Tirso de Molina
Amor y celos hacen discretos



Personas que hablan en ella:
  • Margarita, la DUQUESA de Amalfi
  • VITORIA, su hermana
  • Don PEDRO de Castilla
  • CARLOS, gran mariscal
  • PROSPERO, duque de Capua
  • RUGERO, duque de Placencia
  • ROMERO
  • CRIADOS.


ACTO PRIMERO


Salen VITORIA y don PEDRO

PEDRO: Ama el conde en competencia
de Próspero y de Rugero,
duque de Capua el primero
y el segundo de Placencia;
y aunque en Nápoles es Carlos 5
gran mariscal, como Amor
es cuerdo hijo del Temor,
viendo al rey patronizarlos
intercediendo por ellos
con vuestra hermana, frecuenta 10
papeles, por cuya cuenta
corre su esperanza en vellos.
Lo que os ama manifiesta
el que os duda merecer.
Uno vuestro llevé ayer, 15
y ahora vuelvo la respuesta.
Perdonad al mensajero
que obedece a su señor.
VITORIA: Sois vos solicitador
eficaz, aunque extranjero 20
y el conde habrá conocido
el agrado con que leo
las cifras de su deseo,
que han por él intercedido.
Yo os confieso que un papel 25
bien escrito y estudiado,
ni por oscuro afectado,
ni por prolijo crüel,
es eficaz diligencia
para toda pretensión. 30
PEDRO: Si escribió a satisfacción
el conde de vuexcelencia,
vuele ya su amor gigante,
sin que temor le consuma.
VITORIA: Es desempeño la pluma 35
de la lengua en el amante.
Hace poca estimación
de su prenda quien presente
se atreve a ser elocuente
y no muestra turbación; 40
pues en fe de cuán poco ama,
si es todo amor frenesí,
quien puede estar tanto en sí,
mal podrá estar en su dama.
Mas quien por palabras muda 45
letras, ya por los poderes
habla en ojos bachilleres
y calla la lengua ruda.
La ausencia puede mostrar
por escrito, si es discreto, 50
pues no habiéndola, en efeto,
no está el alma en su lugar.
PEDRO: Vuestra discreción alabe
quien tenga lengua posible,
pues discreta y apacible 55
juntáis lo tierno a lo grave.
Si el conde os envía dos
mañana, ¿ leeréislos ?
VITORIA:    Sí,
como él los escriba ansí,
y como los traigáis vos. 60

Vase don PEDRO. Salen la DUQUESA y PROSPERO, en el fondo. Quédase VITORlA, a un lado, leyendo un papel

PROSPERO: Faltos están de favor
mis cortos merecimientos
y alienta mis pensamientos
Fernando, el rey mi señor,
que ésta escribe a vuexcelencia, 65
y en ella sola confía
mi pretensión.
DUQUESA:    Dicha es mía
que para tal competencia
me haya dado el cielo hermana,
de tanto príncipe empleo. 70
Si ella admite mi deseo
y conoce lo que gana,
señor duque, en estimaros,
sin la recomendación
que trae vuestra pretensión 75
tendrá ventura en amaros,
reconociéndoos por dueño,
sin que Fernando lo mande;
que es él protector muy grande
para empleo tan pequéño. 80
Yo, duque, la advertiré
de lo que gana en serviros.
PROSPERO: Ponderadla mis suspiros,
exageradla mi fe,
decid que el alma la adora, 85
que en ella mi amor se emplea,
y que Capua la desea
por su duquesa y señora.

Vase PROSPERO

DUQUESA: (Si yo a Vitoria quisiera Aparte
menos, ya pudiera ser 90
que como hermana y mujer
envidia a su amor tuviera.
¡ Hay tal instancia de amantes !)
VITORIA: (¡ Qué buena ponderación ! Aparte
¡ Qué sazonado renglón !) 95

Sale RUGERO

RUGERO: Aunque haya llegado antes,
duquesa y señora mía,
Próspero recomendado
del rey de quien es privado,
no por eso desconfía 100
mi pretensión, si es que alcanza,
como es justo, a vuexcelencia;
que la cordura y prudencia
consisten en la tardanza.
El gran duque de Milán 105
ha tomado por su cuenta
mi amor y ampararle intenta.
¿ Quién duda que suplirán
sus favores lo que en mí
falta en méritos ? En ésta 110
mis deseos manifiesta.

Le da una carta

¿ Quién dudará que vencí ?
DUQUESA: Fío yo de la cordura
de mi hermana, que sabrá
conocer cuán bien le está 115
el no perder tal ventura.
Yo, duque, le advertiré
lo que se me encarga aquí.
RUGERO: Interceded vos por mí,
como ofrecéis, y saldré 120
del mar de tanto desvelo
al puerto de mi quietud.
DUQUESA: Veréis mi solicitud
muy presto. Guárdeos el cielo.

Vase RUGERO

DUQUESA: (Basta, que no hay potentado Aparte 125
en Italia, que no intente,
de mi hermana pretendiente,
juntar al nuestro su estado.
No sé si afirme que tengo
envidia.)
VITORIA:    (Extraña eficacia 130
tiene un papel, si con gracia
se escribe. Yo me entretengo
en el presente de suerte,
que a su dueño amo por él.)
DUQUESA: ¡ Vitoria !
VITORIA:    De este papel 135
partícipe quiero hacerte,
hermana y señora mía
porque alabes la sazón
de su autor.
DUQUESA:    En ocasión
que por amor o porfía 140
todos perdidos por ti
buscan reyes valedores
cuyas cartas y favores
vienen a parar en mí,
si con tanta inclinación 145
su dicha el que ves concierta
y han cerrado ya la puerta
a tu determinación
sus letras, no será justo
alarde de estas hacer; 150
porque, ¿ quién se ha de oponer
contra cohechos del gusto ?
VITORIA: El mío, como se rige
por el tuyo a quien ha estado
sujeto y subordinado, 155
alaba, pero no elige;
que no fuera eso pagar
amor que obligarte puede
a que yo tu estado herede,
sino quererte enojar. 160
No hagas de lo dicho caso;
que si por esto te enojas,
mi inclinación y estas hojas
ansí se castigan.

Va a romper la carta

DUQUESA:    Paso;
que no lo digo por tanto, 165
ni como piensas me quejo
que cuando a Amalfi te dejo
y doy a este reino espanto,
no ha de ser con tal pensión
que por voluntad ajena 170
te desposes, si es que ordena
otra cosa tu opinión.
¿ Cuyo es el papel que miras ?
VITORIA: De cierto conde que ha estado
hasta hoy desacreditado 175
por envidiosas mentiras.
DUQUESA: No ha menester quien le apoye
si en ti juntamente ha hallado,
Vitoria, juez y abogado.
Vaya de discreción.
VITORIA:    Oye. 180

Lee

"Compiten, señora mía,
la esperanza y el temor
y entre ellos un ciego amor
confiado, desconfía.
Polos de su monarquía 185
son el uno y otro extremo
y yo, que esperando, temo
efectos de desvaríos,
amorosos calosfríos
sufro, pues me hielo y quemo. 190
La esperanza, que por dueño
os adora, en rostro grave
vislumbres ve de süave
y anímase en lo risueño.
Amor con mayor empeño, 195
ni cobarde ni atrevido,
duda de verse admitido,
espera verse premiado,
recela lo autorizado,
y emprende lo apercebido." 200
DUQUESA: ¿ Esto es lo tan ponderado,
sutil y bien entendido ?
VITORIA: ¿ Luego no te ha parecido
discreto y bien sazonado ?
DUQUESA: No, por cierto, mas allana 205
los comunes pensamientos
de tus encarnizamientos
harto indignos.
VITORIA:    ¡ Ay hermana !
No digas tal por tu vida,
que traes crítico el humor. 210
DUQUESA: Poco debe al borrador
pluma tan bien entendida.
Lo que no se dificulta,
ninguna estima merece.
¡ Bajo estilo !
VITORIA:    Bien parece 215
que tienes el alma culta.
¿ Quisieras tú que empezara
como otro que me escribió,
"El cielo hiperbolizó
amagos de su luz clara 220
en vuestros, de mi amor, ojos,
animado sol el uno,
norte el otro a quien Neptuno
zafireos rindió despojos ?"
Rasguélo en llegando aquí, 225
viendo tan desatinados
atributos estudiados
y airada le respondí,
"La metáfora que arroja
causa a mis ojos querella, 230
pues si uno es sol, otro estrella,
yo, señor, seré bisoja."
¿ Qué querrás decir en eso ?
¿ No está culto este papel ?
DUQUESA: Ajústale al arancel 235
del estilo que profeso,
y que no sale verás
de lo común y trillado
del vulgo desatinado.
VITORIA: Mal contentadiza estás. 240
¿ Es porque no ves, hermana,
sustantivos y adjetivos,
ni de atributos esquivos
echa a perder una plana ?
¿ Porque no metaforiza 245
propiedades indigestas
con un Tito Livio a cuestas,
que en romance latiniza ?
¿ Porque al gallo no promete
el dulimán de escarlata, 250
y en la perdiz, no retrata
coturnos de tafilete ?
Anda, hermana, por tu vida;
que en dando en desencajar
vocablos de su lugar, 255
parecerán carne huída.
DUQUESA: Pongamos en esto tregua
y nómbrame ese discreto;
que, en lo escrito, te prometo
que parece de la legua. 260
VITORIA: Mientras de él hablares mal,
decirte quién es, no es bien.
DUQUESA: Acaba.
VITORIA: Es el conde...
DUQUESA:    ¿ Quién ?
VITORIA: Carlos, cl gran mariscal 265
de Nápoles.
DUQUESA:    Anda, hermana,
¿ Carlos habia de saber
escribir esto ?
VITORIA:    El querer
dificultades allana.
DUQUESA: ¿ Carlos, contra la opinión 270
de cuantos hablan con él,
tan avisado papel ?
VITORIA: Suple a la conversación
con la pluma; y cultivando
concetos, por espaciosos, 275
discretos cuanto estudiosos,
su fama va restaurando,
no discreto de repente,
sino agudo por escrito;
que dicen que va infinito 280
dl hablador al prudente.
Y aunque más contra él presumas
que miras faltas y menguas
si la fama es toda lenguas,
también vuela y toda es plumas 285
en prueba de que se iguala
el hablar al escribir.
DUQUESA: Pudiérasme persuadir
a que en esto se señala
a haber dado alguna muestra 290
o vislumbres de avisado.
Tantas veces conversado,
¿ qué luz sus rayos no muestra
tal vez por entre junturas
de la prisión que la encierra ? 295
¿ Qué disfraz sutil destierra
retiradas hermosuras,
sin revelar el secreto
de su rústica prisión ?
¿ O cuándo en conversación 300
no dio señal un discreto ?
¡ Estálo ese papel mucho !
No ha sido Carlos su autor.
VITORIA: ¡ Presto has mudado de humor !
Ya rigurosa te escucho 305
condenar su estilo bajo,
su humilde modo de hablar,
y ya te obliga a dudar
si es de Carlos.
DUQUESA:    Le aventajo
asombrada, te prometo, 310
después que afirmas ser él
el que escribió este papel
porque en unos es discreto
lo que en otros no es de estima.
Un mecánico oficial, 315
confesando natural,
hizo comedias: que anima
bajezas tal vez Apolo.
No eran las comedias buenas
pues, de disparates llenas, 320
a otro las silbaran; sólo
ver que un herrador osase,
desde los pies del Pegaso,
coronarse en el Parnaso,
y que a sus musas clavase, 325
causar pudo admiración;
que aunque reído e importuno,
lo que es vituperio en uno,
en otro es estimación.
Hámela Carlos causado 330
que no lo creyera de él;
pero déjame el papel
que contigo le ha abonado.
Repasaréle entre tanto
que a ti admiración te dan 335
ésta que es del de Milan,
y estotra del rey; pues tanto...

Le da las cartas

potentado te apetece,
que ya me cansa escucharlos.
mas responderé--pues Carlos 340
es sólo quien te merece--
que en tu gusto comprometo
el mío; aunque has elegido,
en canto llano, un marido,
sólo para ti discreto. 345
VITORIA: ¿ Yo sin tu consentimiento
elegir ? ¡ Aqueso no !
Proponer sí.
DUQUESA:    Quiero yo,
dándote esposo a contento,
excusar las maldiciones, 350
gajes que quien casa tira.
Esos dos papeles mira,
y responde a sus razones,
mientras yo estotras pondero.
VITORIA: Si grata atención les das, 355
en cada una hallarás
disculpas de que le quiero.

Vase VITORIA

DUQUESA: Teniale a Carlos yo
por rico, por generoso,
por galán y por curioso; 360
pero por discreto no.
Mas en el papel presente
prueba que a satisfacción
de su fallida opinión,
bien escribe, quien bien siente. 365
La llaneza del decir
el alma de sus deseos,
sin los intrusos rodeos
que agora usan escribir,
de suerte me aficionó, 370
que si se le desdoré,
sospecho que envidia fue,
que satisfacerle no.
¡ Que tan acertado escriba
quien jamas halló razón 375
cuerda en la conversación,
adonde el crédito estriba !
La experiencia le ha enseñado.
Ella es gracia diferente
no hay poeta de repente 380
que escriba bien de pensado.
No hubiera más que pedir
si Carlos pudiera hallar
borradores para hablar,
como los hay de escribir. 385

Sale ROMERO, sin ver a la DUQUESA

ROMERO: No hay poder darle un alcance.
Un hora ha que le perdí.
DUQUESA: ¡ Hola ! ¿ Qué buscáis aquí ?
ROMERO: (No me descontenta el lance.) Aparte
................... 390
......................
Yo, señora, ando perdido,
después que salí de España, 395
por otro que lo está más,
a quien a oriente y a ocaso
le acompaño paso a paso,
ya delante o ya detrás.
Entró a dar cierto papel; 400
esperéle en el zaguán.
Las dos los relojes dan,
sin dar mi dicha con él.
Dejo boca abajo un potro,
y sin podernos topar, 405
venimos los dos a andar
como un virote tras otro.
DUQUESA: ¿ Y era el papel para quién ?
ROMERO: Hay en Amalfi una dama,
por cuyo amor anda en brama 410
todo hombre que quiere bien.
--Hablo a fuer de cazador--
Mira con rostro risueño
la tal dama a nuestro dueño,
y espera de este favor 415
ganarles la palmatoria,
porque afirma la doncella
que en casándose con ella,
le han de hacer de la Vitoria.
DUQUESA: ¿ Vitoria es la pretendida ? 420
Será el papel, según eso,
del gran mariscal.
ROMERO:    Exceso
es lo que de él es querida.
DUQUESA: ¿ Y vos le servís ?
ROMERO:    Me ha dado
cargo reduplicativo. 425
Soy desde que con él vivo,
criado de su criado.
DUQUESA: No tenéis vos mal humor.
ROMERO: Tengo una fuente, y así
se va el malo por allí. 430
DUQUESA: ¿ Y quién es vuestro señor ?
ROMERO: Un don Pedro de Castilla,
en la patria burgalés,
en la cólera francés,
y en las gracias maravilla 435
de todos sus concurrentes.
Con él a veces desmedro,
puesto que del rey don Pedro
proceden sus ascendientes.
Mas ¿ qué importa sangre real, 440
si pobreza y travesuras
de juegos y de hermosuras
le humillan al mariscal ?
DUQUESA: Será el don Pedro discreto,
pues le hizo su secretario. 445
ROMERO: Más sabe que un boticario
y es de suerte, la prometo
a vuesa... ¿ cómo se llama ?
¿ Excelencia o vusoría ?
DUQUESA: ¿ Importa al caso ?
ROMERO:    Querría 450
saber con quien hablo.
DUQUESA:    Dama
soy de la duquesa.
ROMERO:    Bien.
Es mi dueño tan discreto,
que la fiara un secreto,
si fuera dama de bien. 455
DUQUESA: (De este bachiller despacio Aparte
me informaré, que estos dias
son tapa-bellaquerías
verdugados de palacio.)
ROMERO: Mas venga acá. ¿ Es de callar 460
cierta especie de traición
que obliga a restitución
sin poderse remediar
después de hecho es daño ?
DUQUESA:    Fuera
haceros culpado a vos. 465
ROMERO: Hablemos--¡ cuerpo de Dios !--
y salga la maula fuera.
Si un novio engañar quisiera,
fingiéndose caudaloso
galán, sabio generoso, 470
a una novia, y esto fuera
todo al contrario, y llegase
con las galas de alquiler
a la inocente mujer,
y en fe de esto le adorasr, 475
y admitidas norabuenas
para ser enhoramalas,
restituyendo las galas
estelionatas y ajenas,
cayéndosele en el suelo 480
un ojo, huésped de plata,
advirtiese que desata
el dicho sobre un pañuelo
dos procesiones de dientes
--digo dientes titulares-- 485
que presos como alamares
sustituyen los ausentes,
al desnudar pantorrillas
las hallase de algodón,
y el peto con el jubón 490
supiese igualar costillas
y estevaciones del pecho,
descubriendo el tal Macías
un alma entre dos bacías,
y a tortuga antes derecho, 495
¿ no era forzoso que a engaño
la tal dama se llamase,
y que afligida llorase
tan mal prevenido daño ?
¿ Con qué amor diera los brazos 500
la pobreta, toda queja,
a este marido corneja
de maquilas y retazos ?
¿ Qué dice ?
DUQUESA:    La explicación
espero; que me habéis dado 505
notable gusto. ¡ Salado
donaire !
ROMERO:    Soy un jamón.
Mas si ejemplos de esta historia
la agradan, oiga aplicarlos.
Pretende importuno Carlos 510
a la señora Vitoria...
Mas dígame en qué opinión
hasta agora le han tenido ?
DUQUESA: De algo material.
ROMERO:    Ha sido
su antípoda Salomón. 515
Pues advierta que su dama,
después acá que recibe
los papeles que le escribe,
Paulo Manucio le llama.
Y es grande bellaquería 520
que intente aliviar sus penas
Carlos con gracias ajenas.
DUQUESA: ¿ Cómo ?
ROMERO:    ¿ Pues no es bobería
que escribiéndola por él
mi dueño --va de secreto-- 525
se levante por discreto,
y le autorice un papel ?
¿ No es terrible mentecato
el que a un poeta se llega,
y que le pinte le ruega 530
en un soneto el retrato
de su dama, si ella sabe
que en su vida versos hizo ?
Ven acá, amante mestizo,
¿ cómo quieres que te alabe 535
y estime tu prenda ansí ?
El soneto, pecador,
más es solicitador
del poeta que de tí;
pues siendo tú su tercero, 540
claro está que ha de querer
más al que lo sabe hacer,
que al bobo del mensajero.
En llegando aquí, señora,
me despulso.
DUQUESA:    ¿ Hay cosa igual ? 545
¿ Que no son del mariscal
los papeles ?
ROMERO:    ¿ Eso ignora ?
Son suyos porque los paga,
como el paño al mercader.
DUQUESA: (Bien fácil es de creer. Aparte 550
Mi hermana se satisfaga,
que ya yo lo estoy. No en vano
lo dificultaba yo.)
¿ Que en fin se los escribió
vuestro dueño ?
ROMERO:    Es escribano, 555
poeta, pintor, platero,
y hasta albardas sabe hacer;
sólo no alcanza a saber
tener dicha, ni dinero.
Mas éste es que viene aquí. 560
Señora mía, chitón;
que peligra la ración
si sabe que me escurrí.

Sale don PEDRO

PEDRO: ¡ Ah Romero, ah Romerillo !
Quita, aparta, necio. ¿ Sabes 565
con quién hablas ?
ROMERO:    Cosas graves
Tratamos. Si has de reñillo
todo aquí, no seas prolijo,
que siempre estás de pendencia.
PEDRO: No haga caso vuexcelencia... 570
ROMERO: (¡ Mal año ! Excelencia dijo.) Aparte
PEDRO: ...de este necio, que es un loco.
ROMERO: Ha de andar proporcionado
el señor con el criado.
Cada cual tiene su poco 575
de barreno.

A don PEDRO

DUQUESA:    ¿ Servís vos
al gran mariscal ?
PEDRO:    Deseo
saber servirle.
ROMERO:    ¡ El rodeo !
Con él estamos los dos,
como dije a vuexcelencia, 580
despues que nos recibió;
él inmediato; mas yo
a secunda consecuencia.
¿ Qué miras ? Ya me voy.

Enojado

PEDRO:    ¡ Ea !
ROMERO: Todo lo sufre el gracejo. 585

Aparte a su amo

Baja presto; y pues te dejo
en buen punto, brujulea.

Vase ROMERO

DUQUESA: ¿ Qué cargo ocupáis con él ?
PEDRO: Soy su secretario.
DUQUESA:    ¡ Ah ! ¡ Sí !
¿ Vos sois... ? No ha mucho que oí 590
de Carlos cierto papel,
que aunque en estilo algo llano,
de bachiller presumía.
PEDRO: Esos de nadie los fía.
Suya es la nota y la mano; 595
que el cargo que yo ejercito
nunca tanto mereció.
DUQUESA: ¿ Pues acaso os digo yo
que sois vos el que lo ha escrito ?
PEDRO: Juzgo que lo suponéis 600
de lo que ahora infería.
DUQUESA: ¡ No sois vos quien lo escribía;
pero sois quien lo traéis !
PEDRO: Quien sirve, señora mía,
a todo se ha de aplicar. 605
DUQUESA: España suele mandar
a Nápoles, y sería
culpa en vos el deslucir
créditos de su valor,
con traza para señor, 610
mejor que para servir.
Hombre que es tan bien nacido,
mal su nobleza empleó.
PEDRO: ¿ Pues quién de mí cuenta os dio ?
DUQUESA: Quien os habrá conocido 615
aunque os vende por discreto,
dudo teneros por tal,
criado del mariscal,
y del rey don Pedro nieto.
PEDRO: Heredé con sus desgracias 620
su envidia y persecución,
que en el desdichado son
deslucimientos las gracias.
Mas dóyselas al que os dijo
lo que ya no sé negar, 625
puesto que pensé engañar
al hado siempre prolijo,
encubierto de esta suerte,
y deslumbrar poderosos
que me buscan, deseosos 630
de su venganza y mi muerte.
DUQUESA: Donde hay venganza hay agravio.
¡ No fuérades vos travieso !
PEDRO: ¿ Yo ?
DUQUESA:   Vos.
PEDRO:    Que lo fui confieso;
mas con amor ¿ quién es sabio ? 635
DUQUESA: ¿ Que amante y todo habéis sido ?
PEDRO: Pues yo ¿ soy de bronce ?
DUQUESA:    No.
¿ Mas tengo obligación yo
de saber que habéis querido ?
PEDRO: Quise en Castilla a una dama... 640
DUQUESA: ¿ Luego ya no la queréis ?
PEDRO: Adórola, aunque me veis
desacreditar mi fama,
sirviendo, por su ocasión,
de mi patria desterrado. 645
DUQUESA: ¿ Ausente y enamorado ?
¡ Qué notable confusión !
PEDRO: Tiene muchas su belleza,
que atormentan mi memoria.
DUQUESA: ¿ Queréis contarme la historia 650
que abona vuestra firmeza
PEDRO: ¿ Yo, señora ? Pues ¿ tan necio
habia de ser y atrevido,
que una vez que habéis querido
hacer de mi dicha aprecio ? 655
¿ Dándome apacible audiencia,
había de pretender
alarde enfadoso hacer
de mi amor a vuexcelencia ?
DUQUESA: Como me lo habéis propuesto, 660
creílo.
PEDRO:    No soy tan loco;
pero hablando poco a poco,
nos hemos metido en esto.
Dejémoslo, si os parece.
DUQUESA: Por mí, dadlo por dejado. 665
En fin, de Carlos criado,
¿ os manda y os obedece ?
PEDRO: ¿ Me obedece a mí ?
DUQUESA:    ¿ Pues no ?
Quien señor de sus afetos
os hizo, en sus secretos 670
el mejor lugar os dio,
más está a vuestro servicio,
que al suyo vos, secretario.
PEDRO: Fíame lo necesario
perteneciente a mi oficio, 675
porque para lo demás
ha poco que estoy con él.
DUQUESA: No estaba necio el papel,
ni creyera yo jamás,
a no leerle, que fuera 680
el mariscal para tanto.
PEDRO: Amor, prodigioso encanto,
saca de un alma grosera
sutilezas semejantes.
Cuanto y más, que no sé yo 685
por qué esa opinión cobró
el mariscal.
DUQUESA:    Los amantes
tenéis ingenios divinos;
mas aunque volváis por él,
yo sé que escribió el papel 690
con ayuda de vecinos.
PEDRO: Puede ser, pues vos, señora,
lo afirmáis; mas yo no creo
que declare su deseo,
quien de veras se enamora, 695
por mano ajena; ni Carlos
ignorará el escribirlos,
que es necesario sentirlos
para saber explicarlos.
A la letra me remito, 700
que es suya, y él la escribió.
DUQUESA: Pues acaso ¿ os digo yo
que sois vos el que le ha escrito ?
PEDRO: No lo decís; mas ¡ por Dios !
que más lo afirmáis ansí. 705
DUQUESA: ¿ Más ? ¿ Pues impórtame a mí
que Carlos lo escriba, o vos ?
PEDRO: ¿ Qué sé yo ?
DUQUESA:    ¡ Qué buenos ratos
la ausente dama tendría
con los vuestros cada día ! 710
PEDRO: Dábaselos tan baratos
y frecuentes mi ignorancia,
que en fin los desestimó.
DUQUESA: Siempre los precios bajó
de más valor la abundancia. 715
Pues ¿ qué ? ¿ Mudóse ?
PEDRO:    No está
nunca en mar la nave firme.
DUQUESA: Vos os morís por decirme
esa historia. Acabad ya.
PEDRO: ¿ Yo, señora ?
DUQUESA:    Vos, que amantes 720
y poetas se atormentan
a versos, porque se cuentan
sus desvelos por instantes.
PEDRO: Pues yo no intento...
DUQUESA:    Acabad;
decidme quién sois también. 725
PEDRO: Importa encubrirme.
DUQUESA:    Bien.
Aquí lo estáis. Comenzad.
PEDRO: Por daros gusto...
DUQUESA:    Los dos
le tendrémos: en saber
yo, que soy al fin mujer, 730
y por contármelo, vos.
PEDRO: En Burgos, que es patria mía...
DUQUESA: Ya lo sé.
PEDRO:    ¿ Vos lo sabéis ?
DUQUESA: Ya lo sé; pues ¿ qué queréis ?
PEDRO: ¿ Quién os lo dijo ?
DUQUESA:    Sería 735
quien os conoce. Decid.
PEDRO: ¿ Vos tan curiosa en saber
mis cosas ?
DUQUESA:    Si soy mujer,
¿ qué os admira ? Proseguid.
PEDRO: (¿ Qué es aquesto ?) En Burgos pues 740
corte entonces de Castilla,
gozaba Enrique la silla,
el tercero, de quien es
hijo don Juan el segundo,
que agora empieza a reinar, 745
cuando me engolfé en el mar
de amor, inmenso y profundo.
DUQUESA: ¡ Válgame Dios ! Y sería
vuestro amor considerable,
pues como caso notable, 750
le señaláis año y día.
PEDRO: Tienen principio de aquí
mis desdichas, no os espante.
DUQUESA: Vaya el suceso adelante.
PEDRO: En resolución, serví 755
una dama...
DUQUESA:    ¿ Gran belleza ?
PEDRO: Réditos le paga el sol.
DUQUESA: No sois cortés, español,
ni luce en vos la nobleza.
PEDRO: Pues ¿ enojáisos, señora ? 760
DUQUESA: Quien delante de una dama,
sin hacerle salva, llama
a otra hermosa, o ignora
las leyes de cortesano,
o de agraviarla se precia. 765
PEDRO: Mi inadvertencia fue necia.
DUQUESA: No me espanto, que es en vano
pretender que... Todo está,
quien refiere enamorado
sus naufragios, elevado 770
en su dama... clara está.
Yo os perdono; proseguid.
PEDRO: (¿ Qué mujer es ésta, cielos ?) Aparte
DUQUESA: Vaya de amor y de celos.
PEDRO: Vino de Valladolid 775
a la corte un caballero,
del rey tan favorecido,
que por él desvanecido,
aunque mi amigo primero,
y tanto, que en confianza 780
de sus prendas y valor,
le di parte de mi amor,
se valió de su privanza
para conquistar con ella
mi dama, que interesable, 785
le favoreció mudable.
DUQUESA: Todo el poder lo atropella.
PEDRO: Disimulaban conmigo
los dos amor y amistad,
fingiendo ella voluntad 790
como él finezas de amigo;
y remitiendo al secreto
el logro de sus amores,
fueron tantos los favores,
que celoso o indiscreto, 795
vino a alcanzar que le diese
cuantos papeles tenía
míos. Encontréle un día
leyendo, sin que me viese,
uno, que fue, si me acuerdo, 800
el segundo que admitió.
DUQUESA: En ese jurara yo
que entró el ingenio en acuerdo,
y que ostentando finezas,
hizo vistas el amor 805
de todo el aparador
de concetos y agudezas.
PEDRO: No tiene muchos el mío;
pero sé que fue estimado,
admitido y ponderado. 810
DUQUESA: Sí, sería; yo lo fío.
¿ Haos quedado en la memoria
alguna cláusula de él ?
PEDRO: No es, señora, este papel
de novelas, que en la historia 815
que uno cuenta los refiere,
prosa o verso, sin perder,
ya sea hombre o ya mujer,
letra ni tilde.
DUQUESA:    Y si hiciere
yo relación verdadera 820
de ese papel, ¿ qué diréis ?
PEDRO: ¡ Vos ! ¿ De qué modo podéis ?
DUQUESA: ¡ Válgame Dios !
PEDRO:    Es quimera.
DUQUESA: Apostad que su tenor
de aquesta suerte decía, 825
"Compiten, señora mía,
la esperanza y el temor..."
PEDRO: Eso escribe el mariscal
a vuestra hermana.
DUQUESA:    ¿ Escribió ?
Decid que lo trasladó 830
de extranjero original.
PEDRO: Puede ser, pero no mío.
DUQUESA: ¿ Pues de dónde sabéis vos
si no os entendéis los dos
--el negarlo es desvarío-- 835
que empezaba así el papel
que vos a mi hermana disteis ?
¿ Veis como vos lo escribísteis ?
PEDRO: Diome Carlos parte de él,
después de haberle notado; 840
mas de eso no colijáis
que yo le escribo.
DUQUESA:    Mostráis
quilates de un fiel criado;
pero advertid que mi hermana
ya que a Carlos favorece, 845
no sepa esto; pues si crece
su amor, será cosa llana
que gozará, si es leal,
el premio de su cuidado,
no el dueño de este traslado, 850
sino el del original.

Vase la DUQUESA

PEDRO: ¿ Qué querrá decir en esto ?
Vive Dios, que esta mujer
exámenes quiere hacer
de mi amor. Hame propuesto 855
tantas dudas, que dispuesto
a imaginaciones nuevas,
niño Amor, cuando te atrevas
a cosas sin proporción,
no tengo yo condición 860
para sufrir muchas pruebas.
"¡ Que gozará, si es leal,
el premio de su cuidado,
no el dueño de este traslado
sino el del original !" 865
No me quiere a mí muy mal
quien esperanzas esconde
y en misterios me responde
a la primer vista ansí.
Que yo el papel escribí 870
supo. ¿ Pues de quién o dónde ?
Porque Vitoria no sabe
quien soy, ni Carlos tampoco.
Vive el cielo, que estoy loco.
Mujer tan discreta grave, 875
cuya libertad con llave
jamás abrió puerta a amor,
¡ Tan curiosa en mi favor !
Despacio, prolijo encanto,
que no es necesario tanto 880
para un buen entendedor.

Salen VITORIA, CARLOS y ROMERO

CARLOS: Prométole a vuexcelenia
que la quiero tanto, tanto...
ROMERO: (¡ Con la turbación que empieza !) Aparte
CARLOS: ...díalo mi secretario. 885
VITORIA: Guardad, señor mariscal,
testigos tan abonados
para incrédulas envidias
que pretenden desdoraros;
que para conmigo, os juro, 890
que estáis tan acreditado,
como dirán los papeles
que tengo vuestros y paso
por ellos cada momento
los ojos y el gusto, hallando 895
cada vez más que admirar
que yo jamás hice caso
de hipérboles habladores;
que sin sentir los cuidados
que encarecen, se acreditan. 900
ROMERO: (Tiene amor sus papagayos.) Aparte
VITORIA: Como es potencia del alma
la voluntad, y ésta ha dado
en el discreto sus veces
al entendimiento, es claro 905
que con sosegado estudio
discurriendo y meditando
habla del modo que piensa
mejor cuanto más de espacio.
Conversables elocuencias, 910
tan copiosas de vocablos
que parecen calepinos,
sospecho yo, y no me engaño,
que con la facilidad
que se enamoran bablando, 915
olvidan aborreciendo.
Más vale amor asentado
que no el que sálo en la lengua
encarecen cortesanos.
PEDRO: (¡ Qué divino entendimiento !) Aparte 920
VITORIA: Pensamientos estudiados
en borradores escritos
son de los que yo me pago.
Dadme pensamientos vos,
y no receléis contrarios. 925
CARLOS: Ocupan vuestras memorias
mis pensamientos turbados.
Tanto, señora, os estimo,
que anoche de ellos cercado,
un sueño pudo matarme. 930
Dígalo mi secretario.

A don PEDRO

ROMERO: El no sabe hablar sin ti.

A don PEDRO

VITORIA: ¿ Qué decís vos ?
PEDRO:    Que no es falso
lo que de su sueño fío,
porque como os quiere tanto, 935
y teme competidores,
soñó anoche alborotado
que os robaba el de Placencia;
y por vengar vuestro agravio,
tomó la espada desnuda, 940
y a no atajarle los pasos
yo, que en su cámara duermo,
le sucediera algún daño.
Con tanto extremo os adora.
¿ No es mucho quereros tanto ? 945
VITORIA: Quien durmiendo tiene celos,
despierto será un milagro
de amor; que el sueño es pintura
que solo copia retratos.
Mucho debéis de querer. 950
CARLOS: Los extremos que yo hago
después que vi esa belleza...
dígalo mi secretario.
VITORIA: (¡ Qué hable un hombre de esta suerte Aparte
tan discreto y avisado 955
en lo que escribe ! No sé
si lo crea. ¡ Extraño caso !
Su presencia me enamora;
en Nápoles es su estado
después del rey el primero; 960
sus papeles, ajustamos
a mi gusto, llevanmé
la inclinación.) Ahora, Carlos,
no sois el primero vos
que acostumbráis a turbaros 965
delante de otros respetos;
que yo sé de un gran soldado
y gran poeta, que siempre
que hablaba al rey, olvidando
lo que estudiado traía 970
en orden a sus despachos,
daba con sus desaciertos
admiración á los sabios,
descrédito a sus papeles,
y qué reír al palacio. 975
Mas diréos yo como el rey,
que después de sosegaros,
me consultéis por escrito.
CARLOS: Dejáisme muy obligado.
VITORIA: Pues para que más lo estéis, 980
con aquesta pluma pago
pensamientos de la vuestra.

Quítase una pluma del tocado y se le ofrece

CARLOS: Tomadla, hola, secretario.
PEDRO: iJesús ! Vuexcelencia llegue,
y besándole la mano, 985
encarezca este favor.

Tomándolo

CARLOS: Estoy de veras turbado,
señora, con tanta luz,
y... y... y...
VITORIA:    Conde, quedaos.

Vase

CARLOS: La he de sacar hoy...
ROMERO:    (¡ Qué bestia !) Aparte 990
CARLOS: ...sobre la crin de mi bayo.
PEDRO: ¿ Qué decís, señor ?
CARLOS:    ¿ Pues dónde ?
PEDRO: En la gorra.
CARLOS:    Bien pensado,
pues pondréla luego.
ROMERO:    ¿ A quién ?
CARLOS: Dígalo mi secretario. 995


ACTO SEGUNDO


DUQUESA: Amor, este hombre ha venido
para rüina total
de mi quietud natural,
de la paz de mi sentido.
Yo he perdido 1000
cuantos propósitos buenos
gozaba en tiempos serenos
el sosiego de mi dicha.
¡ Qué desdicha !
¡ Por ser más, venir a menos ! 1005
No pensaba yo emplearos
descuidada libertad,
en ajena voluntad.
¡ Qué mal supisteis lograros
por gozaros ! 1010
Sin la enfadosa pensión
del tálamo, confusión
de tanta quietud perdida,
libre vida
descansaba mi opinión. 1015
Tercero del mariscal
es este español crüel;
hechizóme en un papel
de su discreción caudal.
Sangre real 1020
le ilustra, en Castilla adora,
aquí escribe y enamora.
¿ Y qué sé yo
si en nombre ajeno terció
lo que en nombre suyo ahora ? 1025
Celos en Castilla ausentes,
y celos padezco aquí.
Estos son los que temí;
que en fin son celos presentes.
Si imprudentes 1030
me atormentan ¿ qué he de hacer ?
Viviendo en tal padecer,
¿ Qué paciencia ha de bastar
para callar
celosa, amante y mujer ? 1035

Sale ROMERO, creyéndose solo

ROMERO: Buenas albricias me mando,
si de quien sospecho son.
DUQUESA: ¡ Hola !
ROMERO:    ¿ Todo extremaunción
anda en palacio oleando ?
DUQUESA: ¿ Qué buscáis ?
ROMERO:    ¿ No me conoce 1040
vuexcelencia ?
DUQUESA:    ¡ Ah, sí ! No había
reparado en vos.
ROMERO:    Podía
acordarse, así se goce,
del soldado que le dijo
las gracias del mariscal. 1045
DUQUESA: ¿ Sois muy secreto ?
ROMERO:    ¡ Y qué tal !
Siempre que lo soy me aflijo.
DUQUESA: ¿ Dónde está vuestro señor ?
ROMERO: Eso es lo que yo quisiera
saber, para que me diera 1050
albricias, si las da Amor.
DUQUESA: ¡ Albricias ! ¿ De qué ?
ROMERO:    Este pliego,
nuevo caballo de Troya.
Promete vestido o joya.
DUQUESA: ¿ Es de Castilla ?
ROMERO:    Si llego 1055
a pesarle, es de su dama.
DUQUESA: ¿ Cómo ?
ROMERO: Aunque el sobre es prototo,
pesa poco, y de mi voto,
no pesa amor, porque es llama. 1060
DUQUESA: ¿ Filósofo ?
ROMERO:    Aunque ratero,
como Romero me llamo,
tengo, según dice mi amo,
las virtudes del romero,
y debe entre ellas entrar 1065
ésta también.
DUQUESA:    ¿ Pues se escriben
los dos ?
ROMERO:    Como ausentes viven,
sus almas suelen andar
de Ceca en Meca, corriendo
la posta, al ir y venir. 1070
Debió mi amo de escribir
luego que llegó, y cogiendo
la carta de buen talante
a la dama, le responde.
DUQUESA: Si en los dos se corresponde 1075
amor, y pasa adelante
sin entibiarle la ausencia,
injustas quejas ha dado
vuestro dueño de olvidado.
ROMERO: ¿ Luego ha dicho a vuexcelencia 1080
su historia ?
DUQUESA:    Me la contó
a pausas, como sangría.
ROMERO: ¡ Bueno por Dios ! Y quería
que por tragármela yo,
rebentase de opilado. 1085
DUQUESA: No os deis vos por entendido
de que por él lo he sabido.
ROMERO: No haré, aunque estoy enojado.
DUQUESA: El porte os quiero pagar
de este pliego.

Tomándole la carta

ROMERO:    ¿ Para qué ? 1090
DUQUESA: Si es tan discreta veré,
que se merezca igualar
esta carta a las que escribe
por Carlos vuestro señor.
ROMERO: ¡ Oh ! ¡ Bonita es la Leonor ! 1095
Mejor vuelve que recibe.
Más habla que un papagayo.
Túvola una tía vieja
en las Huelgas a una reja
un año, de mayo a mayo, 1100
y salió brava picuda.
DUQUESA: Eso quiero yo saber;
pero habéisme de tener
secreto.
ROMERO:    ¿ Yo ?
DUQUESA:    Vos.
ROMERO:    ¡ Sin duda !
Venga acá; pues no he podido 1105
sufrir medio mes cabal
defetos del mariscal,
discreto sustituído;
ni en las cartas que a mi dueño
desde Burgos le envió 1110
quien aquí le desterró.
No sé callar cuando sueño,
pues cuento cuanto me pasa
con las damas cada día;
tanto que nadie se fía 1115
de mí en toda vuestra casa.
¿ Y quiere hacer vuexcelencia
en mí ese milagro ahora ?
DUQUESA: Yo he de hacerle.
ROMERO:    Si es dotora
y hay para aquesta dolencia, 1120
cura, recete.
DUQUESA:    Si haré.
Yo os libro en mi tesorero
cada día...
ROMERO:    Si es dinero,
divino récipe fue.
DUQUESA: Un doblón con condición 1125
que el día que no calléis,
los mismos palos llevéis
que blancas tiene un doblón.
ROMERO: (¡ Puto Miguel !) ¿ Cuántas blancas Aparte
tiene un doblón ? Sumaré. 1130
Espere, y la cuenta haré.
(Las manos le queden mancas Aparte
al crüel ejecutor.)
Un doblon, veinte y seis reales.
Cuatro veces seis... cabales 1135
ochocientos --¡ linda flor
de carrasco !-- y más, ochenta
y cuatro maravedís.
DUQUESA: Si otros tantos añadis,
serán...
ROMERO:    Sacada la cuenta, 1140
mil setecientos, y más
sesenta y ocho, las blancas.
¡ Fuego de Dios, y qué francas
dádivas, señora, das !
Por un secreto parido, 1145
mil setecientos sesenta
y ocho palos ! ¡ Mala cuenta !
Abernuncio del partido.
Desdoblone vuexcelencia.
DUQUESA: Esto ha de cumplirse ansí. 1150
Acabemos.
ROMERO:    ¡ Ay de mí !
Yo quedaré en quinta esencia
de romero, a la ocasión
primera. ¡ Crueldad civil !
¡ Sesenta palos tras mil ! 1155
DUQUESA: Acudid por el doblón
desde luego, y para el porte
este bolsillo tomad.

Le da un bolsillo

ROMERO: Si he de callar, recetad
una gaita que reporte 1160
el mal que ya me provoca
esta negra opilación.
Saldrá siquiera a traición,
pues no puede por la boca.
DUQUESA: Andad, que con tal receta 1165
no os hará el secreto daño.
ROMERO: (¿ A mí mil palos ? ¡ Mal año ! Aparte
¡ Que los lleve una carreta !

Vase ROMERO

DUQUESA: Basta, que empieza en azares
el juego de nuestro amor. 1170
Si es infernal su rigor,
¿ qué serán celos a pares ?
Los unos trae el correo,
los otros caseros son.
¡ Extremada provisión 1175
para venir de acarreo !
Veamos el desengaño
que adivinan mis temores.
¡ Ah, celos registradores !
¡ Siempre buscáis vuestro daño ! 1180

Abre la carta

Un retrato viene dentro.
¡ Bello rostro de mujer !
¿ Quién duda que he de perder,
si es azar aqueste encuentro ?
¡ Digno empleo de español ! 1185
¡ Logro hermoso de los cielos !
Pero mírola con celos;
aventajaréla al sol.
Leamos, alma, sin miedo,
que pues en mi poder se halla, 1190
en estatua he de quemalla
ya que en persona no puedo.

Lee

"Amor, agravio y ausencia conjurados
contra mi sosiego, fueron tan solícitos,
que se informaron del camino que hicistes, 1195
desde la noche que en agravio de la
amistad de don Vela, a él lo heristeis,
y a mí me desacreditastes. Murió inocente.
El rey os busca airado; promete aplacarle
la reina su madre, vuestra prima. Ese 1200
retrato lleva trasladado el rostro, y la
seguridad de vuestra sospecha; tratadle
bien, que es huésped, y respondedme,
aunque sean injurias; que a la molesta
privación de vuestras cartas, es único 1205
remedio de ausencia penosas. El cielo
os desengañe. Dios os guarde, etc.
doña Leonor de Castro."
Celos, ya estáis declarados.
En vano son resistencias 1210
donde sobran competencias
y multiplican cuidados.
Propósitos mal logrados,
si os engaña
un nieto del rey de España, 1215
¿ qué os lastima ?
¡ A su reina llama prima !
Contra celos,
coronas, amor, desvelos,
¿ qué valor será de estima ? 1220
Remedia con su retrato
ausencias doña Leonor.
Muerto su competidor,
¿ no será don Pedro ingrato
si la industria y el recato 1225
no procura
alejar de su hermosura
valedores ?
Con tales despertadores,
¿ de qué sueño 1230
no resucitará el dueño
de su gusto y mis temores ?
Si despierta, ¿ quién podrá
contra memoria celosa
de española tan hermosa 1235
oponerse ? Claro está
que es locura. Si se va,
su mudanza
dará muerte a mi esperanza.
Resistirse 1240
si se queda, es prevenirse
a tormentos.
¿ Qué harémos pues, pensamientos,
entre el quedar y el partirse ?

Sale don PEDRO, sin ver a la DUQUESA

PEDRO: Sofísticos pensamientos, 1245
imposibles pretendéis.
Mejor será que troquéis
desdichas por escarmientos.
No permitáis lo que ignora
la desdicha que me humilla. 1250
DUQUESA: ¿ Es don Pedro de Castilla ?
¿ Dónde tan triste ?
PEDRO:    ¡ Oh, señora !
Esta memoria tirana
me causa penas crüeles.
DUQUESA: ¿ Proseguiréis los papeles 1255
de Carlos para mi hermana ?
PEDRO: Como gusta de admitirlos
y por ellos medra Carlos,
gusto yo también de darlos.
DUQUESA: ¿ Y no diréis de escribirlos ? 1260
PEDRO: Si vuexcelencia da en eso,
puesto que es en mi favor,
descréditos de su amor
padecerá quien confieso
que se desvela por dar 1265
muestras que en su pluma alega
lo que la lengua le niega.
DUQUESA: En esto del desvelar
estaréis muy diestro vos.
PEDRO: De ordinario un desdichado 1270
anda triste y desvelado;
que es verdugo Amor, si es dios.
DUQUESA: Y es doña Leonor de Castro
puesto que falsa, tan bella,
que comparado con ella 1275
es ébano el alabastro.
PEDRO: Vive Dios, señora mía,
que a poderse sospechar
cosas de vos, que a dudar
obligan mi fantasía, 1280
que jurara que tenéis...
DUQUESA: ¿ Familiar, queréis decir ?
PEDRO: No me atrevo a presumir
tanto. ¿ Mas cómo sabéis
cosas de mí tan ocultas 1285
y tan distantes de aquí ?
DUQUESA: ¿ Qué sabeis vos si aprendí
a hacer mágicas consultas ?
PEDRO: ¡ Vos de mí tan cuidadosa,
que aun el nombre hayáis sabido 1290
de mi dama !
DUQUESA:    Y he tenido
noticia de cuán hermosa
y discreta es la Leonor
a cuya alabanza asisto
y aún si os digo que la he visto, 1295
no mentiré.
PEDRO:    ¿ Vos ?
DUQUESA:    Su amor
no es tan firme como el vuestro.
PEDRO: Es luna y ya amor es mar.
DUQUESA: Diréislo por el lunar
que tiene en el lado diestro 1300
de la cara.
PEDRO:    (¿ Es hechicera, Aparte
cielos, aquesta mujer ?)
DUQUESA: Lunar es que puede ser
estrella en la octava esfera.
¿ No lo sentís vos ansí ? 1305
PEDRO: Señora, lo que yo siento
son prodigios de un portento,
que me ha de sacar de mí.
DUQUESA: Cabos negros, aguileña,
un poco grande de boca, 1310
dientes de cristal de roca,
la frente algo mas pequeña
que pide la proporción
de la cara, bien pobladas
las manos, aunque alentadas 1315
del misterioso jabón...
y discreta sobre todo;
que es alma de la hermosura.
PEDRO: Si verme loco procura
vuexcelencia, de ese modo, 1320
podrá, si no se declara,
salir con su pretensión.
DUQUESA: A su comunicación,
yo, don Pedro, os ayudara
porque somos muy amigas. 1325
Aunque a Amalfi la trujera,
y mi estado repartiera
entre los dos; mas fatigas
imposibles de remedio,
¿ quién las ha de socorrer ? 1330
Doña Leonor es mujer
de don Vela. Ved ¿ qué medio
en esto se puede dar ?
Herido quedó de muerte;
pero el Amor que divierte 1335
qeligros que remediar
no puede la medicina,
salud en breve le dio.
Su rey los apadrinó;
y aunque doña Catalina, 1340
prima vuestra, y reina hermosa
que el modo toma a su cuenta,
aplacar a un hijo intenta
la venganza rigurosa
que despacha contra vos 1345
justicias y embajadores...
Mucho pueden los rigores
reales. Son como Dios.
Y aunque aquí estáis muy seguro
quisiera hallar otra traza 1350
para el mal que os amenaza,
para la paz que os procuro.
Yo os he visto aficionado
a mi hermana, en vuestra mengua;
que lo que niega la lengua, 1355
los ojos lo han publicado.
PEDRO: Engáñase vuexcelencia.
DUQUESA: Luego ¿ no la queréis bien ?
PEDRO: Quiérola bien, como quien
es de la circunferencia 1360
del amor del mariscal
centro y punto, y porque veo,
según en sus ojos leo,
que será con yugo igual
señora de vuestra casa. 1365
DUQUESA: ¿ Pues eso os parece poco,
supuesto que Amor es loco,
que de un tema en otro pasa ?
En efeto la queréis,
aunque sea por señora. 1370
La vista ocasionadora,
y el amor que la tenéis,
aumentando en vos la llama,
hará en espacio pequeño
que, si la amáis como dueño, 1375
después la améis como a dama.
PEDRO: Indignas de esa beldad
son sospechas maliciosas.
DUQUESA: Principio quieren las cosas.
Don Pedro, aquesto es verdad, 1380
y si no, venid acá.
Supongamos que vos fulsteis
quien el papel escribisteis
aunque esto supuesto está.
Cuando estudioso y discreto, 1385
las veces que la escribís
tantas lisonjas decís,
¿ no la tenéis por objeto ?
PEDRO: Por objeto mío, no.
DUQUESA: Séase vuestro o ajeno, 1390
que yo esta vez no os condeno,
ella, pues os ocupó
el ingenio y el sentido
todo el tiempo del papel,
¿ no la imagináis en él 1395
muy hermosa y merecido
empleo de su alabanza ?
PEDRO: Si, señora.
DUQUESA:    Y aquel rato
que con la pluma el retrato
pintáis que el estudio alcanza, 1400
¿ no le sirve de obrador
el entendimiento, donde
en especies corresponde
su similitud, mejor
que en la lengua, que es impropia ? 1405
PEDRO: No hay negarlo.
DUQUESA:    ¿ Y qué queréis,
si el original tenéis
allá, sacando la copia ?
¿ Hay quien persuadirse pueda
que dejáis --¡ buena frialdad !-- 1410
tan limpia la voluntad,
que sin los dibujos queda ?
Pues viéndolos la memoria,
quien lo advierte ¿ creerá,
don Pedro, que no sois ya 1415
ciego amante de Vitoria ?
PEDRO: Yo, suponiendo que escribo
los papeles que decís,
ya que a eso os persuadís,
como tan celoso vivo 1420
siempre que a Vitoria alaba
la pluma, lengua de amor,
contemplo en doña Leonor.
DUQUESA: (¿ Vos ? ¡ Peor está que estaba ! Aparte
¡ Ay celos, cuáles andáis ! 1425
¡ Ya en uno, ya en otro extremo !)
Que habéis de enloquecer temo
si esa dama no dejáis;
porque casada y ausente,
¿ qué remedio puede haber ? 1430
La diversión puede ser
tercera de este accidente.
Galantead a mi hermana;
que en mí tendréis, y os lo juro,
tercera favor seguro, 1435
y olvidada castellana;
que si en Amalfi os casáis,
y en mi estado sucedéis,
desdichas desmentiréis
que perseguido lloráis. 1440
PEDRO: Yo os beso, señora mía,
las manos por merced tal;
pero sirvo al mariscal
y, pues de mí se confía,
no he de hacerle traición; 1445
que nunca con ellas medro.
DUQUESA: Pues, acabemos, don Pedro,
a Carlos tengo afición
y celos de que Vitoria
con tanto afición le quiera, 1450
si más avisado fuera
o en todos menos notoria
la falta de discreción
que Nápoles vitupera,
su gentileza pudiera 1455
desbaratar mi opinión.
No me inclinaba hasta aquí
a casamientos penosos
donde en celos rigurosos
muestras de mi suerte vi, 1460
llorando la ajena escasa;
que príncipes divertidos,
solamente son maridos
titulares de su casa.
En Vitoria pretendía 1465
gozar nuestra sucesión
y entrándome en religión,
excusar la tiranía
de un hombre, que con injustos
agravios, paga desvelos 1470
en abundancia de celos
y en escaseces de gustos.
Vi a Vitoria tan perdida,
tan amante, tan pagada
de discreción alquilada, 1475
a que es propia persuadida,
que sus propósitos vanos
mi envidia desbarató;
mas ¿ qué mucho, si nació
la envidia de dos hermanos ? 1480
A Carlos quiero en efeto
por ser de mi hermana amado,
y un medio tengo estudiado
con que le hagamos discreto;
mas para esto he de valerme 1485
de vos.
PEDRO:    Eso es gran favor.
DUQUESA: La discreción y el amor
que está seguro, se duerme
y descuida sus recelos
hasta que penas recibe. 1490
No hay cosa que más avive
el ingenio, que los celos.
PEDRO: Antes tienen opinión
de necios.
DUQUESA:    En los maridos;
que en amantes entendidos 1495
su esfera es la discreción.
¿ No os holgaréis vos de ver
discreto a Carlos ?
PEDRO:    ¿ Quién duda ?
DUQUESA: Pues veréis como se muda,
si fingís, don Pedro, ser 1500
su competidor.
PEDRO:    Con tal
que de sujeto mejore,
a vos discreto os adore.
Antes al gran mariscal
le sirvo ansí que le agravio, 1505
y yo en esperanzas medro.
DUQUESA: ¿ Cómo es eso ? No, don Pedro,
que si no sacamos sabio
a Carlos, no ha de perderle
Vitoria; y si vos la amáis 1510
antes que efetos veáis
de esta cura, es ofenderle,
y compitiendo los dos,
fuera experiencia crüel,
que se quedase necio él, 1515
y os perdiésemos a vos.
Y habéis de hablarla con tiento.
PEDRO: Pues, señora, esto de amar,
¿ es acaso recetar
por adarmes ?
DUQUESA:    Esto intento, 1520
o dejarlo.
PEDRO:    Vuexcelencia,
porque mi pena aliviase,
me aconsejó que olvidase
mi dama, con la asistencia
de su hermana; y si al presente 1525
me pone tasa en hablar,
¿ de qué suerte he de olvidar
mis desdichas ?
DUQUESA:    Fácilmente.
Cuando os obligare Amor
a apetecer a Vitoria, 1530
haced entonces memoria
de vuestra dama Leonor.
Y si aquesta predomina,
de Vitoria os acordad;
será con facilidad 1535
una de otra, medicina.
PEDRO: Alto, señora; yo intento
regirme en todo por vos.
DUQUESA: Si compiten estas dos,
divertido el pensamiento, 1540
no os afligirá ninguna;
y yo, si por vuestro medio
tiene el mariscal remedio,
estimaré mi fortuna.
Pero advertid que me deis 1545
los papeles que le escriba
mi hermana, porque reciba
los que en su nombre llevéis;
que han de ser míos.
PEDRO:    ¡ Ah ! Sí.
DUQUESA: Pero advertid que a los dos, 1550
digo, al mariscal y a vos,
según el orden que os di,
tiene de ir cada papel
que escribiere, dedicado.
PEDRO: ¿ A mí y todo ?
DUQUESA:    Disfrazado, 1555
y a lo claro para él.
PEDRO: Pues ¿ de qué suerte podré
saber lo que es para mí ?
DUQUESA: Buscad, don Pedro, que ansí
vuestro ingenio probaré. 1560
Y en esto del divertiros,
sea como se ha ordenado:
ni Vitoria os dé cuidado
ni doña Leonor suspiros;
sino de suerte apartad, 1565
que ande dudosa en las dos
vuestra voluntad, y... adiós.
PEDRO: ¡ No os vais, señora, aguardad !
DUQUESA: ¡ Qué queréis ?
PEDRO:    Y si la llama
que entre los dos recetáis 1570
crece, ¿ podré, si gustáis,
divertirme en otra dama ?
DUQUESA: ¿ Por qué no ? Poco eso os cuesta,
que quien ésta os permite
no es bien que esotra os limite. 1575
PEDRO: ¿ Y si fuérades vos ésta,
ya que sabia me curáis
decid también ¿ por qué no ?
DUQUESA: ¿ Pues puedo quitaros yo
que no améis a quien queráis ? 1580
PEDRO: En fin, ¿ bien podré serviros,
según vuestra cura ordena ?
DUQUESA: No me moriré de pena...
PEDRO: Dadme...
DUQUESA: ...esto por divertiros. 1585
PEDRO: ...esa mano.
DUQUESA:    Esa está a censo
de Carlos. PEDRO    Ya sois crúel.
DUQUESA: Mas besadla en nombre de él.
PEDRO: ¿ Y en mío no ?
DUQUESA:    Ni por pienso.

Vase la DUQUESA

PEDRO: Ahora sí que salís, 1590
recelos, de confusión.
Dichosa es esta ocasián,
voluntad, si os divertís.
La duquesa por rodeos
muestra que la doy cuidado; 1595
doña Leonor se ha casado;
olvidémosla, deseos.
A Vitoria me permite
hablar porque la vergüenza
pretende que el amor venza; 1600
mas cuando la solicite,
y ame a Carlos la duquesa,
¿ qué perderé yo en querer
la mas hermosa mujer
que el niño Amor interesa ? 1605
Acabemos pues, Amor,
y acabad, mis inquietudes,
y olvidad ingratitudes
de mi patria y de Leonor.

Sale ROMERO

ROMERO: (¡ Válgate Dios por secreto ! Aparte 1610
¡ Qué malos ratos me has dado !)
PEDRO: ¿ Qué hay, Romero ?
ROMERO:    Estoy preñado.
PEDRO: Loco dirás.
ROMERO:    Y en aprieto
notable. ¿ No habrá comadres
que secretos partiricen 1615
porque no me martiricen
hijos que no tienen padres ?
¡ Jesús ! ¡ Qué revolución
de tripas !
PEDRO:    Anda, borracho.
ROMERO: Quiere salir el muchacho, 1620
y no le deja un doblón.
Ya yo podré dar remedio
mejor que el dotor Laguna
para no abortar ninguna.
Récipe de medio a medio 1625
de lo hablado cada día
un doblón, que si le pruebas,
aunque agua de esparto bebas,
no malparirás la cría.
PEDRO: ¿ Qué archivo de necedades 1630
estudias que siempre vienes
con temas nuevos ?
ROMERO:    No tienes
parte en mis enfermedades,
pues son de melancolías.
Mala condición, y humor: 1635
tanto que dijo un dotor
hoy que eran hipocondrías.
¡ Cuánto ha que no me has hablado !
PEDRO: Tal, Romero, me han traído
desvelos que he padecido, 1640
misterios que no he alcanzado.
La duquesa Margarita
sabe, y no sé yo de quién,
mi sangre y nombre, también
qué dama el sueño me quita, 1645
las traiciones de don Vela,
y mudanzas de Leonor.
ROMERO: ¡ Válgame Dios !
PEDRO:    O es Amor,
o misteriosa cautela
que por ilícitos medios 1650
mis secretos le dibuja.
ROMERO: Sí, traza tiene de bruja;
ella nos dará remedios
con que volemos los dos
a Burgos en un instante. 1655
PEDRO: ¿ Para qué, si con su amante
se casa Leonor ?
ROMERO:    ¡ Por Dios !
PEDRO: Ella me lo ha dicho aquí,
hasta llegarme a pintar
de la mudable el lunar 1660
del rostro.
ROMERO:    Ese yo le vi.
PEDRO: Tiéneme esto tan confuso
que me ha de quitar el seso.
¿ Quién de todo mi suceso
a darle cuenta se puso 1665
tan de espacio ?
ROMERO:    Una redoma
con dos diablos encerrados;
que hay demonios redomados
en la judería de Roma.
PEDRO: Diera por saber el cómo 1670
cualquier cosa.
ROMERO:    Yo también
por sacar a luz con bien
treinta quintales de plomo.
Mas fácil saberlo fuera,
a no haber espaldas y ancas 1675
y palos si menos blancas
un doblón, señor, tuviera.
(¡ Vive Cristo, que reviento Aparte
por desbucharlo.)

Sale la DUQUESA

DUQUESA:    El papel
es éste, mirad en él 1680
lo que os toca, y el intento
proseguid que os he ordenado.

La DUQUES le da a don PEDRO un papel y se va

ROMERO: (A no salir en dos credos, Aparte
secretos, meto los dedos
y quedo desembargado.) 1685

Sale el mariscal CARLOS

CARLOS: Don Pedro, después acá
que os comunico y estimo,
y con la lición me animo
que vuestra amistad me da
soy otro. ¡ Válgame Dios ! 1690
¡ Qué poco a mis padres debo !
Vos me disteis ser de nuevo,
y así mi padre, sois vos.
¿ Sabéis en que echo de ver
que no soy ya lo que he sido ? 1695
En que siendo presumido
primero, debí de ser
grande necio, porque son
de una misma calidad
presunción y necedad; 1700
mas ya que sin presunción
estoy por vos, me prometo,
con milagrosa mudanza,
hallar la dicha que alcanza
la amistad con el secreto. 1705
PEDRO: Dad esas gracias, señor,
a vuestra dama, y no a mí,
pues cuando servirla os vi,
en la escuela de su amor
hice venturoso aprecio 1710
del bien que habéis conseguido.
Vos, señor, nunca habéis sido
lo que decís, porque el necio
es incurable.
CARLOS:    Es ansí.
Mas ¿ qué es lo que he sido yo 1715
hasta ahora ?
PEDRO:    Necio no,
poco ejercitado sí;
porque la ocasión divierte
el alma con la experiencia.
CARLOS: Admiro la diferencia 1720
que en mi nuevo ser se advierte.
¡ Grande fuerza tiene Amor !
PEDRO: Mayor la tienen los celos,
pues engendran sus desvelos
un ingenio superior. 1725
CARLOS: ¿ Habláis, don Pedro, de veras ?
PEDRO: Tanto, que si no se esmalta
con ellos amor, le falta
lo mas perfeto. Quimeras
son de un tormento gustoso. 1730
En efeto, son la sal
de todo amor; sin la cuai
el más fino no es sabroso.
CARLOS: Pues ¿ dónde podré yo hallar
tan nueva mercaduría ? 1735
PEDRO: El mismo amor que la cría.
De balde la suele dar.
CARLOS: Pues cueste lo que costare,
yo deseo estar celoso.
ROMERO: (El deseo es provechoso, Aparte 1740
y más cuando se casare.)
PEDRO: Ahora bien, quede esto ansi;
que yo os daré tantos celos,
que vuestro amor crezca a vuelos
y quedáis sabio por mí. 1745
Esta es, señor, vuestra dama
con vuestros competidores.
CARLOS: Celos, si aumentáis amores,
feliz quien suyos os llama.

Salen VITORIA, hablando con PROSPERO y RUGERO, y CRIADOS

VITORIA: Duques, ya sabéis los dos 1750
que tengo el gusto sujeto
a la eleccion de mi hermana;
lo que me estima y la debo
a mi hermana me remito.
PROSPERO: Como os resolvéis en eso, 1755
discreta y bella señora,
yo quedaré satisfecho;
porque sé que la duquesa
no tiene otro pensamiento,
según me ha significado, 1760
sino ayudar mis deseos.
RUGERO: Hame prometido a mí,
si la lengua por rodeos,
claramente por los ojos,
que he de ser esposo vuestro. 1765
Solamente el mariscal,
más por dichoso que cuerdo,
favorecido y alegre
con plumas vuela hasta el cielo
del amor que le mostráis. 1770
VITORIA: No sé yo que tan discreto
es quien mientras no es querido,
a su dama pide celos;
que estos suponen amor.
Pretended, y dejaos de eso; 1775
que los amantes alcanzan
obligando, y no arguyendo.
¡ Oh Carlos ! ¿ Aquí estáis vos ?
CARLOS: En fe de que amor es pleito,
oigo a mis opositores 1780
informar de su derecho,
pero informan de palabra
y éstas se las lleva el viento,
y yo por pluma, en señal
de lo que en ellas os debo; 1785
y ansí vivo más seguro.
VITORIA: Ya, Carlos, habláis discreto;
y si amor turbar os hizo,
debáis ya de querer menos.
CARLOS: Amor es dios estudioso, 1790
que poco a poco creciendo,
en la escuela como niño,
empieza en los rudimentos.
Era entonces ignorante;
mas la industria del maestro 1795
y el deleite de adoraros
le van dando atrevimientos.
VITORIA: (¡ Hay semejante mudanza !) Aparte

PROSPERO y RUGERO hablan aparte

RUGERO: Próspero, ¿ no escucháis esto ?
PROSPERO: ¿ Hay quien repique a milagro ? 1800
Desasnóse nuestro necio.
CARLOS: A mucho obliga un amor,
un amigo sabio y cuerdo,
y una suspensión süave.
Mucho le debo a don Pedro. 1805
VITORIA: Mucho más le debo yo,
pues resulta en mi provecho
la mudanza que en vos hizo.
PEDRO: Los pies mil veces os beso.
CARLOS: Medrando con sus liciones 1810
veréis mi acrecentamiento,
y mas si como se afirma,
se esmalta mi amor con celos.
VITORIA: ¿ Celos sabéis pedir ya ?
CARLOS: No los pido; mas deseo 1815
comprarlos, porque me afirma
mi secretario, que en ellos
consiste la discreción.
PROSPERO: (Volvió la piedra a su centro. Aparte
Todo discreto estudiado, 1820
a la postre acaba en necio.)
VITORIA: ¿ Pues son ya mercadería
los celos ?
CARLOS:    Si tienen precio,
sí, señora; porque todo
se vende ya en nuestros tiempos. 1825
VITORIA: ¿ Y dónde pensáis hallarlos ?
CARLOS: Hámelos de dar don Pedro,
que así me lo ha prometido.
VITORIA: A tener conocimiento,
Carlos, de lo que compráis, 1830
no hiciérades tal empleo
porque celos, ni aun de balde.
CARLOS: Como en amar no estoy diestro,
pasar quisiera a mayores
y estar celoso; que tengo 1835
para mí que es facultad
que sutiliza el ingenio.
VITORIA: En fin , ¿ celos queréis ?
CARLOS:    Sí.
VITORIA: ¿ Y os los ha de dar don Pedro ?
CARLOS: Sí, gran señora.
VITORIA:    ¿ Y conmigo ? 1840
CARLOS: Con vos.
VITORIA:    ¿ Y si yo no quiero ?
PEDRO: A quererlo vos, no fueran
celos.
VITORIA: ¿ No ? ¿ Pues qué ?
PEDRO:    Escarmiento.
ROMERO: (Di fruta de Medellín, Aparte 1845
si pretendes dar con ellos.)
VITORIA: Ahora, Carlos, sed celoso,
pues lo deseáis. Veremos
si del modo que os lo afirman,
os halláis sabio, por serlo. 1850
(¡ Don Pedro celos conmigo Aparte
al gran Mariscal ! ¿ Qué es esto
alma, en que entender lleváis.

Vase VITORIA

RUGERO: Corrido voy.
PROSPERO:    Yo voy muerto.
RUGERO: ¡ Que nos menosprecie ansí 1855
Vitoria por este necio !
PROSPERO: Es dichoso, ella mujer,
yo infelice, y vos discreto.

Vanse los dos

CARLOS: Secretario, id a buscarme
lo prometido, y sea luego. 1860


ACTO TERCERO


Sale VITORIA

VITORIA: ¡ Que conmigo le ha de dar
don Pedro celos a Carlos !
Pues ¿ de qué suerte ha de darlos,
si yo no le doy lugar ?
Oblígame a sospechar 1865
esta dudosa quimera
que en mi amor don Pedro espera
hacer esta duda clara
y no sé si me pesara
que don Pedro me quisiera. 1870
Cuando me da algún papel,
en sus ojos habladores
miro que me dice amores
más apacible que fiel.
Admití a Carlos por él; 1875
que puesto que sangre real
le hizo gran Mariscal
de Nápoles, si le quiero
más es por el mensajero
que no por el principal. 1880

Sale ROMERO

ROMERO: (¿ Quién quiere apararme allá Aparte
Mil secretos, que le arrojo ?)
VITORIA: (Este le sirve.) Aparte
ROMERO:    (¡ Qué enojo !) Aparte
VITORIA: Vení acá; llegaos acá.
¿ Servís vos al secretario 1885
de Carlos ?
ROMERO:    Sí, mi señora
y soylo yo suyo agora
sirviendo el vientre de armario.
(¡ Maldiga Dios tantas blancas Aparte
como dieron a un doblón !) 1890
VITORIA: ¿ Tiene don Pedro afción
aquí, o en España ?
ROMERO:    (¡ Trancas ! Aparte
¡ Que me fuerzan a decir
lo que escondo ! Haced la cuenta
de los palos. ¡ Mil sesenta ! 1895
Lengua, callar y sufrir.)
VITORIA: ¿ No respondéis ?
ROMERO:    No me atrevo
porque siendo respondón
pierdo, señora, un dobló
y más de mil palos llevo. 1900
VITORIA: ¿ Palos por lo que os pregunto ?
ROMERO: No, pero en esto de hablar
en dándome en deslizar,
soy como calza de punto.
Hele hecho pleito homenaje 1905
de callar a mi señor.
VITORIA: Señal de que tiene amor
aquí.
ROMERO: Vaya esto de encaje,
sin preguntarme otra cosa. 1910
En Burgos donde nació,
a doña Leonor sirvió
de Castro, rica y hermosa.
Dejóle por un privado
del rey, que siendo su amigo, 1915
le fue traidor, y en castigo
de su traición, oleado
de un espetón le dejó.
vio a Nápoles, donde ha sido
la pobreza que ha tenido 1920
tanta, que a servir entró
a Carlos de secretario.
Y con aquesto, chitón,
que me la jura un doblón
y habrá palo temerario. 1925
VITORIA: Debe de ser principal
el don Pedro que decís,
pues de esa suerte sentís
que sirva al gran mariscal.
ROMERO: Ya se le suelta otro punto 1930
a la cala del secreto.
Es del rey don Pedro nieto,
y en desdichas su trasunto.
Persíguele el rey don Juan,
porque recela el derecho 1935
que tiene al reino y sospecho
que si sus contrarios dan
con él, que acabe la historia
que su padre comenzó
cuando sin culpa murió 1940
en el alcázar de Soria.
VITORIA: Ya yo sé el suceso todo
de ese infante desdichado;
que acá su fama ha llegado,
y en la sustancia y el modo 1945
lo afirma su decendiente.
¿ Mas dura de la Leonor
la esperanza y el temor
que tanto su ausencia siente ?
ROMERO: Señora, tecla me toca 1950
vuexcelencia, que me hurga
el alma, y toda la purga
se me ha venido a la boca.
"Adiós ojo," dijo el otro
secreto, sin reparar, 1955
vas matas y por rozar;
mas vale aquí que en el potro.
Doña Leonor se casó
con el herido don Vela.
Vuestra hermana se desvela 1960
por su amor. Contéla yo
toda su historia y suceso
y cierro pliego la di
de doña Leonor, que aquí
tiene de ser mi proceso. 1965
Además, ciego por él,
contéla que el mariscal
no era el autor principal
de tanto sutil papel.
Esto puede tanto en ella, 1970
que de mi amo enamorada...
VITORIA: Oid, oid.
ROMERO:    ...y abrasada
de celos de Leonor bella...
VITORIA: Escuchad.
ROMERO:    Me preguntó
su linaje y sus amores... 1975
VITORIA: Parad.
ROMERO: ...del rey los rigores,
cómo, por qué, cuándo huyó,
sus desdenes, sus regalos,
si la amaba, si escribía... 1980
Dame un doblá cada día
y si no callo, mil palos...
VITORIA: Detente , hombre.
ROMERO:    ...mas, por Dios,
que aunque más el seso pierda,
que de Vitoria se acuerda 1985
don Pedro.
VITORIA:    ¿ De quién ?
ROMERO:    De vos
porque anoche soy testigo
que don Pedro de Castilla
dijo, "¡ Ay bella Vitorilla !
quién se casara contigo !" 1990
VITORIA: ¿ Estás loco ?
ROMERO:    Yo sutil,
dije, "Cuando a hablarla vas,
díselo una vez no más;
diráselo el diablo mil."
Pues él viene, averigualdo; 1995
que ya yo, señora mía,
purgué cuanto yo sabía,
y voy a tomar el caldo.

Vase ROMERO

VITORIA: Este, entre burlas y veras,
me ha dicho lo que temí. 2000
Con mis recelos salí.
No son mis celos quimeras.
No fue a la promesa ingrato.
¡ Miren en qué el casto intento
paró ! ¡ El aborrecimiento 2005
de la grandeza, el recato !
¡ El publicar que hacía
de su estado sucesora !
Pues en vano se enamora,
que don Pedro es prenda mía. 2010
Y si ella por más edad,
a Amalfi hereda, yo heredo,
si en don Pedro alegar puedo,
amorosa antigüedad.

Sale don PEDRO, creyéndose solo

PEDRO: Al gran mariscal y a mí 2015
dijo que se dedicaba
el papel que me enviaba
y después que le leí
mandándome responder,
n hallo cosa que me toque 2020
y que al amor no provoque
de Carlos. Esta mujer,
que tantas cosas penetra
me ha de sacar de sentido.
Desde ayer acá he leído 2025
el papel letra por letra
mil veces, y vive Dios,
que cuanto más y más leo,
dudo más, y menos veo
de mi parte.
VITORIA:    ¿ Aquí estáis vos, 2030
don Pedro ?
PEDRO:    Hermosa señora,
en idea trasformado,
por estar en mí elevado,
no sé si estoy en mí agora.
VITORIA: En fin ¿ habéis de dar celos 2035
conmigo al gran mariscal ?
PEDRO: Pídelos él, soy leal;
si no los doy, opondrélos,
cumpliendo la obligación
en que me pone el deseo 2040
de verle discreto.
VITORIA:    Creo
que estos vuestros celos son
celos, don Pedro, a dos haces.
PEDRO: ¿ Cómo ?
VITORIA: Porque hacen por dos, 2045
obedeciéndole vos,
por él guerra, por vos paces.
PEDRO: No entiendo a vuesa excelencia.
VITORIA: ¿ Podéisle vos celos dar
si no me fingís amar, 2050
hablándome en su presencia ?
PEDRO: No, señora.
VITORIA:    ¿ Luego ya
sois mi amante aunque fingido.
PEDRO: No sé lo que soy o he sido.
VITORIA: Eso el tiempo lo dirá. 2055
Pero si delante de él
me estáis diciendo agudezas
y proponiendo finezas
de secreto firme y fiel;
mientras Carlos esté loco 2060
sospechas averiguando,
riendo yo y vos burlando,
¿ seré yo para tan poco,
que mientras digáis quimeras
que de burlas propongáis, 2065
no os obligue a que volváis
enamorado de veras ?
¿ No podréis obedecer,
pues entráis tan sin temor
por los umbrales de amor ? 2070
PEDRO: ¡ Ojalá que merecer
pudiera tal mi ventura,
dejando aparte el respeto
que a Carlos debo y prometo !
Esto es lo que se procura; 2075
pero, señora, ¡ qué fuera
que de burla semejante
saliese yo vuestro amante !
Nunca otro mal me viniera.
VITORIA: Pero si habéis de empezar 2080
a dar a Carlos recelos,
aquí viene a feriar celos;
y os juro que ha de llevar
tantos de mí, que corrido
de habernos dado ocasión, 2085
maldiga la discreción
que entre los dos le ha metido.

Salen CARLOS, que se queda al paño, y la DUQUESA, que sale poco después se queda también retirada

CARLOS: Rato ha que le dejé aquí.
¿ Si habrá los celos hallado
que me traen tan desvelado 2090
por el papel que le dí ?
DUQUESA: Sabrá don Pedro el amor
que cara a cara no osé
decirle, y remediaré
si le adivina el temor 2095
que traigo, de que a mi hermana
ama, cual le permití.
Mas los dos están aquí.
Toda sospecha es villana,
y villano es el afeto 2100
que ha engendrado en mí el mirarlo.

Hablan aparte VITORIA y don PEDRO

VITORIA: Atento nos mira Carlos.
Proseguid, pues sois discreto.
PEDRO: Empiezo, pues.

Alto

   Ya sabéis
quién soy, y cuan bien nacido 2105
me hizo el cielo.
VITORIA:    Ya yo sé
que vuestro padre fue hijo
de don Pedro el Justiciero,
a quien con falso apellido
llaman crüel las historias 2110
que imprimen sus enemigos.
Sé que una dama inconstante,
aunque os amó a los principios,
llevada del interés
de un galán favorecido 2115
de vuestro rey, eclipsó
las memorias en olvido
como su amante en vil trato
correspondencias de amigo.
Y le hirió vuestra venganza 2120
mortalmente, y del castigo
del severo rey huyendo
fue Nápoles vuestro asilo.
Destierro y necesidad
os han de suerte abatido 2125
que servís a quien pudiera
mejor, don Pedro, serviros.
Mirad si sé vuestra historia
DUQUESA: (El criado fementido Aparte
le ha dado cuenta de todo.) 2130
Lo que confuso me dijo,
la relató por extenso.
CARLOS: (Yo estoy en buen laberinto.) Aparte
VITORIA: Decid, don Pedro, adelante.
Proseguid la historia.
PEDRO:    Digo 2135
que, pues todo lo sabéis
y habéis de mí conocido
cuando os traigo los papeles
de Carlos ponderativos,
en los ojos...
VITORIA:    Ya, ya sé 2140
que os debo algunos suspiros
y que os sirve mi memoria
de medios preservativos
contra rigores y ausencias
que cohechan el olvido 2145
de doña Leonor de Castro.
CARLOS: (Malos son estos indicios.) Aparte
VITORIA: Sé también que los papeles
que tanto alabo y estimo,
teniéndoos a vos por padre, 2150
me venden otro adoptivo.
CARLOS: (Peor es esto.) Aparte
VITORIA:    Y creed,
don Pedro, que los estimo
sólo porque se os parecen,
como a sus padres los hijos. 2155
Autorízase con ellos
quien muestra que simple ha sido
en creer que ha de engañarnos,
discreto por artificio,
necio por naturaleza. 2160
CARLOS: (Vive Dios, que estoy corrido. Aparte
¿ Hay deslealtad semejante ?
¿ Qué es esto, cielos ? ¿ Qué hechizos
se me han entrado en el alma
que me hielan encendidos ? 2165
Matarélo, vive el cielo,
si villano y fementido
rompe don Pedro la fe
de secretario y amigo.
PEDRO: A la merced que me hacéis 2170
estoy tan agradecido,
cuanto imposibilitado
de volver retornos dignos.
Pero creed que a no estar
de por medio bien nacidos 2175
rspetos y obligaciones
de la persona a quien sirvo
que hubiera dicho la lengua
lo que los ojos han dicho,
explicando por palabras 2180
lo que publican suspiros.
Mártir de mis pensamientos
en esta ocasión he sido;
que por estarle tan bien
a Carlos ahora explico. 2185
¿ Tiénele amor vuexcelencia ?
DUQUESA: (La comisión ha excedido Aparte
el ingrato, que le he dado.
O no ha el papel entendido,
o lo que es más cierto, está 2190
enamorado y perdido
de mi hermana.
CARLOS:    (Yo me abraso Aparte
de no sé qué. Yo me aflijo
de un mal cuyo nombre ignoro.
Culebras y basiliscos 2195
el alma me están royendo.
Yo adoro, al paso que envidio.)
VITORIA: ¿ La duquesa tiene amor
a Carlos ?
PEDRO:    Hame pedido
que celos con vos le dé, 2200
porque afirma que el oficio
de estos es sutilizar
los ingenios abatidos,
porque necios y celosos
son dos extremos distintos. 2205
CARLOS: (Si celos hacen discretos, Aparte
celos deben ser los míos
que mi entendimiento apuran
y atormentan mis sentidos.)
PEDRO: No repara más que en esto, 2210
que quisiera, y no me admiro
verle al paso que galán,
cortesano y advertido.
VITORIA: ¿ Luego vos, no enamorado,
sino solo comedido, 2215
por obedecer mi hermana
de mi amante dais indicios ?
PEDRO: Por lo uno y por lo otro;
siento lo mismo que finjo,
mándanme lo que deseo, 2220
y a un tiempo a dos blancos tiro.
VITORIA: ¿ Cómo estaré yo segura
que no mentís ?
PEDRO:    Persuadiros
puedo yo lo que os adoro.
VITORIA: ¿ Y la Leonor ?
PEDRO:    Ya la olvido. 2225
VITORIA: ¿ Y mi hermana ?
PEDRO:    Ya es de Carlos.
VITORIA: ¿ Y Carlos ?
PEDRO:    Ya es su marido.
VITORIA: ¿ Y vos ?
PEDRO:    Soy esclavo vuestro.
VITORIA: ¿ Y yo ?
PEDRO:    Sois el dueño mío.

Vase VITORIA. Quédase la DUQUESA al paño y CARLOS se dirige a don PEDRO

CARLOS: Si no tuviera respeto 2230
a la casa donde estoy,
villano, viérades hoy
de mi venganza el efeto.
¿ Para qué me hacéis discreto
si multiplican agravios 2235
mis injurias en los labios
para que más me atormenten;
aunque no de un modo sienten
los ignorantes y sabios ?
Vos infamáis el valor 2240
que el rey don Pedro os ha dado,
competidor, de criado,
de secretario, traidor.
Al derecho de mi amor
mal oponerse podrán 2245
papeles que vuestros dan
puerta a amorosos delitos.
Mi causa hicieron escritos,
y en mi nombre vencerán.
Cuando el capitan venció, 2250
del señor se hace memoria;
Al rey se da la vitoria
pero a los vasallos no.
La vitoria que hoy os dio
vuestra industria y mi porfía, 2255
dcslealtad y alevosía
será usurparla a mi amor;
que pues soy vuestro señor,
ha de ser Vitoria mía.
Pero goce nuevo empeño 2260
de su amoroso cuidado,
pues a quien fue mi criado
pretende elegir por dueño;
que favorecida en sueño
os juzgará inadvertida 2265
cuando mi venganza impida
el logro que no tendréis.

Sale la DUQUESA

DUQUESA: Y cuando vos no os venguéis,
le quitaré yo la vida.
Que no ha de llamar esposo 2270
mi hermana a un hombre sin ley,
fugitivo de su rey,
y a su señor alevoso.
Cuando yo a Carlos amara,
que es verdad que he deseado 2275
verle por vos en estado
que mi sangre y casa honrara,
¿ tenéis vos merecimientos
para poder pretender ?
Que en vos sólo alcanzo a ver 2280
pobreza y atrevimientos.
Sois un loco, un desleal,
unn bárbaro, un ignorante,
un presumido arrogante,
indigno que el mariscal 2285
os confiase su pecho...
CARLOS: Sois un secretario infiel,
discreto solo en papel,
de vos mismo satisfecho,
un amigo que rompió 2290
las leyes, sin hacer caso,
de la amistad.
DUQUESA:    Carlos, paso,
que basta reñirle yo.
CARLOS: ¡ Quien de los límites pasa
de la amistad y prudencia ! 2295
DUQUESA: Yo sola tengo licencia
de reñir en esta casa.
CARLOS: Si vos amparo le dais...
DUQUESA: Yo no le doy a un villano;
más no quiero que a la mano, 2300
cuando me enojo me vais.
CARLOS: Vuexceiencia me perdone;
satisfacción me dará.

A don PEDRO

Pues de vos me vengará
quien castigaros propone. 2305

A don PEDRO

DUQUESA: Yo haré que llevándoos preso
a Castilla, en un cadalso
a mí me venguéis por falso,
y a vuestro rey por travieso.
CARLOS: Yo le llevaré, si ansí 2310
vos, señora, lo ordenáis.
DUQUESA: ¡ Oh, Carlos ! ¡ Qué extraño estáis !
Dejadnos solos aquí.
CARLOS: Pues siendo yo el injuriado,
que quiera vengarme ¿ es mucho ? 2315
PEDRO: Ya las injurias que escucho,
mi paciencia han apurado.
Carlos, porque os he servido,
respeto os debo tener;
privilegios de mujer 2320
señora, he reconocido
aunque también dais indicios
de ingratos, pues si los sabios
vuelven gracias por agravios,
dais agravios por servicios. 2325
Yo no he sido desleal;
sino tan leal a los dos,

A la DUQUESA

que obedeciéndoos a vos,
he servido al Mariscal.
CARLOS: ¡ Servirme a mi es pretender 2330
que mi dama vuestra sea !
DUQUESA: ¡ Servirme a mí quien desea
a mi hermana por mujer !

A la DUQUESA

PEDRO: Pues vos ¿ no me aconsejasteis
que a Vitoria pretendiese ? 2335

Al mariscal CARLOS

Y vos que celos os diese,
¿ no me mandasteis ?
¿ Para qué os quejáis de mí,
si de esto tenéis memoria ?
Divertíme con Vitoria, 2340
y celos a Carlos di.
CARLOS: ¿ Celos son éstos ?
PEDRO:    Son llave
de Amor, con que medra y crece.
CARLOS: ¡ Oh celos ! Esto merece
quien compra lo que no sabe. 2345
Dijistes tanto bien de ellos,
que por vos los procuré.
Tan crüeles los hallé
que me atormentáis con ellos.
¡ No más celos en mi vida, 2350
no más, rabiosa pasión,
tan costosa guarnición !
DUQUESA: Carlos, yo estoy ofendida,
y vos en el mismo estado
con mi hermana que hasta aquí 2355
que os he querido finjí;
mas ya sabéis que he dejado,
por lo que a mi hermana quiero,
en ella la sucesión
de mi casa. En conclusión, 2360
casaros con ella quiero.
Proseguid con vuestro amor,
y quedad escarmentado
de serviros de criado
que sabe más que el señor; 2365
que del presente que vemos,
pues nos ha engañado ansí,
desterrándole de aquí,
vos y yo nos vengarémos.
CARLOS: Por vos, bella Margarita, 2370
se sosiega mi esperanza,
puees vuestro favor alcanza
lo que un ingrato me quita.
¡ No más celos, ni aun en sueños !
¡ Que tales penas ofrecen ! 2375
Pero siempre se parecen
las dádivas a sus dueños.

Vase CARLOS

DUQUESA: Solos habemos quedado.
PEDRO: Solos, pero yo ofendido.
DUQUESA: Amante favoreeido, 2380
si de ausentes olvidado.
¡ Buena ganancia habéis hecho !
Ya os quiere mi hermana bien.
PEDRO: Si vos me mostrais desdén,
señora, ¿ de qué provecho 2385
ha sido el ejecutar
los remedios que dijistes ?
DUQUESA: Quíseos yo, si lo entendistes,
divertir, no enamorar.
Mas quien exceder procura 2390
remedios que el sabio da,
de qué modo sanará
echando a perder la cura ?
PEDRO: Pues, señora, ¡ aquí de Dios !
Si a Carlos decís que amáis, 2395
si que le hable me mandáis,
si siendo tan cuerda vos,
queréis curar mis desvelos
con invención semejante,
y empezando a ser amante, 2400
os dais a vos misma celos,
¿ puedo yo saber secretos
que palabras contradicen ?
DUQUESA: ¡ Qué necios son los que dicen
que sabáis hacer discretos ! 2405
¿ Habéis leido el papel
escrito a Carlos y a vos ?
PEDRO: Iba dedicado a dos;
mas no hallo palabra en él
que no haga a Carlos favor, 2410
sin hacer mención de mí.
DUQUESA: ¿ Leistesle bien ?
PEDRO:    Leí
hasta la tilde menor,
y por Dios que es caso recio
que ansí me desatinéis. 2415
DUQUESA: Basta, que desde que hacéis
discretos, pecáis de necio.
¿ Traeisle ahí ?
PEDRO:    Sí , señora.
DUQUESA: Leedle.
PEDRO:    Ya le leí,
y no hay cosa para mí. 2420
DUQUESA: Leedle, acabad ahora.
PEDRO: Ansí dice.
DUQUESA:    Comenzad.
Túveos yo por avisado
y Carlos os ha pegado,
don Pedro la enfermedad. 2425

Lee

PEDRO: Mariscal, si sois cuerdo, en esta empresa,
amando, mucho vuestra dicha gana.
Estimad los favores de mi hermana,
pues que no dan disgusto a la duquesa.
Proseguid, y pues veis lo que interesa 2430
con ella vuestro amor, la pena vana
que tenéis, olvidad de la tirana
voluntad, que vuestra alma tiene presa.
Mirad que si os preciáis de agradecido
eterna fama y triunfo de esta gloria 2435
gozoso ganaréis contra el olvido.
Acordaos, y a vuestra alma haced memoria
que siempre, de que sois de mí querido
me acuerdo, mucho más que de Vitoria.
En todo aqueste soneto 2440
que a Carlos, señora, di,
¿ hácese mención de mí ?
DUQUESA: ¡ En verdad que sois discreto !
Todo casi es para vos.
PEDRO: ¿ Para mí ? Si al mariscal 2445
nombráis, si en él liberal
le favorecéis...Por Dios,
señora, que pretendéis
enloquecerme.
DUQUESA:    Pretendo
que entendáis que yo os entiendo. 2450
Como a mi hermana queréis,
ponéis tan poco cuidado
en averiguar curioso
ese papel misterioso
que no habéis en él hallado 2455
lo que discreto penetra
y el natural debe al arte.
Leedle parte por parte,
miradle letra por letra
y hallaréis, al advertillas, 2460
un papel que encierra dos.
Buscad ahí para vos
un soneto en redondillas.
PEDRO: ¿ En redondillas soneto ?
DUQUESA: Cada día hay cosas nuevas 2465
y el ingenio todo es pruebas.
Buscadle, si sois discreto.
PEDRO: Un soneto italiano
tiene sálo este papel.
DUQUESA: ¿ Pues no puede dentro de él 2470
venir otro castellano ?
PEDRO: No sé cómo.
DUQUESA:    Dadle acá.
Limitado entendimiento
es el vuestro. Estadme atento.
PEDRO: Atenta y confusa está 2475
el alma.
DUQUESA:    Llegaos aquí.

Lee los primeros endecasílabos del soneto

Leyéndole de este modo,
no habla el soneto todo
con Carlos ?
PEDRO:    Señora, sí.
DUQUESA: Pues mirad si es para dos 2480
aunque en sentidos diversos.
Lo postrero de los versos
es, don Pedro, para vos.

Lee

Si sois cuerdo, en esta empres,
mucho vuestra dicha gana. 2485
Los favores de mi hermana
dan disgusto a la duquesa.
Y pues veis lo que interesa
vuestro amor, la pena vana
olvidad de la tirana 2490
que vuestra alma tiene presa.
Si os preciáis de agradecido,
fama y triunfo de esta gloría
ganaréis contra el olvido.
A vuestra alma haced memoria 2495
de que sois de mí querido
mucho más que de Vitoria.
PEDRO: ¿ Pues quiere vuesa excelencia
que llegue yo a conocer
solamente con leer 2500
versos en circunferencia,
favores dados a oscuras,
puestos para ostentación
más de vuestra discrecián
que de humanas conjeturas ? 2505
Entre renglones escrito,
¿ quién diera en este secreto ?
DUQUESA: Vos, don Pedro, sois discreto;
mas discreto de poquito.
Sed amante de Vitoria 2510
que con poco se contenta,
y a vuestro destierro atenta,
sabe toda vuestra historia.
Con vos desposarse espera.
El alma y la mano os dio. 2515
Andad, servidla, que yo
me pasaré como quiera.
PEDRO: Eso no, señora mía,
perdóneme su afición;
que tan bella discreción 2520
culpa el perderla sería.
Yo salí con mi deseo.
Con los celos que le he dado,
es ya cuerdo y avisado
Carlos; quejoso le veo. 2525
Que se queje no permita
mi lealtad quien se acuerda
de mi fama, ni yo pierda
mi preciosa Margarita.
Si pretendí inadvertido 2530
menoscabos de mi fe,
a la mano que os besé
perdón amoroso os pido.
Negármela será en vano.
Bien me queréis. ¿ Qué dudáis ? 2535

Le toma una mano y se la besa

DUQUESA: Soltad.
PEDRO:    Si os desenojáis
primero.
DUQUESA:    Soltad la mano.
PEDRO: En ella estriba mi abono.
DUQUESA: Soltalda y si no, me iré.
PEDRO: Si os desenojáis, sí haré. 2540
DUQUESA: Soltadla, que yo os perdono.

Sale VITORIA

VITORIA: (¡ Mano y perdón ! ¡ Ay tiranos
engaños !

La DUQUESA habla bajo

DUQUESA:    Mi hermana es.
VITORIA: No pecáis de descortés,
si a tantas dais besamanos. 2545
¡ Ay, hermana, en fin, crüel !
No en vano mis quejas fundo.
¿ Pretendos dejar el mundo,
y méteste más en él ?
DUQUESA: ¿ Pues tú a mí me reprehendes, 2550
cuando por cumplir tu amor,
sabiendo que haces favor
a don Pedro, y que pretendes
olvidar al mariscal,
quiero casarle contigo ? 2555
El viendo lo que le obligo,
llegó cortés y leal,
y la mano me besó.
Poca liviandad arguyo,
si ha de ser esposo tuyo. 2560
VITORIA: ¿ Eso es cierto ?
DUQUESA:    No sé yo
si lo será, que has andado
muy necia y muy maliciosa.
VITORIA: ¡ Yo tengo de ser su esposa !
Perdona, si te he enojado. 2565
Luego ¿ eso Don Pedro intenta ?
Si te casas, o me caso,
viviremos las dos...
DUQUESA:    Paso,
que hace, Vitoria, la cuenta
sin la huéspeda tu amor. 2570
VITORIA: ¿ Pues qué huéspeda hay aquí ?
DUQUESA: La huéspeda contra tí
ha sido doña Leonor
que ha un mes que en mi casa ha entrado.
PEDRO: ¿ Qué me dice vuexcelencia ? 2575
DUQUESA: ¿ Pues pudiera yo en su ausencia
haberos sus señas dado,
sin haberla jamás visto ?
PEDRO: Eso es imposible cosa.
DUQUESA: Aquí está, amante y celosa. 2580
PEDRO: (¡ Qué mal mi enojo resisto !) Aparte
VITORIA: ¿ Pues qué importa que aquí esté
Leonor celosa o sin celos,
si le obligaron los cielos
a que la mano me dé 2585
don Pedro ?
DUQUESA:    Bueno sería
ofenderla ansí los dos !

A don PEDRO

¿ Qué respondéis a esto vos ?
PEDRO: ¡ Ay hermosa Leonor mía !
DUQUESA: ¿ Qué es eso ?
PEDRO:    Satisfacer, 2590
contra mi celosa queja,
a quien patria y padre deja
sólo por venirme a ver.
DUQUESA: ¿ Luego la tenéis amor ?
PEDRO: ¿ No he de ser agradecido 2595
a quien de España ha venido... ?
DUQUESA: Pues no ha venido Leonor,
ni merecéis a Vitoria,
ni yo desde ahora os precio,
ni de inconstante y de necio 2600
se borrará la memoria
que eternizáis desde aquí.
¿ Hay condición más liviana ?
¡ Ya perdido por mi hermana,
o ya perdido por mí ! 2605
PEDRO: ¿ Qué es aquesto, confusiones ?

Sale ROMERO

ROMERO: Gracias a Dios que te he hallado.
DUQUESA: Prended ¡ hola ! ese criado.

Salen CRIADOS

ROMERO: ¿ Pues por qué ? ¿ por seis doblones
que he recibido.
DUQUESA:    Sacadle 2610
la lengua, y no por la boca.
ROMERO: ¿ Está vuexcelencia loca ?
Oiga primero.
DUQUESA:    Llevadle.
Sois un deslenguado.
ROMERO:    Es mengua
que de mi sangre he heredado; 2615
pero si soy deslenguado,
claro está que estoy sin lengua.
No me la saquen, señora,
que hablaré por el cogote.
DUQUESA: Llevadle y dadle un garrote. 2620
ROMERO: ¡ Mas nonada ! Acabe ahora.
DUQUESA: Y esté presa en el castillo
ese ingrato castellano.
ROMERO: ¿ No es bueno, que esté yo sano
y muera de garrotillo ? 2625
VITORIA: ¡ Preso don Pedro !
DUQUESA:    Acabad.
PEDRO: ¡ Preso, señora !
DUQUESA:    Llevadle
preso; pero no, dejadle...
¿ Pero qué es esto ? Aguardad.

Salen CARLOS, PROSPERO, y RUGERO

CARLOS: Señora, el rey don Fernando 2630
ha tenido de Castilla
cartas, de que está en Amalfi
don Pedro; y la paz antigua
que con España conserva,
a corresponder le obliga 2635
con el gusto de don Juan
que en Burgos goza la silla.
Para esto me ha mandado
prenderle, y si sois servida,
lo pondré en ejecución. 2640
PEDRO: ¡ Siguiéronme mis desdichas !
Yo vine huyendo de España,
y parece cosa indigna
de la clemencia de un rey
prender a quien de él se fía. 2645
DUQUESA: Pues don Pedro ¿ en qué le ofende ?
CARLOS: Recélase de que aspira
a la sucesion del reino,
y hay en fe de esto quien diga
que le ampara Ingalaterra 2650
para lo cual necesita
que con su prisión se atajen
novedades y mentiras.
Esto es lo que solo intenta
el rey, que tan cuerdo mira 2655
lo que está tan bien a todos.
DUQUESA: Menos, conde, a Margarita.
Si le prendéis, dadme muerte.
CARLOS: Ya yo sé, señora mía,
que méritos de don Pedro 2660
gusto y libertad os quitan.
Ejecutor de mi rey
soy yo; mas reconocida
la amistad que con él tuve,
a aconsejaros me obliga 2665
el remedio de los dos.
DUQUESA: ¿ Y será ?
CARLOS:    Que se redima
la vejación con que os dé
la mano de esposo, y viva
él seguro, y vos contenta, 2670
dando principio a sus dichas;
que yo alcanzaré del rey
la paz que enojado os quita.
DUQUESA: A consejos tan discretos
sólo la admiración diga 2675
alabanzas, siempre cortas,
mientras no son infinitas.
Dadme, don Pedro, la mano.
PEDRO: Vos sois dueño de mi vida.
CARLOS: Y vos, hermosa Vitoria, 2680
cuyo amor al alma mía
ha servido de maestro,
cuyos celos sutilizan
mi cortedad; si admitís
una voluntad sencilla, 2685
dadme la mano, y licencia
que por esposa os admita.
VITORIA: Carlos, yo soy vuestra esposa.
ROMERO: Y yo, quien fue de estas dichas
causa, señora; por ellas, 2690
suspensión de la paliza
y del garrote pretendo.
DUQUESA: Yo os doy desde hoy de por vida
el doblón.
ROMERO:    ¿ Libre de palos ?
DUQUESA: Sí. 2695
ROMERO: Más que una abada vivas.
PROSPERO: Nosotros gracias os damos,
señora, por ver cumplidas
tan bien vuestras esperanzas.
PEDRO: Mientras todos solenizan 2700
celos que discretos son,
Amor, que hace maravillas,
dad ánimo a vuestro Tirso,
para que despacio os sirva.


FIN DE LA COMEDIA