Antonio Mira de Amescua
Amor ingenio y mujer



Personas que hablan en ella:
  • El REY de Sicilia
  • Don ENRIQUE de Aragón
  • El MARQUÉS
  • POMPEYO, mayordomo
  • CASTAÑO, lacayo gracioso
  • FABIO, criado del Marqués
  • DOMICIO, viejo gracioso
  • La INFANTA Matilde
  • La DUQUESA Serafina de Montehermoso
  • CRIADOS
  • Dos MÉDICOS


ACTO PRIMERO

Salen el REY, POMPEYO el mayordomo, y CRIADOS

POMPEYO: Sólo a vuestra majestad
se aguarda.
REY:          Pues, ¿: ya ha llegado
el cardenal ?
POMPEYO:          Ya ha dejado,
con su rara autoridad,
muda la Envidia. A su ejemplo, 5
los grandes del reino todos
hacen por diversos modos
esfera del sol el templo.
Y en Sicilia, que está ufana
con Carlos, a ver juralle, 10
cabe un sol en cada calle
y un cielo en cada ventana,
por donde las damas bellas
ostentando su alegría,
se muestran, cual a porfía, 15
en la noche las estrellas.
REY: ¿: Viene el Príncipe ?
POMPEYO:                  Ya acaba
de vestirse.
CRIADO 1:          Incomparable
es su hermosura.
POMPEYO:          Admirable
su belleza.
CRIADO 2:          No imitaba 20
la regia severidad
Augusto con tal valor.
POMPEYO: Él es natural señor
del reino y la voluntad.

Sale el príncipe, que es la INFANTA Matilde, bien aderezado, con capa y gorra

INFANTA: El perdón de haber tardado 25
me dé vuestra majestad.
REY: Merécelo tu humildad.
Si en algo hubieras errado,
tiempo hay bastante; y primero
a solas te quiero hablar. 30
INFANTA: Haced luego despejar
la sala; obediente espero.

Vanse los CRIADOS

REY: Ya tendrá clara noticia
de aquella ley tan tirana
que tuvo en Roma principio, 35
dándole por nombre salia.
Ley que a las hembras prohibe
heredar, y que se guarda
con inviolable costumbre
en Sicilia como en Francia. 40
¡ Dura ley ! ¡ Pluguiera al cielo
que de sus duras palabras
salieran llamas veloces
que a su inventor abrasaran !
Pues no desmerecen, no,        45
las valerosas hazañas
de las mujeres famosas
que las historias alaban.
El bárbaro no advertía        
que varias historias hablan 50
de mujeres valerosas
por las letras y las armas,
para no agraviar así
cuántas en valor igualan        
a las pasadas ilustres         55
mujeres. Si fue venganza,
bien lo ha mostrado su efecto,
que tanto su ser agravia.
Yo, pues, temiendo si acaso,
viendo tu madre preñada,         60
pariese hija que diese
fin al reinar a mi casa;
porque siendo así, venían
a este reino y le heredaban
los hijos de un mi enemigo, 65
que quiso por acechanzas
darme la muerte un mi hermano,
que huyendo de mi venganza
salió de Italia, previne,
según el caso importaba,         70
escribanos y matronas
que diesen fe, pero falsa,
si importante. Llegó el día
en que viste al sol la cara;
murió tu madre del parto; 75
partió a la región más alta.
Criéte con el cuidado
que al grave caso importaba,
encomendado a la industria
vencer la suerte contraria. 80
Los que sabían del caso
ya todos del mundo faltan,
y sólo en los dos consiste
del secreto la importancia.
Tan varonil te he criado 85
que en tus acciones se engaña
la propia naturaleza.
Hoy, pues que el reino te aguarda
para jurarte, he querido
saber si Amor, que a las plantas, 90
a las aves y animales
rinde a su púrpura y nácar,
obligando con su fuego,
a ti te provoca y llama        
al nombre de madre, y quieres 95
serlo. Aquí me desengaña
porque yo lo diga al reino,
que convocado te aguarda,
y trate tu casamiento        
en Italia o en España. 100
Y si por el cetro olvidas
tu ser, imitando a tantas
que en más extraña clausura
y por menos esperanzas        
viven, podrás, imitando         105
la Semíramis bizarra,
dar leyes a aqueste reino
y dar contento a estas canas.
¿: Qué me respondes ?
INFANTA:          Señor,
que si por ley heredaran
hembras tu reino y que fuera
preciso que yo mostrara
serlo, el ser reina perdiera
por encubrir esta falta;
porque si aquella opinión 115
de los filósofos de Asia,
que dicen que en otros cuerpos
suelen mudarse las almas,
fuera católica y firme,        
justamente blasonara         120
que el alma del griego Aquiles
mi experiencia gobernaba.
REY: ¿: Qué más pudiera escuchar
si en Macedonia aguardara
esta respuesta Filipo         125
de su Alejandro ? Descansa
en mis brazos, hija mía.
INFANTA: Aun con los ecos me infamas;
olvida, señor, tal nombre,
si mi obediencia te agrada. 130
REY: Mira si estimo tu brío,
pues que sirvas a las damas
te aconsejo.
INFANTA:          Desde hoy,
otra Venus más gallarda,        
sirvo a la hermosa duquesa 135
de Montehermoso.
REY:          Bien andas.

Sale un CRIADO

CRIADO: Ya está todo apercibido.
REY: Ven, príncipe.
INFANTA:          Vamos.
CRIADO:                 ¡ Plaza !

Vanse y salen ENRIQUE, galán, y CASTAñO su criado

CASTAÑO: Pienso que hemos de morir
en Sicilia desterrados, 140
de dos diluvios cercados
para no poder salir.
ENRIQUE: Cércale el mar con espumas
y las montañas con fuego.
CASTAÑO: Que nos volvamos te ruego; 145
que no es razón que presumas
del rey de Aragón, tu tío,
que ha de durar el enojo.
ENRIQUE: Por medio el vivir escojo
aquí.
CASTAÑO: Gentil desvarío. 150
¿: Dónde comen macarrones
quieres vivir ?
ENRIQUE:          Fuerza es,
pues procede como ves
de tan justas ocasiones.
Yo soy segundo en mi casa 155
y tan pobre caballero,
que en vano de España espero
más favor.
CASTAÑO:         Anduvo escasa
contigo, que yo también
soy de mi casa el noveno. 160
ENRIQUE: De mi casa me enajeno
para buscar mayor bien.
Entre todos mis criados,
por prudente y por leal,
hice de ti más caudal 165
para fiar mis cuidados;
y pues está obligado,
agora mi intento advierte.
CASTAÑO: Cualquier fortuna divierte
un ingenioso criado.         170
(No se entienda que lo digo Aparte
por mí).
ENRIQUE: Pues, oye mi intento.
CASTAÑO: Sombra de tu movimiento
he de ser.
ENRIQUE: Castaño, amigo,
ya sabes que me hospedó 175
en Nápoles con afable
término el gran condestable,
y la condesa me dió
cartas para la duquesa,
su prima, en quien he hallado 180
tal favor.
CASTAÑO:         Gentil bocado,
si no hubiera ley expresa
de que no hereden mujeres
en Sicilia.
ENRIQUE:          Sin que herede
a su hermano, hacerme puede 185
dichoso.
CASTAÑO: Di lo que quieres.
ENRIQUE: Tiene de por sí un estado
rico y, cual ves, pobre soy,
y sé que a sus ojos doy        
un apacible cuidado.         190
STAÑO: Pues sigue, señor, la empresa.
Pues te llama la Ocasión
a tan dulce pretensión,
solicita a la duquesa;        
que ya reviento por verme
en Italia señoría,195
que aunque es común cortesía,
podré del "vos" defenderme.
ENRIQUE: Como te digo, me estima,
y con pecho nada ingrato
me pidió ayer un retrato,200
con que mi esperanza anima;
pero no sé de qué suerte
podrá a sus manos llegar.
CASTAÑO: ¿: Qué ? ¿: Te atreves a dudar
de aqueste ingenioso ? Advierte.205
Su hermano, el duqueso, está
enfermo, mas es cansera.
Dame el retrato y espera
en la calle. Muestra acá
esos guantes. ¿: No hay visita
de médicos ?
ENRIQUE:          Ya han entrado.
CASTAÑO: Pues médico soy, que el grado,
cualquiera lo solicita
por dinero; en conclusión
todo médico me infundo215
que tendrá en el otro mundo
su lugar junto a Lerón.
Y de su impiedad lo infiero
pues, obediente a su voz,
viene el verdugo feroz220
con la capa del barbero,
y sin moverse a piedad
de la dueña resfriada,
le da cinta colorada,        
símbolo de la crueldad.225
¡ Oh, mal nacido Interés !
¡ Lo que puedes ambicioso !
ENRIQUE: Pero mira, que hay celoso
competidor.
STAÑO: ¿: Y quién es ?
ENRIQUE: El marqués.
CASTAÑO:          Aunque murmure,230
Yo me atrevo a asegurar
que ha de venir a enfermar
sólo porque yo le cure.        
Vete. Aguarda donde digo;
que aquí sale un pajezuelo.235
ENRIQUE: Déte su favor el cielo.

Vase ENRIQUE

CASTAÑO: ¿: Cómo en un campo enemigo,
sin que puedan agotallos,
hay médicos Sacripantes        
que matan dos mil infantes240
y cuarenta mil caballos ?
¿: Pero cómo puede ser,
que habiendo caballería,
le toque a la infantería ?
Mas, ¿: Quién ha de echar de ver245
que en la batalla trabada
de albéitares y doctores
vienen a ser los mejores
los que no curan de nada ?

Sale DOMICIO, vejete

DOMICIO: (Que éste es médico barrunto). Aparte250
CASTAÑO: ¿: Quién son de la junta ?
DOMICIO:                  Son
el doctor Julio Polión...
CASTAÑO: Por el número pregunto.
DOMICIO: Cuatro son.
CASTAÑO:          Pues avisad
que un médico forastero255
quiere ver al duque.
DOMICIO:                  Espero
que os pagarán la amistad.
Su hermana, que al sol alegra,
sale y la podéis hablar.        

Vase DOMICIO y sale la DUQUESA

CASTAÑO: (Ya me muero por matar.         Aparte260
¡ Oh, quien topara una suegra !)
Señora del alma mía,
¿: puédote hablar ?
DUQUESA:          Sí, Castaño.
CASTAÑO: Menos que con este engaño,
que la sospecha desvía,265
fuera imposible el hablarte;
que éste es el vero retrato
de aquél que, a su patria ingrato,
vive sólo de adorarte.        
Médico soy contrahecho;270
guárdese el que me creyere.
DUQUESA: Mientras el Duque estuviere
mal, será de provecho
la industria.
CASTAÑO:          Si importa así,
deja que una vez le cure,275
para que el engaño dure
un siglo.
DUQUESA:          Dichosa fui
en ver lograda mi fe
en tu ingenio y tu señor.
CASTAÑO: Esclavo de este favor280
soy; dime, ¿: qué le diré
a Enrique ?
DUQUESA:          Que me ha enviado
prenda tal, que me contenta,
y que corre por mi cuenta
agradecer su cuidado;285
y que esta tarde me vea
porque tengo que tratar
con él.
CASTAÑO: ¿: Cómo te ha de hablar ?
DUQUESA: Con aquesta carta sea,        
que de mi prima he tenido,290
y dirá vino en su pliego.
CASTAÑO: (¡ Por Dios, que es diestra en el juego ! Aparte
¡ Bien el caso ha prevenido !)
DUQUESA: Pues, vete, porque no demos
en casa que sospechar.295
CASTAÑO: Primero he de visitar
al Duque; no nos fiemos
de los que le están curando,
que nos le podrán matar.        
DUQUESA: ¿: Atreveráste a curar ?300
CASTAÑO: Muy presto.
DUQUESA:          ¿: Cómo ?
CASTAÑO:          Matando.

Vase CASTAÑO y queda la DUQUESA. Sale DOMICIO, vejete, muy alborotado

DOMICIO: Señora, la novedad
encarezco, no el suceso.
DUQUESA: ¿: Qué queréis decir en eso ?
DOMICIO: Si importa la brevedad,305
yo lo diré, que me precio
de compendioso.
DUQUESA:          Dejad
las arengas y abreviad;
que dais de prolijo en necio.
Decid a lo que venís.
DOMICIO: Pues, ¿: es buñuelo ?
DUQUESA:          Es la muerte.
DOMICIO: El príncipe viene a verte.
DUQUESA: ¿: De ese modo lo decís ?
DOMICIO: Pues, si me doy a entender,
¿: es mal modo habl[ar] poesía315
que has menester todo un día
para poderlo entender ?
DUQUESA: ¿: El príncipe ? Estoy turbada;
cosa es nueva.
DOMICIO:          Causa tiene
la novedad. Hélo. Viene320
el moro por la calzada.

Salen la INFANTA, que es el Príncipe, POMPEYO y CRIADOS

DUQUESA: Pues, ¿: cómo, señor, el día
en que estáis tan ocupado
y Sicilia os ha jurado        
honráis la memoria mía ?325
Si lo hacéis por imitar
los césares que triunfaban,
que con prudencia buscaban
ocasión con que templar        
su gloria, imitando aquí330
su estilo...
INFANTA:          El de Roma quiero
saber, duquesa, primero,
para saber si es así.
DUQUESA: Entre diversas naciones,
entre arneses abollados 335
de los bárbaros soldados,...
DOMICIO: Y entre sangrientos pendones,...
DUQUESA: ¿: Quién os mete en eso a vos ?
DOMICIO: Sé mi poquito de historia.
DUQUESA: ¿: De eso tenéis vanagloria ? 340
DOMICIO: Mejor salud me dé Dios.
DUQUESA: Entre el imperial decoro
y el aplauso popular,
saliendo el triunfo a gozar
en carros de perlas y oro, 345
que así a su lado llevaba,
virtud moral parecía,
quien a voces repetía
las faltas de quien triunfaba;
porque si acaso cobrase 350
con el triunfo presunción,
tuviese luego ocasión
con que la gloria templase.
INFANTA: Con fin diferente vengo,
duquesa, si bien se advierte; 355
pues en la gloria de verte
librado mi triunfo tengo.
Y para tener en él
seguro el honor que gano,
vengo a que de vuestra mano 360
me adorne el verde laurel.
Decid que nos dejen solos.
DOMICIO: ¿: Y cerraré las ventanas ?
INFANTA: Si en belleza son Dianas,
serán en la luz Apolos, 365
y será bien los veamos
a su mismo resplandor.
DOMICIO: (El trae nublados de amor.         Aparte
Verálos un lince). Vamos.

Vanse [DOMICIO y POMPEYO]

INFANTA: Duquesa, el atrevimiento 370
victorias de amor adquiere,
que vemos que Amor se muere
en su mismo alojamiento.
Ni terceros ni papeles
pide mi intento amoroso, 375
que en su efecto riguroso
serán, por tibios, crüeles.
Vos sois divino sujeto
de mi amor, y no penséis        
que en la libertad que veis 380
os he perdido el respeto;
que así a decirlo me obligo
y es fuerza que lo sepáis.
Mejor es que lo entendáis
siendo Amor solo testigo. 385
DUQUESA: Agradecida al favor
quedo de vuestro cuidado,
aunque habérmelo callado
hubiera sido mejor;        
que en mí tal estado alcanza, 390
no obstante que sois mi rey,
que el parentesco y la ley,
acorta vuestra esperanza;
y así os quiero suplicar
tiréis la rienda al deseo, 395
que os entrega por trofeo
a quien no os puede premiar.
INFANTA: Tan resuelto llego a veros,
que miro en vuestro rigor
que nace de ajeno amor, 400
duquesa, no enterneceros.
DUQUESA: Injustamente culpáis
cumplir con mi obligación.
INFANTA: Crece mi ardiente pasión        
en ver que la desdeñáis. 405
Y como mi firme amor
en obligaros porfía,
pediros, mi bien, querría
algún honesto favor;        
no porque pueda obligaros
a imaginar que me amáis,
sino en señal que me dais
licencia honesta de amaros.
DUQUESA: Que advirtáis ruego, señor,
lo mal que me puede estar. 415
INFANTA: ¿: Un guante os ha de faltar ?
DUQUESA: Pues, es batalla de honor.

[La INFANTA] vale a tomar la mano y ve el retrato

INFANTA: ¿: Retrato, y de hombre, duquesa ?
¿: Veis como no me engañé ?
DUQUESA: ¿: Qué importa, si yo no sé 420
quién es ? (¡ Oh, cuánto me pesa !) Aparte
Ayer al romano Apeles
le pedí me retratase
y para muestras sacase        
retratos de sus pinceles. 425
Tomé éste de los más bellos,
de una caja de retratos,
para divertir a ratos
el pensamiento con ellos.
INFANTA: Duquesa, en amor no hay fuerza. 430
Si el vuestro ha sido trofeo
de las partes que en él veo,
¿: quién habrá que su ley tuerza ?
Y así sólo me animo        
a saber a quién amáis, 435
para que luego veáis
cuánto le amparo y estimo.
No lo neguéis.
DUQUESA:          Que es forzoso...
INFANTA: No tenéis por qué dudar;
bien me lo podéis contar. 440
Decid, que no estoy celoso.
DUQUESA: Don Enrique de Aragón,
en cuyo apellido
se conoce que sus reyes
dan a su casa principio, 445
dejó a España con temores
del rey de Aragón, su tío,
porque el valor y nobleza
tienen por premio el castigo.
Llegó a Nápoles, adonde 450
el condestable, mi tío,
le hospedó, y dándole cartas
para mí, a Sicilia vino.
Diómelas, y de sus ojos        
los rayos de fuego vivos, 455
lisonjeros del deseo,
hicieron guerra a los míos.
Hallé de nuevo cuidado,
mi pensamiento vestido,
y en sus ojos y en su voz, 460
también vive el suyo escrito.
Ésta ha sido la ocasión,
señor, de haber resistido
tu cuidado, porque él es        
el dueño de mi albedrío. 465
Si es bizarro, ya lo veis;
si valiente, ya os la he dicho;
pero entre todas sus partes
el ser discreto no afirmo,
pues a serlo contradice 470
estar tan favorecido.
INFANTA: Por la buena información
que en vos y en su rostro miro,
disculpo nuestro rigor.
Ya a hacerle merced me animo; 475
que quiero que conozcáis
vos por él lo que os estimo.
Enviádmele, duquesa,
para que esté en mi servicio.
DUQUESA: Bésoos los pies, gran señor; 480
pero pues que ya os he dicho
el dueño, dadme el retrato.
INFANTA: Quiero ver si es parecido
al dueño; que los pinceles
suelen con mudo artificio 485
ser, acreditando engaños,
muerta lisonja de vivos.
DUQUESA: (¡ Que necia que hubiera andado Aparte
si le hubiera encarecido
sus partes a otra mujer !) 490

Sale DOMICIO

DOMICIO: Un español ha venido
con una carta.
DUQUESA:          Éste es.
Decid que entre.

Sale ENRIQUE

ENRIQUE:          Ésta han traído
en mi pliego para vos.        
DUQUESA: En mucho el cuidado estimo. 495
Llegad a besar la mano
al príncipe.

De rodillas

ENRIQUE:          Estoy corrido,
señor, de no conoceros
cuando a los remotos indios,
de vuestra rara belleza 500
llegan retratos divinos.
INFANTA: Alzad.
ENRIQUE: Permitid que llegue
al suelo, soberbio y rico,
el favor de ser alfombra
de vuestros pies.
INFANTA:          Bien me han dicho 505
vuestras partes. Levantad.
Decid, ¿: qué os ha parecido
de las damas de Sicilia ?
¿: Pueden ya las que habéis visto
competir con las de España ?
ENRIQUE: Sin lisonjero artificio
respondo, señor, que es tierra
imagen del paraíso
donde hay tales hermosuras.
Las demás del mundo admiro. 515
INFANTA: Si las hizo el cielo hermosas
como a vos cortés os hizo,
no dudo que podrán ser
justa admiración del siglo.

Aparte [las dos]

(No finge nada el retrato, 520
duquesa).
DUQUESA: (Bien lo acredito).
INFANTA: Pues, en Sicilia os halláis,
empleaos en mi servicio
y en mi cámara.
ENRIQUE:          A esos pies
los labios humildes rindo; 525
soy vuestra hechura.
INFANTA:                  Advertid
que desde agora sois mío.
DUQUESA: (Por la merced que me hacéis,
de nuevo el alma os obligo).
INFANTA: (Buen gusto tenéis, duquesa). 530
DUQUESA: (Señor, pues que ya habéis visto
el original, volvedme
el retrato).
INFANTA:          (No es tan tibio,
duquesa, el amor que os tengo
que, si os lo doy, no me obligo 535
a que, volviéndooslo, hagan
los celos en mí su oficio).
DUQUESA: (Pues, al dueño os encomiendo).
INFANTA: (Que le haré merced os digo,
más que vos le deseáis). 540
ENRIQUE: (Bien la Fortuna me quiso).

Vanse todos y salen el MARQUÉS y FABIO

FABIO: ¿: En qué te puede ofender
el príncipe en visitarla ?
MARQUÉS: ¿: No es hombre ? ¿: No puede amarla ?
¿: No hay qué sentir ni temer ? 545
A no temer abrasada
el alma en mayores celos,
aumentará mis desvelos
esta ocasión no pensada.        
FABIO: ¿: Quién la puede pretender 550
con igualdad ?
MARQUÉS:          No [me] impida
esa ocasión.
FABIO:          En mi vida
vi tan servida mujer.
MARQUÉS: Fuerza es que mi amor publique,
pues ella la causa ordena. 555
FABIO: Pues, da remedio a tu pena.
MARQUÉS: Para eso he llamado a Enrique.
FABIO: Pienso que debes temer
si es él que va a hablalla.
MARQUÉS: ¿: Él había de ser ? Calla, 560
necio; aquí lo podrás ver.

Sale ENRIQUE

ENRIQUE: Estimo, señor marqués,
que de mí queráis serviros.
MARQUÉS: Antes quiero advertiros
que juzgo a gran interés 565
saber que en Sicilia estáis;
que estimo que hayáis venido
porque ocasión haya sido
para que de mí os sirváis.
Conoced en mí un amigo, 570
que tendrá ya por favor
serlo de vuestro valor,
por quien mi suerte bendigo.
ENRIQUE: Poco pudieran valer        
mis partes a estar sin vos. 575
FABIO: (Lisonjeros son los dos).         Aparte
ENRIQUE: Pero en lo que puedo ser
de vuestro servicio, espero
que mandándome me honréis,
cierto de que en mí tendréis 580
un amigo verdadero.
MARQUÉS: El estar bien informado
de vuestro valor me obliga
a que de mi pecho os diga
el más oculto cuidado, 585
satisfecho que podéis
empeñar vuestro valor
en los negocios de honor.
ENRIQUE: Seguro decir podéis.        
MARQUÉS: La duquesa...
ENRIQUE:          ¿: Qué duquesa ? 590
MARQUÉS: La hermana del duque Octavio.
ENRIQUE: (¿: Yo soy autor de mi agravio ? Aparte
¡ Cielos !)
MARQUÉS:         Parece que os pesa
de oír mis penas.
ENRIQUE:                  No es eso;
por ser mujer principal 595
y decir que os paga mal,
que me ha pesado os confieso.
MARQUÉS: Habla por unos balcones
a un embozado; y si empeño
la vida, he de ver el dueño 600
de tan locas pretensiones;
que a mi lado vuestra espada,
no temerá mi osadía
los fuegos que exhala y cría
esa montaña abrasada. 605
ENRIQUE: Que os serviré, imaginad,
cuando la Ocasión lo pida.
MARQUÉS: Con el alma agradecida
reconozco esta amistad,
que árabes tesoros son
corto premio a tanta fe.
Cuando importe, avisaré.

Vanse el MARQUÉS y FABIO

ENRIQUE: ¿: Hay más grande confusión ?
El lance de amor prevengo
más arduo de imaginar, 615
pues he venido a ayudar
al competidor que tengo;
y que haya tan ciego abismo
que el más lince no lo entiende,
pues que contra mí pretende 620
hallar favor en mí mismo;
y en iguales desvaríos,
aumentando mis desvelos,
iré confuso en sus celos,
y él irá ciego en los míos. 625

Vase y salen el REY, la INFANTA y el MARQUÉS

REY: Hijo Carlos, ¿: cómo vienes
de tanto gusto tan triste ?
Alegre y bueno saliste.
¿: De qué tal tristeza tienes ?
Si sabes que son dos vidas 630
las que padecen agravios,
mueve, príncipe, los labios
para que remedio pidas;
que de tu mudo callar                
y la pena de tus ojos, 635
creo que por darme enojos
no quieres, príncipe, hablar.
INFANTA: No sé mi mal os prometo;
pero si digo verdad,                
conozco en la soledad 640
menos dañoso el efeto.
MARQUÉS: ¿: Y podrá causarte enfado
un acordado instrumento,
blanda lisonja del viento ?                
INFANTA: Mucho, aunque venga templado, 645
y aun húrtase el armonía
entre compases diversos
a los dulcísimos versos
que Mantua escuchó algún día.
MARQUÉS: Siéntate.
INFANTA:          No me consueles. 650
MARQUÉS: Medicina sea a tu mal
este rompido cristal
que va animando claveles.
Mira aqueste margen frío        
donde salen rosas juntas, 655
al sol coronando en puntas,
para volver el rocío.
Mira entre flores y peñas...
INFANTA: Marqués, basta, que ya infiero        
que soy huésped extranjero 660
a quien el jardín enseñas.
Del dueño has de presumir,
cuando te llegue a escuchar,
licencia para admirar                
pero no para advertir. 665
¿: Tú piensas que puede haber
en término tan sucinto,
flor en algún laberinto
que se me pueda esconder ?                
Pues, ¿: por qué en discurso varios 670
me pintas flores y peñas ?
Que lisonjero te enseñas,
o te precias de herbolario.
Soledad busca mi pena;                
vete.
MARQUÉS:          ¡ Gran melancolía ! 675
REY: Pues de su mal la porfía
las potencias le enajena,
vengan médicos que vean
al príncipe; su remedio        
traten, aplicando un medio. 680
INFANTA: Los que mi salud desean,
sé que han de ignorar mi mal
y aplicar remedios vanos,
que no vieron los humanos                
jamás otro mal igual; 685
mas si vos de eso gustáis,
vengan médicos, señor.
MARQUÉS: Con opinión del mejor,
que es bien que le conozcáis,        
cura un médico español 690
al duque de Montehermoso,
por sus letras más famoso        
que por su eclíptica el sol.
REY: Pues, vámoslos a buscar,        
porque de su salud traten 695

Vanse los dos

INFANTA: ¡ Qué de penas me combaten !
Cielos, ¿: en qué han de parar ?
¿: Qué es esto, Fortuna mía ?
¿: Dónde me llevas así
con tan loco frenesí 700
que de mi ser me desvía ?
No me acabe tu porfía
en tan confuso penar;
da a mi remedio lugar                
y pues que nunca estás queda, 705
dame lugar en tu rueda
por tener qué derribar.
¿: Qué mal no podrá tener
quien de [t]í su bien espera ?        
Si así te mueve ligera
un niño y una mujer,
¡ ay de mí !, que vengo a ser
en el sufrir sin hablar...
¡ Fuera ! Mas bien es penar        
y que tienen advertir, 715
mudar, razón de sufrir,
y yo, razón de callar.

Salen el REY, el MARQUÉS, CASTAÑO, de médico, y otros dos MÉDICOS y ENRIQUE

REY: Príncipe, en humanos medios
libra el cielo la salud,                
y es cuerda solicitud 720
valerse de sus remedios.
Los médicos alcanzaron,
llenos de docta experiencia,
los provechos de esta ciencia.        
INFANTA: Dices bien. Los que estudiaron... 725

Aparte [los dos]

ENRIQUE: (¿: Hay suceso semejante ?
Bárbaro, ¿: en qué me has metido ?)
CASTAÑO: (¿: Qué he de hacer, si me han traído ?)
ENRIQUE: (Si eres un bruto ignorante,                
¿: qué respuestas puedes dar 730
con que tu engaño autorices ?)
CASTAÑO: (Pues, si por eso lo dices,
muy pocos saben curar).
ENRIQUE: (Si al primer intento mío,        
pudiste ser de provecho, 735
agora en mayor estrecho
de remedio desconfío).

Los MÉDICOS dicen aparte

MÉDICO 1: (Agora es bien que mostremos
nuestro cuidado en saber                
su mal.)
MÉDICO 2:          (Darálo a entender, 740
si él calla, el pulso.)
MÉDICO 1:                  (Lleguemos.)
¿: Qué siente su alteza ? ¿: Tiene
su estómago alborotado
de alguna cosa ?
INFANTA:                 (¡ Qué enfado Aparte
este necio a darme viene !) 745
MÉDICO 1: ¿: Ha tenido algún disgusto ?
INFANTA: Nada siento.
MÉDICO 2:          Pues, veamos
el pulso.
CASTAÑO:          Siempre curamos
los españoles al gusto        
del enfermo.
MÉDICO 2:                 No hay señal 750
de fiebre.
CASTAÑO:          La curación
es difícil. El pulmón
tiene extrañez. Tiene igual
todo vital nutrimento.                
MARQUÉS: ¡ Es notable su agudeza ! 755
CASTAÑO: Déme el pulso, vuestra alteza.
Sí, ha habido algún corrimiento
de humor vaporoso. Tiene
lánguida sofocación.        

Dice el un MÉDICO [aparte] al otro

MÉDICO 1: ¿: Éstos, los médicos son 760
de España ?
CASTAÑO:          Templar conviene
las médulas. ¿: Hay orina ?
Mas no será menester.
Aquí es menester hacer        
consulta la medicina; 765
retirémonos allí.

Retírase con los MÉDICOS y dicen aparte

Señores, ¿: qué les parece ?
MÉDICO 1: Por lo que el pulso me ofrece
y las señales que vi,                
su enfermedad se compone 770
de ojo maligno, y es llano
según lo escribe Eliano,
libro de Fascinacione;
y esto se deja inferir                
por ser tanta la hermosura 775
del príncipe.
MÉDICO 2:          Gran locura
es quererme persuadir
que sea ojo, que Avicena,
si tales señales veía,        
daba por melancolía 780
aquel mal; que aquella pena
tan profunda está fundada
en abundancia de humor.
¿: Qué dice el señor doctor ?
CASTAÑO: Que entrambos no dicen nada. 785
Vos nescitis quid petatis.
Este mal se llama en griego                
cacatritutos, y es ciego
quien no lo ve.
MÉDICO 1:                  Satis, satis.
Doctor, la consulta espere, 790
pero no se ha de alegar
más en griego.
CASTAÑO:          Yo he de hablar
en lo que mi Dios quisiere;
y hablaré sin ceremonia        
turco, armenio y persa yo, 795
y en cuantas lenguas oyó
la torre de Babilonia
porque los buenos doctores
algo han de saber en griego                
[. . . . . . . . . . . . . .] 800
por ser lengua de aguadores
y lacayos.
MÉDICO 2:          Yo me rijo
en esto por Avicena.
CASTAÑO: Ave como o ave cena,                
no supo lo que se dijo. 805
MÉDICO 1: La misma opinión verás
en Hipócrates divino.
CASTAÑO: Confieso que bebo vino,
pero n[o] vino hipocrás.        
MÉDICO 2: Diga autoridad alguna.
CASTAÑO: Gatatumba lo afirmó,
que es un autor que escribió
sobre la sarna perruna
cien libros; y Galfarrones,        
autor que en España vive. 815
MÉDICO 1: ¿: De qué enfermedad escribe ?
CASTAÑO: De la tos y sabañones.
Y acredita la opinión        
de los autores que alego,                
que está su doctrina en griego. 820
¡ Aprended, ignorantón !
MÉDICO 1: Vuestra merced ha alegado
autores sin opinión.
CASTAÑO: Físicos modernos son.                
MARQUÉS: A los dos ha barajado. 825
Mire vuestra majestad
si sabe.
REY:          De la consulta
aguardo lo que resulta.
MARQUÉS: Tiene gran profundidad.                

[A los MÉDICOS]

El rey la consulta espera. 830
MÉDICO 1: ¿: Vuesamerced se conforme
con mi opinión ?
MÉDICO 2:                 Pues, informe
al rey.
CASTAÑO:          ¡ Qué gentil zorrera !
MÉDICO 1: Señor, el príncipe está
aojado, que su belleza 835
da la ocasión.
INFANTA:          (¡ Qué simpleza !) Aparte
REY: Pues, ¿: qué remedio tendrá
su mal ?
MÉDICO 1:          Fácil y seguro:
tome, si agora se alienta,                
sahumerios.
CASTAÑO:          No por mi cuenta, 840
médico silvestre y duro.
¿: Dijera más un barbero
ni una comadre ? Señor,
la enfermedad es mayor,                
y este remedio es grosero. 845

[Aparte los dos]

ENRIQUE: (Bárbaro, ¿: qué es lo que intentas ?
¿: Quieres ponerme a peligro
de la vida ?)
CASTAÑO:          (¿: Y no es mayor
el de los dos mediquillos ?                
Déjame y verás milagros.) 850
Licencia para hablar pido
al príncipe a solas.
REY:                  Llega.

Llégase a la INFANTA

CASTAÑO: Por las señales que he visto
en tu rostro y la inquietud                
de tu pulso...
INFANTA:          Habla.
CASTAÑO:                  Digo 855
que es tu enfermedad amor,
o yo quemaré mis libros
aunque he de quemar muy pocos.
(Seguramente me han dicho         Aparte
su mal porque a la duquesa 860
miraba tan a lo niño,
que le descubriera el fuego
cualquier doctor invernizo).
INFANTA: No puedo negar que aciertas,                
porque amor la causa ha sido, 865
que el pensamiento atormenta
y que turba mis sentidos;
mas, ¿: qué remedio tendrá
cuando a un imposible aspiro ?        
CASTAÑO: ¿: Cómo imposible, señor ? 870
¿: Adoras algún prodigio ?
¿: No es mujer ? Dile tu pena.
Si hay galanes, si hay maridos,
hazlos ahorcar a todos,                
que amor no tiene delitos. 875
Habla al dueño. Di tu pena
a estas fuentes, a estos lirios.
INFANTA: (Ojos, ya lo estáis mirando,        Aparte
mas no lo digáis os pido).        
CASTAÑO: En los negocios de amor, 880
en cuñados y sobrinos,
suele cometer un gato
siete u ocho gatifinios.
INFANTA: Tu remedio es importante,                
y en fe de lo que le estimo 885
y me ha aprovechado, toma
esta cadena.
CASTAÑO:          Reclino
en tu cordobán mis labios.

Dice un MÉDICO al otro

MÉDICO 2: ¿: Qué vano embuste le dijo        
este español que le premia ? 890
MÉDICO 1: ¿: Agora veis que en el siglo
se premian los embusteros ?
Vanamente hemos perdido
el tiempo en estudios vanos,                
que ya mercedes y oficios 895
huyen virtudes y letras
como si fueran delitos.

Vanse [los dos]

REY: Grande hombre es el español,        
pues tan diferente miro                
al príncipe.
INFANTA:          ¿: Oyes, Enrique ? 900
Esta tarde determino
ir a ver a la duquesa,
y para que vais conmigo,
os prevengo.
MARQUÉS:          Mejor fuera                
te dieras al ejercicio 905
de la caza en esos sotos.
INFANTA: Dueño soy de mi albedrío,
marqués.
MARQUÉS:          (Yo me abraso en celos). Aparte
REY: Príncipe, ven.

Vanse entrando

ENRIQUE:          ¿: Qué le has dicho
que quiere ver la duquesa ?
CASTAÑO: Pues, ¿: faltará otro aforismo
para quitarle el amor ?
Los doctores tan peritos
como yo con un remedio                
hacemos cuatro caminos; 915
que, como damos a bulto
las recetas, nos servimos
para cámaras, y pujo
siempre de un récipe mismo.        

Salen CASTAÑO y DOMICIO


ACTO SEGUNDO

CASTAÑO: Avisad a la duquesa 920
que estoy aquí y que le traigo
ciertas píldoras.
DOMICIO:          Ya caigo
en quién es.
CASTAÑO:          Pues, daos priesa.
DOMICIO: (¡ Vive Dios, que he de gozar Aparte
la ocasión de hallar aquí, 925
médico de balde !) Oíd.
CASTAÑO: ¿: Qué me queréis preguntar ?
DOMICIO: Los médicos de esta tierra
no los entiendo.
CASTAÑO:          Ni yo.
DOMICIO: ¡ Bien haya quien lo parió ! 930
CASTAÑO: Por poco estudio se yerra.
DOMICIO: De todos oigo contar
lo mismo, sino de vos.
Esto de "estaba de Dios"
los hace no reparar 935
en mil hombres más o menos.
CASTAÑO: Si el pueblo se satisface
con decir que Dios lo hace.
los que matan son los buenos;
y con mataros a vos, 940
entre los demás dolientes,
son ministros obedientes
a la voluntad de Dios.
DOMICIO: Si de esto adquieren los hombres,
mejor es que no curasen. 945
CASTAÑO: Si los médicos faltasen,
¿: dónde cupieran los hombres ?
Y así es razón que te cuente
su vida en sucesos varios.
Hay médicos comisarios 950
que van matando a la gente...
DOMICIO: Bien la experiencia lo muestra;
pues con haberme curado,
como miras, me han dejado
a pique de dar la muestra. 955
Gasto las noches, señor,
en toser y en escupir,
sin descansar ni dormir.
CASTAÑO: Será falta de calor        
o, ¿: os han dado algún bocado ? 960
DOMICIO: ¿: Bocado ?
CASTAÑO: Pues, ¿: por qué no ?
DOMICIO: Si soy un pobre hombre yo...
CASTAÑO: ¿: No habéis sido enamorado
algún tiempo ? ¿: Con qué engaños
se vive ?
DOMICIO:          Señor, sí he sido; 965
mas fue en mi tiempo florido.
CASTAÑO: ¿: Cuántos habrá ?
DOMICIO:          Sus treinta años.
CASTAÑO: ¿: Treinta años habrá ?
DOMICIO:                  ¡ Y bien hechos !
CASTAÑO: ¿: Y diréis que no es bocado ?
¿: No os sentís menoscabado, 970
flaco de muslos y pechos ?
Veneno es, según lo escribe...
Muchos hay que lo escribieron,
pero fue el que a vos os dieron
en polvos de bronce, y vive 975
hasta la putrefacción
del cuerpo con calidades
de vanas enfermedades.
El que se da en almidón
encubre más la cautela 980
y viene más disfrazado.
Decidme, ¿: habéisos sacado
en verano una muela ?
DOMICIO: Yo no sé en qué tiempo fueron;
mas sé que todas volaron. 985
CASTAÑO: Hermano, a matar tiraron.
Entonces no conocieron
el mal; mas creed, amigo,
que según lo que decís,
la enfermedad que sentís 990
es bocado como digo.
DOMICIO: Una mala hembra fue,
de celos de un buñolero.
Señor, el remedio espero
en vuestras manos.
CASTAÑO:                 Sí, haré. 995
Tome aceite de cangrejos
y polvo de alcamonías,
y úntase cuarenta días
lo que quisiere.
DOMICIO:          ¡ Consejos
divinos !
CASTAÑO:          Por las mañanas 1000
ande en camino dos horas,
tome jarabe de moras
y cáscaras de avellanas
molidas, y eche también
piedra pómej y una drama 1005
de jaspe armenio.
DOMICIO:          ¡ Qué fama
adquiere ! ¿: Dios le haga bien !
Váseme hinchando también
el vientre.
CASTAÑO:          A eso llamamos
potra.
DOMICIO: ¡ Aviados estamos ! 1010
¡ Otra !
CASTAÑO: Pues, tíñase [bien].
DOMICIO: Pues, ¿: qué tiene que hacer
la potra con el teñirse ?
CASTAÑO: ¿: Qué ? ¿: No quiere reducirse ?
Mire, cuantos llega a ver 1015
que se tiñen son potrosos,
y como es mal de la edad,
encubren la enfermedad
con remedios tan tiñosos.
DOMICIO: ¿: Y para cierta dolencia 1020
allá en la postrera vía ?
CASTAÑO: Cuatro onzas de alejandría
y dos de la quinta esencia
de ruibarbo.
DOMICIO:          Tengo flaca
memoria. ¿: Cómo decía ? 1025
CASTAÑO: Ruibarbo y alejandría.
DOMICIO: Si con esto se me aplaca
el mal, a buen punto llego.

Vase DOMICIO y sale la DUQUESA

DUQUESA: Doctor, seáis bien venido.
CASTAÑO: Esta respuesta he traído 1030
de mi señor; que hay gran fuego.
Toda esta noche ha gastado
en gemir y suspirar.
DUQUESA: Pues, ¿: quién lo puede causar ?
CASTAÑO: Lee, y sabrás su cuidado. 1035

Lee

DUQUESA: "El príncipe, mi señor,
--perdonad si os causo enojos--
se partió de vuestros ojos
con accidentes de amor;
porque la mucha tristeza 1040
que ausentándose mostró,
bastantes señales dio
de la pasión de su alteza;
y así habrá de ser forzoso,
si es que de servirle trato, 1045
o que yo os olvide ingrato
o que me pierda celoso".
De entendimiento carece,
y su propio ser ignora,
la mujer que se enamora 1050
de hombre que mujer parece.
CASTAÑO: La mujer discreta y bella
brío robusto procura,
que la que busca hermosura
pretenderá una doncella. 1055

Vase CASTAÑO y salen ENRIQUE y la INFANTA

INFANTA: Viniéndoos a ver, duquesa
cuando el alma se me abrasa,
que ha nacido en vuestra casa
muda mi inquietud confiesa;
y es tal mi amoroso engaño, 1060
que sin poderlo estorbar,
no descansa sin tornar
a donde recibió el daño.
DUQUESA: Viendo, señor, que no ordena
mi deseo que penéis, 1065
diré que con vos traéis
la causa de vuestra pena,
puesto que reconocida
estoy de vuestro favor.
INFANTA: (¡ Qué mal que resisto, Amor,         Aparte 1070
los efectos de tu herida !
Ama a Enrique mi deseo
y teme mi pensamiento
la infamia en mi vencimiento,
y entre mil dudas peleo. 1075
¡ Ay, Enrique ! Aunque te quiero,
no es mucho mi amor te asombre;
que si me juzgas por hombre,
mal que lo entiendas espero.
En vano mi mal resisto; 1080
que ya se miran los dos.
Remediarélo, o por Dios...)
Enrique, porque habéis visto
que os quiero, ¿: me dais enojos ?
ENRIQUE: ¿: Yo os puedo causar desvelos, 1085
señor ?
DUQUESA: (Él se abrasa en celos).         Aparte
INFANTA: ¿: No basta que alcéis los ojos
para ver a la duquesa ?
ENRIQUE: Con sano intento sería.
INFANTA: Salíos fuera.
ENRIQUE:          No entendía 1090
tu ofensa. De ello me pesa.

Vase ENRIQUE

DUQUESA: Señor, pues que no podéis,
según el fuero, casaros
conmigo ni yo pagaros
el amor que me tenéis, 1095
no deis, por Dios, ocasión
--que mi honor no lo consiente--
a que pueda hablar la gente
en mi fama y opinión.
Enrique es igual y puede, 1100
cuando en mí ponga los ojos,
hacer que con sus despojos
casada y alegre quede;
y vos me podéis honrar
con olvidar este intento. 1105
INFANTA: Mal puede mi pensamiento
con tal guerra descansar.
Vos tenéis justos desvelos.
Vuelve, Enrique, a mi presencia.
(No entendí que era la ausencia         Aparte
aun más crüel que los celos).
Llamadle.
DUQUESA:          ¡ Enrique !

Sale ENRIQUE

INFANTA:          (¿: A qué aspiras,         Aparte
pensamiento ? Yo deseo...)
Oye, Enrique.
ENRIQUE:          Ya lo veo.
INFANTA: (No lo ves, aunque lo miras).                 Aparte 1115
Enrique, quiero decirte...
ENRIQUE: Ya sé que tienes presentes
tus penas.
INFANTA: (¡ Qué mal las sientes !
¡ Ay, quién pudiera advertirte
que en mi intricada querella 1120
presuma mi mal crüel
de la duquesa por él,
y son de Enrique por ella !
Si mi rostro lo confiesa,
mi honor, mi estado, lo niega 1125
y la esperanza se anega).
ENRIQUE: (Si el mirar a la duquesa Aparte
era por razón de estado
y no verdadero amor,
dejarlo será mejor, 1130
olvidando su cuidado;
pues alienta mi esperanza
el príncipe de tal modo
en su favor, quiero en todo
dejar el lugar que alcanza). 1135

Sale DOMICIO

DOMICIO: Señora, el enfermo llama.
INFANTA: Y que acudáis es razón;
que el tiempo dará ocasión
a que os busque quien os ama.
DUQUESA: Que me perdonéis, os ruego. 1140
INFANTA: Id con Dios, duquesa bella.

Vase la DUQUESA

ENRIQUE: (Siga el príncipe su estrella, Aparte
pues no me abrasa su fuego).

Vanse ENRIQUE y la INFANTA

DOMICIO: Ruibarbo y alejandría,
no sé qué provecho hará 1145
que siento en las tripas ya
notable volatería.

Salen el MARQUÉS y FABIO

MARQUÉS: Domicio.
DOMICIO:          ¿: Señor marqués ?
MARQUÉS: ¿: Merecerá mi amistad
saber de ti una verdad ? 1150
DOMICIO: Nunca me mueve interés;
soy honrado.
MARQUÉS:          Este diamante...
DOMICIO: Ni por la imaginación...
MARQUÉS: Cumplo así mi obligación.
DOMICIO: Tómolo y paso adelante. 1155
MARQUÉS: ¿: Sabes de lo que han tratado
el príncipe y la duquesa ?
DOMICIO: Que lo preguntas me pesa.
¿: En qué montes se han criado ?
Di, ¿: qué han de tratar, señor, 1160
un muchacho y una moza,
que la sangre les retoza
en las mejillas de amor ?
MARQUÉS: (¡ A qué furia me provoco !)         Aparte
Di, Domicio, ¿: cómo fue 1165
DOMICIO: Luego se lo contaré.
(¡ Ay ruibarbo !)                 Aparte

Vase corriendo como que tiene cámaras

FABIO:                 Éste está loco.
MARQUÉS: Sospechas mal nacidas,
que estáis más cerca cuando más perdidas,
no aumentéis más mis desvelos 1170
con la fiera ocasión de tantos celos;
pues que con las que paso,
el alma, el pecho, el corazón me abraso.
¿: Qué me aconsejas, Fabio,
cuando miras la fuerza de mi agravio ? 1175
Diré que la duquesa
la obligación desmiente que profesa,
pues da ligeramente
tanta ocasión a que mi mal se aumente;
diré --solos estamos-- 1180
que el príncipe la sirve.

Sale DOMICIO

DOMICIO:                  ¿: En qué quedamos ?
MARQUÉS: Quedó en que te ha admirado
preguntarte, Domicio, qué han hablado.
Si es forzoso que... ¡ hable !...
¿: de cosas amorosas ?
DOMICIO:                  No es notable 1185
el ingenio que alcanza...
Que ha de lograr, entiendo, su esperanza.
MARQUÉS: ¿: De qué suerte, Domicio ?
DOMICIO: Aguarde un poco, si he de hacer mi oficio.
Sentáronse en dos sillas 1190
que afrentaron las quince maravillas.
¿: Eran quince por todas ?
Aguarde, contaré: El Coloso en Rodas,
el Mausoleo en Caria,
Monte de Gelboé...
FABIO:          ¿: Muy necesaria 1195
es agora la cuenta ?
MARQUÉS: Cuando de furia el corazón revienta,
¿: gastas el tiempo en vano ?
DOMICIO: Sentáronse los dos y mano a mano...
MARQUÉS: ¡ En furia me resuelvo ! 1200
DOMICIO: ¡ Ah, mal haya el ruibarbo ! Luego vuelvo.

Vase DOMICIO corriendo

MARQUÉS: ¿: Hay desdicha más grave ?
¡ Que tal imperfección en mi amor cabe
y tras tantos desvelos,
se acrecientan agora nuevos celos, 1205
cuando remediar trato
los que me inquietaban !
FABIO:                  El recato,
con que al príncipe crían,
las mayores sospechas te desvían,
pues tienes ocasiones
para poderla hablar por los balcones.
MARQUÉS: Pues, de esta vez procuro
vivir de mis sospechas más seguro.
Venga la noche fría,
que miedo helado en los cobardes cría; 1215
veré lo que sospecho,
de acero armado y de valor el pecho,
dándolo por despojos,
de cuerpos viles, monumentos rojos,
que trepando por ellos, 1220
mi mire el sol entre sus brazos bellos.

Sale DOMICIO

DOMICIO: Señor, ¿: en qué quedamos ?
MARQUÉS: Fabio, vámonos ya...
DOMICIO:                  Todos nos vamos.
MARQUÉS: ...porque la vida pierdo,
loco en mis celos y en desdichas cuerdo. 1225
DOMICIO: ¡ Quién le viera en un día
llegar desde ruibarbo a Alejandría !

Vanse y salen la INFANTA y ENRIQUE

ENRIQUE: Ya estamos solos, señor;
di lo que quieres mandarme.        
INFANTA: Cierra esa puerta.
ENRIQUE:                  (¿: Es temor Aparte 1230
el mío ? ¿: Yo he de turbarme,
si ejemplos doy de valor ?)
Ya está cerrada. (Fortuna, Aparte
¿: qué es esto ? ¿: Tan importuna
conmigo vienes a estar 1235
que no se puede esperar
en ti firmeza ninguna ?)
INFANTA: ¿: Tú eres español, Enrique ?
¿: Tú blasonas de español,
para que el mundo publique 1240
tu trato, y do nace el sol
y muere, lo notifique ?
¿: Por ventura no previenes,
cuando de España te vienes
a reinos que extraños son, 1245
que habrás hurtado a Aragón
tantas barras como tienes ?
¿: Tú hablas a la duquesa,
sabiendo que yo la adoro
y de tu intento me pesa ? 1250
¿: Así guardas el decoro
que mi dignidad confiesa ?
ENRIQUE: Noble y español nací,
y que nunca te ofendí
en mi defensa prevengo; 1255
y la obligación que tengo,
cumplo, sirviéndote aquí.
No ofende el noble jamás
sus blasones de armas llenos;
sólo al villano verás 1260
que de lo que tiene menos
es lo que blasona más.
INFANTA: Saca la espada.
ENRIQUE:                  ¿: Señor ?
INFANTA: Bien pudiera mi valor
matarte [sin] advertir; 1265
que no se ha de prevenir
a la venganza [el] traidor.
ENRIQUE: Con ese nombre sin duda
me da la muerte mi espada
que está a mis ofensas muda, 1270
vestida a tus pies honrada
más que en mis manos desnuda.
INFANTA: ¡ Traidor !
ENRIQUE:          Tu alteza repare...
INFANTA: Cuando el alma te sacare,
porque te la he de sacar 1275
del pecho (mas para entrar         Aparte
en el lugar que dejare)...
Di en el estado que estás
del amor que yo procuro.
Confiésalo. (Y bien podrás,        Aparte 1280
que yo mismo te aseguro,
cuando te amenazo más).
ENRIQUE: Príncipe, prometo a Dios
que fue simple voluntad.
INFANTA: Sí, que sois muy simple vos. 1285
¿: Hubo premiada lealtad ?
¿: Estáis muy firmes los dos ?
ENRIQUE: Eso a mi ser contradice,
porque de su honor desdice
el que descubre un secreto; 1290
que el que le guarda es discreto,
y villano el que le dice.
INFANTA: ¿: Estás muy favorecido ?
ENRIQUE: ¿: Qué favor tendré, señor,
de tanta humildad vestido 1295
y desnudo de valor ?
INFANTA: Otros habrás merecido
de mujer más importante;
porque, en iguales intentos,
sucede el amor constante 1300
suplir con atrevimientos
los defectos del amante.
Dilo, pues que lo confiesa
la duquesa.
ENRIQUE:          Amor profesa;
dulces papeles escribe. 1305
INFANTA: ¿: Y los tuyos ?
ENRIQUE:          Los recibe.
INFANTA: (Descuidaos con la duquesa).        Aparte
¡ Débesla tú de querer
mucho !
ENRIQUE: Nunca el pecho mío
por ella he sentido arder;
mas mil ternezas le envío.
INFANTA: (Lanzadas habían de ser).         Aparte
Jura, pues, que no la quieres
para que mi enojo esperes
ver con menos crüeldad, 1315
y mira que sea verdad
todo cuanto me dijeres.
ENRIQUE: Juro que no la he querido,
por el alto firmamento
de luz hermosa vestido. 1320
INFANTA: ¡ Qué agradable juramento,
si de temor no ha nacido !
¡ Jura más !
ENRIQUE:          Tu vida juro;
que puedes estar seguro.
INFANTA: Esto es quererme engañar. 1325
ENRIQUE: Antes lo vengo a jurar,
porque quietarte procuro;
y podré yo presumir
que a ninguno darás tanto
crédito con advertir 1330
que, si acaso lo quebranto,
podrás llegarlo a sentir.
INFANTA: Dime mal de la duquesa.
ENRIQUE: Que esto me mandes me pesa.
Ciego en tus celos estás, 1335
y eco de tu voz, no más,
he de ser en esta empresa.
INFANTA: Estoy tan ciego que quiero
digas mal de ella, por ver
si, en la pretensión que espero, 1340
la dejas tú de querer.
ENRIQUE: Mi ignorancia considero,
mas no me parece bien.
INFANTA: Por eso hay muchos a quien
parece un ángel divino. 1345
ENRIQUE: ¿: Qué importa si no me inclino ?
INFANTA: Dios te dé salud, amén.
¿: Es discreta ?
ENRIQUE:          Mal podrá
serlo una mujer rendida,
pues de estarlo perderá 1350
lo que adquirió pretendida,
y la voluntad le da.
INFANTA: Pues, porque no formes quejas
de la pretensión que dejas,
otra mi fe te asegura, 1355
que abrasará su hermosura
del sol las doradas rejas.
ENRIQUE: (Sin duda que ha imaginado Aparte
el príncipe divertirme,
por si estoy enamorado, 1360
y así quiere persuadirme
con otro ajena cuidado).
Yo te quiero obedecer.
INFANTA: (¿: Qué es lo que pretendo hacer, Aparte
Amor ? Mas no hay que dudar, 1365
ya que has llegado a mostrar
la fuerza de tu poder).
Enrique, a tu pecho fío
un gran secreto. Mi padre...
(¿: Hubo mayor desvarío ?)         Aparte 1370
...tuvo de un parto en mi madre...
(¡ Tente, pensamiento mío !)         Aparte
...dos hijos, Matilde y yo,
uno a otro semejante
de suerte, que se engañó, 1375
aun teniéndonos delante
el mismo que el ser nos dio.
Matilde, mi hermana, vive
en esa torre, dó apenas
del sol los rayos recibe, 1380
compañeros en sus penas
que en aire sutil recibe.
ENRIQUE: La causa saber espero,.
INFANTA: Consultó la astrología
mi padre; y un extranjero 1385
le dijeron que sería
dueño de su amor primero.
Y desde que el juicio sabe
mi padre, caso tan grave
ha querido prevenir 1390
con no dejarla salir.
Tú, Enrique, con esta llave
la irás a ver de aquí a una hora.

Dale una llave dorada

ENRIQUE: ¿: Con tu alteza podré ver
a la Infanta, mi señora ? 1395
INFANTA: No, que será menester
quien, a mi padre, que ignora
este caso, le entretenga,
para que mi intento tenga
el efecto prometido; 1400
que no podrás ser sentido,
como mi padre no venga.
Quedando yo, será igual
con el deseo el efeto.
Tú, Enrique, si eres leal, 1405
viva en tu pecho el secreto
que guarda un pecho real,.
Ve solo, Enrique.
ENRIQUE:                  Señor,
a tan supremo favor
mil vidas no satisfacen.
INFANTA: (¡ Qué de imposibles deshacen        Aparte
mujer, ingenio y amor !)

Vase la INFANTA

ENRIQUE: ¿: Quién oyó tal novedad
ni más singular suceso ?
Vos, duquesa, perdonad, 1415
que aunque vuestro amor confieso,
más me obliga esta lealtad.
Hoy Carlos me ha revelado
su secreto y su cuidado;
y si con razón lo mido, 1420
ha de ser agradecido
un noble que está obligado.

Sale CASTAÑO

CASTAÑO: ¿: Qué haces, señor ?
ENRIQUE:                  Admirando
tu vana solicitud.
Decidme, ¿: qué andas curando ? 1425
CASTAÑO: Si es dolencia la salud,
a todos los voy sanando.
Hay enfermos a porfía,
y el que en mis manos caía,
con venir de dos en dos, 1430
luego estaba en las de Dios,
que no es poca mejoría,
porque les doy la receta
universal.
ENRIQUE:          Ya me enojo
con tu malicia inquieta. 1435
CASTAÑO: No se hallara por un ojo
una vara de bayeta.
ENRIQUE: Bien mis intentos ayudas.
CASTAÑO: Mientras tú no me desnudas
de doctor, fiesta tenemos; 1440
de ayer acá nos comemos
de huérfanos y de viudas.
ENRIQUE: Yo no sé en qué ha de parar
éste tu intento ambicioso.
CASTAÑO: Antes llego a aprovechar, 1445
pues vengo a hacerme famoso
con no dejar de curar.

Sale DOMICIO con un papel

DOMICIO: Cansado a buscarte vengo
con este papel.
ENRIQUE:          No tengo
licencia para tomalle. 1450
DOMICIO: ¿: Helo de echar en la calle ?
ENRIQUE: Lo que me importa prevengo.
DOMICIO: Mira que es de mi señora,
con el sello de su amor,
y tiernamente te adora. 1455
ENRIQUE: El príncipe, mi señor,
sus esperanzas mejora.
Así, Domicio, podrás
no buscarme a mí de hoy más,
si no es, ya que hacerlo intentes, 1460
para cosas diferentes
de ese intento.
DOMICIO:          Ciego estás.
¿: Cómo el hermoso arrebol
de su deidad desconoces ?
¿: Qué intentas, noble español ? 1465
ENRIQUE: Endurecerme a sus voces,
para que me abrase el sol.

Vase ENRIQUE

DOMICIO: ¿: Así te vas y me dejas ?
CASTAÑO: No tienes que formar quejas,
pues es fuerza que lo haga, 1470
para que así satisfaga
a Carlos.
DOMICIO:         ¿: Tú le aconsejas ?
Mas volviendo, mi señor,
a la purga. Buena fue
la tal burlilla.
CASTAÑO:          Al doctor 1475
se ha de mirar con más fe.
DOMICIO: Sois un crüel purgador.
(Si esos remedios ordena,        Aparte
poco le duele la pena
de los que a sus manos van). 1480
CASTANO: Esos remedios están
dispuestos por Avicena.

Sale el MARQUÉS

MARQUÉS: (¿: Domicio en palacio ? Admiro Aparte
la novedad. ¿: Es papel
aquél que en sus manos miro ? 1485
El príncipe es dueño de él.
A un hecho bárbaro aspiro.
Loco me tienen los celos;
perderé a los mismos cielos
el respecto).
DOMICIO:          Sois crüel 1490
físico.
MARQUÉS:         ¡ Suelta el papel !

Quítale el papel

DOMICIO: ¿: Aun nos quedaban más duelos ?
No es justo de mí se arguya.
MARQUÉS: ¡ Sois un infame tercero !
DOMICIO: (¿: Qué dice ? ¡ Dios me destruya Aparte 1495
si no es tonto !) Caballero,
suélteme el papel. ¡ Concluya !
MARQUÉS: ¿: Qué he de soltar, vejezuelo ?
¡ Ya sois alcahuete !
DOMICIO:                  Apelo
para el tribunal de Dios, 1500
y el castigo de los dos
me dará el Señor del cielo.
¿: Hase visto tal afrenta ?
(¿: Qué será lo que éste intenta ? Aparte
Los dos vienen ya de manga). 1505
CASTAÑO: Pues, quínola con pendanga
que ha de pasar de setenta,
¿: qué queréis ?
MARQUÉS:          Tu intento fiero
con ésta acabar espero.

Saca la daga para el viejo

DOMICIO: Vuelva el acero a esconder.
¿: No basta purgarme ayer,
sino tomar el acero ?

Vase DOMICIO

CASTAÑO: Léalo, vueseñoría,
que es muy gran bellaquería
y no se ha de consentir. 1515
MARQUÉS: ¿: Qué le queda que sufrir
hoy a la paciencia mía ?

Lee

"Don Enrique, mucho me importa hablarte,
si los celos del príncipe y la ocupación
de tu privanza te dieren lugar; ven, o 1520
enviarásme a Castaño, tu criado."
¿: Aún tiene Amor escondido
más daño y riesgo mayor ?
¿: Sois Castaño vos ?
CASTAÑO:                  No he sido
sino rucio; mas, señor, 1525
úsase, y heme teñido.
MARQUÉS: ¿: No sois el doctor Castaño ?
CASTAÑO: Soy el doctor Albarcoque.
MARQUÉS: ¡ Qué un acreditado engaño
a venganza no provoque 1530
a quien participa el daño !
¡ Español, bajo criado !
CASTAÑO: Tráteme bien, caballero,
que soy un doctor honrado.
MARQUÉS: No sois sino un embustero. 1535
CASTAÑO: Héme aquí desgradüado.

Vase CASTAÑO

MARQUÉS: Villano Amor, ¿: dónde vas
con tantas alevosías ?
Ya bien vengado estarás,
pues hallo en las penas mías 1540
siempre un enemigo más.
Mas yo sacaré del pecho
a Enrique el alma arrogante,
pues que no es en mi provecho,
o ya tercero o ya amante. 1545
Papel, pedazos te he hecho,
por no admitir tus delitos;
mas poco remedio dan
a mis celos infinitos,
pues en cada letra están 1550
todos mis celos escritos.

Vase el MARQUÉS y sale la INFANTA, vestida de dama

INFANTA: Con la fiebre y sed, iguales
en el calor y el tormento,
con un volcán en la boca
yace en la cama el enfermo. 1555
¡ Cuántos arroyos y fuentes
dan a los prados amenos,
en competencia del alba,
vidrios y aljófares tiernos !
Adora con la memoria, 1560
se bebe con el deseo,
hidrópico, el apetito
y el espíritu sediento;
mas entre flores y ramos
que fueron de abril trofeos 1565
le muestra fingidas fuentes
el piadoso lisonjero.
Él, alentado su engaño,
sus puros cristales viendo,
con el alma les ofrece 1570
el hospedaje del pecho;
y entre las contradicciones
que reprimen sus deseos,
siempre apetece la causa
sin temor de sus efectos. 1575
Igualmente me sucede
en el intricado enredo
de amor, pues viendo mi daño,
a quien lo causa apetezco.
Ardua empresa, rara industria 1580
conozco que es la que emprendo.
Si lo digo, soy perdida,
y si lo callo me pierdo.
Tres montes y tres abismos
se oponen a mis intentos, 1585
todos fuertes e invencibles:
la vana ambición de un reino,
la vergüenza de las gentes,
y de mi padre el respecto.
Y por otra parte, a Enrique, 1590
a quien con el alma ofrezco
deseos enamorados,
víctima de su trofeo,
el alma me solicita;
que ya, admitiendo su imperio 1595
en su memoria descansa
y en él espera remedio.
La puerta abrieron; sin duda
es él, porque pasos siento.
Temblando estoy. Dame ayuda, 1600
Amor, cuando ves que intento
un caso que es tan difícil
al más dilatado ingenio.

Sale ENRIQUE como tentando parte oscura

ENRIQUE: Por laberintos de dudas
voy entrando, y no discierno 1605
con la vista cosa alguna;
mas ya miro lo que espero.
El príncipe no me engaña.
Yo le ofendí, ¡ vive el cielo !,
pues dudé de su palabra.
¿: Qué deidad es la que veo ?
INFANTA: ¿: Quién eres, hombre, que entraste
con osado atrevimiento
donde nunca pies humanos
osadas plantas pusieron ? 1615
¿: Quién eres tú que has venido
a este lóbrego aposento
que ha estado siempre guardado
con el castigo y el miedo ?
ENRIQUE: Señora, a tal majestad, 1620
a tan soberano pecho,
si el príncipe no me diera...

Turbado

porque yo tu sol eterno...
INFANTA: Ten ánimo; no te turbes.
ENRIQUE: Los excelentes objetos 1625
suelen turbar los sentidos
más agudos y más diestros.
El sol deslumbra los ojos,
con soberanos reflejos,
al Águila, mariposa 1630
de las regiones del fuego.
El Nilo, que al mar no llega,
como revuelto y soberbio,
tributo de sus cristales,
sino batallas de viento, 1635
con el estruendo ensordece
sus vecinos. Y en los cielos
tan alta y dulce armonía
ordena su movimiento.
Y, como no son capaces 1640
nuestros sentidos, corriendo
hacen sus círculos de oro
con hermosura y silencio.
¿: Qué mucho que un sol divino,
un cielo claro y sereno 1645
y un piélago de hermosura,
dé confusión a mi pecho,
dé adoración a mis ojos,
dé a mi voz y lengua miedo,
dé ignorancia a mi discurso 1650
y a todos juntos respecto ?
INFANTA: ¿: Tan soberana me juzgas ?
¿: Tan hermosa te parezco ?
ENRIQUE: Díganlo el tiempo y la fama,
que yo, señora, no puedo. 1655
Ni el mar en serena calma,
que blandamente batiendo
con trabucos de cristal
los escollos, forma en ellos
montes de nieve y de espuma, 1660
que deshaciéndose luego
son tornasoles azules,
son damascos verdinegros;
ni el sol cuando en horizonte
entre celajes diversos 1665
de nubes muestra a pedazos
sus rayos y sus cabellos,
y escondido entre cortinas
de púrpura, entre los fluecos
de nácar y oro se duerme 1670
entre las sombras y hielos
de las noches; ni aquel ave
que vive siglos eternos
con alas y pies de rosa,
cuello azul, dorado pecho, 1675
y en aromas de Arabia
su hermosura entrega al fuego,
y ya ceniza y gusano
vuelve a renacer más bello
no tienen tanta hermosura, 1680
ni en nuestras almas pudieron
causar sus mudas bellezas
tanto amor, tanto respecto.
INFANTA: ¿: Qué es amor ?
ENRIQUE:          Una pasión
con que el alma que tenemos 1685
en la ajena se arrebata
y vive en el ser ajeno.
INFANTA: Y dime, ¿: puede el amor
causarse en tan poco tiempo
como ha habido agora ?
ENRIQUE:                  Sí; 1690
como se ve en este ejemplo.
Cuando las nubes se rasgan
con el oprimido fuego,
trueno, relámpago y rayo
resultan del rompimiento. 1695
Cuando el alma se enamora,
nacen también tres efectos
que son la delectación,
la admiración y el deseo.
Al trueno se corresponde 1700
la admiración del sujeto,
y al relámpago luciente
la delectación de verlo,
el deseo al rayo ardiente;
y de la suerte que vemos 1705
que espanta, deslumbra y mata
con furia el rayo violento,
la admiración nos espanta,
la delectacion es cierto
que deslumbre, y luego mata
el amor con los deseos.
Y así de repente, amor,
sin dar dilación al tiempo,
nos da la muerte, porque es
rayo, relámpago y trueno. 1715
INFANTA: Gran filósofo de amor
te juzgo y te considero.
ENRIQUE: Antes, jamás he querido,
porque las veces que veo
singulares hermosuras, 1720
parece me están diciendo,
"No te enamores, aguarda;
que más divino sujeto
te han prevenido los hados
por dueño de tu hemisferio." 1725
[........................]
INFANTA: En aquese mundo vuestro
hay muy grandes hermosuras,
hay soberanos sujetos.
Una duquesa me dicen, 1730
de Montehermoso, que es cielo.
ENRIQUE: Comparada a tu hermosura,
es un humilde arroyuelo
entre las rústicas flores
junto al mar cano y soberbio, 1735
es una estrella pequeña
que en el alto firmamento
mendiga rayos del sol
para servirte con ellos.
INFANTA: ¿: Qué te admira más de mí ? 1740
ENRIQUE: Aquel singular extremo
de semejanza que tienes
con tu hermano.
INFANTA:          Ya lo ha hecho
naturaleza otra vez.
Tú pareces extranjero. 1745
ENRIQUE: Sí, lo soy.
INFANTA:          ¿: De qué nación ?
ENRIQUE: Español.
INFANTA: ¡ Oh, monstruo fiero !
Quítate de mi presencia;
no estéis aquí. Vete luego.
ENRIQUE: ¿: Monstruo llamas al que es hombre ? 1750
INFANTA: ¿: No lo son ? Pues me dijeron
que por uno me privaban
de ver la luz de los cielos.
ENRIQUE: ¿: Y podré volverte a hablar ?
INFANTA: Si mi hermano gusta de ello, 1755
sabe agradarle.
ENRIQUE:          ¿: Y sin él
no veré tus ojos bellos ?
INFANTA: Quizá por aquestas rejas
alguna vez. Vete presto.
No te encuentre nadie aquí. 1760
ENRIQUE: Entré cobarde y voy ciego.
Queda a Dios.
INFANTA:          Y ve con Él.
ENRIQUE: (¿: Qué enigmas son éstas, cielos ?) Aparte
INFANTA: (Amor, ingenio y mujer,         Aparte
¿: qué imposibles no emprendieron ?) 1765
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ACTO TERCERO


Salen el REY y ENRIQUE

REY: Enrique, ya que a Sicilia
permite el cielo que vengas
para que en mi casa tengas
el remedio en mi familia,
ya que eres ayo y maestro 1770
del príncipe y su privado
y de mí estás obligado
por el amor que te muestro,
en riquezas y en mandar,
a mis sobrinos prefieres, 1775
conde de Módica eres
y Almirante de la mar;
y pues, le toca a tu oficio
dar, a lo que digo, un medio
por resultar su remedio, 1780
en general beneficio,
y que el cuidado que ves
de que nace mi fatiga,
por ser tú leal me obliga
a que me digas cuál es. 1785
Que me advirtieses querría,
cuando mi amor te consulta,
¿: de qué al príncipe resulta
tan grave melancolía ?
¿: Qué tiene ? Que siempre está 1790
tan rendido a su pasión
que ver su enajenación
justo cuidado me da.
¿: Sabes acaso su pena ?
¿: Has la ocasión entendido ? 1795
ENRIQUE: De amor, sin duda ha nacido,
que es quien su dolor ordena.
El príncipe, mi señor,
a su prima, la duquesa,
adora, y mudo confiesa 1800
la causa de su dolor.
Desde que por el oriente
saca el sol su luz divina,
su adorada Serafina
llama en voz triste y doliente. 1805
Pienso que fuera acertado
casarle, señor, con ella,
pues cesará su querella
y faltará tu cuidado;
porque aunque es fuerza, señor,
que haciéndolo se traspase
la ley que niega se case
con su vasallo, el amor
que te tienen es de suerte
el reino, y la voluntad, 1815
que podrá tu autoridad
deshacer cosa más fuerte.
REY: Sí, remedio he de buscar
para anular esa ley.
(Saben los cielos y el rey         Aparte 1820
que en otra ley se ha de hallar).
¿: Que tú no le has conocido
otra ocasión ?
ENRIQUE:          No la tiene.
REY: Buscar un medio conviene
para que ponga en olvido 1825
Carlos este pensamiento,
divirtiéndole de amor,
si es su enemigo mayor.
ENRIQUE: Sin éste ninguno siento
ni modo alguno que obligue, 1830
señor, en esta ocasión
que a su amorosa pasión
los accidentes mitigue.
REY: Yo daré fin a sus quejas,
si no precede de más 1835
que de ese amor.

Vase el REY

ENRIQUE:          Mal podrás,
si a un ángel tan sin él dejas,
dándole tal pesadumbre
por la vana presunción
de los jüicios que son 1840
tan llenos de incertidumbre.
Bellísima infanta presa,
cuya beldad peregrina,
como a su deidad divina,
el alma adora y confiesa, 1845
si pudiera con mi pena
o con mi excesivo amor
moderados el rigor
de vuestra oscura cadena,
sabe el cielo que es testigo 1850
de la verdad, que mi vida
perdiera, a tus pies rendida,
para el remedio que digo.

Sale la INFANTA, vestida de hombre

INFANTA: ¿: En qué te habló el rey ?
ENRIQUE:                          Señor,
en saber en qué consiste 1855
tu tristeza.
INFANTA:          ¿: Y qué dijiste ?
ENRIQUE: Lo que entiendo, que de amor...
que amabas a la duquesa,
que es de adonde nace el daño.
INFANTA: (¡ Y sabría que es engaño !         Aparte 1860
¡ Sabe Dios cuánto me pesa !)
ENRIQUE: Díjele que te casara
con ella.
INFANTA:         ¿: Y qué respondió ?
ENRIQUE: A tratarlo se partió.
INFANTA: (¿: Quién, cielos, imaginara         Aparte 1865
tan confuso laberinto ?
Pues ya miro mi cuidado,
de nuevas dudas cercado
y con término distinto
del respeto y del temor, 1870
dar la rienda a mi fatiga
con tal fuerza, que me obliga
a buscarla yo al dolor).
Enrique, admirado estoy
cuando en tu silencio veo 1875
pagar tan mal el deseo
con que mi gracia te doy.
Condición tienes avara,
pues a ser dichoso llegas
y tu felicidad niegas 1880
a quien te la dio. Repara
en que ingrata opinión gana
tu callar, pues no me da
parte de cómo te va
de visitas de mi hermana. 1885
ENRIQUE: Señor...
INFANTA:          Fíate de mí,
pues tanto tu fe levanta,
que me dio agora la infanta
este papel para ti;
y tanto en tu pecho fiel 1890
fío, que sin descubrirle
te le traigo sin abrirle
ni saber qué viene en él.
ENRIQUE: A tu favor obligado
mi agradecimiento adora. 1895
El papel de mi señora
me des, pero no cerrado.
INFANTA: Aun más pienso hacer por ti.
Pero antes que el papel leas,
quiero mi maestro seas 1900
de amar, diciéndome aquí,
cuando amabas la duquesa,
qué palabras le decías
con que su amor reducías
al favor que me confiesa; 1905
que, pues la he de pretender,
quiero tu estilo imitar.
ENRIQUE: ¿: Yo he de llegar a enseñar
de quien puedo yo aprender ?
INFANTA: Quiero probar si la inclino
por lo rendido y amante.
ENRIQUE: ¿: Qué estilo más importante
que el de tu ingenio divino ?
A quien tiene tal prudencia,
¿: qué le puedo yo advertir ? 1915
INFANTA: Ea, bien puedes decir
que esto es enseñar la ciencia.
Esto me importa aprender.
Haz, Enrique, lo que digo.
ENRIQUE: Si miro a lo que me obligo... 1920
INFANTA: Sin replicarme ha de ser.
ENRIQUE: Pues vaya de amor fingido.
Duquesa...
INFANTA:          No me la nombres;
no has de pronunciar dos nombres
que me ofenden al oído: 1925
duquesa ni Serafina.
ENRIQUE: Pues, ¿: cómo la he de nombrar ?
INFANTA: "Dueño" la puedes llamar,
"Bien tuyo" y "Prenda divina;"
"Matilde" también podrás, 1930
como si mi hermana fuera.
ENRIQUE: No era justo que lo hiciera,
aunque licencia me das;
que no fuera acuerdo sabio,
por excusar ese intento, 1935
llegara mi atrevimiento
a hacer a Matilde agravio
con tan humildes despojos.
INFANTA: Ése, Enrique, es conveniente.
ENRIQUE: (Bellísima infanta ausente,         Aparte 1940
perdonad, que estos enojos
nacen de amor).
INFANTA:                 Mucho tardas.
ENRIQUE: "Bellísimo dueño mío,
¿: por qué al alma que te envío,
si la animas, la acobardas ? 1945
¿: Qué enigma es éste de amor
que en mi pensamiento veo,
pues si me alienta el deseo,
me pone miedo el temor ?
Y en maravilla tan nueva 1950
quiere, porque el ser mejore,
mi voluntad que te adore,
y tus ojos, que me atreva.
¿: Va bien ?
INFANTA:          Como yo deseo.
De amante llevas la palma, 1955
como se regala el alma
cuando se abrasa el deseo.
(Hechizo del alma ha sido        Aparte
cuanto escucho, miro y toco.
Con su vista me provoco; 1960
vencióme por el oído.
Rindióse ya el albedrío).
Mira, Enrique, si te agrada
esta respuesta.
ENRIQUE:          Extremada
ha de ser.
INFANTA:          "Enrique mío, 1965
agradecida a tu amor,
no solamente perdono
tus deseos pero abono
tu merecido favor;
y en premio a tus esperanzas, 1970
pues me has debido agradar,
yo misma te pienso dar
albricias del bien que alcanzas."
¿: Va bien ?
ENRIQUE:          Muy bien, a ser yo
amante de la duquesa. 1975
INFANTA: ¿: No sabes cuánto me pesa
que la nombras ?
ENRIQUE:          No advirtió
el alma te daba enojos
mi intento, a tu gusto fiel.
INFANTA: Ya puedes por el papel 1980
pasar, Enrique, los ojos.
ENRIQUE: Turbado rompo la nema
que en tan supremo favor,
si es fuerza me aliente amor,
es justo el respeto tema. 1985

Lee ENRIQUE, turbándose

"Obligada a tu cuidado,
Enrique..."
INFANTA:          Lee sin temor,
que aun en las cosas de amor
Fortuna ayuda al osado.
ENRIQUE: "Están tan en la memoria 1990
tus deseos recibidos,
que tienen ya mis sentidos
tu imaginación por gloria.
Tú has llegado a merecer
lo que nunca imaginaba 1995
poder haber..."
INFANTA:          ¡ Lee ! ¡ Acaba !
¿: Ves que no sabes leer ?
ENRIQUE: "Y en maravillas tan nuevas
tanto llegaste a obligar,
que te prevengo a mostrar 2000
de amor las más altas pruebas.
Rey de Sicilia has de ser,
y llegando a coronarte,
lo que pueda, he de mostrarte,
amor, ingenio y mujer." 2005

Rompe ENRIQUE el papel

ENRIQUE: Papel, ni agradecimiento
ni respeto ha de excusarte.
INFANTA: ¿: Qué haces, Enrique ?
ENRIQUE:                  Mostrarte
un honrado sentimiento.
Viviendo tú, ¿: ha de decir 2010
tales cosas un papel ?
INFANTA: El amor es un pincel
que cuanto llega a sentir
dice sin ningún respeto,
porque tiene fuerza tanta. 2015
Tuya es, Enrique, la infanta.
ENRIQUE: ¡ Señor !
INFANTA: Yo te la prometo.
ENRIQUE: Mira, señor, que ya alcanza
tanto mi fe en tu favor,
que tengo justo temor 2020
que me mate tu privanza;
que con indicios menores
me he visto en trance más fuerte
de la vida.
INFANTA:          ¿: De qué suerte ?
ENRIQUE: La envidia engendra traidores, 2025
y anoche me acuchillaron.
INFANTA: ¿: Y no supiste quién fueron ?
ENRIQUE: Con lo oscuro no pudieron
conocerse, aunque mostraron
con bien seguras señales 2030
que no erraron la intención,
puesto que su ejecución
faltó.
INFANTA: ¿: Y pretensiones tales,
no sabes de quién saldrían ?
ENRIQUE: Ni agraviado ni quejoso 2035
tengo.
INFANTA:         (En mi pecho amoroso Aparte
ya los temores porfían).
Pues vive, Enrique, seguro,
que pues en mi gracia estás,
en mi cuidado tendrás 2040
siempre centinela y muro.
No temas nada.
ENRIQUE:                  Señor,
si tanto favor recibo,
seguro del mundo vivo.
INFANTA: Ven.
ENRIQUE: ¡ Qué ventura mayor ! 2045

Vanse y salen la DUQUESA y CASTAÑO

DUQUESA: Si no hubiera conocido
antes de esto en tu señor
discursos de hombre entendido,
creyera que hoy el favor
le tiene desvanecido. 2050
El generoso laurel
suele a la hiedra crüel
dar abrazos con que medra,
y despréciale la hiedra
en allegándose a él. 2055
CASTAÑO: La hiedra tiene esa maña.
DUQUESA: De tu señor hablo agora.
Pienso que trujo de España
mucha soberbia.
CASTAÑO:          Señora,
injusto enojo te engaña. 2060
Si el príncipe le ha quitado
que te vea...
DUQUESA:          ¿: Eso [ha mandado]
el príncipe ?
CASTAÑO:          Claro está;
que amándote sentirá.
Sabráslo ya si ha jurado. 2065
DUQUESA: A cólera me provoca.
¿: Qué juró ?
CASTAÑO:          Yo lo diré.
Que ha de ir a Roma...
DUQUESA:                  (No es poca Aparte
pena).
CASTAÑO: ...descalzo y a pie,
con un zapato en la boca. 2070
(Ya, paciencia y barajar         Aparte
y echar por otro).

Sale DOMICIO

DOMICIO:                  ¿: Ha de entrar
el marqués, porque está aquí ?
CASTAÑO: Mira, señora, ¡ ay de mí !,
que jura me ha de matar, 2075
que no quiere absolución
en Roma sino en la China,
porque tiene en conclusión
conmigo cierta mohina
aunque con poca razón. 2080
DUQUESA: Pues, porque sin riesgo quedes,
Domicio, esconderle puedes
donde no lo pueda ver
el marqués.
CASTAÑO:          Así ha de ser;
la misma piedad excedes. 2085
DOMICIO: Detrás de aquesta antepuerta
podéis por agora estar,
pues que no está agora abierta.
CASTAÑO: Domicio, fidelidad.
DOMICIO: (Ya está mi venganza cierta). Aparte 2090

Escóndese CASTAÑO y sale el MARQUÉS

MARQUÉS: Como la vela que arde
más cuando morirse quiere,
cuando mi esperanza muere
y no hay remedio que aguarda,
te vengo, duquesa, a hablar, 2095
para decirte que estás
ciega, pues ocasión das
que lleguen a murmurar
que favoreces a Enrique,
tan clara y tan ciegamente, 2100
que das lugar que la gente
tu vana afición replique.
Mal haces, pues de este modo,
prefieres a un extranjero
al favor, que ya no espero 2105
por ser desdichado en todo.
DUQUESA: Engañado estás, marqués,
que si a Enrique le escribí,
fue por defenderme así
del príncipe, de quien es
la privanza; y para hablarle
en orden a mi quietud,
con tanta solicitud
envié ayer a llamarle.
MARQUÉS: (Quién satisfacciones da,        Aparte 2115
amor tiene y paz procura;
blandamente me asegura,
favorable a mi fe está).
Digo, divina señora,
que ya satisfecho estoy, 2120
y en albricias de ello os doy
el alma.
DUQUESA:         Pues, falta agora
que yo satisfecha quede,
que no sé de qué ha nacido
el ser, marqués, atrevido 2125
en lo que ofenderme puede.
¿: Qué favor de mí tenéis
que os haya dado licencia
a que con tal imprudencia
ni pretendéis ni celéis ? 2130
MARQUÉS: ¿: Qué es esto, cielo ?
DUQUESA:                  Advertid,
que con ocasión me ofendo,
pues ni dárosle pretendo
ni jamás le di.
MARQUÉS:          ¡ Oíd !
DUQUESA: ¿: Qué he de oír, pues mi papel 2135
te atreves a abrir así,
y no siendo para ti ?
MARQUÉS: Quise ver mi muerte en él,
¡ Oh, ingrata fiera homicida !

Sale DOMICIO

DOMICIO: El príncipe viene a verte. 2140
DUQUESA: Vete; no encuentres tu muerte
donde buscabas tu vida.
MARQUÉS: ¿: Que así tu rigor me trate ?
DUQUESA: Pues, si doy rienda al rigor,
haré al príncipe un favor 2145
en decirle que te mate.
MARQUÉS: Dime, Domicio, ¿: podrás
ponerme do pueda oír
lo que dicen ?
DOMICIO:          Es pedir
cotufas.
MARQUÉS:         Por mí lo harás. 2150
Toma y perdona, Domicio.

Dale una sortija

DOMICIO: Tomo y perdono, marqués;
ser alcahuete no es
inútil ni vil oficio.
En esta puerta, señor, 2155
te encubre.
MARQUÉS:          ¿: Podré ocultarme ?

Dentro

CASTAÑO: ¡ Domicio !
DOMICIO:          (Yo he de vengarme        Aparte
del maestro purgador).

Escóndese el MARQUÉS y salen la INFANTA y CRIADOS

INFANTA: No sale con tal belleza
el sol a alumbrar el día, 2160
mi Serafina.
DUQUESA:          No es mía
esa gloria; es de tu alteza.
(¿: Es posible que, pudiendo Aparte
lograr en tal hermosura
su favor y mi ventura, 2165
esté su amor resistiendo ?
Queriendo emplear el mío
en un español traidor
que desprecia mi favor,
¿: no es injusto desvarío ?) 2170
INFANTA: ¿: Qué dices ?
DUQUESA:          Señor, decía
que no haber agradecido
hasta aquí tu amor ha sido
causa la desdicha mía,
porque a no oponerse a ella 2175
la ley, que priva severa
casar con vasallo, fuera
felicidad de mi estrella;
que empleada en tal beldad
y en tan divino valor, 2180
fuera triunfo de tu amor
mi rendida voluntad.
INFANTA: Pues, prima, resuelto vengo
a deshacer imposibles
que no lo son, si los cielos 2185
hacen que tu amor se anime.
¿: Es posible que sufriesen
tantas mujeres insignes
las duras leyes que infaman
vuestra memoria felice ? 2190
¿: Por qué se ha de permitir
que, donde la fama escribe
tantas hazañas heroicas
de mujeres varoniles,
consientan la tiranía 2195
de dos leyes que prohiben
que ni en tálamos reales
ni en las herencias se admiten,
cuando pueden dar envidia
a las matronas que viven 2200
do el bárbaro Termodonte
cristal en púrpura tiñe ?
¡ Animo, ilustre duquesa !
Haya un motín que publique
que sacudan la cerviz 2205
del agravio que reciben.
Pues tiene el reino estas leyes
y agora en cortes asisten,
tratemos de quebrantarlas,
que no son montañas firmes;
y pues tienes de tu parte
tantos nobles que lo animen
y pueden a tu opinión
acudir con pechos libres,
sé tú a quien las damas deban, 2215
por defensora invencible,
hazaña tan valerosa
donde tanta gloria asiste;
que si a esta empresa te adquiere
mi fe que en tus ojos vive, 2220
verá que mi amor se abrasa
entre las rosas de Chipre.
DUQUESA: A tu amor agradecida,
obligada a lo que dices,
por la gloria y por el premio 2225
que en este caso compiten,
haré tantas diligencias
que a mis hermanos obligue
y a mis deudos que los fueros
allanen y faciliten; 2230
y cuando en ellos faltare
la propia piedad que viste,
convocaré con mis voces,
entre los aires sutiles,
las mujeres de Sicilia, 2235
las nobles y las humildes
para que todas conozcan
que sufren agravios viles.
INFANTA: La nobleza de Sicilia
tienes de tu parte; diles 2240
que gocen de la ocasión
y con mi favor se animen.
DUQUESA: Desde aquí, con tu licencia,
parto a que mi lengua incite
a la gloria de esta empresa 2245
los que de verme se obliguen.
INFANTA: Ve enbuenhora.
DUQUESA:          (Concededme
esta gloria en que consiste,
cielos, mirar la corona
sobre mis sienes felices). 2250

Vase la DUQUESA y dice CASTAÑO dentro

CASTAÑO: ¿: Si se fue el marqués Nerón ?
MARQUÉS: ¿: Quién está aquí ?
CASTAÑO:                  ¿: Quién lo dice ?
¡ Válganme cuarenta santos !

Sale huyendo del MARQUÉS y dicen sin que los vea [la INFANTA]

MARQUÉS: ¿: Ves tus delitos ?
CASTAÑO:                  Admite
un par de disculpas mías 2255
en tus entrañas de tigre.
MARQUÉS: ¡ Villano vil !
CASTAÑO: Si me escuchas,
te diré...
MARQUÉS:          ¡ Los cielos viven,
que me las has de pagar ! Calla.
CASTAÑO: No quiero.
MARQUÉS:          Tus hechos viles 2260
me has de pagar.
CASTAÑO:          ¡ Ah, señora !
INFANTA: ¿: Quién da aquí voces ?
CASTAÑO:                  ¡ Ay, triste !
Por escaparme de Scila
he encontrado con Caribdis.
MARQUÉS: (El príncipe es éste. Quiero, Aparte 2265
antes que pueda sentirme,
irme porque no me vea).

Vase el MARQUÉS

INFANTA: Llégate [a mí].
CASTAÑO:          Lo prohibe
el olfato.
DOMICIO:          Mal oléis.
CASTAÑO: Pues, ¿: vengo a vender almizcle ? 2270
Fue que con el mucho miedo
no supe lo que me hice.
DOMICIO: Haga cuenta que es ruibarbo
que el miedo de todo sirve.
INFANTA: ¿: No eres tú... ?
CASTAÑO:          ¿: Yo ? No, señor, 2275
no puede ser, ni es posible
que lo que ha sido no sea.
INFANTA: ...aquel médico que Enrique
trujo consigo de España.

Turbado

CASTAÑO: Sí, señor, mas cuando quise... 2280
INFANTA: Dime, ¿: has venido tú a caso ?
CASTAÑO: Sí, señor, acaso vine...
INFANTA: ¿: Qué trujiste ?
CASTAÑO:          Mal recaudo,
mal recaudo. Yo lo hice
por el miedo, porque yo 2285
no soy amigo de chismes.
INFANTA: ¿: Quiere Enrique a la duquesa ?
CASTAÑO: Como al diablo.
INFANTA:          Ya estás libre.

Vanse y salen el REY y POMPEYO

REY: ¿: Los hijos de mi hermano toman armas
contra mí y solicitan en su ayuda 2290
al turco, en cuyas fuerzas se confían,
para quitarme el reino ?
POMPEYO:                  Así lo escriben
por cartas las espías que allá tienes.
REY: La crueldad de su padre han heredado,
mas no tendrán efecto sus intentos. 2295
Llamadme aquí al marqués.
POMPEYO:                  El marques viene.

Sale el MARQUÉS

MARQUÉS: ¿: Qué me mandas, señor ?
REY:                  Lo que os importa.
Los hijos de mi hermano vil y aleve
vienen con prevenciones contra Italia.
MARQUÉS: ¿: Con qué intento, señor ?
REY:                  De ser traidores. 2300
Hijo sois de mi hermana y, si faltase
el príncipe, tenéis derecho al reino,        
si aquella dura ley no lo estorbara,
que llaman salia. Pues agora hay cortes,
hablad los grandes y vos, de mi parte 2305
y de la vuestra, les pedid la anulen;
pues con eso quedáis habilitado
y yo descansaré de este cuidado.
MARQUÉS: Bastará que se entienda que es tan justo
para que todos vengan con tu gusto;
y yo beso tus pies por favor tanto.
REY: No quiera Dios que hereden en Sicilia
nuevos tiranos que su sangre noble
con bárbara crueldad beber desean
y en acechanzas su cuidado emplean. 2315
POMPEYO: El médico, señor, que me mandaste
llamar, está aquí ya.
REY:                  D[ecid]le que entre.

Sale CASTAÑO

CASTAÑO: (El diablo a mí me engañó.         Aparte
¿: Yo médico ? Si pudiera
ir matando cuantos viera 2320
y curara, pienso yo
no se llegara a entender
que mis curas son locuras,
que encubren las sepulturas
médicos de mal hacer. 2325
Alguna extorsión espero;
que está aquí el Marqués.)
MARQUÉS:                         Señor,
advierte que no es doctor
sino un famoso embustero.
REY: ¿: No eres médico ?
CASTAÑO:                  Serví 2330
a un gran médico en Valencia
y heredéle.
REY:          ¿: Qué, la ciencia ?
CASTAÑO: No, sino la mula.
MARQUÉS:          ¡ Así !
¿: Es todo ?
REY:          Como entendiste
del príncipe el mal, y yo 2335
vi que en tu consejo halló
el remedio que le diste,
sin que en otra mano hallase,
aunque lo vieron doctores
de mi casa los mejores, 2340
quien su pena remediase,
quisiera saber de ti,
¿: qué conociste en su mal ?
CASTAÑO: Vuestra majestad real
sabrá la verdad de mí. 2345
Dice Esculapio, tratando
de febris...
MARQUÉS:          Pues, si él empieza...
CASTAÑO: Yo estoy hablando a su alteza.
MARQUÉS: Sí, pero estásle engañando.
CASTAÑO: ¿: Heos mandado yo sangrar, 2350
estando con resfriado ?
Pues, ¿: por qué estáis enojado
conmigo ? Dejadme hablar;
que parece que tenéis
algún sobrino doctor. 2355
Pero, en efecto, señor,
¿: qué es lo que mandar queréis ?
REY: Quisiera me declararas
qué pasión Carlos encierra,
qué disgusto le destierra, 2360
y que tú lo remediaras.
CASTAÑO: Según de su mal se arguye
y su tristeza confiesa,
Carlos ama a la duquesa.
MARQUÉS: ¡ Este loco me destruye ! 2365
¿: Qué estás diciendo, ignorante ?
Vuestra alteza no le crea.
CASTAÑO: Como en sus brazos se vea,
no irá la fiebre adelante.
REY: (Si el de Carlos es amor,        Aparte 2370
razón es pena me dé;
pues en su efecto se ve
que encierra daño mayor.
Sin duda que Enrique ha sido
la causa de su cuidado. 2375
De esto nace el ser privado,
y su tristeza ha nacido
de ver la contradicción
que a su amor pone el secreto.
Remedio pide discreto 2380
tan peligrosa ocasión).
¿: A quién tal le sucedió ?
Esto saber he querido.
Vete.
CASTAÑO: (A curar he venido         Aparte
gratis. ¿: Soy albéitar yo ? 2385
Mas como es la cura corta,
en la paga lo han andado.
Bravo susto le hemos dado
al tal marqués).

Vase CASTAÑO

REY:          Esto importa.
Marqués, gusto e interés 2390
hoy mi autoridad espera,
si muere Enrique...

Sale la INFANTA

MARQUÉS:                  Pues muera.
INFANTA: (Que muera dijo el marqués, Aparte
y si como yo sospecho,
es Enrique a quien pretende 2395
matar, a mi vida ofende,
pues él habita en mi pecho.
Llegaré disimulando).
¿: Qué hace tu majestad ?
REY: La causa en tu enfermedad 2400
he estado aquí preguntando.
Todos dicen que es amor,
y como sé que no ha sido
de la duquesa, he tenido...
INFANTA: (Declaróse. ¡ Ea, favor         Aparte 2405
tuyo, Amor, es menester !
A Enrique quiero librar.
Lo que puede, he de mostrar,
amor ingenio y mujer).
Señor, el que te ha informado
que de amor mi mal procede,
no haberlo entendido puede,
y es cierto que se ha engañado.
De causa distinta nace
mi pena.
REY:         Dímelo aquí, 2415
pues ves que mi pena así
a la tuya satisface;
que niegas que se publique
tu mal.
INFANTA: Señor, si porfía
en mí esta melancolía 2420
es porque me cansa Enrique,
y quisiérale quitar
todo aquello que le he dado;
mas tiéneme con cuidado
ver que me han de murmurar 2425
de liviano, si le quito
lo que le di.
REY:          ¿: Y esa pena
a tristeza te condena ?
En los reyes no hay delito.
Quítaselos; que si ha sido 2430
ingrato en no darte gusto
que se lo quites es justo
a quien no lo ha merecido.

Sale ENRIQUE

INFANTA: Enrique, el rey, mi señor,
como ve que me he crecido, 2435
me ha hecho un grande favor.
Tente ya por despedido
del oficio de ayo. (Amor,         Aparte
perdona a la industria mía
hacer tal descortesía). 2440
ENRIQUE: Beso tus reales pies,
aunque su ayo no es,
quien del príncipe aprendía.
INFANTA: Al marqués, mi primo, espero
honrar más de aquí adelante, 2445
y así que le dejéis quiero
el oficio de almirante.
ENRIQUE: Tu grandeza considero.
INFANTA: Pompeyo criado ha sido
de mi padre. Hale servido 2450
bien, y así le [dé] el condado
de Modica.
ENRIQUE: Habéis mostrado
vuestro pecho agradecido.
INFANTA: Y hasta que mande otra cosa,
Enrique, no me veáis. 2455
ENRIQUE: Solamente rigurosa
en eso, señor, mostráis
vuestra mano poderosa.
Honrando al marqués, mi amigo,
con lo que estoy poseyendo, 2460
que me hacéis merced os digo;
mas ya me va pareciendo
no merced, sino castigo;
que no quedaba agraviado,
señor, en que hubieses dado 2465
a otro título y oficio,
pues era en mi beneficio
por ser tan bien empleado.
REY: (No es posible que lo quiera Aparte
alma que así lo trató). 2470

[Al MARQUÉS]

Marqués, Enrique no muera;
que mi sospecha cesó.

Vase el REY

MARQUÉS: (Sin la razón lisonjera         Aparte
de estado ninguno trate
de medrar, no lo dilate, 2475
si ve la ocasión doblada).

[A la INFANTA]

Señor, si Enrique te enfada,
da lugar a que lo mate;
que aun con barruntos ligeros
de que a tu gusto no es, 2480
probó anoche mis aceros.
INFANTA: (¡ Su enemigo sois, marqués !         Aparte
Huélgome de conoceros).
No soy, primo, tan crüel;
que viva quiero, y a vos 2485
honraros mi pecho fiel,
pero no permita Dios,
primo, que le mate a él.
MARQUÉS: (Por lo menos voy vengado        Aparte
de los celos que me ha dado). 2490

Vase el MARQUÉS

ENRIQUE: Por premio de haber servido,
que me digas, señor, pido
qué culpa en mí has castigado.
¿: Qué delito mío da
ocasión a tal rigor, 2495
que me veo ajeno ya
de tan supremo favor ?
INFANTA: La infanta te lo dirá.

Vase la INFANTA

ENRIQUE: ¿: Qué es esto, suerte enemiga ?
¿: Aún niegas que se me diga 2500
la causa de esta mudanza ?
¡ Ay, mal segura privanza
que a tanto pesar obliga !
¿: Quién mal de mí dicho habrá ?
¿: Qué culpas en mí hallaron 2505
que airado el príncipe está ?

Sale CASTAÑO

CASTAÑO: Las malas nuevas volaron;
todo lo he sabido ya.
¿: Qué es esto, señor ?
ENRIQUE:                  Y en tanta
desdicha, que el mundo espanta,
la infanta, ¿: qué ha de decirme ?
Matilde, ¿: qué ha de advertirme ?
CASTAÑO: ¿: Qué "Matilde" ni qué "Infanta ?"
ENRIQUE: Vamos a España, que aquí
toda mi dicha acabó. 2515
Ya no hay esperanza en mí.
Mas, ¿: que no he de saber yo
quién me ha descompuesto así ?
Cayó en tierra el edificio.
Presa la infanta se queda. 2520
CASTAÑO: Con la grande polvareda
hemos perdido don Juicio.
ENRIQUE: Ni quiero estado ni oficio.
Salir de Sicilia quiero;
veré a la infanta primero. 2525
CASTAÑO: Con el furor se enloquece.
(Una traza se me ofrece.         Aparte
Dar lástima al rey espero.)
ENRIQUE: Niño es Carlos, y unos días
muestra amor y otros enojos. 2530
Inconstantes son sus ojos
para las fortunas mías.
Matilde a estas rejas frías
mercedes me suele hacer.
Fortuna, yo la he de ver; 2535
mas, ¿: qué remedio me queda
si están moviendo tu rueda
un niño y una mujer ?

Vase a entrar y sale a una ventana la INFANTA de dama

INFANTA: ¡ Ah, conde, conde ! ¡ Almirante !
¡ Enrique !
ENRIQUE:          Ya no entendía, 2540
señora, como solía,
por ser "conde." Aunque os espante,
no seré de aquí adelante
sino Enrique solamente.
Ya ha menguado mi corriente; 2545
que el príncipe lo permite
y la Ocasión la remite
a que tu alteza lo cuente.
Bien sé que no le ha ofendido
ni aún con sólo un pensamiento, 2550
mi justo agradecimiento.
Jamás he puesto en olvido
lo que me tiene afligido.
¿: Es ver que estoy ignorante
de enojo tan importante ? 2555
INFANTA: No es enojo; es justa ley,
porque quien ha de ser rey,
¿: cómo ha de ser almirante ?
ENRIQUE: ¿: Qué escucho ?
INFANTA:          No está enojado
el príncipe. Antes advierte 2560
que te libró de la muerte
con haberte así tratado.
Vive agora con cuidado,
pues a tal ocasión vienes.
Conoce que amigos tienes, 2565
porque en ocasión estás
que muy presto ceñirás
de la corona tus sienes.
Di a mi padre que te quiero
y de tal modo te estimo, 2570
que a ser tu esposa me animo
y sólo tu gusto espero.
ENRIQUE: Que me atrevo considero
mucho, si esta empresa sigo.
INFANTA: Ve, Enrique, y haz lo que digo; 2575
que, pues yo te doy licencia,
importa esta diligencia.
ENRIQUE: Voy, y a tu gusto me obligo.

Vase ENRIQUE, quítase de la ventana la INFANTA, quédase CASTAÑO y salen el REY y POMPEYO

CASTAÑO: Famoso rey de Sicilia,
si suelen las duras peñas, 2580
tal vez del agua abatidas,
quedar blandas y deshechas,
mueva, señor, tu piedad
ver que el dolor y la pena
privan a Enrique de juicio; 2585
conduélate su miseria.
Mira, señor, que es sobrino
del rey de Aragón, y hereda
por muerte del rey Alfonso
mucha mar y mucha tierra. 2590
Danos, señor, un bajel
para que a España se vuelva;
que yo le iré acompañando,
si las lágrimas me dejan.
REY: Gran fuerza tiene el delito 2595
en pechos donde hay nobleza.
¡ Tan impensada mudanza !
No me admiro que lo sienta.
POMPEYO: La duquesa Serafina
viene a verte.

Sale la DUQUESA

REY:          ¿: La duquesa ? 2600
DUQUESA: No te parezca, señor,
novedad de esta manera
haber venido a palacio
a traer tan buenas nuevas.
El príncipe, mi señor, 2605
me ha mandado que hiciera
la diligencia que ves.
Tomé a mi cargo esta empresa,
y en fin tengo aquí las firmas
de los grandes, en quien veas
que los dos fueros se anulan
que llaman en esta tierra
de Recaredo; y por paga
te suplico que merezca
el ser del príncipe esposa, 2615
cuyo amor mi fe confiesa.

Sale ENRIQUE

ENRIQUE: Señor, escúchase aparte,
y mis servicios merezcan
des crédito a lo que digo
obligándote mi pena. 2620
Si diste a la astrología
tal crédito, que por ella
a la infanta, mi señora,
tienes en clausura eterna,
no te admire lo que digo; 2625
pues lo que el cielo concierta,
poco importa prevenirlo
nuestra humana diligencia.
Yo, señor, hablo a la infanta
entre la oscura tiniebla 2630
donde está, dándome a ello
el príncipe la licencia.
Ella se quiere casar
conmigo.
REY:         (¡ Qué así enajena         Aparte
el dolor a los sentidos ! 2635
¡ Qué lastimosa tragedia !)
ENRIQUE: En fin la infanta me elige
por dueño de su belleza,
y por otra parte Carlos...
REY: (¡ Qué desatinos que mezcla !)        Aparte 2640
ENRIQUE: Matilde...
REY: (¡ "Matilde" dijo !         Aparte
¿: Si alcanza la grande fuerza
de su locura [a] este caso ?
Mas ya tomo otra sospecha;
que diferente ocasión 2645
la ha dado noticia de ella).

Sale el MARQUÉS

MARQUÉS: Lo que me mandaste hice,
señor, con tal diligencia
que los fueros de Sicilia
dados por injustos quedan. 2650
Por premio, señor, te pido
la mano de la duquesa.
REY: Ella te escucha y responda.
MARQUÉS: ¿: En palacio ? ¡ Cosa es nueva !

Sale la INFANTA de dama

INFANTA: Donde hay amor, no hay quietud. 2655
Amor venció la vergüenza;
que en semejante ocasión
es bien que todo se piedra.
Enrique, ¿: hablaste a mi padre ?
ENRIQUE: Sí, señora.
INFANTA:          ¿: Y qué respuesta 2660
te dio ?
ENRIQUE: Ninguna me ha dado.
Yo quisiera...
INFANTA:          ¿: Qué quisieras ?
ENRIQUE: Bella infanta, que aguardaras
hasta que el príncipe venga,
porque te ayude.
INFANTA:                 Español, 2665
con ignorancia discreta,
Carlos y Matilde soy.

[Al REY]

Señor, no admiréis que venga
de esta suerte.
REY:          ¿: Qué es aquesto ?
INFANTA: Pues que ya deshecha queda 2670
la ley salia,...
REY:          ¡ Del amor
son las maravilla éstas !
INFANTA: ...no permitáis que más tiempo
engañe a naturaleza.
REY: (Rabiando estoy de furor         Aparte 2675
pero no quiero que vean
que me ha pagado mi industria
con tan rara inobediencia).
Sobrinos, Matilde es Carlos;
que hasta aquí ha estado encubierta 2680
con nombre de hombre hasta tanto
que hiciese esta diligencia.
Matilde, abraza a tus primos.
INFANTA: Sí, haré. Pues es, señor, fuerza
el casarme con Enrique, 2685
te pido a tus pies que sea.
REY: Con la casa de Aragón
segunda vez se renueva
nuestro parentesco.
MARQUÉS:                  Y yo
le pido su mano bella 2690
a la duquesa.
REY:          Daos todos
las manos.
INFANTA:          Enrique, llega.
DUQUESA: Con mucho gusto la doy.
MARQUÉS: Con él es bien te obedezca.
CASTAÑO: Castaño, señor, te pide 2695
perdón de la grande mengua
que en tus vasallos ha hecho
con sus purgas y recetas.
REY: Yo te lo doy.
ENRIQUE:          Y en mi casa
por mi mayordomo queda. 2700
INFANTA: Cumpliéronse ya mis dichas.
Rey hice a mi esposo; vean
amor, ingenio y mujer
en su historia verdadera.


FIN DE LA COMEDIA