Tirso de Molina
Amazonas en las Indias

Personas que hablan en ella:
  • MENALIPE
  • MARTESIA
  • GONZALO Pizarro
  • Francisco de CARAVAJAL
  • Don DIEGO de Almagro
  • Don GARCIA de Alvarado
  • TRIGUEROS, gracioso
  • Juan VALSA, soldado
  • VACA de Castro
  • ALONSO de Alvarado
  • Doña FRANCISCA Pizarro
  • El Capitán ALMENDRAS
  • HINOJOSA
  • Cuatro SOLDADOS
                                         


JORNADA PRIMERA


Tocan a guerra y salen peleando MENALIPE, MARTESIA y otras Amazonas; la primera con hacha de armas, la otra con un bastón y todas con arcos y aljabas de flechas a las espaldas, y contra ellas españoles bizarros, entre los cuales salen Francisco CARAVAJAL y GONZALO Pizarro; llena éste la rodela de flechas, y retirando a MENALIPE, sin sacar la espada, van peleando entrando y saliendo, hasta que quedan solos don GONZALO y MENALIPE

MENALIPE:      Matadme estas arpías   
   que con presencia humana,   
   el privilegio a nuestra patria quiebran;   
   no pierdan nuestros días   
   la integridad antigua, aunque inhumana,    5
   que ilustran tantos siglos y celebran.   
   No estas arenas pisen   
   plantas lascivas de hombres,   
   que, obscureciendo nuestros castos nombres,   
   cobardes por el mundo nos avisen    10
   que no sabemos abatir coronas.   
   ¡ A ellos, invencibles amazonas !   
MARTESIA:      ¿ Qué importa el animarnos ?   
   ¿ El dar voces, qué importa,   
   si en ellos ni el hacha de armas corta,    15
   ni las flechas victoria pueden darnos ?   
   Pues con poblar esas regiones sumas   
   --temblando el sol de verlas--   
   el ánimo perdernos con perderlas   
   y adornando sus galas,    20
   en vez de darles muerte les dan alas.   
GONZALO:      ¡ Oh, región belicosa !   
   ¡ Oh, sol, que en el ocaso donde mueres,   
   por guarda de tu pira luminosa   
   influyes tal valor en las mujeres !    25
   ¿ Qué prodigio, qué encanto   
   en pechos femeniles puede tanto ?   
   Las fábulas que en Grecia   
   Alejandro--por ser de Homero--precia,   
   a Palas eternizan,    30
   a Tomiris pirámides levantan   
   y a la madre de Nino solemnizan,   
   mienten--por más que sus historias cantan--   
   si con éstas se atreven   
   a competir--por mas valor que prueben--.    35
   ¡ Que en los límites últimos del orbe,   
   armada la hermosura   
   nuestro valor estorbe,   
   y en trance de tan bélica fortuna   
   nos ponga una república, que, sola    40
   sin admitir varones,   
   forma del sexo frágil escuadrones   
   y se atreve a sacar sangre española !   
   Aquí naturaleza   
   el orden ha alterado,    45
   que por el orbe todo ha conservado,   
   pues las hazañas junta a la belleza.   
   ¡ Vive, pues, mi valor el cielo vive,   
   que, aunque a sus manos muera,   
   no he de sacar la espada que apercibe    50
   a la infamia ocasión, si sale fuera   
   y en sangre femenil su temple esmalta;   
   supla el esfuerzo, si el acero falta !   
MENALIPE:      Hombre, ¿ por qué no miras   
   mortales amenazas de mis iras ?    55
   ¿ Por qué si te defiendes,   
   la espada ociosa, mi valor ofendes ?   
   A furia me provoco,   
   o me tienes en poco   
   o ya desesperado    60
   a mis manos morir quieres honrado.   
GONZALO:      Armígera Belona,   
   los que nacieron como yo al respeto   
   que la fama corona   
   obligados, y estiman el conceto    65
   en que el valor los pone,   
   adoran las bellezas;   
   y por más que ocasione   
   el peligro su enojo, las noblezas   
   en defender las damas se ejercitan    70
   y en fe de esto su amparo solicitan.   
   Amarlas y servirlas   
   es sólo mi blasón, pero no herirlas.   
MENALIPE:      ¿ Agora cortesías ?   
   ¡ Qué mal conoces presunciones mías,    75
   si juzgas por favor estos rigores !   
   Aguarda y llenaréte de favores.   

Dale un golpe

GONZALO:      Bizarro aliento, airosa valentía,   
   feliz región que prodigiosa cría   
   en tan remota parte    80
   a Venus tierna, transformada en Marte.   
   La industria, esta vez sola,   
   sin armas ofensivas   
   acredite mi sangre, que, española,   
   refrenando las manos vengativas    85
   sabe, sin ofender tales bellezas,   
   vencer peligros y lograr destrezas.   

Vanse, retirando don GONZALO de MENALIPE, sin sacar    la espada.    Salen CARAVAJAL y MARTESIA, peleando

MARTESIA:      No tengo de matarte aunque pudiera;   
   que si lo apeteciera,   
   aunque su esfuerzo en ti depositara    90
   cuanto vigor, aliento, bizarría,   
   tu heroica sangre cría;   
   aunque Alcides en ti resucitara   
   su espíritu gigante,   
   aquél en cuyos hombros    95
   eternizando asombros   
   pedestal de los cielos con Atlante   
   fió su alivio en ellos,   
   hay mas valor en mí, que en todos ellos.   
CARAVAJAL:      ¿ En qué anales, archivos o memorias    100
   has aprendido historias,   
   si en tan remoto clima   
   --¡ oh, bárbara arrogante, toda enigma !--   
   no hay quien saber presuma   
   los útiles desvelos de la pluma ?    105
   ¿ Cómo hablas el idioma   
   que España, por sus ruinas, ferió a Roma ?   
   ¿ Quién te enseñó el estilo   
   de la elocuente lengua castellana ?   
   Que, puesto que hasta el Nilo    110
   haya llegado y a la zona indiana   
   preceptos elegantes,   
   aquí, no, que hasta agora   
   el mundo todo este girón ignora.   
MARTESIA:      Dudas discreto; pero no te espantes    115
   que tal divinidad mi pecho encierra   
   que oráculo soy, pasmo de esta tierra.   
   Los hombres y los brutos   
   veneran mis preceptos absolutos;   
   los tigres, los leones,    120
   sierpes y basiliscos,   
   habitadores de esos arduos riscos,   
   vendrán--si los convoco--en escuadrones;   
   las islas animadas   
   promontorios de escamas y de espinas,    125
   --ballenas digo--de mi voz forzadas   
   cubrirán esas olas cristalinas,   
   y desde ellas poblando estas arenas   
   alistaré caimanes y ballenas.   
   No están de mis conjuros,    130
   los astros, los planetas, tan seguros,   
   que, si los doy un grito,   
   no truequen por mis plantas su distrito.   
   Escalas pongo al cielo;   
   sobre los vientos vuelo    135
   y a imitación del sol--que al Indio admira-   
   mi agilidad--como él--los orbes gira.   
   ¿ Espantaráte agora,   
   si esto te certifica la experiencia,   
   que quien registra cuanto su luz dora    140
   tenga noticia de cualquiera ciencia,   
   y hablando en todas lenguas, tus vocablos   
   pronuncie ?   
CARAVAJAL:                    Calepino sois de diablos;   
   mejor labráis en hablas que en la aguja.   
   Mas ¿ cómo no sois vieja siendo bruja ?    145
MARTESIA:      Francisco, tu valor...   
CARAVAJAL:                              ¿ También mi nombre ?   
MARTESIA:      Caravajal, tu patria te intitula   
   tu valor, pues me hechiza, no te asombre   
   si vieres que mi amor por él te adula.   
   Sé las hazañas grandes    150
   que en Navarra, Milán, Sajonia y Flandes   
   sirviendo al quinto Carlos te eternizan;   
   cuando lo hechizo todo éstas me hechizan.   
   Las paces sé de Europa,   
   y por ser tu profesión la guerra    155
   el Mar del Norte favorable en popa,   
   nuevos orbes te ofrece, nueva tierra,   
   y los tales del Sur atropellando,   
   fama, más que metales, vas buscando.   
   Quédate aquí, serás mi esposo y dueño;    160
   haré por causa tuya,   
   que la ley rigorosa se destruya   
   de esta región, y su infecundo empeño.   
   Gozarán, por mi amor, las amazonas   
   el tálamo, hasta agora aborrecido;    165
   sepultará crueldades el olvido.   
   El cuello rendirán las amazonas   
   al apacible imperio,   
   de Amor. que hasta aquí fué su vituperio.   
   Todo esto cesará, si satisfaces    170
   los castos deseos míos;   
   eterna paz tendrás, si estimas paces;   
   si guerra anhelan tus bizarros bríos   
   canoas y piraguas   
   te cubrirán las fugitivas aguas    175
   de ese jayán monarca de los ríos;   
   conquistaránte en ellas   
   provincias comarcanas,   
   ejércitos armados, de doncellas,   
   tan exentas de amor cuanto inhumanas.    180
   La reina y yo, español, somos hermanas.   
   Ella el título goza solamente,   
   yo, el uso y el gobierno.   
   Francisco, la ocasión logra, presente.   
CARAVAJAL:      Señora comisaria del infierno,    185
   no acepto matrimonios   
   en que entran a la parte los demonios.   
   Vuesa merced predique   
   esa secta en Marruecos, o en Mastrique   
   y defiéndase agora,    190
   trayendo contra mí diablos de esgrima,   
   veremos si con ellos me enamora.   
MARTESIA:      Pues guárdate de dar la vuelta a Lima;   
   que por crÜel y a mis suspiros falso   
   perderás la cabeza en un cadalso.    195
CARAVAJAL:      Desdorara su fama si no fuera   
   su oficio bruja, fondo en agorera.   
   Haga, para escaparse, algún conjuro;   
   que ni presagios creo,   
   ni me asombran peligros que no veo,    200
   ni los diablos alcanzan lo futuro.   
MARTESIA:      ¡ Oh, loco presumido !   
   ¿ Luego imaginas de la oferta mía   
   que en lugar de afición es cobardía ?   
   Aguarda, pues, grosero, inadvertido.    205
CARAVAJAL:      Bruja tahur, con brindis de marido   

Pelean

   probad de estos requiebros si soy tierno   
   que yo os daré despachos al infierno.   

Vanse CARAVAJAL y MARTESIA.    Salen don GONZALO, defendiéndose    con una mano herida, y MENALIPE peleando con él

MENALIPE:      Acaba ya de rendirte   
   pues rehusas ofenderme.    210
GONZALO:      Ardides han de valerme   
   cansado de resistirte.   

La rodela al pecho cierra con MENALIPE y    quítala las armas

MENALIPE:      ¿ Qué haces, hombre ?   
GONZALO:                              Desarmarte   
   de superfluos instrumentos.   
   ¿ De qué sirven los violentos    215
   si puedes aprovecharte   
   de esos ojos soberanos,   
   que, apacibles homicidas,   
   abrasando, quitan vidas,   
   victoriosos, quitan manos ?    220
   Hacha de armas ¿ para qué,   
   si en vez de hachas, miro en ellos   
   dos soles de incendios bellos   
   en que, Fénix, me abrasé ?   
   Para que triunfes de España    225
   las flechas y el arco deja.   
   ¿ No es arco en ti cada ceja ?   
   ¿ No es arpón cada pestaña ?   
   Ese de azabache bello   
   monte, que mi asombro alaba,    230
   ¿ de rayos no es una aljaba ?   
   ¿ No es flecha cada cabello ?   
   ¿ Pues qué mas armas pretendes,   
   si en fuego y nieve deshecho,   
   lo que hielas con el pecho    235
   con las mejillas enciendes ?   
   Enfrena severidades,   
   pues que con armas prohibidas,   
   cuando das al deseo vidas   
   das muerte a las libertades.    240
MENALIPE:      Si supieras cuán de acero   
   tengo el alma, que hasta agora   
   mentiras de amor ignora,   
   no engañaras lisonjero.   
   Palabras desaprovechas,    245
   saca la macana oculta   
   y con ella me consulta   
   tu amor, que si anda con flechas   
   el que vuestra España os pinta,   
   para engañar simples damas    250
   sin que temamos sus llamas,   
   nuestra profesión distinta   
   por Dios adora al desdén.   
   Pues si en contrarios extremos   
   a los hombres nos comemos,    255
   ¿ cómo los querremos bien ?   
   Carne humana es el manjar   
   que alimenta nuestra vida.   
   Pero--¿ de sangre teñida   
   la mano ?--me haces dudar    260
   que estás herido.   
GONZALO:                              El amor   
   que en las venas predomina   
   por ésta el alma encamina   
   para admirar tu valor.   
   Y en fe de ser más que humano    265
   rindiéndote estos despojos,   
   no contenta con los ojos,   
   te sale a ver por la mano.   
MENALIPe:      Ponte en ella este listón   
   con que restañarlía puedas,    270
   que, a falta de vuestras sedas   
   las teje acá el algodón.   

Dásele

  
  
GONZALO:      Mucho de mi tierra sabes.    275
MENALIPE:      Menos quisiera saber   
   de ti, para no temer   
   la pérdida de las llaves   
   de un pecho, hasta aquí diamante.   
   ¡ Ay, Gonzalo !    Meses ha    280
   que en él retratada está   
   tu imagen, tan semejante   
   en las llamas que encendí,   
   que no añadió novedad   
   tu vista en mi voluntad    285
   cuando amor te trujo aquí.   
   Quise refrenar ardores   
   de mis ciegos desatinos,   
   tan nuevos y peregrinos   
   como lo son los temores;    290
   por eso salí a ofenderte,   
   si bien, cuando peleaba   
   cada golpe que te daba   
   era para mí de muerte.   
   Defendístete sin armas;    295
   mas ¿ para qué las querías   
   si hechiceras cortesías   
   tienes, con que me desarmas ?   
   Muda el nombre a mi rigor;   
   llámale amantes extremos,    300
   pues que los dos padecemos   
   tú la herida y yo el dolor;   
   y escucha, porque te asombre   
   la noticia que tu fama   
   por estos orbes derrama.    305
   Sabrás como sé tu nombre,   
   tu patria, tu nacimiento,   
   tus aventuras extrañas,   
   el triunfo de tus hazañas,   
   y valor; estáme atento.    310
   Más ha de trescientos siglos   
   que de las Scitias remotas,   
   la Asiática y la Europea,   
   salieron de la Europa   
   a apoderarse de la Asia    315
   las naciones belicosas   
   de cuyos troncos y líneas,   
   si no ramas, somos hojas.   
   Despoblaron por la guerra   
   los varones, las montuosas    320
   provincias que baña el Tanais   
   y el Termodonte corona.   
   Sin hombres, pues, nuestra patria,   
   quedaron en su custodia   
   las mujeres, bien seguras    325
   de que ajenas plantas pongan   
   en sus límites sus sellos,   
   porque a la fama le consta   
   que sólo distinguió el sexo   
   sus hombres de sus matronas.    330
   Aquéllos, pues, divididos   
   por el Asia en varias copias,   
   sujetaron desde Armenia   
   hasta la India y sus aromas   
   cuantas naciones osaron    335
   resistirse a las heroicas   
   violencias de su milicia,   
   tiranizando coronas   
   y despoblando ciudades,   
   siendo contra sus victorias    340
   lo que a las llamas la cera,   
   las Menfis y Babilonias.   
   Señores ya del oriente   
   pacíficos en su zona,   
   y felices sus conquistas,    345
   quisieron que sus esposas   
   presentes participasen   
   delicias que no se gozan   
   mientras, distintas las almas,   
   la unidad no las conforma.    350
   Enviaron a traerlas   
   un ejército--en la flota   
   al Archipiélago hurtaron   
   que llena de presas y joyas,   
   y el mar con ellos humilde,    355
   que tal vez hacen lisonjas   
   a la dicha y la fortuna   
   como a los hombres las olas--   
   tomaron tierra en su patria,   
   poblándose nuestras costas    360
   de arrogancias y laureles   
   al son de cajas y trompas.   
   Pero, como acostumbradas   
   las mujeres, por sí solas   
   al imperio de su gusto,    365
   exentas de las argollas   
   que anudó naturaleza   
   al cuello frágil que doman   
   opresiones varoniles,   
   --pues si alegran, aprisionan--    370
   por no asegundar coyundas   
   rebeldes las armas toman,   
   soberbias al campo salen,   
   valientes el parche tocan,   
   horribles los arcos flechan,    375
   resueltas dardos arrojan,   
   ingratas su sangre asaltan   
   bárbaras sus dueños postran,   
   crÜeles escuadras turban,   
   diestras desbaratan tropas,    380
   hambrientas cuerpos derriban,   
   severas miembros destrozan;   
   y en breve tiempo, verdugos   
   de su carne y gente propia,   
   viudas por sus manos mesmas,    385
   triunfando a su casa tornan.   
   Erigen, después, un templo   
   a la crueldad, y por diosa   
   libando la sangre humana   
   con sacrificios la adoran,    390
   estableciendo preceptos,   
   --que hasta hoy ninguna deroga--   
   de no admitir en sus tierras   
   hombre que sus leyes rompa   
   y su libertad oprima.    395
   Sólo en los meses que adorna   
   de flor Amaltea los campos   
   y el sol al Géminis dora,   
   de la nación más cercana   
   tantos varones convocan    400
   cuantos basten a suplir   
   las que la muerte nos roba,   
   sucediéndolas fecundos   
   individuos, que antepongan   
   al gusto la libertad,    405
   siempre en los nobles preciosa.   
   Los que mujeres no nacen   
   desde el pecho a las congojas,   
   desde la cuna a las aras,   
   desde la luz a las sombras,    410
   siendo su madre el ministro,   
   filos al acero embota,   
   y al simulacro dedica   
   blanca sangre en leche roja.   
   Pero, la que sale a luz    415
   hembra feliz, alboroza   
   con regocijos el pueblo,   
   conduciéndola la pompa   
   festiva, al templo y sus aras,   
   donde la queman, o cortan    420
   el pecho izquierdo, que al arco   
   el noble ejercicio estorba.   
   Creció a número infinito   
   la república matrona;   
   que la templanza en la Venus    425
   mas fértiles frutos logra.   
   Y conquistando provincias   
   comarcanas, las remotas,   
   siempre invencibles debelan,   
   hasta que el solio colocan    430
   de su imperio formidable   
   en la ciudad, que ambiciosa,   
   al orbe leyes impuso   
   y el cielo escalar blasona.   
   Si antigÜedades leíste    435
   --¡ oh gran Pizarro !--no ignoras   
   que ocuparon sus laureles   
   tantos reinos como historias.   
   Lampridia y Martesia, reinas   
   hicieron temblar a Europa,    440
   Orisia y Pantasilea   
   aseguraron a Troya,   
   que no llorara cenizas   
   viviendo ella, si patrona   
   de Aquiles, que la dió muerte,    445
   no fuera la ciega diosa.   
   Esta, que de la hacha de armas   
   y la rodela inventora   
   fué, vinculó en Menalipe   
   hazañas que a Grecia asombran;    450
   pues abrasando el milagro   
   que Epheso a Cintia invoca   
   en oprobio de los griegos   
   dió llantos al Asia toda.   
   Monarca del orbe, en fin,    455
   triunfaban las amazonas,   
   cuando en Atenas Teseo   
   les obscureció victorias,   
   venciéndolas su fortuna   
   --no sus fuerzas, que envidiosas    460
   hasta hoy tiemblan las esferas   
   que en sus luces los pies pongan--.   
   Armáronse a la venganza   
   las que en Scitia belicosas   
   quedaron, y al elemento    465
   de sal, una armada arrojan   
   de innumerables preñeces;   
   pero enojándose el Bóreas   
   de que le surquen sus quillas,   
   riscos de cristal abordan    470
   por todas partes los leños   
   donde oprimidos zozobran,   
   porque en túmulos de vidrio   
   celebre el valor sus honras.   
   Las reliquias derrotadas    475
   sin que aproveche la sonda,   
   sin que el timón obedezca   
   ni el arte velas recoja,   
   siguen incógnitos rumbos,   
   y sin saber su derrota,    480
   piélagos un mes naufragan,   
   hasta que al fin los emboca   
   por ese monstruo de ríos,   
   ese hidrópico que agota   
   pecheras inmensidades    485
   que pródigo al mar otorga.   
   Cincuenta leguas de anchura   
   le miden entrambas costas,   
   cuando besa los umbrales   
   de las océanas ondas.    490
   Venciendo, pues, con la industria   
   las Argonautas heroicas   
   horribles dificultades,   
   guían las brumadas proas   
   trescientas leguas arriba,    495
   hasta la ribera hermosa   
   de esta provincia que, oculta,   
   les feria el puerto que toman.   
   Fundan pueblos, labran campos,   
   república y reino forman    500
   y prosiguiendo sus leyes,   
   ínclitas progenitoras   
   fueron nuestras, conquistando   
   sus descendientes famosas,   
   cuantas naciones vecinas    505
   sus montes y valles moran.   
   Esta es mi antigua ascendencia;   
   en mis sienes su corona   
   veneraciones conserva.   
   Quien a Menalipe nombra,    510
   que es mi fatal apellido,   
   la rodilla al suelo postra,   
   y como a casi deidad   
   pone en la arena su boca.   
   Martesia, sacerdotisa    515
   y mi hermana, prodigiosa   
   en las armas y en las ciencias,   
   la diadema de éstas goza,   
   tan sabia, que si conjura   
   esas aguas, esas rocas,    520
   esos frutos, esas plantas   
   los fuerza a que la respondan   
   y avisen de cuanto pasa,   
   desde la adusta Etiopia,   
   hasta la helada Noruega,    525
   que el sol seis meses ignora.   
   Esta, pues, diversas veces,   
   de la nación española   
   ponderándome noticias   
   y refiriéndome historias,    530
   me avisó de tus hazañas,   
   tu prosapia generosa;   
   el valor de tus hermanos,   
   las conquistas que los nombran,   
   si en guerras de Italia Aquiles,    535
   Alejandros de la zona,   
   que, dándoles otro mundo,   
   su globo por medio corta.   
   Sé del marqués don Francisco   
   las hazañas peligrosas,    540
   la constancia en los trabajos   
   el celo a la ley que adora,   
   la lealtad para sus reyes   
   y que a sus plantas les postra   
   mil leguas, todas de plata    545
   y un océano de aljófar.   
   Sé que en España la envidia   
   bárbaramente aprisiona   
   al ínclito don Fernando   
   --¡ que así se premian victorias !--    550
   después de haber defendido   
   seis meses de inmensas copias   
   la imperial ciudad del Cuzco,   
   a pesar de la ponzoña   
   de la hidra desleal    555
   cuyas cabezas destronca.   
   Sé, en fin, que buscando   
   fama vienes, español, agora,   
   en nuestro descubrimiento   
   y de las plantas preciosas    560
   que la canela tributan,   
   y por estas tierras toscas,   
   a las que el Maluco esquilma   
   imitan en flor y en hojas.   
   Aquellos doce desvelos    565
   que las fábulas pregonan   
   de Alcides, son, con los tuyos,   
   lo que en el sol es la sombra;   
   celebraránlos las plumas,   
   serán al mundo notorias    570
   y a eternas posteridades   
   darán materias gloriosas,   
   si en esta región te quedas,   
   si el paso atrás no revocas,   
   como a mi amor satisfagas,    575
   como a mi fe correspondas;   
   pues si al Perú das la vuelta   
   riesgos mortales convocan   
   la deslealtad y la envidia   
   que a tus virtudes se opongan.    580
   Llevóte el falso pariente   
   el bajel, tesoro y ropa,   
   ¿ sin él como vencerás,   
   cuando por los montes rompas   
   imposibles formidables,    585
   ya en la tierra, ya en las olas,   
   de ese casi mar inmenso ?   
   Admíteme por tu esposa;   
   derogaránse mis leyes,   
   juzgaránse venturosas    590
   a tus pies, estas provincias;   
   diamantes que al sol se opongan   
   te rendirán esos cerros;   
   perlas, almas de sus conchas,   
   a montes la plata pura;    595
   el oro a cargas que brotan   
   esos ríos, esas fuentes;   
   esmeraldas, pluma, aromas,   
   y un alma nunca rendida   
   que dueño te reconozca.    600
  
  
GONZALO:      A la obligación que labras   
   en mi agradecido pecho,   
   para quedar satisfecho    605
   no he de pagarte en palabras.   
   Querrá el cielo que algún día   
   me desempeñen las obras;   
   y, entretanto que no cobras,   
   serás acreedora mía.    610
   De los quinientos soldados   
   que leales me siguieron,   
   más de doscientos murieron   
   en guerras y en despoblados.   
   De cuatro mil indios dejo    615
   cadáveres la mitad;   
   llámame la mucha edad   
   del marqués, que solo y viejo,   
   entre envidiosos y extraños,   
   necesita mi presencia,    620
   porque mal, sin mi asistencia,   
   podrá reprimir engaños.   
   De codicias y ambiciones,   
   mi hermano en España preso,   
   si sucede algún exceso,    625
   culparán mis dilaciones.   
   El capitan Orellana   
   con mi bergantín se alzó   
   y desnudos nos dejó.   
   ¡ Deslealtad torpe y villana !    630
   No llevará bien mi gente,   
   si tus finezas admito,   
   el no dar la vuelta a Quito.   
   Seis meses he estado ausente;   
   dejaron sus prendas caras    635
   hijos y esposas en ella,   
   juzga tú, amazona bella,   
   cuando de mi te apartaras   
   y mi amada esposa fueras   
   para no volverme a ver,    640
   ¿ qué extremos habías de hacer,   
   qué pesares padecieras ?   
   Para casarme contigo   
   eres de contraria ley;   
   vengo en nombre de mi rey,    645
   leal sus órdenes sigo.   
   Esta bélica región   
   por dueño suyo te adora;   
   si te doy la mano agora   
   tendrá la envidia ocasión    650
   de afirmar que me levanto,   
   contra mi rey, con la tierra.   
   La lealtad que en mí se encierra   
   es de suerte, obliga a tanto,   
   que a tu afición contradice;    655
   porque la honra y su interés   
   no estriba tanto en lo que es   
   como en lo que el vulgo dice.   
   Yo voy tan enamorado   
   de ti, y tan reconocido    660
   que jamás podrá el olvido   
   borrarte de mi cuidado.   
   Volveré, mi Menalipe,   
   a tus ojos brevemente   
   con armada y con más gente;    665
   tendrán Carlos y Felipe   
   noticia de tu valor.   
   Licencia les pediré   
   para que el alma te dé   
   con la mano; y el Amor,    670
   uniéndonos en sus lazos,   
   hará mi dicha inmortal.   
   Admite agora, en señal   
   de mi palabra, estos brazos.   
   Adiós, que es fuerza el volverme.    675
MENALIPE:      Gonzalo, mira lo que haces;   
   goza aquí seguras paces,   
   que has de perderte y perderme.   
   Ya el marqués, tu hermano--¡ Ay cielo !--   
   no te quiero referir    680
   tragedias que has de sentir   
   más que la muerte.    El recelo   
   de tus pesares refrena   
   con el silencio mis labios;   
   que hace a quien te adora agravios    685
   quien le antecede la pena;   
   dígatelos la Fortuna   
   sin que yo los anticipe.   
GONZALO:      Bellísima Menalipe,   
   no siento agora más de una,    690
   que es el partirme y dejarte.   
MENALIPE:      Pues, si mi vida deseas,   
   escucha avisos; no creas   
   los que lleguen a adularte;   
   por que hallarás infinitos    695
   que tus dádivas disfrutan   
   y en el peligro te imputan   
   sus traiciones a delitos.   
   No todo lo que es brillante   
   riqueza al avaro ofrece;    700
   oro la alquimia parece,   
   vidrio hay que imita al diamante.   
   La luz que una antorcha feria   
   al sol competir procura,   
   mas sólo su llama dura    705
   lo que dura su materia.   
   Escarmientos te propone   
   el sol, a quien salvas hace   
   el ruiseñor, cuando nace,   
   y huye de él cuando se pone.    710
   Tal vez dora la experiencia   
   un bronce, una piedra, un leño,   
   que engaña al que no es su dueño;   
   oro sólo en la apariencia.   
   Huye amigos afectados,    715
   cuando lisonjas te ofrezcan;   
   que, aunque fieles te parezcan,   
   en vez de oro son dorados;   
   y mira que has de volver   
   a mis ojos brevemente.    720
GONZALO:      ¡ Discreta, hermosa, valiente,   
   y todo en una mujer !   
   Cuando sólo interesara   
   esos divinos consejos,   
   de las escuelas espejos,    725
   reinos por ellos dejara.   
   Adiós, prodigioso extremo   
   del orbe.   
MENALIPE:                    ¡ Adiós, mi Español !   
   ¡ Ah cielos ! ¡ Ah, eterno sol   
   desmiente males que temo !    730

Vanse MENALIPE y don GONZALO.    Salen don DIEGO de    Almagro y don GARCIA de Alvarado

DIEGO:      Quien el consejo y parecer que sigo   
   contradijere, o envidioso o loco,   
   busca mi mal con máscara de amigo,   
   o el bien que se me ofrece tiene en poco.   
   La Fortuna me llama, yo la sigo;    735
   derecho al Perú tengo; si provoco   
   a España y a su rey, España intente   
   quitarme la corona de la frente.   
   Vengué a mi padre, con la justa muerte   
   del ingrato marqués, que no hizo estima    740
   del noble estado, la dichosa suerte   
   a que por él su nombre se sublima.   
   Si en el Cuzco imperial su hermano vierte   
   sangre que me dió el ser, yo vierto en Lima   
   la que apoyó su bárbaro consejo.    745
   Fénix renazco de otro fénix viejo.   
   Cuatro Pizarros pudo Extremadura   
   hacer que en el Perú se atravesasen   
   al paso del valor y la ventura   
   de mi padre y al Cuzco le estorbasen.    750
   Consigo se llevó la sepultura   
   la Pizarra mayor, porque apoyasen   
   pronósticos del nombre sus sucesos;   
   losas Pizarras son, sepulten huesos.   
   Ya estamos libres de ésta. Juan Pizarro,    755
   el menor de los cuatro, en primavera   
   cedió a la muerte el ánimo bizarro,   
   que, a ser más cuerdo, dilatar pudiera.   
   No siempre a las coyundas ata el carro   
   de Marte la osadía, ni muriera    760
   si al combatir la máquina enriscada   
   cubriera su cabeza la celada.   
   España al homicida, oprime preso,   
   de mi padre, en la Mota de Medina;   
   litigará el rigor contra su exceso    765
   si el oro tribunales no arrÜina;   
   mientras Gonzalo, con fatal progreso,   
   las márgenes remotas examina   
   del Marañón, que al mar gigante vuela   
   y por sus riscos busca la canela.    770
   Si de cuatro me mata la Fortuna   
   los dos hermanos, y los dos me ausenta,   
   ¿ quién queda en el Perú, que a la oportuna   
   ocasión que me llama pida cuenta ?   
   Destinóme el valor desde la cuna    775
   al solio occidental; si en él me asienta   
   el cielo por monarca de los Andes,   
   grandes hazañas piden, riesgos grandes.   
   ¡ Vive el cielo, que el que... !   
GARCIA:                                    Creo   
   que soy a quien amenazas;    780
   mal mis consejos abrazas,   
   peor pagas mi deseo.   
   Nunca yo tuve por bien   
   la torpe conjuración   
   que contra el mayor varón    785
   que todos los hombres ven   
   hiciste, pues si su hermano,   
   tan experto en la milicia,   
   le mató, fué por justicia,   
   no a traición, no por su mano.    790
   Preso en España defiende   
   su causa contra fiscales   
   por la envidia criminales;   
   el César Carlos pretende   
   satisfacer agraviados,    795
   mas no oprimir inocentes;   
   Consejos y Presidentes   
   miran desapasionados   
   culpas, que atentos castigan;   
   servicios, que cuerdos premian;    800
   las armas, puesto que apremian,   
   pocas veces sé que sigan   
   sin ímpetu la templanza;   
   pues cobra satisfacción,   
   la vara con la razón,    805
   la espada con la venganza.   
   Ya que ésta al Marqués mató,   
   y el más poderoso quedas   
   con los tesoros que heredas   
   de cuantos España vió,    810
   templa, don Diego de Almagro,   
   incendios que solicitas;   
   mira que te precipitas.   
DIEGO:               Tuviera yo por milagro   
   que no fueras extremeño,    815
   como en la patria, en querer   
   el crédito defender   
   de un...   
GARCIA:                    Paso, que mi dueño,   
   gobernador y caudillo   
   de estos reinos, es Marqués.    820
DIEGO:      Di que lo fué, no que lo es.   
GARCIA:      Pregúntaselo a Trujillo,   
   y en ella a los nobles todos;   
   pues los que valor profesan   
   generalmente confiesan    825
   que desciende de los godos.   
   Italia, Francia, Navarra,   
   de su padre el Capitán   
   don Gonzalo te dirán   
   lo que es la sangre Pizarra.    830
   Don Fernando y don Francisco,   
   primero que estos países   
   conquistasen, Flor de Lises   
   postraron; si el basilisco   
   de la envidia, en su desdoro,    835
   veneno a verter empieza,   
   advierte, que no nobleza   
   buscaron aquí, sino oro;   
   y que la que te dejó   
   tu padre, el adelantado,    840
   en el Perú la ha medrado.   
DIEGO:      ¿ Luego no en España ?   
GARCIA:                              No;   
   que España ignora quién es;   
   pues a la puerta le echaron   
   los padres que le engendraron,    845
   de la iglesia, y fué después   
   hijo de la compasión   
   de un sacerdote, llamado   
   Hernando Luque, y criado   
   de limosna en Malagón.    850
   Ya yo sé que estas verdades   
   la vida me han de costar;   
   pero yo he de conservar,   
   como noble, las lealtades   
   que me han dejado en herencia    855
   mis padres, y he de imitarlos.   
   No reina aquí sino Carlos;   
   quien se atreve a su obediencia   
   mancha su fidelidad.   
   García soy de Alvarado    860
   que sabré en el campo, armado,   
   defender esta verdad.   

Vase don GARCIA

DIEGO:      ¡ Matalde ! ¡ Cerrad las puertas !   
   ¡ Vive Dios, que he de agotar   
   estos Pizarros, y dar    865
   a pasiones descubiertas   
   castigo que al mundo espante !   
   Con la hacienda que gastó   
   mi padre ¿ no se ganó   
   todo el Perú ? ¿ Qué ignorante,    870
   esta verdad no confiesa ?   
   Pues, ¿ por qué el emperador   
   ha de ser usurpador   
   de lo que sólo interesa   
   quien su hacienda y sangre gasta ?    875
   En vez de mi padre quedo,   
   su acción y derecho heredo;   
   éste me sobra y me basta   
   para el imperio que busco   
   y el valor ha de adquirir.    880
   Pues, pensamientos, morir   
   o coronarme en el Cuzco.   

Tocan de rebato

   Pero ¿ qué rebato es éste ?   

Sale Juan VALSA desnuda la espada

VALSA:      ¡ Ea, valiente mancebo !   
   Al arma, que se avecina    885
   hoy o tu muerte o tu imperio.   
   El presidente y su campo,   
   que consta de setecientos   
   y más hombres, entre infantes,   
   jinetes y arcabuceros,    890
   pasa de Jauja a Guamanga,   
   y haciendo alto en el ameno   
   valle, que llaman de Chupas,   
   viene animoso y resuelto   
   a presentar la batalla.    895
   Los mejores caballeros   
   del Perú siguen su campo;   
   difícil sera romperlos.   
   Garcilaso de la Vega,   
   Pedro Anzures y otro Pedro    900
   de Vergara, Holguín, Tordoya,   
   Francisco Castro, Barrientos;   
   don Alonso de Alvarado,   
   cuyo valeroso esfuerzo   
   levantó en las Chachapoyas    905
   banderas, por Carlo excelso.   
   General Vaca de Castro;   
   Maese de Campo diestro,   
   Francisco Caravajal,   
   que del Marañón volviendo,    910
   con don Gonzalo Pizarro,   
   ya que éste por el precepto   
   del presidente en Trujillo   
   se queda, viene a su ruego   
   a gobernar todo el campo,    915
   y tengo de él más recelo   
   que de todo lo restante.   
   Pero si destina el cielo   
   que salgamos vencedores,   
   ni el número ni el acero    920
   se oponen a la ventura,   
   no obstante que te aconsejo,   
   si desfalleces agora,   
   que te presentes con tiempo   
   a la piedad que te ofrece    925
   Vaca de Castro. No demos   
   ocasión a que te infame   
   por traidor la voz del pueblo.   
DIEGO:      Juan Valsa; sólo el vencido   

Saca la espada

   es el traidor; los excesos    930
   del vencedor canonizan   
   lealtades. ¡ Al arma ! ¡ A ellos !   
VALSA:      ¡ Oh, siempre merecedor   
   del laurel !   
DIEGO:                      Ese pretendo,   
   Juan Valsa. ¡ 0 César, o nada !    935
   ¡ 0 el cuchillo, o el imperio !   

Tocan y vanse todos

  
  


JORNADA SEGUNDA


                                                     

Salen marchando VACA de CASTRO con bastón,    Francisco CARAVAJAL, don ALONSO de Alvarado y SOLDADOS

VACA:      Este fin tienen traidores,   
   para escarmentar leales.    940
ALONSO:      Quien con pensamientos reales   
   y juveniles ardores   
   rehusó la cerviz al yugo   
   blasonando libertalla,   
   si muriera en la batalla    945
   y no a manos del verdugo,   
   más dichoso hubiera sido.   
VACA:      No es segura esa opinión;   
   pues para la salvación   
   que don Diego ha conseguido,    950
   según sus demostraciones,   
   no le diera la milicia   
   el lugar que la justicia;   
   por que airados escuadrones,   
   que el riesgo a los ojos ven    955
   dificil de resistir,   
   siempre ayudan a morir,   
   pero nunca a morir bien.   
   Yo, Capitán, no recelo   
   que de los que sentenciados    960
   padecen, aunque afrentados,   
   los más asegure el cielo;   
   mas no a los que en las violencias   
   marciales muertos quedaron,   
   porque tarde se hermanaron    965
   venganzas y penitencias.   
CARAVAJAL:      Yo soy de ese parecer;   
   porque ¿ qué se le dará   
   al cielo, si en gracia va   
   quien le supo merecer,    970
   de que haya en un palo muerto,   
   en la guerra o en la cama ?   
   Para el cielo, no hay más fama   
   que el bien morir.   
VACA:                              Eso es cierto,   
   como lo será también    975
   el premiar su majestad   
   el valor y la lealtad   
   de los que firmes estén   
   en su servicio, y yo agora,   
   (en su nombre agradecido)    980
   honraré a cuantos han sido   
   de nuestra parte; no ignora   
   el noble merecimiento   
   a fuer de la sangre ingrata.   
   Todo este imperio de plata,    985
   indios y repartimientos   
   no pueden satisfacer   
   lo mucho de estos empeños;   
   pero llamándoos sus dueños   
   tendrán menos que temer.    990

Sale TRIGUEROS

TRIGUEROS:      Parabienes llega a darte   
   de la victoria adquirida   
   Gonzalo Pizarro.   
VACA:                            Pida   
   triunfos que apetezca Marte,   
   como el soldado mayor    995
   que ha visto este polo nuevo.   

Sale don GONZALO, de luto

GONZALO:      Por muchas razones debo   
   encarecer el valor,   
   que hace dichoso este día;   
   pues el Perú restaurado;    1000
   mi hermano, el marqués, vengado;   
   postrada la tiranía   
   y premiada la lealtad,   
   vuelve a ser dueño segundo   
   Carlos de este nuevo mundo,    1005
   y debe su majestad,   
   preciarse de la elección   
   que ha hecho en vueseñoría,   
   pues solamente podía   
   su celo, su discreción,    1010
   siendo capitán y juez,   
   en la campaña, soldado,   
   y en el tribunal, letrado,   
   mostrar que suele tal vez,   
   porque Marte no presuma    1015
   enemistades de Apolo,   
   juntar un sujeto solo   
   al laurel la espada y pluma.   
VACA:      Si yo, señor don Gonzalo,   
   no hubiera reconocido    1020
   emulador advertido,   
   que á su valor no me igualo,   
   vuesa merced crea en mí   
   que nunca le suplicara   
   que esta empresa me dejara;    1025
   hícelo, porque advertí   
   que llevándose la gloria,   
   como en las demás ha hecho,   
   no hubiera yo satisfecho   
   deseos con la victoria    1030
   presente, que a hallarse en ella   
   quedara mi opinión triste;   
   porque donde el sol asiste   
   ¿ cómo alumbrará una estrella ?   
   Este luto que ocasiona    1035
   el marqués gobernador,   
   desdice con su color   
   la fama que le corona;   
   pues muriendo en la defensa   
   de su gobierno y su ley,    1040
   de su lealtad y su rey,   
   poco le estima quien piensa   
   que con tristezas señale   
   el dolor que manifiesta;   
   si se vistiera de fiesta,    1045
   si la ostentación y gala   
   publicaran su valor,   
   mostrara que en trance igual   
   no vive más el leal   
   de lo que quiere el traidor.    1050
   La cruz que hizo en el postrero   
   curso de su heroica vida,   
   sacándola de la herida   
   que abrió el desleal acero,   
   autorizó la que al pecho    1055
   el César Carlos le puso,   
   pues católico dispuso   
   en las conquistas que ha hecho   
   el laurel que eterno gana;   
   que, en quien triunfos apetece,    1060
   más noble la cruz parece   
   de sangre, que la de grana.   
   Vivo, imitó á Dios humano,   
   pues con doce compañeros,   
   conquistadores primeros    1065
   de este orbe nuevo cristiano,   
   mil leguas rindió al bautismo;   
   y porque del propio modo   
   pudiese imitarle en todo   
   quiso morir con él mismo.    1070
   Pues la envidia, en su venganza   
   sin que eclipsase su luz   
   le dio en su sangre la cruz   
   y en su Dios la semejanza.   
   Si esta verdad, pues, advierte    1075
   vuesa merced, ¿ de qué fruto   
   será que le agravie el luto ?   
   Envidie el leal su muerte   
   y festéjela bizarro   
   quien su valor acredita,    1080
   pues el marqués resucita   
   en don Gonzalo Pizarro.   
CARAVAJAL:      ¡ Vive Dios ! que es eminente   
   vueseñoría, señor,   
   en todo: predicador,    1085
   capitán y presidente.   
   Uselo--¡ cuerpo de tal !--   
   predique, hará maravillas,   
   y ahorraráse de capillas   
   el Perú.   
VACA:                  Caravajal,    1090
   vos habláis como soldado,   
   mezclando burlas y veras;   
   sabéis abatir hileras   
   y ordenar un campo armado.   
   Esta victoria se os debe    1095
   y está á mi cargo el premialla.   
   Vuestro acero en la batalla,   
   mientras osado se atreve   
   a los riesgos ¿ no predica ?   
   Sí, que las grandes acciones    1100
   también sirven de sermones   
   cuando el valor las practica.   
   Con sus hechos, cada cual   
   el crédito pierde o cobra;   
   bien predica quien bien obra,    1105
   pero mal quien obra mal;   
   y porque saber deseo   
   la prodigiosa jornada,   
   puesto que no afortunada,   
   de la canela y os veo,    1110
   como en las armas bizarro,   
   en la paz entretenido,   
   que nos la contéis os pido,   
   pues triunfos de tal Pizarro   
   justo es que los celebremos.    1115
CARAVAJAL:      Si hazañas púlpitos son,   
   y á mí me toca el sermón,   
   obediencia, y prediquemos.   
   Deseoso de ensanchar   
   la cesárea monarquía    1120
   de España, el marqués Pizarro   
   renunció, asistiendo en Lima,   
   en don Gonzalo el gobierno   
   de Quito, cuyas provincias   
   eran el límite entonces    1125
   de las cristianas conquistas.   
   Dióle quinientos soldados   
   de la gente más lucida,   
   que alistó, para estos orbes,   
   el valor y la codicia.    1130
   Con ellos, pues, y su esfuerzo   
   hacia el oriente encamina   
   cuatro mil indios armados,   
   y alegres con la noticia   
   de que, pasadas las sierras,    1135
   a las márgenes y orillas   
   del monarca de las aguas,   
   de esa undosa hidropesía   
   que tantos Nilos se sorbe   
   y por mil leguas desliza    1140
   piélagos de inmensidades   
   potable su oro en almíbar.   
   Marañón le dan por nombre;   
   perdone vueseñoría,   
   si excedo ponderador;    1145
   porque agora no se estiman   
   discursos en canto llano   
   mientras no se hiperbolizan;   
   que vocablos con guedejas,   
   son los que el vulgo autoriza.    1150
   Digo, pues, que codiciosos   
   con la fama recibida   
   de los árboles canelas   
   que aquellos peñascos crían,   
   marchamos al son del parche    1155
   hasta una tierra que el Inca   
   Vaynacap rindió a su imperio,   
   pienso que se nombra Quinja.   
   Recibiéronnos de guerra;   
   mas cuando ven que los brindan,    1160
   en vez de vino y jamones,   
   confitones de Castilla,   
   fantasmas, desaparecen   
   y en un instante se enriscan   
   donde, o el infierno los traga    1165
   o nos bambollan la vista;   
   porque cuantos en su busca   
   diligencias exquisitas   
   hacen, sin topar persona,   
   tiempo y pasos desperdician.    1170
   Apenas, pues, se nos vuelan   
   cuando aquella noche misma,   
   conjurándose los cielos   
   elementos amotinan;   
   porque la tierra temblando,    1175
   de los rayos que granizan   
   al son de atambores truenos,   
   tenebrosas culebrinas,   
   hasta su centro abre bocas   
   que bostezan o respiran    1180
   diluvios de azufre en llamas,   
   entre alquitrán y resina.   
   Como quien se sorbe un huevo,   
   quinientas casas pajizas   
   se merendó, cual si fuera    1185
   tiburón y ellas sardinas.   
   Tocó después a rebato   
   el hambre, en la gente viva,   
   y saliendo a pecorea   
   nuestro ejército en cuadrillas,    1190
   el regalo más sabroso   
   que nos guisó la desdicha   
   fué, a falta de gallipavos,   
   culebras y lagartijas.   
   Salimos, cual digan dueñas    1195
   de aquella región maldita,   
   y fué escapar de Caribdis   
   para tropezar en Scila;   
   porque, el Mar del Sur a un lado   
   y al otro sierras prolijas,    1200
   con cuyas cumbres se ahorrara   
   Nemrot de la Torre Egipcia,   
   de manera se eslabonan   
   que la esperanza nos quitan   
   de proseguir, ni tornarnos,    1205
   porque el hambre ejecutiva   
   nos amenaza a la vuelta;   
   atreverse a la subida   
   de las estrellas, sin alas,   
   aun pensarlo atemoriza.    1210
   Empanados de este modo   
   en agua y sierras, anima   
   el gran Pizarro la gente,   
   y llevándole por guía   
   trepamos, gatos monteses,    1215
   volatines por las picas,   
   hincando, tal vez, las dagas   
   por troncos y redendijas,   
   y tal echando a los ramos   
   las cuerdas y las pretinas    1220
   para guindarnos por ellos;   
   porque el pobre que desliza,   
   de risco en risco volando,   
   de tal manera le trinchan,   
   que aún no valen sus migajas    1225
   después para hacer salchichas.   
   Venció, en fin, dificultades   
   la industria, y subiendo arriba   
   el que sudó de congoja   
   helado después tirita;    1230
   porque hallamos nieve tanta   
   que de las escuadras indias,   
   cantimploras de la muerte,   
   dejamos ciento en cecina.   
   Encaramados, en fin,    1235
   sobre las cándidas cimas   
   de los Peruleros Andes,   
   pudimos tender la vista   
   por infinidad de tierras,   
   cuyas poblaciones ricas,    1240
   templos, palacios y casas,   
   nos parecieron hormigas,   
   y bajando, con los ojos   
   en los pies, catorce días   
   gastamos en vericuetos,    1245
   ya a gatas, ya de cuclillas.   
   Dimos en un valle, al cabo,   
   que el Marañón fertiliza,   
   de yucas y de maizales   
   cuyas gentes se apellidan    1250
   Zumacos, donde un volcán   
   sobre una sierra vomita   
   cerros enteros de llamas,   
   la vez que se encoleriza.   
   Alojámonos en él    1255
   haciendo que nos reciban   
   a puros escopetazos   
   los bárbaros que le habitan;   
   donde estuvimos dos meses   
   que nos duró la comida,    1260
   sin que el sol en este tiempo   
   su cara vernos permita,   
   ni las nubes taberneras   
   cesen de echarnos encima   
   diluvios inagotables    1265
   que hasta el alma nos bautizan.   
   Cayeron los más enfermos;   
   porque las ropas podridas   
   con el eterno "agua va,"   
   nos dejó en las carnes vivas.    1270
   Buscamos temples mejores,   
   hasta que la apetecida   
   canela, en montes inmensos   
   descubierta, nos alivia.   
   Son unos árboles éstos    1275
   que á los laureles imitan   
   en las siempre verdes hojas,   
   con ramas tan presumidas   
   que se burlan de las flechas   
   sin que se osen a sus cimas;    1280
   su corpulencia tan grande   
   que no es posible la ciñan   
   tres personas con los brazos;   
   su flor blanca y amarilla,   
   su fruto ciertos capullos    1285
   que se aprietan y arraciman   
   formando mazorcas de ellos   
   y en cáscaras quebradizas   
   conservan menudos granos,   
   que, sembrados, son semilla.    1290
  
  
   Es su forma de bellotas   
   y con una virtud misma   
   raíces, hojas, cortezas,    1295
   flor y fruto, se asimilan   
   en el sabor y substancia   
   a la canela que cría   
   el oriente, y por Europa   
   Portugal nos comunica.    1300
   Hay selvas y bosques de ella;   
   mas la que se beneficia   
   y con cuidado se labra,   
   según los indios afirman,   
   es mucho más excelente.    1305
   En fin, los que la cultivan   
   fundan su caudal en ella;   
   porque acuden las vecinas   
   naciones a su comercio,   
   y les dan por adquirirla    1310
   maíz, algodón, venados,   
   y mantas con que se vistan.   
   Crecen de modo estas plantas   
   que, llevándose a Castilla   
   un árbol solo, pudiera    1315
   sazonar cuantas cocinas   
   tiene la gula en España,   
   y estarále agradecida   
   a don Gonzalo Pizarro   
   que descubrió su conquista.    1320
   Pero atrévase a buscarla   
   como él quien le tiene envidia   
   y sabrá, sudando sangre,   
   a cómo sale la libra.   
   Volvió el hambre a ejecutarnos;    1325
   porque ¿ de qué nos servía   
   faltando el arroz y leche   
   canela que muerde y pica ?   
   Y andando a caza de gangas,   
   la necesidad nos guisa    1330
   zambos, monos, papagayos,   
   pericos y catalinas.   
   En más de doscientas leguas   
   que caminamos, a vista   
   del Briareo Marañón,    1335
   no hallamos otras delicias   
   que ñames, agios, papayas,   
   guayabos, cocos y piñas;   
   porque iguanas y alcatreces   
   fuera pedir gollorías.    1340
   Llegamos al cabo de ellas   
   a un salto que precipita   
   la soberbia inmensidad,   
   sus aguas todas ceñidas   
   en la estrechez de dos sierras    1345
   que le encarcelan y humillan   
   tanto, que no hay veinte pasos   
   de la una a la otra orilla.   
   Este, pues, con la impaciencia   
   de que dos cerros le opriman,    1350
   doscientos estados salta   
   y a unos llanos se derriba,   
   con estrépito tan grande   
   que las gentes convecinas   
   oyen su infernal estruendo,    1355
   distantes de él veinte millas.   
   Determinamos pasarle   
   por las angosturas dichas,   
   juntando a entrambas riberas   
   una puente levadiza;    1360
   y haciendo cortar maderos   
   --¿ a qué no se determina   
   el valor necesitado ?--   
   nos dio la industria tal prisa,   
   que, armándola aquella noche,    1365
   y de bejucos y pilas   
   --hay mucha en aquellos campos--   
   torciendo sogas rollizas   
   la atamos el día siguiente,   
   y a fuerza de ingenio y grita    1370
   a la otra batida la echamos,   
   causando a los indios grima.   
   Proseguimos, en efecto,   
   aquella costa prolija,   
   dos meses, cuyos trabajos,    1375
   hambres, lluvias y fatigas   
   han de pasar, si las cuento,   
   en los que ociosos nos sigan,   
   si no plaza de novelas,   
   por vislumbres de mentiras.    1380
   Pero--¡ voto a Dios !--señor,   
   que entre plagas infinitas   
   que nos brumaron las carnes,   
   sus cicatrices lo digan,   
   cuando sufriéramos solo    1385
   enjambres de sabandijas,   
   murciélagos de á dos varas,   
   arañas, tábanos, niguas,   
   mereciéramos coronas   
   de mártires, a adquirirlas    1390
   en los siglos Diodecianos   
   por la fe y no la codicia.   
   Mosquitos hay tan valientes   
   que taladran, cuando pican   
   una bota de baqueta,    1395
   porque son aleznas vivas.   
   Jejenes hay aradores,   
   que, imposibles a la vista   
   dan más dolor, si se ceban   
   que una azagaya morisca.    1400
   Pruébelo quien lo dudare;   
   que nusotros, hechos cribas,   
   y en puribus, conquistamos   
   Mainas, Guemas, Urariñas,   
   Cerbataneros, Cocamas,    1405
   Troncheros, Guainos, Paninas,   
   y otros mil que a la ignorancia   
   darán, si los nombro, risa.   
   Resolvióse don Gonzalo   
   a una cosa, sólo digna    1410
   de los caprichos Pizarros;   
   porque temoso fabrica   
   un bergantín que asegure   
   los enfermos que peligran,   
   llevándolos agua abajo    1415
   con el fardaje y comida.   
   Cimentó dos fraguas y hornos;   
   árboles quema y derriba   
   con que carbón amontona,   
   y que le den solicita    1420
   las armas de los que han muerto,   
   cascos, arneses, cuchillas,   
   herraje de los caballos,   
   hasta las propias pretinas   
   deshierra, forjando luego    1425
   todo lo que necesita   
   un bajel, de esta materia.   
   ¡ Tanto puede una porfía !   
   Don Gonzalo era el primero;   
   que porque todos le sigan,    1430
   ya en el taller, ya en la fragua   
   trabaja, sopla, martilla,   
   compasa, mide, dispone,   
   desbasta, asierra, acepilla;   
   porque en tales ocurrencias    1435
   más noble es quien más se tizna.   
   Bejucos sirven de jarcias,   
   y la goma que destilan   
   los árboles de las selvas   
   suplió la brea y resina.    1440
   Para que no falte estopa   
   mantas de algodón deshilan   
   que el casco calafatean,   
   y de las rotas camisas   
   velas remendadas hacen;    1445
   con que, logrando fatigas,   
   al agua alegres le arrojan   
   y en él su remedio libran.   
   A Francisco de Orellana,   
   por ser persona de estima    1450
   de su sangre y de su tierra,   
   su gobierno le confía,   
   y con cincuenta españoles   
   lo manda, que a toda prisa   
   por el Marañón abajo    1455
   descubrimientos prosiga,   
   y que a las ochenta leguas   
   aguarde porque le avisan   
   que allí con el Marañón   
   dos ríos pierden la vida.    1460
   Partióse el falso pariente;   
   y en perdiéndonos de vista,   
   con el bajel se levanta,   
   la gente toda amotina,   
   y al padre Caravajal,    1465
   de la sagrada familia   
   del mejor Guzmán de España,   
   porque de su tiranía   
   los excesos reprehende,   
   echa en tierra, y fue harta dicha    1470
   que no pereciese de hambre,   
   pues no comió en cuatro días.   
   Llegamos al cabo de ocho   
   por tierra, a la referida   
   región y encontrando al fraile,    1475
   nos cuenta la fuga indigna   
   de tal hombre y tal nobleza,   
   con que en efecto nos pilla   
   más de cien mil pesos de oro   
   que nos dieron las conquistas.    1480
   En carnes y sin hacienda,   
   juzgue vuestra señoría   
   la cara que en los soldados   
   la pobreza hereje pinta,   
   que de vinagre las nuestras,    1485
   con "reniegos" y "por vidas,"   
   impaciencias desfogamos   
   --permisión de la milicia--   
   cuando al querer dar la vuelta,   
   nos asaltan infinitas    1490
   legiones de hembras armadas,   
   en los rostros serafinas   
   pero en las obras demonios,   
   pues tanta piedra lloviznan,   
   tantos dardos nos arrojan,    1495
   tantos flechazos nos tiran   
   que, si no se enamorara   
   de la airosa bizarría   
   de don Gonzalo Pizarro   
   su hermosa reina o cacica,    1500
   y de mí su bruja hermana   
   --¡ por Dios !--que nos desbalijan   
   de las almas, y que, hambrientas   
   o nos asan o nos guisan;   
   porque comen carne humana    1505
   mejor que nosotros guindas.   
   Estas son las Amazonas   
   que las historias antiguas   
   tanto ensalzan y ponderan,   
   y allí viven sus reliquias.    1510
   Picadas, en fin, las dos   
   de nosotros, nos convidan   
   a que su tierra poblemos,   
   y de repente nos brindan   
   con el santo maridage,    1515
   ofreciéndome la mía   
   en dote cuantos demonios   
   sótanos de azufre habitan.   
   Era, aunque hermosa, hechicera   
   de suerte la diablininfa    1520
   que habló en lengua castellana   
   mejor que las de Sevilla.   
   Y apretaba el matrimonio;   
   mas con excusas fingidas,   
   guarnecidas de requiebros,    1525
   don Gonzalo las obliga   
   a que nos dejen volver   
   a Quito y que nos permitan   
   alistar más gente y armas,   
   jurando que en breves días    1530
   tornaremos a sus ojos,   
   porque alegres nos reciban   
   no en los puros cordobanes   
   sino con galas lucidas.   
   Concediéronlo por fuerza;    1535
   y llorando enternecidas,   
   por otros rumbos echamos.   
   No me consientan que diga   
   las desgracias de la vuelta,   
   pues fueron tan inauditas    1540
   que las juzgarán patrañas.   
   Trujillo se las repita,   
   que nos recibió esqueletos;   
   y aunque ropas nos envía,   
   no quiso nuestro Pizarro    1545
   que ninguno se las vista,   
   sino que, para trofeo   
   del valor que le eterniza,   
   manda que entremos en carnes   
   desde el cuello hasta la cinta.    1550
   Amábanle de manera   
   sus vecinos que, sabida   
   su resolución, salieron   
   los más de la suerte misma   
   a recibirle en pelota.    1555
   Triunfo parece de risa,   
   pero fineza es de España   
   que en bronces la fama escriba.   
   Esta fué la tal empresa   
   para nosotros maldita,    1560
   mas para España dichosa   
   si ganarla solicita.   
   Quien canela apeteciere,   
   al rey su gobierno pida;   
   porque yo le voto a Dios    1565
   de no probarla en mi vida.   
VACA:      A vos, maese de campo, os sobra tanta   
   y endulzáis narraciones lastimosas   
   de suerte que si oírlas nos espanta,   
   vuestra sazón las sabe hacer sabrosas;    1570
   sólo caben por vos en su sujeto   
   vencer valiente y deleitar discreto.   
   Crió el cielo en España   
   al señor don Gonzalo,   
   para acciones al crédito imposibles;    1575
   y mostró en esta hazaña   
   que para él los peligros son regalo,   
   más deseados cuanto más horribles.   
   Si Carlos a su lado le tuviera,   
   temblara Argel y Solimán huyera.    1580

A don GONZALO

   Vuesa merced consuele a su sobrina,   
   hija del gran marqués, pues le sucede   
   en esta obligación y sólo   
   puede restaurar su presencia la ruina   
   que con su muerte llora.    1585
   Tendrá doña Francisca, mi señora,   
   pues a su amor la fío,   
   juntamente en su amparo, padre y tío.   
   Yo doy la vuelta á Lima,   
   porque el Perú recela    1590
   las ordenanzas que el consejo intima,   
   y que despacha a Blasco Núñez Vela   
   por su virrey primero,   
   al paso bien nacido, que severo.   
   Si el César, cual se afirma,    1595
   hizo al marqués merced de que nombrase   
   gobernador que en su lugar quedase,   
   presénteme su cédula, o su firma,   
   que si, antes que muriese   
   el marqués, ordenó que sucediese    1600
   vuesa merced en su gobierno y cargo,   
   renunciaré yo el mío, sin embargo   
   de que hasta agora en posesión le tenga.   
   Y antes que á Lima Blasco Núñez venga,   
   la real chancillería    1605
   le admitirá por tal, a instancia mía;   
   que las reales mercedes concedidas   
   no se derogan mientras no sucede   
   insulto que las vede;   
   y dándose el gobierno por dos vidas,    1610
   siendo vuesa merced, como sospecho,   
   por el marqués nombrado ¿ qué derecho   
   alegará el virrey, con que le prive   
   de la acción que le ampara mientras vive ?   
GONZALO:      Debe á vueseñoría    1615
   todas sus medras la fortuna mía;   
   y es cierto que mi hermano   
   antes que me partiese   
   quiso que después de él le sucediese;   
   y haciendo testamento ante escribano,    1620
   en virtud de la cédula adquirida,   
   al gobierno me llama   
   que Carlos concedió por otra vida,   
   y así esta vez dijo verdad la fama.   
   Pero yo, que hasta en eso    1625
   la fe y lealtad publico que profeso,   
   mientras a España envío,   
   suspenderé mi acción, porque confío   
   de la imperial palabra y celo justo;   
   que, si el César, en guerras divertido,    1630
   dió lugar al olvido   
   para nombrará otros, como augusto,   
   como rey y senor de sus acciones,   
   revocará al virrey sus provisiones.   
   Entretanto a la Charcas retirado,    1635
   treguas daré al cuidado,   
   ocios al pensamiento   
   y en las minas de mi repartimiento,   
   donde sus indios me han encomendado,   
   descansaré seguro.    1640
   Mas, si el virrey que viene   
   turba la paz que agora el Perú tiene,   
   como de él se recela y conjetura,   
   y a mis servicios muestra ingrato pecho,   
   por fuerza habré de usar de mi derecho.    1645
VACA:      Hará mal, si no estima   
   tal valor el virrey.    Mándeme en Lima   
   vuesamerced, verá con cuanto celo   
   le procure servir.   
GONZALO:      Prospere el cielo,    1650
   señor, á vueseñoría   
   para patrón de la justicia mía.   

Vanse todos.    Salen MENALIPE y MARTESIA

  
  
MENALIPE:      No dudes, Martesia mía,    1655
   la muerte que darme tratas,   
   si la vista me dilatas   
   del español sólo un día.   
   Amor y melancolía   
   martirizan mis desvelos;    1660
   la ausencia, que es toda hielos,   
   llamas en mi pecho aumenta;   
   su memoria me atormenta   
   y me enloquecen mis celos.   
   ¿ No fué ingratitud notoria,    1665
   hermana, no fué crueldad,   
   llevarme mi libertad   
   y dejarme su memoria ?   
   ¿ Robarme el alma es victoria   
   y no el cuerpo en que se encierra ?    1670
   Mas--¡ ay cielos !--que en la guerra,   
   quien al asalto se arroja,   
   las joyas y oro despoja   
   y echa la casa por tierra.   
   Blasonaba mi rigor    1675
   desprecios de mi desdén;   
   ¡ guárdese de querer bien   
   quien nunca ha tenido amor !   
   Que, cuando con más valor   
   el bronce suele mostrarse    1680
   al fuego, que apoderarse   
   de su materia pretende,   
   cuando más tarde se enciende   
   dura más en conservarse.   
   Martesia, cara, yo muero,    1685
   yo perezco, yo me abraso;   
   si de mi vida haces caso   
   págame lo que te quiero.   
   Ya suele el viento ligero   
   servirte de augusto carro;    1690
   más que el de Febo bizarro   
   forma de sus alas coche,   
   y haz que me lleve esta noche   
   a ver mi Apolo Pizarro.   
MARTESIA:      Si con la facilidad    1695
   que en eso puedo agradarte   
   pudiera yo asegurarte   
   la española voluntad,   
   sabrosa felicidad   
   en sus brazos poseyeras.    1700
   ¿ Pero qué logros esperas   
   de un hombre tan desdichado   
   que a muerte le han destinado   
   las superiores esferas ?   
   Un juez ha de degollarle.    1705
   Los mismos que le acompañan,   
   y aduladores le engañan,   
   le han de vender y dejarle.   
   A la guerra han de forzarle,   
   y al tiempo del asistirle,    1710
   la victoria han de impedirle,   
   el imperio han de ofrecerle   
   y han de insistir en perderle,   
   por no querer admitirle.   
   Si del amor que conservas    1715
   remedio a mi ciencia pides,   
   yo te daré con que olvides   
   esas memorias protervas;   
   aguas, metales y hierbas   
   me fían sus propiedades,    1720
   y si con ellas añades   
   conjuros y caracteres,   
   verás, si olvidarle quieres,   
   que sé mudar voluntades.   
MENALIPE:      No curas como discreta;    1725
   que el alma, espíritu puro,   
   ni a las hierbas ni al conjuro   
   como el cuerpo se sujeta;   
   su sustancia es tan perfeta   
   que por libre la reputan    1730
   los sabios, con que confutan   
   tus astrólogas violencias,   
   porque agÜeros e influencias   
   si señalan, no ejecutan.   
   No se deje llevar de ellas    1735
   el absoluto albedrío   
   del gallardo español mío   
   y mentirán las estrellas,   
   ni tú, hermana, por tenellas   
   que le olvide has de alcanzar;    1740
   puesto que en esto de amar   
   suele en un ingrato ser   
   el premio del poseer   
   motivo para olvidar.   
   No en mí, que vive en su llama,    1745
   salamandria, mi afición,   
   y es especie de traición   
   buscar olvido quien ama.   
   Miente la ciencia y la fama   
   que en las plantas piensa hallar    1750
   virtudes con que curar   
   penas que no admiten medio,   
   porque no hay otro remedio   
   para olvidar que olvidar.   
   Pero, disputas dejemos    1755
   y venturas prevengamos;   
   ¿ para qué olvidos buscamos   
   si ver y gozar podemos ?   
   ¿ No sientes tú mis extremos ?   
   ¿ Pues con ellos no te obligo ?    1760
MARTESIA:      Sí siento, pues que los sigo,   
   de tu gusto ejecutora.   
   Yo te pondré dentro un hora   
   con tu amante; ven conmigo.   

Vanse MARTESIA y MENALIPE.    Salen don GONZALO    Pizarro y doña FRANCISCA, de luto y llorando

GONZALO:      Enjugad los ojos bellos    1765
   que sin culpa maltratáis;   
   mirad que hechizos lloráis   
   y podréis matar con ellos.   
   Llevóse el cielo al marqués,   
   padre vuestro, hermano mío;    1770
   la vida, sobrina, es río   
   que, corriendo al mar, sin pies   
   en su golfo viene a hallar   
   imperio más dilatado,   
   pues con sus olas mezclado,    1775
   muere río y vive mar.   
   Haced el discurso mismo   
   con vuestro padre y mi dueño,   
   pues si murió, río pequeño,   
   ya es, con Dios, inmenso abismo,    1780
   y poned, Francisca, en él,   
   toda vuestra confianza.   
FRANCISCA:      Diera á la muerte venganza   
   mi sentimiento crÜel,   
   a no templar su dolor    1785
   la dicha que en vos reparo,   
   pues quedáis para mi amparo   
   por mi padre y mi señor.   
GONZALO:      Título más venturoso   
   querrá el cielo que me cuadre,    1790
   si, como me llamáis padre,   
   venís á llamarme esposo;   
   que no es, Francisca, razón,   
   cuando restaurarse puede,   
   que por ser vos hembra, quede    1795
   sin hijos la sucesión   
   de quien este imperio indiano   
   por su Alejandro confiesa.   
   Este inconveniente cesa,   
   vos su hija y yo su hermano.    1800
   Si volvemos a anular   
   quiebras de tantos cuidados,   
   pues en semejantes grados   
   suele el papa dispensar;   
   que admitiendo el amor mío,    1805
   a pesar de este defeto,   
   conseguís en mí sujeto,   
   juntos padre, esposo y tío.   
FRANCISCA:      Si yo guardara la ley   
   de los Incas, aunque vana,    1810
   solamente con su hermana   
   se casaba nuestro rey.   
   Mi abuelo fue Guainacapa,   
   Yupangui y Pizarro soy.   
   Mi consentimiento doy    1815
   para que dispense el papa.   
   Pues si Dios lo determina   
   y nuestra ley lo consiente,   
   no es tan grande inconveniente   
   casar con vuestra sobrina,    1820
   como lo fue con la hermana   
   en nuestros Incas primeros.   
GONZALO:      Ni puedo yo encareceros   
   el bien que mi gozo gana,   
   si no es sellando los labios    1825
   con estos puros candores;   
   que extremos ponderadores   
   adulando hacen agravios.   
   Sólo con silencio igual   
   mi amor sus extremos muestre.    1830

Sale TRIGUEROS

TRIGUEROS:      Nuestro de campo maestre,   
   Francisco Caravajal,   
   dice que que le importa hablarte   
   cosas que llama el latino   
   arcanas, y es femenino    1835
   según Nebrija y el Arte.   
GONZALO:      Seránlo pues él lo dice   
   que es de los hombres primeros,   
   valientes y consejeros,   
   de España; el cielo autorice,    1840
   mi Francisca, nuestro amor.   
   Trigueros, guarda esa puerta.   
   No entre nadie.   
TRIGUEROS:                        Aunque esté abierta,   
   a ser yo tan guardador   
   de lo que me desbalija    1845
   el vuelco de un dado solo,   
   como de que no entre Apolo   
   ni aún por una redendija,   
   yo tuviera más dineros   
   que en Castilla paga un juro.    1850
   Vaya Vuesasted seguro   
   que buena tranca es Trigueros.   

Vanse don GONZALO y doña FRANCISCA.    Salen    tapadas de medio ojo a lo español MENALIPE y MARTESIA

MARTESIA:      Así las damas de España   
   averiguan los temores   
   de sus sospechas y amores.    1855
   Presto verás si te engaña   
   tu amante.   
MENALIPE:                        Bien satisfaces   
   prodigios que prometiste.   
   Mas ¿ de dónde apercibiste   
   tan brevemente disfraces    1860
   con que viendo sin ser vista   
   temeridades ocultes ?   
MARTESIA:      Nunca en eso dificultes   
   mientras vieres en mi lista   
   los espíritus sujetos    1865
   que ejecutan cuanto pido.   
   Si por el viento has venido   
   a experimentar secretos   
   que después te den enojos,   
   quien lo más, hermana, pudo    1870
   ¿ no podrá lo menos ?   
MENALIPE:                              Dudo   
   lo que veo.   
TRIGUEROS:                      ¿ Medios ojos   
   ya en Indias ? No hay patacón   
   que no tiemble de fayancas   
   en el aire y manos blancas.    1875
   Busconas de España son.   
   ¿ Qué es lo que mandan aquí   
   vuestras medias ojerías ?   

Quiérense las dos entrar sin hablarle

   Damimudas, que en mis días   
   sois las primeras que vi;    1880
   zamparos sin responder,   
   siendo yo la cerradura   
   es descortés travesura.   
   Téngase toda mujer,   
   que hay orden de no pasar    1885
   de estos umbrales un dedo.   

Dale MARTESIA

   ¡ Ay, cuerpo de Cristo ! ¡ Quedo !   
   ¿ Quijadas sabéis birlar,   
   manecilla de manteca ?   
   Más parecéis de almirez.    1890
   ¡ Tan blanda en la vista y tez   
   y en las dádivas tan seca !   
   Mano sois del Jueves Santo;   
   mano de tigre y tejón;   
   si ha de haber conversación    1895
   desenfardelen el manto,   
   que hablar a ojo será mengua.   

Valas a descubrir, y pégale MARTESIA

   ¡ Paso, ofrézcolas á Judas !   
   ¡ 0 tener las manos mudas   
   o pasarlas a la lengua !    1900
   Mas ya sale mi señor;   
   dense con él a entender,   
   que yo no acierto a leer   
   bellezas de un borrador,   
   ya que hacerlas retirar    1905
   dos manotadas me cuesta.   
MARTESIA:      ¡ Don picarón, para ésta   
   que me lo habéis de pagar !   

Retíranse las dos sin descubrirse.    Salen    don GONZALO, CARAVAJAL y doña FRANCISCA

CARAVAJAL:      Notificó en Panamá   
   Blasco Núñez, como digo,    1910
   las severas ordenanzas.   
   No habemos de tener indios;   
   no ha de haber encomenderos.   
   Yanaconas de servicio,   
   ni por la imaginación;    1915
   llevar para el beneficio   
   de minas los naturales   
   será criminal delito.   
   Con que estériles los centros   
   de estos codiciosos riscos,    1920
   a falta ya de comadres,   
   quiero decir de ministros,   
   nos dificultan los partos   
   de sus preciosos esquilmos;   
   podrán los conquistadores    1925
   aprender de hoy más oficio,   
   y en pago de sus hazañas   
   pedir limosna sus hijos.   
   Todo esto ocasiona el celo   
   de escrupulosos caprichos;    1930
   todo esto inventan ociosos;   
   todo esto causan arbitrios.   
   Los españoles que dieron,   
   a costa de más peligros   
   que tiene ese mar arenas,    1935
   que quiebran sus costas vidrios,   
   cerros, al César, de plata   
   con que enfrenar ha podido   
   Luteranos en Sajonia   
   y en Milán franceses lirios,    1940
   por medio del presidente   
   Vaca de Castro, han pedido   
   al virrey que, suspendiendo   
   leyes de tanto perjuicio,   
   permita suplicar de ellas    1945
   al César Rey, siempre invicto;   
   informándole verdades   
   y advirtiéndole precisos   
   inconvenientes y riesgos   
   que van abriendo camino    1950
   a intentos desesperados,   
   de la fé española indignos.   
   Pero él, sordo a nuestras quejas,   
   rebelde a nuestros gemidos,   
   quiere perderse y perdernos,    1955
   por no humanarse y oírnos.   
   Los oidores de la audiencia,   
   tan sabios como advertidos,   
   disponen que a Lima vaya   
   a consolar sus vecinos    1960
   doña Francisca Pizarro,   
   mi señora, en cuyo arrimo,   
   por ser animada imagen   
   del gran marqués don Francisco,   
   fundan todo su remedio;    1965
   porque, con su patrocinio,   
   creen que el virrey, cuando llegue,   
   como ilustre compasivo,   
   venerará las memorias   
   en ella de aquel prodigio    1970
   que tanto España celebra,   
   que tanto honró Carlos Quinto.   
   El cuerdo Vaca de Castro,   
   señor, os pide lo mismo;   
   y para esto me despacha    1975
   de la mitad del camino.   
   Id, piadoso, a interponer   
   vuestro valor y servicios   
   entre el rigor y los ruegos,   
   la aspereza y los suspiros.    1980
   Gozad la acción que tenéis   
   al gobierno que os intimo,   
   pues os le ofrece la audiencia,   
   pues sucesor suyo os hizo,   
   en nombre del César Carlos,    1985
   el marqués que tanto os quiso;   
   pues os llama el presidente,   
   pues todos os lo pedimos;   
   que yo en fe de lo que os amo,   
   y lo que ofrezco serviros,    1990
   sin esperar la respuesta,   
   voy a dar a los amigos   
   la nueva de vuestra entrada;   
   pues si lo contrario afirmo,   
   vituperándoos de ingrato,    1995
   daréis a guerras motivos.   

Vase CARAVAJAL

GONZALO:      Sobrina, no han de poder   
   las persuasiones conmigo   
   más que el valor que profeso,   
   más que la lealtad que estimo.    2000
   Mientras el emperador   
   no derogare el dominio   
   que, en daño de mi derecho,   
   han negociado validos   
   para Blasco Núñez Vela,    2005
   a Las Charcas me retiro,   
   donde en quietud y descanso   
   saldré de estos laberintos.   
   Id vos a Lima, señora,   
   pues bastarán los hechizos    2010
   de vuestras tiernas palabras,   
   de vuestros ojos benignos,   
   para suavizar rigores;   
   y hagan los cielos propicios   
   las partes de nuestro amor,    2015
   para que, el nombre de tío   
   mejorado en el de esposo,   
   podamos los dos unidos   
   lograr en tálamo casto   
   deseos que duren siglos.    2020

Salen MENALIPE, Y MARTESIA, quienes    descúbrense y lléganse a don GONZALO y TRIGUEROS

MENALIPE:      Venganzas, que a deslealtades   
   den escarmiento y castigo,   
   verás, ingrato, primero   
   en mi agravio y en tu olvido.   
   ¡ Ah, inconstante ! ¿ Estos engaños    2025
   son de la nobleza dignos,   
   que injustamente blasonas,   
   tan fácil yo en admitirlos ?   
   ¿ Es blasón de caballeros   
   el prometer, fementidos,    2030
   correspondencias amantes   
   burlando pechos sencillos ?   
   ¿ Así se cumplen palabras ?   
   ¿ Así se estiman suspiros ?   
   ¿ Así se sueltan empeños ?    2035
   ¿ Así se pagan hospicios ?   
   Pues en mi favor los hados,   
   en mi venganza los signos,   
   en mi amparo las estrellas,   
   en mi abono los auspicios,    2040
   con don Fernando, tu hermano,   
   celebrarán regocijos   
   las bodas, que no mereces,   
   porque él solamente es digno   
   de ser de tu dama esposo,    2045
   y con generosos hijos   
   resucitar del marqués   
   los hazañosos prodigios.   
   ¡ Plegue a los cielos, mudable !...   
MARTESIA:      ¿ Para qué, hermana, pedimos    2050
   lo que ellos ya a cargo tienen   
   según muestran los destinos ?   
   Ven, que amanece el aurora.   

A TRIGUEROS

   Y vos, grosero ministro,   
   alcaide de ingratas puertas,    2055
   seguidme, que así imagino   
   vengar descomedimientos.   

Cógele de una oreja, y vuelan los tres todo    el patio

TRIGUEROS:      ¡ Madre de Dios ! ¡ Jesucristo !   
   ¡ Que me arrebatan los diablos,   
   que me desoreja un grifo,    2060
   que me encaraman sin alas,   
   que si del aire deslizo,   
   cien contadores de hacienda   
   no han de sumar mis añicos !   
FRANCISCA:      ¡ Válgame el cielo ! ¿ Qué es esto ?    2065
GONZALO:      Sobrina, fuerza de hechizos;   
   que en esta tierra el demonio   
   con esto engaña a los indios.   
  
   2070


JORNADA TERCERA


                                                              

Sale GONZALO Pizarro solo, con gabán y montera, y    una escardilla en la mano

GONZALO:      Quien por falta de experiencia   
   huye las felicidades   
   que ofrecen las soledades   
   a la vida y la conciencia,   
   venga a aprender esta ciencia    2075
   en mi sabrosa quietud,   
   y hallará aquí a la virtud,   
   tan segura de temores   
   que, coronada de flores,   
   le conserve la salud.    2080
   Después que envainé el acero   
   y el arnés troqué en gabán,   
   si primero capitán,   
   ya en mi quinta jardinero,   
   lloro del tiempo primero    2085
   la juventud malograda,   
   y sé que en la aventajada   
   vida de esta profesión,   
   Dios a Adán dió el azadón   
   y el vicio a Nembrot la espada.    2090
   Dichoso el que no hace caso   
   de lo que no necesita,   
   y a Diógenes imita   
   quebrando en la fuente el vaso.   
   Si está tan cerca el ocaso    2095
   humano que a penas siente   
   la distancia de su oriente,   
   ¿ quién es de tan poco aviso   
   que, gozando lo preciso,   
   anhela lo impertinente ?    2100
   Ensoberbezca monarcas   
   el oro, alma de un abismo,   
   que yo lo soy de mí mismo   
   en la quietud de Las Charcas.   
   Guarde el avaro en sus arcas    2105
   tantas barras como penas,   
   que mientras naufraga arenas   
   yo, en más seguros países,   
   gozo el oro en alelíes   
   y la plata en azucenas.    2110

Sale TRIGUEROS

TRIGUEROS:      ¡ Ay !                              Dentro   
GONZALO:      ¿ Qué es esto ?   
TRIGUEROS:                            Si fue pulla,   
   trabajoso de ella escapo.   
   ¡ Ay¡   
GONZALO:      ¿ Quién se lamenta ?   
TRIGUEROS:                                Un sapo,    2115
   que no ha mucho que fué grulla.   
   ¡ Oh, bruja precipitante !   
   ¡ Trotanubes, saltamontes !   
   Si no hay pícaros Faetontes   
   ¿ qué te hizo un pobre ignorante,    2120
   sargento de mochilleros,   
   aguilucho en el amago,   
   para darme salto en vago   
   desde las nubes ?   
GONZALO:                          ¿ Trigueros ?   
TRIGUEROS:      Oye y no me triguerices,    2125
   pues ves cual estoy por ti;   
   privanza de soplos fui,   
   ya soy remacha-narices.   
GONZALO:      Pues bien ¿ qué te ha sucedido ?   
TRIGUEROS:      ¿ "Pues bien" dices ? Di "pues mal."    2130
   Aquélla que al tribunal   
   inquisidor ha ofendido;   
   plegue a Dios que antes de un Credo,   
   obispa en Corozaín,   
   la absuelva de volatín    2135
   el brasero de Toledo,   
   llevándome en un momento   
   por una oreja volando,   
   y conmigo registrando   
   los abanillos del viento,    2140
   como si hiciera calor,   
   me trasladó un diablo en popa   
   a su tierra, que en la ropa   
   le parecí borrador;   
   y en ella, aunque de rodillas    2145
   misericordia pedí,   
   en un instante me vi   
   sentenciado a albondiguillas.   
   Patrocinóme su hermana,   
   de quien diz que eres galán,    2150
   que quien bien quiere a Beltrán...   
   etcétera, y más humana   
   me dio, con arco y saetas,   
   la futura sucesión,   
   por lo menos de Amazón    2155
   quizá por verme sin tetas.   
   Un mes estuve con ellas,   
   y no sé si mis delitos   
   las dibujó amazoncitos,   
   pero no, que son doncellas;    2160
   y al cabo de él me despacha   
   la reina por mandadero   
   de su amor; no seas grosero,   
   que es la más linda muchacha   
   que en el Perú puede hallarse.    2165
   Su reino todo te ofrece,   
   y si su amor se agradece   
   jura desamazonarse.   
   Pero si no, te amonesta   
   que no des crédito a amigos,    2170
   porque sangrientos castigos   
   la vil Fortuna te apresta;   
   y si te vuelve la espalda   
   debes temblar sus agÜeros,   
   porque mil diablos caseros    2175
   son sus perrillos de falda.   
   Volvió a asirme de la oreja   
   la bruja, y en su jornada   
   serví al aire de arracada,   
   hasta que caer me deja    2180
   después de ponerme en fil   
   de este sitio, siendo en él   
   o murciégalo Luzbel   
   o cernícalo albañil.   
GONZALO:      Quien de hechiceras se fía    2185
   sale, cual tú, escarmentado.   
TRIGUEROS:      A caer en empedrado   
   medraba mi legacía;   
   mas que te guardes, te advierte   
   tu amazona damisela,    2190
   de este Blasco Núñez Vela   
   que solicita tu muerte,   
   y en causa tan peligrosa   
   te desea apercibido.   
GONZALO:      ¿ Por qué, si no le he ofendido ?    2195
   Ni de la vida dichosa   
   que ha feriado a mi sosiego   
   esta alegre soledad   
   en su dulce amenidad,   
   podrá el apetito ciego,    2200
   que ambición el cuerdo llama,   
   sacarme, gozoso en ella,   
   no obligándome a perdella,   
   mi ley, mi rey y mi fama.   

Salen el capitán ALMENDRAS, CARAVAJAL y    otros

ALMENDRAS:      Aceptará don Gonzalo    2205
   el gobierno y la defensa   
   de los vecinos del Cuzco   
   y el Perú que le respeta;   
   o, cuando lo rehusare,   
   habrá de hacer la violencia    2210
   lo que no la cortesía,   
   obligándole la fuerza.   
   Llegad y hablémosle todos.   
GONZALO:      Señor capitán Almendras,   
   señor Maese de Campo,    2215
   ¿ qué hay en que servirlos pueda ?   
   ¿ Qué se ofrece ? ¿ Qué me mandan ?   
CARAVAJAL:      ¡ Cuerpo de Dios con la flema !   
   ¿ Sembrando agora achicorias   
   y escardando berenjenas ?    2220
   Hortalicen hermitaños   
   que comen no más que hierbas,   
   y no usurpe ese ejercicio   
   vuesa merced a poetas,   
   que tratantes en legumbres    2225
   pintan flores, plantan huertas,   
   y, sin salir de Pancayas,   
   gastan musas verduleras.   
   Estáse abrasando el mundo,   
   porque el virrey nos le quema,    2230
   ¿ y entretiénese en lechugas ?   
   Pero hace bien, que son frescas.   
GONZALO:      Amigo Caravajal,   
   yo escogí...   
CARAVAJAL:                      Mas que me alega   
   emperadores romanos,    2235
   que arrimaron las diademas   
   por ingerir bergamotas,   
   si no en nísperos, en berzas,   
   menospreciando coturnos   
   por un cestillo de brevas.    2240
   Pues escuche lo que pasa.   
   Capitán, dadle vos cuenta   
   de lo que está a vuestro cargo   
   y el cabildo os encomienda.   
ALMENDRAS:      La imperial ciudad del Cuzco,    2245
   de todo el Perú cabeza,   
   y por sus procuradores   
   otras tres juntas con ella,   
   que son Guamanga, Arequipa   
   y Chuquisaca, resueltas    2250
   de no admitir al virrey   
   que dicen que a Lima llega,   
   por su embajador me envían,   
   mandándome que os advierta   
   obligaciones que os corren,    2255
   pues somos hechuras vuestras.   
   Vos, primer conquistador,   
   con cuya sangre y hacienda   
   y la de vuestros hermanos   
   habéis ganado a la iglesia    2260
   más reinos, provincias más   
   que tiene en Castilla el César,   
   cuando no villas, ciudades,   
   reduciéndole mil leguas   
   las más ricas de este polo;    2265
   vos, a quien solo venera   
   el Perú, por sucesor   
   del gran Marqués, y en quien deja   
   el gobierno de estos orbes,   
   en virtud de lo que ordena    2270
   la cédula real, que os llama   
   a la dignidad suprema   
   de esta casi monarquía,   
   por toda la vida vuestra;   
   vos, en efecto, a quien toca    2275
   el conservar la nobleza   
   de tantos conquistadores   
   que os tuvieron en la guerra   
   por caudillo, y en la paz   
   limitádamente premian    2280
   por solamente dos vidas   
   hazañas de fama eterna;   
   vos, victorioso Pizarro,   
   es razón que a la violencia   
   del virrey os opongáis,    2285
   gobernador y cabeza   
   por el rey de esta corona,   
   y por las ciudades mesmas   
   general procurador,   
   haciendo instancia por ellas    2290
   en que el virrey se desista   
   del cargo, que en vuestra ofensa   
   las posesiones usurpa,   
   hasta que España resuelva   
   dudas tan enmarañadas,    2295
   y vuestros amigos sepan   
   por qué delito os deroga   
   el rey las mercedes hechas.   
   Armas las cuatro ciudades   
   os ofrecen, y a su expensa    2300
   hasta quinientos soldados   
   que del rigor nos defiendan   
   con que el virrey amenaza   
   a cuantos le instan y aprietan   
   en que la súplica admita    2305
   que hace este reino a su alteza.   
   Esto es a lo que he venido;   
   pues para tan justa empresa   
   por padre el Perú os escoge;   
   sus ciudades os alientan,    2310
   sus españoles os llaman,   
   sus caballeros os ruegan,   
   sus soldados os suplican   
   y vuestra piedad os fuerza.   
GONZALO:      Capitanes valerosos,    2315
   puesto que de la aspereza   
   con que el virrey ejecuta   
   leyes que la paz inquietan   
   me quepa la mayor parte,   
   y que agradecido os deba,    2320
   como a hermanos en las armas,   
   morir en vuestra defensa,   
   no han de alterar persuasiones   
   en mí la justa obediencia   
   que debo al rey, mi señor,    2325
   aunque por ello me pierda.   
   Despachados tengo a España   
   procuradores que adviertan   
   al César de mi justicia;   
   e intentar, antes que vuelvan,    2330
   resistir sus ordenanzas,   
   será ocasionar las lenguas   
   de envidiosos y enemigos   
   que contra mí al rey alteran.   
   No han de bastar--¡ vive Dios !--    2335
   a destemplar mi paciencia   
   del virrey las amenazas,   
   de mis amigos las quejas,   
   del Perú las inquietudes,   
   la pérdida de mi hacienda,    2340
   el no premiar mis servicios   
   ni el no estimar mi nobleza.   
   Tres cosas solas podrían   
   forzarme a olvidar la quieta   
   felicidad de estos campos    2345
   donde mi paz se conserva,   
   que son el celo debido   
   a la ley, que en esta tierra   
   por nosotros dilatada   
   a un Dios eterno confiesa;    2350
   el defender con la vida   
   a mi rey hasta perderla;   
   y el no permitir desdoros   
   que mi honor y fama ofendan.   
   Capitanes tiene el Cuzco    2355
   que si el virrey no se templa   
   podrán, sin mí, reducirle   
   con respeto y con prudencia.   
   Ochenta conquistadores   
   son sus vecinos; de ochenta    2360
   caballeros e hijosdalgo,   
   escojan uno en quien puedan   
   estribar sus esperanzas,   
   pues cada cual tiene prendas   
   dignas de cargos mayores;    2365
   y esto les dad por respuesta.   
CARAVAJAL:      ¿ Pues qué ley, qué rey, qué fama   
   su conservación no arriesga   
   si pusilánime agora   
   rehusas el defenderla ?    2370
   Nuestra ley, cuyos principios   
   saben los indios apenas,   
   ¿ podrá en ellos ser durable   
   si en su libertad los dejan,   
   aun viviendo encomendados    2375
   a españoles, que refrenan   
   su superstición antigua   
   y nuestra fe les enseñan ?   
   Buscan de noche las guacas,   
   y entre los riscos y cuevas    2380
   idólatras sacrifican   
   a los brutos y a las piedras.   
   ¿ Qué harán, pues, cuando les falten   
   los dueños a quien respetan,   
   y con libertad dañosa    2385
   ejerciten sus blasfemias ?   
   Luego, si el virrey nos quita   
   su administración, ya queda   
   destruída en el Perú   
   la ley que a Cristo venera.    2390
   También al rey se le sirve,   
   mientras que no te obedezcan   
   por nuestro gobernador,   
   si la provisión presentas   
   que el marqués, en nombre suyo,    2395
   hizo en ti, pues fué primera   
   que la que trae Blasco Núñez,   
   adquirida con cautelas.   
   Nombrados los dos estáis   
   con una autoridad mesma;    2400
   él por tiempo limitado,   
   tú por concesión perpetua,   
   que dure lo que tu vida.   
   ¿ Tendrá acaso menos fuerza   
   en ti la cédula real    2405
   que la que el virrey alega ?   
   Decir que sí, es ignorancia;   
   luego quien fuere contra ella   
   rebelde al rey que te elige   
   hará a su palabra ofensa.    2410
   Cien mil castellanos de oro   
   del fisco y la real hacienda   
   que embarcó Vaca de Castro   
   para servicio del César   
   desperdició Blasco Núñez,    2415
   sin permisión de la audiencia,   
   en armas, que contra ti   
   dice la fama que apresta.   
   Doce mil y más ducados   
   gastó de estos en cuarenta    2420
   machos que a sus deudos compra   
   porque a tus amigos prendan.   
   Juzga si a su rey desirve   
   quien le defrauda sus rentas,   
   o qué valdrán las coronas    2425
   y los imperios sin ellas.   
   Rebelde al César te llama   
   y como tal te condena,   
   a instancia de los de Almagro,   
   a cortarte la cabeza.    2430
   De Lima mandó sacar,   
   con indigna inadvertencia,   
   a tu inocente sobrina,   
   y a vista del puerto presa   
   con guardas en una nave.    2435
   Los oidores menosprecia,   
   porque los riesgos le intiman   
   que tan ilustre doncella   
   y ocasionada hermosura   
   corre, dejándola expuesta    2440
   entre marineros libres   
   a la atrevida torpeza.   
   Si dudas de estas verdades,   
   no des crédito a la lengua,   
   pero dásele a estas cartas.    2445
GONZALO:      ¡ Cesa, que me matas, cesa !   
   ¿ Doña Francisca Pizarro ?   
   ¿ Doña Francisca ? ¿ Y que en ella   
   un caballero ejecute   
   desaires de su nobleza ?    2450
   ¿ Presa en la mar mi sobrina ?   
   ¿ Por qué culpa y a qué presa ?   
   ¿ Por qué en la mar, si culpada ?   
   ¿ Que aún no mereció en la tierra   
   que le conquistó su padre,    2455
   que sus abuelos pudieran   
   dejarla como monarca   
   en fe de ser su heredera ?   
   ¿ El sol de su honestidad   
   entre las viles tinieblas    2460
   de atrevimientos soldados ?   
   ¿ Al qué dirán de las lenguas ?   
   ¿ Cuándo pecó la ignorancia ?   
   ¿ Cuándo agravió la inocencia ?   
   ¿ Cuándo enojó la virtud ?    2465
   ¿ Cuándo ofendió la belleza ?   
   ¿ No obligaran cortesías   
   por mujer, cuando ofendiera ?   
   ¿ Por noble, cuando agraviara,   
   y cuando todo, por bella ?    2470
   ¿ Yo sin honra, mi Francisca   
   ocasionada a la afrenta ?   
   ¿ La ley de Dios profanada,   
   a riesgo del rey la hacienda ?   
   ¿ Y yo gobernador suyo ?    2475
   ¡ No, cielos ! No vida quieta,   
   no retiros agradables,   
   no soledades amenas.   
   Sin retornos mis servicios,   
   vaya; sin indios ni rentas    2480
   mis heridas y trabajos.   
   ¿ Qué importa cuando se pierdan ?   
   Pero, ¿ sin fama, sin honra,   
   a peligro la limpieza   
   de mi inocente sobrina    2485
   y que por ella no vuelva ?   
   Vituperárame el mundo.   
   Adiós, apacibles selvas,   
   valles siempre sosegados,   
   quintas floridas y frescas;    2490
   que ya será cobardía   
   lo que hasta agora prudencia.   
   ¡ Toca al arma, marcha al Cuzco !   
   ¡ Muera el ocio !    ¡ Viva el César !   

Sale el capitán HINOJOSA

   2495
  
HINOJOSA:      Aguarde vueseñoría.   
   Oirá las alegres nuevas   
   que me ocasionan a darle   
   este título, en que muestra    2500
   la razón y la justicia   
   sus hazañas y finezas.   
   ¡ Ojalá se le conmute   
   el rey en el de excelencia !   
   Llegaron del virrey a extremo tanto    2505
   las siempre aborrecibles destemplanzas,   
   que en menosprecio se trocó el espanto   
   de sus severas leyes y ordenanzas.   
   No todo celo, si es supérfluo, es santo,   
   ni cordura atajar las esperanzas    2510
   del pueblo, pues por más que el juez presuma,   
   suma justicia es injusticia suma.   
   Mientras que Lima recibir procura   
   al virrey, en el Valle y su distrito,   
   que intitulan los indios Huhahura,    2515
   un mote halló sobre una puerta escrito.   
   Imprenta es la pared de la locura   
   y el carbón, pluma y tinta del delito.   
   Juzgad si es imprudente el que se afrenta   
   de motes en paredes de una venta.    2520
   Leyó, pues, en el Tambo estas razones,   
   "A quien viniere a echarme de mi casa   
   echaré yo del mundo," y dio ocasiones   
   esta desenvoltura al mal que pasa;   
   pues, como engendran fuego los carbones,    2525
   tanto al virrey encienden, que se abrasa   
   y a Antonio de Solar, dueño del Valle,   
   manda, en llegando á Lima, aprisionalle.   
   Sin más indicios, pues, que ver el mote   
   en la pared, aunque el autor se ignora,    2530
   manda que le confiese un sacerdote,   
   porque ha de ajusticiarle dentro una hora;   
   senténciale al instante a dar garrote,   
   y aunque inocente se disculpa y llora,   
   y no hay contra él testigos ni proceso,    2535
   la ejecución se notifica al preso.   
   Alborotóse el pueblo, porque en Lima   
   era este hidalgo justamente amado.   
   La nobleza piadosa se lastima,   
   y cada cual le sirve de abogado;    2540
   conque el virrey, temiendo no le oprima   
   la plebe amotinada, más templado   
   que esté en un calabozo, al fin ordena,   
   con esposas, con grillos y cadena.   
   En dos meses sufrió mil de rigores,    2545
   por más que libertarle solicita   
   la piedad de infinitos valedores;   
   mas era la crueldad más infinita,   
   hasta que se valió de los oidores   
   que le mandan soltar en la visita    2550
   donde se presentó, porque no hallaron   
   aún sombra del error que le imputaron.   
   Sintiólo Blasco Núñez sumamente,   
   enemistado ya con el audiencia;   
   prendió a Vaca de Castro, presidente,    2555
   sin darle cargos--¡ bárbara violencia !   
   Y porque le aborrezca más la gente,   
   al factor Illán Juárez su impaciencia   
   mató una noche por sus mismas manos,   
   temeridad horrible, aún de tiranos.    2560
   A unos negros, después, de noche obliga   
   que vestido le entierren y en secreto.   
   Súpolo la ciudad, ya su enemiga;   
   y alborotada le perdió el respeto.   
   La audiencia real, prudente, los mitiga,    2565
   y recelando el peligroso aprieto,   
   prendieron al virrey, que de otra suerte   
   no hay duda que le diera el pueblo muerte.   
   Formáronle proceso los oidores,   
   sacando del sepulcro otra mañana    2570
   al difunto factor, que causó horrores   
   al pecho, de piedad menos humana.   
   Enterráronle oculto los rigores,   
   envuelto en una capa, que de grana,   
   pronosticarle su desdicha intenta,    2575
   pues hasta la mortaja fué sangrienta.   
   Vuélvenle a sepultar, con sentimiento   
   y pompa funeral, y luego trazan   
   que se embarque el virrey, pues que violento   
   a muerte sus rigores le amenazan.    2580
   Impelen linos la preñez del viento   
   que el puerto del Callao desembarazan,   
   y surcando el cristal la leve quilla,   
   preso el virrey le llevan a Castilla.   
   Los oidores, después, ciudad y audiencia,    2585
   en virtud del derecho que te ampara,   
   gobernador te nombran en su ausencia.   
   ¡ Prudente acción de tu justicia clara !   
   Asegure peligros tu asistencia;   
   temple congojas tu apacible cara;    2590
   paga la voluntad de quien te estima   
   y el cargo admite que te ofrece Lima.   
GONZALO:      Si alientan los oidores mi derecho,   
   ¿ qué hay que esperar ? Marchemos, pues, amigos,   
   y de la fe y lealtad que está en mi pecho    2595
   con Dios y con el rey seréis testigos.   
CARAVAJAL:      Bastantes pruebas, gran Gonzalo, has hecho.   
   Castigos se remedian con castigos;   
   pague el virrey los suyos en España.   
GONZALO:      Marcha a Lima, salgamos en campaña.    2600

Vanse todos.    Salen MARTESIA y MENALIPE con armas a lo    amazonio

MENALIPE:      Morir, Martesia, morir   
   o librar á don Gonzalo;   
   mi amor a su estrella igualo.   
   Si le puedo reducir   
   a que mis consejos siga,    2605
   y de estos reinos se ausente,   
   los pronósticos desmiente   
   de la Fortuna enemiga.   
   Pero si no admite avisos   
   y obedece al hado cruel,    2610
   morir matando con él   
   son los medios más precisos   
   que mi triste suerte escoje.   
   Esta es mi resolución.   
MARTESIA:      Ponerla en ejecución,    2615
   --perdóname aunque te enoje--   
   ha de aprovechar tan poco,   
   que en vez de obligar tu amante,   
   a tus consejos diamante   
   y a mis persuasiones loco,    2620
   ha de apresurar su muerte.   
   Pero aunque esto es infalible,   
   yo haré por ti lo posible;   
   patrocínete la suerte,   
   y a tu amor agradecido,    2625
   tu amante se guíe por mí.   
   El que ves que sale aquí   
   de ejército apercibido,   
   es aquel Caravajal   
   a cuyo esfuerzo y valor    2630
   desde el postrer dictador   
   no le tuvo el mundo igual.   
   El virrey que preso a España   
   surcaba ese golfo frío,   
   por su mal, con el navío    2635
   se alzó, su pasión le engaña,   
   y en Túmbez tomando puerto,   
   de Trujillo y San Miguel   
   juntó la gente, que fiel,   
   como no sabe de cierto    2640
   la acción que al gobierno tiene   
   tu amante, y que los oidores,   
   por atajar los rigores   
   con que Blasco Núñez viene,   
   gobernador le han nombrado,    2645
   como españoles de ley,   
   quieren seguir al virrey,   
   y la obediencia le han dado.   
   Contra él, pues, Caravajal,   
   desde Lima apercibido    2650
   a deshacerle ha venido,   
   y de éste, por ser leal,   
   valiente y sabio, se fía   
   don Gonzalo. Si yo hiciese   
   que mis consejos siguiese,    2655
   discreto persuadiría   
   a tu amante que dejase   
   el Perú en esta ocasión   
   y en nuestra fértil región   
   esposo tuyo reinase.    2660
   Quiero yo a Caravajal   
   algo más de lo posible,   
   por lo soldado invencible,   
   por lo entretenido sal;   
   pero es de modo arrojado    2665
   que, si da en aborrecerme,   
   ni hechizos han de valerme   
   ni todo cuanto he estudiado.   
   Pero si quisiese Dios   
   llevarlos a nuestra tierra,    2670
   sin que amor nos haga guerra   
   tendremos quietud las dos.   
MENALIPE:      ¡ Ay cara hermana ! Si en   
   ti pusiese tal eficacia   
   Amor, si te diese gracia...    2675
MARTESIA:      Calla y retírate a aquí.   

Retírense MARTESIA y MENALIPE.    Salen    CARAVAJAL y el capitán    ALMENDRAS

CARAVAJAL:      Marchar, señores, marchar;   
   que si la ocasión perdemos   
   que entre las manos tenemos,   
   será difícil de hallar    2680
   otra vez.   
ALMENDRAS:                        Doscientas leguas   
   has corrido en seguimiento   
   de Blasco Núñez.    Aliento   
   pide el campo.    Dale treguas   
   siquiera al cansancio un día.    2685
CARAVAJAL:      Este solo que nos lleve   
   de ventaja, hará que apruebe   
   nuestro daño, su porfía.   
   Si se fortalece en Quito   
   y en el campo reforzado    2690
   nos espera descansado,   
   ¿ no le parece delito   
   digno de vituperar   
   perder esta coyuntura ?   
   La presteza y la ventura    2695
   juntas se han de ejecutar.   
   Acabemos con el tema   
   en que su locura ha dado.   
   La audiencia le ha desterrado   
   a España; si nuestra flema    2700
   la victoria nos dilata,   
   esta empresa se destruye.   
ALMENDRAS:      Al enemigo que huye...   
CARAVAJAL:      Dirá la puente de plata.   
   Mas no huye quien se retira    2705
   para volver animoso,   
   reforzado y poderoso.   
   Quien comodidades mira,   
   señor Capitán, no sale   
   con hazaña de provecho.    2710
   En no dejando deshecho   
   al enemigo, ¿ qué vale   
   el orden de la milicia ?   
   Agora que nos ampara   
   la audiencia real, y está clara    2715
   por nosotros la justicia,   
   lógrela la diligencia.   
   Marchar, soldados, marchar;   
   don Gonzalo ha de llegar   
   mañana a nuestra presencia,    2720
   no se nos lleve la gloria   
   de tan honroso laurel,   
   pues ganándole sin él   
   será nuestra la victoria.   
   Tome refresco la gente    2725
   y sigamos el alcance,   
   porque, perdido este lance,   
   es nuestro daño evidente.   
ALMENDRAS:      No lo es menos el no dar.   
CARAVAJAL:      Ya sabe mi condición;    2730
   pues propuso su razón,   
   obedecer y callar   
   es lo que agora le toca.   
ALMENDRAS:      Sí, mas digo que me obliga...   
CARAVAJAL:      Capitán, haga y no diga,    2735
   más manos y menos boca.   

Vase ALMENDRAS

   ¡ Vive Dios !    Que he de alcanzarle   
   esta noche, y deshacerle.   
   Acabemos con este hombre.   

Salen MARTESIA y MENALIPE

MARTESIA:      Airado español, detente.    2740
CARAVAJAL:      ¿ En desierto y tentadoras ?   
   ¿ Mas que llegáis a ofrecerme   
   ¿ piedras por pan ?   
MARTESIA:                          ¿ Me conoces ?   
CARAVAJAL:      Los diablos y las mujeres   
   dicen que sois de una casta;    2745
   y aunque serafín pareces,   
   tendrás diablescas las obras,   
   si engañosa me detienes   
   en favor de Blasco Núñez.   
   ¿ Dónde te he visto ? ¿ Quién eres ?    2750
   ¿ Qué pides ? ¿ Qué se te antoja ?   
   Que todas las de tu especie   
   en llegando el donativo   
   vienen para mí de requiem.   
   Si en la corte de Castilla    2755
   un medio ojo me embistiese;   
   y por la Calle Mayor,   
   donde son sus mercaderes   
   escollo de toda bolsa,   
   sus coches nuestros bajeles,    2760
   que en cualquiera tienda encallan,   
   y sus ninfas holandeses,   
   pudiérasme ejecutar   
   en colonias, alfileres,   
   guantes, bandas, rosas, dijes,    2765
   o más arriba en joyeles,   
   polleras, basquiñas, naguas,   
   y lo que este siglo teme   
   en cajas de chocolate;   
   que para que desesperen    2770
   los Píramos en vellón,   
   conforme de allá me advierten,   
   el diablo inventó a Guaxaca,   
   Guatemalas y Campeches;   
   pues, después que se conocen    2775
   en nuestra nación, se beben   
   en tres jícaras tres damas   
   cien escudos en dos meses.   
   Pero aquí si no es que pidas   
   del modo que Eva a la sierpe,    2780
   o plátanos, o guayabas,   
   sólo tengo que ofrecerte   
   con bizcochos de estos riscos,   
   chocolates de estas fuentes.   
MARTESIA:      Famoso Caravajal,    2785
   que si asombras por valiente   
   deleitas por sazonado,   
   en fe que todo lo vences,   
   yo soy aquella amazona   
   que si tuvo dicha en verte,    2790
   fue infelice en adorarte,   
   pues sus penas no agradeces.   
   Sé los riesgos a que el hado   
   te lleva, sé que te atreves   
   contra el cielo y la Fortuna    2795
   a hazañas que te despeñen.   
   Por ti la reina, mi hermana,   
   cuyo renombre obedecen   
   cuantas naciones distantes   
   la plata líquida beben    2800
   al inmenso Marañón,   
   dejando su patria fértil,   
   alas de los vientos forma,   
   para que sobre ellos vuele   
   a esta región que os anuncia    2805
   a ti y a su amante, en breves   
   tiempos tragedias que lloren   
   los siglos que nos suceden.   
   Respétate por amigo,   
   don Gonzalo; con él pueden    2810
   tus consejos cuanto pides,   
   tu eficacia cuanto quieres.   
   Redúcele a las venturas   
   que los cielos le prometen,   
   si dueños de nuestra patria    2815
   y noble correspondiente   
   al amor de Menalipe,   
   nuestra corona ennoblece   
   para blasón de tu fama,   
   que se eternice en sus sienes,    2820
   que, si por tus persuasiones   
   a las estrellas desmiente,   
   que triste fin le amenazan,   
   conquistará felizmente   
   las dos márgenes ocultas    2825
   del Marañón, dando leyes   
   a cuantas provincias varias   
   viven sus comarcas verdes.   
   Desde las sierras de Quito   
   hasta donde sus corrientes    2830
   con el océano luchan   
   del norte, que se las bebe,   
   mil leguas y más le aguardan   
   tan ricas, que son perennes   
   las venas que, en vez de sangre,    2835
   el metal monarca vierten;   
   tanta plata y oro esquilman   
   los Omaguas solamente   
   que, mayorazgo del sol   
   goza su comarca fénix;    2840
   tantas minas, cuantos riscos,   
   conquistará si los vence   
   a Europa, al Africa, al mundo   
   postrando a sus plantas reyes.   
   Serás, español gallardo,    2845
   si su condición rebelde   
   ablandas, señor del orbe;   
   regiones hay en que reines   
   ignotas hasta aquí al mundo,   
   y en pacíficos deleites    2850
   dueño de un alma serás   
   que como a Dios te venere.   
MENALIPE:      ¡ Oh si contigo bastasen !   
   ¡ Oh si en tu estima valiesen,   
   nuevo Pompeyo de España,    2855
   lágrimas, que han sido siempre   
   hechizos para los nobles !   
   Si las que vierto te mueven,   
   si persuasiones te obligan,   
   si penas te compadecen,    2860
   humilde a tus pies se postra   
   una reina, a quien la suerte   
   y el amor de tu caudillo   
   rendida a sus llamas tiene;   
   si le reduces--¡ qué dicha !    2865
   ¡ Qué gloria !--Si le convences,   
   ¡ qué hazaña !    Si le dispones,   
   ¡ qué premio !    Si le enterneces,   
   ¡ de qué males que le excusas !   
   ¡ De qué riesgos te diviertes !    2870
   ¡ De qué tragedias te libras !   
   ¡ De qué gozos le enriqueces !   
   Si de envidiosos le apartas,   
   si en mi reino le previenes   
   coronas, ¡ qué quieto goce    2875
   amor !    ¡ Que le adore siempre !   
   Cuánto es mejor que mi amante   
   pacíficamente impere,   
   sin dependencia de España,   
   que no entre la envidia y muerte    2880
   gobernar ingratitudes;   
   que, al paso que más se premien,   
   más sus fortunas envidien,   
   más sus hazañas condenen.   
   Vuestra vida está en tu mano;    2885
   vuestro honor sólo depende   
   de tu lengua; librarásle   
   como cuerdo le aconsejes   
   que me siga, que retorne   
   la fe de un amor ardiente,    2890
   dispuesto a perder la vida   
   con él, si la suya pierde.   
CARAVAJAL:      Persuasivas Ciceronas,   
   si vuestro llanto pretende   
   darnos la plaza de brujos    2895
   porque en España nos quemen,   
   vive Dios que obligan tanto   
   esas perlas mequetrefes,   
   esas razones gitanas,   
   esos semblantes de nieve,    2900
   que son dichosos los diablos   
   porque os sirven y obedecen   
   y que a no estar tan de prisa...   
   ¿ Pero qué rebato es éste ?   

Retíranse las dos y tocan a rebáto y    sale el capitán ALMENDRAS

   2905
  
ALMENDRAS:      ¡ Al arma, al arma, españoles !   
   ¡ Al arma, insigne maestre   
   que la victoria nos llama !   
CARAVAJAL:      Sí llamará; mas, sosiegue.    2910
   ¿ Qué hay de nuevo ? ¿ Qué le asombra ?   
ALMENDRAS:      De las acciones crÜeles   
   con que el virrey Blasco Núñez   
   hace que todos le tiemblen,   
   tan temerosa le sigue    2915
   su casi forzada gente,   
   que de noche a don Gonzalo   
   se acogen, de veinte en veinte.   
   Hizo dar garrote un día,   
   por sospechas sólo leves,    2920
   a los capitanes Serna   
   y Gaspar Gil, sin que templen   
   ruegos sus severidades.   
   Mató de la misma suerte   
   a don Rodrigo de Ocampo    2925
   con ser su lugarteniente;   
   con Ojeda hizo lo mismo;   
   Gómez, Estacio, Valverde,   
   y Alvaro Caravajal,   
   todos caudillos valientes.    2930
   Llegó Gonzalo Pizarro,   
   que nunca ocasiones pierde,   
   por atajos del camino,   
   mientras descuidado duerme,   
   y asaltóle valeroso;    2935
   si agora, pues, le acometes   
   participarás la fama   
   que corona al diligente.   
CARAVAJAL:      ¡ Al arma, pues ! ¿ Qué esperamos ?   

Llégase a MARTESIA y MENALIPE

   Señoras: vuesas mercedes,    2940
   altezas o majestades,   
   o el título que quisieren,   
   perdonen mi grosería;   
   que nunca fueron corteses   
   peligros; convoquen diablos    2945
   que a su provincia las lleven,   
   que acá al Apóstol gallego   
   invocamos solamente;   
   pues vale más su cruz roja   
   que diez legiones de duendes.    2950

Vanse CARAVAJAL y el capitán ALMENDRAS

MENALIPE:      Socorramos a mi amante.   
   ¡ Ojalá una bala acierte   
   mi pecho, y saque las llamas   
   que en cenizas le resuelven !   
MARTESIA:      Vencerá si tú le ayudas;    2955
   pero como ensorberbece   
   la victoria, llorarásle   
   degollado brevemente.   

Vanse las dos.    Salen don GONZALO Pizarro y    SOLDADOS, marchando

SOLDADO 1:      Quiso morir encubierto.   
SOLDADO 2:      Su daño le disfrazó.    2960
GONZALO:      Quisiérale, amigos, yo   
   vencido, pero no muerto.   
   ¡ Infelice caballero¡   
SOLDADO l:      ¿ Pues por él muestras tristeza ?   
GONZALO:      Estimo yo la nobleza.    2965
   Si fuera menos severo,   
   valor el virrey tenía   
   digno de veneración;   
   aguó su resolución   
   toda la fortuna mía.    2970
   Enlutaréme por él;   
   sepúltele la piedad   
   conforme su calidad.   
SOLDADO 2:      Hombre que fué tan crÜel   
   no merece sepultura.    2975
GONZALO:      ¡ Qué rigurosa razón !   
   No dura la emulación   
   lo que la vida no dura.   
   Hasta aquí tiró la suerte   
   cuanto su poder alcanza;    2980
   que no pasa la venganza   
   los límites de la muerte.   

Sale CARAVAJAL

CARAVAJAL:      Los parabienes te doy   
   de la victoria presente,   
   y el pésame juntamente    2985
   que recelo. Tuyo soy   
   hasta morir; pero mira   
   que aunque a tu contrario has muerto,   
   un clérigo toma puerto   
   y que el peligro no espira.    2990
   Contra ti marcha; prevén   
   con el esfuerzo las manos,   
   y si juzgaste por sanos   
   mis fieles avisos, ten   
   por cierto que son mejores    2995
   los que mi amistad y celo   
   te advierten, porque del cielo   
   granizan gobernadores.   
   Mas, si a seguirme te inclinas,   
   dicha mi fe te promete;    3000
   guárdate de este bonete   
   que hiere con cuatro esquinas.   
   Digo, pues, que es lo mejor   
   que trueques a toda ley,   
   intitulándote rey,    3005
   riesgos de Gobernador.   
   Constituye monarquía   
   de eterna felicidad;   
   llamémoste majestad,   
   dejemos la señoría.    3010
   Con tu hacienda y tus hazañas   
   este imperio se ha ganado;   
   su sitio es más dilatado   
   y rico que diez Españas;   
   si quieres tener seguros    3015
   vasallos fieles, que mandes,   
   haz títulos, cubre grandes,   
   que son los mejores muros   
   de las coronas y estados.   
   Obliga con intereses;    3020
   nombra condes y marqueses;   
   cría luego adelantados;   
   un almirante en el mar;   
   un condestable en la tierra,   
   mariscales en la guerra.    3025
   A los grandes puedes dar   
   a cien mil pesos de renta,   
   pues gozas un orbe de oro,   
   de inmensa plata y tesoro;   
   a diez, a veinte y a treinta    3030
   a los títulos menores,   
   ya en indios y ya en lugares;   
   haz órdenes militares,   
   elige comendadores   
   que tomen la advocación    3035
   de los santos que quisieres;   
   si mayorazgos hicieres,   
   ilustrarás tu nación   
   con rentas establecidas   
   perpetuas, y no al quitar,    3040
   que éstas saben obligar   
   y no las de por dos vidas,   
   que a los nietos empobrezcan   
   sin premiarse tanta hazaña.   
   Escribe a la Nueva España    3045
   que por su rey te obedezcan,   
   y harás lo mismo con ellos   
   que con nosotros procuras,   
   y de esta suerte aseguras   
   hechizos con que atraellos;    3050
   pues viéndose el bien nacido,   
   como merece, premiado,   
   a sus hijos con estado   
   y a su rey agradecido,   
   y que honrando descendencias    3055
   que llegan a eternizarse,   
   sus nietos han de llamarse   
   señorías y excelencias,   
   por no perder esta acción   
   diez mil vidas perderán,    3060
   y firmes conservarán   
   tu corona y su opinión.   
   Pide, después, una nieta   
   de los Incas que reinaron,   
   y a tus armas se postraron,    3065
   la más hermosa y discreta,   
   por esposa; y coronada   
   con ostentaciones reales   
   los indios y naturales,   
   si la ven entronizada,    3070
   en fe que la sangre adoran   
   de sus venerados reyes,   
   obedeciendo tus leyes   
   cuantos esos riscos moran   
   y el temor tiene esparcidos,    3075
   te traerán con mano grata   
   los tesoros de oro y plata   
   que conservan escondidos.   
   Si haces eso ¿ quién podrá   
   despojarte sino el cielo ?    3080
   Labra un fuerte en Portobelo,   
   pon presidio en Panamá,   
   y venga todo el poder   
   de España a desposeernos.   
   ¿ Con qué armada ha de ofendernos    3085
   si no les dejamos ver   
   del sur la menor arena ?   
   Esto es lo que te aconsejo.   
   Toma de un soldado viejo   
   lo que con tiempo te ordena    3090
   o, pues, el gobernador,   
   que ya se acerca, pregona   
   que por el rey nos perdona   
   si no te damos favor,   
   y mi aviso no te agrada    3095
   ganemos estos perdones,   
   porque en tales apretones,   
   Gonzalo, o César, o nada.   

Don GONZALO saca la espada para CARAVAJAL

GONZALO:      ¡ Vive el cielo ! ¡ Desleal,   
   desconocido, traidor !    3100
CARAVAJAL:      Sé Rey, no gobernador.   

Vase    CARAVAJAL

   :      Todos con Caravajal   
   venimos en coronarte.   
TODOS:      Esto tu ejército pide.   

Vanse todos, dejando solo a don GONZALO

GONZALO:      Primero que mi fe olvide...    3105
VOCES:      0 verte Rey, o dejarte.              Dentro   
GONZALO:      ¿ Esto se puede sufrir ?   
   ¿ Esto es digno de creer ?   
VOCES:      ¡ Muera quien no supo ser              Dentro   
   Rey del Perú !   
GONZALO:                        Pues morir.    3110
   Morir, ingratos, perderme,   
   y no admitir tal infamia;   
   no eclipsar la sangre mía,   
   no echar en ella tal mancha.   
   ¡ Desamparadme, avarientos !    3115
   Sepa mi rey, sepa España   
   que muero por no ofenderla,   
   que pierdo, por no agraviarla,   
   una corona ofrecida,   
   tan fácil de conservarla,    3120
   cuanto infame en poseerla.   
   Diga que pude, la fama,   
   ser Monarca y que no quise;   
   que todos me desamparan   
   por fiel, por leal, por noble.    3125
   Será feliz mi desgracia.   
   Diga que violentamente   
   me sacaron de mi casa,   
   de mi quietud, de mí mismo,   
   los que en el riesgo me faltan,    3130
   los que me dejan ahora.   
   Con ellos premios reparta   
   quien a perseguirme viene,   
   déles indios, déles plata,   
   que no les dará, a lo menos,    3135
   estimación, ni alabanzas,   
   de que de mi perdición   
   no fueron ellos la causa.   
   Muera a manos de un verdugo   
   quien tanta fe a su rey guarda,    3140
   que va a perder la cabeza   
   por no querer coronarla.   
   Mas no publique la envidia,   
   que mentirá como falsa,   
   que alcé contra el rey banderas,    3145
   que toqué a su ofensa cajas.   
   Gobernador me nombró   
   mi hermano el Marqués, sellada   
   tengo esta merced, del César;   
   cuatro ciudades me llaman    3150
   para procurador suyo;   
   la audiencia real me despacha   
   confirmación del gobierno;   
   no está, hasta aquí, derogada   
   mi justicia por el rey.    3155
   Si a Blasco Núñez embarca   
   preso y culpado la audiencia,   
   y es su temeridad tanta   
   que contra mí se despeña,   
   pues por morir se disfraza,    3160
   ¿ atribuiráme el prudente   
   su muerte a culpa ? Excusarla   
   quise ¿ pero quién excusa   
   sucesos de las batallas ?   
   Tomad, amigos, al temple,    3165
   ¡ despojadme de las armas !   

Arroja la espada y la daga

   Infelices en creeros,   
   si en vencer afortunadas.   
   Entregadme al presidente,   
   pues aduláis con dos caras,    3170
   pues, Judas, me habéis vendido,   
   pues vuestro interés me engaña,   
   que, cuando todos me dejen   
   gozosa volará el alma   
   a amistades más seguras,    3175
   pues mi lealtad la acompaña.   

Vase don GONZALO.    Salen MENALIPE y MARTESIA

MENALIPE:      ¡ Déjame morir, Martesia,   
   pues a mi amante me matan !   
   ¡ No nos dividan tormentos;   
   mezclemos ansias con ansias !    3180
   El severo presidente   
   cortar manda la cabeza   
   más digna de aclamaciones   
   que honró laureles y palmas.   
   ¿ Podré yo vivir sin él ?    3185
MARTESIA:      Podrás, si extremos amansas,   
   resucitarle en tu pecho,   
   y prevenirle venganzas   
   contra todos los que intenten   
   de su nación inhumana    3190
   conquistar nuestras provincias,   
   tiranizar nuestra patria.   
   Creyóse de aduladores,   
   fuéle la Fortuna avara,   
   no quiso dar fe a consejos,    3195
   cumplió destinos la Parca.   
   ¿ Que remedias con tu muerte ?   
MENALIPE:      Lo que no con tus palabras,   
   pues cuanto más me consuelas   
   más mis congojas me abrasan.    3200
   ¿ Cómo viviré sin vida ?   
   ¿ Qué vale un cuerpo sin alma ?   
   Ven y matemos muriendo.   
MARTESIA:      No fuera tan de eficacia   
   la virtud de mis estudios,    3205
   si en fe de ellos no enfrenara   
   los ímpetus de tus penas   
   que furiosos te maltratan.   
   Violentaréte al sosiego.   

Salen ALONSO Alvarado y otros

ALONSO:      Resolución es que a España    3210
   ha de causar compasiones   
   que llore siempre la fama.   
   No quiero verle morir,   
   que militaron mis armas   
   debajo de sus banderas.    3215
   Mal el presidente paga   
   servicios de tanta estima.   
   Si prudente lo mirara   
   con más acierto y clemencia   
   lograr pudiera alabanzas.    3220
   ¿ Orden del rey no traía,   
   que, si fuese de importancia   
   de don Gonzalo el gobierno,   
   por él se le confirmara ?   
   ¿ Quién pacificó esta tierra ?    3225
   ¿ Qué leyes cuerdas y santas   
   no estableció en tiempo breve,   
   que siguiéndola repara   
   alborotos e inquietudes ?   
   Si es así ¿ por qué causa    3230
   no cumple lo que le ordenan ?   
   ¿ Por qué la cabeza aparta   
   de los más valientes hombros   
   que dieron gloria á su patria ?   
MARTESIA:      ¡ Oh, Alvarado, siempre insigne !    3235
   Tú solo, entre todos, pagas   
   correspondencias de noble;   
   firme fe a tu amigo guardas.   
   Agradeceráte el cielo   
   con las obras tus palabras.    3240
   Generaciones ilustres   
   serán de tu tronco ramas.   
   Villamor te dará condes,   
   entrando en tu antigua casa   
   las mejores de Castilla,    3245
   las más célebres de España.   
   No piense la emulación,   
   envidiosa y destemplada,   
   que porque Gonzalo muere   
   podrá en la sangre Pizarra    3250
   agotar deudos ilustres,   
   que en otro siglo deshagan   
   nubes, que torpes pretenden   
   con falsedad eclipsarla.   
   Fernando, su hermano heroico,    3255
   puesto que preso en España,   
   dará a sus reyes un nieto   
   que vuelva a resucitarla.   
   Al marqués de la conquista   
   vuestra Extremadura aguarda,    3260
   luz del crédito español,   
   nuevo Alejandro en las armas.   
   Malograrásele un hijo   
   que en Flandes tiña las aras   
   en servicio de sus reyes,    3265
   que a la eternidad levanta;   
   mas casándose otra vez   
   con generosa prosapia,   
   dará envidia a la lisonja   
   y sucesión a su casa.    3270
MENALIPE:      Sí, mas no espere ninguno   
   que otra vez pisen sus plantas   
   las regiones escondidas   
   que el fértil Marañón baña;   
   concediósele esta suerte    3275
   al que objeto de desgracias,   
   cede al destino inocente   
   y la crueldad desbarata.   
   No merece poseerla   
   nación con él tan ingrata,    3280
   que le aconseja peligros   
   y, en medio de ellos, le falta.   
MARTESIA:      Encubriráos nuestra tierra   
   el cielo, aunque a conquistarla   
   se atrevan, después, codicias,    3285
   que malogren su esperanza.   
   Morirá un Pedro de Ursúa,   
   antes que surque sus aguas,   
   un traidor Lope de Aguirre,   
   un Guzmán y un Orellana.    3290
MENALIPE:      Y cuando el hado mintiera   
   y alguno vivo llegara   
   a nuestra amena provincia,   
   en no admitir hombres sabia,   
   yo estoy aquí, yo, que sobro    3295
   contra ingratos.   
MARTESIA:                          Ven, hermana,   
   y deja, prudente, al tiempo   
   tus consuelos y venganzas.   

Abrese el monte y encúbrense las    dos

ALONSO:      ¿ Qué voces, cielos, son éstas   
   que asombrosas nos espantan,    3300
   y sin ver los que las forman   
   con presagios amenazan ?   
   Mas los elementos mismos,   
   en la muerte desdichada   
   del español más valiente,    3305
   solemnizan sus desgracias.   
   Este fue el fin lastimoso   
   de don Gonzalo; la fama   
   de lo contrario ha mentido.   
   La malicia ¿ que no engaña ?    3310
   Lea historias el discreto,   
   que ellas su inocencia amparan,   
   y supla en esta tragedia,   
   quien lo fuere, nuestras faltas.   


FIN DE LA COMEDIA