Las armas de la hermosura {0}


Pedro Calderón de la Barca
LAS ARMAS DE LA HERMOSURA


Personas que hablan en ella:
  • CORIOLANO, galán
  • LELIO, galán
  • ENIO, galán
  • AURELIO, viejo
  • FLAVIO, viejo
  • SABINIO, rey
  • EMILIO, soldado
  • PASQUIN, gracioso
  • VETURIA, dama
  • LIBIA, criada
  • ASTREA, reina
  • RELATOR
  • Cuatro damas
  • Soldados romanos
  • Soldados sabinos
  • Criados
  • Músicos


JORNADA PRIMERA


Córrese la cortina, y vense todos los bastidores del teatro trasmutados en aparadores de piezas de plata, y en medio una mesa llena de vasos y viandas, y sentados a ella hombres y mujeres, y en su principal asiento CORIOLANO y VETURIA, y los músicos detrás, arrimados al foro, y PASQUIN y otros criados sirviendo a la mesa

CORO 1:
 "No puede amor
 hacer mi dicha mayor.
CORO 2:
 Ni mi deseo
 pasar del bien que [poseo?]."
CORIOLANO:
 Sin duda, Veturia bella,
5
 esta canción se escribió
 por mí, pues solo fui yo
 feliz influjo de aquella
 de Venus brillante estrella;
 pues benigna en mi favor...
10
LOS DOS COROS:
 "No puede amor
 hacer mi dicha mayor."
VETURIA:
 Mejor debo yo entender
 su benévolo influir;
 pues, dándome que sentir,
15
 me deja que agradecer;
 y más el día que a ser
 llegue la ventura mía
 tu esposa, pues ese día
 no podrán mi fe, mi empleo...
20
VETURIA Y CORO 2:
 "Ni mi deseo
 pasar del bien que poseo."
HOMBRE 1:
 A tanta solemnidad
 desde ahora será bien
 que todos en parabién
25
 brindemos.
HOMBRE 2:
      A que su edad 
 viva eterna.
HOMBRE 3:
      Y su beldad
 en fecunda sucesión
 a Roma ilustre.
PASQUIN:
      Estos son
 convidados que me placen,
30
 que a un tiempo la razón hacen
 y deshacen la razón.
MUSICOS:
      "No puede amor
 hacer mi dicha mayor,
 ni mi deseo
 pasar del bien que poseo."
35
MUJER 1:
 Todas, ya que la fortuna
 trocó el pesar en placer,
 esa salva hemos de hacer.
LIBIA:
 ¿: Cómo se podrá ninguna
 excusar, si cada una,
40
 de cuantas hoy Roma encierra,
 feliz el susto destierra
 de aquel pasado temor?
MUJER 1 y MUSICOS:
 "Y no puede amor
 hacer su dicha..."

Dentro

VOCES:
      ¡ Arma, guerra!

Cajas y trompetas dentro, y alborótanse todos

HOMBRE:
 ¡ Qué asombro!
MUJER 1:
      ¡ Qué confusión!
45
CORIOLANO:
 ¿: Qué novedad será ésta,
 que dentro de Roma forman
 voces, cajas y trompetas?
TODOS:
 ¿: Quién causa este estruendo?

Salen AURELIO y ENIO de soldado

AURELIO:
      Yo.
CORIOLANO:
 ¿: Tú, señor?
AURELIO:
      Sí.
CORIOLANO:
      Pues ¿: qué intentas?
50
AURELIO:
 Despertar tu torpe olvido,
 porque, al ver que en mi hijo empieza
 la reprehensión, sepan todos
 que, anticipada la queja,
 antes que a mí su pregunta,
55
 llegó a ellos mi respuesta.
 Quitad, romped, arrojad
 aparadores y mesas,
 nocivos faustos de Flora
 y Baco, cuando es bien sean
60
 pompas de Marte y Belona.

Ocúltanse los aparadores y mesas

 Y porque la causa sepan,
 Enio, dile a Coriolano
 y a cuantos con él celebran,
 bastardos hijos del ocio,
65
 cultos al Amor, las nuevas
 que traes de Sabinia...
VETURIA:
      (¡ Cielos! Aparte
 ¿: Qué nuevas pueden ser éstas?)
LIBIA:
 (Oye y disimula.) Aparte
AURELIO:
      ...en tanto
 que a toda Roma las cuentan
70
 públicos edictos que,
 para freno y para rienda
 de tan locos devaneos,
 dispone el Senado.
ENIO:
      Fuerza,
 como a primer senador,
75
 es, señor, que te obedezca,
 y fuerza también que haya,
 para que mejor se atiendan,
 de enlazar con su principio
 el nuevo motivo.
AURELIO:
      Sea,
80
 no como quien le refiere,
 sino como quien le acuerda.
ENIO:
 Sabinio, rey de Sabinia,
 mal ofendido de aquella
 fingida amistad con que
85
 Rómulo, atento a que fuera
 eterna la población
 de su gran fábrica inmensa
 que, émula a Jerusalén,
 también en montes se asienta,
90
 y que no pudiera serlo,
 sin que de su descendencia
 la sucesión se propague,
 viendo cuánto para ella
 buscar consortes debía,
95
 convidó para unas fiestas
 los comarcanos sabinos
 con sus familias, en muestra
 de firmar con ellos paces.
AURELIO:
 Si lo fueron o no, deja
100
 al silencio esas memorias,
 pues nadie hay que no las sepa,
 según en su gran teatro
 al mundo las representan
 el tiempo en veloces plumas,
105
 la fama en no tardas lenguas;
 y así, dejando asentada
 aquella parte primera
 del robo de las sabinas,
 ve a la segunda.
VETURIA:
      (¡ Oh inmensas Aparte
110
 deidades! ¿: Qué nuevas pueden
 ser que de pesar no sean?)
ENIO:
 Sabinio, rey de Sabinia,
 mal ofendido de aquella
 fingida amistad, trató
115
 hacer a Rómulo guerra,
 y Rómulo resistirla,
 careando injuria y ofensa,
 el uno por castigarla,
 y el otro por mantenerla;
120
 persuadido el uno a que
 satisface el que se venga
 y el otro a que nunca tuvo
 lo no bien hecho otra enmienda
 del arrojo que lo obró,
125
 que el valor que lo sustenta.
 Dos veces, pues, el sabino
 a Roma asaltó, y en ella
 dos veces le obligó a que,
 rechazada su soberbia,
130
 levantase el sitio, dando
 a la dominante estrella
 de Rómulo por vencida
 de la suya la influencia.
 En este intermedio Roma,
135
 ufana, alegre y contenta,
 vencedora de sus armas,
 vencida de sus bellezas,
 procurando reducir 
 a cariño la violencia,
140
 toda era festines, toda
 agasajos y finezas,
 bien como toda Sabinia
 llantos, suspiros y quejas;
 que entre ofensor y ofendido
145
 tan neutral vive la ofensa
 que a uno el gozo se la olvida
 y a otro el dolor se la acuerda.
 En esta desigualdad,
 ambas fortunas suspensas,
150
 viendo Sabinio que, muerto
 Rómulo, la suya adversa
 sin dominante enemigo
 quedaba y que a Numa, que era
 a quien nombrado dejó
155
 por su sucesor, resuelta
 en ser república Roma,
 no sólo le dio obediencia,
 pero echándole de sí,
 eligió en plebe y nobleza
160
 senadores y tribunos,
 que en libertad la mantengan.
 Sabinio, pues --porque el hilo
 en la digresión no pierda--,
 procurando aprovechar
165
 aquella vulgar sentencia
 de ser sin cabeza un pueblo
 monstruo de muchas cabezas,
 en una parte y en otra
 viendo también cuán ajena
170
 Roma de sus altos triunfos
 deleitosamente deja
 de ser campaña de Marte
 por ser de Cupido selva,
 a repetidas instancias
175
 de la soberana Astrea
 --que, celtíbera española,
 desde el día que, deshechas
 sus gentes, volvió su esposo,
 ni él ni nadie llegó a verla
180
 o sin lágrimas los ojos
 o el semblante sin tristeza--,
 secretas levas dispuso;
 pero como esto de levas
 es mina que por el más
185
 breve resquicio revienta,
 al Senado sus vislumbres
 llegaron en humo envueltas;
 de suerte que, al inquirirse,
 si eran ciertas o no ciertas,
190
 a mí, que por más servicios
 nombró en la elección primera
 del pueblo primer tribuno,
 me dio orden de que fuera
 a informarme, disfrazado
195
 en nombre, en traje y en lengua,
 del estado y del designio;
 con que a poca diligencia
 pudo informarme mejor
 la vista que la cautela;
200
 que enmudecen los ardides
 donde hablan las evidencias.
 A toda Sabinia hallé,
 sin recato de que sea
 contra Roma la jornada,
205
 no tan sólo en arma puesta,
 pero en marcha; a cuyo efecto
 estaban pasando muestra
 de militares pertrechos
 todas las campañas llenas.
210
 Numerosas huestes son
 las que alistadas se asientan,
 según supe, voluntarias;
 porque --como dije-- Astrea,
 que adquirir de vengadora
215
 de las mujeres intenta
 el alto nombre, en persona
 las conduce y las alienta
 con tan gran jactancia, que
 sus tremoladas banderas,
220
 jeroglíficos del aire,
 componen en cuatro letras
 el vanaglorioso enigma
 de ser su victoria cierta.
 Una S, una P, una Q
225
 y una R son, cuya empresa
 descifrada decir quiere
 --según todos la interpretan--:
 "Al Sabino Pueblo ¿: Quién
 Resistirá?" Y con tal priesa
230
 a lento paso la marcha
 disponen, que me fue fuerza,
 según su vecina línea
 confinante es de la nuestra,
 por llegar antes, valerme
235
 de toda la diligencia
 que pude. Pero por más
 que lo intenté, la sospecha
 o nota de desmandado
 me detuvo; y así llegan
240
 a ser de mis voces ecos
 sus cajas y sus trompetas,
 cuando lejanos repiten
 al viento, que se las lleva,
 y al eco, que nos las trae:
245

Cajas y voces [dentro] a lo lejos

VOCES:
 ¡ Arma, arma! ¡ Guerra, guerra!
VETURIA:
 (Bien temí que había de ser Aparte
 segunda desdicha nuestra.)
AURELIO:
 Mira, con estas noticias,
 si ha sido prevención cuerda
250
 que otras trompetas y cajas
 despertador tuyo sean,
 y de cuantos hoy en Roma
 divertidos no se acuerdan
 de aquellos primeros héroes,
255
 que de apagadas pavesas
 fueron incendio de Europa,
 hasta coronarla reina
 del orbe. Y, dejando aparte
 abandonadas proezas,
260
 que en Africa y en España
 Rómulo dejó dispuestas,
 y hoy yacen en el infame
 sepulcro de la pereza
 ¿: a qué más puede llegar
265
 el baldón de la honra nuestra
 que a pensar el enemigo
 que ya Roma no es la que era,
 pues se promete en sus timbres
 que no ha de hallar resistencia?
270
 Demás desto, ¿: es bien que yo
 a un noble ofendido tenga
 y no tenga mira a que
 es desproporción muy ciega
 que él desvelado maquine
275
 y yo descuidado duerma,
 mayormente al blando sueño
 de tan contrarias sirenas
 que, si otras cantando matan,
 ellas llorando deleitan?
280
 ¡ Oh, nunca hubierais...!
CORIOLANO:
      Perdona,
 señor, y dame licencia
 para suplicarte que,
 no enojado las ofendas,
 ni a ellas ni a cuantos conmigo
285
 a mi ruego las festejan;
 y más en este jardín,
 donde Veturia se alberga,
 noble matrona, a quien todas
 reconocen preeminencia
290
 por su real sangre; que no
 es culpa suya ni nuestra
 el que en ellas sea agasajo
 lo que en nosotros es deuda.
 La culpa fue del primero
295
 que robadas las violenta,
 no de los que, ya robadas,
 procuran que estén contentas;
 que, para tenerlas tristes,
 mejor fuera no tenerlas.
300
 Si hacerlas nuestras quisimos,
 ¿: cómo habían de ser nuestras
 si, en nuestro poder quejosas,
 siempre quedaban ajenas?
 Que desde el odio al cariño
305
 no es fácil de hallar la senda
 si no es que la facilite
 la caricia, la fineza,
 el obsequio, el rendimiento,
 la atención y la asistencia,
310
 que son las que sólo saben
 hacer voluntad la fuerza.
 Decir que esto del valor
 nos ha olvidado, es propuesta
 tan vana, que el mismo Marte
315
 el primero es que la niega,
 puesto que, amante de Venus,
 al mundo puso en sospecha
 de que él y Cupido habían
 trocado dardos y flechas;
320
 viendo cuánto ventajoso,
 porque su dama lo sepa,
 pelea el soldado que
 con armas de amor pelea,
 juzgando que son de Marte.
325
 Y para que mejor veas
 que ser galán en la paz
 no es ser cobarde en la guerra,
 el primero seré yo
 que, de la patria en defensa,
330
 al opósito le salga.
 Y así, para disponerla,
 iré por plazas y calles, 
 diciendo en voces diversas:

Dentro

UNOS:
 ¡ Viva Coriolano!
OTROS:
      ¡ Viva!
335
AURELIO:
 Oye, hasta averiguar éstas.

Salen FLAVIO, LELIO y SOLDADOS

FLAVIO:
 Yo lo diré, que en tu busca
 vengo, para que lo sepas.
 Proponiéndole al tumulto
 de la plebe y la nobleza
340
 cuánto conviene salir
 a impedir el paso desa
 no impensada invasión, antes
 que pise la línea nuestra,
 ocupando los estrechos
345
 pasos y las eminencias,
 a fin de que, ya que entren,
 entren peleando, en que es fuerza
 que pierdan gente, y quizá
 que gente y jactancia pierdan,
350
 dije que presto el Senado
 nombraría a quien convenga 
 que vaya por general;
 a que dieron por respuesta,
 reduciéndose a una voz,
355
 de varias voces compuesta:...

Dentro

UNOS:
 ¡ Viva Coriolano!
OTROS:
      ¡ Viva!
FLAVIO:
 De suerte que, antes que sea
 consulta, la aclamación
 común quiere que cabeza
360
 suya sea Coriolano,
 de que vengo a darte cuenta,
 por si acepta o no.
AURELIO:
      ¿: Qué es
 dudar si acepta o no acepta,
 siendo mi hijo?--- Coriolano,
365
 ya ves en lo que te empeña
 la común aclamación
 del pueblo.
CORIOLANO:
      La vida hubiera
 dado en albricias, señor,
 a no importar mantenerla
370
 para que, en servicio suyo,
 en mejor trance la pierda;
 en cuyo agradecimiento
 a Flavio las plantas besa
 mi humildad y a Lelio da
375
 los brazos, bien como prendas
 de quien se obliga a pagar,
 reconocida la deuda.
LELIO:
 El mérito es quien te adquiere
 este honor. (¡ Que también sea Aparte
380
 hijo yo de senador,
 y de mi.... ¡ Oh envidia, deja
 de afligirme!) Y el primero
 seré que irá a tu obediencia
 por soldado tuyo.
ENIO:
      Yo
385
 no te doy la enhorabuena,
 porque me la he dado a mí,
 en fe de lo que interesa
 en tus honores mi honor.
CORIOLANO:
 A entrambos os lo agradezca
390
 mi amistad; que con los dos,
 tú, Lelio, de la nobleza
 cabo; tú, Enio, de la plebe,
 ¿: qué riesgo habrá que no emprenda?
TODOS:
 ¿: Ni quién que a ti no te siga?
395
PASQUIN:
 (Yo, porque allí Libia señas Aparte
 me hace de que allá no vaya.)
AURELIO:
 Pues porque tiempo no pierda,
 retiraos todas vosotras,
 cada una a su vivienda,
400
 de donde ninguna salga,
 mientras se pasa la muestra
 de la gente que se aliste;
 porque, si acaso la pesa
 el ver ir contra su patria,
405
 no impida al que complacerla
 intente.
VETURIA:
      Ninguna habrá
 tan livianamente necia
 que ya no desee que Roma
 contra los sabinos venza;
410
 que las materias de honor
 son tan vidriosas materias
 que con el más leve soplo
 se empañan, si no se quiebran.
 Y, siendo así que estuvimos
415
 todas a morir resueltas,
 antes de admitir a quien
 con fe y palabra no fuera
 de esposo, con todo eso
 el empacho y la vergÜenza
420
 de no volver a ser propias
 de quien ya fuimos ajenas
 nos obligara a que todas,
 si nos diérades licencia,
 saliéramos a campaña;
425
 y yo fuera la primera
 que el arnés trenzado, el fresno
 blandido en la mano diestra,
 en la siniestra el escudo,
 y con el tiento en la rienda,
430
 montado el corcel bridón,
 la diera a entender a Astrea
 cómo ya de su venganza
 no necesita la nuestra.
CORIOLANO:
 ¿: Quién pudo desempeñarse
435
 ni más noble ni más cuerda?
TODAS:
 Lo mismo todas decimos.
AURELIO:
 No es la resolución ésa
 que queremos de vosotras.
FLAVIO:
 No; que otra habrá, en que se vea
440
 que las mujeres no son
 tan dueños nuestros que puedan
 en descrédito poner
 de Roma el valor.
AURELIO:
      Ni ésa
 tampoco es para aquí. 

A CORIOLANO

      Ahora
445
 ven, pues, adonde te ofrezca,
 con pública aclamación,
 de todo el pueblo en presencia,
 el Senado la bengala,
 estoque, toga y diadema
450
 de general de sus armas.
CORIOLANO:
 Más me ha de dar.
AURELIO y FLAVIO:     ¿: Qué es?
CORIOLANO:
      Licencia
 de que responda a Sabinio,
 y al mote de sus banderas,
 poniendo yo en las de Roma
455
 el mismo.
TODOS:
      ¿: De qué manera?
CORIOLANO:
 S, P, Q, y R son
 cuatro letras que interpretan:
 "¿: Al Sabino Pueblo Quién
 Resistirá?" Y con las mesmas
460
 a su arrogante pregunta
 han de responder las nuestras,
 para que conozca el mundo
 cuán en un caso concuerdan
 gramáticas militares,
465
 la pregunta y la respuesta:
 pues si S, P, Q y R
 "¿: Quién piensa hacer resistencia
 al sabino pueblo?" dicen,
 también dirán a quien lea
470
 en nuestro favor el mote
 de sus mismas cuatro letras:
 "Senado y Pueblo Romano
 es Quien resistirle piensa."
FLAVIO:
 Bien lo has pensado.

Dentro cajas y voces a lo lejos

UNOS:
      ¡ Arma, arma!
475
FLAVIO:
 Y pues se oyen de más cerca
 ya sus cajas, responded
 a su salva.
OTROS:
      ¡ Guerra, guerra!
AURELIO:
 Y por si acaso llegaron,
 según a mi oído suenan,
480
 acá sus voces, diciendo...
UNOS:
 ¿: Quién ha de hacer resistencia
 al sabino pueblo?
AURELIO:
      Digan
 al mismo compás las nuestras...
TODOS:
 Senado y pueblo romano.
485
UNOS:
 ¡ Vivan Sabinio y Astrea!
TODOS:
 ¡ Coriolano y Roma vivan!
CORIOLANO:
 Perdona, Veturia bella,
 que, si voy contra tu patria,
 también voy en tu defensa.
490

Vase

TODOS:
 ¡ Arma, arma! ¡ Guerra, guerra!

Vanse todos

Salen marchando SOLDADOS, y uno trae una bandera con las letras que han dicho los versos, y detrás SABINIO y ASTREA con espada y bengala

SABINIO:
 En la cumbre eminente 
 del esquilino monte 
 que, atalaya de todo el horizonte, 
 empina al orbe de zafir la frente, 
495
 alto haga nuestra gente 
 hasta reconocer si tiene acaso 
 Roma ocupada de su estrecho paso 
 la entrada que, otra vez padrastro mío, 
 favoreció la vecindad del río; 
500
 y así, hasta que los batidores vuelvan, 
 e informados resuelvan 
 por dónde menos fuerte sendas abra, 
 alto haced. 
UNOS:
      Alto, y pase la palabra. 

Repítenlo OTROS

SABINIO:
 Ya, soberana Astrea, 
505
 pisas la raya en que la luz febea 
 del sol entre Sabinia y Roma parte 
 jurisdicciones, pues que no sin arte 
 interpuso por valla 
 el bastión desa rústica muralla, 
510
 que a una y otra divida, 
 bien que en vano una y otra defendida, 
 el día que hacerlas enemigas quiso 
 su trato infiel. 
ASTREA:
      Ya desde aquí diviso, 
 aunque no bien, aquélla 
515
 que, ayer vil choza y hoy fábrica bella, 
 tan elevada sube 
 que empieza en muro y se remata en nube. 
 ¡ Oh tú de la fortuna 
 trasmutado teatro, cuya escena, 
520
 no sé si diga de piedades llena 
 o llena de crueldades, 
 que tal vez son crueles las piedades, 
 en yerto albergue dio primera cuna 
 a aquéllos que, arrojados 
525
 de ignoradas entrañas, 
 hambrienta loba halló, que en sus montañas 
 recién nacidos, ya que no abortados, 
 eran espurios hijos de los hados! 
 ¡ Oh tú que, en lo voraz de su fiereza,
530
 mudando especie la naturaleza, 
 viste, en vez de ser ellos de su hambriento 
 furor destrozo, en cándido alimento 
 trocar la saña, haciendo que ellos fuesen 
 los que della al revés se mantuviesen! 
535
 Si a sus pechos criados, 
 si a su calor dormidos, 
 si de roncos anhélitos gorgeados 
 crecieron, arrullados a gemidos, 
 ¿: qué mucho que, bandidos, 
540
 sañudamente fieros, 
 se juntaran con otros bandoleros 
 para vivir, sin Dios, sin fe, sin culto, 
 del homicidio, el robo y el insulto? 
 Desta, pues, compañía 
545
 Rómulo capitán, temiendo el día 
 de tu mudanza, a fin de resguardarse, 
 trató fortificarse, 
 para cuyo seguro 
 el surco de un arado lineó muro, 
550
 con ley tan inviolable que, su extremo 
 asaltarle costó la vida a Remo. 
 Este fue --¡ oh tú, otra vez, varia fortuna, 
 condicional imagen de la luna!-- 
 el origen que altiva te conserva 
555
 crecida, a imitación de mala yerba. 
 Pero ya tu castigo 
 llega, pues llega mi valor conmigo; 
 y así, antes que sus armas se prevengan 
 --vengan los batidores o no vengan--, 
560
 entremos en sus lindes desde luego, 
 publicando la guerra a sangre y fuego. 
SABINIO:
 La espera, Astrea, en muchas ocasiones 
 consiguió altos blasones. 
ASTREA:
 También la espera la perdió otras tantas, 
565
 y quizá más. 

Sale EMILIO

EMILIO:
      Dame, señor, tus plantas. 
SABINIO:
 ¿: Qué hay, Emilio, de nuevo? 
EMILIO:
 Apenas a contártelo me atrevo. 
 Por no decirte que apenas 
 de aquestos riscos soberbios 
570
 con una avanzada escuadra 
 vencí el arrugado ceño, 
 cuando desde la eminencia 
 vi todo el valle cubierto 
 de romanos escuadrones, 
575
 que en buena marcha dispuestos, 
 como iban llegando, iban 
 tomando, unos los estrechos 
 pasos, otros desmontando 
 los troncos, para con ellos 
580
 atrincherarse; y los otros 
 doblándose, porque a tiempos, 
 donde importe, el retén pueda 
 ir reclutando los puestos. 
ASTREA:
 ¿: Eso excusabas decirnos? 
585
 Pues toma en albricias deso 
 esta sortija, que yo 
 a tener que vencer vengo.-- 
 Manda, Sabinio, que al arma 
 toque el ejército nuestro, 
590
 antes que se fortifiquen. 
SABINIO:
 Con ese español aliento, 
 ¿: quién no ha de animarse? Vayan 
 por los costados cubriendo 
 en las quiebras y surtidas 
595
 coseletes y flecheros 
 a la caballería, y ella, 
 des[f]ilada en buen concierto, 
 procure cobrar el llano, 
 donde, trocados los riesgos, 
600
 cubra ella a la infantería, 
 dándose las manos, puesto 
 que las dos son los dos brazos 
 de todo el militar cuerpo. 
 Toca a embestir, y un caballo 
605
 me dad. 
ASTREA:
      Y a mí otro; que tengo 
 de ser la primera yo 
 que, complacido mi esfuerzo, 
 vea la cara al enemigo, 
 la caballería rigiendo. 
610
SABINIO:
 Pues porque la infantería 
 no vaya en el desconsuelo 
 de ir sin ti y sin mí, seré 
 yo quien gobierne sus tercios. 
ASTREA:
 Pues, ¡ al arma! 
SABINIO:
      Pues, ¡ al arma! 
615
SOLDADOS:
 ¿: Quién no ha de seguir su ejemplo? 
TODOS:
 ¡ Vivan Sabinio y Astrea! 

Suenan las cajas y éntranse. Salen CORIOLANO, LELIO, ENIO, y dos SOLDADOS, con dos banderas, una roja y otra blanca, con las mismas letras

CORIOLANO:
 Pues el sabino resuelto, 
 para no darnos lugar 
 a que nos fortifiquemos, 
620
 baja avanzando sus tropas, 
 fuerza es salirle al encuentro, 
 para no darle nosotros 
 lugar a él a que, viniendo 
 como viene, desfilado, 
625
 pueda, vencido lo estrecho, 
 doblarse en lo llano. Ea, 
 generoso invicto Lelio, 
 pues, cabo de la nobleza, 
 la vanguardia en el derecho 
630
 costado te toca, ocupa 
 tu lugar. 
LELIO:
      En él ofrezco 
 morir --que una cosa es 
 callar yo mis sentimientos 
 y otra que mi honor no diga 
635
 que es mío--. Tremole el viento 
 la siempre roja bandera 
 del Senado, con el nuevo 
 jeroglífico, a quien sigan 
 todos mis parciales. 

Vase

CORIOLANO:
      Enio, 
640
 tú en el siniestro costado 
 tu lugar toma; que en medio 
 del cuerpo de la batalla 
 quedo yo, distribuyendo 
 los órdenes, porque acuda 
645
 donde convenga el refuerzo. 
ENIO:
 Despliegue también al aire 
 su blanca bandera el pueblo, 
 que no es el que menos sabe 
 dar victorias a sus reinos. 
650

Vase. Suenan cajas, y dentro ruido de armas [y voces]

UNOS:
 ¡ Arma, arma! 
OTROS:
      ¡ Guerra, guerra! 
UNOS:
 ¡ Fuertes sabinos, a ellos! 
OTROS:
 ¡ A ellos, valientes romanos! 
CORIOLANO:
 Ya los unos descendiendo, 
 y ya subiendo los otros, 
655
 en el más fragoso seno 
 del monte, a medir las armas 
 llegan entrambos encuentros. 
 Disputada la batalla 
 crece, conque al sol cubriendo 
660
 nubes de plumas las flechas, 
 tempestad parece, siendo 
 del eclipse de sus rayos 
 cajas y trompetas truenos, 
 de quien relámpagos son 
665
 las chispas de los aceros. 
 Todo es horror, todo es grima, 
 todo asombro, todo incendio. 
UNOS:
 ¡ Avanza, caballería, 
 antes que en nuestro terreno 
670
 llegue a doblarse la suya. 
OTROS:
 ¡ A ellos, sabinos! 
TODOS:
      ¡ A ellos! 

Suena la caja

CORIOLANO:
 ¿: Qué es aquello? ¡ Ay infelice!. 
 que a lo que desde aquí veo, 
 parece que, recargados 
675
 vuelven a perder los nuestros 
 los puestos que habían ganado. 
 ¡ Ea, fortuna, ya es tiempo 
 de que todo lo perdamos 
 o que todo lo ganemos! 
680
 Síganme todas las tropas 
 en batallones y tercios, 
 pues no hay más órdenes ya 
 que dar, que morir resueltos. 
 ¡ Volved, soldados, volved!, 
685
 que ya voy a socorreros. 
 Piérdase la vida, y no 
 la fama. 

Vase. Suenan las cajas y ruido, y sale como despeñada ASTREA

ASTREA:
      ¡ Valedme, cielos! 
 Que, desbocado el caballo, 
 con no matarme, me ha muerto, 
690
 si hay quien piense que el salir 
 de la batalla fue huyendo; 
 y no fue, sino que el hado 
 o tarde o nunca el contento 
 cumplido dio, bien que en vano 
695
 hoy de su rigor me quejo, 
 pues tampoco dio cumplida 
 la desdicha el día que, habiendo 
 vencido la cumbre al monte, 
 al descender de su centro, 
700
 corriendo por intrincados 
 riscos el bruto soberbio, 
 no me echó de sí, hasta que 
 trocó de un tronco el tropiezo 
 al golpe de la caída 
705
 la amenaza del despeño. 
 Con que, aunque rendida, aunque 
 fatigada, en un desierto 
 triste y sola me halle, a causa 
 de que los que me siguieron 
710
 y no alcanzaron, perdida 
 de vista, sin mí habrán vuelto; 
 con todo eso el quedar viva 
 es tan natural consuelo 
 que, siendo el vivir lo más, 
715
 todo lo demás es menos. 

Suenan las cajas

 Y así, a pesar del cansancio, 
 pues para elegir no hay medios, 
 procure hallar senda que 
 me vuelva a mi gente, puesto 
720
 que, para servir de norte, 
 me basta el confuso estruendo 
 que, sin decirme en qué estado 
 la batalla está, a lo lejos 
 me está diciendo que dura, 
725
 en mal pronunciados ecos. 
 Por esta parte parece 
 que el enmarañado seno 
 da menos fragoso paso; 
 seguir la vereda quiero, 
730
 no en vano, pues a lo inculto 
 quitado el impedimento, 
 ya descubro la campaña 
 y en ella, o miente el deseo 
 o son nuestras las banderas 
735
 que miro. Sin duda, cielos, 
 la victoria consiguió 
 Sabinio, puesto que veo 
 en su rotulado enigma 
 tremolar el blasón nuestro 
740
 destotra parte del monte. 
 Pues ¿: qué aguardo? Pues ¿: qué espero? 
 ¡ Oh si fuera verdad que 
 tiene alas el pensamiento, 
 para llegar a los brazos 
745
 de Sabinio, y darle en ellos 
 de mi vida y su victoria 
 dos parabienes a un tiempo! 

Vase. Salen CORIOLANO, LELIO, ENIO y SOLDADOS con las banderas

TODOS:
 ¡ Victoria por el invicto 
 heroico caudillo nuestro! 
750
LELIO:
 No sé qué gracias te deba 
 dar nuestro agradecimiento; 
 pues cuando, casi perdidos 
 nos hallábamos, tu esfuerzo 
 bastó a que el sabino vuelva 
755
 desbaratado y deshecho. 
ENIO:
 ¿: Qué gracias podemos dar 
 que sean bastante aprecio 
 a quien supo disponer 
 el socorro a tan buen tiempo 
760
 que, derrotado el contrario, 
 quedase el campo por nuestro? 
CORIOLANO:
 Vuestro fue el valor y mía 
 la dicha de llegar presto. 
 Y por partirla contigo, 
765
 a llevar las nuevas, Lelio, 
 desta victoria al Senado 
 ve, en tanto que yo prevengo 
 que las fortificaciones, 
 para que antes no hubo tiempo, 
770
 prosigan, por si otra vez, 
 reforzándose de nuevo, 
 vuelve, no desprevenidos 
 nos halle. 
LELIO:
      Tus manos beso 
 por ese honor, y no tanto 
775
 por las albricias le acepto, 
 cuanto porque se prevenga 
 el aparatoso obsequio 
 del triunfo que debe hacer 
 Roma a tu recibimiento. 
780

Vase

TODOS:
 ¡ Victoria por el invicto 
 heroico caudillo nuestro! 

Sale ASTREA

ASTREA:
 ¿: Victoria por el invicto 
 heroico caudillo nuestro? 
 ¿: Quién duda que por mi esposo 
785
 es la aclamación, supuesto 
 que son suyas las banderas 
 que ya de más cerca veo? 
 Pues ¿: qué aguardo?-- Generosos 
 sabinos, a cuyos hechos 
790
 faltan a la fama bronces, 
 faltan láminas al tiempo, 
 mil veces enhorabuena 
 sea el alto vencimiento 
 desos aleves romanos, 
795
 y guiadme donde dellos 
 victorioso vea a mi esposo. 
CORIOLANO:
 Hermoso prodigio bello, 
 cuyo revesado enigma 
 ni le alcanzo ni le entiendo, 
800
 ¿: cómo a los romanos llamas 
 sabinos? Y ¿: cómo, luego, 
 dando a quien no te oye el lauro, 
 das a quien te oye el desprecio? 
ASTREA:
 Luego ¿: estos timbres no son 
805
 de Sabinio? 
CORIOLANO:
      No; que, huyendo, 
 segunda vez derrotado 
 a Roma la espalda ha vuelto. 
ASTREA:
 Luego ¿: esas banderas son 
 ganadas? 
CORIOLANO:
      Tampoco es eso, 
810
 sino que, pues preguntaron 
 las suyas que "quién al pueblo 
 sabino resistiría?" 
 con sus caracteres mesmos 
 "Senado y pueblo romano" 
815
 las nuestras le respondieron. 
ASTREA:
 ¡ Ay infelice de mí! 
 Que el equívoco me ha muerto. 
CORIOLANO:
 Quizá te ha dado la vida, 
 puesto que has llegado a puerto 
820
 donde las mujeres tienen, 
 con franca escala el respeto, 
 cortesanos pasaportes 
 de inviolables privilegios. 
 ¿: Quién eres, pues, y qué causa 
825
 engañada te trae? 
ASTREA:
      (¡ Cielos, Aparte 
 perdida estoy si se sabe 
 quién soy! ¡ Válgame el ingenio!) 
 Astrea, española Palas, 
 añadiendo al sentimiento 
830
 del robo de sus matronas 
 el de levantar el cerco 
 que puso a Roma en venganza 
 suya su esposo, hizo extremos 
 tales que, hasta persuadirle 
835
 a que volviese de nuevo 
 a sitiarla, no dejó 
 de instarle, valida a tiempos 
 de la maña del cariño 
 o de la fuerza del ceño. 
840
 No en esto solo paró 
 su generoso ardimiento, 
 sino que en persona había 
 ella de venir, a efecto 
 de que agravio de mujeres 
845
 a mujer le toca el duelo. 
 Entre las damas que trajo 
 en su servicio... 
CORIOLANO:
      El acento 
 suspende, detén la voz. 
ASTREA:
 Pues ¿: por qué? 
CORIOLANO:
      Porque no quiero 
850
 saber más de que eres dama 
 de Astrea. 
ASTREA:
      (Sin duda hoy muero, Aparte 
 vengándose della en mí.) 
CORIOLANO:
 ¡ Enio! 
ENIO:
      ¿: Señor? 
CORIOLANO:
      Al momento 
 manda poner el caballo 
855
 mejor que en mi estala tengo; 
 monta en otro, y nombra una 
 escolta de hasta otros ciento, 
 con un trompeta, que vaya 
 contigo. 
860

Vase ENIO

ASTREA:
 (¡ Ay de mí, que esto Aparte 
 mira a enviarme prisionera 
 a Roma!) 
SOLDADO 1:
      Por si entre ellos 
 nos nombra, vamos tras él. 
SOLDADO 2:
 Vamos, y sea diciendo... 
865
TODOS:
 ¡ Victoria por el invicto 
 heroico caudillo nuestro! 
ASTREA:
 (¡ Ay, Sabinio, si esto vieras, Aparte 
 cuál fuera tu sentimiento!) 
CORIOLANO:
 (¡ Ay, Veturia, cuál sería 
870
 tu gozo si vieras esto!) 
ASTREA:
 (Mas no me dé por vencida; Aparte 
 prosiga, hasta ver si puedo 
 moverle a lástima.) Astrea, 
 en quien vasallaje y deudo 
875
 en mi fortuna afianzaron 
 repetido el valimiento, 
 entre las demás que trajo, 
 vuelvo a decir... 
CORIOLANO:
      También vuelvo 
 a decir yo que suspendas 
880
 acento y voz. 
ASTREA:
      Pues ¿: no tengo 
 de decir....? 
CORIOLANO:
      Nada hay que digas. 
ASTREA:
 ¿: ...que entrando ella...? 
CORIOLANO:
      Es vano intento. 
ASTREA:
 ¿: ...en la lid...? 
CORIOLANO:
      Porfías en balde. 
ASTREA:
 ¿: ...yo...? 
CORIOLANO:
      No más. 
ASTREA:
      ...en seguimiento 
885
 suyo... 
CORIOLANO:
      Basta. 
ASTREA:
      ...mi caballo, 
 roto el alacrán del freno... 
CORIOLANO:
 No te canses. 
ASTREA:
      ...me arrojó 
 adonde...? 
CORIOLANO:
 ¿: De qué provecho 
890
 es que quieras tú decirlo, 
 si yo no quiero saberlo? 
ASTREA:
 (¡ Oh qué clara mi desdicha Aparte 
 dice su desabrimiento!) 
ENIO:
 Ya está todo prevenido.
895
CORIOLANO:
 Ahora verás que no tengo
 más que saber que saber
 que vienes, bello portento,
 en el servicio de Astrea.
 Ponte a caballo.-- Y tú, Enio,
900
 de convoy la retaguardia
 de su ejército siguiendo
 ve, hasta que haga, recobrado,
 alto, o tome alojamiento;
 y en dándole vista, haz
905
 alto tú también, haciendo
 seña de paz y llamada.
 Con que es fuerza que, viniendo
 algún cabo principal
 a parlamentar, tu intento
910
 sepa, que es ir convoyando
 a esta dama. Con que, en viendo
 que ella conoce a su gente
 y que quedando con ellos,
 queda a su satisfacción,
915
 en seguro salvamento,
 sin más esperar, la rienda
 vuelve. Y mira que te advierto
 que ni a ella ni a ellos les digas
 quién soy.
ASTREA:
      ¿: Qué es lo que oigo, cielos?
920
 ¿: A mi patria me envías?
CORIOLANO:
      Sí;
 que los generosos pechos
 lidiamos porque lidiamos,
 mas no nos aborrecemos
 para las cortesanías.
925
ASTREA:
 Deja que a tus pies...
CORIOLANO:
      No extremos
 hagas; que no hay que estimarme
 lo que hago yo por mí mesmo.
 Parte, pues, y dile a Astrea
 que un romano caballero
930
 apenas oyó su nombre
 en tus labios cuando, atento
 a la estimación, al culto,
 al decoro y al respeto
 que debe a la majestad
935
 de tan generoso dueño,
 te estimó por prenda suya,
 principalmente sabiendo
 que vienes en su servicio;
 y porque un punto, un momento
940
 no faltes dél, te remite
 a excusar el sentimiento
 de echarte menos, que eres 
 tú muy para echada menos.
 Y perdóname no ser
945
 yo el que te vaya sirviendo,
 porque no puedo faltar
 de aquí.
ASTREA:
      Ya que te merezco
 tan gran fineza, merezca
 saber a quién se la debo.
950
CORIOLANO:
 Eso no; que has de ir deudora
 aun del agradecimiento.
ASTREA:
 Ya que tú no me lo digas,
 quizá me lo dirá el tiempo.
CORIOLANO:
 Pues no le pierdas ahora,
955
 si le habrás menester luego.
 Parte, pues.
ENIO:
      Ya allí el caballo
 te espera.
ASTREA:
      Sí haré, supuesto
 que el don del liberal, cuando
 le recibo, le agradezco.
960
CORIOLANO:
 Pues, adiós, hermosa dama.
ASTREA:
 Adiós, cortés caballero.
 Y cree de mí...
CORIOLANO:
      Y cree de mí...
 Vete en paz.
ASTREA:
      Guárdete el cielo.

Vanse. Salen LELIO y PASQUIN

LELIO:
 Pasquín, pues que ya al Senado
965
 cuenta di de la victoria
 y, atento a tan alta gloria,
 a Coriolano ha enviado
 orden de que al punto venga
 para, liberal con él,
970
 ceñirle el sacro laurel,
 que es bien que por premio tenga,
 dime, ya que tú no fuiste
 al campo, ¿: qué novedad
 en mi ausencia en la ciudad
975
 ha habido, y en qué consiste
 que a ninguna mujer veo
 en calle, puerta o ventana?
PASQUIN:
 Consiste en no tener gana
 de ser vistas sin aseo.
980
LELIO:
 ¿: Sin aseo? Eso no entiendo.
PASQUIN:
 Pues fácil es de entender
 que no quiera una mujer
 parecer, no pareciendo.
LELIO:
 ¿: Enigmas hablas conmigo?
985
PASQUIN:
 ¡ Pluguiera a Dios que lo fueran!
 Que ellas te lo agradecieran,
 y a mí el que no te las digo.
LELIO:
 Pues hásmelo de decir.
PASQUIN:
 Sí haré, mas con calidad
990
 de que creas que es verdad
 cuanto te he de referir,
 y no ficción.
LELIO:
      Sí creeré.
PASQUIN:
 Pues con eso va de historia.
 Aquí, apuntador, memoria
995
 tu anacardina me dé.
 Viendo el Senado que había
 el siempre absoluto imperio
 de las mujeres ganado
 tanto en Roma los afectos
1000
 que dio causa al enemigo
 para olvidarse soberbio,
 con nuestro presente ocio,
 de su pasado escarmiento,
 y que no sólo era el daño,
1005
 divertidos en festejos,
 estragar de la milicia
 el antiguo valor nuestro,
 mas también de los haberes
 el caudal, por los excesos
1010
 de sus galas, de que ellas
 usaban tan sin acuerdo
 que, de bizarros, sus trajes
 se pasaban a no honestos;
 y viendo cuán principal
1015
 parte es, en fe del aseo,
 para ser imán del alma,
 el artificio del cuerpo,
 pues la no hermosa con él
 disimula sus defectos
1020
 y la hermosa con aliño
 da a su perfección aumento,
 una ley ha publicado
 en que manda, lo primero,
 que no sean admitidas
1025
 a los militares puestos
 ni políticos, negadas
 a cuanto es valor e ingenio;
 que ninguna mujer pueda
 del hábito que hoy trae puesto
1030
 mudar la forma, inventando
 por instantes usos nuevos;
 y que, para renovarlos,
 haya de ser con precepto
 de que sean propias telas,
1035
 sin géneros extranjeros,
 oropel del gusto, mucho
 brillante y poco provecho,
 y éstas sin oro y sin plata;
 ni usar tampoco de pelo
1040
 que propio no sea, de afeites,
 baños, perfumes ni ungÜentos;
 y que, pues hidalgas son,
 no sólo no nos den pechos,
 pero ni pechos ni espaldas;
1045
 y en fin lo que más sintieron
 fue que no salgan en coches
 a los públicos paseos,
 ni permitan en sus casas
 banquetes, bailes ni juegos;
1050
 con que no quedó mujer
 que no confesase luego
 al potro del desengaño
 las culpas del embeleco:
 las flacas, que a pura enagua
1055
 sacaban para sus huesos
 cuanta carne ellas querían
 de en casa de los roperos,
 volvían a ser buidas;
 las gordas, que atribuyeron
1060
 a sobras de lo abrigado
 las faltas de lo cenceño,
 se volvieron a ser cubas;
 y sin tinte en los cabellos
 las viejas a ser palomas,
1065
 las morenas a ser cuervos.
 Ya todas la verdad dicen,
 ya son todas las que vemos,
 porque la gala, "afufón,"
 el artificio lo mesmo,
1070
 el arrebol, ni por lumbre,
 el solimán, ni por pienso,
 los islanes, "abrenuncio,"
 los sacristanes, "arredro,"
 los alcanfores son chanza,
1075
 las blandurillas son cuento,
 la clara de huevo, "tate,"
 el resplandor quedo, quedo,
 el albayalde, "exi foras,"
 la neguilla, "vade retro."
1080
 Y, en fin, para no cansarte,
 paso entre paso se fueron
 los escotados al rollo
 y los jaques al infierno,
 con que, para no ser vistas,
1085
 unas y otras se escondieron,
 desengañadas de que
 para más no las habemos
 menester que para hilar,
 coser y echar un remiendo.
1090
LELIO:
 No sé, Pasquín, qué te diga
 de cuanto...

Dentro tocan cajas y atabalillos

      Mas ¿: qué es aquello?
TODOS:
 ¡ Victoria por el invicto
 heroico caudillo nuestro!
PASQUIN:
      Es que el Senado ha salido
 de la ciudad a las puertas,
1095
 para Coriolano abiertas,
 donde esperarle ha querido,
 para que en ostentación
 del aplauso que han ganado
 las insignias que el Senado
1100
 le dio por aclamación,
 con ellas quieren llevarle
 de Roma al gran Capitolio,
 en cuyo eminente solio
 el sacro lauro han de darle
1105
 que a la victoria campal
 pertenece.
LELIO:
      Fuerza es
 acompañarle yo, pues,
 aunque otra lid desigual
 lucha en mí, no es tiempo ya
1110
 de ella, pues contrapesó
 el socorro que me dio
 a la envidia que me da.
 Con que en uno y otro muestro
 que ni uno ni otro permito.
1115
TODOS:
 ¡ Victoria por el invicto
 heroico caudillo nuestro!

Tocan las chirimías y atabalillos, y salen por un lado CORIOLANO y SOLDADOS, y por otro el ACOMPAÑAMIENTO que pueda con las banderas, uno con un laurel en una fuente, otro con bastoncillo en otra, otro con un estoque en medio desnudo al hombro, y detrás AURELIO y FLAVIO

AURELIO:
 En hora dichosa vean
 (¡ ay hijo del alma mía!)
 mis canas el fausto día
1120
 de tu aplauso, y en él sean
 del fénix mis regocijos,
 de hoy en su edad desengaños,
 pues la hoguera de los años
 es la virtud de los hijos.
1125
FLAVIO:
 En hora dichosa vengas,
 valeroso Coriolano,
 donde del pueblo romano
 el merecido don tengas
 que tal victoria merece.
1130
CORIOLANO:
 A uno y otro doy los brazos,
 por ser prisiones sus lazos
 que mi humildad os ofrece.--
 (En fin, no has de dar, Fortuna,
 cumplido ningún deseo,
1135
 pues a Veturia no veo,
 ni aun otra mujer alguna,
 por calles y plazas.)
AURELIO:
      Ven
 donde honrado entre nosotros
 el pueblo te vea.
FLAVIO:
      Vosotros
1140
 repetid el parabién.
TODOS:
 ¡ Victoria...

Sale VETURIA

VETURIA:
      No prosigáis
 en decir "por el invicto
 heroico caudillo nuestro;"
 que no es de ese nombre digno.
1145
TODOS:
 ¿: Qué es esto, Veturia?
VETURIA:
      Es
 que en público el valor mío
 se atreve a hablar, pues habló
 en público vuestro edicto.
 Que no es digno de ese honor
1150
 Coriolano, otra vez digo,
 ni en vosotros para dado,
 ni en él para recibido;
 porque siendo las mujeres
 el espejo cristalino
1155
 del honor del hombre, ¿: cómo
 puede, estando a un tiempo mismo
 en nosotras empañado,
 estar en vosotros limpio?
 No blasonéis, pues, soldados,
1160
 en la rota del sabino,
 de que venís con honor;
 que si valientes y altivos
 allá le dejáis ganado,
 acá le hallaréis perdido.
1165
 Inútil os fue el valor,
 poco provechoso el brío,
 la resolución sin logro
 y sin efecto el peligro,
 pues [nada lográis quedando]
1170
 ya de nosotras mal vistos;
 que si, en fe de apetecidas,
 vuestro agasajo nos hizo
 que descansase la queja
 a la sombra del cariño,
1175
 ¿: qué mucho que, despreciadas,
 al contrario, el albedrío,
 que fue dócil al halago,
 sea rebelde al desvío?
 Como esposas nos tratasteis,
1180
 nobles, corteses y finos;
 pues ¿: cómo ya como esclavas
 nos tratáis, con tal dominio
 que en mujeriles adornos
 aun no nos dejáis arbitrio?
1185
 No lo sentimos por ellos;
 que por lo que lo sentimos
 es la desestimación,
 el desdén, el descariño,
 el ultraje, el ajamiento;
1190
 que si el mundo en su principio
 nos privó (quizá de miedo)
 del uso de armas y libros,
 no del uso nos privó
 de aquel aplicado aliño
1195
 con que la naturaleza
 se vale del artificio.
 Pues ¿: cómo, siendo heredados,
 contra el natural estilo
 canceláis de las mujeres
1200
 los privilegios antiguos?
 ¿: Qué bruta nación, adonde
 nunca llegar han podido
 ni la política en leyes,
 ni la república en juicios;
1205
 ¿: qué adusto bárbaro, a quien
 tostó ardiente, erizó esquivo
 el sol la tez en ardores
 y el aire la greña en rizos,
 les negó la adoración
1210
 del humano sacrificio
 de ser ellas las rogadas
 y ser ellos los rendidos,
 cuanto más la urbanidad
 de los comercios que, dignos,
1215
 sin deslizarse a indecentes,
 se mantienen en festivos?
 Las mujeres, a quien deben
 primer albergue nativo
 los hombres y a quien los hombres
1220
 en dos maneras han sido
 tan costosos al nacer,
 y al criarse tan prolijos,
 ¿: han de vivir abatidas
 a vista de quien las quiso
1225
 o lo dijo, por lo menos,
 pues basta ver que lo dijo
 para ver cuán desairados
 estar todos es preciso,
 vosotros con vuestras damas,
1230
 y Coriolano conmigo?
 Y así yo, en nombre de todas,
 en ira envuelta el sentido,
 la lengua anegada en quejas,
 la voz ardiendo en suspiros,
1235
 brotado el aliento en rayos,
 destilado el llanto en hilos,
 sin puntualidad la gala,
 sin preceptos el aliño,
 sin ley vagando el cabello,
1240
 sin orden puesto el vestido,
 vuelvo a que, en nombre de todas,
 digo a todos lo que a él digo.
 Por noble, pues, Coriolano,
 por galán, por entendido,
1245
 por cortesano en la paz,
 en la guerra por invicto,
 o por hombre solamente
 (que harto con esto te obligo),
 si como dama, te ruego
1250
 y como esclava, te pido
 que aquesta infamia derogues,
 haciendo que su designio
 se borre de la memoria
 y se escriba en el olvido.
1255
 Y si acaso a esta fineza,
 de cobarde o de remiso,
 no te dispone lo amante,
 no te resuelve lo fino,
 yo de mi parte a ti solo
1260
 y a todos os lo repito
 de parte de las demás;
 protesto, juro y afirmo
 (por esa antorcha del día
 que con afán repetido
1265
 se apaga al morir en ondas,
 se enciende al nacer en visos)
 que ha de ser siempre en nosotras,
 si no hacéis lo que os pedimos,
 el agasajo forzado,
1270
 poco seguro el cariño,
 el favor poco constante,
 el desabrimiento fijo,
 triste y escabroso el lecho,
 el gusto forzado y tibio,
1275
 con melindres la fineza,
 el halago con retiros,
 siempre el enojo rebelde,
 nunca seguro el alivio.
 Y cuando aquesto no baste,
1280
 monstruos somos vengativos.
 Temed, pues, temed que el odio
 quizá se pase a peligro;
 que en manos de las mujeres
 también, con violentos bríos,
1285
 saben herir los puñales,
 saben cortar los cuchillos.
 Y cuando no, ser sus ojos,
 viendo el adagio cumplido,
 de que las mujeres somos
1290
 milagros y basiliscos.

Vase

CORIOLANO:
 Oye, espera.
FLAVIO y AURELIO:
 ¿: Dónde vas?
CORIOLANO:
 Tras el imán que, atractivo
 móvil del alma, arrastrados
1295
 lleva todos mis sentidos.
AURELIO:
 Si a efecto es de castigar
 los oprobios que te ha dicho,
 eso al Senado le toca.
CORIOLANO:
 Tan contrario es el motivo,
1300
 que es a poner en sus sienes
 el laurel que he merecido,
 porque en ella, presentados
 como propios mis servicios,
 en fe dellos, se derogue
1305
 tan escandaloso edicto.
FLAVIO:
 Nunca el Senado deroga
 la ley que ya una vez hizo.
CORIOLANO:
 Pues derogaréla yo,
 publicando en otra a gritos
1310
 que obedecida no sea.
AURELIO:
 Hijo, mira...
CORIOLANO:
      Nada miro.
AURELIO:
 Que eso es perderte.
CORIOLANO:
      Perdida
 Veturia, ¿: qué más perdido?--
 Quien fuere de mi sentir,
1315
 en que no se vea ofendido
 el honor de las mujeres,
 me siga.

Vase

UNOS:
      Ya te seguimos
 a ti por caudillo nuestro,
 y a ellas por nosotros mismos.
1320
FLAVIO:
 Ciudadanos, a impedir 
 su arrojo, venid conmigo.

Vase

LELIO:
 (No es mala ocasión, envidia,
 de acriminar su delito.)
 ¡ Romanos, viva el Senado!
1325

Repítenlo UNOS

LELIO:
 ¡ Y muera quien a su edicto
 se opone!

Repítenlo OTROS. [Habla dentro CORIOLANO]

CORIOLANO:
      ¡ De las mujeres
 vivan los fueros antiguos!
AURELIO:
 Dividida en bandos toda
 Roma está. ¿: Quién en conflicto
1330
 igual se vio, de una parte
 mi cargo, de otra mi hijo?
 ¡ Oh apetecidos venenos!
 ¡ Oh familiares hechizos!
 ¡ Oh dulce encanto! ¡ Oh mujeres,
1335
 nunca acá hubierais venido!


JORNADA SEGUNDA


Salen VETURIA y ENIO

ENIO:
 Apenas, Veturia bella,
 en Roma puse las plantas
 cuando, llamado de ti,
 vengo a saber qué me mandas.
1340
VETURIA:
 En cerrando aquesta puerta,
 porque ni aun una criada
 pueda oírnos, sabrás que
 hacer de ti confianza,
 que de otro ninguno hiciera,
1345
 en fe de estar informada
 de cuán fino amigo eres
 de Coriolano.
ENIO:
      Aunque es tanta
 de su persona a la mía
 la no medida distancia,
1350
 con ese nombre me honró
 su benignidad, a causa
 de habernos visto servir
 en aquellas dos pasadas
 invasiones de Sabinio;
1355
 y en ésta aun con más instancia,
 por ocupar mayor puesto;
 con que a ninguno le alcanza
 mayor parte en las deshechas
 fortunas en que hoy le halla
1360
 la corta ausencia de haber
 ido en convoy de una dama,
 de orden suya, hasta ponerla
 en salvo en su misma patria.
VETURIA:
 Según eso ¿: no sabrás
1365
 por extenso lo que pasa?
ENIO:
 Sé el decreto del Senado,
 sé que, ofendida y airada,
 diste en público la queja,
 sé que tomó la demanda
1370
 en favor de las mujeres.
 Desde aquí, señora, hasta
 hallarle preso, no sé
 de cierto las circunstancias,
 porque nuevas de camino
1375
 siempre se cuentan tan varias,
 que el deseo de saberlas
 se hace razón de dudarlas.
VETURIA:
 Pues si hasta aquí sabes, oye
 desde aquí lo que te falta.
1380
 Resuelto, pues, Coriolano
 en volver por nuestra fama,
 toda la milicia suya
 tomó la voz, empeñada
 en que igual ley el Senado
1385
 había de revocarla.
 El, empeñado también
 en que, una vez promulgada,
 había de mantener
 inviolable su observancia,
1390
 dando nombre de traidor
 motín a la repugnancia,
 echó bando de que, pena
 de serlo, ninguno osara
 a seguir a Coriolano,
1395
 dejando desamparada
 de favor a la justicia;
 con que la nota de infamia,
 arrastrando tras sí al pueblo,
 puso a toda Roma en arma.
1400
 En vano será decirte
 que no hubo calle ni plaza
 que no fuese lastimoso
 teatro de mortales ansias.
 Entre todas la mayor
1405
 --que hay desgracia de desgracias--
 fue que, en el ciego, el confuso
 tumulto, una desmandada
 punta --áspid debió de ser
 quizá aborto de mi rabia--
1410
 el pecho de Flavio hirió
 con tan venenosa saña
 que no hubo tiempo entre herirle
 el cuerpo y faltarle el alma.
 Muerto el senador, el pueblo
1415
 con el pavor y a la instancia
 de su hijo en vengar su muerte,
 tanto el número adelanta
 que, embestido Coriolano
 de tan superior ventaja,
1420
 fuera fuerza que matando
 muriera, si no llegara,
 intrépidamente osado,
 sobre el furor de las armas
 su padre a arrojarse en medio,
1425
 repitiendo en voces altas:
 "Muera, que no es hijo mío
 quien es traidor a su patria,
 pero muera," prosiguió,
 "de suerte que satisfaga
1430
 su muerte al cielo y al mundo,
 siendo ejemplo, y no venganza.
 Esta causa es del Senado;
 a mí me toca esta causa,
 como a primer senador;
1435
 que el ser padre no embaraza
 al ser juez; porque, aunque son
 dos acciones tan contrarias,
 mi sangre y mi obligación
 sabrán cumplir con entrambas."
1440
 Dijo, y llegando a su hijo,
 que al verle se echó a sus plantas,
 le arrancó el laurel con una
 mano y con otra la espada.
 Con que el furor suspendido
1445
 --ya al valor de su constancia,
 ya al decoro de su puesto,
 ya al respeto de sus canas--
 quedó, mayormente al ver
 que, entregado a dos escuadras
1450
 de la nobleza y la plebe,
 llevarle a la torre manda
 del alto homenaje, donde,
 sin ver del sol la luz clara,
 preso le tiene, cargado
1455
 de cadenas y de guardas.
 ¡ Oh, quién aquí hacer pudiera
 exclamación de cuán varia
 la fortuna en un instante
 tan de extremo a extremo pasa,
1460
 como del triunfo a la ruina
 y del alborozo al ansia!
 La culpa tuve, y así,
 solicitando enmendarla,
 oye lo que ignoras, ya 
1465
 que sabes lo que ignorabas.
 Temiendo yo que su vida
 a todo trance restada
 está, no tanto porque
 su padre, por la jactancia,
1470
 más que de padre, de juez,
 tan grandes extremos haga,
 cuanto porque lo restante
 del Senado es fuerza que haya
 de tomar satisfacción,
1475
 y dar a Lelio venganza, 
 discurriendo en varios medios,
 modos, ardides y trazas
 de ponerle en libertad,
 precios ofrecí, fiada
1480
 en que la llave del oro
 maestra es de todas guardas.
 Un bandido a mí ha venido
 --¿: quién duda que ella le traiga?--
 diciéndome cómo él sabe
1485
 que el cubo de la muralla
 de la torre, entre otras rejas,
 conserva una que, limada
 a otro fin, no surtió efecto;
 y así quedó, no sin maña,
1490
 desmentido lo limado
 con no sé qué negra pasta;
 que él la abrirá, y él pondrá
 de noche en ella una escala,
 y al pie della una cuadrilla,
1495
 que le guarde las espaldas
 hasta sacarle de Roma;
 pero que es fuerza que haya
 quien de la parte de adentro
 de aquesto le avise, para
1500
 cuyo efecto este papel,
 lo primero, le señala
 la reja, luego hora, noche
 y seña con que le aguarda.
 A que en su mano le pongas
1505
 y con él esta acerada
 sorda lima a sus prisiones
 es para lo que se ampara
 de ti mi amor; y pues tienes,
 por tribuno, puerta franca
1510
 a la prisión, sin sospecha
 de que en ella entres y salgas,
 dale uno y otro, y ¡ adiós!,
 que no quiero mi tardanza
 despierte alguna malicia,
1515
 ni que tú me des las gracias
 de lo que en esto me debes,
 puesto que no sé que haya,
 para un espíritu altivo
 de quien se hace confianza,
1520
 ocasión más generosa,
 más airosa, más bizarra,
 más heroica, más ilustre,
 más noble ni más hidalga,
 que dar la vida a un amigo
1525
 en servicio de una dama.

Vase

ENIO:
 ¡ Espera, escucha!--La puerta
 cerró, entrándose a otra cuadra,
 donde no puedo seguirla.
 Preciso es que desta salga
1530
 cuanto antes, para no dar
 cuenta a criado o criada,
 si preguntan a quién busco.

Entra por una puerta y sale por otra

 Ya deste empeño me saca
 hallarme en la calle. ¡ Cielos!
1535
 ¿: Quién se ha visto en más extraña
 confusión? Ministro soy,
 por tribuno, en la real sala
 de justicia; por amigo
 lo soy con vida y con alma
1540
 de Coriolano; obligado
 de Veturia me hallo, a causa
 de haberse de mí valido.
 ¿: Quién vio fiel de tres balanzas
 tan iguales como cargo,
1545
 amistad y confianza?
 Divertido en lo que hacer
 debo, he llegado al alcázar
 del homenaje, en que está
 Coriolano. Antes que haga
1550
 entero juicio, he de verle;
 quizá alguna circunstancia
 me advertirá lo mejor;
 aunque, a mi ver, mucho carga
 la de dar vida a un amigo
1555
 en servicio de su dama.

Sale PASQUIN

PASQUIN:
 ¿: Quién viene allá?
ENIO:
      ¿: Qué es aquesto,
 Pasquín?
PASQUIN:
      Ser guarda, y no guarda-
 infante, ni guardapolvo,
 guardapiés, ni guardadamas,
1560
 sino guardadiablo, pues
 guardo a Coriolano.
ENIO:
      Basta
 de locura, y dime ¿: cuál
 es de su prisión la estancia?
PASQUIN:
 Aqueste obscuro retrete.
1565
ENIO:
 Abre, ya que están cerradas,
 de sus troneras alguna.
PASQUIN:
 Eso es decir que me abra
 la cabeza; que aquí no hay
 más tronera que mi calva.
1570

Abre una puerta, vese CORIOLANO sentado, con cadena al pie

ENIO:
 Salte allá fuera; que importa
 que, como ministro, haga
 con él una diligencia;
 y avisa si alguno trata
 de entrar o salir.
PASQUIN:
      Sí haré.
1575

Vase

CORIOLANO:
 Gente he sentido. ¿: Quién anda
 aquí?
ENIO:
      Quien por verte viene
 y, por no verte, trocara
 la amistad con que te busca
 al dolor con que te halla.
1580
CORIOLANO:
 ¿: Enio?
ENIO:
      Sí.
CORIOLANO:
      Si como juez
 vienes a hacer en mi causa
 algún instrumento, di
 cuál es; que nada me espanta.
ENIO:
 (Perdone el puesto, que añade Aparte
1585
 mucho peso a su balanza,
 con la lástima de verle,
 amistad y confianza.)
 Tan otro es a lo que vengo,
 que es de parte de una dama.
1590
CORIOLANO:
 ¿: La que convoyaste?
ENIO:
      No;
 que ésa ya quedó en su raya
 segura.
CORIOLANO:
      ¿: Qué dama puede
 ser la que a verme te traiga
 de parte suya?
ENIO:
      Veturia.
1595
CORIOLANO:
 ¿: De mí se acuerda?
ENIO:
      Y con tanta
 fineza...
CORIOLANO:
      Di.
ENIO:
      ...que es en orden
 a que desta prisión salgas.
CORIOLANO:
 ¿: Qué dices? ¡ Oh quién pudiera
 darte en albricias mil almas,
1600
 más porque fina se acuerda
 que porque preso me valga!
 Vuelve, pues, vuelve a decirme
 si es verdad, que ella, obligada
 de lo que paso por ella,
1605
 te envía, y cómo, Enio, traza
 mi libertad.
ENIO:
      Como hay quien
 una desas rejas abra,
 quien ponga una escala en ella,
 y te guarde las espaldas,
1610
 hasta sacarte de Roma.
CORIOLANO:
 Si eso es verdad...
ENIO:
      Esta carta
 y esta lima te lo digan;
 bien que para leerla falta
 la luz, porque viene en ella
1615
 el que estéis conformes, para 
 saber la noche, y abrir
 la reja, y poner la escala.
CORIOLANO:
 Muestra, que no falta luz;
 que esta cadena se alarga 
1620
 hasta aquella puerta que
 tiene enfrente una ventana
 que, aunque participa poca,
 lo que es para leerla basta.

Lee

 "Señor y dueño mío; quien estima vuestra 
1625
 vida más que la suya ha solicitado medios 
 para que salgáis de esa prisión. La reja 
 que hallaréis abierta y la que tendrá 
 puesta la escala es la primera del cubo 
 de la torre. Avisad en teniendo limadas 
1630
 las prisiones, para que esa noche os espere 
 quien ha de acompañaros, que quien lleva 
 éste traerá la respuesta. Dios os guarde."
 Deja que una y muchas veces,
 no a los brazos, a las plantas
1635
 te pague el porte de aquesta
 ventura que no esperaba.
ENIO:
 Pues sin esperarla viene,
 no hay que esperar a lograrla;
 que yo he de ser el primero
1640
 que acompañándote vaya.
 ¿: Qué noche vendrán?
CORIOLANO:
      Acciones
 que tocan en temerarias
 no hay que pensarlas; que sólo
 se arriesgan en lo que tardan.
1645
 Y pues solamente aquí
 limar las prisiones falta,
 de aquí a la noche habrá tiempo.
ENIO:
 Según eso, ésta señalas.
CORIOLANO:
 Sí.
1650
ENIO:
 Adiós, pues.
CORIOLANO:
      Adiós.

Sale PASQUIN

PASQUIN:
      Tu padre
 viene entrando hacia esta sala.
ENIO:
 No digas que yo le he visto.--
 Tú, retírate a tu estancia;
 que de hallarme aquí yo tengo
1655
 disculpa que dar.
CORIOLANO:
      Tirana
 Fortuna, duélete un día
 siquiera de mis desgracias.

Vase CORIOLANO, cerrando la prisión. Sale AURELIO

AURELIO:
 Bien dijo quien dijo que era
 en las pasiones humanas
1660
 muchos cuidados un hijo.
 Dígalo yo, a quien arrastran,
 con ley de juez que acrimina,
 dolor de padre que ama.
 Y así, entre las dos pasiones,
1665
 haciendo una sola de ambas,
 le prendo y le guardo a un tiempo,
 porque preso satisfaga
 a la justicia, y también
 porque preso asegurada
1670
 su persona esté; que es cierto
 que, a no estarlo, le mataran
 Lelio y sus deudos; de suerte
 que, justiciera la maña,
 para todos le castiga
1675
 cuando para mí le guarda.
 Y así a ver vengo... ¿: Enio aquí?
ENIO:
 Llegando de la campaña
 e informándome, señor,
 de cuanto en mi ausencia pasa,
1680
 cumpliendo mi obligación
 y considerando cuánta
 de Coriolano es la culpa,
 quise saber con qué guardas
 y prisiones su persona
1685
 está; que nunca yo entrara
 a verle preso, si no
 fuera para asegurarla.
AURELIO:
 De ti lo creo. (¡ Al caído, Aparte
 oh amistad, qué presto faltas!)
1690

[Habla CORIOLANO] al paño

CORIOLANO:
 Entreabriendo aquesta puerta, 
 puedo escuchar lo que hablan.
AURELIO:
 A lo mismo venía yo;
 y pues que tu vigilancia
 debe, por su obligación,
1695
 aliviarme de la carga
 de cuidar que su persona
 segura esté, que es el ansia
 que más me aflige, respecto
 de que es preciso que caiga,
1700
 si él faltase, sobre mí 
 la sospecha, que me valga
 de ti es preciso también,
 pues de nadie con más causa
 fiarme puedo, que de quien
1705
 le toca lo que le encargan.
 Y así, pues que desde aquí
 mi desvelo en ti descansa,
 por el Senado te nombro
 guarda mayor de sus guardas.
1710
 Tú le has de dar cuenta dél;
 y desde hoy con más instancia,
 porque, queriendo con Lelio
 de su padre la desgracia
 en parte suplir, en él
1715
 se ha proveído la plaza
 de segundo senador,
 de que hoy tomará en la sala
 de justicia posesión.
 Mira si habrá quien te haga,
1720
 el día que te le fío,
 el cargo a ti de su falta.
 Vesle ahí; que no quiero verle
 yo. (Lástima es, que no saña.) Aparte
 Entrégate dél, y teme
1725
 que el cuchillo que amenaza
 su garganta no ejecute
 los filos en tu garganta.

Vase. Sale CORIOLANO

ENIO:
 ¿: Haslo oído?
CORIOLANO:
      Sí.
ENIO:
      Pues oye
 también que no me acobarda
1730
 su despecho para que
 libre esta noche no salgas.
 En ella te espero. Adiós.
CORIOLANO:
 Oye. Y ¿: será buena paga
 que vengas tú a darme vida
1735
 y yo a darte muerte vaya?
ENIO:
 Un medio término puede
 medir esas dos distancias.
CORIOLANO:
 ¿: Qué medio término?
ENIO:
      Yo,
 hasta salir de la raya,
1740
 contigo he de ir. Con quedarme
 contigo, y en buena o mala
 fortuna seguir la tuya,
 resguardado, te resguardas.
CORIOLANO:
 Eso es, porque no se pierda
1745
 uno, perderse dos. Basta
 que a mí, como delincuente,
 por forajido la patria
 me dé, sin que por traidor,
 yendo contra lo que manda,
1750
 te dé a ti; mira el desdoro
 que hay de una fuga a una infamia.
ENIO:
 Eso salva el dar la vida
 a un amigo.
CORIOLANO:
      Mas no salva
 al amigo que le pone
1755
 en que pierda honor y fama.
ENIO:
 Yo cumplo con esperar.
CORIOLANO:
 Yo con no salir.
ENIO:
      Repara.
CORIOLANO:
 No hay que reparar.
ENIO:
      Advierte.
CORIOLANO:
 No hay que advertir.
ENIO:
      Mira.
CORIOLANO:
      Nada
1760
 he de mirar. Y porque
 tan desconfiado vayas,
 que no esperes mi salida,
 daré al aire tu esperanza.

Arroja hacia dentro la lima

ENIO:
 ¿: Qué has hecho?
CORIOLANO:
      Arrojar la lima;
1765
 que si ella es la llave falsa
 de mis prisiones, sin ella
 verás que en vano me aguardas.
ENIO:
 Eso es desesperación.
CORIOLANO:
 Esto es honra.
ENIO:
      Es temeraria
1770
 resolución.
CORIOLANO:
      Es piadosa.
ENIO:
 Es cruel despecho.
CORIOLANO:
      Es constancia.
ENIO:
 Es furor.
CORIOLANO:
      Es honor.
ENIO:
      Es
 ira.
CORIOLANO:
      Es valor.
ENIO:
      Es ingrata
 fe con Veturia.
CORIOLANO:
      Veturia
1775
 me querrá --que es noble dama--
 más con alabanza muerto
 que vivo sin alabanza.
ENIO:
 No quiero apurar ahora
 despeños a tu arrogancia.
1780
 Mañana quizá estarás
 de otro parecer, si pasa
 noche por éste.
CORIOLANO:
      Aunque pasen
 siglos, no habrá en mi mudanza.
ENIO:
 Con todo, mañana espero
1785
 ver qué valen mis instancias.
CORIOLANO:
 Pues, hasta mañana, adiós.
ENIO:
 Pues adiós, hasta mañana.

Vanse. Múdase el teatro en sala de tribunal, con sitial y dosel, y salen AURELIO y un RELATOR, viejo venerable

AURELIO:
 ¿: Está todo prevenido?
RELATOR:
 Sí, señor; y acompañado
1790
 de la nobleza ha llegado
 Lelio ya.
AURELIO:
      (Pierdo el sentido Aparte
 al ver que la posesión
 he de dar contra mi hijo
 a quien tan claro colijo
1795
 ser justa su indignación.
 Pero ¿: qué puedo yo hacer,
 cuando corre tan deshecha
 la suerte que a mi sospecha
 es fácil de convencer?
1800
 Con que no hay razón que impida
 ser su juez, cuando advierto
 que, si él es hijo del muerto,
 yo padre del homicida.
 Y es tan grande del Senado
1805
 la autoridad y el honor
 que el que eligió a Senador
 no puede ser recusado;
 dando a entender que ha de ser
 tan recto en la ejecución
1810
 que interés, sangre o pasión
 no ha de poderle vencer.
 Ya llega; forzoso es
 que, a costa del ansia mía,
 obre ahora la cortesía
1815
 y la fortuna después.)

Sale LELIO vestido de luto, y gente de acompañamiento

AURELIO:
 Vos seáis muy bien venido,
 señor, a suplir la ausencia,
 con vuestra heroica presencia,
 del que hemos todos perdido.
1820
 Y digo todos, porqué
 padre de la patria era,
 cuya desdicha, si fuera
 capaz de tenerse, en fe
 de ser vos quien la suplís,
1825
 sólo afianzara el consuelo.
LELIO:
 Aurelio, guárdeos el cielo.
AURELIO:
 Sentaos, pues a eso venís.
 No es ése vuestro lugar,
 estotro es el que se os debe;
1830
 que el tribuno de la plebe
 el izquierdo ha de ocupar.--
 Llamadle.
RELATOR:
      Ya viene allí.

Sale ENIO por otro lado con gente de acompañamiento

ENIO:
 Perdonadme, si he tardado;
 que en vuestro servicio he estado.
1835
AURELIO:
 ¿: Queda bien seguro?
ENIO:
      Sí.
 (Y tanto que no quisiera Aparte
 yo que lo quedara tanto.)

Siéntanse los tres en tres sillas, y en un taburete el RELATOR

AURELIO:
 (¡ Quién disimulara el llanto!) Aparte
 La ceremonia primera
1840
 es que un pleito sentenciéis,
 porque con vuestro decreto
 la posesión y su efeto
 consisten. 

Al RELATOR

      -- ¿: Cuáles tenéis
 más vistos o más a mano?
1845
RELATOR:
 El que más visto, después
 de ser el más grave, es,
 señor, el de Coriolano.
AURELIO:
 Leed sus cargos. (Fuerza es esto.) Aparte
RELATOR:
 "Habiéndose publicado
1850
 un edicto del Senado,
 a derogarle dispuesto,
 dijo que él publicaría
 otra en contra, en que mandase
 que ninguno le observase;
1855
 dando a entender que podía
 leyes quitar y poner;
 a cuyo efecto movió
 la milicia, en que mostró,
 no sin ambición, querer,
1860
 el día que su furor
 contra el Senado armas toma,
 levantándose con Roma,
 coronarse emperador.
 Testigo hay que afirma ser
1865
 suya, y de otro alguno no,
 la espada que a Flavio hirió."
AURELIO:
 ¿: Qué alega en descargo?
RELATOR:
      "Haber
 siempre constante y leal
 servido a la patria; que,
1870
 siguiendo a Rómulo, fue
 el cabo más principal;
 que a los Etruscos venció,
 muerto su rey a sus manos;
 que a los labinios y albanos
1875
 al imperio sujetó;
 que al sabino fue su brío
 el que resistió valiente
 el paso una vez del puente,
 y otra el esguazo del río,
1880
 sin la tercera, en que entró
 triunfante en Roma. Esto alega;
 y en cuanto a ser suya, niega,
 la espada, que a Flavio hirió;
 concluyendo con que osado
1885
 no se opuso su fortuna
 al Senado, sino a una
 no justa ley del Senado."
AURELIO:
 Ya, nobleza y plebe, habéis
 el cargo y descargo oído.
1890
 Para votar siempre ha sido
 estilo que despejéis,
 mientras nuestro sentimiento,
 desavenido en nosotros,
 no apele para vosotros
1895
 en general parlamento.
UNOS:
 Así es, y nuestra esperanza...
OTROS:
 Lo que dijiste te advierte.
AURELIO:
 ¿: Qué dije yo?
TODOS:
      Que su muerte
 sería ejemplo, y no venganza.
1900
[RELATOR:
 Retiraos.]

Vase el pueblo

AURELIO:
      (¿: Que su muerte 
 sería ejemplo, y no venganza?
 .....................[-anza]
 .....................[-erte]
 Yo lo dije. ¿: Habrá quien crea
1905
 que una voz, que a darle vida
 fue allá causa, repetida
 aquí, a darle muerte sea?
 ¿: Ni quién creerá en mi quebranto
 que, siendo lo más veloz
1910
 una pluma y una voz,
 voz y pluma pesen tanto
 que en vano su gravedad
 sustentarla solicito?
 Darle perdón es delito;
1915
 darle castigo es crueldad.
 Aquí, a pesar de mi fama,
 me está llamando el amor;
 aquí, a pesar del dolor,
 la justicia es quien me llama.
1920
 A un tiempo sin mí y conmigo
 balanzas mis manos son;
 en ésta pongo el perdón,
 en ésta pongo el castigo.
 Ya no puede haber malicia
1925
 en el peso que dispuse,
 pues donde la pluma puse
 ha cargado la justicia.
 A mi dolor esta vez
 no habrá consuelo que cuadre,
1930
 pues más que la voz de padre
 pesó la pluma de juez.

Escribe

 ¿: Qué mucho, si en el cruel
 dolor de mi sentimiento
 centro es de la voz el viento,
1935
 y de la pluma el papel?
 La hoja al voto he de volver;
 no haga el ejemplar mi pena;
 que, si un padre le condena,
 un contrario, ¿: qué ha de hacer?)
1940
 Ahora votad [vos].
LELIO:
      (Que añada Aparte
 dolor a dolor es suma
 fuerza, y que empuñe la pluma,
 cuando debiera la espada.
 Entre cólera y templanza
1945
 yo me enfreno y yo me irrito;
 que vengarme por escrito
 venganza es, mas ruin venganza. 
 Y será acción mal distinta,
 aunque Roma sea mi madre,
1950
 que vierta sangre mi padre,
 y yo la lave con tinta.
 Y así perdone esta vez,
 que entre juez y caballero
 para conmigo, primero
1955
 fui caballero que juez.)

Escribe

 Ya firmé y volví la hoja.
AURELIO:
 Votad vos ahora, Enio.
ENIO:
 (¡ Qué poco tendrá mi ingenio Aparte
 que pensar en tal congoja!
1960
 Pues si ausentarle consigo
 con mi voto, es cierto que
 como juez conseguiré
 lo que intenté como amigo.)

Escribe

 También yo he firmado.
AURELIO:
      Pues
1965
 por si alguno se mejora,
 conferido, leed ahora
 los votos de todos tres.
RELATOR:
 "Habiendo considerado
 de Coriolano la fiera
1970
 culpa, mi voto es que muera.
 Aurelio, por el Senado."
 "Atento a la gran proeza
 de Coriolano, y su altiva
 fama, mi voto que viva
1975
 es. Lelio, por la nobleza."
 "Porque pague lo que a él debe
 la patria, y no perdonado
 quede, della desterrado
 salga. Enio, por la plebe."
1980
 Los tres habéis discordado.
LELIO:
 Mi voto no hay que confiera
 en que viva.
AURELIO:
      Yo en que muera.
ENIO:
 Yo en que vaya desterrado.

Levántanse

LELIO:
 Que muera es mucho rigor.
1985
AURELIO:
 Que viva es mucha piedad.
ENIO:
 Luego entre amor y crueldad
 no será crueldad ni amor
 el destierro.
LELIO:
      Sí hará tal;
 que mejor, a cuantos ven,
1990
 será perdonarle bien
 que no castigarle mal.
 Un destierro a tal delito
 ni es castigo ni es perdón.
RELATOR:
 Yo cumplo mi obligación,
1995
 si los tres votos remito
 al general estamento
 de la nobleza y la plebe,
 que es el que, en discordia, debe
 dar al uno el cumplimiento.
2000

Vase

AURELIO:
 (Mi esperanza en eso estriba; Aparte
 que al ver tan sin ejemplar
 mi voto, es fuerza ganar
 afectos para que viva.)

Vase

LELIO:
 (No mal de su juicio espera Aparte 
2005
 mi voto lograrse, pues
 sabrá la nobleza que es
 que viva para que muera.)

Vase

ENIO:
 (El pueblo sabrá, informado Aparte
 de mí, que para cumplir
2010
 con no morir ni vivir,
 elegí el ir desterrado.
 Con que después iré a dar
 cuenta a Veturia de que,
 ya que lo uno no logré,
2015
 lo otro dispuse.)

Vase. Salen VETURIA y LIBIA disfrazadas y con velos en el rostro

VETURIA:
      El pesar
 de un amante corazón,
 que de los hados se queja,
 pocas veces, Libia, deja
 quietar la imaginación.
2020
 Una grave diligencia
 a Enio encargué; no he sabido
 el efecto que ha tenido;
 y como es de la paciencia
 cualquier tardanza enemiga,
2025
 me he atrevido disfrazada,
 y deste velo tapada,
 a buscarle y que me diga,
 ya que sus ocupaciones
 lugar quizá no le han dado,
2030
 lo que della ha resultado.
LIBIA:
 A poco riesgo te pones
 de ser conocida, pues
 en ese traje y tapada,
 no tienes que temer nada.
2035
 Y para hallarle ésta es
 la mejor hora, supuesto
 que es la que sale el Senado,
 en que es fuerza que haya estado.

Tocan dentro chirimías y atabalillos

VETURIA:
 Espera. ¿: Qué será esto
2040
 de hacer salva y concurrir
 tanta gente a sus umbrales?
LIBIA:
 De gran novedad señales
 son. No me atrevo a inferir
 qué será. Pero allí viene
2045
 Pasquín, y él me lo dirá.
VETURIA:
 Tente; que por ti podrá
 conocerme, y no conviene
 que sepa quién soy.
LIBIA:
      Diré
 que eres una amiga mía
2050
 que viene en mi compañía
 en busca suya; con que,
 no hablando tú, ¿: cómo puede
 conocerte?
VETURIA:
      Dices bien.

Vuelven a tocar, y sale PASQUIN

PASQUIN:
 Gracias al gran Baco den
2055
 mis ansias, pues me concede
 no ser guarda, a cuyo fin
 visitarle solicita
 mi sed, en cualquier hermita
 que encuentre suya.
LIBIA:
      ¡ Pasquín!
PASQUIN:
      Libia, por quien cierto hombre
2060
 dijo, en frase no muy vana,
 "Libia, que ya de liviana
 tienes la mitad del nombre",
 ¿: qué es aquesto?
LIBIA:
      ¿: Qué ha de ser?
 Que, viendo que no me vías
2065
 en tantísimos de días,
 de ti procuré saber.
 Y, diciéndome esa amiga
 que te había visto aquí,
 que viniese la pedí
2070
 conmigo.
PASQUIN:
      No sé si diga
 que mientes; porque es en vano
 persuadirme a que ignoraba
 nadie que nombrado estaba
 por guarda de Coriolano.
2075
LIBIA:
 ¿: De Coriolano?
PASQUIN:
      Sí.
LIBIA:
      Pues
 ¿: cómo la guarda has dejado?
PASQUIN:
 Como, habiéndole sacado
 de la prisión, fuerza es
 que sobren las guardas.
VETURIA:
      (¡ Cielos! Aparte
2080
 ¿: Qué oigo? ¿: Sacado le han
 de la prisión? Que serán
 --¿: quién lo duda?-- mis desvelos;
 pues sacarle a él de prisión
 y no verme Enio, su fiel
2085
 amigo, de irse con él
 bastantes indicios son
 Sin duda él la diligencia
 hizo.) 

A LIBIA

      Pregúntale más.
LIBIA:
 Ya que disculpa me das
2090
 de faltar de mi presencia,
 dime ¿: cómo lo han sacado,
 cuándo, quién, cómo, y qué fiesta,
 porque a él le saquen, es ésta
 que hoy hace todo el Senado?
PASQUIN:
      ¿: Qué fiesta, quién, cómo y cuándo
2095
 preguntas, sin reparar
 que ése es mucho preguntar?
 Y más para mí, que ando,
 con la falta del dormir,
 muy frágil hoy de memoria,
2100
 y es muy larga aquesa historia.
LIBIA:
 Tente; que no te has de ir
 sin que a las cuatro razones
 cuenta des.
PASQUIN:
      ¿: Es fuerza?
LIBIA:
      Sí.
PASQUIN:
 Señores, ¿: quién me hizo a mí
2105
 contador de relaciones?
 Desde el parlamento alto,
 Libia, al bajo parlamento,
 como si fuera bayeta,
 bajó remitido el pleito.
2110
 Lo que allá se confirió
 no lo sé muy por extenso;
 mas sé que fue su resulta
 que, de donde estaba preso,
 a Coriolano sacasen,
2115
 y al son de los instrumentos
 le restituyesen cuantos
 honoríficos aprestos
 prevenidos le tenían
 para su recibimiento
2120
 el día que en Roma entró
 coronado de trofeos.
 ¿: Quién le sacó? Fue la guarda.
 ¿: Cuándo? En el instante mesmo.
 ¿: Cómo? De laurel ceñido.
2125
 ¿: Dónde? Al trono más excelso.
 De modo que de la misma
 suerte que le recibieron
 triunfante se vuelve a ver
 de la prisión libre, en medio
2130
 del senador propietario 
 y el sustituto del muerto,
 haciendo hoy las ceremonias
 que entonces se hubieran hecho,
 si aquella mala mujer
2135
 de Veturia con extremos
 tan duelistas no le hubiera
 en tanta desdicha puesto.
 Hasta aquí sé; desde aquí
 busca a otro majadero
2140
 que te diga lo demás,
 si no te basta oír al pueblo.

Vase. Chirimías y atabalillos [y dicen dentro]

TODOS:
 ¡ Viva Senado que sabe
 dar a las victorias premio!
VETURIA:
 ¿: Quién creerá que hay caso en que
2145
 oír baldones agradezco?
 Libia, dime, si es verdad
 lo que escucho y lo que veo;
 porque ser dicha y ser mía,
 ser gozo y no ser ajeno,
2150
 implica contradicción.
 ¿: Libre Coriolano, cielos?
 ¿: Libre y con nuevos honores
 restituido a sus puestos?
 Desengáñame tú, dime
2155
 si es cierto, Libia.
LIBIA:
      Y tan cierto
 que, sin ser la enamorada
 yo, desde aquí lo estoy viendo;
 pues para que lo vean todos,
 el Capitolio han abierto.
2160
 Sosiégate; que no es bien
 te descubran tus afectos.
 Y más cuando todo el vulgo,
 con el general contento
 de su perdón, trae en tropas
2165
 mujeres y hombres diciendo:
TODOS:
 ¡ Viva Senado que sabe
 dar a las victorias premio!

Con esta repetición y las chirimías y atabalillos, salen todas las mujeres y hombres, abriéndose todo el foro, y en un trono CORIOLANO, con laurel, manto y bastón, y a sus lados AURELIO, LELIO, ENIO, y el RELATOR

CORIOLANO:
 (Fortuna, si por asunto Aparte
 de tus variados sucesos
2170
 me ha elegido lo inconstante
 de tu condición, a efecto
 de que se acrisole en mí
 ser verdad aquel proverbio
 de que es un sueño la vida,
2175
 pasándome tus extremos
 a preso de victorioso,
 y a victorioso de preso:
 suspéndete en este engaño,
 siquiera por un momento,
2180
 y conténtate con darme
 al partido de que sueño
 la felicidad, con que
 a verme triunfante vuelvo.
AURELIO:
 Publicad, para que conste
2185
 a toda Roma, el decreto
 que en su remisión ha dado
 el general estamento.
VETURIA:
 Oye, Libia, por si oírlo
 añade gozos al verlo.
2190
RELATOR:
 Sepa Roma, y sepa el orbe
 que plebe y nobleza, atento
 a que no es justo que queden
 tantos señalados hechos
 como debe a Coriolano
2195
 la república sin premio,
 principalmente en la rota
 del último vencimiento
 del sabino, cuyo triunfo
 entonces quedó suspenso;
2200
 sepa Roma, y sepa el orbe
 que plebe y nobleza, habiendo
 recusado el primer voto,
 le dan por libre y absuelto
 de la pena capital
2205
 de muerte; y añaden luego
 que prosiga el adquirido
 triunfo, con que satisfecho
 ya una vez en lo que toca
 a cuanto es merecimiento,
2210
 convienen con el segundo
 voto de que viva; pero
 que no viva despenado
 tanto como en el tercero
 el destierro le permite;
2215
 porque ha de ser el destierro
 con circunstancias de que
 sirvan a otros de escarmiento,
 no dejando sin castigo
 el osado atrevimiento
2220
 de haber alterado a Roma,
 de haberse al Senado opuesto,
 convocado la milicia
 y, sobre un senador muerto,
 despertado las sospechas
2225
 de quererla hacer imperio.
 Y así determinan que
 suceda al triunfo el destierro,
 arrojándole de sí,
 de los honores depuesto, 
2230
 pues si mereció ganarlos,
 ya le ha pagado con ellos,
 y debe cobrarlos, pues
 también mereció perderlos;
 con que, emancipado hijo
2235
 de la patria, y de sus fueros
 hoy desnaturalizado,
 establecen que al momento
 que vea el pueblo que a deberle
 nada le queda a su acuerdo,
2240
 degradado del laurel,
 bengala y estoque, siendo
 el pregón de sus delitos
 los pavorosos acentos
 de destempladas sordinas
2245
 y roncos parches funestos,
 le saquen de los distritos
 de toda Roma; y expuesto
 al arbitrio de los hados,
 le dejen en los desiertos
2250
 montes fuera de su raya.
 Y para que en todo tiempo,
 por donde quiera que fuere,
 lleve las señas de reo,
 los hierros de la prisión
2255
 sean testigos de sus yerros,
 diciendo premio y castigo,
 sin venganza y con ejemplo,
 pena de ser sospechoso
 el que no diga con ellos:
2260
RELATOR y TODOS:
 ¡ Viva Senado que sabe
 unir castigos y premios!
VETURIA:
 (¡ Ay, Libia, bien temí yo Aparte
 ser mi dicha devaneo.)
CORIOLANO:
 (¡ Ay, fortuna! Bien temí Aparte
 que era mi ventura sueño.)
2265
AURELIO:
 Yo, aborrecido hijo... (Mal
 dije; que en deshonor puesto,
 no debe llamarte hijo
 ni aun el aborrecimiento)
 yo, Coriolano, te puse
2270
 el laurel, que en otro riesgo
 te quité, por darte vida,
 y ahora a quitártele vuelvo
 porque me mate el dolor;

Quítasele

 que para mi sentimiento
2275
 más que verte degradado
 dél, verte quisiera muerto.
LELIO:
 Mi padre te dio el estoque
 que osado contra su pecho
 esgrimiste; y aunque a mí
2280
 quitártele toca, quiero
 trocarle al bastón, porque
 no se piense que es a afecto
 de dejarte desarmado
 para mi venganza, puesto
2285
 que, dondequiera que fueres,
 seguirte y matarte tengo.

Quítasele

ENIO:
 Yo, Coriolano, la espada,
 por la obligación del puesto,
 te quito;

Quítasela

      pero entendido
2290
 ten que con ella me quedo
 para emplearla en tu favor,
 siempre que se ofrezca hacerlo.
CORIOLANO:
 ¡ Cielos! ¿: Qué dolor que iguale
 a mi dolor habrá?
VETURIA:
      ¡ Cielos!
2295
 ¿: Qué tormento habrá que pueda
 medirse con mi tormento?
RELATOR:
 Ahora, escuadras, que nombradas
 estáis para el cumplimiento
 de la justicia, pues yo,
2300
 como fiscal, os le entrego
 desposeído del trono
 y las insignias depuesto...

Tocan cajas destempladas y sordinas

 ... al son, como antes os dije,
 de fúnebres instrumentos,
2305
 llevadle, hasta quedar fuera
 de todos los lindes nuestros.
 Y para seguridad
 de que no conmueva al pueblo,
 sobre afianzadas prisiones,
2310
 llevadle el rostro cubierto;
 que, para saber quién es,
 basta que vais repitiendo:
RELATOR y TODOS:
 ¡ Viva Senado que sabe
 unir castigos y premios. 
2315

Cajas

MUJER 1:
 ¡ Qué lástima! 

Vase

MUJER 2:
      ¡ Qué desdicha! 

Vase

MUJER 3:
 ¡ Qué pena! 

Vase

MUJER 4:
      ¡ Qué desconsuelo! 

Vase

LELIO:
 Retírome; no se entienda
 que en su castigo me vengo. 

Vase

ENIO:
 ¡ Quién, por no oírlo, ensordeciera!
2320
AURELIO:
 ¡ Quién cegara, por no verlo!

Vanse los senadores

SOLDADO:
 Ven, y a lo que ejecutamos
 disculpe el que obedecemos.

Vuelven a tocar las sordinas y cajas

CORIOLANO:
 En fin, hijo aborrecido,
 patria, ¿: me arroja tu centro,
2325
 como bruto, a las montañas,
 como fiera, a los desiertos?
 Pues teme que, como fiera
 rabiosa, que, como fiero
 bruto irritado, algún día
2330
 me vuelva contra mi dueño.

Cúbrenle el rostro y llévanle

TODOS:
 ¡ Viva Senado que sabe
 unir castigos y premios!

Vanse

VETURIA:
 ¡ Oíd, esperad!
LIBIA:
      No, señora,
 des con segundo despeño
2335
 a toda Roma segundo
 escándalo.
VETURIA:
      ¿: Cómo puedo
 dejar de darle, cumplido
 el número al sufrimiento?
 Déjame, Libia, que vaya
2340
 a morir con él.
LIBIA:
      Todo eso
 es querer que contra ti
 vuelva el rigor.
VETURIA:
      ¿: Qué más vuelto,
 si, perdido Coriolano,
 esposo, alma y vida pierdo?
2345
 ¡ Oh Júpiter! ¿: Para cuándo,
 ya que me asustan los truenos
 desas cajas y esas trompas,
 guardan tus rayos su incendio?
 O ¿: para cuándo, fortuna,
2350
 es el igualar los tiempos?
 ¿: Siempre a más la edad del llanto?
 ¿: Siempre la del gozo a menos?
 Dígalo yo, pues apenas
 vi brujuleado el contento,
2355
 cuando vi patente el daño,
 uno instante y otro eterno;
 pues siempre durará en mí
 de su ausencia el desconsuelo,
 de su desdoro el dolor
2360
 y de su patria el desprecio;
 si ya no es que, cuando sepa
 dónde haya tomado puerto
 su derrotada fortuna,
 mi amor en su seguimiento
2365
 vaya a quebrarla los ojos,
 porque, aunque sé que son ciegos,
 si no sintiere su falta,
 sentirá mi sentimiento,
 cuando, a pesar de su ira
2370
 y a oposición de su ceño,
 oiga que sin ella pude
 labrarme mi dicha, siendo
 mi suma felicidad
 sólo el ver que a verle vuelvo.
2375
 Y hasta entonces, altos dioses,
 sol, luna, estrellas, luceros,
 planetas, signos y nubes,
 aire, agua, tierra y fuego,
 aves, peces, brutos, fieras,
2380
 montes, troncos, golfos, puertos,
 con lástima suya y mía,
 repetid con mis lamentos:
 ¡ Cielos, o dadle venganza,
 o dadme paciencia, cielos!
2385

Vase

LIBIA:
 Oye, aguarda, escucha, espera.
 Tras ella iré, por si puedo
 excusar su precipicio.

Vase. Múdase el teatro en bosque, y salen ASTREA y SABIN[I]O

SABINIO:
 ¿: Dónde, Astrea, vas?
ASTREA:
      Siguiendo
 tus huellas voy.
SABINIO:
      Pues aquí
2390
 me espera; que al punto vuelvo.
ASTREA:
 Detente, que no has de dar
 paso sin mí; que no quiero
 que me suceda otra vez
 el accidente o el riesgo
2395
 de hallarme sin ti en poder
 de los que apenas me vieron
 ir precipitada, cuando
 desesperados volvieron
 a que pasase la voz
2400
 de dejarme en un desierto,
 perdida de vista. Y pues,
 a no permitir el cielo
 que hubiera dado en las manos
 del romano caballero
2405
 que te conté, prisionera,
 no hubiera a tus ojos vuelto,
 no será justo que tanto
 de la fortuna fiemos
 que otra vez nos dividamos,
2410
 sino que en cualquier suceso
 corramos una los dos.
 Y así, donde fueres, tengo
 de ir contigo.
SABINIO:
      Ese fracaso
 que tantas veces habemos
2415
 conferido, y cada vez 
 se vuelve a quedar entero,
 fue el desmán que ocasionó
 caer tan pavoroso hielo
 en todos los corazones
2420
 que, desmayados, volvieron
 a abandonar lo ganado,
 descaecidos los alientos;
 y, siendo así que, cobrados
 hoy, alojados los tengo
2425
 por todos esos villajes,
 hasta incorporar con ellos
 las nuevas reclutas que
 de toda Sabinia espero,
 para acabar de una vez,
2430
 o bien victorioso o muerto,
 con aquese Coriolano
 que, de la estrella heredero
 de Rómulo, sobre mí
 tiene dominante imperio;
2435
 ¿: qué mucho que, arrebatado,
 Astrea, en este pensamiento,
 espía yo de mí mismo,
 mandase a los que vinieron
 conmigo que me dejasen
2440
 solo, porque entre lo espeso
 más disimulado pueda
 reconocer el terreno,
 por donde logre mejor
 cobrar el perdido encuentro?
2445
ASTREA:
 Sí; mas haberte avanzado
 hasta tocar los extremos
 que dividen vasallaje
 entre el romano y el nuestro
 no deja de ser arrojo
2450
 más temerario que cuerdo.
 Yo no he de dejarte en él;
 y así elige, porque tengo
 de llevarte o ir contigo.
SABINIO:
 En rara duda me has puesto;
2455
 que irte conmigo es peligro,
 e ir yo contigo es recelo.
 Y así no sé qué te diga,
 sino es que en decir resuelvo...

Dentro

VOZ:
 Ya que fuera de la raya,
2460
 que es el orden que traemos,
 queda, ¡ a retirar, soldados!
 Que estamos en mucho riesgo,
 si en su término nos sienten
 los sabinos.

Ruido de cadenas

CORIOLANO:
      ¡ Piedad, cielos!
2465
UNO:
 Ellos te amparen, pues ves
 que nosotros no podemos.
SABINIO:
 ¿: Has oído unas lejanas
 voces que la mía impidieron?
ASTREA:
 No tan sólo las he oído,
2470
 mal pronunciadas del eco,
 mas del ruido acompañadas
 como de arrastrados hierros
 de prisión.
SABINIO:
      Vuelve a escuchar,
 por si algo entender podemos.
2475
CORIOLANO:
 ¡ Ay de quien nace a ser trágico ejemplo
 que a la fortuna representa el tiempo!
SABINIO:
 Quédate aquí, por tu vida,
 mientras voy a ver qué es esto.
ASTREA:
 No soy tan poco curiosa
2480
 que también no quiera verlo.
SABINIO:
 Un hombre, mejor dijera
 un horror, hacia allí veo
 que, mal esforzado, ya
 tropezando y ya cayendo,
2485
 cubierto el rostro, ligadas
 las manos y los pies presos,
 baja torpe.

Sale CORIOLANO

ASTREA:
      ¿: Qué esperamos,
 que no le reconocemos?
 Hombre infelice, ¿: quién eres?
2490
CORIOLANO:
 Soy el aborrecimiento,
 la ira, la saña, el rencor,
 la ojeriza, el odio, el ceño
 de aquel réprobo destino
 que hizo verdad el concepto
2495
 que "teatro del hombre" al hombre
 llamó, pues en m[i] supuesto
 midió las distancias que hay
 de lo próspero a lo adverso.
 ¡ Ay de quien nace a ser trágico ejemplo,
2500
 que a la fortuna representa el tiempo!
ASTREA:
 ¿: Qué aguardo a quitarle al rostro
 la venda? ¡ Cielos, qué veo!
CORIOLANO:
 ¡ Cielos, qué miro!
ASTREA:
      ¿: Si es
 ilusión?
CORIOLANO:
      ¿: Si es devaneo?
2505
SABINIO:
 ¿: Quién eres, hombre, me di,
 sin retóricos rodeos?
CORIOLANO:
 ¿: Cómo he de decir quién soy,
 si aun de quién fui no me acuerdo?
ASTREA:
 (O es él o naturaleza Aparte
2510
 dél lo copió.)
CORIOLANO:
      (Sí, ella es.) Aparte 
ASTREA:
      (Pero Aparte
 ¿: cómo es posible ser él,
 de tal fausto en tal desprecio?)
CORIOLANO:
 (Mas no haberme conocido, Aparte
 según estoy, será cierto.)
2515
SABINIO:
 En vano te excusas. Di,
 ¿: quién eres?

Salen EMILIO y PASQUIN

EMILIO:
      Llega.
SABINIO:
      ¿: Qué es eso?
PASQUIN:
 Estarme moliendo a coces.
EMILIO:
 Que hallado en el monte habemos
 desmandado del camino
2520
 este hombre, y te le traemos,
 por si es espía.
PASQUIN:
      Te engañan
 en que desmandado vengo,
 porque antes vengo mandado.
 Y es el caso...
SABINIO:
      Di.
PASQUIN:
      ...que habiendo
2525
 dejado aquí a Coriolano...
SABINIO:
 (¡ Qué oigo!) Aparte
ASTREA:
      (¡ Qué escucho!) Aparte
PASQUIN:
      ...temiendo,
 como vendado quedó,
 que no dé en algún despeño,
 me mandaron que volviese
2530
 yo a desviarle, hasta que puesto
 en real camino o segura
 senda quede. Si esto es cierto,
 dígalo él; que, al verle ya
 entre gente y descubierto,
2535
 sin riesgo de despeñarse,
 paso entre paso me vuelvo.
EMILIO:
 Tente; que no te has de ir.
PASQUIN:
 A mí me estará bien eso,
 si, apóstata de soldado
2540
 sin nota de tornillero,
 entre vustedes, mogrollo
 de Coriolano quedo.
SABINIO:
 ¿: Tú eres Coriolano?
CORIOLANO:
      Sí;
 que uno es que calle el silencio
2545
 y otro que mienta la voz.
ASTREA:
 ¿: Qué dudo? Pierda el recelo
 de si es o no; que bien cabe
 en los humanos sucesos
 el dejarle allá triunfando
2550
 y hallarle aquí padeciendo.
SABINIO:
 (Aquí hay traición.) Aparte
      ¿: Quién, si eres
 Coriolano, di, te ha puesto
 en tal desdicha?
CORIOLANO:
      Es tan noble
 mi delito que no quiero
2555
 dejar a la presunción
 la sospecha de no serlo.
 Una dama fue mi ruina;
 que el verla con sentimiento
 bastó para que en favor
2560
 suyo hiciese tal empeño
 que dio ocasión a que dél,
 unos a otros sucediendo,
 tantos resultasen como
 mirarme por ella preso,
2565
 por ella desposeído
 de mis insignias, depuesto
 de mis honores, echado
 de mi patria y, como ajeno
 hijo emancipado suyo,
2570
 negado a sus privilegios,
 enviándome desterrado,
 con viles señas de reo,
 hasta sacarme de todos
 sus distritos.
ASTREA:
      (¿: Qué oigo, cielos? Aparte
2575
 ¿: Por una dama? Sin duda,
 que, quién era yo sabiendo,
 no haberme hecho prisionera
 son los cargos que le han hecho.)
SABINIO:
 Bien pensarás que yo he estado
2580
 escuchándote suspenso,
 en orden a que me habrán
 compadecido sucesos
 tan extraños. Pues no; que antes
 me han ofendido, creyendo
2585
 que todo aquesto es traición.
 (Válgome deste pretexto Aparte
 para acabar con él, pues
 no tiene otro eficaz medio
 vencer una opuesta estrella
2590
 que destruirla el objeto.)
 Y así, antes que la logres,
 si introducirte es a intento
 de darme muerte, a mis manos
 morirás.
ASTREA:
      ¡ Tente!
SABINIO:
      ¿: Qué es esto?
2595
 ¿: Tú a mi enemigo defiendes,
 Astrea?
ASTREA:
      Yo le defiendo,
 Sabinio, porque es a quien
 libertad y vida debo.
 Sea Coriolano o no,
2600
 el romano caballero
 es que a mi nombre le tuvo
 tan decoroso respeto
 que a mí misma me envió
 a mí misma. Y si por esto
2605
 padece, como lo muestra 
 claro su castigo, puesto
 que donde él me envió a mí libre,
 es donde a él me le envían preso,
 mira si en obligación
2610
 de defenderle estoy.
SABINIO:
      Siendo
 tuyo el respeto, mal puede
 ser ya mío el sentimiento.--
 ¿: Qué esperáis? Llegad, quitadle
 las prisiones.
CORIOLANO:
      (Ya no debo Aparte
2615
 quejarme de ti, fortuna;
 pues si una mujer me ha muerto,
 otra me ha dado la vida.)
 A tus pies...
SABINIO:
      Alza del suelo,
 y ofrécele a Astrea, pues es
2620
 suyo el agradecimiento.
CORIOLANO:
 Si al nombre de la deidad
 postrado rendí el obsequio,
 ¿: qué haré a la deidad, el día
 que obra milagro tan nuevo
2625
 como hacer de un desdichado
 un dichoso, si no puedo
 hacer más que haber traído
 las cadenas a su templo?
ASTREA:
 Que el tiempo me diría el tuyo
2630
 también dije yo, añadiendo
 que fíes de mí; y pues ya
 cumplió su palabra el tiempo,
 también sabré yo cumplir
 la mía, restituyendo
2635
 los puestos y los honores
 de que ingrata te ha depuesto
 tu patria.
CORIOLANO:
      Con sólo uno,
 señora, si le merezco,
 no habré menester tener
2640
 más honores ni más puestos.
ASTREA:
 ¿: Qué es? Que yo, en fe de su amor,
 por Sabinio te lo ofrezco.
SABINIO:
 Yo por ti. ¿: Qué es?
CORIOLANO:
      Que me admitas
 por tu soldado a tu sueldo;
2645
 y esto por pensar que es más
 servicio tuyo que premio
 mío; pues si yo una vez,
 a mi venganza resuelto,
 tomo, Sabinio, las armas
2650
 contra Roma, me prometo
 --bien como ladrón de casa,
 que sé lo que incluye dentro--
 ponerla a tus plantas, sólo
 con que sepas que es intento
2655
 vano querer por aproche
 rendir sus muros soberbios,
 pues sólo pueden rendirla
 más, domado el ardimiento,
 que las iras del asalto
2660
 las paciencias del asedio.
 Contra ti defendí el puente,
 que es llave de su comercio,
 el día que a tus soldados
 les fue undoso monumento
2665
 el ciego esguace del Tíber;
 y si hoy, al contrario, intento
 invadirle en tu favor,
 cortados los bastimientos,
 es fuerza darse a partidos.
2670
SABINIO:
 Si es admitido proverbio
 que el bueno para enemigo
 será para amigo bueno,
 no dudo con tu valor
 el verme de Roma dueño.
2675
CORIOLANO:
 Pues ¡ al arma!
SABINIO:
      Pues ¡ al arma!
CORIOLANO:
 Vea el mundo...
SABINIO:
      Admire el cielo...
CORIOLANO:
 ...y llore Roma en sus ruinas
 mi injusto aborrecimiento,
 cuando de un instante a otro,
2680
 si antes dije en mis lamentos:
 "¡ Ay de quien nace para ser ejemplo
 que la fortuna representa al tiempo..."
SABINIO:
 Todos contigo diremos...
TODOS:
 "¡ Feliz quien vino a ser glorioso empleo
2685
 de su venganza y del aplauso nuestro!"


JORNADA TERCERA


Dentro cajas y voces, y salen en tropa hombres, VETURIA y mujeres, por una parte, y [AURELIO] y LELIO por otra, como deteniéndoles

TODOS:
 Entréguese la ciudad,
 y, como nos aseguren
 capituladas las vidas,
 sabinos de Roma triunfen.
2690
AURELIO:
 Invicto romano pueblo,
 ya que de heroico presumes,
 cuando tu fama inmortal
 a par de los astros luce,
 no a la fortuna te rindas,
2695
 por más que opuesta te injurie;
 que es fácil deidad, y es fuerza
 que por instantes se mude.

Tocan cajas, sale ENIO

ENIO:
 En vano es, Aurelio, en vano,
 el que remitir procures
2700
 nuestra ruina a la esperanza;
 que ya en nosotros inútil
 su consuelo es.
AURELIO:
      ¿: Cómo?
ENIO:
      Como
 dejo aparte que rehuse
 --puesto que nadie lo ignora--
2705
 Sabinio vencer la cumbre
 del monte, y embista el puente;
 dejo ignorar quién descubre
 dónde la flaqueza estaba
 de sus estribos, e influye
2710
 en él, que apenas su gente
 la espalda del plan ocupe,
 cuando, empezando a picarlos,
 eche voz de que se hunde;
 dejo que los nuestros, viendo
2715
 cuánto es fuerza que fluctúen,
 y los suyos cuánto es fuerza
 que, ya empeñados, presumen
 tener retirada en vano,
 unos y otros se confunden,
2720
 con que, por salvar las vidas,
 unos lidian y otros huyen;
 dejo que, ganado el puente,
 cortándole, nos desune
 de los vecinos comercios
2725
 que el bastimiento conducen;
 y voy a que la esperanza
 de que el valor nos ayude
 a resistir sus asaltos
 es preciso que se frustre
2730
 al nuevo, al extraño modo
 de sitiar, pues se reduce,
 sin militar disciplina,
 a victoria tan sin lustre
 como vencer no peleando.
2735
 Dígalo el que, cuando cubren
 nuestras campañas sus huestes,
 en vez de que nos asusten
 en los muros sus escalas,
 no sólo al asalto acuden,
2740
 pero a lo largo disponen
 sus prontas solicitudes
 que, a oposición de la plaza,
 otra población se funde,
 fortificándose contra
2745
 la ciudad, sin que procuren
 hacer más hostilidad
 que el hambre que nos consume.
 Yo, por hacer la civil
 muerte del asedio ilustre,
2750
 de sitiado a sitiador
 pasando, salir dispuse
 con la mejor gente que
 nombrar por entonces pude,
 a romperle en sus cuarteles,
2755
 cuando las sombras lúgubres
 por las exequias del sol
 hacen que el aire se enlute.
 Apenas las centinelas
 nos sintieron cuando acuden
2760
 a las fortificaciones,
 para que en ellas se oculten,
 más que a quitarnos las vidas,
 a guardárnoslas. ¿: Quién sufre
 gozar la vida a merced
2765
 del mismo que la destruye?
 ¿: Quién sufre que a un mismo tiempo
 de tan nuevas armas use
 que procure deshacernos
 y conservarnos procure?
2770
 De suerte que, hasta que el alba
 en sus primeras vislumbres
 fue recogiendo las sombras
 y desplegando las luces,
 retándolos de cobardes
2775
 en esa campaña estuve,
 sin obligarlos a más
 que a que encerrados se burle
 su ardid de nuestro valor;
 que, aunque embestirlos propuse,
2780
 en vano fue; pues tan altas
 sus nuevas trincheras suben
 que a poco espacio han de ser
 sus obras muertas las nubes.
 Grande oráculo, sin duda,
2785
 les inspira, les instruye,
 en que Roma ser no puede
 rendida a la servidumbre
 de otras armas que no sean
 las propensiones comunes
2790
 de humanos fueros, que no
 hay ruina que no disculpen;
 mayormente no teniendo,
 como ellos pelear repugnen,
 ni socorro que nos venga,
2795
 ni auxiliar que nos ayude,
 ni enemigo que nos mate,
 ni campo que nos sepulte;
 y así ¿: qué mucho que el pueblo
 una y otra vez pronuncie...?
2800
TODOS:
 ¡ Entréguese la ciudad,
 y como nos aseguren
 capituladas las vidas,
 sabinos de Roma triunfen!
AURELIO:
 ¡ Oh cielos, pues sois piadosos,
2805
 haced que un rayo apresure
 los términos de mi vida,
 porque estas voces no escuche,
 obligándome a que sea
 forzoso que capitule
2810
 el pedírsela a quien sé
 que la aborrece! ¿: Más útil
 no es perderla, sin pedirla,
 que no, cuando me aventure,
 pedirla para perderla?
2815
VETURIA:
 No, Aurelio, ni es bien que dudes
 cuán hija de la nobleza
 es la piedad, ni te asuste
 el ver que soy la que ayer
 a mi voz en arma puse
2820
 a Roma, y que hoy a mi voz
 en paz ponerla procure;
 que no hay víbora, por más
 que en flores se disimule,
 que no escupa la triaca
2825
 contra el veneno que escupe;
 ni [en] las mismas flores hay
 que no den, rojas o azules,
 tósigo a la araña amargo
 y miel a la abeja dulce.
2830
 Y pues virtudes y vicios
 de una causa se producen,
 ¿: qué mucho que de una misma
 voz ser la lengua resulte
 víbora para los vicios
2835
 y flor para las virtudes?
 No es desaire del valor,
 ni es bien que por tal se juzgue,
 ceder a mayor violencia
 fortunas que el hado influye.
2840
 Y pues ya nuestras desdichas
 claramente nos arguyen
 que, donde la industria crece,
 el valor se disminuye,
 a la piedad apelemos.
2845
 Sabinio es rey tan ilustre,
 Astrea tan generosa
 reina, la gran muchedumbre
 de su ejército tan noble
 que no dudo que se ajuste
2850
 a que las vengue el amago,
 antes que el golpe ejecuten.
 Sabina soy de nación,
 experiencia dellos tuve,
 que jamás con los rendidos
2855
 usaron de ingratitudes.
 Y cuando no sea ¿: qué vamos
 a perder en que nos dure
 la esperanza lo que tarden
 los contratos del ajuste?
2860
 Y vamos a ganar, que,
 oyéndome, no te [acuse]
 la malicia, cuando diga
 que daño y remedio truje,
 y persuadir pude el daño
2865
 y que el remedio no pude.
TODOS:
 A precio de que vivamos,
 Sabinia de Roma triunfe.

Vanse los de la tropa

LELIO:
 Dicen bien; trance forzoso
 es de guerra que se excusen
2870
 las muertes de tantas vidas.
AURELIO:
 Pues para que no me culpen
 que no me rendí a consejo
 tan de todos, desarruguen
 blancas banderas de paz
2875
 los más altos balaústres;
 que yo mismo, pues no es bien
 que ningún riesgo rehuse,
 de parte iré del Senado
 a ver si a paz se reduce
2880
 el sabino.

Vase

LELIO:
      Yo entretanto
 el tumulto que confunde
 a voces el aire haré
 que aguarde lo que resulte.

Vase

VETURIA:
 Enio, ¿: has tenido noticia?
2885
ENIO:
 Antes que me lo preguntes,
 porque el mío y tu cuidado
 en el camino se junten,
 te digo que, desde el día
 de aquella gran pesadumbre
2890
 de su infelice destierro,
 de Coriolano no supe.
VETURIA:
 Ni yo; más de que mi llanto
 no es posible que se enjugue,
 hasta que sepa que vive,
2895
 y que constante le busque
 en el más remoto clima.
ENIO:
 Forzoso es que disimules,
 y que también con el pueblo
 tu voz y la mía divulguen...
2900
VETURIA, ENIO y TODOS:
 ¡ Entréguese la ciudad,
 y como nos aseguren
 capituladas las vidas,
 Sabinia de Roma triunfe!

Vanse. Córrese la mutación de murallas, y sale CORIOLANO de soldado

CORIOLANO:
 Ingrata patria mía,
2905
 llegó el fatal, llegó el infausto día
 que ha sido en mi esperanza
 línea de tu castigo y mi venganza.
 Hoy, hidra material de siete montes,
 en quien el sol doró siete horizontes,
2910
 de tus siete gargantas
 siete cervices postraré a mis plantas.
 Un hijo aborrecido,
 de su paterno amor destituido,
 es hoy el que te aflige,
2915
 siendo su agravio quien su espada rige.
 Y puesto que, rendida,
 último parasismo de la vida
 es ya cualquier instante,
 a instantes esperando que, arrogante,
2920
 intrépido y severo
 el embotado acero
 de la sed y la hambre
 corte de tantos hilos el estambre,
 piedad de mí no esperes;
2925
 sepa mi ofensa que a mi ofensa mueres.

Salen SABINIO y ASTREA

SABINIO:
 Invicto Coriolano,
 noble sabino ya, que no romano,
 ¿: qué novedad la desta noche ha sido,
 cuyo callado ruido
2930
 me desveló en mi tienda?
CORIOLANO:
 Nada, señor, que tu opinión ofenda.
ASTREA:
 Dinos qué ha sido, y lo que fuere sea.
CORIOLANO:
 Sabinio Marte y celestial Astrea,
 una salida hicieron
2935
 de la ciudad algunos que quisieron,
 ya las vidas perdidas,
 a precio del valor vender las vidas.
 Mas nosotros, entonces, retirados
 a los muros, que fuera están labrados,
2940
 burlamos sus deseos,
 pues sin lograr el fin de sus trofeos,
 como solos se hallaron,
 a la plaza otra vez se retiraron.
SABINIO:
 Pues ¿: embestirlos, di, mejor no fuera,
2945
 y adelgazando fuera
 el número la muerte
 de los contrarios?
CORIOLANO:
 No. La causa advierte.
 Si tú, señor, vinieras a hacer guerra
2950
 sin mí a Roma, que sé lo que en sí encierra,
 ya el paso de los montes trascendido
 por el puente, y el puente demolido,
 en tu copioso ejército fiado,
 hubieras a sus muros arrimado
2955
 los castillos que errantes
 se mueven sobre espaldas de elefantes,
 los armados copetes,
 ya los fuertes arietes
 hubieras a sus puertas dado, y luego
2960
 diluvios de metal, orbes de fuego
 hubieras, nuevo Júpiter, llovido,
 en cuya ardiente lid hubiera sido
 árbitro la fortuna,
 llena y menguante imagen de la luna;
2965
 y cuando los vencieras --que no hicieras--,
 a gran costa de sangre los vencieras.
 Mas viniendo conmigo,
 que soy, en fin, doméstico enemigo,
 vencer, señor, a menos costa espero.
2970
 Lídielos la paciencia, y no el acero.
 A Roma en ésta, que es su edad primera,
 sin propios bastimentos considera,
 pues dentro no los tienen,
 si de los comarcanos no les vienen;
2975
 luego pueden peleando
 vencernos, y no pueden esperando,
 el día que, sintiendo tus castigos,
 dan menos que temer mis enemigos.
 Y así no los maté; que esta victoria
2980
 sin sangre ha de escribirla la memoria;
 y sin dar parte alguna
 a la neutralidad de la fortuna.
SABINIO:
 Bien de tu ingenio y de tu esfuerzo fío
 mi imperio, mi corona y mi albedrío.
2985
 Dame, dame los brazos,
 cuyos estrechos nudos, cuyos lazos
 podrá con golpe fuerte
 romperlos, desatarlos no, la muerte.
ASTREA:
 Y yo, sabino nuevo,
2990
 darte con más razón mis brazos debo;
 que ya he sabido que infelice eres,
 por valer el honor de las mujeres.
CORIOLANO:
 Ese informe mi dicha contradice,
 pues por ellas he sido tan felice
2995
 como a tus pies, vencido de mi estrella,
 el ceño dice. (¡ Oh quién, Veturia bella, Aparte
 contigo la fortuna en que me veo
 partir pudiera! O ya que este deseo
 no es posible, pudiera
3000
 hacer que la severa
 parte que deste general castigo
 te alcanza, la partieras tú conmigo!
 Gozáramos, sintiéramos iguales
 el bien que tengo y el pesar que tienes;
3005
 con que males y bienes
 en dos fortunas tales
 no vinieran a ser bienes ni males.)

Tocan dentro un clarín

SABINIO:
 ¿: Qué llamada será ésta
 que de la ciudad han hecho?
3010
ASTREA:
 Bandera de paz sospecho
 que, en el homenaje puesta,
 tremola.
SABINIO:
      No deis respuesta.
CORIOLANO:
 Antes sí, señor, te digo;
 que el oír al enemigo
3015
 nunca inconveniente fue.
SABINIO:
 Responded, pues; sepan que
 siempre tus órdenes sigo.

Vuelven a tocar, y sale PASQUIN

PASQUIN:
      Sobre ese muro romano
 la seña de paz, y abierta
 a tu respuesta la puerta,
3020
 salió un venerable anciano.
 (Que es su padre callo en vano.) Aparte
SABINIO:
 ¿: Qué será aquesto?
CORIOLANO:
      Embajada
 en que la ciudad postrada
 se quiere dar a partido.
3025
SABINIO:
 Llegue.

Vase PASQUIN

CORIOLANO:
      Licencia te pido,
 porque no me mueva a nada
 de piedad oírle.
SABINIO:
      Eso no;
 tu honor mi poder desea,
 y quiero que Roma vea
3030
 que, más que ella te quitó,
 he sabido darte yo.
ASTREA:
 Eso es pagarle por mí
 la vida que le debí.
SABINIO:
 A mi tienda y solio ven;
3035
 que en ella te vean es bien
 y el aprecio que de ti
 hago. Tú constante y fiel
 con los dos cumple este día;
 y pues causa es tuya y mía,
3040
 sé piadoso y sé cruel.
 Estoque, cetro y laurel
 harán al cielo testigo
 y a Roma de que contigo
 parto mi imperio y mi trono,
3045
 que a quien perdonas perdono,
 y a quien castigas castigo.

Con estos versos se entra en la tienda, sin abrirla

CORIOLANO:
 Menos consuelo así arguya
 Roma, pues antes podía
 remitir la ofensa mía,
3050
 y ya no podré la tuya;
 que no es bien que me concluya
 el que [usé] mal de honras tantas.

Entrase. Por otro lado salen PASQUIN, AURELIO y EMILIO. Córrese la cortina de la tienda y se ve sentado en el trono CORIOLANO, con laurel, cetro y estoque, y SABINIO y ASTREA retirados

PASQUIN:
 Allí está; llega a sus plantas.
AURELIO:
 Invicto rey... (Mas ¿: qué miro?)
3055
CORIOLANO:
 (Disimule lo que admiro.)
AURELIO:
 Yo...cuando... si...
CORIOLANO:
      ¿: Qué te espantas
 y turbas? Romano, di,
 ¿: a qué has venido?
AURELIO:
      No sé;
 porque todo lo olvidé
3060
 en el punto que te vi.
CORIOLANO:
 Pues ¿: qué es lo que has visto en mí?
AURELIO:
 He visto en real teatro una
 farsa alegre e importuna,
 adonde el discurso advierte
3065
 que hizo los versos la suerte
 y la traza la fortuna.
CORIOLANO:
 Pues a admirarte te obligue,
 pero a enmudecerte no.
AURELIO:
 Por eso me admiro yo.
3070
CORIOLANO:
 ¿: A qué has venido? Prosigue.
AURELIO:
 No mi intento se castigue
 en ti; que al rey vengo a hablar.
CORIOLANO:
 Pues yo estoy en su lugar
 y con su poder estoy,
3075
 que general suyo soy.
AURELIO:
 Pues escucha a mi pesar.
 Roma, que su heroica frente
 corona la azul esfera,
 en su juventud primera
3080
 imagen es de una fuente,
 cuya apacible corriente
 junto al mar empezó a ver
 la luz, sin llegar a ser
 espejo de su zafir,
3085
 pues acabó de vivir
 adonde empezó a nacer,
 salud, Sabinio, te envía
 y dice que, pues mayor
 aplauso en un vencedor
3090
 es usar de bizarría,
 que de tus piedades fía
 la libertad suya, cuando
 vencedor te está aclamando;
 pues en el marcial estruendo,
3095
 más que un ejército hiriendo,
 vence un héroe perdonando.
 Y ya que la deidad varia
 de la gran fortuna está
 tan de tu parte, será
3100
 desde hoy tu tributaria.
 Su república contraria,
 unida desde hoy contigo,
 dos glorias te da; dos, digo,
 pues dos serán soberanas,
3105
 si a un tiempo un amigo ganas
 y pierdes un enemigo.
CORIOLANO:
 Romano, aunque siempre ha sido
 perdonar acción gloriosa,
 también acción generosa
3110
 es vengarse el ofendido.
 Di a Roma que yo he venido
 a destruirla, y que así
 no espere piedad de mí;
 porque no la he de tener
3115
 hasta verla perecer.
AURELIO:
 ¿: Eso me respondes?
CORIOLANO:
      Sí.
AURELIO:
 Bárbaro, que ya ha faltado
 a mi paciencia valor,
 ¿: dónde está tu antiguo honor
3120
 destas canas heredado?
CORIOLANO:
 ¿: Qué sé yo? Dél despojado
 Roma, madrastra cruel,
 me envió. Si, patricio fiel,
 quieres saber dónde está
3125
 mi honor, ella lo dirá,
 pues que se quedó con él.
AURELIO:
 Quedóse con la querella,
 que tendrá de ti mi honor,
 con la nota de traidor,
3130
 tomando armas contra ella.
CORIOLANO:
 Fácil es satisfacella.
AURELIO:
 ¿: Habrá razón que convenga
 a quien sin honor se venga?
CORIOLANO:
 Sí; pues me la facilita...
3135
AURELIO:
 ¿: Qué?
CORIOLANO:
      ...que si ella me le quita,
 ¿: cómo quiere que la tenga?
 Fuera de que el que he ganado
 me basta a mí para honor.
AURELIO:
 ¿: Quién te dio tanto rigor?
3140
CORIOLANO:
 El padre que me ha engendrado.
 Padre y juez en un estrado
 tal vez fue juez, padre no.
 ¿: Qué mucho, pues, si él faltó
 a ser padre, por ser juez,
3145
 siendo juez y hijo esta vez,
 que falte a ser hijo yo?
AURELIO:
 El procedió cuerdo y sabio,
 pues ejerció la justicia,
 castigando una malicia.
3150
CORIOLANO:
 Yo castigando un agravio.
AURELIO:
 El, con la pluma y el labio,
 que lavó una afrenta piensa.
CORIOLANO:
 Yo lavo una infamia inmensa.
AURELIO:
 El con el extremo que hizo
3155
 una culpa satisfizo.
CORIOLANO:
 Yo satisfago una ofensa.
AURELIO:
 ¿: Quién te ha dicho que es valor
 el ser uno vengativo?
CORIOLANO:
 Yo; que, hasta cobrarle, vivo
3160
 sin aquel perdido honor.
AURELIO:
 Si te arrojó por traidor
 Roma, y vengarte apeteces,
 doblada infamia padeces,
 de que el mismo honor es juez;
3165
 pues por lograrle una vez
 le habrás perdido dos veces.
CORIOLANO:
 Del real manto despojado,
 el estoque desceñido,
 seco el laurel adquirido
3170
 y roto el bastón ganado,
 todo, romano, lo he hallado
 en quien sobre Roma está;
 luego la infamia será,
 en quien honor solicita,
3175
 por dársela a quien la quita,
 quitársela a quien la da.
 Por la luz, campaña pura,
 que a cargo mi causa toma,
 que hoy ha de ser la gran Roma
3180
 de sus hijos sepultura.
 No ha de haber piedra segura
 en sus altos muros, no.
 Y en viendo que ya acabó
 su fábrica peregrina,
3185
 por no quedarme otra ruina,
 lloraré su ruina yo.
AURELIO:
 Duélete de sus noblezas.
CORIOLANO:
 Nada mi agravio les debe.
AURELIO:
 Pues duélete de la plebe.
3190
CORIOLANO:
 No se movió a mis tristezas.
AURELIO:
 Duélete de sus bellezas.
CORIOLANO:
 A ellas mayor parte alcanza
 de que logre mi alabanza.
 Y en fin, pues que todos fueron
3195
 los que mi desdicha vieron,
 lloren todos mi venganza.
AURELIO:
 ¿: Que no hay piedad?
CORIOLANO:
      No la esperes.
AURELIO:
 Mira que es Roma tu madre;
 mira que yo soy tu padre.
3200
CORIOLANO:
 Tú has dicho que no lo eres.
 Si te creo, ¿: qué me quieres?
AURELIO:
 ¿: No hay remedio?
CORIOLANO:
      No se aguarde.
AURELIO:
 Aunque te aconseje tarde,
 mira, oh joven imprudente,
3205
 que ser con ira valiente
 no es dejar de ser cobarde.

Vase

PASQUIN:
      ¡ Muy bien despachado va
 el romano senador!

Salen SABINIO y ASTREA

SABINIO:
 Jamás vi tanto valor.
 Envidia a mis hechos da
3210
 ver que una facción, que está
 con visos de vengativa,
 gloriosa a los siglos viva.
ASTREA:
 Es digna de que inmortal
 en láminas de metal
3215
 del tiempo el buril la escriba.
CORIOLANO:
 No te admire, o Palas nueva,
 no te admire, o nuevo Marte,
 que, estando yo de tu parte,
 a lástima no me mueva;
3220
 sin que a perdonar me atreva
 de Roma la tiranía,
 más por vuestra que por mía.
 ¡ Vive el cielo, que ha de ver
 Roma su inmenso poder!
3225

Dentro hacen ruido, y dice ENIO [dentro]

ENIO:
 ¡ Hado, ampara al que se fía
 de ti!
SABINIO:
      A otra gran novedad
 les obliga la congoja.
ASTREA:
 Un soldado es que se arroja
 del muro de la ciudad.
3230
CORIOLANO:
 ¡ Extraña temeridad!
 Sin duda de otro castigo
 huye.

Sale ENIO

ENIO:
      ¡ El cielo sea conmigo!
 ¿: Está Coriolano aquí?
CORIOLANO:
      Sí.
ENIO:
 Pues oye a un tiempo en mí
3235
 a un amigo y enemigo.
 Amigo, pues supe apenas
 de las nuevas que tu padre
 llevó de ti, que Sabinio
 contigo su imperio parte,
3240
 cuando, con el alborozo
 de verte honrado y triunfante,
 apelé a que la respuesta
 del Senado nos llevase,
 para hablarte y para verte,
3245
 facilitadas las paces.
 Pero viendo que no sólo
 tu enojo las embarace,
 sino que en segunda instancia
 quiere Roma que las trate
3250
 la nobleza, como quien
 no tuvo en tu ruina parte;
 viendo yo que nuestras vistas
 con aquesto se dilaten,
 no me sufrió el corazón
3255
 el que a su respuesta aguarde;
 y así, porque la sospecha
 de que a verte me adelante
 no se vuelva contra mí,
 y el ser tu amigo me dañe
3260
 a alguna ocasión que pueda
 servirnos para adelante,
 quise salir por el muro,
 sin que lo supiese nadie.
 Hasta aquí hablé como amigo;
3265
 y pues sólo el verte baste
 para complacencia, ahora
 que como enemigo hable
 será forzoso, supuesto
 que de tus felicidades
3270
 resulta el dolor de que
 Roma esté en último trance,
 o por instantes viviendo
 o muriendo por instantes,
 ¿: cómo es posible...?
CORIOLANO:
      Detente;
3275
 no, no pases adelante;
 que ni como amigo puedo
 las gracias que debo darte,
 ni como a enemigo oírte;
 porque estando el rey delante,
3280
 el que hablemos como amigos
 en la urbanidad no cabe,
 ni como enemigos; pues
 si estuve severo o grave
 con el Senado, fue a causa
3285
 de que pude con sus reales
 insignias y en nombre suyo
 despedirle o perdonarle;
 pero presente, no puedo,
 que para nada soy parte;
3290
 que, en la presencia del sol,
 luz ninguna estrella esparce.
ENIO:
 Tu Majestad me perdone
 el no haber llegado antes
 a sus pies; que la ignorancia
3295
 la culpa es más disculpable.

Arrodíllase

SABINIO:
 Alzad del suelo. --Y tú puedes,
 Coriolano, a oírle quedarte;
 y pues soy sol y tú estrella,
 con quien parto mis celajes,
3300
 usa tú de sus reflejos,
 o ya alumbres, o ya abrases.

Vase

ASTREA:
 Yo nada te digo; sólo
 te acuerdo que, a convoyarme,
 de orden tuya vino Enio
3305
 conmigo; y pues hizo iguales
 tu obediencia y mi servicio,
 es justo que se lo pagues.

Vase

PASQUIN:
 (Sin duda que desta vez Aparte
 Roma ha de quedar triunfante.)
3310

Vase

CORIOLANO:
 Dame mil veces los brazos,
 Enio, pues tú solo sabes
 ser amigo en las desdichas.
ENIO:
 Tente, no a los brazos pases,
 sin que sepa yo primero
3315
 si tú en las felicidades
 lo eres, y compadecido.
CORIOLANO:
 Tan presto deso no trates;
 que, si amigo y enemigo
 vienes, no es justo que, antes
3320
 que a las amistades, demos
 paso a las enemistades.
 Tratémonos como amigos;
 tiempo nos queda bastante
 a tu queja y mi disculpa.
3325
 Y así, acudiendo a la parte
 principal del alma, dime:
 ¿: cómo está Veturia? ¿: Qué hace?
ENIO:
 ¿: Qué quieres que haga? Ni ¿: cómo
 quieres que esté con pesares
3330
 tan grandes, sino sintiendo
 comunes penalidades?
CORIOLANO:
 ¿: Sabes si sabe de mí?
ENIO:
 No lo sé; pero es constante,
 que habrá corrido la voz.
3335
 Sólo sé que pudo hablarme
 tal vez, y me dijo...

Clarín. Sale PASQUIN

PASQUIN:
      Otra
 llamada del muro hacen.
CORIOLANO:
 Y en él la blanca bandera;
 la puerta en fe suya abre[n].
3340
ENIO:
 Si no me engaña la vista,
 Lelio es el que della sale.
 Adiós, adiós, que no es bien
 ni que contigo me halle
 ni que me echen allá menos,
3345
 cuando la entrada me es fácil,
 estando la puerta abierta,
 pues nadie ha de averiguarme
 por dónde salí, ni a qué.
CORIOLANO:
 Pues ¿: cómo quieres dejarme
3350
 sin saber lo que te dijo
 Veturia?
ENIO:
      Más importante
 es no hacerme sospechoso
 en verme aquí y que allá falte.
 Adiós; que yo volveré,
3355
 y quizá... Mas esto baste.

Vase

CORIOLANO:
 Oye.
PASQUIN:
      Mira que ya llega.
CORIOLANO:
 ¡ Que se fuese sin contarme
 lo que le dijo Veturia!
PASQUIN:
 ¿: Posible es que no lo sabes?
3360
CORIOLANO:
 ¿: Cómo puedo yo saberlo?
PASQUIN:
 Como no lo ignora nadie.
CORIOLANO:
 Pues ¿: qué fue lo que [le] dijo?
PASQUIN:
 Que estaba hecha...
CORIOLANO:
      Di adelante.
PASQUIN:
 ...dama de hijo de vecino,
3365
 mal vestida y muerta de hambre.
CORIOLANO:
 ¡ Maldígate el cielo, amén!

Sale LELIO

LELIO:
 Con bien, Coriolano, te halle.
CORIOLANO:
 Seas, Lelio, bien venido.
 (Retírate a aquella parte,
3370
 Pasquín, y avisa si vieres
 que viene hacia aquésta alguien.)

Retírase PASQUIN

 Ya estamos solos; la espada
 saca, pues que no hay que aguardes.
LELIO:
 No es eso a lo que he venido.
3375
CORIOLANO:
 ¿: Cómo es posible que falte
 a la palabra que tiene
 dada un hombre de tu sangre?
 ¿: No dijiste que, en sabiendo
 de mí, habías de buscarme
3380
 para darme muerte?
LELIO:
      Sí.
CORIOLANO:
 Pues ¿: qué esperas, si lo sabes?
LELIO:
 Hay precisas ocasiones
 en que conviene que atrase,
 por los ajenos, un noble
3385
 sus propios particulares.
 Por la nobleza de Roma...
CORIOLANO:
 ¿: En Roma hay nobleza?
LELIO:
      Y grande.
CORIOLANO:
 Sí será, si es que entre todos
 la que yo dejé reparten.
3390
LELIO:
 Por la nobleza de Roma...
CORIOLANO:
 Antes que adelante pases,
 dejando aparte que empieces
 un duelo sin que otro acabes,
 lo que vienes a decirme
3395
 te he de agradecer con darte
 un consejo que te excuse
 de un desaire.
LELIO:
      ¿: Qué desaire?
CORIOLANO:
 Avergonzarte a pedirme
 lo que sé que no he de darte.
3400
 Vuelve, pues, sin más respuesta,
 a la embajada que traes,
 que decir a Roma que
 ni aun oírla quise.
LELIO:
      Arrogante
 estás.
CORIOLANO:
      Harto estuve humilde,
3405
 aherrojado en una cárcel
 y arrojado en un desierto.
 Y si desto ofensa haces,
 véngala; pues para eso
 la espada que me dejaste
3410
 troqué a otra.
LELIO:
      No es a eso,
 como ya te dije antes,
 a lo que hoy vengo.
CORIOLANO:
      También
 dije yo que no te canses,
 que pedir lo que no tengo
3415
 de conceder es en balde.
LELIO:
 Del enemigo el primero
 consejo, que ha de tomarse
 dice el proverbio. Y así
 quédate a Dios.
CORIOLANO:
      El te guarde.
3420

Vase LELIO

PASQUIN:
 Bien despachado va Lelio,
 pues que, por mal que despache
 uno, mal y presto es
 aun mejor que bien y tarde.

Dentro [voces]

VOCES:
 Salgamos todos a ver
3425
 qué respuesta Lelio trae.
CORIOLANO:
 Oye, por si algo entendemos
 de una confusión tan grande.

Dentro [AURELIO, VETURIA, ENIO, Y otros]

LELIO:
 Mejor será no saberla,
 pues no hay piedad que se aguarde.
3430
AURELIO:
 Aquí ya no hay más remedio
 de que todo el pueblo clame:
TODOS:
 ¡ Vaya Enio en nombre suyo!
ENIO:
 Sí haré, como él me acompañe;
 que la voz de un pueblo junto
3435
 es la que mejor persuade.
VETURIA:
 Matronas de Roma, hagamos
 nosotras los ejemplares.
TODAS:
 Guía, Veturia; que todas
 seguiremos tu dictamen.
3440
CORIOLANO:
 De tanto confuso estruendo,
 ¿: qué has entendido?
PASQUIN:
      No es fácil
 entender vulgo que todo
 es voces y disparates;
 pero lo que es fácil es
3445
 ver que un gran tumulto sale
 de la ciudad.
CORIOLANO:
      ¿: Si es salida
 que desesperados hacen?
PASQUIN:
 No; que también de mujeres
 se compone.
ENIO:
      En esta parte,
3450
 hasta saber dónde está,
 espera a que yo te llame.

Sale ENIO

CORIOLANO:
 Si soy a quien buscas, Enio,
 poco tardará el hallarme.
ENIO:
 ¿: A quién puedo buscar yo
3455
 sino a ti, aunque con distantes
 motivos? Que si antes vine
 como amigo a consolarme
 con verte, y como enemigo
 a reprehender tus crueldades,
3460
 como tribuno ahora vengo
 de la plebe, a que...
CORIOLANO:
      No pases
 a esa plática, hasta que
 la que pendiente dejaste
 en lo que dijo Veturia,
3465
 el día que en mí la hablaste,
 prosigas.
ENIO:
      Ya sabía que ésa
 había de ser la que amante
 preferir habías; y así,
 porque nos desembarace
3470
 para esotra, traje a quien
 aun mejor que yo lo sabe.
CORIOLANO:
 ¿: Mejor que tú?
ENIO:
      Sí.
CORIOLANO:
      ¿: Quién puede?
ENIO:
 Quien conmigo viene a darte
 --pues por sólo ella introduje
3475
 el que el pueblo me acompañe--
 parabién de tu venida.--
 Veturia, ¿: qué fue lo que antes
 a mí me dijiste?

Sale VETURIA

VETURIA:
      Que
 apenas sabría en qué parte
3480
 de su deshecha fortuna
 había tomado su ultraje
 puerto cuando, peregrina,
 pobre y sola iría en su alcance
 a padecerlas con él,
3485
 si fuese donde el sol arde,
 o donde el sol hiela, siendo
 a sus rayos desiguales
 libia en tostadas arenas,
 belga en tupidos cristales,
3490
 o toda hoguera sus montes
 o carámbanos sus mares.
 Y, puesto que a menos costa
 quiere el cielo que te halle
 quien te buscara en desdichas,
3495
 lleno de felicidades
 ¿: qué albricias te podrá dar?
CORIOLANO:
 Sólo las del verte basten,
 pues ningunas haber puede
 que a tanto mérito igualen.
3500
ENIO:
 Pues ya que yo, Coriolano,
 he satisfecho la parte
 que quedó pendiente tuya,
 veamos cómo satisfaces
 tú la que también pendiente
3505
 quedó mía. Roma yace,
 o por instantes viviendo
 o muriendo por instantes.
 Aquí quedamos.
CORIOLANO:
      También
 quedamos en que no me hables
3510
 en los convenios de Roma,
 materia tan intratable
 y aborrecible a mi oído;
 y más hoy que tú me añades
 nueva razón para que
3515
 aquesa plática ataje.
ENIO:
 ¿: Yo?
CORIOLANO:
      Sí.
ENIO:
      ¿: Qué razón?
CORIOLANO:
      Si, cuando
 Roma en sus últimos trances
 a Veturia contenía,
 no otorgué el perdón a nadie,
3520
 hoy que en mi poder la tengo
 --pues conmigo ha de quedarse--,
 ¿: cómo quieres que le otorgue
 ni aun a ti, que es la más grande
 exageración que puede
3525
 darse en nuestras amistades?
ENIO:
 Que ni a Veturia perdonen
 ni a mí tus temeridades,
 es elección de tu arbitrio
 a que no puedo obligarte;
3530
 pero que contigo quede,
 aunque ella quiera quedarse,
 no es elección, sino fuerza
 de mi honor. ¿: Ha de pensarse
 de mí que, sólo a traerte
3535
 tu dama moví tan grave
 alboroto como que
 todo el pueblo me acompañe?
 El a la mira esperando
 está hasta que yo le llame;
3540
 que, porque hablaseis los dos,
 no quise que aquí llegase.
 Mira tú si será bien
 que ahora vuelva a retirarle,
 sin perdón y sin Veturia,
3545
 para que se desengañe
 que, tercero de tu amor,
 no vine más que a dejarte
 libre a tu dama y volverle
 tan sitiado como antes.
3550
CORIOLANO:
 Para eso hay medio.
ENIO:
      ¿: Qué medio
 hay ni puede haber?
CORIOLANO:
      Quedarte
 tú también, Enio, conmigo.
ENIO:
 Esa es plática intratable
 y aborrecible a mi oído.
3555
 ¿: El desaire no es bastante
 de no volver perdonado,
 sin que quieras que el quedarme
 o el ir sin Veturia sea
 desaire sobre desaire,
3560
 que es lo mismo que poner
 un áspid sobre otro áspid?
 Y así persuádete a que
 sin ella o sin...
VETURIA:
      No, no trates
 empeñarte, Enio; que yo
3565
 trataré desempeñarte.--

A CORIOLANO

 Por anticipar el verte,
 Coriolano, cuanto antes,
 pedí a Enio en nombre tuyo
 que el pueblo consigo saque.
3570
 Con que, honestado el pretexto
 de salir yo, a mi dictamen
 reduje a algunas matronas
 que a vueltas de todos clamen.
 Ellas a mi persuasión
3575
 vienen. Mira si es tratable,
 volviendo ellas a miserias,
 quedar yo a felicidades?
 Y así, asentado el principio
 de que yo no he de quedarme,
3580
 sino ir a morir con ellas,
 como tú el rigor no aplaques,
 pasemos del duelo al ruego.
 ¿: Es posible, cuando yace
 --aquí quedasteis los dos--
3585
 Roma en el último trance,
 o por instantes muriendo
 o viviendo por instantes,
 no te conmuevas, al ver
 que esa fábrica admirable,
3590
 ese Cáucaso de bronce,
 ese obelisco de jaspe,
 ese penacho de acero,
 ese muro de diamante
 que hizo estremecer la tierra,
3595
 que hizo embarazar al aire,
 atemorizado a ruinas
 está titubeando frágil,
 como que, ya panteón
 de tanto vivo cadáver,
3600
 sólo falta resolver
 si se cae o no se cae?
 Si estás quejoso, si estás,
 después de deshonras tales,
 de su Senado ofendido
3605
 y de su nobleza, paguen
 su Senado y su nobleza
 los agravios que ellos hacen.
 Pero el pueblo, que a tu lado
 siguió tus parcialidades,
3610
 lloró tus desdichas preso
 y desterrado tus males,
 hasta que le enmudecieron
 las mordazas de lo infame,
 ¿: por qué ha de morir, por qué?
3615
 ¿: No es justicia intolerable
 ser el todo en el castigo,
 sin ser en el todo parte?
 Y, supuesto que lo fuese,
 ¿: no es, Coriolano, bastante
3620
 satisfacción que te da,
 venir conmigo a postrarse
 a tus pies? ¿: Cómo es posible
 que el rencor la línea pase
 del sagrado rendimiento
3625
 los nunca hollados umbrales?
 El desagravio del noble
 más escrupuloso y grave
 no estriba en que se vengó
 sino en que pudo vengarse.
3630
 Tú puedes; y también puedes
 dar tan precioso realce
 al acrisolado oro
 del perdón, que en el semblante
 del rendido luce más,
3635
 con el primor de su esmalte,
 lo rojo de la vergÜenza
 que lo rojo de la sangre.
CORIOLANO:
 Veturia, saben los cielos
 que te adoro y también saben
3640
 que, aunque Sabinio me fía
 de su voluntad las llaves,
 no es para que yo use dellas
 absoluto, sino antes
 para que más detenido
3645
 la confianza le pague,
 no haciendo lo que él no hiciera.
 Yo sé que desea vengarse,
 sé que vengarme deseo;
 y es mucho querer que arrastre,
3650
 contra nuestras dos pasiones,
 tu ruego ambas voluntades;
 mayormente cuando pueden
 una y otra conformarse.
VETURIA:
 ¿: Cómo?
CORIOLANO:
      La razón lo diga.
3655
 Yo te persuado a quedarte,
 convaleciendo fortunas,
 adonde todo sea paces,
 todo consuelos, y todo 
 placeres. Tú me persuades
3660
 a que, sin venganza, quede
 corrido de no vengarme,
 donde todo sea rencores,
 todo iras, todo pesares.
 Mira ahora tú quién tiene
3665
 mayor razón de su parte,
 yo, que te persuado a dichas,
 o tú a mí a penalidades.
VETURIA:
 El valor está obligado
 tanto a bienes como a males.
3670
CORIOLANO:
 No está, si males y bienes
 le embisten a un tiempo iguales.
VETURIA:
 ¿: Cuándo lo más riguroso
 no fue su mejor examen?
CORIOLANO:
 Cuando estuvo en mi elección
3675
 el serlo lo más suave.
VETURIA:
 No te canses en razones
 que nada conmigo valen.
 Yo he de volver con quien vine;
 y así, mira...
CORIOLANO:
      No te canses
3680
 tú tampoco; que si has de irte
 con quien vienes, yo he de estarme
 con quien me estoy.
VETURIA:
      Vamos, Enio,
 pues, sin que piedad aguarde,
 me envía a morir Coriolano.
3685
CORIOLANO:
 No ese delito me achaques.
 Tú te vas, yo no te envío.
ENIO:
 Vamos, pues nada hay que ganen
 mi amistad y tu amor.
VETURIA:
      Ya
 que a no más verte voy, dame,
3690
 mi bien, mi señor, mi dueño,
 en aqueste último "vale,"
 siquiera, por despedida,
 los brazos con que agradable
 me será la muerte, al ver
3695
 que, si con ella complaces
 a Sabinio, de quien gozas
 tan altas felicidades
 como a ti te den la vida,
 ¿: qué importa que a mí me maten?
3700

Llora

CORIOLANO:
 (¡ Cielos, que Veturia llora! Aparte
 Quitadme el sentido o dadme
 valor para resistir
 tan nuevas contariedades
 como que, siendo las perlas
3705
 antídoto en otros males,
 sean tósigo en los míos.)
VETURIA:
 Adiós otra vez, que guarde
 tu vida.
CORIOLANO:
      Espera.
VETURIA:
      ¿: Qué quieres?
CORIOLANO:
 No sé. Mas sí sé: rogarte
3710
 que no llores; mi dolor
 me basta sin el que añaden
 tus lágrimas.
VETURIA:
      ¿: Que no llore?
 Adiós otra vez, que guarde
 tu vida.
CORIOLANO:
      Espera.
VETURIA:
      ¿: Qué quieres?
3715
CORIOLANO:
 No sé; mas sí sé; rogarte
 que no llores; que tu llanto
 dolor a dolor añade.
VETURIA:
 Que no llore y detenerme
 son dos precisas señales
3720
 de que, porque no me vaya
 a tu pesar, donde gane
 eterna fama mi muerte,
 prenderme intentas.
CORIOLANO:
      No saques
 consecuencia tan ajena
3725
 que no la conceda nadie.
 ¿: Yo a prenderte, esposa y dueño?
 ¿: De qué pudo tu dictamen
 persuadirte que es prisión?
VETURIA:
 De dos indicios tan grandes
3730
 como, al quitarme las armas,
 ver que del brazo me ases.
CORIOLANO:
 Pues ¿: qué armas te quito?
VETURIA:
      ¿: Qué
 más armas quieres quitarme
 que quitarme que no llore,
3735
 si contra enemigo amante
 la mujer no tiene otras
 que la venguen o la amparen
 que las lágrimas, que son
 sus socorros auxiliares?
3740
CORIOLANO:
 Si con ellas ventajosa
 tu hermosura me combate,
 ¿: qué mucho que por vencidas
 se den mis penalidades?
 ¿: Qué quieres de mí, Veturia?
3745
VETURIA:
 Que viva Roma triunfante.
CORIOLANO:
 Viva, pues, triunfante Roma,
 ya que han podido postrarme
 a sus siempre victoriosas
 municiones de cristales
3750
 las armas de la hermosura.
VETURIA:
 Enio, estas voces esparce
 al pueblo que nos espera,
 para que del pueblo pasen
 a Roma, y concurran todos
3755
 agradecidos a darle
 las gracias a Coriolano.

Entrase ENIO repitiendo [dentro]

ENIO:
 ¡ Viva, amigos, Roma, y pase
 la palabra!
TODOS:
      ¡ Roma viva!

Salen SABINIO y ASTREA

SABINIO:
 ¿: Qué confusas novedades
3760
 en el ejército, Astrea,
 habrá habido, que a que cante
 Roma la victoria mueven?
ASTREA:
 No sé, mas fuerza es que espanten.
SABINIO y ASTREA:
 ¿: Qué ha sido esto, Coriolano?
3765
CORIOLANO:
 Nada, señor, que te agravie;
 mucho, soberana Astrea,
 que a ti te ilustre y te ensalce.
SABINIO y ASTREA:
 Di, pues, lo que ha sucedido.
CORIOLANO:
 Que, usando de los poderes
3770
 que, como sabinos astros,
 vuestras piedades me ofrecen,
 me he movido a que sus rayos
 hoy alumbren y no quemen;
 y así, en vuestro nombre a Roma
3775
 he perdonado.
SABINIO:
      Suspende
 la voz. Pues ¿: no me dijiste
 que habías, vengativo y fuerte,
 por mi ofensa, cuando no
 por la tuya, airado siempre,
3780
 negado la libertad
 a su nobleza y su plebe,
 en tu padre, en tu enemigo
 y en tu más amigo?
CORIOLANO:
      Advierte
 que nunca dije que había
3785
 negádosela rebelde
 a mi dama; que el más noble
 puede negar justamente
 lo que le pide a su patria,
 a su padre, a sus parientes,
3790
 a su amigo y su enemigo,
 pero a su dama no puede.
 Y más cuando su hermosura
 con armas del llanto vence.
 Veturia es, señor, mi esposa;
3795
 si ser con ella, te ofende,
 liberal, pague mi vida
 lo que mi vida te debe;
 que yo moriré contento
 con que vencedor te deje,
3800
 pues el que pude vengarte
 me basta, aunque no te vengue.
 Esto en cuanto a ti; y en cuanto
 a Astrea, mi yerro enmienden
 los privilegios con que
3805
 han de quedar las mujeres
 en las capitulaciones
 con que a tu piedad se ofrecen,
 diciendo con toda Roma,
 que humilde a tus plantas viene...
3810

Salen TODOS, hombres y mujeres

TODOS:
 ¡ Viva quien vence;
 que es vencer perdonando
 vencer dos veces!
AURELIO:
 A vuestras reales plantas
 Roma...
CORIOLANO:
      Voz y acción suspende;
3815
 que hasta saber con qué pactos
 y hasta ver que los acepte,
 no está perdonada Roma.
TODOS:
 Dilos, pues.
CORIOLANO:
      Primeramente,
 que las mujeres que hoy
3820
 tiranizadas contiene
 se pongan en libertad,
 y las que volver quisieren
 A Sabinia no se impidan
 ni sus personas ni bienes;
3825
 que las que quieran quedarse
 restituidas se queden
 en sus primeros adornos
 de galas, joyas y afeites;
 que la que se aplique a estudios
3830
 o armas, ninguno las niegue
 ni el manejo de los libros
 ni el uso de los arneses,
 sino que sean capaces,
 o ya lidien o ya aleguen,
3835
 en los estrados de togas,
 y en las lides de laureles;
 que el hombre que a una mujer,
 dondequiera que la viere,
 no la hiciere cortesía,
3840
 por no bien nacido quede;
 y por mayor privilegio,
 más grave y más eminente,
 pues por las mujeres yo
 sin honra me vi, se entregue
3845
 todo el honor de los hombres
 a arbitrio de las mujeres.
AURELIO:
 Todas esas condiciones
 es preciso que yo acepte
 en nombre de Roma.
TODOS:
      Y todos,
3850
 diciendo ufanos y alegres:
 ¡ Viva quien vence;
 que es vencer perdonando
 vencer dos veces!
SABINIO:
 Pues, yo vuelvo victorioso
3855
 con que Roma se sujete.
ASTREA:
 Yo airosa, con que vengadas
 todas sus matronas queden.
ENIO:
 Yo gozoso de haber sido
 tercero en sus intereses.
3860
AURELIO:
 Yo vano, con que a mi hijo
 es a quien la vida debe.
LELIO:
 Yo amigo de quien ya sé
 que no dio a mi padre muerte.
VETURIA:
 Yo dichosa con saber
3865
 que Coriolano me quiere.
CORIOLANO:
 Y yo, con que nuestras bodas
 hoy contigo se celebren,
 restituido a mis triunfos,
 más honores y laureles
3870
 que tuve, pues sola tú
 mi honor, triunfo y laurel eres.
PASQUIN:
 Y yo contento, con que
 sepan todos Vuesarcedes
 que las armas de hermosura
3875
 con las feas no se entienden.
 Digamos todos, pues todos
 trocamos males a bienes,
 a las plantas de Sabinio,
 Astrea y Coriolano, alegres:
3880
TODOS:
 ¡ Viva quien vence;
 que es vencer perdonando
 vencer dos veces!


FIN DE LA COMEDIA