Pedro Calderón de la Barca
Eco y Narciso

Jornada primera

                                    ECO.                     
NARCISO.
FEBO.
SILVIO.
ANTEO.
SILENO.
MÚSICA.
LIRÍOPE.
LAURA.
NISE.
SIRENE.
SILVIA.
BATO.
ACOMPAÑAMIENTO.
              

Sale SILVIO de pastor de gala.

SILVIO Alto monte de Arcadia, que eminente
al cielo empinas la elevada frente,
BATO Pues si no hay quien me nombre,

45

¿:qué he de hacer? Y este estilo no os asombre,
que el tiempo está tan necio e importuno,
que es menester honrarse cada uno.
FEBO Silvio, pues ¿:dónde bueno?
SILVIO De gusto vengo y de alborozo lleno

50

a esta hermosa cabaña,
que dos veces pajiza el sol la baña.
FEBO Yo también a ella vengo,
y de verte a ti en ella celos tengo;
que ya mi amor está desengañado

55

de que vives de Eco enamorado.
SILVIO ¡Oh qué temprano, cielos,
antes que con mi amor, di con mis celos!
BATO ¡Qué falsos, con esfuerzos semejantes,
están unos con otros los amantes!

60

FEBO
¿:Por qué lo dices?
BATO                               Aunque ya quisiera
decirlo, no pudiera,
porque toda esta música, este ruido,
dice que Eco ha salido
de todos los zagales festejada.

65

SILVIO
Darela el parabién con voz turbada,
hasta que hablen más claro mis desvelos.
FEBO ¿:Quién vio en villano amor tan nobles celos?

(Salen MÚSICOS, SILENO, ANTEO, NISE, SIRENE, ECO detrás.)

MÚSICOS A los años felices de Eco,
divina y hermosa deidad de las selvas,

70

feliz los señale el mayo con flores
ufano los cuente el sol con estrellas.
SILVIO Eco hermosa, en quien cifró
la sabia naturaleza
la más singular belleza

75

que jamás la Arcadia vio;
el círculo que cumplió
la aurora en tus luces bellas,
tanto mayores que en ellas
unos y otros resplandores...

80

[ÉL y MÚSICOS]
Feliz los señale [el mayo con flores,
ufano los cuente el sol con estrellas.] (1)
FEBO Tu florida primavera
el invierno ignore frío,
ardiente ignore el estío,

85

porque dure lisonjera
en su verdor, de manera
que de la muerte las huellas
no tronquen sus rosas bellas,
sino sus claros albores...

90

[ÉL y MÚSICOS]
Feliz los señale [el mayo con flores,
ufano los cuente el sol con estrellas.]
BATO Mi lengua no te aconseja
vivir tanto; que es error,
que morir moza es mejor

95

que no llegar a ser vieja.
Y así las edades deja,
que en pasándosete aquella
de la hermosura más bella,
los matices y colores...

100

[ÉL y MÚSICOS]
Feliz los señale [el mayo con flores,
ufano los cuente el sol con estrellas.]
ECO Estoy muy agradecida
al festejo que me hacéis,
y para que me mandéis,

105

solo estimaré esa vida
en la canción repetida;
pero quejarme también
debo este tiempo, de quien
con extremos más extraños

110

en la fiesta de mis años
no me ha dado el parabién.
ANTEO Si es que lo dices por mí,
yo soy rústico pastor.
Nunca hablar supe en amor;

115

luchar con las fieras, sí;
y ya que he callado aquí,
en tu nombre al monte iré,
cuanto cace traeré;
y así, con acción más alta,

120

lo que en palabras me falta,
en obras te lo diré.
SILENO Si por mí también ha sido,
Eco, la queja que has dado,
no extrañes que mi cuidado

125

me tenga tan suspendido.
Años también han cumplido
hoy mis mayores enojos;
y así, en rendidos despojos,
no te ofrecen mis agravios

130

las lisonjas de los labios,
sino el llanto de los ojos.
Doce años ha que faltó
Liríope, mi hija bella,
destos valles, y que della

135

no tuve noticia yo:
hoy los cumple, y así, no
admires ver en mis daños
sentimientos tan extraños,
pues el día (¡oh suerte dura!)

140

que cumple años tu hermosura,
cumple mi desdicha años.
BATO Hoy no es de lágrimas día.
SIRENE No nos quite la extrañeza
de tu notable tristeza

145

nuestra común alegría.
NISE Vuelva a la dulce armonía
a poblar los vientos.
ECO                         Hoy
al templo ofrecida estoy
de Júpiter, que en lo oculto

150

yace deste monte inculto,
pues acompañada voy
de todos, cumplirle quiero
ahora, que mal pudiera
sola yo, sin que temiera

155

el horrible mostruo fiero
que en él se esconde.
FEBO                            Aunque infiero
cuánto es grave pesadumbre
querer penetrar la cumbre
donde ese templo se asienta,

160

pues su fábrica violenta
del sol escala la cumbre,
vamos, que yendo contigo,
la dificultad mayor
hará fácil el amor.

165

SILVIO
Y yo lo mismo te digo.
BATO Yo no, que a ir no me obligo
adonde un monstruo encantado
muestas gentes y ganado
tantas veces asombró.

170

SIRENE
Vuelva la música, y no
quede pastor en el prado
que no vaya.
SILVIO                               Yo también
llegar hasta el templo quiero,
por si en él piedad espero.

175

NISE
Pues prosiga el parabién.
FEBO ¡Ay, Eco divina, quién
obligara tu rigor!
SILVIO ¡Quién lograra tu favor!
ECO ¡Quién querida no se viera!

180

SILENO
¡Quién su llanto divirtiera!
BATO ¡Quién no tuviera temor!
LA MÚSICA A los años felices de Eco,
divina y hermosa deidad [de las selvas,
feliz los señale el mayo con flores,

185

ufano los cuente el sol con estrellas.]
unos cachorros, a quien

265

desangrada su fiereza
por los pechos mantenía,
hasta que cobrando fuerzas
los arrojó de sí misma,
tratándolos con soberbia,

270

para que ellos conociesen
lo que les daba en herencia.
Pues si una fiera y una ave
del lecho y el nido echan
a sus hijos, para que ellos

275

a vivir sin madre aprendan,
¿:por qué tú, viéndome ya
con las alas que en mí engendra
el discurso y con el brío
que mi juventud ostenta,

280

no me despides de ti?
¿:No me has contado tú mesma
que hay más mundo que estos montes,
más casas que aquesta cueva,
más gente que aquestos brutos,

285

más población que estas selvas?
Pues ¿:por qué, madre, me quitas
la libertad, y me niegas
don que a sus hijos conceden
una ave y una fïera,

290

patrimonio que da el cielo
[al que ha nacido en la tierra] (2)?
LIRÍOPE De que discurras, Narciso,
tan malamente me pesa,
porque me obligas a darte

295

de esas dudas la respuesta.
Yo lo haré, pero no ahora;
que antes que el sol se oscurezca,
a cazar que comas quiero
salir: en dando la vuelta,

300

los peligros te diré
que amenazan tu belleza,
y las causas porque así
te he crïado; que pues llegas
a tener ya entendimiento,

305

tú sabrás guardarte dellas.
Solo lo que ahora mi voz
con mis lágrimas te ruegan
es que no salgas de aquí
hasta que yo a verte vuelva.

310

NARCISO
Yo te lo ofrezco con una
condición, y es que no venga
otra vez (3) a mis oídos
aquella voz lisonjera
que escuché, porque será

315

mucho no irme tras ella,
si vuelve nadie a decir
con voz tan süave y tierna...
ÉL y MÚSICOS A los años felices de Eco,
divina y hermosa deidad de las selvas... (Vase.)

320

LIRÍOPE
Llegó el día que temí,
pues ya declarar es fuerza
a Narciso los sucesos
de mi vida y de su estrella.
Dioses, dad ventura hoy

325

a las puntas de mis flechas;
que nunca más me importó
dar presto al albergue vuelta.

(Entran por una puerta, y sale ANTEO por otra con venablo.)

ANTEO Solo un día que ha querido
cazar con más diligencia

330

el deseo, no ha topado
caza ninguna, aunque sea
penetrando las entrañas
desta confusa maleza,
que tarde o nunca ha sentido

335

de humanas plantas la huella,
no he de volver al lugar,
sin topar alguna presa
que se pueda dar a Eco,
pues vine en su nombre.

(Vuelve LIRÍOPE a salir.)

LIRÍOPE                                  Apenas

340

tímido conejo hoy corre,
cobarde perdiz hoy vuela.
Nunca viene más despacio
que cuando se busca apriesa
que tristemente se queja
llamándome. Si ella misma

425

que no salga de la cueva
me manda, ¿:cómo me llama?
(Lejos LIRÍOPE.)
LIRÍOPE ¡Narciso, adiós! Que me ausentan
de ti mis hados.
NARCISO                            ¿:Qué escucho?
Pues, ¿:cómo, madre, me dejas,

430

diciéndome desde lejos,
sin que yo donde estás sepa,
que los hados han dispuesto
hacer de mi amor ausencia?
El día que te esperaba

435

mi alma y vida más contentas,
porque esperaban saber
quién soy, y cómo me niegas
la libertad, ¡solamente
vuelven tus voces, y aun esas

440

no cabales, pues el viento
me está quitando las medias!
(Lejos LIRÍOPE.)
LIRÍOPE ¡Narciso, adiós!
NARCISO                         ¡Ay de mí!
¿:Qué he de hacer sin ti en aquestas
montañas solo, ignorando

445

quién soy, y qué modo tengan
de vivir los hombres, pues
nada sino hablar me enseñas?
Y aun eso te perdonara
ahora, porque no tuvieran

450

en su abono las desdichas
el consuelo de las quejas.
Mi bien, mi madre, señora,
vuelve, vuelve a mí; no seas
tan ingrata que me dejes

455

a vivir entre estas peñas,
compañero de los troncos,
de sus brutos y sus fieras.
¿:Qué enojo te he dado yo,
para que desta manera

460

huyas de mí? ¿:No he vivido
siempre atento a tu obediencia?
¿:Sé yo más de lo que tú,
madre, has querido que sepa?
Pues ¿:para qué me castigas

465

con tan extraña sentencia?
¡Ay de mí! ¿:Qué haré? La voz
hacia allí se oyó. Tras ella
iré, que no dudo que
mis lágrimas la detengan.

470

Ea, ¡adelantaos suspiros!,
decid que ya el llanto llega,
que le aguarde un breve instante,
que solo va a enternecerla.
Mas ¡ay triste!, que no sé

475

si el discurso acierta o yerra
en la elección de mis pasos,
que como es la vez primera
que de la cueva he salido,
no sé si yerra o acierta.

480

Dioses, mis plantas guiad;
cielos, socorred mis penas;
sol, alumbra mis sentidos;
inclinad mi arbitrio, estrellas;
fieras, doleos de mí;

485

aves, repetid mis quejas;
montañas, dadme salida;
troncos, decidme la senda,
pues a un infeliz, a quien
su misma madre le deja,

490

justo será que le amparen
dioses, cielos, sol, estrellas,
fieras, pájaros, montañas,
troncos, peñascos y selvas.

Vase, y salen FEBO, y SILVIO asidos de una cinta, y SILENO, y los MÚSICOS, y ECO deteniéndolos, y LAURA, y SIRENE (4), y LIBIA.)

FEBO Antes perderé la vida

495

que no la cinta.
ECO                                  Mirad
que estoy hoy aquí.
SILVIO                         Tu beldad
me perdone, y no me impida
el quedar con el listón, [29v
de su desengaño el daño,
por morir del desengaño
si he de morir de la duda.
FEBO Duda o desengaño infiero

585

hoy precisos; y pues no
es posible tener yo
la ventura que no espero,
vivir hoy dudoso quiero
antes que desengañado,

590

pues en mi infelice (5) estado
es lance menos penoso
el ser en duda dichoso,
que de cierto desdichado.
SILVIO Poco ama aquel que, en su engaño

595

consolado, de su dama
no ama el favor.
FEBO                            Menos ama
quien no teme un desengaño.
SILVIO La duda es dolor extraño.
FEBO Ese quiero padecer.

600

SILVIO
Querer dudar no es querer.
FEBO Querer saber no es amar.
SILVIO Pues yo no quiero dudar.
FEBO Pues yo no quiero saber.
ECO Vós que me declare, y vós

605

que calle solicitáis,
y yo en la duda en que estáis
he de igualar a los dos.
([Aparte.] Deme, pues, el ciego dios
industria para que aquí

610

hable y calle. Solo así
el callar y hablar se infiere.)
El listón daré al que hiciere
mayor fineza por mí.
FEBO Yo aceto la condición,

615

y solamente pudiera
ser esa la que pusiera
alas a mi presunción.
Fundolo en esta razón;
el merecer no está en mí,

620

y en mí está el servir; y así
puedo esperanza tener,
pues no está en mí el merecer
y el hacer finezas sí.
SILVIO Yo la condición no acepto,

625

porque si tan feliz fuera
que hacer finezas pudiera,
no las guardara a este efecto.
Nada un amor que es perfecto
reservó: siendo esto ansí,

630

bien la condición temí;
pues mi corazón constante
no podrá hacer adelante
más de lo que ha hecho hasta aquí.

Salen ANTEO y LIRÍOPE.)

ANTEO Eco hermosa, a quien el cielo

635

dotó de tantos favores;
bellas zagalas, pastores,
honor del arcadio suelo,
vivid, vivid sin recelo
de aquel monstruo que con tantas

640

penas os asombró, que tantas
veces le visteis, pues ya
humilde y tendido está
besando de Eco las plantas.
En su nombre al monte fui,

645

y en el monte le encontré;
no es la admiración el que
os le haya traído aquí;
no el verle cubierto así
de cabello, no el andar

650

es lo que os ha de admirar;
sino el oírle hablar, que tiene
nuestra humana voz, que viene
a hacerle más singular.
Preguntadle, hablad con él,

655

que a todos responderá.
ECO Si hablar sabes, dinos ya
quién eres, monstruo crüel.
FEBO Respóndanos tu horror fiel
cuánto su esclavitud siente.

660

SILVIO
¿:De qué especie diferente
eres?
SILENO          ¿:Sabes dónde estás?
LIRÍOPE Pues no puedo callar más,
escuchadme atentamente. [30v
al traidor hijo del viento.
¡Ah, qué abrazo es tan rüin

750

el que la necesidad
hace dar y no sentir!
Desta suerte, pues, conmigo
llegó el velero adalid
del yate a esa cumbre altiva,

755

a quien todo ese turquí
globo con su peso está
agobiando la cerviz.
Hay en sus duras entrañas
una oscura cueva. Aquí

760

de los piélagos vacíos
el humano bergantín
tomó puerto, a quien salió
un anciano a recibir.
Después os diré quién era,

765

porque ahora es fuerza decir
que honestando la traición
con la disculpa civil
de amor, que aun el enojar
es en nosotras servir,

770

llegó... Entendedlo vosotros,
y a mi vergüenza suplid
cosas, que para saberse
no se han menester oír.
¿:Quién creerá que tan extraño

775

principio de amor su fin
tan cerca tuviese, que
su nacer fue su morir?
Todos lo creed; que apenas
coronada de jazmín

780

salió otra aurora, (no sé
si a llorar o si a reír),
cuando, ausente de mis brazos,
más a Céfiro no vi.
¿:Qué hay que esperar del que finge

785

si el que ama procede así?
En poder de aquel anciano
caduco quedé... Ahora oíd
con más atención, porque
empieza otro caso aquí

790

no menos extraño. Este
Tiresias era el sutil
mágico que tantas veces
habréis oído decir
que asombraba con su ciencia

795

a los dioses, pues así
a ese encuadernado libro
de once hojas de zafir
le leía los secretos,
que muchas veces le vi

800

los futuros contingentes
anunciar y presumir.
¡Cuántas veces eclipsó
al sol puesto en su cenit,
y cuántas resplandecer

805

le hizo desde su nadir!
¡Cuántas a la blanca luna
la vistió de carmesí,
y cuántas a las estrellas
las vistió el oro de Ofir!

810

Porque se quiso igualar
a Júpiter, él allí
ciego y preso le tenía.
Consideradme ahora mí
presa allí y ciega también,

815

aborreciendo el vivir,
y las lástimas veréis,
con que mis penas sentís.
Sola una utilidad pudo
mi soledad adquirir,

820

que fue saber los sucesos
que de su ciencia aprendí,
principalmente en las causas
naturales a quien fui
más inclinada. No hay piedra,

825

flor, yerba ni hoja, que en fin
su naturaleza niegue...
Pero esto no es para aquí.
Un día, pues, aquel caduco
esqueleto me habló así:

830

«Yo he hallado por mis estudios
que ya el término cumplí [31v
LIRÍOPE Mayor será cuando todos
veáis a mi hijo, en quien sutil
esmeró naturaleza
sus perfecciones. Venid

920

conmigo a la cueva donde
me espera: hallaréis allí
bruto el más bello diamante,
y tosco el mejor rubí.

(Salen.)

[SILENO] (9) Guía, Liríope mía.

925

ECO
Todos habemos de ir
juntos.
FEBO                ¿:Quién se quedará
sin ver deste caso el fin?
BATO Yo, que si no hay que fïar
de una mujer mansa, di,

930

¿:qué habrá que fïar de aquesta
tan montaraz y cerril?
SILVIO Vamos todos.
TODOS                                  Vamos todos.
LIRÍOPE Vamos, mis pasos seguid.
Narciso, no te entristezca

935

mi ausencia, ya voy tras ti.

Jornada segunda

Salen todos los del templo que acabaron la primera jornada.

LIRÍOPE                              Mil veces infeliz fui.
FEBO Oye.
SILENO          Aguarda.
ECO                                  Escucha.
SILENO                               Espera.
NISE Mira.
ANTEO             Advierte.
SIRENE                                  Considera.
LIRÍOPE No hay consuelo para mí,
habiéndome sucedido

5

una desdicha tan nueva,
pues Narciso de la cueva
falta. Jamás ha salido
della, sino solo hoy,
y ya su muerte recelo.

10

¡Narciso! ¡Narciso! Al cielo
en vano estas voces doy.
Sin duda, el haber tardado
tanto el venir aquí yo,
de la cueva lo sacó.

15

¡Oh, máteme mi cuidado!
ANTEO No te aflijas, que pues él
en este monte ha de estar,
yo te lo sabré buscar.
TODOS Todos iremos.
LIRÍOPE                                  Crüel

20

fortuna ha sido la mía.
¡Narciso! Yo estoy mortal.
SILENO ¡Ay dioses!, ¿:cuándo cabal
sucederá una alegría?
SILVIO Discurriendo el monte vamos

25

llamándole, pues será
cierto el responder.
LIRÍOPE                                  No hará;
porque si así le buscamos,
él, que nunca gente vio,
más es fuerza que se esconda,

30

que no a las voces responda.
Mas oíd lo que pensó
mi ingenio: para que venga
buscándonos, ha de haber
una industria.
TODOS                                  ¿:Qué ha de ser?

35

LIRÍOPE
No hay cosa que con él tenga
más fuerza para atraelle,
que oír (10) música; y siendo así
divididos desde aquí,
cantando para movelle

40

todos id.
FEBO                      Con Laura esta
falda al monte correré.
SILVIO Y yo con Sirene iré
penetrando esta floresta.
ANTEO Yo con Silvia, hasta la cumbre

45

de ese monte he de subir.
SILENO Yo con Eco he de medir
su más alta pesadumbre.
BATO Y yo con Nise también,
he de entrar a ese jaral,

50

y si cantáremos mal,
por Eco aullaremos bien.
LIRÍOPE Yo sin ley y sin aviso
por todas partes iré.
Cada uno cante lo que

55

sepa. ¡Narciso! ¡Narciso! [32v
NARCISO Si es que a mí me buscas, ¿:por qué me huyes?
SIRENE Díganme de Narciso sombras y luces.
NARCISO Pues que no me alivias, ¿:por qué me estorbas?
ECO Díganme de Narciso luces y sombras.

120

LIRÍOPE
Repitiendo a un tiempo tonos distintos,
oiga a todos y a todas decir: ¡Narciso!
NARCISO Pues a todos escucho, y a nadie veo,
vuelvo al agua. Mas ¿:cómo si oigo este acento?
LAURA (Canta.)
Es el engaño traidor,

125

y el desengaño leal,
el uno dolor sin mal
y el otro mal sin dolor.
NARCISO Solo aquella voz pudiera
ser rémora de un sediento.

130

Seguir quiero de su acento
la música lisonjera.
NISE (Canta.)
Si acaso mis desvaríos
llegaren a tus umbrales,
la lástima de ser males

135

quite el horror de ser míos.
NARCISO Pero más cerca desta suena,
aunque una y otra me encanta;
y aquella tan dulce canta,
mas esotra me enajena

140

de mí mismo, porque tiene
más agrado y más dulzura.
Por esta verde espesura
el buscarla me conviene.
SIRENE (Canta.)
Ven, muerte, tan escondida

145

que no te sienta venir,
porque el placer del morir
no me vuelva a dar la vida.
NARCISO En lo alto de aquellas peñas
otra dulce voz sonó,

150

que nuevamente borró
de las pasadas las señas.
ECO (Canta.)
Solo el silencio testigo
ha de ser de mi tormento,
y aun no cabe lo que siento

155

en todo lo que no digo.
NARCISO ¡Válgame el cielo! Esta sí
que es reina de todas ellas,
que aunque por dulces y bellas
juzgué las que hasta ahora oí,

160

con más fuerza ha suspendido
esta con mayor empeño.
¡Qué hermoso será su dueño,
pues vence por el oído
dos afectos, que en rigor

165

son con fuerza desigual...!
LAURA (Canta.)
El uno dolor sin [mal,
y el otro mal sin dolor.]
NARCISO Voz que postrando mis bríos,
mis males creces mortales...

170

NISE
(Canta.)
La lástima de ser males,
[quite el horror de ser míos.]
NARCISO No quisiera ver rendida
la vida a tanto sentir...
SIRENE (Canta.)
Porque al placer [del morir

175

no me vuelva a dar la vida.]
NARCISO Lo que siento, mal me obligo
a que lo diga mi aliento...
ECO (Canta.)
Y aun no cabe [lo que siento
en todo lo que no digo.]

180

NARCISO
En mil partes divididos
mis cuidados, son despojos
del viento. Ved algo, ojos,
o no escuchéis tanto, oídos.

Canta cada uno su copla, y sale ECO.)

ECO Hacia aquesta parte yo

185

he de penetrar lo ameno
destas intrincadas breñas,
una y otra vez diciendo...
(Canta.)
Solo el silencio testigo
[ha de ser de mi tormento,

190

y aun no cabe lo que siento
en todo lo que no digo.]
NARCISO Pájaro destas montañas,
que con süaves acentos
tan sonoramente eres

195

dulce confusión del viento;
si entre el oído y el labio,
dudoso, absorto y suspenso [33v34
Mujer hay [que] se enamora
de un toreador, advirtiendo
que es tan gran salvaje que
espera a otro cuerpo a cuerpo.
Mujer hay que se enamora

375

de un danzante, conociendo
que es tan gran salvaje que
se muele a compás los huesos.
Mujer hay que se enamora
de uno que esgrima, sabiendo

380

que es tan gran salvaje que
pone sus ojos a riesgo.
Mujer hay que se enamora...
SIRENE Tente, que saber no quiero
más.
BATO          Pues ahora empezaba.

385

SIRENE
Divertidos, en efecto,
con tus locuras, al valle
hemos llegado.
BATO                                     Y habiendo
dejado en casa a los dos,
se va el acompañamiento.

390

SIRENE
Cada uno a su ganado
querrá acudir.
BATO                                  Si no es Febo,
que a la soledad se vuelve.

Sale FEBO.)

[FEBO] Sirene, a buscarte vengo.
SIRENE ¿:En qué puedo yo servirte?

395

BATO
Yo por no estorbar me ausento,
y también por ir a ver
qué hacen los huéspedes nuevos.
FEBO Pues nadie, Sirene, ignora
en el valle la firmeza,

400

con que la rara belleza
de Eco mi atención adora,
no habré menester ahora
repetirle, y pues aquí
estabas cuando (¡ay de mí!)

405

un favor depositó
para una fineza, yo
le pienso ganar por ti,
Sirene, supuesto que eres
hoy tú la zagala a quien

410

Eco ha querido más bien,
y en tu gracia te prefieres,
si dar vida a un muerto quieres,
procura saber en qué
más agradarte podré;

415

que las finezas no son
de mayor estimación,
por grandes, Sirene, que
por la ocasión en que llegan.
SIRENE No tienes que decir más.

420

Cuanto yo sepa, verás
que mis labios no te niegan.
FEBO Eso mis ansias te ruegan.
SIRENE Ya te digo que lo haré,
y nada te callaré. (Vase.)

425

FEBO
¿:Quién mayor tormento alcanza,
que el que ama sin esperanza
a una hermosura sin fe?
Apenas el invierno helado y cano
este monte con nieves encanece,

430

cuando la primavera le florece,
y el que helado se vio, se mira ufano.
Pasa la primavera, y el verano
los rigores del sol sufre y padece.
Llega el fértil otoño, y enriquece

435

el monte de verdores, fruta el llano.
Todo vive sujeto a la mudanza.
De un día y otro día a los engaños
cumplen un año, y este al otro alcanza. [3535v
se le agradezco y estimo,
dejándome engañar dél,
creyendo que es regocijo?
BATO A la fe, que esos extremos
de amor son. De resistirlos

605

trata al principio, porque
solo podrás al principio.
ECO (Canta.)
      Pues el sol y el aire
      [turban mi color,
      hécelo de envidia

610

      el aire o el sol.]
NARCISO Si una voz y una hermosura
me amenazan con castigo,
de su hermosura y su voz
huyamos, Bato.

Sale ECO y SIRENE.)

ECO                            Narciso...

615

NARCISO
Hermosa zagala.
ECO                            Mucho
verte en este traje estimo.
¿:Cómo te parece el valle?
¿:No es más ameno este sitio
que el monte donde naciste?

620

NARCISO
Si en él tu belleza admiro,
no solo mejor que el monte,
mejor será que el Eliseo.
Mas quédate. Adiós.
ECO                         ¿:Por qué
te vas tan presto?
NARCISO                            Imagino

625

que me importa el ausentarme.
ECO ¿:Cómo?
NARCISO                   Como habiendo sido
una voz y una hermosura
mis dos mayores peligros,
y concurriendo en ti entrambos,

630

el huir de ti es preciso;
que es un encanto tu voz
y tu hermosura un hechizo. (Vase.)
BATO Criarse quiere este muchacho.
ECO Sirene, ¿:qué es lo que miro?

635

¿:Zagal hay que, al darle yo
ocasión, tiemblo el decirlo,
de hablar conmigo, se ausenta,
huyendo de hablar conmigo?
Y aun no extraño tanto, no,

640

que él pueda, pierdo el sentido,
consigo acabarlo, como
que yo no pueda conmigo,
viéndole ausentar de mí,
acabar de no sentirlo.

645

Yo, que la más celebrada
pastora soy que ha tenido
la Arcadia; yo, que de tantos
idolatrada me he visto,
¿:al desaire de un rapaz,

650

tan grosero como lindo,
tantas vanidades postro,
tantas altiveces rindo,
que confiese que lo siento?
Mas, ¡ay de mí!, ¿:de qué me aflijo?

655

Que ninguna siente más
los desaires que la hizo
la libre condición de uno,
que quien ufana ha rendido
la esclava pasión de todos,

660

porque en efecto es preciso
que todo estilo se extrañe,
cuando es extraño el estilo.
SIRENE No de esa manera sientas
un acaso sucedido

665

tan acaso.
ECO                      Si supieses
lo que siente el pecho mío,
¡ay Sirene!, no culparas
estos extremos que has visto.
Desde el instante que vi

670

la hermosura de Narciso,
vivo pensando que muero,
muero pensando que vivo.

Salen por los dos lados SILVIO y FEBO.)

FEBO ¡Qué escucho, cielos! ¿:Tú quejas?
SILVIO ¿:Tú extremos? Cielos, ¡qué miro!

675

FEBO
¿:Tú llanto?
SILVIO                            ¿:Tú sentimiento?
FEBO ¿:Tú lagrimas?
SILVIO                               ¿:Tú suspiros?
ECO Esto solo me faltaba.
SILVIO Mirando que sus divinos
ojos más perlas congelan,

680

que no del alba el rocío,
al cielo pediré albricias.
FEBO Yo al ver que en dos bellos hilos [36v
que de quien amas te veas
quejosa y aborrecida! (Vase.)
FEBO Eso a los cielos no pida

770

mi voz; mejor es que así
aborrezcas, pues aquí
quieren más mis penas fieras,
a trueco que a nadie quieras,
que me aborrezcas a mí.

775

¡Ay, Sirene! ¿:Qué haré yo,
me di, si es que algo has sabido,
que en el mar de mis desdichas
me pueda (25) servir de alivio?
SIRENE Sola una cosa.
FEBO                                  ¿:Cuál es?

780

SIRENE
Olvidar.
FEBO                   Sin duda has visto
desahuciada mi esperanza,
pues la recetas olvido,
que es sepulcro del amor.
SIRENE Mal haré si no te digo

785

lo que sé, ya que has fïado
tu dolor del pecho mío.
Eco no puede quererte,
y no tan común ha sido
su desdén, que no le haya

790

postrado...
FEBO                         ¿:A quién?
SIRENE                            ...a Narciso.
FEBO ¡Ay, Sirene! Mal has hecho...
SIRENE ¿:En qué?
FEBO                      En habérmelo dicho.
SIRENE Tú ¿:no me has preguntado?
FEBO Sí, mas por aqueso mismo

795

no decírmelo debieras;
pues cuando un celoso quiso
saber, quiso no saber;
y pues no estaba en mi arbitrio
no preguntarlo, estuviera

800

en el tuyo no decirlo.
SIRENE Aunque tarde esa lición
me das, Febo, solicito
pagártela yo con otra.
Nunca lo que está escondido

805

de mujer, quieras saberlo,
si has de sentir el oírlo. (Vase.)
FEBO Flores deste ameno valle,
troncos destos altos riscos,
aves deste manso viento,

810

fieras deste monte altivo,
pastores destas riberas,
ganados destos apriscos,
hermosuras destos campos,
cristales de aquestos ríos,

815

pues todos testigos fuisteis
del venturoso amor mío,
de mis desdichados celos
sed ahora también testigos.

Quédese suspenso sobre el cayado, y sale BATO y NARCISO.)

BATO ¿:Dónde vuelves?
NARCISO                            No lo sé;

820

que por más que me resisto,
no puedo más. A ver vuelvo
la beldad que en este sitio
dejé.
BATO          Pues ya no está aquí.
NARCISO Dígasme, pastor amigo,

825

que sobre el cayado estribas
tan confuso y suspendido,
si a Eco, honor destas montañas,
por estos valles has visto.
FEBO Respóndate aqueste acero

830

(Vale a dar.) (26)
en tu púrpura teñido.
Pero no, que no he de hacerte
yo infeliz, porque te hizo
feliz tu amor. Vive, joven,
ufano y desvanecido;

835

que yo no quiero tomar
más venganza que en mí mismo,
pues tú no tienes la culpa
de querer a quien te quiso,
y yo sí de haber amado

840

a la que me ha aborrecido. (Vase.)
NARCISO ¿:Qué es esto, Bato?
BATO                                  ¿:Qué quieres
que sea, si inadvertido (27)
preguntas por Eco a quien
a Eco adora?
NARCISO                            ¿:Qué esquivo

845

veneno en esta palabra
me has dado por el oído,
que ha corrido al corazón [37v
      que no puede obligarme,
      sino es de ser tu esposa,
      a que mi amor declare,

935

      porque tengas en mí
      siempre firme y constante
      un alma que te adore,
      un pecho que te ame,
      una fe que te estime,

940

      un nudo que te enlace,
      atención que te sirva,
      amor que te regale,
      deseo que te obligue,
      cuidado que te agrade.

945

      Y si estos rendimientos
      no pueden obligarte,
      triste, confusa, ciega,
      muda, absorta, cobarde,
      infelice, afligida,

950

      me verás entregarme
      tanto a mis sentimientos,
      que en quejas lamentables
      el aire, confundido
      de mis voces, se alabe

955

      porque Eco enamorada
      se ha convertido en aire.
NARCISO Hecho había tu rigor
experiencias en tu pecho,
con que te iba mejor;

960

mal, Eco divina, has hecho
en declararme tu amor;
pues tan claramente arguyo,
que postrado mi albedrío,
yo ahora a despecho suyo

965

te dijera el amor mío,
si hubieras callado el tuyo.
Al buscarte a ti mi airada
pena, la tuya te tray,
con que ya, la acción mudada

970

ve las distancias que hay
de rogar a ser rogada,
sin reparar en el hado,
mi amor iba a ti rendido;
y en su riesgo he reparado,

975

que veo favorecido,
mas que vía despreciado.
Y así, no me digas, no,
tu amor, ni en tu vida esperes
ver que su luz me abrasó,

980

pues con saber que me quieres,
viviré contento yo.
ECO Oye, aguarda, espera, ten
el paso.
NARCISO                   Suelta la mano.

Sale SILVIO.)

[SILVIO] [Aparte.] ¿:Qué es lo que mis ojos ven?

985

ECO
Escúchame.
NARCISO                            Será en vano.
ECO Narciso, mi amor, mi bien...
NARCISO No he de oírte.
SILVIO                                  ¿:Cómo así
sufro mis ofensas yo?
NARCISO Déjame.
ECO                      ¿:De mí huyes?
NARCISO                               Sí.

990

SILVIO
[Aparte.] ¿:Quién mayor desdicha vio?
ECO Véngueme el cielo de ti.
SILVIO Si tú le pides al cielo
que dél te vengue (¡ah crüel!),
ya con mayor desconsuelo

995

pedir puede mi desvelo
que me vengue de ti y dél.
Y supuesto que él aquí
a ti, fiera, te ofendió,
y tú y él junto a mí,

1000

dél me vengaré, pues no
me puedo vengar de ti.
Advenedizo zagal,
que de ese monte eminente,
a solo aumentar mi llama,

1005

hijo del viento, desciendes.
Aunque no es tuya la culpa
de que Eco a amarte llegue,
sino suya, y aunque tengo
en parte que agradecerte,

1010

al ver cuán dueño de ti
tanta ventura desprecies,
tan fuera de la razón
las leyes los celos tienen,
que mandan que muera quien

1015

[38v

(Luchan.)

ECO ¿:Quién vio confusión más cierta?
Pastores desta montaña,
venid a favorecerme,
estorbando una desdicha
que hoy a mis ojos sucede.

1100

(Salen todos.)

ANTEO ¿:Qué es aquesto? Silvio, Febo,
teneos, que estoy presente.
SILENO Narciso, ¿:tan presto ya
pendencia en el valle tienes?
NARCISO Y aun dos, pues dos enemigos

1105

aquí matarme pretenden.
LIRÍOPE ¡Qué presto empiezan los hados
a declararnos que tienes
tu riesgo en una hermosura!
BATO Yo, sin que astrólogo fuese,

1110

lo dijera, porque ¿:quién
no tuvo su riesgo siempre
en una hermosura, y aun
en una fealdad mil veces?
SILENO ¿:Qué es esto, Eco hermosa?
ECO                                  Ser

1115

desdichada solamente. (Vase.)
ANTEO ¿:Qué es esto, Silvio?
SILVIO                         Ser yo
infeliz: Febo os lo cuente. (Vase.)
LIRÍOPE ¿:Qué es esto, Febo?
FEBO                         No sé;
Narciso decirlo puede. (Vase.)

1120

SILENO
Narciso, ¿:qué es esto?
NARCISO                            Yo
no sé lo que me sucede. (Vase.)
ANTEO Bato, pues fuiste a llamarnos,
dinos tú más claramente,
¿:qué es esto?
BATO                               Ser desdichado.

1125

Ahí os lo dirá esa gente. (Vase.)
SILENO Sigámoslos, porque no
vuelvan otra vez a verse,
antes que amigos se hagan. (Vase.)
ANTEO Vamos, aunque me parece

1130

que el serlo será imposible
donde una dama interviene;
que amistades sobre celos
hanse visto pocas veces. (Vase.)
LIRÍOPE Cielos, pues ya me vais dando

1135

indicios tan evidentes,
en la hermosura de Eco
del peligro que previenen
vuestros astros a Narciso,
dadme valor con que enmiende

1140

los amagos, antes que
las ejecuciones lleguen.
Válgame lo que he aprendido,
para que el daño remedie,
pues primero que le vea

1145

sucedido, he de ponerle
mil embarazos al paso,
si sé altiva, osada y fuerte
transformar todos los globos
de esa máquina celeste,

1150

viéndola a prodigios míos
desplomada de los ejes. (Vase.)

Jornada tercera

Salen FEBO, SILVIO y ANTEO.

ANTEO Eso habéis de hacer por mí,
pues ocasión no tenéis
de no ser amigos.
FEBO                            Mal
sabes lo que es querer bien,
pues dices que no tenemos

5

ocasión para no ser
los dos amigos, amando
los dos un mismo desdén.
SILVIO ¿:Cómo es posible que sea
un hombre amigo de quien

10

quiere lo que él quiere, siendo
ira los celos?
ANTEO                               Aunque
entiendo poco del duelo
de amor; a mi parecer,
cuando igualmente los dos

15

aborrecidos os veis,
y ninguno es preferido,
podéis ser amigos, pues
lo que al sentimiento obliga
en cualquier amante es

20

que la esperanza o favor
que yo pierdo, gane aquel. [39v
he sentido que se ausenten
los dos, sin hablarme en él?
Pero ¿:qué mucho, qué mucho,
si en efecto a la mujer

110

que más ha olvidado, más
ha llegado a aborrecer,
aun de lo que quiere mal,
le suena la queja bien?
Que es una ceremoniosa

115

vanidad verle querer,
que se desestima antes,
y se echa menos después.

Sale BATO y NARCISO.)

BATO ¿:Dónde vas?
NARCISO                               A caza al monte
voy, Bato, que quiero ver

120

si con la ausencia mejor
venzo esta pasión crüel,
porque a Eco en toda mi vida
tengo de escuchar ni ver;
que está en ella mi peligro.

125

ECO
[Aparte.] Él viene aquí, ¿:qué he de hacer?
NARCISO [Aparte.] Ella esta aquí, huyamos antes
que llegue a hablarme.
ECO ([Aparte.]                           Mas ¿:qué
lo que he de hacer dudo yo?
¿:Aquí a sentir no llegué

130

que se fuesen sin hablarme
los dos que aborrecí? Pues
lo que fue veneno en ellos
será medicina en él.
Esfuérzate, corazón,

135

vence siquiera una vez.)
Narciso.
NARCISO                   ¿:Qué quieres, Eco?
(Vase hacia el paño.)
ECO Que vida el cielo te dé.
NARCISO ¿:Cómo sin decirme más
te vas?
BATO                Andando en los pies.

140

NARCISO
¿:Luego ya no siente, Bato,
que desengaños la dé,
pues ella no me da quejas?
BATO Paréceme que no.
NARCISO                            ¿:Quién
habrá llegado a sentir

145

lo que llegó a pretender?
BATO Quien pretendió lo que había
de sentir.
ECO [Aparte.] ¿:Esto es querer?
Sí. Mas por disimular,
y porque piense también

150

que nada siento, cantando
la deshecha quiero hacer.
Si espanta su mal quien canta,
¿:cómo yo espanto mi bien? (Vase.)
NARCISO Mas ¿:qué importa que se vaya?

155

BATO
Nada, si se mira bien.
NARCISO Pues no importa sino mucho.
BATO Importe..., y la mano ten.
ECO (Dentro canta.)
      Si en los que bien quieren
      todo es padecer,

160

      y no hay dicha alguna
      en el bien querer,
      ¡fuego de Dios en el querer bien!
NARCISO       Amén.
BATO                      Amén.
Pero ¿:de qué te amohínas?

165

NARCISO
De que cante.
BATO                                  Dices bien;
que es el cantar muy mal hecho,
despreciada una mujer.
NARCISO Huyamos, Bato, de aquí;
que si la escucho otra vez,

170

tras sí me llevará.
BATO                               Dices
lindamente; al monte ven.
ECO (Dentro.)
¡Fuego de Dios en el querer bien!
NARCISO       ¡Amén!
BATO                         ¡Amén!
NARCISO Detente, que aquella voz

175

un clarín del amor es,
que a mis oídos deseos
ha tocado a recoger.
Dejarme sin hacer caso
de mí, tan fiera y crüel,

180

cantar tan alegre y libre,
fuerza es que lo sienta. Ven
conmigo, que de mis quejas
testigo te quiero hacer.
BATO ¿:Pues dónde hemos de ir?
NARCISO                         Tras ella.

185

[40v
Este entorpece la lengua
de tal manera, que aquel
a quien se le da, incapaz
queda del hablar, porque
de las razones no usa,

275

sin pronunciar ni aprender,
sino solo lo que oye,
y aun eso la última vez.
Ese, pues, tan poderoso,
torpe veneno; este, pues,

280

parto del opio y beleño,
letargo de Eco ha de ser.
Tan eficazmente hiere,
que no será menester
que la beba; que se pise

285

bastará, para correr
brevemente al corazón
por el contacto del pie.
Conficionado le tengo,
y al paso se le pondré

290

de aquella senda que pisa.
Muera de Eco la voz, pues
la voz de Eco es la que pudo
tanto a Narciso mover;
que, pues conseguir no pude

295

crïarle sin ver mujer,
de otra suerte he de guardarle.
Y si esto no basta hacer
el efecto que deseo,
de la tierra dejaré

300

los secretos producidos,
y hasta ese claro dosel
de los cielos mis portentos
subirán. Desclavaré (32)
de su epiciclo los astros,

305

y esta gran caterva fiel
de estrellas y de luceros
perderá su rosicler.
La faz mancharé a la luna,
turbarele al sol la tez,

310

y titubeando del cielo,
desde un ej hasta otro ej,
la gran república hermosa,
ruina amenazar la haré
sobre el globo de la tierra,

315

tanto, que temiendo esté,
si se cae o no se cae
a un vaivén y a otro vaivén.

Vase, y sale NARCISO y BATO.)

BATO Sigue aquel corzo que, herido
de una flecha, al viento iguala.

320

NARCISO
¿:Cómo en ave convertido,
el volar con sola una ala
tan igualmente has podido,
oh corzo, y con tan mortal
herida vuelves la espalda,

325

cuando con presteza igual,
cuanto pisas esmeralda
lo vas dejando coral?
BATO En la espesura se ha entrado,
para morir desangrado

330

en aquel arroyo.
NARCISO                            Ve
tú, remátale, porque
yo, rendido y fatigado,
no puedo pasar de aquí.
BATO Ni yo, y agora creí

335

que verdad debe de ser...
NARCISO Di, ¿:qué?
BATO                            Que cansa el correr,
porque me ha cansado a mí.
NARCISO Entre aquellas ramas bellas
un poco estemos, pues ellas

340

impiden el arrebol
del sol, en tanto que al sol
late el can del cielo estrellas.
BATO Dices muy bien. Descansemos
aquí un poco, que el lugar

345

convida; y pues que nos vemos
sin otra cosa en que hablar,
¿:de la caza no hablaremos?
¿:Hay bobería mayor
que con este resistero

350

seguir un gamo, señor,
que a la sombra un despensero [41v
Como yo está su belleza.

435

Dos árboles, con razón,
se visten de una corteza,
si tienen corazón.
Beberé, pues..., pero enojos,
porque en sus claros despojos

440

hallo contrarios agravios.
¿:Cómo lo que es en los labios
yelo, es incendio en los ojos?
¿:Cómo cuando al agua llego,
en mí tal fuego se fragua?

445

¿:Cómo (estoy mudo, estoy ciego)
si al fuego le mata el agua,
aquí el agua enciende al fuego?
Desde el punto que te vi,
¡oh beldad!, morirme siento;

450

solo viene bien aquí
aqueste encarecimiento
de «quiérote como a mí»,
puesto que a mí no me quiero
más que a ti, pues por ti muero.

455

¿:Por qué no hablas ni respondes?
Pero de la voz que escondes
segunda ventura infiero,
porque si mi suerte dura,
en voz y hermosura atroz,

460

fin a mi vida procura,
el no tener tú una voz
es tener otra hermosura.
¿:Quieres darme aquesa mano?
¡Vive amor, que la acercó!

465

Hoy altos favores gano.
Mas, ¡ay de mí!, que es en vano
que tal bien consiga yo,
porque al ir (¡hay pena igual!)
a asirla, de amores loco,

470

su luz turbó celestial;
y yo solo el cristal toco
y no el alma del cristal.

Quédase divertido en la fuente, y sale ECO.)

ECO De la compañía del valle
que más que divierte, cansa,

475

a la soledad del monte,
huyendo vienen mis ansias.
A llorar vengo a esta fuente,
en cuya apacible estancia,
suelen mis melancolías

480

divertirse, porque el agua
instrumento es de los tristes,
y esta en dulce consonancia
con cuerdas de vidro hiere
trastos de oro y lazos de ámbar.

485

Muchas veces vine aquí
a divertir mis desgracias;
pero de todas (¡ay cielo!)
ninguna con mayor causa;
que inquietamente confusa

490

no sé qué siento en el alma,
que a golpes dentro del pecho
el corazón se me arranca.
Pero... [Aparte.] ¡Qué miro! Narciso
suspenso en ella con tanta

495

atención está, que creo
que es ya de la fuente estatua.
A que le he seguido yo
no quiero que le persuada;
y así, me he de recatar

500

entre aquestas verdes ramas.
NARCISO Como tú, hermoso prodigio,
solo me miras y callas,
yo no hago más que mirarte,
y callar; pero esto basta,

505

porque como yo te vea,
¿:qué más dicha?
ECO [Aparte.]
                              ¿:Con quién habla
que la está diciendo amores?
¿:Los desprecios no bastaban,
sino los celos también?

510

Mas celos, ¿:a qué amor faltan?
Acercarme quiero más;
que puesto que está de espaldas,
no me verá; que no duda
mi necia desconfïanza

515

que de la otra parte esté [42v
se ha dejado ver de mí.
Llega tú, llega a mirarla,
que aún aquí está todavía.

600

ECO
¡Oh, si un dolor me dejara
aliento con que pudiera
desengañar tu ignorancia,
para tomar de una vez
de tu vanidad venganza!

605

Mas sí dejará (37), que yo,
a despecho de su saña,
sabré vencerle. Narciso,
esa deidad que en el agua
viste... ¡qué deidad! No sé

610

lo que iba a decir, ¡extraña
pena! Para que prosiga,
acuérdame tú en qué hablaba.
NARCISO En la deidad de esa fuente.
ECO Ah sí. Esa sombra, que vana

615

tu fantasía presume
que es la ninfa que la guarda,
es..., ¿:cómo lo diré yo?
Una explicación me falta...
Lo mismo en que estoy hablando,

620

dudo con presteza tanta...
Y no tan solo el concepto,
pero también las palabras.
¿:Quién eres tú que aquí estás?
NARCISO ¿:Qué preguntas si me hablas?

625

Yo soy Narciso.
ECO                            Narciso.
NARCISO Sí. ¿:Qué te espantas?
ECO                         ¿:Espantas?
NARCISO Pues, ¿:no he de espantarme yo,
al ver en ti tal mudanza?
¿:Qué ibas diciendo?
ECO                                  ¿:Diciendo?

630

NARCISO
Sí, no calles nada.
ECO                               Nada.
[Aparte.] Pero miento, que mil cosas
voy a decir, y turbada
la lengua solo pronuncia
lo que oye.
NARCISO                         ¡Confusión rara!

635

Eco...
ECO             Eco.
NARCISO                         ¿:Qué es esto?
ECO                                  Esto.
NARCISO Sí, ¿:qué sientes? Habla.
ECO                                  Habla.
NARCISO ([Aparte.] Sin duda que, como quiso
ofender la soberana
deidad de esa fuente, ella

640

ha tomado esta venganza,
embargándola la voz.
Ya me da asombro el mirarla.
De ella huiré. Ella me tiene,
y solo en señas declara

645

su dolor. El corazón
con su misma mano arranca.)
¿:Qué es lo que quieres?
ECO                               ¿:Qué quieres?
NARCISO ¿:Tú me detienes y llamas?
Dímelo tú a mí.
ECO                         Tú a mí.

650

NARCISO
Suelta.
ECO                Suelta.
NARCISO                         Basta.
ECO                         Basta.

Sale BATO.)

BATO No he podido volver antes,
porque... Mas no habré hecho falta,
si tan bien entretenido
estabas, señor.
NARCISO                                  No estaba

655

sino mal, porque no sé
qué es lo que a mi vida pasa.
Habla con Eco; quizá
podrá aquí menos turbada
que conmigo hablar contigo;

660

y estórbala que no vaya
tras mí, que voy a buscar
por todas esas montañas
músicos, que a cantar vengan
a la ninfa soberana

665

de esa fuente, a quien rendí
el ser, la vida y el alma. (Vase.)
BATO ¿:Ya tenemos otra historia?
¿:Qué ninfa o qué calabaza,
señora, es aquesta?
ECO                                  ¿:Aquesta?

670

BATO
Sí.
ECO       Sí.
BATO                ¡Linda flema gastas!
No le sigas.

(Quiere irse ECO detrás de NARCISO y él la detiene.)

ECO                               No le sigas.
BATO No le sigas tú y tu alma;
que yo harto quedo me estoy. [43v44
Déjame llegar a mí,
y si a mi voz que la llama
saliere, llegarás tú

835

secretamente a miralla.
Deidad cristalina, a quien
mi corazón idolatra,
sal a mis voces.
BATO                         ¿:Salió?
NARCISO Sí. No sabré decir cuánta

840

es mi alegría de ver
que tan presto a mi voz salgas.
Una música te traigo,
y a saber lo que te agrada,
te trujiera cuantos dones

845

producen en estas campañas.
¿:No agradeces el deseo?
Di que sí... esa seña basta.
BATO ¿:Podré llegar ya?
NARCISO                               Entre tanto
que a decir que canten vaya

850

a los músicos, podrás
verla, Bato. Mas repara
que llegues tan quedo, que
no te sienta. Soberana
belleza, a decir que lleguen

855

los músicos voy. Aguarda.
Llega, que ahí queda.
BATO                            Ya llego
con harto miedo y con harta
vergüenza; que es la primera
vez que a fuente llego. Tanta

860

ha sido la antipatilla
que he tenido con el agua,
y fe (41) que he guardado al vino.
(Mírase en la fuente.)
¡Qué malditísima cara
de ninfa! La mía no puede

865

ser peor ni aun ser tan mala.
NARCISO Llegad, desde aquí decid
de mi bien las alabanzas.
¿:Hasla visto?
BATO                               Ya la he visto.
NARCISO ¿:No es su belleza extremada?

870

BATO
Mucho, señor, si tuviera...
NARCISO Prosigue, ¿:qué?
BATO                            ...hecha la barba,
porque tiene más que yo
debo de tener.
NARCISO                               ¡Qué extraña
es tu simpleza! Cantad.

875

Oye, mi bien, lo que cantan.
MÚSICOS Las glorias de amor...
ECO [Dentro.]                           Amor.
MÚSICOS ...tienen en los celos...
ECO [Dentro.]                              Celos.
MÚSICOS ...libradas las penas...
ECO [Dentro.]                        Penas.
MÚSICOS que en el alma siento.
ECO [Dentro.]                           Siento.

880

MÚSICOS
¡Ay, que me muero de celos
y amores! ¡Ay que me muero!
ECO [Dentro.]       ¡Ay que me muero!
NARCISO Oíd, ¿:qué segunda voz
repetida de los vientos,

885

duplica vuestros acentos,
rompiendo el aire veloz?
BATO No sé, que admirado yo,
con harto miedo la oía.
NARCISO ¿:Cómo la letra decía,

890

que vuestro tono canto?
MÚSICOS Las glorias de amor...
ECO [Dentro.]                           Amor.
MÚSICOS Tienen en los celos...
ECO [Dentro.]                        Celos.
MÚSICOS Libradas las penas...
ECO [Dentro.]                        Penas.
MÚSICOS Que en el alma siento.
ECO [Dentro.]                              Siento.

895

ECO y MÚSICOS
¡Ay que me muero de celos
y amores, ay que me muero!
ECO       ¡Ay que me muero!
NARCISO De suerte que repetidos
esos versos los finales,

900

alguien lamenta sus males,
diciendo en otros sentidos:
«Amor, celos, penas siento.
      ¡Ay que me muero!»
BATO ¿:Quién será?
SIRENE                                  Alguna deidad,

905

porque quien deidad no fuera,
no hablara sin que se viera.
NARCISO Pues segunda vez cantad.

Sale LIRÍOPE.)

Vamos...
LIRÍOPE                      No cantéis más.
¿:A quién, Narciso, en aquesta

910

siempre apacible floresta
aquesta música das?
NARCISO A la mayor hermosura
que jamás el cielo vio,
en quien de los hados yo

915

tengo mi vida segura;
porque si mi fin atroz,
en voz y hermosura están,
aquí los cielos me dan
la hermosura sin la voz.

920

LIRÍOPE
Sin duda que amar procura
a Eco, pues Eco, infelice,
ya solo lo que oye dice,
y está sin voz su hermosura.
NARCISO La deidad de aquesta fuente

925

es, madre, la que yo adoro.
Dentro della está, y no ignoro
que agradezcas noblemente
tan alto empleo.
LIRÍOPE                         Pues ¿:cuándo
la deidad viste?
NARCISO                                     Al beber

930

su cristal la puede ver
dentro del agua abrasando,
y tanto me favorece,
conociendo el amor mío,
que se ríe si me río,

935

y si lloro se entristece.
LIRÍOPE Tu ignorancia te ha tenido
por las señas que me has dado,
de ti mismo enamorado.
NARCISO ¿:Cómo eso puede haber sido?

940

LIRÍOPE
Llega al cristal, lo verás,
para que desengañado
te burles de tu cuidado
y no te diviertas más.
NARCISO Llega tú, que ella está aquí.

945

Llega a la fuente NARCISO.)

LIRÍOPE ¿:Estoy en el agua yo
ahora, Narciso?
NARCISO                         No.

Ahora llega LIRÍOPE.)

LIRÍOPE Y ahora ¿:estoy en ella?
NARCISO                                  Sí,
y equívoco mi deseo
extraños discursos fragua,

950

cuando en la tierra y el agua
a un mismo tiempo te veo.
LIRÍOPE Pues desa misma manera
que a mí me miras, te ves.
La que juzgas deidad es

955

sombra tuya. Considera
si ha sido tu amor locura,
pues a sí mismo se amó.
NARCISO ¡Válgame el cielo!, ¿:que yo
tengo tan rara hermosura,

960

y que no puedo, ¡ay de mí!,
siendo quien puede tenerla,
aspirar a merecerle?
¡Cielos!, ¿:es aquesto así?
ECO [Dentro.]                                    Sí.
NARCISO ¿:Quién a mi voz respondió?

965

LIRÍOPE
Eco, a quien el monte esconde,
que a cuanto escucha responde.
NARCISO ¿:Y a sí no perdonó?
ECO [Dentro.]                        No.
NARCISO Pues, Eco, oye. Aunque tú mueras...
ECO [Dentro.]
Mueras...
NARCISO                ...celosa, yo enamorado...

970

ECO
[Dentro.]
Enamorado...
NARCISO                            ...no me he acordar de ti.
ECO [Dentro.]
De ti...
NARCISO             Mas, ¡ay, cielos!, que si aquí
junto las voces que oí,
¡oh, madre!, y las consideras,
en tres voces dijo: «Mueras

975

enamorado de ti».
Y temo que la oiga el cielo.
ECO [Dentro.]
El cielo...
NARCISO                   Pues es fuerza que me dé...
ECO ...me dé...
NARCISO                      De mí mismo a mí venganza.
ECO ...venganza.
NARCISO                            Y más ahora que alcanza

980

a ver mi desconfïanza,
que lo último repitiendo
de mi acento, está diciendo:
«El cielo me dé venganza».
Esta imposible hermosura...

985

ECO
[Dentro.]
Hermosura...
NARCISO                               Y aquella hermosura y voz... [45v
a la salud acudiendo
de Eco, intentaré curarla.

1065

SILVIO
Lo altivo, sañudo y fiero
del mío, más que a su cura,
a su venganza resuelto,
la muerte dará a quien fue
la causa de sus despechos.

1070

LIRÍOPE
[Aparte.] ¿:Para cuándo son, fortuna,
de mi magia los efectos?
Perturbe de sus acciones
el encanto los intentos.
FEBO Bella Eco...
SILVIO                               Infeliz joven...

1075

FEBO
...darte la vida pretendo.
SILVIO ...y darte la muerte yo.
ECO ¿:Para qué, si la aborrezco?
NARCISO Tarde llegas, puesto que
ya mis desdichas me han muerto.

1080

ECO
Y para que no lo logres,
desesperada a ese centro
me he de arrojar.
NARCISO                            Y porque
nunca sea tu trofeo,
me despeñaré esas ondas.

1085

FEBO
Ven conmigo.
ECO                                  Es vano intento...
SILVIO Muere a mi acero.
NARCISO                               Es en vano...
LIRÍOPE ¿:Qué aguardan los elementos?
ECO Que yo, de mí aborrecida,
de mí en mí vengarme intento.

1090

NARCISO
Que yo, de mí enamorado,
moriré de mi amor mesmo.
FEBO Detendrete yo.
SILVIO                         Darete
yo la muerte. (44)
TODOS                               Mas ¿:qué es esto?
ANTEO Que el sol empañando el día

1095

en pardas sombras se ha vuelto.
SILVIO ¡Qué asombro!
FEBO                         ¡Qué maravilla!
LIRÍOPE ¡Qué prodigio!
ANTEO                         ¡Qué portento!
TODOS ¿:Qué ha sido esto?
FEBO                                  Que Eco en aire
entre mis brazos se ha vuelto.

1100

SILVIO
Y Narciso en sus cristales,
antes que a mi saña, ha muerto.
TODOS En cuyas obsequias hacen
cielo y tierra sentimiento.
LIRÍOPE Cumplió el hado su amenaza,

1115

valiéndose de los medios,
que para estorbarlo (45) puse;
pues ruina de entrambos fueron
una voz y una hermosura,
aire y flor entrambos siendo.

1120

BATO
¡Y habrá bobos que lo crean!
Mas sea cierto o no cierto,
tal cual la fábula es
esta de Narciso y Eco.
Perdonad sus muchas faltas

1125

del que, a vuestras plantas puesto,
siempre acuerda la disculpa
del que yerra obedeciendo.