   mis brazos, de Amor tusón.
   Noche alegre, quinta amena,
   si porque mis bodas son 530
   sin testigos, os dan pena,
   padrino el silencio sea;
   estos cuadros, reales salas,
   que himeneo alegre vea;
   las flores, telas y galas, 535
   que teja y vista Amaltea;
   mis deseos, convidados;
   músicos, aquestas fuentes
   y arroyos de Amor templados,
   que den tono asus corrientes 540
   y hagan fugas por los prados;
   vos, jazmín, murta, arrayán,
   aromas que al aura pura
   fragancia en sus flores dan...
GASCON:      Y yo vendré a ser el cura 545
   o al ménos el sacristán.
   Deja el arroyo templado,
   el arrayán, murta y flor,
   viento, fuente, jardín, prado
   --que has de darle cuenta a Amor 550
   de ese tiempo mal gastado--
   y empieza tus aventuras;
   que si Amor anda con venda
   en fábulas y pinturas,
   es porque siempre encomienda 555
   al amante que obre a escuras.
   Estas violetas que ves,
   su tálamo os pueden dar,
   si agora alfombra a tus pies.
   Solos os quiero dejar; 560
   que al tronca de aquel ciprés
   me espera un sueño liviano,
   y darle dos filos quiero.
   Tahur es Amor tirano,
   este jardín tablajero; 565
   jugad los dos mano a mano,
   y tiraos como enemigos
   los restos; que yo os prometo
   que estáis picados, amigos.

Apártase GASCON

SIGISMUNDO:      Al Amor llamó un discreto 570
   escritura sin testigos.
   No hace su honesta lucha
   de anfiteatros caso
   donde mira gente mucha.
   Dadme pues...
LISENA:                    Príncipe, paso; 575
   que hay aquí quien os escucha.
   No solo os imaginéis;
   que mi ventura ha traído
   un testigo que estiméis
   y a serlo agora ha venido 580
   de la merced que me hacéis.
   Diana fue salteadora
   de los secretos de Amor
   y, aunque sus leyes ignora,
   ensalza vuestro valor 585
   y vuestra grandeza adora.
   Dadla licencia que os hable.
SIGISMUNDO:      Gracias le debe este gusto
   por ella comunicable.
LISENA:      A mi amor honesto y justo 590
   el cielo se muestra arable,
   pues todos le favorecen.
   Hermana, el príncipe os llama.

Llega DIANA

DIANA:      Tantas mercedes me ofrecen
   con que ensalce vuestra fama 595
   las glorias que os engrandecen,
   gran señor, que puesta en duda,
   para no haceros agravio,
   cuando a alabaros acuda,
   podré decir con un sabio 600
   que la copia me hizo muda.
   Que como la admiración
   es del silencio señal,
   me ha causado confusión
   el ver que un sujeto real, 605
   digno de veneración,
   cual vuestra Alteza, se agrada
   de realzar nuestra bajeza.
   Aunque no ignoro espantada
   ser propio de la grandeza 610
   el dar ser a lo que es nada.
SIGISMUNDO:      Vos lo habéis dicho tan bien,
   que a pesar de la opinión
   que culpa vuestro desdén,
   la hermosura y discreción 615
   hermanarse en vos se ven.
   Estimad vuestra ventura;
   que porque os llevéis la palma,
   quiere que rindáis segura
   con la discreción el alma, 620
   los ojos con la hermosura.
   Y no reinos, ni riqueza
   creáis que son el tesoro,
   Diana, de más grandeza.
   Los diamantes, plata y oro, 625
   se crían en la aspereza
   de una infrutífera sierra;
   las perlas que el mundo estima,
   una concha las encierra;
   la púrpura que sublima 630
   la vanidad de la tierra,
   es sangre de un vil pescado;
   las piedras que el sol congela,
   un monte las ha criado;
   las sedas de tanta tela, 635
   que dan soberbia al brocado,
   un gusanillo pequeño
   las hila de sus entrañas.
   Sacad su valor del dueño.
   Las monarquías extrañas 640
   que la amblción funda en sueño,
   tal vez dan blasones reales
   a un bárbaro sin razón;
   mas no dotes naturales
   de hermosura y discreción 645
   porque esos son celestiales.
   Y pues esto os engrandece,
   dejad la admiración ya;
   que mi elección apetece
   en más lo que el cielo da, 650
   que lo que la tierra ofrece.

Sale CAROLA

CAROLA:      (¡ Válgame Dios por señora,    Aparte
   por amor y por jardín !
   Desde que el sol el mar dora,
   hasta que con su carmín 655
   sale el alba a ser pintora,
   ¿ desvelada y quimerista
   enjardinada has de estar ?
   No hay quien al sueño resista,
   y ya de puro velar 660
   se me entorpece la vista.
   Divorcio hace con la cama
   Lisena, y da en jardinera;
   y con ser de un galán dama,
   y haberme hecho su tercera, 665
   sé que adora, y no a quién ama.
   Pues procúrese guardar
   de mí; que siendo mujer,
   bien pudiera adivinar
   que reviento por saber 670
   y, en sabiendo, por hablar.
   Escucbarélos de aquí.
GASCON:      (Carola es ésta: tentarla
   quiero.) ¡ Ah, mi reina !
CAROLA:                                ¡ Ay de mí !
   ¿ Quién es ?
GASCON:                      Quien por adorarla, 675
   vive en ella y no esta en sí.
   Tierna comunicación
   a su señora entretiene
   aquí. ¿ Habrá conversación ?
CAROLA:      ¿ Luego él con su amante viene ! 680
GASCON:      Vengo por su motilón
   y por servidor leal
   de esa cara.
CAROLA:                      Apartesé;
   que ese nombre huele mal.
GASCON:      Es de noche, y me vacié. 685
CAROLA:      Diga "agua va," pesia tal,
   y hable más limpio, si intenta
   que no me vaya.
GASCON:                            Yo busco
   una trucha con pimienta,
   una viña con rebusco, 690
   y una huéspeda sin cuenta.
CAROLA:      Pues yo, hermano, no pretendo
   a quien busca gangas muchas,
   y que me pesque defiendo,
   porque no se cogen truchas... 695
   Ya lo entiende.
GASCON:                          Ya lo entiendo.
CAROLA:      Si rebusco busca en viña,
   no hay en mí qué rebuscar;
   que estoy en cierne, y soy niña
   en agraz por madurar... 700
GASCON:      (Si lo jura su basquiña...)        Aparte
CAROLA:      ...huéspeda soy; mas si intenta,
   cuando disgustos despueblo,
   comer, irse, y no hacer cuenta,
   pique; que cerca está el pueblo 705
   y no hay posada en la venta.
GASCON:      Discretaza eres. Ser quiero
   perdigón de tu reclamo.
CAROLA:      ¿ Quiero, dijo ? ¡ Ay qué grosero !
   Sepamos quién es su amo 710
   y quién es él; que me muero
   de este antojo, y, podrá ser,
   que algun monipodio hagamos.
GASCON:      Vaya, pues has de saber...
CAROLA:      ¿ Tan presto nos tuteamos ? 715
GASCON:      Soy hombre y eres mujer.
CAROLA:      ¿ Quién son los dos ? Que recelo
   que nos quieren dar papilla.
GASCON:      Caballeros, vive el cielo
   sino que éste lo es de silla 720
   y yo caballero en pelo.
   A medias gano salario
   de dos amos por su turno
   a quien sirvo de ordinario:
   de adelantado al diurno 725
   y a esotro de secretario.
   Causaráte maravilla
   este modo de servir;
   pues advierte que en Castilla
   por mí se vino adecir 730
   lo de aquella seguidilla:
   "Dime qué señas tiene,
   niña, tu hombre"
   "Lacayito de día
   bufón de noche." 735
CAROLA:      Tan en ayuno me quedo
   de saber quién es, como antes.
   ¿ Quién es su señor ?
GASCON:                                No puedo
   decirlo; que en los amantes
   el secreto quita el miedo; 740
   mas si me das un favor,
   todo lo desbucharé.
CAROLA:      ¿ Qué quiere ?
GASCON:                        ¿ No hay cinta o flor,
   guante de la mano o pie,
   y otros dijes de amor ? 745
CAROLA:      Diérale yo este listón;
   mas pediráme el que trato
   cuenta de él, y con razón.
GASCON:      Lo contado come el gato.
   ¿ Es el dichoso Gascón ? 750
CAROLA:      ¿ Gascón ? ¡ Gentil desatino !
   ¿ Yo amores con un gabacho
   que a casa en puribus vino ?
GASCON:      ¿ En puribus ?
CAROLA:                          Es borracho
   y anda en cueros como el vino; 755
   mas cúmplame aqueste antojo
   y hele aquí.
GASCON:                        Venga el listón;
   que ya de celos me enojo.
   ¿ Ha de olvidar a Gascón,
   y escogerme á mi ?
CAROLA:                            Sí escojo. 760
GASCON:      ¿ Olvidarále ?
CAROLA:                          ¡ Jesú !
   Dale ya por olvidado.
GASCON:      ¿ No es monazo ?
CAROLA:                        De Tolú.
GASCON:      ¿ No es un puerco ?
CAROLA:                          Socarrado.
   ¿ Qué falta ?
GASCON:                        Escupirle.

Escupe

CAROLA:                                ¡ Pu ! 765
GASCON:      (La mitad de tu apellido          Aparte
   escupiste.) Digo pues,
   ya que obligarme has querido,
   que este caballero es...
CAROLA:      ¡ Ay Dios !
GASCON:                      ¿ Qué sientes ?
CAROLA:                                  RÜido. 770
   ¡ Lisena, señora mía,
   tu padre en casa !
LISENA:                            ¡ Ay de mí !
SIGISMUNDO:      ¿ El pesar tras la alegría ?
DIANA:      Véte, gran señor, de aquí.
GASCON:      (La fiesta se queda fría.) Aparte    775
SIGISMUNDO:      Ya, mi bien, que sois mi esposa,
   no temo siniestro fin.
   Adiós mi Diana hermosa.
LISENA:      La puerta está del jardín
   abierta.

Vase SIGISMUNDO

GASCON:                      Pues es forzosa, 780
   la amistad que hemos trabado,
   ¿ cómo te llamas ?
CAROLA:                          Carola.
GASCON:      Dolor de tripas me has dado;
   mas por esa causa sola
   traeré el cuello escarolado. 785

Vase GASCON.    Salen ORELIO, con una hacha encendida, hablando aparte con FISBERTO, viejo

FISBERTO:      ¿ Hombre, dices que salió
   del jardín ?
ORELIO:                    ¿ No ves abierta
   la puerta ?
FISBERTO:                    Y con ella abrió
   sospecha a mi agravio cierta
   quien en él de noche entró. 790
   Alumbra. ¿ Quién está aquí ?
LISENA:      ¡ Oh, señor ! Seas bien venido.
FISBERTO:      Vine y vi; mas no vencí,
   pues miro el honor perdido
   que industrioso conseguí. 795
   ¿ Qué hacéis las dos a tal hora
   y en tal sitio ?
LISENA:                        Es el calor
   del sueño enemigo agora
   y huyendo de su rigor,
   pedimos alivio a Flora. 800
FISBERTO:      ¿ Y abrístele, para echalle,
   la puerta ?
DIANA:                      Lugar seguro
   es el jardín, sin cerralle,
   pues sale el postigo al muro
   y no a la plaza y la calle. 805
   Deja agora, señor, eso
   y dinos si traes salud.
FISBERTO:      Que lo imaginé confieso;
   mas la falta de virtud
   quitan la salud y el seso. 810
   La que yo tenía era cierta
   pero tan mal me ha tratado
   quien darme muerte concierta,
   que el honor me ha registrado
   el cierzo de aquella, puerta. 815
   ¿ Qué hombre fue el que salió
   por ella agora ?
DIANA:                          ¿ Qué dices ?
LISENA:      ¿ Hombre aquí ?
FISBERTO:                        Diréis que no
   pero lo que tú desdices
   colíjo en la cara yo. 820
DIANA:      Si no volviera por mí
   la opinión que de intratable
   en el mundo conseguí,
   temiera algún mal notable
   qe ver que me hables ansí. 825
   ¿ Sabes que Bohemia sabe
   en lo que mi honor se precia
   sin que de humanarese acabe
   y que en opinión de necia
   estoy por honesta y grave ? 830
   Pues ¿ qué sospechoso humor
   quitarme intenta este nombre,
   sin estima de mi honor ?
   La sombra no más de un hombre
   suele causarme temor. 835
   Mi hermana, ya es cosa cierta
   lo que su fama procura.
   No culpes jardín ni puerta.
FISBERTO:      Sin puerta aun no está segura
   la honra en mujer y huerta, 840
   cuanto y más haciendo prueba,
   abriéndola, del rigor
   con que un viento se la lleva;
   que a Adán le quitó el honor
   estando en un jardín Eva. 845
   Estáis en jardín, y crece
   el deseo, y cuando vaya
   al natural que apetece,
   podréis decir que bien haya
   quien a los suyos parece. 850
   Carola, di la verdad.
   ¿ Quién era el que estaba aquí ?
CAROLA:      Yo, señor...

FISBERTO saca la daga

FISBERTO:                    De mi crueldad
   entenderás...
CAROLA:                      ¡ Ay de mí !
   Uno de la vecindad 855
   buscaba--aquesto es sin duda--
   de parte de la comadre...
   deja la daga desnuda...
   para cierto mal de madre,
   unos cogollos de ruda. 860
FISBERTO:      Vive el cielo, que ha de ser
   hoy sepulcro este jardín
   vuestro, o tengo de saber
   qué hombre, o para qué fin
   acabáis de hablar y ver. 865
DIANA:      Ya no se puede esperar
   tanta afrenta y vituperio.
   ¿ Eso se ha de imaginar
   de mí ? Iréme a un monasterio,
   y podráste asegurar. 870
FISBERTO:      ¡ Ah mujer, al fin lijera !
DIANA:      Por no serte inobediente,
   me voy.

Hace que se va, y tiénela FISBERTO de la manga donde escondió el papel

FISBERTO:      ¿ Dirás que es quimera
   lo que yo he visto ? Detente. 875
   ¿ Qué papel es éste ? Espera.

Sácale el papel y el retrato

DIANA:      ¿ Es nuevo traer papeles
   en la manga una mujer ?
FISBERTO:      ¿ Cuándo tú traerlos sueles ?
   Bueno ! ¿ Estudios vengo a ver 880
   de plumas y de pinceles ?

Lee

   Regalado está el papel,
   y el príncipe en su retrato
   se muestra amoroso y fiel.
   ¿ Eres tú la del recato, 885
   la desdeñosa y crÜel ?
   ¿ Creyendo a un principe estás,
   que mañana ha de casarse ?
   ¡ Bien tu sangre honrando vas !
   ¿ Papeles que han de rasgarse 890
   cobras, cuando tu honra das ?
   ¿ Es más aquesta pintura
   de un papel en que trabaja
   el engaño, pues procura
   la deshonra en su baraja 895
   darte un rey sólo en figura ?
   Da crédito a firmas fieles,
   funda en ella tus cuidados;
   sabrás, cuando más reevles,
   que a mujeres y a soldados 900
   paga un príncipe en papeles.
   ¿ Eres tú la recatada ?
LISENA:      (Ya lloro de mi secreto              Aparte
   la dicha desbaratáda.)

Aparte a LISENA

DIANA:      Por sacarte de este aprieto, 905
   tengo de ser la culpada.
FISBERTO:      ¿ Y tú, Lisena, a terciar
   en mi afrenta te enseñaste ?
   ¡ Bien te sabes estimar !
LISENA:      Al punto que aquí llegaste, 910
   acababa yo de entrar,
   el hombre que salir viste,
   de mí debió de irse huyendo,
   el tiempo que tú veniste;
   mas de aquí saco y entiendo 915
   que en un engaño consiste
   cualquier vana hipocresía.
   Ya sabemos a que fin
   se echaba a dormir de día
   por velar en el jardín 920
   cada noche.
DIANA:                    ¡ Hermana mía... !
LISENA:      Creyó subir a lo sumo
   de la real autoridad
   y de aquí, a lo que presumo,
   crecen de su vanidad 925
   los humos, que al fin son humo.
   Di, necia, ¿ locura tanta
   te hizo desvanecer
   por un papel que te encanta ?
   ¡ Por cierto, hermosa mujer 930
   para hacer punta a una infanta !
   Si mi padre ha de tomar
   venganza, y me cree a mí,
   a ti te había de quemar,
   y al retrato porque así 935
   reinéis los dos a la par.
   Fuera un hecho sin segundo,
   si en pago de tu corona,
   os viese quemar el mundo:
   a ti por loca en persona 940
   y en retrato a Sigismundo.
   ¡ En gentil reina había puesto
   Bohemia su monarquía !
   Castígala, señor, presto.

A DIANA aparte

   Perdóname, hermana mía, 945
   que, me va la vida en esto.

Vanse LISENA y CAROLA

FISBERTO:      Quien loca imposibles prueba,
   y a subir se desvanece
   a donde el viento la lleva,
   cuando caiga, bien merece 950
   que cualquiera se le atreva.
   De ese retrato te asombra,
   si a cobrar tu seso vienes,
   pues si su esposa te nombra
   y, en sombra al príncipe tienes, 955
   princesa serás en sombra.
   Y mientras yo voy a hablar
   al rey y a poner cordura
   a quien te viene a burlar,
   descarta aquesa figura 960
   y tu honor podrás ganar.

Vanse FISBERT y ORELIO

DIANA:      ¡ Gentil fraterna me jan dado !
   Basta, que llevo la pena
   de lo que nunca he pecado;
   mas como reine Lisena, 965
   yo lo doy por bien empleado.
   Con este enredo codicio
   darle a Amor su posesión;
   pues de tercera es mi oficio,
   seré amante en opinión 970
   pues no puedo en ejercicio.

Vase DIANA.    Sale en REY de Bohemia, viejo, y ALBERTO, infante

ALBERTO:      Una jornada, gran señor, de Praga
   queda Leonora, infanta, donde espera
   el palio real, que en parte satisfaga
   la ausencia de su patria, en ella fiera. 975
   Si Amor servicios de este modo paga,
   y el príncipe la dicha considera
   que los cielos le ofrecen con Leonora,
   no a la infanta de Hungría, al sol adora.
   Disimula prudente la tristeza 980
   que, a pesar de su industria, por los ojos
   no agravia, antes aumenta su belleza;
   que suelen ser afeite los enojos.
   Causarálos mudar naturaleza,
   si ya no es que acierten los antojos 985
   de quien afirma, más que fuera justo,
   que se casa la infanta a su disgusto.
   Tibio también a Sigismundo advierto
   en estas bodas. Poco se disfraza.
   Al camino creímos que encubierto 990
   saliera a ver la infanta y que la caza
   su amor coloreara; mas lo cierto
   es que en otros empleos se embaraza
   voluntad que a tal tiempo es tan remisa
   si Amor a los principios todo es prisa. 995
REY:      Pues bien, ¿ qué me querrás decir por eso ?
ALBERTO:      ¡ Ay Rey ! ¡ Ay padre ! Si el principio mío
   tu sangre fue, y es cierto que intereso
   de ella el amor, por quien vivir confío;
   si aquesta mano que obediente beso, 1000
   por afrentar larguezas de Darío,
   con que al monarca macedón excedes,
   se llama mano por manar mercedes.
   Ansí al bohemio reino jamás falte
   tu vista venerable; ansí preserve 1005
   el tiempo tu vejez sin que le asalte
   decrépito rigor que en ti reserve;
   ansí la eternidad su trono esmalte
   en esa plata, donde se conserve 10091010
   una vida inmortal, sin que venganza
   des jamás al olvido y la mudanza;
   que el reino del Amor no tiranices,
   ni voluntades con violencia enlaces;
   que no la fuerza doma las cervices 1015
   del tálamo himeneo que deshaces.
   Cuando campos de plata esterilices
   que entre los lazos de amorosas paces
   hijos producen con que eterno queda,
   no habrá quien en los reinos te suceda. 1020
   Yo, padre caro, que a Leonora adoro
   y en sus ojos recíprocos colijo
   correspondiente gusto, en lazos de oro
   de sus cabellos mi prisión elijo.
   Sigismundo no la ama. Si el decoro 1025
   de mi vida te mueve, el ser tu hijo
   y no me quieres presto llorar muerto
   agrada a Sigismundo. Obliga a Alberto.
   Acción tengo a Sajonia; en su conquista
   feliz, asiste el español don Sancho; 1030
   ya dicen que ha rendido a escala vista
   las poblaciones de su término ancho
   y, como tu rigor no lo resista,
   si con Hungría su ducado ensancho,
   la fama vencerás de tus mayores 1035
   y dejarás dos reyes sucesores.
REY:      No merece respuesta quien no estima
   palabras reales que respeta el mundo.
   Tu necio amor sus ímpetus reprima
   sin culpar el que tiene Sigismundo; 1040
   que ni Leonora el suyo desestima
   ni tú, que en nacimiento eres segundo,
   cuando en Sajonia por su duque quedes,
   es justo que como él, un reino heredes.
ALBERTO:      Pues, ¡ vive el cielo... !
REY:                              Loco, ¿ qué es aquesto ? 1045
ALBERTO:      Que si a otro que a mí su esposo llama...
REY:      ¡ Tú conmigo atrevido y descompuesto !
   ¡ Hola ! ¿ No hay gente aquí ?
ALBERTO:                              ...que en viva llama
   a Roma ha de imitar tu corte presto,
   y yo a Nerón, que a la tarpeya fama 1050
   pondré en olvido.

Vase ALBERTO

REY:                        ¿ No hay quien lleve preso
   este desatinado, este sin seso ?

Sale FISBERTO

FISBERTO:      Vuestra majestad se sirva
   de oírme aparte un secreto,
   y esta prisa no le espante, 1055
   porque la pide el remedio.
REY:      Si no es de tanta importancia,
   después me hablaréis, Fisberto.
FISBERTO:      Vaos en ello, gran señor,
   el gusto, y la paz del reino. 1060
REY:      ¿ La paz del reino y mi gueto ?
   ¿ Qué será ? ¡ Válgame el cielo !
   Llegáos aquí y excusad
   preámbulos y rodeos.
FISBERTO:      La noticia que de mí 1065
   os dieron mozo mis hechos,
   gran señor, aunque olvidada,
   no del todo se habrá muerto.
   De ella habréis ya colegido
   la lealtad con que os sirvieron 1070
   mis nobles progenitores,
   imitándolos yo en esto.
   Testigo el pobre caudal
   con que su opinión sustento;
   que privar y salir pobre 1075
   limpio nombre da, aunque nuevo.
   Hanme quedado dos hijas
   con cuya vista consuelo
   servicios no bien pagados
   si no es en merecimientos. 1080
REY:      ¿ Querréis, Fisberto, pedirme
   sus dotes ?    Yo os los concedo.
   ¿ Es éste el caso importante ?
FISBERTO:      No dotes, señor, pretendo;
   que los de naturaleza 1085
   tienen y los que las dieron
   sus nobles antepasados,
   que son los que estimo y precio.
   Bástales ser hijas mías;
   que si nobles casamientos 1090
   mi vejez apeteciera,
   no viniera a lo que vengo
   ni algun príncipe faltara
   que, llamándose mi yerno,
   ensalzara prendas mías 1095
   hasta su trono supremo.
   Diana, que es la mayor,
   y en los altos pensamientos
   mi natural semejanza,
   tan sublimes los ha puesto 1100
   que el príncipe Sigismundo
   es, gran señor, por lo menos,
   el blanco de su esperanza
   y de su amor el sujeto.
REY:      No será la primer loca 1105
   que dando en esos extremos
   con príncipe bodas finja
   y pare su tema en reinos.
   ¿ Qué quieres decirme más ?
FISBERTO:      Por locura pasara esto, 1110
   si el príncipe, gran señor,
   no hubiera sido el primero
   que, a pesar de inconvenientes,
   menospreciando conciertos
   que con la infanta Leonora 1115
   por él en Hungría has hecho,
   persuadiera la entereza
   de Diana al fin honesto
   con que la iglesia permite
   vivir un alma en dos cuerpos. 1120
REY:      ¿ Sigismundo con Diana ?
FISBERTO:      Esta es verdad.
REY:                        Anda, necio.
   Ya sé que se ha concertado
   contigo el infante Alberto
   para que me persÜadas 1125
   que el príncipe, aborreciendo
   a Leonora, pronostica
   infeliz su casamiento.
FISBERTO:      De mi hacienda vine anoche,
   hallé mi jardín abierto, 1130
   vi salir un hombre de él
   y estar mis dos hijas dentro.
   Sospechas averigÜé;
   que en este papel perdieron
   el nombre, pues ya no son 1135
   sospechas indicios ciertos.

Dale al REY el papel y el retrato, y mírale

   Léele, y mira este retrato
   y si tomas mi consejo,
   no con alborotos hagas
   agravio al sabio silencio; 1140
   que yo casaré a Diana,
   buscando algún caballero
   igual a su sangre y dote
   con la brevedad que veo
   que para este caso importa; 1145
   y puesto este impedimento
   volverá el príncipe en sí.
   Será de la infanta dueño,
   y yo quedaré premiado
   con que sepan que he antepuesto 1150
   la lealtad a una corona
   que me daba reyes nietos.
REY:      Fisberto, si yo supiera
   el valor que en ese pecho
   atesora tu lealtad, 1155
   tú ocuparas otro puesto;
   mas yo enmendaré descuidos.
   Tomar quiero tu consejo
   sin que, cual dices, enojos
   publiquen lo que es secreto. 1160
   Bien me parece que cases
   a Diana, y que sea luego;
   que en el peligro presente
   es el más arduo remedio;
   pero ha de ser de mi mano 1165
   el esposo; que ya quiero,
   aunque tarde, comenzar
   a pagar lo que te debo.
   Don Sancho de Urrea merece,
   por noble, pues descendieron 1170
   de los reyes de Aragón
   los que a su casa ser dieron;
   por valeroso, cual muestra
   Sajonia, por cuyos hechos
   rendida me reconoce; 1175
   por su noble entendimiento,
   y por su edad, no liviana,
   como en los años primeros,
   cuya mudable inquietud
   mil mal casados ha hecho, 1180
   sino en madurez viril,
   que los gustos Himeneos,
   para que duren felices,
   tasa sabio, y goza cuerdo;
   y, en fin, porque yo le estimo 1185
   y darle estados pretendo
   que el ambicioso murmure
   y no indignen al discreto,
   me parece que será
   merecido y justo empleo 1190
   de tu lealtad y mi gusto.
FISBERTO:      Agradecido te beso,
   gran señor, tus pies reales;
   que a medida del deseo,
   dueño a mi casa has cortado. 1195

Salen SIGISMUNDO, ALBERTO, y GASCON, hablando aparte los tres

SIGISMUNDO:      Los brazos te diera, Alberto,
   a no estar mi padre aquí,
   por ver que en la infanta has puesto
   los ojos, y amando estorbas
   este odioso casamiento. 1200
   De mi parte está seguro;
   porque al paso la aborrezco
   que en otra parte idolatro.
GASCON:      Príncipe, ¿ no ves aquello ?
   Retrato, viejo y papel 1205
   te acusan.
SIGISMUNDO:                    Ya sé el enredo,
   Gascón, que en ayuda mía
   anoche hicieron los cielos.
   La sospechosa es Diana,
   de mi amor y, por lo menos, 1210
   Lisena estará segura.
GASCON:      Amor todo es embelecos.
REY:      Príncipe.
SIGISMUNDO:                    ¿ Señor ?
REY:                            ¿ Qué aguardas
   si está tu esposa en mis reinos
   y una jornada de aquí 1215
   que a verla no vas ?
SIGISMUNDO:                              Sospecho...
REY:      No hay que sospechar. Al punto
   parte y quítala recelos;
   que tu descuido habrá dado
   materia a su llanto y celos. 1220

Hablan aparte SEGISMUNDO y ALBERTO

SIGISMUNDO:      ¿ Qué responderé ?
ALBERTO:                            Que vas
   A verla, y juntos podremos,
   contra caducos enojos,
   entablar nuestros sucesos.
REY:      ¿ No partes ?
SIGISMUNDO:                      Ya, Señor, parto. 1225
REY:      Fisberto, venid; que tengo
   que deciros muchas cosas
   concernientes al bien vuestro.

Vanse el REY y FISBERTO

SIGISMUNDO:      Quédate, Gascón.
GASCON:                            De día
   soy vigilia de este viejo 1230
   pues siempre le voy delante.
SIGISMUNDO:      ¿ Y de noche ?
GASCON:                        Tu linterno.

Vase GASCON

SIGISMUNDO:        Partamos, pues, que Leonora
     y Hungría serán de Alberto,
   o no seré Sigismundo. 1235
ALBERTO:      Pon en mi cara dos hierros.


ACTO SEGUNDO


  

Salen el REY, SIGISMUNDO, ALBERTO, LISENA, FISBERTO, GASCON, y DIANA y don SANCHO, de novios

REY:      No poco contento estoy,
   noble Sancho, bella Diana,
   pues la hermosura alemana
   al valor de España doy; 1240
   que de tan justos amores,
   de tal marido y mujer,
   me prometo han de nacer
   valerosos sucesores,
   que honrar mi reino procuren 1245
   y en la venidera edad
   tengan en pie la lealtad
   y esta corona aseguren.
   Y pues de la parte vuestra
   ya está cumplido mi gusto, 1250
   de la mia será justo
   que dé mi largueza muestra
   de que soy buen pagador.
   Sancho, servicios os debo,
   dignos que al estado nuevo 1255
   que gozais, haga favor.
   A Sajonia me habéis dado;
   en ella el condado os doy
   de Alba Real.
SANCHO:                      Por ti estoy
   a un tiempo rico y casado, 1260
   gran señor.    A renacer
   vuelvo de nuevo a esas plantas,
   pues mi pequeñez levantas,
   y das a mi dicha ser.
   bien conozco cuánto agravio 1265
   hace a mi bella consorte
   el cielo y que en esta corte
   esposo más mozo y sabio
   correspondiera a su edad;
   que amor que las almas mide 1270
   como en las costumbres, pide
   en años conformidad;
   y en tálamo juvenil
   gozarán justos amores;
   que no vienen bien las flores 1275
   del amor sino en su abril.
   Yo, que del estío paso
   y ya al otoño me allego,
   aunque al amoroso fuego
   de esta belleza me abraso, 1280
   por más que la adoro tierno,
   temo, aunque el alma la doy,
   ver que en el otoño estoy,
   y a las puertas de mi invierno.
   Mas pues vuestra majestad 1285
   por cuenta suya ha tomado
   el darme esposa y estado,
   y ella, aunque en tan tierna edad,
   por esos estorbos pasa,
   tengo por cierto, y es justo, 1290
   que reducirá su gusto
   al gusto de quien nos casa.
FISBERTO:      Diana, conde, es discreta,
   y conmigo ha consultado
   cuán bien dice con su estado 1295
   vuestra edad sabia y discreta,
   respondiendo yo por ella
   a vuestra excusada duda;
   que en tal acción el ser muda
   hace a la novia mas bella. 1300
   En la juventud ha hecho
   el Amor prueba infalible
   de que es más apetecible;
   mas no de tanto provecho
   como la viril edad, 1305
   medio entre extremos viciosos;
   pues si campos viste hermosos
   la joven amenidad
   del verano, y da en tributo
   las flores que un aire seca, 1310
   el otoño cuerdo trueca
   sus flores en fértil fruto
   que a Ceres y a Baco alegre
   sin que la vejez le espante,
   porque a un otoño abundante 1315
   se sigue un invierno alegre.
   Y así en el símil que toco,
   Diana, que es de este acuerdo,
   os ama por moral cuerdo,
   más que por almendro loco. 1320
DIANA:      Habló mi padre por mí
   como mi padre en efeto.
   En su gusto comprometo
   todo el del alma que os di,
   rindiendo al rey, mi señor, 1325
   las gracias de haberme honrado;
   que de tal mano, tal dado,
   tal premio, de tal valor.
REY:      Pues aun no os he dado a vos
   ninguna cosa, condesa. 1330
DIANA:      Lo que mi esposo interesa,
   es, gran señor, de los dos.
REY:      No, razón es que por él
   las arras pague; y ansí
   os llamaréis desde aquí 1335
   duquesa de Florabel.

Llegan a besar la mano al REY don SANCHO, DIANA, FISBERTO y LISENA

FISBERTO:      Dénos vuestra majestad
   los pies.
REY:                    Lisena, ¿ también
   llegais vos ? Pero, hacéis bien.
   ¿ Mercedes queréis ? Alzad; 1340
   que de Mons la baronía
   para dote vuestro os doy.
LISENA:      A Alejandro excedes hoy.

SIGISMUNDO habla aparte a LISENA

SIGISMUNDO:      ¡ Ay prenda del alma mía !
   ¡ Con qué venturoso engaño 1345
   de mi padre se ríe Amor !
   Estorbos pone el temor
   en mi provecho y su daño.
   ¡ Casando a Diana, entiende
   que lo he de estar con Leonora ! 1350
   Que eres tú mi esposa ignora
   y, creyendo que me ofende;
   no sabe que me asegura
   cuando baronías te dé
   y que yo el varón seré, 1355
   que he de gozar tu hermosura.
REY:      ¿ Cómo, príncipe, no dais
   a don Sancho el parabién
   si de su aumento y su bien,
   como es razón, os holgáis ? 1360
SIGISMUNDO:      (Fingirme sentido quiero          Aparte
   de que Diana se case
   para que adelante pase
   el engaño de que espero
   conseguir mi alegre intento.) 1365
   Vuestra majestad le ha dado
   por todos...aunque excusado
   fuera aqueste casamiento.
REY:      ¿ Por qué ocasión ?
SIGISMUNDO:                              Yo la sé;
   y aunque por no alborotalle, 1370
   en esta ocasión, la calle
   algún día la diré.
SANCHO:      No quiera Dios, gran señor,
   que si esto no corresponde
   a vuestro gusto...
SEGISMUNDO:                          Andad, conde. 1375
SANCHO:      ¿ Qué causa a tal disfavor
   he dado yo ?
SIGISMUNDO:                        Bueno fuera
   darme cuenta a mí, si es ley
   que a vuestro príncipe...
SANCHO:                                  El rey
   Nuestro señor...
SIGISMUNDO:                          Bien pudiera 1380
   el rey, mi padre...
REY:                            ¿ Qué es esto ?
SIGISMUNDO:      Sentimientos justos son.
GASCON:      (¡ Oh príncipe socarrón !        Aparte
   ¡ Miren qué mustio se ha puesto !)
REY:      ¿ No basta ser gusto mío ? 1385
SIGISMUNDO:      Basta y sobra; pero...
REY:                                Andad,
   y a su casa acompañad
   los novios, infante.    El brío,
   príncipe, que os descompone,
   ya yo sé de dónde nace. 1390
   Quien tan mala elección hace,
   y a riesgo palabras pone
   de su padre y rey, merece...
SIGISMUNDO:      ¿ Puédesme dar más castigo
   que el que ahora usas conmigo ? 1395
REY:      Paso.
SIGISMUNDO:      Si intentas...
REY:                            ¡ Parece
   que los daños que prevengo,
   te dan causa de atreverte !
   Pues si eres príncipe, advierte 1400
   que otros hijos sin ti tengo
   que me sucedan después,
   y que sabré a alguna alteza,
   cortándole la cabeza,
   humillarla hasta mis pies.( 1405

Vase el REY

SIGISMUNDO:      Eres padre.    No ha lugar
   a que contra ti me ofenda.

Al irse SIGISMUNDO pasa por junto a LISENA y hablan aparte

   ¡ Ay mi bien !
LISENA:                    ¡ Ay cara prenda !
SIGISMUNDO:      Todo esto es disimular.
SANCHO:      (No entiendo aquestas enimas.)    Aparte 1410
ALBERTO:      Vamos, Condes.

Hablan aparte DIANA y LISENA

DIANA:                      ¡ Qué discreto
   guarda el príncipe el secreto,
   Lisena, que en él estimas !
LISENA:      Prudentemente ha fingido
   lo que que me case siente. 1415
FISBERTO:      (Estorbé este inconveniente
   dando a Diana marido.
   Ahora que tiene dueño,
   el mirará por su honor.)
SANCHO:      (¡ Ay inconstante favor,              Aparte 1420
   cera al sol, tesoro en sueño !
   ¿ Privar hoy y temer ya ?)
GASCON:      (¡ Gentil enredo va urdido !)          Aparte
SANCHO:      (¡ De mí el príncipe ofendido !            Aparte
   ¡ Válgame Dios ! ¿ Qué será ?) 1425

VANSE todos.    Sale el marqués ENRIQUE

ENRIQUE:      Dos meses ha que importuno
   y ausente, Amor, te has cansado,
   porque ausente y olvidado
   ya yo sé que todo es uno.
   Principios tuve dichosos 1430
   que habrá deshecho la ausencia,
   pues siendo correspondencia
   los deseos amorosos
   que la firmeza celebra,
   ¿ quién los fiará de mujer 1435
   si en la ausencia es mercader
   que en faltando el caudal, quiebra ?
   Bien llamarte fuego intenta,
   Amor, quien tus llamas siente
   porque el fuego al que está ausente 1440
   ni le abrasa ni calienta.
   Y al cabo de tantos días
   que Lisena no me vio,
   ¿ quién duda que no dejó
   mi amor, ni aun cenizas frías ? 1445
   Mandóme que fuese el rey
   a ver al emperador;
   partí por su embajador;
   su gusto tuve por ley.
   Y habiendo en principios sido 1450
   venturoso pretendiente
   de su amor, estando ausente,
   ya todo se habrá perdido;
   pues consintiendo en ventura
   el amar y el pleitear, 1455
   ¿ Qué suerte puede esperar
   el que pierde coyuntura ?
   Si otra vez mi dicha pruebo,
   bien sé que mi amor dirá
   "Pretendiente que se va, 1460
   que vuelva a empezar de nuevo."
   Hacedlo ansí, pensamientos;
   que cuando halláis derribada
   la fábrica comenzada,
   en pie os quedan los cimientos. 1465

Sale GASCON, sin ver a ENRIQUE

GASCON:      ¡ Brava máquina levanta
   sobre un engaño el Amor !
   Peón soy de esta labor.
   Cantera traigo que espanta.
   Al príncipe vengo a dar 1470
   un recado de Lisena
   que es la cal de aquesta arena
   con quien se intenta mezclar;
   y temo, aunque ando a destajo,
   si el rey sabe este edificio, 1475
   que la obra ha de hacer vicio
   y ha de cogerme debajo.
ENRIQUE:      (Este pienso que es criado
   del padre de quien adoro.
   Lo que sospecho e ignoro 1480
   sabré de él.) Hola, hombre honrado.
GASCON:      Hombre, sí; que esotro no.
ENRIQUE:      ¿ No sois honrado ?
GASCON:                              Con "hola"
   no, que la honra viene sola;
   y como "hola" me llamó, 1485
   no puedo ser hombre honrado;
   que las "honras," como es cierto,
   se suelen hacer a un muerto,
   pero nunca a un "oleado."
ENRIQUE:      ¡ Buen humor gastáis !
GASCON:                                  Por casto 1490
   los malos sudé primero
   y a falta de otro dinero
   humor es sólo el que gasto.
ENRIQUE:      ¿ No servís vos a Fisberto ?
GASCON:      Inmediatamente, no: 1495
   sirvo a sus caballos yo
   porque los pulo y concierto.
ENRIQUE:      ¿ Sois lacayo suyo, en fin ?
GASCON:      En fin, no lo quiera el cielo.
   Ser despensero es consuelo 1500
   que esotra plaza es ruín.
   Basta que hasta aquí me vea
   dando sus caballos ripio
   y ser lacayo al principio
   sin que al fin también lo sea. 1505
ENRIQUE:      A estar en mi casa vos,
   yo os cumpliera ese deseo
   porque en vuestro trato veo
   donosas cosas, por Dios.
   No debéis de conocerme. 1510
GASCON:      Si os saco por el olor,
   me vais oliendo a señor.
   Y si es que habéis menesterme
   entre discreto y bellaco
   os serviré de podenco 1515
   para todo lo mostrenco;
   que por el olor lo saco.
   Porque nunca los señores,
   sino en las comedias, hablan
   con lacayos, si no entablan 1520
   por sus medios sus amores.
ENRIQUE:      Vos habéis dado en lo cierto.
GASCON:      ¡ Miren si lo dije yo !
   Si es Diana la que os dio
   en las mataduras, muerto, 1525
   o matado estáis en vano,
   porque todo su desdén
   paró en casarse, aunque bien,
   con uno, que ni es verano
   ni invierno.
ENRIQUE:                        ¿ Casada está ? 1530
GASCON:      Como venís de camino,
   en todo sois peregrino.
   La mano a don Sancho da
   de Urrea, y es ya duquesa
   de Florabel y Alba Real. 1535
ENRIQUE:      Es don Sancho muy leal,
   y la sangre aragonesa
   que ser le dio conocida,
   y de reyes decendiente.
GASCON:      Si fuérades maldiciente, 1540
   hiciérades de su vida
   otro Flos Sanctorum.
ENRIQUE:                                  Soy
   de don Sancho muy amigo
   y de sus hechos testigo.
GASCON:      Las gracias por él os doy 1545
   y colijo que no estáis
   de Diana enamorado
   pues celos no os han picado,
   y a su marido alabáis.
ENRIQUE:      Acertáis como discreto. 1550
GASCON:      Según eso, de Lisena
   debéis de ser alma en pena,
   y que lo erráis os prometo;
   que aunque el gusto os alborota
   por las galas con que viene, 1555
   dicen que mas faltas tiene
   que seis juegos de pelota.
   Yo, como ladrón de casa
   y que hablo con las doncellas
   tal vez que asisten con ellas, 1560
   sé lo que en aquesto pasa.
   Si adoráis madejas rizas
   de sus espurios cabellos,
   ajenos son los mas de ellos;
   trae pantorrillas postizas; 1565
   tiene muchos excrementos,
   muchos hoyos de viruelas;
   hase sacado tres muelas
   de achaque de corrimientos.
   Tiene giba, bien que es poca, 1570
   calza diez puntos de pie,
   y lo peor que de ella sé
   es que la olisca la boca.
   Y con todo eso, mil locos
   andan muertos por su amor, 1575
   y estimaran por favor
   que les diera un par de mocos.
   Principalmente anda muerto
   cierto título por ella,
   que por casarse con ella 1580
   habló a su padre Fisberto.
ENRIQUE:      ¿ Cómo ? qué decís ? ¿ Quién es
   quien se casa con Lisena ?
GASCON:      (¡ Picóle !)                      Aparte
ENRIQUE:                    Aquesta cadena
   ha de ser el interés 1585
   por quien me habéis de decir
   quién es el que se desposa.
GASCON:      (No hay cosa mas provechosa          Aparte
   como un discreto mentir.)
   Ello ha de ir por aquí ya 1590
   aunque entredicho me han puesto.
   Sabed que es el duque Arnesto
   el que concertado está,
   y el que a excusas de su padre
   ha hecho las escrituras. 1595
ENRIQUE:      ¡ Ciertas son mis desventuras !
GASCON:      Si celos son mal de madre,
   y vos os sentís celoso,
   una tostada tomá...
   y tras ella...
ENRIQUE:                      Calla ya, 1600
   coronista malicioso;
   que aunque la ausencia crÜel
   haya podido mudarla,
   solamente ha de gozarla
   el marqués de Oberisel. 1605

Vase ENRIQUE

GASCON:      ¡ Oste, puto ! ¿ El conde es éste
   de Oberisel ?    El sobrino
   del rey ? ¡ A mal tiempo vino !
   Paciencia el príncipe preste,
   si Enrique hablando a Fisberto 1610
   quiere ser el desposado;
   que éste ama a lo declarado,
   y el príncipe a lo encubierto.
   Por disuadirle su amor,
   faltas en ella fingí 1615
   y el picón al marqués di
   del nuevo competidor
   que con Lisena se casa.
   A muchas cosas me atrevo;
   pero todo se lo debo 1620
   al príncipe; pues si pasa
   adelante este embeleco,
   se trueca en reales y escudos,
   Gascón, lacayo en menudos.
   ¿ Paréceles barro el trueco ? 1625

Sale SIGISMUNDO

SIGISMUNDO:      (Amor, de este laberinto,
   si tú la mano me das,
   saldré seguro.)    ¿ Aquí estás,
   Gascón ?
GASCON:                  Como se lo pinto.
SIGISMUNDO:      Quimeras dificultosas 1630
   ha levantado mi amor.
GASCON:      De príncipes es, señor,
   intentar terribles cosas.
   Diana y Lisena están
   en este engaño conformes 1635
   y dicen que te transformes
   en un fingido galán
   de Diana, y en nombre suyo
   corresponderá Lisena
   entreteniendo tu pena 1640
   para que si el padre tuyo
   acaso tu amor supiere,
   vea que es mujer casada
   la dama que es de ti amada
   y que si casarte quiere 1645
   con Leonora, no podrá
   impedirlo aqueste amor.
   Dejando a salvo su honor,
   licencia a aquesto te da;
   que a trueco de ver su hermana 1650
   reinar en Bohemia, intenta
   tomar su amor por su cuenta
   y así, ya sea en la ventana,
   ya en papeles, ya en acciones,
   y sujeto de tu amor 1655
   es Diana en lo exterior,
   si bien en las intenciones
   Lisena tu gusto obligue.
   Será amor en tal quimera,
   "a ti te lo digo, nuera... " 1660
   y lo demás que se sigue.
SIGISMUNDO:      ¡ Qué de ello debo a Diana !
   El cielo me favorece;
   premio excelente merece
   quien hace tan buena hermana. 1665
   Fingirme su galán trato,
   y con debido secreto
   guardar el justo respeto
   que pide el cuerdo recato
   de don Sancho, que es su esposo 1670
   y el vasallo más leal
   de Bohemia, y haré mal
   si vive por mí celoso.
GASCON:      A eso voy; que es cosa llana
   si le damos ocasión, 1675
   que ha de echar el bodegón
   don Sancho por la ventana.
   Yo estoy en casa, y por mí
   pasará aqueste embeleco;
   que soy como puerto seco. 1680
   Lo que la he de decir di;
   que aguarda como a las doce
   la campana el motilón.
SIGISMUNDO:      Esta noche mi afición
   quiere que la dicha goce 1685
   de que hable a la ventana.
   Dile a mi Lisena bella
   que salga a las once a ella,
   que se finja Diana;
   que por ella la he de hablar. 1690
GASCON:      Basta, que en esta quimera
   es Gascón la lanzadera.
   ¡ Alto; urdir, y enmarañar !

Vanse los dos.    Salen el REY y ALBERTO

ALBERTO:      Luego que vio a Leonora Sigismundo
   y en ella el cielo mismo trasformado, 1695
   trocó el primero amor por el segundo;
   y la infanta, que es toda amor y agrado,
   si tibia su descuido la tenía,
   desvelos dio de nuevo a su cuidado.
   Yo que la truje, gran señor, de Hungría 1700
   y en la continuación de su presencia,
   veneno daba al alma cada día.
   No pude hacer tan fuerte resistencia
   que no diese esperanzas al deseo,
   bien que pagando costas la paciencia; 1705
   pero, pues la ama Sigismundo, y veo
   que ella se muestra noble, agradecida
   a tu palabra y su amoroso empleo,
   de pensamientos mudaré y de vida;
   que no imposibles del amor escojo, 1710
   ni en tus remos la paz es bien que impida.
   Si me perdonas el pasado enojo
   y esta mano me pones en los labios,
   ya que a tus pies con humildad me arrojo
   jamás saldrá de tus consejos sabios 1715
   mi debida obediencia ni, atrevidos,
   ofenderán tus canas mis agravios.
REY:      A defetos, Alberto, conocidos,
   siendo yo padre, no hay dudar que ofrezca
   abrazos por enojos, entre olvidos; 1720
   que el príncipe, ya cuerdo, no aborrezca
   lo que tan bien le está, me satisface,
   y que a su amor Leonora el suyo ofrezca;
   pero no los extremos con que hace
   Sigismundo que entienda el caso poco 1725
   que de lo mucho que le quiero nace.
   Di a Diana a don Sancho porque loco
   con desigual amor, ofensa hacía
   a mi palabra real; y aunque no toco
   otros inconvenientes que podría, 1730
   basta la enemistad que ocasionaba
   entre Bohemia, y su vecina Hungría.
   Por esto, ¿ es bien cuando de ver acaba
   la infanta, que me dices que ya adora,
   y en su hermosura mi elección alaba, 1735
   viendo a don Sancho con Diana agora,
   en nudo conyugal e igualdad cuerda
   público hacer lo que mi corte ignora ?
   ¿ El respeto es razón que así me pierda
   el príncipe ? ¡ A su padre, Sigismundo ! 1740
   ¡ Bien su obediencia con mi amor concuerda !
ALBERTO:      No en tanta culpa como juzgas fundo
   su repentino enojo, si prudente
   miras la mocedad que diste al mundo.
   Vio a su dama casada de repente, 1745
   llegando en tal suceso descuidado;
   quísola bien; no sale fácilmente
   amor en muchos días arraigado.
   Sintiólo. ¿ Qué te espantas ? Ya se olvida,
   y el alma a su Leonora ha dedicado. 1750
REY:      ¿ Es muy hermosa ?
ALBERTO:                        (Aquí venís nacida,      Aparte
   mentirosa invención.) Es un retrato
   de Lisena.
REY:                    ¿ De quién ?
ALBERTO:                              No vi en mi vida
   en el cuerpo, en la cara, y en el trato
   dos símiles tan grandes.    Esto es cierto. 1755
   La verdad verás presto que te trato.
REY:      ¿ De Lisena, la hija de Fisberto
ALBERTO:      Esa es otra Leonora, otra belleza,
   y un tanto monta suyo.
REY:                                Suele, Alberto,
   de cuando en cuando hacer naturaleza, 1760
   aunque es en variar tan admirable,
   igual conformidad de su destreza.
   No es el primero ejemplo--aunque es notable--
   el que has visto en Leonora y en Lisena.
   Siempre la semejanza ha sido amable. 1765
   Pero ¿ cómo la infanta entrar no ordena
   en mi corte ?
ALBERTO:                        De industria lo dilata;
   que su hermano, señor, la trae con pena.
   Vladislao, a quien la suerte ingrata
   en lo último tiene de la vida, 1770
   antes que el tiempo el oro trueque en plata,
   es la ocasión que de su boda impida
   las fiestas que la aprestas, por agora,
   porque quiere que en todo sea cumplida
   si muere Vladislao, y triste llora 1775
   su joven falta, cuando el reino hereda,
   ¿ cómo podrá gozar fiestas Leonora ?
REY:      Es la infanta muy cuerda.    Tiempo queda
   en que heredando el reino, que ya es cierto,
   con sus bodas mi corte alegrar pueda. 1780
   Iréla a visitar mañana, Alberto,
   por ver lo que a Lisena se parece.
ALBERTO:      Y está puesto en razón.
REY:                                  Saldré encubierta.

ALBERTO mira adentro

ALBERTO:      El príncipe es aquéste.
REY:                                    Pues se ofrece
   a tan buena ocasión, hablarle a solas 1785
   pretendo. Véte, infante.
ALBERTO:                              (Alegre crece          Aparte
   mi tímida esperanza entre tus olas,
   Amor, piélago inmenso.    Dame ayuda
   pues sigo las banderas que enarbolas.
   No mudes tu bonanza.    Si se muda 1790
   el mar que con borrascas se levanta,
   el viento en popa de tu gracia acuda.
   La infanta quiero, Amor; dame la infanta.)

Vase ALBERTO.    Sale SIGISMUNDO, por una puerta, y don SANCHO por otra, y quédese viendo al REY hablar con el príncipe SEGISMUNDO

SANCHO:      (El príncipe se ha indignado      Aparte
   porque de Diana soy 1795
   dueño, y aunque de ella amado,
   si fe, sospechas, os doy
   armas daré a mi cuidado.
   Mas el rey está con él.
   A darle satisfacción 1800
   venía... sospecha crÜel,
   dejad mi imaginación;
   que alteráis su quietud fiel.
   No revolváis tantas cosas,
   todas contra mi sosiego; 1805
   que si pasiones celosas
   de amor alteralc el fuego,
   mis penas serán forzosas.
   Oír quiero lo que tratan.
REY:      Príncipe, si a libertades 1810
   que descompuestas maltratan
   las reales autoridades
   y de amor las llamas matan,
   hubiera de dar castigo.
   Mi enojo experimentaras, 1815
   no hijo, sino enemigo,
   tanto que otra vez no osaras
   descomponerte conmigo.
   Mas soy tu padre, y así
   templo leyes del rigor, 1820
   que me inclinan contra ti
   porque está embotando Amor
   hilos que al enojo di.
   Hámele en parte templado
   el haberme dicho Alberto 1825
   que de opinión has mudado,
   y si, como afirma, es cierto
   que a Leonora el alma has dado
   y dejando otras quimeras,
   hacer mi gusto codicias 1830
   trocando burlas en veras,
   yo te perdono, en albricias
   de que ya a la infanta quieras.
SIGISMUNDO:      No puedo negar, señor,
   que cuando en Diana vi 1835
   menospreciado el amor
   que la he tenido...
SANCHO:                          (¡ Ay de mí !        Aparte
   ¿ Qué oís, combatido honor ?)
SIGISMUNDO:      Sin consultar la prudencia
   que justos respetos mira, 1840
   ofendí tu real presencia
   dando ocasión a tu ira
   mi alterada inadvertencia.
   Mas lo que mi dicha gana
   conozco y que se mejora 1845
   mi elección, hasta aquí vana,
   pues restauro con Leonora
   lo que perdí con Diana.
REY:      No con eso satisfecho
   das sosiego a mi cuidadado. 1850
   Experiencia larga he hecho
   que de un amor arraigado
   reliquias conserva el pecho.
   Nunca sale de raíz
   una pasión encendida; 1855
   que en el hombre más feliz,
   aunque se sane la herida,
   se queda la cicatriz.
   Solo en ti no ha de haber tal;
   porque tu amorosa pena 1860
   ha de ser--o haráslo mal--
   como quien pisa la arena
   para borrar la señal.
   Ya yo sé que de tal suerte
   Diana te dio cuidado, 1865
   que a no impedirlo la suerte,
   tú vivieras mal casado
   y aceleraras mi muerte.
   Lo que en el jardín pasó
   sé también, y que por poco 1870
   te hallara en él, cuando entró
   Fisberto, y de tu amor loco
   los claros indicios vio.
   El, con prudencia y recato,
   dio a su hija igual marido, 1875
   y ella a ti te da en barato,
   pues juego su amor ha sido,
   este papel y retrato.
   Don Sancho es noble y leal;
   Diana es ya su mujer. 1880
   Tú tienes esposa igual;
   ángel de guarda ha de ser
   suya mi respeto real.
   Si contra su honor porfías
   y otra vez encender piensas 1885
   memorias que afirmas frías,
   de don Sancho las ofensas,
   no son suyas, sino mías.
   Ella tiene esposo honrado,
   y para que no la ofendas, 1890
   tu papel te da, y traslado;
   que pues te vuelve las prendas,
   su amor ha desempeñado.
   Si en papeles y pinturas
   censo su amor quiso echar 1895
   y redimirle procuras,
   ya como censo al quitar
   te vuelve las escrituras.
   Rásgalas; que en esto fundo
   tu dicha, y no seas ligero; 1900
   que en agravios, Sigismundo,
   si te perdono el primero,
   no sé lo que haré al segundo.

Déjale al príncipe el papel y el retrato, y vase

SIGISMUNDO:      (Todo lo va haciendo Amor        Aparte
   a medida del deseo.) 1905
SANCHO:      (¡ Ay sospechoso temor !                Aparte
   ¡ Que mala información veo
   sustanciar contra mi honor !
   Jardín, retrato y papel
   tienen mi ventura en calma, 1910
   siendo en pleito tan crÜel
   tres enemigos del alma,
   y tres testigos en él.
   ¿ Esto es, cielos, ser casado ?)

Sale GASCON

GASCON:      Brevemente, que me llama 1915
   cierta prisa...
SANCHO:                      (¿ No es criado            Aparte
   de mi casa éste ?)
GASCON:                            ...a tu dama
   di, príncipe, tu recado,
   y responde que te espera
   esta noche en la ventana. 1920
   Prosigue con tu quimera,
   y hablarás una Diana
   que es tercera y es primera;
   Que aunque en casa hay nuevo dueño;
   tú eres más antiguo en ella, 1925
   y estotro en tiempo pequeño,
   aunque tiene esposa bella,
   por más bello tendrá el sueño,
   pues no hay más blandos colchones
   para dormir, que los años. 1930
SIGISMUNDO:      Gascán, las obligaciones
   pagaré de estos engaños.
GASCON:      Honrarás a los GASCONes.
   ¿ Qué es lo que metes ahí ?
SIGISMUNDO:      El retrato y el papel, 1935
   que a mi amado dueño di.

Hace que los echa en la faltriquera y cáensele al suelo

GASCON:      Que diera en tierra por él
   esta máquina entendí;
   pero bien se ha remediado
   a costa de un casamiento 1940
   un condado y un ducado.
SIGISMUNDO:      Diérale yo, Gascón, ciento,
   por salir de este cuidado.
   Vamos, que ya es tarde, y quiero
   vestirme de noche.
GASCON:                              Y yo, 1945
   que te sirvo de tercero,
   ¿ tengo de medrar ?
SIGISMUNDO:                          ¿ Pues no ?
GASCON:      ¿ De lacayo a caballero ?
   ¡ Bravo salto !
SIGISMUNDO:                          Ya te vieras
   rico, si no me importara 1950
   tanto, Gascón, que estuvieras
   en su casa.
GASCON:                        Es cosa clara,
   porque a no estarlo, no hubieras
   logrado tanta fatiga.
   Si medro de aquestas trazas, 1955
   por armas pondré una higa,
   y a sus lados dos almohazas
   con una letra que diga,
   "Para Carola."
SIGISMUNDO:                        ¿ A qué fin ?
GASCON:      Háceme trampas.
SIGISMUNDO:                        ¿ Y tú 1960
   las sufres ?
GASCON:                        No, que es ruín.
   Escupióme y dijo, "¡ puh !"
   Testigo todo un jardín.

Vanse los dos

SANCHO:      Qué bien, honra, os acomoda
   el rey, autor de mi queja, 1965
   pues casándome, aun no os deja
   gozar el pan de la boda !
   Mi tragedia escuché toda.
   ¡ Nunca el rey me diera estado,
   mujer, privanza y ducado ! 1970
   Pues si me desacredita
   y advierte lo que me quita,
   ¿ qué vale lo que me ha dado ?
   La mujer más noble y bella
   ¿ qué valor nunca ha tenido; 1975
   pues al más bajo marido
   le dan dineros con ella ?
   La privanza que atropella
   títulos, ¿ de qué interés,
   cielos rigurosos, es, 1980
   pues en el más alto puesto
   para que caiga más presto,
   de grillos sirve a los pies ?
   ¿ De qué estima es el estado
   que el rey puede dar mejor ? 1985
   ¿ Ni qué valdrá, si el honor
   cae por él de su estado ?
   Honra, cuanto nos han dado,
   todo os incita a caer:
   La privanza es Lucifer 1990
   que cae al paso que sube,
   el estado rayo en nube,
   torre en viento la mujer.
   El retrato y papel son
   éstos que a mis pies están. 1995
   Cayéronsele, y querrán
   a mis pies pedir perdón.
   Mas no; que en esta ocasión
   donde su ser mi honra pierde,
   áspid entre la flor verde 2000
   mi desventura los llama;
   que porque muera mi fama,
   sube al pecho, y el pie muerde.
   Casóme el rey sin mi gusto;
   Diana es moza y hermosa, 2005
   mi edad poco apetitosa
   lazo desigual e injusto;
   mozo el príncipe y robusto
   sin respetos el poder;
   él amante, ella mujer, 2010
   y conformados los dos...
   Honra, sospechadlo vos;
   que yo no os oso ofender.
   En el jardín ¿ no se vieron ?
   ¿ Luego es cierto ? Calla, lengua; 2015
   que publicarán mi mengua
   las paredes que te oyeron.
   ¡ Ay cielos ! Si allí estuvieron...
   y el príncipe gozar pudo...
   Al pronunciar esto, un ñudo 2020
   de mi garganta es cordel;
   mas dígalo este papel
   que da fácil y habla mudo.

Lee

   "Mi padre el rey, prenda mía
   me da esposa, y no sois vos, 2025
   como si Amor, siendo Dios,
   preciase estados de Hungría."
   No es deidad la tiranía.
   Ese atributo condeno;
   justicia guarda el que es bueno. 2030
   De Diana soy señor.
   O no os llaméis dios, Amor,
   o no apetezcáis lo ajeno.

Lee

   "Antes que llegue este día,
   esta noche Amor concierta 2035
   daros la posesión cierta..."
   ¿ Qué aguardáis, sospecha fría ?
   ¡ Posesión ! ¡ Ay honra mía !
   ¡ Justo temor os espanta !

Lee

   "Porque en viniendo la infanta 2040
   halle cerrada la puerta."
   La muerte la hallará abierta,
   si averiguo afrenta tanta.

Lee

   "La mano os tengo de dar
   sin poner mi amor por obra; 2045
   que no soy como el que cobra
   sin intención de pagar."
   Volved, honra, a respirar;
   que si contra el común uso
   su amor por obra no puso 2050
   y vos os quedáis en pié,
   yo, honra, os defenderé
   sin que me tengáis confuso.

Lee

   "Sólo os quiero asegurar
   que en honesto amor me fundo." 2055
   Mentido habéis, Sigismundo,
   pues me queréis deshonrar.
   ¿ Qué crédito os puedo dar,
   papel, viendo que mintió
   la mano que os escribió ? 2060
   ¿ A quién creerá, aunque lo ignora,
   si intenta gozarla agora,
   que entonces no la gozó ?
   No leo más. En conclusión,
   de mi sospecha haré alarde; 2065
   que no hay amante que guarde
   palabras en la ocasión.
   Valientes excusas son
   las que este papel me enseña;
   pero no es señal pequeña 2070
   las prendas que en contra están,
   que adonde prendas se dan,
   alguna cosa se empeña.
   Vos, retrato, habéis estado
   en su poder y su pecho 2075
   y, habiendo asiento en él hecho,
   la posada habéis pagado.
   No sois vos el descartado,
   sino yo; que a toda ley
   si el Amor no guarda ley, 2080
   ¿ quién duda, aunque os halle aquí,
   que me descartará a mí,
   por quedarse con un rey ?
   Esta noche se han de hablar.
   Ya Sigismundo previno 2085
   el traje a su desatino.
   ¡ Honor, hacer, y callar !
   El silencio sabe obrar;
   indicios he visto llanos;
   si a pensamientos livianos 2090
   obras aplica en mi mengua
   Diana, calle la lengua
   porque el honor todo es manos.

Vase don SANCHO. Salen DIANA y LISENA

DIANA:      En fin, ¿ esta noche, hermana,
   viene Sigismundo a hablarte ? 2095
LISENA:      Y el nombre tengo de hurtarte
   siendo sólo en él Diana.
DIANA:      Provechosa es la invención.
LISENA:      Sí, que si a saberlo viene
   el rey, que sólo ojo tiene 2100
   a que llegue a ejecución
   el casarle con Leonora;
   viendo que ya tú lo estás
   e impedirlo no podrás.
   Cuando sepa que te adora, 2105
   reparará poco o nada;
   pues cuando te ame y le quieras,
   lo que doncella impidieras
   no lo has de impedir casada.
DIANA:      Deseo tanto, te prometo, 2110
   esto de verte reinar,
   que en fin, como ha de durar
   poco, y con tanto secreto,
   consiento en aqueste engaño,
   como no toque al decoro 2115
   de don Sancho; que le adoro
   ya como si hubiera un año
   que por dueño le deseara.
   Tan señor se hizo de mí
   que desde que no le vi 2120
   como si un siglo tardara,
   maldiciones echo al sol
   porque su curso no pasa;
   que en fin de noche está en casa.
LISENA:      Es discreto y español. 2125
   Hace gran ventaja España
   en amar, a otras naciones;
   que fértil es en varones.
DIANA:      Don Sancho, Lisena, engaña
   los años con el buen gusto, 2130
   la alegre conversación,
   la apacible condicióon;
   y yo, en fin, que de esto gusto,
   vivo contenta y segura
   sin que me inquieten desvelos; 2135
   que Amor mozo, todo es celos
   y el mío todo es ventura.
LISENA:      ¡ Ay qué casada tan buena !
   El Amor lleve adelante
   amor tan fino y constante. 2140
DIANA:      Y porque el tuyo, Lisena,
   no pierda ocasión por mí,
   irme y dejarte pretendo.
   Mi honra y nombre te encomiendo
LISENA:      ¿ Pones más que el nombre aquí ? 2145
DIANA:      ¡ Corre riesgo, y me da pena !
   Guárdamele, y no te asombre
   porque quien tiene mal nombre,
   nunca cobra fama buena.

Vanse las dos.    Salen ALBERTO y SIGISMUNDO, de noche

ALBERTO:      Hice al rey creer, en fin, 2150
   que Lisena de la infanta
   era, príncipe, un retrato,
   y admirable semejanza.
   Creyólo, y determinó
   irla a visitar mañana 2155
   a Valdefiores, en donde
   tendrán fin estas marañas.
   Leonora que mis deseos
   con otros iguales paga
   y procura reducirlos 2160
   al yugo que Amor enlaza,
   sabe todas estas cosas,
   y a cuantos tiene en su casa,
   porque por ellos no pierda
   nuestra maranosa traza. 2165
   Ha mandado que prosigan
   con este engaño y aguarda,
   para industriarla en el caso,
   que lleves alla tu dama.
   Comunicará con ella 2170
   las acciones y palabras,
   que al rey tiene de decir
   para que no caiga en falta;
   y porque no se descubra
   esta ficción por su causa, 2175
   encerrándose, no quiere
   que entre nadie a visitarla.
   Esto excusa con decir
   que no es razón, siendo hermana
   del príncipe Vladislao 2180
   cuya muerte malograda
   sabe ya por cosa cierta,
   dar a visitas entrada
   divirtiendo el sentimiento,
   que es justo la aflija el alma. 2185
   Como ha tan poco que vino
   y llegó tan recatada
   que no hay ninguno en Bohemia
   que le haya visto la cara,
   por todo el reino ha corrido 2190
   esa mentirosa fama
   y todos creen en la corte
   que en Lisena se retrata.
   Lo que falta, hermano, agora,
   es que con brevedad vaya 2195
   y a Leonora comunique,
   pues es poca la distancia,
   que supuesto que su padre,
   de la corte y de su casa
   ausentándose, se emplea 2200
   ya en su hacienda, ya en la caza,
   diciendo que parte a verla
   y, ayudando a esto Diana,
   sin dar lugar a sospechas,
   dulce fin tendrán tus ansias. 2205
SIGISMUNDO:      Peregrino ingenio tienes.
   ¡ Disposición extremada
   y a medida de mi gusto !
   Con Gascón haré avisarla;
   que no fío este secreto, 2210
   aunque agora vengo a hablarla,
   supuesto que oyen las piedras
   de paredes y ventanas.
   Mas oye, que viene gente.

Hablan bajo los dos.    Sale ENRIQUE de noche

ENRIQUE:      (¿ Posible es, Lisena ingrata,        Aparte 2215
   que en una ausencia tan corta,
   olvidándome, te casas ?
   Mas es poderoso Arnesto.
   Un duque ¿ qué no contrasta ?
   Una ausencia ¿ qué no olvida ? 2220
   Un interés ¿ qué no alcanza ?
   Quien no parece, perece.
   Ausente el fuego, no abrasa;
   anublado el sol, no alumbra;
   la ausencia es nube pesada. 2225
   Comenzábate a servir;
   tú a quererme comenzabas;
   si me ausente a los principios
   y lo poco casi es nada,
   ¿ qué me quejo, qué te culpe ? 2230
   Maldiga Amor la embajada.
   El camino Amor maldiga,
   y al rey que de ella fue causa.
   Pero ¿ qué gente es aquésta ?
   Mas si el duque a Lisena ama, 2235
   y es justicia Amor que ronda,
   mi pregunta fue excusada.
   Mataréle. Pero no;
   que si los celos me agravian,
   celos con celos se vengan 2240
   no con desiguales armas.)
   ¡ Ah de la calle !    ¿ Quién son ?
SIGISMUNDO:      ¿ Quién lo pregunta ?
ENRIQUE:                              Quien pasa
   desde el amor al olvido.
SIGISMUNDO:      ¡ Extraordinaria distancia ! 2245
ENRIQUE:      ¡ Notable ! Pero vos, duque,
   sois oeasión de que la haya
   y que yo entre estos extremo
   experimente desgracias.
SIGISMUNDO:      ¿ Yo soy duque ? ¿ Conocéisme ? 2250
ENRIQUE:      Disimuláis nombre y habla,
   duque Arnesto que, aunque a oscuras,
   los celos son luz del alma.
   Ya sé que tan adelante
   lográis vuestras esperanzas 2255
   que Fisberto os da a Lisena
   y con vos honra su casa.
SIGISMUNDO:      (¿ Cómo es esto ?)                    Aparte
ENRIQUE:                          Y también sé
   que si en la de amor guardaran
   antigÜedades, pudiera 2260
   la mía haceros ventaja.
   Escrituras tenéis hechas...
   ¡ Ay cielos, quién las rasgara !
   En secreto os casáis, duque,
   celos públicos me matan. 2265
   Porque vuestro padre viejo
   lo ignore, habéis dado traza
   de casaros de esta suerte;
   mas como nadie las guarda,
   las plumas con que se hicieron 2270
   vuestras escrituras, andan
   para publicarla a voces
   en las alas de la faena.
   A ser yo celoso al uso,
   vuestras dichas estorbara; 2275
   favores mi amor fingiera
   que a Lisena deshonraran.
   Pero no lo quiera Dios;
   que soy noble, y aunque ingrata
   ella, es espejo de honor, 2280
   si ejemplo de la mudanza.
   A servirla comencé;
   principios tuve en su gracia,
   ausentéme, entrastes vos,
   y amores que no se arraigan, 2285
   hiélanse con una ausencia.
   Casáos, Arnesto, gozadla
   pues que sois más venturoso;
   que cuando vos saquéis galas,
   hagáis fiestas, deis libreas, 2290
   podrá ser, y Dios lo haga,
   que os corte funestos lutos
   la muerte que me amenaza.
   Deudo soy cercano vuestro;
   mas si amor deudas os paga 2295
   a letra vista de gustos,
   y en Lisena os da libranzas,
   ¿ qué os importará mi muerte ?
   Pues cuando sintáis mi falta,
   nunca mucho costó poco. 2300
   Lo más caro más se ama.
   Logre el cielo vuestra suerte;
   que yo para no estorbarla,
   de vos envidioso y de ella,
   iré a repasar desgracias. 2305

Vase el marqués ENRIQUE

SIGISIMUNDO:      Alberto, ¿ no escuchas esto ?
   ¿ No oyes que a Lisena casa
   en secreto con el duque
   su padre, y que desbarata
   la máquina de mi amor ?
   ¿ No oyes confirmar palabras 2310
   en contratos y escrituras ?
ALBERTO:      Ya lo oigo.
SIGISMUNDO:                      Pues ¿ qué aguardas,
   infante ? Dame la muerte.
   Saca aquese acero, saca
   este corazón, primero 2315
   que el duque con esto salga.
ALBERTO:      No sé, por Dios, qué sospeche
   de estas nuevas disfrazadas
   sin conocer al autor
   ni el efecto a que se causan. 2320
   El duque Arnesto es mi amigo
   y hasta aquí no sé que haya
   tenido amor, que es señal
   que sale luego a la cara.
   ¿ No podrá ser que éste sea 2325
   algun burlón de éstos que andan
   dando picones de noche
   y cifran su trato en gracias ?
SIGISMUNDO:      No, hermano.    Verdades son,
   en mi daño averiguadas 2330
   todas cuantas éste ha dicho;
   ni las finge, ni me engaña.
ALBERTO:      Pues bien, cuando verdad sea,
   Lisena ¿ está ya casada ?
   ¿ Aborrécete por dicha ? 2335
SIGISMUNDO:      ¡ Ay Alberto ! No sé.
ALBERTO:                              Calla,
   y procura hacer de suerte
   que a ver a Leonora vaya;
   que si ella su intento ayuda
   y te desposas mañana, 2340
   ¿ qué celos hay que te inquietan
   ni qué escrituras que valgan
   contra consumados gustos
   y dichas anticipadas ?
SIGISMUNDO:      Es ansí; mas ¿ qué sé yo 2345
   si su padre y la mudanza
   habrán hecho lo que suelen ?
ALBERTO:      Gente siento a la ventana.
   Si es ella, buena señal,
   Sigismundo, es que te ama. 2350
SIGISMUNDO:      ¿ Y si viene a despedirme !
ALBERTO:      ¡ Bueno es que te persÜadas
   a que Lisena es tan necia
   que más estimación haga
   de un ducado que de un reino ! 2355
SIGISMUNDO:      No sosegaré hasta hablarla.

Sale don SANCHO, como de noche, y LISENA, a una ventana

SANCHO:      (A desengaños tan ciertos          Aparte
   y a sospechas confirmadas,
   ¿ de qué sirve, honor, buscar
   tanto indicio, prueba tanta ? 2360
   Pero si sois juez, hacedlas;
   que todas son de importancia
   hasta cerrar el proceso,
   y ejecutar la venganza.
   ¿ Si habrá el príncipe venido ? 2365
   Mas éste es; que quien agravia,
   y más en casos de honor,
   diligente se adelanta.
   La ventana está también
   por mi deshonra ocupada. 2370
   Escuchad, silencio cuerdo;
   que el dar voces es infamia.)
LISENA:      (Hablar sentí a Sigismundo.)            Aparte
   ¿ Sois vos, Señor.
SIGISMUNDO:                          ¿ Es Diana ?
LISENA:      Soy, y no soy.
SIGISMUNDO:                        Ya lo entiendo; 2375
   mi amor ese enigma alcanza.
SANCHO:      (Sospechas, ya no hay excusa.        Aparte
   No salieron, honor, falsas
   las nuevas de mis desdichas;
   que no mienten, si son malas.) 2380
LISENA:      ¿ Cómo estáis, mi bien ?
SIGISMUNDO:                              Quejoso.
LISENA:      ¿ Por qué ocasión ?
SIGISMUNDO:                          Porque asalta
   mi ventura un dueño antiguo
   que me atormenta y os ama.
SANCHO:      (Como soy su esposo yo,              Aparte 2385
   y dueño de aquesta casa,
   antiguo en años y en penas,
   su dueño antígno me llama.)
LISENA:      ¿ Yo dueño antiguo y no vos ?
SIGISMUNDO:      Sí, crÜel, que me amenaza 2390
   con casamientos que estorban
   el lograr mis esperanzas.
SANCHO:      (¡ De mi casamiento tiene              Aparte
   celos !    ¡ Nunca se enlazara
   mi libertad, ya cautiva, 2395
   en redes que el honor matan !)
LISENA:      Yo no conozco otro dueño,
   ni mientras influya el alma
   vida en este corazón,
   como amor dentro de llamas 2400
   reconoceré otro esposo,
   ni daré a otro amante el alma,
   que no fuere Sigismundo;
   si es querer probarme, basta.
SIGISMUNDO:      Luego el duque que os adora, 2405
   ¿ no es dueño vuestro ?
SANCHO:                            (¿ Qué os falta,        Aparte
   sgravios, si a la vergÜenza
   por las calles mi nombre anda ?
   ¡ Nunca el rey me hiciera duque !)
SIGISMUNDO:      Disculpas tendréis pensadas; 2410
   diréis que de aquestas bodas
   es vuestro padre la causa.
LISENA:      Príncipe, yo no os entiendo;
   si porque ya amáis la infanta
   andáis mendigando excusas, 2415
   no me culpéis, y gozadla;
   que yo me daré la muerte.
SANCHO:      (¡ Celos le pide la ingrata !)          Aparte
SIGISMUNDO:      Diana, si es que a mi amor
   queréis dar debida paga, 2420
   ocasión se ofrece.
LISENA:                          ¿ Cómo ?
SIGISMUNDO:      Gozándoos.
LISENA:                    ¿ Cuándo ?
SEGISMUNDO:                            Mañana.
LISENA:      ¿ Dónde ?
SIGISMUNDO:                  Yo os lo avisaré;
   que en la calle es ignorancia
   fiar secretos a piedras 2425
   que tienen ecos y hablan.
   Estad, mi bien, prevenida
   y, pues no teme quien ama,
   no temáis inconvenientes
   y adiós, porque vienen hachas. 2430

Vanse SIGISMUNDO y ALBERTO

LISENA:      ¿ Qué celos, cielos, son estos
   que mi dicha desbaratan ?
   Aguardar quiero este aviso,
   y de él sabré estas marañas.
   ¿ Qué duque es éste, que dice 2435
   Sigisinundo, que me llama
   su esposa ? Confusa voy.
   ¡ Ay noche ! ¡ Qué de ello engañas !

Vase LISENA

SANCHO:      Fuése el príncipe, y entróse
   la que ocasiona mi infamia 2440
   y ciega se determina
   quitarme el honor mañana.
   ¡ Válgame Dios ! ¡ Que las leyes
   del mundo fundado hayan
   la honra en una mujer ! 2445
   ¡ En una pluma liviana
   el honor de tanto peso !
   ¡ Cielo ! ¿ El matrimonio ata
   con una tan frágil cuerda
   que la más fuerte es de lana ? 2450
   A cabo de tantos días,
   honra por mí conservada,
   con tanta industria adquirida,
   ilustre con tanta hazaña,
   ¿ un pensamiento os destruye ? 2455
   ¿ Un soplo liviano os mata ?
   ¿ Un poco de viento os quiebra ?
   ¿ Una mujer os maltrata ?
   Mas sois de vidrio; ¿ qué mucho
   que si os derriba una ingrata, 2460
   cayendo el vidrio se quiebre,
   y el honor pedazos se haga ?
   Mañana me ha de afrentar;
   mañana ha dado palabra
   de poner mi mal por obra. 2465
   Corta es, honor, la distancia.
   Dadle la muerte. Mas ¿ cómo ?
   Si ve el vulgo mi venganza
   y estando hasta aquí secreto
   mi agravio, le saco a plaza, 2470
   ¿ satisfaráse ansí ? No,
   que aunque mas le satisfagan,
   en público siempre queda
   la señal donde hubo mancha.
   Secretos, buscad remedios; 2475
   discurrid, industria honrada.
   No sepa de mí ninguno
   cosa con que me dé en cara.
   No ha de haber quien imagine
   que una mujer alemana 2480
   osó afrentar atrevida
   la honra y valor de España.
   Pues si hoy no la doy la muerte
   ha de afrentarme mañana;
   si la mato, pregonera 2485
   saldrá en mi ofensa la fama.
   ¡ Ah peligros del honor !
   ¡ Nunca yo experimentara,
   a costa de mi sosiego,
   los daños que me amenazan ! 2490

Salen GASCON, con un hacha encendida

GASCON:      Esto de aguardar señores
   en el patio y con un hacha
   hecho cofrade de luz,
   por Dios, que es cosa pesada.

Sale CAROLA

CAROLA:      Gascón, ¿ ha venido el duque ? 2495
GASCON:      ¿ Quién lo pregunta ?
CAROLA:                            Quien anda
   buscando achaques por verte,
   Gabacho de mis entrañas.
   Un siglo ha que estoy sin ti.
   Esto de tener en casa 2500
   dueño nuevo, descomulga
   de los pajes las criadas;
   y tú, como no me quieres
   por ocasiones que haya,
   aunque hecha un argos me veas 2505
   por corredores y salas,
   sin volver a mí los ojos
   como si yo te injuriara.
   Como silla de dosel
   te hallo siempre de espaldas. 2510
GASCON:      Hágase allá.    No me toques.
CAROLA:      ¡ Ay traidor !    ¿ Ansí me tratas ?
   Pues ¿ por qué ?
GASCON:                          Como es-Carola,
   sopean muchos su ensalada.
CAROLA:      ¿ Celitos ?
GASCON:                      Hágase allá; 2515
   que la esconderé esta daga,
   si llega, en los menudillos,
   por lo que tiene de vaina.
CAROLA:      Si te he ofendido en mi vida,
   un rayo del cielo caiga 2520
   sobre... sobre...
GASCON:                          ¿ Quién
CAROLA:                              El turco.
GASCON:      Linda pieza, buena lanza,
   ¿ qué es del listón que la di
   para la cruz, esta pascua,
   a costa de dos raciones ? 2525
CAROLA:      ¿ Listón ?
GASCON:                    No estoy para gracias.
CAROLA:      ¿ El de carne de doncella ?
GASCON:      Ese mismo, mula falsa;
   que pierde en ella ese nombre
   y no quiero que le traiga. 2530
   ¿ Qué es de él ?
CAROLA:                        Como me sangré
   de un tobillo, estando mala
   ayer, sirvióme de cinta;
   y el barbero, que mal haya,
   dijo que eran gajes suyos, 2535
   y dísele.
GASCON:                      Si se sangra
   con barberos de palacio
   y listón, a fuer de dama,
   pique; que no pico yo
   vena que está tan picada 2540
   por jardineros bufones.
CAROLA:      ¡ Ay qué testimonio !
GASCON:                                Vaya,
   y no haga caso de mí,
   que soy...
CAROLA:                  ¿ Qué, Gascón del alma ?
GASCON:      Soy un puerco socarrado 2545
   qunque ella no me socarra;
   un monazo de Tolú,
   y como seca en garganta,
   soy escupido.
CAROLA:                      (¡ Oste, puto !)            Aparte
   Gascón, ésa ha sido maula. 2550
   (Sopla vivo ha andado aquí.)            Aparte
   No hagas caso de palabras,
   borreguito de mi vida.
GASCON:      ¡ Vive Dios... !
CAROLA:                    No chero: encaja.

Tómale la barba a GASCON

GASCON:      ¡ Que me engaite aquésta ansí ! 2555
CAROLA:      ¡ Ay, pichón... ! ¡ Ay qué barba !
   No te ofenderé otra vez,
   por esta bendita.
GASCON:                              Basta.
   ¿ Querrásme, mucho ?
CAROLA:                          Mu...chísimo.
GASCON:      Si tanto en el "mu" te tardas, 2560
   vive Dios, que a perder me eches.
   ¿ No ves lo que en "mu" me llamas ?
CAROLA:      Habló el buey, y dijo "mu."
SANCHO:      (¡ Miren cuál anda mi casa !          Aparte
   Mas ¿ qué mucho ? Siempre imitan 2565
   las criadas a sus amas.)

Llegándose a GASCON y CAROLA

   ¿ Qué es esto ?
CAROLA:                        Gascón, señor...
GASCON:      (Cogido nos ha en la trampa.)        Aparte
SANCHO:      ¿ Qué hacéis los dos aquí agora ?
GASCON:      Que vinieses aguardaba, 2570
   para alumbrarte.
CAROLA:                          Yo vengo,
   como tanto te tardabas,
   a saber si habías venido.
   Mi señora me lo manda;
   que está llena de recelos 2575
   y te espera desvelada.
SANCHO:      Andad, subíos allá arriba.

Vase CAROLA.    GASCON quiere también retirarse, y don SANCHO le llama

SANCHO:      Gascón.
GASCON:                  ¿ Señor ?
SANCHO:                        En España
   no se usa hablar los criados
   con las doncellas de casa 2580
   tan familiarmente.
GASCON:                              Acá,
   la llaneza de Alemania
   todo esto, señor, permite.
SANCHO:      ¡ Es su gente en todo llana !
   No estés en mi casa más. 2585
   Al mayordomo id mañana;
   pagaráos lo que se os debe.
GASCON:      Si otra vez me vieres...
SANCHO:                                Basta.
   No subáis esta escalera
   de aquí adelante...
GASCON:                            (¡ Qué extraña      Aparte 2590
   condición !)
SANCHO:                      Porque en subiendo,
   bajaréis por la ventana.
GASCON:      (De volatín me gradúa.)          Aparte

Salen DIANA y CAROLA

DIANA:      Mi bien, esposo quien tarda
   tanto en principios de gustos, 2595
   poco quiere.
SANCHO:                    ¡ Oh, mi Diana !
   Todas éstas son pensiones
   del palacio y la privanza.
   Yo me enmendaré otra vez
   siquiera por no dar causa 2600
   q que bajen a buscarme
   a la puerta las criadas;
   que es bien estén recogidas.
DIANA:      Yo me doy por avisada.
SANCHO:      (Disimulad, cuerdo honor;            Aparte 2605
   vamos, discreta venganza.
   Sin lengua os he menester
   porque el prudente hace y calla.)

Vanse don SANCHO y DIANA

GASCON:      Carola.
CAROLA:                ¿ Qué hay ?
GASCON:                            Despedido
   soy... 2610
CAROLA:      Dios le ayude.

Vase CAROLA

GASCON:                            ¡ Oh, borracha !
   ¡ Ayude ! ¿ Estornudo yo ?
   ¡ Medrado, por Dios, quedaba
   a no tener de repuesto
   un principazo ! Bien haya 2615
   el que tiene dos oficios.
   Ya renuncio el de las calzas.


ACTO TERCERO


Salen LISENA y DIANA

LISENA:      Hoy se truecan los temores
   que te tienen con tristeza,
   Diana, en gustos mayores. 2620
   Hoy han de llamarme alteza
   las dichas de mis amores.
   Hoy ha de envidiarme el mundo
   las glorias que en mi amor fundo
   y mi suerte venturosa 2625
   me tiene de ver esposa
   del príncipe Sigismundo.
   La infanta me envía a llamar;
   vestida estoy de camino
   porque he de representar 2630
   de un ingenio peregrino
   una traza singular.
   Que me parezco a Leonora
   piensa el rey; Gascón agora
   en cochero convertido, 2635
   a darme cuenta ha venido
   de esta industria enredadora.
   Mas si ya te lo he contado,
   ¿ para qué te lo repito ?
   Tú, hermana, el reino me has dado; 2640
   en bronce la fama ha escrito
   el amor que me has mostrado.
   Tú has de reinar, que yo no;
   pues jamás el mundo vio
   hermana que tal hiciese 2645
   ni a tal riesgo se pusiese
   cual tú, porque reine yo.
   ¿ No celebras mis venturas ?
   ¿ No sientes el bien que siento ?
   ¿ Abrazarme no procuras ? 2650
DIANA:      Con la sobra del contento
   estás diciendo locuras.
   Hasta que el fin de tu amor
   asegure me temor,
   no gusto, hermana, de nada; 2655
   que esta muy enmarañada
   y dudosa esta labor.
   Parte, Lisena, en buen hora
   y Amor tu suerte asegure.
   Habla a la infanta Leonora 2660
   y ¡ ojalá no se conjure
   de la Fortuna traidora
   la inconstancia contra ti !
   Que para premiarme a mí,
   basta el ver que siendo alteza, 2665
   a coronar tu cabeza
   te saca el cielo de aquí.
   Mi padre está en el aldea
   de Florel, y ansí diré
   a mi don Sancho de Urrea 2670
   que a verle vas, porque sé
   que tenerte allá desea.
   Melancólico anda, hermana;
   pensativas suspensiones
   hacen mi dicha tirana. 2675
   Elévase en las razones;
   no come de buena gana;
   mal esta noche ha dormido;
   óigole hablar entre sí
   aunque nada he percebido. 2680
   ¿ Que he de hacer, triste de mí ?
   si algo de aquesto ha sentido,
   y sospechas del honor
   mi crédito en duda han puesto ?
LISENA:      Desenganos de mi amor 2685
   desharán, hermana, presto
   las nubes de ese temor.
   ¿ Hase mostrado alterado ?
   ¿ Mírate, el rostro torcido ?
   ¿ Cáusale el hablarte enfado ? 2690
DIANA:      Don Sancho es cuerdo marido
   y el cuerdo es disimulado.
   No sólo no me aborrece,
   sino que aumenta favores,
   galas y joyas me ofrece, 2695
   dícemc tiernas amores
   con que el que le tengo crece.
   Si pregunto qué ocasión
   le tiene tan pensativo,
   sus brazos respuesta son 2700
   en que amorosa recibo
   segura satisfacción.
   Al palacio y la privanza
   culpa y eso debe ser
   porque ninguno la alcanza 2705
   que no le inquiete el temer
   vaivenes de la mudanza.

Sale GASCON, de cochero

GASCON:      Ce, Lisena; ce, Diana !
   ¿ Hay coco de quien temblar ?
LISENA:      Entra.
GASCON:                  De bellaca gana; 2710
   que nunca aprendí a saltar
   y es muy alta esta ventana.
DIANA:      Fuera está don Sancho.
GASCON:                                    Pues,
   dos damas de nuestra infanta
   y un coche, esperan que des 2715
   principio a ventura tanta.
   Alto, a subir, pues me ves
   en cochero convertido.
LISENA:      Hermana, dame esos brazos.
GASCON:      (Carola, ¿ adónde te has ido ?          Aparte 2720
   Pagaréte a latigazos
   aquel "pu," que me ha escocido.)
DIANA:      ¿ Adónde está el coche ?
GASCON:                                    Está
   a la puerta del jardín.
   Ya es tarde.    Acabemos ya; 2725
   que ha de hacerme volatín
   don Sancho si vuelve acá
   y dame prisa esta pena.
DIANA:      Vamos; que te quiero ver
   partir a ocasión tan buena 2730
   que princesa has de volver
   yendo no más que Lisena.

Vanse, y sale don SANCHO

SANCHO:      En peligro, honra ofendida,
   por una mujer andáis.
   a la muerte, mi honra, estáis; 2735
   hoy no más os dan de vida.
   ¡ Qué sana os conocí yo !
   ¡ Con qué contento y quietud !
   Mas la honra y la virtud,
   ¿ cuándo en la mujer duró ? 2740
   ¡ Ay leyes fieras del mundo,
   de las de Dios embarazo !
   ¿ Que hoy no más os da de plazo,
   honra mía, Sigismundo ?
   ¿ Que hoy os tiene de dar muerte ? 2745
   ¿ Que no admite apelación
   su criel ejecución ?
   Buscaba una mujer fuerte
   Dios, por la boca del sabio;
   mas responderéisle a Dios 2750
   que no sois la fuerte vos,
   pues me hacéis, Diana, agravio.
   Hoy no más, honra, hay en medio.
   ¿ Qué hacéis con tan corto espacio ?
   Quien va enfermando despacio, 2755
   busque despacio remedio;
   que en leyes de medicina,
   no es el médico prudente
   que a enfermedad de repente
   no da cura repentina. 2760
   Muera Diana lasciva
   hoy, pues afrentarme quiere;
   pero si en público muere,
   quedará mi afrenta viva.
   Mas no hará que el mundo alaba 2765
   al marido varonil
   que su honra en sangre vil
   de los adúlteros lava.
   Mas ¿ qué sangre habrá que pueda
   lavarla si la divulgo 2770
   y en los archivos del vulgo
   inmortal la mancha queda ?
   Manchas hay que salen luego,
   si aplicarse el jabón sabe
   mas ¿ quién habrá que se alabe 2775
   de sacar manchas de fuego ?
   Pero ¡ cielos ! ¿ quién no alcanza
   que la ley del duelo admite,
   porque el bonor resucite,
   crueldades a la venganza ? 2780
   Esto ¿ no es el común voto ?
   Sí, mas si el honor se llama
   frágil vaso de la fama,
   vaso que una vez se ha roto,
   aunque le suelde el cuidado, 2785
   no cobra el primer valor
   ni es bien que quede el honor
   como vaso remendado.
   Si la doy muerte que asombre,
   la corte, cuando me vea, 2790
   no de don Sancho de Urrea
   conservaré el primer nombre;
   antes de aquí temer puedo
   que cuantos esto supieren,
   dondequiera que me vieren 2795
   me señalen con el dedo
   y digan, "Este es aquél
   a quien deshonró su esposa."
   Fama pues tan afrentosa,
   nombre, cielos, tan crÜel 2800
   que ha de quedar inmortal,
   ¿ podré yo borrarle luego ?
   No, porque es mancha de fuego
   que no pierde la señal.

Sale ORELIO, criado

ORELIO:      No es honra muy de codicia 2805
   la que, después de azotado,
   volverle al pobre ha mandado
   en público la justicia.
SANCHO:      ¿ Qué es esto ?
ORELIO:                          ¡ Oh señor !    Venía
   riyéndome de una acción 2810
   que he visto, en satisfacción
   de un azotado, este día.
   Acudió a cierta pendencia
   de noche un juez, y uno de ellos
   le hirió, queriendo prendellos, 2815
   sin que de esta resistencia
   se descubriese el autor.
   El sastre nuestro vecino
   --que si ya no es con el vino
   nunca ha sido esgrimidor-- 2820
   estando en su casa quieto,
   fue sin culpa denunciado
   de un enemigo taimado.
   Prendiéronle, y en efeto,
   la furia del juez fue tal 2825
   que sin formarle proceso
   ni averiguar el suceso,
   sobre el usado animal,
   entre la una y las dos
   le hizo dar aquella noche 2830
   un jubón, cual él se abroche
   en galeras, ruego a Dios.
   Como era entonces tan tarde
   cuál o cuál tuvo noticia
   del rigor de la justicia; 2835
   pero él, haciendo alarde
   de su injuriada inocencia,
   del juez se querelló
   y ante el consejo probó
   que cuando la resistencia 2840
   sucedió, estaba acostado
   con que mandó el presidente,
   en fe de estar inocente
   y el juez haber mal andado
   restitÜírle la honra; 2845
   y así por las calles reales
   con trompetas y atabales
   de la pasada deshonra
   se purga, con gorra y calza,
   en medio de dos señores, 2850
   donde de sus valedores
   toda la chusma le ensalza.
   Y cada cual admirado,
   como no sabe quién es,
   pregunta, "¿ Cuál de los tres 2855
   es, compadre, el azotado ?"
   Y responden, "El de enmedio."
   De modo que ya la fama
   "el azotado" le llama.
   ¡ Miren qué gentil remedio 2860
   de honrarle en mitad de día
   si de noche le afrentaron,
   y de los que le asentaron
   cuál o cuál el mal sabía !
   Hanle honrado, en fin, los jueces 2865
   y agora pasa esta calle;
   mas yo digo, que el honralle
   es afrentarle dos veces;
   pues después de paseado
   y soldado su desastre, 2870
   no le llamarán "el sastre,"
   sino sólo "el azotado."

Vase ORELIO

SANCHO:      "No le llamarán 'el sastre,'
   sino sólo 'el azotado.'"
   ¡ Bien que agravio publicado 2875
   añade a la afrenta lastre.
   ¡ Ah, Orelio ! ¡ Y a qué ocasión
   vino tu aviso discreto !
   El agravio que es secreto,
   secreta satisfacción 2880
   pide. Bien me has avisado.
   Cuando al otro el juez honraba,
   el vulgo ¿ no preguntaba
   que quién era el azotado ?
   Luego si en público os vengo, 2885
   agora, que cuál o cuál
   de mi esposa desleal
   sabe el daño, ¿ qué prevengo ?
   El que me viere vengado
   no dirá cuando me vea 2890
   "Este es don Sancho de Urrea"
   sino, "Este es el afrentado."
   Alto pues, honra discreta,
   haced que lo sea mi furia;
   pues es secreta la injuria, 2895
   mi venganza sea secreta.
   Mirad que a aquel desdichado
   que imita vuestro desastre,
   no le llamarán ya "el sastre,"
   sino sólo "el azotado." 2900

Sale DIANA

DIANA:      (Gracias al cielo que puedo,      Aparte
   nombre mío, restauraros.
   No pienso otra vez prestaros;
   basta un peligro y un miedo.
   Pero aquí mi esposo está 2905
   melancólico y suspenso.)
SANCHO:      Darle agora muerte pienso.
DIANA:      (¿ Cómo ? ¿ A quién la muerte da ?)            Aparte
SANCHO:      Pero no ha de ser notoria
   la causa por que la doy 2910
   porque con Diana hoy
   he de enterrar su memoria.
DIANA:      (¿ A Diana ha de enterrar ?          Aparte
   ¿ Y hoy ha de ser ? ¡ Ay de mí !
   No en balde, cielos, temí 2915
   la ocasión de este pesar.)
SANCHO:      Yo he leído de un marido
   a quien un grande afrentó
   que en secreto se vengó.
DIANA:      (¡ Que yo le ofendo ha creído !)      Aparte 2920
SANCHO:      Convidó, en medio el estío
   a su enemigo a nadar
   y, a título de jugar,
   los dos entrando en el río
   abrazándose con él, 2925
   a la mitad le llevó,
   donde su injuria vengó
   siendo sus brazos cordel,
   y el verdugo su corriente.
   Después salió voceando, 2930
   "¡ Favor, que se está anegando
   mi amigo, ayudadle, gente !"
   Y con este medio sabio
   dio nuevo ser a su honor,
   paga justa al agresor, 2935
   y nadie supo su agravio.
   Si no fuera Sigismundo
   que deshonrarme intenta,
   yo vengara ansí mi afrenta
   y no la supiera el mundo; 2940
   mas es príncipe en efeto;
   su sagrado es mi lealtad;
   honra, otro medio buscad
   y advertid que sea secreto.
DIANA:      (¡ De Sigismundo y de mí          Aparte 2945
   está celoso ! Este engaño
   al fin resultó en mi daño.
   ¡ Ay, cielos !)
SANCHO:                        También leí
   que este marido prudente
   después que dormida vio 2950
   su esposa, fuego pegó
   al cuarto; que quien consiente
   al agresor acompaña;
   y cerrándola la puerta,
   después que tuvo por cierta 2955
   su muerte, y la llama extraña
   en cenizas esparció
   su agravio, porque no hubiese
   quien de él noticia tuviese,
   desnudo, a voces pidió 2960
   agua; mas no tiene efeto
   cuando la honra incendios fragua
   y ansí del fuego y el agua
   fió el honor su secreto.
   Fuego, yo también le fío 2965
   de vuestra llama; y por Dios,
   que a no ser, fuego, de vos,
   de nadie fiara el mío.
   Con ella abrasad mis menguas,
   vengad injuriadas famas... 2970
   Mas; ¡ ay Dios ! que vuestras llamas
   tienen la forma de lenguas,
   y que me afrenten presumo.
   Mas si en iguales desvelos
   suelen ser humo los celos 2975
   no haya llamas, sed todo humo.
DIANA:      (¡ A quemarme con la casa          Aparte
   se dispone !    ¿ Qué herejía
   cometéis, desdicha mia ?
   Contaréle lo que pasa; 2980
   que si hasta aquí fue prudencia
   callar, ya no lo será.
   Mi hermana a casarse va;
   la ocasién me da licencia
   descubrir este engaño; 2985
   que si para lo que he hecho
   fue el secreto de provecho,
   ya de hoy más, será en mi daño.)

Llega

   ¡ Señor !
SANCHO:                    ¡ Diana ! ¡ Oh mi bien !
DIANA:      Si yo, don Sancho, lo fuera, 2990
   menos injurias oyera,
   más amor, menos desdén.
   ¿ Qué agravios de vuestro honor
   mi lealtad andan culpando,
   que con vos estáis hablando 2995
   en ofensa de mi amor ?
   ¿ Qué príncipe amenazáis ?
   ¿ Qué esposa os quita el sosiego
   que para ella encendéis fuego
   y para el agua buscáis ? 3000
   Rigurosos pensamientos
   mi fe deben de ofender,
   pues habéis querido hacer
   verdugos los elementos.
   Si admiten satisfacción 3005
   vuestros injustos enojos
   y no fiáis de los ojos
   indicios de la opinión,
   don Sancho, escuchad un poco.
SANCHO:      (¡ Ah secretos mal nacidos !            Aparte 3010
   Si el temor todo es oídos,
   y el que consigo habla es loco,
   ¿ no os pudiérades quedar
   dentro del alma guardados ?
   ¡ Ved agora escarmentados 3015
   lo que importa el buen callar !)
   Esposa del alma mía,
   ya que escuchándome estáis,
   no las quimeras temáis
   que hace mi melancolía; 3020
   pues ni agraviado me quejo,
   porque estéis, mi bien, culpada,
   ni habrá quien me persÜada
   a que no sois claro espejo,
   en que se mira el honor. 3025
   Pero como me casé
   en años ya, y siempre fue
   de mí estimado el valor
   de la honra en tanto extremo,
   por ver la desigualdad 3030
   de vuestra florida edad
   y la mía, dudo y temo...
   sin causa... pues si la hubiera
   nunca un español dilata
   la muerte a quien le maltrata 3035
   ni da a su venganza espera.
   Melancólico, cual vistes,
   entre mí, Diana mía,
   estos discursos hacía:
   propio efeto de los tristes. 3040
   Si el príncipe que, primero
   que me casase, sirvió
   a mi esposa e intentó
   el dulce estado que adquiero,
   con su intento prosiguiese, 3045
   y ella --que al fin es mujer--
   de su edad y su poder
   persuadida, me ofendiese,
   ¿ con qué castigo discreto
   sería bien me vengase, 3050
   sin que el vulgo me afrentase
   ni hiciese agravio al secreto ?
   Y dije,    "haciéndole ahogar."
   Porque el agua, esposa mía,
   que mudos los peces cría, 3055
   no lo había de parlar;
   ni el fuego, que esteriliza
   cuanto llega a su poder,
   diera lengua a la mujer
   esparciéndola en ceniza. 3060
   Esto en un esposo honrado
   puede un agravio violento,
   no más que en el pensamiento.
   ¡ Ved qué hiciera averiguado !
   Pero de imaginaciones 3065
   que conmigo a solas paso,
   no hagáis vos, esposa, caso
   cuando por tantas razones
   vuestra lealtad e inocencia
   satisfacerme procura; 3070
   pues no hay cosa tan segura
   como la buena conciencia.

Vase don SANCHO

DIANA:      ¡ Con qué cuerdo y nuevo aviso
   sus sospechas me ha contado !
   Ni se dio por agraviado, 3075
   ni satisfacciones quiso.
   Callaré, pues él lo hace;
   que quien dé disculpas usa
   sin pedirlas, si se excusa,
   neciamente satisface. 3080
   Hoy    se tiene de casar
   y ser princesa Lisena,
   y hoy saliendo de esta pena
   don Sancho, ha de averiguar
   mi inocencia y dar sosiego 3085
   a su honrada confusión.
   Mas antes de esta ocasión,
   si llega a la casa fuego
   y dentro de ella me ahrasa,
   siendo violento homicida, 3090
   ¿ no es razón, amada vida,
   volver por vos y mi casa ?
   ¿ Quién duda ? Si a Valdeflores
   voy, donde mi hermana está,
   y el cielo alegre fin da 3095
   a mi dicha y sus temores;
   don Sancho, que ha de buscarme,
   verá en un punto deshechas
   sus aparentes sospechas,
   despenarse y disculparme. 3100
   Este es el mejor remedio.
   Aseguremos ansí,
   temor, la ocasión que os di,
   y pongamos tierra en medio.
   Repararé aquesta noche 3105
   a un tiempo el honor perdido,
   y un engañado marido.

Llamando

   ¡ Hola ! Haced sacar un coche.

Vase DIANA.    Salen LISENA, de luto galán, LAURINO y FULCIANO

LISENA:      De la princesa Leonora
   estoy tan favorecida 3110
   que no pagaré en mi vida
   lo que ;a debo en un hora.
   ¡ Qué apacible ! ¡ Qué agradable !
   ¡ Qué discreta ! En fin ¡ qué bella !
   Si soy princesa por ella 3115
   y de esta industria admirable
   llego el fin dichoso a ver
   con que Amor mis dichas premia,
   no princesa de Bohemia,
   su esclava sí que he de ser 3120
LAURINO:      Vuestra alteza--que ya puedo
   llamarla ansí--se asegure,
   y en nombre suyo procure
   proseguir con este enredo
   que ella nos tiene mandado; 3125
   que hasta que esto se concluya,
   como a la persona suya
   la sirvamos.
FULCIANO:                        Avisado
   tiene a cuantos la servimos
   que Leonora la llamemos 3130
   y de esta suerte lo hacemos
   los que en su casa asistimos.
   Su alteza está retirada,
   porque ninguno la vea
   y este engaño mejor crea 3135
   el rey.
LISENA:                  ¡ Llaneza extremada !
   En fin, ¿ que soy desde agora,
   Leonora, infanta de Hungría
LAURINO:      Leonora sois este día,
   y princesa, gran señora. 3140

Sale GASCON, de cochero

GASCON:      Chapines he visto yo
   de corcho y altura tanta
   que a una enana hacen giganta;
   pero ¿ quién chapines vio
   que puestos en la cabeza 3145
   --la corona lo ha de ser--
   ensalcen a una mujer
   tan alta, que ya es alteza ?
LISENA:      También, Gascón, para vos
   de chapines servirán; 3150
   también os levantarán.
GASCON:      Yo soy cochero. Por dios,
   que Sigismundo me va
   honrando, pues que me hizo
   ser de un coche porquerizo. 3155
   "Coche, acá; coche, acullá."
   Ya deseo que el rey venga
   y, cumpliendo mi esperanza,
   tenga fin aquesta chanza
   y yo también premio tenga. 3160

Sale el conde ENRIQUE

ENRIQUE:      (Amor ciego, loco estoy.          Aparte
   ¿ Cómo, rigurosos celos,
   si el amante os llama hielos,
   sbrasándome estáis hoy ?
   Sin saber adónde voy, 3165
   hasta aquí me habéis traído.
   ¡ Que una ausencia haya podido
   descomponerme tan presto,
   porque funde el duque Arnesto
   su amor y dicha en mi olvido ! 3170
   ¡ Ah, Lisena !    Vos seréis
   ocasión de que yo muera
   en la verde primavera
   que ya agostar pretendeis !
   Mas, ojos, ¿ que es lo que veis ? 3175
   ¿ No es ésta, confusos ojos
   la causa de mis enojos ?
   Pero antojarasemé;
   que Amor, como poco ve,
   se suele poner antojos. 3180
   No, ¡ vive el cielo ! que es ella.
   ¿ Si a ver la princesa vino ?
   No juzgueis a desatino
   la verdad que miro en ella.
   Esta es su presencia bella, 3185
   sus dos soles son aquéllos,
   su boca aquélla y cabellos,
   aquéllas sus manos son;
   pinceles de mi afición
   lo afirman, y es bien creellos. 3190

A ella

   Mudable, di, ¿ de qué fruto
   me ha de ser tu vista hermosa
   si, siendo del duque esposa,
   das a mis celos tributo ?
   ¿ Por quién te vistes de luto ? 3195
   Si por mí le traes, ingrata,
   cuando Amor casarte trata,
   y me has quitado la vida,
   nunca suele el homicida
   traer luto por quien mata. 3200
   ¿ Cómo, mudable, tan presto
   --que este nombre es bien te aplique--
   favores que gozó Enrique
   los has reducido a Arnesto ?
   Si mi amor firme y honesto 3205
   olvidas en sólo un mes,
   vencer puedes tu interés,
   y a premiarme te resuelve;
   vuelve a amarme, mi bien, vuelve;
   no soy duque, soy marqués. 3210
   El rey me llama sobrino;
   títulos tendré mayores.
   Dame esos brazos, amores;
   dame ese rostro divino.

A los criados

LISENA:      ¿ Qué es eso ?    ¿ Qué desatino 3215
   a este hombre saca de sí ?
   ¿ Qué hacéis ? Echadle de aquí.
LAURINO:      Hola, despejad la sala.
GASCON:      Vaya mucho enhoramala.
FULCIANO:      ¿ No es donoso el frenesí ? 3220
ENRIQUE:      Villanos, viven los cielos,
   si os descomponéis conmigo
   que os haga dar el castigo
   que dan a mi amor los celos.
   ¿ Ansí pagas los desvelos 3225
   que ya, ingrata, desconoces ?
   Porque ajenos brazos goces,
   ¿ no quieres darme los brazos ?
GASCON:      ¿ Daréle de latigazos ?
   ¿ Echaréle de aquí a coces ? 3230
ENRIQUE:      Tirana, pues hoy verán
   cuantos en Bohemia viven,
   mientras mi luto aperciben,
   la muerte, de tu galán.
LAURINO:      Este debe ser truhán 3235
   del rey y, bufonizando,
   se debe de estar burlando.
LISENA:      (Bien le conozco. ¡ Ay de mí !)      Aparte
   Hola; echádmele de aquí;
   que agora que estoy llorando 3240
   la muerte del malogrado
   príncipe, no será bien
   que con burlas causa den
   a divertir mi cuidado.
FULCIANO:      Tu esposo le habrá enviado 3245
   sin duda, porque tu alteza
   divierta ansí su tristeza.
ENRIQUE:      ¿ Qué enredo es éste crÜel ?
   ¿ Al marqués de Oberisel
   no conocéis ?
GASCON:                        ¡ Linda pieza ! 3250
   Toda esa gracia se enfría
   porque aquí no ha de hacer baza
   ni de su bufona traza
   gusta la infanta de Hungría.
   Guárdela para otro día 3255
   y desocupe este puesto.
ENRIQUE:      ¿ Quién es infanta ? ¿ Qué es esto ?
LAURINO:      Bien finge lo que no ignora.
   Con la princesa Leonora
   habláis; no seáis molesto. 3260
ENRIQUE:      ¿ Qué princesa ? ¡ Vive Dios,
   villanos... !
GASCON:                      Poquito a poco.
ENRIQUE:      ¡ Princesa ! ¿ Soy yo algún loco ?
GASCON:      Sois uno, y valéis por dos.
ENRIQUE:      ¿ No sois el lacayo vos 3265
   de Fisberto ?
GASCON:                        Fui primero
   su lacayo y ya cochero
   de la princesa; que, en fin,
   voy de rocín a ruín.
ENRIQUE:      ¿ No me conocéis ?
GASCON:                            No quiero. 3270
   (Que si quisiera, bien sé            Aparte
   quién es el marqués Enrique.)
   El seso tenéis a pique.
   (Lindamente le engañé.                Aparte
   ¡ Bien la burla le encajé 3275
   de Arnesto !)

Voces dentro

VOCES:                      Plaza, que viene
   el rey.
LISENA:                (Aquí me conviene                Aparte
   disimular.)
ENRIQUE:                    ¿ No es Lisena
   ésta ? ¿ Qué maraña ordena
   matarme ?
GASCON:                    ¡ Buen tema tiene ! 3280

Salen el REY, el infante ALBERTO, SIGISMUNDO, y ACOMPAÑAMIENTO

REY:      Alegrara, señora, su venida
   a este reino que espera a vuestra alteza,
   si la muerte del príncipe, afligida
   no enlutara a tal tiempo su belleza.

Hablan aparte el REY y el infante ALBERTO

   No vi mujer jamás tan parecida 3285
   a Lisena, ni hará naturaleza,
   Alberto, otro traslado semejante.
ALBERTO:      Digno es de que la admires y te espante.

A LISENA

REY:      Pero pues nunca la Fortuna ordena
   darnos cumplido el gusto, y es forzoso 3290
   mezclar con él aquesta justa pena,
   de un hermano el pesar temple un esposo.

Aparte el REY y ALBERTO

   Pienso que estoy hablando con Lisena
   y, divertido con el talle hermoso
   que en la princesa, copia suya, miro, 3295
   cuanto más la retrata, mas la admiro
ALBERTO:      ¿ No te lo dije yo ?
LISENA:                                Con haber visto
   a vuestra majestad, penas divierto,
   el llanto enjugo y el pesar resisto
   de Vladislao en tiernos años muerto. 3300
GASCON:      (¡ Lindamente lo finge, vive Cristo !)      Aparte
LISENA:      Mas ya que no con lágrimas advierto
   que al príncipe podré volver la vida,
   yo olvidaré su falta, agradecida.
   Pierdo un hermano que estimaba el mundo; 3305
   mas cobrando un esposo, con quien puedo
   su muerte consolar, contenta fundo
   mi dicha en él.
GASCON:                          (¡ Famoso va el enredo.)      Aparte
LISENA:      Quisiera yo ofrecer a Sigismundo
   con la corona húngara que heredo, 3310
   el globo del imperio soberano
   que besara sus pies al dar mi mano.
SIGISMUNDO:      Yo la beso mil veces, gran señora,
   no de mandos ni imperios codicioso,
   sino de la hermosura en quien adora 3315
   la dicha que me llama vuestro esposo.
ENRIQUE:      (A Lisena trasforman en Leonora.    Aparte
   ¿ Qué enredo es éste, cielo riguroso ?)
LISENA:      Para vos, gran señor, mil fueran pocos.
ENRIQUE:      (O yo lo estoy, o todos están locos.) Aparte 3320

Hablan aparte SIGISMUNDO y LISENA

SIGISMUNDO:      ¡ Ay, dulce esposa !
LISENA:                              ¡ Ay, príncipe querido !
   Saque este engaño Amor a feliz puerto
SIGISMUNDO:      Si hará, mi bien; que es dios agradecido.

A ALBERTO

LISENA:      Con vos este viaje, infante Alberto,
   la viaje se llame entretenido. 3325
ENRIQUE:      (¡ Que no estuviera agora aquí Fisberto !)      Aparte
LISENA:      Mucho le debo en él a vuestra alteza.
   Ni su enfado sentí, ni su aspereza.
ALBERTO:      Estar quejoso de él con razón pude,
   pues envidioso que os acompañase, 3330
   sus leguas abrevió.
GASCON:                            (¡ Qué bien acude          Aparte
   a todo la bellaca !)
ALBERTO:                                Y si durase
   un siglo, me alegrara.
ENRIQUE:                              (No hay quien dude Aparte
   que aquesta no es Lisena. ¡ Que esto pase
   y se sufra en Bohemia ! ¿ Hay tal suceso ? 3335
   Yo debo de soñar, o estoy sin seso.)

Reparando el REY en ENRIQUE

REY:      ¡ Marqués ! ¡ Sobrino !
ENRIQUE:                                ¡ Gran señor !
REY:                                            Parece
   que triste celebráis esta alegría.
ENRIQUE:      Ando sin ella, y por instantes crece,
   no sin causa, una gran melancolía. 3340
   Un deseo, señor, me desvanece,
   que por ser imposible, ya podría
   dar treguas a mi mal su desatino.
LISENA:      ¿ A quién llamastes, gran señor, sobrino ?
REY:      Eslo mío el marqués.
LISENA:                                ¡ Válgame el    cielo ! 3345
   Perdonadme, marqués si inadvertida
   no os traté como en tales casos suelo;
   que con justa razón estoy corrida.
   Pero, podréis culpar vuestro recelo
   y el ser yo a alguna dama parecida 3350
   a quien amor tenéis.
REY:                              Pues bien, ¿ qué ha habido ?
LISENA:      Con él un lindo caso me ha acaecido.
REY:      ¿ Con don Enrique ?
LISENA:                              Ingrata me ha llamado.
   En la ausencia de un mes dice, que pudo
   no sé qué duque, que es mi desposado, 3355
   favores usurpar de Amor desnudo.
   Hasta el luto que traigo está injuriado
   pues dice que si el traje alegre mudo
   en él, es porque toda soy mudanza
   y porque he dado muerte a su esperanza. 3360
   No se me acuerda el nombre que me llama,
   puesto que en él mi ingratitud condena.
   En conclusión, señor, sin ser su dama,
   ni la culpa tener, llevo la pena.
   Hablóme, en fin, por la persona que ama. 3365
REY:      ¡ Donosa burla !    Si os llamó "Lisena,"
   no me espanto, Leonora, que se asombre.
LISENA:      Sí, "Lisena" imagino que era nombre.
REY:      A todos nos causara el mismo engaño
   el conocer, señora, a vuestra alteza 3370
   no asegurara caso tan extraño,
   milagro, en fin, de la naturaleza.
GASCON:      (¡ Qué fértil en mentiras corre el año !)      Aparte
REY:      Hay, señora, en mi corte una belleza
   imágen vuestra y semejanza en todo: 3375
   en la cara, en el talle y en el modo.
LISENA:      ¡ Válgame Dios !
REY:                            A quien aquesto ignora
   difícil se le hará, si llega a veros,
   distinguir a Lisena de Leonora.
SIGISMUNDO:      Y aun a mí, que he llegado a conoceros. 3380
LISENA:      Ya no me espanto, si a Lisena adora,
   Enrique, vuestra suerte, que a atreveros
   su desdén os obligue en nombre de ella.
   Notablemente gustaré de vella.
ENRIQUE:      Alto.    Yo me engañé; ya ha sucedido 3385
   una persona en otra retratarse.
   Culpad mi engaño y condenad su olvido,
   y si esta burla puede perdonarse,
   perdón, señora, a vuestra alteza pido
REY:      El suceso merece celebrarse. 3390
LISENA:      La ignorancia me hizo que no hiciera
   de vos el caso, Enrique, que debiera;
   mas no tratando por agora de ésta,
   el rey mi padre, en cuyo real estado
   tengo de suceder por el funesto 3395
   fin del hermano mío malogrado,
   me acaba de escribir que está dispuesto,
   pues la muerte las cosas ha mudado,
   de darme al de Polonia, porque quede
   unida a Hungría, cuando el reino herede. 3400
   Mándame que le niegue a Sigismundo
   la mano, cuando el alma le ha ofrecido;
   de suerte que me da esposo segundo,
   viuda sin bodas del primer marido;
   y cuando me ofreciera todo el mundo, 3405
   una vez en el alma recibido,
   fuera imposible echarle; que Amor ciego
   tarde suele salir, aunque entra luego.
   Por esto, y por no dar ocasión justa
   a guerras, que al poder hacen tirano, 3410
   luego que supe su demanda injusta,
   de esposa a Slgismundo di la mano.
   Mi dueño es desde ayer, y si es que gusta
   vuestra real majestad que el soberano
   yugo de amor nuestras cervices ate, 3415
   no hay para qué la boda se dilate.
   Publíquese en la corte que hoy pretendo
   entrar en ella, el luto convertido
   en galas reales y festivo estruendo,
   pues la presteza su remedio ha sido. 3420
REY:      En vos, princesa, estoy a un tiempo viendo
   vuestra belleza, que el amor ha unido
   a vuestra discreción. Bella y discreta
   os llame el mundo.    En todo sois perfeta.
   No quiero encarecer vuestra prudencia. 3425
   La determinación ejecutada
   fue importante, el amor por excelencia,
   y mi injuria con tiempo remediada.
   Vea ml corte hoy vuestra presencia.
   Entrad debajo el palio, coronada 3430
   por princesa de un reino que mejora
   su trono real, gozándole Leonora.
   Yo voy a hacer la prevención debida
   a vuestro casto amor.    Príncipe, vamos.
SIGIGMUNDO:      Hoy, dulce esposa, en apacible vida 3435
   los trances fieros del Amor trocamos.
ENRIQUE:      (¡ Que ésta es Leonora, cielos !)    Aparte
GASCON:                                  (Bien urdida      Aparte
   hasta aquí tu maraña, Amor, llevamos.
   ¡ Oh, Lisena taimada y socarrona !
   Por pícara mereces la corona !) 3440

Vanse todos.    Sale don SANCHO

SANCHO:      Hoy, honor, no moriréis.
   Un día más os dan de plazo.
   Sigismundo en Vadefflores,
   hoy no os ha de hacer agravio.
   Si mañana hacerle intenta, 3445
   yo le atajaré los pasos.
   Castigue el fuego adulterios,
   pues es elemento casto.
   Asegurar a Diana
   me importa; que si ha eschado 3450
   la muerte que darla intento
   y siempre teme el culpado,
   tiene de andar sobre aviso.
   Con amorosos engaños
   pienso quietar sus temores; 3455
   fingid que la amáis, regalos.

Llamando

   ¡ Diana ! ¡ Mi bien ! ¡ Esposa !
   ¡ Ay cielos ! ¿ Si la ha ausentado
   su poca satisfacción;
   que es propio de los pecados 3460
   el temer a la justicia,
   verdugo que a cada paso
   de sí mismo se recela,
   y trae la soga arrastrando ?
   ¡ Cardenio ! ¡ Grisón ! ¡ Orelio ! 3465
   ¿ No hay aquí ningún criado ?

Sale ORELIO

ORELIO:      ¿ Qué manda vuestra excelencia ?
SANCHO:      Llamad mi esposa.
ORELIO:                            Buen rato
   ha que en un coche salió
   y ha ido, si no me engaño, 3470
   a Valdeflores.
SANCHO:                        ¿ Adónde ?
ORELIO:      La fama que ha divulgado
   que la princesa de Hungría
   es de Lisena retrato,
   la obligará, gran señor, 3475
   a ir a ver este milagro;
   que se despuebla la corte
   a lo mismo.
SANCHO:                      No me espanto.
   Yo la mandé que lo hiciera;
   que en término cortesano, 3480
   es bien que a Leonora vea.
   Andad con Dios.

Vase ORELIO

SANCHO:                          ¡ Qué engañado
   Hasta aquí, honor, estuvistes !
   ¡ Ay infelice don Sancho !
   ¡ Sigismundo en Valdeflores ! 3485
   ¡ Diana allí, y concertado
   para hoy verse los dos !
   ¿ Vos sois cuerdo ? ¿ Yo soy sabio ?
   ¿ Quién duda que en el camino
   su amor no apreste el teatro 3490
   de mi desdicha, que sirva
   a mi afrenta de cadalso ?
   Muerto os han, honor remiso.
   Diréis que no os lo avisaron;
   mas mentís, honor, mentís; 3495
   que anoche oyó mi cuidado
   el concierto riguroso;
   tiempo habéis tenido harto.
   Socorro de España sois,
   siempre perdido por tardo. 3500
   Ya ¿ de qué sirve callar,
   cuando las aves, los campos,
   y las fuentes, que han de verlo,
   deben ya de publicarlo ?
   Demos voces...    Pero no; 3505
   más vale morir callando.
   No os afrentéis a vos mismo,
   perdido honor; lengua, paso
   no en balde el cuerdo silencio
   tiene en la boca un candado. 3510
   Silencio, deshonra mía,
   hasta llegar a vengaros.
   Dos modos hay de curar,
   y milagrosos entrambos.
   El preservativo es uno 3515
   con que se previene el sano
   y se cura antes que llegue
   el mal que está recelando;
   porque el sangrarse en salud
   suele excusar muchos daños. 3520
   Ya no podeis usar de éste;
   tarde, honor, habéis llegado.
   Enfermo por vuestra culpa
   y por mi desdicha, os hallo.
   Pues venga el segundo medio. 3525
   Procurad, honor, curaros
   ya que en la cama caístes
   de la deshonra y agravio.
   Apliquemos medicinas.
   Lo primero pues que os mando, 3530
   honor, es guardar la boca;
   que no sana el desreglado.
   La dieta es el remedio
   más eficaz y ordinario.
   Guardad, honor, pues, dieta 3535
   de silencio cuerdo y santo.
   Pero es rigurosa cura;
   ¿ qué médico tan extraño
   no os ha, honor, de permitir
   si estáis enfermo, quejaros ? 3540
   Entrase por las cavernas
   de la tierra el viento vano
   y, mientras no halla salida
   con terremotos y espantos,
   publica a voces su pena. 3545
   Tiembla el mundo, y echa abajo,
   en fe de su sentimiento,
   los edificios mas altos.
   Apenas un aire leve
   toca las hojas de un árbol 3550
   cuando todas se hacen lenguas
   porque den voces sus ramos.
   Braman celosos los brutos,
   las aves se están quejando,
   y a falta de lengua, en ecos 3555
   da gritos hasta un peñasco.
   ¿ Y no queréis que me queje,
   para que imite al caballo
   de Troya, que mudo encierra
   en el pecho a sus contrarios ? 3560
   ¡ Oh, terribles agravios !
   Mátanme el alma, y ciérranme los labios.
   ¡ Diana con Sigismundo
   su lascivo amor gozando,
   mi limpia sangre ofendiendo, 3565
   y yo muriendo y callando !
   ¡ Oh, España, madre de nobles !
   ¡ Oh, Aragón, espejo claro
   de la venguanza que puebla
   los verdes montes de bandos ! 3570
   Ya no me tendrás por hijo;
   ya habrán mi nombre borrado
   tus libros de tu nobleza
   mi memoria desterrando.
   Paredes, ¿ no habláis vosotras ? 3575
   Sí; que por eso os han dado
   orejas nuestros proverbios,
   y quien, oye, que habla es claro;
   por eso es sordo el que es mudo.
   Tapices, ya se ha alabado 3580
   quien oyó vuestras figuras
   y consultó vuestros cuadros.
   Puertas, más de alguna vez
   vuestros quicios avisaron
   contra adúlteras ofensas 3585
   a maridos descuidados.
   Ventanas, todas sois lenguas,
   pues de noche vuestros marcos
   oyen, para hablar de día,
   los secretos que os fiaron. 3590
   ¿ En qué pared no se atreve
   a hablar el carbón liviano,
   o el hacha en lenguas de fuego
   por escaleras y patios ?
   Las peñas, aves y brutos, 3595
   paredes, tapices, cuadros,
   carbón, ventanas y puertas
   todos hablan. ¿ Y yo callo ?
   ¡ Oh terribles agravios,
   mátanme el alma, y ciérranme los labios ! 3600
   Pero si el silencio importa,
   honor infelice, tanto,
   y el buen callar siempre es cuerdo,
   callemos, hasta vengarnos.
   Disimulemos ofensas, 3605
   pues no estáis, honor, sano.
   Tomad callando el acero
   si queréis desopilaros.
   Hablen todos, que son necios;
   que a la cigÜeña han pintado 3610
   por símbolo del prudente
   los que sin lengua la hallaron.
   Parecedla vos en esto,
   honor; que el que está agraviado,
   no es bien que al mosquito imite 3615
   que se venga voceando.
   ¡ Ea, fuego, aquesta noche
   el oro, que se ha mezclado
   con la liga de mi afrenta
   y la da quilates falsos, 3620
   acendrarán vuestras llamas
   como quien quema el brocado
   por librarle de la seda
   si está viejo o se ha manchado !
   Quememos una mujer, 3625
   seda frágil que mezclaron
   con el oro de mi honra
   para que quede acendrado;
   y vos, lengua, a la prisión
   donde os atan, retiráos 3630
   y dad todas vuestras veces,
   como soléis, a las manos;
   y vosotros, agravios,
   vengad ofensas y cerrad los labios.

Vase don SANCHO.    Salen el REY y don ENRIQUE

REY:      De vuestro engaño, marqués, 3635
   particular gusto tuve
   y casi en el propio estuve
   con saber que Leonora es
   tan parecida a Lisena.
ENRIQUE:      A mi costa se burlaron 3640
   con que no poco alimentaron
   mi melancolía y pena.
   La princesa, en fin, ha entrado
   debajo del palio real,
   al sol que la alumbra igual; 3645
   y el haber anticipado
   sus bodas, fue de importacia,
   que siendo, como es, mujer
   mudara de parecer
   --pues nunca tienen constancia-- 3650
   y pudiera ser que diera
   gusto a su padre, y causara
   la guerra que estaba clara
   si a Polonia se volviera.
REY:      La vejez del rey de Hungría 3655
   le hace mudar de consejo;
   yo, que en fin no soy tan viejo
   la palabra estimo mía
   más que cualquier interés
   que recrecérseme pueda. 3660
   Sigismundo a Hungría hereda
   con la princesa, marqués.
ENRIQUE:      Esta es, gran señor, que viene.
REY:      Salgámosla a recibir.
ENRIQUE:      Ya no hay para qué salir; 3665
   que en tu presencia la tienes.

Música.    Sallen muy bizarros LISENA y SEGISMUNDO, de las manos.    A su lado, DIANA, el infante ALBERTO y LEONORA de las manos

LISENA:      Déme vuestra majestad
   las manos, señor, pues tengo
   padre en vos, y dle Sigismundo
   seguro y amado dueño. 3670
REY:      Ya el príncipe os dio la suya.
   Yo los brazos os ofrezco
   en que descanséis; que ha sido
   prolijo el recebimiento.
SIGISMUNDO:      Tendrá vuestra majestad 3675
   desde este punto sosiego,
   viéndome puesto en estado
   y que su gusto obedezco.
REY:      A lo menos, no os tuviera
   por obediente y discreto 3680
   a no salir del engaño,
   Sigismundo, en que os vi puesto.
   ¿ Tambien vos venís, duquesa,
   con la princesa ?
DIANA:                          Si veo
   que lo es mi hermana, señor, 3685
   y que la obedece un reino,
   ¿ qué mucho que la acompañe ?
REY:      ¿ Qué decis, que no os entiendo ?
DIANA:      ¿ No es la princesa mi hermana,
   señor, que delante tengo ? 3690
REY:      ¿ Cómo, princesa ? ¡ Oh traidores !
   ¡ Vive Dios !
ALBERTO:                      Tenga sosiego,
   señor, vuestra majestad;
   que Diana cree lo mesmo
   que creyó el marqués Enrique 3695
   porque entender la hemos hecho
   que del príncipe es esposa.
REY:      ¿ Qué decís ?
ALBERTO:                      Aquésto es cierto.
REY:      ¡ Donosas burlas nos hace
   la similtud que vemos 3700
   en estas dos hermosuras !
   Basta el engaño; no quiero
   que Diana esté quejosa.
   Decídselo.
ALBERTO:                      Señor, quedo.
REY:      ¿ Por qué la habéis de engañar ? 3705
ALBERTO:      La princesa gusta de esto.
REY:      Alto; el es su gusto, vaya.

Sale FISBERTO

FISBERTO:      Antes que tal embeleco
   resulte en daño del rey,
   la he de matar, vive el cielo. 3710
   No quiero princesas hijas
   por engaños.
REY:                    Pues, Fisberto,
   ¿ qué enojos os alborotan ?
FISBERTO:      ¿ Cómo, qué enojos ? ¿ No tengo
   razón, señor, de quejarme 3715
   si sólo por mi consejo
   no celebró con Diana
   el príncipe casamiento
   y agora a Lisena ha dado
   la mano, y en el soberbio 3720
   palio la apellida a voces
   su princesa todo el pueblo ?
ALBERTO:      También le hemos persuadido
   la burla y el caso mesmo
   a su padre que a Diana. 3725
REY:      De regocijos es tiempo;
   mas ya es bien desengañarle;
   que no es razón que el buen viejo
   se altere.
ALBERTO:                    ¿ Qué ? No, señor.
   La princesa gusta de esto. 3730
SIGISMUNDO:      Templad, Fisberto, la ira;
   que el rey mi padre ha dispuesto
   esto por razón de estado.
FISBERTO:      ¿ Es esto cierto ?
REY:                          Y muy cierto.
FISBERTO:      Pues ya yo estoy sosegado. 3735

Salen don SANCHO y ORELIO

SANCHO:      (Mi alterado pensamiento,            Aparte
   sin saber adónde voy,
   me trae fuera de mí mesmo.
   Aquí está el rey, Sigismundo,
   Leonora, el infante. ¡ Ay cielos ! 3740
   ¡ Y la ingrata de mi esposa !
   ¿ Quién duda que ya habrán hecho
   sacrificio de mi honor ?
   Pero si no le hay sin fuego,
   callad, honra, que esta noche 3745
   seréis su ministro cuerdo.)
REY:      Decid, príncipe, ¿ quién es
   esta dama a quien Alberto
   trae de la mano, y su cara
   obliga a amor y respeto ? 3750
LEONORA:      Yo, gran señor, soy Leonora,
   hija vuestra, que a dar vengo
   al infante con la mano
   de Hungría el antiguo reino.
REY:
¿ Cómo ? ¿ Vos sois la princesa ? 3755
LEONORA:      Amor, que todo es enredo,
   cuando a vuestra corte vine
   quiso--y yo se lo agradezco--
   rendirle, a la gallardía
   del infante, a quien yo tengo, 3760
   como esposo y señor mío,
   aposentado en mi pecho.
REY:      ¿ Luego Lisena es esotra ?
SIGISMUNDO:      Y esposa mía.
REY:                        Primero
   que tal consienta, su muerte 3765
   servirá al mundo de ejemplo.
LEONORA:      A vuestros pies, gran señor,
   pido y suplico por ellos;
   y si fuistes mozo, amante,
   perdonad amores viejo. 3770
REY:      ¿ Cómo yo había de sufrir
   tal desigualdad ?
LEONORA:                          Ya vemos
   por la escalas de Amor
   subir cayados a cetros.
   Dos hijos que tenéis solos 3775
   dejáis nobles herederos
   de dos coronas ilustres.
ALBERTO:      La princesa gusta de esto.
LEONORA:      Su perdón os pido en pago
   de que por obedeceros, 3780
   desobedezco a mi padre,
   y al rey de Polonia dejo.
REY:      ¿ Pues no amabas a Diana,
   traidor ?
SIGISMUNDO:                  No lo quiera el cielo.
   Lisena sólo ha triunfado, 3785
   señor, de mis pensamientos.
SANCHO:      (Honra mía, dadme albricias;            Aparte
   que si lo que escucho es cierto,
   yo haré a mi silencio sabio
   de jaspe y marfil un templo.) 3790
REY:      Pues el papel y el retrato
   que halló a Diana Fisberto
   y el día que se casó
   las muestras de sentimiento
   que hiciste, ¿ cómo se hermanan 3795
   agora con este enredo ?
LISENA:      El retrato y el papel
   Diana estaba leyendo
   cuando entró mi padre airado
   en nuestro jardín; y viendo 3800
   lo que guardarle importaba,
   le metió, gran señor, dentro
   de la manga en que le halló
   mi padre.
DIANA:                    Y yo, que el deseo
   de ver reinar a Lisena 3805
   he cumplido con aquesto,
   sufrí, cuerda los agravios
   de mi padre, y al secreto
   encomendé la ventura
   de este dichoso suceso, 3810
   pues de él a don Sancho ilustre
   por señor y esposo medro.
GASCON:      Yo doy fe, como escribano
   corredor aunque cochero,
   arcaduz, estafetilla, 3815
   y a pagar de mi dinero
   que es verdad todo lo dicho.
REY:      Alto; digno es este cuento
   que se acabe en tragedia.
   Leonora, por amor vuestro 3820
   los perdono.
SANCHO:                      (¿ Veis, honor,            Aparte
   si el callar fue de provecho ?
   Hablen los otros maridos
   en su afrenta y vituperio;
   que hasta agora nadie sabe 3825
   sino el cielo y yo mis celos
   que, en mi honra averiguados,
   del alma alegre los echo.)
FIBBERTO:      En fin, señor, consentís
   que Lisena me dé nietos 3830
   que reyes Bohemia llame ?
REY:      Dios lo haga ansí, Fisberto.
ENRIQUE:      ¡ Buen retrato de Leonora !
   Convertido se ha en Arnesto
   el príncipe Sigismundo. 3835
GASCON:      Yo fui quien os di ese trueco.

Al príncipe SEGISMUNDO

   Pero ¿ cómo no me pagas
   los jornales que merezco
   de esta cántara acabada ?
SIGISMUNDO:      Hágote mí camarero. 3840
ORELIO:      ¡ Cómo ! ¡ Un cochero !
GASCON:                                Pasito,
   que el sol que alumbrando vemos
   es más ilustre que vos
   y su oficio es carretero.
ORELIO:      Otro cargo pueden darle. 3845

A LISENA

GASCON:      ¿ No es a su gusto este premio ?
LISENA:      Sí, Gascón.
GASCON:                        ¿ Venlo vustedes ?
   La princesa gusta de esto.
SANCHO:      (El celoso como yo                  Aparte
   calle y averigÜe cuerdo 3850
   sospechas, mil veces falsas,
   como las mías salieron;
   y si fueren verdad, cobre
   satisfacción con secreto;
   que la pública da causas 3855
   a vulgo, siempre parlero.
   Don Sancho soy.    Si he callado
   a vuestro gusto, por esto
   al buen callar llaman Sancho.
   En mí tenéis el ejemplo.)


FIN DE LA COMEDIA