Antonio Mira de Amescua
El clavo de Jael


Personas que que hablan en ella:

  • Ever FINEO
  • SIMANEO, gracioso
  • Jabín, REY de Asiria
  • SISARA, capitán
  • ABDIAS
  • BARAC
  • RUBEN
  • JAEL
  • TAMAR, criada de Jael
  • SOFONISA, hermana del rey Jabín
  • DEBORA, profetisa
  • MUSICOS
  • CAPITAN

  • ACTO PRIMERO

    Salen JAEL y TAMAR, criada
    JAEL:          Ya no puedo caminar.
    TAMAR:          Y a descanso te convida
         aquesta fuente.
    JAEL:                                        ¡ Ay, Tamar,
         que es símbolo de la vida,
         un correr y un murmurar !    5
         Ya son sus cristales fríos,
         ya furiosos, ya tardíos,
         ya por peñas, ya por prados,
         hasta que en el mar mezclados
         pierden sus nombres los ríos.    10
         ¿: Qué es la muerte sino el mar
         a donde acaban las vidas ?
    TAMAR:          La tuya debes guardar.
         Si tus pesares no olvidas,
         tú misma te has de acabar.    15
         Mira ese valle florido,
         de sus flores guarnecido.
    JAEL:          Si a mí imitándome van,
         presto se marchitarán.
         Falte el sol, vendrá su olvido;    20
         que la Fortuna crüel
         un mismo fin apresura,
         y el mayor tormento en él.
    TAMAR:          Quien goza tanta hermosura,
         ¿: por qué se queja, Jael ?    25
         ¿: Qué importa que con rigor,
         por pensión de tu valor,
         te sea la suerte avara ?
         Pues, al fin traes en tu cara
         el mayorazgo mayor.    30
    JAEL:          ¡ Ay, Tamar, nunca creí
         que era hermosa, aunque avisada
         del cristal o espejo fui,
         hasta verme desdichada;
         que entonces lo presumí.    35
    TAMAR:          Siéntate.
    JAEL:                        Llega a mi lado,
         verde sitio, hermoso prado
         para aumentar mi tristeza.
    TAMAR:          Aumenta más su belleza
         de los montes coronado.    40
    JAEL:          ¿: Qué tierra [es ésta] ?
    TAMAR:                                            No inquieres;
         que no lo puedo saber;
         mas al fin preguntar quieres
         por ser del todo mujer,
         aunque a todas te prefieres.    45

    Salen FINEO y SIMANEO

    SIMANEO:          ¡ Qué ligero el corzo va !
    FINEO:          Los cristales buscará
         de esa fuente clara y fría,
         ¡ cosa tan cobarde cría
         el desierto de Judá !    50
    SIMANEO:          Imposible es alcanzalle,
         y más yo, que un topo soy.
    FINEO:          Atrás deja el verde valle,
         y en parte corrido estoy
         de herirle y no matalle.    55
    SIMANEO:          A tan veloz animal,
         seguirle pudieras mal.
         Gente hay en la fuente, espera.
    FINEO:          ¡ Oh, qué felice ribera !
         Ninfas beben su cristal.    60
    SIMANEO:          ¿: No es ésta caza mejor
         sin que se gasten las flechas ?
    FINEO:          Antes me anima el temor
         entre dudas y sospechas
         que los presume el amor.    65
         ¡ Qué soberana belleza !
         A no saber con certeza
         que hay sólo un Dios, adorara
         a Venus en esta cara,
         monstruo de naturaleza.    70
    SIMANEO:          ¿: Por cuál dices ?
    FINEO:                                  Hablad vos.
         Vista mis ojos pudieran...
         ¡ No las entiendo, por Dios !
    SIMANEO:          Pues, en tus ojos hubieran
         lugar a un tiempo las dos.    75
         Donde hay lengua, ¿: para qué
         han de hacer los ojos fe ?
    FINEO:          Advierte con más decoro,
         cuanto resplandece el oro
         si entre la plata se ve.    80
    SIMANEO:          Pienso que a la blanca humillas
         el corazón.
    FINEO:                    Maravillas
         miro en el cristal ligero.
    SIMANEO:          Pues yo a la morena quiero
         para hacerla seguidillas.    85
    TAMAR:          Si Narciso quieres ser,
         bien puedes mirarte más.
    JAEL:          Mal me sabes entender.
    TAMAR:          Sé que embelesada estás.
         Amor te podrás tener.    90
    SIMANEO:          Llega, pues.
    TAMAR:                        Gente ha llegado.
         ¡ Qué cazador tan turbado !
         De la suspensión me admiro.
    JAEL:          Mal acertaréis el tiro
         con el arco desarmado.    95
         Si caluroso buscáis
         la fuente, llegad.
    FINEO:                              No llego,
         por saber que me engañáis.
         Dieron vuestros ojos fuego
         y agua con la voz me dais.    100
         Mas, si hubiera de llegar,
         agua pudiera tomar
         cuando me he sentido arder;
         que si no para beber
         sirviera para llorar.    105
         ¿: Quién eres, mujer divina ?
    JAEL:          Una mujer desdichada
         que desterrada camina.
    FINEO:          Una gloria está cifrada
         en beldad tan peregrina.    110
         ¿: Eres gentil ?
    JAEL:                                  De Israel,
         el Dios adoro y en El
         fundo esperanzas altivas.
    FINEO:          Ya de sentido me privas.    115
         ¿: Cómo te llamas ?
    JAEL:                                Jael.
         ¿: Y tú, quién eres ?
    FINEO:                                            Escucha,
         porque te quiero obligar
         diciéndote brevemente
         mi estado y mi calidad.    120
         Yo me llamo Ever Fineo.
         Adoro al Dios de Abrahán.
         Ignorante de la escrita,
         sigo la ley natural.
         Fue mi ascendiente Esaú    125
         y soy nieto de Boaz,
         deudo del santo Moisés,
         vuestro heroico capitán.
         Cuando huyendo de Egipto
         fue pastor en Madián,    130
         le dio Jetro, sacerdote,
         la hija que quiso más.
         Después, cuando el Mar Bermejo
         hizo muro de cristal
         y pasó las doce tribus:    135
         Judá, Rubén, Isacar,
         Zabulón, Neftalí, Aser,
         Simeón, Benjamín, Dan,
         que Jacob llamó culebra,
         Efraín, Manasés, Gad,    140
         y después que Josüé
         quebró el viril del Jordán,
         [y] en la prometida tierra
         rompió los muros de Haí,
         bajó mi padre y familia    145
         de la hermosa Ciudad
         de las Palmas y habitaron
         los desiertos de Judá.
         Aquestos valles que miras
         que eternos abriles dan,    150
         cuyas fuentes son lazadas
         de las flores de coral,
         cubren los ganados míos
         de quien soy otro Labán
         sin que varas de Jacob    155
         puedan sus pieles manchar.
         Dime tú, Jael divina,
         iris hermosa de paz,
         ¿: quién eres y qué es la causa
         que a este desierto te trae ?    160
    JAEL:          Obligada, Ever Fineo,
         a tu amor y voluntad,
         oye las desdichas mías
         en que un prodigio verás;
         el tribu de Benjamín,    165
         nieto querido de Isaac,
         me dio sangre clara y noble
         por serlo entre los demás.
         De ricos padres nací
         a quien no pude heredar    170
         porque hermanos codiciosos
         son ejemplo de crueldad.
         Si fui hermosa, o si la soy,
         tus ojos te lo dirán.
         Sólo sé que el parecerlo    175
         pudo mis penas causar.
         Muertos mis queridos padres,
         al partir con gusto igual
         la hacienda que nos dejaron
         en    el monte de Galaad    180
         mis hermanos me dijeron,
         "Jael, ¿: qué tesoro hay
         [más] que tu rara hermosura
         que puede el sol envidiar ?
         No fue Raquel tan hermosa    185
         ni vio más belleza Adán
         en Eva, siendo su cuerpo
         de jazmines y azahar.
         ¿: Qué rosas cría Samer,
         qué claveles Simaná,    190
         qué bellos lirios Emón,
         qué jazmines el Cedar
         que a tus mejillas y cuello
         no den superioridad
         confesando ser traslados    195
         de tu hermoso original ?
         Dividida en cuatro partes
         nuestra hacienda, ¿: quién será
         rico de todos nosotros
         si no es inmenso el caudal ?    200
         Tú, Jael, seguramente
         esposo rico hallarás,
         y por eso de la hacienda
         tu parte nos puedes dar.
         Dijeron y entre los tres    205
         sin temer que el Jehová
         poderoso castigase
         tan inhumana impiedad,
         parten los bienes y quedo
         como en la orilla del mar    210
         el que sin bajel desea
         romper sus montes de sal,
         como el mísero que pasa
         los desiertos de Farahán    215
         perdido en sus arenales
         no habiendo a quien preguntar.
         Piadosa y enternecida
         pedí el favor celestial
         como si entonces llovieran    220
         las nubes dulce maná.
         Determinéme, en efecto,
         a dejar mi natural.
         Aunque soy hija de Sara
         peregrina como Hagar,    225
         y con el traje que ves,
         con poca seguridad,
         de todos desamparada,
         sino sólo de Tamar,
         por inciertas sendas guío,    230
         hasta que la variedad
         de las flores de este prado
         entre lirios y arrayán
         al descanso convidaron
         con el dulce murmurar    235
         de las fuentes fugitivas
         que huyendo a su centro van,
         nuestros cansados alientos
         donde has venido a escuchar
         las desgracias de quien huyo    240
         pero corren ellas más.
    FINEO:          Aunque debo con razón
         culpar el término injusto
         de tus hermanos, es justo
         que alabe su discreción;    245
         pues entre varios efetos
         del ambicioso cuidado,
         Jael, contigo han andado
         avaros pero discretos.
         Hazaña fue peregrina    250
         el quitarte tus hermanos
         todos los bienes humanos
         conociéndote divina.
    SIMANEO:          ¿: Y ella no dice quién es ?
    TAMAR:          Su criada.
    SIMANEO:                    Brevedad    255
         notable y facilidad.
    TAMAR:          Yo le informaré después.
    FINEO:          Fuerza es, divina mujer,
         que halles un rico esposo.
         Sólo es lo dificultoso    260
         que te pueda merecer,
         y si de mí conociera
         que méritos igualara
         y que al cielo de tu cara
         atrevido no ofendiera,    265
         ya puesto a tus plantas bellas,
         amante y enternecido,
         diera, siendo tu marido
         clara envidia a las estrellas.
         Y, si licencia me das,    270
         [si] para este atrevimiento,
         y si de mi pensamiento
         ya con enojo no estás,
         permíteme que te ofrezca
         un criado, no un esposo,    275
         que te sirva cuidadoso
         y que humilde te obedezca.
         Rica y servida serás
         y por tus ojos serenos,
         Jael, que no puedo menos    280
         ni puedo ofrecerte más.
    JAEL:          Fineo, el agradecer
         tu amor es justa razón,
         y pagar a tu afición    285
         si acaso pudiera ser.
         El casarnos, ¡ no os asombres !,
         es imposible los dos.
         Soy de los hijos de Dios
         y tú hijo de los hombres.    290
         En mi ley es prohibido
         el poder ser yo tu esposa.
    FINEO:          ¿: No sabes, Jael hermosa,
         cuántos ejemplos ha habido ?
    JAEL:          Yo sigo la ley de Job.    295
         No vive otro sino tú,
         descendiente de Esaú
         entre hijos de Jacob.
    FINEO:          Justas las leyes serán.
    JAEL:          Y es excusada porfía.    300
    FINEO:          ¡ Cuántos están de la mía
         en el seno de Abrahán !
    JAEL:          Antes que Dios la ley diera
         en el Sinaí a Moisés,
         puede ser, mas no después.    305
    FINEO:          La grandeza considera
         de mi pueblo.    Balán fue
         testigo de su valor.
         Si sois hijo del Señor,
         ¿: cómo consentís que esté    310
         en esclavitud pisada,
         de Jabín, rey de Canaán ?
    JAEL:          Nuestras muchas culpas dan
         fuertes filos a su espada.    315
         Padece porque ofendió
         a su Dios.    Porque estuvieron
         en gracia, presto cayeron
         los muros de Jericó.
         Y para decir verdad,    320
         por dichosa me tuviera
         si nuestra ley una fuera,
         en pagar tu voluntad.
    FINEO:          La mucha fuerza de amor
         a quien el alma rendí    325
         hoy quiere mostrar en mí
         todo su extremo mayor.
         Pobre vienes y cansada.
         Aquí si mi amor deseas
         te queda para que seas    330
         servida y reverenciada.
         Una tienda te armarán
         que al sol en belleza afrente.
         Tendrá la punta al oriente
         y sus columnas serán    335
         de cedro para que estés
         como tu beldad promete.
         Las columnas serán siete
         y la cama de ciprés.
         Allí de espacio, informado    340
         de tu ley, seguirla quiero
         y ser tu esposo.
    JAEL:                            No quiero,
         viéndome en tan pobre estado,
         no aceptar tu ofrecimiento
         pues que de ti me fío    345
         mi honor.
    FINEO:          No es amor el mío
         ni atrevido ni violento.
         Con respeto y cortesía
         has de ser de mí tratada.    350
         El hospedaje me agrada.
    SIMANEO:          ¿: No habláis vos, morena mía ?
         ¿: Es vergüenza o es temor ?
         (Derretido estoy por ella).            Aparte
    FINEO:          El vano miedo atropella.    355
    JAEL:          No le tengo de tu amor.
    FINEO:          Sólo licencia te pido
         porque llegue a ser dichoso
         que alcance el nombre de esposo.
    SIMANEO:          Esposo de anillo has sido.    360
    JAEL:          Ese favor te concedo.
    FINEO:          Pues, ven, esposa querida.
    JAEL:          Amante y enternecida,
         al amparo tuyo quedo,.
    FINEO:          Ven, mi querida Jael.    365
    JAEL:          Soy esclava tuya al fin.
    FINEO:          Hoy, hija de Benjamín,
         claro espejo de Israel...

    Vanse

    SIMANEO:          ¿: Osaráme a hablar agora
         que su ama no está aquí ?    370
    TAMAR:          Hablo poco.
    SIMANEO:                     Jamás vi
         mujer menos habladora.
         Milagro es que haya mujer
         que calle.
    TAMAR:          Si empiezo a hablar,    375
         muy tarde suelo acabar.
    SIMANEO:          Eso es fácil de creer.
         Advierte que no hay zagal
         en los desiertos que ha habido
         más fuerte ni más erguido.    380
         ¿: Quiéresme ?
    TAMAR:                    Ni bien, ni mal.

    [Vanse].    Salen el REY y SOFONISA, su hermana, y el capitán SISARA

    REY:          Dame los brazos.    Bienvenido seas.
    SOFONISA:          Bien merecidos son esos favores.
    SISARA:          Por ver que mis deseos los empleas,
         se acrecientan en mí fuerzas mayores.    385
         Tú, viva emulación de las tebeas,
         que [así] con [tus] divinos resplandores
         afrentan su candor, dame tus plantas.
    SOFONISA:          Con la humildad al cielo te levantas.
         ¿: Tienes salud ?
    SISARA:                                  ¿: No es fuerza que con muerte    390
         la cobre, aunque en tu ausencia me faltara ?
    SOFONISA:          Que nos escucha el rey, mi hermano, advierte.
    SISARA:          Deslúmbrame tu luz hermosa y clara.]
    REY:          Sísara, capitán heroica y fuerte,
         que en Aser y Canaán mi gente ampara,    395
         ¿: cómo quedan Samaria y Palestina ?
    SISARA:          Pues, tú por mis venturas adivina:
         Saqué [desde] Haroset, el cananeo
         ejército marchando belicoso
         hasta mirar al muro jebuseo    400
         que esperaba entre palmas, temoroso;
         allí quisiera ver al gran hebreo
         que el mar rompió soberbio y espumoso,
         o el que detuvo al sol con tal porfía
         que se durmió la noche y todo el día.    405
         Del tribu de Judá vi las banderas,
         con el león real que al sol atreve
         al pasar del Jordán por sus riberas
         que goza a mediodía diez y nueve
         ciudades que puestas en hileras    410
         cerca del mar que sus cristales bebe,
         cobardes y rendidas, aunque tantas,
         sobre ellas puse mis altivas plantas.
         Rubén, que un monte por sus armas tiene    415
         y el reino goza de los amorreos,
         franco pasó.    A mi ejército previene
         para que marche, rico de trofeos.
         Benjamín, con el buey por armas, viene
         humilde a presentarme sus deseos    420
         que hacia el septentrión límite inclina
         y con el Muerto Mar líneas termina.
         Dan mostró la culebra, su estandarte,
         mas fue para que humilde se rindiera;
         que el airado aquilón sus tierras parte    425
         gozando de su eterna primavera.
         Isacar, cuyas tierras a la parte
         del Líbano, del mar ve la ribera
         más humilde metió mis pretensiones
         que el animal que pinta en sus pendones.    430
         Neftalí, con el ciervo presuroso
         de sus armas llegó a besar mi mano;
         y Simeón, confuso y temoroso
         dejó los montes, ocupando el llano.
         Vi la Asiria y la Caldea hasta el hermoso    435
         campo en Damasco, conde por la mano
         de su Dios fue formado, porque asombre,
         del limo de la tierra el primer hombre.
         No se atrevió ninguno a dar señales
         de que alegre admite tu obediencia    440
         y los montes, los fieros animales
         aman tu nombre y temen mi presencia.
         ¡ Y pensar que los dioses inmortales
         pudieran con humana inteligencia
         juntarse, me dieron [dos] mil desvelos    445
         del globo los desiertos paralelos !
         No temas que otra vez los israelitas
         salgan del cautiverio como hicieron
         de Egipto, a quien las plagas infinitas
         por orden de los dioses destruyeron.    450
         Conquista las naciones inauditas
         que de Orontes los cristales bebieron
         que estatuas tuyas de alabastro y jaspe
         han de ver las corrientes del Hidaspe.
    REY:          Ya conozco tu valor    455
         y te estimo de manera
         que contigo dividiera,
         para muestras de mi amor,
         el reino si de este modo
         mis deseos no afrentara,    460
         pues al que todo lo ampara
         fuera bien dárselo todo.
         Sólo te quiero advertir
         para saberte premiar
         que ya que soy corto en dar    465
         no los seas en pedir.
    SOFONISA:          ¿: No respondes ?
    SISARA:                                      Mil caminos
         intento, mas todos vanos;
         que por servicios humanos
         espero premios divinos.    470
    SOFONISA:          Bien te puedes atrever.
         Agora hay buena ocasión
         y no será discreción
         que así la dejes perder.
    SISARA:          Si por heridas pudiera    475
         el corazón enseñarte,
         de él, en la más noble parte,
         lo que he de pedir se viera.
         Del que puedes inferir
         lo que te quiero agradar,    480
         pues sabiendo pelear
         me turbo para pedir.
    REY:          Ya ofendes con esas dudas
         mis liberales antojos.
    SISARA:          Yo sé que hablan los ojos    485
         cuando están las lenguas mudas.
         De ellos pudieras saber,
         si puertas del alma han sido,
         que ciego de amor te pido
         a tu hermana por mujer.    490
         Perdóname, loco estoy.
    REY:          Justos son tus pareceres.
         Tú pides como quien eres.
         Yo he de dar como quien soy.
         Tuya es mi hermana cara,    495
         mi valor y su nobleza.
         Por dueño de su belleza
         desde luego te declara.
         Dale la mano.
    SOFONISA:                              Y con ella
         el alma que suya es ya.    500
    SISARA:          Humilde a tus pies está
         quien toda el Asia atropella.
         Job quedara envidioso
         de mis dichosos empleos,
         mas quiero que los trofeos    505
         veas que alcanza tu esposo.
         Los esclavos israelitas
         quiero que besen tus pies
         para que estimes después
         la libertad que me quitas.    510
    REY:          Dispón a tu gusto, en fin.
    SOFONISA:          No hay más bien que desear.
    SISARA:          A caza te he de llevar
         a los montes de Efraín,    515
         porque si conmigo vas,
         después de verme temido,
         viendo lo que yo he vencido,
         el vencerme estimarás.

    [Vanse].    Salen ABDIAS, BARAC, RUBEN, y SOLDADOS

    ABDIAS:          Aquesta es su habitación.    520
         Este es el monte Efraín.
    BARAC:          Ya estoy con más confusión.
         Saber, Abdías, el fin
         me llama a esta ocasión.
    ABDIAS:          Ella misma lo dirá.    525
         Aquí vive entre Ramá
         y Betel.
    BARAC:          ¿: Qué puede ser ?
    ABDIAS:          Aquesta ilustre mujer
         respuestas al pueblo da.    530
         Al pie de una palma altiva,
         después que murió su esposo
         Lapidot, para que viva
         en el seno venturoso
         y su nombre en bronces, escriba,    535
         vive Débora, y consulta
         con alta deidad oculta,
         al Dios de Abrahán e Isaac.
    RUBEN:          ¿: Quién es aquéste ?
    SOLDADO 1:                                  Barac.
    RUBEN:          Quiero ver lo que resulta.    540
    BARAC:          [El fin] de haberme llamado
         [cierto me lo dirá].
    SOLDADO 1:                                        Mira
         cuánta gente se ha juntado.
    ABDIAS:          Ya escucha el pueblo admirado;
         y su belleza me admira.    545
    Sale DEBORA
         Aquí está, Débora hermosa,
         Barac.
    BARAC:          A tus pies [me] tienes.
         (Mucho me mira y no habla.                      Aparte
         Más confusión me parece).    550
    DEBORA:          Sean los montes testigos
         cuyos peñascos parecen
         gigantes que al cielo suben
         armados de ramos verdes;
         los arroyos despeñados    555
         cuyas risueñas corrientes
         con ricas plumas de vidrio
         púrpura y azahar guarnecen;
         los animales feroces
         que a mis voces obedientes    560
         embelesados me escuchan
         y sin responder entienden
         de que el gran Dios de Jacob
         por mi indigna boca quiere
         hablar para remediaros,    565
         porque el ánimo os despierte.
         ¡ Oh, pueblo de Dios querido !
         ¡ Victorioso tantas veces
         contra el número infinito
         de los idólatros reyes !    570
         ¡ Ah, vosotros que pasasteis
         el Mar Bermejo, de suerte
         que hombres [treparon] las ovas
         a donde habitaban peces,
         por quien cayendo las aguas    575
         sobre Faraón rebelde,
         el caballo y caballero
         vieron su sangre la muerte !
         Los que una nube cubría
         para que el sol no les diese    580
         calor sino luz hermosa
         por los estíos ardientes;
         y de noche una columna
         de fuego os prestaba siempre
         luz para ver en los campos    585
         llover el maná de nieve;
         que cansándoos su dulzura
         disteis causa a que lloviese
         codornices por las ollas
         que llorasteis impacientes.    590
         ¿: No sois los que con el arca
         el Jordán claro y alegre
         abierto por doce bocas
         os dio paso francamente
         y en la prometida tierra    595
         que manaba miel y leche,
         vencidas tantas naciones
         os vestisteis de laureles ?
         ¿: Cómo, desagradecidos
         al Dios que os dio tantos bienes,    600
         falsos dioses adorasteis
         engañados del deleite ?
         Volved al Dios de Jacob,
         que El por mi boca os ofrece
         la victoria de Jabín    605
         y su capitán valiente.
         A ti, Barac, te ha elegido
         el Dios que ejércitos vence
         porque del número seas
         de los ilustres y jueces.    610
         Levanta pues, animoso.
         Trae al Tabor eminente
         del tribu de Neftalí
         origen de quien desciendes    615
         y deja brillar diez mil
         soldados con que presentes
         a Sísara la batalla,
         del Cisón en las corrientes.
         Allí el Dios de vuestros padres    620
         traerá a tus manos la gente
         de Sísara, con los carros
         falcados que rige y tiene.
         Será famoso tu nombre.
         Levanta, ¿: qué te suspendes ?    625
         Dios te llama y yo te aviso.
         Anímate, pues.    El vence.
    BARAC:          ¡ Oh, profetisa divina,
         el ánimo helado enciendes !
         La ceniza de mis canas    630
         en vivas brasas conviertes.
         No dudo de la victoria
         sino de hallarme imprudente
         para empresa tan heroica
         que tanta industria requiere.    635
         Débora, si vas conmigo,
         con tu amparo atreveréme;
         mas si no vas, mi osadía
         se acobarda y entorpece.
         No iré si no me acompañas    640
         porque quiero que peleen
         mi espada y tus oraciones.
         No es miedo aunque lo parece.
    DEBORA:          ¡ Qué no por llamar Jacob
         ciervo a Neftalí te viene    645
         parte de su cobardía !
         Contigo iré, pero advierte
         que no tiene de ser tuya
         la victoria que Dios quiere;
         que a manos de una mujer    650
         Sísara la vida deje.
    ABDIAS:          ¡ Vivan Débora y Barac !
         ¡ A sus contrarios sujeten !
         Ciña este laurel honroso,
         Barac ilustre, tus sienes.    655

    Dentro

    VOCES:          ¡ Por aquí va el capitán !
         Con él al valle desciende
         su alteza.
    SISARA:          Deja el caballo.
    ABDIAS:          Voces al aire suspende    660
         de cazadores.
    Salen SISARA y SOFONISA
    SISARA:                            Teneos.
         ¿: Qué hace aquí tanta gente ?
    DEBORA:          Este es Sísara.    No temas.
    BARAC:          Ya es forzoso atreverme.
    SISARA:          ¿: Qué es esto, viles hebreos ?    665
         ¿: Quién os animó a juntar
         tanta gente, y en lugar
         contraria a nuestros deseos ?
         ¿: Qué laureles, qué trofeos
         en la cabeza ponéis    670
         de un caduco ?    ¿: A quién hacéis
         fiesta ?    ¿: Qué memoria honráis ?
         ¿: Los ácimos celebráis
         o la pascua ennoblecéis ?
         Como al ídolo que adoro    675
         primero y a mí después,
         ¿: No sois alfombra a sus pies
         de más divino tesoro ?
         Si le perdéis el decoro
         y no llegáis a adorar    680
         a Venus, hija del mar,
         en perfecciones tan raras,
         vuestra sangre en limpias aras
         le pienso sacrificar.
         ¿: No habláis ?    ¿: No respondéis ?    685
         Si es que turbados estáis,
         ya que la ocasión buscáis,
         por el miedo que tenéis,

    SISARA le quita la corona de laurel a BARAC y se la presenta a SOFONISA

         vuestros laureles veréis
         puestos a sus plantas bellas    690
         para que se honre en ellas.
    DEBORA:          ¡ Suelta, mujer !
    SOFONISA:                                ¡ Ay de mí !
    SISARA:          ¡ Vivan los dioses !    Que vi
         en el suelo las estrellas.

    Quítale DEBORA la espada a SISARA

    DEBORA:          Levanta, Sísara.
    SOFONISA:                                  Apenas    695
         puedo vencer el temor.
    SISARA:          La sangre con el furor
         helada queda en las venas.
         Manche las rubias arenas
         la sangre de la canalla.    700
    DEBORA:          Quien sin espada se halla,
         ¿: cómo busca nuestra ofensa ?
         Si tú me das mi defensa,
         necia seré en no tomalla.
    SOFONISA:          Advierte que sólo estás    705
         y sin armas.
    SISARA:                            Loco estoy.
         Muestra mujer.
    DEBORA:                            No la doy
         para que te enojes más.
         De aquí adelante tendrás
         por defensa de Israel    710
         un contrario más crüel
         en el que informas así;
         que por eso le ceñí
         verdes hojas de laurel.    715
         Resucitado a Josué
         otro Judá ha nacido
         que a tu poder atrevido
         el castigo justo dé,
         y no será lo que fue.    720
    SISARA:          Bárbaros jueces nombráis
         cuando cautivos estáis,
         pero bien es que mostréis
         cuán poco valor tenéis
         pues de un caduco os fiáis.    725
    BARAC:          Sísara, si no te viera
         de tus carros rodeado,
         verte [he] de mí castigado
         y que el castigo te diera.
         Cubra la verde ribera    730
         del Carit y del Cisón,
         tu innumerable escuadrón
         agote el claro Jordán.
         Sube en tus carros.    Serán
         los que perdió Faraón.    735
         Vuelve a Haroset y no esperes
         a que tu injusto rigor
         tanto incite mi valor;
         que te deshonras si mueres
         desarmado.
    SOFONISA:                    Si me quieres,    740
         como dices, no aventures
         tu vida y mi mal procures.
         ¡ Si es difícil de vencer
         hasta que con el poder
         las victorias asegures !    745
    SISARA:          Aunque del furor vencido,
         tu mandamiento obedezco
         y las causas que te ofrezco
         de estos que libres han sido.
         Vuestros nombres no he sabido.    750
    DEBORA:          Débora y Barac serán
         los que guerra te darán.
    SISARA:          Débora, guarda mi espada.
    DEBORA:          Presto la verás manchada
         con la sangre de Canaán.    755
    SISARA:          ¡ Qué arrogancia de mujer !
         ¡ Y qué viejo confiado !
         La guerra habéis publicado
         que vuestra muerte ha de ser.
    BARAC:          Dios tiene el sumo poder.    760
    SISARA:          ¿: Qué poder si vivo estoy
         y asombro a los cielos doy ?
    DEBORA:          Confía en el Dios de Isaac.
    TODOS:          ¡ Vivan Débora y Barac !
    SISARA:          Rabiando de enojo voy.    765

    Vanse y sale SIMANEO

    SIMANEO:          Cada hora, cada instante
         va creciendo mi amorío;
         de noche no temo el frío,
         no hay día que el sol me espante.
         Ya no voy tras el ganado    770
         con el gusto que solía.
         Yo que amor no conocía
         en su ciencia soy letrado.
         Esta es la tienda en que están
         las dos de todos servidas,    775
         que de mozas tan garridas
         inficionados están.
         Saber un cantar quisiera
         con qué llamase a Tamar,
         pues que no sabe el cantar    780
         ruiseñor de esta ribera,
         como ella.    ¿: Qué podré hacer
         para que pueda salir ?
         Que es leer y no escribir
         el cantar y no tañer.    785
         Gente suena.    ¡ Juro a mí !
         Instrumentos traen.    Quisiera
         que alguno un cantar dijera,
         y se hiciese, porque así
         dijera que había sido    790
         requebrando a mi morena
         a costa de voz ajena
         que ya es uso introducido.

    Salen FINEO y los MUSICOS

    FINEO:          Como el bien aún no poseo
         que con esperar me engaña,    795
         adorando a esta cabaña
         le doy aliento al deseo.
         A mi esposa querida
         darle música concierto;
         que en cuidado tan despierto    800
         no ha de haber alma dormida.
    SIMANEO:          Este es mi amo.
    FINEO:                                  ¿: Quién va ?
    SIMANEO:          Bien arrebozado estoy.
    FINEO:          ¿: Es Simaneo ?
    SIMANEO:                        El [soy].
         Todos estamos acá.    805
    FINEO:          Pues tú, ¿: qué haces aquí ?
    SIMANEO:          También soy persona yo,
         y sus virotes gastó
         Amor, como en vos, en mí,
         y si a Tamar no me dais,    810
         amor, guárdaos el ganado.
    FINEO:          Gusto infinito me has dado.
    SIMANEO:          Como en esperas andáis
         de casaros, los desvelos    815
         diferenciáis de los dos;
         que gocéis la esposa vos
         y acá que nos papen duelos.
         [.......................]
    FINEO:          Calla; que yo estoy aquí    820
         para que imites a mí.
         [........................]
    MUSICOS:          "Levanta, paloma mía.
         Suene a mi oído tu voz,
         la de la tórtola a mí    825
         en nuestra tierra se oyó."

    Dentro

    JAEL:          Muéstrame, adorado mío,
         dónde, en ardiente calor,
         apacientas tus rebaños
         pues ves que a buscarte voy.    830
    [TAMAR]:          Estando el rey en su trono,
         el nardo dióme su olor.
         Hija de Jerusalén
         hermosa aunque negra soy.
    MUSICOS:          "A estos montes de Judá    835
         mi bella esposa subió,
         hermosa como la luna,
         escogida como el sol."
    JAEL:          Si viéredes a mi esposo,
         bellas hijas de Sión,    840
         llamadle y decidle todos
         que estoy muriendo de amor.

    Salen JAEL [y TAMAR]

         Levantéme, esposo, a verte
         cuando mi alma te oyó,
         llenas de mirra las manos    845
         para que abriesen mejor.
    FINEO:          Abreme, esposa querida,
         que el invierno no pasó,
         y el verano a dar empieza
         dulce fruto entre la flor.    850
         Ya se llega el mismo tiempo
         de nuestra imaginación,
         fruto ha dado la higuera,
         la viña flores brotó.
         Por el desierto subiste    855
         como hermosa inspiración
         del vino que de la mirra
         y del incienso nació.
         Es aceite derramado
         tu nombre.    Tras ti me voy    860
         al olor de tus aromas
         de infinita estimación.
         Los tabernáculos santos
         del Cédar del rey mayor
         el vestido a tu belleza,    865
         son propia comparación.
         Hermosa eres, mi Jael,
         y mancha en ti [no] se halló.
         Tórtolas son tus mejillas,
         palomas tus ojos son.    870
         Tu cabellera el rebaño
         de las cabras que subió;
         del monte Galaad quedaba
         bellísimo resplandor.
    SIMANEO:          ¿: No dejaréis que requiebre    875
         a Tamar un poco yo ?
    FINEO:          Antes quiero que nos vamos.
         Que descanse y es razón.
    JAEL:          ¿: Qué más descanso que el verte ?
    FINEO:          Adiós, mi Jael.
    JAEL:                              Adiós.    880
    SIMANEO:          Vamos cantando, zagales,
         una amorosa canción.
    MUSICOS:          "Si tus ojos se ponen,
         zagala bella,
         no habrá luz que me alumbre    885
         cuando amanezca."

    Vanse todos

    Salen BARAC y DEBORA


    ACTO SEGUNDO

    BARAC:          Aquí, Débora, he traído,
         entre confusos criados,
         diez mil valerosos soldados,    890
         que son lo que me has pedido.
         El tribu de Zabulón
         y de Neftalí ofrecieron
         las vidas, que así admitieron
         alegres tu petición.    895
         Todos vienen animosos.
         Sólo yo cobarde vengo,
         y no porque dudas tengo
         en los hechos milagrosos
         de nuestro Dios de Israel;    900
         pero, si al temor me ajusto,
         es por no verme tan justo
         que espere milagros de El.
         ¿: Qué Moisés has escogido
         que le habla cara a cara,    905
         que a las peñas con su vara
         rompió el pecho endurecido,
         que en el Sinaí el Horeb
         le pueda ver amoroso ?
         ¿: Qué Josüé valeroso ?    910
         ¿: Qué virtüoso Caleb ?
         Sino un hombre pecador,
         de servirle tan ajeno
         que sólo ha tenido bueno    915
         el tener este temor.
    DEBORA:          Barac, aunque así te humillas
         miro, como Dios discreto,
         que en el humilde sujeto
         muestra Dios sus maravillas.    920
         El humilde le agradó,
         y por El fue levantado,
         y cuando más confiado
         el soberbio derribó.
         [Tú mismo te levantaste]    925
         por la humildad que has tenido.
         Justo a su pecho has venido;
         ya la victoria alcanzaste.
         No deseará de ti
         propio gozar la victoria,    930
         pues vences la vanagloria
         de verte ensalzado así.
         De aquí es justo que se vea,
         después de tiempos tan largos
         que Dios nunca da los cargos    935
         al hombre que los desea.
         Moisés bien supo temer
         cuando con Dios se excusaba,
         pues por su lengua dudaba
         poderle nadie entender;    940
         y así los reyes debían
         honrar al que no pretende.
         Mucho más, pues, de El se entiende;
         que ambiciones no porfían.
         Esto basta y no te vea    945
         más, Barac, desconfiado.
    BARAC:          Un pecho, por ti animado,
         bien es que sus dichas crea.
         Por ti destierro el temor.
         Mira, divina Belona,    950
         esa gente que corona
         estas cumbres del Tabor.
         Aunque pocos, bien armados,
         en sus puntas eminentes
         parecen las armas fuentes    955
         con los cristales helados,
         de cuyos blancos rebaños
         o con fuerza juveniles,
         duros peñascos movibles
         haciendo a la vista engaños.    960
    DEBORA:          Esos a la multitud
         de Sísara vencerán.
    BARAC:          Seguros, Débora están
         de tu industria y tu virtud.
    DEBORA:          ¿: Quién viene ?
    BARAC:                                  Abdías, amigo,    965
         ¿: de dónde vienes ?

    Sale ABDIAS

    ABDIAS:                                      A ser
         del más soberbio poder,.
         Barac, ilustre, testigo.
         Salí como me mandaste
         a ver con el manto oscuro    970
         de la noche, de Haroset
         los inexpugnables muros.
         No pude llegar a verlos
         porque apenas el sol rubio
         daba resplandor al alba,    975
         sólo con bostezos suyos,
         cuando llegando a Cisón
         vide sus cristales turbios
         de los caballos que vienen,
         espumas entre los juncos.    980
         Detuve el ligero paso,
         no medroso mas confuso,
         haciendo como prudente
         prevenciones y discursos.
         Salió el padre de los días    985
         por diamantes y carbunclos
         para dorar pabellones
         adonde flores produjo.
         Enseñóme con sus rayos
         la multitud y discurso    990
         de los contrarios, por quien
         nuestra perdición anuncio.
         Del mar las arenas rojas
         entre corales y lucios,
         que de lágrimas del alba    995
         cuajan aljófar oculto,
         las hojas de aquesta selva
         a quien viste de oro julio,
         mayo de verde y octubre
         deja sus troncos desnudos,    1000
         las flores de aqueste campo
         que se igualen dificulto
         al número de la gente
         de este capitán robusto.
         La multitud es tan grande    1005
         que si contarlos presumo,
         átomos le cuento al sol
         y gotas de agua al diluvio.
         Filisteos arrogantes
         parecen montes robustos    1010
         de carne y hueso.    Sus lanzas
         son cedros altos y duros
         Madianitas y Amorreos.
         Si arrojar pretenden juntos,
         sus flechas dejan al sol    1015
         cuando no eclipsado, oscuro.
         Los carros falcados son
         novecientos.    Ved qué surcos
         harán entre los hebreos
         para el cananeo triunfo.    1020
         Cebadas vienen las ruedas
         de espadas cuyos agudos
         filos [a] las peñas parten.
         ¿: Qué acero estará seguro ?
         Perdón os pido, jüeces,    1025
         animosos como justos,
         si con dudar la victoria
         vuestros créditos injurio.
         [Yo] no intento pervertir
         vuestro intento.    Si procuro    1030
         que nuestras cervices vuelvan
         a sufrir de nuevo al yugo
         yo he de morir [el] primero;
         que de esta manera cumplo
         con la obligación que tengo;    1035
         que una vida paga mucho.
         ¡ Buscad las divinas fuerzas !
         ¡ Acudid al sacro oculto !
         ¡ Sacrificad blancos toros !
         ¡ Suban voces entre el humo    1040
         al trono del Dios de Isaac !
         Que con su favor no dudo
         que vuestra fama se alargue
         felices y largos lustros.
    DEBORA:          Parece que está turbado.    1045
    BARAC:          No es el pálido color
         cierto señal de temor,
         sino de enojo y cuidado.
    DEBORA:          Ese te importa tener
         para empresa tan altiva.    1050
    ABDIAS:          E infinitos años viva
         tan invencible mujer.
    DEBORA:          Ya que en el Tabor nos vemos
         de enemigos rodeados,
         bien es que a nuestros soldados    1055
         el bastimento busquemos.
         Yo me he de apartar de ti,
         Barac, por algunos días.
    BARAC:          ¿: No bastara si tú envías
         a buscarle desde aquí ?    1060
         ¿: Por qué me quieres dejar ?
    DEBORA:          Hablar yo misma deseo,
         porque es fuerza, a Ever Fineo;
         que de él pretendo alcanzar
         el socorro conveniente,    1065
         pues que sus blancos ganados
         cubren de Judá los prados.
    BARAC:          Mucho siento el verte ausente.
    DEBORA:          Tiene hechas con Jabín
         parias; que las rompa espero,    1070
         que deje el lugar primero
         y ocupe el valle Senín
         que es a la guerra importante.
    BARAC:          Y en mí lo es obedecerte;
         mas no es bien que de esta suerte,    1075
         mientras tú no estás delante,
         esté ocioso y retirado
         sin dar muestras de valor.
         Bajar quiero del Tabor
         encubierto y disfrazado.    1080
         Por mis ojos he de ver
         el contrario altivo y fiero;
         que quiero contar primero
         los que tengo de vencer.
    DEBORA:          Mucho me agradan tus bríos.    1085
    BARAC:          Si los gobierna un león,
         tigres las ovejas son.
         Tuyos son, que no son míos.
    DEBORA:          Seguro puedes partir,
         pues el cielo te defiende    1090
         de cualquier peligro.    Entiende
         que con honra has de salir.
         No te acobarde el poder
         del contrario, ni el hallarte
         a tu parecer en parte    1095
         donde es fuerza el perecer.
         De todo victoria alcanza
         quien a Dios lleva por guía.
    BARAC:          ¿: Quién miedo tener podría
         con tan segura esperanza ?    1100
         Tú, Abdías, rige la gente,
         pues que quedas esta vez
         por capitán y jüez
         en tanto que estoy ausente.
    DEBORA:          Del monte la cumbre altiva    1105
         corone; que así estará
         más seguro y gozará
         de la plata fugitiva
         de las fuentes del Tabor.
    ABDIAS:          En todo he de obedeceros;    1110
         que presto imagino veros,
         con fuerza y poder mayor,
         tener sujeto a Canaán.
    BARAC:          Tus brazos, Débora, pido.    1115
    DEBORA:          De la vida me despido.
         Guárdete el Dios de Abrahán,
         Dios de ejércitos, Dios santo.
         No pruebes más mi paciencia.
    BARAC:          ¡ Que ya celebran tu ausencia    1120
         las corrientes de mi llanto !

    Vanse y salen SISARA, el REY Jabín y su hermana, SOFONISA

    SISARA:          Tanta merced y favor,
         ¿: cómo la puedo pagar
         con una vida, señor ?
    REY:          Bien la merece gozar    1125
         quien tiene tanto valor.
    SOFONISA:          En tus pies pongo mi boca
         por la parte que me toca
         de la merced que le has hecho.
    REY:          Quien tiene parte en mi pecho    1130
         sin causa mi amor apoca.
         ¡ Qué mucho que ven haber,
         el que defiende mi estado
         tan enseñado a vencer
         que a la Fortuna he quitado    1135
         ya su mudanza, el poder !
         Que las veces que ha salido
         con mi ejército, vencido
         por los triunfos que alcanzó,
         no pregunten si venció    1140
         sino sólo si ha [venido].
    SISARA:          ¿: Qué te puedo responder
         a un favor tan soberano ?
         Pero debes de querer
         pagarte a ti de tu mano    1145
         pues de ella alcanzó el poder.
         ¿: Quién celebra la corriente
         de un arroyo que la fuente
         no alabe de quien manó ?
         El ser que tengo nació    1150
         de tu valor excelente.
         Tuyas han de ser las glorias
         de mis hechos, pues han sido
         en tu nombre mis victorias
         porque al pesar del olvido    1155
         duren en sacras historias.
    REY:          Después de venirte a ver,
         Sísara, quiero saber,
         ¿: cómo el amor se reparte
         entre Venus y entre Marte,    1160
         con la guerra y la mujer ?
         ¿: Qué ratos alcanza Amor
         entre las armas desnudo ?
         Porque el bélico furor
         nunca asegurarle pudo    1165
         entre el temer ni el temor ?
    SISARA:          Antes en mi pecho cría
         esta belleza tan mía
         más aliento en la ocasión
         Amor, y la valentía    1170
         que es la fuerza del blasón.
         Vivo alegre de esta suerte
         con el bien que el alma estima,
         y es fuerza que en todo acierte
         que la posesión anima    1175
         si la esperanza divierte.
    REY:          De tu valor no he dudado;
         mas pienso que has acertado.
         Que quedes sólo a vencer;
         que dudo que pueda ser    1180
         si no amante, buen soldado.
         Ve y castiga los hebreos
         que en las cumbres del Tabor
         han de aumentar tus trofeos,
         pues con la paz y el amor    1185
         multiplican los deseos.
         Hoy mi hermana he de llevar.
    SOFONISA:          ¡ Ay, si podréme quejar
         del agravio que me hiciste !
         Pues pienso que el bien me diste    1190
         por volvérmele a quitar.
         En marciales ocasiones,
         Sísara, es bien que se vea
         conmigo entre tus pendones.
         Verás que por dos pelea,    1195
         pues lleva dos corazones.
    SISARA:          Mal contigo te aconsejas
         si solicitas mis quejas,
         ¿: cómo tengo de poder
         a los hebreos vencer    1200
         pues que sin alma me dejas ?
         Si así mi paciencia pruebas,
         ten, señor, por cosa llana
         que la victoria te niegas;
         que en mí dejas a tu hermana    1205
         y en ella a Sisara llevas.
    SOFONISA:          Mira...
    REY:          No hay que replicar.
         Conmigo te he de llevar;
         que si de ti se destierra,    1210
         dará más prisa a la guerra
         para volverte a gozar.
         Desvelado le han de ver
         los que le llaman soldado;    1215
         que el que es fino lo ha de ser;
         ni ha de dormir sin cuidado
         ni de espacio ha de comer.
         Esta es mi resolución;
         que la harás con razón    1220
         que de gusto le limito
         y de su lado te quito.
         Doy a tu imaginación...
    SISARA:          ¡ Por los dioses !    Que he de ser
         rayo que en las peñas arda.    1225
         ¿: Qué daño puedes temer ?
         ¿: Un caduco te acobarda
         y una ignorante mujer ?
         ¡ Que así mis gustos impidas
         y del alma me dividas !    1230
         Pésame en esta ocasión,
         que es poca satisfacción
         de mi enojo diez mil vidas.
         Ya Samaria y Palestina,
         Judá, en el monte y llano,    1235
         teman su fatal rüina;
         que Júpiter en mi daño
         sus vivos rayos fulmina.
    REY:          Si con mi hermana quedaras,
         menos tu valor mostraras.    1240
    SISARA:          Tú mi razón acreditas.
         Con el gusto que me quitas
         a todos los desamparas.
    SOFONISA:          Yo, triste y enternecida,
         a los dioses pediré    1245
         tu victoria con tu vida;
         que ella te muestre mi fe
         en ausencia tan temida.
    REY:          Ven, que la partida ordena.
    SOFONISA:          La esperanza el llanto enfrena.    1250
    REY:          Mañana partir podremos.
         Entra en mi tienda.
    SISARA:                                      ¡ Qué extremos
         de furia, de amor y pena !
         ¡ Capitán !

    Sale un CAPITAN

    CAPITAN:                          Señor, [¿: qué haré ?]
    SISARA:          Prevenid al campo altivo;    1255
         que mañana romperé
         ese cristal fugitivo
         a donde el valor se ve.
         Vayan los carros falcados
         con sesenta mil soldados,    1260
         y entre escuadras de amorreos,
         los gigantes filisteos,
         despojos de acero armados;
         que yo en mi carro triunfal,
         hecho otro Marte iracundo,    1265
         daré evidente señal
         que es poco abrasar el mundo
         por venganza de mi mal.
    CAPITAN:          Ya al campo partir querría.
    SISARA:          La mucha melancolía    1270
         siempre trae consigo sueño.
         La memoria de mi dueño
         divertir en él querría.
         Dadme una silla.

    Sacan dos soldados a BARAC

    SOLDADO 1:                                            ¿: Qué hacéis ?
    BARAC:          ¿: Todavía porfiáis ?    1275
         ¿: Dónde llevarme queréis ?
    SOLDADO 2:          La sospecha que nos dais
         es justo que aseguréis.
    SISARA:          ¿: Qué es esto ?
    SOLDADO 1:                                  Este labrador
         es israelita, señor,    1280
         y aunque con leña venía,
         se presume que es espía.
    SISARA:          Más me enoja ese temor.
         ¿: Qué espía ?    ¿: Cómo o de quién ?
         ¿: De cuatro esclavos hebreos,    1285
         que es fuerza por lo que ven,
         que de sus vanos deseos
         arrepentidos estén ?
         Dejad al pobre villano.
         Vengarme en él es en vano    1290
         cuando Barac me ha ofendido
         si no es que de mí lo he sido.
    BARAC:          Que soy espía es llano.
    SISARA:          ¿: Qué importara que lo fueras ?
         Antes, en parte, me holgara    1295
         porque a ese hebreo dijeras
         la multitud sola y rara
         que agota aquestas riberas.
         Pienso que será mujer.
         Vuelve y dile la verdad:    1300
         el poder con que le sigo;
         que antes de verse conmigo
         se morirá de temor.
         Haced que la gente vea
         y dejadme sosegar.    1305
    CAPITAN:          Esas riberas rodea.
    BARAC:          ¿: De qué me puede importar ?
         Sólo serviros desea
         mi afición.    Dejadme aquí
         ver esta tienda que así    1310
         opuesta al sol resplandece.
    CAPITAN:          Bárbaro o simple parece.
         [Vamos].

    Vanse [los SOLDADOS y duérmese SISARA

    BARAC:                            El temor perdí.
         Sólo con él me quedo    1315
         y gozo francamente la salida.
         ¡ Oh, asombro, espanto y miedo
         del pueblo de Israel, hoy con tu vida
         su libertad restauro
         y alcanzo sin peligro eterno lauro !    1320
         Dormido tengo al fiero
         que al [pueblo] de Judá tiene oprimido,
         y aunque humilde cordero,
         con las divinas fuerzas atrevido,
         por la rubia que deja    1325
         la Ocasión, que la goce me aconseja.
         Pon fuerza, aliento y brío,
         Dios de Abrahán, en mi animosa mano.
         En tu valor confío.
         A sueño eterno pase este tirano    1330
         del que agora le ha dado.
         Parece que en la tierra estoy clavado.
         Mover los pies no puedo.
         ¿: Cómo, si el corazón está animoso,
         las plantas muestran miedo ?    1335
         ¡ Raro prodigio !    ¡ Efecto milagroso !
    SISARA:          ¡ Notable alevosía !
    BARAC:          ¡ Por el Dios de Jacob, que no dormía !
    SISARA:          ¿: Qué intentas ?    ¿: Qué procuras ?
    BARAC:          Sólo para hüir estoy ligero.    1340
         ¡ Extrañas desventuras !
    SISARA:          ¡ Detente, aguarda !
    BARAC:                                  Ya la muerte espero.
    SISARA:          ¡ Traición, traición !
    BARAC:                                        ¡ Ay, cielos !
         ¡ De plomo son los pies, las manos hielos !

    Salen SOFONISA, hermana del rey, un CAPITAN y SOLDADOS

    SOFONISA:          A la voz de mi esposo    1345
         acudo temerosa y afligida,
         y el amor es forzoso.
    BARAC:          Con tal engaño me quitan la vida.
    SOFONISA:                        ¿: Qué tienes ?
         ¿: Desprecios por abrazos me previenes ?
    SOLDADO 1:          Hombre, ¿: qué has hecho ?    Tente.    1350
    BARAC:          Sujeto me tenéis a mi fortuna.
    SISARA:          ¿: Qué sol en el oriente,
         a quien el alba le sirvió de cuna,
         salió con más belleza
         con rayos que alumbrasen mi tristeza ?    1355
    CAPITAN:          Si ha sido este villano
         causa de este alboroto...
    SISARA:                                                      ¿: Vienes ciego ?
         ¿: Vióse temor tan vano ?
         ¿: No te he dicho que no ?    Déjale luego.
    BARAC:          (¿: Qué es esto, cielo santo ?                            Aparte    1360
         Pues, ¡ cómo si me oyó, me sufre tanto ?)
    SOFONISA:          ¿: Qué ha sido, esposo mío,
         la causa de tus voces dolorosas ?
         Tu valor y tu brío
         no se alteran [ya] por pequeñas cosas.    1365
         Llega, llega a mis brazos.
    SISARA:          Vida me pueden dar tales abrazos.
         El dolor, la tristeza
         de ver que el rey te aparta de mis ojos
         rindió mi fortaleza    1370
         entregándole al sueño mis despojos;
         mas en dicha pequeña,
         no descansa quien duerme pues que sueña.
         Soñé que se hundía
         el carro en que yo salgo a las batallas    1375
         y en un prado me veía,
         lleno de hermosas flores que al pisallas
         viva sangre corrían,
         púrpura humana a un valle prometían.
         En esto, del oriente,    1380
         una mujer salía, de luz vestida,
         coronada la frente
         con rosas de Gadí, y repartida
         sobre los hombros bellos
         la máquina gentil de sus cabellos.    1385
         El cándido vestido
         al nardo pudo dar sacros olores,
         tan vistoso y lucido
         que daba lustre [ya] a las secas flores,
         y en su rostro perfeto    1390
         un hermoso pensil venció al Himeto.
         Esta, pues, cifra bella
         del iris celestial que paz anuncia
         me habló.    Llegué con ella
         donde sentado entre la grama y juncia    1395
         como en jardín Hibleo
         leche manó la tierra a mi deseo.
         Con la dulce acogida,
         sin sentido quedé sobre la grama.
         La mujer advertida,    1400
         sin temor de mis fuerzas y mi fama,
         con fatales desdenes,
         con un clavo crüel pasó mis sienes.
         Por eso voces daba.
    BARAC:          (Agora me acordé, Débora mía,    Aparte    1405
         aunque dudoso estaba
         de tu divina y cierta profecía.
         Pues, una mujer fuerte
         dice que a este crüel dará la muerte.
         Por eso yo no pude    1410
         mover los pies).
    SOFONISA:                        Pues, [mi] querido dueño,
         ¿: es posible que dude
         tu discreción en qué te dice el sueño ?
         Que es cierta tu victoria.    1415
    SISARA:          Da la interpretación pena a mi gloria.
    SOFONISA:          Ven las flores teñidas
         en sangre.    [Muestra] que dará tu acero
         Israel tantas vidas
         que el sol, donde esmeraldas vio primero,    1420
         mire rojos rubíes
         juntando al clavel los alhelíes.
         La mujer que a la luna
         excedió en el candor tan milagrosa
         es la diosa Fortuna    1425
         que favorable se te muestra hermosa
         de estrellas circundida,
         alba su rostro si del sol vestida.
         El clavo significa
         que has de ponerle en su mudable rueda    1430
         para que estable y rica
         goces la vida que a su cargo queda.
         Y el ponerle en tus sienes
         señal es de laurel que te previenes.
    SISARA:          Profetisa discreta,    1435
         dame los brazos.    Largos años vivas.
    BARAC:          (De otra suerte interpreta                        Aparte
         mi esperanza el suceso).
    SISARA:                                                    Ya me privas
         de dudas y recelos.
    BARAC:          (Ya espero la victoria de los cielos).    Aparte    1440
    CAPITAN:          A los dos espera
         su majestad.
    SOLDADO 1:                    ¿: Qué esperas hoy, villano ?
         Ya no veros quisiera.
    BARAC:          Aunque vivo le dejo, no es en vano
         la venida que he hecho.    1445
    SISARA:          Llévate el rey, y quedas en mi pecho.
    BARAC:          Yo volveré otro día.
         El cielo os guarde.
    SISARA:                                      ¿: Ha visto ya la gente
         el labrador ?
    BARAC:                        Podía,
         pero el veros me basta solamente.    1450
    SISARA:          Di a Barac que se guarde;
         que le fuera mejor nacer cobarde.

    Vanse todos.    Salen FINEO y SIMANEO

    SIMANEO:          Yo pienso que vos y yo
         tenemos un mismo mal.
    FINEO:          ¿: Cómo en pena tan mortal ?    1455
         ¿: Cuándo descanso se halló ?
         No sé qué tengo de hacer.
    SIMANEO:          Acabaos de contentar.
         Ello es que habéis de dejar
         o la ley o la mujer.    1460
         Con requiebros solamente
         consoláis vuestra afición,
         amante camaleón
         que del aire se sustente.
         Dicen que un hombre tenía    1465
         por pena, en su ardiente fragua,
         tener a la boca el agua
         y sediento no bebía.
         Lo mismo venís a hacer,
         y lo peor es, por Dios,    1470
         ni acabar de beber vos
         ni dejarse a mí beber.
    FINEO:          Aunque adoro esta belleza,
         ¿: no me ha de dar pesadumbre
         el ver que [al] mudar costumbre    1475
         mudó la naturaleza ?
         Contemplo la libertad
         de la ley en que he nacido,
         y en la escrita he conocido
         cansada dificultad.    1480
         Preceptos y mandamientos
         tantos, mal los guardará
         quien con libres pasos va
         solicitando contentos.
    SIMANEO:          Sabéis que me ha parecido    1485
         aunque más me lo neguéis,
         que ya en el amor tenéis
         esperezos de marido.
    FINEO:          Nunca quien ama de veras
         repara en dificultades.    1490
    SIMANEO:          Mis amorosas verdades
         aseguran tus quimeras.
         Dicen que a una imagen fría,
         que suspenso la miraba
         y tan elevada estaba,    1495
         que requiebros le decía.
         Vos sois a este necio igual.
         Amáis a una piedra dura;
         que es Jael por la blancura
         de mármol y aun de cristal.    1500
    FINEO:          Tu amor, ¿: en quién se emplea ?
    SIMANEO:          Aunque [ella] es conmigo franca,
         Tamar no es negra ni blanca.
         Es mujer de taracea.
         Tal cual es, yo estoy perdido    1505
         por ella sin caminar.
         Por lo que tiene de amar,
         su mismo norte he seguido;
         mas es moza carrasqueña.

    Salen TAMAR y JAEL

    TAMAR:          Aquí está.    1510
    JAEL:          (Triste le veo.                Aparte
         Si darle gusto deseo,
         dificultades me enseña
         la ley que guardo).    Señor,    1515
         ¿: Qué tenéis, quién os disgusta ?
         Mirad que no hay causa justa
         pues [que es] tan grande mi amor.
         ¿: Vos triste, vos enojado,
         cuando, llegándoos a hablar,    1520
         soléis conmigo mostrar
         rostro ni semblante airado ?
         ¿: Vos sois el firme amador ?
         Sospechas me dais así
         que habéis visto falta en mí    1525
         o hay desmayo en vuestro amor.
    FINEO:          ¿: Falta en vos, esposa mía ?
         Cuando en vos la imaginara
         los rayos al sol quitara,
         piadoso padre del día.    1530
         No es más limpio el cristal frío
         de esta fuente que desata
         cintas de quebrada plata,
         dando perlas por rocío.
         Vuestra belleza ha de dar    1535
         nueva causa a mi locura.
         ¿: Qué importa ver la ventura
         si no la puedo gozar ?
         De esto nace mi tristeza.
    JAEL:          Si vos la culpa tenéis,    1540
         no es justo que me culpéis.
    SIMANEO:          [Aquí] mi sermón empieza.
    TAMAR:          Conténtate.    Escucho, di.
    SIMANEO:          Cuando para no perderme,
         ha de dejar de traerme...    1545
    TAMAR:          ¿: Cómo ?
    SIMANEO:          ...de aquí para allí,
         ¡ voto al sol !, que es una...
    TAMAR:                                                          ¡ Tente !
    SIMANEO:          ¿: Cómo ?    ¡ Que es una y aun dos !
         [Me parece] que es, por Dios,    1550
         tener miedo a aquesta gente.
         Si no, andar al morro luego
         para ésta.    Si no me dais
         la mano [porque pensáis]
         que soy bobo...
    TAMAR:                              Vienes ciego.    1555
    JAEL:          Fineo, más bien podía
         yo quejarme del amor
         que tenéis, pues es error
         que no sigáis la ley mía.
         Pero quieres y no alcanzas    1560
         la luz que dándote estoy,
         pues con ella tuya soy
         y alargas las esperanzas.
         Pudiera haber presumido
         de las dudas en que estás,    1565
         que por burlarme no más
         las finezas has fingido;
         mas pienso que no es razón.
         Porque mi valor aumente
         que el nombre de esposo afrente    1570
         ni aun con la imaginación,
         tu misma tristeza heredo.
         Vete agora.
    FINEO:                        Para dar
         al pensamiento lugar
         me voy y contigo quedo.    1575
         A verte vendré después.

    Vase FINEO

    SIMANEO:          También yo volveré a vella.
    TAMAR:          Váyase ya.
    SIMANEO:                        Quédese ella.
    TAMAR:          ¿: Que al fin se va ?
    SIMANEO:                                  ¡ Con los pies !

    Vase SIMANEO

    TAMAR:          ¿: Qué dices de esto, señora ?    1580
    JAEL:          Que en parte corrida estoy,
         pues cuando el alma le doy,
         las leyes de Amor ignora.
    TAMAR:          ¿: No puedes ser su mujer
         aunque de tu ley no sea ?    1585
         ¿: Aunque el alma lo desea ?
    JAEL:          De nuevo le quiero ver;
         aquí tengo la escritura
         sagrada.    Déjame sola.
    TAMAR:          Así tu amor se acrisola    1590
         si la posesión procura.
    JAEL:          En el Deuteronomio, [yo] deseo,
         Dios de Abrahán, si puedo sin ofensa
         de tu divina ley, dar recompensa
         a Ever de [la] afición en justo empleo.    1595
         Agradecida estoy a Ever Fineo;
         mas no se agravie tu deidad inmensa,
         pues para tu justicia no hay defensa;
         temo tu enojo y tu justicia [leo].
         Tu, gran legislador Moisés divino,    1600
         que a Dios hablaste con serena cara,
         muéstrame de estas dudas el camino.
         Milagros muestra tu divina vara;
         que [al] abrir una peña no imagino
         que iguale a una duda que [se] declara.    1605

    Salen DEBORA y RUBEN

    RUBEN:          Aquí en esta tienda vive
         Jael, que espera casarse
         con Fineo, y él la adora.
    DEBORA:          Ella quiero que le hable
         pues hará cuanto le pida.    1610
         A solas quiero dejarte.
    RUBEN:          Adiós, pues.
    DEBORA:                            Guárdete el cielo.
         (Divertida está, que hace,          Aparte
         tendido el rubio cabello,    1615
         afrenta al oro que nace
         fomentado de los rayos
         del sol, generoso padre).
    JAEL:          Gozo en el alma [yo] siento.
         ¿: Quién está aquí ?
    DEBORA:                                    Dios te salve,    1620
         Jael, y bendita seas
         entre las mujeres.    Halles
         gracia en los ojos de Dios.
         Tu casa todos alaben;
         el Señor sea contigo.    1625
    JAEL:          No sé qué respuesta darle.
    DEBORA:          No temas, Jael hermosa,
         el clavel teñido en sangre
         vuelve a las rojas mejillas,
         su púrpura ostente amable;    1630
         a los labios los rubíes,
         afrenta de los granates,
         los jazmines a la frente
         que copas de nieve agravien.
         ¡ Oh, tú, felice mujer,    1635
         adorada de tu amante,
         que con un cabello tuyo
         le prendiste y cautivaste,
         Débora soy, profetisa,
         que suele comunicarme    1640
         el espíritu de Dios
         secretos [ejecutables].
         Rijo el pueblo de Israel
         con Barac, tan digno Atlante
         de este peso, que en sus hombros    1645
         puede el cielo sustentarse.
         Ever, tu querido esposo,
         con Jabín ha hecho paces,
         debiendo al pueblo de Dios
         obligaciones más graves.    1650
         Bien sabes el cautiverio
         de nuestro pueblo, y bien sabes
         que Sísara por Jabín
         nos amenaza arrogante.
         Diez mil soldados tenemos    1655
         en el Tabor que no salen
         por falta de bastimentos
         a ver del Cisón la margen.
         En estas floridas vegas,
         en los montes y en los valles    1660
         ya sus caballos soberbios
         cristal beben, juncio pacen.
         Pídele que nos socorra
         y a Senín sus tiendas pase
         para que del enemigo    1665
         felice triunfo se alcance.
         Jael, a tu pueblo debes
         este favor.    No te espante
         el temor de que Fineo
         no obedezca lo que mandes.    1670
         Serás el remedio nuestro
         en tantas adversidades.
         Otra Ester que no defienda
         cuando más nos amenace.
         Hija de Jerusalén,    1675
         toda hermosa, toda amable,
         con requiebros a tu esposo
         a nuestro bien persüade;
         que después de la victoria
         de multitud tan notable    1680
         las doncellas de Sión
         se honrarán de alabarte.
    JAEL:          Ya dejando el torpe miedo
         que me causa tu semblante
         de verte armada y hermosa,    1685
         vivo retrato de un ángel,
         animosa y atrevida,
         dispuesta estoy a agradarte
         atropellando por ti
         mayores dificultades.    1690
         Levanta, a mis brazos llega,
         que con sólo que me abraces
         alentarás mis afectos.
         Será lo imposible fácil.
         Enojado está mi esposo;    1695
         mas con todo quiero hablarle,
         que si con llorar le obligo,
         haré que dos fuentes manen
         de mis ojos.    ¡ Tamar mía !

    Sale TAMAR

    TAMAR:          ¿: Señora ?    1700
    JAEL:          A mi esposo llamen.
    TAMAR:          El viene aquí.    Ya imagino
         que hay alguna[s] novedad[es].

    Salen FINEO y SIMANEO

    FINEO:          ¿: Qué es esto, Débora bella ?
         ¿: Cómo de Belén bajaste    1705
         a los campos de Judea ?
    DEBORA:          Tu esposa puede informarte.
    JAEL:          Querido esposo Fineo,
         hoy quiero que des señales
         del mucho amor que me tienes,    1710
         de la fe que me mostraste.
         De nuestro Dios inspirada,
         Débora, animosa Marte,
         contra Sísara y Jabín...    1715
         No es bien que amistad les guardes.
         En [su] favor, que confía,
         que ocupes te pide el valle
         de Senín y que sustentes
         el ejército que saquen.    1720
         A tus pies te pido aquesto,
         si acaso mis ruegos valen,
         que hagas lo que te pido
         porque a nuestro Dios agrades.
         Si vas con ella a la guerra,    1725
         cuando vuelvas pienso darte
         la posesión que te niego,
         agradecida y constante.
    FINEO:          ¿: Cómo, si tus ojos miro
         con que el alma me robaste,    1730
         no estaré tierno a tu ruego
         aunque fuera de diamante ?
         Pide más, esposa mía,
         que así pretendo mostrarme
         tan tuyo que el gusto tuyo    1735
         todas mis acciones cause.
         Iré a ayudar a tu pueblo,
         aunque muera por dejarte;
         mas si dejo en ti la vida,
         imposible es que me maten.    1740
         Levanten luego mis tiendas
         para que en Senín se planten.
         Lleven ganado al Tabor;
         contra Canaán se declare
         la guerra.    ¿: Quieres Jael,    1745
         otra cosa ?
    JAEL:                     Que te guarde,
         y [que su] gracia me preste
         para saber agradarte.
         Más su espíritu levanta
         [.........................-a-e].    1750
         Hoy ampara a Israel.
         Haz cuenta que le libraste
         de la opresión que tenía.
    FINEO:          Toda el alma se me parte,
         que he de dejarte, Jael.    1755
         Prometílo.    ¡ Ea, zagales,
         yo me voy, mi dueño queda !
         ¡ Que vuestro puedo llamarle !
         ¡ En mi lugar acudid !
         En su regalo no falte    1760
         ninguno a cuanto pidiere.
         Todo lo gobierne y mande;
         que en volviendo le prometo
         al que más la regalare
         cincuenta ovejas que sólo    1765
         mi hierro sus pieles manche.
    SIMANEO:          ¡ Voto al sol, que la he de her
         mil mercedes !    Por el aire
         le traeré las pajarillas
         para que en sus manos canten.    1770
         Para que en ellas se afrente,
         natas he [de] presentarle
         que estén diciendo    "comedme"
         si ha habido leche que hable.
    JAEL:          Más mi sentimiento aumentas    1775
         viendo finezas tan grandes.
         Tráigate el cielo a mis ojos
         porque en ellos se retrate.
    FINEO:          Adiós, esposa querida.
    DEBORA:          Otra vez, vuelve a abrazarme;    1780
         que estoy contemplando en ti
         excelencias celestiales.
    FINEO:          Apenas hablarte puedo.
    DEBORA:          En partidas semejantes
         los ojos sirven de lenguas.    1785
    JAEL:          Mis suspiros te acompañen.

    Salen FINEO, BARAC, DEBORA, ABDIAS y otros


    ACTO TERCERO

    FINEO:          Ya habéis bajado de la cumbre altiva
         del Tabor, y el Senín, alegre y claro    1790
         os enseña su plata fugitiva.
         Vuestro valor admiro, aunque reparo
         en la temeridad que emprender quiere.
    DEBORA:          Cierto es el bien con el divino amparo.
    FINEO:          ¿: Cómo es posible que victoria espere ?    1795
         Si vence, por ventura, el temerario,
         mirad también que las más veces muere.
         Mirad las prevenciones del contrario.
         La gente cubre el llano, agora el río;
         valiente es el poder y el tiempo vario.    1800
         De vuestro Dios de Isaac milagro fío,
         pero pedirle siempre que los haga
         téngolo por injusto desvarío.
         Del aire la región líquida vaga,
         ocupa el tafetán de sus banderas;    1805
         recibe en furias lo que visos paga.
         Las flores y verdor de estas riberas
         agotadas se miran; de sus plantas
         huyen al monte las feroces fieras.
         ¡ Y vosotros, jüeces, que entre tantas    1810
         dificultades embestís seguros,
         sólo fiados en las fuerzas santas !
    DEBORA:          El Dios que derribó los altos muros
         de Jericó con sólo ver el Arca,    1815
         y al Jordán derribó cristales puros,
         el que hizo a José rey y monarca
         y detuvo en el aire el limpio acero
         de Abrahán, nuestro santo patriarca,
         el que venció otra vez al Jabín fiero    1820
         por la mano de aquél que el sol detuvo
         nos dará la victoria que ya espero.
         Por nuestras culpas enojado estuvo,
         ya nos mira piadoso enternecido.
         Al templo de la Fama alegre subo.    1825
         Hoy es el propio día en que ha querido
         entregarnos a Sísara arrogante,
         y al cananeo ejército atrevido.
         ¿: No lo veis desde aquí, sobre el triunfante
         carro falcado, entre gigantes fieros,    1830
         con el arnés lucido de diamante ?
         ¿: Veis que se vuelve loco en los aceros
         del sol que da por átomos centellas ?
         Pues, oíd; que es razón satisfaceros:
       1835
         Mirad al cielo, que con luces bellas
         en escuadrón ha puesto entre zafiros
         el infinito número de estrellas,
         con nuevos rayos, con dorados giros,
         despierto, Apolo a Sísara amenaza    1840
         causa fatal que fue de mis suspiros.
         Con santo modo, con divina traza
         las nubes ajuntado del diluvio
         y el aquilón furioso los enlaza.
         Ya oscurecen la luz del padre rubio    1845
         del terrestre vapor, piedras compelan
         que derriben las cumbres del Vesuvio.
         Ya presurosos por los aires vuelan,
         y ya sobre el ejército y el carro
         suspendidos están y ellos recelan.    1850
    BARAC:          ¡ Oh, prodigio divino, en pies de barro
         estriba la soberbia !    Así espero
         ver por el suelo el ímpetu bizarro.
    FINEO:          Vuestro culto es, sin duda, el verdadero.
    ABDIAS:          La tempestad empieza, el tiempo corre,    1855
         el miedo turba al más feroz guerrero.
    DEBORA:          Caiga deshecha la confusa torre,
         las piedras rompen ya carros falcados.
    ABDIAS:          Animo, pues, el cielo nos socorre.
    BARAC:          Advertid cómo mueren los soldados    1860
         de Sísara, deshechos los escudos,
         los duros capacetes abollados,
         acobardados, de valor desnudos.
    FINEO:          Piedras reparan fieros alborotos;
         alaben vuestra ley los robles mudos.    1865
    DEBORA:          Mirad los carros ya deshechos, rotos,
         y quebrados los ejes y las ruedas,
         y los aceros de sus armas botos.
         Embistamos agora, porque puedas
         conseguir la victoria que te aguarda.    1870
    ABDIAS:          En fama ilustre a lo mortal excedas.
         ¡ A ellos, que el contrario se acobarda !
    DEBORA:          Yo voy delante porque se avergüence.
    BARAC:          ¡ Raro valor !    ¡ Satisfacción gallarda !
         ¡ Viva el Dios de Israel que triunfa y vence !    1875

    Dentro

    SISARA:          ¡ Válganme los dioses santos !
    BARAC:          Ya de su carro cayó.

    Vanse todos.    Sale SISARA

    SISARA:          ¿: Quién jamás, Júpiter, vio
         tan peregrinos espantos ?
         Marte divino, si ha sido    1880
         envidia de mis victorias,
         y así oscureces mis glorias,
         piedad, humilde, te pido.
         Roto mi carro, caí
         sobre las hierbas que están,    1885
         con la sangre de Canaán,
         matizadas de rubí.
         ¿: Dónde voy si los furiosos
         hebreos van degollando
         mis soldados y triunfando    1890
         de mis hechos prodigiosos ?

    Sale DEBORA

    DEBORA:          ¿: Adónde, tan ciego, vas ?
    SISARA:          ¿: Qué es lo que quieres, mujer ?
    DEBORA:          Darte agora a conocer
         aquesta espada no más.    1895
         A mis pies te la dejaste
         y por mi mano regida
         quita a tu gente la vida.
    SISARA:          ¡ Oh, qué bien que aconsejaste !
         Milagro del cielo ha sido    1900
         o castigo de algún dios
         que os favorece a los dos
         de mi soberbia ofendido.
         Cien hombres y más tenía
         mi escuadrón para uno vuestro    1905
         con un capitán tan discreto
         que al mismo Marte excedía;
         mas parece que han tenido
         todos las manos atadas
         y las hebreas espadas    1910
         los rayos han excedido
         de Júpiter.
    DEBORA:                            Bien quisiera
         quitarte la vida aquí
         a poder tener por mí    1915
         el castigo que te espera.
         Otra mano quiere el cielo
         por triunfo tan soberano,
         pues que yo al mover la mano
         parece que soy de hielo.    1920
    SISARA:          Dame lugar.
    [DEBORA]:                                      Impedir           
         sus pasos es por demás.
    SISARA:          ¿: Qué quieres ?    Vengada estás,
         pues, que me has hecho hüir.
    DEBORA:          Ver que te dejo me espanta.    1925
    SISARA:          Pues que Marte me olvidó
         y las manos me quitó,
         déme sus pies Atalanta.

    Vase SISARA

    DEBORA:          Huye, pues, que yo no he sido
         de tan venturosa suerte    1930
         que pueda darte la muerte
         después de haberte vencido.
         ¡ Oh, venturosa mujer
         a quien el cielo ha guardado
         un triunfo tan deseado !    1935
         ¡ Puédete envidia tener
         el sol.    Los pocos que quedan
         con la vida huyendo van;
         envueltas en grana están
         porque correr grana puedan    1940
         las corrientes del Sisón.
         Victoria canta Israel;
         ciña el honroso laurel
         sienes que tan dignas son.
         ¡ Oh, Barac, púrpura humana    1945
         tiñe tu sangriento escudo !

    Salen BARAC, FINEO y ABDIAS

    FINEO:          Habiéndola visto, dudo
         victoria tan soberana.
    DEBORA:    Dame tus brazos.
    BARAC:                                  Tus pies
         primero quiero besar;    1950
         que no merezco tocar
         aun la tierra donde estés.
         Tuya la victoria ha sido.
    FINEO:          Da los brazos a Fineo
         si es que premias mi deseo.    1955
         El favor he merecido
         pero por las obras, no.
    DEBORA:          No es bien que nos detengamos,
         Barac, la gente sigamos
         hasta Haroset, pues huyó.    1960
    ABDIAS:          ¿: Y Sísara ?
    DEBORA:                            Huyendo va
         cuando del carro cayó.
    BARAC:          Alcanzarle quise yo;
         mas no pude.
    DEBORA:                            Claro está.
    [ABDIAS]: Sigue al alcance.
    FINEO:                                  Primero,    1965
         pues vi tan dichoso fin,
         para volverme a Senín
         que me deis licencia quiero;
         que entre el bélico furor
         de las armas no he podido    1970
         dar descanso, sino olvido
         a mi cuidadoso amor.
    DEBORA:          Esas finezas merece
         Jael, tu querida esposa,
         pues honesta y virtüosa    1975
         como otro sol resplandece.
    FINEO:          Dadme los brazos los dos
         porque pueda mi pasión
         ya gozar la posesión.
    BARAC:          Vida te dé nuestro Dios.    1980
    FINEO:          Seguir vuestra ley espero;
         que [ya] estos hechos han sido
         los que vencer han podido
         un corazón tan de acero.
    DEBORA:          La perfecta luz alcanzas.    1985
    [ABDIAS]:      ¡ Sigue al alcance !
    FINEO:                                  Marchad,
         y a mí agora me dejad
         dar fin a mis esperanzas.
    ABDIAS:          Milagro evidente ha sido.
    FINEO:          ¿: Qué más dicha si he pasado    1990
         de victorioso soldado
         a deseado marido ?

    Vanse.    Salen SIMANEO y TAMAR

    SIMANEO:          Este bosque, esta espesura,
         que confina con el prado
         de sus fuentes abrazado    1995
         con lazos de plata pura,
         ejemplo te pueden dar
         cuando darme gusto intentes,
         pues las flores y las fuentes
         te están brindando, Tamar.    2000
         Aquesta hierbas felices
         están con amante efeto
         abrazados en secreto
         con lazos de las raíces.
         A estas bellas maravillas    2005
         esmaltadas de granates
         con amorosos combates
         besan las claras orillas.
         Tú con rigurosas trazas,
         cuando nuestra boda intento,    2010
         teniendo más sentimiento
         ni me besas ni me abrazas.
         La mujer más presumida
         de sus prendas, de su amor,
         aunque muestra más rigor,    2015
         se huelga de ser querida.
         Y yo, si digo verdad,
         con amorosa pasión
         conociendo tu afición
         te he cobrado voluntad.    2020
    TAMAR:          Digo que tuyo seré,
         pero con las condiciones...
    SIMANEO:          Mucho me agravias si pones
         duda ninguna en mi fe.
         Mil veces soy tu marido    2025
         si tantos serlo pudiera,
         y pluguiera a Dios cubriera
         este llano y este ejido
         mi ganado, porque así
         más mejor te regalara.    2030
    TAMAR:          Esa voluntad tan clara
         es la que me basta a mí.
    SIMANEO:          ¿: Quiéresme agora abrazar ?
    TAMAR:          Mira que nadie nos vea.
    SIMANEO:          ¡ El bien que el alma desea    2035
         se comienza a ejercitar !
    TAMAR:          Ya te abrazo.
    SIMANEO:                                  Aquesto es hecho;
         que será justa razón
         que viva en tu corazón
         quien ha tocado tu pecho.    2040
         ¿: Quieres ?
    TAMAR:                        No hay que querer más.
    SIMANEO:          Mucho más hay que querer
         si lo quisieses hacer.
    TAMAR:          Siendo mi esposo tendrás
         la posesión que deseas.    2045
    SIMANEO:          Venga luego el cazador
         que se deshace mi amor
         porque su fineza creas.
         Fuentes, dadme el parabién.
         Bailad todas de alegría;    2050
         pues que ya Tamar es mía
         justo es que locos estén
         los que gozan la belleza
         mucho tiempo deseada.
         Una guirnalda extremada    2055
         ha de adornar tu cabeza.
         Présteme aqueste arrayán
         un ramo, y tú este listón
         donde en estrecho prisión
         rojas flores se atarán.    2060
         Aquí los quiero coger.
         ¡ Oh, qué clavel !    ¡ Pesia a mí,
         en él tus mejillas vi !
         Su nácar puedes vencer.
       2065
    TAMAR:          No con tanta adulación
         solicites mis favores.
    SIMANEO:          Produzcan aquestas flores
         el fruto de mi afición.
         Tiende el cabello, Tamar,    2070
         porque sobre el oro estén
         aquestas flores más bien
         y el sol te pueda envidiar.
         Si puedo, a Jael darás
         envidia.    2075
    TAMAR:          No puede ser.
    SIMANEO:          Si ella es hermosa mujer,
         tú para mí lo eres más.
         Ya está hecho, juro a mí,
         la medida he de tomar    2080
         del lugar donde ha de estar.
    TAMAR:          ¿: Cómo la medida ?
    SIMANEO:                              Así.
         ¿: Quieres, si acaso es grandona,
         que al cuello pueda caer
         y que collar venga a ser    2085
         la que labré por corona ?
         Llega la cabeza, humilla.
    TAMAR:          Llego porque alegre estés.
    SIMANEO:          Yo te tomaré después
         medida a una gargantilla.    2090
    TAMAR:          No os la dejaré tomar.
    SIMANEO:          ¿: Qué tienes que rebatir ?
         Quien más no puede sufrir,
         ¿: no es fuerza que ha de tascar ?
         ¡ Qué cabello !    ¡ Qué limpieza !    2095
    TAMAR:          ¡ Acaba !    No seas pesado.
    SIMANEO:          ¡ Voto al sol que estoy tentado
         de partirte la cabeza
         por traérmela conmigo !
    TAMAR:          Muy buena quedara yo.    2100
    SIMANEO:          Le medida se tomó
         y agora [a] atarla me obligo.
    TAMAR:          ¡ Ay desdichada !
    SIMANEO:                                  ¿: Qué fue ?
    TAMAR:          Al prado viene Jael.
    SIMANEO:          Es honesta y es crüel.    2105
         Triste de mí si me ve.
    TAMAR:          Huye.
    SIMANEO:          Ya no puede ser.
    TAMAR:          Que viene [muy] enojada.
    SIMANEO:          Entre esta zarza intricada,    2110
         Tamar, me quiero meter.
    TAMAR:          Si te picas...
    SIMANEO:                                  Excusado
         temor.
    TAMAR:          ... luego se verá.    2115
    SIMANEO:          Di, ¿: qué espinas temerá
         quien está de ti picado ?

    Vase SIMANEO

    TAMAR:          La corona se dejó,
         olorosa, hermosa y bella,
         y viene bien, pues con ella    2120
         puedo disculparme yo
         de haber al prado salido
         sin su licencia.

    Sale JAEL

    JAEL:                                Tamar,
         ¿: qué hacías ?
    TAMAR:                        Contemplar
         en este valle florido    2125
         la imagen de tu belleza
         en las flores trasladada,
         y una corona extremada
         labré para tu cabeza.
         Las memorias de tu amante    2130
         divierte.
    JAEL:          ¿: Cómo podré,
         pues es agraviar mi fe,
         estar alegre un instante ?
         Antes juzgué por menor    2135
         esta amorosa dolencia;
         mas la rigurosa ausencia
         crisol ha sido de amor.
    TAMAR:          Pon la corona.
    JAEL:                                  ¡ Qué mal
         viene entre honesto decoro !    2140
    TAMAR:          ¿: Cómo, si el cabello es oro
         y la frente de cristal,
         no quieres que asienten bien
         las flores ?
    JAEL:                        Mira, Tamar,
         si tú la puedes llevar.    2145

    [SIMANEO habla desde dentro]

    SIMANEO:          ¡ Que me picó !
    TAMAR:                        Al prado ven.
         Verás sus nativas fuentes.
    JAEL:          Aumentarán mis enojos,
         dando ocasión que mis ojos
         multiplican sus corrientes.    2150
         Aquí me quiero asentar.

    [SIMANEO y TAMAR, entre los dos]

    TAMAR:          No hay remedio.
    SIMANEO:                              Estoy picado
         y una pierna me ha arañado
         con una espina, Tamar.
    TAMAR:          ¿: Qué blanca paloma o garza    2155
         tuviera beldad mayor ?
    SIMANEO:          Mucho picaba el Amor,
         pero más picó la zarza.
    JAEL:          Si habrá Débora vencido,
         esto de gusto me priva;    2160
         pues en su victoria estriba
         el ver presto a mi marido.
    TAMAR:          Sísara es valiente.
    JAEL:                                          Sí;
         mas el cielo es su jüez.
    TAMAR:          ¿: Hasle visto alguna vez ?    2165
    JAEL:          Una vez sola le vi
         cuando el tribu sujetó
         de Benjamín.
    TAMAR:                        Di, señora,
         ¿: y conocerásle agora ?
    JAEL:          Pienso que sí, aunque pasó    2170
         aprisa con su escuadrón.
    TAMAR:          ¿: Vióte acaso ?
    JAEL:                        Bien pudiera,
         pero porque no me viera
         me escondí.
    TAMAR:                        Con gran razón.
    JAEL:          Tamar, esta soledad    2175
         me alegra.    Déjame aquí.
         Vete a la tienda.
    SIMANEO:                                  ¡ Ay de mí !
    TAMAR:          Efecto es de tu lealtad.
         Vence tu melancolía.
    SIMANEO:          ¿: Váisos, Tamar ?
    TAMAR:                        ¿: No lo ves ?    2180
    SIMANEO:          ¿: Puedo salir yo ?
    TAMAR:                                  Después.

    Vase TAMAR

    SIMANEO:          Esto es hecho.    ¡ Ay, cara mía !
    JAEL:          Fuentes fugitivas,
         tropezando en jaspes,
         levantando espumas    2185
         que el tiempo deshacen;
         hierbas esmeraldas,
         flores de corales,
         hermosos claveles
         teñidos de sangre;    2190
         plantas que heridas
         del viento süave
         lleváis el compás
         a las dulces aves;
         morados narcisos    2195
         donde el tiempo hace
         que en sus amatistas
         diamantes se engasten;
         flores, plantas, fuentes,
         divertid mis males;    2200
         que sólo este sitio
         puede consolarme
         porque soplan quedito los aires
         y mueven las hojas de los arrayanes.
    SIMANEO:          Zarza pegajosa,    2205
         que a los caminantes
         que pasan de noche
         narices llevaste,
         y de las ovejas
         que tus hojas pacen    2210
         en blancos vellones
         la deuda cobraste,
         rica, pues, me tienen
         alisos y sauces,    2215
         como [la] camisa,
         con punto y encaje;
         mi ruego piadoso
         tus puntas ablande,
         espín de las plantas    2220
         estémonos graves;
         que al moverse un poquito los aires
         me pasan tus puntas el sayo y la carne.

    Sale SISARA

    SISARA:          ¿: Adónde me llevan
         por montes y valles    2225
         los airados dioses
         que hoy quieren vengarse ?
         El veloz caballo,
         que tuvo por padre
         el viento y las yeguas    2230
         que en Dardania nacen,
         cansado y rendido
         entre estos jarales
         sus espumas vence
         sin que el freno tasque;    2235
         y yo sin aliento
         busco quien me ampare
         cuando hacer pudiera
         desprecio de Marte;
         enseñadme agora,    2240
         mudas soledades,
         el mejor camino
         para que me escape;
         que si soplan quedito los aires
         presume que vienen siguiendo mi alcance.    2245
    JAEL:          ¡ Cielos !    ¿: No es aquéste
         Sísara arrogante
         tan cansado y solo,
         ya Israel triunfante ?
         Sin duda que huyendo    2250
         viene donde halle
         en lugar de amparo
         rigor que le mate.
         Animo, Jael,
         no es bien te acobarden    2255
         sus armas lucidas,
         su temido alfanje.
         Yo llego mostrando
         alegre semblante
         pues entre las hierbas    2260
         ha pisado el áspid.
    SISARA:          ¡ Válganme los dioses !
         ¡ Qué mujer notable !
         Dorado parece
         de aquestos cristales;    2265
         el rico cabello
         las hebras esparce,
         guarnición divina
         del costoso traje.
         Oh, tú, mujer bella,    2270
         que a verme bajaste
         del Líbano altivo
         hermosa y amable,
         de Amana las rosas
         de olores süaves    2275
         envidiosas ciñen
         tu frente admirable,
         si entre la hermosura
         la piedad criaste,
         si desdichas mías    2280
         pueden obligarte,
         mi miedo asegura.
         Dame dónde pase
         la noche de forma
         que no llegue nadie;    2285
         que si libre vuelvo
         ya pueden pagarte
         perlas, plata y oro
         piedad semejante.
         Ofir será tuyo    2290
         y entre los corales
         el sur dará crucios
         de que perlas saques.
    JAEL:          Llega, señor mío,
         no temas ni trates    2295
         de paga a quien debe
         servir [y] agradarte.
         Mi casa te espera.
         Entra donde halles
         descanso y reposo;    2300
         tu miedo se aplaque.
         Mi tienda es aquella
         que entre alisos sale,
         pirámide altiva
         que al sol se levante.    2305
         No está aquí mi esposo.
         ¿: Qué importa que falte
         porque yo te ofrezca
         mi humilde hospedaje ?
         Pasarás la noche    2310
         que ya por los valles
         sombras espereza
         de montes gigantes.
         Tendrá, señor mío,    2315
         guarda vigilante
         y en casa tan pobre
         ricas voluntades.
         Dame aquesa mano
         que quiero llevarte    2320
         donde mis palabras
         a las obras pasen.
    SISARA:          A tu voz divina
         suspenso dejaste
         los sentidos míos    2325
         sin sentir sus males.
         Tus ojos hermosos,
         estrellas radiantes,
         en mi pecho influyen
         ánimo constante.    2330
         ¡ Dichoso el que goza
         tus divinas partes,
         y yo que merezco
         verte y contemplarte !
         Vamos a tu tienda    2335
         mi mano te enlace
         con las azucenas
         castas que aun no abren.
         [Dame, pues, la mano].
    JAEL:          Toma.    2340
    SIMANEO:          ¿: Puede usarse
         tal traición ?    ¡ Ah, cielos !
         No siento el picarme
         ya sino la afrenta
         de mi señor.
    SISARA:                            Dame    2345
         a beber, que vengo
         con sed insaciable.
    JAEL:          Muy poco me pides.
         El licor süave
         que dan mis ovejas    2350
         por agua he de darte;
         que tras el cansancio
         será mucha parte
         la leche que el sueño
         sus sentidos mande.    2355
         Ven, señor, no temas.
    SISARA:          El cielo me falta
         si he visto en mi vida
         belleza tan grande.
    JAEL:          ([No es] piedad al menos.                Aparte    2360
         Mira, no te engañes
         triste pajarillo,
         la liga tocaste
         En hallar tu fin
         [tu suerte alcanzaste].)    2365

    Vanse.    Sale SIMANEO

    SIMANEO:          ¿: Esto se puede sufrir ?
         ¿: Hay semejante traición ?
         ¿: Estas las promesas son ?
         ¿: [Este] el llorar y fingir ?
         ¡ Voto al sol !, que estoy por ir    2370
         tras ellos y al descarado
         darle; pero viene armado
         y yo sin cuchillo estoy.
         Ello, muy honrado soy;
         mas soy pacífico honrado.    2375
         ¿: Qué ha de decir mi señor
         si llega y viene a saber
         la traición de esta mujer
         tan en contra de su honor ?
         Que yo le avise es mejor    2380
         al punto que llegue aquí.
         Diré todo cuanto vi
         que otro al fin se lo dirá
         y por dicha pensará
         que yo en el concierto fui.    2385
         ¡ Oh, mujeres, malos años
         para mí si yo os creyere !
         La que más piensa que quiere
         sabe trazar más engaños.
         Aquí vino a los rebaños    2390
         esta mujer de Fineo
         para un delito tan feo.
         Este, sin duda, la habló
         antes, y al verle, venció
         la voluntad y el deseo.    2395
         Quiero llegar poco a poco
         hacia la tienda y veré
         qué hacen; mas, ¿: para qué,
         si yo sin duda estoy coco ?

    Sale FINEO

    FINEO:          Ya llego de gusto loco,    2400
         fresco valle de Senín,
         a ver de mi mal el fin,
         que al fin, si llega, no tarda,
         donde contenta me aguarda
         mi adorado serafín.    2405
         Dulces abrazos espero
         con amorosa beldad.
    SIMANEO:          ¿: Quién va allá ?
    FINEO:                              ¿: Quién es ?
    SIMANEO:                                                    Callad,
         si acaso sois ganadero
         de Fineo, que ver quiero    2410
         los fines de una traición
         contra su honor y opinión.
    FINEO:          (Como la noche ha venido                  Aparte
         Simaneo no ha conocido    2415
         quién soy.    ¡ Rara confusión !)
         ¿: Qué quieres ver ?
    SIMANEO:                                  No me habléis
         sino callad.    No des voces.
    FINEO:          Amigo, ¿: no me conoces ?
    SIMANEO:          ¡ Ay, señor, no os espantéis !    2420
         Tened, por Dios, no lleguéis
         a la tienda.
    FINEO:                        ¿: Estás en ti ?
         Si ves que me trae así
         por los aires mi deseo,
         cuando ya la tienda veo,    2425
         ¿: quieres detenerme aquí ?
    SIMANEO:          Hay grandes cosas, señor.
    FINEO:          ¿: Cómo así ?
    SIMANEO:          Gran mal.
    FINEO:                                      ¿: Qué mal ?
         ¿: Pagó el tributo mortal    2430
         la que es dueño de mi amor ?
         ¿: Helóse mi fruto en flor ?
         ¿: Es muerta Jael ?
    SIMANEO:                              Pluguiera
         al cielo que muerta fuera.
    FINEO:          ¡ Válgame Dios !    ¿: Tal escucho ?    2435
         Con varias sospechas lucho.
         Ya toda el alma se altera.
         Habla; que, ¡ viven los cielos !,
         que te dé muerte, villano.
    SIMANEO:          ¡ Ay, señor, detén la mano !    2440
    FINEO:          Ya estoy abrasado en celos;
         que entre dudas y desvelos
         ya desmaya el corazón,
         y ya se alienta; que son
         en sucesos semejantes    2445
         los pechos de los amantes
         la torre de confusión.
    SIMANEO:          Escondido entre una zarza,
         como el ave que al neblí,
         de hacer puntas en el aire,    2450
         para poderse abatir
         estaba, porque Jael
         no me viese hablar aquí
         con Tamar, cuando llegó
         un caballero gentil.    2455
         Estaba tu ingrata esposa,
         que es bien que la llame así,
         junta a la fuente que riega
         flores de nieve y carmín.
         Y así como vio el soldado    2460
         se encendió más el rubí
         de sus mejillas, y alegre
         se le salió a recibir.
         Llegaba cansado el hombre
         y sin duda, presumí,    2465
         que vino corriendo a verla
         dejando muerto el rocín.
         Llamóle ella "Señor mío",
         y dijo después, "Venid
         a mi tienda porque quiero    2470
         que estéis regalado allí.
         Esta ausencia de mi esposo
         no importa".
    FINEO:                        Proseguir
         no te dejen los furores
         de mi loco frenesí.    2475
         ¿: Qué es esto, cielos ?    Acaba;
         que fue impulso varonil
         de mi honor.    Di lo que falta
         si hay más faltas que decir.
    SIMANEO:          Dióle la mano.
    FINEO:                        ¿: La mano    2480
         que aún yo no la merecí
         de esposo ?
    SIMANEO:          Y entraron juntos
         en la tienda.    Este es el fin.
    FINEO:          Si de mi vida lo fuera,    2485
         fuera menos infeliz.
         ¡ Cielos, que pudo ofenderme
         un humano serafín !
         Aquellos ojos que al sol
         prestan luz en su cenit,    2490
         aquella boca en que el alba
         puede aprender a reír,
         aquellos rubios cabellos
         viva afrenta del Ofir,
         aquel cuerpo que pensaba    2495
         que era cerrado jardín
         en otros aleves brazos
         con pensamiento tan vil
         descansan cuando por bellos
         corren los aires tras mí.    2500
         ¿: Qué es esto. Dios de Israel ?
         ¿: Cómo puedes consentir
         mi agravio si por servirte
         dejo vencido a Jabín ?
         Cuando Débora y Barac,    2505
         Zabulón y Neftalí
         sustenté con mis ganados
         desde el valle de Senín;
         cuando tu ley esperaba
         lleno de gusto seguir,    2510
         hallo que Jael me afrenta,
         la hija de Benjamín.
         Si yo ayudé a que tu pueblo
         sacudiese la cerviz    2515
         de la opresión en que estaba,
         ¿: cómo me pagas así ?
         ¿: Estas fueron las promesas ?
         ¿: Este es el llorar, fingir ?
         ¿: Qué importan armas de acero    2520
         contra un error femenil ?
         La más casta, la más noble
         sabe burlar y mentir.
         ¿: Quién puso el error en ébano
         de tan delgado viril ?    2525
         Mi esperanza que imitaba
         al ancora y al delfín
         en el mar de mis agravios
         no ve puerto en qué surgir.
         Sólo la venganza puede    2530
         darme el gusto que perdí.
         Espada, en sangre teñisteis
         las corrientes del Carit
         por las ajenas venganzas,
         tomad agora barniz    2535
         con la sangre de esta ingrata.
         ¡ Pague el daño con morir !
         ¡ Oh, estrellas, ojos que puso
         el artífice sutil
         en dorados epiciclos    2540
         sobre el globo de zafir,
         ved, agora, mi venganza !
    SIMANEO:          ¿: Qué pretendes ?
    FINEO:                        Dar matiz
         con la sangre de los dos
         a aqueste ameno pensil.    2545
    SIMANEO:          ¿: No adviertes, que si te sienten
         entrambos podrán hüir ?
         Ven sin que nadie te vea.
    FINEO:          Bien dices.
    SIMANEO:                        Ven por aquí;
         por detrás del pabellón    2550
         puedes entrar.
    FINEO:                        Resistir
         no puedo el furor, y el brazo
         ya sin aliento sentí.
         ¡ Ay, si fueran ilusiones
         mi suerte fuera feliz !    2555
         ¡ Si fuera sueño, y despierto
         mi adorado serafín
         viera entre los brazos míos !
         Lágrimas, ¿: dónde venís ?
         ¿: Pretendéis acobardarme ?    2560
         ¿: Qué es lo que queréis de mí ?
    SIMANEO:          Ven, callando.
    FINEO:                        ¡ Ay, mi Jael !
         Apenas puedo decir
         tus mudanzas me vencieron
         cuando a Sísara vencí;    2565
         pero este puñal, oh ingrata,
         de tu pecho de marfil
         sacará por bocas rojas
         el alma que puse en ti.

    Vanse. Salen SISARA y JAEL

    SISARA:          A tu noble proceder    2570
         estoy tan agradecido
         cuanto cansado y dormido;
         que no hay más que encarecer.
         Dióme la dulce bebida
         tanto gusto, Jael bella,    2575
         que pienso que estuvo en ella
         el remedio de mi vida.
    JAEL:          Duerme y descansa, señor,
         seguramente podrás,
         pues ya satisfecho estás    2580
         de mi cuidado y amor.
    SISARA:          Para que en nada repare,
         ponte, porque no me ofenda,
         a la puerta de la tienda,
         y si alguno preguntare    2585
         si alguien está dentro, di
         que no hay nadie.
    JAEL:                                  Bien está.
    SISARA:          El sueño importuno va
         triunfando en todo de mí.
         A tus manos [me] he ofrecido    2590
         tras de tan adversa suerte;
         en la imagen de la muerte
         de la vida me despido.

    Vase SISARA

    JAEL:          Símbolo de la soberbia,
         ya que tus ojos no ven    2595
         y te recibí contenta
         para matarte después,
         hoy daré fin a tu vida,
         y fama heroica daré
         a mi nombre, pues altiva    2600
         he de triunfar y vencer.
         Dios que hicisteis que en Adán
         todos los dones estén,
         y luego los repartisteis
         con divino proceder,    2605
         le disteis a Job paciencia,
         la edad a Matusalén,
         y por gloria de su esposo
         la hermosura de Raquel,
         para envidia de Caín    2610
         la santa inocencia [a] Abel,
         generación [a] Abrahán
         de quien [he] de descender,
         a Jacob sagacidad    2615
         y ligereza a Ismael,
         pon en mí la fortaleza
         aunque indigna de este bien.
         Armas faltan a mis manos;
         mas pocos son menester.    2620
         Donde tu favor acude,
         no faltará quien las dé.
         Basta este clavo, que hace
         de aqueste roble parén
         adonde estriba la tienda.    2625
         ¡ Qué presto el martillo hallé !

    Salen FINEO Y SIMANEO [sin ser vistos por JAEL]

    FINEO:          Confieso que voy dudoso;
         que es imposible creer
         tal falta en tal hermosura.
    SIMANEO:          Tú lo verás, como estés    2630
         atento.
    FINEO:          Aun los pies no muevo,
         ¿: qué es lo que hace ?
    SIMANEO:                                        No sé.
         Con un clavo y un martillo
         está.    2635
    FINEO:          Pues, ¿: qué puede hacer ?
         Los ojos vueltos al cielo
         como a Dios en el Horeb,
         su primero capitán
         [el] famoso Josüé,    2640
         habla entre sí.
    SIMANEO:                        Escucha y calla.
    JAEL:          Débora, la que en Betel
         el espíritu divino
         habló contigo tal vez,
         ruega por mí en este trance.    2645
         Padre y caudillo Moisés,
         hoy con tu favor imito
         al ilustre Josüé;
         la punta pongo en sus sienes
         por las hojas de laurel.    2650
         Dios vaya conmigo.
    FINEO:                                  ¡ Ay, cielos !
    SIMANEO:          ¡ Voto al cielo, me engañé !
    SISARA:          ¡ Muerto soy, oh santos dioses !
         ¡ Oh, engañosa mujer !
    JAEL:          Clavado en el suelo está.    2655
         De esta suerte le tendré.

    Salen DEBORA, BARAC, ABDIAS, y otros

    DEBORA:          Llegad; que según las señas
         quizá podrá ser que esté
         en esta tienda.
    JAEL:                              Llegad,
         donde muerto le veréis.    2660
    DEBORA:          Tened, no paséis de aquí,
         que abierto el azul cancel
         del cielo, admiro el milagro
         del más Supremo Poder.
         Figura Jael ha sido    2665
         de la que con sólo el pie
         la cabeza del dragón
         ha de quebrar y romper.
         Sísara fue del pecado
         figura.    2670
    BARAC:          Dejadme ver
         el más crüel enemigo
         de mi pueblo de Israel.
    DEBORA:          Bendita tu casa sea,
         y bendita eres, Jael,    2675
         entre todas las mujeres,
         hijas de Jerusalén.
    FINEO:          Deja que bese tus plantas.
    SIMANEO:          Yo soy el que más erré,
         y es bien que perdón te pida,    2680
         [puesto] que no sé de qué.
    JAEL:          Te perdono.
    FINEO:                     Desde agora,
         esposa, sigo tu ley.
    JAEL:          Y yo mis brazos te doy.
    BARAC:          Marchad todos [a] Haroset    2685
         donde acabe la arrogancia
         que tuvo el bárbaro rey
         de Canaán.
    SIMANEO:                    Si no me casas,
         conmigo andarás crüel.
    JAEL:          Tamar es tuya.
    FINEO:                        Y acabe    2690
         la comedia y baste el ver
         que sus faltas os confieso
         para que las perdonéis.


    FIN DE LA COMEDIA