Antonio Mira de Amescua
Cautela contra cautela


Personas que hablan en ella:
  • ENRIQUE de Avalos
  • CHIRIMIA, su criado
  • CESAR, galán
  • LUDOVICO, galán
  • JULIO, su criado
  • ALFONSO, Rey de Nápoles
  • Príncipe de TARANTO
  • Príncipe de SALERNO
  • ELENA, dama
  • PORCIA, dama
  • ISABEL, criada
  • CELIO, escudero
  • Un CRIADO
  • CAPITAN de la Guarda


ACTO PRIMERO

                     

Sale CHIRIMIA, de noche

CHIRIMIA:        Ya el cielo como un pavón
   ostenta sus luces bellas
   con las lucientes estrellas
   que sus ojos de Argos son.
   Ya el cielo está como un huevo,    5
   estrellado.    El mundo está
   vestido de negro ya.
   Salga vueselencia.

Salen ENRIQUE y JULIO

ENRIQUE:                            Debo
   recatarme, cosa es clara
   cuando en Nápoles estoy    10
   y Enrique de Avalos soy,
   Marqués del Basto y Pescara.
   Don Alonso de Aragón,
   Rey de Nápoles, confía
   de la diligencia mía    15
   con una inmensa afición
   este reino, y un privado,
   ministro por varios modos,
   ha de dar ejemplo a todos.
   ¿: Qué mucho que recatado    20
   salgo yo por la ciudad
   de noche a vanos errores ?
   Si aunque son castos amores,
   mostrarlos es liviandad.
CHIRIMIA:        Disculpado está conmigo.    25
   Tu privado soy y rondo
   en público, no me escondo.
JULIO:      ¿: No fuera bien que un amigo
   de los dos que quieres tanto
   te acompañara ?
CHIRIMIA:                        Ellos son    30
   amigos con intención.
   Usase; así no me espanto.
ENRIQUE:      Don César y Ludovico
   en mi amistad se declaran
   y los dos me acompañaran    35
   mas mi amor no les explico.
CHIRIMIA:      Si tú privado no fueras,
   fueras amigo precioso;
   que no sabe el poderoso
   cuál es su amigo de veras.    40
   ¿: Qué amistad hay verdadera ?
JULIO:      ¿: Cuál de éstos que te han seguido
   como sombras, habrá sido
   más leal ?
ENRIQUE:                Si eso supiera
   fuera soberana ley    45
   y en mucho más lo estimara
   que ser Marqués de Pescara
   ni aun ser privado del Rey.
   Yo pienso que ambos lo son
   muy de veras.
JULIO:                      Certifico    50
   que pienso que Ludovico
   ha hecho demostración
   de amigo más verdadero.
   Lenguas se hace en alabarte.
CHIRIMIA:      ¡ Qué poco sabes el arte    55
   de un amigo lisonjero !
   Si de eso te satisfaces,
   en él la amistad se acaba.
   Siempre Ludovico alaba
   lo que dices, lo que haces,    60
   lo que comes, lo que bebes,
   lo que escupes, lo que vistes,
   lo que calzas y son chistes
   motes y sentencias breves
   cuanto arrojas por los labios,    65
   aunque necedades sean.
   Amigos que lisonjean
   ni son seguros ni sabios.
   Mudo y con ojos serenos
   a César siempre verás.    70
   Sin duda te quiere más
   pues es quien te alaba menos.

Salen don CESAR y LUDOVICO

CESAR:        Don Enrique, mi señor,
   ¿: solo y a la sombra muda
   vais de la noche ?    ¿: Quién duda    75
   que son milagros de amor ?
CHIRIMIA:        No va solo, pues que vamos
   dos con él.
CESAR:                    ¡ Oh, Chirimía,
   ésta tu amor me debía.
   Págame y en paz estamos.    80
ENRIQUE:      Confesando la verdad
   a lo que César sospecha,
   porque es religión estrecha
   la que impone el amistad
   o estando que Amor ha sido    85
   la causa que así me lleva
   tan peregrina y tan nueva
   que nunca la habréis oído
   en fábulas o en historias.
CESAR:      ¿: Amas alguna pintura    90
   o estatua ?
ENRIQUE:                De esa locura
   ya en las humanas memorias
   hay noticia.    Amor, que es dios,
   ostenta así su deidad.
LUDOVICO:      ¿: En qué está la novedad ?    95
ENRIQUE:      ¿: No es bien nuevo amar a dos ?
CHIRIMIA:        No, señor, ni amar a mil
   porque tú tienes criado
   que en un mismo tiempo ha amado
   un salchichón, un pernil,    100
   una bota de hipocrás,
   dos de Candia, cuatro griegas,
   treinta fregones gallegas
   y trescientas cosas más;
   que es socorro y estribillo    105
   de poetas de repente.
ENRIQUE:      Calla, loco impertinente.
CHIRIMIA:      Si pudiere conseguillo,
   dalo, señor, por callado.
ENRIQUE:      Digo, pues, que dividido    110
   en dos partes he tenido
   este amoroso cuidado.
   Porcia pobre y rica Elena
   me dan tan igual la gloria    115
   que suspenden la memoria
   y hacen dudosa la pena.
   En Elena y Porcia unida,
   Amor, con gloriosa palma,
   tiene en dos cuerpos un alma,    120
   en dos almas una vida,
   en dos vidas una suerte,
   una beldad en dos mayos,
   un resplandor en dos rayos,
   en dos rayos una muerte.    125
   Dos bellezas, un objeto,
   formaron un mismo ser
   aunque no es milagro ver
   dos causas con un efeto.
   Condesas son, en belleza    130
   competidores de Apolo:
   Porcia en el título solo,
   Elena en nombre y riqueza.
   Siento entre Porcia y Elena
   dividida la memoria:    135
   con el favor una gloria,
   con el desdén una pena.
   Cada cual en mi deseo
   imprime ley rigurosa,
   y aunque hermosas, más hermosa    140
   pienso que es la que antes veo
   de modo que indiferente
   en pasión tan inhumana
   tengo por más soberana
   aquélla que está presente.    145
   Y si acaso Amor dispuso
   que estén juntas, mis sentidos
   andan ciegos y perdidos
   en laberinto confuso.
   El afecto mismo se ata.    150
   No hay aliento que se atreva:
   Elena el alma me lleva,
   Porcia el alma me arrebata.
   Y como el Amor es dios,
   prueba a hacer con este efeto    155
   de las dos sólo un sujeto
   o dividirme a mí en dos;
   mas como poder no halle
   para hacer uno de tres,
   forma un caos que no sé qué es    160
   ni qué nombre pueda dalle.
LUDOVICO:      Divinamente ha pintado
   sus afectos vueselencia.
   ¡ Qué donaire, qué elocuencia !
CHIRIMIA:      ¡ Qué bellacón, qué taimado !    165
   Claro está que habrá de ser
   pintado divinamente.
LUDOVICO:      Amor que está diferente
   del uso y del proceder
   común, sólo merecía    170
   nacer bello y prodigioso
   de ese pecho generoso,
   de esa española osadía...
CESAR:        Antes, si me da licencia
   en esto vuestro favor,    175
   yo digo que no es amor
   el que tiene vueselencia.
LUDOVICO:      ¿: Qué ha de ser ?
CESAR:                              Inclinación
   a dos mujeres tan vellas,
   nacidas de las estrellas    180
   o de la propia elección,
   halló méritos iguales
   en discreción y beldad
   e incitó la voluntad
   los afectos naturales,    185
   con que se sintió agradado
   de ambos con indiferencia
   y con esto vueselencia
   no es amante, es inclinado.
LUDOVICO:      ¿: Cómo puede errar, pregunto,    190
   entendimiento tan grave ?
   El Marqués, siendo quien sabe
   más que todos y en un punto
   con el ingenio pelea,
   sutil, más filosofía    195
   que Aristóteles sabía.
   El sabe lo que desea.
   Errar no puede el Marqués.
   Amor llamó a su cuidado,
   y pues Amor le ha llamado,    200
   no es otra cosa.    Amor es.
CHIRIMIA:        (Acabóse.    Errar no puede.    Aparte
   Un ángel tengo por amo).
ENRIQUE:      Si bien o si mal lo llamo,
   para otro lugar se quede.    205
   Bien sé que habrá de parar
   este afecto indiferente
   en una, y que solamente
   un objeto habré de amar,
   y sé que aquésta ha de ser    210
   la que me ama más de veras;
   que no hay partes lisonjeras
   que obliguen más a querer
   que amor y correspondencia.    215
   A las dos tengo de hablar
   y las habéis de escuchar
   con atenta diligencia
   para ver si conocéis
   cuál tiene amor verdadero.    220
   Y en estas dudas espero
   que desengaños me deis.
LUDOVICO:      Fuerza es que ambas quieran bien
   conociendo tu valor.
CESAR:      Es investigable Amor.    225
   Vendados ojos no ven.
ENRIQUE:      Ya a los balcones de Elena
   llegamos y ella me aguarda.
LUDOVICO:      ¡ Qué discreta y qué gallarda
   saldrá a escuchar la sirena    230
   de tu boca !    Si es servido,
   vueselencia, los criados
   pueden quedar retirados.
   Haremos menos rüido.
ENRIQUE:      Idos, pues.
CHIRIMIA:                        Si ésta que saca    235
   mi valor no está a tu lado,
   te falta...
ENRIQUE:                ¿: Qué habrá faltado
CHIRIMIA:      Una espada muy bellaca.

Vanse CHIRIMIA y JULIO

CESAR:        (Porcia ilustre, a quien desea    Aparte
   en vano el alma dichosa,    240
   Porcia, como necia hermosa,
   Porcia, sabia como fea,
   salid, salid de mi pecho.
   El marqués del Basto os ama.
   No caben amigo y dama    245
   en corazón tan estrecho.
   Refrénese en vos mi amor
   ya que hasta aquí por mi bien
   ni me ha turbado el desdén
   ni me ha alentado el favor).    250

Sale ELENA a la ventana

ENRIQUE:      ¿: Es Elena ?
ELENA:                      ¿: Es el Marqués ?
ENRIQUE:      Sí soy, y el ser que he tenido
   soplo de tu boca ha sido,
   sombra de tus rayos es.
   En tu beldad divertida    255
   sin vida el alma llegó.
   Preguntaste si era yo
   y tu voz me dio la vida.
ELENA:      Luego si en ausencia mía
   muerto como dices eres,    260
   tu misma vida no quieres
   pues no me ves cada día.
LUDOVICO:      Agudamente arguyó.
ENRIQUE:      Dijeras bien de esa suerte
   si el ver o dejar de verte    265
   consistiera en mí, pues yo
   con alma atenta y unida
   a tu presencia dichosa
   ver no quisiera otra cosa
   por tener eterna vida;    270
   pero la merced del Rey
   a ser mi desdicha viene
   pues sin vida me detiene
   por obligación y ley,
   en tu ausencia y en tu gloria,    275
   pero yo, aunque no te veo,
   Argos hago del deseo,
   ojos hago a la memoria.
ELENA:      Tú, divertido y llevado
   de esa causa superior,    280
   no dejaras al amor
   un átomo de cuidado,
   porque es dulzura el privar
   que a todo deleite pasa;
   pero yo, sola en mi casa,    285
   ¿: qué he de hacer sino llorar ?
ENRIQUE:      ¿: Qué sientes de esta razón,
   Ludovico ?
LUDOVICO:                Que es felice,
   que ama de veras y dice
   afectos del corazón.    290
ELENA:      Enrique, Amor verifica
   su fuerza en mí, poderosa,
   tanto que estoy envidiosa
   del Rey porque comunica
   siempre tu ingenio y entiendo    295
   que éste desearte ver
   es afición de saber
   pues sólo oyéndote aprendo
   y de mi amor desconfío
   con un escrúpulo, y es    300
   que tiene más de interés
   que de amor este amor mío.
   Pero examen no requiere;
   sea amor o interés sea,
   siempre el alma te desea    305
   séase lo que quisiere.
ENRIQUE:      ¿: Qué sientes de esto también ?
CESAR:      Siento que no tiene amor.
ENRIQUE:      ¿: En qué fundas ese error ?
CESAR:      En que lo dice muy bien.    310
   Más tiene de vizcaíno
   el amor que de elocuente.
LUDOVICO:      Amor infunde en la gente
   un espíritu divino.    315
ENRIQUE:      A tanto encarecimiento
   más que amante agradecido
   vendré a ser desvanecido;
   que humano agradecimiento
   no es capaz de tal favor,    320
   mi Porcia...    digo mi Elena.
ELENA:      Otro cuidado, otra pena
   mostrasteis en ese error.
   Marqués, en los hombres sabios
   tal error verdad contiene,    325
   porque el corazón se viene
   muchas veces a los labios.
   ¡ En vuestra boca otro nombre !
   ¡ En vuestro pecho otro amor !
   La memoria hizo ese error;    330
   mas, ¿: qué mucho si sois hombre ?
   Idos, Marqués, norabuena.
   Vuestra misma lengua os ama.
   No usurpéis a vuestra dama
   las horas que dais a Elena.    335
   Vuestra boca por mi daño
   es leal.    Traidora ha sido.
   Ella el amor me ha fingido.
   Ella me dio el desengaño.
   Escuchad mis voces, cielos.    340
   Rompan el viento deshechas.
   Verdades son, no sospechas.
   Injurias son, no son celos.
ENRIQUE:      Oyeme.
ELENA:                No quiero oír.
ENRIQUE:      ¿: Por qué con tan sinrazón    345
   no quieres satisfacción ?
ELENA:      Porque me voy a dormir.

Vase ELENA

ENRIQUE:      Oyeme, aguarda.    No quieras
   mi muerte, hermosa mujer.
   ¿: Echaste, César, de ver    350
   qué quiere Elena de veras ?
CESAR:        Que lo finge he de juzgar.
ENRIQUE:      La razón y causa espero.
CESAR:      Porque el amor verdadero
   jamás se supo quejar.    355
   Celos te quiso ostentar
   porque muestras de amor son
   y a una ligera Ocasión
   cogió el copete.
LUDOVICO:                        Si amar
   no es aquello, nadie amó.    360
   Mas, ¡ con qué linda advertencia,
   por picarla vueselencia,
   con Porcia se equivocó !
ENRIQUE:      No fue cuidado, fue error
   de la lengua y la memoria.    365
LUDOVICO:      Prosigamos esta historia.
   Averígüese este amor.
   Vamos cas de Porcia.
ENRIQUE:                                Allí
   lo mismo ha de suceder.
   Cuidado tiene de ser    370
   lo que fue descuido aquí.
   Por ver si lo lleva mal,
   su nombre he de errar también.
CESAR:      Vueselencia mire bien
   que demás de ser trivial    375
   y común este picón,
   confundiéndole los nombres
   su amor revela y los hombres
   que amantes próvidos son,
   deben guardar más secreto.    380
ENRIQUE:      Habiendo Porcias y Elenas
   más que lirios y azucenas
   en márgenes del Sebeto,
   ningún secreto revelo.
   Pienso que Porcia me espera.    385
   En tocando en esta esfera
   saldrán rayos de su cielo.

Llama y sale PORCIA a la ventana

PORCIA:      ¿: Quién llama ?
LUDOVICO:                        Puntual ha sido.
CESAR:      Debe de tener amor.
LUDOVICO:      Que es pobre dirás mejor    390
   y querrá un rico marido.
ENRIQUE:      Porcia pregunta quién llama.
   ¿: Quién puede llamar al sol
   sino un dichoso español
   que tesoros de luz ama ?    395
   ¿: Quién al balcón del oriente
   puede despertar la aurora
   sino un dichoso que adora
   los jazmines de ese frente,
   las rosas de esas mejillas,    400
   la púrpura de esos labios ?
PORCIA:      No me hagáis tales agravios.
   Con palabras más sencillas
   se explica amor verdadero.
   Vano desengaño alcanza    405
   pues no tengo otra esperanza
   sino que de veras muero.
   Alabadme de constante
   y no me alabéis de hermosa
   que es lisonja sospechosa.    410
ENRIQUE:      Todo lo tiene el diamante.
   Por ambas cosas se estima.
PORCIA:      ¿: Cómo estáis, mi señor ?
ENRIQUE:                                Bueno,
   y de inmensas glorias lleno    415
   después que esa luz me anima.
CESAR:        Aquella pregunta fue
   muestra de amor poderosa.
LUDOVICO:      Pienso que es falta de prosa.
CESAR:      Pienso que es sobra de fe.    420
PORCIA:      La prolijidad del día
   siempre me está fatigando,
   porque vivo deseando
   sombras de la noche fría
   y en perpetua esclavitud    425
   tengo el vivir indeciso,
   y aunque siempre tengo aviso,
   Marqués, de vuestra salud
   como es salud que me toca,
   hasta veros no me quieto    430
   y a quien ama es bien perfeto
   saberlo de vuestra boca.
ENRIQUE:      ¿: Qué te parece ?
LUDOVICO:                            Señor,
   diré lo que el alma siente.
   Habla muy caseramente.    435
   Pienso que es tibio su amor..
PORCIA:      Marqués, los muchos negocios
   siento que podrán cansaros.
   ¡ Oh, si yo pudiera daros
   mi soledad y mis ocios,    440
   y mi amor daros quisiera,
   pues con él y sin cuidado
   viviérades descuidado
   y yo querida recibiera,
   si bien sus efectos obra    445
   Amor, y los agradezco;
   que para lo que merezco
   cualquier amor vuestro sobra.
ENRIQUE:      ¿: Qué dices ?
CESAR:                        Que ama de veras.
LUDOVICO:      Más quisiera alguna joya.    450
ENRIQUE:      Esperad, que aquí fue Troya.
   Si con ese gusto esperas
   la noche quien sólo vive
   este rato, este momento,
   inmenso será el contento    455
   con que tus glorias recibe.
   Más hermosura veré
   que en el sol y las estrellas,
   pues tu hermosa luz entre ellas,
   bella Casandra, saldrá...    460
   Porcia digo.    Porcia mía.
PORCIA:      Con razón la llamáis vuestra,
   pues más átomos no muestra
   el sol que es padre del día.
   Que Porcia ausente de vos    465
   da suspiros con cuidado.
ENRIQUE:      En ello no ha reparado
   o no lo siente, ¡ por Dios !
   Mi Casandra, esos suspiros
   vanos son que el alma os doy.    470
PORCIA:      Ya que Casandra no soy,
   podré, mi Enrique, deciros
   que ninguna más que yo
   sabrá amaros con desvelos.
ENRIQUE:      ¡ Eso me decís sin celos !    475
PORCIA:      ¿: Qué honesto amor sospechó
   que errar el nombre es amar
   en otra parte ?
ENRIQUE:                      ¿: Es así ?
PORCIA:      Amaros me toca a mí;
   no me toca averiguar    480
   si soy amada de vos
   porque el hombre agradecido
   amando ha correspondido
   a semejanza de Dios
   con amor puro y honesto.    485
   Sentirme mi padre puede;
   la conversación se quede
   para otras noches en esto.
ENRIQUE:      ¿: Sin celos, tenéis recelos ?
PORCIA:      Adiós, Marqués y señor.    490
   (Disimulemos, Amor.            Aparte
   Abrasada voy en celos).

Vase PORCIA

ENRIQUE:      Fuése con lindo semblante.
CESAR:      El irse fue sentimiento,
   la blandura rendimiento.    495
LUDOVICO:      No se quejó, no es amante.
ENRIQUE:      He de decir la verdad.
   El amor de Elena creo;
   que en Porcia afectos no veo
   nacidos de voluntad.    500
   Mi dueño Elena ha de ser
   y aunque más el alma inclino
   a Porcia, que es sol divino,
   la elección ha de vencer.
LUDOVICO:      Gente siento y no es decencia    505
   que conozcan al Marqués.
ENRIQUE:      Sí, mas sepamos quién es.
CESAR:      Váyase, pues, vueselencia
   a palacio, que es ya tarde
   y quedaremos los dos.    510
ENRIQUE:      Bien dices, César, adiós.
LUDOVICO:      A vueselencia nos guarde
   el mismo.

Vase ENRIQUE.    Salen CHIRIMIA y JULIO embozados

CHIRIMIA:                        El Marqués se fue.
   Fíngete, Julio, valiente.    515
CESAR:      ¿: Qué gente ?    ¿: Quién va ?    ¿: Qué gente ?
CHIRIMIA:      Dos hombres son.    ¿: No los ve ?
LUDOVICO:      Queremos reconocellos.
   Ya vemos que son dos hombres.
   Dígannos luego los nombres.    520
CHIRIMIA:      Dígannos los suyos ellos
   y no pasen adelante
   que está esta calle ocupada.
LUDOVICO:      Hará lugar esta espada.
CHIRIMIA:      Si quisiere este montante.    525
   Julio, pues te toca aquél,
   mátale con osadía
   mientras mata Chirimía
   éste que le toca a él.
LUDOVICO:      Chirimía y Julio son.    530
CHIRIMIA:      Y con mucha honra.
LUDOVICO:                            ¿: Qué hacéis ?
CHIRIMIA:      Estorban que no paséis
   porque están en posesión
   de esta calle tres supremos
   señores a quien aguardamos.    535
CESAR:      ¿: No nos conocéis ?
CHIRIMIA:                              Estamos
   muy coléricos.    No vemos.
LUDOVICO:      A César y a Ludovico
   ¿: no conoces. Chirimía ?
CHIRIMIA:      Era para esotro día.    540
   ¡ Vive Dios, que es un borrico
   si no hablan !
LUDOVICO:                        Loco estás
   si no hablaran, ¿: qué sería ?
CHIRIMIA:      A manos de Chirimía
   muertos por siempre jamás.    545

Vanse los cuatro y salen dos HOMBRES dando memoriales al R EY

HOMBRE 1:      Suplico a tu majestad
   que mire aqueste papel.
HOMBRE 2:      Y este memorial, señor.
REY:      Bien está.    Yo lo veré.
   Despejad.

Vanse los HOMBRES y sale ENRIQUE

ENRIQUE:                Dame tu mano.    550
REY:      ¿: Qué es esto, amigo Marqués ?
   Diez horas estáis sin verme.
ENRIQUE:      Mil son para mí, no diez.
REY:      Entre el amor y amistad
   una diferencia hallé;    555
   que el amor puede ser malo,
   no la amistad.
ENRIQUE:                      Así es.
REY:      Pues, si el amor no consiente
   breve ausencia sin temer,
   la amistad que es una especie    560
   más pura de amor, ¿: por qué
   ha de permitir ausencias ?
ENRIQUE:      Esos nombres no le des,
   señor, a mi esclavitud.
   Obligado a la merced    565
   que por quien eres me haces,
   que la amistad ha de ser
   entre iguales y si amor
   iguala y une tal vez
   dos extremos, dos distancias    570
   tiene valor y poder
   del cielo como la muerte,
   y en este caso no fue
   amistad sino amor.
REY:                            Luego,
   cuando las almas en quien    575
   hay oculta simpatía
   se miran corresponder
   con amor,    ¿: no son iguales ?
   Falso es, Enrique, y un rey
   en la sangre y el oficio    580
   puede distar y tener
   diferencia con los hombres;
   mas los ánimos, ¿: no ves
   que, influyéndoles los astros,
   pueden ser iguales ?    Bien    585
   esta doctrina se muestra
   en nuestro ejemplo, porque es
   amistad la nuestra, Enrique.
ENRIQUE:      Beso mil veces tus pies.
REY:      Ve leyendo memoriales    590
   y tu cuerdo proceder
   los consulte y los resuelva.

Lee ENRIQUE

ENRIQUE:      "Fabio Rufo, coronel
   a tu majestad, suplica
   que algún castillo le dé    595
   donde puedan descansar
   sus servicios y vejez".
   El coronel lo merece.
REY:      Doyle el de Taranto, pues.
ENRIQUE:      Este dice así:    "Señor,    600
   otro aviso te dio ayer
   quien éste escribe a tu alteza.
   Mira, Alfonso aragonés,
   que se conjuran y tratan
   de quitarte el reino tres    605
   príncipes, vasallos tuyos,
   y el que escribe este papel
   no osa declararte más".
REY:      Ya me han dado cinco o seis
   memoriales [de] este aviso,    610
   pero como yo no sé
   quién son estos conjurados,
   no hallo modo de entender
   la verdad de este suceso.    615
ENRIQUE:      ¡ Grave caso !
REY:                      Pienso en él
   y dudo por dos razones:
   la primera porque aquél
   que estos papeles me escribe
   no me ha procurado ver    620
   ni su nombre firma en ellos;
   la segunda porque un rey
   que al peso de [su] justicia
   nunca ha torcido el fiel,
   que gobierna el reino en paz    625
   dando igualdad a la ley
   con todos, ¿: por qué razón
   aborrecido ha de ser
   de sus vasallos y amigos ?
ENRIQUE:      Yo, señor, responderé:    630
   yendo César al senado
   cuando ya el hado crüel
   de Fortuna destinaba
   para ponerle a los pies
   de la estatua de Pompeyo,    635
   le dio un amigo fiel
   otro aviso como aquéste,
   y él, al trágico vaivén
   de Fortuna destinado,
   nunca lo quiso creer    640
   y aquella alma generosa
   por menos de dos o tres
   heridas salir no pudo.
   En duda se han de tener
   los sucesos que venidos    645
   se remedian más después.
   Su nombre no declaró
   quien te avisa, puede ser
   que no se atreva o que sea
   de los conjurados él    650
   por amistad o violencia.
   Y así para no romper
   la ley de su juramento
   ni ser vasallo infiel
   de esta manera te avisa.    655
   Ni es de importancia que estés
   administrando justicia
   y haciendo a todos merced
   para pensar que no puedas
   tener en tu reino quien    660
   te aborrezca y se te oponga.
   Si una nubecilla, que es
   vapor de la misma tierra,
   al sol se opone tal vez
   y nos oscurece un rato    665
   sus rayos de rosicler,
   la virtud y la grandeza
   son objetos contra quien
   arma venenos la envidia.
   Claro está que has de tener    670
   enemigos de este reino,
   del mundo hermoso vergel,
   quiere rey napolitano
   y le tiene aragonés.
   Heredástele, viniste    675
   con armas a defender
   tu justicia.    No te espantes
   si le falta amor y fe.
REY:      ¿: Cómo sabré yo quién son ?
ENRIQUE:      Yo pienso que la merced    680
   que en este reino me haces
   y el ser yo español también
   han de ser impedimento
   para saberlo.
REY:                      ¿: Por qué ?
ENRIQUE:      ¿: Quién duda que recatados    685
   más que ningunos estén
   de mí porque soy hechura
   y un rasgo de tu poder ?
REY:      La necesidad da fuerzas
   al ingenio.
ENRIQUE:                    Parecer    690
   fue de Homero.
REY:                      En mí lo he visto.
   Una cautela pensé
   con que tú puedas saberlo.
   Y acuérdome que una vez
   me dijiste que felice    695
   sólo ha de llamarse aquél
   que supiere cuatro cosas:
   qué amigo le quiere bien,
   qué dama le corresponde,
   qué criado le es fiel,    700
   qué enemigo le persigue.
ENRIQUE:      Bien te acuerdas.
REY:                          Oye, pues.
   Con la cautela que digo
   la vida aseguraré
   conociendo mis opuestos    705
   y de camino también
   podrás hacer experiencia
   de estas cuatro cosas.
ENRIQUE:                              ¿: Qué es ?
REY:      Yo he de fingir que no estás
   en mi gracia y he de hacer    710
   que piensen que te aborrezco,
   y este enojo mostraré
   de manera que enemigo
   me juzguen tuyo, porque    715
   viéndote pobre, agraviado
   luego se querrán valer
   de tu generoso pecho
   contra mí, como de quien
   mis secretos sabe, y tiene    720
   ánimo para emprender
   grandes cosas.    Y si acaso
   los que aborrecen mi bien
   no te buscaren, podrás
   llamándome a mí crüel,    725
   riguroso, injusto, ingrato,
   fingir que pretendes ser
   cabeza de conspirados
   contra mi reino porque es
   verosímil que conozcas    730
   con mañoso proceder
   los ánimos mal afectos.
   Vendrás me de noche a ver
   por ese jardín secreto,
   y de tu boca sabré    735
   lo que pasa y lo que debo
   remediar o disponer.
   Seré tu amigo de noche
   y aunque siempre lo seré,
   engañaremos de día    740
   el humano parecer.
   Con esta cautela, Enrique,
   que en la política ley
   es provechosa y es justa,
   asegurarme podré    745
   en este reino.    Sabrás
   qué enemigos tengo, quién
   se conjura contra mí,
   quién mi favor y merced
   merece, y quién mi castigo.    750
   Yo también saber podré
   quién te quiere mal; que es fuerza
   si en mi desgracia te ven,
   que te acusen y murmuren
   y tú tocarás también    755
   con tus manos y experiencia
   qué dama te quiere bien,
   qué amigos te son leales,
   qué criado te es fiel,
   pues la desdicha aparente    760
   toque y crisol ha de ser
   donde muerte la experiencia
   los quilates y la fe
   del amor y la amistad.
ENRIQUE:      Ponga la Fama el laurel    765
   que dio al ingenio de Ulises
   en tu frente, pues que ve
   industrias más eminentes
   y más heroico saber.
   Pero, señor, si de un trueno    770
   que un amago y señal es
   de los rayos ira breve,
   de un elemento se ve
   estremecerse los polos,
   tronchar un alto ciprés    775
   su pirámide, y temblar
   en las aguas un bajel,
   ¿: cómo podrá tener vida
   quien ve el semblante de un rey
   enojado, aunque esto sea    780
   trueno sin rayo.    Un pincel
   forma un retrato real
   que en el lienzo o la pared
   da temor    con ser pintado.
REY:      Enrique, ¿: por qué teméis ?    785
   Enojos que finge amor
   no tienen rostro crüel.
   Antes pienso que este enojo
   ejecutar no podré
   porque amor no ha de dejarme    790
   fingiros aborrecer.
   Un volcán que encierra fuego
   en su rústica preñez
   apenas consiente nube
   en sus sombras.    Alma en quien    795
   vive amor mal disimula.
ENRIQUE:      Alegre el cuello pondré
   a tu enojo verdadero
   por darte un breve placer,
   cuanto y más por darte un reino.    800
REY:      Y reino que de ambos es.
   Hora es que vengan a audiencia
   ya los títulos, Marqués,
   ensayad vuestra tristeza;
   que yo me voy a aprender    805
   palabras con vos airadas.
   Pienso que no las sabré.

Vase el REY

ENRIQUE:      Ni la verdad las enseñe.
   Corazón, no hay qué temer.
   Animo, que no es de veras,    810
   sed leal en esto.    Sed,
   fingiendo agora tristeza,
   agradecido a mi Rey.

Sale CESAR

   ¡ Ah, Fortuna, bien te pintan    815
   con el rostro de mujer
   con un pie sobre una rueda
   y en el viento el otro pie.
   Vistes alas, calzas plumas.
   Todo es volar y correr.    820
   Tu palacio está en el mar
   y el soberbio chapitel
   besa planetas que son
   arcos errantes.    Tu ser
   la misma mudanza ha sido.    825
   Lo que estable y firme fue
   no es tuyo, y son los trofeos
   de tu casa de placer.
   No testas de incultas fieras,
   no garras de aves que ven    830
   el camino de los vientos,
   sino cabezas que ayer
   eran envidia del mundo
   y hoy dan lástima también.
   Felice sólo aquél    835
   que ve con proporción la voz del Rey:
   ni cerca que la abrase como suele,
   ni lejos que le olvide o que le hiele.
CESAR:      Señor, ¿:    qué tristeza es ésa ?
   ¿: Qué causas hay porque esté    840
   quejándose vueselencia ?
ENRIQUE:      Vi un relámpago que fue
   señal de rayos y truenos
   y he sentido estremecer
   las columnas de mi dicha.    845
   Hizo señal de romper
   sus hielos el mar del norte,
   divisan desde el Bauprés
   velas contrarias mis hados.
   Muévese el viento y en El    850
   tormentas me pronostican.
   Enojado al Rey hallé.
   Amagos son de mi suerte,
   desdichas de mi poder.
   Felice sólo aquél    855
   que ve con proporción la voz del Rey:
   ni cerca que le abrase como suele
   ni lejos que lo olvide o que le hiele.

Salen los Príncipes de TARANTO y SALERNO

TARANTO:      ¿: Oíste, Príncipe ?
SALERNO:                          Sí.
TARANTO:      ¿: Has entendido ?
SALERNO:                        Muy bien.    860
ENRIQUE:      ¡ Ay, de mí !    Que siento pasos
   de mi desdicha.    El Rey es.

Salen el REY y LUDOVICO

REY:      ¡ Oh, Príncipes, yo agradezco
   que a palacio vengáis hoy
   cuando justiciero estoy,    865
   [.....            -ezco].
   Cuando al mismo sol parezco
   para amigos y enemigos,
   justicia soy.    Sed testigos
   que en mi peso recto alcanza    870
   mercedes una balanza
   y otra balanza castigos.
   [Si el gran Trajano mostró
   su rectitud en el hijo,
   yo por su ejemplo me rijo    875
   y en el que más me agradó
   mi rigor ostenta yo
   y mi justicia distinta
   borra su imagen sucinta
   como pintor avisado    880
   que no quiere, al ver que ha errado
   que le afrente lo que pinta].
   Enrique ha sido la basa
   de mi amor.    Servir no supo
   y así en mi gracia no cupo.    885
   Salga de ella y de mi casa;
   que haciendo justicia pasa
   un rey de inmortal a eterno.
   Sed, Príncipe de Salerno,
   Canciller de aquí adelante,    890
   y vos, Príncipe, Almirante.
SALERNO:      Quite el nombre tu gobierno
   al de Trajano y de Numa
   pues que los dejas atrás.
TARANTO:      Con esto materia das    895
   a la lengua y a la pluma.
REY:      El que es ingrato a la espuma
   de las aguas se compara.
   Vos sois Marqués de Pescara;
   César es Marqués del Basto.    900
LUDOVICO:      Dé el cielo, pues yo no basto,
   gracias a merced tan rara.
REY:      [Lengua a su Rey atrevida,
   verificado nos deja
   el cuento de la corneja    905
   de ajenas plumas vestidas.
   Cada cual la suya pida;
   que ajenas plumas parecen
   las que al dueño desvanecen.
   Ni te alabes, ni presumas.    910
   Vuelve,. corneja, las plumas
   a aquéllos que las merecen].
ENRIQUE:      Tus pies beso porque has sido
   con los cuatro liberal.    915
   Solamente llevo mal
   que des nombre de atrevido
   a quien con tu luz ha sido
   un atento girasol.
   ¿: Ingrato fue un español ?    920
   ¿: Cuándo un átomo que mueve
   el sol hermoso se atreve
   contra los rayos del sol ?
   [¿: Cuándo arroyo que al mar frío
   corre con tantos temores    925
   que tropieza entre las flores
   se atreve al poder de un río ?
   ¿: Cuándo ruiseñor sombrío
   que ama y canta sin sosiego
   se atrevió obstinado y ciego    930
   contra el águila suprema
   que las alas pardas quema
   en las regiones del fuego ?]
   ¿: Yo te he ofendido jamás ?
   Dime, gran señor, en qué ?    935
REY:      En secreto lo diré.
   Llega acá...      Llégate más.
ENRIQUE:      Pienso que enojado estás
   de veras.    ¿: Esto es fingir ?
REY:      Marqués, ¿: qué puedo decir    940
   sino que quiero aprender
   semblante de una mujer
   para acertar a mentir.
   No temáis, Enrique, vos
   que si dios el rey se llama,    945
   claro está que el Rey os ama
   y amigos somos los dos.
   Porque a sus amigos Dios
   da trabajos y cuidados;
   mas son trabajos pintados.    950
   Mi Job sois, yo a Dios imito
   y si los bienes os quito,
   yo os los volveré doblados.
ENRIQUE:      Los tesoros más supremos
   son tu gracia y tu favor.    955
REY:      Mi reino es vuestro.
ENRIQUE:                            Señor,
   no merezco esos extremos.
REY:      Enrique, disimulemos.
ENRIQUE:      De disculpas, ¿: no te agradas ?
REY:      Ni ruegues ni persüadas.    960
   Vuelve a ser lo que antes eras;
   que a sus materias primeras
   vuelven las cosas pasadas.
   Cuatro títulos di yo
   que el honor de Enrique fueron.    965
   Los tres las gracias me dieron
   y sólo César calló.
CESAR:      Al oír que te ofendió
   un hombre que quise tanto
   admiréme y con espanto    970
   se pasmó mi corazón,
   y sólo la turbación
   pudo detener el llanto.
   Dos dudas luchan en mí:
   hallo, viendo su lealtad    975
   que su culpa no es verdad;
   vuelvo los ojos a ti,
   hállote recto y así
   fuerza es que culpado sea,
   pero, como a Enrique vea    980
   luego de su parte soy
   y en tales dudas estoy
   que no sé lo que me crea.
REY:      Título del Basto os den.
CESAR:      Yo no lo acepto, señor,    985
   porque si Enrique es traidor,
   quiero yo pagar también
   haberle querido bien,
   y si acaso no es culpado
   y tú estás mal informado,    990
   tampoco lo he de aceptar
   porque le quiero imitar
   en ser bueno y desdichado.
REY:      No os quité vuestra riqueza
   si os he dejado este amigo.    995
ENRIQUE:      Una sombra soy que sigo
   los pasos de tu grandeza.
CESAR:      Aquí la Fortuna empieza
   sus tragedias.
REY:                      No hay rigor
   que disimule un amor.    1000
TARANTO:      Cayó un soberbio.
SALERNO:                            Era ley.
ENRIQUE:      (Fiero enojo es el de un rey;      Aparte
   aún fingido da temor).

  


ACTO SEGUNDO


;      

Salen JULIO, CHIRIMIA y don ENRIQUE

ENRIQUE:      A esta pobre casa, amigos,
   se redujo mi grandeza.    1005
   Temblando está mi cabeza
   de mis fuertes enemigos,
   no de mis culpas.    Ya sí
   pienso que a ellos mismos hoy
   da lástima lo que soy    1010
   como envidia lo que fui.
   [El agua que inunda el orbe
   del piélago se desata
   y en golfos de nieve y plata
   tantas máquinas se sorbe.    1015
   Baña con curso ligero
   montes y valles sombríos
   y al fin, al fin hecha ríos,
   vuelve a su centro primero.
   Los hombres son de esta suerte:    1020
   de polvo y de nada nacen
   y así su pompa deshacen
   en la desdicha y la muerte].
   Los criados que tenía
   y mi casa han ilustrado    1025
   como sombras me han dejado
   al caer la luz del día.
   [Por no poder sustentar
   algunos, los despedí,
   y otros me dejan a mí    1030
   viendo que no han de medrar].
   A los dos se ha reducido
   mi familia y aparato.
JULIO:      Yo, mi señor, aunque ingrato
   no soy al bien recibido,    1035
   como el hombre siempre aspira
   a su bien y conveniencia,
   te vengo a pedir licencia.
ENRIQUE:      Nada me espanta y admira
   después de mi adversa suerte.    1040
   Tú eres, Julio, el hombre a quien
   hice en mi vida más bien.
JULIO:      La pobreza es civil muerte.
   El Conde ocupa tu puesto,
   pues sabes que soy fiel    1045
   suplícote que con él
   me acomodes porque en esto
   sabes, mi señor, que acierto.
ENRIQUE:      Bien está.    Lo que deseas,
   Julio, haré; porque me veas    1050
   hacer bien después de muerto.

A CHIRIMIA

   ¿: Y quién duda que también
   licencia me pedirás,
   pues confieso que jamás
   de mí recibiste bien ?    1055
   Razón al menos tendrías.
CHIRIMIA:      Si reparas en los nombres,
   notarás que no son hombres
   ingratos los Chirimías.
   Yo nací de buena gente;    1060
   desciendo por línea reta
   de un bajón y una corneta
   y un soplador excelente.
   Porque acompañar solía
   a escribanos y alguaciles,    1065
   neblís de garras sutiles,
   me llamaron Chirimía.
   Pero aquesto, en conclusión,
   me da grande pesadumbre.
   Polvo, ni caldo, ni lumbre    1070
   soplé por no ser soplón.
   Y con pocos intereses
   te sirvo, dilo tú mismo,
   diez años ha que en guarismo
   montan ciento y veinte meses,    1075
   pero en cuentas castellanas,
   tomando papel y pluma,
   lo que te he servido suma
   quinientas y diez semanas.
   Y si la cuenta confías    1080
   de un zángano entretenido,
   te dirá que te he servido
   tres mil y seiscientos días.
   Y si todo aquesto ignoras,
   te sacará de la duda    1085
   la aritmética menuda:
   son ochenta y seis mil horas.
   Servirte siempre imagino
   como lo he hecho hasta aquí.
   Soy español y comí    1090
   tu pan y bebí tu vino.
   Yo también seguirte quiero
   vivas gordo y mueras flaco,
   y no como este bellaco
   ingratonazo y grosero.    1095
   Asado estés en dos hornos:
   no tengas honra ni fama.
   ¿: Hombre que Julio se llama
   qué ha de hacer sino bochornos ?

Sale un CRIADO

CRIADO:      Señor don Enrique, aparte    1100
   quiero una palabra.
ENRIQUE:                            Di.
CRIADO:      Señor don Enrique, aquí
   vendrán esta noche a hablarte
   dos Príncipes y el secreto
   es de importancia.
ENRIQUE:                            Esperando    1105
   estaré con gusto.
CRIADO:                          Cuando
   esté en silencio perfeto
   la noche con vigilancia,
   han de venir recatados.
   Haz retirar los criados.    1110
ENRIQUE:      En buena hora.    De importancia
   es la cautela.

Vase el CRIADO

                         (Ya empieza      Aparte
   a obrar mi falsa caída.
   ¡ Cielos, amparad la vida,    1115
   el estado y la grandeza
   de Alfonso, mi buen señor !)
CHIRIMIA:      Ludovico viene.

Sale LUDOVICO

ENRIQUE:                            Venga,
   porque su amistad detenga
   a mi desdicha el rigor.    1120
   ¿: Quién en mis males mostrara
   pecho magnánimo y rico
   sino el magno Ludovico,
   nuevo Marqués de Pescara ?
   ¿: Quién pudiera ser primero    1125
   en levantar a un caído
   sino aquél que sólo ha sido
   el amigo verdadero ?
   [Para que llorar no pueda
   me honra el cielo de este modo    1130
   porque no me falte todo
   pues tal amigo me queda.
   No dije bien; y ante digo
   y es decirlo justa ley
   que nada me quita el Rey    1135
   pues me deja tal amigo].
   ¿: Quién duda, señor Marqués,
   que te haya dado tristeza
   la desdicha y la pobreza
   que en aquesta casa ves ?    1140
   Pero la Fortuna esquiva
   no me tiene de vencer.
   Déme más que padecer
   como Ludovico viva.
LUDOVICO:      Don Enrique, todo pasa.    1145
   Un día sigue a otro día
   y muy en vano porfía
   la Fortuna.    Que esta casa
   reconozca me ha mandado
   el Rey, y en efecto quiero    1150
   ser en servirle el primero.
   Leed este papel cerrado,
   que es suyo.
ENRIQUE:                        Entrad, mi señor.
LUDOVICO:      Yo la he de reconocer.
CHIRIMIA:      (¿: Que esto un amigo ha de hacer ?)    Aparte    1155
JULIO:      (Verse un hombre en tanto honor      Aparte
   hace mudar condición).
CHIRIMIA:      (¡ En criados mal nacidos !)            Aparte
ENRIQUE:      Alma, ser, vida y sentidos
   de mi Rey y vuestros son.    1160
   Entrad a reconocer
   casa que riega mi llanto.
LUDOVICO:      Ved el papel entretanto
   porque habéis de responder.

Vase LUDOVICO

ENRIQUE:      Sello del Rey, yo confieso    1165
   que alegre el alma dispongo.
   Sobre mi cabeza os pongo;
   con el alma y boca os beso.

Lee

   "No soy Rey si me faltáis,
   mi Enrique.    Sin vos, ¿: qué valgo ?    1170
   Si de nuevo sabéis algo
   me avisad y cómo estáis.
   Si tenéis amigo fiel
   voy investigando ya,
   pero nunca lo será    1175
   el que lleva este papel.
   César solicita, amigo,
   que a mi palacio tornéis.
   Feliz vos que conocéis
   al amigo y enemigo".    1180
   Trae recado con que escriba.

Vase CHIRIMIA

   ¡ Oh, gran Rey, cuánto te debo !
   ¡ Nuevo Numa, César nuevo !
   ¡ Siglos tu grandeza viva !

Dentro

CHIRIMIA:        Señor, Conde, ¿: es alguacil ?    1185
   ¿: Qué busca por los rincones ?
   (Ojos tiene porquerones            Aparte
   y alma corcheta sutil).
   ¿: Es ya su curiosidad ?
   Pues, ¿: qué mira ?    No tenemos    1190
   sino dos grandes extremos
   de pena y necesidad.
   Todo el Rey nos lo ha quitado
   por bellacos y malsines.
   ¿: Qué busca ?    (Amigos rüines        Aparte    1195
   nos trujeron a este estado).

Salen LUDOVICO y CHIRIMIA detrás

LUDOVICO:      Tu humor bufonesco y frío
   no debe extenderse tanto;
   que se ofende el sacrosanto
   mandato real.
CHIRIMIA:                        Conde mío,    1200
   grave y enojado estás.
LUDOVICO:      Ministros que son severos
   de los hombres chocarreros
   no deben gustar jamás.
ENRIQUE:      Pídeme el Rey dos papeles    1205
   y aquí dónde están le aviso.
   Ya que la Fortuna quiso
   darme estrellas tan crüeles
   que influyen adversidades,
   suplico, señor Marqués,    1210
   a vueselencia, pues es
   tan amigo de verdades
   que ampare allá mi virtud
   tan perseguida.
LUDOVICO:                        Sí, haré.    1215
   Ya al Rey, mi señor, hablé.
CHIRIMIA:      Así sea tu salud.
ENRIQUE:      Julio servirle desea.
   Suplícole le reciba
   en su servicio.    Así viva    1220
   largos años.
LUDOVICO:                      Julio sea
   mi criado.
JULIO:                      A tal merced
   dé el alma correspondencia.
ENRIQUE:      Los pies beso a vueselencia.
LUDOVICO:      Dios guarde a vuestra merced.    1225

Vanse LUDOVICO y JULIO

CHIRIMIA:        ¡ Vuesa merced !    ¿: Vuesa--qué ?
   Baje un rayo que le queme.
   ¡ A don Enrique V y M,
   habiendo sido V y E ?
   ¿: Vueselencia ayer, y hoy    1230
   vuestra merced ?
ENRIQUE:                    El Marqués
   sabe muy bien ser cortés.
   Enrique de Avalos soy
   solamente y no me toca
   agora otra cortesía.    1235
   Ten paciencia, Chirimía.
CHIRIMIA:      Coso a dos cabos mi boca.
ENRIQUE:      (Al Rey he avisado ya          Aparte
   la junta que han aplazado
   esta noche.    Bien cerrado    1240
   va el papel.    No le abrirá).

Sale CESAR y vase CHIRIMIA

   César generoso y rico,
   ¿: venís con otro papel
   tan riguroso y crüel
   como el Conde Ludovico ?    1245
   ¿: Venís a llevarme preso
   a más estrecho cuidado
   ya que por cárcel me han dado
   la ciudad ?
CESAR:                    No vengo a eso;
   pues cuando su majestad    1250
   tan rigurosos decretos
   ejecutar me mandara,
   con lágrimas y con ruegos
   del Rey al Rey apelara
   o me quitara primero    1255
   de este corazón la vida,
   la cabeza de este cuello.
   No soy ministro del Rey.
   Solo a visitaros vengo,
   con su licencia; que agora    1260
   más os amo y más os quiero.
   Cuando en el verano alegre
   está rico, está soberbio
   el árbol con cuya pompa
   el sol padece desprecios;    1265
   [cuando sus flores compiten
   con las estrellas del cielo,
   en su verde majestad,
   blasón hermoso del tiempo;
   cuando en su gallardo fruto    1270
   roba el color lisonjero
   al topacio y el rubí
   rojo y pulido bosquejo;]
   ¿: Qué mucho que el pajarillo
   que de sus pimpollos tiernos    1275
   contra pájaros rapantes
   tiene su amparo y sustento
   no quiera apartarse de él ?
   Mas cuando llega el invierno
   derribando la hermosura    1280
   que abril y mayo le dieron,
   [y cuando las inclemencias
   de las aguas y los vientos
   en arrugadas cortezas
   le dejan desnudo y feo;    1285
   cuando las aves le esquivan
   por encogido y por seco
   sin ver que otra primavera
   galas le dará a su tiempo,]
   entonces si que se muestra    1290
   aquel amor verdadero,
   [aquel instinto piadoso
   y bruto conocimiento]
   de la viuda tortolilla
   que entre las ramas trofeos    1295
   en que mostró su poder
   el fiero enojo del cierzo
   vive triste y muere alegre.
   Así yo, cuando los cielos
   con sus astros favorables    1300
   prosperidad te infundieron
   no hice mucho en ser tu amigo.
   [Si los príncipes del reino
   como al sol los girasoles
   a tu voluntad atentos    1305
   del aliento de tu boca]
   pendían, y mi provecho
   entre las honras hallaba
   de tu amistad, o a lo menos
   parecer ambición pudo    1310
   lo que era amor.    Pero luego
   que la Fortuna y los hados
   se te mostraron adversos;
   [y en la noche de tu dicha    1315
   cual vanas sombras huyeron]
   cuando te dejaron todos,
   tórtola soy que te muestro,
   buscando tus secos ramos,
   tu dolor y sentimiento.    1320
   [Por ti mismo te he querido:
   para el amor de mi pecho
   lo que fuiste eres agora
   y aún eres más, pues teniendo
   magnánimo corazón    1325
   mereces renombre eterno
   de varón constante y fuerte:
   un Hércules y un Teseo,
   otro Pílades y Orestes,
   otro prodigioso ejemplo    1330
   en los anales del mundo
   de tierna amistad seremos].
   Bien sé que al Rey no ofendiste.
   En mi mismo pensamiento
   reconozco tu lealtad;    1335
   que vivifica dos cuerpos
   un alma sola, y así,
   siendo tú otro yo, bien puedo
   decir que traición no hiciste
   pues que yo traición no he hecho.    1340
   Envidia te ha derribado,
   que es rayo, aborto del trueno,
   que en lo poderoso y alto
   funda su poder violento.
   [Hoy el Rey, como hombre al fin    1345
   sujeto a humanos afectos
   pasó su amor a otros polos
   como el sol a otro hemisferio].
   Yo, Enrique, pobre no estoy;
   hacienda heredada tengo.    1350
   Dueño eres de ella, pues eres
   alma de su mismo dueño.
   Si acaso estás temeroso
   del enojado y severo
   semblante del Rey, a España    1355
   pasarnos los dos podemos.
   [Corramos una fortuna
   Suframos los dos el peso
   de la herida que te oprime
   girando en fatales vuelcos].    1360
   Joyas tengo y dos caballos
   que español cristal bebieron
   en las orillas de Betis,
   [uno blanco y el otro negro
   que a los del alba parecen].    1365
   Huyamos los dos en ellos
   a otro clima, a otra región,
   a otros mares, a otros reinos,
   a otro Rey que reconozca
   tus grandes merecimientos,    1370
   y a otro Rey que niegue oídos
   a envidiosos lisonjeros.
ENRIQUE:      Dichosa mi adversidad,
   pues es la piedra en que pruebo
   los quilates de tu amor.    1375
   Con el alma te agradezco
   la generosa intención
   pero no me oprime el miedo,
   la conciencia está segura,
   y espero en Dios que algún tiempo...    1380
   (Pero, secreto, detente.          Aparte
   No te atrevas al silencio.

Sale CHIRIMIA

CHIRIMIA:      Aquí ha llegado, señor,
   a la puerta un escudero
   de la Condesa.
ENRIQUE:                      ¿: De cuál ?    1385
CHIRIMIA:      Eso es lo que yo no entiendo.
   "La Condesa, mi señora,
   --me dijo-- tiene deseo
   de ver al señor Enrique",
   y volvió la espalda luego.    1390
ENRIQUE:      De Elena debe de ser
   que el enojo de los celos
   serenó con mis desdichas.
   Porcia, como pobre, entiendo
   que mi estado pretendía    1395
   y ya habrá dado a los tiempos
   su esperanza y su cuidado.
CESAR:      Si ha sido amor verdadero
   el de Elena, con su estado
   vivirás rico y contento.    1400
ENRIQUE:      Del amor y la amistad
   un examen voy haciendo.
   Amor, descúbrete agora.
   Haz tu valor manifiesto
   pues la amistad sacrosanta    1405
   su verdad ha descubierto.

Vanse.    Salen ELENA e ISABEL

ISABEL:      ¿: Cómo es posible, mi Elena,
   que ya no te comunique,
   con las desdichas de Enrique,
   el Amor alguna pena ?    1410
   [¡ Pobre Enrique y alegre estás !
   ¡ Enrique sin su privanza,
   Enrique en tanta mudanza,
   y tú no lo sientes más !]    1415
ELENA:      Isabel, una verdad
   quiero que sepas agora:
   ni se rinde, ni enamora
   mi soberbia voluntad.
   Nunca supe qué es amor    1420
   y aquel fingido cuidado
   era una razón de estado
   y un designio superior.
   Hablando afecto, no amaba;
   mi aumento así pretendía    1425
   porque ser mujer quería
   del que este reino mandaba.
   Cayó y así te prometo
   que mi intención hizo pausa
   porque cesando la causa    1430
   ha de cesar el efeto.
ISABEL:      Si aspiras a ser mujer
   de privado, Ludovico
   es ya generoso y rico
   y tu dote viene a ser    1435
   el mejor del reino.    Intenta
   rendirle a tu voluntad
   con estado y majestad.
   El mismo Rey hará cuenta
   de ti según lo que veo.    1440
   Lo que te he dicho procura.
   En riqueza y hermosura
   serás el sol y el trofeo
   de Nápoles.
ELENA:                      Dices bien.
   mi gallarda presunción    1445
   aconseja al corazón
   que lo sienta así también.
   Pero Ludovico tiene
   amistad a Enrique, fiel,
   e intercediendo por él    1450
   pienso que a mi casa viene
   porque me envió un recado
   diciéndome que tenía
   que hablar conmigo este día
   un negocio, y he pensado    1455
   que le pretende casar
   conmigo, sin duda alguna
   pensando que su fortuna
   así se ha de mejorar.
   Pero son grandes engaños    1460
   si esto Enrique imaginó.
   ¿: Mujer de hombre pobre yo,
   Isabela ?    ¡ Malos años !
ISABEL:      La condesa Porcia viene.
ELENA:      Como la doy alimentos    1465
   y está pobre, por momentos
   me está pidiendo.
ISABEL:                          Ella tiene,
   conforme a su calidad
   la riqueza y la hermosura.
   Prima es tuya; honrar procura    1470
   tu sangre con tu lealtad.

Sale PORCIA

PORCIA:      Yo he de volverme de priesa.
   La silla espere.
ELENA:                      En buen hora
   vengas, Porcia.
PORCIA:                      Mi señora,
   mi bien, amiga, Condesa,    1475
   [no vengo como solía
   a recibir tus favores;
   que son las penas mayores
   que están en el alma mía].
   Amor mandó que viniera    1480
   a pedirte, como suelo,
   a pesar de mi desvelo
   y basta que Amor lo quiera.
ELENA:      Desdichas, pena, dolor,
   lágrimas, desasosiego,    1485
   humos son de oculto fuego.
   ¡ Mátenme si no es Amor !
PORCIA:      ¡ Ay, prima !    Tú has acertado.
   Amor es.    De amores lloro;
   sino que está quien adoro    1490
   muy pobre y necesitado.
   Perdóname mis ternezas
   porque son finas verdades.
ELENA:      Dilas, prima, necedades:
   afectos no, ni finezas.    1495
   ¡ Porcia ha de amar obligando !
   ¿: Sangre de un rey procedida
   ha de comprar ser querida ?
   Dime, prima, dime:      ¿: cuándo
   has visto ilustre mujer    1500
   con ese cuidado vil ?
   ¿: De qué romana gentil
   se oyó tal ?    ¿: Tú has de querer
   hombre pobre, siendo tales
   sus partes que amor te sobre ?    1505
   Pobre tú y tu amante pobre,
   ¿: no es juntar dos hospitales ?
   [Amor que forzosamente
   por fin tiene el casamiento
   no debe ser tan violento,    1510
   tan necio y tan imprudente.
   Tu hermosura y calidad
   fuerza es que causen cuidados
   a príncipes con estados,    1515
   con riqueza y majestad].
   Rica soy, estado tengo,
   pero más rico ha de ser
   quien me quiera por mujer.
PORCIA:      Incapaz, Elena, vengo    1520
   de consejo.    Tú me das
   dos mil ducados de renta;
   que tu mano me alimenta.
   Dame una joya no más.
   No quiero más alimentos.    1525
   No quiero más que me des
   como ostente amor al que es
   alma de mis pensamientos.
ELENA:      A tanta resolución
   yo no tengo otra respuesta,    1530
   Porcia amiga, sino ésta.
   Estas dos sortijas son
   giros y esferas del día
   y esta joya es relevante.
   En ella brilla un diamante    1535
   que al mismo sol desafía.
   Cuatro mil escudos valen.
   Por ellas te los darán.
   Luces son que enjugarán
   perlas que del alba salen.    1540
   Toma, prima.
PORCIA:                      Yo he de ser
   tu esclava y en serla gano.
ELENA:      ¿: Qué tienes en esa mano ?

Tiene una banda

PORCIA:      Diéronme una nueva ayer
   de pesadumbre.    Tenía    1545
   un cuchillo que fue rayo.
   Siguió al pesar un desmayo.
   Caí, cortéme y había
   de escribir hoy un papel
   acerca de mi cuidado    1550
   y no podré.    Trae recado
   y escribirásle, Isabel.
ELENA:      Yo seré tu secretaria
   y aprenderé por si amare
   alguna vez.
PORCIA:                    Quien hallare    1555
   esa quietud necesaria
   al vivir, no quiera bien.
   No inquiete, no, su memoria
   pues se pierde en esta historia
   el alma y vida también.    1560
ELENA:      Nota, prima, que en tu estilo
   darás a mi pensamiento
   o doctrina o escarmiento.
PORCIA:      ¡ Felice ignorancia !
ELENA:                            Dilo,
   de veras.
PORCIA:                      Escribe, pues.    1565
ELENA:      Ve diciendo.
PORCIA:                    "Sabe el cielo,
   [mi señor..."

Salen LUDOVICO y JULIO

LUDOVICO:                      Nada recelo;
   que cierta mi dicha es
   si alcanzo lo que pretendo].
   Con Elena me está bien    1570
   desposarme.
JULIO:                A ella también.
LUDOVICO:      Reparo que está escribiendo.
ELENA:      ["Si es tu afición verdadera,
   bien la encareces así"].
ISABEL:      Señora, el Conde está aquí.    1575
ELENA:      (¡ Y cómo si no estuviera            Aparte
   si viene a lo que imagino !)

A ELENA

ISABEL:      Dile a boca o por papel
   como le quieres a él.
ELENA:      Sin duda me determino.    1580
PORCIA:      A solas sabrás mejor
   si te quiere.    Doy lugar.
LUDOVICO:      Si he venido yo a estorbar
   volveréme.
PORCIA:                No, señor.

Vase y llévase el papel escrito

LUDOVICO:      Señora, sin tu licencia    1585
   hasta donde está me he entrado.,
ELENA:      Venir puede, confiado,
   a su casa, vueselencia.
LUDOVICO:      Señora, mi amor os digo
   sin retóricos rodeos;    1590
   que no pueden mis deseos
   con un tan grande enemigo
   reposar.    En conclusión,
   puesto que el alma os adora,
   alcance el Conde, señora,    1595
   lo que Enrique quiere.
ELENA:                                Son
   inútiles pensamientos
   porque os digo que elegí
   otro vos por dueño, y si
   entendéis bien mis intentos,    1600
   no os obligue el amistad
   a hacer contra vos; y digo
   que es bien que mire el amigo
   primero su utilidad.
   Atrévome a aconsejaros    1605
   por quereros bien, y en esto
   no puede un amor honesto
   más claramente mostraros
   su intención.
LUDOVICO:                        (¡ La obligación Aparte
   de la amistad me ha acordado !)    1610
ELENA:      Habiéndome declarado,
   triste estáis.    ¿: Por qué razón ?
LUDOVICO:      [Porque decís, mi señora,
   que vos con Enrique estáis    1615
   en esa opinión.
ELENA:                      No vais
   bien, porque mi pecho adora...
   el que digo... y me holgara
   que así de vos lo supiese.
LUDOVICO:      ¿: Y no queréis que me pese ?    1620
ELENA:      No, si estimáis la fe mía].
ISABEL:      Enrique ha entrado.
ELENA:                              (Esperando    Aparte
   la respuesta estaba).
                           Adiós,
   por no estar entre los dos
   adorando y despreciando.    1625
   Conde, ya os dije mi pena.
   Perdonad mi atrevimiento
   y haced este casamiento
   porque os sirva siempre Elena.

Sale ENRIQUE

   Enrique, el Conde os dará    1630
   respuesta a vuestra intención
   que, pues me vio el corazón,
   lo que en él pasa os dirá.

Vase ELENA

LUDOVICO:      Podré decir que no eres
   desdichado en todo, pues    1635
   tuya la Condesa es.
ENRIQUE:      ¡ Oh, blasón de las mujeres !
LUDOVICO:      Con gran fe, con gran prudencia
   te está amando.
ENRIQUE:                      ¿: Quién podía
   darme nuevas de alegría    1640
   que no fuese vueselencia ?
LUDOVICO:      (Corrido estoy y afrentado;    Aparte
   que conserve Elena amor
   a un hombre medio traidor
   y que a mí me ha despreciado.    1645
ENRIQUE:      Irle tengo acompañando
   si gusta.
LUDOVICO:                ¿: No he de gustar ?

Vanse los dos

CHIRIMIA:      ¡ Que se deje acompañar
   Ludovico !    Estoy rabiando.
   Sí, ¡ vive Dios !
JULIO:                            ¿: No me ves,    1650
   que he de ir delante ?
CHIRIMIA:                                ¿: Esto pasa ?
JULIO:      ¿: Cómo va de hambre en casa ?
CHIRIMIA:      Yo te lo diré después.
JULIO:      Tente.
CHIRIMIA:                    Julio, si hasta aquí
   Chirimía me llamé,    1655
   Mayo me llamo.
JULIO:                      ¿: Por qué ?
CHIRIMIA:      Por ir delante de ti.

Vanse los dos, CHIRIMIA delante, y salen PORCIA y CELIO    escudero

PORCIA:      ¡ Ce, Chirimía !    ¡ Ah, criado
   de Enrique !    Fuése y no oyó.
   Tras el Conde va, y entró    1660
   aquí.    ¿: Si me habrá buscado ?
   Que es tanto lo que le quiero
   en desearle servir
   que luego tiene de ir
   a buscarle un escudero.    1665
   Tome, Celio, vaya presto
   tras Enrique y dale a él
   estas joyas y papel.

Dale una caja

CELIO:      ¡ Mátenme si amor no es esto !

Vanse y salen CHIRIMIA y ENRIQUE

CHIRIMIA:        A oscuras nos deja Febo.    1670
   ¿: Quieres luz ?
ENRIQUE:                      Sí, tráela apriesa.
CHIRIMIA:      Luz te traeré portuguesa.
ENRIQUE:      ¿: De qué suerte ?
CHIRIMIA:                          Vendrá en sebo.
   Ya la que labró de abeja,
   blanca cera entre miel pura,    1675
   en ti se ha vuelto gordura
   de un chivato o de una oveja.
   Esta Fortunilla vil
   a sebo nos trae de cera.
   Plega al cielo que no quiera    1680
   bajar de sebo a candil.
   Y aun según es la Fortuna
   aun de eso podrá quitar,
   pues que nos vendrá a dejar
   a los rayos de la luna.    1685
ENRIQUE:      Naturaleza los da
   para ausencia de los días.
CHIRIMIA:      Son excelentes bujías
   para lechuzas.

Sale CELIO

CELIO:                        ¿: Está
   don Enrique en casa ?
CHIRIMIA:                                  Sí.    1690
CELIO:      Entro, pues.    Tus manos besa
   mi señora la Condesa
   y esto envía para ti.

Vase

CHIRIMIA:        Caja y papel con respeto
   besándolo te dejó    1695
   y las espaldas volvió.
   No vi azogue tan inquieto.
   El de hoy es, y se va
   sin decirnos qué Condesa
   aunque tantas te dan presa.    1700
ENRIQUE:      El papel nos lo dirá.
CHIRIMIA:        Voy por luz humilde y baja
   antípoda de la miel,
   no para ver el papel
   sino para abrir la caja.    1705

Vase

ENRIQUE:      Finezas serán de Elena
   que hoy con discreto cuidado
   en su amor disimulado
   rebozó tan bien la pena.

Sale CHIRIMIA con luz

CHIRIMIA:        Lo que da mujer es viento.    1710
   Tesoros de duende son.
   No se nos vuelva carbón.
   Abre la caja con tiento.
ENRIQUE:      Veré el papel.
CHIRIMIA:                            ¡ Pesia tal !    1715
   Abre la caja.    ¿: Qué lees ?
   ¡ En tu vida brujulees
   las nuevas del bien o el mal !

Lee

ENRIQUE:      "Sabe el cielo, mi señor,
   las lágrimas y la pena..."    1720
   Letra es ésta de mi Elena.
   ¡ Oh, qué finezas de amor !
   "...que me ha costado el rigor,
   con que la Fortuna fiera
   trata fe tan verdadera,    1725
   que no tiene culpa, no,
   hombre que tal mereció
   que yo le estime y le quiera.
   Esas joyuelas te envío
   que son humildes trofeos    1730
   de mis gigantes deseos.
   Recíbelas, dueño mío;
   que yo en el tiempo confío
   que al discurrir y volar
   tu dicha ha de mejorar    1735
   por bien diferentes modos.
   Y cuando te falten todos,
   yo no te puedo faltar".
CHIRIMIA:        ¿: Firmó ?
ENRIQUE:                 Cuando viene a ser
   de una persona querida,    1740
   la letra tan conocida,
   la firma no es menester.
   ¡ Oh, soberana mujer !
   Tú serás de aquí adelante
   blasón que la fama cante.    1745
   Poetas, los que decís
   que es vario animal, mentís.
   Veis aquí mujer constante.
   Si en estado lastimoso
   hay mujer que no me niega,    1750
   callad vos, Elena griega,
   pues hay Paris más dichoso.
CHIRIMIA:      Abre ya; que no reposo
   hasta ver la rica alhaja
   que a Muza envió Daraja.    1755
ENRIQUE:      Más estima un alma fiel
   las finezas del papel
   que las joyas de la caja.
CHIRIMIA:        ¡ Por Dios, que brillan !
ENRIQUE:                                  Yo vi
   en su pecho aquesta joya,    1760
   las veces que, como Troya,
   a su misma luz ardí.
CHIRIMIA:      Son diamantes finos.
ENRIQUE:                            Sí.
   No digas locuras ya
   aunque en las piedras no está    1765
   la fineza o la riqueza.
CHIRIMIA:      Pues, ¿: dónde está ?
ENRIQUE:                            En la fineza
   de la mujer que las da.

Llaman dentro

CHIRIMIA:        Cierra la caja; que creo
   que vuelven por ella.
ENRIQUE:                              Vete    1770
   a dormir.
CHIRIMIA:                    ¿: De qué clarete
   me ves borracho ?
ENRIQUE:                        Deseo
   quedar solo; que peleo
   con mis tristezas a solas.
CHIRIMIA:      Voy a arrojar a las olas    1775
   del sueño que es mar profundo.

Vase

ENRIQUE:      Aquí empieza a ver el mundo
   las cautelas españolas.
   Ya está abierto.    Entre quién es.

Sale el REY embozado

REY:      ¿: Estáis solo ?
ENRIQUE:                      Solo estoy.    1780
   ¿: Quién es ?
REY:                 Vuestro amigo soy.
   ¿: No me conocéis, Marqués ?
ENRIQUE:      Arrojaréme a tus pies
   lleno de gozo y espanto,
   viendo que es a favor tanto    1785
   incapaz el alma mía
   como a celeste armonía,
   como a milagroso encanto.
REY:      [Alza, amigo.
ENRIQUE:                        No te espante
   si no te obedezco y digo    1790
   que es decir, "Levanta, amigo",
   decir que no me levante;
   porque ese nombre gigante
   no me ajusta.    Hormiga fui.
REY:      Levanta, Enrique.
ENRIQUE:                        Eso sí.    1795
REY:      Eres vasallo leal.
ENRIQUE:      Ese nombre es celestial
   y es, gran señor, para mí...]
REY:      Avisásteme que tienes
   junta esta noche en tu casa    1800
   y quiero ver lo que pasa
   escondido en ella.
ENRIQUE:                            Vienes
   a asegurar en tus sienes
   la corona merecida.
   Vienes a darme la vida.    1805
REY:      Vengo, a lo menos, a verte;
   que ésa es la causa más fuerte,
   Enrique de mi venida.
   ¿: Cómo estás ?
ENRIQUE:                      Como sin mí,
   sin ti en esta ausencia corta;    1810
   mas si mi ausencia te importa
   y te dejo a ti por ti,
   bueno estoy estando así.
REY:      Yo, Enrique, como he tenido    1815
   sin ti el amor escondido
   entre aparentes enojos,
   vengo a exhalar por los ojos
   el contento reprimido.
   ¿: Examinaste la fe    1820
   de alguna dama ?
ENRIQUE:                      Supuesto
   que es amor casto y honesto,
   sin vergüenza lo diré.
   Sí, señor.
REY:                ¿: Y quién fue ?
ENRIQUE:      La condesa Elena.
REY:                        Enrique,    1825
   cuando el reino pacifique,
   con ella te casarás.
ENRIQUE:      Siglos del Fénix y más
   el cielo te comunique.
   Esconde aquí tu valor;    1830
   que a la puerta siento gente.
REY:      La primera vez que siente
   este pecho algún temor
   es ésta.
ENRIQUE:                ¿: Por qué, señor ?
REY:      Porque recelo perder    1835
   este reino y no poder
   hacerte bien.
ENRIQUE:                Si perdida
   fuere antes de eso mi vida,
   no te queda qué temer.

Esconde el REY, salen embozados TARANTO y SALERNO, y LUDOVICO se q uede arrimado y embozado

TARANTO:      ¿: Podemos entrar ?    ¿: Están    1840
   recogidos los criados ?
ENRIQUE:      Sí, señores embozados.
   seguramente podrán
   entrar. SALERNO                    ¡ Y nos maravillas
   viéndote alegre y constante !    1845
ENRIQUE:      ¡ Oh, Canciller !    ¡ Oh, Almirante !
   Vueselencias tomen sillas.
   Yo príncipes he esperado
   mas no tan grandes.    ¿: Quién es
   el embozado ?
TARANTO:                      Después    1850
   hablará; que es un criado.
   ¿: Posible es que a tal fortuna
   Enrique de Avalos venga,
   y que rostro alegre tenga
   hombre que pisó la luna ?    1855
   ¿: Estos desprecios padece,
   y alegre sufre esta injuria ?
   ¿: Cómo no crece la furia
   al mismo modo que crece
   la adversidad ?    Esta casa    1860
   y esta luz agravios son
   de un magnánimo varón.
   De la injusticia que pasa
   son testigos. SALERNO                          Don Enrique,
   a consolarte y a verte    1865
   venimos, para ofrecerte,
   sin que el día lo publique,
   nuestras haciendas y vidas
   y consentir no queremos
   que lleguen a tales extremos    1870
   fortunas no merecidas.
ENRIQUE:      Príncipes, alegre estoy,
   aunque otra dicha no espero,
   las veces que considero
   que en nada culpado soy.    1875
TARANTO:      ¡ Esa es mayor injusticia !
   ¡ Ese es el mayor agravio !
   El castigo sufre el sabio
   mas no sufre la malicia.
   Don Enrique, hablemos claro.    1880
   ¿: Queréis dar a vuestro honor,
   con un estado mejor,
   honra, nobleza y reparo ?
   [Y pues    vos    sois tan discreto
   y venido a tal miseria,    1885
   para hablar de esta materia
   no hay que encargaros secreto].
ENRIQUE:      La Naturaleza es tal
   que a los brutos enseñó
   a querer su bien, y yo    1890
   alma tengo racional,
   [y he de apetecer lo mismo.
   Salir con ansias deseo
   del estado en que me veo;
   mas hay en medio un abismo],    1895
   de grandes dificultades.
TARANTO:      Ese es próvido temor,
   pues no aventuras honor.
   Si a aquesto te persüades
   con un impulso eficaz,    1900
   y los hombres de esta tierra
   hijos somos de la guerra,
   ¿: para qué queremos paz ?
   Nuestro ánimo el mundo vea.
   De estado nos mejoramos    1905
   si los tres el reino damos
   a Carlos que lo desea.
   De este gallardo francés
   firmas en blanco tenemos,
   y en su nombre te ofrecemos    1910
   porque tu ayuda nos des,
   un estado poderoso
   en este reino.
ENRIQUE:                      Yo aceto
   esa merced y prometo    1915
   de concurrir animoso
   a esta acción, y certifico
   que imposibles venceré.
LUDOVICO:      Agora sí que podré
   descubrirme.
ENRIQUE:                    ¡ Es Ludovico !    1920
LUDOVICO:      No esperé menos jamás
   de tu corazón fiel.
REY:      (Ni yo esperé menos de él.        Aparte
   Prosigue.    Descubre más).
ENRIQUE:      ¿: Qué es lo primero que está    1925
   trazado ?
SALERNO:                Juntar conviene
   nuestra gente y la que tiene
   nuestro primo, y él vendrá
   en dando al francés aviso.
ENRIQUE:      ¿: Y qué capitán valiente    1930
   ha de gobernar la gente ?
LUDOVICO:      ¿: Quién si no tú ?    Pues que quiso
   la militar disciplina
   aprender reglas de ti.
ENRIQUE:      Acepto el cargo.
REY:                      (Y así              Aparte    1935
   no temeré la rüina
   de mi reino).
ENRIQUE:                      ¿: Por qué parte
   se ha de comenzar la guerra ?
SALERNO:      Por Calabria, que es la tierra
   mas sujeta al son de Marte.    1940
ENRIQUE:      Pues, dadme una firma de ésas
   del francés, dos veces franco,
   porque pueda yo en lo blanco
   asegurar sus promesas.
TARANTO:      Bien has advertido,    Alabo    1945
   tu sagaz prudencia ya.
   Toma un papel en que va
   firma de Carlos Octavo.
ENRIQUE:      Famoso Rey, a quien puedo
   decir que oyéndome estás    1950
   pues con una firma das
   mercedes, horror y miedo,
   mi Rey eres, y protesto
   que aunque aventure mi honor,
   que me tengan por traidor,    1955
   te obedezco y sirvo en esto.
   Oyeme, Rey liberal,
   si aquí alcanza tu poder,
   yo te prometo de ser
   eternamente leal.    1960
   Este cargo que he aceptado,
   en servicio tuyo fue
   porque mi lealtad y fe
   ningún vasallo ha igualado.
   Recibe, Rey, mi deseo    1965
   pues puedo decir que aquí
   estás si me escuchas.
REY:                              (Sí,        Aparte
   ya lo he entendido y lo creo).
LUDOVICO:      Ya que a la ayuda del Rey
   prometes poner efeto,    1970
   de esta verdad el secreto
   debes guardar.
ENRIQUE:                      Esa es ley
   [de todos los conjurados;
   yo la estimo y reverencio:
   al secreto y al silencio    1975
   estemos juramentados].
   Y así por la ley sagrada
   que adora y sigue el cristiano
   por el cielo soberano
   y por la cruz de esta espada    1980
   juro y digo que este intento
   de mi boca no sabrán
   sino sólo los que están
   oyendo mi juramento.
   [Juro por Dios trino y uno    1985
   so pena de que esta espada
   en mi sangre esté manchada,
   de no tratar con ninguno,
   fuera de aquellos que estamos
   presentes, nuestra intención    1990
   y aquesta conjuración.
LUDOVICO:      Todos así lo juramos].
TARANTO:      Quédese para otro día
   la sesión en este estado;
   que ya pienso que ha llorado    1995
   sus perlas el alba fría
   e importa que no nos vean
   para que no se publique.
LUDOVICO:      Bien dice.    Adiós, don Enrique.
ENRIQUE:      Como mis ojos desean    2000
   suceda todo.    (¿: Quién vio      Aparte
   tal conflicto, tal contraste ?)

Vanse todos y sale el REY

REY:      ¿: Por qué no les preguntaste
   que habiéndoles hecho yo
   tantas mercedes, por qué    2005
   ánimo traen malicioso ?
ENRIQUE:      Por no hacerme sospechoso;
   que ya lo consideré.
   [Y pues mi lengua atrevida,
   al parecer y opinión    2010
   de estos tres, hizo traición,
   quítame, señor, la vida.
REY:      ¿: Qué dices, Enrique ?    Calla,
   porque el Rey más singular
   la vida puede quitar    2015
   pero no puede alargalla.
   Sólo a Dios se reservó
   y yo quisiera tener
   trocado aqueste poder
   en ti sólo, porque yo    2020
   el poder de Dios quisiera
   para darte vida tal
   que pareciera inmortal
   ya que infinita no fuera].
ENRIQUE:      A tu amor no correspondo    2025
   sin que los brazos me des.
REY:      Mas gente siento, Marqués.
   Otra vez aquí me escondo.

Escóndese y sale CESAR

CESAR:        No vengo como solía
   en tu amistad confiado,    2030
   porque soy tan desdichado
   que ese bien que yo tenía
   ya me ha faltado, y así
   pues tanta desdicha tengo
   a que me des muerte vengo    2035
   para vengarme de ti.
   Tu amigo fui, y ¡ vive Dios !,
   que con tirana impiedad
   si ha de borrar la amistad
   con la sangre de los dos.    2040
ENRIQUE:      César, ¿: qué traes ?
CESAR:                                Un dolor
   a los infiernos igual.
   De día te hallé leal;
   de noche te hallo traidor.
   ¿: Qué he de tener si esto pasa    2045
   para más desdicha mía ?
   Estas joyas te traía
   cuando salir de tu casa
   hombres embozados vi.
   Dióme cuidado el suceso.    2050
   Temí tu daño y por eso
   a los dos reconocí.
   El de Taranto y Salerno
   eran éstos y yo sé
   que esta visita no fue    2055
   de piedad y de amor tierno.
   ¡ A estas horas y estos dos
   de quien con causa sospecho
   que traen veneno en el pecho
   contra mi Rey !    ¡ Vive Dios !    2060
   ¡ Que no es visita de amigo !
   Indicios y amagos son
   de alguna conjuración
   que se ha tratado contigo.
   Y siendo de aquesta suerte,    2065
   muera el uno si reñimos,
   porque nos digan que fuimos
   amigos hasta le muerte.
   [Que no es razón que vivamos:
   tú, porque traidor has sido,    2070
   ni yo, porque te he tenido
   por leal.    Solos estamos].
   Mete mano.    Haz lo que digo;
   que dirán contra mi honor
   que Enrique ha sido traidor    2075
   y que César fue su amigo.
   Si acaso me dieres muerte,
   con estas joyas podrás
   escaparte y me darás
   vida así para no verte    2080
   cometer traición alguna;
   y si te matare yo,
   tu delito te mató
   que no tu adversa fortuna.
   Acábese con la muerte    2085
   amistad tan engañada.
ENRIQUE:      Detén, amigo, la espada.
CESAR:      No soy tu amigo, y advierte
   que estados puede quitar
   el Rey con razón o furia,    2090
   pero no es aquesta injuria
   de quien se debe vengar
   el vasallo, porque el Rey
   es un dios, aunque pequeño.
   De nuestras vidas es dueño.    2095
   Su gusto es su misma ley.
   [No te engañen ni aconsejen
   con máscara de venganza
   a hacer alguna mudanza
   y en el peligro te dejen].    2100
   Mira qué has hecho y, ¡ por Dios !,
   que es El que vida ha de darnos,
   o que habemos de matarnos
   o has de jurar que estos dos
   en tu casa no han de entrar    2105
   otra vez.
ENRIQUE:        Yo, César, juro
   que tu honor está seguro
   y que te debes fiar
   de mi amistad.
CESAR:                        Ni te creo;    2110
   ni te abono.

Sale el REY

REY:                      Yo le fío.
CESAR:      ¡ Válgame Dios, señor mío !
   ¿: Cómo en esta casa os veo ?
REY:      Porque quiero que los tres    2115
   hagamos estrechos lazos
   de amistad.    Dadme esos brazos.
CESAR:      Dame tú, señor, los pies.
REY:      Mi parte quiero tener
   entre dos amigos tales.    2120
CESAR:      Diles vasallos leales.
REY:      César, silencio.
CESAR:                        He de ser
   un Argos que calla y vela.
   Ya alenté y cobré la vida.
   ¡ Vive Dios, que es su caída    2125
   cautela contra cautela !

  


ACTO TERCERO


Salen CESAR y ENRIQUE

CESAR:        Amigo, ¿: no me dirás
   cómo el Rey, si está enojado,
   en tu misma casa ha entrado ?
ENRIQUE:      César, después lo sabrás.    2130
CESAR:        El que ser amigo quiere,
   para acertar bien a sello,
   no ha de saber más de aquello
   que su amigo le dijere.
   Ya no lo quiero saber    2135
   y bástame averiguar
   que en gracia vienes a estar
   del Rey.    Pero, ¿: qué mujer
   hallaste firme ?
ENRIQUE:                            En Elena
   he descubierto más fe    2140
   y aunque a Porcia me incliné,
   libre estoy de aquella pena
   porque soy agradecido.
CESAR:      De esa manera bien puedo
   decir, Enrique, sin miedo    2145
   que amante de Porcia he sido.
ENRIQUE:      ¿: Eso has callado hasta aquí ?
   Especie fue de traición;
   que una amorosa pasión
   me hayas ocultado así.    2150
   Sírvele, César, agora;
   que ella y Elena son damas
   de la Reina.    Un ángel amas.
   Cuerdo es aquél que la adora.
   [Y, ojalá yo la quisiera    2155
   con el extremo mayor
   que vio en sus penas Amor
   porque en dejártela hiciera
   algo por ti; que dejando
   amante mujer tan bella,    2160
   te diera el alma con ella
   y así te estuviera amando
   de dos maneras quien te ama
   y te da con voluntad
   dos almas en la amistad    2165
   y dos vidas en la dama].
CESAR:        Acepto esa cortesía.
   De Porcia me he de llamar.
ENRIQUE:      No puedo en palacio entrar
   en público, y dar querría    2170
   a Elena aqueste papel;
   mas César se lo dará
   que es otro yo.    Abierto va;
   que a portador tan fiel
   se debe esta confianza.    2175
[CESAR]:      ¿: Cuál es ?
ENRIQUE:                 Este.    Toma, amigo.
CESAR:      En mi pecho irá conmigo,
   por ser tú su semejanza,
   tan recatado el papel
   que mis mismos ojos sean    2180
   los primeros que no vean
   lo que llevo escrito en él.
ENRIQUE:      De tu mente es un conceto
   pues lo ha sido de la mía.
   El Rey a llamarme envía    2185
   y he de entrar con gran secreto.

Vase ENRIQUE

CESAR:        Ojos, finezas os deban
   los que Enrique siempre ha hecho.
   Ni a mis ojos, ni a mi pecho
   preguntéis qué es lo que llevan.    2190
   Vos, Porcia, que a este palacio
   dais columnas de arrebol
   como en la casa del sol
   las columnas de topacio,
   óyente penas y quejas.    2195
   Comenzaré por serviros
   a penetrar con suspiros
   los caminos y las rejas.

Salen los Príncipes de SALERNO y TARANTO

SALERNO:      Príncipe, de aquí adelante
   con más cuidado y frecuencia    2200
   se debe hacer asistencia
   aquí en palacio.
TARANTO:                        El diamante
   se rinde al diestro buril,
   piélagos abrevia el arte,
   un risco se ablanda y parte    2205
   a las lluvias del abril,
   pero escucha; que el Rey sale.

Sale el REY

REY:      ¡ Oh, mis parientes y amigos !
TARANTO:      Vasallos dirás, testigos
   del premio inmenso que vale    2210
   tu favor.
REY:                    (Disimulemos,      Aparte
   sentimiento natural.
   Vidrieras de cristal
   son los ojos en que vemos    2215
   la más oculta pasión.
   Reprimamos los enojos
   y disimulen los ojos
   lo que siente el corazón).
   ¿: Cómo estáis ?    Porque os deseo    2220
   salud y prosperidad.
TARANTO:      ¿: Es que ve tu majestad
   mis acciones ?
REY:                      Sí, las veo.
SALERNO:      [¿: Y es que mi amor ha sabido
   tu majestad ?
REY:                    Sí, lo sé.    2225
TARANTO:      Nadie nos iguala en fe
   ni amor.
REY:                Así lo he entendido].

Sale LUDOVICO

LUDOVICO:      Dame a besar esa mano
   que un siglo ha que no te veo
   y tanto verte deseo    2230
   como mi Rey soberano.
REY:      [(¡ Oh, ambiciosa diligencia,            Aparte
   nube opuesta a la justicia !
   ¡ Que te enseñe la malicia
   tan lisonjera elocuencia !)]    2235
SALERNO:      Siempre los tres procuramos
   el valor de tus renombres.
REY:      (¡ Que haya en el mundo estos hombres !)    Aparte
LUDOVICO:      Lo que los tres deseamos
   te suceda.
REY:                      (No permita                Aparte    2240
   mi fortuna tal suceso).
   Y vosotros antes de eso
   tengáis lo que os solicita
   mi cuidado.
LUDOVICO:                      ¿: Qué nación
   tuvo Rey tan excelente ?    2245
REY:      (¡ Oh, lisonjero valiente !
   ¡ Oh, villana adulación !)
   Y vos que estáis escuchando,
   yo no permito testigos
   cuando estoy con mis amigos    2250
   discurriendo y conversando.
   Salid fuera.
CESAR:                        (¿: Qué es aquesto ?          Aparte
   ¡ Anoche tan grande amor
   y agora tanto rigor !
   ¿: Desvanecida tan presto    2255
   ha quedado mi esperanza ?
   Que caiga lo levantado
   no es mucho, pues ha trepado
   a riesgos de la mudanza,
   pero al escalón primero    2260
   volver atrás de improviso
   o es desdicha o es aviso
   que no es bien subir.    Yo quiero
   escarmentar animoso,
   no poniéndome delante.    2265
   No entiendo al Rey el semblante.
   O es mudable o cauteloso).

Vase CESAR

REY:      (César se fue sin saber      Aparte
   que es un enigma mi amor,
   un esfinge mi temor    2270
   y mi rostro una mujer.
   Aborrezco lo que estimo
   y quiero lo que aborrezco;
   al mismo engaño parezco).
   Marqués de Pescara, primo,    2275
   hay detrás de esos canceles
   de pintadas celosías,
   donde suelo algunos días
   sentarme yo a ver papeles,
   breve suma y relación    2280
   de memoriales me haréis.
   Sobre el bufete hallaréis
   los papeles.

Vase LUDOVICO

TARANTO:                No es razón,
   cuando ocupado te veo
   que estemos aquí los dos.    2285
REY:      Bien decís, y guárdeos Dios
   con el premio que os deseo.

Vanse los dos Príncipes y habla dentro LUDOVICO

LUDOVICO:      Para ver si algo mandares
   los papeles voy mirando.
REY:      Aquí estoy paseando.    2290
   Pregunta si algo dudares.
LUDOVICO:      Un memorial está aquí
   que el Duque de Amalfi dio.
   ¿: Quieres escucharle ?
REY:                              No.
LUDOVICO:      ¿: Has visto el de Capua ?
REY:                                Sí.    2295
   (La puerta del camarín      Aparte
   siento abrir.    Enrique ha sido
   que a mi llamada ha venido
   por la puerta del jardín.
   Y el Marqués por el cancel    2300
   le ha de ver y aun ya le ha visto.
   Mal pensará si resisto
   de hablar agora con él.
   Aviséle que esperaba
   y el secreto se revela.    2305
   Aquí importa la cautela).

Sale ENRIQUE

   Esperando, Enrique, estaba
   y con más razón y enojos
   para reñirte prevengo
   los sentimientos que tengo    2310
   en el alma y en los ojos.
   ¿: Cada día voy sabiendo
   nuevas culpas contra ti ?
   Pero yo me culpo a mí...    2315
ENRIQUE:      Mira, señor, que no entiendo...
REY:      Calla, bárbaro, no doy
   a tus disculpas oído.
   Necio, que no has entendido
   la cólera con que estoy.    2320
   ¿: Cómo quieres responder
   si apenas el alma explico ?
   (¡ Qué atento está Ludovico !            Aparte
   Aun señas no puedo hacer).
ENRIQUE:      (Nadie nos ve.    ¿: Estando a solas    Aparte    2325
   me trata el Rey de esta suerte ?
REY:      Español, ingrato, advierte
   que tus traiciones son olas
   del mar movidas del viento;
   que unas mueren y otras nacen.    2330
   Torre que los hombres hacen
   sobre fácil fundamento
   polvo será en breves días.
ENRIQUE:      ¡ Señor !...
REY:                Calla.
ENRIQUE:                        Dime...
REY:                                Baste.
   Muchas cosas me ocultaste    2335
   que decírmelas debías.
ENRIQUE:      Mira, señor que esa injuria...
REY:      (Si responde, se declara).              Aparte
   Calla, bárbaro.    ¿: En mi cara
   no está leyendo mi furia ?    2340
ENRIQUE:      (¡ Vive Dios !, que esto es de veras. Aparte
   ¿: Ingrato yo ?    ¿: Yo infiel ?
   ¡ Qué desdichado es aquél
   que subió trepando esferas
   para ver su perdición !    2345
   ¡ Oh, mil veces soberano
   el estado que es mediano
   sin soberbia ni ambición !)
REY:      (Enrique no me ha entendido.          Aparte
   De verme airado se admira    2350
   y Ludovico nos mira.
   El secreto va perdido
   si acaso se desengaña).
   En castigo de tu yerro
   de Nápoles te destierro.    2355
   Luego has de partirte a España.
ENRIQUE:      No quiero hablar disculpando
   mi inocencia y mi verdad;
   sólo de tu majestad
   quiero despedirme hablando...    2360
REY:      Ni aun eso quiero que digas.
   Despídete con los ojos
   que tu lengua me da enojos.
ENRIQUE:      A tal silencio me obligas
   que mudo seré desde hoy.    2365
REY:      (Siento el verle padecer).        Aparte
   Ludovico, pasa a ver
   cómo está la Reina.

Sale LUDOVICO

LUDOVICO:                              Voy.
   (Si Enrique va desterrado,      Aparte
   con más prisa y más secreto    2370
   de las flores del Sebeto
   será el francés coronado    ).

Vase LUDOVICO

ENRIQUE:      ¿: Ludovico estaba aquí ?
   Ya voy respirando.    ¡ Cielos !
   Volcanes y Mongibelos    2375
   me oprimían.
REY:                    ¿: Fuése ?
ENRIQUE:                            Sí.
REY:      ¿: Es posible que no viste
   escondido a ese infiel
   detrás de aqueste cancel ?
   ¡ Vive Dios, que me ofendiste    2380
   creyendo así mis enojos !
   Agraviaste mi lealtad
   pues no viste la verdad
   disimulada en mis ojos.
ENRIQUE:      Deja que pueda alentar    2385
   la voz; que mi sentimiento
   reprimió tanto mi aliento
   que no podré respirar
   si no llega al corazón
   poco a poco el desengaño,    2390
   templado el susto y el daño
   que causó la aprehensión.
REY:      Siempre que muestre contigo
   tal enojo, considera
   que soy tu Rey por de fuera    2395
   y que dentro soy tu amigo.

LUDOVICO llega a la puerta

   [Si dentro en mi pecho estás
   llave es mi amor con que abras.
   No mires, no, mis palabras.
   El alma has de ver no más].    2400
   Quise que no respondieras
   porque no te declararas.
   Mejor era que callaras
   y que culpado te hicieras.
ENRIQUE:      Culpa ni aun fingida es buena.    2405
REY:      Sí, cuando importa, y yo sé
   que entonces luce la fe.
ENRIQUE:      Bien ha menester la pena
   que me diste, ese favor
   y dulce correspondencia    2410
   y aún están en competencia
   cuál de los dos es mayor.
   [Y la pena digo yo;
   que el que lejos de ti está,    2415
   sin tu favor vivirá,
   pero en tu desgracia, no].
REY:      Mientras que tú no estés preso,
   nunca mis enojos creas
   por más airado que veas    2420
   mi semblante.
ENRIQUE:                      Tus pies beso.
LUDOVICO:      (¡ Oigan, oigan lo que pasa !      Aparte
   Cautela fue su caída.
   ¡ Vive Dios, que está mi vida
   peligrosa en esta casa !    2425
   ¡ Ay, esfinges !    El revela
   toda la culpa que tengo;
   mas no será si prevengo
   cautela contra cautela).

Vase LUDOVICO

ENRIQUE:      Voy a ver lo que pretende.    2430
REY:      Consuela a César y adiós.
ENRIQUE:      De ti pendemos los dos.
REY:      De ti mi reino depende.
ENRIQUE:      Tú nos honras.
REY:                            Tú me amparas.
ENRIQUE:      Fortuna, ¿: de esta manera    2435
   das picones ?    No quisiera
   que alguna vez te enojaras.

Vanse y salen CESAR y ELENA

CESAR:        ¿: Cómo en palacio se ha hallado,
   señora, vueseñoría ?
ELENA:      Con más gusto cada día    2440
   porque la Reina me ha honrado.
CESAR:        Ya sabe que a la amistad
   se deben aras y templo,
   porque es símbolo y ejemplo
   de la fe y de la lealtad.    2445
   Con sus alientos me atrevo
   a darle aqueste papel.
   Débeme secretos él
   y yo respectos le debo
   por la ley de quien fui    2450
   sus letras ha venerado,
   y con no venir cerrado
   trae candados para mí.
ELENA:      ¿: De quién es ?
CESAR:                          Ese fue error.
   ¿: De quién ha de ser me di,    2455
   siendo el papel para ti
   y siendo yo el portador ?
ELENA:      De don Enrique será.
CESAR:      ¿: Hay otro que esto merezca ?
ELENA:      ¿: Querrá que le favorezca    2460
   con el Rey.
CESAR:                      Favor querrá
   sólo de tu amor honesto.
ELENA:      (¡ Qué engañada pretensión !        Aparte
   En dudas y confusión
   aqueste papel me ha puesto.    2465
   "Carlos Rey de Francia"    escribe
   y no otra cosa, y confirma
   o que hay traición esta firma
   o que engaños apercibe...
   o que es error).    ¿: Has sabido    2470
   qué traes aquí ?
CESAR:                        No, señora,
   no lo sé.    Ya os dije agora
   que a la amistad es debido
   este respeto.
ELENA:                          Darás
   a su dueño este papel.    2475
   Enigmas vienen en él.
   Di que se declare más
   y advierta que su lealtad
   está ya tan peligrosa
   que a mí me tiene dudosa    2480
   la sospecha y la verdad,
   y que los vasallos buenos
   sólo en gracia se mantienen
   de sus reyes y no tienen
   firmas de reyes ajenos.    2485

Vase ELENA

CESAR:        ¡ Vive Dios, que yo también
   estoy dudoso y suspenso !
   Luchando está lo que pienso
   con lo que mis ojos ven.
   Pienso que Enrique es leal.    2490
   Del francés la firma veo,
   y así ni a los ojos creo
   ni al pensamiento; que mal
   viven hombres avisados,
   sin astucia recatada.    2495
   ¡ Aun en comedias me enfada
   ver dos papeles trocados !

Sale CHIRIMIA

CHIRIMIA:        Señor César, ¿: ha venido
   a palacio mi señor ?
CESAR:      (Entre dudas y temor            Aparte    2500
   traigo perplejo el sentido).
CHIRIMIA:        Señor César, por su vida
   que me diga dónde está.
CESAR:      (¡ Válgame Dios !    ¿: Qué será)    Aparte
CHIRIMIA:      Señor César.
CESAR:                        (Divertida        Aparte    2505
   siento el alma, el pecho inquieto).
CHIRIMIA:      ¡ Señor César !
CESAR:                        (Quiero ver      Aparte
   a Enrique para saber
   este encanto, este secreto).
CHIRIMIA:        ¡ Señor César !    [¡ Qué crüel    2510
   está !    Pues ya se me acoge.
   ¡ Seor César !    Aunque se enoje...
   ¡ Señor César !    Voy tras él].

Vanse y salen LUDOVICO y JULIO y luego los dos Príncipes

LUDOVICO:      ¿: A qué ha entrado aqueste loco ?    2515
JULIO:      El caso sabrás después.
TARANTO:      Llamado nos han, Marqués,
   de tu parte.
LUDOVICO:                    Escucha un poco.
   Enrique nos es traidor.
   Con el Rey ha declarado    2520
   lo que tenemos tratado
   y peligra nuestro honor.
   No hay duda.
TARANTO:                        Pues declaremos
   los ánimos arrogantes,
   y declarémonos antes,    2525
   pues ese peligro vemos.
LUDOVICO:      No es tiempo y viene gran daño
   a los nuestros.
SALERNO:                      ¿: Qué dispones ?
LUDOVICO:      A una traición, dos traiciones.
   Dos engaños a un engaño.    2530

Sale el REY

REY:      ¡ Oh, mis parientes y amigos !
LUDOVICO:      Más bien lo dirás agora
   en sabiendo nuestros pechos.
   Señor, anoche a la hora
   que tú viste que salimos    2535
   de palacio, como propias
   personas tuyas y espías
   de tu frente y tu corona,
   como tus deudos y amigos,
   con astucia cautelosa,    2540
   en casa de don Enrique
   fuimos porque se conozca
   nuestra lealtad y por ver
   si en desgracia tuya osa
   declararse contra ti.    2545
   Dijimos que las personas
   de los tres y las haciendas
   queríamos poner todas
   por dar este reino a Carlos,
   y Enrique, que la ponzoña    2550
   que tenía contra ti
   encubrir no pudo.    Otorga
   el ser general y alzar
   las banderas venidoras
   en favor del Rey de Francia    2555
   contra tu real corona.
   Mira, señor, por tu reino.
REY:      ¿: Eso pasa ?
TARANTO:                ¡ Y más agora !
   Nos dijo que era fingida
   su caída y cautelosa    2560
   porque quieres de esta suerte
   con esta industria ingeniosa
   conocer tus enemigos.
REY:      (Si fuese verdad...)                Aparte
SALERNO:                            Conozcan
   nuestro amor cuantos vasallos    2565
   humanos reyes adoran.
   El trata de dar a Carlos
   este reino y esta hermosa
   ciudad que de luz serena
   el rayo del sol corona.    2570
REY:      Yo os agradezco el aviso.
   Dejadme solo.

Vanse

                   ¿: Qué sombras
   son éstas que a la amistad
   turban la luz generosa ?
   Estos tres han sospechado    2575
   que sé su intento y abonan
   de este modo su traición.
   Mas, saber que es cautelosa
   mi mudanza y la caída
   de Enrique parecen cosas    2580
   de que han violado el secreto
   los candados de su boca.
   Pero también pueden ser
   malicias de éstos; que propias
   son las sospechas al hombre.    2585
   Sólo Dios, como no ignora
   los humanos corazones,
   es inmutable en sus cosas.

Sale ELENA

ELENA:      Aviso a tu majestad...
REY:      ¿: Qué dices, Elena hermosa ?    2590
ELENA:      ...que don Enrique se escribe
   con el Rey de Francia.    Importa
   que sepa tu majestad
   si hay por qué se correspondan
   sin ofender su lealtad,    2595
   pero yo no lo sé.    Sola
   esta verdad aseguro,
   y si de César te informas
   sabrás la verdad del caso.
REY:      Hágate el cielo dichosa    2600
   como noble, bella y leal.
ELENA:      A quien soy lo debo.

Vase ELENA

REY:                              Rompan
   los silencios de mi amor
   las voces más rigurosas
   que dio monarca en el mundo.    2605
   Si la dama que le adora,
   si la dama que le estima
   acusa a Enrique, ¿: es impropia
   su culpa ?    Indicios son fuertes
   que la verdad acrisolan;    2610
   pero no he de sospechar
   de su lealtad generosa.
   Apelo de Elena a César,
   de su dama a su amigo.    ¡ Hola !    2615

Sale un CRIADO

CRIADO:      ¿: Señor ?
REY:                Mirad si está César
   en la antecámara.    (¿: Todas          Aparte
   las amistades humanas
   han de ser tan sospechosas ?

Sale CESAR

CESAR:      ¿: Qué me mandas ?
REY:                        Dime, César,    2620
   atendiendo a que me importa,
   si Enrique se comunica
   con el Rey Carlos.
CESAR:                              (Perdona        Aparte
   amistad, porque más debo
   a mi Rey).    ¿: Señor ?
REY:                            No pongas    2625
   temor ni duda en la lengua.
   La voz desata animosa.
CESAR:      Señor, sí.    Yo tengo...
REY:                                Calla.
   Basta ese "sí" para que oiga
   mis quejas el mismo cielo    2630
   y la sangre se recoja
   desamparando las venas
   al corazón cuando roban
   sentimientos naturales
   su actividad y transforman    2635
   en fuego su hielo.    Vete,
   que un desengaño es ponzoña
   y basta la que en dos letras
   me diste a beber agora.

Vase CESAR

   Otra vez pienso dudar.    2640
   Haga finezas preciosas
   el amor que a Enrique tengo.
   Apelo otra vez.    ¿: Hay otra
   apelación donde pueda
   aliviarse la memoria ?    2645
   De la dama y del amigo,
   si en los votos se conforman,
   ¿: a quién se puede apelar ?
   Apelo a él mismo.    Su boca
   será el último testigo.    2650
   Si él no lo confiesa, ponga
   la envidia mil acechanzas
   que mil serán mentirosas.
   Esta puerta he de juntar
   y quedar con él a solas;    2655
   que en mi camarín le tengo.
   ¡ Oh, cómo está temorosa
   el alma !    Amistad, ¿: qué es esto ?
   ¿: Ajenas culpas me cortan ?
   ¿: Delitos de otro me hielan ?    2660
   Enrique.

Sale ENRIQUE

ENRIQUE:                ¿: Señor ?
REY:                            Conozcan
   los cielos que nos alumbran
   que eres quien rompes y cortas
   los lazos del amistad
   y yo no.    Tú me provocas    2665
   a la cólera mayor
   que dio a tigres ni a leonas
   heridas naturaleza.
   Y así con mis manos propias
   quisiera tomar venganza.    2670
ENRIQUE:      (Sin duda que hay quien nos oiga      Aparte
   otra vez; pues finge el Rey
   que se ofende y que se enoja).
REY:      ¿: Con Carlos te comunicas
   sin avisarme las cosas    2675
   que tratas con él ?    ¿: Tú escribes
   a mis contrarios
ENRIQUE:                            ¿: Agora
   no he de errar cual la otra vez
   disculpándome; que importa
   fingir este enojo bien).    2680
   Confieso, señor, que tornas
   a enojarte justamente.
   Carlos me escribió.
REY:                            ¿: Quién osa
   confesar así sus culpas
   que a morir no se disponga    2685
   Mira, ingrato, que me debes
   que hasta oírlo de tu boca
   el crédito suspendí,
   y aún está el alma dudosa
   si acaso "sí" me dijiste.    2690
ENRIQUE:      Señor, señor, ¿: no hay persona
   ninguna tras el cancel ?
REY:      Hay malicias cautelosas
   tras el cancel de tu pecho
   y eso basta.    ¿: Tú blasonas    2695
   de agradecido español ?
ENRIQUE:      ¡ Solos estamos y todas
   las puertas están cerradas !
   No finjas más; que me roban
   los temores el aliento.    2700
REY:      De veras hablo.    No pongas
   intervalos a mi enojo
   y mi cólera interrompas.
ENRIQUE:      ¡ Válgame Dios !    ¿: En qué parte
   pueden escucharnos ?    Sola    2705
   está la cuadra y apenas
   hay quien distinga y conozca
   si lo que finge es de veras.
   Aun el alma que no ignora
   que es ficción está temiendo.    2710
REY:      No disimules, pues tocan
   tus traiciones en los rayos
   de mi luz majestüosa.
   ¡ Ah, Capitán de mi guarda,    2715
   prended a Enrique !
ENRIQUE:                            (Quien loca    Aparte
   llamó a la Fortuna, dijo
   la verdad).    Si me aprisionas,
   señas son que tú me has dado
   para que en ti reconozca    2720
   que tu enojo es verdadero.
   ¿: Qué mucho en la parda concha
   engendre perlas el alba
   y cuando el sol se trasmonta
   mengüe su cándido humor    2725
   que aún no llegó a ser aljófar ?
   El sol alienta los campos,
   los jazmines y las rosas
   rasgan las verdes camisas,
   y a su luz sacan las hojas;    2730
   huye el sol de este hemisferio,
   caduca deja su pompa,
   todo pasa de esta suerte.
   Tú eres sol; fui flor hermosa.
   Escondísteme tus rayos;    2735
   perdí el verdor a tu sombra.

Sale el CAPITAN

CAPITAN:      ¿: Qué mandas ?

Sale PORCIA

REY:                      Ya estoy remiso.
PORCIA:      (Animo, segunda Porcia,        Aparte
   que en las batallas de amor
   no te dan brasas que comas).    2740
   Señor, a pedirte vengo,
   atrevida si piadosa,
   que justifiques las culpas
   de don Enrique y conozcas
   que no es bien que tú te enojes    2745
   sin mirar que la paloma
   al aire blanca parece
   aunque sea negra toda.
   [El agua clara en un vidrio
   turbio a nuestro ser la tornan    2750
   los rayos del sol hermoso;
   en las cristalinas ondas
   corvos parecen los remos;
   muchos espejos nos borran].
   Si en las cosas claras vemos    2755
   que hay engaño, en las dudosas
   ¿: qué será, Rey poderoso ?
   Natural intercesora
   mi piedad será esta vez.
REY:      Sí, será, Condesa hermosa.    2760
   (¡ La que le quiere le acusa !        Aparte
   ¡ La que no le quiere aboga
   por Enrique !    Aquí hay engaño).
   Bien está, gallarda Porcia.
PORCIA:      Vivas más que vive el Fénix    2765
   inmortal en sus aromas.
   (Y viva Enrique también              Aparte
   que me mira y me enamora).

Vase PORCIA

REY:      Salte fuera y llama a César.

Sale el CAPITAN

ENRIQUE:      (Porcia con vista amorosa            Aparte    2770
   me miró.    Todo se trueca).
REY:      Ven acá.    Dime qué cosas
   tratas con el Rey de Francia.
ENRIQUE:      ¿: Yo ?    Ninguna.
REY:                      ¿: Cómo agora
   dijiste que te escribía ?    2775
ENRIQUE:      Porque imaginé que a solas
   no estábamos e importaba
   fingirme culpado.    Sola
   una firma vi del Rey
   que en tu presencia dichosa    2780
   me dio el Príncipe de Taranto.
REY:      Dame acá esa firma.
ENRIQUE:                            Toma;
   que para lo que mandares
   te la he guardado hasta agora.

Lee

REY:      "Como has entrado en palacio    2785
   no he podido, mi señora,
   responder como debía
   a tu papel y a tus joyas..."
ENRIQUE:      ¡ Válgame Dios !    El papel
   sin atención ni memoria    2790
   troqué con uno de Elena.
REY:      (La verdad aliento cobra).          Aparte
   ¿: Quién a Elena le llevó ?
ENRIQUE:      César.

Sale CESAR

CESAR:      ¿: Qué mandas ?
REY:                            (Gozosa          Aparte
   siento el alma).    ¿: Qué papel    2795
   diste a Elena ?
CESAR:                        Sospechosa
   hizo mi fe aquesta firma.

Dale al REY el papel

REY:      Quien no apura ni acrisola
   la verdad errores hace.
   Enrique amigo, perdona.    2800
   No dudé de tu lealtad
   pero me turbaron sombras
   de aparentes culpas.    Mueran
   los Príncipes que alborotan
   mis estados.
ENRIQUE:                      Mira bien;    2805
   que si los cuellos les cortas,
   sus parientes y vasallos
   tomarán armas traidoras.
REY:      Yo tengo para matarlos
   una cautela injuriosa.    2810
   Publíquese que en mi gracia
   estás.
ENRIQUE:      Dame por esposa
   a Elena, y bien se publica.
REY:      Pues, prevén luego tus bodas.    2815
ENRIQUE:      Y las de César, señor,
   si das licencia, con Porcia.
REY:      Si ella gusta, enhorabuena.
CESAR:      ¡ Vivas edades dichosas !

Vanse los dos

REY:      Ellos mismo han de ser    2820
   los que muerte rigurosa
   se han de dar; que de esta suerte
   aseguro mi corona.
   ¡ Príncipe !

Sale TARANTO

TARANTO:                    Señor, ¿: qué mandas ?
REY:      A mí, Príncipe, me importa    2825
   que la muerte deis a Enrique
   sin que ninguno os conozca.
   En este papel va el orden
   que habéis de guardar.
TARANTO:                                Mil Troyas
   abrasará mi obediencia,    2830
   mil capitolios de Roma.
   Dice el papel:

Lee

              "Iréis, Príncipe, amigo,
   con máscara a la usanza de estos días
   a la Plaza del Olmo y en las Ninfas
   que una fuente en su espacio cristal vierte,    2835
   donde hallaréis a Enrique que esperándome
   estará para ver unos festines.
   Un lienzo sacará.    Sacad vos otro
   y muerte le daréis sin que os conozca.
   Llevad gente en resguardo y romped éste".    2840
   Yo voy a prevenir lo necesario
   y los deudos y amigos que tuviere
   a prevenirlos y vestirme y todo.
   ¡ Viven los cielos, español perjuro,
   que de mis manos no estarás seguro !    2845

Vase TARANTO

REY:      ¡ Ah, Príncipe de Salerno !

Sale el de SALERNO

SALERNO:      ¿: Gran señor ?
REY:                      Este orden toma
   y a Enrique darás la muerte
   como ahí va escrito.
SALERNO:                            Ponga
   leyes en mí tu grandeza    2850
   que guardadas serán todas.
REY:      Riguroso ni tirano
   me llame el mundo, pues obran
   la equidad y la justicia
   tal vez, cautelas heroicas.    2855

Vase el REY, y lee el de SALERNO

SALERNO:      "Con máscara, pues son carnestolendas,
   esperaréis a Enrique que pensando
   que yo soy, en la fuente de las Ninfas
   que en la Plaza del Olmo cristal vierte
   un lienzo sacará.    Haced vos lo mismo.    2860
   Llevad vuestros amigos y parientes
   por si quisiere defenderse Enrique.
   Hacedlo con secreto y romped éste".
   Agora este español que nos revela
   el secreto jurado verá el pago    2865
   que merece un traidor.    Voy a vestirme.
   ¡ Viven los cielos, español villano,
   que hoy habéis de morir por esta mano !

Vase y salen ELENA y PORCIA

ELENA:      Porcia, si de mí te fías
   y conoces mi afición,    2870
   dime cuál es la ocasión
   de tantas melancolías.
   Vienen días, pasan días,
   y tú tan triste, ¿: qué es esto ?
PORCIA:      En este estado me ha puesto    2875
   un amoroso rigor.
   Prima, la muerte es menor.
   Enrique el alma ha dispuesto
   de esta suerte.
ELENA:                          ¡ Ay, prima mía !
   ¡ Qué necios son tus amores !    2880
   Sin duda de esos errores
   nació tu melancolía.
   En dos modos desconfía
   de ese amor.
PORCIA:                      ¿: Y cuáles son ?
ELENA:      Que no te tiene afición    2885
   y que es pobre.
PORCIA:                      Lo primero
   a ser, prima, verdadero
   aumentará mi pasión.
ELENA:      Es tan verdad que me quiere.
   Es tan verdad que desea    2890
   ser mi esposo.    ¡ No lo sea,
   plega a Dios !
PORCIA:                      Y si lo fuere
   y mi desdicha lo viere,
   viva en su dichoso estado
   alegre y enamorado    2895
   más que el sol girando cielos.
ELENA:      ¡ Bendiciones y no celos !
   ¡ Gran fineza !
PORCIA:                      ¡ Y gran cuidado !

Sale el REY

REY:      Condesas, felicemente
   solas y juntas os veo,    2900
   cuando casaros deseo
   con un varón eminente;
   que lo quiero justamente,
   a Elena su gusto sigo
   y a ti, Porcia, con su amigo.    2905
ELENA:      (¡ Ludovico es, pues que dice      Aparte
   que le quiero !)    Soy felice,
   tuya soy.
PORCIA:                Lo mismo digo.

Salen LUDOVICO y JULIO

LUDOVICO:      (Dame, Amor, atrevimiento;      Aparte
   que por ti la más hermosa    2910
   ocasión y más honrosa
   que hay en todo el mundo intento).
   Un gallardo casamiento
   codicio.    Humilde te pido    2915
   me hagas felice marido
   del dueño mío que fue
   señal de amor y de fe.
REY:      ¿: Quién es ?
LUDOVICO:                 Doña Elena ha sido.

Sale CHIRIMIA

CHIRIMIA:        Señor, señor, si te mueve    2920
   a piedad una tragedia
   de un desdichado jüicio.
   bien es que lástima tengas.
   Don Enrique, mi señor,
   con el dolor y la pena    2925
   de verse en desgracia tuya
   está loco y de manera
   que ha dado en decir muy grave
   a los amigos que encuentra,
   "Bien está.    Dadme después    2930
   memoriales".    No hay quien crea
   que ya pobre y desdichado
   nuevo papel representa
   de privado en este mundo.
   Danos, gran señor, licencia    2935
   que nos volvamos a España
   que, mudando aires y tierra
   sanará de esta locura,
   y porque veas que es cierta
   su locura como digo    2940
   vesle aquí, en palacio se entra.

Sale ENRIQUE hablando hacia dentro

ENRIQUE:      Al Rey, mi señor, diré
   vuestros méritos.
CHIRIMIA:                              ¡ Oh, pesia
   la madre que me parió !
   Deja esas locuras necias.    2945
ENRIQUE:      Dame, gran señor, tu mano.
REY:      Ven, amigo, enhorabuena.
CHIRIMIA:      (El Rey le sigue el humor).        Aparte
PORCIA:      ¿: Hay desdichas como éstas ?
ENRIQUE:      En feliz hora vendré,    2950
   señor, si me das a Elena.
ELENA:      ¡ No me faltaba otra cosa !
   ¿: Hay locura como aquélla ?

Sale CESAR

CESAR:      Escucha, señor, un caso,
   el más funesto.
REY:                      ¿: Qué hay, César ?    2955
CESAR:      Los dos Príncipes, amigos,
   a quien por dueños veneran
   Taranto y Salerno, agora
   con máscaras y libreas
   como en Nápoles se usa    2960
   porque son carnestolendas,
   una batalla se han dado
   quedando muertos en ella
   muchos parientes y amigos
   de ambas partes, sin que sepa    2965
   nadie la causa.
REY:                      ¿: Y los dos ?
CESAR:      Con más heridas que César
   en el senado murieron.
REY:      Los que vivieren se prendan
   para saber la ocasión    2970
   y entre tragedias como éstas,
   prosiga, Elena, sus bodas.
ENRIQUE:      ¡ Vivas edades eternas !
REY:      Paso, Enrique, no sois vos
   el dueño que ella desea.    2975
ENRIQUE:      Pues, ¿: quién, señor ?
REY:                            Ludovico.
ELENA:      De Ludovico y Elena
   son las bodas que el Rey dice.
ENRIQUE:      Pues, ¿: cómo, ingrata, estas letras
   y diamantes no publican    2980
   tu mudanza ?    Di.
PORCIA:                        Las piedras
   han de confesar mi amor.
ENRIQUE:      Este papel, ¿: no es de Elena ?
ELENA:      La letra sí, las razones
   son de Porcia.
ENRIQUE:                      Pues, ¿: no era    2985
   esta joya tuya ?
ELENA:                        Sí;
   mas dísela a Porcia.
PORCIA:                            Sepan
   que fueron finezas mías.
   Publíquese.    No me pesa.
ENRIQUE:      ¿: Qué haré, César ?
CESAR:                            Ser de Porcia    2990
   infinitos años.
REY:                        Sea
   Almirante y Canciller,
   Enrique, y luego le vuelva
   el título de Marqués
   Ludovico.    El mundo entienda    2995
   que he asegurado mi reino
   y que bien le quiero.    ¡ Prendan
   a Ludovico !
LUDOVICO:                    ¡ Señor !
   ¿: Por qué a mí ?
REY:                      Porque no quieras
   dar a Carlos mi corona.    3000
ELENA:      Engañada fui.
REY:                      No seas
   interesada ambiciosa.
CHIRIMIA:      Luego, no ha sido de veras
   su caída.    ¡ Julio, amigo,
   venguéme !    Esta vez te cuelgan.    3005
ENRIQUE:      Prospere el cielo tu vida
   gran Alfonso, y aquí tenga
   fin la historia que se llama
   cautela contra cautela.

FIN DE LA COMEDIA