Pedro Calderón de la Barca
El mayor monstruo del mundo

PERSONAJES

                        EL TETRARCA DE JERUSALEN.
OCTAVIANO, emperador.
ARISTOBOLO, príncipe.
FILIPO, viejo.
TOLOMEO, soldado.
PATRICIO, capitán.
POLIDORO.
MARIENE, dama.
LIBIA, dama.
SIRENE, dama.
ARMINDA, criada.
MUSICOS.
SOLDADOS.

Primera jornada

       

Cuadro I

Salen los Músicos y, mientras cantan, van saliendo los que puedan de acompañamiento y detrás el TETRARCA y MARIENE, llorando.

       

MUSICOS                     La divina Marïene,
el Sol de Jerusalén,
por divertir sus tristezas,
vio el campo al amanecer.
Las fuentes, flores y aves 5

la dan dulce parabién,
siendo triunfo de sus manos
lo que es pompa de sus pies,
y como aves, fuentes, flores
solicitan su placer, 10

convidando unas a otras,
dicen una y otra vez:
«Fuentes, sus espejos sed:
corred, corred;
aves, su luz saludad: 15

volad, volad;
flores, sus sendas lucid,
venid, venid;
y a poner paz en lid
de un cielo y un vergel, 20

aves, fuentes y flores,
venid, volad, corred.»
TETRARCA Callad, callad, suspéndase el acento
que sonoro se esparce por el viento.
Hermosa Marïene, 25

a quien el orbe de zafir previene
ya soberano asiento,
como estrella añadida al firmamento,
no con tanta tristeza
turbes el rosicler de tu belleza. 30

¿:Qué deseas? ¿:Qué quieres?
¿:Qué envidias? ¿:Qué te falta? ¿:Tú no eres,
querida esposa mía,
reina en Jerusalén? Su monarquía,
en cuanto ciñe el sol y el mar abarca, 35

¿:no me aclama su ínclito Tetrarca,
que es Viso-Rey, mudando en mí el trofeo
sola la voz, porque nací Idumeo,
de cuya autoridad dan testimonio
letras de Marco Antonio 40

y firmas de Octaviano?
¿:Los dos no intentan (¡oh, no salga en vano!)
competir el imperio
que dilata y extiende su hemisferio
desde el Tíber al Nilo? 45

Yo, pues, ¿:con falso trato y doble estilo
de Antonio no defiendo
la parte? Porque así turbar pretendo
la paz, y que la guerra
dure, a fin que después, cuando la tierra 50

de sus huestes padezca atormentada,
y el mar cansado de una y otra armada,
pueda, deshechos ambos, declararme
y en Roma, tú a mi lado, coronarme.
Tu hermano y Tolomeo, 55

¿:no son a quien les fío mi deseo,
y todo el poder mío,
pues con los dos socorro a Antonio envío?
Y en tanto, dueño hermoso,
que al triunfo llega el día venturoso, 60

¿:no estás de mí adorada?
¿:De mis gentes no estás idolatrada
por gusto tuyo en esta hermosa quinta
que sobre el mar de Jafe el abril pinta?
Pues no tan fácilmente 65

se postre todo un sol a un accidente;
pródiga restituya tu alegría
su luz al alba, su esplendor al día,
su fragancia a las flores,
al campo sus colores, 70

sus matices a Flora,
sus perlas al Aurora,
su música a las aves,
mi vida a mí; pues con temores graves
a celos me ocasionan tus desvelos... 75

No sé más que decir: ya dije celos...
MARIENE Tetrarca generoso,
mi dueño amante, mi galán esposo,
ingrata al cielo fuera,
y a mi ventura ingrata, si rindiera 80

el sentimiento mío
a pequeño accidente el albedrío.
La pena que me aflige,
de causa (¡ay triste!) superior se rige;
tanto, que es todo el cielo 85

depósito fatal de mi recelo,
pues todo el cielo escribe
mi desdicha, que en él grabada vive
en papel de zafir con letras de oro.
No con causa menor ni muerte lloro. 90

TETRARCA
Menos sé ahora, y más dudo,
el mío y tu dolor; y si es que pudo
tanto mi amor contigo,
hazme, mi bien, de tu dolor testigo:
sepa tu pena yo, porque la llore 95

y más tiempo no ignore
ansia que ya con mis temores lucha.
MARIENE Nunca pensé decirla; pero escucha:
un doctísimo hebreo
tiene Jerusalén, cuyo deseo 100

siempre ha sido, estudioso,
adelantar al tiempo presuroso
la edad, como si fuera
menester acordarle que corriera.
Este astrólogo, o mago, o nigromante, 105

en láminas leyendo de diamante
caracteres de estrellas,
los ya futuros contingentes de ellas
-como dije- adelanta
con tanto estudio, con certeza tanta, 110

que es oráculo vivo
de todo ese volumen fugitivo
que, en círculos de nieve,
un soplo inspira y una mano mueve.
Yo, que mujer nací (con esto digo 115

amiga de saber), docto testigo
le hice de tu fortuna y mi fortuna;
que, viendo cuanto al monte de la luna
hoy elevas la frente,
quise antever el fin. El, obediente, 120

con el mío juzgó tu nacimiento
y, a los acasos de la suerte atento,
halló... (aquí el labio mío
torpe muda la voz, el pecho frío
se desmaya, se turba y se estremece, 125

y el corazón aun con latir fallece),
halló, en fin, que sería
infausto triunfo yo (¡qué tiranía!)
de un monstruo el más cruel, horrible y fuerte
del mundo; y en ti halló que daría muerte 130

(¿:qué daño no se teme prevenido?)
ese puñal que ahora traes ceñido
a lo que más en este mundo amares.
¡Mira, pues, si pesares
tan grandes es forzoso 135

que tengan en discurso temeroso,
muerta la vida y vivo el sentimiento!
Pues, trágicos los dos con fin violento,
por ley de nuestros hados
vivimos a desdichas destinados: 140

tú, porque ese puñal será homicida
de lo que amares; yo, porque mi vida
vendrá a ser, con ejemplo sin segundo,
trofeo del mayor monstruo del mundo.
TETRARCA Bellísima Marïene, 145

aunque ese libro inmortal,
en once hojas de cristal,
nuestros influjos contiene,
dar crédito no conviene
a los secretos que encierra; 150

que es ciencia que tanto yerra
que en un punto solamente
mayores distancias miente
que hay desde el cielo a la tierra.
De esa ciencia singular 155

sólo se debe atender
al mal que se ha de temer,
mas no al que se ha de esperar.
Sentir, padecer, llorar
desdichas que no han llegado, 160

ya lo son, pues que no hay hado
que pueda haberte oprimido,
después de haber sucedido,
a más que haberle llorado.
Y si ahora tu recelo 165

lo que ha de suceder llora,
tú haces tu desdicha ahora
mucho primero que el cielo.
Creer más nuestro desconsuelo,
por imaginada o dicha, 170

la desdicha que la dicha
ya es padecerla en rigor,
pues no hay desdicha mayor
que esperar una desdicha.
Y en otro argumento yo 175

vencer tu temor quisiera:
si ventura acaso fuera
la que el Astrólogo vio,
¿:diérasla crédito? No,
ni la estimaras ni oyeras; 180

pues ¿:por qué en nuestras quimeras
han de ser escrupulosas
las venturas mentirosas,
las desgracias verdaderas?
Dé crédito el llanto igual 185

al favor como al desdén:
ni aquél dudes porque es bien,
ni éste creas porque es mal.
Y si consecuencia tal
no te satisface, mira 190

otra que a librarte aspira.
Esta prevista crueldad,
o es mentira o es verdad;
dejémosla si es mentira,
pues nada nos asegura, 195

y a que sea verdad vamos,
porque, siéndolo, arguyamos
que es el saberla ventura.
Ninguna vida hay segura
un instante: cuantos viven 200

en su principio perciben
tan contados los alientos
que se gastan por momentos
los números que reciben.
Yo en aqueste instante no 205

sé si mi cuenta cumplí,
ni si viviré, y tú sí,
a quien el cielo guardó
para un monstruo: luego yo
llorar debiera, ignorante, 210

mi fin; tú no, si este instante
a ser tan dichosa vienes
que seguro el vivir tienes,
pues no está el monstruo delante.
Y, pasando al fundamento 215

de lo que han dicho de mí,
¿:cómo es compatible, di,
que aqueste puñal sangriento
dé en ningún tiempo, violento,
muerte a lo que yo más quiero, 220

y a ti un monstruo? Y si no infiero
cosa de mí más querida,
¿:cómo amenazan tu vida
aquel monstruo y este acero?
Pues si hoy el hado importuno, 225

que es de los gentiles dios,
te ha amenazado con dos
riesgos, no temas ninguno.
No hay más crueldad para el uno
que para el otro piedad; 230

luego será necedad
temer, al agÜero atenta,
cuando es fuerza que uno mienta,
que el otro diga verdad.
Y porque veas aquí 235

cómo mienten las estrellas
y que el hombre es dueño dellas,
(Saca el puñal y ella se asusta.)

mira el puñal.
MARIENE                    ¡Ay de mí
esposo, yo...!
TETRARCA                 ¿:De qué así
tiemblas?
MARIENE            Mi muerte me advierte 240

mirarle en tu mano fuerte.
TETRARCA Pues porque no temas más
desde hoy inmortal serás:
yo haré imposible tu muerte.
Sea el mar, campo de hielo; 245

sea él, orbe de cristal,
deste funesto puñal,
monstruo acerado en el suelo,
sepulcro.
(Tira el puñal y dice dentro TOLOMEO.)

TOLOMEO (Dentro.) ¡Válgame el cielo!
MARIENE ¡Oh, qué voz tan triste he oído! 250

FILIPO
Aire y agua han respondido
con asombro y con desmayo.
LIBIA El trueno fue de aquel rayo
un lastimoso gemido.
MARIENE ¿:Qué mucho que a mí me asombre 255

acero tan penetrante,
que hace heridas en las ondas
e impresiones en los aires?
TETRARCA Los pequeños accidentes
nunca son prodigios grandes: 260

acaso la voz se queja.
Y porque te desengañes,
iré a saber cúya ha sido,
penetrando a todas partes
los cóncavos de los montes, 265

y los senos de los mares.
(Vanse [el TETRARCA] y FILIPO.)

MARIENE Toda soy horror.
TOLOMEO (Dentro.)        Divinos
dioses, ¿:a una vida frágil
no le bastaba una muerte?
MARIENE Acento tan lamentable, 270

¿:cúyo será?
LIBIA                 No sé, pero
el mar campaña inconstante
de un mísero es, que, rendido
a los continuos embates
de su flujo y su reflujo, 275

entre sus espumas trae,
luchando a brazo partido
con el agua y con el aire.
SIRENE Ya tu esposo, dando orden
que le socorra y ampare 280

gente de mar, le da puerto
en los brazos y en su margen.
MARIENE Dices bien, mas (¡ay de mí!)
que asombro a asombro se añade,
pues puñal que fue cometa 285

de dos esferas errantes,
arpón del arco del cielo,
clavado en un hombro trae.
LIBIA (Aparte.) Y es, ¡ay infeliz!, si no es
que la distancia me engañe, 290

(mas, ¿:cuándo engañan distancias
en perspectivas de males?)
Tolomeo. ¿:Qué lo dudo,
pues bastaba ser mi amante
para ser tan infelice? 295

SIRENE
(Aparte.) ¡Qué poca lástima me hace
a mí el ser él, pues estimo
ver que a mis ojos acabe!
MARIENE Vamos de aquí, que no tengo
ánimo para mirarle. 300

SIRENE
(Aparte.) Ni yo ira para que
muera sin que yo le mate.
LIBIA (Aparte.) Ni yo valor que, en tal pena,
sufra, disimule y calle. (Vanse.)
(Salen el TETRARCA y FILIPO trayendo a TOLOMEO entre los dos , desnudo y herido, con el puñal en el hombro.)

FILIPO Ya del mar estáis seguro, 305

infelice navegante.
TETRARCA Y de la herida, pues hay
quien de ella el puñal os saque.
TOLOMEO Detente, señor, detente;
no le quites, no le arranques, 310

porque, al ver la puerta abierta,
sus espíritus no exhale
el alma. Y ya que los hados
solamente en esta parte
son piadosos, pues me dan 315

para verte y para hablarte
tiempo, no se pierda el tiempo.
Mi muerte y la tuya sabe.
TETRARCA ¿:Tolomeo?
TOLOMEO               Sí, señor.
TETRARCA Llevadle de aquí, llevadle 320

a curar.
TOLOMEO         Oye primero,
que, cuando el riesgo es tan grande,
menos importa mi vida
que la tuya; y así, antes
que acabe mi poco aliento 325

desdichas que son tan grandes,
oye las tuyas, señor;
y cuando, helado cadáver,
me falte tiempo al decirlas,
al saberlas no te falte. 330

Octaviano, en tierra y mar
ondas ocupando y valles,
llegó a Pireo; salió Antonio,
con tu socorro a buscarle,
de Cleopatra acompañado, 335

en el Bucentoro, nave
que labró para él, si ya
no fue vago escollo fácil
de ascuas de oro guarnecido
de bronces y de cristales. 340

Saludáronse a lo lejos,
ya castigados los parches,
ya inspirados los clarines,
las dos capitanas reales
hasta que, de la galana 345

guerra estrechando los trances,
fueron las jarcias Vesubios,
fueron los buques volcanes.
A los principios fue nuestra
(aquí el aliento desmaye) 350

la fortuna, pero, ¿:cuándo
fija estuvo? ¡Oh, ignorante
el que constante la dijo,
pues con rumbos desiguales
en ser inconstante siempre, 355

es siempre la más constante!
Al tiempo que por nosotros
iba (¡ay de mí!) a declararse,
se embravecieron las olas,
y el mar, Nembrot de los aires, 360

montes puso sobre montes,
ciudades sobre ciudades,
tan en favor de Octaviano,
que, gozando favorable
el barlovento, y nosotros 365

padeciendo sus embates,
fue fuerza que nuestra armada,
como estaba hacia la parte
del puerto, al abrigo suyo,
sotaventada, se ampare, 370

bien que tan rota y deshecha,
que, si la sigue al alcance
Octaviano, en él no dudo
que la eche a pique, o la abrase,
de cuyas resultas yo 375

no puedo (¡ay de mí) informarte,
porque, tomando la vuelta
de Jerusalén mi nave,
caballo fue desbocado,
que, perdido el gobernarle, 380

no hay rienda que le corrija
ni bocado que le pare.
Atormentada la quilla,
desmantelado el velamen,
los árboles destroncados, 385

enmarañados los cables,
y trayendo ya en la escota
arena y agua por lastre,
casi a vista de las torres
que divisa el mar de Jafe, 390

fue ruina de inculto bajo,
donde una tabla, a los ayes
repetidos, mi delfín
fue, enseñada a sus piedades.
¿:Quién creyera que la suerte, 395

en un hombre que se vale
de la piedad de un fragmento,
pudiera hacer otro lance?
Dígalo yo, pues yo vi,
cuando de la orilla el margen 400

ya pensé que me admitía,
de acero un sañudo sacre,
que, a hacer como en cuerpo muerto
en mí la presa, se abate;
este, pues, que de mi vida 405

royendo está los instantes,
sólo el decir me permite
que hoy Octaviano triunfante
queda en Egipto, que Antonio
o sitiado o muerto yace; 410

que de Aristóbolo, hermano
de tu esposa, no se sabe;
y, en fin, que tus esperanzas
como el humo se deshacen;
y más si Octaviano llega 415

a saber que a Antonio vales.
Y ya que de tus desdichas,
siendo él todo, no soy parte,
dales sepulcro a las mías;
aunque las mías son tales, 420

que ellas se harán su sepulcro,
por blasón de que en él yace
el criado más leal
y el más desdichado amante.
TETRARCA El ser uno desdichado 425

todos han dicho que es fácil,
mas yo digo que es difícil;
que, es tan industrioso arte
que aunque le platiquen todos,
no le ha penetrado nadie. 430

¡Quitadme ese asombro, ese
funesto horror de delante!
Llevadle donde le curen. (Llévanle.)
Y aquese puñal guardadle,
que importa saber qué debo 435

hacer de él, ya que él me hace
tenerle por sospechoso.
¡Ay, Filipo, hagan alarde
mis suspiros de mis penas,
mis lágrimas de mis males! 440

FILIPO
Señor, los grandes sucesos
para los sujetos grandes
se hicieron, porque el valor
es de la fortuna examen.
¿:A qué crisol se averiguan 445

los generosas quilates
de un héroe sino a los toques
del hado, que es su contraste?
Ensancha el pecho, verás
que en él tus desdichas caben, 450

sin que a la voz ni a los ojos
se asomen.
TETRARCA               ¡Ay, que no sabes,
Filipo, cuál es mi pena,
pues quieres darla esa cárcel!
FILIPO Sí sé, pues sé que has perdido 455

tal república de naves.
TETRARCA No es su pérdida la mía.
FILIPO Serálo el mirar triunfante
a Octaviano, con la duda
de que penetre o alcance 460

ser su enemigo.
TETRARCA                      No tengo
miedo a las adversidades.
FILIPO De Aristóbolo, tu hermano,
ni de Marco Antonio sabes.
TETRARCA Cuando sepa que murieron, 465

tendré envidia a bien tan grande.
FILIPO Los prodigios del puñal
preñeces son bien notables.
TETRARCA Al magnánimo varón,
no hay prodigio que le espante. 470

FILIPO
Pues si prodigios, fortunas,
pérdidas, adversidades
no te afligen, ¿:qué te aflige?
TETRARCA ¡Ay, Filipo, no te canses
en adivinarlo, puesto 475

que mientras no adivinares
que es amor de Marïene,
todo es discurrir en balde!
Todos mis anhelos fueron
coronarla y coronarme 480

en Roma, porque no tenga
que envidiar mi esposa a nadie.
¿:Por qué ha de gozar belleza,
(que no hay otra que la iguale,
en fe de marido) un hombre 485

que hay otro que le aventaje?
¿:No será mejor que (en fe
de galán) su nombre ensalce
y, si ella es la más hermosa,
sea él el más amante? 490

¿:Cómo he de igualar extremos
si no es con que hacerla trate
la más alta, cuando ella
el más dichoso me hace?
Piérdase la armada; muera 495

Antonio, mi parcial; falte
Aristóbolo; Octaviano,
sepa o no mi intento, mande;
vuelva el prodigioso acero
a mi poder; que a postrarme 500

nada basta, nada importa,
sino que el medio se atrase
de hacer reina a Mariene
del mundo. Ya en esta parte
dirás, y lo dirán todos, 505

que es locura; no te espante,
que cuando amor no es locura,
no es amor; y el mío es tan grande,
que pienso -atiende, Filipo-
que pasando los umbrales 510

de la muerte, ha de quedar
a las futuras edades
grabado con letras de oro
en láminas de diamante. (Vanse.)
Cuadro II

Cajas y trompetas dentro y salen OCTAVIANO con bastón y corona de laurel, y como presos ARISTOBOLO vestido pobremente, y POLIDORO con gala, desaliñadamente vestido PATRICIO, CAPITAN y SOLDADOS.

UNOS (Dentro.) ¡Viva Octaviano!
OTROS (Dentro.)              ¡Viva! 515

CAPITAN
Como a su César Menfis le reciba,
puesto que como a tal ya le idolatra,
a despecho de Antonio y de Cleopatra.
OCTAVIANO Pues me da la obediencia,
el saco cese, cese la violencia, 520

que basta que por César me reciba.
TODOS ¡Muera Cleopatra, y Octaviano viva!
(Salen y suenan cajas.)

OCTAVIANO Feliz es la suerte mía,
pues, de Egipto victorioso,
dilato la monarquía 525

de Roma, dueño famoso
de los términos del día.
Cante, pues, victoria tanta
la fama; y, en testimonio
de cuanto en mí se adelanta, 530

sean triunfos de mi planta
hoy Cleopatra y Marco Antonio.
Seguidlos, que mi ventura
llevarlos presos procura
donde, triunfador bizarro, 535

sean fieras de mi carro
el poder y la hermosura.
CAPITAN Aunque habemos discurrido
de Cleopatra el gran palacio,
hallarla no hemos podido, 540

ni a Antonio, porque su espacio
laberinto de oro ha sido,
en que sólo hemos hallado
a Aristóbolo, cuñado
del que hoy a Jerusalén 545

Tetrarca rige, de quien
nos informó ese criado.
(Señala a ARISTOBOLO.)

Contra ti lidió y así,
porque averigÜes aquí
sus designios, le traemos 550

de la parte en que le habemos
oculto hallado.
POLIDORO (Aparte.) ¡Ay de mí!
¿:Cuál diablo me metió, cuál
demonio en engaño tal?
Señores, ¿:no es necio error, 555

porque él viva de traidor,
que muera yo de leal?
ARISTOBOLO (Aparte a POLIDORO.)
Si así la vida me das,
no temas: seguro estás,
que yo a ti te la daré. 560

Disimula pues.
POLIDORO (Aparte.) (Sí haré,
hasta que no pueda más.)
Grande César Octaviano,
cuyo renombre inmortal
el tiempo asegure ufano 565

en estatuas de metal,
que intente borrar en vano:
no desdores riguroso
los aplausos que has tenido
con sangre; que es ser piadoso 570

vencedor con el vencido,
ser dos veces victorioso.
OCTAVIANO Aunque pudiera, ¡oh, valiente
Aristóbolo!, vengarme
en tu vida dignamente, 575

pues contra mí estás, mostrarme
quiero piadoso y clemente.
Llega a mis brazos.
POLIDORO                         Si fui
tan feliz, ya desde aquí
no envidiaré altas esferas. 580

[Aparte.] (Juro a Dios que hablo de veras,
¿:quién lo creyera de mí?)
OCTAVIANO Alza, alza del suelo, y pues
el fin de mis glorias es
entrar en Roma triunfante, 585

con Marco Antonio delante
y con Cleopatra a mis pies,
dime dónde están; que no
he sabido de ellos yo
desde que aquel Bucentoro, 590

armado risco de oro,
en su puerto se abrigó.
POLIDORO Yo de los dos te dijera,
si yo de los dos supiera;
que, siendo secreto, hallo 595

que hiciera más en callarlo,
señor, que en decirlo hiciera.
Mas desde que llegué aquí,
nunca más a los dos vi.
OCTAVIANO Eso no es agradecer 600

mi piedad. Yo he de saber
de ellos, y ha de ser así.
¡Hola!
CAPITAN         Señor.
OCTAVIANO                 Al infante
Aristóbolo llevad
a una torre, y ni un instante 605

goce de la claridad
del sol; la sombra le espante
en su noche...
POLIDORO (Aparte.) Aquí llegó,
señor, de tu engaño el fin.
ARISTOBOLO (Aparte.) Disimula.
POLIDORO                      ¿:Torre yo 610

y oscura? El demonio sin
duda me aristoboló.
CAPITAN Venid.
ARISTOBOLO (Aparte.) Calla.
POLIDORO (Aparte.) ¿:Qué es callar?
¡Vive el cielo, que he de hablar!
¿:Yo príncipe? En mi pecado, 615

muy errado y muy culpado...
OCTAVIANO ¡Llevadle! ¿:Qué hay que esperar?
Y ese criado, el primero
padezca un tormento fiero,
o muera en él de leal. 620

POLIDORO
(Aparte.) (¿:Qué es tormento? Mal por mal,
torre pido y noche quiero:
vamos a la torre). Yo
soy Aristóbolo, no
errado infante, según 625

fingía. (Aparte.) (Sin duda, algún
ángel me aristoboló.)
ARISTOBOLO Enfrena el fiero rigor,
sabrás de los dos, señor;
y, de mi voz advertido, 630

oirás que los dos han sido
funestos triunfos de amor.
Apenas rota su armada
vio Antonio, cuando la alada
nave, haciéndose a la vela, 635

nada, pensando que vuela,
vuela, pensando que nada;
pues con ligereza suma,
pez sin escama nadaba,
ave volaba sin pluma, 640

tan veloz, que aun no le ajaba
un solo rizo a la espuma.
A Menfis en fin llegó,
donde rehacerse pensó
de la pérdida y tornar 645

a la campaña del mar,
que tantos estragos vio;
mas viendo que le seguías
a Menfís (y que traías
de tu parte a la fortuna, 650

pues al orbe de la luna
de ella inspirado subías),
lamentando mal y tarde
la pérdida de su gente,
sin que a ser tu ruina aguarde, 655

del extremo de valiente
dio al extremo de cobarde;
pues, ciego y desesperado,
al panteón, colocado
a egipcios reyes, entró 660

y una sepultura abrió,
donde, vivo y enterrado,
dijo, sacando el acero:
«nadie ha de triunfar primero
de mí; que yo, y solo, así 665

triunfo yo mismo de mí,
pues yo mismo mato y muero».
Cleopatra, que le seguía,
viendo que ya agonizaba
bañado en su sangre fría, 670

cuyo aliento pronunciaba
más cuanto menos decía,
«muera -dijo- yo también,
pues por piedad, o por ira,
no cumple con menos quien 675

llega a querer bien y mira
muerto lo que quiere bien».
Y, asiendo un áspid mortal
de las flores de un jardín,
dijo: «Si otro de metal 680

dio a Antonio trágico fin,
tú serás vivo puñal
de mi pecho, aunque sospecho
que no moriré a despecho
de un áspid, pues en rigor 685

no hay áspid como el amor,
y ha días que está en mi pecho».
El, con la sed venenosa,
hidrópicamente bebe,
cebado en Cleopatra hermosa, 690

cristal que corrió la nieve,
sangre que exprimió la rosa.
Yo lo vi todo, porque,
así como aquí llegué,
el palacio examinando, 695

a mi príncipe buscando,
hasta el panteón entré,
donde él, rendido al valor,
y ella, postrada al dolor,
yacen, mostrando en su suerte 700

que aun no divide la muerte
a dos que junta el amor.
OCTAVIANO Aquí dio fin mi esperanza,
aquí murió mi alabanza,
que, en altivo pecho real, 705

no ha de pisar el umbral
de la muerte la venganza.
Y, pues ya triunfar no espero
de ellos, saber de ti quiero:
estando de mí obligado 710

el Tetrarca, tu cuñado,
¿:por qué tan sañudo y fiero
tú militas contra mí?
POLIDORO Si tú estás diciendo aquí
que es mi cuñado, señor, 715

¿:no es el preguntarme error
por qué tu contrario fui?
El es tu amigo leal,
pues con tu decreto real,
gobierna a Jerusalén, 720

y basta quererte él bien
para quererte yo mal.
CAPITAN Si examinar su intención
quieres, quizá la diré
yo, pues al darse en prisión 725

esta caja le quité;
joyas y papeles son,
de que algo podrás saber.
(Abre la caja y saca una joya entre otras.)

OCTAVIANO Cifra es del mayor poder
su inestimable riqueza; 730

mas, entre ellas, la belleza
de una extranjera mujer
es la más rica y mejor
joya, la de más valor.
No vi más viva hermosura 735

que el alma desta pintura.
ARISTOBOLO (Aparte.) Atento el Emperador
en contemplar se detiene,
entre las joyas que darme,
como a su hermano, Mariene 740

quiso al tiempo de embarcarme,
aquélla que en sí contiene
su hermoso retrato fiel.
(Saca un papel OCTAVIANO y lee.)

Mas, ¡ay fortuna cruel!,
ver los papeles porfía. 745

¡Mal haya el hombre que fía
sus secretos de un papel!
OCTAVIANO (Lee.)
«El fin de nuestras felicidades consiste en mantener la guerra y así procurarás que el socorro que a Marco Antonio llevas sólo sirva contrapesar las ventajas de Octaviano; procurando que el uno al otro se deshagan, porque, en viéndolos enflaquecidos, pueda yo declararme y emperador de Roma...»
¿:Qué tengo que esperar más?»
Y, pues sospechoso estás,
y aun convencido conmigo, 750

mientras pienso tu castigo,
en una torre estarás.
POLIDORO No son buenos pensamientos
andar pensando tormentos.
¿:No será mucho mejor, 755

que no castigos, señor
pensar gustos y contentos?
OCTAVIANO Llevadle de aquí.
POLIDORO                      Escuchar
debes; yo...
(Llévanle los SOLDADOS.)

OCTAVIANO            No hay que aguardar.
POLIDORO Sí hay.
SOLDADO          Venid.
POLIDORO            Hago testigos 760

que no hay que pensar castigos,
pues no me dejan hablar. (Llévanle.)
OCTAVIANO (Al CAPITAN.) Tú partirás al momento
con gente y armas y, atento
a mi cesárea obediencia, 765

traerás preso a mi presencia
al Tetrarca; donde intento
(Vase el CAPITAN.)

que su castigo me dé,
de haber contra mí aspirado,
satisfacción.(A ARISTOBOLO.) Tú, porque, 770

en efecto, eres criado
en quien tal lealtad se ve,
darte libertad espero;
pero por rescate quiero
que en canje tuyo me des 775

el decirme cúyo es
este retrato.
ARISTOBOLO (Aparte.)    (Aquí muero
de confusión; si le digo
quien es, a amarla le obligo;
desesperarle es mejor; 780

halle imposible su amor
al principio, pues consigo
su olvido así.) Esa pintura,
que un tiempo fue llama pura,
al soplo de un accidente, 785

es ya sombra solamente
de una difunta hermosura.
Casar con ella pensó
Aristóbolo, mas no
quiso amor que mortal fuera 790

su dueño, y así a otra esfera
para sí se la llevó.
OCTAVIANO ¿:Muerta es esta beldad?
ARISTOBOLO                                    Sí.
OCTAVIANO Sin esperanza, ¡ay de mí!,
ya con lástima la veo. 795

ARISTOBOLO
(Aparte.) Bien se logró mi deseo.
OCTAVIANO Libre estás, vete de aquí.
ARISTOBOLO El cielo vida te dé.
(Aparte.) De tanto infeliz suceso,
cuenta al Tetrarca daré, 800

huyendo de aquí antes que
se sepa quién es el preso. (Vase.)
OCTAVIANO La muerte y el amor una lid dura
tuvieron sobre cuál era más fuerte,
viendo que a sus arpones de una suerte 805

ni el alma ni la vida sea segura.
Una hermosura, amor, divina y pura
perfeccionó, donde su triunfo advierte;
pero, borrando su esplendor la muerte,
se vengó del amor y la hermosura. 810

Viéndose amor entonces excedido,
la deidad de una lámina apercibe,
a quien borrar la muerte no ha podido.
Luego bien el laurel amor recibe,
pues de quien vive y muere, dueño ha sido, 815

y la muerte lo es sólo de quien vive. (Vase.)
Cuadro III

(Sale LIBIA.)

LIBIA Por las faldas lisonjeras
destos elevados riscos,
que son del puerto de Jafe
enamorados narcisos, 820

en tanto que Mariene,
sólo atenta a los delirios
de sus hados, solicita
con músicas divertirlos,
a divertir yo también 825

mis pesares me retiro,
por no llorar los ajenos
pudiendo llorar los míos.
Sola estoy, salga del pecho
en acentos repetidos 830

mi dolor. ¡Ay, Tolomeo!,
en tanto que lloro y gimo
desdichas tuyas, admite
este llanto que te envío,
como en disculpa de que 835

yo ocasioné tus peligros,
pues ya fuera más dichoso
si fuera menos querido.
Cuando victorioso, (¡ay triste!)
esperaba mí albedrío 840

el casto fin de tu amor,
muerto has llegado y vencido.
Pues, ¿:cómo, cómo mi pecho,
cobardemente remiso,
sin saber de ti (aunque sé 845

que vives, pues que yo vivo),
abandonando el secreto
no está repitiendo a gritos...?
SIRENE (Canta dentro.)
Porque aun no me consuelen
lágrimas y suspiros, 850

lleve el mar lo llorado
y el aire lo gemido.
LIBIA La dulce voz de Sirene,
por más que me ha aborrecido
desde que supo ser yo 855

por quien Tolomeo no vino
en el casamiento que
con él su padre hacer quiso,
a su pesar lisonjera,
parece que habla conmigo, 860

o en mi favor, pues su acento
tan a propósito dijo:
ELLA Y SIRENE Porque no me consuelen
lágrimas y suspiros,
lleve el mar lo llorado 865

y el aire lo gemido.
(Cantando y representando, salen MARIENE y SIRENE.)

MARIENE Nunca más, Sirene mía,
tu voz me sirvió de alivio.
Parece que te ha dicho
mi pena el funesto ritmo 870

de este tono; vuelve, vuelve
otra vez a repetirlo.
SIRENE Y otras mil, pues ya sé que
con lo que es triste te sirvo.
LIBIA (Aparte.) A no mandárselo ella, 875

la pidiera yo lo mismo,
pues a dos luces el tono
está diciendo a dos visos:
LAS TRES Porque no me consuelen
lágrimas y suspiros, 880

lleve el mar lo llorado,
y el aire lo gemido.
(Salen FILIPO y el TETRARCA.)

FILIPO Este es, señor, el puñal,
que ya una vez despedido
de tu mano, vuelve a ella. 885

TETRARCA
¡Con cuánto asombro le miro,
como a fatal instrumento!
Mas di, ¿:cómo se ha sentido
Tolomeo?
FILIPO            No es la herida,
señor, de tanto peligro 890

como la falta de sangre,
de que va cobrando bríos.
LIBIA (Aparte.) Buenas nuevas te dé Dios:
la primera vez ha sido
que llegó el contento acaso. 895

SIRENE
(Aparte.) ¡Mal haya voz que tal dijo,
sino que ya hubiese muerto!
TETRARCA ¿:Mariene?
MARIENE            Esposo mío.
TETRARCA Girasol de tu hermosura,
la luz de tus rayos sigo, 900

bien como la flor del sol,
cuyos celajes pajizos,
tornasolados a rayos
e iluminados a giros,
le van siguiendo, porque, 905

imán del fuego atractivo,
le hallan su vista, o su ausencia,
ya luciente o ya marchito.
MARIENE Ya que del fuego te vales,
sea amor o sea artificio, 910

yo también; pues, como aquel
pájaro, a quien fue su nido
y su sepulcro una llama,
enamorando el peligro,
sobre la hoguera de pluma 915

bate las alas de vidrio
hasta quedar en su incendio
hijo y padre de sí mismo,
así yo, que a tanto sol
vida muriendo recibo, 920

hasta que a sus rayos muera
me parece que no vivo.
TETRARCA Dejadnos solos.
LIBIA (Aparte.)              Fortuna,
pues que favorable he visto
tu rostro una vez, prosigue 925

sin que tuerzas el camino,
pues ya le anduviste, que hay
desde el llanto al regocijo.
(Vanse LIBIA y SIRENE.)

TETRARCA Ya, divina Mariene,
que sólo serán testigos 930

de mi fineza estos mares,
y de mi afecto estos riscos,
dejando aparte el cuidado
de la nueva que ha traído
Tolomeo, porque sólo 935

el tuyo vive conmigo,
oye: este infausto puñal,
acerado basilisco
que siempre amenaza estragos,
o viendo él o siendo visto, 940

es aquél que la dudosa
ciencia del hado previno
para homicida de quien
más adoro y más estimo.
Y, aunque es verdad que, constante, 945

a condicionados juicios
no doy crédito, y desprecio
los contingentes avisos
del hado y de la fortuna,
dioses que coloca el vicio, 950

no sé qué nuevo temor
en mi pecho ha introducido
verle volver a mi mano,
que con asombro le miro;
y del miedo, y del valor, 955

ya animoso, ya remiso,
sitiado a más no poder,
me quiero dar a partido.
Porque aunque yo nunca crea
casuales vaticinios, 960

no los dudo; que no ignoro
que ese estrellado zafiro,
república de luceros
y vulgo de astros y signos,
a quien le sabe leer 965

es encuadernado libro,
donde están nuestros alientos
asentados por registro.
Y así, ni dudando bien
ni bien creyendo, imagino 970

que el perfecto varón debe
a los sucesos previstos
darlos el crédito en una
parte, y en otra, al olvido:
aquí, para no esperarlos, 975

y allí, para prevenirlos.
Yo, pues, entre ambos afectos,
vacilante y discursivo,
ni creyendo ni dudando,
el puñal a tus pies rindo. (Pónele a sus pies.) 980

Tú eres, bellísima hebrea,
la luz hermosa que sigo,
la imagen que sola adoro,
la deidad que sola sirvo.
No es posible que yo quiera, 985

si inmortal al tiempo vivo,
otra cosa más que a ti;
tanto, que mil veces digo
que el imaginado monstruo
que te amenaza a prodigios 990

es mi amor, pues, por quererte,
a tantas cosas aspiro
que temo que él ha de ser
quien labre nuestro obelisco.
Pues si lo que yo más quiero
eres tú, y el cielo mismo
no puede hacer que no seas
sin borrar lo que ya hizo,
tú eres a quien amenaza
el cruel áspid bruñido, 1000

que a tus pies se disimula
entre dos cándidos lirios.
Yo quise hacer imposible
tu muerte, cuando atrevido
arrojé al mar el puñal; 1005

pero habiendo una vez visto
que, aun en él, no está seguro,
pues, por casos exquisitos,
podrá llegar donde estés,
siempre ignorando el peligro, 1010

para más seguridad
tuya, cuerdo he prevenido
que tú, árbitro de tu vida,
traigas tus hados contigo;
que mayor felicidad 1015

nadie en el mundo ha tenido
que ser, a pesar del tiempo,
el juez de su vida él mismo.
La Parca, que nuestra edad
tiene pendiente de un hilo, 1020

para que el tuyo no corte,
pone en tu mano el cuchillo.
En tu mano está tu suerte;
vive tú sola a tu arbitrio,
pues, al cortarle el aliento, 1025

podrás embotarla el filo.
Y si este amor y ese acero
son hoy tus dos enemigos,
mientras aquél te corona
de mil laureles invictos, 1030

triunfa tú de ése, y, al fin,
dueño tú de tu albedrío,
guárdate tu vida tú,
húyete tú tu peligro,
hazte tú tu duración, 1035

lábrate tú tus designios,
cuéntate tú tus alientos,
y vive al fin tantos siglos
que los sepa la memoria
y que lo sepa el olvido. (Yéndose.) 1040

MARIENE
Oye, aguarda, escucha, espera;
que, aunque agradezco y estimo
el don que a mis plantas pones,
ni le acepto ni le admito;
que, en metáfora de áspid, 1045

al presumir que le piso,
de mirarle me estremezco,
de verle me atemorizo.
Pero, rompiendo al silencio
las prisiones y los grillos, 1050

con que en cárceles de hielo
el pavor ponerlos quiso,
ya en mí cobraba, pretendo
argÜirte que no ha sido
cuerda determinación 1055

(si bien de tu amor indicio)
la que contigo has tomado
y ejecutado conmigo.
Dejo aparte si es jactancia
el darse por entendido 1060

hoy mi amor de que yo sea
del tuyo sujeto digno;
y creyéndote cortés
(pues por amante y marido
me está tan bien el creerlo), 1065

de esta manera prosigo:
si ese templado veneno
es el que, cruel y esquivo,
el hado esquivo y cruel
contra mi pecho previno, 1070

¿:quién te persuadió, señor,
quién te informó, quién te dijo
que era la seguridad
de mi vida traer conmigo
la ejecución de mi muerte, 1075

y que podrán ser amigos
y hacer buena compañía
la vida y el homicidio?
Si éste mi vida amenaza
con estragos, ¿:es motivo, 1080

para excusar que se encuentren,
hacer que anden un camino
y vayan de camarada
el acaso y el peligro?
¿:Fuera buena prevención, 1085

en el humano sentido,
para estorbar que se abrase
este eminente edificio,
sitiarle de fuego? ¿:Fuera
bien, ya una vez encendido, 1090

para apagarle, sembrar
de pólvora sus distritos?
¿:Fuera, ya una vez cercado
del negro alquitrán nocivo,
bien darle espera a que soplen 1095

del helado norte frío
los ábregos y los cierzos?
Pues piensa que es esto mismo
lo que intentas, pues intentas
el que no estén divididos 1100

este puñal y este pecho;
pues han de ser enemigos,
por más que juntos los veas
cautelosamente impíos,
vida y muerte, ira y piedad, 1105

sombra y luz, virtud y vicio.
Confieso que la razón
es fuerte, cuando advertido
dices que no es ocultarle
remedio, pues ya le vimos 1110

volver del mar a tu mano;
y que será gran martirio,
confieso también, estar
dudando, siempre afligido
un pecho, quién será ahora 1115

dueño de los hados míos.
Pero, entre apartarle tanto
que dude quién habrá sido,
y acercarle tanto que
sepa que está tan vecino, 1120

haya un medio, y sea ponerle
con tal dueño y en tal sitio
que le sepa y no le tema. (Levántale.)
Tú le has de tener ceñido,
pues, si del juicio me acuerdo, 1125

el astrólogo no dijo
que habías tú de dar la muerte
a lo que más has querido
con él, sino que con él
moriría; y pues colijo 1130

que puede aborrecer otro
lo que tú quieres, delito
será, echándole de ti,
dar armas a tu enemigo,
pues podrá venir a manos 1135

de quien me haya aborrecido.
Así, señor, yo te ruego,
y así, mi bien, te suplico
que tú, alcaide de mi vida,
traigas el puñal contigo. 1140

Con eso seguramente
sabré que aquel tiempo vivo
que tú le tienes. Y escucha
otro argumento, te pido.
O tú me quieres o no: 1145

si me quieres, no peligro,
pues a lo que tú más quieras
no has de dar muerte tú mismo;
si no me quieres, no soy
a quien arrastra el destino 1150

de tu amor, con que también
de la amenaza me libro.
Luego, olvidada o querida,
mis sobresaltos desvío,
mis sospechas desvanezco, 1155

mis quietudes facilito,
mis deseos aseguro,
mis consuelos solicito,
mis recelos acobardo
y mis temores animo, 1160

sólo con que sea la guarda
de mi vida tu cariño.
TETRARCA Tanto, mi bien, la deseo,
que a serlo desde hoy me obligo.
Y ¡ojalá fuera verdad, 1165

no prevención, este estilo,
para que eterna vivieras!
Y así, a tus voces movido,
en tu nombre, Marïene,
segunda vez me le ciño. 1170

(Al tomar el puñal, cajas y golpes dentro y salen CAPITAN y SOLDADOS.)

CAPITAN (Dentro.) ¡Sitiad la quinta, romped
las puertas, y entrad conmigo!
TETRARCA Pero ¿:qué alboroto es éste?
MARIENE ¿:Quién ocasiona este ruido?
CAPITAN Quien de parte de Octaviano 1175

viene, por haber sabido
de Aristóbolo, que queda
preso, el aleve motivo
con que el ayudar a Antonio
era aspirar al invicto 1180

laurel de Roma; y, pues muerto
él yace y tú convencido,
con que queda único césar
Octaviano, a quien yo sirvo,
date a prisión.
TETRARCA                       ¿:Yo a prisión? 1185

CAPITAN
Y no intentes resistirlo,
que toda Jerusalén,
habiendo el caso entendido,
está contra ti, y el orden
es llevarte muerto o vivo. 1190

TETRARCA
Muerto será porque yo
no he de darme a otro partido.
MARIENE ¡Ay infelice!
SOLDADO                 ¡A prisión
te da!
TETRARCA          En vano me resisto.
CAPITAN Vaya arrastrando a la nave. 1195

TETRARCA
¡Mariene!
MARIENE            ¡Esposo mío!
CAPITAN Retiradla a ella también,
que enternecen sus gemidos
TETRARCA Tu amor a morir me lleva.
MARIENE El tuyo, no menos fino, 1200

antes que a ti padecerlo,
me matará a mí el sentirlo.
TETRARCA ¡Adiós para siempre!
MARIENE ¡Adiós
para nunca hallar alivio!
TETRARCA Ya que a voluntad del hado... 1205

MARIENE
Ya que a elección del destino...
TETRARCA ...toda mi vida es portentos.
MARIENE ...toda mi vida es prodigios.
.

Segunda jornada

Cuadro I

Córrese una cortina, y vese a un lado del tablado el SOLDADO 1º, como sustentando de la parte de abajo un retrato entero de MARIENE; y el SOLDADO 2º de la parte de arriba, como que le está colgando sobre una puerta que habrá en el vestuario.

       
SOLDADO 1º             Ya que en sus melancolías
no hay cosa que le divierta 1210

más que, en varios trajes, ver
repetida esta belleza,
y éste es el mejor retrato
de cuantos de la pequeña
lámina al lienzo pasó 1215

del noble arte la excelencia,
pongámosle de su cuarto
sobre el marco de la puerta,
para que cuando entre y salga
a todas horas le vea. 1220

SOLDADO 2º
Bien has prevenido.
SOLDADO 1º                            Pues
sea presto, que ya llega.
SOLDADO 2º Con la prisa que me das,
no sé si bien puesto queda.
¡Quiera Dios que no se caiga, 1225

vencido el clavo o la cuerda!
(Quítase el SOLDADO y sale OCTAVIANO.)

OCTAVIANO Pasión tan desesperada,
que al primer paso tropieza
en un imposible, y cay
en otro, queriendo ciega 1230

dar una esperanza viva
en una hermosura muerta,
bien se ve que no es pasión,
sino locura, y de tema
tan invencible que triunfos, 1235

aplausos, lauros, y empresas
no la alivian, puesto que
ni todo ni parte sean
a echar de mí una aprehensión
tan rebeldemente necia. 1240

SOLDADO 1º
Como mandaste, señor,
que en todo Menfis se hicieran
de este pequeño retrato (Dale el retrato.)
varias copias, truje ésta,
por ser la más parecida. 1245

OCTAVIANO
Dices bien, pues no pudiera
haberla mejor sacado
el pincel, cuando corriera
las líneas y los bosquejos
al lienzo desde mi idea. 1250

¡Que nunca me hayas sabido,
o con maña o con cautela,
de Aristóbolo quién fuese
alma de deidad tan bella!
SOLDADO 1º Con ese intento mil veces 1255

a la torre que le encierra
de guarda entré, pero nunca
lo supe; que de manera
Aristóbolo ha perdido
el juicio desde que en ella 1260

está, que es en vano ya
que a nada en razón atienda.
OCTAVIANO ¿:Qué dices?
SOLDADO 1º                 Que solamente
desatinos dice y piensa.
OCTAVIANO No me espanto (¡ay infelice!) 1265

si la causa que le fuerza
a perder el juicio ha sido
perder esta hermosa prenda.
¿:Cómo es compatible (¡oh, rara
beldad!) que un delirio sientan 1270

dos, el uno, porque te halle,
y el otro, porque te pierda?
¡Qué mal hice, cuando, necio
de amor y de su violencia,
culpé a Antonio que adorase 1275

a aquella gitana, aquélla
que en los teatros del mundo
hizo la mayor tragedia!
¡Oh qué bien vengado está
de mi altivez, y soberbia! 1280

Pues para mayor trofeo,
con instrumento se venga
tan fácil como un retrato,
y ése de una beldad muerta.
(Cajas destempladas.)

Pero ¿:qué es aquesto? Cuando 1285

triste pronuncia mi lengua
«muerta beldad», me responden
las cajas y las trompetas
destempladas. ¿:Si los cielos
si los montes, si las selvas, 1290

si los vientos, si los mares,
cuando mi voz les acuerda
de igual pérdida, la ruina
compadecidos celebran
de esta difunta hermosura 1295

repetidas las exequias?
(Las cajas.)

Otra vez, ¡piadosos cielos!
suena el rumor de más cerca.
Ved quién ese pavor causa.
SOLDADO 1º Mucho extraño que las señas 1300

no te lo digan, pues es
ceremonia usada ésta
de los bárbaros gitanos,
siempre que, rendida o presa,
alguna persona real 1305

en su corte sale o entra.
OCTAVIANO Pues ¿:quién entra o sale hoy,
o preso o rendido en ella?
(Sale el CAPITAN.)

CAPITAN El Tetrarca, a quien tú diste
orden de que yo le prenda, 1310

y viendo cuánto supone
virrey que por ti gobierna,
usando la ceremonia
de que con sus armas venga
y con salva se reciba, 1315

bien que trágica y funesta,
llega a tus pies.
(La caja SOLDADOS y el TETRARCA.)

OCTAVIANO                      Más estimo
ver postrada esa soberbia
que el alto triunfo con que
Roma recibirme espera. 1320

Quede él solo, y los demás
salgan, Patricio, allá fuera;
que, por si acaso mi enojo
tras sí mis acciones lleva,
no quiero que nadie airado 1325

con un rendido me vea.
Templad vos, pues sois mi espejo,
mi cólera.
(Mira al retrato que tendrá en la mano.)

TETRARCA [Aparte].        (Suerte adversa,
¿:a qué más pudo llegar
de tus ceños la influencia?) 1330

Invicto Octaviano, cuyo
nombre en láminas eternas
el tiempo escriba dictado
de las plumas y las lenguas,
a tus pies llego ofendido, 1335

porque, para que vinieran
mi lealtad y mi valor
a rendirte esta obediencia,
no era menester que fuesen
por mí; que el que se respeta 1340

por fuerza cuando por gusto
puede, a sí mismo se afrenta,
pues quita a la voluntad
lo que le añade a la fuerza.
(Alarga otra mano, en que no tiene el retrato, y el TETRARCA, al besar la una, mira a la otra.)

[Aparte.] Dame tu mano. (Mas, cielos 1345

divinos, al besar ésta,
¿:qué es lo que en aquélla miro?
¿:Habrá en el mundo quien beba
dos venenos a dos manos,
y a un mismo tiempo los sienta 1350

en los labios y en los ojos?)
(Volviendo la espalda, y él de rodillas tras él.)

OCTAVIANO Si informado no estuviera
de mi razón, a la tuya
bastante crédito diera;
pero si son destempladas 1355

cláusulas -que no concuerdan
esa afectada humildad
con tu traidora soberbia-,
no violencia, no rigor
la prevención te parezca; 1360

que con vasallos que son
de los de «¡Viva quien venza!»
fuerza es que la voluntad
se aproveche de la fuerza.
TETRARCA [Aparte.] (¡Mortal estoy, dadme, dioses, 1365

valor, que quizá no es ella!
¡Que agora me la ocultase!)
Si contra mí te aconseja
quien pretende...
OCTAVIANO                      No presumas
que, mal advertido, hiciera 1370

extremos tales; de ti
sé la ambición con que intentas
conspirar al sacro imperio,
a cuyo efecto la guerra
mantenías, dando a Antonio 1375

los socorros para ella.
(Saca unas cartas y póneselas con el retrato.)

Estas firmas te convencen:
de ellas lo sé. Llega, llega,
míralas bien, tuyas son,
míralas.
TETRARCA [Aparte.]              Yo miro, al verlas, 1380

mi muerte más declarada
de lo que aun tú mismo piensas.
Pues... yo... sí...
OCTAVIANO                      Esa turbación
es ya segunda evidencia.
Pero quien a un Idumeo 1385

honró, baja estirpe hebrea,
rebelada de sus nobles
tribus, esto y más merezca.
Y así, mientras tu castigo
a los demás escarmienta, 1390

sabe que soy Octaviano,
que soy el único César
de Roma, que el Nilo y Tíber
humildes mis plantas besan;
y que a cuantos contra mí, 1395

con traiciones, con cautelas,
quieran conspirar, negando
a mi poder la obediencia,
seré yo quien los corone
del laurel, para que sean, 1400

con un impulso, a mis plantas
con una acción, a mis huellas,
dos trofeos de una vez
mi laurel y su cabeza.
(Vase hacia la puerta del retrato.)

TETRARCA (Aparte.) ¡Que esto escuchen mis oídos 1405

y aquello mis ojos vean
sin que el dolor me despeñe!
Yo he de morir, cosa es cierta,
a sus manos o a mis celos:
pues él a mis celos muera, 1410

y a mis manos; que una vida
tan grande no es bien se venda
a menor precio.
(Al entrarse OCTAVIO, va a darle el TETRARCA. Cae el retrato, clava en él el puñal, y vuelve.)

OCTAVIANO                      ¿:Qué es esto?
TETRARCA Desesperada impaciencia
que ha de costarme el decirla 1415

aun mucho más que el hacerla.
OCTAVIANO ¿:Tú con el desnudo acero,
cuando yo la espalda vuelta,
y entre tu acero y mi espalda
esta hermosa imagen puesta? 1420

¿:Tú turbado, yo seguro,
y ella herida? ¿:Tú con muestras
de venganzas, yo de agravios,
y ella de piedades? ¿:Muerta
tú la acción, yo vivo el riesgo, 1425

y ella ofendida? ¡Vive ella
-que, como a deidad que adoro,
bien puedo este obsequio hacerla-
que este sacrílego acero,
ya que horrores representa, 1430

el instrumento ha de ser,
pues lo fue de tu violencia, (Toma el puñal.)
de tu castigo! Vea el mundo
que el que me agravia, me venga.
¡Hola!
(Salen el CAPITAN y SOLDADOS.)

CAPITAN          ¿:Señor?
OCTAVIANO                 A la torre, 1435

donde su hermano se encierra,
llevad también al Tetrarca,
donde sólo un criado tenga
de los que le hayan seguido.
TETRARCA Cuando mi sepulcro sea, 1440

la vida debo a un puñal;
yo le pagaré con ella. (Llévanle.)
OCTAVIANO Y yo la vida a un retrato;
y pues que de otra manera
no puedo, con adorarle 1445

también pagaré mi deuda. (Vase.)
Cuadro II

(Vuelve a cubrir la cortina el retrato, y salen dos SOLDADOS, y POLIDORO paseándose.)

SOLDADO 1º Grande es tu melancolía.
POLIDORO ¿:Melancolía decís,
bergantonazo? ¡Mentís!
SOLDADO 1º Pues ¿:qué es esto?
POLIDORO                      Hipocondría, 1450

que un príncipe como yo
no había de adolecer
vulgarmente, ni tener
mal que tiene un sastre.
SOLDADO 2º                                 No
te enojes de eso.
POLIDORO                      Sí quiero, 1455

que estar triste solamente,
no es achaque competente
de un príncipe prisionero;
y más si se considera
la grande superchería 1460

con que de noche y día
me tratan.
SOLDADO 2º               ¿:De qué manera?
POLIDORO ¿:De qué manera, picaño?
¿:Qué príncipe se prendiera
donde una infanta no hubiera 1465

que, condolida a su daño,
con músicas le avisara
desde el cubo del terrero,
y a pagar de su dinero
las guardas le sobornara, 1470

para que una noche oscura,
en dos caballos los dos,
por parque, a la paz de Dios,
se fuesen a su ventura?
SOLDADO 1º Si estuviera por acá 1475

[aparte] (Así saber algo trato)
la dama de aquel retrato,
quizás ella...
POLIDORO                 Claro está
que mirara por su honor;
y caso que allá estuviera 1480

preso un infante, y no hubiera
tenídole mucho amor,
las desdichas acabadas
desta mi prisión cruel,
por no haberse ido con él, 1485

la matara yo a patadas,
según la adoro; y sospecho
que si donde estoy supiera,
estrafalaria viniera
por mí.
SOLDADO 2º         Lo medio está hecho, 1490

porque yo, compadecido,
aderezo te traeré
de escribir. (Vase.)
SOLDADO 1º               Yo un propio haré,
al punto que haya sabido
dónde se ha de encaminar 1495

la carta.
POLIDORO               ¿:Qué dices?
SOLDADO 1º                              Digo
lo que por ti a hacer me obligo.
POLIDORO Mil abrazos te he de dar
mientras, habiendo avisado
y librádome mi dama, 1500

te hago el hombre de más fama.
SOLDADO 1º No es aquése mi cuidado...
[Aparte.] (Que más que espero de ti,
de Octaviano espero, pues
con eso sabrá quién es 1505

dueño del retrato.)
SOLDADO 2º                      Aquí
hay ya de escribir recado.
POLIDORO ¿:Con su tinta y pluma?
SOLDADO 2º                              En él
se dice todo.
POLIDORO                 ¿:Papel?
SOLDADO 2º También.
POLIDORO               ¿:Batido y dorado? 1510

SOLDADO 2º
No, pero el que bastará.
POLIDORO ¿:Polvos?
SOLDADO 2º                 Polvos hay.
POLIDORO                                    ¿:Oblea,
lacre y sello?
SOLDADO 2º                       Sí.
POLIDORO                            Pues ¡ea!
Llegadme el bufete acá.
¿:La silla?
SOLDADO 2º            Ya está llegada. 1515

(Pónenle todo lo que ha dicho, y lléganle bufete y silla.)

POLIDORO ¿:Papel, tinta y pluma aquí
no hay? ¿:Polvos y sello?
LOS DOS                                    Sí.
POLIDORO Pues aún no tenemos nada.
SOLDADO 1º ¿:Qué falta de prevenir?
POLIDORO Lo mejor.
SOLDADO 2º               Sepa qué fue, 1520

volando por ello iré.
POLIDORO El que yo no sé escribir.
(Maltrátanle los dos.)

SOLDADO lº ¿:Agora sale con eso
el tonto?
SOLDADO 2º                 ¿:El loco?
SOLDADO 1º                              ¿:El menguado?
POLIDORO ¿:Quién vio príncipe aporreado? 1525

(A la puerta el CAPITAN y TETRARCA y los dos le vuelven a poner capa y sombrero como que le sirven.)

CAPITAN Esta es la torre en que preso
Aristóbolo está. En ella
dejarte el César mandó.
SOLDADO 2º [Al SOLDADO 1º] Gente en la prisión entró.
SOLDADO 1º No vean que le atropella 1530

nuestro enojo; que han mandado
con respeto le tratemos.
SOLDADO 2º Que le servimos mostremos.
CAPITAN ¿:Cómo tu alteza ha pasado
la noche?
POLIDORO               Mal; y peor 1535

la mañana, que a porrazos
aquestos picaronazos
me han muerto. (Da tras ellos.)
CAPITAN                       ¡Tente, señor!
¿:Qué haces?
POLIDORO                 Reñir, vive Apolo,
a manera de valiente 1540

al uso, que habla si hay gente
y calla cuando está solo.
CAPITAN Advierte que a estar contigo
viene el Tetrarca, tu hermano.
POLIDORO ¿:El Te... qué?
CAPITAN                      El Tetrarca.
POLIDORO [Aparte.]                              En vano 1545

es ya excusarse el castigo
de haber tal engaño hecho.
CAPITAN [Al TETRARCA.] Llegad; bien podéis llegar
con Aristóbolo a hablar.
TETRARCA. [Aparte.] (¡Qué miro! Mas ya sospecho 1550

que hay algún secreto aquí,
pues con su nombre no ignoro
que esté preso Polidoro
para grande fin; y así,
disimular me conviene.) 1555

Dame, en mis últimos plazos,
Aristóbolo, los brazos...
POLIDORO [Aparte.] Borracho el Tetrarca viene.
¡Aristóbolo me llama!
TETRARCA ....ya que en mis penas el cielo 1560

no me deja otro consuelo
que ver mentida la fama
que de tu muerte corrió.
POLIDORO (Aparte.) ¡Vive Dios, que insiste en ello!
¿:Qué fuera que, sin sabello, 1565

fuese Aristóbolo yo?
CAPITAN [A los SOLDADOS.] Dejarlos solos es bien;
que hablen los dos, pues es llano
que a algún efecto Octaviano
quiso que juntos estén. 1570

(Vanse el CAPITAN y los SOLDADOS.)

TETRARCA ¿:Estamos ya solos?
POLIDORO                            Sí.
TETRARCA ¿:Qué es aquesto, Polidoro?
POLIDORO Un fingimiento que lloro.
TETRARCA ¿:De qué suerte?
POLIDORO                      Escucha.
TETRARCA                                      Di.
POLIDORO Que este vestido lucido 1575

me dio mi amo, es lo primero;
que parezca caballero
un pícaro bien vestido,
lo segundo; con que, el día
que el César triunfante entró 1580

y a Antonio y Cleopatra halló
en su fatal bobería,
prisioneros nos hicieron;
y, como iba galán yo,
con la caja en que guardó 1585

cartas y joyas, creyeron
que era Aristóbolo; él,
el engaño prosiguió,
con que me aristoboló
y yo le polidoré. 1590

Qué fue de él, no sé, que están
mis ansias con luz tan ciega,
sin ver si vienen ni van,
en un callejón Noruega,
aprendiendo a gavilán. 1595

TETRARCA
Ya que de aqueso informado
estoy, a un lado te aparta,
que tengo que hablar conmigo.
POLIDORO [Aparte.] Esta es la dicha más rara
de un buen hablador: toparse 1600

con quien no le diga nada
y le oiga cuanto él diga. (Vase.)
TETRARCA Ya que solo me veo, salgan
en lágrimas y suspiros,
sin estruendo de palabras, 1605

a los labios y a los ojos
tan cautelosas mis ansias,
que, saliendo de ella, aun no
las eche menos el alma.
¿:Qué es esto, cielos, qué es esto 1610

(¡ay de mí!) que por mí pasa?
Que bien será menester
que vuestra autoridad valga
mi crédito, porque es tal
el tropel de mis desgracias 1615

que, aun pasando a la experiencia,
se me queda en la ignorancia.
Dejo aparte que del sacro
laurel pierda la esperanza;
dejo haberme convencido 1620

de mis designios mis cartas;
dejo el castigo forzoso
de acción tan desesperada
como que a morir matando
me despeñase mi saña, 1625

pues la desesperación,
designios y ambición paran
sólo en pensar que ya tengo
el cuchillo en la garganta;
y voy a que otro dolor 1630

es tal, que el morir no basta
para acabar con él, puesto
que en mí el frase se adelanta
de «a la garganta el cuchillo»,
pues dirá desde hoy mi patria 1635

que, «el cuchillo al corazón»,
murió su infeliz Tetrarca.
Al corazón dije y dije
bien, que él es a quien traspasa
ver en poder de Octaviano 1640

a Mariene retratada,
y en dos partes, como quien
dice que la luna clara
de un espejo, si está entera,
hace un rostro, y si quebrada, 1645

dos; mostrando que, en abusos
de supersticiones varias,
el espejo que se quiebra
siempre agÜeros amenaza,
y es el mayor haber visto 1650

a Mariene con dos caras.
Bien discurro yo en que una
hermosura soberana,
por soberana hermosura,
solamente la retratan, 1655

sin más intención que el serlo,
o la excelencia o la gala
del artífice; bien creo
que, al verla, el no recatarla
de mí es ignorar quién sea, 1660

que ser mi esposa y mostrarla
era cosa muy indigna
para dicha cara a cara,
cuando no por mí, por ella.
Pero todo esto no salva 1665

el que no tenga interior
afecto (¡ay de mí!) de amarla
quien, no contento con una
en la mano, otra en la sala,
jura por ella el haber 1670

de tomar de mí venganza.
Y pasando a que el puñal
(Tocan a marcha.)

en su pecho... Mas ¿:qué cajas
a marchar tocan? ¿:Habrá
quien en esta triste estancia 1675

me diga qué marcha es ésta?
(Sale FILIPO.)

FILIPO Sí.
TETRARCA    ¿:Quién?
FILIPO               Yo, a quien adelanta
su lealtad a ser, señor,
el criado que le manda
que solo te asista.
TETRARCA                      ¡Oh, cuánto 1680

el ser tú quien me acompaña
estimo!
FILIPO               No es leal el que
no lo es hasta las aras;
y así, aqueste breve tiempo
que le queda a tu esperanza 1685

de vida -pues se presume
que antes que de Egipto salga
Octaviano, su rigor
en ti ejecute-, mis canas,
mi amor, mi fe, mi alma, y vida 1690

vienen a ver qué me encargas.
TETRARCA ¿:Tan breve y tan cierta es
mi muerte?
FILIPO            El que su jornada
apresure, lo adivina.
TETRARCA ¿:Cómo?
FILIPO               Como hace la marcha 1695

a Jerusalén, por si hay,
muerto tú, novedad.
TETRARCA                              Calla,
Filipo, no me lo digas;
que tú eres el que me matas
antes que él.
FILIPO                 ¿:Yo, señor?
TETRARCA                                   Sí, 1700

pues tú el morir me adelantas.
¡A Jerusalén el César,
donde -¡los cielos me valgan!-
halle a Marïene viva
quien la idolatró pintada! 1705

¡El victorioso, yo muerto,
y ella querida! ¿:Qué aguarda
mi desesperado amor?
FILIPO ¿:Qué haces?
TETRARCA                       Quitarte la espada
para arrojarme sobre ella, 1710

que más valor y más causa
tengo yo que Antonio.
FILIPO                              Mira...
TETRARCA Sí haré, si me das palabra
de hacer por mí una fineza.
FILIPO No habrá cosa que no haga 1715

yo por ti.
TETRARCA               ¿:Si es prodigiosa?
FILIPO Ningún prodigio me espanta.
TETRARCA ¿:Si es terrible?
FILIPO                       ¡Que lo sea!
TETRARCA ¿:Cruel?
FILIPO               ¿:Que importa?
TETRARCA                                 ¿:Temeraria?
FILIPO Valor tengo para todo. 1720

TETRARCA
¿:Fiera?
FILIPO         Nada me acobarda.
TETRARCA ¿:Y si es bárbara?
FILIPO                            Tampoco.
TETRARCA Pues, escucha. Pero aguarda,
que es tal la resolución,
que para representarla 1725

a los teatros del mundo,
como, al fin, trágica farsa,
pues hay recado, quiero antes,
con escribirla, ensayarla. (Pónese a escribir.)
FILIPO [Aparte.] ¿:Qué será resolución 1730

que, con prevenciones tantas,
piensa? Apenas dos renglones
escribe y cierra la carta,
cuando a mí vuelve.
TETRARCA                            Oye agora.
FILIPO Sí haré, con vida y con alma. 1735

TETRARCA
Si todas cuantas desdichas,
si todas cuantas desgracias
ha inventado la fortuna,
deidad de los hombres varia,
se perdieran, todas juntas 1740

hoy en mí solo se hallaran,
que soy epílogo y cifra
de las miserias humanas.
Yo que ayer, de Marïene
esposo y galán, con raras 1745

muestras de amor coroné
de victorias mi esperanza,
hoy lloro agravios, sospechas,
temores, desconfianzas
y... Celos iba a decir; 1750

pero imaginarlos basta.
Yo que ayer, de Palestina
gobernador y monarca,
no cupe ambicioso en cuanto
el sol dora y el mar baña, 1755

hoy, pobre, triste y rendido,
entre dos fuertes murallas
aprisionándome el vuelo,
tengo abatidas las alas.
Yo que del laurel sagrado 1760

ayer pretendí las ramas
siempre verdes, a pesar
de los rayos que las guardan,
hoy, segur suya mi acero,
veo que sus pompas tala, 1765

solamente por llegar
embotado a mi garganta.
¡Pluguiera al hado, pluguiera
al cielo, que aquí pararan
sus presagios y que en mí 1770

se desmintiera la ingrata
indignación de un destino!
Pues, muriendo yo a la saña
del temple infausto, pudiera
persuadir a la ignorancia, 1775

que ya, de lo que más quise,
ejecutó la amenaza.
Mas (¡ay triste ay infelice!)
que no soy yo a quien más ama
mi misma vida, sabiendo 1780

que también ella, tirana,
me aborrece por ser mía;
y no con morir acaban
mis desdichas que, inmortales,
más allá del morir pasan. 1785

Octaviano... -al pronunciarlo,
valor y aliento me faltan-,
Octaviano adora -¿:cómo
lo diré sin que me añada
dolor a dolor?- adora 1790

a Marïene. Pintada
dos veces la vi, y dos veces
a él gentil, pues idolatra
una vez a un sol sin luz,
y otra a una deidad sin alma. 1795

¡Mal haya el hombre infeliz,
otra y mil veces mal haya
el hombre que con mujer
hermosa en extremo casa!
Que no ha de tener la propia 1800

de nada opinión; pues basta
ser perfecta un poco en todo,
pero con extremo en nada,
que es armiño la hermosura
que siempre a riesgo se guarda: 1805

si no se defiende, muere;
si se defiende, se mancha.
No, pues, mi ambición, Filipo,
no mi atrevida arrogancia,
no el ser parcial con Antonio, 1810

no mi poder, no mis armas,
me aflige, me desespera,
me precipita y me arrastra,
sino el ser de Marïene
esposo. ¡Oh caigan, oh caigan 1815

sobre mí mares y montes!
Aunque, si de ofensas tantas
el peso no me derriba,
no me rinde, no me agrava,
el de los montes y mares 1820

no me agobiará la espalda.
Y así, viendo cuánto a instantes
mi vida cuenta la Parca,
y cuánto a brazo partido
en esta lóbrega estancia 1825

luchando estoy de mi muerte
con las sombras y fantasmas;
viendo, en fin, que apenas hoy,
en una pública plaza,
seré horror de la fortuna, 1830

seré del amor venganza,
que él sea, ¡ay infelice!
-pues a Jerusalén marcha,
donde es fuerza que la vea-,
en tálamos de oro y grana, 1835

heredero de mis dichas,
dueño de mis esperanzas,
muero de agravios y celos,
que matan porque no matan.
Dirásme que ¿:qué me importa, 1840

pues con la vida se acaban
las desdichas? ¡Ay, Filipo,
cuánto esa opinión engaña!
Que amor en el alma vive,
y, si ella a otra vida pasa, 1845

no muere el amor, sin duda,
puesto que no muere el alma.
¿:El no nace de una estrella,
ya propicia o ya contraria?
Pues, ¿:cómo faltará amor, 1850

mientras la estrella no falta?
¿:Quieres ver cuál es la mía?
Pues, si pudiera apagarla
hoy con el último aliento,
lo hiciera, porque faltara 1855

del cielo, y otro ninguno
en su gracia o su desgracia
no naciera como yo,
porque como yo no amara.
Y, en fin, ¿:para qué discurre 1860

mi voz? ¿:Para qué se cansa?
Otra pena, otro dolor,
otro tormento, otra ansia
en el corazón no llevo,
sino sólo ver que aguarda 1865

Mariene a ser empleo
de otro amor, de otra esperanza.
Sea barbaridad, sea
locura, sea inconstancia,
sea desesperación, 1870

sea frenesí, sea rabia,
sea ira, sea letargo,
o cuanto después mis ansias
quisieren, que todo quiero
que sea, pues todo no es nada, 1875

como no sean mis celos.
Y así, pues que la palabra
me has dado de obedecerme,
haz lo que mi amor te encarga:
vuelve a Jerusalén, vuelve 1880

a la esfera soberana
del mejor sol de Judea
y, en diciéndote la fama
que he muerto, en el mismo instante,
con mortal eclipse, apaga 1885

a la tierra el mejor rayo,
al cielo la mejor llama,
al campo la mejor flor,
la mejor estrella al alba.
Tolomeo, que quedó 1890

por capitán de mis guardas
y siempre a Mariene asiste,
sin poder seguirme, a causa
de quedar convaleciente
de aquella herida pasada, 1895

dará la ocasión, a cuyo
fin, para él es esta carta.
De él te fía, pues no dudo,
previstas las circunstancias
de un veneno o de un dogal, 1900

que él te guarde las espaldas.
Muera yo, y muera sabiendo
que Mariene soberana
muere conmigo y que, a un tiempo
mi vida y la suya acaban. 1905

Pero no sepa que yo
soy el que morir la manda;
no me aborrezca el instante
que pida al cielo venganza.
No te acobarde lo horrible 1910

de una historia tan extraña;
que cuando murmuren unos
que hubo quien dejó por manda
un homicidio, creyendo
que así sus penas engaña, 1915

que así sus quejas desmiente,
que así desdice sus ansias,
que así enmienda sus celos,
otros habrá que la aplaudan,
pues no hay amante o marido 1920

-salgan todos a esta causa-
que no quisiera ver antes
muerta que ajena a su dama.
FILIPO Bien quisiera responderte,
mas no es posible, que baja 1925

mucha gente a la prisión.
TETRARCA Por si vienen por mí, salga
mi valor a recibirlos.
Tú, cobrando la ventaja
que puedas, parte, Filipo, 1930

al instante.
FILIPO               Señor...
TETRARCA                            Calla,
que sé que tienes razón,
pero no puedo escucharla.
FILIPO Ni yo a decirla, que llega
ya la gente.
TETRARCA               Esferas altas, 1935

cielo, sol, luna y estrellas,
nubes, granizos y escarchas,
¿:no hay un rayo para un triste?
Pues si ahora no los gastas,
¿:para cuándo, para cuándo 1940

son, Júpiter, tus venganzas? (Vanse.)
Cuadro III

Las cajas y salgan por una parte ARISTOBOLO y SOLDADOS y por otra MARIENE y DAMAS.

ARISTOBOLO Dame otra vez los brazos,
porque coronen tan hermosos lazos
hoy la esperanza mía.
MARIENE Mi vida, hermano, a tu valor se fía; 1945

Publiquen, pues, tus glorias,
que victorias de amor son mis victorias.
ARISTOBOLO Ya que por la lealtad de Polidoro
-como te dije con mi nombre preso-,
de un infeliz a otro infeliz suceso 1950

pude llegar donde tu luz adoro,
y donde, a tu obediencia y tu decoro
atenta, dignamente
nuestra nación, de su alistada gente,
general me ha nombrado, 1955

cumpliré la palabra que te he dado
de morir animoso
o traerte libre a tu adorado esposo.
MARIENE ¡Oh, cúmplamela el cielo!
Y pues el campo de cristal y hielo 1960

de aquí a Egipto es tan breve
por ese pasadizo que de nieve
o se encrespa o se eriza,
cuando el copete de su frente riza,
presto la nueva espero 1965

de que a mi amor desempeñó tu acero.
ARISTOBOLO Si tu amor va conmigo,
fácil empresa, fácil triunfo sigo. (Caja.)
(Sale TOLOMEO.)

TOLOMEO Ya el campo cristalino
tanto pez de madera, ave de lino, 1970

admite en sus esferas,
que parecen las ondas lisonjeras,
ocupando horizontes,
una vaga república de montes.
Y pues noble no queda 1975

que excusarse a tan alta facción pueda,
que me des te suplico
licencia...
MARIENE         Antes de oírla, la replico.
Capitán de mis guardas te ha dejado
mi esposo; su palacio te ha fiado; 1980

no es asistirme a mí menos ufana
facción que esotra.
ARISTOBOLO                            Dice bien mi hermana;
y, pues el cargo que os quedéis abona,
mirad que me miréis por su persona.
TOLOMEO Obedecerte espero. 1985

MARIENE
Y yo veros partir a todos quiero,
porque os den para iros,
agua mis ojos, viento mis suspiros.
(La caja. Vanse MARIENE, ARISTOBOLO y SOLDADOS.)

LIBIA Permita la ocasión a mi deseo
el que de tu salud, ¡oh, Tolomeo!, 1990

el parabién te dé; si bien pudiera
dármele a mí mejor de que no hubiera
Marïene admitido
la fineza de ir; que hubiera sido
doblada la dolencia, 1995

consolar un dolor con una ausencia.
TOLOMEO Agradezca, señora,
el favor toda un alma que te adora;
y, pues como a milagro
suyo, mi vida a tu deidad consagro, 2000

pues el morir sentía,
no, Libia hermosa, no, porque moría,
sino porque, sin verte,
pagaba con dos vidas una muerte.
LIBIA Responderte quisiera; 2005

mas la reina, que ocupa la ribera,
me echará menos. Sólo te prevengo
que ya falseada, para vernos, tengo
del jardín esta llave.
TOLOMEO Si ser amor ladrón de casa sabe, 2010

dame la llave agora,
y apenas desdoblar verás, señora,
la falda que arrugó la noche fría
sobre la hermosa variedad del día,
cuando entre en el jardín, y sean sus flores 2015

los testigos no más de tus favores,
siendo sus pompas bellas,
si flores para ti, para mí estrellas.
LIBIA Toma, y advierte no entres -que quejosa
de ti Sirene, y de mi amor celosa, 2020

anda- hasta... Mas no puedo
proseguir; adiós, pues.
TOLOMEO                              Confuso quedo.
¡Oye, espera!
LIBIA                 No faltes de esta parte;
que yo, si puedo, volveré a informarte. (Vase.)
TOLOMEO Aunque en la paz me quedo, 2025

temer más guerra en mis sentidos puedo
que tienen mar y tierra,
pues incluyen más guerra
que tierra y mar el ansia y el cuidado
del que, aquí aborrecido y allí amado, 2030

lidia con su deseo,
siendo Sirene y Libia...
FILIPO [Dentro.]                   ¡Tolomeo!
TOLOMEO ¡Cielos! ¿:Llamáronme?
FILIPO                                    Sí.
TOLOMEO ¿:Quién?
(Sale FILIPO con banda al rostro.)

FILIPO          Un hombre que ha llegado
en un barco que ha volado 2035

desde el mar de Egipto aquí,
y, que sin ser conocido
de otro -a cuyo fin, cubierto
el rostro, ha tomado puerto
en sitio más escondido-, 2040

a solas tiene que hablaros.
¡Seguidme!
TOLOMEO               ¿:No me diréis
quién sois?
FILIPO               Después lo sabréis.
TOLOMEO [Aparte.] ¿:Quién vio sucesos más raros?
Guiad, pues.
FILIPO                 Sí haré, que ninguno 2045

me ha de ver hablar con vos.
(Entranse y vuelven a salir por otra parte.)

TOLOMEO Ya estamos solos los dos,
y el sitio es tan oportuno
que es apartado lugar.
FILIPO Pues leed ese papel, 2050

que, en viendo lo que hay en él,
tenemos mucho que hablar.
TOLOMEO Cada punto, cada instante
añadís al corazón
otra nueva confusión. 2055

FILIPO
Aún más quedan adelante...
Leed, que más duda os espera,
entre piadoso y cruel.
TOLOMEO Del Tetrarca es el papel,
y dice...
FILIPO [Aparte.] De esta manera, 2060

descubriendo su intención,
lo que hay en él he de ver,
para ver qué debo hacer.
TOLOMEO Notable es mi confusión.
[Lee.] «A mi servicio conviene, 2065

a mi honor y a mi respeto,
que, muerto yo, con secreto
deis la muerte a Marïene.»
Hombre, que de asombros lleno
traéis en carta tan sucinta 2070

del rejalgar de su tinta
confeccionado el veneno,
si conjuración ha sido
la de esta temeridad,
y a examinar mi lealtad 2075

de parte suya has venido,
no sólo en lo que contiene
mi honor convendrá, mas piensa,
que he de morir en defensa
de mi reina Marïene. 2080

Y pues traidor (¡vive Dios!)
eres -que no te encubrieras
el rostro si noble fueras-
y estamos solos los dos,
te tengo de hacer pedazos 2085

entre mis brazos.
FILIPO (Descúbrese.)        No harás,
que yo no esperaba más
para darte mil abrazos.
TOLOMEO ¡Filipo! ¿:Qué es lo que veo?
¿:Tú, sospechoso? ¿:Qué miro? 2090

Ya con más causa me admiro,
con más razón no lo creo.
FILIPO El Tetrarca para ti
con esa carta me envía;
que de los dos sólo fía 2095

la acción que contiene en sí.
Muerto él, nos manda que muera
Marïene; pero ya
que de tu valor está
vista la fe verdadera, 2100

quédese el caso encubierto;
que si él vive, estarlo es bien,
y si acaso muere, ¿:quién
ha de obedecer a un muerto?
TOLOMEO Dices bien: pero, aunque es mucha 2105

mi duda, sepa qué es esto.
¿:Quién en tal furor le ha puesto?
FILIPO Si quieres saberlo, escucha.
Octaviano enamorado
de un retrato que...
TOLOMEO                            Detente, 2110

que por aquí viene gente.
FILIPO A los dos nos ha importado
que no me vean; y así,
por desmentir la sospecha,
quédate a hacer la desecha 2115

y vente después tras mí,
que en este monte te espero,
y mil prodigios sabrás. (Vase.)
TOLOMEO ¿:Qué tengo que saber más,
si ya de lo que sé muero? 2120

Mariene era; ya torció
a los jardines el paso.
Y yo, suspenso del caso
que me ha sucedido, no
sé de una acción tan cruel 2125

cuántas cosas anticipo.
Vuelva a seguir a Filipo,
volviendo a leer el papel.
(Sale SIRENE.)

SIRENE Decidme si por aquí
ha pasado Marïene, 2130

que en su seguimiento...Pero
si hubiera visto quién eres,
ni aun esto te preguntara,
por no hablarte, por no verte.
TOLOMEO Espera, Sirene, aguarda. 2135

SIRENE
¿:Para qué, tirano, aleve,
ingrato, falso, inconstante?
TOLOMEO Para que sepas, Sirene,
que los hombres como yo,
con principales mujeres 2140

bien pueden no ser amantes,
pero no, no ser corteses.
Yo, por soldado, no tuve
inclinación...
SIRENE                       Cese, cese
tu voz, que aun satisfacciones 2145

de ti no quiero.
LIBIA [Al paño.]        ¡Valedme,
cielos! ¿:Qué escucho? Más ¿:cómo
lo dudo? Pues claramente
dice que la satisface
la que dice que no quiere 2150

oír satisfacciones.
TOLOMEO                            Ya
que aquesta ocasión ofrece
el acaso de encontrarme,
por mí mismo has de oírme. Atiende.
SIRENE No haré tal, que, cortesana 2155

yo también, no quiero hacerte
el pesar de que no leas
el papel que te divierte
tan a solas; y así es bien
-porque él sea el que me vengue, 2160

mostrando cuán poco o nada
mis vanidades lo sienten-
que pues leyéndole te hallo,
que leyéndole te deje. (Vase.)
LIBIA [Aparte.] ¿:Qué papel, cielos, será 2165

el que la venga y la ofende?
TOLOMEO Haces bien, pues aunque vuelva
a leerle una y muchas veces,
una y muchas volveré
a dudar lo que contiene. 2170

LIBIA
[Aparte.] Mi sufrimiento, ¿:qué aguarda?
TOLOMEO (Lee.) «A mi servicio conviene...»
(Sale LIBIA.)

LIBIA Suelta, ingrato.
TOLOMEO                            ¿:Qué es aquesto?
LIBIA Saber qué papel es éste.
TOLOMEO Pues no lo has de saber, Libia. 2175

LIBIA
¿:Cómo no?
TOLOMEO                    Si es que merece
algo contigo mi amor,
si me estimas, si me quieres,
débate yo la fineza
de no verle.
LIBIA                 ¿:Qué es no verle? 2180

Si lo que a decirte vuelvo
es que en el jardín no entres,
de cuya puerta la llave
mi amor te entregó imprudente,
hasta que una seña mía 2185

te asegure de Sirene,
porque, quejosa de ti
y de mí celosa, suele
estar en él a deshoras.
¿:Cómo, di, ingrato, pretendes, 2190

hallándote con la misma
de quien recatarte debes,
dándola satisfacciones
y diciendo ella que aqueste
papel la venga de ti, 2195

que sin mirarle le deje?
TOLOMEO Aunque tienes razón, Libia,
¡vive Dios, que no la tienes!
El papel ni a ella ni a ti
toca, y, en fin, no has de verle. 2200

LIBIA
He de verle.
TOLOMEO                 Mira...
LIBIA                            ¡Aparta!
TOLOMEO Considera...
LIBIA               ¡Quita!
TOLOMEO                            Advierte.
LIBIA ¿:Tú tan desatento?
TOLOMEO                            Sí.
LIBIA ¿:De qué suerte?
TOLOMEO                       Desta suerte.
LIBIA ¿:Tú conmigo tan grosero? 2205

TOLOMEO
¿:Tú conmigo tan aleve?
LOS DOS ¡Suelta el papel!
(Por entre los dos parten el papel y sale MARIENE.)

MARIENE                       ¿:Qué papel?
TOLOMEO [Aparte.]    ¡Grave mal!
LIBIA                 ¡Desdicha fuerte!
TOLOMEO ¿:Qué pudiste engendrar, Libia,
sino áspides y serpientes? 2210

LIBIA
¿:Qué más áspides que celos?
MARIENE Pues ¿:qué atrevimiento es éste?
¿:Así mi esplendor se agravia?
¿:Así mi sombra se ofende,
mi decoro se aventura 2215

y mi respeto se pierde?
¿:En mi casa y a mis ojos,
vuestras acciones se atreven
a profanar un palacio,
templo de honor tal, que a verle 2220

el sol no entrara, a no entrar
con disculpa de que viene
a darle la luz; que el sol
aun no entrara de otra suerte?
Dame tú esa parte, tú 2225

esotra: de ellas conviene
informar a mi recato.
TOLOMEO Que es una víbora advierte,
que, dividida en mitades,
con cualquier extremo muerde. 2230

MARIENE
Vete tú, Libia, de aquí.
LIBIA [Aparte.] Piedad es el que me ausente,
por no verla tan airada.           (Vase.)
MARIENE Tú también. ¿:Qué aguardas? Vete.
TOLOMEO Si por ventura han podido 2235

mis servicios merecerte
sola una merced que sea
capaz de muchas mercedes,
rompe ese papel, y no,
señora, le leas. Atiende 2240

que, cuanto por verle ahora,
darás después por no verle.
MARIENE ¿:Qué deseo de mujer
se rindió al inconveniente?
TOLOMEO El que, advertido de mí, 2245

sepa que, a fin diferente
de que llegase a tus manos,
está inficionado ese
papel de un mortal veneno,
tan riguroso y tan fuerte, 2250

que matará a quien le mire,
que es la causa porque leerle
a Libia le defendía,
viendo que entre estos laureles
era ella quien le había hallado, 2255

no siendo ella a quien previene
matar mi fe en tu servicio;
que hay en él algún aleve
con quien se escribe Octaviano.
Y así, que de ti le eches, 2260

con lágrimas a tus pies,
te suplico humildemente.
MARIENE Quien advierte de un peligro,
nunca suplicando advierte,
porque el beneficio manda 2265

y no ruega; luego mientes,
que si estos extremos haces
cuando me acuerdas los bienes,
¿:qué dejas de hacer, qué dejas
cuando los males acuerdes? 2270

Letra del Tetrarca es,
con que ya se desvanece
el que fuese tuyo, y yo,
que viva o muera, he de leerle.
TOLOMEO ¡Ay infelice de ti! 2275

MARIENE
Dice, a partes, desta suerte:
«Muerte» es la primer razón
que he topado. «Honor» contiene
ésta. «Marïene» aquí
se escribe. ¡Cielos, valedme!, 2280

que dicen mucho en tres voces
«Mariene, honor, y muerte».
«Secreto» aquí, aquí «respeto»,
«servicio» aquí, aquí «conviene»,
y aquí, «muerto yo», prosigue. 2285

Más ¿:qué dudo, si me advierten
los dobleces del papel
adonde están los dobleces,
llamándose unos a otros?
Sé, oh prado, lámina verde 2290

en que, ajustándolos, lea:
«a mi servicio conviene,
a mi honor y a mi respeto,
que muerto yo (¡hados crueles!)
deis... (¡con qué temor respiro!) 2295

deis la muerte a Marïene.»
Bien dijiste que era fiero
tósigo y veneno fuerte,
puesto que, si no me mata,
por lo menos, lo pretende. 2300

¿:Quién este papel te dio?
TOLOMEO Filipo, que con él viene
de Egipto. Pero, señora,
estar satisfecha puedes
de su lealtad y la mía 2305

que los dos...
MARIENE                       Otra vez mientes,
que él ni tú no sois leales,
pues cobardes, pues aleves,
o viva o muera, no sois,
como debéis, obedientes 2310

al precepto de mi esposo.
¿:Quién más es cómplice en este
secreto?
TOLOMEO               Nadie, señora.
MARIENE Pues mira lo que te advierte
mi voz: que ninguno sepa, 2315

ni aun Filipo, que a entenderle
llegué yo.
TOLOMEO               Un mármol seré. (Vase.)
MARIENE ¡Oh, infelice una y mil veces
la que se ve aborrecida
de la cosa que más quiere! 2320

¿:En qué, amado esposo mío,
en qué mi vida te ofende,
que te pesa de que viva
la que de adorarte muere?
Cuando yo tu libertad 2325

trato y a imperios de nieve
doy, Semíramis de ondas,
Babilonias de bajeles;
cuando en mi imaginación,
después que vives ausente, 2330

adorando estoy tu sombra
y a mis ojos aparente,
por burlar mi fantasía,
abracé al aire mil veces,
¿:tú, en una oscura prisión, 2335

funesto mísero albergue,
en vez de abrazar mi imagen,
estás trazando mi muerte?
O te quiero o no. Si no
te quiero, ¿:no es más decente 2340

a un noble que, de mujer
que le olvida, no se acuerde?
Y si te quiero, ¿:por qué,
después de muerto, pretendes
que muera? ¿:No sabré yo, 2345

sin mandarlo, obedecerte?
Luego olvidando (¡ay de mí!)
o queriendo, de una suerte
ofendes tu vanidad,
o mi gratitud ofendes. 2350

Si del mundo el mayor monstruo
me está amenazando en ese
encuadernado volumen,
mentira azul de las gentes,
y tú me matas, será 2355

bien decirse de ti que eres
el mayor monstruo del mundo.
Mas ¡ay! que en, llegando a este
término, no sé qué nuevo
espíritu me enfurece; 2360

y pues me tocan al arma
afectos tan diferentes
de los míos, ¡plegue al cielo,
fementido esposo aleve,
que el socorro que te envío 2365

nunca a tomar puerto llegue!
Entre las Sirtes y Escilas
de Egipto, a pique le echen
los zozobrados embates,
los contrastados vaivenes 2370

de las ráfagas de Eolo,
a los sepulcros de Tetis.
No sólo en tu libertad
milite, pero de suerte
irrite a Octaviano, que 2375

apresurando tu... ¡Tente,
lengua! No «su muerte» digas;
basta que él diga «mi muerte»,
que una cosa es ser quien soy
y otra ofenderme él. ¡Oh, plegue 2380

al cielo que, victoriosa,
tan en su favor navegue
la armada de tu socorro
que, sobre el puerto de Menfis,
en tan grande estrecho pongas 2385

la confusión de sus gentes
que, temerosas de que
las mías sus muros entren
a sangre y fuego, a partido
reducidas, me le entreguen 2390

vivo, para que a mis brazos...!
Pero ¿:qué digo? Suspende,
lengua, otra vez el acento,
si no es que a decir intentes:
«a mis brazos, para que, 2395

vengativa e impaciente,
en ellos le haga pedazos.»
¡Ay de mí, qué fácilmente
de un extremo a otro se pasan,
en afectos de mujeres, 2400

las lástimas a ser iras
y los favores desdenes!
De mujeres dije; pero
dije mal, que excluirse deben
las mujeres como yo 2405

de lo común de las leyes.
Y pues piadosas en una
parte, y en otra crueles,
mis ansias lidian, en tanto
tropel como me acomete 2410

de divididos afectos,
de encontrados pareceres
y opuestas obligaciones,
¡déme el cielo industria, déme
medio el hado para que, 2415

tan unas con otras temple
que, como esposa ofendida
y como reina prudente,
cumpla con el mundo y cumpla
conmigo, cuando a ver lleguen 2420

cielo, sol, luna y estrellas,
astros y signos celestes,
montes, mares, troncos, plantas,
hombres, fieras, aves, peces,
que como reina perdone 2425

y como mujer me vengue!

Fin de la Segunda Jornada.

Tercera Jornada

Cuadro I

Suenan instrumentos músicos en una parte y, en habiendo representado y cantado sus versos, suenan en otra cajas destempladas y dice dentro MARIENE los suyos. Y luego, en medio, suenan algunos tiros y chirimías y salen al tablado OCTAVIANO, CAPITAN y SOLDADOS.

       
VOCES                 ¡Viva Octaviano!
MUSICA                       ¡Viva!
VOCES Y en los campos de Oriente...
MUSICA Y en los campos de Oriente...
VOCES ...ciñan su augusta frente... 2430

MUSICA
...ciñan su augusta frente...
VOCES ...sacro el laurel, pacífica la oliva.
MUSICA ...sacro el laurel, pacífica la oliva.
(La caja.)

MARIENE La aclamación festiva,
convertida en lamento 2435

de mísero concento,
diga de otra manera
que muera yo donde mi esposo muera.
OTROS [Dentro.] ¡A tierra, a tierra!
(La salva.)

CAPITAN                         Marche,
herido el bronce y castigado el parche, 2440

a la ciudad en orden nuestra gente.
(La salva y salen OCTAVIANO, CAPITAN y SOLDADOS.)

OCTAVIANO ¡Salve, oh tú, gran metrópoli de Oriente,
Jerusalén divina!
¡Salve, oh tú, emperatriz de Palestina
y del Asia señora, 2445

que en el rosado imperio del aurora,
con luciente voz muda
el sol en su primera edad saluda!
¡Salve otra vez, y admite
tu César, cuyo nombre, que compite 2450

al tiempo y al olvido,
dos veces al laurel restituido,
pisa tu arena: una
a favor del valor y la fortuna;
y otra, por más blasones, 2455

a pesar de traidoras sediciones;
pues cuando presumías
que del romano yugo sacudías
la cerviz, con haber hoy enviado
a Aristóbolo en tanto leño alado 2460

a librar tu Tetrarca,
yo como, en fin, caudillo de la Parca,
habiéndole encontrado en el camino,
y a fuerza del destino
dejádole su armada 2465

en las costas de Jafa derrotada,
llego a ti, donde intento
que el primer escarmiento
que tu muralla vea,
de tu Tetrarca la cabeza sea; 2470

a cuyo fin, por más infeliz suerte,
su vida dilaté porque su muerte
le dé terror más fiero,
y más al filo de este infausto acero,
(Trae ceñido el puñal.)

desagraviando de camino aquélla 2475

que profanó, difunta beldad bella.
De ese, pues, bajel, donde
más le sepulta el buque que le esconde,
a tierra le sacad con el criado,
que también, por haberme a mí engañado, 2480

ha de morir.
(Vanse los SOLDADOS. La música y las cajas.)

                   Mas ¿:qué confuso ruido
de músicas en una
parte se escucha cuando, en otra, alguna
sedición cajas toca destempladas,
repitiendo encontradas, 2485

allí con voz altiva...
MUSICA Y VOCES ¡Viva Octaviano, viva!
OCTAVIANO ...y allí con voz severa...?
MARIENE Y muera yo donde mi esposo muera.
CAPITAN De la ciudad abiertas 2490

a tu salva, señor, miro dos puertas
que de aquí se divisan,
y varias de un extremo en otro avisan;
que por una de hombres el festivo
vulgo, aclamando tu renombre altivo, 2495

a recibirte sale;
y, porque el llanto al regocijo iguale,
por otra, negros lutos arrastrando,
y haciendo las mujeres otro bando,
salen también, diciendo 2500

en ambos coros uno y otro estruendo...
(Música.)

TODOS Y MUSICA ¡Viva Octaviano, viva!
Y en los campos de Oriente
ciñan su augusta frente
sacro el laurel, pacífica la oliva! 2505

(Cajas.)

MARIENE La aclamación festiva,
convertida en lamento
de mísero concento,
diga de otra manera
que muera yo donde mi esposo muera. 2510

(Con esta repetición salen al tablado, por una parte los MUSICOS, y TOLOMEO con una fuente, y en ella unas llaves, y FILIPO con otra, y en ella un laurel; y por la otra parte, MARIENE, vestida de luto, con un velo en el rostro, y las MUJERES que puedan.)

TOLOMEO Pues más defensa la ciudad no tiene
que ofrecerse rendida, hacer conviene
virtud la fuerza.
FILIPO                    Llega
como su capitán y haz tú la entrega.
TOLOMEO En parabién, señor, de glorias tantas, 2515

la gran Jerusalén, puesta a tus plantas,
sus llaves rinde.
FILIPO                 Y su laurel, y oliva.
LOS DOS Diciendo a voces...
TODOS                       ¡Octaviano viva!
MARIENE A tus pies infelice
llega también quien afligida dice, 2520

bien que en cláusula menos lisonjera,
que muera yo donde mi esposo muera.
OCTAVIANO [A los hombres.] En extremos tan raros
-que agradeceros tengo y estimaros
a vosotros; [A MARIENE.] mas no que agradeceros 2525

ni estimaros a vos, llegando a veros
con señas tan funestas
de mis aplausos perturbar las fiestas-,
[A los SOLDADOS.] marche el campo.
(Volviéndola las espaldas y ella le detiene.)

MARIENE                         Primero
me has de escuchar.
OCTAVIANO                              Si enternecer no espero 2530

mis iras, ¿:para qué con ellas luchas?
MARIENE ¿:Para qué tú gobiernas si no escuchas?
OCTAVIANO Dices bien, oírte debo; mas no ignoro
que tampoco es respeto ni decoro
que tapada escucharte haya, sin verte. 2535

MARIENE
También tú dices bien. Ahora advierte.
(Descúbrese.)

OCTAVIANO [Aparte.] ¡Cielos! ¿:Qué es lo que veo?
¿:De cuándo acá cuerpo cobró el deseo?
MARIENE [Aparte.] ¡Cielos! ¿:De qué me admiro?
Que toda el alma al corazón retiro 2540

al verle, en su presencia descubierta.
OCTAVIANO [Aparte.] ¿:No es esta la beldad que adoré muerta?
MARIENE [Aparte.] Muda y suspensa quedo.
OCTAVIANO [Aparte.] Al mirarla, ni creer ni dudar puedo.
TOLOMEO [Aparte.] ¿:Qué extremo es este? ¡Ay infeliz! Sin duda 2545

viene a que el César a vengarla acuda
de aquel rigor. ¿:No basta, pena mía,
presa a Libia tener desde aquel día,
sino querer ahora
descubrir su secreto?
FILIPO [Aparte.]                   Pues ignora 2550

a qué fue mi venida,
¿:qué hay que temer? Segura está mi vida.
MARIENE [Aparte.] Mal, cobarde, me aliento.
OCTAVIANO [Aparte.] Mal, osado, me animo.
MARIENE [Aparte.] Mas, ¿:por qué me reprimo? 2555

OCTAVIANO
[Aparte.] Pero, ¿:por qué lo que he de estimar siento?
Mujer, ¿:qué quieres?
MARIENE                         Que me estés atento.
OCTAVIANO ¿:Qué aguardas, pues?
MARIENE                              Escucha.
[Aparte.] Mucha es mi turbación.
OCTAVIANO                                           Mi pena es mucha,
pues la muerta ceniza es viva llama.
MARIENE Inclito César, cuya heroica fama...
SOLDADO 1º Con el criado, aquí el Tetrarca viene.
(Salen los SOLDADOS y el TETRARCA y POLIDORO presos.)

TETRARCA [Aparte.] ¡Qué miro! ¿:Con el César Marïene?
¿:Pues no bastaba, ¡cielos!,
ir a morir, sino a morir de celos? 2565

POLIDORO
[Aparte.] ¿:Qué son celos? ¡Al dios Baco pluguiera
que celos para mí también hubiera
y no hubiera un garrote
que anda desde la nuez hasta el cogote
ya haciéndome cosquillas!
OCTAVIANO                                 Su castigo 2570

diré después. Prosigue.
MARIENE                              Ya prosigo.
Inclito César, cuya heroica fama
al alcázar se eleva de la luna,
cuando con labios de metal te aclama
su Júpiter y dios de la fortuna: 2575

si, cuando él a relámpagos se inflama,
el iris le serena, en mi importuna
suerte, que eres mi Júpiter se vea,
y el iris de mi paz tu laurel sea.
Y pues tu nombre en láminas se escribe, 2580

que el tiempo que más vuela, que más corre,
ni con las torpes alas le derribe,
ni con las plantas trágicas le borre.
Vive piadoso, generoso vive
y, del sol coronada, la alta torre 2585

que al águila de Roma le dio nido,
verás triunfar del tiempo y del olvido.
Yo soy la desdichada Marïene...
dijera bien la desdichada esposa
de ése contra quien ya tu ceño tiene 2590

blandida la cuchilla rigurosa.
Si una línea de púrpura detiene
del más noble animal la más furiosa
acción, detén tú el paso a tus enojos,
pues son líneas de púrpura mis ojos. 2595

Mas, ¡ay!, que en vano a tus piedades pido
la vida que has de darme generoso;
que eres rey y has de ser compadecido;
que eres valiente y has de ser piadoso;
que eres discreto y ser has reducido; 2600

que eres tú y has de ser tan victorioso
que conozcas que alcanza menos gloria
el que con sangre mancha la victoria.
No, pues, el que te espera heroico asiento
en cadalso construyas duro y fuerte, 2605

no el triunfal carro en triste monumento,
no el fausto en ceremonias de la muerte,
no la música en mísero lamento,
no la felicidad en triste suerte,
la gala en luto, en pena la alegría. 2610

No eches a mal tan venturoso día.
Entra triunfando, pero no venciendo;
entra venciendo, pero no vengando;
que más aplauso has de ganar, entiendo,
perdonando, señor, que castigando. 2615

Halle piedad la que lloró pidiendo;
halle piedad la que pidió llorando;
y pues son dos, siquiera una reciba,
o que yo muera o que mi esposo viva.
TETRARCA [Aparte.] ¿:Quién de dos muertes sitiada 2620

vio su vida tan a un tiempo
que, negada o concedida,
de cualquiera suerte muero?
POLIDORO [Aparte.] ¿:Hay tal infamia? ¡Que llore
por su marido, pudiendo 2625

llorar por mí, que a estas horas
más de sentenciado tengo
la cara que él!
OCTAVIANO [Aparte.]            (Bien se deja
ver que Aristóbolo, al trueco
del criado, cuando estaba
yo en el retrato suspenso, 2630

fingiendo ser muerta, quiso
desvanecer mis afectos.
Por ella, por mí y por él
importa que satisfecho 2635

viva, pues ha de vivir.
¿:Adónde hallará el ingenio
disculpas para un marido,
que es plática de tal riesgo
que aun satisfaciendo agravia? 2640

Mas, no hablando con él, puedo
darle a él satisfacciones.)
[A MARIENE.] Alzad, señora, del suelo.
Una vida me pedís
y, aunque es verdad que lo siento, 2645

enmiende el pesar de oíros
el gusto de obedeceros.
Mas no me lo agradezcáis,
que si una vida os ofrezco,
es porque os debo una vida, 2650

sin saber a quién la debo.
Vuestro hermano, entre otras joyas,
perdió este retrato vuestro,
y sin saber cúyo fuese
-de que hago testigo al cielo 2655

y a cuantos dioses adoro-
sólo por ser tan perfecto,
mandé a un pintor que me hiciese
de él una imagen de Venus.
Esta, pues, constituida 2660

ya una vez en deidad, viendo
un peligro en que me hallaba
(decir cuál fuese no quiero,
porque olvidaré el perdón
si del peligro me acuerdo), 2665

de él me libró; de manera
que, aunque Venus fuese el dueño
del acaso, fuisteis vos
del acaso el instrumento.
Y así, en términos pagando 2670

el haberos interpuesto
entre otro acero y mi vida,
he de hacer con vos lo mesmo
el día en que os interponéis
entre otra vida y mi acero. 2675

Viva vuestro esposo, y no
solamente viva, pero
a su honor restituido.
Y por no poner a riesgo
vuestros ojos de que lloren 2680

otra vez, ni oíros ni veros
en mi vida (la voz miente,
no el alma), perdón concedo
a Aristóbolo y a cuantos
en este levantamiento 2685

cómplices fueron; y, en fin,
porque ni al llanto ni al ruego
les quede por hacer nada,
aun vuestro retrato os vuelvo.
Tomad, pues.
MARIENE                 ¡Vivas los siglos 2690

del fénix!
TETRARCA            Y tan eternos
como deseará esta vida,
que ya como tuya ofrezco,
porque el ser dádiva tuya
la crezca el merecimiento 2695

a la que, ejemplo de amor,
como de piedad ejemplo,
la sacrifico.
MARIENE            ¡Felice,
dulce esposo, amado dueño,
el día que vuelvo a verte 2700

en mis brazos! Quien en ellos...
[Aparte.] (Mas no, que el de mi decoro,
no es el de mi sentimiento.)
TETRARCA [Aparte.] ¡Qué dichosos desengaños
haber sabido, el primero, 2705

los acasos del retrato,
y el segundo, que encubierto
-supuesto que a Marïene
tantas lágrimas la debo-
halle el furor que fíe 2710

de Filipo y Tolomeo!
TOLOMEO [Aparte.] Ya no tengo que temer.
Pues anda tan fina, es cierto
que tener quiere su agravio
en la cárcel del silencio. 2715

¡Luego dirán que no hay
mujer que guarde secreto!
Así me sucedan bien
los medios que dejo puestos
en la libertad de Libia, 2720

de que avisada la tengo
con Astolfo, que ha ofrecido
dejarme hoy el paso abierto.
OCTAVIANO [Aparte.] No sé qué tienen acciones
nobles en heroicos pechos 2725

que, aunque se sienta el hacerlas,
se estima el haberlas hecho;
Pero esto no es para aquí.
Mi tienda armad; que no quiero
entrar en Jerusalén 2730

hasta que el recibimiento
de imperial triunfo aperciba.
[Aparte.] (Hermoso prodigio bello,
¿:qué me sirve haberte hallado,
si cuando te hallo te pierdo?) 2735

MARIENE
Hasta dejarle en su tienda,
vamos todos.
TETRARCA                 Sea diciendo:
¡Viva Octaviano!
TODOS Y MUSICA                       ¡Viva!
Y en los campos de Oriente
ciñan su augusta frente 2740

sacro el laurel, pacífica la oliva.
¡Viva, Octaviano, viva!
Vanse. [Se quedan los SOLDADOS y POLIDORO.]

SOLDADO 1º ¿:Por qué vos, pues perdonado
estáis, en su seguimiento
no vais dándole con todos 2745

las gracias?
POLIDORO            Porque no quiero;
que tan gran superchería
como conmigo se ha hecho
no se hiciera, ¡vive Apolo!,
no digo yo con un negro, 2750

pero ni con un enano,
que es tan muchísimo menos
cuanto va desde ser hombre
a sólo empezar a serlo.
SOLDADO 1º ¿:Qué superchería?
POLIDORO                       ¿:No fuisteis 2755

vos quien me dijo, viniendo,
que a ser ahorcado venía?
SOLDADO 1º Yo lo dije.
POLIDORO            Pues, ¿:qué es de ello?
¿:Es bueno hacerme caer
en falta con todo un pueblo 2760

que estaba ya convidado
al plato de mi pescuezo?
¿:A mí perdonarme? ¿:Acaso
es juego de niños esto?
«¡Venga usted a ser ahorcado!» 2765

«¡Vaya usted, que ya está absuelto!»
¿:Qué ha de decirse de mí,
sino que soy un grosero
y que para ahorcado no
valgo cuatro cuartos, viendo 2770

que se los vale cualquiera
ladroncillo cicatero?
La costa que tenía hecha
de más de veinte mil gestos,
para escoger los que había 2775

de ir por el camino haciendo,
¿:qué he de hacer de ella? Y después,
¿:qué he de hacer sin el consuelo
de ser como un pino de oro,
en el plañido lamento 2780

de todas las verduleras?
¿:Cualquier ahorcado? ¿:Está el tiempo
para no ser pino de oro,
siquiera por un momento?
¿:Dejaré de mí la fama, 2785

de un garrotillo muriendo,
que dejare de morir
de un garrote todo entero?
Pues luego, ¿:es bobo el delito,
sino oír al pregonero: 2790

«¡esta es la justicia a este hombre
por príncipe contrahecho!»?
LOS DOS Vamos de aquí, que está loco.
POLIDORO Han de ahorcarme o, sobre eso,
para dar satisfacción 2795

hoy a todo el universo
de que no queda por mí,
a voces iré diciendo:
«¡Esta es la justicia a este hombre,
por príncipe contrahecho!» (Vanse.) 2800

Cuadro II

Salen con acompañamiento el TETRARCA y MARIENE.

TETRARCA Desde que en su tienda el César
dejamos, pálido el rostro,
torciendo las blancas manos
y humedeciendo los ojos,
a la sala hemos llegado 2805

que divide un cuarto de otro;
Y, no queriendo parar
en el más principal, noto,
no sin cuidado, que guías
al más oscuro y más hondo 2810

del palacio; esto, sin verme
ni hablarme. Mi cielo hermoso,
dulce esposa, amado dueño
mira que es rigor impropio
dar la vida con finezas 2815

y quitarla con enojos.
MARIENE ¿:Está el cuarto como dije?
SIRENE Sí, señora.
MARIENE                 ¿:Está del modo
que mandé, de aquella cuadra
que hoy es triste calabozo 2820

de Libia, ya asegurada
la puerta que vuelve a esotro
del Tetrarca?
SIRENE                    Sí estará,
pues se lo encargaste a Astolfo
que la cierre y la asegure. 2825

MARIENE
Salíos allá fuera todos. (Vanse.)
Tú, en entrado yo, esa puerta
cierra en el instante propio.
SIRENE De mí fía. (Vase.)
TETRARCA            ¿:Qué misterios
son éstos?
MARIENE            ¿:Estamos solos? 2830

TETRARCA
Sí, ¿:qué miras?
MARIENE                      El puñal
que del reloj presuroso
de mi vida fue el volante.
TETRARCA En peligro bien notorio
le perdí.
MARIENE            ¿:No está contigo? 2835

TETRARCA
No.
MARIENE    Pues oye ahora.
TETRARCA                         Ya oigo.
MARIENE Bien pensarás, o fingido
amante o tirano esposo,
aleve, cruel, sangriento,
bárbaro, atrevido y loco, 2840

bien pensarás que el pedir
a aquel monarca famoso,
a aquel valiente romano,
a aquel capitán heroico,
tu vida, comprada a precio 2845

de gemidos y sozollos,
ha sido piedad y amor
de mi pecho generoso;
pues no, ni amor ni piedad
ha sido; afecto oneroso 2850

sí, de mis quejas, porque
no hay otro estilo, no hay otro
camino de castigar
un ingrato pecho como
correrle con beneficios 2855

cuando ofende con enojos;
que merced hecha a un tirano,
más que merced es oprobio.
Y no me diera venganza
verte morir cuando noto 2860

que es la muerte en las desdichas
el postrer último coto.
Verte vivir, sí, ofendido,
aborrecido y quejoso,
por creer que hallar no pude 2865

castigo más riguroso
para un ingrato que verse
olvidado de lo propio
que se vio amado. El que llega
a esto, ¿:cómo vive, cómo? 2870

Demás de que, por mí misma,
por mi honor, por mi decoro,
pedí tu vida, encubriendo
la causa de mis ahogos,
que saben todos quién soy, 2875

y quién eres, uno solo;
y no por ganar con uno,
había de perder con todos.
Tu vida, en fin, pedí, no
porque vivas, ni tampoco 2880

porque mueras consolado
de que dejaste, alevoso,
quien me matare, sino
porque sepas que no ignoro
que has vivido en esta ausencia 2885

de mi muerte deseoso.
Este papel, esta firma
te convenzan. ¡Con qué asombro
le miras, quedando al verle
confuso, helado y absorto! 2890

En mi mano está. No tienes
que discurrir estudioso
cómo a ella vino, que al fin
la tierra, viendo el adorno
y la hermosura que debe 2895

a ese cristalino globo
que parte la luna a giros,
que el sol ilumina a tornos,
le prometió no tenerle
nada oculto en su contorno, 2900

que aun los cielos, con ser cielos,
dan los favores a logro.
¿:Tú eres (¡aquí, de mi aliento
me desmayo al primer soplo,
con mis lágrimas me anego, 2905

con mis suspiros me ahogo!)
de Jerusalén Tetrarca?
Mas ¡ay! que no es grande abono
del mérito el conseguir
puestos, que bien reconozco 2910

que es el puesto el desdichado
cuando el hombre es el dichoso.
Tú lo digas, pues que siendo
bastarda rama del tronco
de Judá, un ascalonita, 2915

en cuyo nombre no toco
por no escandalizar, basten
las señas con que te nombro;
pues que siendo un idumeo,
otra vez a decir torno, 2920

y habiendo por tus fortunas
llegado a tan alto solio
como merecer mi mano,
que fue de todos el colmo,
no por aqueso dejaste 2925

los resabios afrentosos
de forajida nación,
baldón de nuestro abolorio,
pues, hidrópico de sangre,
no te bastó que en arroyos 2930

de inocentes vidas vieses
hecha la ciudad un golfo,
sino dejar en tu muerte
legado tan afrentoso.
¿:Quién sino tú vinculó 2935

la muerte por patrimonio?
¿:Qué fiera la más sañuda,
qué bruto el más riguroso,
qué pájaro el más aleve,
qué bárbaro el más ignoto 2940

mató muriendo, pues antes
de hombre, fieras y aves oigo
que mueren dando la vida?
Dígalo en gemidos roncos
la víbora que, royendo 2945

sus entrañas, poco a poco
se revienta por sacar
muchas vidas de un aborto.
Dígalo el ave que muestra
el pecho a su pico roto 2950

y, por darles vida, yace
desangrada entre sus pollos.
Dígalo el escita, pues
al tiro más peligroso
expuesto el pecho, a la espalda 2955

pone a su esposa y piadoso
se hace escudo de su vida
contra la pluma y el plomo.
Mas tú, más que todos fiero,
mas tú, más bruto que todos, 2960

mas tú, más barbaro, en fin,
no sólo amparas, no sólo
favoreces lo que amas,
pero, avaro de los gozos,
aun muriendo no los dejas. 2965

Bien como el que codicioso,
amante de sus riquezas,
porque no las goce otro,
manda que, después de muerto,
le entierren con su tesoro. 2970

Supongo que fue fineza
este despecho, supongo
que fueron celos, que nada
quiero dejar en tu abono.
¿:Qué hazaña de amor es esta, 2975

ni qué celos son tampoco,
los que sin ser culpa mía
son imaginado antojo
de bajo espíritu que,
neciamente escrupuloso, 2980

no estimando a su mujer,
se desestima a sí propio?
Y pues tan a costa mía
examino, miro y toco
que podrá vivir mi pecho 2985

más seguro y más dichoso
aborrecido que amado,
desde aquí a mi cargo tomo
el hacer que me aborrezcas;
que, aunque pudiera con otros 2990

medios huir de ti y vivir
en el clima más remoto
-donde el sol avaramente
dispensa sus rayos rojos
o donde pródigo abrasa 2995

doradas arenas de oro-
no lo he de hacer, que no tengo
de dar con nuestro divorcio
que decir al mundo; y pues,
sin llegar a escandaloso 3000

este apartamiento, puede
quedarse esto entre nosotros,
vivamos a morir juntos,
mas teniendo por forzoso
que en tu vida ni en mi vida 3005

me has de mirar sin enojos,
me has de hablar sin sentimientos,
me has de escuchar sin oprobios,
ver sin suspiros los labios
ni sin lágrimas los ojos. 3010

Y este negro velo, puesto
siempre delante del rostro,
hará que ni el sol me vea,
siendo mis reales adornos
eternamente este luto. 3015

Y pues fue, tirano, todo
tu deseo que yo muera,
del asesino, el soborno
te he de ahorrar, siendo este cuarto
de mi vida el mausoleo 3020

en que nunca a entrar te atrevas;
que por el gran Dios que adoro,
que de la más alta almena
me arroje al sepulcro undoso
del mar, donde, despeñada, 3025

dé número en breves trozos
a los átomos que son
jeroglíficos del ocio.
Porque con tanto temor
te miro, con tanto asombro, 3030
que creo que ya se cumple
de aquel judiciario docto
el hado; pues si él predijo
que tu acero prodigioso
o un monstruo me han de dar muerte, 3035
huyendo del uno al otro,
o me ha de matar tu acero,
o el mar, que es el mayor monstruo.
(Vase y cierran por de dentro la puerta.)

TETRARCA Oye, aguarda, escucha, espera.
Mas (¡ay infeliz!) qué pronto 3040
el impulso estaba a darme
con el postigo en los ojos!
Caiga, pues, al suelo. Pero
mal acuerdo (¡ay de mí!) tomo
en valerme de la fuerza, 3045
que es preciso el alboroto
haga pública la causa
si con violencia le rompo.
Mejor es, ya que Filipo
tan traidor tan alevoso, 3050
la dio el papel que traía
-mal la cólera reporto-
para Tolomeo, llevar
sus despechos de otro modo
y, acudiendo al rendimiento, 3055
al halago, al desenojo,
valerme de la común
disculpa de los celosos,
que es que nunca están más cuerdos
que cuando se ven más locos. 3060
¿:Qué pasión, ¡cielos!, es ésta,
de amor hija y madre de odio,
que es cuando más la padezco
cuando menos la conozco?
Pues si los celos definir hubiera, 3065
en un camaleón los retratara,
que del aire no más se alimentara
y a cada luz nuevo color tuviera.
Ojos de basilisco le pusiera,
que, con ser visto o ver, siempre matara; 3070
pies de topo, que en todo tropezara;
y alas de halcón, que todo lo corriera.
De la sirena, le añadiera el canto;
del áspid, las cautelas, los desvelos
del lince; y de la hiena, en fin, el llanto. 3075
Mas ¿:dónde vais? Parad, parad, recelos;
no forméis un compuesto de horror tanto
que el mayor monstruo hayan de ser los celos.
Y pues con aquel acuerdo
y este discurso propongo 3080
apelar, como ya dije,
al rendimiento, en apoyo
de que hay quien califique
por finezas los arrojos,
apele de ésta a la puerta 3085
(aquesta puerta alboroto:
el palacio a aquélla acuda),
que cae deste cuarto a esotro,
que, estando más retirada,
con más secreto es forzoso 3090
que pueda sin ruido abrirla.
(Llega a la otra puerta que estará como dicen los versos y él hace las acciones que significan.)

Mas no haré si reconozco
cuánto defendida está
de candados y cerrojos
por esta parte. Y ¿:quién duda 3095
por esotra sea lo propio?
¡Quién, sin fiarse de nadie,
pues cualquiera es sospechoso
el día que lo fue Filipo,
romperlos pudiera solo! 3100
Mas ¿:cómo ha de ser posible
sin que entre aparte el escoplo
con lo sutil del barreno
o de la lima lo sordo?
A fuerza, ¿:quién bastará, 3105
ni a mano...? Pero, piadosos
cielos, ¿:qué es esto? Las llaves
echadas en falso topo.
Abierta están, si no es
que, enternecido a mi lloro, 3110
un hierro en otro se ablanda.
(Abre la puerta y sale como a hurto LIBIA.)

LIBIA Pues ya por de fuera oigo
ruido en los pestillos, quite
los que por de dentro rotos
dejó Astolfo. ¿:Es Tolomeo? 3115
TETRARCA No es Tolomeo.
LIBIA                      ¡Qué ahogo!
¡Vuelva a encerrarme!
TETRARCA                              ¡Detente,
aguarda!
LIBIA            ¿:Qué miro? ¿:Cómo,
señor, tú aquí, si yo cuando...?
TETRARCA Pues ¿:de qué es, Libia, el asombro? 3120
¿:Puedes ignorar que puedo
estar aquí cuando todos
saben que he vuelto a palacio?
LIBIA Como esas cosas ignoro,
pues aun no sé de mí misma 3125
si viva o muerta me nombro
desde que esta oscura cárcel
habito, donde Favonio
a entrar no se atreve en vientos
como ni en luces Apolo. 3130
TETRARCA Cobra el aliento. ¿:Tú presa,
Libia, aquí?
LIBIA                 De ello te informo,
porque la verdad te mueva
a estar conmigo piadoso.
TETRARCA Pues ¿:qué ha habido?
LIBIA                              Tolomeo 3135
-¡qué mal las razones formo!
mas ¿:qué mucho, si las pierdo
cuando pienso que las cobro?-
Tolomeo (¡ay de mí triste!)
me servía para esposo. 3140
Nuestro amor Mariene supo,
no importa que sepas cómo,
pues basta que no le falten
aun al más lícito estorbos;
a él desterró de palacio; 3145
y en mí, que en efecto somos
más culpadas las mujeres
de su ofendido decoro,
vengó la saña, encerrada
aquí donde me ve sólo 3150
una esclava que me trae
lo que bebo y lo que como.
Astolfo que de este alcázar,
alcaide hizo, o por piadoso
o por deudo, o por amigo, 3155
o por granjeado, o por todo,
viniendo a doblar las llaves,
no sé a qué fin, cuidadoso
hoy más que otros días, me dijo:
«Libia, librarte dispongo; 3160
está advertida de que
Tolomeo...»
(Dentro ruido.)

TETRARCA                       Pasos oigo.
Vuelve Libia a retirarte
-que verte aquí es sospechoso
y más conmigo-, segura 3165
que no sólo te perdono,
mas te agradezco el delito
de tu amor.
LIBIA            A tus pies pongo
mi vida y mi honor.
TETRARCA                         Palabra
te doy de poner en cobro 3170
tu honor y vida.
LIBIA [Aparte.]             Fortuna,
¿:hasta cuándo tus antojos
han de traer mis desdichas
a dar de un peligro en otro? (Vase.)
TETRARCA Veré quién es; que, después 3175
que vuelva a quedarme solo,
entraré donde a la esclava
espere. Con el socorro,
ya más mío que de Libia,
hoy lograré el desenojo 3180
de Marïene, si es
que con lágrimas le compro;
(Sale TOLOMEO.)

TOLOMEO [Aparte.] Veré si Astolfo ha cumplido
la palabra que me da.
Pero aquí el Tetrarca está. 3185
¡Cielos!, ¿:qué habrá sucedido?
¿:Mariene haberse escondido?
¿:El haberse retirado?
¿:Yo, la ocasión mal logrado?
Disimule.
TETRARCA            Tolomeo. 3190
TOLOMEO Señor.
TETRARCA               ¿:Dónde está, deseo
saber, Filipo?
(Sale FILIPO.)

FILIPO            Postrado
a tus pies donde, señor,
en albricias de tu vida...
TETRARCA .... verás la tuya perdida 3195
a manos de mi furor.
(Pónese en medio TOLOMEO.)

FILIPO ¿:En qué te ofendí?
TETRARCA                         ¡Traidor!
¡Poco leal, menos fiel!
TOLOMEO ¡Tente!
TETRARCA            ¿:Qué hiciste un papel
que te di?
TOLOMEO            Mis penas creo. 3200
FILIPO ¿:No era para Tolomeo?
TETRARCA Sí.
FILIPO    Pues él te dirá de él.
TOLOMEO [Aparte.] ¡Qué poco duró, ay de mí,
el secreto en la mujer!
TETRARCA ¿:Diótele a ti?
TOLOMEO [Aparte.]        (¿:Qué he de hacer?) 3205
Sí, señor.
TETRARCA            ¿:Qué hiciste, di,
de el tú?
TOLOMEO [Aparte.] (La verdad aquí
es la disculpa mejor.)
Una dama...
TETRARCA [A TOLOMEO.]        Di.
TOLOMEO [Aparte.]                        ¡Qué horror!)
... a quien sirvo para esposa... 3210
TETRARCA Ya lo sé.
TOLOMEO            ...de mí celosa
-necios delitos de amor-
me le quitó de la mano
a cuyo tiempo llegó
tu esposa.
TETRARCA                 ¡Castigue yo... 3215
FILIPO ¡Tente, señor!
(Ponése en medio FILIPO. Vase huyendo TOLOMEO, el TETRARCA tras él y vuelven por la otra parte.)

TETRARCA            ...tan tirano
yerro!
TOLOMEO [Aparte.]       Esperar es en vano.
La fuga mi vida guarde. (Vase.)
FILIPO ¡Huye, Tolomeo!
TETRARCA                      ¡Cobarde!
Si al mismo cielo te subes, 3220
las murallas de sus nubes
te ampararán mal o tarde.
(Sale TOLOMEO atravesando el tablado.)

TOLOMEO [Aparte.] ¿:Adónde estaré seguro
si furioso me ha seguido?
Habiendo hasta el mar salido 3225
por la surtida del muro,
de aquella tienda procuro
valerme. (Vase.)
FILIPO            En la tienda ha entrado
del César.
TETRARCA                 Ese sagrado
y otro empeño aún más crÜel 3230
me fuerzan a volver de él,
ofendido y no vengado. (Vase.)
Cuadro III

Vuelve TOLOMEO a salir por otra parte, retirándose de OCTAVIANO. Sale OCTAVIANO.

OCTAVIANO Hombre que tan atrevido,
robado el color y puesta
la mano en la espada, osas 3235
haber entrado en mi tienda
-cuando he mandado que todos
solo me dejen en ella
con mis pesares-, si acaso
alguna traición intentas, 3240
buena ocasión has hallado.
¿:Qué aguardas?
TOLOMEO                       Detente, espera;
que es lealtad, y no traición,
la que a este trance me fuerza.
OCTAVIANO ¿:Quién eres?
TOLOMEO                    Soy un soldado, 3245
hijo infeliz de la guerra,
que llegué por mis servicios
a ser capitán en ella
de las guardias del Tetrarca,
y de Sión, en su ausencia, 3250
gobernador.
OCTAVIANO               ¿:Qué pretendes?
TOLOMEO No mi vida, aunque pudiera;
la de Marïene, sí;
que es mi señora y mi reina.
OCTAVIANO Buenas cartas de favor 3255
traes. Di y lo que fuere sea.
TOLOMEO [Aparte.] (¡Oh, Libia, cuánto el empeño
de tu libertad me arriesga,
pues, por ti, de una verdad
he de hacer una cautela!) 3260
El Tetrarca, enamorado
tanto de su esposa bella
vivió, que intentó pasar
a la práctica experiencia
de que amores y privanzas, 3265
cuando a sumo aumento llegan,
es de su felicidad
declinación la tragedia.
Viendo, pues, que de su muerte
declarada la sentencia 3270
estaba; y viendo que tú,
enamorado de verla
en un retrato la amabas
-que todo aquesto me cuenta
quien trajo una carta-, aleve 3275
dispuso mandarme en ella
que yo, como quien aquí
la asistía de más cerca,
la atosigase a un veneno;
cuyos celos de manera, 3280
al verla hoy viva y contigo,
crecieron con la sospecha
de que por ella habías dado
a Jerusalén la vuelta
que, en vez de que agradecido 3285
de que su vida pidiera
con tantas ansias, llegó
con ella a palacio apenas
cuando en un oscuro cuarto
la encerró; y con saña fiera 3290
conmigo embistió a matarme,
por no haberla hallado muerta.
De él es de quien vengo huyendo
a darte la infeliz nueva
de que Marïene está 3295
por ti en tanto riesgo puesta
que no tiene de su vida
seguridad; pues es fuerza,
quien en ausencia lo manda,
que lo ejecute en presencia. 3300
Pues eres César, señor,
y tan generoso César
que, para victorias tuyas,
faltan plumas, faltan lenguas,
del poder deste tirano 3305
la saca, porque te deba
el sol su mejor aurora,
la aurora su mejor perla,
la tierra su mejor flor,
el cielo su...
OCTAVIANO                       Cesa, cesa, 3310
no prosigas, no prosigas;
no en la persuasión me ofendas.
¿:Expuesta Marïene, (¡cielos!)
y por mi ocasión expuesta
a tanto riesgo? ¿:Qué aguardo? 3315
[Aparte.] (Pero con más advertencia
lo he de mirar, que no es bien
que la información primera
me lleve tras sí; y más cuando
no es cobarde la sospecha 3320
de todos estos.) Soldado,
mira si verdad me cuentas.
TOLOMEO Tanto, que a la misma torre
adonde encerrada, presa
y afligida está, señor, 3325
te llevaré a que la veas,
luego que baje la noche
de pardas sombras cubierta.
OCTAVIANO ¿:A la misma torre?
TOLOMEO                         Sí,
porque yo tengo...
OCTAVIANO                         Di apriesa. 3330
TOLOMEO [Aparte.] (¡Para qué de cosas hoy
sirvió mi amor!)... llave maestra
de sus jardines. Si acaso
de mi lealtad te recelas,
lleva tus guardas contigo 3335
para que, llegando a verla,
como he dicho, en su socorro
asegures tus defensas.
[Aparte.] (Y yo la vida de Libia,
pues que no dudo que, fuera 3340
del palacio Marïene,
podré mejor socorrerla.)
OCTAVIANO Tan a los reparos sales,
que ya nada dudo. Y sea
lealtad o traición, por sólo 3345
verte iré, Mariene bella;
y si es a darte la vida,
quiera amor que lo agradezcas. [Vanse.]
Cuadro IV

Sale SIRENE con luces y las DAMAS que puedan con azafates y luego MARIENE.

MARIENE ¡Dejadme morir!
SIRENE                         Advierte
que esa pena, ese dolor, 3350
más que tristeza es furor;
y más que furor es muerte.
MARIENE Es tan fuerte
mi mal que, por riguroso,
no mata de puro fiel; 3355
sin ver él
que, ser conmigo piadoso,
no es dejar de ser crÜel.
DAMA 1ª Ya que, aborreciendo el lecho,
en el jardín has estado 3360
hasta ahora, dé el cuidado
blandas treguas al despecho.
MARIENE Mal sospecho
que pueda el sueño aliviar
mi pesar; 3365
pero, porque no paguéis
la culpa que no tenéis,
empezadme a destocar.
(Van recogiendo en los azafates los más adornos que pueda quitarse.)

SIRENE ¿:Quieres, mientras desafía
al sol esplendor tan bello, 3370
desmarañando el cabello
de las prisiones del día,
la voz mía
algo te divierta?
MARIENE                      No,
porque yo 3375
no juzgo que me mejore
quien cante sino quien llore.
SIRENE Filósofo hubo, que dio
causa en la naturaleza,
para aumentar la armonía, 3380
al alegre la alegría
como al triste la tristeza.
MARIENE Pues empieza,
con condición que al dolor
hagas mayor. 3385
SIRENE Con una letra será,
que, aunque es antigua, podrá
aconsejar lo mejor.
(Cantan.)

Si te quisiera matar
algún enemigo fiero, 3390
madruga y mata primero.
MARIENE ¡Ay de quien ha de esperar
a morir y no matar!
Y más cuando considero
cuánto se acerca el severo 3395
hado, contra quien no sé
en mi defensa qué haré.
SIRENE (Canta.)
Madruga y mata primero.
(Salen TOLOMEO y OCTAVIANO.)

TOLOMEO Pisando las negras sombras
en el silencio nocturno, 3400
el jardín has penetrado
a tiempo que al cuarto suyo
se va retirando ella.
OCTAVIANO [Aparte a TOLOMEO.]
Ya tus verdades no dudo,
ni su aflicción; pues tan sola 3405
está y vestida de luto
todavía. Tú a esa puerta,
pues menos ruido hará uno,
me espera.
TOLOMEO                 Sí haré, teniendo
la gente que has traído a punto 3410
para cualquier accidente. (Vase.)
OCTAVIANO [Aparte.] Tanto de verla me turbo,
que no sabré discurrir
si esto es ya pesar o gusto.
MARIENE Vuelve, Sirene, pues es 3415
tan a mi intento el asunto.
Tú, Arminda, cierra esas puertas.
SIRENE Obedecerte procuro.
[Canta.] Si te quisiere matar...
DAMA 1ª Y yo también, pues acudo 3420
las puertas a cerrar.
(Ve a OCTAVIANO. Deja caer el azafate y vuelve huyendo.)

OCTAVIANO                         No.
lo intentes, que es dolor sumo,
sin luz y sol, quedar ciego
dos veces.
DAMA 1ª                 ¿:Qué veo y escucho?
¡Ay infelice!
MARIENE            ¿:Qué es eso? 3425
DAMA 1ª El mal embozado bulto
de un hombre que hasta aquí ha entrado.
MARIENE ¿:Hombre aquí?
OCTAVIANO [Aparte.]             Ya hablar no excuso.
MARIENE ¡Dad voces!
SIRENE                 Yo no podré,
que aun cómo respire dudo. 3430
(Vanse huyendo dejando los azafates caer.)

DAMA 1ª Ni yo, que apenas aliento. (Vase.)
DAMA 2ª Ni yo, que tímida huyo. (Vase.)
MARIENE Huya yo también.
(Desembózase OCTAVIANO, detienela.)

OCTAVIANO                         Teneos
vos y reparad el susto;
pues, más que para enojaros, 3435
para serviros os busco.
MARIENE ¡Vos, señor! Pues... cómo... si...
aquí... yo... cuándo...
OCTAVIANO                              Quien pudo
antes de veros amaros,
después de veros, no dudo 3440
que dejar de amaros pueda.
MARIENE No son de un César Augusto
tales acciones.
OCTAVIANO                      Sí son,
pues más a veros me trujo
vuestro daño que mi afecto, 3445
vuestro riesgo que mi gusto.
Yo he sabido que, en poder
de tirano dueño injusto,
estáis expuesta al peligro
de tan sacrílego insulto 3450
como que obre por su mano
lo que por otra dispuso.
A poner en salvo vengo
vuestra vida.
MARIENE                    El labio mudo
quedó al veros; y al oíros 3455
su aliento le restituyo
animada para sólo
deciros que algún perjuro,
aleve traidor, en tanto
malquisto concepto os puso. 3460
Mi esposo es mi esposo, a quien
amo, amado con tan puro
amor que en los cuerpos somos
dos, pero en las almas uno.
Y suponiendo imposibles 3465
que con vergÜenza pronuncio,
cuando fuera, que lo niego,
que me mate un error suyo,
no ha de matarme mi error,
y lo será si de él huyo. 3470
Con que viene a importar menos
morir inocente, juzgo,
que vivir culpada a vista
de las malicias del vulgo.
Y así, si alguna fineza 3475
he de deberos, presumo
que la mayor es volveros.
OCTAVIANO Sí haré, si vuestro discurso,
como salva mi primero
motivo, salva el segundo. 3480
Un retrato tenía vuestro,
a cuyo hermoso dibujo,
sin saber el dueño, daba
mi humana adoración culto.
Por sanear sospechas (ya 3485
lo visteis) sabiendo cúyo
fuese, os le di; y pues en vuestro
decoro sirvió, no dudo
que con justicia le pido.
MARIENE No hacéis; que tenerle es uno 3490
por despojo y otro es,
por dádiva; y a este puro
fuego abrasará esta mano,
si en ella el menor impulso
reconociera de que 3495
para volvérosle tuvo.
(Va a poner la mano en la luz. El se la toma y ella, retirándola, le saca el puñal de la cinta.)

OCTAVIANO No hiciérades, que impidiera
yo llegar al ardor suyo,
estorbando así la acción.
MARIENE Es atrevimiento injusto. 3500
OCTAVIANO No es, sino justo deseo.
MARIENE Antes a los cielos juro
que con vuestro mismo acero,
que ya en mi mano desnudo
está, me atraviese el pecho. 3505
OCTAVIANO Tente, mujer; que confundo
mis sentidos al mirar
no sé qué fatal trasunto
que vi otra vez. (Retírase.)
MARIENE                       De ese pasmo,
de ese pavor que os infundo, 3510
el contratiempo gozando,
huiré, siempre este agudo
filo al pecho. Mas ¿:qué veo?
¿:No es el que fiero y sañudo
me amenaza? Con más causa 3515
ya de dos contrarios huyo.
OCTAVIANO ¡Oye!
MARIENE ¿:Suelta?
(Deja caer el puñal y vase y OCTAVIANO tras ella y sale el TETRARCA por otra parte.)

TETRARCA                       ¿:Quién, ladrón
del mismo tesoro suyo,
dentro de su misma casa
gozó sus bienes por hurto? 3520
Hasta ahora la esclava no
abrió. Y yo, triste, discurro
el cuarto a la media luz
de escaso esplendor nocturno
que allí horrores late; y más 3525
si a sus reflejos descubro,
de mujeriles adornos,
ajadamente difusos,
sembrado el suelo. ¿:Qué es esto?
No me propongas, discurso, 3530
que, bajel que echa la ropa
al mar, padece infortunios;
que, casa que se despoja
de las alhajas que tuvo,
estragos de fuego corre; 3535
pues ni la tormenta dudo
ni el incendio ignoro cuando
entre dos aguas fluctúo,
entre dos fuegos me hielo,
viendo que me embisten juntos, 3540
para zozobrar, suspiros,
para hacerme llorar, humo.
Estas arrojadas señas,
¿:no son de nobles, de augustos
faustos despojos? ¿:Y aquéste 3545
no es el fiero puñal duro
que, registro de los astros,
en aguja de sus rumbos?
¿:No es éste el que yo a Octaviano
dejé? ¡Sí! Pues ¿:quién le trujo 3550
aquí entre arrastradas pompas?
Pero ¿:para qué lo apuro,
si es de los desconfiados
la imaginación verdugo?
¡Tarde hemos llegado, celos, 3555
y bien tarde! Pues no dudo
que quien arrastra despojos
habrá celebrado triunfos.
Si es dichoso el desdichado
que, siéndolo, no lo supo, 3560
desdichado del dichoso
que, no siéndolo, lo tuvo
por cierto; y, pues se me vuelven
mis agorados anuncios
tan a la mano, a ellos muera 3565
antes que...
OCTAVIANO [Dentro.] ¡Tente!
TETRARCA                         ¿:Qué escucho?
(Vuelven huyendo MARIENE y OCTAVIANO tras ella y da en brazos del TETRARCA tropezando.)

OCTAVIANO Bello prodigio.
MARIENE                 Es en vano.
Mas, ¡ay de mí, cielos justos!
OCTAVIANO ¿:Qué es lo que miro?
TETRARCA                              Turbado
he quedado.
OCTAVIANO                 Yo confuso. 3570
MARIENE Yo confusa, yo turbada,
pues, entre dos daños, de uno
doy en otro, y ya no sé
cuál dejo, ni cuál procuro,
pues siempre tengo peligro, 3575
cuando caigo y cuando huyo.
OCTAVIANO No temas, que de tu vida
este pecho será escudo.
TETRARCA Vista tu fuga, a tu honor
este pecho será muro. 3580
(Riñen los dos y ella mata las luces.)

OCTAVIANO Cumple, pues, lo que prometes.
TETRARCA Así verás si lo cumplo.
MARIENE Y yo si así lo embarazo.
TETRARCA ¿:Adónde, César perjuro,
te escondes?
OCTAVIANO            Yo no me escondo. 3585
Aquí estoy.
TETRARCA         Ya yo te busco.
Y pues a brazos llegamos,
en ellos muere.
MARIENE                       ¡Oh injustos
hados, que inocente muero
protesto al cielo!
LOS DOS                            ¡Qué escucho! 3590
TOLOMEO [Dentro.] Entrad todos, que de voces
y armas es grande el tumulto.
(Salen todos.)

SIRENE Llegad todas.
LIBIA                 A tan grande
estruendo, salir no excuso
de mi prisión.
TODOS               ¿:Qué es aquesto? 3595
POLIDORO No haber gozado el indulto
Marïene, me parece.
OCTAVIANO Dar muerte al hombre más bruto,
más bárbaro y más sangriento
que ha eclipsado el sol más puro. 3600
TETRARCA Yo no la he dado la muerte.
TODOS Pues ¿:quién?
TETRARCA                    El destino suyo,
ya que, muriendo a mis celos
y a mi puñal, ejecuto
que mató a lo que más quise 3605
el mayor monstruo de mundo.
Y porque de su venganza
no logre el lauro ninguno,
yo la vengaré de mí
arrojado de este muro 3610
al mar. (Vase.)
OCTAVIANO         Primero a mi mano...
CAPITAN Será en vano, que sañudo
se arrojó.
OCTAVIANO            Con que en tragedias
pararon todos mis triunfos.
TOLOMEO Sígueme, Libia, y huyamos 3615
de ver tan mísero asunto.
LIBIA ¡Qué lástima!
SIRENE                 ¡Qué desdicha!
FILIPO ¡Qué horror!
CAPITAN                 ¡Qué asombro!
POLIDORO                                   ¡Y qué abuso
no ahorcarme a mí y degollarla
a ella!
OCTAVIANO          Hermoso sol caduco, 3620
pues que no puedo vengarte,
yo haré eterna a los futuros
siglos tu fama, diciendo
la inscripción de tu sepulcro:
«la inocente Marïene 3625
dio fin, cumpliendo su influjo
injustos celos, que son
el mayor monstruo del mundo.»
POLIDORO Como le escribió su autor;
no como la imprimió el hurto, 3630
de quien es su estudio echar
a perder otros estudios.
finis.

El fiscal y el censor la vean [y] confirmen, Madrid, a abril 21 de 1672.

[Rúbrica]

Vista y aprobada, Madrid, a 23 de abril de 1672.

D. Francisco de Avellaneda.

[Rúbrica]